PSICOLOGIA-Definición de la profesión
CONGRESO-Competencia de regulación-Exclusiones
La fijación de determinados paradigmas conceptuales no hace parte de
aquellos condicionamientos y limitaciones que la Constitución autoriza al
legislador imponer, respecto del servicio público de educación
Magistrada Ponente:
Dra. CLARA INÉS VARGAS
HERNÁNDEZ
SENTENCIA
I. ANTECEDENTES
El Congreso de Colombia
DECRETA:
TITULOI
DE LA PROFESION DE PSICOLOGIA
Titulo II
DISPOSICIONES GENERALES
Artículo 2º. De los principios generales. Los psicólogos que ejerzan su profesión
en Colombia se regirán por los siguientes principios universales:
(…)
5. Confidencialidad. Los psicólogos tienen una obligación básica respecto a la
confidencialidad de la información obtenida de las personas en el desarrollo de su
trabajo como psicólogos. Revelarán tal información a los demás sólo con el
consentimiento de la persona o del representante legal de la persona, excepto en
aquellas circunstancias particulares en que no hacerlo llevaría a un evidente daño a
la persona u a otros. Los psicólogos informarán a sus usuarios de las limitaciones
legales de la confidencialidad.
(…)
Título VII
(…)
b) Cuando las autoridades legales lo soliciten, solo en aquellos casos previstos por la
ley, la información que se suministre será estrictamente la necesaria;
III. LA DEMANDA
Los actores afirman que las expresiones “desde la perspectiva del paradigma
de la complejidad” contenidas en el artículo 1º de la Ley 1090 de 2006,
vulneran las libertades de enseñanza, aprendizaje, investigación y cátedra
(C.Po art. 27), pues “la imposición de un único paradigma desconoce la
historia misma de la psicología y las escuelas que la integran”,
especialmente aquellas que son “abiertamente opuestas y contrarias a este
paradigma como el psicoanálisis, el conductismo y la piagetiana entre
otras”.
IV. INTERVENCIONES
Advierte que con las mismas se dejan por fuera disciplinas como el
psicoanálisis y las corrientes denominadas humanísticas y limitan la fuente del
conocimiento de la psicología a los estudios basados en experimentación
controlada y en métodos estadísticos. Cosa muy distinta, indica, es que en
muchos casos las investigaciones controladas han dado resultados
confirmatorios de postulados previos que habían sido planteados por medios
distintos al método científico, que aprovecha el mencionado “paradigma de la
complejidad”.
Manifiesta que el hecho de favorecer una teoría sobre otra es un claro ejemplo
del ejercicio de sus libertades individuales, de conciencia y de desarrollarse
libremente. Pero que “una cosa muy distinta es que el Estado mismo, como
regulador y legislador, favorezca vertientes teóricas sobre otras. En este caso
se tiene un atentado contra las libertades de los individuos que busquen
investigar o desarrollar su disciplina y conocimientos de maneras que no son
compatibles” o no son relevantes desde el punto de vista del “paradigma de la
complejidad”.
Explica que favorecer una teoría psicológica equivale a favorecer una teoría
jurídica sobre otra y advierte que, a partir de la vigencia de la Ley 1090 de
2006, podría interpretarse como prohibida la enseñanza de otras vertientes y
teorías psicológicas incompatibles con la teoría privilegiada. Es así que “la
libertad de cátedra, la libertad de enseñanza y de conciencia, además del
libre desarrollo de la personalidad se ven vulnerados por la restricción
interpretativa a una sola escuela de la psicología, cuando hay varias
vertientes y múltiples posibles interpretaciones sobre la forma de abordar los
estudios psicológicos.”
En relación con las demás normas acusadas, solicita se apliquen los mismos
criterios establecidos por la Corte en materia del secreto profesional del
médico.
La Vista Fiscal afirma que el paradigma de la complejidad “es sólo una de las
numerosas opciones ideológicas existentes para la comprensión del ser
humano y de su entorno”. Recuerda que el paradigma de la complejidad fue
expuesto por “Edgar Morin (1977, 1980, 1984, 1986, 1991, 1994, 1995,
1996), en contraposición a lo que denomina paradigma de la simplificación.
Esta concepción analiza los fenómenos multidimensionales de la sociedad y
de la humanidad, en su totalidad y en su complejidad multidimensional e
interrelacionada: la complejidad antropológica, sociológica, ética, política,
histórica. El paradigma de la complejidad distingue entre el ser y el entorno,
pero no los separa fracturando la relación que es posible ver entre ellos, sino
que los liga.1”
De acuerdo con lo anterior opina que, tal y como lo señalan los demandantes,
las expresiones acusadas circunscriben el aprendizaje, la investigación y el
desarrollo profesional de la Psicología a una ideología científica determinada
-el paradigma de la complejidad-, y excluyen, sin justificación aparente, una
amplia gama de corrientes de pensamiento que igualmente abordan los
procesos de desarrollo cognoscitivo, emocional y social del ser humano, por
lo cual vulneran el derecho al libre desarrollo de la personalidad y la libertad
de enseñanza y de cátedra, según desarrollo de la Sentencia SU-642 de 1998.
Sostiene que en este caso no cabe duda que las violaciones de los derechos
humanos, los malos tratos o las condiciones de reclusión crueles, inhumanas o
degradantes de que sea víctima cualquier persona y de las cuales tenga
conocimiento un psicólogo en razón de su profesión son situaciones extremas
cuya revelación desplaza el secreto profesional en cuanto comprometen
valores superiores como el derecho a la vida, a la dignidad humana y a la
libertad, razón por la que el Despacho considera que el artículo 14 acusado se
aviene a la Carta Política, sin dejar de lado que la información susceptible de
ser revelada es aquella relacionada con la situación respectiva, pues sería
irrazonable y desproporcionado que toda la información proveniente del
paciente fuera suministrada por el profesional, olvidando que deben
mantenerse en la reserva aquellos datos y hechos de la vida íntima que no
tienen conexidad con los hechos a que se refiere la norma.
Competencia
Problemas jurídicos
Dicha Ley regula la profesión de la psicología en siete (7) títulos. A saber: (i)
Titulo I. De la Profesión de Psicología; (ii) Titulo II. Disposiciones Generales;
5 El Proyecto fue presentado por el Representante Alonso Acosta Osio.
(iii) Titulo III. De la Actividad Profesional del Psicólogo; (iv) Título IV. De los
Requisitos Para el Ejercicio de la Profesión de Psicólogo; (v) Título V. De los
Derechos, Deberes, Obligaciones y Prohibiciones del Profesional de
Psicología; (vi) Título VI. De las Funciones Públicas del Colegio Colombiano
de Psicólogos; (vii) Título VII. Del Código Deontológico y Bioético para el
Ejercicio de la Profesión de Psicología.
La mencionada ley contemplaba como funciones del Psicólogo titulado entre otras, la
utilización de métodos y técnicas psicológicas con los objetivos de investigación
básica y aplicada, docencia, diagnóstico psicológico, tratamiento psicológico,
orientación y selección vocacional y profesional, análisis y modificación del
comportamiento individual o grupal y profilaxis psicológica.
Hoy, pasados once años de la citada regulación y ante los avances de la ciencias y las
biotecnologías y el desarrollo de la sociedad con connotación en el tejido social y con
la expedición de la Carta Magna de 1991 y la legislación en materia de educación, se
hace necesario que se reglamente la profesión de Psicología teniendo en cuenta los
nuevos paradigmas en cuanto al comportamiento humano se refiere en el aspecto
social, salud y su quehacer científico, previa concertación con el Colegio Nacional de
Psicólogos, entidad que aglutina el mayor número de psicólogos de Colombia, con
participación de la Academia Nacional en relación con esta profesión, se pretende a
través de esta iniciativa incorporar en 124 artículos cuyo alcance y contenido es a
todas luces constitucional y legal constituir una nueva ley donde todos los
profesionales de la psicología se encuentren representados.
(…)
La psicología al apropiarse del nuevo paradigma de la complejidad, está empezando a
estudiar a la persona como un sistema complejo adaptativo que recibe, procesa,
manipula y registra la información tanto interna como externa, de manera explícitas e
implícitas, para emitirla en transformación de su contexto y en conductas adaptadas a
su reproducción y sobrevivencia, impulsando la evolución cultural como mecanismo
de su autorrealización plena. Dentro del contexto globalizado del siglo XXI, este
nuevo modelo de ser humano, sus competencias y sus complejidades, trae también
responsabilidades éticas ineludibles en las complejas interacciones de las redes de
relaciones para la protección de la vida humana, de la vida en la biosfera, de la
calidad de vida de las instituciones y sociedades creadas por el hombre, de la calidad
de la vida mental y la salud mental.
Las neurociencias, las ciencias cognitivas y las ciencias humanas y sociales se están
integrando para construir una cosmovisión unificada basada en el paradigma de la
complejidad donde el hombre y su conciencia de las cosas puede tomar decisiones en
las bifurcaciones del camino, consultando las interrelaciones entre los eventos de los
diferentes niveles de análisis, proyectándose en la fantasía y la creatividad hacia
escenarios futuros y construyendo una cultura a escala humana para aprovechar mejor
nuestra herencia genética y nuestras potencialidades emergentes”6.
6 Gaceta del Congreso N°452 del 20 de agosto de 2004 donde se publicó la Ponencia para primer debate al
proyecto de ley numero 21 de 2004 Cámara “por la cual se reglamenta el ejercicio de la profesión de
psicología, se dicta el Código Deontológico y Bioético y otras disposiciones” -pag. 10-.
7 Al respecto ver, entre otras las sentencias T-402/92, T-421/92, T-440/92, T-493/92, T-532/92, T-172/93, T-
186/93, T-187/93, T-219/93, T-92/94, T-314/94, T-429/94, T-95/95, T-257/95, T-433/97, T-174/98, T-588/98,
SU-624/99, T-662/99, T-877/99, T-944/00, T-1032/00, C-008/01, C-1053/01, C-179/02, SU-783/03, T-06/04.
2.1. La Corte ha precisado que en el artículo 27 superior se consagran los
diferentes aspectos comprendidos en el concepto general de la libertad de
enseñanza8: las libertades de enseñanza, aprendizaje, investigación y cátedra
son garantizadas por el Estado como derechos fundamentales9 y su protección
encuentra igualmente fundamento en el Pacto de Derechos Económicos
Sociales y Culturales, que en su artículo 13 reconoce el derecho de toda
persona a la educación, orientada tanto hacia el pleno desarrollo de la
personalidad humana y del sentido de su dignidad, como a fortalecer el
respeto por los derechos humanos y las libertades fundamentales-; son
titulares de estas libertades la comunidad en general y, en particular, las
instituciones de enseñanza, los docentes e investigadores y los estudiantes 10;
son libertades exigibles del Estado, que se compromete a garantizarlas, y
también de los centros docentes, sean éstos públicos o privados 11; la libertad
de enseñanza es manifestación directa de la facultad particular de fundar
establecimientos educativos (C.Po. art. 68) y de la autonomía universitaria
(C.Po. art. 69); también ha sostenido que dicha libertad no es absoluta pues
sus límites están dados por la Constitución y la ley 12, sin que en su ejercicio
puedan desatenderse los fines de la educación13.
“La libertad de enseñanza está garantizada, pero igualmente limitada por las
disposiciones constitucionales y legales y por la dignidad y los derechos
fundamentales del estudiante. En efecto, desde la órbita de acción de los entes
educativos, es deber del Estado garantizar las libertades de enseñanza, aprendizaje,
investigación y cátedra (artículo 27 de la CP), motivo por el cual los particulares
3.1. Dentro de este contexto fue redactada la ley 115 de 1994, “Por la cual se
expide la ley general de educación”, así como la ley 30 de 1992 “Por la cual
se organiza el servicio público de la Educación Superior”, estatutos en los
cuales se hace énfasis en que la educación se fundamenta en los principios y
valores propios del pluralismo y la autonomía de la persona, su derecho a ser
beneficiaria de este servicio, así como en el necesario respeto a la libertad de
pensamiento, observando en todo caso la diversidad y el libre desarrollo de
cada ser humano, la dignidad del mismo y el respeto que se le debe, más aún
cuando se trata de su formación intelectual, ética, moral, académica y
profesional.
3.4. Para la Corte, las afirmaciones hechas en la ponencia del proyecto de ley
y los argumentos expresados por algunos intervinientes expertos en la
formación académica de los psicólogos, demuestran la existencia de otras
18 Sentencia C-128/02 M.P Eduardo Montealegre Lynett S.P.V. Manuel José Cepeda espinosa, Jaime
Córdoba Triviño, Eduardo Montealegre Lynnet, Marco Gerardo Monroy Cabra.
perspectivas posibles de la psicología y de sus alcances; es decir, no existe un
criterio único y, por el contrario, la propuesta teórica en la que se pretende
enmarcar la psicología desde la norma parcialmente atacada carece de
consenso.
Por lo anterior, asiste razón al señor Procurador cuando señala que las
expresiones acusadas circunscriben el aprendizaje, la investigación y el
desarrollo profesional de la Psicología a una ideología científica determinada
(el paradigma de la complejidad), excluyendo, sin justificación aparente, una
amplia gama de corrientes de pensamiento que igualmente abordan los
procesos de desarrollo cognoscitivo, emocional y social del ser humano, al
tiempo que se limita el derecho de los estudiantes, los docentes y los
profesionales de la psicología a optar libremente por la ideología que más se
adapte a sus ideas, tendencias y aspiraciones académicas y laborales.
VII. DECISIÓN
22 “Las razones son específicas si definen con claridad la manera como la disposición acusada desconoce o
vulnera la Carta Política a través “de la formulación de por lo menos un cargo constitucional concreto contra
la norma demandada”. El juicio de constitucionalidad se fundamenta en la necesidad de establecer si
realmente existe una oposición objetiva y verificable entre el contenido de la ley y el texto de la Constitución
Política, resultando inadmisible que se deba resolver sobre su inexequibilidad a partir de argumentos “vagos,
indeterminados, indirectos, abstractos y globales” que no se relacionan concreta y directamente con las
disposiciones que se acusan. Sin duda, esta omisión de concretar la acusación impide que se desarrolle la
discusión propia del juicio de constitucionalidad.” Sentencias C-1052 de 2001, M.P. Manuel José Cepeda
Espinosa. Cfr., además de otras, las Sentencias C-447 de 1997, M.P. Alejandro Martínez Caballero, C-898 de
2001, M.P. Manuel José Cepeda Espinosa.
23 “La pertinencia también es un elemento esencial de las razones que se exponen en la demanda de
inconstitucionalidad. Esto quiere decir que el reproche formulado por el peticionario debe ser de naturaleza
constitucional, es decir, fundado en la apreciación del contenido de una norma Superior que se expone y se
enfrenta al precepto demandado. En este orden de ideas, son inaceptables los argumentos que se formulan a
partir de consideraciones puramente legales y doctrinarias, o aquellos otros que se limitan a expresar puntos
de vista subjetivos en los que “el demandante en realidad no está acusando el contenido de la norma sino que
está utilizando la acción pública para resolver un problema particular, como podría ser la indebida aplicación
de la disposición en un caso específico”; tampoco prosperarán las acusaciones que fundan el reparo contra la
norma demandada en un análisis de conveniencia, calificándola “de inocua, innecesaria, o reiterativa” a partir
de una valoración parcial de sus efectos.” Sentencia C-1052 de 2001, M.P. Manuel José Cepeda Espinosa.
Véanse también las Sentencias C-504 de 1995 y C-587 de 1995, M.P. José Gregorio Hernández Galindo, C-
447 de 1997, M.P. Alejandro Martínez Caballero, C-100 de 2007, M.P. Álvaro Tafur Galvis.
24 “La suficiencia que se predica de las razones de la demanda de inconstitucionalidad guarda relación, en
primer lugar, con la exposición de todos los elementos de juicio (argumentativos y probatorios) necesarios
para iniciar el estudio de constitucionalidad respecto del precepto objeto de reproche; así, por ejemplo, cuando
se estime que el trámite impuesto por la Constitución para la expedición del acto demandado ha sido
quebrantado, se tendrá que referir de qué procedimiento se trata y en qué consistió su vulneración (artículo 2
numeral 4 del Decreto 2067 de 1991), circunstancia que supone una referencia mínima a los hechos que
ilustre a la Corte sobre la fundamentación de tales asertos, así no se aporten todas las pruebas y éstas sean tan
sólo pedidas por el demandante. Por otra parte, la suficiencia del razonamiento apela directamente al alcance
persuasivo de la demanda, esto es, a la presentación de argumentos que, aunque no logren prime facie
convencer al magistrado de que la norma es contraria a la Constitución, si despiertan una duda mínima sobre
la constitucionalidad de la norma impugnada, de tal manera que inicia realmente un proceso dirigido a
desvirtuar la presunción de constitucionalidad que ampara a toda norma legal y hace necesario un
pronunciamiento por parte de la Corte Constitucional.” Sentencia C-1052 de 2001, M.P. Manuel José Cepeda
Espinosa.
En mérito de lo expuesto, la Sala Plena de la Corte Constitucional,
administrando justicia en nombre del pueblo y por mandato de la
Constitución,
RESUELVE: