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RAMAS DE LA ÉTICA

LA METAÉTICA
La metaética es una de las áreas de la filosofía moral que examina la génesis y
significación de las nociones éticas. Por esa razón busca explicar y descifrar todas
las presuposiciones y los compromisos epistemológicos, metafísicos, psicológicos
y semánticos del pensamiento moral, su expresión lingüística y su práctica.
Asimismo, la metaética investiga el vínculo que existe entre la motivación del ser
humano, los valores y los motivos de acción. También indaga sobre las razones de
por qué los estándares morales son los que otorgan razones para hacer o dejar de
hacer lo que exigen.
Y por último intenta encontrar la responsabilidad moral en lo que concierne a las
cuestiones relacionadas con el origen de la libertad y su significación o no.
Si bien los problemas que caen dentro de su ámbito son abstractos, esta ciencia
intenta distanciarse de debates esenciales dentro de la moralidad, y de esa manera
poder preguntarse sobre las suposiciones y puntos de vista de quienes efectúan
esos debates.
Es en este sentido que se la puede definir con las palabras de Peter Singer. Este
filósofo y bioético australiano afirma frente a sus pares que la metaética es un
término que sugiere que “no estamos comprometidos con la ética, sino que la
observamos”.
Qué estudia (Campo de estudio)
Como se ha podido observar, definir a la metaética es una tarea ardua, ya que
abarca diversos conceptos. Esto se debe, quizá, a que es una de las áreas menos
definidas dentro de la filosofía moral.
No obstante, se pueden mencionar como sus cuestiones más importantes, dos
áreas: la metafísica y la psicológica. La primera se focaliza en preguntarse si existe
una moralidad que no sea dependiente del hombre. La segunda, se pregunta sobre
el sustento mental que existe bajo los juicios y conductas morales.
Cuestión metafísica de la metaética
Dentro de la metafísica de la metaética se intenta descubrir si el valor moral puede
ser descrito dentro de la espiritualidad como una verdad eterna. O por el contrario,
se trata simplemente de acuerdos convencionales de los seres humanos.
Es en este sentido que existen dos posiciones:
Objetivismo
Esta postura sostiene que los valores morales son objetivos, ya que si bien existen
como convenciones subjetivas entre los seres humanos, tienen existencia en el
ámbito espiritual.
Por esta razón son absolutos y eternos, ya que no cambian nunca; y también
universales ya que se aplican a todo ser racional y no cambian con el tiempo.
El ejemplo más radical de esta postura ha sido Platón. Tomando como punto de
partida los números y sus relaciones matemáticas señaló que ambos son entidades
abstractas que ya existen en el reino espiritual.
Otro punto de vista distinto es el que sostiene a la moralidad como estado metafísico
debido a que sus mandatos son divinos. Esto significa que provienen de la voluntad
de Dios que es todopoderoso y que posee el control de todo.
Subjetivismo
En este caso, se niega la objetividad de los valores morales. Es el caso de los
escépticos que afirmaron la existencia de los valores morales pero les negaron su
existencia como objetos espirituales o mandatos divinos.
A esta postura se la conoce como relativismo moral y se divide a su vez en:
-Relativismo individual. Entiende que los estándares morales son personales e
individuales.
-Relativismo cultural. Afirma que la moralidad no se fundamenta solamente en las
preferencias individuales, sino en la aprobación de grupal o de la sociedad.
Debido a esto se niega la naturaleza universal y absoluta de la moral, y se sostiene
que los valores morales cambian de sociedad en sociedad y a lo largo del tiempo.
Ejemplos de ellos son la aceptación o no de la poligamia, la homosexualidad, entre
otros temas.
Cuestión psicológica de la metaética
Aquí se investiga la base psicológica tanto de la conducta moral como de los juicios,
y específicamente comprender cuál es el motivo que lleva al ser humano a ser
moral.
Dentro de esta posición, se pueden determinar varias áreas:
La razón y la emoción
En esta área se investiga si es la razón o los sentimientos los que motivan las
acciones morales.
Uno de los defensores de que en una evaluación moral están implicadas las
emociones y no la razón fue David Hume. Para él inclusive, “la razón es y debería
ser, esclava de las pasiones”.
Por otra parte, existen otros filósofos para quienes es la razón la responsable de las
evaluaciones morales. El ejemplo más conocido de esta postura es el filósofo
alemán Immanuel Kant.
Para Kant, si bien las emociones pueden influir en la conducta, se las debe resistir.
Por lo tanto, la acción moral verdadera está motivada por la razón y libre de deseos
y emociones.
El altruismo y el egoísmo
Aquí el punto de vista se desplaza entre considerar que las acciones de los hombres
se basan en sus deseos personales, o para satisfacer a los otros.
Para algunos el egoísmo es el que fundamenta los intereses egoístas y dirigen todas
las acciones del hombre. Tomas Hobbes es uno de los filósofos defensores del
deseo egoísta.
El altruismo psicológico asegura que existe una benevolencia instintiva en el hombre
que hace que al menos algunas de las acciones estén motivadas por dicha
benevolencia.

Moral femenina y moral masculina


La explicitación de esta dicotomía se basa en el enfoque de las diferencias
psicológicas entre mujeres y hombres. Si bien la moralidad tradicional se centró en
el hombre, existe una perspectiva femenina que puede llegar a plasmarse como una
teoría del valor.
Los filósofos feministas sostienen que la moralidad tradicional ha sido dominada por
el hombre. La razón de esto es que tanto el gobierno como el comercio fueron los
modelos para la creación de derechos y deberes, conformando de esta manera
sistemas de reglas morales rígidos.
La mujer en cambio, tradicionalmente se dedicó a la crianza de sus hijos y a las
tareas domésticas. Todas estas tareas implican reglas y acciones más creativas y
espontáneas, de modo que si se usara la experiencia de la mujer como modelo de
la teoría moral, la moralidad se convertiría en el cuidado espontáneo de los otros de
acuerdo a la circunstancia.
En el caso de la moral centrada en la mujer, la propuesta tiene en cuenta al agente
implicado en la situación y actuando con cuidado dentro del contexto. Cuando se
centra en la moral del hombre, el agente es mecánico y efectúa la tarea pero
permaneciendo a distancia y sin ser afectado por la situación.
Problemas metaéticos
Algunas de las problemáticas que aborda la metaética se refieren a las respuestas
de estas preguntas:
-¿Existen los hechos morales? Si es así ¿dónde y cómo se originan? ¿De qué
manera establecen un estándar conveniente en nuestra conducta?
-¿Cuál es la relación entre un hecho moral con otro hecho psicológico, o social?
-¿Es la moralidad realmente una cuestión de verdad o de gusto?
-¿Cómo se aprende sobre los hechos morales?
-¿A qué se hace referencia cuando una persona se refiere a valores? ¿O al
comportamiento moral como bueno o malo?
-¿A qué se hace referencia cuando se dice “bueno”, “virtud”, “conciencia”, etc.?
-¿Es el bien un valor intrínseco? ¿O el bien tiene un valor polivalente identificándolo
con placer y felicidad?
-¿Cuál es la relación entre la fe religiosa y la moral? ¿Cómo se explica que la fe
implique necesariamente una actitud moralmente buena pero la aceptación de un
punto de vista moral no implique aceptar la fe?

ÉTICA NORMATIVA:
La ética normativa es una rama de la ética o filosofía moral que estudia y relaciona
los criterios de lo que es moralmente correcto o incorrecto. De este modo, busca
establecer normas o estándares para la conducta. Su principal desafío es
determinar cómo se llega y se justifican esos estándares morales básicos.
Un ejemplo para comprender exactamente qué es un principio normativo es la regla
de oro. Esta se enuncia: “debemos hacer a los demás lo que quisiéramos que otros
nos hicieran.”

ética normativa
Por supuesto que basándose en la regla de oro es incorrecto todo aquello que
atente contra los demás, porque en principio también atenta contra nosotros
mismos. Así es incorrecto mentir, victimizar, asaltar, matar, hostigar a otros.
Para los estudiosos la regla de oro es un claro ejemplo de una teoría normativa que
instaura un principio único mediante el cual se pueden juzgar todas las acciones.
No obstante, existen otras teorías normativas que se centran en un conjunto de
buenos rasgos de carácter o de principios fundacionales.
Modalidades
El punto principal de la ética normativa es determinar de qué manera se justifican
los estándares morales básicos.
La respuesta a esta problemática se ha dado a partir de dos posturas o categorías:
la deontológica y la teleológica. Ambas difieren entre sí en que las teorías
teleológicas establecen los estándares éticos en base a consideraciones de valor.
En tanto las teorías deontológicas, no.
De este modo las teorías deontológicas utilizan el concepto de su corrección
inherente cuando se establecen los estándares éticos. Por su parte, las teorías
teleológicas sostienen que el valor o la bondad generadores de acciones es el
principal criterio de su valor ético.
Además cada una de ellas claramente se diferencia de la otra, en otros conceptos
fundamentales.
Enfoque deontológico
-Sostiene que se hacen ciertas cosas por principio o porque son correctas
inherentemente.
-Acentúa los conceptos de obligación, deber; lo correcto e incorrecto.
-Establece criterios formales o relacionales tales como imparcialidad o igualdad.
Enfoque teleológico
-Sostiene que cierta clase de acciones son correctas debido a la bondad de sus
consecuencias.
-Enfatiza lo bueno, lo valioso y lo deseable.
-Proporciona criterios materiales o sustantivos tales como el placer o la felicidad.
Teorías
Son los dos enfoques básicos de la ética normativa explicados anteriormente los
que han dado lugar a las diferentes teorías de ética normativa.
Las mismas se pueden dividir en tres variantes principales, teorías pertenecientes
a:
-La deontología
-El consecuencialismo
-La ética de las virtudes
Deontología
Estas teorías se fundamentan en lo que se considera el deber u obligación.
Hay cuatro teorías deontológicas:
1-La materializada por Samuel Pufendorf. Este filósofo alemán clasificó los deberes
en:
 Deberes para con Dios: conocer su existencia y adorarlo.
 Deberes para con uno mismo: para el alma, como desarrollar talentos. Y para
el cuerpo, como no dañarlo.
 Deberes para con los demás: absolutos, como tratar a los demás como
iguales; y condicionales que implican acuerdos.
2-Teoría de los derechos. La más influyente fue la del filósofo británico John Locke.
En ella se argumenta que las leyes de la naturaleza ordenan que el hombre no debe
dañar la vida, la salud, la libertad ni las posesiones de nadie.
3-Ética kantiana. Para Immanuel Kant el hombre tiene deberes morales para él y
para los demás tal como lo plantea Pufendorf. Pero sostiene que hay un principio
de deber más fundamental. Un principio de razón único y evidente: el imperativo
categórico.
Un imperativo categórico ordena una acción, independientemente de los deseos
personales. Para Kant hay diversas formulaciones del imperativo categórico pero
hay una fundamental. Esa es: tratar a las personas como un fin y nunca como un
medio para un fin.
4-Teoría de William David Ross que enfatiza los deberes prima facie. También
argumenta que los deberes del hombre son parte de la naturaleza fundamental del
universo.
No obstante su lista de obligaciones es más corta, debido a que refleja las
convicciones más reales del hombre. Entre ellas están: la fidelidad, la reparación, la
justicia, la beneficencia, la gratitud, entre otras.
Ante la elección de dos deberes en conflicto, Ross sostiene que intuitivamente se
sabe cuál es el real, y cuál es el aparente.
Consecuencialismo
Para las teorías consecuencialistas una acción es moralmente correcta siempre y
cuando sus consecuencias son más favorables que desfavorables.
Es por esto que según los principios consecuencialistas hay que tener en cuenta las
consecuencias malas y buenas de una acción. Luego, establecer si las buenas
acciones totales prevalecen sobre las malas consecuencias totales.
Si son más las buenas consecuencias, entonces la acción es moralmente correcta.
Si en cambio, son más las malas consecuencias, entonces la acción es moralmente
incorrecta.
La característica más importante del consecuencialismo es que recurre a las
consecuencias de las acciones que son observables públicamente. De allí que
especifiquen qué consecuencias son relevantes para los grupos de personas
afectadas. De acuerdo con esto se subdivide en tres tipos:
Egotismo ético, que postula a una acción como moralmente correcta si las
consecuencias de dicha acción son más favorables que desfavorables. Esto es
aplicable solo para el agente que realiza la acción.
Altruismo ético, que sostiene que una acción es moralmente correcta si las
consecuencias de esa acción son más favorables que desfavorables. En este caso
para todos, excepto para el agente.
Utilitarismo, que afirma a una acción correcta moralmente si sus consecuencias son
más favorables que desfavorables para todos.
La ética de las virtudes
Es la que estudia la moral considerando que parte de rasgos internos de la persona,
de sus virtudes. Se contrapone al consecuencialismo en que para éste la moral
depende del resultado del acto. Y también a la deontología en que para ésta la moral
surge de reglas.
Las teorías de la virtud es una de las tradiciones normativas más antiguas de la
filosofía occidental. Se origina en Grecia. Es allí donde Platón establece cuatro
virtudes cardinales que son: sabiduría, coraje, templanza y justicia.

LA ÉTICA APLICADA
La ética aplicada es un nuevo enfoque surgido en 1960 en Estados Unidos,
vinculado directa-mente con situaciones concretas, en la que se destaca la
resolución práctica de las controversias morales del ejercicio profesional. En este
enfoque se da importancia al contexto, al análisis de las consecuencias y a la toma
de decisiones, para la elaboración de prescripciones que se ejercen en los sectores
de las prácticas sociales y profesionales. La ética aplicada tiene como campos de
interés la bioética, la ética profesional, la ética empresarial y la ética ambiental
[Parizeau, 2001:576].
Entre las tareas de la ética aplicada como una ética especial se encuentran: 1)
dilucidar en qué consiste lo moral en las situaciones específicas, distinguiendo esto
de los restantes campos prácticos como el jurídico, político o religioso. 2) Intentar
fundamentar lo moral aportando las razones para que haya moral o bien denunciar
que no la hay. 3) Intentar la aplicación de los principios éticos descubiertos a los
distintos ámbitos del campo profesional en cuestión [Cortina, 1993, 164].
Como se observa, la ética aplicada es una faceta contemporánea del debate entre
teoría y prác-tica. Surge de la vuelta de los filósofos hacia las teorías morales que
definen la noción del bien (el sistema moral) y la deliberación que permite la
justificación del acto moral. Este regreso es resultado, en el campo de las ciencias,
de las dos caras de la ciencia: una de progreso, es decir, mejoramiento de las
condiciones de vida: salud, hábitat, etc., y la otra que presenta peligros como la
degradación del ambiente, manipulación técnica del ser humano, etc.
A partir de la creciente proliferación de estos problemas éticos se solicitó a los
filósofos que dieran su opinión, esclareciendo los asuntos y participaran en la
formación y enseñanza es-pecializadas.
En este enfoque ético vinculado directamente con situaciones concretas, se destaca
la reso-lución práctica, dando mayor importancia al contexto, al análisis de las
consecuencias y a la toma de decisiones. Es por ello que la ética aplicada es más
prescriptiva que reflexiva, debido también a las características de los sectores en
que se aplica, como el de las prácticas sociales y profesionales. Así, el interés
principal de la ética aplicada es el de proponer caminos normativos a partir del
análisis de los casos particulares [Parizeau, 2001: 576].

La ética aplicada da la impresión de que es una disciplina que funciona a partir del
descu-brimiento de los principios éticos, y una vez descubiertos, se limita a
aplicarlos a los ámbitos y casos concretos, siguiendo el modelo de racionalidad del
silogismo deductivo. Este es el llamado modelo casuístico, al que suele recurrir en
ocasiones la bioética, y que funciona por analogía de casos, pero considerando las
consecuencias y el contexto particular.
Sin embargo, la ética aplicada ha ido ampliando su campo de acción y hoy día
plantea que la solución de casos concretos no debe ser lo único, sino que es preciso
diseñar los valores, principios y procedimientos que en los diferentes casos
deberían tener en cuenta los afectados. Actualmente se trata de utilizar un
procedimiento de carácter retórico y práctico, entendiendo por retórico el arte de
realizar juicios probables sobre situaciones individuales y concretas. En este tipo de
juicios, que alcanzan probabilidad, no certeza, la solución de los conflictos no se
alcanza por la aplicación de axiomas formulados a priori, sino por el criterio
convergente de todos los hombres, a lo menos de los más prudentes y sabios,
expresados en formas de máximas prácticas de actuación [Cortina, 1993, 174].
Es decir, ahora hay que reflexionar acerca de las propias experiencias y formularlas
en forma de método porque se ha advertido, aunque resulte imposible llegar a
acuerdos con otros espe-cialistas, en el terreno de los principios éticos, pueden
ponerse de acuerdo en ciertas máximas de acción para orientarse en los casos
concretos.
Ahora bien, la ética aplicada admite que algunos ámbitos requieren de un tipo de
reflexión distinta, como es el caso de la bioética, la educación o la moral cívica. Por
lo que en los proce-sos de toma de decisiones es preciso, en primer lugar, tomar en
cuenta el tipo de actividad de la que nos ocupamos (médica, económica, ecológica,
informática, periodística, etc.) y la meta por la que la actividad cobra su sentido.
Recordando que toda actividad cobra su sentido al perseguir los bienes internos a
ella. En segundo lugar hay que tener presentes los valores, prin-cipios y actitudes
que es menester desarrollar para alcanzar la meta propia, y el bien interno a esa
actividad. En tercer lugar hay que reconocer los valores y principios peculiares
anteriores en esa actividad concreta y su relación con los desarrollados en el
proceso ético dialógico. Por último hay que considerar los datos de la situación,
describiéndola del modo más completo posible [Cortina, 1993, 175].
En la ética aplicada, las decisiones se dejan para que sean tomadas en cada caso
por los afecta-dos, o por sus representantes, desde el marco deontológico que los
considera como interlocu-tores válidos, si bien los argumentos que se aportan
pueden proceder de distintas tradiciones éticas. También hay que decir que los
principios han de ser seguidos mientras no entren en conflicto con otros de igual
rango, y en caso de que entren en conflicto, son los afectados o sus representantes
los que tienen que decidir, a partir de los datos, llegando a una decisión personal.
La forma como operan estos principios de la ética aplicada en cada una de sus
áreas, tiene ligeros matices, debido a las particularidades y características propias
de cada una de ellas.
La bioética es el campo en el que se cuestiona lo ético de las prácticas tecno-
científicas y biomédicas. En estas últimas los cuestionamientos abarcan las
prácticas con humanos, ani-males y vegetales, así como sus dimensiones
sociopolíticas. Para abordar la reflexión, utiliza un diálogo interdisciplinario del que
son parte la medicina, la ética, el derecho y la teología, sin cerrar otras posibilidades.
Crea un espacio de interacción comunicacional en el espacio público abierto y
pluralista, en el que diferentes comunidades de pensamiento pueden expresar y
discutir el sentido de sus creencias y de sus valores que son cuestionados por el
desarrollo biomédico. Otra forma de presentación de la bioética es en forma de
discurso, lo que incluye diversos tipos de publicaciones como libros, artículos, etc.;
y de prácticas normativas respecto a la enseñanza, la participación en comités de
ética o en consultas en los hospitales [Parizeau, 2001:577].
ETICA DESCRIPTIVA
Fundamentación y fundamentalismo

Una de las principales tareas de la ética es la de dar razón del fenómeno moral, esto
es, fundamentarlo. Pero somos conscientes de que las expresiones «fundamentar»
y «fundamentación» despiertan cierto recelo entre aquellos que suponen que existe
alguna relación entre éstas y el «fundamentalismo» entendido como una actitud de
adhesión ciega, irracional y fanática a unos principios de carácter religioso, político
o filosófico. Por el contrario, fundamentar es argumentar, ofrecer razones bien
articuladas para aclarar por qué preferimos unos valores frente a otros, unas teorías
frente a otras, unos criterios frente a otros. Al mostrar los fundamentos que nos
asisten para mantener lo que creemos, escapamos a la arbitrariedad y prevenimos
el fanatismo propio de la creencia ciega y de la adhesión incondicional.
Ética teleológica
representante más significativo es sin duda Aristóteles. /Es común distinguir, dentro
de las éticas teleológicas que proponen como meta el bienestar humano, los
eudemonistas (consideran los placeres más o menos intelectuales o espirituales) y
las hedonistas que tendrían como objetivo la persecución de placeres más >. /Dada
la constitución del ser humano y las peculiares relaciones psicosomáticas, es fácil
concluir que el placer puramente físico es escaso o nulo, y otro tanto ocurre con el
puramente psíquico, mental o espiritual. Por supuesto que las éticas teleológicas
comprenden mucho más que la variedad eudemonista-hedonista. La búsqueda de
la belleza, del bien, del auto despliegue. /Las éticas teleológicas proponen como el
desarrollo y auto despliegue del ser humano, su emancipación y, por consiguiente,
su felicidad.
Juicios de hecho y de valor
En el lenguaje científico se habla de hechos, mientras que en el leguaje moral se
habla de valor. Los hechos son públicamente observables y expuestos a críticas
universales eje: existe una ley contra el aborto en la constitución. Y los valores son
más de la esfera privada, libre opción de cada uno eje: no me parece bien que haya
una ley contra el aborto en la constitución. Esto no significa que unos sean más
validos que otros, ambos lo son y van unido. Los hechos se constituyen de la mano
de los valores. Los valores surgen dentro de la cultura en la que se está inmerso.
/Juicio de Hecho: un hecho es una realidad objetiva, existente. No depende del
deseo del sujeto. El hecho se puede conocer a través de la verificación empírica.
Los hechos están orientados a conocer, son teóricos Solo pueden ser falsos o
verdaderos. Son descriptivos. /Juicio de Valor: no son descriptivos sino prescriptivos
e imperativos, ya que ordenan la condición humana se debe/ no se debe. Es una
realidad que contiene un bien especifico, donde esa realidad se convierte en
deseable. Decimos específicos porque hay bienes que son buenos y malos como el
fumar. /Hay un bien supremo que es la dignidad humana, de el derivan una serie de
bienes, la dignidad establece deseabilidad y preferencias de nuestros fines, desde
el punto de vista moral. Hay dos tipos de juicios de valor: /Hipotéticos: son propios
de la técnica. Si quieres conseguir A, tienes que conseguir B, se ordena la acción
cuando se quiere un resultado. /Categóricos: son propios de la moral. Se ordena la
acción por el valor mismo que ella tiene. Eje: no robes.
Ética normativa y ética descriptiva. Ética descriptiva: reconocimiento y descripción
del mundo de los valores y normas en todas las esferas de la actividad humana.
Descripción del contenido de las normas, códigos, principios etc. que dan lugar a la
reflexión ética. Un conocimiento de cómo los valores, principios y normas se
generan, expanden e implantan en las conciencias individuales. /Ética normativa:
es aquella parte de la ética que constituye el núcleo más importante de la ética, pero
no es toda ella. Es un primer paso de reflexión sobre las normas morales, para
después materializarse en normas concretas y de aplicación inmediata. (elabora,
transforma y mejora la ley conforme a una justificación filosófica). Por tanto, decimos
que es un intento de descubrir el fundamento y justificación de las normas. Este tipo
de ética siempre ha estado presente en los diálogos platónicos, en Aristóteles etc.

MORAL Y ETICA.
Moral
Etimológicamente (mos, moris= a costumbres, modos de ser) es un conjunto de
principios, normas y valores que se transmiten de generación en generación, sobre
el modo de comportarse para llevar una vida buena y justa. Este término se utiliza
como sustantivo o como adjetivo, teniendo diferentes significados./ Reglas y normas
x las q se rige la conducta d 1 pers en relacion a…/ Conocimiento de lo q se debe
hacer o evitar para.. estab social./ ETICA. parte de la filos q se dedica a la reflexion
sobre la moral/ Tipo de saber q intenta construirse racionalmente, utilizando para
ello el rigor conceptual y los metodos de analisisy reflexion de la filosofia./ Pretende
dar los argumentos q permiten comprender la dimension moral de la persona./
Actuamos con ética cuando distinguimos entre acciones buenas o malas desd el
punto de vista moral. una actitud etica es la q es moralmente correcta.

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