Cosificación sexual de las mujeres

Las eruditas feministas dicen que la cosificación de las mujeres supone ignorar las
capacidades intelectuales y la reducción de las mujeres a instrumentos de placer
sexual para los hombres. Ejemplos de fenómenos vistos por los feministas como
cosificación de las mujeres incluyen las representaciones de mujeres en publicidades y
medios de comunicación, imágenes de mujeres en pornografía, y cirugía plástica,
especialmente los implantes de mamas.

Históricamente, los feministas creen que las mujeres han sido valoradas por sus
atributos físicos. Algunos feministas y psicólogos arguyen que tal cosificación sexual
puede dirigir a efectos psicológicos negativos incluyendo la depresión y
la desesperanza, y puede inducir en las mujeres imágenes negativas de sí mismas
debido a la creencia de que su inteligencia y competencia no son
reconocidas. Críticos culturales pro-feministas como Robert Jensen y Sut
Jhally acusaron a los medios de comunicación y empresas de publicidad de promover
la cosificación de mujeres para fomentar bienes y servicios

Autocosificación sexual

Recientemente en los Estados Unidos y otros países occidentales, han existido

tendencias en los mundos sociales, culturales y de moda en que podría decirse que
las mujeres se han convertido en objetos físicos intencionadamente. Este cambio
supone la lleva de ropa más reveladora y permisiva. Este cambio cultural a menudo ha
sido presentado como una forma profesada del "empoderamiento" por aumentar el
poder de género. Podría decirse que el cambio cultural ha dirigido a un énfasis más
grande en criterios físicos para la autoestima percibida de las mujeres.

La escritora Ariel Levy habla de este fenómeno en su libro de 2005 Female Chauvinist
Pigs: Women and the Rise of Raunch Culture. Dentro de su investigación anterior,
Levy siguió el equipo de cámara de la serie de videos Girls Gone Wild, y argumenta
que la cultura contemporánea más sexy de América no sólo cosifica a las mujeres,
sino que también fomenta que las mujeres se cosifiquen.19

Tal como dice Stella Martínez, actualmente, “no hay una imagen pública de la mujer en
la cultura de masas contemporáneas, sino que hay una pluralidad de imágenes que
responden a las diversas necesidades de la cultura de masas”[2] las cuales carecen
de precisión en su significado

La presencia de la publicidad sexista se está quedando dentro de la mente del

receptor y está generando un concepto negativo de la mujer pues la ve como un objeto
de consumo sexuado
Actualmente la publicidad nos introduce una imagen de mujer poco valorada y con una
única misión: seducir. “El uso de la imagen de la mujer en la publicidad responde
generalmente a varios paradigmas clásicos: la mujer como objeto de deseo o reclamo
consumista.

La cosificación de la mujer:
Cosificar significa tratar a alguien como a un objeto. La mujer es un ser humano que
tiene dignidad y no puede ser tratada como a una cosa; es decir, cuando la mujer
aparece en publicaciones sexuales se la esta cosificando, incentivando al público
masculino a seguir observando y alimentando su conciencia de publicidad mediocre.

Bibliografía

http://cuestionessociales.wordpress.com/2012/06/17/publicidad-la-cosificacion-de-la-
mujer/