Para entender el acontecimiento del sujeto emergente es necesario dar cuenta de algunas
cualidades que son inherentes a él, es decir, buscar la dimensión ontológica del llamado sujeto
emergente. Capaz me estoy imaginando el final del camino, ya que dichas cualidades nos las
otorgarán los sujetos de estudio. Pero en este punto las categorías permiten ser imaginadas,
poetizadas, diagramadas, conceptualizadas, definidas y, por qué no, también memetizadas con
humor.
A partir de las reflexiones anteriores sobre el sujeto emergente, este se puede dividir en tres
apartados que se explicaran a la brevedad en el presente texto. Dichos apartados son:
“No vivimos en un espacio neutro y blanco. No vivimos, no morimos, no amamos dentro del
rectángulo de una hoja de papel. Vivimos, morimos y amamos en un espacio cuadriculado,
recortado, abigarrado, con zonas claras y zonas sombrías, con diferencia de nivel, con peldaños,
huecos, relieves; regiones duras y otras desmenuzables, penetrables, porosas.”
La vida no transcurre libremente como se piensa, la existencia se da en un plano dado que está
diseñado, fragmentado en funciones específicas, con tareas determinadas para el sujeto. El espacio
y el tiempo se institucionalizan para existir un control sobre los habitantes del cruce de estas
dimensiones. Pero dicha imposición no es externa a la humanidad, es propia de ella. La creación del
lenguaje, en primera instancia, constituye el mito fundacional, ya que de dicho evento emerge un
mundo. A su manera Martín Heideggerii va hacer la diferencia entre tierra y mundo, planteando a
la primera como una dimensión pre-humana y la segunda como la dimensión que configura a la
humanidad misma. En el desarrollo de su pensamiento, autor alemán, va remarcar la importancia
del lenguaje, y de otras manifestaciones humanas, en la construcción de la morada que nos
resguarda, a partir de ir construyendo sentidos sobre las cosas que nos rodean, de ir ligando con el
lenguaje la expansión infinita de la tierra para crear un mundo finito donde habitamos.
El autor esloveno Zizek en su libro Acontecimiento, desde sus análisis psico-culturales, plantea la
noción de un sujeto postraumático (Zizek, 2014), un sujeto paranoico constituido por el orden
simbólico de la realidad. En este sentido la locura no es el estado que nos ubica fuera de la matriz,
Martes, 21 de febrero de 2017
más bien, es estar “bien” sumergido en el orden impuesto del mundo. Como se representa en Frank
Grimes, personaje secundario de la caricatura estadounidense “Los Simpson”, el cual hace todo al
pie de la letra, a tal punto que es el sujeto modelo de la sociedad, pero sigue viviendo, cito “yo vivo
en un cuarto sobre una sala de bolos que está debajo de otra sala de bolos… dios mío yo trabajo
como burro todos los días de mi vida y que tengo de recompensa este portafolio y este corte de
cabello” al final termina refiriéndose a Homero “como el cáncer de América”. Se puede plantear
que el personaje de Frank Grimes es el perfil del sujeto sujetado: un individuo fragmentado que su
devenir sólo está ligado a las rutinas impuestas en el plano de homogenización.
Pero quedan varios cabos sueltos. Uno de ellos es la relación entre el sujeto-mundo propuesto por
Heidegger y el sujeto postraumático propuesto por Zizek. En un primer acercamiento se puede
vislumbrar que son dos momentos del mismo sujeto sujetado, es decir, de la tierra se crea un mundo
a partir de crear un sentido fundacional a nuestra existencia, pero en nuestra naturalización el
origen de la creación se pierde, el rito pasa hacer una rutina. La cultura se vuelve una manifestación
virtual de nuestra existencia. En esa virtualidad constituida por lo simbólico el sujeto se aferra a lo
ya creído, a lo ya conocido y a lo ya creado. La problemática del sujeto es crear mundos para que
estos se le impongan.
En un texto pasado pude concluir que la categoría está relacionado con la falla, en un sentido
metafórico, el sujeto emergente es una montaña-volcán que se alza sobre el horizonte. Dichas fallas
están relacionadas con las procedencias políticas, culturales, económicas, sociales, estéticas y
comunicativas que atraviesan o mejor dicho que cartografían el acontecimiento de la emergencia.
También, de manera hipotética, propuse dos tipos de procedencias que iban más allá de los límites
de lo antropocéntrico, es decir, pensar en otros hechos que pueden afectar en la emergencia que
hasta el momento he denominado: antropo-exocéntricos y antropo-intracéntricos. Los primeros
harán referencia a hechos gestados en la dimensión de los fenómenos naturales, de la dimensión
objetual y de los animales. Mientras que la segunda se focalizarán en la dimensión afectiva y
perceptual del sujeto. Como mencione dichas procedencias son hipotéticas y que en estos
momentos todavía no son claras en el proceso de teorización, pero irónicamente aparecen en
instantes de la vida, como el siguiente evento que sucedió un día caminando para el trabajo:
“El sábado a las 7:00 o 7:30 caminando por el parque de Los Periodistas yendo a la CUN, los
rayos de sol eran direccionados por los cerros y los edificios del barrio. Estaba fumando un
lucky mientras que tomaba un tinto (supongo de café colombiano) con un sabor a panela y
en mis audífonos sonaba una canción de Café Tacuva”
Si se concibe cada procedencia como una disciplina o existe una disciplina que estudia dicha grieta,
entonces en las llamadas micro-emergencias se pueden ver como las zonas constituidas desde la
interdisciplinar, pero en el borde del epicentro, el sujeto emergente es una dimensión
transdisciplinaria, donde la mirada disciplinar sólo concibe la emergencia desde un lugar y acota el
fenómeno.
1
Escribir por que las procedencias-grietas son los hilos de la historia.
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*Nota extra-ensayística: ¡Pinche Prigonini! con sus conceptos de entropía y de estructuras disipadas
me obliga a repensar todo, ya que el sujeto emergente no es determinista, es entrópico o disipado,
ya que entra en juego de tensiones entre el desorden y orden, pero dicho juego de las infinitas
procedencias es dado en un lugar determinado, este sentido, podemos definir el acontecimiento
como: el juego de las infinitas procedencias en un cruce especifico de espacio y tiempo. Fin de nota
extra-ensayística*
A manera de retomar el texto después de este fragmento desespero epistémico, cabe dejar claro
que las grandes procedencias se puede disolver en infinidad de micro-procedencias. Este juego
entre finitud e infinitud revela la tensión dialéctica sobre la entropía propuesta por Prigonini “la
producción de entropía contiene siempre dos elementos <<diálecticos>>: un elemento creador de
desorden, pero también un elemento creador de orden. Y siempre están ligados” (Prigonini, 2012).
En este orden de ideas, el sujeto emergente esta dado en un tensión entrópica, dada por un lado el
ya explicado plano de homogenización y el generador de desorden. El epicentro – ya no
necesariamente el octagonal- es el punto donde la investigación se puede sumergir en la
emergencia. En otras palabras, nos alejamos del epicentro las categorías se vuelve ocho si nos
alejamos todavía más llegamos a tres y después llegamos a la extensión del plano de
homogenización.
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He ahí el problema de la presente investigación, encontrar la falla y adentrarse en ella para develar
lo que se puede denominar como el sujeto caótico. Un sujeto que es desconocido, pero que genera
extrañezas en el plano de homogenización, que se alza ante la presión hegemónica, parecido a la
carta 0 del tarot: El Loco, que consiste en un sujeto acompañado de un perro que está al borde del
precipicio y no tiene miedo de tirarse. Si caemos en el abismo del caos nos perdemos, devenimos
en la falla. En este momento es importante la advertencia que hace Deleuze y Guattari iii sobre la
necesidad de regresar del caos para no perdernos en él y en el retorno se trae algo que actualiza lo
ya dado en el plano de homogenización. He aquí la carta 1 del tarot: el Mago, el loco que regreso
del caos.
Conclusiones
Entonces se puede concluir la existencia de tres tipos de sujetos: el sujeto sujetado, el sujeto caótico
y el sujeto emergente. El primero es el habitante de la superficie, el segundo habita en las
oscuridades de la falla y el tercero es el emerge desde las profundidades y se alza sobre el plano de
homeginzación.
i
Falta buscar referencia bibliográfica de Jacques Lacan.
ii
El origen de la obra de arte.
iii
Cita Del caos al cerebro