Anda di halaman 1dari 6

El caminar por el bosque verde.

Diana Marcela Uribe Ante.

En el siguiente ensayo quiero dar a conocer todos los conocimientos adquiridos, las
huellas dejadas, las caídas y sonrisas que quedaran por siempre en los recuerdos de la
primera salida a un bosque natural como estudiantes de la Universidad del Cauca del
programa de Ingeniería Forestal.

12 de Marzo de 2014, seis horas y cincuenta minutos de la mañana marca nuestro reloj, en
una hermosa y fría mañana de miércoles,
el tráfico, las sonrisas y saludos entre todos
los que emprenderemos esta caminata, con
nuestras botas puestas y la mejor energía
del mundo nos disponemos a empezar la
travesía por aquel bosque que se observa en
la lejana montaña y que se confunde con
las nubes blancas que ahí reposan.

Han transcurrido veinticinco minutos y rápidamente encontramos en la vereda Lame,


frente a la puertas rojas de la hacienda rio blanco, uno por uno hemos empezado a ingresar,
pero el hambre también ha empezado a brotar y como siempre nuestro compañero de
camino de cabello negro y piel trigueña entre pequeños gritos y ventas las papas Yolis ha
empezado a promocionar a un amable costo y en un abrir y cerrar de ojos las papas ya no
están. Después de un corto caminar a una altitud de 1868 metros sobre el nivel del mar nos
encontramos ya, entre sonrisas, silencios y observaciones hechas por Román, nuestro
profesor de Ingeniería forestal de la Universidad del Cauca, que llevaba su gorra azul, botas
negras y el chaleco azul con rojo de la Universidad, quien nos comparte todos sus
conocimiento acerca de los factores determinantes de la vegetación que son el clima y el
suelo respectivamente. La actividad volcánica, glaciar y las avalanchas fueron los
permitieron la conformación de todo el paisaje que nos rodea. Donde la riqueza de la
materia orgánica no se encuentra disponible debido a que los elementos como hojas y otros
productos del bosque no logran llegar al estado mineral necesario.

El agua de vida se escucha atravesar muy cerca, rodeada de algunas jóvenes, antiguas y
experimentas guaduas, que con sus poderosas espinas intentan defenderse ante la amenaza
del hombre, peo sin embargo nos detuvimos a
observar su colores, longitud y gracias a Román
pudimos enterarnos de varios datos que eran
desconocidos a cerca de esta gramínea que es
clave para la conservación de ríos y que se utiliza
especialmente cuando está madura para
construcciones ya que ayuda a la resistencia de las
estructuras, pero la cosecha de estas guaduas
debe realizarse especialmente en luna menguante
y en la noche ya que a esta hora contiene el agua
en la parte de abajo y así se puede conservar el
agua contenida durante el día dentro de ella . Este
tipo de gramínea florece y produce semillas cada año y su tallo puede llegar hasta un metro
de profundidad.

Mientras nos acercábamos cada vez más para ascender por la montaña que poco a poco se
hacía más cercana nos encontramos con un árbol solitario
que llevaba el nombre de cucharo, este árbol lleva ese
nombre debido a que la forma de sus hojas tienen un
particular parecido al de una cuchara, la madera que se
puede extraer de este árbol sirve especialmente como
columnas en construcciones, son utilizadas sobre todo en
las zonas rurales y es muy útil como leña.
El viento amigable ha decidido acompañarnos en este caminar y poco a poco vamos
avanzando en nuestra travesía, llenos de energía, sonrisas, curiosidades y aclaraciones
realizadas por Catalina, nuestra profesora de Ingeniería forestal de la Universidad del
Cauca que llevaba su cabello recogido, una chaqueta y botas negras, quien de una forma
puntual nos dio a conocer las partes del bosque y acerca de las plantas heliófitas que son las
que compiten y pelean pacíficamente por la luz y las esciofitas quienes prefieren vivir
serenamente en la sombra. Poco a poco hemos avanzado en nuestro caminar y hemos
llegado al borde del bosque, donde con papel y lápiz en mano nos atrevimos a dibujar todo
lo que podíamos observar del bosque desde afuera, todo lo que este hermoso entorno
natural que nos brinda con sus simpáticas flores, raíces y algunos troncos desjuiciados que
se encontraban frente a nuestros ojos, algunos compañeros caminantes como todos unos
artistas dibujan y realizan sus mejores trazos, otros con poca experiencia pero tratando de
hacer lo mejor posible intentamos dibujar todo lo que podíamos apreciar.

Avanzan las horas, los minutos, segundos y muchas huellas han quedado atrás, sin
rendirnos y aun con mucha fuerza seguimos en este caminar por los senderos de las
montañas que perecían tan lejanas pero que con esfuerzo hemos alcanzado.

Después de dejar muchos kilómetros atrás, poco a poco nos hemos empezado a confundir
entre robles, flores, ramas y permitimos que el aire puro de la
naturaleza nos ahogue, paso tras paso, con fuerza, buena
respiración y pisando firme hemos empezado a ascender por
la montaña durante media hora hasta quedar totalmente
sumergidos en medio de un poco de humedad, serenidad,
disminución de la luz, hojas multicolores, hongos
resplandecientes, ramas divagantes, arboles gigantes y sonidos
particulares de las hojas bailando con los hongos al ritmo el
viento que se han apropiado de nosotros.
Los minutos siguen avanzando sin piedad y aun nos encontramos confundidos entre tanto
verde como la esperanza que la naturaleza amablemente nos regala, algunos caminantes
nos hemos sentado a dibujar, respirar aire
puro, también a poetizar un poco, sonreír,
y especialmente a observar detalladamente
todo el entorno natural que nos rodea,
mientras tanto a lo lejos se pueden
escuchar gritos y risas de aquellos que han
querido revivir su niñez y arriesgarse a
imitar a Tarzán, tirándose de un bejuco
intentando balancearse como aquel
personaje, pero al parecer el sueño de estos
caminantes de querer ser como Tarzán fue
frustrado por unos troncos que les
impidieron el regreso a su punto de partida
y todo fue un fallido intento, tan solo los
recuerdos y las cicatrices imborrables de
los golpes que quedaron al no lograr ser cómo Tarzán.

Después de disfrutar algunos minutos rodeados de lo que el bosque y toda su parte interna
nos brindó, ha llegado la hora de retomar nuestro caminar, continuar conociendo,
disfrutando y especialmente seguir ascendiendo rodeados de todo ese maravilloso entorno
teñido de verde como la esperanza. A medida que transcurren las horas, minutos y
segundos algunos llenos de curiosidad seguimos buscando hojas, ramas o animales nunca
antes vistos, pero no tuvimos mucho éxito en nuestra búsqueda y tan solo encontramos
una pequeña araña con forma de tarántula de color gris con negro, un brillante cucarrón
verde y un fruto de un árbol con forma de hongo color blanco el cual cuando le oprimíamos
su parte redonda con forma de cabeza expulsaba un humito negro muy particular. Mientras
algunos buscábamos animales y cosas particulares que solo el bosque nos podía regalar,
otros observaban detalladamente como las ramas de los arboles con sus semillas un poco
escondidas empezaban a danzar lentamente al ritmo del viento, algunos compañeros
caminantes no se quedaron con las ganas de apropiarse de algunas de estas semillas y las
recolectaron para después sembrarlas y verlas crecer lentamente al ritmo del sol, el agua y
el aire.

Después de muchos kilómetros recorrer junto con nuestros profesores pudimos adquirir
muchos conocimientos y muchos datos curiosos a cerca del bosque que visitamos, en el
cual se producen alrededor de 900 toneladas de biomasa al año, también datos sobre los
hongos a cerca de su función en
beneficio de los arboles ya que las
micorrosas que estos contienen ayudan
a las raíces de los arboles a cumplir
mejor su función, después de mucho
aire puro respirar, hojas palpar, hongos
conocer, arboles observar y mucha vida
recuperar, poco a poco empezamos a
descender, despidiéndonos de todo
aquel entorno natural que nos acogió
durante algunas horas, pero el bosque
muy cordialmente también empieza a
despedirse de nosotros con sus orquídeas amarillas, sus flores multicolores quienes nos
piden a gritos que los cuidemos y que llevemos su mensaje al mundo entero. Después de
muchas horas de caminar y nunca desfallecer a una altitud de 1950 metros sobre el nivel del
mar hemos culminado esta maravillosa travesía.
Anexo 1. Bosque desde el exterior

Anexo 2. Bosque desde el interior

Anexo 3. Bosque desde el interior

Anda mungkin juga menyukai