La importancia de generar estrategias pedagógicas que permitan despertar la

creatividad del niño

“La creatividad es un bien social, una decisión y un reto de futuro.

Por ello, formar en creatividad es apostar por un futuro de progreso,
de justicia, de tolerancia y de convivencia.
Creatividad es hacer algo nuevo
para bien de los demás”.

Saturnino de la Torre

El juego es la primera actividad social que como seres humanos realizamos, en

innumerables escritos e investigaciones ya se ha dicho y comprobado que el hombre

es un ser social por naturaleza, y que el juego como actividad individual responde a

necesidades de exploración y desarrollo de las capacidades cognitivas, físicas, de

lenguaje oral y corporal, sin embargo, al descubrirse como un rol que se puede

desarrollar en conjunto con nuestros pares, el juego cobra un significado mayor puesto

que sugiere la adquisición de funciones más complejas.

Es imprescindible que las personas encargadas del cuidado y la formación de los

niños, llámese docente, mediador, profesor, auxiliar, etc, conozca los beneficios que

trae la educación basada en el juego y la creatividad y que al permitir la exploración y

direccionar todas sus actividades de aprendizaje orientadas al juego podrá crear un

ambiente donde el aprendizaje se dé libremente y se deje la necesidad de querer

aprender cada vez un poco más.

 Ya que los niños necesitan hacer las cosas una y otra vez antes de aprenderlas los

juegos tienen un carácter formativo al hacerlos enfrentar una y otra vez situaciones las

cuales podrán dominar o adaptarse a ellas. A través del juego los niños buscan,

exploran, prueban y descubren el mundo por sí mismos, siendo el juego un instrumento

eficaz para la educación.

Teniendo en cuenta lo anterior la creatividad tiene un papel transcendental en la

formación y educación mediante el juego, ya que esta permitirá al docente tener

herramientas eficaces para el aprendizaje de los niños, además de permitir a los niños

aprender con agrado y superar obstáculos.

En este orden de ideas, la educación se encuentra frente a un gran reto, consistente

en una revolución educativa dirigida a crear nuevos modelos pedagógicos que

respaldan una enseñanza orientada a fomentar la capacidad creativa de los

estudiantes en todos los niveles, desde el preescolar hasta la educación superior por lo

cual es imprescindible desarrollar competencias en el proceso educativo que permita

una actitud creativa del docente, la creación y utilización de estrategias pedagógicas y

didácticas en las aulas de clase, el fomento de las atmósferas creativas y la

emergencia de la creatividad como un valor cultural.

Es posible afirmar que el estado actual de nuestra sociedad requiere de una especial

atención frente a la organización del proceso educativo en todos sus niveles. La

creación de las estrategias pedagógicas y didácticas especialmente organizadas y

orientadas al desarrollo de la creatividad, al igual que una adecuada capacitación del

personal docente, la destinación de recursos económicos para la dotación de

ambientes y la consolidación de políticas educativas, todo esto en su conjunto,

permitirá convertir la creatividad en un bien social accesible y disponible

para cada uno de los ciudadanos comunes.

La creatividad no es una característica exclusiva de los genios. Cualquier ser

humano puede llegar al nivel de la producción creativa en cualquiera de

los campos simbólicos de la cultura. Para esto es necesario empezar un camino en

la infancia temprana, la época que permite sembrar un profundo interés por saber o

una fascinación con un campo determinado, basado en un contacto temprano con

este, acompañado por emociones positivas.

Bibliografía

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