Dentro del ambiente de una sociedad cerrada, elitista, rígida, donde se creía que el que los padres
tomaran decisiones por sus hijos sin escucharlos y que éstos obedecieran sin cuestionarlos era
actuar correctamente, las enseñanzas del profesor Keaping no eran bien vistas. El caos se
desencadena cuando Neil Perry, uno de los alumnos del profesor Keaping, miembro de la sociedad
de los poetas muertos se suicida, luego de que su padre descubre que ha participado en una obra
de teatro desobedeciéndolo y le anuncia que lo cambiará a una escuela militar.
La Academia Welton y el padre de Neil buscan un “chivo expiatorio” para culpar de la muerte del
joven encontrándolo en el profesor Keaping, quien es despedido. Finalmente cuando el maestro
se retira, es homenajeado por algunos de sus estudiantes, quienes suben a sus pupitres honrando
aquella sesión en la que el profesor les enseñó observar la vida desde una perspectiva diferente.
De acuerdo a lo visto en clase, es posible traer a colación las actitudes a cultivar para desarrollar
el pensamiento reflexivo según Dewey (1933), haciendo alusión a que era éste el que el profesor
Keaping buscaba desarrollar en sus alumnos: mentalidad abierta, entusiasmo y responsabilidad.
Neil Perry se apropia de las primeras dos, sin embargo considero que la responsabilidad quedó
fuera al atentar contra su propia vida.