Todavía una
mirada más apresurada nos permite percibir que tanto los derechos humanos como la
ética poseen su historia, su lugar, su tiempo y su espacio donde sus sentidos y
significados fueron y son construidos y reconstruidos por la acción y relación
humana.
Dicho lo anterior, se puede analizar una importante relación de la película “La Naranja
Mecánica” con respecto a los derechos fundamentales y la ética; pues el Experimento
Ludovico al que sometieron al protagonista muestra un acto malicioso que hace el estado en
contra de una persona que es violento hacia la sociedad desde su instinto. Lo único que logran
con este experimento es hacer creer a una sociedad y hasta al mismo protagonista que sus
creencias pueden y pensamientos pueden ser sometidos a cambios trascendentales
supuestamente para hacer una sociedad unida y sin prejuicios, y de igual manera buscan
proteger el buen funcionamiento del orden adaptando a los transgresores a las costumbres y
comportamientos aceptados, aun a costa de ellos mismos. Además esta obra ilustra una
compleja serie de variaciones sobre las parejas de oposición barbarie, civilización, orden,
caos, legalidad, ilegalidad, violencia institucional, violencia individual, ética universal-ética
personal, y contiene un profundo estudio filosófico, social y político sobre el destino del
hombre.
El problema está cuando se juega con esto en contra de la voluntad de un ser humano, pues,
el derecho a escoger es ese elemento de libertad que es totalmente innato y no puede ser
quitado por ningún otro ser. Está de parte de cada persona saber escoger entre el buen camino
o el malo. Por lo tanto el ser humano viene olvidando peligrosamente que todo lo que existe
en el presente, lo concreto y lo teórico, lo objetivo y lo subjetivo, es consecuencia de algo
que lo antecedió, que ya fue. Toda la transformación de la naturaleza es consecuencia del
trabajo humano. Al mismo tiempo, el ser humano es también el resultado de transformaciones
teóricas, de sistematizaciones, de cuestiones de fé, de religión, de arte, de conocimientos y
de saberes múltiples; y es por ellos que todos tenemos nuestra construcción humana, nuestra
historia personal y social a partir de las diferentes culturas a las que pertenecemos.