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Tabla De Contenido

Tabla De Contenido .............................................................................................................................. 1


CLASE 1 ............................................................................................................................................... 2
SIETE CAUSAS DE INFELICIDAD ................................................................................................... 5
LA LEY FUNDAMENTAL DE LA FELICIDAD ................................................................................... 6
7 SECRETOS PARA UN HOGAR FELIZ .......................................................................................... 6
1- COMPROMISO CON LOS DEMÁS........................................................................................... 7
2- APRECIO .................................................................................................................................. 7
3- COMUNICACIÓN ..................................................................................................................... 8
4- PASAR TIEMPO JUNTO ......................................................................................................... 9
5- UNIDOS EN LA ADVERSIDAD ............................................................................................... 9
6- ESTRUCTURA MORAL .......................................................................................................... 9
7- DIOS EN EL HOGAR ............................................................................................................ 9
TALLER 1

CLASE 1 - INTRODUCCION
Podemos definir como matrimonio a un conjunto de 2 personas íntimamente relacionadas, formadas
por un hombre y una mujer, que viven juntos, que participan en el progreso material, espiritual, en la
convivencia armónica, respeto mutuo, transmisión de valores, los cuáles día a día deben dignificar la
personalidad de ambos; Donde haya disciplina, solidaridad, servicio, sinceridad, honestidad y amor.
El matrimonio es una entrega total y un compartir totalmente de la persona total con otra persona
hasta la muerte.
El propósito de Dios es que cuando nos casamos debemos compartir TODO: cuerpos, posesiones,
percepciones, ideas, habilidades, problemas, éxitos, sentimientos, sufrimientos, fracasos.
En un matrimonio cristiano que le da a Dios la guía de su hogar, es más probable que no existan
tantas crisis como en aquellos en donde su vida está centrada en ellos mismos. Esposas que se
quejan de que el esposo no tiene tiempo para dedicarles a ellas.
Esposos que se preguntan por qué tienen que trabajar muchas horas para luego volver a su casa y
encontrar una esposa depresiva, desaliñada, amargada, irritable, llorosa, etc. etc.
El matrimonio es un trabajo en equipo, lo que cada uno hace debe ser por amor al otro y
preocuparnos por las necesidades del otro antes que por las propias.
Génesis 2:24 dice que los esposos ya no son 2 sino una sola carne, este concepto se manifiesta en
maneras prácticas, tangibles y demostrables. La intimidad total y la profunda unidad son parte del
plan de Dios para un buen matrimonio.
Un matrimonio que comenzó excelente terminó muy mal. En muchos casos en divorcio. ¿Qué
pasó? Hay otra tragedia que es el divorcio psicológico: una pareja que sigue viviendo junta con una
comunicación mínima o nula, las relaciones están destrozadas y el matrimonio muerto.

Hay un chiste sobre una pareja que no se hablaba por 15 días. Iba la pareja en coche por el campo
cuando él divisó 2 mulas. Por primera vez, luego de 2 semanas le habló a su esposa diciéndole:
¿Son parientes tuyos?
Ella le contestó, ¡Sí por parte de mi esposo! Después de eso no volvieron a dirigirse la palabra.
¿Alguno se siente identificado? ¡Esperemos que no! No hay más que observar a algunas parejas
en algún bar o restaurante, donde no se miran ni se hablan, para darnos cuenta.
El Dr. Peterson, autoridad en asuntos matrimoniales, hizo un estudio de parejas entre 20 y 35 años
de casados. Su conclusión fue que sólo 6 parejas de cada 100 estaban satisfechas y realizadas en
su matrimonio.
Un buen matrimonio lleva trabajo y tiempo para que los cónyuges no funcionen solos sino en equipo.
El amor puede y debe crecer entre la pareja penetrando cada faceta de su relación en felicidad
y comprensión. El amor es aquel aspecto sentimental y psicológico de la relación conyugal que tiene
la capacidad de profundizarse y que debe crecer de atracción a afecto hasta llegar a admiración.
Cuando 2 personas se casan prometen ser fieles el uno al otro, pase lo que pase. Esto tiene un
alcance bastante largo, por ejemplo:
LA ESPOSA promete ser fiel aunque el esposo engorde, se ponga calvo, tenga que usar anteojos
bifocales, contacto u otros; aunque pierda la salud, riqueza, empleo, atractivo físico, aunque
aparezca en escena alguien más excitante.
EL ESPOSO promete ser fiel aunque la esposa pierda su belleza y atractivo, aunque no sea tan
pulcra, ordenada o sumisa como él quisiera, aunque no satisfaga sus deseos sexuales
completamente, aunque gaste el dinero tontamente o que sea una mala cocinera.
La mayoría de nosotros entramos en la vida conyugal con un ideal hermoso del matrimonio.
Hay quienes siguieron cursos para novios, han leído sobre vida sexual, sicología y otras cosas
interesantes. ¿Cuántos podemos decir después de varios años de vida en común que nuestros
hogares han respondido a lo que esperábamos?
POR CIERTO MUY POCOS
Lo importante es construir juntos la felicidad conyugal. Es un fin que ha de ser perseguido, no un
privilegio que se adquiere de antemano, para eso es necesario comprenderse. Hay fallas en todas
las parejas que siempre se pueden corregir si los dos quieren.
La falla más común es la falta de transparencia, esa falta de apertura mutua, leal y completa sin
la cual no hay verdadera comprensión. Una pareja que tenga el coraje de decirse todo, pasará por
muchas sacudidas pero construirá un matrimonio cada vez mejor pues todo ocultamiento será el
camino del fracaso
Para comprenderse hay que admitir que hay diferencias de naturaleza. Por ejemplo: Un esposo
escritor que necesita periodos de tranquilidad para meditar, madurar su obra, momentos en lo que
parece no hacer nada, pero de pronto aparece su esposa, que está muy activa en la casa, y le dice:
“Querido, ya que no estás haciendo nada,
¿Por qué no me ayudas a hacer... tal o cual cosa? El esposo, por supuesto, no se siente
comprendido.

Otra mujer no comprende que su marido necesita hacer algo con sus manos después de horas
después de horas de oficina y comienza en su casa a trabajar con una sierra; ella lo único que ve es
que ensucia el piso y los muebles y se enoja. El esposo en este caso también tiene que comprender
que las mujeres se identifican con la casa y si ensucia algo es como ensuciar a la mujer misma.
Por falta de comprensión ambos corren el riesgo de desconocer las necesidades del otro.
El matrimonio está hecho para descubrirse y completar el uno con el otro lo que todavía no conocen,
éste es el sentido del matrimonio.

Somos diferentes, el hombre tiene un espíritu teórico, la mujer un espíritu más personal. Los
hombres exponen teorías, las mujeres las relacionan en función de personas.
De la mujer y bajo su influencia el hombre adquiere el sentido de lo personal. Una civilización
construida solamente, por hombres seria técnica pero construida solo por mujeres estaría regida más
por sentimientos que por practicidad, por eso tenemos tanta dificultad para conocernos y tanta
necesidad el uno del otro para desarrollarnos como personas

Muchos matrimonios viven un conflicto entre la profesión y el hogar. Hay gran cantidad de
profesionales, profesores, líderes, pastores, etc. en estas condiciones porque las mujeres no
comprenden la importancia que la vocación o el llamado tiene para el hombre.
LAS MUJERES SE CASAN CON LOS HOMBRES, NO CON LA VOCACION, por eso los intereses
no son los mismos. LAS MUJERES GENERALMENTE SE SIENTEN IRRITADAS POR ESA
COMPETENCIA QUE LES ROBA A LOS MARIDOS.

INTRODUCCION
EJERCICIO
¿Qué impresión tengo de nuestro matrimonio?
¿Qué cosas hemos aprendido juntos desde que estamos casados?
¿Creo que empleas suficiente tiempo conmigo?
¿Considero que somos amigos?
¿Cuánto hace que no salimos solos? (No por trámites)
¿Cuándo fue la última vez que me dijiste frases cariñosas o que me amabas?
¿Cuándo fue la última vez que me pediste perdón por algo?
¿Cómo puedes ser más sensible a mis necesidades?
¿Cómo podes ser más sensible a mis necesidades?

¡Qué hermoso es ver a una familia feliz!

Se dice que alegría compartida es doble alegría y que tristeza compartida, es media tristeza.

El amor, es un verdadero bálsamo para el alma, en este tiempo de presiones, desilusiones y


chascos.

El objetivo del matrimonio debe ser la fusión de caracteres, que lleguen a ser uno y que se ayuden
mutuamente. La mujer se sentirá protegida por su esposo y él se sentirá ayudado por su esposa,
especialmente en la enfermedad y en los problemas.

Pero lamentablemente no siempre es así, pues millones de parejas se ven frustradas en su anhelo
de felicidad, y los más afectados suelen ser los hijos.

 En los EE.UU. se producen cerca de 6500 divorcios por día, esto es más de un millón cien mil
por año. De las mujeres entre 30 y 40 años de edad se divorcian 6 de cada 10, por lo menos
una vez.
 El 25% de los menores de 18 años, carecen de padre o madre y se calcula que esto
aumentará al 50% el próximo año.
 Se indica que de las parejas que se casen este año, más de la mitad terminarán en el
divorcio; y que más del 60% de los niños que nazcan pasarán parte de su vida en un hogar
dividido.
 En Francia, uno de cada dos matrimonios termina en el divorcio. En Canadá, más del 40% de
las parejas unidas en primeras nupcias, se separan.
 En la Unión Soviética, más del 70% de los divorcios se producen en los primeros 10 años de
matrimonio.
 África, Asia y Latinoamérica, también sufren un creciente deterioro de la unidad familiar.

¡Qué perspectivas tan alarmantes para este mundo! ¡Debemos hacer algo!

Dios no desea eso, pues cuando creó al hombre estableció el matrimonio con el sagrado propósito
de ayudarse mutuamente, de amarse, de criar hijos en un ambiente estable y sano y de permanecer
unidos "hasta que la muerte los separe" (Mateo 19:6)

SIETE CAUSAS DE INFELICIDAD


Existen más de siete, pero, consideremos las siguientes:

1 - Percepción errónea del matrimonio.

Las novelas y películas que tratan temas sentimentales, son responsables de lanzar a los
jóvenes a un mundo irreal. Al casarse, esas personas esperan inconscientemente de su
cónyuge algo que la vida real no les puede regalar y quedan desilusionados.

2 - Desviación de los principios sanos.

El adulterio, el alcoholismo y la pereza son responsables de muchos fracasos.

3 - La incompatibilidad de caracteres.

Cuando existe un genio violento, espíritu egoísta, un corazón frío, celos, rencores, etc., se
producen a menudo roces que pueden producir un distanciamiento paulatino, si no se busca la
solución que Dios nos ofrece para estos casos.

4 - La falta de diálogo y cosas en común.

Hay poco tiempo del uno para el otro. Se entra en la rutina conyugal y hay poco diálogo. La
TV. y actualmente el chat o Internet roba a muchas familias el tiempo que debieran dedicarse
uno al otro.

5 - Problemas económicos.

La incomprensión en los planes y deseos mutuos, la falta de confianza en el manejo de la


economía del hogar y el distanciamiento prolongado por trabajar en lugares lejanos, suelen
ser causantes de problemas, como también cuando se contraen deudas difíciles de pagar.

6 - Interferencia de terceros.

"El que se casa, casa quiere". Es mejor que los recién casados vivan independiente.

7 - Cuando el amor se enfrió.

Puede haber insatisfacción emocional o sexual. Cuando una de las partes amenaza con el
divorcio por alguna crisis pasajera, pueden producirse heridas profundas y una pared entre
ambos. Dios desea ayudar a cada familia a ser feliz. Si en tu hogar hay problemas, si existen
tensiones y está amenazada la unidad familiar, no pienses en el divorcio, sino en buscar
soluciones, considerando los consejos que expondremos.

Una señora fue a entrevistar a un médico amigo.

- Me quiero divorciar de mi marido -fue la queja de la angustiada mujer.

- ¿Por qué? Preguntó el médico.

- Porque tiene otra.

- Si Ud. se divorcia le hace un favor, pues eso es lo que él quiere.

- ¿Qué puedo hacer?

- Enamórelo primero y luego se divorcia, aconsejó el médico.

- ¿Cómo lo puedo hacer?

- Hágale tres elogios por día. ¿Viste bien? ¿Tiene buena presencia? ¿Es cumplidor? Dígaselo

La mujer se propuso hacerlo. Al cabo de algunos meses encontró a su médico amigo, quien
inmediatamente le preguntó por su esposo.

- ¡Lo logré! Está profundamente enamorado de mí.

- Entonces, ahora déjelo.

- No, ahora no, porque yo también estoy enamorada de él.

LA LEY FUNDAMENTAL DE LA FELICIDAD


Solemos oír las quejas: "Mi esposo no me hace feliz", "Mi señora debería ser distinta". No pienses
sólo en recibir, sino también en dar, pues "HACER FELIZ AL PRÓJIMO, ES HACERSE FELIZ A SÍ
MISMO".

El apóstol Pablo dice: "Más bienaventurado es dar, que recibir" (Hechos 20:35).

Puedes proponerte hacer feliz a su cónyuge.

Busca el momento apropiado para conversar y traten de identificar las cosas que no les gustan de sí
mismos. Ambos debieran colocarse blancos, tratando de aplicar las siete claves. No pienses en tu
felicidad, sino en la del otro. No trates de cambiar a tu pareja, propónte cambiar tú mismo, y... ¡Verás
los resultados!

7 SECRETOS PARA UN HOGAR FELIZ


Los investigadores Nick Stinett y John De Fraim estudiaron 3.000 familias estables y felices de
diversas nacionalidades para establecer los puntos que tenían en común. Llegaron a la conclusión
que habían seis leyes que caracterizan a las familias sólidas.

Las consideraremos con una séptima aún más importante.


1- COMPROMISO CON LOS DEMÁS

a. Los hogares felices, valoran la familia como unidad, por encima de las necesidades y deseos
individuales.
b. Aunque cada cual tenga sus metas, debe estar dispuesto a eliminar aquellas que puedan
amenazar su existencia como pareja.
c. Trátese de comprender los deseos, sueños y sentimientos del otro.
d. Ayudarse mutuamente a desarrollar el carácter. Antes de crear a la mujer, Dios dijo: "No es
bueno que el hombre esté solo; le haré ayuda idónea para él" (Génesis 2:18).
e. Al esposo: Considera que la opinión de la mujer es tan valiosa como la del hombre. El apóstol
Pedro escribe: "Vosotros, maridos, igualmente, vivid con ellas sabiamente" (1ª Pedro 3:7). Haz
que ella crezca en la autoestima y en gratitud, y evitará resentimientos. La intuición de la
mujer suele ser más exacta que la lógica del varón. Deja que exprese sus sentimientos.
f. Considera las decisiones de tu esposa en las cosas de la vida diaria. Sé sensible en esto,
pues no en todo necesitas hacer tu propia voluntad.
g. Foméntese un ambiente alegre, y hagan del hogar un nido atrayente. No necesita ser grande
ni lujoso, aunque sea una sola habitación, debe respirarse en él un clima de amor.
h. Démosle ayuda práctica, especialmente si la mujer trabaja.

LOS 10 MANDAMIENTOS PARA LA MUJER

1. Evita cuidadosamente la primera querella.


2. No olvides que te casaste con un HOMBRE y no con un "dios", que sus imperfecciones no te
sorprendan.
3. No lo atormentes continuamente pidiéndole dinero. Arréglate más bien con la suma de cada
semana.
4. Si tu marido tiene CORAZÓN, tiene seguramente un estómago; trata de hacerte querer
cocinando platos apetitosos que a él le agraden.
5. De tiempo en tiempo, pero no muy a menudo, déjale que tenga razón, eso le causa placer y
no te costará nada.
6. En los periódicos, lee otra cosa que los informes de nacimiento, casamientos y defunciones;
ponte al corriente de lo que pasa en el extranjero, le será agradable el poder hablar de política
en casa, en vez de hacerlo en el club.
7. Sé siempre correcta con tu esposo en la discusión. Acuérdate cómo lo tratabas cuando eran
novios. No lo mires nunca de arriba abajo.
8. Déjalo a veces ser más instruido que tú, esto mantendrá el sentimiento de su dignidad y te
dará la oportunidad de no ser del todo infalible, si cedes una vez.
9. Respeta la familia de tu marido y sobre todo honra a su madre; él la quiere de mucho antes
que a ti.
10. No te presentes desaliñada delante de tu esposo. No descuides tus funciones femeninas.

2- APRECIO

Las familias felices se aprecian mutuamente, se aman. ¿Cómo se puede alimentar ese amor?
1. Dando y recibiendo pequeñas expresiones de cariño, se pueden alegrar a nuestros seres
queridos.
2. Veamos los puntos positivos y las virtudes de nuestro cónyuge, y no solamente las flaquezas.
En lugar de críticas, destáquense las buenas cualidades recíprocamente, estimularán el amor
y la superación.
3. Un esposo cambió su forma de pensar, frente a su esposa, cuando ésta tuvo que ausentarse
por tres días, dejándolo al cuidado de los niños.

He aquí el recuerdo de esa aventura:

o Abrir la puerta a los chiquillos que venían de la calle: 63 veces.


o Reñirles para que se callasen o estuviesen quietos: 22 veces.
o Intervenir para arreglar disputas: 8 veces.
o Perder los estribos: 12 veces.
o Atar cordones de los zapatos: 15 veces.
o Manchas en los pantalones: 3 veces.
o Comer mal: los tres días, etc.

¡Nunca he deseado volver a ver a mi esposa, tanto como ahora!

1. Evitemos las palabras ásperas y ofensivas. Cuando ambos eran novios se hablaban
dulcemente. A medida que convivimos, debemos buscar de fusionar nuestra personalidad
y mejorar nuestras relaciones.
2. El consejo de Dios es: "Casadas, estad sujetas a vuestros maridos, como conviene en el
señor. Maridos, amad a vuestras mujeres, y no seáis ásperos con ellas" Colosenses 3:18-
19.
3. Mantén puros tus pensamientos y no permitas que la expresión de tu rostro comunique
enojo, desprecio o deseos de venganza. Hay diversos grados de silencio que pueden ser
más destructivos que las palabras.

3- COMUNICACIÓN

1. Un investigador calculó, que las parejas tienen un promedio de 17 minutos de conversación


por semana. ¡La semana tiene 10.080 minutos!
2. La televisión roba a menudo a la familia un precioso tiempo que podría utilizarse para
conversar. ¡Y qué tremenda pérdida!
3. La comunicación es fundamental para la comprensión y para alimentar el amor. Las
experiencias vividas en el trabajo, las diarias vivencias con los hijos, nuestras alegrías y
preocupaciones, nuestras ideas o desilusiones vividas fuera del hogar, pueden ser temas de
conversación.
4. Cuando notemos que alguien del hogar no se comunica, veamos por qué. Hablemos y
resolvamos la dificultad. Quizás la esposa se sienta acomplejada o frustrada por algo, o
piensa que no sabe expresarse con la facilidad con la que lo hace el esposo. Tratemos
siempre de comprender lo que piensa el otro, compenetrándonos en él. No pretendamos
atemorizar, dominar, culpar, controlar ni ganarle al otro. No se griten mutuamente.
5. Al hogar debe llenárselo de risas, amor, entusiasmo y sana alegría.
4- PASAR TIEMPO JUNTO

1. Se les preguntó a 1.500 escolares: ¿Qué crees que hace más feliz a una familia? La
respuesta más frecuente fue: "Hacer cosas juntos".
2. Busquemos tiempo para hacer cosas juntos. Asociemos a nuestros hijos en nuestra actividad
y recreación. Compartan los problemas y la felicidad.
3. Aunque cada uno es bombardeado por actividades que nos absorben, debemos planificar de
tal modo nuestro tiempo, que podamos dedicarnos a la familia, o terminaremos dispersos.

5- UNIDOS EN LA ADVERSIDAD

1. La familia sólida, se une para hacer frente a los desafíos de una crisis, pues hay un
compromiso mutuo. Es necesario desarrollar esa capacidad de hacer frente a la adversidad.
¿Pero cómo? Dios desea tendernos sus manos de amor en medio de la tormenta más
violenta. En las Sagradas Escrituras nos comunica sus promesas y ¡qué hermosas son!
Conózcalas investigando los temas de las "Guías de Investigación Bíblica".
2. Si hay problemas, no busquemos culpables sino soluciones. No cuesta nada decir: "lo
lamento" o "te perdono". La pareja no debe acostarse nunca enojada. Apliquemos el consejo
divino: "No se ponga el sol sobre vuestro enojo" Efesios 4:26.

6- ESTRUCTURA MORAL

1. Se ha comprobado que esto es un denominador común en las familias estables. En el cultivo


de las virtudes cristianas hay bendición.
2. La estructura moral incluye: Integridad, honradez, lealtad, responsabilidad, virtud moral y los
principios de la utilidad y del amor. Los principios de los 10 mandamientos debieran estar en
cada corazón, pues traen bendición. Las Escrituras Sagradas dicen: "¡Quién diera que
tuviesen tal corazón, que me temiesen y guardasen todos los días todos mis mandamientos,
para que a ellos y a sus hijos les fuese bien para siempre" Deuteronomio 4:29.

7- DIOS EN EL HOGAR

1. En una encuesta realizada en diversos países por "Mensajes de Amistad", se ha comprobado


que la mayoría de las personas creen que la fe religiosa es una ayuda para el hogar. Pero
cuán lamentable es comprobar, que el materialismo está desplazando las cosas del espíritu y
destruyendo la fe.
2. El diálogo sobre cosas profundas, une a la pareja maravillosamente. Dios desea bendecir a
quienes lo buscan y le aman. Solamente Él puede cambiar nuestro carácter, darnos fortaleza
en las horas difíciles y guardar a nuestros hijos de los grandes peligros que enfrentan.
3. No descuides tu vida devocional y espiritual. Haz de las Sagradas Escrituras la guía para tu
vida y tu hogar. Ella nos aconseja, nos orienta, ilumina la senda de nuestra vida y nos llena de
esperanza. A través de sus 2300 profecías, nos revela el pasado, presente y futuro con
exactitud matemática. Estúdiala y recibirás grandes beneficios.
Si has fracasado en tu vida conyugal, busca a Dios, pues nadie mejor que Él para cambiar el rumbo
de nuestra vida. Si eres feliz dale gracias y cuida esa dicha. Pero haz tu parte, practicando los
principios del amor.

CLASE 2 - COMO COMPRENDERSE EN PAREJA


El matrimonio es la escuela donde dos personas diferentes inevitablemente tienen que aprender a
adaptarse la una a la otra, es la única manera de lograr la relación que Dios estableció. Mi tarea no
es intentar cambiar a mi cónyuge, eso tengo que dejárselo a Dios. La persona a quién tengo que
cambiar es a mí mismo.
El problema es que normalmente no nos conocemos. Casi todos somos ciegos en algunos aspectos
de nuestra vida, aspecto que otros sí ven, especialmente nuestro cónyuge pero que nosotros
inconscientemente no queremos enfrentar.
Los expertos dicen que el concepto que tenemos de nosotros mismos afecta mucho la relación de
pareja.
Si pienso que soy superdotado, que sé todo y que nadie se acerca a mis capacidades, esa actitud se
refleja en la manera en que trato a mi cónyuge e hijos.
El otro extremo también es negativo. Si pienso que soy fracasado, que siempre digo las cosas mal,
que si intento algo casi seguro voy a fracasar, esa actitud afecta mi relación con otras personas y
por supuesto también con mi cónyuge e hijos.
A continuación damos un resumen de los “resultados extremos” al tener un concepto distorsionado
de nosotros mismos:
Hombre que exagera su propia importancia:
Probablemente es muy exigente con su esposa e hijos. Es autoritario y duro en su disciplina. No
escucha a su esposa cuando trata de sugerirle una cosa o aún pedirle algo, ella al igual que sus hijos
no le tiene respeto sino miedo.
Hombre que se desprecia a sí mismo:
Probablemente no toma el liderazgo en su hogar y deja la disciplina de los hijos a su esposa.
Piensa dentro de sí: "fracaso en todo", "nadie me quiere".
Su falta de confianza en sí mismo lo lleva a borrarse de toda responsabilidad.
Mujer que exagera su propia importancia:
Seguramente no se somete a su esposo. Piensa que puede hacer las cosas iguales o mejor que él,
tomará la iniciativa y responsabilidad en la relación. Probablemente es muy crítica y tratará de
moldear a su esposo a su imagen.
Mujer que se desprecia a sí misma:
Le cuesta expresarse, mostrar amor y cariño a su familia. Tiende a despreciarse, a tener una
humildad exagerada y evitará toda responsabilidad que no sean las mínimas del hogar.
Cualquiera de estos extremos están fuera de lugar. Hay buenas razones para no pensar ni de más ni
de menos acerca de nosotros mismos hay personas que dicen: "soy así y no puedo cambiar", eso es
una mentira, no hay ningún aspecto de nuestra vida en que no podamos cambiar. (Romanos 12:2 y
Efesios 4:23).
Hay aspectos en nuestra vida que inconscientemente no queremos enfrentar. Si nos miramos en el
espejo y vemos una persona pero nuestro cónyuge ve otra, es hora de examinamos para poder ver
cuál es el problema. El concepto que tenemos de nosotros mismos es normalmente inconsciente ya
que viene de nuestra niñez.
Pero esto no es una excusa para no poder cambiar. Son muchos los factores que han tomado
parte para moldearnos: nuestro temperamento, nuestras capacidades, nuestro aspecto físico,
nuestros padres y la relación que teníamos con ellos, los amigos, los maestros, las experiencias de
la vida que son únicas para cada uno de nosotros. Aun cuando muchas veces somos inconscientes
de su origen. Si nos ponemos a pensar, descubriremos las raíces de algunas de nuestras actitudes
actuales.
Todos en el matrimonio tenemos expectativas, algunas altas, otras exageradas, otras equilibradas
con respecto al otro. Todos esperamos algo de nuestra relación. Probablemente ésta sea la esfera
que crea más problemas en nuestro diario vivir. Demasiadas veces las esperanzas o expectativas no
se expresan y cuando salen a la luz en el matrimonio es como si estallara una bomba. Yo esperaba
que hicieras tal o cual cosa. Si tu papá o mamá lo hacía yo creía que vos también lo harías.
La realidad es que no resultó así.
¿Son viables nuestras expectativas?
¿Podría cumplidas una persona?
Si yo espero que mi cónyuge sea de una manera pero cuando hay dificultades es de otra, puedo
llegar a frustrarme. A veces lo que esperamos no resulta siempre como nosotros queremos.
Ponerse en el lugar del otro es lo más difícil pero lo más saludable. Las palabras PERDONAME y TE
PERDONO son lo más maravilloso que uno puede decir para sanar una relación tensa y aceptar las
diferencias, aunque sea difícil pronunciarlas.
Todos tenemos aspectos negativos y positivos como características de nuestra personalidad que
muchas veces cuestan salir a la luz. Pero cuando uno de los dos tiene falta de autoestima. Piensa
negativamente de su propia persona y no se acepta La pareja queda estancada.
Cuando alguien se siente así, la aceptación hacia el otro es casi imposible.
(Ama a tu prójimo como a ti mismo) Si no me acepto tal cual soy será difícil que pueda aceptar al
otro tal cual es.
Por otro lado si lo positivo saliera con toda rapidez y costara anotar una negativa, seríamos
orgullosos en extremo. La persona equilibrada demuestra lo positivo pero acepta las cosas negativas
o las debilidades como parte de su personalidad y acepta al otro de la misma manera.
El liderazgo amoroso, la sumisión voluntaria y la estabilidad emocional son componentes
imprescindibles de una buena relación matrimonial. El hecho de aceptar a la otra persona “tal como
es”, no significa que todo aspecto de su personalidad me agrade totalmente pero yo debo amarla
igual.

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