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ADOLESCENCIA

1. CONCEPTO

2. NEUROCIENCIA
Los especialistas en neurociencias creían antes que casi la mitad de las conexiones
cerebrales estaban ya establecidas cuando un niño entraba en el jardín de infancia, y
que la única tarea de desarrollo que quedaba era asegurar esas conexiones. Ahora
disponemos de estudios recientes que muestran que el cerebro experimenta un ciclo
continuo de crecimiento cada pocos años y que, a partir de aproximadamente los 11
años de edad, se produce una explosión de actividad eléctrica y fisiológica, que
reorganiza drásticamente miles de millones de redes neuronales que afectan a las
aptitudes emocionales y a las habilidades físicas y mentales. La cantidad de materia
gris
en algunas zonas del cerebro puede casi doblarse en sólo un año. Luego, desde la
mitad
de la segunda década hasta mediada la tercera, se purgan las células que no se
necesitan y el cerebro continúa reorganizándose.
Durante la primera adolescencia, se produce un avance fenomenal en el pensamiento
abstracto. El córtex
prefrontal (situado detrás de la frente) desarrolla nuevas e importantes funciones y no
madura totalmente hasta la edad de 18 años. Actúa como comandante en jefe,
responsable de la planificación, organización y juicio, encargado de resolver
problemas y del control emocional. Además, áreas del cerebro asociadas con
funciones como la integración de la vista, el olfato y la memoria se desarrollan durante
la adolescencia, al igual que el área cerebral que controla el lenguaje.
A medida que el cerebro se reorganiza, se crean modelos que servirán de base para
reforzar las conexiones mediante una actividad física o mental. Los científicos creen
que la época que media entre los 10 y los 20 años puede ser clave para ejercitar el
cerebro y que los adolescentes que aprenden a poner en orden sus pensamientos,
medir sus impulsos y pensar de forma abstracta pueden establecer bases neuronales
importantes que perdurarán a lo largo de sus vidas. También creen que los jóvenes
que practican deportes y actividades académicas o musicales refuerzan de forma
positiva esas conexiones a medida que maduran los circuitos.

3. COMUNICACIÓN EFECTIVA
Habitualmente cuando “hablamos” con nuestro hijo adolescente y nos empieza
a contar, nos ponemos en “modo reacción”: nos tomamos todo lo que nos
dicen como algo personal, lo cual hace que empecemos a contestar, a
aleccionar, a defender, a juzgar y justificar y, por tanto, nuestro hijo deja de
comunicarse.
Existen barreras que dificultan que escuchemos:
 Intervenir para explicar, aleccionar o rescatar a nuestro hijo en lugar de dejarle
hablar, escuchar y que lleguen a la misma conclusión por si mismos
 Intentar hacer cambiar su sentimiento y percepción sobre el asunto y guiarlo
hacia “lo correcto”
 Dar explicaciones únicamente desde tu punto de vista
 Interrumpir para dar lecciones sobre valores éticos y morales
 Tomarse de manera personal lo que te cuentan y dejar que tus propios
asuntos sin resolver interfieran
 Usar la información que tus hijos te dan o lo que dicen sobre ti para
sermonear, castigar, criticar.

 Habilidades que nos ayudan a estar en silencio y escuchar


para comprender.
Algunas ideas para practicar la escucha activa:
• Cuida tu lenguaje corporal, dice más que las palabras. Debemos escuchar con
todo el cuerpo y evitar que los sentimientos lo empañen: si escuchamos
enfadados, nuestro hijo lo notará y no querrá comunicarse por miedo a nuestra
reacción o a decepcionarnos.
• Hay tantas realidades como personas, tu realidad no es la de tu hijo; debemos
escuchar teniendo siempre en mente eso, el no eres tú.
• Muestra empatía siempre. Esto es, transmite que entiendes lo que sucede,
aunque no lo compartas: “entiendo por qué te sientes así y lo ves de esa
forma…
• Sé curioso de verdad. Pregunta, interésate de manera que puedas entender el
punto de vista de tu hijo.

 La “Formula Yo Siento”.
• Necesitamos honestidad emocional y valor para reconocer lo que sentimos y
comunicarlo a nuestros hijos, ponernos en contacto con ellos, con su origen y
comunicar que queremos hacer con ello. Cuando hablamos de lo que
sentimos, “nos liamos”, damos explicaciones, nos alargamos, a veces lo
hacemos complejo para los demás… la “fórmula yo siento” nos va a ayudar a
hablar de cómo nos sentimos con honestidad y sencillez, sin hacer sentir mal a
los demás, y nos permitirá así mismo de hablar de nuestras necesidades.
• Fijaos en esta forma de comunicar lo que sentimos:
• “yo me siento herida cuando me gritas y quisiera que no lo hicieras”
• “yo me siento contenta cuando cumples el acuerdo sobre la hora de llegada
porque me haces ver lo responsable que eres y eso me ayuda a estar
tranquila”

4. ALGUNOS DERECHOS

El Derecho A Tomar Decisiones Fundamentadas


A fin de tomar decisiones con conocimiento de causa y entender cómo afectarán a sus
vidas las opciones
que tomen, los adolescentes deben contar con información pertinente y veraz de
diferentes fuentes, incluyendo las que les ofrecen sus progenitores y otros miembros
de la familia, los maestros, los medios de comunicación y los homólogos.
Las escuelas, a través de la creación de un entorno en el que se persigan y refuercen
constantemente la buena salud y la educación de calidad, pueden ser un vehículo para
llegar a un sinnúmero de jóvenes.
Pueden ofrecer educación sanitaria y capacitación sobre conocimientos prácticos,
proporcionar una buena nutrición y promover el ejercicio físico. Pero los jóvenes
también aprenden de otras formas: de sus familias,
de los vecinos, de los compañeros y amigos, en el mercado, en los lugares de culto,
en las comunidades y a través de los medios de comunicación.
A medida que los adolescentes salen al mundo, se ven cada vez más influidos por la
gente de su misma edad y por adultos que no son sus progenitores. Empiezan a
explorar su sexualidad y a forzarse y a probarse a sí mismos intelectual, creativa y
socialmente mediante deportes y otras actividades recreativas.

El Derecho A Convertirse En Ciudadanos Responsables,


Productivos Y Sanos
La educación es la clave para el logro de otros derechos humanos y un catalizador
para hacer realidad el potencial humano. La educación de calidad fomenta la
formulación de preguntas, el pensamiento crítico y los hábitos saludables, y es
esencial en la preparación para la vida. Garantizar el derecho a la educación es un
imperativo de justicia tanto moral como social. Es también una cuestión de sentido
común económico. En este nuevo siglo, en el que la información lo mueve todo, el
mundo no puede, sencillamente, permitirse el lujo de desaprovechar tanto potencial
humano.

El Derecho A Sentirse Apoyado Y Seguro


El entorno de los jóvenes modela e influencia constantemente sus ideas. Cuando los
adolescentes pueden aprender y expresarse sin miedo, tienen más probabilidades de
participar en actividades con sus progenitores, sus amigos y sus comunidades.
Mejoran su autoestima y se convierten en modelos positivos de conducta. Las leyes
nacionales y locales deben promover y apoyar también los derechos de los
adolescentes, y los jóvenes deben participar en el desarrollo y vigilancia de esas
políticas. Los adolescentes a los que se les niegan oportunidades de crecimiento y se
sienten atrapados por sus circunstancias pueden tener problemas con la ley. Incluso
los jóvenes que se sienten apoyados y optimistas sobre su futuro pueden responder a
su creciente independencia poniendo a prueba los límites de su libertad. La forma en
que la sociedad responde a un joven que vulnera la ley puede determinar o frustrar su
futuro.

El Derecho A Cambiar Las Cosas


A medida que los adolescentes maduran, buscan sentirse parte del mundo con
mayúsculas. Cuando se les da una amplia gama de oportunidades para cambiar las
cosas, los adolescentes aprenden, crecen y prosperan. Las contribuciones que
prestan en sus hogares, escuelas y comunidades y a través de los consejos
municipales, asociaciones juveniles, medios de comunicación y conferencias
internacionales pueden inspirar y prender la chispa del cambio. Los adolescentes
pueden transformar el mundo. Cada vez más, los Foros de Jóvenes ofrecen a éstos
una plataforma desde la que dar forma a sus opiniones sobre las cuestiones que
afectan a sus vidas y expresarlas. Los jóvenes analizan su situación actual y
presentan a los dirigentes sus puntos de vista y recomendaciones sobre futuras
medidas.

5. CINCO COSAS QUE TU HIJO ESPERA DE TI

Autonomía Guiada
• Los adolescentes necesitan tener la oportunidad de comenzar
a tomar decisión y desarrollar un sentido de autoridad. Esto es
perfectamente normal y saludable. Deberíamos animarlos y
ayudarlos para que empiecen a formarse como personas
individuales cada vez más independientes. Los niños
dependen de sus padres para todo. Los jóvenes quieren una
oportunidad para ejercitar su autonomía. Tenemos que darles
la oportunidad de tomar decisiones, de fallar y equivocarse
porque no siempre estaremos allí para resolver sus problemas.
Comprensión
• A veces ni siquiera los mismos adolescentes saben lo que
sienten o comprenden las razones de su comportamiento. Y
menos nosotros los padres. Por eso es tan importante que ellos
vean nuestro esfuerzo en entenderlos y, más aún, en ayudarles
a ellos mismos a entender mejor sus cambios, actitudes y
reacciones. Sentarnos con ellos, hablar con ellos, escucharlos,
contarles alguna experiencia similar que nosotros hemos
atravesado cuando teníamos su edad, orientarlos en la toma de
decisiones, ayudarles a ver los pros y los contras de alguna
situación… serán cosas que ayuden a tu hijo adolescente a ver
que, aunque no comprendas completamente cada detalle de
alguna situación que pueda surgir, estás haciendo todo lo
posible para entenderlo.
Amor
• Los padres quieren a sus hijos, pero a veces los hijos sienten
que nosotros no los amamos o que queremos más a algún otro
de sus hermanos. Debemos aprender a hacer sentir a cada uno
de nuestros hijos amado y, para lograrlo, algunos necesitarán
unas cosas de nosotras y otros, otras cosas. Mostremos
nuestro afecto en cada momento que podamos, expresemos
amor, hablemos amor, gastemos tiempo, hagamos con ellos
cosas que les gusten. Ahora que están creciendo podemos
compartir momentos en la cocina, haciendo algún proyecto
juntos, o tomando un café en una cafetería. Da tiempo y
atención individual a tus adolescentes.
Respeto
• Los adolescentes saben que se equivocan y cometen errores.
Y están dispuestos a ser corregidos y superar situaciones
difíciles cono ayuda y guía. Pero esa ayuda y esa guía deben
partir desde el respeto. Ya no son niños a los que se les deba
hacer todo y que necesitan que les resuelvas los problemas.
Muestra respeto sentándote con ellos cuando meten la pata,
teniendo una conversación sobre lo que ha sucedido y
ayudándoles a pensar qué han aprendido y cómo evitar el
mismo error.
6. HIJOS PENSANTES

Motívales A Cuestionar Correctamente


Es importante que los hijos aprendan a no ser imitadores, sino
hacedores. Si les ayudas a cuestionar lo que hacen o lo que se
les dice que hagan de una manera adecuada, les ayudarás a
entender el porqué de los hechos que se dan. Esto tiene doble
propósito, porque les estás ayudando inconscientemente a
reflexionar sobre lo que hacen y/o dicen. Cuando los hijos
encuentran un propósito y un sentido a lo que hacen, entonces
su actitud también cambia. Además, la posibilidad de que
tomen decisiones equivocadas disminuye, porque se
acostumbran a meditar sobre aquello que deben hacer o que
se les pide que hagan. Finalmente, el cuestionar
respetuosamente ayuda ambas partes para que puedan
establecer un diálogo productivo y eficaz. No olvides la
importancia de ayudarles a desarrollar una actitud crítica.
Enséñales las buenas virtudes
El consejo anterior es efectivo cuando logras que tus hijos
hayan adquirido buenas virtudes, tales como el respeto, la
honestidad, la integridad, la gratitud y los buenos modales. Esto
es importante porque ayudará a tus hijos a que puedan ser
escuchados y que puedan hacer sus preguntas o desarrollar
sus reflexiones sin herir o faltar el respeto a otras personas. Al
mismo tiempo, les prepara para ser conscientes de los demás
y a aceptar lo que deben hacer una vez que se les ha explicado
lo correspondiente.
Haz hincapié en la importancia de ser responsables
Una de las dificultades que enfrenta la sociedad en la que los
hijos crecen es la falta de responsabilidad que existe. Tú te
conviertes en un gran contribuyente social cuando les enseñas
a tus hijos a tomar responsabilidad por las decisiones que
ponen en práctica y también a aprender a dar cuentas de lo que
se han comprometido a hacer.
Motívales a pensar antes de actuar
Muchas veces los hijos se sienten impulsados a estallar y
reaccionar antes de pensar. Dedica tiempo para enseñarles la
importancia de pensar a fin de sepan qué decir y qué hacer.
Esto puedes lograrlo al ponerlo en práctica tú mismo. Tu
ejemplo es el mejor maestro que tus hijos pueden tener, por
tanto, ponlo en práctica cuando tus propios problemas
aparecen. Luego, cuando sea tu turno de enseñarlos a tus
pequeños, haz mención de ejemplos concretos en que tú has
tenido que pensar antes de actuar. Algunas ideas de poner esto
en efecto ante un conflicto pueden ser las siguientes: ir a un
lugar apartado para pensar, evaluar las respuestas y/o
acciones posibles, hablar con alguien de confianza (un padre,
una madre, un hermano o un amigo) y tomar una decisión final
al respecto.
• Recuerda que al criar hijos que son seres pensantes y
hacedores estás logrando que la sociedad se beneficie al
menos a través de una familia y/o persona a la vez. Y a pesar
de cuán pequeño parezca ser, tu contribución es grandiosa,
porque afecta generaciones que han de venir.
7. SIGNOS DE PADRES TÓXICOS QUE ARRUINAN LA VIDA
DE SUS HIJOS SIN DARSE CUENTA

 Comprende los problemas de los adultos — sigue siendo


un niño pequeño
En las familias tóxicas, los padres responsabilizan a los hijos
por sus decisiones. Por ejemplo, el niño puede pensar que por
culpa de su mal comportamiento el padre tiene que calmar los
nervios con una “mezcla fuerte”.
• Más tarde, el niño se convierte en cómplice involuntario
de los dramas de los adultos. El adolescente escucha las
quejas de los padres, digiriendo detalles innecesarios. Tiene
que adaptarse a la “difícil situación familiar”, ponerse
en el lugar de los padres, ayudar, consolar. Por desgracia,
el cúmulo de obligaciones no incluye el derecho a la opinión
propia.
 Sé el mejor — no te olvides de que eres un inútil
• Algunos padres narcisos esperan del niño solo los
mejores resultados. Sin embargo, las victorias se dan por
sentadas. Si has triunfado: era lo que se suponía que hicieras.
Si has fracasado: recibes tu dosis de humillación. Los
comentarios de los padres en la infancia arruinan la vida.
La persona crece con la sensación de que nunca fue
lo suficientemente buena para sus padres.
 Ábreme tu corazón — no te sorprendas por “el cuchillo
en la espalda”
• Los padres tóxicos literalmente exprimen las confesiones
de sus hijos por todos los medios posibles. La mayoría de las
veces, generando en el hijo/hija el sentimiento de culpa.
Después, la información obtenida se usa en contra del
interlocutor. Hay varios escenarios:
• Los detalles de la vida personal del hijo/hija serán conocidos
por otras personas: parientes, vecinos y, a veces, vendedores
del mercado local. Una salsa llamada “¿Y qué tiene?” ocultará
la amargura de los reclamos.
• El padre obtendrá una excusa para reprochar o hacer
comentarios sarcásticos: “Si eres tan bueno, ¿entonces por
qué... (inserta los hechos confesados)?”
 Desarróllate — tacha tus planes para el futuro
• Al niño se le exigen informes de su progreso. Al mismo
tiempo, se ignoran las formas de alcanzar los objetivos. Por
ejemplo, hay que avanzar en la carrera profesional, pero
siendo el trabajador auxiliar de mamá. O generar vínculos
útiles sin salir de la cocina.
• Un padre narciso se alegra del bienestar de su hijo por dos
razones:
• Los éxitos de los hijos se pueden usar para causar envidia
en los demás.
• Los hijos exitosos proporcionarán acceso a una vida mejor.
• También hay otros motivos. Al niño se le habla de los
escenarios idealizados para recordarle periódicamente
la distancia entre él y el preciado objetivo. La calificación
de “insuficiente” quedará en el inconsciente del niño para
siempre.
 Confía en mí — siempre mantente alerta
• ¿Privacidad? ¿Espacio personal? Pff... Según los padres
tóxicos estás pronunciando mal las palabras “revisión”
y “control”.
• Es moralmente difícil limitar el acceso al territorio
personal: los padres te acusarán de no confiar
en ellos. Vivir separado no te salvará: el juego de llaves
entregado “por si acaso”, será usado más de lo que piensas.
Después de cada revisión, tendrás que justificarte. ¿Qué, por
ejemplo, hace esa taza sucia sobre la mesa? ¿Por qué
se gastó tanto dinero en esa tontería?

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