Déjalo lentamente. Si bien es posible que estés motivado para dejar el
hábito de una sola vez, no tengas miedo de tomártelo con calma. Por ejemplo, comienza reduciendo a la mitad el consumo durante una semana, o eliminando una bebida (o la mitad de una bebida) cada día. Celebra las pequeñas victorias en lugar de tener grandes expectativas que puedan terminar en fracaso. Asegúrate de que sigues consumiendo la misma cantidad de líquido (si no más) o de lo contrario podrás deshidratarte, lo que hará que dejarlo te resulte aún más difícil. Mezcla la bebida gaseosa con agua. Especialmente si vas a comenzar, mezcla la bebida gaseosa con agua para reducir el consumo. Vierte la mitad de la bebida en un vaso con la misma cantidad de agua. Te sentirás igual de satisfecho pero consumirás menos bebida gaseosa. Además, consumirás más agua y te sentirás mejor hidratado. Si todavía quieres tomarte el resto de la bebida gaseosa, haz lo mismo con la cantidad restante. Cambia a bebidas gaseosas sin cafeína. Si vas a dar pasos pequeños, empieza por reducir la cafeína en tu bebida. La cafeína es adictiva, así que no te sorprendas si experimentas algunos síntomas de abstinencia, como dolores de cabeza. Redúcela lentamente y haz la transición en unas pocas semanas para minimizar estos síntomas. Si vas a reducir la cafeína, asegúrate de considerar otras fuentes de cafeína, como el café, el té o el chocolate.
2. Elegir otras bebidas:
Empieza a tomar té. Si quieres un reemplazo para la bebida gaseosa que
no sea solo agua, puedes tomar té. Existen muchos sabores para elegir, así que es poco probable que te aburras. Si el objetivo es eliminar la cafeína, busca tés de hierbas o descafeinados. Elige un té sin azúcar, si es posible. Esto puede ayudarte a reducir el consumo de azúcar y al mismo tiempo disfrutar del sabor. Prueba con agua carbonatada. Si las burbujas son lo que te gustan, puedes cambiar a agua carbonatada (o agua con gas). Tendrás todas las sensaciones de tomar una bebida gaseosa pero sin el azúcar ni los saborizantes. También se venden en botellas y latas para que sientas como si estuvieras bebiendo una bebida gaseosa. Puedes añadirle un chorrito de jugo de fruta el agua carbonatada para darle más sabor. Prueba a exprimir una lima en el agua carbonatada para darle un toque de sabor sin azúcar. Haz que el agua sea agradable para tomar. Si la idea de tomar agua te suena aburrida, añádele algún saborizante. Puedes hacerlo añadiéndole frutas o hierbas al agua. Solo corta algunas frutas y déjalas reposar en el agua durante una hora más o menos. Juega con sabores agradables y encuentra combinaciones que te gusten. Por ejemplo, agrega un poco de pepino al agua para un sabor sencillo y fresco. Utiliza una botella de agua reutilizable. Algunas personas encuentran más conveniente tomar una bebida gaseosa que levantarse e ir al bebedero o al refrigerador. Si la conveniencia es un factor para ti, invierte en una botella de agua reutilizable. Las botellas de agua reutilizables pueden ser elegantes y son ideales para el medio ambiente porque no las desecharás después de cada uso. Consigue una botella de agua reutilizable que quepa en el bolso, la mochila o el maletín de trabajo para que puedas llevarla contigo fácilmente todos los días.
3. Establecer metas y manejar los antojos:
Lleva un registro de las calorías. Si te preguntas por qué se te expande la
cintura, es posible que se deba al consumo de bebidas gaseosas. Al consumir una gran cantidad de calorías sin sentirte lleno, puedes aumentar de peso rápidamente sin darte cuenta.[9] Identifica cuántas calorías hay en cada lata o botella de bebida gaseosa y reflexiona sobre la cantidad que tomas cada día. Si te sientes tentado a volver a comprar, piensa en cómo te afectará y revisa si tienes alguna otra alternativa. Mantente motivado para dejarlas. Sé claro en tu intención de dejar las bebidas gaseosas y las razones para hacerlo. Si vas a reducir el consumo de bebidas gaseosas para perder peso, recuerda cuántas calorías y gramos de azúcar hay en cada lata o botella y cuánto ejercicio necesitarás para compensar cada bebida. Si vas a dejarlas por razones médicas o de salud, ten en cuenta lo importante que son tus metas de salud y permíteles motivarte para resistirte a la tentación. Es probable que tengas días difíciles o estresantes en los que te resultará fácil hacer una excepción o desobedecer las reglas. Mantente firme en la decisión.