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Perestroika, un símbolo de cambio
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Democratización de los medios de
producción
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28/01/2006
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2
La crítica liberal
Los miembros de la escuela austriaca fueron los primeros economistas
liberales en criticar sistemáticamente la escuela marxista. Esto fue, en parte,
una reacción a la Methodenstreit (controversia sobre la cuestión del método),
cuando atacaron las doctrinas hegelianas de la escuela histórica. Aunque
muchos autores marxistas han intentado presentar a la escuela austriaca como
reacción burguesa a Marx, tal interpretación es insostenible: Carl Menger
escribió sus Principios de economía casi al mismo tiempo que Marx
completaba El capital. Los economistas austriacos fueron, no obstante, los
primeros en enfrentarse directamente con el marxismo, ya que ambos trataban
de asuntos como el dinero, el capital, los ciclos económicos y los procesos
económicos. Eugen von Böhm-Bawerk escribió críticas extensas de Marx en
4
los años 1880 y 1890, y varios marxistas prominentes (como Rudolf Hilferding)
asistieron a su seminario en 1905-1906.
Posteriormente existió un debate entre Ludwig von Mises (discípulo de Böhm-
Bawerk), quien consideraba que el socialismo era imposible al no existir un
mercado que determinase los precios, y Oskar Lange, quien defendía una
economía socialista con un mercado estatal en la que los precios fuesen
determinados según un método de ensayo y error, hasta hallar un precio
adecuado. El debate entre ambos economistas continuó durante varios años,
hasta que Oskar Lange afirmó que Von Mises tenía razón. Sin embargo, años
después volvió a modificar su punto de vista, y defendió la economía soviética.
Diversos autores marxistas han ofrecido en los años posteriores respuestas a
los argumentos liberales. Mientras que algunos defienden modelos de
socialismo de mercado más refinados que el de Oskar Lange (por ejemplo,
David Schweickart), otros consideran que es posible establecer una economía
socialista sin mercado. En este último grupo se puede diferenciar entre los que
sostienen que el método de cálculo en el socialismo debe realizarse según la
teoría del valor trabajo y los que sostienen que el valor trabajo sólo existe en
las sociedades capitalistas.
También existen socialistas de libre mercado no marxistas como Thomas
Hodgskin, Pierre-Joseph Proudhon, Benjamin Tucker, Silvio Gesell, Franz
Oppenheimer, o Kevin Carson.
- Causas de la Perestroika
Desde una visión económica
Robots Industriales
80.000
70.000
50.000
120.000 1
2
40.000
100.000 3
30.000 4
80.000
20.000 1
2
10.000
60.000
3
0 4
40.000
20.000
0
Paises
7
RETRASO TECNOLOGICO
Índices 1983 EEUU CE JAPON URSS
Ordenadores Grandes 96.500 23.400 16.900 3.040
Medianos 412 135 142 11
Numero por millón de
habitantes
Ordenadores pequeños 1.000.000 240.000 70.000 22.000
Numero por millón de 4.273 1.387 588 80
habitantes
Robots Industriales 44.700 51.877 67.435 3.000
Numero por millón de 196 201 571 11
habitantes
Otras tablas
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Ordenadores pequeños
1.200.000
1.000.000
800.000
1
2
600.000
3
4
400.000
200.000
- Antecedentes
- El proceso
Durante sus primeros años en el poder, Gorbachov no hizo ningún cambio
importante en el plan económico del estado aunque dijo que era necesario
cambiarlo. En 1987, Gorbachov y sus ministros de economía introdujeron las
reformas necesarias de lo que sería conocido como perestroika.
En una sección plenaria de Junio de 1987 del Comité Central del PCUS
Gorbachov presentó las bases políticas de la reforma económica que intentaba
mantener la existencia de la URSS. La Perestroika es una reforma basada en
la reestructuración de la economía llevada a cabo en la URSS a finales de la
década de 1980. Cuando en 1985 el reformista Mijaíl Gorbachov fue elegido
secretario general y se convirtió en el máximo dirigente soviético, esta política
ya estaba diseñada, pero fue en el Comité Central del Partido Comunista de la
Unión Soviética (PCUS) de abril de 1985, cuando se decidió ponerla en
práctica de inmediato para sacar al país de la grave crisis económica e
impulsar el desarrollo, pues estaba sumido en la corrupción y el atraso.
Su objetivo era convertir el sistema de gestión centralizada en un sistema más
descentralizado y adaptado al mercado moderno, para lo cual se permitió una
cierta autonomía local, y desarrollar un programa especial para modernizar la
industria de ingeniería y los modelos de gestión económicos, que habían sido
descuidados. También se pretendía lucha contra la corrupción, con la
reducción del alcoholismo y el absentismo laboral; la liberalización económica,
permitiendo a las empresas tomar decisiones sin consultar a las autoridades y
el fomentando la empresa privada y las sociedades conjuntas con un número
limitado de compañías extranjeras, impulsando así la inversión. Se llevó a cabo
también una cierta democratización de la vida política. Aganbegyan, el primer
consejero económico de Gorbachov, afirmó que en un 40% de la industria se
habría producido una disminución de la producción y que, además, existía una
degradación de la agricultura. Por ello, propuso reformas que para dar más
autonomía a la empresa, mejorar el rendimiento del trabajador y la calidad de
los productos. Las alternativas económicas de otros países socialistas se
ignoraron y las medidas que se adoptaron no se discutieron previamente,
permitiendo la entrada de capital extranjero y acercándose cada vez más al
capitalismo. Así, poco a poco se fueron introduciendo actividades económicas
privadas, mediante la paulatina introducción de contratos individuales en
fábricas y haciendas colectivas. Se llevaron a cabo medidas, como la venta de
un gran numero de empresas estatales, reformas de la moneda y un nuevo
sistema bancario. Todo esto permitió que a principios de 1990, la URSS
hubiese alcanzado ya el nivel de desarrollo económico mundial. En la 1ª fase
de la perestroika se tomaron abundantes medidas morales para reducir el
alcoholismo, logrando que en 1986 el consumo se redujera en un 36%.
En política exterior, Gorbachov tendía a la negociación de la reducción de
armamento, el reconocimiento los derechos humanos y la pacificación de las
13
Por otro lado la estructura de los ingresos ha variado para la mayor parte
de la población, para el 70% de la población la fuente de ingresos es el salario,
17
Análisis.
Menger, que junto con Walras y Jevons, es el creador de la teoría subjetiva del
valor allá por el año 1870, llega a esta teoría del valor utilizando una
antropología totalmente diferente a la de los otros dos autores que parten de
que tanto medios como fines están dados desde fuera y que el ser humano es
simplemente un optante entre dichos medios y fines. Por tanto, se puede
afirmar que el campo de acción humana que se desprende de la doctrina
austriaca es más amplio que el de los neoclásicos, aún partiendo todos de una
metodología deductivista.
Para Mises, son los propios agentes económicos los que en ejercicio de su
función empresarial (bien sea como productores o como consumidores)
modifican los precios de manera continua intentando aprovecharse de las
situaciones creadas por ellos mismos dentro del mercado y sin que se observe
ninguna tendencia a un seudoequilibrio surgido por el cruce de unas falsas
curvas de oferta y demanda.
Hay que añadir que desde la concepción de los autores de corte socialista, el
Estado debe de ser el propietario de los medios de producción desde el punto
de vista de que tendría un mejor conocimiento de las necesidades de la
"sociedad" y que viejas cuestiones como son la justicia y la equidad en el
reparto y redistribución de los medios de producción para conseguir mayores
niveles de bienestar e igualdad estarán mejor cubiertos por el Estado.
En este ultimo es donde esta la base para la imposibilidad del calculo de las
economías socialistas
Ante esta situación, es imposible el desarrollo de la economía, ya que la
ausencia de
empresarios y de cálculo económico, hace que el Estado se mueva a tientas y
a ciegas a la hora de planificar la economía, pues con la desaparición del
mercado ha desaparecido también el mecanismo de los precios monetarios,
que es el que nos podría guiar a una asignación óptima de los recursos.
Los fines por el órgano político central que es el Estado, que es un ente
superior capaz de identificar cuales son los fines a perseguir por la sociedad en
su conjunto. Los medios por la propia economía planificada del Estado
centralizado que es el propietario de los medios de producción.
De aquí se deriva la cuestión de los incentivos, ya que en una sociedad en la
que tanto medios como fines están fijados de antemano, los componentes de
dicha sociedad carecen de incentivos para ejercer su función empresarial como
consecuencia de que la persecución del beneficio individual está prohibido, por
lo que las potenciales oportunidades que se pudieran presentar se esfuman, no
existen realmente. Un ejemplo claro es el poco aumento tecnológico en las
economías socialistas.
Von Mises replicó sosteniendo que era ingenuo pensar que se podría
reproducir el sistema de precios con burócratas estatales que actuarían "como
si" fuesen empresarios, pero que se moverían en un sistema en el cual nadie
arriesgaría capitales propios.
La importancia fundamental de la argumentación de von Mises consiste en que
logró restablecer un diálogo coherente con los economistas socialistas sobre la
base de la aceptación de los postulados básicos de la teoría neoclásica. Ahora
el debate se centraría en problemas tales como la distribución de ingresos, el
rol anticíclico del Estado, la competencia perfecta e imperfecta, en fin, la mayor
o menor distancia entre teoría y realidad en ambos sistemas capitalista y
socialista, y todo ello expresado en un lenguaje común, vale decir, en el
entendido de que las mismas leyes económicas se aplican a ambos sistemas.
Quien está familiarizado con el estilo de análisis de Marx y lo compara con el
de los socialistas, que algo menos de cien años más tarde se hacen cargo de
las críticas de von Mises, puede aquilatar la fuerza que tienen las razones.
Lo que aquí se publica es una selección del libro Socialism, Capítulos VI y VII
en donde se encuentra buena parte del argumento de von Mises sobre el
cálculo económico bajo el socialismo.
Un discípulo de Ludwig von Mises, Friedrich Hayek, retomó el hilo de esta
discusión al enfatizar que un sistema de precios es esencialmente un vehículo
de transmisión de información y conocimientos que se encuentran dispersos en
la población. El cumplimiento de este rol cognoscitivo supondrá para Hayek
propiedad privada y libre mercado. Porque aun en el socialismo
descentralizado la iniciativa privada para experimentar y finalmente descubrir
los procedimientos más baratos para servir a los consumidores estará
obstaculizada por la necesidad de convencer a las autoridades que se
transformarán, entonces, en empresarios por cuenta ajena.
En su argumentación Hayek insistirá, por una parte, en la inaplicabilidad de los
modelos teóricos del socialismo descentralizado y, por otra, en las dañinas
consecuencias políticas, sociales, morales y culturales de las tareas coercitivas
que, aun en dichos modelos teóricos, conservaría inevitablemente el Estado.
En uno de sus libros más conocidos, El Camino de la Servidumbre (1944),
Hayek argumentaría que el sistema de planificación central es esencialmente
antiliberal y antidemocrático por cuanto supone la entrega del control de los
medios que son necesarios para todos nuestros objetivos a un grupo de
planificadores cuyos valores y preferencias son impuestos, entonces, a la
sociedad. Keynes diría: "moral y filosóficamente concuerdo virtualmente con
todo este libro; y no sólo estoy de acuerdo con él, sino que en un acuerdo que
me conmueve profundamente". Joseph Schumpeter, A. C. Pigou y George
Orwell, entre otros, declararon su admiración y concordancia con estos
planteamientos de Hayek.