En ese itinerario intercambiamos informaciones, experiencias y puntos de vista sobre los materiales
producidos por ustedes y las propuestas que hicimos en las cuatro unidades del programa. Desde
la tutoría revisamos cada uno de los textos, realizamos observaciones e hicimos sugerencias sobre
temas como lenguaje utilizado, estructura, información incluida, conceptos, contextualización,
entre otros puntos. Todo lo que sigue es producto de nuestros intercambios, la guía nació del
interaprendizaje que venimos viviendo con las distintas comisiones.
Durante estos meses hemos sido los tutores interlocutores directos de los escritos de cada una y
cada uno de ustedes. Esto no está mal, si se piensa que estamos insertos en los mecanismos
propios de un curso. Pero en esta fase de redacción final del texto del proyecto, corresponde
considerar a quienes leerán en la institución el proyecto, ya sea para apoyarlo y sumarse
a la propuesta, o bien para legitimarlo institucionalmente, para aprobarlo. Es decir, en
cualquiera de los casos corresponde escribir para un actor (o un conjunto de actores) de la
universidad o de la organización con la que hayan decidido trabajar.
Cuando decimos “¿A quién irá dirigido…?” no quiero significar sólo que haya que hacer una nota de
presentación a un director de carrera o a un decano, por ejemplo. Nos referimos fundamentalmente
a la manera en que se escriben los proyectos para una presentación en una instancia académica.
En primer término se trata de elaborar un texto con los elementos suficientes como para interesar
y convencer a alguien del valor de la propuesta. En segundo, hay modos de comunicarse en las
instituciones, formas de argumentar, de explicar. Y en tercero, lo que está en la base de todo
esto es una condición ineludible: la claridad. Todo lo cual nos lleva al punto siguiente de esta guía.
2. La escritura
Hay que prescindir del uso de la primera persona. Cuando se quiere introducir un punto de
vista personal, puede utilizarse el giro “el autor”, “la autora”, o bien “nosotros”, “nosotras”, para
aludir a ustedes mismos.
Un principio fundamental es el orden de la escritura. Esto significa que vemos un texto como
una totalidad, en la que cada parte es sustancial para el todo, lo que está antes sostiene lo que
sigue. Si en una sección ustedes hablan del valor de la tutoría en un sistema virtual, no hace falta
que más adelante vuelvan a aparecer líneas dedicadas a insistir en dicho valor. En todo caso hay
que remitir al lector al párrafo anterior, pero no reiterar lo que ya se dijo.
Por este motivo, sugerimos que se trabaje a partir de la numeración: 1., 2., 3., y con
títulos y subtítulos bien pensados.
El uso adecuado de las citas es imprescindible. No podemos contar de antemano con que
nuestro lector sepa quien es Vigotsky, por ejemplo. Las citas van a pie de página y con todos los
datos que corresponden: autor, título, lugar de publicación, editorial, año. Si incluimos en el texto
algo entre comillas, hay que citar, no basta con decir que se trata de determinado autor.
Necesitamos ser cuidadosos con las generalizaciones. Un proyecto requiere mucha precisión,
si no contamos con información válida, no podemos decir que todos los profesores de una
institución, o todos los alumnos, tienen tales virtudes o problemas.
Siempre hay que preguntarse por el valor para el proyecto de lo que se está incluyendo
en él. Si hemos elegido, por ejemplo, una asignatura, no tiene sentido para la totalidad introducir
datos sobre la organización académica de la universidad, o dos o tres páginas sobre la historia de
esta última.
3. El resumen técnico
Al comienzo del texto corresponde presentar un resumen técnico de lo que se ofrece para la lectura.
Se trata de una síntesis del contenido, precedida de una entrada en la que se plantea con claridad
lo que se propone. Estamos hablando de no más de 15 a 20 líneas. Este inicio tiene el sentido de
anticipar al lector todo lo que encontrará en el desarrollo del proyecto. Se requiere en él una
cuidadosa redacción y muchísima claridad, porque estamos ante el primer contacto que se hace
con la propuesta.
Insistimos: básicos, sin ellos, sin esa base, no se puede construir un proyecto. Nos referimos a:
4.1 El problema
Nuestro lector de la institución necesita entender desde un comienzo hacia dónde va el proyecto.
En los primeros párrafos se juega el resto del documento. Observamos en más de un caso, al
revisar los materiales, que pasaban hasta cuatro páginas y no sabíamos sobre qué se trabajaría.
Necesitamos desde el principio del texto, luego del resumen técnico, indicar
puntualmente, con toda claridad, cuál es el problema, quiénes lo tienen. Por ejemplo:
Los estudiantes de tal asignatura no siguen en forma adecuada lo que se les ofrece de manera
presencial, en razón de que son muy numerosos…, o que no pueden cursar de noche…
En este punto se necesita mucha claridad. Es un texto breve, en torno a las veinte líneas (que
pueden ser más o menos, pero no podemos extender demasiado la justificación).
Cuando uno justifica, propone las razones por las cuales ha optado por el nudo central
del proyecto. Fue elegido este problema para resolverlo mediante un entorno virtual de
aprendizaje por las siguientes razones…
Y pueden incluir ustedes razones ligadas al desarrollo de la asignatura, razones sociales (la
situación de los estudiantes), razones institucionales (harán una experiencia piloto que después se
ampliará a toda la carrera), razones pedagógicas, razones tecnológicas…
Esas razones han estado presentes en las lecturas que hemos realizado, pero sugerimos evitar dos
riesgos: una sola razón, una excesiva cantidad de razones.
Colegas, en la justificación nos jugamos la posibilidad de que nuestro lector encuentre razonable
el proyecto, le encuentre sentido para la institución.
Trabajamos este punto en el curso con el concepto general de diagnóstico, con la intención de ver
elementos básicos del mismo. Pero en un documento de proyecto no es necesario que vaya
el término diagnóstico. Por ejemplo, en proyectos de la UNESCO, en el área de educación y
comunicación en Centroamérica, se utiliza directamente la palabra “contexto”.
El camino puede ser a la inversa, pero siempre con la conciencia de que lo más importante
es el punto focal del problema, es sobre su contexto inmediato que necesitamos ofrecerle al
lector más información.
5. Proponer futuro
Todos ustedes recuerdan la importancia que le dimos en este curso a la tarea de pensar, anticipar,
construir futuro. Y recuerdan nuestros diálogos a la distancia en torno al juego de escenarios. Pues
bien, esos conceptos y esas prácticas fueron necesarios para abrir la reflexión en torno al mañana,
pero en una redacción final no tenemos que proponerle al lector un juego de escenarios, sino el
futuro al cual aspiramos.
Por eso, en este apartado, podríamos utilizar como subtítulo la palabra “prospectiva”, o
bien “propósito”, para decir lo que esperamos a 2, 3, 4 años. Por ejemplo:
En tantos años, tal asignatura se ofrecerá en un entorno virtual de aprendizaje y será cursada a
distancia por tantos estudiantes. Se trabajarán prácticas de aprendizaje basadas en tal pedagogía,
con tales recursos tecnológicos, con tales materiales de estudio, con tales tutores capacitados y
con tal organización administrativa…
Ejercicio de síntesis otra vez, veinte líneas (más o menos), evitemos textos extensos, aquí no hay
que argumentar nada, hay que dar detalles de cómo será ese futuro.
6. Propuesta pedagógica
En este paso previo a los objetivos, lo que pretendemos es que al lector del proyecto le
queden claras las opciones pedagógicas fundamentales que sostendrán la propuesta.
Sugerimos, a la luz de nuestros intercambios, que hablemos para este apartado de “propuesta
pedagógica”. Se trata de abrirse a una caracterización de cómo será, pedagógicamente
hablando, el proyecto.
Se trata de expresar la pedagogía del proyecto, con referencias al enfoque teórico adoptado y al
alcance del aprendizaje desde dicha base. Citar aquí autores, hacer referencias al postgrado que
estamos finalizando, a la educación universitaria.
7. Objetivos
Por otra parte, un objetivo general no se expresa en dos líneas. Corresponde señalar en él los
elementos fundamentales que se buscan a través del proyecto. Por ejemplo:
Trabajar la asignatura tal en un entorno virtual de aprendizaje a fin de promover y acompañar las
prácticas de aprendizaje de los estudiantes con recursos tecnológicos adecuados, materiales
didácticos, seguimiento tutorial, organización administrativa y evaluación propios de una modalidad
de educación a distancia.
Damos un ejemplo, les pedimos que cada quien busque la forma de expresar su objetivo general,
tomando en cuenta lo que debe abarcar.
8. Resultados esperados
Tuvimos mucho intercambio con respecto a este punto. Primero porque en algunos casos se
iniciaban los resultados con verbos en infinitivo, lo que, desde el punto de vista técnico, los
convertía en objetivos. Segundo porque en otros casos se los planteaba desde una
personalización: “aspiro a…”. Tercero porque se daba una larga fundamentación de por qué estos
resultados.
Si el camino del objetivo general y de los específicos está bien armado, los resultados
esperados se desprenden naturalmente de estos últimos. Y lo hacen sobre la base de un
punto de partida fundamental: el resultado se redacta como si ya se hubiera cumplido el proyecto.
Supongamos un primer objetivo específico referido a recursos tecnológicos virtuales. Los resultados
esperados podrían ser, por ejemplo:
• Tantos docentes formados para el uso de la plataforma Moodle, con capacidad para llevar
adelante el seguimiento de los estudiantes y con manejo de recursos digitales conexos.
• Tantos estudiantes capacitados en entornos virtuales para promover su propio aprendizaje
y para construir conocimientos con otros alumnos y con sus docentes.
9. Aspectos operativos
Como estamos ofreciendo algo novedoso para la mayoría de las instituciones, al lector al que
venimos haciendo referencia le interesará tener información acerca de cómo funcionará el sistema.
Hemos trabajado esto en las Unidad 3.
Lo reflexionado sobre nuestros intercambios nos llevan a expresarles lo siguiente: en esta fase
no es necesario traer argumentos que ya desplegaron antes. Si hablamos de tecnologías, no
hace falta decir qué es un blog; si nos referimos a tutoría, no corresponde traer citas de autores
sobre la tutoría o bien decir cómo debería ser el tutor ideal. Todo eso ya debió haber sido dicho
mucho antes, sobre todo en el apartado correspondiente a la propuesta pedagógica. En la fase
operativa nos dedicamos a expresar sólo cómo funcionarán esos planos de trabajo.
El lector estará interesado en conocer los aprendizajes propios del entorno virtual
planificado. Algunos de ustedes elaboraron cuadros propios a la manera en que lo propone Peter
van de Pol. Otros señalaron la presencia de e-clases, de aprendizaje colaborativo por medio de
wikis, de foros de cierre de una unidad del curso…
Y el lector querrá saber cómo serán los materiales de estudio, quién o quiénes los harán;
cómo será la tutoría, cómo será administrado el proyecto.
Colegas, no se trata de decir: habrá foros, chat, daremos e-clases…, porque todo eso es muy
general. Tampoco se trata de llegar a un detalle excesivo. Buscamos comunicar cómo será el
funcionamiento del proyecto cuando esté en su fase de implementación.
Y en buena parte de los correos que les hicimos llegar, insistimos mucho (a veces
muchísimo) en medir fuerzas, en ver si lo que se propone en lo operativo es posible. Si
decimos que atenderemos a 400 alumnos, tenemos que ver de dónde saldrán los tutores; si
decimos wikilibros, hay que prever su posibilidad de concreción. No saquemos nada a escena si
no tenemos la certeza de que será posible.
En este punto conviene ser también muy preciso. En no pocos trabajos correspondientes a la
Unidad 4 se han incluido consideraciones generales sobre qué es la evaluación, diferentes
corrientes, definiciones, citas… Nada de eso hace falta. Pueden proponer de entrada una
caracterización de diez o quince líneas, pero lo que corresponde en el proyecto es pasar de la
manera más rápida a los puntos a evaluar, con sus indicadores (unos dos o tres indicadores para
evaluar cada elementos central: el modelo pedagógico, el aprendizaje y la tecnología, los materiales
didácticos, la tutoría y la administración). Luego, los momentos de la evaluación del proyecto
(inicio, desarrollo y final).
Eso vale también para el seguimiento, no se trata de plantear una teoría del seguimiento, sino de
explicar cómo se realizará.
Con relación al presupuesto ha habido distintos enfoques a la hora de cumplir con la Unidad 4.
Algunos de ustedes han escrito apenas unas líneas para aclarar que todo se realizará con los
actuales recursos de la asignatura. Otros solicitan apoyo institucional para montar un aula con
computadoras o para crear un sitio virtual. En todos los casos sugerimos el máximo de
prudencia, en el sentido de presupuestar lo posible dentro de la institución.
Y, por último en el cuerpo central del proyecto, un cronograma. Se trata de proponer en una
gráfica el tiempo de implementación del proyecto, con temas como los siguientes: puesta a punto
de la tecnología a utilizar, capacitación de los tutores, elaboración de los materiales, organización
del sistema administrativo…
12. Anexos
Primer anexo: los contenidos de la asignatura, o del tema que se vaya a trabajar.
Si revisan lo que hemos trabajado durante estos meses y si vuelven sobre las páginas de esta guía,
el centro de la atención está puesto en todo lo que la educación a distancia y el trabajo en el ámbito
de las tecnologías digitales traen como novedad a las prácticas tradicionales de educación
presencial. Por eso los contenidos de la asignatura, con toda la importancia que tienen, no son el
centro de un proyecto de este tipo.
Segundo anexo: el que ustedes consideren necesario. Salió como posibilidad un glosario. Es
posible incluir cuadros, gráficas para ilustrar determinado momento del texto del proyecto (por
cierto, las gráficas también pueden ir dentro del texto, no olviden todo lo aprendido en este
postgrado).
En síntesis
Esta guía final, basada en lo vivido con ustedes desde el comienzo del curso, propone una
estructura de presentación, a la que habrá que añadir al comienzo un resumen técnico
y un índice. Pensamos en un documento de entre 15 y 20 páginas, en el cual los textos más
largos corresponderán al contexto del problema y a los aspectos operativos.
Todo lo que comentamos y sugerimos en esta guía ha sido ya trabajado con ustedes a
lo largo de las diez semanas de desarrollo del programa. No estamos pidiendo algo
nuevo, se trata de revisar a fondo el propio trabajo, de volver sobre las observaciones
hechas durante el curso y de retomar los textos de estudio cuando sea necesario.
Tenemos prácticamente tres semanas para la redacción del documento definitivo, a los fines de
nuestro curso y del cierre del postgrado. Ya cuentan ustedes con todos los materiales para
terminar de armar la construcción.
Y recuerden: una vez que completen el documento hay que añadir un índice.
Descargar la guía en pdf
Material de estudio
08_VE_Guia_redaccion_proyecto_final.pdf (0.0KB)
Guía de redacción del proyecto final
Leyendas:
Obligatorio
Material de estudio
No leÍdo Leído