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Narrar y narrarse: un camino para aprender en la evaluación

Narrate and narrate yourself: a way to learn in the evaluation

Celina Giorgio(1)

Resumen Summary

El relatar y relatarnos un acontecimiento, To tell and to tell ourselves an event, a


una clase, un momento pedagógico, class, a pedagogical moment, allows us
permite tender un puente con los to build bridges with concepts that many
conceptos, que muchas veces vistos a time, seen from an abstract point of
desde la abstracción, no parecen hallar view, do not seem to have an anchor in
un anclaje en la realidad. El relato permite, reality. The narration allows us, through
a través de analogías y metáforas, analogies and metaphors, to recreate
recrear una atmósfera liberadora, tanto a liberating atmosphere, both to who is
para quien relata como para quien narrating as well as to who is listening
escucha o lee. Entiendo que desde esa or reading. I understand that from this
perspectiva la narrativa constituye un perspective narration constitutes a
poderoso instrumento pedagógico para powerful pedagogical tool to think inside
pensar en el aula y fuera de ella, porque and outside the classroom, because it
nos interpela desde todos sus ángulos; questions us from every possible angle;
por este motivo, recurro a ella para for this reason, I resort to it in order to
desarrollar los conceptos y el planteo develop the concepts and the outline of
del tema. Estos recorridos muestran las the topic. These paths show the lights
luces y las sombras de instancias de and shadows of examination tests I
evaluación que transité como alumna y went through both as a student and as
como docente. Ser consciente de esas a teacher. To be aware of these testing
instancias es un modo de no caer en instances can be a way of not settling
la reproducción mecánica de la propia for the mechanical reproduction of one’s
experiencia. own experience.

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Revista de Educación

Palabras clave:Relato pedagógico; Key Words: Pedagogical narration;


evaluación; experiencia pedagógica; examination test; pedagogical experience;
educación transformadora; innovación transforming teaching; pedagogical
pedagógica innovation

Fecha de recepción: 17/12/2018


Primera Evaluación: 27/01/2019
Segunda Evaluación: 20/02/2019
Fecha de aceptación: 21/03/2018

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Narrar y narrarse: un camino para aprender en la evaluación

Introducción se esperaba y lo que sucedió, entre lo


Sobre el modo de realizar y presentar canónico y lo posible.
este artículo he cavilado mucho. En El relatar y relatarnos un
Realidad Mental y Mundos Posibles, J. acontecimiento, una clase, un momento
Bruner (1996) afirma que la narrativa es pedagógico, permite tender un puente
una modalidad de pensamiento, una forma con los conceptos, que muchas veces
de organizar la experiencia, presente vistos desde la abstracción, no parecen
tanto en la mente como en la cultura hallar un anclaje en la realidad. El
humanas. Así pues, inevitablemente relato permite, a través de analogías
recurrí a un cuento de Borges, El otro(2), y metáforas, recrear una atmósfera
en el que el Borges “joven” se encuentra liberadora, tanto para quien relata como
con el Borges “maduro”, en Cambridge o para quien escucha o lee. Entiendo que
en Ginebra, a la orilla de un río que puede desde esa perspectiva la narrativa, en
ser el Charles o el Ródano. Y más allá este caso y tal como afirman Celman
de las interpretaciones sobre el tópico (1998; 2003; 2011), Bruner (1997;
del doble o el del sueño, contiene una 2013) y otros, constituye un poderoso
frase que resume lo que para mí es un instrumento pedagógico para pensar
relato. Los personajes comentan primero en el aula y fuera de ella, porque nos
un verso de Víctor Hugo y luego un verso interpela desde todos sus ángulos;
de Whitman. El Borges viejo dice: “Si por este motivo, recurriré a ella para
Whitman la ha cantado […] es porque la desarrollar los conceptos y el planteo
deseaba y no sucedió. El poema gana si del tema.
adivinamos que es la manifestación de
un anhelo, no la historia de un hecho.”
Historia sin “había una vez”
Desde esta perspectiva, y sin
En marzo del 2019 llegaré a tener
presunción de verdad, la narrativa es
trece años trabajando en la docencia; se
también la manifestación de un anhelo,
diría que, a medida que los años pasan,
más que la exposición rigurosa y precisa
son cada vez más las incertidumbres a la
de un hecho científico. Es un anhelo
que esta profesión me enfrenta; tantas,
de constitución del yo, un espejo en el
que no pareciera encontrar un punto
que armamos y desarmamos nuestra
fijo en donde sostenerme. He tenido en
identidad. Así Bruner (2003), en La
esta década experiencias maravillosas,
fábrica de Historias, analiza la naturaleza
recuerdos terribles, alumnos inolvidables,
y estructura de los relatos para explicar
anécdotas tristísimas y otras felices,
por qué y cómo la narrativa constituye el
relatos para enmarcar y otros para
instrumento privilegiado, indispensable,
olvidar.
“inclusive obligado” de la cultura y de
la construcción de la identidad. Según Hace poco cursé el seminario de
la hipótesis del autor, la narrativa es Currículum, Didáctica y Evaluación,
un diálogo, una dialéctica entre lo que en la Facultad de Ciencias de la

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Revista de Educación

Educación, en el marco de la Maestría en mi cuaderno para tener “los apuntes al


Docencia Universitaria que se dicta en la día”. Con la toma de apuntes de clase
Universidad Nacional de Entre Ríos. Este pude darme cuenta de que el “nudo” de
seminario me permitió poner la mirada lo que importa está allí. Y por lo tanto, es
sobre esos trece años y al mismo tiempo eso a lo que el profesor le confiere valor.
sobre todos aquellos en que formé parte La etimología de evaluación, encierra
del sistema educativo como alumna: ese valor. Yo pude descubrir, mirando
universitaria, terciaria y secundaria. Me mis apuntes, qué iban a preguntar en
permitió entender que la matriz autoritaria los exámenes, en las pruebas, en las
con la que me educaron en un colegio integradoras, porque esos contenidos
de monjas, emerge cuando tiemblan mis habían sido desarrollados y explicados
conocimientos, o bien, cuando por error en clase, y salvo raras excepciones,
descubro que estoy dando contenidos de todos preguntaban sobre lo que habían
un programa que no es mío. dado.
Para empezar, diré que fui a una Aprender estas lógicas para sobrevivir
escuela que yo odiaba: exclusivamente en una secundaria detestable me brindó
de mujeres y con perfil mercantilista. herramientas para la universidad. La
Siempre supe que jamás pisaría un facultad de Lingua e Cultura Italiana, de
estudio contable a menos que fuese la Università per Stranieri di Perugia, es
decreto de ley, y hasta el momento, promotora de un sistema de evaluación
vengo invicta. En esa escuela de gestión diferente: el examen oral, pura y
privada aprendí a ser obediente para exclusivamente. Yo tenía muy poca
aprobar y desobediente para pensar. experiencia en la oralidad, porque mi
Siempre fui aquella que jamás aceptaba ejercicio era sobre la cultura escrita, la
la “verdad” única e indiscutible que toma de apuntes, y la oralidad suele ser
mis profesores tenían. Siempre quería más desprolija y caótica.
entender el porqué de las cosas, siempre
me pregunté por qué nos enseñaban la
Aprender a pensar sola
caridad como un valor importantísimo de
la sociedad y no la justicia social, aunque En Italia tuve que volver a aprender
en ese entonces no podía comprender a rendir exámenes para sobrevivir, pero
que justicia social era una utopía. en este aprendizaje hay experiencias que
jamás podré olvidar. Una de ellas fue el
Aprobé la mayoría de los exámenes
examen de Música Italiana. El examen
estudiando para los profesores. En
final consistía en encontrar alguna
4to año una profesora muy joven nos
ópera de las que habíamos analizado
preparó para “tomar apuntes” y nunca
en clase u otra que nos interesara que
más me olvidé de ello. Desde ese
cobrara algún sentido para nosotros en
tiempo hasta hoy, mis apuntes giran
ese momento. ¿Ópera? En mi cultura
fotocopiados por todos lados; incluso
musical la ópera sólo era un jingle de
cuando estudié en Italia, todos pedían

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alguna publicidad de moda. El camino exámenes ser yo misma, hablar de lo que


fue arduo, y al principio con muchos había amado en clases, de aquello que
obstáculos lingüísticos. Finalmente, se me había generado muchísima dificultad,
me ocurrió una idea: reescribir la obra de las lecturas que inexorablemente
completa en italiano contemporáneo. La llevaría a mi país, de las dificultades
ópera elegida fue Cavalleria rusticana como hispanófona para pronunciar o
de Pietro Mascagni, una obra de 1890, entonar, de mi realidad como extranjera
ambientada en una Sicilia pueblerina siendo legalmente italiana. Sé que
y teñida de las tradiciones locales. en este relato sobrevive una notable
Semejante empresa me llevó meses, contradicción: si me han enseñado a
porque no era solo traerla a la actualidad, pensar, como dijo mi profesor, la escuela
era también cargarla con los valores del de monjas habría tenido buena prensa.
siglo XXI. Cuando me presenté a rendir Pero yo omití voluntariamente que,
el examen oral llevé impresa la nueva después de la secundaria, pasé dos años
versión de Cavalleria rusticana y el en Paraná, cursando la Licenciatura en
profesor me preguntó: ¿No sabías que Comunicación Social. Y fue allí, donde
los exámenes aquí son orales? Entonces, en dos años, todas mis estructuras se
le acerqué las hojas impresas y le dije: hicieron añicos, y empecé a pensar sin
“Es que no puedo memorizar la versión filtros prefabricados.
completa”. Quedó en silencio mirando
las hojas durante unos minutos que
Recuperando la fe
fueron eternos y me dijo: “la haré pasar
al final de todos”. La espera fue eterna, En segundo año, rendí Stilistica e
hubo unos quince o veinte alumnos, Metrica italiana, con un profesor que
habíamos comenzado de mañana y en clases, movía sus manos y brazos
eran pasadas las seis de la tarde y yo como una marioneta, era histriónico y
seguía esperando. Cuando finalmente al mismo tiempo serio y profundo. El
entré, Ragni, el profesor, se puso de profesor Minciarelli nos leía poesía con
pie y me dijo: No me equivocaba con una voz extraída de otra dimensión, no
usted. Se nota que de donde viene, le era él, era cada uno de los poetas: Dante,
han enseñado a pensar. Fue la segunda Petrarca, Tasso, Quasimodo, Leopardi.
materia que rendí en Italia, y quizá, sin Todas esas voces estaban en él, y a
ese aliento no hubiese podido sobrevivir mí eso me conmovió mucho. Cuando
cuatro años lejos de mi familia. El valor llegué a rendir, -siempre oral- muchos
que él le dio a mi examen, seguramente alumnos habían desaprobado y me
plagado de errores gramaticales por dijeron que estaba de pésimo humor,
no ser italiana nativa, pudo por sobre que no me presentara, que esperara
cualquier disonancia y él encontró la mesa siguiente. Pero yo traía entre
en mí las ganas de crear y crecer. La manos –o en mi garganta- la voz de
Universidad italiana me permitió en los Giacomo Leopardi, y me había aprendido

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de memoria un poema que jamás olvidé: conocí por primera vez en Italia: Primo
A Silvia. El amor de Leopardi por esa Levi.
muchacha y la promesa de vida que se En esta ocasión, el examen final
auspiciaba en Silvia quedaron truncas de la carrera era la redacción del tema
por una enfermedad mortal que se la elegido por mí: el análisis estilístico de
llevó en su juventud. Rendíamos en dos obras de Primo Levi. No podría
su despacho, uno a la vez, y yo entré reseñar aquí lo que la lectura de Levi
con miedo. Le dije que nada me había trajo a mi vida, porque sería un capítulo
conmovido más que esa poesía tan aparte de otro trabajo. Sí puedo decir
fatalmente sincera, que atravesaba quizá que mi trabajo fue el primero en tratar
la pregunta de toda la raza humana un autor extranjero y una temática tan
cuando un joven muere: ¿por qué? Y poderosa como la literatura testimonial.
comencé a recitársela. Minciarelli estaba Pero en la mesa, cuando defendí mi
oculto tras sus gruesos lentes con duros tesis, una de las profesoras me dijo que
marcos negros. Mientras yo recitaba, él la literatura testimonial no era literatura.
movía los labios con disimulo, siguiendo Para ella, no cabía dentro de la “ficción”
verso a verso el poema que también y tampoco dentro de los “documentales”,
sabía de memoria. Cuando lo hube por lo tanto, se sentía perpleja y no le
terminado, se quitó los lentes y secó sus parecía buena mi elección. En vano
lágrimas. Me pidió que nunca olvidara intenté decirle que Levi después de
ese día, porque ese día, me dijo: “me haber sobrevivido a Auschwitz decidió
devolvió la fe en la educación”. escribir un libro para proporcionar “un
Los latinos somos explosivos y estudio sereno del alma humana” (3),
demasiado atrevidos, entonces me paré no para juzgar ni condenar, sino para
y lo abracé con un gesto filial. Aun hoy, comprender algunos aspectos de la
en mis clases de literatura universal, naturaleza humana, de aquello que el
recito a mis alumnos aquel poema que hombre es capaz de hacer y capaz de
me hizo pensar que la educación todo lo soportar, y de invitarnos a pensar, si ese
transforma. hombre, o esos, fueron hombres(4).
Desde lo personal, la lectura de Levi
No es literatura transformó mi vida, desde la evaluación
de mi trabajo final, solo sentí que
No todas las anécdotas sobre la
defraudaba a mis profesores. Y eso tiene
evaluación ha sido para mí un verdadero
un sabor muy amargo.
momento de transformación y no todas
ellas fueron tan afortunadas. Cuando
me recibí de profesora de Lengua y Una historia de color local
Literatura en la Escuela Normal Superior El maestro José María Firpo,
de Concordia, trabajé en el Seminario de recoge en un enternecedor libro titulado
Literaturas Comparadas un autor que La mosca es un incesto (1976) varios

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escritos del aprendizaje de sus alumnitos, que son innovadoras.


de entre 8 y 12 años, entre los cuales he La innovación –pensada en este
seleccionado uno dentro de los de “La caso como una visita didáctica a una
visita a la Conaprole”: industria lechera- podría haber sido
-Cuando llegamos el señor Alvariza también concebida como una instancia
empezó a hablarnos en la calle y como de evaluación. Pero si evaluáramos
había mucho ruido de autos, no oí nada. a este niño por lo que “aprendió”,
Después entramos y nos empezó a probablemente sería otro más de los
explicar cosas, pero las máquinas hacían “decapitados”, porque en su relato
mucho barullo, y no entendí. Fuimos a un aparece de manifiesto “no oí, no entendí”.
lado donde trabajaban unas empleadas Sin embargo, este fragmento de la vida
y mientras el señor explicaba, junto el cotidiana parece recuperar la percepción
Eduardo me estaba hablando, y no oí. natural que algunos estudiantes tienen
En seguida pasamos cerca de unas frente al acto pedagógico. Es decir,
máquinas grandiosas, en fila de a uno, que el ejercicio de recuperar a través
y como yo estaba al final, no entendí la de la narrativa la perspectiva personal
explicación. De allí fuimos a una pieza y única de esos niños hace que el
que había más máquinas parecidas a las maestro reflexione y pueda repensar sus
que hay en la fábrica de carteras donde prácticas. Imagino que el maestro, pudo
trabaja mi hermana, y que tienen como haber tomado este relato para “vigilar
un techito, y hacen un ruido bárbaro, y no y castigar” aún más a los “distraídos” o
oí lo que explica don Alvariza. Después pudo, en cambio, pensar una estrategia
nos dieron caramelos y nos fuimos. Fue para que en un futuro paseo didáctico
un paseo muy lindo. todos fueran partícipes de la propuesta.
Más allá de las sonrisas y ternura Desde el enfoque de la psicología
que este relato arranca, es conveniente cognitiva, J. Bruner (1997) plantea que la
pensarlo en clave educativa: ¿Cuántos educación es una búsqueda compleja por
alumnos pasan por el sistema sin oír adaptar una cultura a las necesidades de
nada, sin entender las explicaciones sus miembros y, al mismo tiempo, por
de nada y –finalmente- tienen un “lindo adaptar a sus miembros y sus modos de
paseo” en sus trayectorias escolares? De conocer a las necesidades de la cultura.
este relato se podrían extraer numerosas Y es importantísimo tener en cuenta que
conclusiones, pero esbozaré solo las representaciones y manifestaciones
algunas: la primera es que el maestro de la propia cultura constituyen una
tuvo demasiados niños en su paseo herramienta cargada de significación
didáctico y no pudo ver que uno siempre para quienes participan de ella.
quedaba fuera de la explicación. Y la El problema está, como indica Litwin
segunda, que no todas las experiencias (1998:17) en que una “actividad inventada
didácticas son fructíferas para todos los para la enseñanza, carente de valor y
estudiantes, más aún cuando uno cree

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sentido real, no implica ningún atractivo estudiantes podían elegir el tema que
o desafío para los estudiantes, no los más les interesara para profundizar y
compromete ni social ni cognitivamente exponerlo ante el tribunal. Me dijo que,
y cobra un valor totalmente extrínseco: en su gran mayoría, todos elegían temas
actividad para ser evaluada”. que habían sido desarrollados en clase,
Sin embargo, tengo mis dudas y que agregaban algunos ejemplos
respecto a lo que E. Litwin (1998:12) extraídos de la bibliografía de cátedra.
plantea unas páginas antes: “la Sin embargo, hubo un caso distinto. Una
evaluación sería tema periférico para estudiante que había tenido un cursado
informar respecto de los aprendizajes de regular presentó una investigación
los estudiantes, pero central para que el novedosa realizada por ella misma, un
docente pueda recapacitar respecto de trabajo sólido y coherente con bibliografía
su propuesta de enseñanza”. Desde mi que no estaba prevista por la cátedra.
experiencia la evaluación no es jamás un Presentó un power point en el que de
tema periférico o lateral, y en general me manera clara, sintética y profunda había
parece que es lo que vertebra todas las incorporado los trabajos en clase, las
instituciones educativas. Nos guste o no, lecturas extraclase y además toda la
como alumna y como docente, no pierdo nueva bibliografía que supo referenciar
de vista jamás que soy y seré siempre en su presentación.
evaluada y que ello representa una parte En consecuencia, el equipo de
importantísima de mi carrera. Inclusive cátedra, vio en esta estudiante un
para acreditar este seminario debo ser camino posible y diferente para explorar
evaluada. Por lo tanto, la afirmación de los propios intereses de los alumnos y
Litwin no me parece del todo sincera, ya las diversas lecturas que pueden traerse
que como alumna, preparar un examen para enriquecer el aula universitaria.
era parte constitutiva de mi ejercicio Desde entonces, esta actividad no
estudiantil y ahora como docente, de se hace ya frente a un tribunal, de
mi praxis diaria. La evaluación es a tal manera aislada, sino que fue un ejercicio
punto central –mal que nos pese- que colectivo, en el que el resto también debía
no podemos negarnos o abstenernos sugerir, criticar, repreguntar y analizar lo
de ella. que cada grupo presentaba. Entonces,
la instancia evaluadora se convirtió en
un poderoso instrumento de intercambio
Un camino diferente
y enriquecimiento –tanto grupal como
Hace poco, una colega me describió individual- donde se complejizaban
la forma en que evaluaba su materia; en niveles de análisis y por sobre todo, se
consonancia con lo que había planteado logró evitar el “sesgo aplicativo” (Maggio,
en su programa, cada estudiante 2018) que nuestras matrices clásicas
podía elegir un tema para presentarlo tienden a emerger con demasiada
al examen final oral. Es decir, los frecuencia.

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En este relato, la evaluación adquirió un rol fundamental como


autorregulador de las prácticas democratizadoras, ya que el equipo de cátedra
puso en diálogo los intereses de los alumnos junto con los propósitos de la materia.
Como propone Celman (2010: 5)
La participación en democracia nunca es igualitaria, pero su práctica
democratizadora construye sujetos capaces de participar en lo público. El intento
de corrernos del uso del poder vertical, descendente y concentrado en unos pocos,
para favorecer su circulación y análisis crítico entre todos los involucrados en el
proceso evaluativo es algo difícil y complejo, pero altamente deseable.

Notas
(1)Profesora de Lengua y Literatura; Profesora de Lengua y Cultura italiana.  Docente
Titular interina en Ingeniería en Mecatrónica, disciplina Desarrollo de la Competencia
Comunicativa. Facultad de Ciencias de la Alimentación - Universidad Nacional de
Entre Ríos.giorgioc@fcal.uner.edu.ar
(2)El otro en: Borges, J.L.(1975) El libro de Arena. Buenos Aires. Emecé Editores.
(3)P. LEVI. (2012) Trilogía de Auschwitz . Océano, Barcelona. P.27
(4)El título de la obra es Si esto es un hombre, publicada por Einaudi en 1947 con
muy poco éxito y republicada según Levi “cuando los italianos estaban dispuestos
a oír” en 1956 con reconocimiento internacional.

Bibliografía
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BRUNER, J. (2003). La fábrica de historias. 1ª Edición en español. Fondo de Cultura
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Aires, Paidós.
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de conocimiento? En Camilloni, A. y otros: La evaluación de los aprendizajes en el
debate didáctico contemporáneo. Buenos Aires, Paidós.
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CELMAN, S. (s/d) La narrativa como recurso en la enseñanza de la Evaluación
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