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Nuestra Cocina
Personajes
Gastón, cocinero.
Pedro, cocinero.
Berta, cocinera.
Paula, repostera.
Ramona, repostera.
Julia, friegaplatos.
Celia, camarera.
Mónica, camarera.
La Metre.
La Chef.
Vigilante.
Mendigo
Espacio escénico
A la derecha, una mesita con un flexo, una silla, un teléfono, un tablón de notas, papeles… Es el
puesto de mando de la cocina.
La acción de la obra comienza a primera hora de la mañana con la llegada de los primeros
trabajadores.
Acto I
No hay telón en el acto. La cocina está siempre presente. Todo está en penumbra. No ocurre
nada hasta que la totalidad del público está sentado.
Entra el vigilante nocturno. Viene del lugar donde ha pasado la noche, en el comedor… Se
despereza, mira su reloj y permanece inmóvil, mirando a su alrededor; hasta que se da cuenta
de dónde está. Son las siete de la mañana. Entra en contacto con la rutina del trabajo, alumbra
con la linterna viendo que todo esté en su sitio. Empieza a encender las luces de la cocina. En
ese momento entra MAX, cocinero. Se dirige a un armario, saca de él una botella de cerveza, la
abre y empieza a beber. El vigilante golpea unas llaves de la luz que no funcionan.
Pausa. El vigilante continúa arreglando las llaves de la luz MAX bebe y se pone a silbar. Entra
BERTA, cocinera, se dirige a su sector.
BERTA.-Buenos días, Max! (Al vigilante. ) ¡Buenos días! (Pausa), ¡Max, échame una mano!
MAX.-Ya voy, guapa.
VIGILANTE. -No.
BERTA.-¿Conmigo? ¡Anda ya! (Se le acerca con un cuchillo en la mano) Si del primer mordisco te
destrozo. Primero te arrancaría la lengua. Después te cortaría los brazos y las piernas. Luego me
zamparía las orejas y me haría un caldo con los ojos y tu nariz.
BERTA.-Buenos días.
RAMONA.-(Acercándose a MAX con complicidad.) Max, ¿hay escalopes de ternera para hoy?
MAX.-¿Cuántos quieres que te guarde?
RAMONA.- Dame tres, si puede ser. Me los llevaré antes de que vengan los otros.
MAX va hacia la cámara frigorífica y vuelve con tres escalopes que le da a RAMONA a
escondidas.
MAX.-Como siempre.
RAMONA.-Sí. Prepara la mesa para las tartas de frutas, yo me encargo de los pasteles ¿Qué tal te
marcha la moto?
PAULA.-¡Un asco!
Entran por la puerta CELIA y VIOLETA, camareras. Pasan hablando en dirección al comedor.
CELIA.-Pasa, pasa… (A todos.) ¡Hola, buenos días! ¡Esta es Violeta, la nueva camarera! Mira esta
es la cocina, y por allí se va a los servicios, al almacén y al fondo el
comedor.
VIOLETA.-No estoy acostumbrada a sitios de esta categoría, este verano trabajé en el hotel Rítz.
CELIA y VIOLETA salen hacía el comedor. BERTA coloca los cubos de la basura en su sitio. PAULA y
RAMONA preparan sus utensilios de trabajo en su sector.
PAULA.-No vuelvo a comprarme nada de segunda mano.
RAMONA.-¿Qué le pasa?
PAULA.-Si llego a saberlo… para encontrar una pieza de repuesto me paso todo el día de aquí
para allá.
PAULA.-¿Entiendes de motos?
PAULA.-Es una buena idea. (Pausa) Oye, ¿y qué va a decir tu marido si no vas a cenar?
RAMONA.-Por mí que diga misa. Esta noche paso de marido. Es un imbécil. Si sólo me hubiera
salido putero… pero encima es idiota.
ANA.-(Se sirve café de una cafetera y lo pone a calentar) Espero que siga siendo dulce. Buenos
días. Paula.
RAMONA.-Buenos días.
ANA.-(Desperezándose) ¡Ahhh...! ¡Con lo bien que se estaba en mi cama...! ¡Tan calentita!
PAULA-No, sólo sé que Pedro se peleo con Gastón. No sé por qué empezó, ni en qué acabó. Yo
me fui por no meterme.
MAX.-(Acercándose a ellas) Pedro es un idiota. Se pasa la vida peleando; no hay nadie con quien
no haya discutido. Para mi que se ha propuesto echar a todos los
cocineros, y eso que sólo lleva aquí tres años. ¡Tres años! (Va por más cerveza)
RAMONA.-¡Está gilipollas! ¡Eso es lo que está! Todo el día espiando a Mónica por el cristal
cuando saluda a los clientes (Lo imita)
RAMONA.-Se pasea por la cocina de arriba abajo sin quitarle ojo. Y sólo para ver si está
coqueteando con los clientes.
PAULA.-Es verdad, están siempre peleándose delante de todos. Algunas veces ella ni siquiera le
mira, espera las comandas vuelta de espaldas.
ANA.- (Suspirando) ¡Pobre chico! ¿Sabéis que a su padre lo atropello un tractor? Me pregunto
qué estaría haciendo (Ríen todos..) Pero bueno ¿qué pasó después
del jaleo?
VIGILANTE.- (Terminando de vestirse) Buenos días Ana, ¿Me pones mi café, por favor?
VIGILANTE.-Lo único que sé, es que cuando yo llegué me los encontré en la puerta, gritándose:
que si cabrón, que si hijo de la grandísima... Pedro le dijo que se cagaba en sus muertos, y el otro
se puso… Bueno, la cosa es que de repente se liaron a golpes. Después vi a Gastón con un
cuchillo en la mano Pedro le dio un golpe y el cuchillo rodó por el suelo.... (Toma café.)
RAMONA.-A mi me dijeron que Pedro cogió a Gastón por el cuello y casi lo sienta en un fogón.
ANA.-A mí me han dicho que la chef salió y los separó. Gastón no hacía más que decir: “No he
terminado contigo, esto no va a quedar así..." Lo que no se es por qué empezó la bronca.
PAULA.-Eso es lo de menos. Yo le doy los buenos días a Pedro, pero nunca las buenas noches;
con el mosqueo que tiene a esas horas... se pega con el primero que pilla.
VIGILANTE.-(Con la boca llena comiendo deprisa) Luego vinieron los amigos de Gastón que
estaban fuera del restaurante esperándolo, querían cargárselo. Yo ya me metí para adentro y no
vi más… Si me quedo, igual acabo en el hospital o algo peor.
VIGILANTE.-(Mira el reloj y deja la taza) ¡Uy qué tarde es! Me marcho, que tengo que entrar a
trabajar en el Carrefour. (Recoge sus cosas)
TODOS.- ¡Adiós!
ANA.-¡Hasta la noche!
VIGILANTE.-Adiós, adiós…
ANA.-¡Qué tranquilidad...! (Bebe café.) Nadie diría que dentro de un par de horas esta cocina se
va a convertir en una casa de locos, ¿verdad?
VIOLETA.-¡Odio los uniformes! Favorecen tan poco, chica. Además, como yo estoy tan delgada,
me pingan por todos los lado. De todos los que he llevado, el que mejor me caía era…
VIOLETA.-Pues si.
CELIA.-Pues a mi me quedan todos que ni te cuento. Encima estos si los rompes o los pierdes
tienes que pagarlos.
VIOLETA.-En los hombres, en cambio, el uniforme parece otra cosa... están… ¡están más buenos!
CELIA.-¡Los hombres como están buenos es sin uniforme y sin nada! (Ríen las dos)
Entra DORA, camarera, a punto de llorar. Le sigue NICOLÁS su marido. Ella se gira y le arranca de
un tirón el bolso que lleva en las manos. Va aponerse el mandil. Él sin saludar a nadie se pone a
trabajar en su sector. Se encarga de los fiambres y comidas frías.
CELIA.-Hola Dora.
DORA.-(Gritando) ¡Yo se de uno que le voy a poner de uniforme una cadena, con unos eslabones
(hace un gesto) así de gordos!, ¡vamos que si esta noche no viene
DORA.-Trabajar, trabajar... Si, tú encima defiéndelo! ¿Es que todo el mundo tiene que estar en
contra mía? ¿Te he hecho yo algo acaso? (A VIOLETA.) ¿Y tú, que miras?
VIOLETA.-¿Yo? Nada.
DORA.-¡La que faltaba para el duro, otra más para repartir las propinas!
RAMONA.- ¡Sí de esta me forro! ¡Hay un bote de 13 millones de euros! ¿Te imaginas?
Entra corriendo JULIA, es la friegaplatos, joven, tiene buen aspecto, inteligente, es estudiante de
ingeniería electrónica en la universidad, deportista, juega al baloncesto. Lleva una radio de
fabricación casera en la mano. Se siente feliz de enseñársela a PAULA.
JULIA.- ¡Paula! ¡Hola, Paula! ¡Lo conseguí! Mírala, no es muy bonita, pero funciona de
puta madre.
PAULA.-Eres la hostia.
RAMONA.-¿Pero esto lo has hecho tú sola, Julia, con todos estos cables y piececitas? ¿Como
puedes perder el tiempo fregando platos en este restaurante?
JULIA.- ¡Que remedio me queda! Si no, no me puedo pagar los estudios. Me han denegado la
beca con los recortes.
PAULA.- ¡Dios que país! A donde vamos a llegar. Luego dicen que hay fuga de talentos. ¡No me
extraña!
JULIA.-¿Pero de verdad creéis que sólo fue culpa suya? Un hombre que se pasa todo el día aquí
lavando platos, barriendo, fregando, cocinando, quitando mierda, ¿qué puede hacer? ¡Tiene que
explotar!
JULIA pone la radio, que empieza a sonar. Suena un reggaetón. Se ponen a bailar. En el momento
culminante del baile entra MÓNICA, viene del comedor.
TODOS.-¿Qué?
MÓNICA.- Que Marango está con la chef en el comedor. (Se dirige a cristalería, que está en la
parte derecha del escenario)
MONICA.-Dije que estaba en el comedor. Aún sigue allí. (Prueba los postres)
MONICA.-(Que sigue probando dulces) Tuvo suerte. ¡Hum! me los comería todos.
MONICA.-Vinieron, él se acercó y les dijo: "¿Queréis jugar una partida de mus? Bueno, traedme
las cartas y haremos parejas." Después les dio la mano a todos uno por uno: "Adiós, au revoire,
good bye..." Se quedaron todos a cuadros. ¿Que iban a hacerle? ¡Es un fantasma! (Sigue con los
pasteles)
MONICA.-¿Otra vez? Esa tía está anémica, seguro que está anémica,
METRE.-Lo único que tiene que hacer es llevar a los clientes a sus mesas, no bailar con ellos.
Sale la METRE. MONICA le hace un gesto de burla a sus espaldas. CELIA entra del comedor y se
dirige a cubertería. DORA a cristalería.
MONICA.-Es la tercera vez que tengo que ocupar su puesto esta semana. (A BERTA) Toma,
guárdame el delantal.
MONICA.-¡Buenísima idea! Está acostumbrada y tiene experiencia. Vamos a hablar con la Metre.
PAULA.-¡Suerte Mónica!
MONICA.- Por lo menos no tendré que aguantar a ese matón todo el día.
PAULA.-Pues yo no la veo tan rara... Aunque el marido de Mónica lleva unos cuernos… ¡Uy!
Perdona Ramona, he metido la pata.
RAMONA.-No te preocupes, mujer. Tendría que seguir su ejemplo… pero a mi los cuernos me
hacen compañía, y si algún día olvido los instrumentos, meto los cuernos y doy vueltas a la
masa. (Ríen las dos)
JULIA.- Está bien, está bien… ¡Joder! Parecía que iba a matarme.
JULIA.- Tienes razón… ¿Quién va a querer matar a una jovencita, con toda la vida por delante?
Mirad, mirad todo esto: es todo un espectáculo. ¿No? ¡Es maravilloso! Una puta pila llena de
platos sucios… Algún día trabajaré en otro lugar…
Pausa. Todos trabajan. KIKO sin saber que hacer, pasea por la cocina. BERTA se dirige a la cámara
frigorífica y saca unas patatas cortadas en rodajas. NICOLÁS reconoce su bandeja
NICOLAS.-(Quitándole la bandeja) ¡Ah, no! ¡No, no y no! Son mías. Las preparé ayer las necesito
para mi ensalada.
NICOLAS.-¡Y una mierda! Del cuarto de las verduras sacas tu lo tuyo... Son mías, yo las preparé..
BERTA.-¡A mí no me vengas con gilipolleces! ¡Pasiego de mierda! ¡Vete a pastar con el ganao!
NICOLAS.-¡Y tú a las cloacas con las ratas, que es donde debes estar!
BERTA.-¡Esto te va a costar caro, enano! ¡Anda, atrévete a tocarme otra vez! ¡Muerto de hambre!
¡Habrase visto el idiota este!
NICOLAS.-¿Pero no oís a la tía ésta? (Acercándose con la bandeja en la mano) ¡Te voy a dar...!
Se enfrentan.
BERTA.-(Con una cazuela en mano.) ¿A mi? ¿A mí me vas a dar? ¡Atrévete si eres un hombre!
NICOLAS.-Te doy, ¿eh?, te doy...
MAX.-(Cruza con una sartén en las manos) A ver, por favor… que mancho, gracias. Podéis seguir.
BERTA.-Mucho toro hay aquí, ¡pero con los huevos (hace un gesto) así de grandes!
Pausa.
KIKO.-Sí.
NICOLAS.-Ven, yo te enseñaré. Para comenzar, aquí se cuelga el menú… La “chef” pone lo que
hay que cocinar diariamente. Ahí es donde yo trabajo el cuarto frío, ensaladas y carnes. Este es
Max, es el segundo “chef”. Y ahí ¿ves especie de mula parda? Pues también trabaja aquí, se
ocupa de las verduras, sopas y tortillas. Ana…
ANA.-¡Café, te y licores!
NICOLAS.-Y este es mi amigo Gastón, el mejor cocinero que tenemos: bistec y chuletas. ¿Qué te
ha pasado en el ojo?
Entra apresuradamente PEDRO llega tarde. Comentarios de todos al verle. Miran a GASTON.
Tensión general.
PEDRO.-¡Buenos días, esclavos!(Se dirige a su sector, pasa cerca de GASTON. No ocurre nada. A
NICOLAS) ¡Buenos días!
PEDRO.-¿Y qué quieres que haga con él? (A KIKO) ¿Sabes donde tienes que trabajar?
PEDRO.-Pues aquí pagan bien, pero esto es el infierno, se trabaja como un condenado. ¿Sabes
hacer salsa holandesa? Ya sabes… se cogen los huevos y... (Mima la acción de batir) ¡Chaca.
chaca!
KIKO.-Sí, claro.
PEDRO.-(Poniéndose el mandil) Los huevos están en una lata en la cámara. Ahí tienes un
cacharro. El batidor está en el cajón. Yo derretiré la mantequilla.
NICOLAS.-(A MAX.) No tenemos chuletas de cordero. (Gritando) ¡No hay chuletas de cordero!
NICOLAS.-¿Y qué?
MAX.-¡Pues eso!
MAX.-¡Pues enséñale!
Por la puerta del comedor aparece la CHEF con el menú. Cruza la cocina en dirección a su mesa.
MAX.-¡Buenos días!
Todos la saludan con cierto respeto. Es el poder máximo de la cocina. Llega hasta el tablón
donde coloca el menú.
Se vuelve a ir al comedor. Algunos se van aproximando al tablón, otros se irán agregando más
tarde.
PAULA.-Seguro.
PEDRO.-¿Qué tenernos hoy? ¿Qué tenemos? ¡Ensalada! (A todos) ¿Y qué hay con la ensalada?
TODOS.-¡Pollo asao!
TODOS.-¡¡Con ensalada!!
PEDRO bromeando, comienza a cantar una canción sobre la comida los demás le siguen
formándose un coro festivo en la cocina. Oscuro. Ha pasado una hora. Están todos trabajando,
cada uno a lo suyo.
GASTON.-¡A mi no me hables!
GASTON.-¿Qué lo sientes? ¿Ahora lo sientes? Pues te vas a enterar. Ayer te escapaste, pero...
PAULA.-(Desde su sector) Gastón, ¿qué te pasa ahora?¿Qué te pasa? Te está diciendo que lo
siente, dice que lo siente, y si lo siente, bueno, yo creo que si lo siente de verdad, tienes que
aceptarlo.
PEDRO.-¿Qué es lo que no va a quedar así? ¡Vamos a ver ¡¡Dime! ¿Qué quieres hacer ahora?
¿Quieres hincharme un ojo a mi? ¡Muy bien! ¡De acuerdo! ¡Pégame un puñetazo y acabemos de
una vez! (Burlándose, se arrodilla) ¡Oh. Gastón ¡Ven y haz justicia, como el rey Salomón! (Ríe).
GASTON.-¡No te rías, Pedro! ¡No te rías, por tu madre! ¡Que va a ser peor! ¡No te rías! (Se
abalanza sobre él)
ANA.-(A PEDRO, acercándose) ¿Por qué le provocas? No os cansáis nunca. Comenzáis una pelea
y dura meses. ¡Estáis locos! (Dándole una taza.) Toma tu café. Y tranquilízate.
GASTON.-¡Ten cuidado!
MONICA.-¿Duele?
MONICA.-No es para tanto. Sabes que Pedro es incapaz de hacerle daño a nadie.
GASTON.-Ese te va a amargar la vida. Es un mierda que sólo busca bronca… Lo digo por ti, para
que hagas algo.
GASTON.-Así te va todo.
PEDRO pasa por delante de los dos provocando.
Entra la CHEF por la puerta del comedor. Viene revisando unas cuentas. Le sigue la METRE.
CHEF.-¿Qué quieres?
CHEF.-¿Qué es?
METRE.-La de ayer.
CHEF.-¿Ayer?... fue mi día libre, sólo vine a última hora. Habla con Max.
METRE.-¿Su día libre? ¿Pero cómo puedes tener una cocina a tu cargo y permitir que ocurran
estas cosas?
La METRE sale al comedor, mascullando. MAX va hacia la CHEF y le entrega las hojas.
Suena el teléfono.
PEDRO.-Pues hay que terminar todo esto antes de que nos pongamos a comer.
CHEF.- No nada señor Marango. No quieren nada... (Vuelve a hablar hacia los cocineros.) ¿Que
qué tal el nuevo cocinero?
KIKO-.(Dirigiéndose al teléfono como si fuese Marango en persona) Muy bien, muy bien, gracias.
PEDRO-(A KIKO.) Espera unos días y verás. Va al mercado todas las mañanas y luego se encierra
en su oficina. Todo el día dando la lata con el puto teléfono. Y cuando aparece por aquí, cuando
el “señor" aparece, lo husmea todo. (Imitando la voz de MARANGO) “¡El pescado está quemado!
¡Esto tiene demasiada sal! ¡Oh! Paula y Ramona mis reposteras.” (Risa pomposa e irritante)
PEDRO.-(Probando con el dedo.) ¿Puedo? “¡Te lo tengo dicho, Paula! ¡Demasiado azúcar! ¡Algo
empalagoso!....¡Oh, Berta! ¡Berta!”
BERTA.-¡Marango!
PEDRO.-(Dándole una palmada el culo, groseramente) ¡¡Berta!! (Se acerca a ANA, mirándole los
pechos) ¡Ah, Ana! ¡Delicioso café, estupendo! (Acercándose a GASTON) Tú no tienes remedio,
Gastón, ¡eres un caso perdido! (Ríe)
PEDRO.-(A KIKO.) No se le escapa nada, y luego se encierra en su oficina hasta la una o las dos
de la mañana. Eso no es un hombre, es un restaurante, te lo digo yo.... ¿Pero a mí qué me
importa?, en cuanto me case, me largo de aquí.
En ese momento pasa MONICA por el sitio donde PEDRO esta trabajando.
MONICA.-¡Fantasma!
PEDRO.-¡Vete a la mierda! (A KIKO, con orgullo.) Esa es mi mujer, o al menos lo será pronto. Mira
(saca una foto de la cartera y la lee en voz alta): "No seré feliz hasta que vuelvas. Te quiero
mucho." Me La mandó por vacaciones. ¿Verdad que es cosa fina?
KIKO.-Está buena, sí. Se parece a una que conocí en el Paraíso. Era toda tetas y un culo…
MONICA.-(Volviéndose hacia él) Le has puesto un ojo negro, ¿lo has visto?
PEDRO.-Escucha Mónica, hoy estás de recepcionista, así que nada de coquetear con los clientes.
(La coge por el brazo, apretándola) ¿Me has oído? Nada de coqueteos.
CELIA entra del comedor atraviesa el escenario y se dirige hacia el armario de la cubertería y
mantelería.
PEDRO.-(Gritando, al lado de la puerta del comedor) ¡Eres una guarra! ¡Una guarra descarada!
¡No te importa que te vea todo el mundo! ¡Una guarra!
Entra la CHEF. PEDRO se calla. Pausa. Se oye un grito. Es CELIA. Le ha caído algo sobre
le ha ocurrido.
CHEF.-(Al teléfono) Mire… perdone, no ha sido nada. A una camarera, que le ha salpicado un
poco de agua hirviendo en la cara, pero… no es nada.
MAX.-(A las camareras.) Venga, que no es grave… hacerle una tila a ver si se
tranquiliza.
VIOLETA.-Luego te miras, deja que te curen primero. (A DORA) Si llego a saber que este sitio es
así, a mí no me ven el pelo.
DORA.-Mañana ni se te nota.
CELIA.-¡Estoy harta, Dora! Ya no aguanto más.... Esta es la tercera vez que me quemo.
CELIA.-(Colérica, llorando.) Y todo por esos ¡cocineros asquerosos! ¡Me tienen envidia, sólo
porque soy amiga de Marango! (Bebe)
CHEF.-(Hablando por teléfono. MAX la observa) ¿Pero qué quiere que haga, señor Marango? ¡No
miran lo que hacen! ¡Claro que se lo digo! Es que no me hacen caso. Sí… sí…ya la han atendido.
CHEF.-No volverá a ocurrir...no, que digo ¡que no volverá a ocurrir! Sí, señor Marango. Lo que
usted diga, señor Marango. Es que… claro… en una cocina, pues...
MARANGO le ha colgado el teléfono. Ella hace lo mismo de un golpe.
CHEF.-(A MAX) ¡Bastante le importa! Lo único que le interesa es que no se pare la cocina; lo
demás… ¡Un año más aquí, Max! Un año más… y ¡adiós! Entonces podrás ocupar mi puesto.
MAX.-(Levantándose) No, gracias. No quiero tu puesto. Ya hago de chef una vez ala semana y con
eso tengo bastante. ¡Que busquen otro loco!
MAX.- Entonces… ya sabes. (La imita al teléfono mientras se dirige a su puesto) Sí, señor
Marango. Encantada, señor Marango. A su disposición, señor Marango. ¿Qué tal le van los callos
de los pies, señor Marango?
BERTA.- Sí
CHEF.-Pues que no vuelva a ocurrir, que estoy harta de repetir que no se guarda la sopa de un día
para otro. ¿Cuantas veces lo he dicho? Y, ¡por Dios! No dejen nunca cosas en un sitio donde
puedan caerse. Hay personas más eficientes que están deseando encontrar trabajo. ¿Entienden
lo que quiero decir? (Se dirige a su mesa) ¡Julia! ¡Julia! (Señalando el lugar donde se ha caído el
agua hirviendo.) ¡Ven a limpiar esto, pero bien!
Pausa. JULIA limpia el suelo. MAX silba y cada uno hace su trabajo.
DORA.-¡Eh! ¿Qué pasa? ¿Es que hoy no comemos o qué? (A VIOLETA) ¿Qué te ha parecido la
inspección militar?
Ponen entre todos la mesa, sillas, platos, vasos, etc… se van sentando alrededor. BERTA empieza
a servirles.
CELIA.-¡Estoy frita!
BERTA.-Sólo sabéis darle al pico. ¿Sabéis lo que yo comía de chica ? ¡Patatas! y de segundo, las
mondas.
GASTON.-No os preocupéis, que en cuanto me monte mi taller no voy a necesitar nada de nadie.
Trabajaré para mí, y a los demás… ¡pista!
DORA.-Sí, tú.
NICOLAS.-¿De modo que te mentí cuando te dije que había ingresado en la escuela de
hostelería? Y mentí cuando te dije que había conseguido un piso para nosotros, ¿no? ¿Crees que
esto es un matrimonio como Dios manda?
NICOLAS.-¡No, si encima…! ¡Escuchad a esta lianta! ¡Eso es lo que eres, una lianta! ¡Ve a
preguntarle! ¡Pregúntaselo! Ya que no me crees a mí, al menos créela a ella.
NICOLAS.-¡No! Yo siempre hago las cosas y tú te empeñas en decir que no las hago. ¿Por que no
me crees? Si te digo que tengo que quedarme, es porque tengo que hacerlo. (Gritando, a la
CHEF.) ¡Ángela! ¡Ángela!
CHEE.-¿Que pasa?
CHEF.-¿Estás loco, o qué? (Sentándose) ¡Haz el favor de no mezclarme en tus asuntos y déjame
almorzar! (A MAX) Quiere que yo le resuelva sus problemas matrimoniales, lo que me faltaba.
MAX.-Le podemos enseñar también lo que tiene que hacer en la cama. (Ríen todos)
JULIA.-Sí, genial.
PAULA.-¡Yo me vi hasta la pitonisa y todo! (A JULIA) Buen actor ese Mario Casas, ¿eh?
JULIA.-(Comiendo) ¡Ay, qué guapo! Una sola noche con él y lavaría platos toda mi vida. ¡Jo! Es
que es tan alto, tan guapo, tan moreno, tan cachas…
Risas. Pausa.
BERTA.-Pues a mi con el segundo hijo, se me pusieron las piernas así (hace un gesto), como
botas.
DORA.-Si sólo fueran las piernas pero es que es todo, hija. Me tiene consumidita para mi que
éste no me viene bien.
BERTA.-¡No digas eso, mujer! Mira el pequeño mío, con lo que me costó parirlo… ¡qué parto me
dio ese muchacho! ¡Lo birria que me salió, qué tirillas! Y ahora da gusto verlo. Tú lo que tienes
que hacer es no pensar en nada, comer mucho y trabajar poco.
DORA.-No, si trabajar… intento hacer poco, pero aquí… Yo voy a seguir hasta que me den la baja.
Pero lo de comer… ¡Si es que estoy harta de pollo y verduras! ¡Qué asco! Verduras para comer,
para cenar…
BERTA.-Ya estás otra vez con la manía de las verduras. Pues como sigas así, te va a salir el niño
con una berza en la frente.
DORA.- Mira sabes lo que te digo ¡Las verduras para las vacas!
CHEF.-Celia... ¡Celia! Venga aquí, por favor (Celia se acerca) Suba un momento a dirección… No,
hoy no; mejor otra.
CHEF.-Porque la digo yo, ¿esta claro? Dora, ¡Dora! Suba a ver qué quiere el señor Marango hoy
de comer.
MONICA.-Déjame. (Pausa)
MONICA-Estoy bien.
MONICA.-Mañana.
MONICA.-No.
MONICA.-Por la mañana iré de compras, por la tarde a la peluquería y por la noche voy a tomar
una copa a la discoteca.
PEDRO.-¿Por qué tienes que ir allí? Está lleno de putas.
PEDRO.-¿Con tu marido a la discoteca? Escucha Mónica, tienes que hablar con él esta noche sin
falta. No podemos continuar así, como si fuéramos ladrones. Nos estamos haciendo daño, ¿no te
das cuenta?
PEDRO.- Nos estamos destruyendo, nos insultamos, nos peleamos. No puedo esperar tanto
tiempo, ¿lo oyes? ¿Crees que me gusta este restaurante? ¡Hace tres años que estoy aquí por ti!
¡Tres años!
MONICA.-¿Por qué tienes que elegir siempre un lugar lleno de gente para hablar de esto? ¡Estás
todo el día con lo mismo! Ya te he dicho que tienes que darme tiempo. Ten paciencia.
PEDRO.-¡Paciencia, paciencia! (Entre dientes) ¿Me creerías si te dijera que va no puedo esperar
más? (Gritando) ¡Pues no puedo! (Da una patada a la silla)
Comienza a escucharse un rock and roll. Todos se van levantando y empiezan a recoger la mesa
al ritmo de la música.
Se hace el oscuro.
Ha pasado media hora. Están todos en sus puestos..
Pausa. Empiezan a entrar las camareras con los pedidos del comedor.
CELIA.-(A PEDRO) Bacalao para cuatro. ¡Y dos codillos, Max! Y una minestrone, Berta.
NICOLAS.-Dos de pollo.
KIKO.-¿Ocho?
antes…!
DORA.-(Cogiendo las ensaladas, ignorándola) Me falta una. Ahora vengo a por ella.
VIOLETA.-(Irritada) “Satén”.
PEDRO.-En la cámara.
MONICA.-¿Recordar qué?
CHEF.-(A BERTA) La minestrone está salada ¿Es que te has propuesto desprestigiarme?
CELIA.-(A MAX) ¿Dónde están mis dos codillos?
MAX.-(Gritando muy enfadado) ¡Un momento! ¡Un momento! ¡Un momento! (Todo la cocina
mira cambia de actitud. Muy amable, le da el plato) Aquí los tienes, guapa.
Risas. Comentarios.
PEDRO.-¡Julia! ¡Platos!
JULIA.-¡En seguida!
DORA.-(A PEDRO.) ¿Están mis tres de rodaballo? (A NICOLAS) ¿Y la ensalada que me debes?
MONICA.-(A KIKO, sin mirar) Dos lenguados… (Ve que no está) ¿Dónde diablos se ha metido
éste? (Se queda esperando a que regrese)
GASTON.-Amén.
CELIA.-(A BERTA) Tres tortillas de jamón, unos huevos rellenos, dos francesas…
CELIA.-(Desde lejos) ¡Ana, bonita! ¡Prepárame dos cafés! (A NICOLAS) Dos ensaladas de jamón.
CHEF.-¡Vamos! ¡Vamos!
Todos se precipitan.
PEDRO.-(Con rudeza) ¡Haz el favor de volver dentro de cinco minutos! ¡La siguiente!
VIOLETA.-Pero si…
GASTON.-(A VIOLETA, que esta esperando) ¿Qué esperas? ¿No ves que se están enfriando las
chuletas?
METRE.-(A la CHEF.) ¡Hace un rato que Violeta ordenó cuatro de bacalao y aún no están listos!
VIOLETA lleva una bandeja llena de platos. PEDRO la acosa, JULIA se cruza con ella, también va
cargada. Tropiezan y todo cae por el suelo.
PEDRO-(A VIOLETA) Eres demasiado torpe pera este trabajo. Será mejor que te vayas a casa.
¡Inútil!
PEDRO.- ¡Dios mío! ¡El bacalao! ¡Se ha quemado! (Ríe) ¡Chaval! ¡Se ha quemado el
Coge rápidamente la sartén con el pescado quemado y lo echa en el cubo de la basura, que está
a su lado. Después lo tapa con un papel.
PEDRO.- ¡Chiiiiist! ¡Chiiiiist! ¡Ja, ja, ja.
KIKO.-¿Tú qué?
KIKO.-¿Cuántos querías?
DORA.-Dos.
PEDRO.-(Ayudando a KIKO) Aún tienes tiempo de irte, novato. Aún tienes tiempo ¿La siguiente?
DORA.-Dos de salmón
PEDRO.-¡Voilà!
PEDRO.-¿El siguiente?
MONICA.-Dos de bacalao.
PEDRO regresa corriendo a su sector porque las camareras están haciendo cola el bromeando
con cado una, les sirve.
PEDRO.- ¡Mirad esto! (Con ironía) Buenos días señoras… ¡a sus pies! ¿Quién es la siguiente?
KIKO va a cogerla. PEDRO deja su trabajo y salta sobre KIKO quitándole la tabla.
PEDRO.-¡Oh no! No, no, no. En el cuarto de Los platos puedes encontrar una. Esta es mía, la
necesito.
PEDRO.-No tengo tiempo, amigo, no tengo tiempo. ¡La siguiente! (A VIOLETA) ¿Tú qué quieres?
MONICA-Una de gambas.
PEDRO.-¿Qué?
MONICA.-Te esperaré.
MONICA.-De acuerdo.
DORA.-(A CELIA.) Como sigamos a este paso nos perdernos las propinas.
DORA.-Dos.
CELIA.-Lenguado para uno.
VIOLETA.-(A KIKO.) Rodaballo para tres. Aquí no hay tiempo ni para respirar.
KIKO.-¡Esto es un manicomio!
NICOLAS.-¡Platos!
JULIA.-¡Platos!
KIKO.-¿Es que habéis vuelto locos? ¡No hacéis más que ladrar! ¡Es un manicomio! ¡Un
manicomio!
Llegado este momento, todas las camareras realizan círculos gritando pedidos
y cogiendo platos, al mismo tiempo que la intensidad del fuego aumenta y las luces de la escena
van disminuyendo, hasta apagarse. Los gritos de comandas y reclamos de platos, continúan en la
oscuridad.
ACTO II
Han pasado unas horas. Las luces van encendiéndose paulatinamente con el fondo musical de
una guitarra. Es por la tarde, la hora que precede a la cena. PAULA Y RAMONA están trabajando
en su sector. Son las únicas que se quedan toda la tarde. . KIKO está tumbado boca arriba, en un
banco de madera, agotado. PEDRO está sentado junto a una mesa, esperando a MONICA.
NICOLAS está en un rincón cantando con su guitarra. Los demás distribuidos en diferentes
grupos, leyendo, descansando. JULIA barre lentamente el suelo. Hace una pelota con unos
papeles y simula una retransmisión de un partido de baloncesto.
JULIA.- Buen rebote para Julia, con el balón en las manos… por el centro… ¡Uy! primera falta
personal… Recupera el balón, botando como si nada, lanza el balón a hierro y rebote, sin
precisión… Hay que robar balones, recupera el esférico, se planta, lanza y canastaaaaa.
En ese momento entra BERTA.
BERTA.-.- ¡Julia, hija! Mira un poquito que casi me das… (Va hacia la máquina del café) ¿Quieres
un café?
JULIA.- No, gracias. El café es malo para las deportistas. (Sigue limpiando)
Estoy tan cansado que si sigo así, me podéis servir para la cena. En serio, si me quedo
un minuto más, me muero. Este no es un sitio para un ser humano, va a acabar conmigo. Llevo
aquí medio día y ya no aguanto más. ¡Ay mañana, qué agujetas!
JULIA.-¿Pero de qué te quejas? Si el mundo es así. Todo va tan rápido que es imposible saber lo
que ocurre. Unos vienen, otros van. Emociones y mucho ruido. ¿Y todo para qué? Encuentras un
amigo, crees que lo vas a tener toda la vida y en cuanto sales de aquí. ¡Paff!, le olvidas. Es como
en la discoteca, que conoces a un chico, estás con él, abrazados, escuchando música.... y eso; y
luego
no lo ves nunca más. Pero bueno, a mi en realidad lo que me importa es pasármelo bien el día
que libro, lo demás me da igual... pero igual, igual...
MONICA.-¡Vete a la mierda!
PEDRO.-(A KIKO) Pensé que no te gustaba esto. ¿Qué haces aquí a la hora de descanso?
KIKO.-¿Donde quieres que vaya si tardo dos horas en llegar a mi casa? Primero el tren, luego el
autobús que tarda un siglo y después más de media hora andando. Necesitaría un helicóptero,
para llegar a tiempo… o un Mercedes, (gritando) ¡que me ponga la empresa un Mercedes!
GASTON.-Yo, donde esté un BMV que se quiten todos los coches. Es el mejor, tiene una línea, un
maletero impresionante, quinta marcha, faros antiniebla... ¡Ah! y frenos de disco.
CHEF.-Me gusta mi trabajo. ¿Pero cómo me va a gustar ser chef en esta cocina?
CHEF.-Pues sí, Marango nunca baja y cuando lo hace, ya sabes como es no distingue una patata
de una cebolla. ¡Los fogones funcionan fatal! Nadie está a su trabajo. No me vas a convencer…
este restaurante no marcha.
CHEF.-Seguro que hay algún sitio donde uno puede hacer bien su trabajo.
MAX.-No seas ilusa, el mundo está lleno de cocinas como esta. Sólo que a algunas las llaman
oficinas, fábricas y todas son una mierda. Cuanto menos te pringues en ellas, mejor. ¡Ah! menos
para los dueños, claro, que esos son los que se llevan la pasta.
CHEF.-Sí, para ti muy fácil. Porque no tienes que hablar con la Metre, discutir con Marango...
MAX.-¡No te quejes tanto! (Ya dentro) Hola, ¿qué hay? ¡Venga, a producir! ¡Al tostadero!
PEDRO.-Otra vez: el mandilito, el gorrito, el piquito. ¿No os gustaría llegar un día y que todo esto
hubiera desaparecido?
PEDRO.-Aunque sólo fuese un día. Llegar y… ¿te lo imaginas? Esfumado, que todo hubiera
volado.
KIKO.-¿Pero qué dices, hombre? Como se van a volar la cocina, el lavaplatos, las patatas...
me tocaba a mi.
DORA.-¡Como sois! Desde luego, no hay quien os entienda. ¿Alguien ha visto una carta que había
aquí?
CELIA.-Yo, toma.
DORA.-Menos mal, tengo que echarla hoy sin falta. ¡A ver si me dan el préstamo de una vez!
DORA.-Sí, pero es que estoy harta. No lo soporto. Te envían de un lado a otro como una pelota
de ping-pong, no miran ni que eres una persona, ¿qué va! Y ellos
siempre tienen la razón. El día que encuentre una persona amable detrás de una ventanilla, le
pongo flores a Santa Rita virgen y mártir.
CELlA.-Pero cómo vas a encontrar una persona amable en esta vida, si cada uno va a lo suyo. Y tú
la primera. Todavía no he encontrado a alguien en quien se pueda confiar de verdad, y menos en
esta cocina. Todo el mundo va a lo que va.
VIOLETA.-iAyl Si, hija, así es la vida. Yo siempre lo digo, es muy difícil tener lo que uno quiere.
Una vez fui de vacaciones a Las Palmas de Gran Canaria y todo el día lloviendo.
ANA.-(Entrando. ) ¡Lo tengo! ¡Por fin. lo he conseguido. No voy a poner ni un solo café más en
toda mi vida. ¡Ah! Y a partir de ahora solo beberé champán, champán para desayunar, champán
para comer, champán para…
elegido a mi.
VlOLETA.-¿Qué?
CELIA.-Que mandó la foto desnuda. Seguro que lo ha sacado del “Play Boy”.
CELIA.-Estás tu buena si esperas que te llamen. Con la cantidad de chicas monas que habrán ido.
ANA.-¿Ilusiones? Si no tuviera ilusiones me moriría. No voy a quedarme aquí toda la vida. Con la
de cosas buenas que hay por el mundo esperándome a mí. Sólo tengo
que encontrarlas.
PEDRO. Todo el mundo debería soñar al menos una vez en la vida. ¿Tu en qué sueñas?
KIKO.-¿Yo?
PEDRO.-Sí, tu.
KIKO.-¿En qué sueño? A mí lo que me gustaría es tener un restaurante pequeñito, no como esto
que parece un manicomio: gente entrando y saliendo a todas horas…
KIKO.-(Sin hacerle caso, en su sueño) Con manteles bonitos, de hilo. Todo de madera de ébano,
con velitas en las mesas...
KIKO.-Pues ahorrando.
PEDRO.-Cuando alguien sueña se convierte en algo mejor. Lo que pasa es que tú no puedes
soñar ni dormido.
PEDRO.-A mí, nada. Tú, que eres el hombre perfecto. Llegas, trabajas, comes, te marchas… No
tienes preocupaciones, ni ilusiones! ¡No sueñas! ¡No tienes nada!
ANA.-París, Londres, Roma... París, Londres… y todos los demás países. Conocer a hombres de
todo el mundo. ¿Te imaginas? Conocer a los yugoslavos, y a
CELIA.-Yo no quiero saber nada más de tíos, van siempre a lo mismo. Si pudiera, me compraría
una isla y viviría yo sola, con miles de doncellas que me tratarían de usted, como a una reina.
PAULA.-Me dais pena, tantos sueños, tanto coño, tanta historia. ¡Qué manera
PEDRO.-¿Y qué? ¿Qué importa si perdemos el tiempo? ¿Es que tú haces algo mejor?
PAULA.-¿Quieres saber con lo que sueño? Sueño que te pierdo de vista y me dejas en paz. Estoy
harta de personas tan egoístas como tú, que sólo piensan en sí mismas.
PAULA.-Escucha, conozco a un conductor de autobús vecino mío que es como tú, clavao, igual,
¡igual a ti! Un egoísta y un chulo ¡como tu!. Y lo peor de todo es que hay una barrera que me
impide acercarme a millones de tipos como él y como tú. ¡Mierda! ¡Mierda! ¿En qué acabará
todo esto? ¿Qué haces tú para solucionarlo? Estoy de acuerdo contigo. Es posible imaginar que
una mañana nos levantemos y de repente descubramos que todo ha desaparecido. Pero
entonces yo pienso: ¿debo dejar de hacer pasteles por eso? Debemos dejar nuestros trabajos
por eso. ¡Contéstame! ¡Dame una respuesta!
Pausa.
PEDRO.-¿A mí qué me cuentas? (Pausa) El rollo que me ha metido la tía. Os pido sueños y me
dais pesadillas (Se va a su sector)
NICOLAS.-Pues yo con lo único que estoy de acuerdo es con lo del dinero. Convertirme en un
millonetis de esos que van por ahí ganando mucha pasta para comprarme un cochazo. Volver a
mi pueblo y entrar por la calle principal tocando el claxon: ¡Poo! ¡Poo! Y todos asomados a las
ventanas, muertos de envidia, bien jodidos… A mi dejadme de historias y dadme dinero, sólo
dinero. (Sale hacia el comedor)
Frases de todos:
CHEF.-¿Dígame? Sí, señor Marango. Ya empezamos, ya. ¡Venga! ¡A trabajar! ¡Que ya es hora!
Se ilumina el escenario. Todos están en sus puestos. Se ponen a trabajar. Pausa. Entra MONICA
del comedor, se dirige a cubertería. PEDRO está ordenando el pescado de a cámara.
MONICA.-(Acercándose a PEDRO). ¿Estás enfadado todavía? Si nos hemos peleado la culpa fue
tuya, no mía. Eres igual que un niño. Siempre criticando todo lo que hago.
PEDRO.-¿Y crees que yo me siento bien, acaso? Vas de aquí para allá. Hablas con éste, con aquel.
Y yo detrás como un gilipollas, intentando estar contigo aunque
GASTON.-(A MONICA.) ¡Que se joda! Lo mejor que podías haber hecho. No se merece otra cosa.
GASTON.-¿Por qué? Tengo que ver como la tratas y dar media vuelta. ¿no? (A MONICA)
Acuérdate de lo que te he dicho antes.
PEDRO.-¡Vaya! ¿Es qué no puedes parar? Tu marido, luego yo, ahora éste. ¡EI siguiente, por
favor! ¡Joder, como te gusta!
GASTON.-No le hagas caso, que piense lo que quiera. (A PEDRO) ¡Ahí te pudras! (Se va)
PEDRO.-(A GASTON.) ¡Te pudres tú! (A MONICA) ¡Y tu con él si quieres! (Empujándola) ¡Vete!
¡Vete con él! ¡Le encanta hacerlo en el baño! ¿sabes? ¡Es Lo que más le gusta!
MONICA.-(Llorando desesperada, a PEDRO.) ¡Vengo a pedirte perdón! ¡Te digo que lo siento,
hablo contigo! Y tú, tú... (Se aleja)
BERTA la consuela.
BERTA.-Déjalo Mónica. No merece la pena.
Por la puerta del comedor entra KIKO, le sigue NICOLAS cargando unas cajas. PEDRO sale a los
servicios.
NICOLAS.-Porque la quería.
KIKO.-Perdona, era una broma. Pero, ¿que pasa? ¿Es qué tu no te la tiras?
METRE.-Para ser su primer día aquí, lo ha hecho usted muy bien. Se nota que tiene experiencia.
Por la noche no viene tanta gente, es más llevadero. iAIe! Vaya preparando las copas. (Sale)
Pausa.
KIKO.-No he cocinado peor en mi vida. Aunque después de todo, no creo que a nadie le importe
aquí la comida...
VIOLETA.- ¡Ya! ¿Y qué me dices de las camareras? ¡Nos tratan como a animales! Todo el mundo
empujándote, ¡es demencial! Donde trabajaba antes, nos movíamos
igual que bailarinas de ballet, andábamos con gracia entre las mesas. Había espacios libres para
moverse. Esos sí que eran restaurantes civilizados, y no éste.
VIOLETA.-Mi primer día aquí y voy a llegar a casa morada, mira que cardenales.
VIOLETA se abre un poco la blusa y le enseña el hombro. A KIKO se le va la vista un poco más
abajo, por el escote.
KIKO.-Es verdad... (Violeta se da cuenta y se tapa rápidamente) ¿Es tu primer día aquí?
VIOLETA.-(Tímida) Sí.
VIOLETA.-¡No veas cómo se han puesto todos! Cuando vine a pedir el empleo, muy amables, que
si cómo te llamas, de dónde eres... y luego por una bandeja casi me comen.
VIOLETA-¿Y tú?
KIKO.-Yo también... ¡quiero decir! ¡Kiko! (Ríe tontamente) ¿A qué hora terminas,
Violeta?
KIKO.-¿Yo?... Yo también a las once... claro… trabajo aquí... (Ríen) Quedamos luego, ¿vale?
a mi alrededor preguntando lo que tienes que hacer. “¿Puedo hacer esto?, ¿puedo hacer lo
otro?". No soy tu padre.
NICOLAS.-¡Claro que no eres mi padre! El era un hombre amable que no iba por ahí
chismorreando lo que se le contaba…
NICOLAS.-Mi padre crío nueve hijos y todos somos honrados, se puede confiar en nosotros…
GASTON.-Te vuelvo a decir que no he contado nada a nadie coño! ¡Nueve hijos honrados! (Ríe)
NICOLAS.-(Enfadado) ¡Mi padre no era un borracho como eres tú! ¡Mi padre....!
GASTON.-¡Tu padre! ¡Tu padre! ¡Estoy harto de ti, de tu padre, de tus nueve hermanos honrados
y hasta de tu puta madre!
NICOLAS.-(Yéndose hacia el comedor) Pues por eso, porque está borracho, que si no...
En ese momento entra en la cocina un MENDIGO. Busca a la CHEF. Todos le miran atentamente y
sonríen.
GASTON.- ¡Berta! ¿Es éste el tipo que va detrás de ti?
Risa general.
MENDIGO.- Perdone, no me gusta pedir…, no acostumbro… Toco en la calle… pero llevo unos
días sin echarme nada a la boca. Con esto de la crisis ya nadie da limosnas. ¿Tienen algo de
comida? A veces encuentro algo en la basura, pero ya ni eso… hay una competencia…
MENDIGO.- (A MAX) No me gusta pedir, pero es mejor que robar, es que dar el palo es muy
chungo ¿sabes? Os puedo tocar un poco el acordeón… (Toca un poco y después pasa la gorra)
MENDIGO.- Aquí tengo mis documentos, soy legal… Todo el mundo lleva encima sus papeles… Yo
siempre llevo los míos… ¿Qué está haciendo?
MAX.-Espaguetis.
MENDIGO.-Yo, cuando cocino le echo las hierbas estas... sí, las hierbas… ¡si las conoce todo el
mundo…!
KIKO.-¿Orégano?
MENDIGO.-¡Eso! ¡Orégano!
Pausa
KIKO.-No, lo siento.
PEDRO.-¿Quieres un trago?
PEDRO tira la lata en el cubo de basura. Después coge dos chuletas y se las da al
MENDIGO.- Gracias, gracias… muchas gracias, que Dios se lo pague con una buena novia….
PEDRO.-No, pero…
PEDRO.-No.
CHEF.-Pues valen dinero, ¿sabes? Y además, el chef soy yo, ¿te enteras?
CHEF.-Y no se te ocurra pensar que no puedo hacer que te despidan. ¿Crees que puedes hacer lo
que te dé la gana? ¿Sabes lo que te estás buscando? ¿Quieres que
Suena el teléfono.
CHEF.-No hay ningún problema, todo va muy bien... Si, ninguna novedad… De acuerdo. (Cuelga el
teléfono y sale al comedor.)
PEDRO da una patada al cubo de basura. Entra BERTA; trae un colador. Viene acompañada de
MONICA. Observan la cocina.
BERTA.-¡Bueno! Lo que tienes que hacer es dejarle de una vez. Las hombres solo sirven para dar
disgustos, hija mía. No pierdas el tiempo con él, Mónica. ¡Mándale a paseo!
BERTA.-¡Ay señor! ¿Por qué no nos iremos todos a la mierda de una vez?
NIONICA.-Vaya porvenir que tenemos. Pidiendo perdón a todas horas. Primero yo, ahora tú…
MONICA.-¿Qué mendigo?
MONICA.-¿Enterarme de qué?
PEDRO.-He tenido una pelea con la chef por su culpa. Querían darle una lata llena de sopa. La he
tirado y le he dado unas chuletas.
MONICA.-(Empujándole) ¡Pedro!
PEDRO.-(Con ternura)¿Quieres saber dónde estuve esta tarde cuando te fuiste? Te he comprado
un regalo.
MONICA.-No seas tonto, Pedro. No lo quiero, de verdad. Tenemos que hablar en serio tú y yo. No
lo quiero.
CELIA.-¡Pobrecita!
Entre todos la sacan en volandas por la puerta de la calle. Dentro quedan PEDRO y MONICA.
Pausa.
PEDRO.-(A MONICA),¿Vas a...? ¿Estas decidida a hacerlo? Quiero decir que... ¿No crees que
deberíamos tenerlo? No me importa cargar con la responsabilidad, lo sabes
MONICA.-Lo que tienes que hacer de una vez es dejar de pelearte con la chef y con todos. Eso es
lo que quiero.
PEDRO.-¿Pero has hablado con tu marido, sí o no? (MONICA no le contesta) Escucha Mónica,
escucha lo que te digo: te quiero. Dices que me quieres también, pero no arreglas la situación
con tu marido.
PEDRO.-No, no puedo aguantar ni un minuto más, ¿me oyes? Podíamos largarnos cualquier día,
tomarnos unas vacaciones juntos…
PEDRO.-Mónica, nos hemos peleado esta mañana. También nos peleamos esta tarde y hace rato
estábamos casi bien otra vez. ¡Decídete de una maldita vez!
PEDRO.-(Gritando)¡Mónicaaa!
Pausa.
VIOLETA.-(A PEDRO) ¡Oye, tú! ¿Estás sirviendo comidas ya? Quiero rodaballo para tres. Uno
especial para el jefe.
VIOLETA.-Casi.
PEDRO.-El servicio empieza a las nueve.
Pausa VIOLETA se queda a su lado, esperando. Ya no aguanta más e intenta servirse ella misma.
PEDRO.-No me importa. Este es mi sitio. (Señalando el otro lado del mostrador) Y ahí, ahí está el
tuyo. (Empujándola) ¡Ahí!
PEDRO.-Eso a ti no te importa. Yo soy el cocinero, ¿no? Y tú eres una camarera. En la cocina hago
lo que quiero, y en el comedor haces lo que te dé la gana, ¿te enteras?.
CHEF.-¿Y tienen que hacerle corro? ¡A estas horas! ¡Y las mesas sin servir! (Saliendo hacia la
calle.) Es que si no estoy yo aquí...
VIOLETA.-(Cogiéndole el plato a PEDRO) Yo no acepto órdenes tuyas, ¿te enteras?
PEDRO.-(Gritándole y tirándole el plato de un manotazo) ¡Déjalo! ¡Déjalo ahí! ¡Yo te serviré! ¡Yo!
¡Yo! ¡Aquí mando yo! Este es mi sitio. ¡Entérate de una vez! ¡Joder!
Va a agredir a KIKO cuando en ese momento entran todos los que estaban en la calle.
CHEF.-¡Todos para adentro! Desde luego… Todo el trabajo por hacer y vosotros tomando el aire.
PEDRO comienza a gritar, desesperado. Todos quedan en silencio. No entienden lo que está
pasando. Golpea todo lo que encuentra a su paso.
Coge un cuchillo de carnicero. Todo el mundo retrocede. Va hacia el tanque del gas y corta el
tubo. Se produce un silbido lento y todos los fuegos de los fogones se van apagando.
todo!
Algunos intentan sujetarle. Y él escapa hacia el comedor. MAX y la CHEF salen tras
él. Todos se aglomeran junto a la puerta que les separa del comedor y miran.
Se oye un gran estruendo de vajillas y cristales rotos. Se oyen ruidos y gente gritando. Algunas
camareras regresan a la cocina.
sigue.
MAX.-¡El botiquín!
CHEF.-(A LA METRE) ¡Sube y cuéntale a Marango lo que ha pasado, y que llame a una
ambulancia!
PEDRO.-Ahora te preocupas...
CHEF.-¡No! ¿Qué quieres decir con ahora te preocupas? ¿Por ti me voy a preocupar? ¡Todos
estos años… y de pronto… gracias a ti… me preocupo! ¡Tú! ¡Tú! ¿Pero quién eres tú? ¡Dímelo!
¿Quién?
Suena el teléfono.
CHEF.-(Descolgando el teléfono.) ¿Diga? Sí, ya lo han arreglado. Pues… le han vendado las
manos, pero es mejor que le lleven a un hospital. (Pausa) ¿Le conecto el altavoz? (Tapando el
auricular, se dirige a todos) Marango quiere hablar con todos. Voy a
TODOS quedan inmóviles, mirando el altavoz que está colgado en lo alto de la cocina.
MARANGO.- (En off) ¿Se puede saber quién le ha dado permiso a usted para parar mi cocina?
¿Se lo ha dado Dios, acaso? ¿Se lo ha dado Dios? ¿Es que intentan arruinarme?, les doy trabajo,
les pago bien. Comen lo que quieren, ¿no es cierto? No sé que otra cosa puedo hacer, ustedes
trabajan y yo les pago. La vida es eso, ¿no?
Yo no he cometido ningún error, ¿verdad? Y usted lo ha parado todo, ¿quiere decirme por qué?
Puede que tenga algo que explicarme, algo que yo deba saber… ¡Dígamelo! ¿Es qué hay algo que
yo no sepa, maldito loco? ¿Qué más quieren de mí? ¿Hay algo
más que yo pueda hacer? ¡Díganme! ¿Qué otra cosa puedo hacer yo? ¿Qué más quieren? ¿Qué
más quieren? ¿Qué más quieren?
OSCURO Y TELON