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Policía Nacional

Escala Básica

Temario
Volumen 2. Ciencias Sociales

Apéndice de actualización

Tema 23. Principios éticos de la sociedad actual


(Edición marzo 2019)

Junio 2019
TEMA
Principios éticos de 
la sociedad actual
23
Principios éticos de la sociedad actual. Transmisión de valores en la
sociedad actual: proceso de socialización. Libertad-responsabilidad.
Igualdad-solidaridad. Tolerancia. Contravalores, reacciones sociales a los
valores mayoritarios: racismo, fanatismo, fundamentalismo, sectarismo,
hooliganismo. Especial consideración de los delitos de odio

Objetivo general
 Conocer el proceso básico por el que se obtiene la conciencia moral y se
socializan los miembros sociales y los valores y contravalores de las socie-
dades actuales.

Objetivos específicos
 Diferenciar los conceptos ética y moral.
 Estudiar las distintas teorías éticas sobre el desarrollo moral o adquisición
de la conciencia social.
 Adquirir conocimientos suficientes sobre el proceso de socialización: eta-
pas, agentes y mecanismos de aprendizaje.
 Conocer los principales valores sociales actuales de nuestra sociedad.
 Profundizar en el conocimiento de los principales contravalores que aque-
jan nuestra sociedad y sus principales teóricos.

¿Qué vamos a estudiar en el tema?


1. Principios éticos de la sociedad actual
2. Transmisión de valores en la sociedad actual: proceso de socialización
3. Libertad-responsabilidad
4. Igualdad-solidaridad
5. Tolerancia
6. Contravalores, reacciones sociales a los valores mayoritarios:
racismo, fanatismo, fundamentalismo, sectarismo, hooliganismo
7. Especial consideración de los delitos de odio
PRINCIPIOS ÉTICOS DE LA SOCIEDAD ACTUAL 

Nota editorial
Tras la publicación el martes 4 de junio de 2019 en el BOE n.º 133 de la Resolución de 30 de mayo
de 2019, de la Dirección General de la Policía, por la que se convoca oposición libre para cubrir plazas
de alumnos de la Escuela Nacional de Policía, de la División de Formación y Perfeccionamiento,
aspirantes a ingreso en la Escala Básica, categoría de Policía, del Cuerpo Nacional de Policía, el tema
23 del temario se ha visto ampliado con la inserción de un nuevo apartado: Especial consideración
de los delitos de odio, el cual incorporamos en una edición revisada y ofrecemos a través de este
apéndice de actualización.

7. Especial consideración de los delitos de odio

7.1. Introducción
Al igual que ocurre con el término ‘ciberdelito’, no vamos a encontrar en el Código Penal una ac-
ción denominada “delito de odio” y sí variadas acciones con distintas denominaciones que, dirigidas
hacia colectivos de personas catalogados con unas mismas características, tienen como denominador
común el que su motivación es el odio hacia esos colectivos y, como consecuencia, discriminación y
aversión hacia ellos.
Nuestra Constitución española establece en su artículo primero la igualdad como valor fundamen-
tal de nuestra convivencia, a la vez que derecho fundamental en su artículo 14, identificándose de esta
manera con la Declaración Universal de los Derechos Humanos, en cuyo artículo 1 dice: “Todos los
seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y en derechos y dotados de razón y conciencia tienen
el deber de comportarse fraternalmente los unos con los otros”.
A su vez, el artículo 9 de nuestra Constitución establece la obligatoriedad de los poderes públicos
de “promover las condiciones para que la libertad y la igualdad del individuo y de los grupos en que se
integra sean reales y efectivas; remover los obstáculos que impidan o dificulten su plenitud y facilitar la
participación de todos los ciudadanos en la vida política, económica, cultural y social”.
A tal fin, y entre otras acciones, la estrategia integral contra el racismo, la discriminación racial,
la xenofobia y otras formas conexas de intolerancia, aprobada en fecha 4 de noviembre de 2011,
contempla entre sus objetivos y acciones a desarrollar la “promoción de mecanismos de detección y
protocolos de intervención en caso de incidentes o actitudes racistas, xenófobas o discriminatorias”.


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7.2. Concepto y definición de delitos de odio


El término hate crime, introducido por la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Euro-
pa (OSCE) se define como “toda infracción penal, incluidas las cometidas contra las personas o la pro-
piedad, donde el bien jurídico protegido se elige por su (real o percibida) conexión, simpatía, filiación,
apoyo o pertenencia a un grupo. Un grupo se basa en una característica común de sus miembros, como
su raza, real o percibida, el origen nacional o étnico, el lenguaje, el color, la religión, la edad, la discapa-
cidad, la orientación sexual, u otro factor similar”.
En la actualidad, y en nuestra normativa jurídica, el concepto de delito de odio abarca igualmente
la motivación de género.
De esta forma, tal como ya se ha mencionado, el concepto de delitos o acciones de odio o discrimi-
nación en nuestra legislación no corresponde propiamente a unas categorías jurídicas concretas, sino
que se refieren, bajo el elemento denominador del odio hacia colectivos concretos, en algunos casos a
acciones penales no conceptuadas como delitos de odio pero que al mediar este en la forma ya comen-
tada lo califican de esta manera, o bien, en otras determinan la cualificación de conductas ya tipificadas
en el Código Penal o en normas administrativas.

7.3. Distintos tipos penales susceptibles de ser considerados delitos de odio


Con el término ‘odio’ podemos considerar hechos ilícitos que vulneran, bien nuestro ordenamiento
penal, bien nuestro ordenamiento administrativo. Vamos a comentar a continuación en este apartado
distintas acciones ilícitas contenidas en nuestro Código Penal susceptibles de pertenecer al concepto
de “delitos de odio”.

7.3.1. Agravante genérica de motivación discriminatoria


Nuestro Código Penal en su Capítulo IV (De las circunstancias que agravan la responsabilidad cri-
minal) habla en su artículo 22.4 de la agravante genérica que califica a algunos ilícitos penales como
delitos de odio si en el motivo básico de su acción concurren algunas de las siguientes motivaciones:
“Cometer el delito por motivos racistas, antisemitas u otra clase de discriminación referente a
la ideología, religión o creencias de la víctima, la etnia, raza o nación a la que pertenezca, su sexo,
orientación o identidad sexual, razones de género, la enfermedad que padezca o su discapacidad”.


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Queda, pues, descartado del concepto de delito de odio cuando en el ilícito penal concreto con-
curre cualquier otra motivación que no sea de las contenidas en este apartado. No se apreciará esta
agravante, lógicamente, en aquellos delitos en que tales motivos sean de presencia necesaria para ser
calificados como tales.
Para apreciar esta agravante, el juzgado o tribunal ha de tener en cuenta que:
– Estas motivaciones sean el elemento subjetivo del sujeto activo (autor de los hechos).
– Debe existir un hecho catalogado como delito en el Código Penal.
– Es independiente de la cualidad personal del sujeto pasivo (víctima directa) objeto del trato
discriminatorio o de que el autor del hecho actúe erróneamente respecto a si la víctima perte-
nece a ese colectivo componente de la agravante.

7.3.2. Amenazas a colectivos


El Código Penal, en su Capítulo II (De las amenazas), en el artículo 170.1 dice:
“Si las amenazas de un mal que constituyere delito fuesen dirigidas a atemorizar a los habitantes
de una población, grupo étnico, cultural o religioso, o colectivo social o profesional, o a cualquier
otro grupo de personas, y tuvieran la gravedad necesaria para conseguirlo, se impondrán respecti-
vamente las penas superiores en grado a las previstas en el artículo anterior”.
Debemos tener en cuenta:
– Para ser considerado el de odio se exige que se trate de amenazas graves y el mal con el que
se amedranta al grupo sea constitutivo de delito.
– No se especifica cómo se han de hacer estas amenazas, por lo que cualquier modalidad podría
considerarse así (verbal, grafiti, imagen…).
– En este caso no se debe aplicar la agravante genérica de odio, pues el delito se tipifica solo si
esta existe.

7.3.3. Delitos contra la integridad moral


Estos delitos están encuadrados en el Título VII (De la tortura y de los delitos contra la integridad
moral del Código Penal) y, particularmente, en los artículos 173 a 176.
“Artículo 173.
1. El que infligiera a otra persona un trato degradante, menoscabando gravemente su integridad
moral […]
[…] los que, en el ámbito de cualquier relación laboral o funcionarial y prevaliéndose de su rela-
ción de superioridad, realicen contra otro de forma reiterada actos hostiles o humillantes que, sin
llegar a constituir trato degradante, supongan grave acoso contra la víctima.
[…] al que de forma reiterada lleve a cabo actos hostiles o humillantes que, sin llegar a constituir
trato degradante, tengan por objeto impedir el legítimo disfrute de la vivienda.
2. El que habitualmente ejerza violencia física o psíquica sobre quien sea o haya sido su cónyuge
o sobre persona que esté o haya estado ligada a él por una análoga relación de afectividad aun
sin convivencia, o sobre los descendientes, ascendientes o hermanos por naturaleza, adopción o
afinidad, propios o del cónyuge o conviviente, o sobre los menores o personas con discapacidad
necesitadas de especial protección que con él convivan o que se hallen sujetos a la potestad, tutela,
curatela, acogimiento o guarda de hecho del cónyuge o conviviente, o sobre persona amparada en
cualquier otra relación por la que se encuentre integrada en el núcleo de su convivencia familiar, así
como sobre las personas que por su especial vulnerabilidad se encuentran sometidas a custodia o
guarda en centros públicos o privados […]


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[…] cuando alguno o algunos de los actos de violencia se perpetren en presencia de menores, o
utilizando armas, o tengan lugar en el domicilio común o en el domicilio de la víctima, o se realicen
quebrantando una pena de las contempladas en el artículo 48 o una medida cautelar o de seguri-
dad o prohibición de la misma naturaleza.
3. Para apreciar la habitualidad a que se refiere el apartado anterior, se atenderá al número de
actos de violencia que resulten acreditados, así como a la proximidad temporal de los mismos […]
4. Quien cause injuria o vejación injusta de carácter leve, cuando el ofendido fuera una de las
personas a las que se refiere el apartado 2 del artículo 173 […]
Las injurias solamente serán perseguibles mediante denuncia de la persona agraviada o de su
representante legal.
Artículo 174.
1. Comete tortura la autoridad o funcionario público que, abusando de su cargo, y con el fin de obte-
ner una confesión o información de cualquier persona o de castigarla por cualquier hecho que haya co-
metido o se sospeche que ha cometido, o por cualquier razón basada en algún tipo de discriminación,
la sometiere a condiciones o procedimientos que por su naturaleza, duración u otras circunstancias,
le supongan sufrimientos físicos o mentales, la supresión o disminución de sus facultades de conoci-
miento, discernimiento o decisión o que, de cualquier otro modo, atenten contra su integridad moral.
2. […] la autoridad o funcionario de instituciones penitenciarias o de centros de protección o
corrección de menores que cometiere, respecto de detenidos, internos o presos, los actos a que se
refiere el apartado anterior.
Artículo 175. La autoridad o funcionario público que, abusando de su cargo y fuera de los casos
comprendidos en el artículo anterior, atentare contra la integridad moral de una persona […]”.
La esencia de estos delitos es el concepto de integridad moral, cuyos requisitos se han ido estable-
ciendo en sucesivas sentencias que están recogidas en la sentencia del TS 294/2003, de 16 de abril, y
que resumidamente se expresan:
– El contenido del acto será inequívocamente vejatorio para la víctima.
– El sujeto pasivo, simultáneamente, debe soportar un padecimiento físico o psíquico.
– El comportamiento del autor debe ser degradante o humillante, con especial incidencia en el
concepto de dignidad de la persona.
– Además de estas tres circunstancias contenidas en la mencionada sentencia, estos hechos,
para ser considerados delitos de odio, deben ser graves.
– Si se trata de una acción u omisión gravemente lesiva para la integridad moral del sujeto pasi-
vo es suficiente con la realización de un acto puntual para que así se consideren.
– La motivación debe estar claramente identificada con la exigida para los delitos de odio.

7.3.4. Delitos de descubrimiento y revelación de secretos


Recogidos en el Título X (Delitos contra la intimidad, el derecho a la propia imagen y la
inviolabili-dad del domicilio), artículo 197.
“Artículo 197.
1. El que, para descubrir los secretos o vulnerar la intimidad de otro, sin su consentimiento, se apo-
dere de sus papeles, cartas, mensajes de correo electrónico o cualesquiera otros documentos o efec-
tos personales, intercepte sus telecomunicaciones o utilice artificios técnicos de escucha, transmisión,
grabación o reproducción del sonido o de la imagen, o de cualquier otra señal de comunicación [...]
2. [...] al que, sin estar autorizado, se apodere, utilice o modifique, en perjuicio de tercero, datos
reservados de carácter personal o familiar de otro que se hallen registrados en ficheros o soportes
informáticos, electrónicos o telemáticos, o en cualquier otro tipo de archivo o registro público o
privado. Iguales penas se impondrán a quien, sin estar autorizado, acceda por cualquier medio a los
mismos y a quien los altere o utilice en perjuicio del titular de los datos o de un tercero.


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3. Se impondrá la pena de prisión de dos a cinco años si se difunden, revelan o ceden a terceros
los datos o hechos descubiertos o las imágenes captadas a que se refieren los números anteriores.
[...] el que, con conocimiento de su origen ilícito y sin haber tomado parte en su descubrimiento,
realizare la conducta descrita en el párrafo anterior.
4. Los hechos descritos en los apartados 1 y 2 de este artículo se agravarán, si:
a) Se cometan por las personas encargadas o responsables de los ficheros, soportes informáticos,
electrónicos o telemáticos, archivos o registros; o
b) se lleven a cabo mediante la utilización no autorizada de datos personales de la víctima.
Si los datos reservados se hubieran difundido, cedido o revelado a terceros, se impondrán las
penas en su mitad superior.
5. Igualmente, cuando los hechos descritos en los apartados anteriores afecten a datos de ca-
rácter personal que revelen la ideología, religión, creencias, salud, origen racial o vida sexual, o la
víctima fuere un menor de edad o una persona con discapacidad necesitada de especial protección,
se agravarán las penas previstas en su mitad superior.
6. Si los hechos se realizan con fines lucrativos, se agravarán las penas respectivamente previstas
en los apartados 1 al 4 de este artículo en su mitad superior.
7. [...] el que, sin autorización de la persona afectada, difunda, revele o ceda a terceros imágenes
o grabaciones audiovisuales de aquella que hubiera obtenido con su anuencia en un domicilio o en
cualquier otro lugar fuera del alcance de la mirada de terceros, cuando la divulgación menoscabe
gravemente la intimidad personal de esa persona.
La pena se impondrá en su mitad superior cuando los hechos hubieran sido cometidos por el
cónyuge o por persona que esté o haya estado unida a él por análoga relación de afectividad, aun
sin convivencia, la víctima fuera menor de edad o una persona con discapacidad necesitada de es-
pecial protección, o los hechos se hubieran cometido con una finalidad lucrativa”.
El acceso o interferencia no autorizados en la red de internet son conocidos en el argot informático
como hacking.

7.3.5. Delitos de discriminación laboral


Recogidos en el Título XV del Código Penal (De los delitos contra los derechos de los trabajadores)
y, particularmente, en su artículo 314.
“Los que produzcan una grave discriminación en el empleo, público o privado, contra alguna
persona por razón de su ideología, religión o creencias, su pertenencia a una etnia, raza o nación,
su sexo, orientación sexual, situación familiar, enfermedad o discapacidad, por ostentar la represen-
tación legal o sindical de los trabajadores, por el parentesco con otros trabajadores de la empresa
o por el uso de alguna de las lenguas oficiales dentro del Estado español, y no restablezcan la si-
tuación de igualdad ante la ley tras requerimiento o sanción administrativa, reparando los daños
económicos que se hayan derivado, serán castigados con la pena de prisión de seis meses a dos
años o multa de 12 a 24 meses”.
Delito difícil de perseguir en vía judicial dada la gran cantidad de requisitos que se exige para su
calificación. De su texto se deduce que para que se produzca el delito:
– La agravante genérica de odio no se aplica en este caso, ya que para que se produzca el ilícito
penal se ha de dar, en su caso, como requisito.
– Debe ser un acto grave de discriminación, directa o indirecta.
– Se puede producir tanto en el empleo público como en el privado.
– Debe existir, por parte del empleador, una manifiesta rebeldía con requerimiento previo o
sanción administrativa y no restablecimiento de la situación de igualdad, reparando los daños
económicos causados.


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7.3.6. Delitos de provocación al odio, la violencia y la discriminación


Recogidos en el Título XXI, de los delitos contra la Constitución, en su Capítulo IV, de los delitos
relativos al ejercicio de los derechos fundamentales y libertades públicas, artículo 510.
“1. Serán castigados […]
a) Quienes públicamente fomenten, promuevan o inciten directa o indirectamente al odio, hos-
tilidad, discriminación o violencia contra un grupo, una parte del mismo o contra una persona de-
terminada por razón de su pertenencia a aquel, por motivos racistas, antisemitas u otros referentes
a la ideología, religión o creencias, situación familiar, la pertenencia de sus miembros a una etnia,
raza o nación, su origen nacional, su sexo, orientación o identidad sexual, por razones de género,
enfermedad o discapacidad.
b) Quienes produzcan, elaboren, posean con la finalidad de distribuir, faciliten a terceras perso-
nas el acceso, distribuyan, difundan o vendan escritos o cualquier otra clase de material o soportes
que por su contenido sean idóneos para fomentar, promover, o incitar directa o indirectamente
al odio, hostilidad, discriminación o violencia contra un grupo, una parte del mismo, o contra una
persona determinada por razón de su pertenencia a aquél, por motivos racistas, antisemitas u otros
referentes a la ideología, religión o creencias, situación familiar, la pertenencia de sus miembros a
una etnia, raza o nación, su origen nacional, su sexo, orientación o identidad sexual, por razones de
género, enfermedad o discapacidad.
c) Públicamente nieguen, trivialicen gravemente o enaltezcan los delitos de genocidio, de lesa
humanidad o contra las personas y bienes protegidos en caso de conflicto armado, o enaltezcan a
sus autores, cuando se hubieran cometido contra un grupo o una parte del mismo, o contra una
persona determinada por razón de su pertenencia al mismo, por motivos racistas, antisemitas u
otros referentes a la ideología, religión o creencias, la situación familiar o la pertenencia de sus
miembros a una etnia, raza o nación, su origen nacional, su sexo, orientación o identidad sexual, por
razones de género, enfermedad o discapacidad, cuando de este modo se promueva o favorezca un
clima de violencia, hostilidad, odio o discriminación contra los mismos.
2. Igualmente serán castigados [...]
a) Quienes lesionen la dignidad de las personas mediante acciones que entrañen humillación,
menosprecio o descrédito de alguno de los grupos a que se refiere el apartado anterior, o de una
parte de los mismos, o de cualquier persona determinada por razón de su pertenencia a ellos por
motivos racistas, antisemitas u otros referentes a la ideología, religión o creencias, situación familiar,
la pertenencia de sus miembros a una etnia, raza o nación, su origen nacional, su sexo, orientación
o identidad sexual, por razones de género, enfermedad o discapacidad, o produzcan, elaboren,
posean con la finalidad de distribuir, faciliten a terceras personas el acceso, distribuyan, difundan
o vendan escritos o cualquier otra clase de material o soportes que por su contenido sean idóneos
para lesionar la dignidad de las personas por representar una grave humillación, menosprecio o
descrédito de alguno de los grupos mencionados, de una parte de ellos, o de cualquier persona
determinada por razón de su pertenencia a los mismos.
b) Quienes enaltezcan o justifiquen por cualquier medio de expresión pública o de difusión los
delitos que hubieran sido cometidos contra un grupo, una parte del mismo, o contra una persona
determinada por razón de su pertenencia a aquél por motivos racistas, antisemitas u otros refe-
rentes a la ideología, religión o creencias, situación familiar, la pertenencia de sus miembros a una
etnia, raza o nación, su origen nacional, su sexo, orientación o identidad sexual, por razones de
género, enfermedad o discapacidad, o a quienes hayan participado en su ejecución.
Los hechos serán castigados con una pena de uno a cuatro años de prisión y multa de seis a doce
meses cuando de ese modo se promueva o favorezca un clima de violencia, hostilidad, odio o dis-
criminación contra los mencionados grupos.
3. Las penas se impondrán en su mitad superior cuando los hechos se hubieran llevado a cabo a
través de un medio de comunicación social, por medio de internet o mediante el uso de tecnologías
de la información, de modo que, aquel se hiciera accesible a un elevado número de personas.
4. Cuando los hechos, a la vista de sus circunstancias, resulten idóneos para alterar la paz pública
o crear un grave sentimiento de inseguridad o temor entre los integrantes del grupo, se impondrá
la pena en su mitad superior, que podrá elevarse hasta la superior en grado.


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5. En todos los casos, se impondrá además la pena de inhabilitación especial para profesión u
oficio educativos, en el ámbito docente, deportivo y de tiempo libre, por un tiempo superior entre
tres y diez años al de la duración de la pena de privación de libertad impuesta en su caso en la sen-
tencia, atendiendo proporcionalmente a la gravedad del delito, el número de los cometidos y a las
circunstancias que concurran en el delincuente.
6. El juez o tribunal acordará la destrucción, borrado o inutilización de los libros, archivos, do-
cumentos, artículos y cualquier clase de soporte objeto del delito a que se refieren los apartados
anteriores o por medio de los cuales se hubiera cometido. Cuando el delito se hubiera cometido a
través de tecnologías de la información y la comunicación, se acordará la retirada de los contenidos.
En los casos en los que, a través de un portal de acceso a internet o servicio de la sociedad de la
información, se difundan exclusiva o preponderantemente los contenidos a que se refiere el aparta-
do anterior, se ordenará el bloqueo del acceso o la interrupción de la prestación del mismo”.
Este artículo se ha configurado como el fundamental que aglutina la mayoría de conductas pena-
les por conductas racistas o xenófobas, por lo que no se hace necesario la existencia de la agravante
genérica de odio, ya que explícitamente se encuentra dentro de su tipicidad.
Resumiéndolo, tipifica varias conductas:
– Las acciones de fomento o incitación al odio o la violencia contra grupos o individuos por mo-
tivos racistas, de forma directa e indirecta.
– La producción, elaboración, posesión para distribución, distribución, difusión o venta de ma-
terial con contenido idóneo para fomentar, promover o incitar al odio, la violencia y la discri-
minación, que es lo que se conoce como discurso de odio, y que se define en el siguiente
apartado.
– Los actos que atenten y lesionen la dignidad mediante acciones de humillación, descrédito o
menosprecio hacia las personas o grupos de personas, así como la negación pública o el enal-
tecimiento y justificación de los delitos cometidos contra los mismos o sus integrantes con
una motivación discriminatoria.
– La justificación de conductas que nieguen los delitos de genocidio o enaltezcan a sus autores.
– Si los hechos se realizan a través de internet o redes sociales, se agravan las penas, aunque el
tipo penal no exige que la incitación se realice a través de estos medios.
– La conducta debe dirigirse a una pluralidad de personas indeterminada, excluyéndose de esta
tipificación las conversaciones privadas.
– Incluye este ilícito que se realice tanto en espacio abierto como cerrados, por medio de publi-
caciones, conferencias, manifestaciones, reuniones, conciertos musicales (música RAC –rock
contra el comunismo).

Discurso del odio


Es toda forma de expresión o discurso transmitido por diversos medios de difusión social con la
intencionalidad de fomentar el odio y los prejuicios e incitar a la violencia contra determinados indivi-
duos, e incluso degradarlos e intimidarlos por el único motivo de su pertenencia a una raza, colectivo
étnico, religión, nacionalidad, género, edad, discapacidad, orientación sexual o identidad de género,
lengua, opiniones políticas y morales, estatus socioeconómico u ocupación, apariencia, capacidad
mental o cualquier otro aspecto que se tenga en consideración.
Se justifica el odio mediante los siguientes tres elementos:
– Se dirige contra un determinado grupo de personas y no contra la sociedad en general.
– Se estigmatiza a ese grupo o colectivo (estereotipos).
– Se muestra hostilidad hacia el mismo, dificultando su integración en la sociedad.


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7.3.7. Delito de denegación de prestaciones en el marco de una actividad


empresarial
Dentro del mismo Título y Capítulo se encuentra el artículo 512, que dice:
“Los que en el ejercicio de sus actividades profesionales o empresariales denegaren a una per-
sona una prestación a la que tenga derecho por razón de su ideología, religión o creencias, su per-
tenencia a una etnia, raza o nación, su sexo, orientación sexual, situación familiar, por razones de
género, enfermedad o discapacidad, incurrirán en la pena de inhabilitación especial para el ejercicio
de profesión, oficio, industria o comercio e inhabilitación especial para profesión u oficio educati-
vos, en el ámbito docente, deportivo y de tiempo libre por un periodo de uno a cuatro años”.
Es conveniente tener en cuenta que:
– Enfocado hacia el sujeto activo profesional, no existe tal delito si la denegación de prestación
la realiza un particular. (Una agencia inmobiliaria, al negarse a alquilar un piso a un inmigrante,
incurriría en este delito y no así el propietario de un inmueble).
– El hecho debe ser habitual.
– La motivación discriminatoria debe ser evidente.
– No es de aplicación la agravante genérica de odio.

7.3.8. Delito de asociación ilícita


Dentro del mismo Título y Capítulo comentamos el artículo 515:
“Son punibles las asociaciones ilícitas, teniendo tal consideración:
1. Las que tengan por objeto cometer algún delito o, después de constituidas, promuevan su
comisión.
2. Las que, aun teniendo por objeto un fin lícito, empleen medios violentos o de alteración o
control de la personalidad para su consecución.
3. Las organizaciones de carácter paramilitar.
4. Las que fomenten, promuevan o inciten directa o indirectamente al odio, hostilidad, discri-
minación o violencia contra personas, grupos o asociaciones por razón de su ideología, religión o
creencias, la pertenencia de sus miembros o de alguno de ellos a una etnia, raza o nación, su sexo,
orientación sexual, situación familiar, enfermedad o discapacidad”.

Para que se positive este ilícito penal:


– Debe tratarse de una pluralidad de personas.
– Deben estar organizadas.


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PRINCIPIOS ÉTICOS DE LA SOCIEDAD ACTUAL 

– Debe tener consistencia en el tiempo o permanencia.


– Su finalidad ha de consistir en promover, incitar o fomentar, directa o indirectamente, el odio,
hostilidad, discriminación o violencia contra personas, grupos o asociaciones por las razones
de odio ya comentadas.

7.3.9. Delitos contra la libertad de conciencia y los sentimientos religiosos


En el mismo Título y Capítulo de los apartados anteriores, trata de este delito los artículos 522
al 525 del Código Penal.
“Artículo 522. Incurrirán en este delito:
1. Los que por medio de violencia, intimidación, fuerza o cualquier otro apremio ilegítimo impi-
dan a un miembro o miembros de una confesión religiosa practicar los actos propios de las creen-
cias que profesen, o asistir a los mismos.
2. Los que por iguales medios fuercen a otro u otros a practicar o concurrir a actos de culto o
ritos, o a realizar actos reveladores de profesar o no profesar una religión, o a mudar la que profesen.
Artículo 523. El que con violencia, amenaza, tumulto o vías de hecho, impidiere, interrumpiere o
perturbare los actos, funciones, ceremonias o manifestaciones de las confesiones religiosas inscritas
en el correspondiente registro público del Ministerio de Justicia e Interior […]
Artículo 524. El que en templo, lugar destinado al culto o en ceremonias religiosas ejecutare
actos de profanación en ofensa de los sentimientos religiosos legalmente tutelados […]
Artículo 525.
1. Incurrirán en este delito los que, para ofender los sentimientos de los miembros de una confe-
sión religiosa, hagan públicamente, de palabra, por escrito o mediante cualquier tipo de documen-
to, escarnio de sus dogmas, creencias, ritos o ceremonias, o vejen, también públicamente, a quienes
los profesan o practican.
2. En las mismas penas incurrirán los que hagan públicamente escarnio, de palabra o por escrito,
de quienes no profesan religión o creencia alguna.
Para que se consolide este ilícito deben darse las siguientes circunstancias:
– La burla debe ser tenaz (escarnio).
– El propósito debe ser el de causar ofensa, humillación, ofensa, etc., excluyendo el carácter sa-
tírico, provocador o crítico de la acción.

7.4. Infracciones administrativas de prácticas xenófobas, racistas o


intolerantes
Prácticamente la totalidad de ellas se concretan en el ámbito deportivo y, particularmente recogidas
en la Ley 19/3007, de 11 de julio, contra la violencia, el racismo, la xenofobia y la intolerancia en el deporte.
Un resumen de acciones que tendrían cabida en este concepto es el siguiente:
– Declaraciones públicas con intención de que tengan gran difusión, en las que una persona o
un grupo de ellas sea amenazada, insultada o vejada por su pertenencia a ese grupo (racial,
étnico, religioso, de discapacidad, de género, etc.).
– Acciones en los recintos deportivos, en sus aledaños, o en los medios de transporte con moti-
vo de una celebración deportiva que supongan acoso por los motivos ya aludidos.
– Declaraciones, gestos o insultos proferidos en esos recintos deportivos que supongan un trato
vejatorio por los motivos ya comentados.


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– Entonación de cánticos, sonidos o consignas, o exhibición de pancartas, banderas, símbolos u


otras señales, que se ejecuten en tales lugares.
– La facilitación de medios técnicos, económicos, materiales, informáticos o tecnológicos o uti-
lización de soportes digitales para llevar a efecto estas acciones en tales lugares.

Concurrencia de procedimiento penal y administrativo


En base al principio non bis in idem, solo podrá recaer sanción penal y administrativa o disciplinaria
sobre los mismos hechos cuando no hubiere identidad de sujeto, hecho y fundamento jurídico.
La incoación de un proceso penal no será obstáculo para la iniciación, en su caso, del correspon-
diente procedimiento administrativo o disciplinario por los mismos hechos, si bien no podrá dictarse
resolución en estos últimos hasta tanto no haya recaído sentencia o auto de sobreseimiento firmes en
la causa penal.
La declaración de hechos probados contenida en la resolución que pone término al proceso penal
vinculará a la resolución que se dicte en los procedimientos administrativo y disciplinario, sin perjuicio
de la distinta calificación jurídica que puedan merecer en una u otra vía.

7.5. Indicadores de polarización


Dado que la calificación como delito de odio de muchas acciones tipificadas en el Código Penal
dependen de la intencionalidad de distintos actos no específicamente determinados como tales,
así como la apreciación de la agravante genérica de odio contenida en el artículo 22.4 de dicho texto
legal, se hace concretamente necesario que los agentes investigadores de esos hechos aporten
pruebas que permitan apreciar a jueces y tribunales dicha intencionalidad.
El concepto de indicadores de polarización se refiere a estas apreciaciones complementarias de
los hechos cuya concurrencia, acumuladas, llegan a ser indicios de la evidencia suficiente que pueda
desvelar la existencia de una motivación racista, xenófoba o de otra naturaleza.
Se pueden definir como un conjunto de indicios que deben ser debidamente recopilados e incor-
porados al atestado policial, con el fin de dotar a fiscales y jueces de los suficientes indicios racionales
de criminalidad que permitan formular cargos de imputación y, en su caso, condenas en relación, en
nuestro caso, con la intencionalidad de odio.
Se exponen a continuación algunos de estos indicadores de delitos de odio:
a) Percepción de la víctima. La sola percepción por parte de la víctima de que el hecho se pro-
dujo como consecuencia de su pertenencia a un grupo discriminado es razón suficiente para
la Comisión Europea contra el Racismo y la Intolerancia del Consejo de Europa (ECRI) para que
se investigue las motivaciones del caso, lo que no determina, por sí, que el hecho pueda califi-
carse de esta manera.
b) Pertenencia de la víctima a un colectivo o grupo minoritario por motivos étnicos, raciales,
religiosos, de orientación o identidad sexual, etc.
c) Discriminación y odio por asociación. Sería el caso en el que la víctima no pertenezca a un
grupo discriminado pero tenga estrecha relación con sus componentes (matrimonio interra-
cial, defensores de derechos de las minorías, etc.).
d) Expresiones o comentarios racistas, xenófobos u homófobos, o cualquier otro comen-
tario vejatorio contra cualquier persona de estos colectivos discriminados, que se deben
recoger con toda su literalidad en las declaraciones de la víctima o los testigos.
e) Los tatuajes, el vestuario o la estética del autor de los hechos, que se fotografiarán y añadi-
rán al atestado.


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PRINCIPIOS ÉTICOS DE LA SOCIEDAD ACTUAL 

f ) La propaganda, estandartes, banderas, pancartas, etc. de carácter extremista o radical


que pueda portar el autor de los hechos o que puedan encontrarse en su domicilio, los que,
igualmente, serán filmados o fotografiados y añadidos al atestado. (Su entrada se realizará con
previa autorización judicial).
g) Los antecedentes policiales del sospechoso, por su participación en hechos similares anterio-
res (asistencia a conciertos de carácter neo-nazi, de música RAC/OI, conferencias, reuniones o
manifestaciones de carácter ultra caracterizadas por su hostilidad a colectivos minoritarios) tanto
en España como en otros Estados de la Unión Europea y que en derecho determinan reincidencia.
h) Que el incidente haya ocurrido cerca de un lugar de culto, un cementerio o un estableci-
miento de un grupo considerado minoritario.
i) La relación del sospechoso con grupos ultras del fútbol, recogido en el Registro Central de
Sanciones en materia de violencia, racismo, xenofobia e intolerancia en el deporte.
j) La relación del sospechoso con grupos o asociaciones caracterizadas por su odio, ani-
madversión u hostilidad contra colectivos de inmigrantes, musulmanes, judíos, homo-
sexuales, etc.
k) La aparente gratuidad de los actos violentos, sin otro motivo manifiesto. Este factor debe
ser considerado como un indicio muy poderoso.
l) Enemistad histórica entre los miembros del grupo de la víctima y del presunto culpable.
m) Concurrencia del hecho con una fecha significativa del colectivo víctima (día de celebración
del colectivo, viernes o sábados como días religiosos para determinadas colectividades, etc.) o
del colectivo del delincuente.
n) La conducta del infractor y posible plasmación del hecho en su teléfono móvil. Esto impli-
ca la necesidad de autorización judicial para su análisis por los investigadores.

7.6. Víctimas de los delitos: derechos y orientaciones


La víctima de un delito tiene en nuestro país su propio marco jurídico en la Ley 4/2015, de 27 de
abril, del estatuto de la víctima del delito, que contiene las recomendaciones introducidas para toda
Europa en la Directiva 2012/29/UE del Parlamento Europeo y del Consejo, de 25 de octubre de 2012.
En estas normativas se establecen las normas mínimas sobre los derechos, el apoyo y la protección de
las víctimas de delitos y que, esquemáticamente, contiene las siguientes recomendaciones:
a) En el trato de las instituciones con las víctimas se deben tener en cuenta las circunstancias y
la naturaleza del delito, la gravedad de los perjuicios causados a la víctima y el riesgo de


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reiteración del delito, así como las características y situación personal y las necesidades
inmediatas, edad, sexo, posible discapacidad, especial protección y grado de madurez
de las víctimas de delitos, a fin de determinar sus necesidades especiales de protección. Al
mismo tiempo, se respetarán plenamente su integridad física, psíquica y moral, libertad, segu-
ridad, libertad e indemnidad sexual, intimidad y dignidad y la de sus familiares.
b) Resulta conveniente, por la situación de vulnerabilidad en la que se encuentran, actuar de
forma prudente en las interacciones que se efectúen con las víctimas y sus familiares.
c) Se debe evitar el contacto directo entre las víctimas y sus familiares con el sospechoso o
acusado.
d) La declaración a las víctimas se realizará procurando el menor número de veces y sin
dilaciones injustificadas (para evitar los efectos de la victimización secundaria), y podrán
estar acompañadas por la persona de su elección durante el acto de declaración, salvo que ello
pudiese perjudicar el correcto desarrollo de la misma. Asimismo, se practicará, a ser posible,
por personal que cuente con la adecuada formación, y por la misma persona.
e) Se protegerá la intimidad de las víctimas y sus familiares, para evitar la identificación de
víctimas menores de edad o personas con discapacidad.
f ) Se debe considerar que una persona es una víctima independientemente de si se ha iden-
tificado, detenido, acusado o condenado al infractor y con independencia de la relación
familiar que exista entre ellos.
g) La protección facilitada a las víctimas se ha de extender a sus familiares perjudicados, en
especial los de una persona cuya muerte o desaparición ha sido causada directamente por un
delito.
h) La información y las orientaciones deben proporcionarse en términos sencillos, y en un len-
guaje claro y que resulte accesible. Asimismo, debe garantizarse que la víctima pueda ser
entendida durante las actuaciones.
i) La información que se le facilite a la víctima debe hacerse desde el primer momento y sin
retrasos innecesarios (medidas de apoyo y asistencia existentes, derecho a efectuar una de-
nuncia y a obtener una copia, posibilidad de solicitar medidas de protección, derecho a la de-
fensa jurídica y a los servicios de interpretación y traducción, emitir copias escritas y gratuitas
de la denuncia presentada).
j) Esta información, en su caso con previo conocimiento de la autoridad judicial, debe ofrecerse
con el grado de detalle suficiente para garantizar que se trata a las víctimas de manera res-
petuosa y, de esta manera, permitirles adoptar decisiones con conocimiento de causa sobre su
participación en los procesos.
k) La víctima tiene derecho a recibir información sobre la causa penal, para lo que designará
una dirección de correo electrónico y, en su defecto, una dirección postal o domicilio al que
serán remitidas las comunicaciones y notificaciones.
l) Respecto al primer contacto de la víctima con las instituciones policiales o judiciales se ha de
tener en cuenta las siguientes recomendaciones:
– Previsión de acompañarlas a un centro sanitario y facilitarles el acceso a los servicios
sociales. A este respecto se ha de mejorar y potenciar una mayor coordinación con los
servicios sociales.
– Facilitar la posibilidad de efectuar reconocimientos médicos.
– Solicitar, si resulta necesario por la gravedad de las lesiones, que el centro hospitalario
documente, de la forma más adecuada, las lesiones que presenta la víctima.
– Recabar del médico que realice la exploración de la víctima, solicitándole que haga cons-
tar, además, en el informe que extienda, el estado emocional de la misma.


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PRINCIPIOS ÉTICOS DE LA SOCIEDAD ACTUAL 

– Mediante documento específico (diligencia de ofrecimiento de acciones), informarles


de los derechos que, como tales víctimas, les asisten. En particular, cuando se trate de
víctimas de delitos violentos o contra la libertad sexual, se les informará de los dere-
chos específicos que tienen relacionados con esta materia, así como de las ayudas que les
han sido reconocidas para estos supuestos.
– Investigar las posibles represalias contra la víctima y su entorno, en cuyo caso se proce-
derá a informar del derecho a solicitar a la autoridad judicial la correspondiente orden de
alejamiento, u otras medidas de protección y, en su caso, a aplicar la legislación relativa a
la protección de testigos y peritos desde la primera actuación policial.

Víctima menor de edad


Según el estatuto de la víctima de un delito, cuando la víctima sea menor de edad, se velará porque
prime el interés superior del menor y dicho interés será objeto de una evaluación individual.
Toda medida adoptada en el interés superior del menor deberá respetar las debidas garantías pro-
cesales, en particular: los derechos del menor a ser informado, oído y escuchado, y a participar en el
proceso de acuerdo con la normativa vigente; la intervención en el proceso de profesionales cualifica-
dos y expertos; la participación de progenitores, tutores o representantes legales del menor o de un
defensor judicial si hubiera conflicto o discrepancia con ellos y del Ministerio Fiscal en defensa de sus
intereses; la adopción de una decisión que incluya en su motivación los criterios utilizados; y la existen-
cia de recursos que permitan la revisión de la mismas.
El artículo 12 de la Ley Orgánica de Protección Jurídica del Menor dice:
“Cuando no pueda ser establecida la mayoría de edad de una persona, será considerada menor
de edad a los efectos de lo previsto en esta ley, en tanto se determina su edad. A tal efecto, el fiscal
deberá realizar un juicio de proporcionalidad que pondere adecuadamente las razones por las que
se considera que el pasaporte o documento equivalente de identidad presentado, en su caso, no es
fiable. La realización de pruebas médicas para la determinación de la edad de los menores se some-
terá al principio de celeridad, exigirá el previo consentimiento informado del afectado y se llevará
a cabo con respeto a su dignidad y sin que suponga un riesgo para su salud, no pudiendo aplicarse
indiscriminadamente, especialmente si son invasivas”.
La Instrucción de la Secretaría de Estado de Seguridad 11/2007, de 12 de septiembre, por la que
se aprueba el Protocolo de Actuación Policial con Menores, así como la Ley Orgánica 8/2015, de 22 de
julio, y la Ley 26/2015, de 28 de julio, de modificación del sistema de protección de la infancia y adoles-
cencia, cuando la víctima de una infracción penal sea menor de edad se adecuará la actuación policial
a la edad y grado de madurez del menor; las circunstancias personales; la naturaleza de los hechos que
originan la intervención; la necesidad de garantizar su igualdad y no discriminación por su especial
vulnerabilidad, ya sea por la carencia de entorno familiar, sufrir maltrato, su discapacidad, su orien-
tación e identidad sexual, su condición de refugiado, solicitante de asilo o protección subsidiaria, su
pertenencia a una minoría étnica, o cualquier otra característica o circunstancia relevante; la necesidad
de estabilidad de las soluciones que se adopten para promover la efectiva integración y desarrollo del
menor en la sociedad, así como de minimizar los riesgos que cualquier cambio de situación material
o emocional pueda ocasionar en su personalidad y desarrollo futuro; y aquellos otros elementos de
ponderación que, en el supuesto concreto, sean considerados pertinentes y respeten los derechos de
los menores. Igualmente, dicha obligación se tendrá en cuanta ante grupos especialmente vulnerables,
como los menores extranjeros no acompañados que sean víctimas de cualquier abuso en este ámbito.
Al realizar la exploración a un menor (declaración) que ha sido víctima de un hecho criminal, se
tendrá presente que:
– En ningún caso se podrá obligar a declarar al menor, hecho que se hará constar en el atestado.
– Si desea declarar lo deberá hacer en presencia de sus padres, tutores o guardadores, salvo que
las circunstancias aconsejen lo contrario, en cuyo caso se comunicará al fiscal competente
para que disponga lo conveniente.


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Las declaraciones recibidas durante la fase de investigación serán grabadas por medios audiovi-
suales, siempre que ello sea factible (previa obtención del consentimiento de los tutores o represen-
tantes legales).
Se podrá solicitar del Tribunal la designación de un defensor judicial de la víctima para que le re-
presente en la investigación en aquellos supuestos en que exista un conflicto de intereses.
Se adoptarán, en aras de evitar resultados límite (suicidio), las medidas de protección a las víctimas
menores de edad y personas con discapacidad que sufran acoso.

7.7. Ciberodio
Con este término se quiere relacionar el delito de odio ejercido a través de internet y de las redes
sociales. Es evidente la utilización de las tecnologías actuales de la comunicación para difundir mensa-
jes en el que las minorías perseguidas son atacadas de una u otra forma por estos medios.
El problema por parte de las fuerzas y cuerpos de seguridad surge en determinar si los contenidos
de los mensajes constituyen ataque a las personas pertenecientes a esos colectivos o constituyen un
ejercicio de la libertad de expresión. A este respecto, al propio Tribunal Europeo de los Derechos Huma-
nos, para dirimir si existe incitación al odio o ejercicio del derecho de expresión, utiliza el contenido de
dos de los artículos del Convenio Europeo para la Protección de los Derechos Humanos, el 10.2 y el 17.
1. Enfoque restrictivo de derechos referente al derecho de expresión contenido en su artículo
10, cuyo punto 2 dice:
“El ejercicio de estas libertades, que entrañan deberes y responsabilidades, podrá ser so-
metido a ciertas formalidades, condiciones, restricciones o sanciones, previstas por la ley,
que constituyan medidas necesarias, en una sociedad democrática, para la seguridad nacio-
nal, la integridad territorial o la seguridad pública, la defensa del orden y la prevención del
delito, la protección de la salud o de la moral, la protección de la reputación o de los derechos
ajenos, para impedir la divulgación de informaciones confidenciales o para garantizar la au-
toridad y la imparcialidad del poder judicial”.
2. El enfoque de exclusión de la protección del Convenio, contenido en el artículo 17, referen-
te a la prohibición del abuso de derecho:
“Ninguna de las disposiciones del presente Convenio podrá ser interpretada en el sentido
de implicar para un Estado, grupo o individuo, un derecho cualquiera a dedicarse a una acti-
vidad o a realizar un acto tendente a la destrucción de los derechos o libertades reconocidos
en el presente Convenio o a limitaciones más amplias de estos derechos o libertades que las
previstas en el mismo”.
La investigación de esos delitos cometidos a través de las redes sociales y que debe ser llevada a
efecto por unidades especiales de Policía Judicial, se apoya en los siguientes textos legales:
– Ley 34/2002, de 11 de julio, de Servicios de la Sociedad de la Información y Comercio.
– Ley 25/2007, de 18 de octubre, de conservación de datos de comunicaciones electrónica y
redes públicas de comunicación.
Dado que el contenido de los medios de comunicación instantánea puede ser manipulado con
facilidad, cuando las conversaciones sean aportadas a la causa mediante archivos de impresión y para
que sean aceptadas como objeto de prueba en el proceso, “será indispensable la práctica de una prue-
ba pericial que identifique el verdadero origen de esa comunicación, la identidad de los interlocutores
y, en fin, la integridad de su contenido” (STS 300/2015, de 19 de mayo).
Por Ley Orgánica 13/2015, de 5 de octubre, que modifica la Ley de Enjuiciamiento Criminal
(artículo 282.6), se crea la figura del agente encubierto informático, al que se le permite actuar,
siempre bajo autorización judicial, en los canales cerrados de comunicación telemática,
intercambiar archivos de contenido ilícito y aplicar las técnicas para su identificación.


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PRINCIPIOS ÉTICOS DE LA SOCIEDAD ACTUAL 

Por otra parte, los artículos de la LCrim 588 sexies a) a c) introducen la exigencia de autorización
judicial previa para el registro de dispositivos informáticos, instrumentos de comunicación telefónica
o telemática o los dispositivos de almacenamiento masivo y el 588 septies de la citada ley la exigencia
de autorización judicial previa para la instalación de un software que permita, de forma remota y tele-
mática, el examen a distancia y sin conocimiento de su titular o usuario, del contenido de un dispositi-
vo, sistema o instrumentos de almacenamiento masivo de datos informáticos para la investigación de
delitos cometidos a través de instrumentos informáticos o de cualquier otra tecnología de la informa-
ción, telecomunicación o servicio de comunicación.
El artículo 588 octies de la LCrim. Concreta:
“La Policía Judicial podrán requerir a cualquier persona física o jurídica la conservación y protec-
ción de datos o informaciones concretas incluidas en un sistema informático de almacenamiento
que se encuentren a su disposición hasta que se obtenga la autorización judicial correspondiente
para su cesión”.
De la misma forma, la LCrim y jurisprudencia del Tribunal Supremo trata del acceso legal por agen-
tes policiales a números identificativos de las tarjetas de teléfonos móviles, ordenadores y de usuarios,
tales como el IMSI, IMEI, ICCID y MSISDN.
Por último, con la finalidad de proteger la cadena de custodia y que esta cumpla con todas sus
propiedades, cuando el juez autorice la interceptación de comunicaciones telemáticas, el artículo 588
ter a) y f ) imponen un sistema de sellado o firma electrónica de adveración suficientemente fiable para
garantizar la autenticidad de la información volcada por los agentes de Policía Judicial, desde el sistema
central origen de la copia a los soportes de información y así para dar plena validez a los datos durante
el proceso penal.

Números identificativos en una tarjeta SIM


Al objeto de que el opositor pueda distinguir los acrónimos mencionados en el apartado anterior,
se facilita una relación del contenido de tales términos:
– IMSI (International Mobile Subscriber Identity) o Código Identificativo de Usuario, identifica una
línea telefónica o servicio. Es para un móvil lo que una IP es en la red de internet, pero en este
caso en las redes GSM y UMTS. Aunque contenido en la tarjeta SIM, no está anclado a ella.
– ICCID (Integrated Circuit Card Identifier) o Identificador de la Tarjeta del Circuito Integrado, está
marcado en la SIM por el operador e identifica al país, a la red y es un número único en cada
tarjeta (todos comienzan con el número 89 y, para España, le sigue el número 34). Correspon-
de a lo que es el número MAC en una tarjeta de red de ordenador.


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– IMEI (International Mobile Station Equipment Identity) identifica al terminal y está inscrito en el
móvil. Cuando un operador la detecta comprueba si puede efectuar el servicio o, por el con-
trario, lo impide al tratarse de un móvil sustraído.
– MSISDN (Mobile Station Integrated Services Digital Network) es nuestro número de teléfono
móvil que hay que marcar para entrar en contacto con él.

7.8. Glosario de términos relacionados con los delitos de odio


Se exponen a continuación una relación de términos contenidos en el protocolo de actuación de
las fuerzas y cuerpos de seguridad en relación con los delitos de odio, contenidos, a su vez, en el manual
para su formación en la identificación y registro de incidentes racistas o xenófobos. Estos términos, a su
vez, son ampliamente utilizados por organismos tales como la Agencia Europea de Derechos Humanos
(FRA), la Comisión Europea para el Racimo y la Intolerancia (ECRI), la Organización para la Seguridad y
la Cooperación en Europa (OSCE), y otros:
– Antigitanismo o romafobia: manifestación de intolerancia que recoge todas las formas de
odio, discriminación, hostilidad y violencia contra este colectivo. Se sustenta en prejuicios y
desconocimiento y tiene un fuerte arraigo histórico en la cultura popular en forma de estereo-
tipos, frases hechas, bromas, actitudes despectivas y denigrantes.
– Antisemitismo: es una determinada percepción sobre el pueblo judío que puede expresarse
como odio, violencia, hostilidad, desprecio o animadversión hacia dicho colectivo. Las mani-
festaciones externas de antisemitismo se dirigen tanto contra las personas judías como contra
sus bienes, instituciones comunitarias o sus lugares de culto.
– Aporofobia: odio o rechazo al pobre. Recoge aquellas expresiones y conductas de intoleran-
cia referidas al odio, repugnancia u hostilidad ante el pobre, el sin recursos, el desamparado.
– Ciberodio: se aplica a cualquier uso de las comunicaciones electrónicas de la información
(internet, dispositivos móviles, etc.), para diseminar mensajes o informaciones antisemitas, xe-
nófobas, homófobas, racistas, intolerantes, extremistas, etc.
– Delitos de odio: cualquier infracción penal, incluyendo las cometidas contra las personas o la
propiedad, donde el bien jurídico protegido se elige por su (real o percibida) conexión, simpa-
tía, filiación, apoyo o pertenencia a un grupo. Dichos grupos se basan en características comu-
nes de sus miembros, como su raza real o percibida, el origen nacional o étnico, el lenguaje, el
color, la religión, la edad, la discapacidad, la orientación sexual, etc.
– Discapacidad: situación que resulta de la interacción entre las personas con deficiencias físi-
cas, mentales, intelectuales o sensoriales, previsiblemente permanentes y cualquier tipo de
barrera que limiten o impidan su participación plena y efectiva. No es necesario que la persona
posea un certificado de discapacidad; basta la mera concurrencia de la discapacidad como
hecho que motiva el delito.
– Discriminar: tratar de forma diferente y desfavorable a una persona o un grupo de personas
basándonos en la creencia de que no todos somos iguales en derechos y en dignidad y, en
consecuencia, que se pueden hacer diferencias que sitúen a unas personas en posición de
desventaja respecto al resto.
– Discriminación directa: trato diferenciado por motivos de raza, color, idioma, religión, nacio-
nalidad, etc., que no tenga una justificación legal objetiva y razonable. Situación en la que se
encuentra una persona cuando, debido a sus circunstancias personales (raza, color, idioma,
religión, sexo, discapacidad, orientación o identidad sexual, etc.), es tratada de forma menos
favorable que otra persona en situación similar.


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PRINCIPIOS ÉTICOS DE LA SOCIEDAD ACTUAL 

– Discriminación indirecta: factor aparentemente neutral como una disposición, un criterio o


una práctica que no puede ser fácilmente cumplido sin causar desventajas a personas perte-
necientes a un grupo determinado en base a su raza, religión, nacionalidad, etc.
Existe cuando una disposición legal, un criterio o práctica, una decisión individual, que son apa-
rentemente neutros, puedan ocasionar una desventaja particular a una persona respecto de otra
debido a sus circunstancias personales, siempre que objetivamente no respondan a una finalidad
legítima y que los medios para la consecución de esta finalidad no sean adecuados o legítimos.
– Discurso de odio o hate speech: aquel que “cubre todas las formas de expresión que extien-
den, incitan, promueven o justifican el odio racial, la xenofobia, el antisemitismo o cualquier
otra forma de odio basada en la intolerancia”.
– Disfobia: cualquier delito que está motivado en la situación de discapacidad de la persona, ya
sea por rechazo, desprecio, odio, etc.

– Estereotipos: conjunto de creencias compartidas, y generalmente estructuradas, acerca de los


atributos personales que caracterizan a los miembros de un grupo. La diversidad genera este-
reotipos. Los estereotipos pueden ser positivos o negativos. Se originan en el aprendizaje de la
cultura y las vivencias personales. Los estereotipos están basados en la percepción soslayada y
defectuosa, pudiéndose cometer errores al tener dichas percepciones incompletas o sesgadas.
– Etnia: pertenencia de un individuo a un grupo o a una comunidad que comparte una lengua,
identidad simbólica, ideología, cultura y, en algunos casos, ciertos rasgos físicos visibles que
los diferencian del resto de grupos o comunidades.
– Homofobia: hace referencia a la aversión a la homosexualidad y a la comunidad LGBT (lesbia-
nas, gais, bisexuales y transexuales). Se manifiesta en las esferas pública y privada de diferen-
tes formas, tales como el lenguaje de odio y la incitación a la discriminación, la ridiculización,
la violencia verbal, psicológica y física, así como la persecución y el asesinato, la discriminación
basada en la violación del principio de igualdad, las limitaciones injustificadas y carentes de
razón de los derechos, que se ocultan a menudo tras justificaciones de orden público, de liber-
tad religiosa y del derecho a la objeción de conciencia.
– Ideología: son las ideas fundamentales compartidas por un sector de la sociedad sobre aspec-
tos relacionados con la política, ciencia, economía, cultura, moral o religión.
– Intolerancia: todo comportamiento, actitud o forma de expresión que niega la diversidad huma-
na y viola o denigra la dignidad y los derechos del diferente, o incluso invita a violarlos o negarlos.
– Islamofobia: Sentimiento de aversión, rechazo y hostilidad hacia el Islam y hacia los musulma-
nes que se manifiesta en forma de prejuicios, discriminaciones, ofensas, agresiones y violencia.
– Mesofobia: predica el rechazo a la mezcla y a la convivencia intercultural y en consecuencia
defiende sociedades limpias.


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– Personas con discapacidad: incluyen a aquellas personas que tengan deficiencias físicas,
mentales, intelectuales o sensoriales a largo plazo que, al interactuar con diversas barreras,
pueden impedir su participación plena y efectiva en la sociedad, en igualdad de condiciones
con las demás.
– Prejuicios: son tendencias evaluativas dirigidas hacia los grupos sociales y sus miembros. Ge-
neralmente los prejuicios hacia grupos étnicos y nacionales se caracterizan por ser valoracio-
nes negativas.
– Racismo: conjunto de creencias que aseveran la superioridad natural de un grupo sobre otro,
tanto a escala individual como institucional. Involucra prácticas discriminatorias que protegen
y mantienen la posición de ciertos grupos y persevera la posición inferior de minorías raciales,
étnicas o nacionales.
– Raza: el término ‘raza’ se utiliza para referirse a los grupos de personas que se consideran dis-
tintos debido a las características físicas, como el color de la piel. Constituye una construcción
social que la comunidad internacional rechaza. Sin embargo, la palabra raza es frecuente en
los textos internacionales y nacionales como un término genérico que captura conceptos tales
como el origen étnico, color de la piel y/o el origen nacional.
– Xenofobia: se refiere a la actitud de rechazo y exclusión de toda identidad cultural ajena a la
propia. Se diferencia del racismo por proclamar la segregación cultural y aceptar a las personas
extranjeras e inmigrantes solo mediante su asimilación sociocultural

Preguntas test
1. Una acción ilícita motivada por el odio hacia un colectivo discriminado podrá ser castigada:
a) Como delito de odio, con pena.
b) Como infracción administrativa, con multa.
c) Las dos respuestas pueden ser correctas.
2. El término “romafobia” alude a una manifestación de intolerancia que recoge todas las formas de odio, discriminación,
hostilidad y violencia contra:
a) Inmigrantes de origen rumano.
b) Toda persona de origen latino.
c) El colectivo gitano.
3. El bien jurídico protegido en los delitos denominados como hate crime es:
a) En todo caso, la integridad física de la víctima.
b) La real, o percibida, conexión, simpatía, filiación, apoyo o pertenencia a un grupo.
c) El odio a un colectivo.
4. Al objeto de dirimir las posibles discrepancias entre los representantes legales, tutores y profesionales expertos con motivo
de la defensa de un menor, con el Ministerio Fiscal, ante la comisión de un delito de odio, la LCrim prevé el nombramiento de
la figura conocida como:
a) Agente encubierto.
b) Defensor judicial.
c) Juez de paz.
5. Para apreciar delito de odio en una acción:
a) Cualquier acción puede ser catalogada como delito de odio si existe en su autor esta motivación.
b) Debe existir previamente esa figura penada como delito
c) El hecho tiene que estar catalogado en el Código Penal como delito de odio.

Soluciones
1c) 2c) 3b) 4b) 5b)


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