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Se presenta a la consulta del Hospital Clínico Veterinario “Los Castaños”, Temuco, por derivación

una paciente canina “Lolita” , mestiza de talla pequeña de 5 meses de edad y 5 kg de peso, cuyo
propietario nota que desde hace un tiempo presenta una masa sobre el bulbo ocular derecho, con
severa irritación y epifora. Luego del Examen Clínico Oftalmológico y mediante el diagnóstico
clínico de dermoide conjuntivocorneal, la paciente fue intervenida quirúrgicamente hoy
11/09/2019, para extraerle dicho tejido anómalo.

El teratoma dermoide quístico (TDQ) es una neoplasia proveniente de células totipotenciales, que
han quedado secuestradas en regiones remotas, y cuya expresión dará origen a tejidos ectópicos.
Su localización es variada y, a nivel del bulbo ocular, es muy poco frecuente. Su importancia clínica
radica en que cuando afecta al bulbo ocular, produce irritación crónica y dificultades visuales
severas que obligan su pronta extirpación. Los dermoides localizados a nivel del ojo y estructuras
adyacentes, pueden afectar tanto a animales como al hombre, y por lo general se alojan en el
limbo, tercer párpado, córnea, en parte sobre la conjuntiva, y, en casos raros, con extensión hacia
el tegumento palpebral-

Los dermoides son masas congénitas de tejido microscópicamente normal en lugares inapropiados
o aberrantes, pueden presentarse en distintas localizaciones del cuerpo, como también afectar a
diversas especies como caninos, felinos, equinos y bovinos; Estas masas aparecen en los pacientes
a edades muy jóvenes, pueden pasar inadvertidas por el propietario hasta no tener un tamaño
significativo o bien ser causantes de signos clínicos secundarios. Las lesiones corneales secundarias
a los dermoides pueden causar ceguera por lo que es importante valorar bien estos ojos e
instaurar el tratamiento lo antes posible.

Los dermoides contienen elementos normales de la piel, como dermis, epidermis, grasa, glándulas
sebáceas y folículos pilosos, por lo que de estos dermides puede haber crecimiento piloso. En el
caso puntual de los quistes dermoides que se alojan en el bulbo ocular, pueden presentarse en la
conjuntiva, en la córnea o en la esclerótica o pueden presentarse en todas estas estructuras,
inclusive en unas pocas situaciones se pueden propagar por el tejido tegumentario de los
parpados, dentro del bulbo pueden promover la aparición de irritación conjuntival y corneal con la
resultante queratitis y epifora. El tratamiento es quirúrgico, y consiste en la ablación de todo el
neo tejido mediante conjuntivectomía y disección para desnudar la esclerótica, en caso de estar
comprometida la córnea, se debe proceder a realizar una queratotomía tan profunda como capas
alcance el dermoide. El pronóstico para los quistes dermoides es desde muy bueno a excelente
para los casos que no involucra la córnea, y que pueden ser corregidas las lesiones oculares
secundarias a la presencia del dermoide (queratitis) si es que existieran, en el momento del
diagnóstico, Cuando el mismo involucra la córnea, el pronóstico es reservado, ya que cuando se
realiza la queratotomía, puede quedar una cicatriz que afecte la visión, de acuerdo con la
profundidad de la misma.

El quiste dermoide es una patología de baja frecuencia en la clínica diaria, su pronóstico depende
de dos aspectos, uno: de la localización en que se encuentre dentro del bulbo ocular, siendo de
pronostico más reservado los que se encuentran sobre la córnea y además en los estratos más
profundos; y dos: de las lesiones que hayan causado al globo ocular, particularmente de los
cambios que puedan haber ocasionado sobre la córnea, siendo varios de ellos irreversibles.
CONCLUSIONES: Considerar la escisión quirúrgica es siempre la principal opción, la cual dependerá
de varios factores a tener en cuenta, ya que según la bibliografía existen algunos dermoides que
por su ubicación no afectan al ojo y como además algunos no crecen, pueden pasar inadvertidos
para el dueño, y por lo tanto nunca se realiza su tratamiento quirúrgico, porque no lo necesita,
aunque seguramente estos casos son los menos. El caso que presentamos ocupa mayor
importancia porque además de interesar la conjuntiva del ojo, avanzaba sobre la córnea, lo que
nos hizo programar muy bien las incisiones quirúrgicas, para luego poder reconstruir los bordes y
lograr un buen funcionamiento anatómico de las estructuras oculares comprometidas.

La extracción del dermoide se realizó según la técnica quirúrgica descrita por Mansilla y Col
(2000); KASSEN & HASSIEB, y modificada por SLATTER (1992) y, posteriormente, por STADES et
al. Se realizó una queratectomía parcial con bisturí redondeado (Beaver® 6400),
fundamentalmente, a través de una excisión superficial triangular de la córnea, que abarcó toda la
región afectada. Se eliminó el tejido ectópico y las capas superficiales del epitelio que estaban
ocasionando el problema. La sutura de la herida conjuntival, se realizó con poliglactín® 910 de 6-0.
La hemorragia se controló mediante hemostasis local por compresión y el uso de Epinefrina®
(Sanderson) en forma tópica. La paciente fue remitido a su domicilio con terapia oftálmica
antibiótica (Ciprovet L.A.) local cada 12 horas por dos semanas y (Tobra.Dex® ungüento oftálmico,
Laboratorio Novartis), además, vitamina A (Avitana®, Parke-Davis, 2 perlas diarias de 50.000 U.I.).
Dr.Man24/7

Fuente Principal: CYSTIC TERATOMA DERMOIDE OF THE CORNEA-CONJUNCTIVA IN A GERMAN


SHEPHERD DOG (Canis familiaris). A CLINICAL CASE M. A. Mansilla et al. Rev. Chil. Anat.,
18(2):273-277, 2000.

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