Poco a poco se crearon instituciones para atender a este colectivo, que mendigaba
por las calles y no tenía ningún tipo de protección. La evolución de la sociedad ha ido
mejorando desde los años 80 y se han desarrollado modelos sociales de discapacidad
que añaden nuevas apreciaciones al término.
Se distingue entre una discapacidad, cuya habilidad es objetivamente menor que la
de la media, y una persona con capacidades distintas de las normales y que, aunque
no representa ninguna ventaja o inconveniente, a menudo es considerado un
problema debido a la actitud de la sociedad o el hecho de que los estándares están
basados en características medias. Estos cambios posibilitaron cambios en la
comprensión de determinadas características físicas que antes eran consideradas
como discapacidades.
En la sociedad actual se cuida la adaptación del entorno a las personas con
discapacidades para evitar su exclusión social. En algunos ámbitos, términos como
“discapacitados” pueden ser considerados despectivos, debido a que de esta
manera se puede estar etiquetando a la persona.
La Clasificación del funcionamiento de la discapacidad y de la salud
(CIF) de la Organización Mundial de la Salud, distingue entre las
funciones del cuerpo y las estructuras del cuerpo.
La debilitación en estructura o la función corporal se define como
participación de la anomalía, del defecto, de la perdida o de otra
desviación significativa de ciertos estándares aceptados de la
población que pueden cambiar.
La actividad se define como la ejecución de una tarea o de un acción.
El CIF enumera 9 dominios de funcionamiento que pueden verse afectados:
- Aprendiendo y aplicando conocimiento.
- Tareas y demandas generales.
- Comunicación.
- Movilidad.
- Cuidado en sí mismo.
- Vida doméstica.
- Interacciones y relaciones interpersonales.
- Áreas importantes de la vida.
- Vida de la comunidad, social y cívica.
La introducción al CIF, indica que una variedad de modelos conceptuales se ha
propuesto para entender y para explicar la discapacidad y el funcionamiento, que
intenta integrar a ellos. Existen dos modelos de ver la discapacidad, el modelo social y el
modelo médico.
Modelo Social:
El enfoque social de la discapacidad considera la
aplicación de la “discapacidad” como problema
social creado y como cuestión de la integración
completa de individuos en sociedad.
Diagrama Extraído de
Werneck, C. Inclusión y
Desarrollo inclusivo. Escola de
Gente, Banco Mundial, Junio
2005.
Surge en un contexto mundial de exclusión social y como consecuencia de un
proceso de construcción del concepto y el enfoque de derechos humanos, se
relaciona con la participación de las personas en el ejercicio de estos
derechos, en su goce y defensa, así como en la exigencia de las
responsabilidades de la sociedad para su garantía.
La participación de las personas en diferentes ámbitos, a escalas diverdad, tiene
que ver con el acceso a los espacios donde se ejercen, disfrutan y defienden los
derechos. Incluye dimensiones esenciales como la vida, la salud, la nutrición, la
identidad, la educación, el trabajo la recreación y los modos culturales de
interacción.
Debe favorecerse las condiciones del entorno en relación con las capacidades y
potencialidades de las personas. Reconoce la participación como toda
interacción en virtud de la cual las personas pueden formar parte de igual
manera en las acciones de su entorno y en la toma de decisiones cuyas
consecuencias les afectan.
Este enfoque surge en la década de los años 90, y considera que no existe un
criterio de normalidad único y univoco al cual ajustarse, y reconoce la
importancia de la participación en la vida social y cultural como un espacio de
desarrollo de la persona.
Las personas con discapacidad son en primer lugar personas y se parte del
convencimiento de que cualquier persona tiene derecho a participar en la vida
social y cultural humana, y es la misma comunidad la que debe hacerse cargo de
generar las condiciones de acceso y permanencia para que esta participación
sea posible para todos sus miembros, eliminando las diversas barreras que se
hayan construido y se sigan sosteniendo en dicha sociedad.
Para por la flexibilidad, la apertura, la escucha activa mutua y el convencimiento
de que los aportes de las personas con discapacidad a la vida comunitaria y
social son un capital social con el que se cuenta, son útiles, pertinentes y
validos, y deben ser tenidos en cuenta en todos los ámbitos en los que les toca
actuar.