lista, símbolo de la fuerza de las armas y, museo nacional de historia-inah. Acrílico, 1967. 4.66 × 5.76 m. Debates legislativos y textos aprobados mediante las
Uso de la imagen fotográfica, autorizada por: Secretaría de Cultura-inah-Méx. reformas constitucionales promulgadas durante
por encima de éste, sobresale una mano y Fundación Cultural Jorge González Camarena, A.C. las legislaturas xxix-lxiii
(1920 - 2016)
V
Constituyentes de 1917 y, en el extremo in- sección tercera
V
ferior izquierdo, se advierten una hacienda Hacia una Constitución reordenada y consolidada
propuesta iij-unam | vol. vi
sección segunda
Tesis de jurisprudencia
en materia constitucional | vol. xii
Jurisprudencia interamericana | vol. xii
Créditos institucionales | vol. xii
Derechos
del pueblo mexicano
México a través de sus constituciones
V
sección segunda
Derechos
del pueblo mexicano
México a través de sus constituciones
V
sección segunda
transversalidad
constitucional con
prospectiva convencional
MÉXICO • 2016
342.72
M611d
2016
Derechos del pueblo mexicano : México a través de sus constituciones -- 9ª ed. -- Ciudad de
México : Miguel Ángel Porrúa, 2016
XII vol. : 17 × 23 cm.
Coedición: Cámara de Diputados, LXIII Legislatura : Suprema Corte de Justicia de la Nación :
Senado de la República, LXIII Legislatura : Tribunal Electoral del Poder Judicial de la
Federación : Instituto Nacional Electoral : Comisión Nacional de los Derechos Humanos
Coeditores de la novena edición: La novena edición de Derechos del pueblo mexicano. México a
través de sus constituciones, reproduce en su portada un fragmen-
Cámara de Diputados del H. Congreso de la Unión, to de la obra de Jorge González Camarena: Venustiano Carranza
LXIII Legislatura y la Constitución de 1917, conservada en el Castillo de Chapul-
Suprema Corte de Justicia de la Nación tepec, sede del Museo Nacional de Historia. La obra representa
al Primer Jefe del Ejército Constitucionalista, don Venustiano
Senado de la República, LXIII Legislatura
Carranza, quien erguido y con gran firmeza en su mano diestra
Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación
sostiene la pluma que sirvió para rubricar la nueva Constitución.
Instituto Nacional Electoral Reproducción de la imagen fotográfica, autorizada por:
Comisión Nacional de los Derechos Humanos Secretaría de Cultura-inah-Méx. y
Miguel Ángel Porrúa, librero-editor Fundación Cultural Jorge González Camarena, A.C.
1966, primera edición, XLVI Legislatura, VIII volúmenes Derechos reservados conforme a la ley
1978-1979, segunda edición, L Legislatura, XIII volúmenes ISBN 978-607-524-073-2 obra completa
1985, tercera edición, LII Legislatura, XIX volúmenes ISBN 978-607-524-078-7 volumen v
1994, cuarta edición, LV Legislatura, XII volúmenes
1997, LVI Legislatura, actualización volumen XIII Queda prohibida la reproducción parcial o total, directa o
2000, quinta edición, LVII Legislatura, XV volúmenes indirecta del contenido de la presente obra, sin contar pre-
2003, sexta edición, LVIII Legislatura, XVI volúmenes viamente con la autorización expresa y por escrito de los
2006, séptima edición, LIX Legislatura, XXV volúmenes editores, en términos de lo así previsto por la Ley Federal
2012, octava edición, LXI Legislatura, VII volúmenes del Derecho de Autor y, en su caso, por los tratados interna-
2016, novena edición, LXIII Legislatura, XII volúmenes cionales aplicables.
w w w. m a p o r r u a . c o m . m x
Chihuahua 34, Progreso -San Ángel, Álvaro Obregón, 01080, CD MX
Contenido | Sección segunda
Transversalidad constitucional
con prospectiva convencional
Volumen V
César Camacho
Transversalidad de la convencionalidad...................................................................................... 13
Imer B. Flores
Principio de igualdad y no discriminación en México..................................................... 123
Aída Díaz-Tendero
Dimensiones civil, política y social de la nueva Convención Interamericana
sobre la Protección de los Derechos Humanos de las Personas mayores............ 187
Contenido
Pobreza y exclusión social como factores determinantes
para el acceso a la vivienda, al agua potable y al saneamiento................................. 401
Alfredo Sánchez-Castañeda
El derecho al trabajo: Un derecho con
perspectiva convencional y de derechos humanos............................................................. 479
Pauline Capdevielle
Cien años de laicidad.
El Estado laico mexicano en la Constitución de 1917. . ................................................... 853
Pablo Larrañaga
Constitucionalismo económico, políticas públicas y derechos humanos............. 871
Contenido
Derechos de autor y propiedad industrial................................................................................ 911
Karina Ansolabehere
Designación de los ministros de la scj en México........................................................... 1051
Arturo Zaldívar
La protección de los derechos humanos a través del juicio de amparo
en el nuevo modelo constitucional............................................................................................. 1087
Guillermo E. Estrada Adán
Sección segunda | Volumen V
Abreviaturas
723
En este estado primigenio de evolución del dep —algunos de cuyos matices pre-
Sección segunda | Volumen V
Artículo 541. Recibida la solicitud se recabarán los datos necesarios acerca de la temibi-
lidad del reo, de la conducta que haya observado durante su prisión, de las manifestaciones
exteriores de arrepentimiento o de enmienda y sobre las inclinaciones que demuestre […]2
Cabe, en justicia, señalar que este concepto era acorde con el pensamiento de la
época. Precisamente, en el año de 1934, se aprobaron en la Liga de las Naciones las
primeras Reglas Mínimas para el Tratamiento de Prisioneros. A guisa de ejemplo, en
uno de sus preceptos se establecía:
Artículo 34. El principal propósito del tratamiento de prisioneros debiera ser acostumbrar-
los al trabajo y fortalecer su carácter moral.3
1
Sergio García Ramírez, comentario al artículo 18 constitucional, Derechos del pueblo mexicano. México a través de sus
constituciones, tomo iii, México, Cámara de Diputados, LVIII Legislatura-Miguel Ángel Porrúa, 2003, p. 735.
2
Según la reforma publicada el viernes 8 de diciembre de 1978, este precepto utiliza un lenguaje más refinado, pero
que encierra un contenido igualmente inquisitivo:
artículo 541.- Recibida la solicitud, se pedirán informes acerca de los requisitos a que se refieren las fracciones I
y II del artículo 84 del Código Penal, a la autoridad ejecutiva del reclusorio en el que el sentenciado se encuentre
compurgando la condena, la cual deberá acompañar además el dictamen que en cada caso emita el Consejo Técnico
Interdisciplinario.
[…]
En vista de estos informes y datos, se resolverá sobre la procedencia de la libertad solicitada y se fijarán las condi-
ciones a que su concesión deba sujetarse.
La fracción II del artículo 84 del Código Penal Federal, que continúa formalmente vigente mientras no entre en vigor
la Ley Nacional de Ejecución Penal, establece:
Art. 84. Se concederá libertad preparatoria al condenado […] II.- Que del examen de su personalidad se presuma
que está socialmente readaptado y en condiciones de no volver a delinquir, y […].
Esta norma ha sido desaplicada por ejecutoria dictada por el magistrado Nabor González Ruíz. Primer Tribunal Unita-
rio de Circuito. Centro Auxiliar de la Tercera Región, en expediente auxiliar 196/2013, al condiderar que “sigue acorde con
el paradigma del derecho penal de autor y no con el derecho penal de acto el cual es el que la Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicanos acoge actualmente”. Véase resolución señera en http://bit.ly/1TnrY1R .
3
Traducción libre. La versión íntegra del documento original en inglés puede consultarse en la liga: http://bit.
ly/1GprDp5.
Los Gobiernos de la Federación y de los Estados organizarán el sistema penal, en sus res-
pectivas jurisdicciones, sobre la base del trabajo, la capacitación para el mismo y la edu-
cación como medios para la readaptación social del delincuente.
En una prisión italiana, Cesar Lombroso —no abogado, sino médico, como tampoco fueron
juristas otros renovadores eminentes: Beccaria y Howard— exploraba la génesis del crimen
y culminaba en planteamientos que pondrían en entredicho, de nueva cuenta, toda la
teoría ética, la versión puramente moral, sobre la delincuencia.
A partir del positivismo criminológico italiano, de derivaciones, de importantes desarrollos,
de choques esclarecedores, de una dialéctica feliz, en suma, se obtuvo una más precisa
comprensión del fenómeno del crimen y se replanteó el papel de la pena y, sobre todo, de
la privación de libertad. No más la retribución del mal con el mal, ni la intimidación ge-
neralizada —pura prevención social— ni la expiación de la culpa gracias al bien del su-
frimiento: algo más, mucho más, la readaptación social —es decir, la llamada prevención
especial— obtenida a partir de datos germinales del delito y mediante una acción cientí-
fica, interdisciplinaria, coherente, que vaya a la raíz de las cosas y las explore y resuelva,
si es posible con méritos médicos, sociales, psicológicos, laborales, pedagógicos, etc., es
decir, con toda la riqueza y ampliación de visión que requiere la dilatada gama de genera-
dores del crimen que en su propio espectro plantean o replantean la extensa riqueza, el
abigarramiento, la heterogeneidad de la vida humana en el doble plano individual y social.
4
Sergio García Ramírez, Manual de prisiones, México, Porrúa,1970, p. 249.
5
Esta Ley fue publicada en el dof el 19 de mayo de 1971. Tanto la reforma constitucional de 1965 como la legislación
federal apuntada recibieron la influencia de las Reglas Mínimas para el Tratamiento de Reclusos (Reglas Mínimas), que
fueron adoptadas por el (Primer) Congreso de las Naciones Unidas para el Tratamiento de Prisioneros en 1955 y aprobadas
en por el Consejo Económico y Social en 1957. Su antecedente directo se encuentra en las Reglas Mínimas para el Trata-
miento de Prisioneros de la Liga de las Naciones de 1934. El 17 de diciembre de 2015, la Asamblea General, en la resolu-
ción A/RES/70/175, aprobó una versión revisada de las Reglas Mínimas, conocida como las Reglas Nelson Mandela. La
traducción al español se puede consultar en http://www.penalreform.org/wp-content/uploads/1957/06/ESP_Nelson-Mande-
la-Rules-Third-Committee-Resolution-5-November-2015.pdf. Una versión en inglés en la que pueden apreciarse los cam-
El sistema penitenciario se organizará sobre la base del respeto a los derechos humanos, del
trabajo, la capacitación para el mismo, la educación, la salud y el deporte como medios
para lograr la reinserción del sentenciado a la sociedad y procurar que no vuelva a delinquir,
observando los beneficios que para él prevé la ley.
En sentido estricto, se estima que la exigencia del respeto a los derechos humanos
constituye un agregado innecesario, puesto que se sobreentiende que todas las insti-
7
Palabras de Gabriel Delgadillo, secretario técnico de la Comisión de Derechos Humanos del Senado de la República en el
Foro “El Sistema Penitenciario en México”, organizado por el Instituto Nacional de Ciencias Penales el 18 de septiembre de 2015.
8
En este sentido, la Corte Europea de Derechos Humanos se ha pronunciado al resolver el caso Del Río Prada vs. Es-
paña. Demanda 42750/09. (“Doctrina Parot”) Sentencia. Estrasburgo, 21 de octubre de 2013. La Gran Sala de la Corte
determinó la aplicabilidad del régimen jurídico más benigno, que regulaba los reductivos de la pena en el momento en que
tuvieron lugar los hechos y no cuando entró en vigor, con posterioridad a su condena, debido a un cambio en la jurispruden-
cia del Tribunal Supremo de España, disponible en http://hudoc.echr.coe.int/sites/eng/Pages/search.aspx#{“fulltext”:
[“Inés del Río”],”documentcollectionid2”: [“grandchamber”,”chamber”]}
9
Esta Ley fue publicada en el dof el 19 de mayo de 1971. Tanto la reforma constitucional de 1965 como la legislación
federal apuntada recibieron la influencia de las Reglas Mínimas para el Tratamiento de Reclusos (Reglas Mínimas), que
fueron adoptadas por el (Primer) Congreso de las Naciones Unidas para el Tratamiento de Prisioneros en 1955 y aprobadas
por el Consejo Económico y Social en 1957. Su antecedente directo se encuentra en las Reglas Mínimas para el Tratamiento
de Prisioneros de la Liga de las Naciones de 1934. El 17 de diciembre de 2015, la Asamblea General, en la resolución A/
RES/70/175, aprobó una versión revisada de las Reglas Mínimas, conocida como las Reglas Nelson Mandela. La edición
traducción al español se puede consultar en http://www.penalreform.org/wp-content/uploads/1957/06/ESP_Nelson-Mande-
la-Rules-Third-Committee-Resolution-5-November-2015.pdf. Una versión en inglés en la que pueden apreciarse los cam-
bios sustantivos introducidos por las Reglas Mandela puede consultarse en http://www.penalreform.org/wp-content/
uploads/1957/06/PRI-Marked-version-of-Nelson-Mandela-Rules-3rd-Cmmttee-Resolution.pdf.
Derecho Penal de acto. Razones por las cuales la Constitución Política de los Estados
Unidos Mexicanos se decanta por dicho paradigma (interpretación sistemática de los ar-
tículos 1º, 14, tercer párrafo, 18, segundo párrafo, y 22, primer párrafo).10
A fin de determinar por qué el paradigma del derecho penal del acto encuentra protección
en nuestro orden jurídico, es necesario ubicar aquellos preceptos constitucionales que
protegen los valores de los que tal modelo se nutre. Para ello, en primer lugar, es impres-
cindible referir al artículo 1o. constitucional, pues como ha sostenido esta Suprema Corte
de Justicia de la Nación, la dignidad humana por él protegida es la condición y base de
todos los derechos humanos. Además, al proteger la autonomía de la persona, rechaza
cualquier modelo de Estado autoritario que permita proscribir ideologías o forzar modelos
de excelencia humana a través del uso del poder punitivo. Por ende, el derecho penal no
puede sancionar la ausencia de determinadas cualidades o la personalidad, porque está
limitado a juzgar actos. Afirmación que necesariamente debe ser enlazada con el principio
de legalidad, protegido por el artículo 14, tercer párrafo, de la Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicanos, al establecer que en los juicios del orden criminal queda pro-
hibido imponer, por simple analogía, y aun por mayoría de razón, pena alguna que no esté
decretada por una ley exactamente aplicable al delito de que se trata. Esta disposición es
la que revela, del modo más claro y literal posible, que el derecho penal únicamente pue-
de prohibir la comisión de conductas específicas (no la personalidad); es decir, sólo aquel
acto prohibido por una norma penal, clara y explícita, puede dar lugar a una sanción. Por
otro lado, también debe considerarse el actual contenido del segundo párrafo del artículo
18 constitucional. El abandono del término “readaptación” y su sustitución por el de “re-
inserción”, a partir de la reforma constitucional de junio de 2008, prueba que la pena
adquiere nuevas connotaciones. El hecho de que la Constitución haya eliminado la posi-
bilidad de que el sistema penal opere bajo la premisa de que alguien es desadaptado,
fundamenta la convicción de que nuestro sistema se decanta por un derecho penal sancio-
nador de delitos, no de personalidades. Así, el abandono del término “delincuente” también
exhibe la intención del constituyente permanente de eliminar cualquier vestigio de un
“derecho penal de autor”, permisivo de la estigmatización de quien ha cometido un deli-
to. Esta conclusión se enlaza con la prohibición de penas inusitadas contenida en el ar-
tículo 22, primer párrafo, constitucional, la cual reafirma la prohibición de que cualquier
consideración vinculada con etiquetas a la personalidad tenga incidencia en la punición.
10
scjn. Primera Sala. Décima Época. Tesis de jurisprudencia por reiteración aprobada el 5 de marzo de 2014, bajo el
número 21/2014. Registro: 2005918.
11
scjn. Primera Sala. Décima Época. Tesis de jurisprudencia por reiteración aprobada el 26 de febrero de 2014 bajo el
número 19/2014. Registro: 2005883.
12
Una de las últimas expresiones del derecho penal de autor en la legislación sustantiva de la ahora Ciudad de México
fue invalidada recientemente en la jurisprudencia por contradicción de la Primera Sala del scjn, bajo el rubro: “Individuali-
zación de la pena tratándose de delito no culposo. El juzgador no debe tomar en consideración los dictámenes periciales
tendentes a conocer la personalidad del inculpado (Legislación del Distrito Federal) [interrupción de la jurisprudencia 1a./j.
175/2007]”. Tesis de jurisprudencia 20/2014 (10a.). Aprobada por la Primera Sala. Registro: 2005884.
13
Modificación de las penas. La determinación relativa al traslado de sentenciados de un centro penitenciario a otro
está reservada al Poder Judicial, conforme al artículo 21, párrafo tercero, de la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos. scjn. Primera Sala. Décima Época. Amparo en revisión 151/2011. 12 de enero de 2012. Tesis Aislada. Unanimi-
dad de once votos. Ponente: Sergio Valls Hernández. 1º de octubre de 2012. Registro: 160693.
Concepción de Persona imputable pero de- Persona imputable con ca- Persona imputable y normal:
la ppl. generada. Objeto de en- rencias bio-psico-sociales vinculada a consecuencias
mienda. que favorecen su tendencia de Derecho, ya sea por una
a delinquir. Es objeto de co- acusación o por una pena
rrección o readaptación a impuesta. Sujeto de derechos
partir de su condena. y obligaciones.
Relación entre Relación de supra y subordinación entre la autoridad La autoridad administrativa
la autoridad ad- administrativa y la ppl. Se consideraba propia del Dere- interviene como auxiliar del
ministrativa y la cho Administrativo sin que existiera un marco jurídico juez del proceso. Cuando una
ppl en la ejecu- para resolver controversias en forma ordinaria entre am- controversia se judicializa du-
ción penal. bas en un plano de igualdad procesal (salvo la posibilidad rante la ejecución, la autori-
del procedimiento contencioso-administrativo, que fue dad administrativa es contra-
mínimamente utilizada, y el juicio de amparo, de difícil parte del interno/a y ambos
acceso). quedan sometidos al juez de
ejecución.
Objeto de la eje- Lograr el arrepentimiento y Aplicar un tratamiento co- Imponer una sanción, vista
cución penal enmienda de la persona rrectivo mediante la educa- como privación o restricción
respecto de la sentenciada. ción y otras medidas. coactiva de bienes jurídicos
ppl. en condiciones de vida dig-
na y segura.
Ratio decidendi Alcanzar la enmienda del Lograr la evolución o progre- La gobernabilidad del Centro
de la reducción reo. so del reo a partir de un tra- se ha favorecido como apoyo
de las penas. tamiento medible con estu- en incentivos de libertad an-
dios de personalidad. ticipada.
D e s t i n a t a r i o s La ppl, objeto de regenera- La ppl objeto del sistema La autoridad, objeto de fa-
principales de ción. progresivo. cultades y deberes. La ppl
las normas en la sujeta a derechos y obliga-
materia. ciones.
Naturaleza jurí- Administrativa (con el apoyo de disciplinas conductua- Constitucional y Penal.14
dica de las nor- les).
mas aplicables.
Referencia tem- La regeneración y la readaptación constituyen un proce- La reinserción social es un
poral. so progresivo en forma de tratamiento en internación estatus jurídico que se alcan-
—que puede continuar en el periodo en externación que za cuando se extinguen la
inicia con la (pre)liberación de la persona— y concluye pena o la prisión cautelar.
con la extinción de la pena.
14
Las normas administrativas únicamente regulan la parte orgánica de las entidades públicas intervinientes en la eje-
14
cución penal. De igual manera, son de naturaleza administrativa las normas que regulan las sanciones administrativas a las
ppl, aunque se incorporen a la lnep y queden sujetas a control judicial. En cuanto a la prestación de servicios en la ejecución
penal, tales como los educativos y laborales, si bien éstos se proporcionan por autoridades administrativas, las controversias
sobre su acceso y satisfacción se ventilan en la jurisdicción de ejecución penal en razón de que el título para su prestación
proviene de una resolución penal judicial en ejecución.
15
scjn. Control de constitucionalidad y de convencionalidad (reforma constitucional de 10 de junio de 2011). Contra-
dicción de tesis 259/2011. Entre las sustentadas por el Primer y Segundo Tribunales Colegiados, ambos del Trigésimo Cir-
cuito. 30 de noviembre de 2011. mayoría de tres votos. Disidentes: Guillermo I. Ortiz Mayagoitia y José Ramón Cossío Díaz.
Ponente: Jorge Mario Pardo Rebolledo. Secretario: Jesús Antonio Sepúlveda Castro.
fundamento
a) órgano constitucional posible resultado forma
17
16
scjn. Pleno. Novena Época, sentencia Ejecutoria. 14 de julio de 2011. mayoría de siete votos de los señores ministros
Cossío Díaz, Franco González Salas, Zaldívar Lelo de Larrea, Valls Hernández, Sánchez Cordero de García Villegas, Ortiz
Mayagoitia y presidente Silva Meza, votaron en contra los señores ministros Aguirre Anguiano, así como los señores ministros
Pardo Rebolledo y Aguilar Morales por estimar que ésta no es la instancia adecuada para realizar este análisis. 4 de octubre
de 2011.
17
Esta forma incidental de ningún modo implica la apertura de un expediente por cuerda separada, sino que debe en-
tenderse como la posibilidad de inaplicación durante el proceso correspondiente (asterisco de la scjn).
nos, ni de procedimientos judiciales para hacer valer dicho trato digno en el ámbito de
la ejecución penal. Esta circunstancia tiene que ver con la perspectiva correccional
con que fueron elaborados ambos instrumentos.
Entre los órganos de Naciones Unidas, el Subcomité Contra la Tortura dio un paso
significativo al reconocer la falta de protección jurídica para las personas en reclusión,
la falta de respeto a las garantías procesales específicas de las ppl (condenadas o en
prisión preventiva) y, específicamente, la necesidad de un control judicial en la materia:
55. En el caso concreto de las prisiones, existen diversos factores culturales, como la idea
de que los presos están “fuera de la sociedad” o de que son personas “peligrosas”, así
como las reacciones de los medios de información ante la inseguridad pública, que favo-
recen el abandono y la vulnerabilidad de las personas condenadas o en prisión preventiva.
56. Desde una perspectiva jurídica, la insuficiencia de la protección que se da a los reclu-
sos queda reflejada en el hecho de que no estén claramente establecidos los derechos
sustantivos que, como norma general, los reclusos conservan incluso mientras permanecen
en prisión. Desde que se inicia la privación de libertad, debe quedar claro que sólo se
suspenden o se restringen algunos de los derechos de los reclusos. Además, es preciso
definir y garantizar los derechos que las autoridades penitenciarias deben respetar.
57. La inexistencia de un marco jurídico, tanto orgánico como procesal, facilita y propicia
la impunidad, más violaciones de los derechos humanos y la ausencia de las garantías
necesarias para que los reclusos disfruten de sus derechos. Esas garantías incluyen la
existencia de órganos y salvaguardias procesales. Se suele decir que “las leyes son buenas,
pero lo que hace falta es cumplirlas”. Sin embargo, el problema no es exclusivamente
práctico, sino que también guarda relación con las deficiencias de las normas que deberían
garantizar la disponibilidad de los órganos procesales y de los recursos necesarios para
hacer valer los derechos de los reclusos. En realidad, las personas privadas de libertad
tienen “derechos sin garantías”.20
20
Naciones Unidas. Quinto informe anual del Subcomité para la Prevención de la Tortura y Otros Tratos o Penas Crue-
les, Inhumanos o Degradantes. Ginebra. 19 de marzo de 2012. 48º periodo de sesiones del Comité contra la Tortura.
21
Comisión Interamericana de Derechos Humanos. Resolución 1/08, disponible en http://www.oas.org/es/cidh/manda-
to/Basicos/PrincipiosPPL.asp
22
Comisión Interamericana de Derechos Humanos. Informe sobre los Derechos Humanos de las Personas Privadas de la
Libertad en las Américas. 31 de diciembre de 2011. Párrafo 248. http://www.oas.org/es/cidh/ppl/docs/pdf/PPL2011esp.pdf
23
Regla 4.2. Obsérvese que si bien en la primera parte de esta sub regla el verbo ofrecer denota que los servicios res-
pectivos serían voluntarios, en la parte final se vinculan estos servicios con las necesidades de tratamiento individual, lo que
le menoscaba su carácter voluntario dado que la autoridad se considera no sólo legitimada, sino obligada a dar un tratamien-
to a las personas privadas de la libertad sentenciadas.
artículo 5º, numeral 6: “Las penas privativas de la libertad tendrán como finalidad
esencial la reforma y readaptación social de los condenados” (énfasis añadido).
En el ámbito universal, el artículo 9º, numeral 3, del Pacto Internacional de Dere-
chos Civiles y Políticos25 utiliza un lenguaje similarmente obsoleto: “El régimen peni-
tenciario consistirá en un tratamiento cuya finalidad esencial será la reforma y la rea-
daptación social de los penados” (énfasis agregado).
En el mismo sentido, la Comisión refrenda sin matices un pensamiento no secular,
pronunciándose por la “reforma y readaptación social de los condenados”, “la reforma
y rehabilitación social de los condenados”, “la reforma, la rehabilitación personal de
los condenados, la resocialización y reintegración familiar (sic)”, o simplemente su
“rehabilitación”.26
Luigi Ferrajoli explica las raíces de la extendida inspiración correccional como
consecuencia de:
[La convergencia de] las tres corrientes políticas y culturales que han contribuido a la
formación del texto constitucional y a la subsiguiente reforma penitenciaria: la católica,
portadora de la concepción de la pena como enmienda del reo; la liberal-conservadora,
autora de la función terapéutica e integracionista de la pena; la comunista, en sus vertien-
tes leninistas y gramscianas, inspirada en proyectos penales de tipo pedagógico y resocia-
lizante.27
David Garland, por su parte, ofrece elementos para a identificar algunas de las
causas que sostienen la permanencia de las posturas correccionalistas:
[…] los profesionales que administran el sistema conforman el grupo de interés más gran-
de y, quizá sea al que se presta más atención y el de mayor influencia en la política peni-
tenciaria y la práctica institucional [ellos son identificados como] “un profesional que
ayuda”, que tiene estatus, una imagen pública y una carrera pública acorde con ese papel…
una razón por la que el ethos rehabilitador fue tan favorecido por los funcionarios públicos
de casi todos los países.28
24
Adoptada en 1969 y en vigor desde 1978.
25
Adoptado en 1966 y en vigor desde 1976.
26
Comisión Interamericana de Derechos Humanos. Informe sobre la situación de derechos humanos en México, 1998.
Prefacio y párrafos 3, 25, 119, 330, 446, 454, 460, 605, 609, 610, 612, 613, 624 y 630, disponible en http://www.oas.org/
es/cidh/ppl/docs/pdf/PPL2011esp.pdf.
27
Luigi Ferrajoli, Derecho y razón. Teoría del Garantismo Penal, Madrid, 1995, p. 720.
28
David Garland, Castigo y sociedad moderna. Un estudio de la teoría social, México, Siglo XXI Editores, 2006.
Reglas Nelson Mandela Desarrollo del derecho al proyec- Integración del criterio orientador
to de vida en el Sistema Interame- del didh, de acuerdo con la inter-
ricano de Derechos Humanos. dependencia y la progresividad de
los ddhh.
“Regla 3. La prisión y demás me- En los párrafos 88 y 89 de la sen- El hecho mismo de la prisión res-
didas cuyo efecto es separar a una tencia de la Coridh en el caso de tringe a la ppl de su derecho a la
persona del mundo exterior son Gutiérrez Soler versus Colombia, autodeterminación; no obstante, en
aflictivas por el hecho mismo de de fecha 12 de septiembre de la medida en que sea compatible
que despojan a esa persona de su 2005,30 se adopta el concepto de con la imposición de la prisión, las
derecho a la autodeterminación al afectación al proyecto de vida, ppl conservan su proyecto de vida.
privarla de su libertad. hecho valer en este caso por la Toda afectación coactiva al proyec-
cidh. Su formulación, por el juez to de vida que no obedezca a las
Antônio A. Cançado Trindade, al necesidades de gobernabilidad
emitir su voto particular concu- del centro constituye una forma de
rrente en dicho caso, ha adquirido agravar la prisión preventiva o re-
carta de naturalización en el sis- tributiva.
tema interamericano.31
30 31
Las Reglas Nelson Mandela mantienen la inercia de equiparar la privación de la
libertad con la pérdida del derecho a la autodeterminación. El desarrollo jurispruden-
cial del didh de fuente interamericana supera dicha inercia al limitarse a restringir el
29
Artículo 30. “Nada en esta Declaración podrá interpretarse en el sentido de que confiere derecho alguno al Estado,
a un grupo o a una persona, para emprender y desarrollar actividades o realizar actos tendientes a la supresión de cualquie-
ra de los derechos y libertades proclamados en esta Declaración”.
30
Coridh. Caso Gutiérrez Soler vs. Colombia, sentencia de 12 de diciembre de 2005. http://www.corteidh.or.cr/docs/
casos/articulos/seriec_132_esp.pdf
31
Véase: Coridh, Familia Barrios vs. Venezuela, sentencia de 24 de noviembre de 2011, fondo, reparaciones y costas.
Numeral 296, disponible en http://corteidh.or.cr/docs/casos/articulos/seriec_237_esp.pdf. Consulta realizada el 20 de julio
de 2015.
Sentencias de amparo cuyo cumplimiento implica un pago. Aun cuando las autoridades
puedan solicitar una ampliación del presupuesto para acatarlas también están obligadas a
instrumentar simultáneamente, para ese fin, mecanismos de transferencias y adecuaciones
de las partidas que lo integran.37
Ámbito convencional
cuito. 30 de noviembre de 2011. mayoría de tres votos. Disidentes: Guillermo I. Ortiz Mayagoitia y José Ramón Cossío Díaz.
Ponente: Jorge Mario Pardo Rebolledo. Secretario: Jesús Antonio Sepúlveda Castro.
37
scjn. Pleno, Novena Época. Jurisprudencia. Incidentes de inejecución 542/2008, 599/2009. 623/2009, 624/2009,
656/2009, todos ellos resueltos por unanimidad. 14 de marzo de 2011. Registro: 162469.
Derecho comparado
Lo anterior muestra un enorme desfase entre la reforma al proceso penal que se ins-
trumentó en Chile para garantizar los derechos humanos de las personas penalmente
procesadas desde principios de la misma década y la falta de protección a los derechos
de las mismas personas ya en prisión. Al resolver el recurso respecto del Centro de
Detención Preventiva Santiago Sur, la Coridh constató que los internos:
[…] se encontraban durmiendo a la intemperie, sin un techo que los cobijara, en improvi-
sadas carpas de plástico y frazadas hechas por ellos, sin catres ni frazadas que los prote-
gieran del frío, en condiciones paupérrimas de salubridad e higiene y con un espacio físi-
co que les impedía cualquier posibilidad de desplazamiento, […]
La citada Corte expresó las razones que enseguida exhibe Claudio Nash y que
hacen patente la necesidad de un control de convencionalidad:42
Además [de algunos otros argumentos de forma], la Corte Suprema rechaza el recurso
atendido el hecho que “las situaciones denunciadas, en concepto de esta Corte, exceden
el ámbito propio del recurso de protección que contempla el artículo 20 de la Constitución
Política de la República”. Si bien la situación deficitaria al interior de las cárceles es real,
“no es coyuntural, se arrastra de épocas pasadas y si bien corresponde al Estado velar por
38
Coridh, sentencia de Excepciones preliminares, fondo, reparaciones y costas. 23 de noviembre de 2010. Serie C. No.
218, párr. 198.
39
Coridh. Excepción preliminar, fondo, reparaciones y costas, sentencia 20 de noviembre de 2007, serie C, núm. 169,
párr. 88.
40
Coridh, sentencia de 5 de julio de 2006, serie C, núm. 150, párr. 85.
41
Coridh, sentencia de 15 de septiembre de 2005, serie C, núm. 133, párr. 96.
42
Claudio Nash Rojas, La concepción de derechos fundamentales en Latinoamérica, México, Fontamara, 2010, p. 195.
La prisión preventiva puede asimilarse a las dos caras de una moneda, una de ellas
constituye una medida cautelar, decretada por los jueces de instancia de acuerdo con
los fines del proceso; la otra, es la prisión material, impuesta a cuenta de la pena pri-
vativa de la libertad, instrumentada por la autoridad administrativa y sujeta a la pro-
tección del juez de ejecución penal. Ambas, la prisión previa y la prisión posterior a la
sentencia se imponen a partir de resoluciones judiciales que se dictan en momentos
distintos y obedecen a supuestos también distintos. No obstante lo anterior, ambas
tienen la misma naturaleza fáctica en cuanto a privación coactiva de la libertad. Así lo
entendió el Pleno de la scjn hace cerca de un siglo:45
43
Publicada en el Diario Oficial de la Federación, 16 de junio de 2016, edición vespertina.
44
Disponible en http://www.oas.org/es/cidh/ppl/informes/pdfs/informe-pp-2013-es.pdf.
45
scjn Pleno, tesis aislada. Amparo penal en revisión. 14 de agosto de 1918. mayoría de ocho votos en cuanto al primer
punto y por unanimidad de once votos respecto al segundo. Disidentes: José M. Truchuelo, Enrique Cruz y Enrique M. de los
Ríos. La publicación no menciona el nombre del ponente. Registro 290298.
Aun cuando técnicamente no es una pena corporal, está equiparada a ella y produce su
principal efecto, que es la privación de la libertad.
Prisión preventiva como medida cautelar y como pena equiparada
Derecho Derecho
Procesal Penal de Ejecución Penal
Para los efectos del dep: la prisión preventiva es prisión, por ello el tiempo trans-
currido en prisión preventiva se abona al de la pena. En consecuencia, cuando se
impone la prisión, sea cautelar o condenatoria, deben aplicarse también todos los
medios de protección, entre ellos la jurisdicción especializada en cuestiones de reclu-
sión, es decir, la de ejecución penal. De lo contrario, se caería en un contrasentido: que
la situación de los presos en espera de sentencia sea peor que la de quienes ya vieron
derrotada su presunción de inocencia.
En este orden de ideas, cabe mencionar que la presunción de inocencia no se
defiende:
La prisión preventiva oficiosa se impone motu proprio por los jueces al considerar la
gravedad del delito cuya comisión será objeto de investigación, a partir del listado del
segundo párrafo del artículo 19 constitucional, a saber: delincuencia organizada, ho-
micidio doloso, violación, secuestro, trata de personas, delitos cometidos por medios
violentos como armas y explosivos, así como los delitos graves que determine la ley en
contra de la seguridad de la nación, el libre desarrollo de la personalidad y de su salud.
Por definición, esta modalidad de prisión preventiva excluye el análisis de la ne-
cesidad de cautela, elemento central de su justificación excepcional en el Sistema
Interamericano, por lo que su validez tarde o temprano se decidirá por la Coridh.
49
Informe sobre la visita a Argentina del Subcomité para la Prevención de la Tortura y Otros Tratos o Penas Crueles,
Inhumanos o Degradantes CAT/Op/Arg/1 27 de noviembre de 2013, disponible en http://tbinternet.ohchr.org/_layouts/trea-
tybodyexternal/Download.aspx?symbolno=CAT%2fOP%2fARG%2f1&Lang=en.
50
Véase Luigi Ferrajoli, op. cit., p. 223.
Es una constante que los sistemas políticos autoritarios producen figuras y sistemas
jurídicos inquisitivos, con el mismo tinte autoritario. En cambio, los sistemas políticos
Al igual que la prisión preventiva y que la pena de prisión, la ejecución del arraigo no
obedece a fines propios, sino al cumplimiento de una resolución judicial que constitu-
ye el título jurídico para encerrar a las personas por periodos determinados o determi-
nables, por lo que su régimen jurídico es similar al de la prisión y puede definirse a
partir de la categorización de los derechos que se restringen, que se adquieren y que
se conservan durante su imposición.51 Notoriamente, la duración del arraigo implica
adecuaciones respecto de la prisión. Así, por ejemplo, el derecho de acceso a la edu-
cación de la persona arraigada tendrá una dimensión más limitada que el de la perso-
na que cumple una pena de prisión o se encuentra bajo prisión preventiva.
Del mismo modo que en el caso de la prisión preventiva oficiosa, es previsible
que, pese a la interpretación de la scnj respecto de los límites de la convencionalidad
definidos en la Contradicción de tesis 293/2011 antes citada, el Sistema Interameri-
cano de Justicia decrete la violación de la Convención Americana sobre Derechos
Humanos y que, como consecuencia de ello, se elimine finalmente la figura del arrai-
go en México.
51
Véase al respecto el “Tríptico de los Derechos en Ejecución Penal”, disponible en http://bit.ly/1TzukNh.