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Caos y orden

en los procesos
de arte
Rosa María Ravera
Miembro de Número de la Academia
N o cabe duda de queasistimos hoy
auna nueva reformulación de dos
series de conceptos que se han con- •
por ejemplo, las cataratas ynubes que
estamos acostumbrados a reconocer
en devenir permanente. El orden no
Nacional de Bellas Arres.
Presidente de la Asociación Argentina de trapuesto a lo largo de la historia de es ya pensado como condición totali·
~s\ética. Profesora Titular de la cátedra de la filosofía y la ciencia de Occidente, zadora sino como duplicación y des·
Estélica en la Facullad de Bellas Artes de la presentes en la consigna de este Co· pliegue de simetrías que ahora acep-
Universidad Nacional de la Plata. loquio Que congrega a los estudiosos tan las asimetrías y las impredecibill·
de Latinoamérica. Se trata de necio· dades. Se comprueba que cuando la
nes que remiten, por un lado, a las ciencia comempla la novedad, lo im-
Ideas de orden, armonía. simetría, re: previsible y lo no inteligible, sin con·
gularidades, así como (no antes del cebirlos como residuos que en algún
advenimiento ele la ciencia moderna) momento podrán ser eliminados con
a leyes deterministas de la naluraleza el avance de los conocíinientos sino,
· delas que no escapa la acepción le- más bien. desde una interioridad ge-
galista. En la contraparte se consig· neradora de auioorganlzación, ope·
nan caos, desorden, irregularidades, rante entre el orden y el caos, alli se
indeterminación. azar, contingencia, acerca a la vida. llya Prigogyne, obje-
infinitud. Lo primero se refiere a un tando una expresión·de Schrodinger
universo dado que hay que explicar, que i;ompa raba la estí!bilidad de la
voluntad advertida en el designio de vida con el iuncionamiento de un re·
Galileo que quiere leer en el libro abier- loj bien construido, hace notar que ese
to del universo, corno no menos en carácter se asemeja, más bien. al equi·
su intención explícita de convertirnos librio inestable de una ciudad en rela-
en dueños y señores de la·naturaleza. . ción fluctuante con el entorno, con el
En lo segundo, por el contrario, se tra- campo que la rodea, siempre Inserta
ta de un universo procesual, in en una red de ínteracciones múltiples.
facendo, que sin organización prede- O sea, involucrada perrnanentemen·
terminada es capaz de renovaciones te, corno sistema abierto, en situacio-
continuas en las que cunde lo impre· nes creativas de no equilibrio.
visible, el caos. Y lo que sucede en la vida cultu-
En nuestros dias la caótica va a ral y social acontece no menos en ni·
bosquejar un universo rico en trans· ·veles biológicos. en el centro mismo
formaciones inesperadas. provisto de de la vida, en los ritmos del corazón.
relaciones no lineales entre causa y que nos dan, al respecto, pautas in
efecto. pletórico de fracturas. !lujos y equivocas. En efecto. es sabido que
turbulencias visibles en formas com· entre los latidos del corazón corren
plejas infinitamente variables . Lo son. milésimas de segundos oe un tiempo

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absolutamente irregular. Una cantidad ción de un adolescente dispuesto. a tensor de lo inmutable. Una concep-
temporal mínima que transcurre en- pesar de la edad temprana. a cambiar ción que hoy suele reducirse a la sim-
tre turbulencias y ritmos caóticos con- audazmente el rumbo del filosofar de plificación de la fórmula: la negación
siderados por la ciencia como ente- su época. de lo Otro en provecho de lo Mismo.
ramente normales. Alteraciones natu- En torno a estas ideas digamos lo Idéntico, aquello que era para
rales que se desvanecen a medida que que si un objetivo in~ diato apunta\ " Platón- layerdade'rá niálidad (el ónlos
el ritmo se toma homogéneo, unifor- se a encontrar referencias que en el on). A diferencia de ese paradigma,
me. monótono: precisamente allí se pensamiento clásico permitan justifi- quizá insuperable - buena razón para
anuncia el mayor peligro de vida, el car el cambio, en tanto precedente apartarse del mismo violentamente·
alerta máximo. lejano pero significativo de la investí· es sabido gue la pal¡¡bra de los estoi-
Se lo ha afirmado, un universo en gación actual, hoy abocada a explicar cos y epicúreos aportaba razones hoy
condiciones de renovarse continua- laincreíble movilidad de nuestro tiem- citadas con provecho. Los primeros
mente promueve procesos de auto- po ·como no menos su complejidad creían en una necesidad universal. y
organización cuyo desorden entrópico inestable y vertiginosa-. evidentemen· en concordancia con ella el hombre
puede llegar a jugar un rol determi- te la cita obligada es Heráclito. Una obedecía a un destino divino. Marco
nante, positivo y constructivo. Asistí· vez más la afirmación retorna, no nos Aurelio no fue emperador por caso. y
mas entonces a la emergencia de un bañamos dos veces en el mfsmo río. obedecía a la que creía era su natura·
nuevo orden, a la aparición de orga· También volvemos a confirmar con la leza cuando hacia cumplir. iérrea y
nizaciones que logran desencadenar experiencia de milenios: en todo cuan- cruelmente, como lo experimentaron
la prnpia creatividad poniendo al des· to existe hay conllicto. guerra. El los cristianos. las leyes que: oo tenían
nudo una básica dimensión temporal polemos heracliteano es rey y padre por cierto origen en el consenso de
evolutiva. aquello que se ha dado en de todas las cosas. Los elementos del los gobernados sino en la más alta de
llamar la " flecha del tiempo". Ahora universo provocan un eterno choque las inst.ancías. Se recuerda muy bien
bien, percibimos rápidamente que es de contrarios que se combaten y a la que no fue asl para los epicúreos, muy
muy posible establecer relaciones vez sostienen los unos a los otros. Y cercanos a nuestra sensibilidad mo·
entre estos fenómenos· en nuestros es precisamente ese enfrentamiento derna porque supieron Introducir la
días permanente objeto de investiga· lo que engendra y mantiene los tér·
ción científica - y las realizaciones del posibilidad misma del desvlo de los
minos en lucha. dado que nada es sin átomos, la novedad. y mucho de lo
arte. En tal sentido vamos a anotar su contrario. Declara Heráclito: "Este que nos importa sobre el devenir del
algunos breves señalamientos, con· mundo. de todos los mundos el mis· cosmos y el movimiento del UJliver-
vencidos de que el arte, la ciencia y la mo, ninguno de los dioses ni de los so. O sea. es indiscutible que la filo-
filosofía son lenguajes específicos hombres lo ha hecho. sino que fue sofía antlgua, con extraordinaria. va-
dotados de ciertas correspondencias siempre. y es y será, fuego siempre riedad de matices aquí imposible de
Q\Je intentaremos puntualizar. vivo, medidas al encenderse y medi- citar siquiera. se propuso elaborar
Hoy se admite que las leyes das al apagarse''. Siempre la medida, ideas esenciales en torno a la armo·
deterministas de la naturaleza - de las observémoslo. en función del conflic- nía, el orden y el cosmos sin las cua-
que no cabría discutir la creación ge- to esencial que dirime toda posible les el universo le resultaba. quizá,
nial •. son invenciones de unaprecisa relación de términos y que así evita la impensable.
etapa de la ciencia moderna. Desco- precipi tación del mundo en el Chaos
nocidas en la Antigüedad. han sufri· (sólo una abertura vacía). El logos,
do en nuestros días fuertes cuestio· Los testimonios del cambio
unidad y di ferencia de todas las co·
namientos de proyecciones amplísi· sas, se alianza con sus dos significa-
mas. Entre otros aspectos no pasó Ya en los albores de la modemi-
ciones esenciales: el decir y el reunir dad vamos a destacar ahora otro re·
inadvertida, según señalamos, su pro- -o sea tener en 1elación. congregar gistro. esta vez espléndidamente pro-
yección legalista, como si una inten- (alli retumba la "cosa" heideggeñana). tagonizado por el arte. Es indudable
ción casi policial quisiese obligar a la Las referencias a Platón son tam- que el Renacimiento hizo prevalecer
naturaleza a obedecer a las leyes Que bién reincidentes. y es notorio que a una visión unitaria. No sin marchas y
la mecánica clásica descubrió para pesar de las ricas tacetas de su escri- contramarchas. fluctuaciones y vira·
gloria de la ciencia moderna. No fue tura memorable (bastaría reflotar no- jes que una historia lineal y homogé-
oor cierto el concepto de la entelequia ciones como la anamnesis y el eros nea hace desaparecer perdiendo la
aristotélica. una elaboración metafisi· para convencerse de su actualidad).
ca que puede ser hoy nuevamente rica heterog~neidad de la vida de la
su imagen ha quedado en la tradición, cultura. De todos modos y apesar de
redescubierta y que ya suscitaba. en unilateralmente, como la del mayor los cruces y las discontfnuidades,
el siglo XVII, la concentrada medita- enemigo del cambio, el máximo de- determinadas líneas directrices son
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1,iertamen1e definitorias. La cúpula de implementar desde el vamos esa con- se retorne al barroco y se lo ·,,=
Santa María dei Fiori, a cargo ele cepción unitaria. con el sello ele un discutido pero fruc-
Brunelleschi, abre la posibilidad de ver Típico caso el de Piero della tífero concepto de "era neobarroca·
y comprender el mundo sometido a Francesca, encarnando id.eales de Esa dimensión nos ofrece las pistas
una misma unidad de medida. Es la exactitud que no compromeetieron por más sagaces para discernir el origen
visión de un universo racionalizado cierto una visión homogenei:zante. Las de nuestra conflictiva subjetividad
que el artista interpreta y produce -de sensaciones de eternidad y silencio moderna, su desasosiego y desequi-
acuerdo con el progreso social y cien· que se desprenden de figuras monu- librios. Desde un punto de vista filo·
tífico de su tiempo- mediantela cons- mentales dispuestas, con frecuencia, sófico y semiótico de trascenelencia
trucción de un espacio homogéneo, en escenarios discontinuos. en espa- sustancial para la comprensión de las
a la vez continente y contenido, de cios heterogéneos de diferente plano artes -pero no sólo de éstas·, cree-
relaciones concretas y mensurables de enunciación (La Flagelación) per- mos que el barroco es demostración
según proporción y número. A partir miten deslizamientos sutilísimos, visible de una convicción que está. en
de ello. la pintura. al aplicar el notabi- desfases imprevistos y con éstos la la base del pensar de Ch. Sanders
lísimo modelo de la perspectiva refie- quiebra de la imperturbabilidad rei- Peirce, filósofo para quien el sentido
re el multiforme y colorido espectá- nante. Movilización casi impercepti- se despliega ·entre", por mediaciones
culo del mundo a un punto de vista ble, extraordinaria, de 1iguras regla- triádicas, siendo la betweeness la ca·
único, fijo. Opción intelectualizada que das por leyes de proporción matemá- racterística de una semiósis en la que
algunas voces contemporáneas, es- tica, imágenes aparentemente deteni· el significado es siempre esencial-
pecialmente en ámbito francés (re- das en el tiempo con vestigios de vida mente incompleto, jamás definitiva-
cuérdese a Merleau Ponty y Lyotard) secreta. Marca de estilo. Cada artista mente concluso. Y el gesto suspen·
enjuician duramente por la víolencía crea su propia semiótica, .había afír- dido que apreciamos en las estatuas
implícita de la visión monocular. mado Benveniste. barrocas (con las cualidades contras-
Activando un proyecto que privi- Ahora bien, mientras se prolon- tantes de espontaneidad e inmedia·
legia la concordancia de las formas, gan los espectaculares logros del arte tez existencial como no menos de una
el cuadro renacentista resulta ser ex- renacentista y la ciencia avanza en la elaboradísíma retórica) dona a la mi·
ponente privilegiado -real donación de concepción de leyes inmodificables de rada la evidencia de algo que las pre-
visibilidad- de la eliminación de las la naturaleza, la propuesta de una ra· cede y conlinúa ininterrumpidamen·
contradicciones en beneficio de una cionalidad triunfante -iniciada por la 1e. El contlnuum de unasemiósis que
unidad armónica de alcance univer· búsqueda de certeza cartesiana y lue- Peirce concibió, acertadamente, como
salizante. El todo visual, estructura go afianzada en la modernidad del si- ilimitada. La obra barroca es la nega-
'enteriza' si la hay -un compuesto ele glo XVIII·, es controvertid¡¡¡ por un in- ción muda, sin palabras pero convin-
partes autónomas lógicamente articu- tervalo inquieto, peculiarísimo. El de cente, de la noción moderna de obje-
ladas según la coherencia ele las figu- un siglo que disuelve la armonía de to, delimitado y autónomo, cosa
ras entre si y en relación con el espa· aquella recuperada concilmita,filtran- autosuficiente eventualmente valiosa.
cio- borra la huella, silencia la dife- do en el arte su ímpetu avasallador. El En realidad, más se asemeja el barro-
rencia. Un buen ejemplo d.e lo que ve· raro intermezzo del siglo XVII respon- co a una fuga, una suerte de envión
nimos diciendo es la pintura de Ra- de, lo sabemos. a la magnificencia que remite a un "más allá'' de la ex-
fael que tematiza el Santísimo Sacra· barroca. Se la puede intuir en el de- periencia en virtud del secreto- de su
mento; obra reveladora de la excep- venir de una línea que gradualmente energía: la íntima tensión de lo finito/
cional capacidad del artista de inte- encurva, ondula y prolonga concita- infinito.
grar y subsumir la complejidad de los dos recorridos que condensan los re- Muy tejos del concepto tradicio-
niveles del significante y del signifi·· pliegues de la relación de los contra- nal de un estilo de corte ampuloso,
cado a través de una vasta orquesta· rios. superficial y hedonista. la irrupción del
ción que, mientras expulsa lo hetero- Lejos de diluirse o neutralizarse. barroco aporta energía desestabiliza·
géneo, suscita efectos de una propÓr· las oposiciones oscilan con luces y dora, desequilibranle, transgresora,
cionalidad indiscutiblemente bella. sombras de un equilibrio inestable li· de una aceleración rítmica capaz de
Una armonía en la que el movimiento bracio a la reiteración de ropajes., suscitar la maravilla del prodigiosa
de las lormas es seguramente ajeno envolvimientos y simutaciqnes q·ue aparecer de imágenes. No podemos
a todo posible vestigio de indecidibi- acompañan la expansión triunfal de dejar de notar que ese crecimiento
lidad. metáforas saturando al tejido textual, proliferante tiene mucho que ver con
La "visualización" del renacimien- símbolo de un tiempo de crisis·hoy ta dialéctica de orden y caos arríba
to, sin embargo, como ha demostra- necesariamente reinterprelable. mencionada. No hay creatividad sin
do Pierre Francastel, distó mucho de No es casual que en la actualidad caos. El caos desafía, trastorna con-

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venciones establecidas, desbarata un cia el inevitable choQue de culturas
orden dado. Introduce otro. Algo si- nos decisivo. Esto es. el descubri·
het erogéneas .que conviven con la miento de que lo que insufla tensión
milar realizó el barroco al tornarse perdida de lo propio, cuando se des-
estilo y creación de lormas que y ritmo, renovación a tales procesos
ata el delirio fabulatorio y queda ha- no responde plenamente a mecanis-
implementan el trabaioso ajuste de bilitado el exceso en pos de la meta
mecanismos complejos, densos, pro- mos de orden racional . En su punto
infinita. inicial ese empuje es energia vital aún
vistos de artificiosidad extrema sabia- Es fácil comprobar que determi- no desplegada en potencialidades
mente articul11da en la maquinaria nados procedimientos del modelo
potente. Lanzada a un horizonte de ideativas con las que, por lo demás,
hermético parecen ser seguidos al pie está siempre entrelazada. Ysi Peirce,
infinitud, la novedad barroca básica- de la letra, sobre la base de la filoso-
mente transgredió límites e invitó al en el siglo XIX. inaugura conceptos
fía derridana. por ciertas prácticas de la nueva ciencia que en nuestros
exceso. deconstruccionistas, estas últimas dias dio pasos radicales para aban-
SI prestásemos atención ahora a más que aquellas polemizadas por donar el criterio de certeza cartesiano
aquellas teorías Que desde lavanguar- Eco. quien también discute un (mo-
dia Intelectual, ya en la década del 60, y avanzar hacia est ructuras de no
mentáneo) inlento de Derrida de acer- equilibrio en dirección a un universo
apoyaron propuestas de liberación y car su posición a la semiósis Ilimita- de posibilidades, otro filósofo , en el
rebelión contra el orden instituido y da de Peirce. El valor de 1lstas contro-
los géneros tradicionales, parece que siglo XVII, descubrió una noción cla·
versias trasciende seguramente cir- ve, la de fuerza. sin la cual las inven-
no debieran olvidarse conceptos que cunstancias puntuales dado que las
en su momento fueron oportunos y, ciones del arte, de la ciencia y de la
cuestiones pendientes apuntan nada filosofía, como fenómenos esencial-
operativos. Nos referimos al semaná- menos que a clarificar la capacidad mente dinámicos, parecen carecer de
lisis de Julia Kristeva. Fue apelación creativa del hombre, la incidencia,
constante a la revolución poética, per- una comprensión última y profunda.
dialécticamente jugada, de lo racional Se trata de aquel adolescente que
manente aliento a la emergencia y d,e lo que no lo es, dejando abierto
pulsional de lo que la autora conside- meditaba, prematuramente, sobre la
el gran interrogante sobre el dinamis- validez de la sustancia, sobre la in-
ró como semiótico (a diferencia de lo mo de la vida y de su energía. Agre-
simbólico), tematizando esa energía conveniencia de pensar el mundo
garemos todavía unas pocas reflexio- como una máquina inerte.
insurgente que desde un plano nes sobre dos pensadores cruciales
prelingüístico desequilibra y desbor- no sólo para el devenir humano sino
da lo Instaurado a nivel de la percep· La ley del concepto,
universal, previendo lo inesperado de la l ey del signo
ción y de la conciencia. Es notorio por la historia individual y cosmológica.
otra parte que Umberto Eco, con gran Por lo pronto -el concepto de ili-
amplitud de enfoques fllósóficos e De Leibniz nos importa la ldea de
mitada semiósis nos p.roporciona, una mónada como fuerza·agentey el con-
histórico culturales, no hesita en ro· condición singularmente apta para
tular como irracional la sistemática cepto de un contlnuum organicista en
comprender el acontecimiento y sus desarrollo . La noción de fuerza (de
abolición de aquellos pñncipios que desarrollos culturales.
la antigua Grecia descubrió para ilu- enorme proyección actual, hoy pasible
En los planteos aludidos son va- de reinterpretación a través de una
minar el funcionamíento racional de rios los aportes que interesan direc-
la mente. A una dialéctica de orden y teoría de las catástrofes) define el
tamente para IQnuestro. Por un lado, campo metafísico leibniziano, de no
caos le convie11e tener muy presente el reconocimiento de una procesuali·
la contraposición de los dos modelos menor importancia que el problema
dad si n término que otorga sin duda del método. Para el filósofo hay reali-
presentados por Eco, ambos investi- a la vasta intertextualidad del arte re-
dos de tradición milenaría: el modus dades substanciales. entelequias,
novadas chances hermenéuticas. El orientadas por un impulso o deseo,
ponens, modelo construido de acuer- hecho de que el devenir del arte sea
do a límite y basado en principios ló- conatus. La mónada: unidad plural
interminable e indeterminable, que la cerrada en si misma que -representa
gicos y relaciones causales, y el mo· autonomía y autosuficiencia del logro
delo hermético. de raíces dionisiacas. el universo entero, del que es espejo.
cumplido sean siempre incompletas, La invención borgeana del Aleph tie-
quizá respuesta tácita a cierta enig- parciales, que las sucesivas obras que
mática inconmensurabilidad que el ne esto muy presente, según es no-
el artista va elaborando sean jal,ones torio.
hombre no comprende, ni mucho de una búsqueda infinita. son ideas
menos controla o domina. Pero es es- Sin aceptar la unilateralidad del
totalmente coherentes con experie11- mecanicismo en la filosofía de la na-
pecialmente a partir del sigfo 11 d. C., cias de las que el arte dio siempre tes·
en tiempos en que la universalidad de turaleza cartesiana, Leibniz toma par·
tlmonio 1enaz. En segunda instancia tido por un organicismo vital ista
la Pax Romana cubre sólo e11 aparien- hay algo a tenerse en cuenta, no me· monádico. En lugar de lo cuantitati-
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vo, lo cualitativo. Se ha dicho que entrometida. lmport.antes conceptos versal en la medida en que es conte·
Descartes es un geómetra, en fin ele actuales están ya p.refigurados en su nido en la legalidad terciaria que es·
cuentas, griego. Leibniz ya no lo es. cosmología. Las tres categorías de capa al determinismo.
Si el intuicionismo cartesiano aspira la dinámica semiótica indican aseen· Determinados ejemplos del arte
a la certidumbre de la evidencia, sin sos y descensos del orden al desor· argentino podrían develar crecimien·
poderse abrir, por lo mismo, al infi· den . Cuando el orden sucede a la in· tos simbólicos, verdaderas génesis
nito, limitándose a lo indefinido,
Leibniz procede en dirección cualj·
determinación.primera pue):le r@mi· en
de ~creacióO perspéiiiíva-semi\í-
ti[, e~ ,l¡i:~egulididad, a una'Yexisten• tiét:y h istencial, tanto en la narráti·
tativa, analítica, formal. Descubre 'el· cia ele pura fa'cticidad, determinada va como en las artes plásticas, a ve·
cálculo infinitesimal (con Newton). externamente, para continuarse -es ces con explícita tematización del
entiende que la extensión es un efec· lo que más nos interesa- en lo caos.
to de la sustancia, no su esencia. El creativo simbólico. Allí el azar de la Pero esto ya requeriría ulteriores
cuerpo, la materia, son rescatados primeridad llega a tener cabida uni· desarrollos.
vitalmente y consustanciados con el
espíritu. Todo es vida y organismo
desde el rnás inferior de los elemen·
tos hasta Dios. El descubrimiento de
un continuum complejizado por la in·
finitud de sus repliegues, atento al
valor del individuo, inaugura un pen-
samiento dinámico realmente lenta·
dor para los estudios de estética. Si
la armonia preestablecida es un error
en el que incurre una filosofía que
pone la ley del conceplo, las fugas de
Bach son un sistema grandioso de
consonancia universal, real paradig-
ma estético de vigencia actual a tra·
vés de los tiempos. Las proyecciones
de esta meditación para el ámbito del
arte y para la vida de la materia y del
espirito son extraordinarias, como lo
percibió Gilles Deleuze. Leibniz es hoy
recuperado, recreado, o sea, interpre-
tado, sin que importe demasiado, al
parecer. demostrar una presunta neu-
tralidad valorativa ·más aparente que
real.
Sucede con los grandes pensado-
res; se está con ellos, contra ellos.
dilapidando su herencia o negándola.
Improbable es olvidarlos.
Es inútil decir que Peirce ·citado
por Roman Jakobson como el
Leibniz de nuestro tiempo- des-pier·
ta comentarios análogos. Es un pre·
cursor. Allenta la indeterminación,
introduce la probabilidad, combate y
erosiona la necesidad, hace avanzar
el azar. Este último -para muchos una
oalabra sin significado positivo alou·
no- fluye en la avenida del sentido.
como dice bellamente el iilósofo,
siendo de todas las cosas la más

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