y
Rito de la Ordenación Presbiteral
del Diácono
William José Vázquez Toro
Por Imposición de Manos y Oración Consecratoria del
Excmo. Mons.
Baltazar Enrique Porras Cardozo
Arzobispo Metropolitano de la Arquidiócesis de Mérida
C
ursó sus estudios de primaria, en la Unidad Educativa
Canónigo Uzcátegui durante los años 1991-1997. Realizó
sus estudios de Educación media y diversificada en la Unidad
Educativa Francisco de Paula Andrade, donde obtuvo el título de
Bachiller en ciencias en el año 2002.
S
u inquietud a la vida sacerdotal, fue madurando en el seno
de su familia y en su integración, desde niño, a varios grupos
apostólicos parroquiales como lo son: SOLDEDI, Infancia
Misionera, Coro San Juan Bosco, Renovación carismática,
Coro Familia Nazaret y Monaguillos. Durante estos años,
participó de diversas convivencias vocacionales en el Seminario
San Buenaventura de Mérida, y es a la vez orientado y animado
vocacionalmente por el Pbro. Pablo Olivo León U., Párroco de
Timotes. El 29 de septiembre del 2002, ingresa al Seminario San
Buenaventura, realizando el año Propedéutico en la Parroquia
Ntra. Sra. de Belén, y posteriormente la etapa de Filosofía
y Teología en el Seminario. Durante el último año de Teología
realizó una experiencia formativo-pastoral en la Rectoría Nuestra
Sra. del Perpetuo Socorro, donde funciona actualmente el curso
Propedéutico del Seminario.
R
ecibe la Admisión a las Sagradas Órdenes por Mons. Luis
Alfonso Márquez Molina, Obispo Auxiliar de Mérida,
el 26 de mayo de 2007; le confiere también el Ministerio
del Lectorado el 24 de mayo de 2008. El 03 de abril de 2009,
por Mons. Baltazar Enrique Porras C, recibe el Ministerio del
Acolitado. Es ordenado Diácono el 23 de mayo de 2010, junto a
ocho compañeros más, en la Catedral-Basílica menor Inmaculada
Concepción de Mérida.
E
l 13 de diciembre de 2010, día de Santa Lucía, después de
sus años de formación y preparación en el Seminario, es
ordenado presbítero por Imposición de Manos y Oración
Consecratoria de Mons. Baltazar Enrique Porras Cardozo,
Arzobispo Metropolitano de Mérida en la Basílica menor Santa
Lucía de Timotes.
Solemnidad de Santa Lucía
RITOS INICIALES Y LITURGIA DE LA PALABRA
Estando todo dispuesto, se inicia la procesión por la Iglesia hacia el altar según el modo
acostumbrado. Precede el diácono portador del libro de los Evangelios, con los monaguillos,
ministros, seminaristas y demás diáconos, si los hay; sigue el ordenando, los presbíteros
concelebrantes y, finalmente, el Arzobispo, con sus dos diáconos asistentes detrás de él.
Llegados al altar, y hecha la debida reverencia, se dirigen todos a su respectivo lugar.
Los ritos iniciales y la Liturgia de la Palabra se realizan del modo acostumbrado, hasta el
Evangelio.
SALUDO
Arzobispo:
En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.
El Arzobispo, extendiendo las manos, saluda al pueblo con la fórmula siguiente:
La paz, la caridad y la fe,
de parte de Dios Padre,
y de Jesucristo, el Señor,
estén con todos ustedes.
El pueblo responde con la siguiente fórmula:
Y con tu espíritu.
ACTO PENITENCIAL
A continuación se hace el Acto penitencial con la siguiente fórmula:
El Arzobispo invita a los fieles al arrepentimiento:
Hermanos: para celebrar dignamente estos sagrados misterios, reconozcamos
nuestros pecados.
Se hace una breve pausa en silencio.
Yo confieso ante Dios todopoderoso
y ante ustedes, hermanos,
que he pecado mucho
de pensamiento, palabra, obra y omisión.
Golpeándose el pecho, dicen:
Por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa.
Luego prosiguen:
Por eso ruego a santa María, siempre Virgen,
a los ángeles, a los santos
y a ustedes, hermanos,
que intercedan por mi ante Dios,
nuestro Señor.
El Arzobispo concluye con la siguiente plegaria:
Dios todopoderoso
tenga misericordia de nosotros,
perdone nuestros pecados
y nos lleve a la vida eterna.
A. Amén.
El ministerio de música entona el Señor Ten Piedad.
A continuación, se canta el himno: Gloria.
o
5
o
Ordenación Presbiteral
ORACIÓN COLECTA
P
adre Santo, que constituiste a tu único Hijo Sumo y Eterno Sacerdote,
concede a William José, elegido para ser ministro y dispensador de sus
misterios, la gracia de ser fiel en el cumplimiento del ministerio que va a
recibir.
T
e pedimos, Señor, por intercesión de Santa Lucía, virgen y mártir, que llenes
de luz y gozo nuestros corazones y que, quienes hoy celebramos su martirio
en la tierra, lleguemos a contemplar con nuestros propios ojos tu gloria en
el cielo. Por nuestro Señor Jesucristo, que vive y reina contigo en la unidad del
Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
A. Amén.
LITURGIA DE LA PALABRA
SALMO RESPONSORIAL
(SAL 139, 1-4. 7-9. 13-14)
RITO DE LA ORDENACIÓN
Después del Evangelio, se inicia el Rito de Ordenación presbiteral. El Arzobispo, con la mitra
puesta se acerca, si es necesario, a la sede preparada.
PETICIÓN DE LA ORDENACIÓN
Monitor: El Pbro. Alexander Rivera, Rector del Seminario Arquidiocesano San
Buenaventura de Mérida, presenta ante el Arzobispo al candidato, pidiendo en
nombre de la Iglesia que se le conceda el Orden del Presbiterado.
Permaneciendo el ordenando en pie ante el Arzobispo, el Pbro. Alexander Rivera dice:
Reverendísimo Padre, la santa Madre Iglesia pide que ordenes Presbítero a este
hermano nuestro.
El Arzobispo le pregunta:
¿Sabes si es digno?
Y el Presbítero responde:
Para confirmar la pregunta que nos hace nuestro Pastor, escuchemos el testimonio
de algunos hermanos de la comunidad, que han compartido con el Diacono
William José Vázquez Toro.
TESTIMONIOS
Monitor: Escuchemos ahora el testimonio del Sr. Gerardo Terán, acólito instituido
de la parroquia Santa Lucía de Timotes; la Sra. Gladys Pérez, coordinadora del
Comité Pro-Ordenación, y el Pbro. Orlando Montilva, Vicario de la Parroquia
Ntra. Sra. de Belén.
Leídos los testimonios, el Pbro. Alexander Rivera prosigue:
Según el parecer de quienes lo presentan, y después de consultar al pueblo
cristiano, doy testimonio de que ha sido considerado digno.
o
8
o
Solemnidad de Santa Lucía
El Arzobispo:
Con el auxilio de Dios y de Jesucristo, nuestro Salvador elegimos a este hermano
nuestro para el Orden de los presbíteros.
Todos manifiestan su aceptación, cantando:
A. Te Damos gracias Señor.
HOMILÍA
o
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o
Solemnidad de Santa Lucía
Santos Francisco y Domingo Rueguen por nosotros
Santo Tomas de Aquino Ruega por nosotros
San Buenaventura Ruega por nosotros
San Benito de Palermo Ruega por nosotros
San Isidro Labrador Ruega por nosotros
San Francisco Javier Ruega por nosotros
San Juan Éudes Ruega por nosotros
San Juan María Vianney Ruega por nosotros
Santa Catalina de Siena Ruega por nosotros
Santa Teresa de Ávila Ruega por nosotros
San Juan de la Cruz Ruega por nosotros
Santa Rosa de Lima Ruega por nosotros
San Martín de Porres Ruega por nosotros
San Juan Bosco Ruega por nosotros
Santo Toribio de Mogrovejo Ruega por nosotros
Santa Teresita del Niño Jesús Ruega por nosotros
Beata María de San José Ruega por nosotros
Beata Candelaria de San José Ruega por nosotros
Beata Teresa de Calcuta Ruega por nosotros
Beato Juan XXIII Ruega por nosotros
Venerable Dr. José Gregorio H. Ruega por nosotros
Todos los Santos y Santas de Dios Ruega por nosotros
Muéstrate propicio Líbranos, Señor
De todo mal Líbranos, Señor
De todo pecado Líbranos, Señor
De la muerte eterna Líbranos, Señor
Por tu encarnación Líbranos, Señor
Por tu muerte y resurrección Líbranos, Señor
Por la efusión del Espíritu Santo Líbranos, Señor
Nosotros que somos pecadores Te rogamos, óyenos
Para que gobiernes
y conserves a tu santa Iglesia Te rogamos, óyenos
Para que asistas al Papa y a todos
los miembros del clero en tu servicio
Santo Te rogamos, óyenos
Para que concedas paz y concordia
a todos los pueblos de la tierra Te rogamos, óyenos
Para que nos fortalezcas y asistas
en tu Servicio Santo Te rogamos, óyenos
El Arzobispo:
Para que bendigas a este elegido Te rogamos, óyenos
Para que bendigas
y santifiques a este elegido Te rogamos, óyenos
Para que bendigas,
Santifiques
y consagres a este elegido Te rogamos, óyenos
o
11
o
Ordenación Presbiteral
Continúa el coro: Te rogamos óyenos
Jesús, Hijo de Dios vivo Cristo, óyenos
Cristo, óyenos Cristo, escúchanos
Cristo, escúchanos
Acabadas las letanías todos continúan de rodillas en oración por el elegido, mientras el
Arzobispo se coloca de pie y con las manos extendidas, dice:
Escúchanos, Señor, Dios nuestro, y derrama sobre este siervo tuyo la bendición
del Espíritu Santo y la fuerza de la gracia sacerdotal; concede la abundancia de tus
bienes a quien consagramos en tu presencia. Por Jesucristo Nuestro Señor.
A. Amén.
El diácono dice:
Pueden levantarse.
A
sístenos, Señor, Padre Santo,
Dios Todopoderoso y Eterno,
autor de la dignidad humana
y dispensador de todo don y gracia,
por Ti progresan tus creaturas
y por Ti, se consolidan todas las cosas;
para formar el pueblo sacerdotal,
tú dispones con la fuerza del Espíritu Santo,
en órdenes diversos a los ministros de tu Hijo Jesucristo.
Y
a en la primera Alianza aumentaron los oficios,
Instituidos con signos sagrados.
Cuando pusiste a Moisés y Aarón al frente de tu pueblo,
para gobernarlo y santificarlo,
les elegiste colaboradores,
subordinados en orden y dignidad,
que los acompañarán y secundarán.
o
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o
Solemnidad de Santa Lucía
A
sí, en el desierto, diste parte del espíritu de Moisés,
Comunicándolo a los setenta varones prudentes
Con los cuales gobernó más fácilmente a tu pueblo.
Así también hiciste partícipes a los hijos de Aarón
de la abundante plenitud otorgada a su padre
para que un número suficiente de sacerdotes
ofreciera, según la ley, los sacrificios,
sombra de los bienes futuros.
F
inalmente, cuando llegó la plenitud de los tiempos,
enviaste al mundo, Padre Santo, a tu Hijo, Jesús,
Apóstol y Pontífice de la fe que profesamos.
Él, movido por el Espíritu Santo,
Se ofreció a ti como sacrificio sin mancha,
y habiendo consagrado a los apóstoles con la verdad,
los hizo partícipes de su misión;
a ellos, a su vez, les diste colaboradores
para anunciar y realizar por el mundo entero
la obra de la salvación.
T
ambién ahora, Señor, te pedimos nos concedas,
Como ayuda a nuestra limitación, estos colaboradores
que necesitamos para ejercer el sacerdocio apostólico.
S
ea honrado colaborador del orden de los obispos,
para que por su predicación,
y con la gracia del Espíritu Santo,
La palabra del Evangelio
dé fruto en el corazón de los hombres,
y llegue hasta los confines del orbe.
S
ea con nosotros fiel dispensador de tus misterios,
para que tu pueblo se renueve
con el baño del nuevo nacimiento,
y se alimente de tu altar;
para que los pecadores sean reconciliados
y sean confortados los enfermos.
Que en comunión con nosotros, Señor,
implore tu misericordia
o
13
o
Ordenación Presbiteral
por el pueblo que se le confía
y a favor del mundo entero.
A
sí todas las naciones, congregadas en Cristo,
formarán un único pueblo tuyo
que alcanzará su plenitud en tu Reino.
Por Nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo,
que vive y reina contigo
en la unidad del Espíritu Santo.
Y es Dios por los siglos de los siglos.
A. Amén.
J
esucristo, el Señor,
a quien el Padre ungió
con la fuerza del Espíritu Santo,
te auxilie para santificar el pueblo cristiano
y para ofrecer a Dios el sacrificio.
o
14
o
Solemnidad de Santa Lucía
Monitor: El Arzobispo ata las manos del ordenando para que su mamá: María
Aura, se las desate como símbolo de entrega de su hijo, que de ahora en adelante
inicia su ministerio y servicio en la Iglesia.
Después, Arzobispo y ordenando se lavan las manos.
R
ecibe la ofrenda del Pueblo Santo
para presentarla a Dios.
Considera lo que realizas
e imita lo que conmemoras,
y conforma tu vida
con el misterio de la cruz del Señor.
ABRAZO DE PAZ
Monitor: Con el beso de las manos y el abrazo de la paz, el Arzobispo y los demás
sacerdotes manifiestan su alegría al recibir a este hermano en el presbiterio.
Finalmente, el Arzobispo besa las manos del ordenando y extendiendo y juntando las manos,
dice:
La paz del Señor esté siempre con ustedes.
A. Y con tu espíritu.
Luego, si se juzga oportuno, el diácono añade:
Dense fraternalmente la paz.
Finalmente el Arzobispo y los demás sacerdotes, besan las manos del ordenado.
El Arzobispo le dice al ordenado:
La paz sea contigo.
El ordenado responde:
Y con tu espíritu.
LITURGIA EUCARÍSTICA
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
O
h Dios que has establecido a los presbíteros como ministros del Culto
Divino y pastores de tu pueblo, por la eficacia de ese sacrificio, haz que su
ministerio te agrade siempre y produzca en tu Iglesia frutos permanentes.
S
antifica Señor con tu bendición estas ofrendas y enciende en nosotros ese
amor a ti, por el que tu santa mártir Lucía fue capaz de soportar todos los
tormentos.
Por Jesucristo Nuestro Señor.
A. Amén.
o
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o
Ordenación Presbiteral
PREFACIO
C. El Señor esté con ustedes.
A. Y con tu espíritu.
C. Levantemos el corazón.
A. Lo tenemos levantado hacia el Señor.
C. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
A. Es justo y necesario.
C. En verdad es justo y necesario,
es nuestro deber y salvación darte gracias
siempre y en todo lugar, Señor, Padre Santo,
Dios Todopoderoso y Eterno.
Plegaría Eucarística I
El Arzobispo, con las manos extendidas, dice:
Padre misericordioso, te pedimos humildemente
por Jesucristo, tu Hijo, nuestro Señor,
Junta las manos y dice:
que aceptes y bendigas
Traza, una sola vez, el signo de la cruz sobre el pan y el vino conjuntamente, diciendo:
estos dones,
este sacrificio santo y puro que te ofrecemos,
o
16
o
Solemnidad de Santa Lucía
Con las manos extendidas, prosigue:
ante todo, por tu Iglesia santa y católica,
para que le concedas la paz, la protejas,
la congregues en la unidad
y la gobiernes en el mundo entero,
con tu servidor el Papa Benedicto,
conmigo, indigno siervo tuyo,
con mi Obispo Auxiliar Luis Alfonso,
y todos los demás Obispos que, fieles a la verdad,
promueven la fe católica y apostólica.
Arzobispo
Acepta Señor, en tu bondad,
esta ofrenda de tus siervos
y de toda la familia Santa,
por este tu hijo: William José,
a quien te has dignado llamar
al orden de los Presbíteros,
conserva en él la gracia que le has concedido,
para que, con tu ayuda, ejercite fielmente
el misterio que le has confiado.
Junta las manos.
Por Cristo Nuestro Señor. Amén.
o
17
o
Ordenación Presbiteral
Los sacerdotes, con las manos extendidas sobre las ofrendas.
Arzobispo:
Bendice y Santifica, Oh Padre, esta ofrenda,
haciéndola perfecta, espiritual y digna de Ti,
de manera que sea para nosotros
Cuerpo y Sangre de tu Hijo amado,
Jesucristo, nuestro Señor.
Juntan las manos
CONSAGRACIÓN DEL PAN
Todos los sacerdotes dicen:
El cual, la víspera de su Pasión,
Toma el pan y, sosteniéndolo un poco elevado sobre el altar, prosigue:
tomó pan en sus santas y venerables manos,
Eleva los ojos
y, elevando los ojos al cielo,
hacia Ti, Dios Padre suyo Todopoderoso,
dando gracias te bendijo,
lo partió y lo dio a sus discípulos, diciendo:
Se inclina un poco
TOMEN Y COMAN TODOS DE ÉL,
PORQUE ESTE ES MI CUERPO,
QUE SERÁ ENTREGADO POR USTEDES.
Arzobispo
Este es el Sacramento de nuestra Fe.
A. Anunciamos tu muerte,
proclamamos tu resurrección.
¡Ven, Señor Jesús!
Los concelebrantes con las manos extendidas, dicen en voz baja, siguiendo al Arzobispo:
Por eso, Padre,
nosotros, tus siervos, y todo tu pueblo santo,
o
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o
Solemnidad de Santa Lucía
al celebrar este memorial de la muerte gloriosa
de Jesucristo, tu Hijo, nuestro Señor;
de su Santa resurrección del lugar de los muertos
y de su admirable ascensión a los cielos,
te ofrecemos, Dios de gloria y majestad,
de los mismos bienes que nos has dado,
el sacrificio puro, inmaculado y santo:
pan de vida eterna y cáliz de eterna salvación.
Mira con ojos de bondad esta ofrenda y acéptala,
como aceptaste los dones del justo Abel,
el sacrificio de Abraham, nuestro padre en la fe,
y la oblación pura de tu sumo sacerdote Melquisedec.
o
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o
Ordenación Presbiteral
Ignacio, Alejandro, Marcelino y Pedro,
Felicidad y Perpetua, Águeda, Lucía,
Inés, Cecilia, Anastasia, y todos los Santos;
y acéptanos en su compañía, no por nuestros méritos,
sino conforme a tu bondad.
P
or Cristo, con Él y en Él,
a Ti, Dios Padre Omnipotente,
en la unidad del Espíritu Santo,
todo honor y toda gloria
por los siglos de los siglos.
A. Amén.
RITO DE LA COMUNIÓN
Una vez que ha dejado el cáliz y la patena, el Arzobispo, con las manos juntas, dice:
Antes de participar en el banquete de la Eucaristía,
signo de reconciliación
y vinculo de unión fraterna,
oremos juntos como el Señor nos ha enseñado:
Extiende las manos y, junto con el pueblo, continúa:
P
adre nuestro, que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre;
venga a nosotros tu reino;
hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en tentación,
y líbranos del mal.
El Arzobispo, con las manos extendidas, prosigue él solo:
Líbranos de todos los males, Señor,
y concédenos la paz en nuestros días,
para que, ayudados por tu misericordia,
vivamos siempre libres de pecado
y protegidos de toda perturbación,
mientras esperamos la gloriosa venida
de nuestro Salvador Jesucristo.
Junta las manos.
A. Tuyo es el reino, tuyo el poder y la gloria, por siempre, Señor.
o
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Solemnidad de Santa Lucía
Después el Arzobispo, con las manos extendidas, dice en voz alta:
Señor Jesucristo,
que dijiste a tus apóstoles:
“La paz os dejo, mi paz os doy”,
no tengas en cuenta nuestros pecados,
sino la fe de tu Iglesia
y, conforme a tu palabra,
concédele la paz y la unidad.
Junta las manos.
Tú que vives y reinas
por los siglos de los siglos.
El pueblo responde:
A. Amén.
L
a eucaristía que hemos ofrecido y recibido, Señor, vivifique a tus sacerdotes
y a tu pueblo, para que, unidos a Ti por un constante amor, podamos servirte
siempre dignamente.
C
oncédenos, Señor, imitar, confortados con este sacramento, la admirable
fortaleza de santa Lucía, a fin de obtener así el premio eterno, prometido a
los que sufren.
Por nuestro Señor Jesucristo.
A. Amén.
o
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Ordenación Presbiteral
BENDICIÓN FINAL
El diácono hace la invitación:
Inclínense para recibir la bendición
Enseguida, el Arzobispo extiende las manos sobre el ordenado y da la bendición.
Que Dios, que te ha llamado al servicio de los hombres en su Iglesia como
presbítero, te conceda un gran celo apostólico hacia todos, especialmente hacia
los pobres y afligidos.
A. Amén.
Que Él, que te ha confiado la misión de predicar el Evangelio de Cristo, te ayude a
que, viviendo según su Palabra, seas testigo suyo sincero y convencido.
A. Amén.
Que El, que te hizo dispensador de sus sacramentos, te conceda ser imitador de su
Hijo Jesucristo, para ser en el mundo ministro de la unidad y de la paz.
A. Amén.
Y que a todos ustedes, que están aquí presentes, los bendiga Dios Todopoderoso,
Padre, Hijo, y Espíritu Santo.
A. Amén.
o
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Solemnidad de Santa Lucía
Señor, tú me llamaste
para ser instrumento de tu gracia,
para anunciar la Buena Nueva,
para sanar las almas.
Señor, tú me llamaste
para curar los corazones heridos,
para gritar, en medio de las plazas,
que el Amor está vivo,
para sacar del sueño a los que duermen
y liberar al cautivo.
Soy cera blanda entre tus dedos,
haz lo que quieras conmigo.
Señor, tú me llamaste
para salvar al mundo ya cansado,
para amar a los hombres
que tú, Padre, me diste como hermanos.
Señor, me quieres para abolir las guerras
y aliviar la miseria y el pecado;
hacer temblar las piedras
y ahuyentar a los lobos del rebaño. Amén.
o
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Ordenación Presbiteral