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TEMA 20 EL COMOCIMIENTO HISTÓRICO.

TIEMPO HISTÓRICO Y CATEGORÍAS


TEMPORALES. EL HISTORIADOR Y SUS FUENTES. EXPLICACIÓN Y COMPRENSIÓN EN
LA HISTORIA

1. Características del conocimiento histórico:


La investigación histórica supone una investigación científica,.
• Sin embargo, no se pueden observar los hechos del pasado y mucho menos reproducirlos.
• La clave del conocimiento del pasado reside en el estudio de las fuentes históricas: estudio de los
restos arqueológicos; el estudio de las fuentes escritas; las aportaciones de otras personas (fuentes
orales); y la memoria del historiador.
• El principal objetivo del historiador es encontrar las causas de los fenómenos históricos.
En el caso de la observación de los objetos físicos del pasado o de la memoria del investigador nos
encontramos con un conocimiento directo, mientras que el conocimiento indirecto se basa o en la
memoria de otras personas o en las observaciones registradas en las fuentes escritas.

2. El problema de la objetividad en el conocimiento histórico.

La principal característica del conocimiento histórico es el problema de la objetividad. Actualmente


los historiadores se inclinan hacia el relativismo el cual acusa a las narraciones históricas de
subjetividad. Ello se debe a la imposibilidad de comprobar tales afirmaciones de una manera
satisfactoria. Existe una diferencia entre los hechos que realmente sucedieron y las afirmaciones
sobre los mismos contenidas en las narraciones históricas. Cuatro factores que explican el origen del
elemento subjetivo del historiador: 1. La sociología del conocimiento, que continúa la idea marxista
del condicionamiento social de la conciencia humana. 2. La ideología. 3. El conocimiento general
que el historiador tiene de los hechos. 4. La influencia de la personalidad del historiador.

Surgen dos problemas: 1. Se niega la posibilidad de llegar a la verdad en la historia; la objetividad


absoluta. 2. Todo el conocimiento humano incluye valoraciones.

Estructura del conocimiento histórico:

Para Domínguez Ortiz el conocimiento histórico está compuesto por dos elementos:

- Conceptos: La selección de conceptos específicos en la Historia presenta serios problemas, ya que


a diferencia de otras ciencias, no puede presentar una red conceptual jerarquizada. Ello se debe a que
los historiadores utilizan conceptos de uso común por los hablantes, y a que tampoco han llegado a
un acuerdo común sobre el uso de conceptos.

• Procedimientos explicativos: Son las relaciones que se dan entre los conceptos.

1. Explicación causal de la Historia, ya que es imposible separar las causas de sus consecuencias.
2. La explicación teleológica o intencional, explica el para qué. 3. El principio globalizador, es
decir, la realidad histórica debe ser abordada desde una manera global y nunca como un hecho
aislado. 4. Los procesos de cambio y continuidad, la Historia estudia los hechos humanos en un
tiempo que nunca se detiene (es continuo) por lo que estos hechos están en constante transformación
o cambio. Atendiendo a este último aspecto, se pueden distinguir dos visiones diferentes:
Positivismo/Estructuralismo. El positivismo concibe al hecho histórico como algo objetivo. El
estructuralismo concibe al hecho histórico como algo que depende del subjetivismo del historiador.
EL ESPACIO Y EL TIEMPO EN LA HISTORIA

El espacio histórico:

Espacio histórico se define como el territorio que una sociedad humana ocupa en un momento
determinado de la Historia. De dicho espacio al historiador le interesan los aspectos físicos (clima,
relieve, vegetación... de los que se ocupa la Geografía Física) y los aspectos humanos (demografía,
urbanismo… de los que se ocupa la Geografía Humana Las teorías deterministas afirman que el
medio hace y condiciona de forma absoluta a quienes habitan dentro de él. La teoría posibilista
defiende que los condicionamientos nunca son absolutos, porque el ser humano siempre puede elegir
entre varias respuestas: puede rechazar, aceptar, seleccionar o modificar su hábitat.

El tiempo histórico. Categorías temporales:

El tiempo en la Historia es un continuo, nunca se detiene, y además es agente de cambio constante.


El estudio del tiempo se realiza en Historia desde tres puntos de vista fundamentales:
• El orden en la sucesión de los hechos históricos: sincrónicos aquellos hechos que ocurren al
mismo tiempo; serán diacrónicos aquellos que se suceden unos a otros y además tienen dependencia
entre sí. La visión diacrónica de la Historia estudia el proceso de cambio a lo largo de sus diferentes
fases, mientras que la visión sincrónica analiza la realidad histórica en un momento determinado.

La duración del tiempo, categorías temporales: Braudel analizó los hechos históricos basándose
en el concepto de duración. El tiempo corto, concedía gran importancia a los hechos políticos, por
ejemplo, la nueva situación política de una región cuando es conquistada; El tiempo medio, cantidad
de tiempo suficiente para condicionar una coyuntura de carácter económico, político y social,
concediendo una gran relevancia a la economía, por ejemplo, la irrupción del oro de España
proveniente de Hispanoamérica introdujo a medio plazo toda una serie de cambios económicos
internacionales. El tiempo largo, o cantidad de tiempo que permite la duración de una estructura,
concediendo gran relevancia a los aspectos sociales, permanecen durante varias generaciones, los
cambios de una estructura a otra son lentos y afectan a multitud de acontecimientos importantes, son
los tiempos del Antiguo Régimen, la Edad Antigua o la época capitalista.

• El ritmo histórico: la velocidad del cambio, que puede realizarse mediante una evolución o una
revolución. Se habla de evolución cuando el cambio de la estructura se produce pausadamente. La
revolución cuando el cambio de una estructura tiene lugar en un breve espacio de tiempo.

LA SINTESIS ESPACIO-TEMPORAL
Conjugando el tiempo y el espacio histórico, pueden concurrir dos fenómenos:

1. Macrohistoria, cuando el espacio se estudia de un modo general (Historia Universal, Historia


General de España...), o bien se estudia un aspecto concreto de manera general (Historia del Arte,
Historia de la Economía…)

2. Microhistoria, cuando el estudio se realiza sobre determinados aspectos o sectores (Historia del
hambre, Historia de la mujer, Historia del vestido o del retrato...)

3. EL HISTORIADOR Y LAS FUENTES. LA INVESTIGACIÓN


Decíamos que la clave del conocimiento del pasado reside en el estudio de las fuentes: observación
de objetos físicos como el estudio de los restos arqueológicos; fuentes escritas; las aportaciones de
otras personas (fuentes orales); y la memoria del historiador.
Concepto de fuentes:

Labuda dice que Una fuente histórica puede ser cualquier reliquia psicofísica y social que al ser
producto del trabajo humano…adquiere por eso la capacidad de reflejar ese desarrollo. Por ello,
nos permite reconstruir científicamente el desarrollo de la sociedad en todas sus manifestaciones.

Clasificación de las fuentes históricas:

Peréx en sus Métodos y técnicas de investigación histórica sostiene que los comienzos de la
reflexión sobre los distintos tipos de fuentes históricas se remontan a finales de la Edad Media,
pero fue la escuela erudita del siglo XVIII la que agrupó los documentos en verdaderos o
falsificados. No será hasta el siglo XIX cuando aparezca la primera clasificación de fuentes:
tradición (relatos orales), fuentes no escritas (monumentos, restos físicos) y fuentes escritas
(documentos, narraciones y epistolares). Actualmente dividimos las fuentes de acuerdo a diferentes
criterios. Existe una primera clasificación entre: Fuentes directas, son los objetos físicos del pasado
y la memoria del investigador; Fuentes indirectas, son la memoria de otras personas y las
observaciones registradas en las fuentes escritas. Fuentes primarias, que se han formado
coetáneamente (en el tiempo y el espacio) a los hechos que se pretende conocer; Fuentes
secundarias, que se han construido o redactado posteriormente a partir de las primarias. Finalmente
debemos estudiar la clasificación de Labuda que rompió con todas las clasificaciones existentes:
Ergotécnicas, que reflejan las actividades humanas; Sociotécnicas, reflejan las relaciones sociales
entre los seres humanos; Psicotécnicas, reflejan las manifestaciones de la conciencia; Tradición.

LA INVESTIGACIÓN HISTÓRICA
Los historiadores actuales tratan de recrear las experiencias pasadas procurando no tergiversar
los hechos. Reúnen, examinan, seleccionan, verifican y clasifican los hechos de acuerdo a normas
específicas, y se esfuerzan por interpretarlos de manera adecuada y presentarlos en exposiciones
capaces de resistir la prueba del examen crítico. El método histórico de investigación puede
aplicarse no sólo a la historia, sino también en las ciencias de la naturaleza, el derecho, la
medicina…o cualquier otra disciplina, puesto que cuando se aborda un estudio histórico, el
investigador debe abordar una disciplina. Este proceso requiere una serie de etapas:

• Enunciado del problema: La indagación histórica comienza cuando se pretende entender algún
hecho del pasado. Después de tener una noción general, el historiador intenta aislar cada uno de los
elementos fundamentales para entonces formular un enunciado simple, claro y completo. Antes de
continuar verifica si el problema puede resolverse mediante métodos de indagación y las fuentes
de datos disponibles.

• Recolección del material informativo: Es importante que el investigador obtenga los mejores
datos disponibles para resolver el problema entre ellos selecciona las pruebas que se relacionadas.
Aunque se inicie buscando fuentes secundarias, su objetivo final será buscar las fuentes primarias.

Crítica de las fuentes: El historiador, examina cuidadosamente cada uno de los elementos de que
dispone y procura determinar qué grado de fiabilidad posee. Una parte esencial de su trabajo consiste
en verificar si un documento contiene errores involuntarios o es un fraude deliberado.

• Formulación de hipótesis: Para elaborar trabajos valiosos proponen distintas hipótesis que
expliquen los sucesos y condiciones. Buscan conexiones ocultas, pautas fundamentales o los
principios generales y, de esa manera, procuran explicar o describir las interrelaciones que existen
entre los fenómenos. Después de formular las hipótesis, buscan las pruebas que las confirmen o las
refute.

• Informe sobre los descubrimientos: Una vez que han completado los descubrimientos, los
historiadores redactan los informes en los que exponen sus trabajos de manera organizada.

• Evaluación de la investigación histórica: el historiador sólo puede ofrecer una imagen


fragmentaria del pasado, sobre la base de conjeturas, se puede determinar en qué medida la historia
representa con exactitud la realidad.

4. LA EXPLICACIÓN Y LA FUNCIONALIDAD DE LA HISTORIA

La explicación de la historia:

La explicación descriptiva, que es la más completa, consiste en una descripción histórica, es decir,
una narración histórica;
La explicación genética, consiste en señalar los sucesivos estadios de desarrollo de un hecho
histórico, responderemos fundamentalmente a la pregunta ¿cómo ocurrió? Sin embargo, para
explicar algo, primero hay que comprenderlo.
Mientras la explicación pretende encontrar relaciones entre hechos, a través del juego de causas y
efectos, la comprensión pretende realizar una explicación a través del ejercicio de la empatía.
Según las distintas escuelas, los historiadores responden a la pregunta inicial de manera diferente,
Por ejemplo, para los intuicionistas empatía es la comprensión, pero para los representantes del
empirismo la comprensión pierde su sentido.

La funcionalidad de la Historia.

Se ha definido a la historiografía como el estudio bibliográfico de los escritos sobre la Historia, por
lo tanto estudia la evolución en el tiempo del conjunto de ideas, métodos y técnicas utilizadas en el
estudio del pasado. Se trata de una verdadera Historia de la historia. Podemos definir la historia
como un complejo proceso a través del cual la humanidad toma conciencia de sí misma y de su
situación en el mundo, y el individuo emerge como persona.
¿Para qué sirve la Historia? Esta pregunta ya la comentaba Bloch cuando un hijo le preguntaba a
su padre, historiador, para que servía la Historia.
Todos asociamos Historia a fechas, reinados, guerras, paces, tratados y alianzas, pero por suerte
podemos decir que la Historia es mucho más que eso, es la reflexión, el análisis de cómo a partir de
unos datos podemos reconstruir como pudo ser la sociedad de una época, sus pensamientos, sus
inquietudes…para llegar al presente. Estudiamos historia porque vivimos en la historia y
necesitamos conocer su funcionamiento para cambiarla y hacerla mejor. Lucien Febvre en su obra
Combates por la Historia, lo dejaba claro en uno de sus diálogos:
- Papá ¿Para qué sirve la Historia?
- Para saber leer un periódico

El valor formativo de la Historia es mucho mayor que el que se le quiere dar desde la actualidad, ya
que, como dijo Febvre, la Historia es la ciencia del Hombre, la ciencia del pasado humano y no la
ciencia de los conceptos. Si observamos la Historiografía, a través de las grandes figuras de la
disciplina como por ejemplo Michelet, Pirenne, Marx, Bloch, Febvre o Braudel, por citar alguno de
los más representativos, podemos ver cómo la Historia ha tenido diferentes enfoques y teorías a lo
largo del tiempo, por lo que no es algo estático, como se ha venido a calificar habitualmente, porque
como dijo Febvre, el historiador no es el que sabe, es el que investiga. El profesor Santos Juliá
proponía unas medidas para que la Historia volviera a recuperar su prestigio, como por ejemplo
abandonar el concepto de totalidad, ya que la totalidad histórica es inabarcable, y que la Historia
conquiste el favor del público, como bien había sabido hacer en el medievalismo francés figuras de
la talla de Georges Duby o en España algunos historiadores como A. Domínguez Ortiz.
Centrándonos en la Enseñanza Secundaria, Julio Valdeón hace un repaso a esta problemática en
Debates por una Historia viva. Entre las críticas que hace al sistema actual de educación está la de
que la Geografía y la Historia aparecen englobadas en una misma área con otras disciplinas
como la Economía, la Sociología, la Antropología o las Ciencias Políticas. Esto se debía, a juicio de
Valdeón, a que era más importante conocer cosas que respondan a problemas actuales que conocer
reinados antiguos o periodos lejanos en el tiempo como por ejemplo el reinado de Asurbanipal). La
pedagogía a su juicio, ha incidido mucho en el aspecto procedimental dejando a un lado lo
conceptual. Otra idea interesante es la manipulación y la politización de la Historia, es decir, usar la
Historia como un arma política o justificación. Cosas como estas convierten a la Historia en un arma
de doble filo, investigando podemos descubrir todo lo contrario que defiende ese mismo poder. Un
caso extremo lo tenemos en un tema tan espinoso como la Guerra Civil española. En un reciente
libro, De la Cierva dejaba patente la manipulación que está teniendo la historiografía a cerca de la
Guerra Civil en función de la ideología que represente. Lo más grave, a juicio del autor es, la
tergiversación de los acontecimientos históricos.

La enseñanza de la historia:
El diccionario de la Real Academia define educativo como el adjetivo que se aplica a algo que
forma o que sirve para formar. Partiendo de aquí, podemos decir que el valor formativo de la
Historia reside en que nos aporta una base de partida. Sí partimos de que el hombre es un ser
social y que la Historia investigaba al hombre en sociedad como decía Bloch, “la Historia sería la
ciencia de los hombres, de los hombres en el tiempo.” La Historia debe convertirse en un
instrumento que permita la comprensión y crítica de los sucesos por parte del alumno para que
juzgue y elija el camino que él considere más coherente.

Las últimas leyes educativas, LOGSE, LOCE, LOE y LOMCE hablan de crear unas capacidades
críticas en el alumno y de desarrollar su capacidad de decisión y reflexión; estos conceptos solo
se pueden desarrollar desde el campo humanístico, desde la Historia, de ahí su valor formativo.
Gracias al valor formativo de la Historia, somos capaces de elegir, comparar aquellas partes que
nos interesan de las diferentes obras sobre un mismo tema.
Podemos resumir brevemente qué aporta la Historia a la formación de los alumnos. En primer lugar
esboza el pasado, los cambios en las sociedades. La Historia ayuda al alumno a comprender los
sucesos a los que se enfrenta cada día.
En las últimas décadas, la enseñanza de la historia ha sufrido una importante evolución. Tanto en
España como en otros países europeos, las administraciones educativas están replanteando los
criterios de selección de contenidos históricos. Esta cuestión se ha venido enfocando en la mayoría
de los casos, desde tres perspectivas diferentes dependiendo de la orientación política de los
gobiernos y la capacidad de organización del profesorado:

• Programas desde la dominante historia nacional. Este criterio es el más tradicional y proviene
de la visión decimonónica y de principios del siglo XX. La burguesía triunfante vio en la historia un
excelente medio para crear conciencia y asentar la estabilidad social de los estados, donde el
objetivo fundamental es la trasmisión de una idea de historia colectiva como nación: la historia al
servicio de los Estados. En realidad, los nacionalismos han hecho uso y abuso de la historia, ya que,
como señala Topolsky, "la historia y su conocimiento son uno de los principales elementos de la
conciencia nacional, son básicas para la existencia de cualquier nación." La perspectiva
nacionalista en la selección de los contenidos históricos se ha extremado hasta límites peligrosos en
los períodos de preguerra y, ha sido muy utilizada en los regímenes totalitarios, como durante la
dictadura de Franco: la historia marginaba el siglo XIX para mostrar su oposición a las "funestas"
ideas liberales o socialistas que siempre venían del exterior, exaltándose en cambio la grandeza de la
España Imperial o las guerras contra los extranjeros, como la Guerra de la Independencia.
Actualmente estas distorsiones tan exageradas han dado paso a un debilitamiento de esta orientación,
como contrapartida, se puede caer en una excesiva exaltación de la historia regional o localista.

• Historia como instrumento para la transformación del presente. Esta visión, que tiene su
origen en la Ilustración y fue incorporada a la teoría marxista, defiende considerar la historia como
un proceso de progreso continuado. Esta tendencia, considerada la más progresista, ha tenido mucho
éxito en España. La tantas veces citada frase de Josep Fontana, "La historia es un arma para los
combates de hoy una herramienta para la construcción del futuro. La enseñanza de la historia
debería potenciar los aspectos relacionados con el potencial transformador de la sociedad; la
selección de los contenidos históricos deberá tener como principal objetivo lograr un determinado
modelo de progreso, la caracterización de las sociedades y el papel que dentro de ella han realizado
los diversos grupos y clases sociales. En los últimos tiempos este enfoque está en franco retroceso.

• La historia como instrumento para el desarrollo personal y para la difusión de ideas y


actitudes sociales. La historia es, sin duda, una de las disciplinas más proclives a la manipulación
desde las diversas posiciones ideológicas. Ello ha provocado que su enseñanza se haya utilizado, en
ocasiones, como demostración de posiciones ideológicas y morales contrapuestas: belicismo-
pacifismo; autoritarismo-liberalismo; bondad-maldad, etc. Hay incluso teorías recientes, como la de
Roehte, que propugna que se deben seleccionar los contenidos históricos en recuerdo de la opresión
vivida por el hombre, las injusticias y los sufrimientos, así como el esfuerzo para superarlos.

PERÉX, Mª J. (Coord.) (2009): Métodos y técnicas de investigación histórica. Editorial UNED,


Madrid.

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