“Si no se le reconocen precisos límites, la invocación del simple adagio iura novit
curia puede hasta convalidar jurídicamente la intromisión del Estado en la
voluntadde los particulares”.
De estas dos normas, podemos observar que existen tres supuestos de hecho:
• Aplicación del derecho que corresponda pues no ha sido invocado por las
partes. Es decir, que cualquiera de las dos partes omita expresar las normas
aplicables según los hechos mencionados en sus actos procesales.
También, en estas normas están señalados los límites para el iura novit curia:
• El magistrado no puede ir más allá del petitorio. Es decir, el límite del juez es lo
dispuesto por las partes en el petitorio.
Según Ezquiaga,
Las pretensiones al estar contenidas dentro de los actos procesales de las partes;
son una expresión de su pura voluntad y conocimiento. De esta manera, Vescovi
señala que:
Así, la relación entre pretensión y Iura Novit Curia es la de ser su límite. Así,
Calvinho señala que:
Como vemos, ni las partes ni, mucho menos, un magistrado puede modificar el
petitum de las pretensiones de cualquier acto procesal; pues este es
determinado por las partes, antes de presentar un acto procesal ante el juez,
expresando, en este elemento de la pretensión, su petitorio determinado libre y
voluntario respecto a la controversia con la otra parte.
“son los litigantes quienes deben traer al proceso el material fáctico que
identifica, configura y fundamenta sus respectivas pretensiones, no pudiendo el
órgano jurisdiccional llevar a cabo ninguna actividad tendente a investigar o
aportar hechos no alegados por las partes, ni fallar alterándolos, so pena de
incurrir en la sentencia en un vicio de congruencia”.[8]
Por otro lado, los segundos si son susceptibles de variación por el órgano
jurisdiccional con el aforismoIura Novit Curia; ese es precisamente el
fundamento de esta institución procesal: aplicar el derecho que corresponda al
proceso si no ha sido invocado por las partes o si lo ha invocado erróneamente.
Es decir, sólo se debe aplicar el Iura Novit Curia por ausencia de mención de las
normas pertinentes o mención de normas incorrectas; mas nunca cambiar el
sentido de la demanda por reemplazo de las normas mencionadas. Esto último
sería intervenir en el petitum y cambiar el sentido de los fundamentos de hecho
de la causa petendi, lo cual como hemos visto está vedado por el
ordenamiento.
Luego de fijar las pautas teóricas de los límites del principio Iura Novit Curia es
bueno observar estas aplicadas en la práctica. Para esto analizaremos un
ejemplo:
• Fundamentos de hecho:
• A y B son hijos de C.
• C murió.
• A y B son declarados herederos de C.
• El inmueble X es de A y B en régimen de copropiedad.
• A es propietario de 50% del inmueble
• B es propietario de 50% del inmueble
• B celebro el contrato de compraventa Y con D, transfiriéndole la
propiedad del 100% del inmueble X
• El contrato Y es nulo por falta de manifestación del agente, pues para la
transferencia del 100% se requería la voluntad de A y B.
• Al A no declarar su voluntad, el contrato de compraventa Y es nulo.
• El inmueble X, al declararse nulo el contrato de compraventa Y, sigue en
régimen de copropiedad por A y B.
• Fundamentos de derecho:
• Herencia: 660 CC
• Copropiedad: 969 CC
• Disposición de la totalidad del bien: 971-1 CC
• Legitimidad para pedir la nulidad: 220 CC
• Nulidad del negocio jurídico: 219-1 CC
En estos casos, el juez debe hacer uso del aforismo Iura Novit Curia.
Respecto al Iura Novit Curia, Bentolila, citando en parte a Sentís Melendo, señala
que “En cuanto al sentido del mismo, la traducción literal es ‘el juez (la Corte, el
Tribunal, el Magistrado o, en general, la autoridad judicial) conoce los
derechos’. Para poder traducirlo como es usual, esto es ‘el juez conoce el
derecho’, sería necesario que el aforismo fuere ius novit curia”[9]. En mi opinión,
de acuerdo a lo expuesto y en conclusión, debemos entender “derechos”
como normas. Así, el petitum y los fundamentos de hecho de la causa petendi
no tendrían por qué ser materia de discusión en la aplicación del Iura Novit
Curia; y lo único que podría hacer el juez, concordando con las normas expresas
del ordenamiento y el verdadero sentido del Iura Novit Curia, sería extraer una
norma no mencionada por la parte o corregir un error formal en la mención de
una norma por la parte, siempre respetando la concordancia con el pedido
concreto hecho por la parte, sea erróneo o no. La solución concreta ante un
error en el petitum, como vimos, es la inadmisibilidad del acto procesal y el
otorgamiento de un plazo para su subsanación. Una solución equilibrada entre
la improcedencia y la admisión de un error.
http://buscon.rae.es/draeI/SrvltConsulta?TIPO_BUS=3&LEMA=adagio
[3]Según la RAE: “1) Regla, principio o proposición generalmente admitida por
quienes profesan una facultad o ciencia. 2) Sentencia, apotegma o doctrina
buena para dirigir las acciones morales. 3) Idea, norma o designio a que se
ajusta la manera de obrar”.
http://buscon.rae.es/draeI/SrvltConsulta?TIPO_BUS=3&LEMA=m%E1xima
[5]Vescovi, Enrique – “Teoría General del Proceso” (1999). Bogota: Temis, p. 65.
[6]Calvinho, Gustavo – “La regla iura novit curia en beneficio de los litigantes”
[en línea]. En Web del Estudio Petruzzo SC (WEB). Consulta: 17 de Julio del 2010.
[8]Pico i Junoy, Joao – “La actividad probatoria del juez y sus límites” (1998). Lima:
Estudio Monroy y abogados, p. 28.
[9]Bentolila, Juan José – “Iura Novit Curia: esa omnisciencia judicial” (1997) [en
línea]. En Revista de Derecho Procesal Garantista. Publicado por EGACAL (WEB),
p. 2