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¡Dios me bendijo

no hay duda en ello,


dándome un hijo,
mozo tan bello!
¿Cuánta esperanza
da su crianza!
aunque mi caja
con él camina
a su ruina,
con tal alhaja,
me juzgo rico!
¡Qué guapo chico!

El asombro era
de su colegio
con su mollera
de privilegio.
Ya que ha salido
de él y adquirido
hartas nociones,
sólo pasea
Y zanganea,
por más sermones
que le predico.
¡Qué guapo chico!

Disputa chilla,
no hace bulla;
su tarabilla
nos aturullla.
Si con cariño
le digo: “Niño,
por Dios, no grites”,
echa dilemas,
y echa sorites
por ese pico.
¡Qué guapo chico!

A mi me asombra
la algarabía
de lo que él nombra
Filosofía.

me dice que éstano son materias


para un borrico.
¡Qué guapo chico!
Cuadro III
(Ollantay en un lugar solitario de Cusipata, a donde se ha retirad)
OLLANTAY: ¡Ah, Ollantay! ¿Es así como corresponden al inmenso amor que le diste tú, vencedor de
los pueblos? (PAUSA).
¡AH, Cusi -Ccoyllur, esposa mía, hoy te perdí, hoy te extinguiste, paloma! (En ese instante entra Piqui-
Chaqui. Ollantay se vuelve hacia él). Ve, Piqui- chaqui, y dile a cusi Ccoyllur que esta noche me
aguarde.
PIQUI-CHAQUI: Fui a verla ayer por la tarde, pregunté y nadie me dio razón de ella.
OLLANTAY: Quizá su padre se la ha llevado a su palacio.
PIQUI-CHAQUI: No me sorprendería que la hubiese arrancado de los brazos de la madre, para hacerla
ahorcar.
OLLANTAY: ¿No te preguntó nadie por mí?
PIQUI-CHAQUI: No, pero, me enteré de que cerca de mil hombres te buscan para prenderte
OLLANTAY:(con desesperación) sublevaré a toda mi provincia. Mi brazo lo demolerá todo y mi maza
no dejará en pie.
PIQUI-CHAQUI: Sí, señor. Ardo en ganas de pisotear a ese hombre y aún de ayudar a que sea
quemado
OLLANTAY: ¿De qué hombre hablas?
PIQUI-CHAQUI: De Orcco-Huarancca
OLLANTAY: es verdad posiblemente lado para ganar el favor del Inca.
PIQUI-CHAQUI: abomino de ese miserable hombrecillo.
OLLANTAY: oh, algo me anuncia que ella ha sido sacada del Cuzco.
PIQUI-CHAQUI: ¿no es mejor que dejemos Cusi-Ccoyllur?
OLLANTAY: no yo la encontraré. Oyes esa canción de amor
(desde lejos llega a la voz de un cantor que canta una dulce melodía)
PIQUI-CHAQUI: Tal vez Cusi-Ccoyllur ha muerto y sus Luz ya no relumbra en la noche.
OLLANTAY: ¡oh, calla! Quizá cuando se sepa que voy a Ollantay sea convertido en enemigo del Inca,
todos se vuelven contra él
PIQUI-CHAQUI: ¿oyes? ¿qué es lo que suena?
OLLANTAY: Son los que vienen por mí... ¡vamos!

(salen los dos sigilosamente)


Segundo Acto
Cuadro I
(OLLANTAY. Orcco Huarancca, Ancco-Allin-Auqui y otros en una altura, detrás de la cual se halla la
multitud, cuyos gritos se escuchan)
ORCCO-HUARANCCA: Contempla y escucha Ollantay cómo te aclama el pueblo del Antisuyo.
De las mujeres llora es porque saben que los hombres deben partir a la guerra
OLLANTAY: triste destino es el de ellos, por cierto
ORCCO-HUARANCCA: anime ¿Cuándo se detendrá está incontenible derramamiento de sangre?
OLLANTAY: ¿acaso lo sé yo?
ORCCO HUARANCCA: Mientras tenga manjares y coca en abundancia, el Inca descuidar a las
obligaciones del Estado.
Si no queremos morir de sed, tenemos que transportar el agua desde muy lejos, sobre nuestras
espaldas
OLLANTAY: (adolorido) No prosigas, amigo
ORCCO-HUARANCCA: Tu puedes ordenar al pueblo que descanse.
OLLANTAY: Tienes razón. Orcco-huarancca. Así lo haré
(al pueblo). ¡Guerreros! ¡Orcco-Huarancca Me aconseja que os mandé descansar, y así lo dispongo!
(se escucha los gritos de aprobación de la multitud)
VARIAS VOCES: ¡Que Ollantay ocupe el trono! ¡Ollantay Inca! ¡salve Inca Ollantay! ¡Ollantay!
ANCCO-ALLIN-AUQUI: (Adelantándose hacia Ollantay, con la Mascaipacha en la mano)
¡Recibe Ollantay en tus manos la Mascaipacha roja que la comarca te ofrece!
OLLANTAY: ¿yo Inca? ¡No merezco tal honor, amigo mío!
ANCCO-ALLIN AUQUI: En toda su extensión, el Vilcanota lo proclama agitando sus aguas
Torrentosas. ¡Ha llegado el día en que Ollantay sea nuestro Inca! (le entrega la borla)
(Ollantay toma la mascaipacha. Luego se dirige a Orcco-Huarancca)
OLLANTAY: Cuando Pachacútec me humilló, dude de ti, noble guerrero.
Quiero desagraviarte ahora haciéndote gobernador del Antisuyo, toma mis armas y manda mi ejército.
(se oyen de nuevo las aclamaciones de la multitud)
OLLANTAY: A Orcco- Huarancca entrégale el signo de su mando.
se

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