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La fiebre amarilla o vómito negro (también llamada plaga americana) es una enfermedad

infecciosa zoonótica viral aguda causada por el virus de la fiebre amarilla transmitida
por mosquitos de los géneros Aedes y Haemagogus. Es endémica en
áreas subtropicales y tropicales de Sudamérica y África. Su presentación clínica es variada,
fluctuando desde una enfermedad febril leve y autolimitada (lo más frecuente) hasta una
enfermedad hemorrágica y hepática grave (con un 50% de letalidad). La palabra amarillo del
nombre se refiere a los signos de ictericia que afecta a los pacientes enfermos severamente.34
567

Existe una vacuna efectiva pero no se conoce cura por lo que cuando personas no vacunadas
la contraen solo se les puede proporcionar tratamiento sintomático.

Índice

 1Historia
 2Epidemiología
o 2.1Epidemia de 2016
 3Etiología
 4Cuadro clínico
 5Diagnóstico
 6Tratamiento
 7Pronóstico
 8Profilaxis
 9Véase también
 10Bibliografía
 11Referencias
 12Enlaces externos

Historia[editar]
La fiebre amarilla ha sido causa de epidemias devastadoras en el pasado. Probablemente fue
transmitida por primera vez a los humanos por otros primates en África oriental o central. De
allí se propagó a África occidental y en los siglos XVI o XVII saltó a América debido al tráfico
de esclavos. Como la enfermedad era endémica en África, las poblaciones de ese continente
habían desarrollado cierta inmunidad a ella y solo les provocaban síntomas similares a los de
la gripe. Por el contrario, cuando la epidemia golpeaba a colonos europeos en África o en
América la mayoría moría.89

Fumigaciones realizadas en Leganés contra la enfermedad en las dependencias de las tropas


españolas retornadas de Cuba (siglo XIX)

La primera epidemia confirmada de fiebre amarilla en América fue la de 1647 en Barbados.10


En el Caribe esta enfermedad tuvo consecuencias geopolíticas importantes ya que diezmó
muchos ejércitos enviados desde Europa.11 Así, gran parte del triunfo de la Revolución
Haitiana de 1802 se debió a que más de la mitad de las tropas francesas murió a causa de la
enfermedad.12 Se produjeron también epidemias en otras regiones, como Norteamérica —fue
famosa la de Filadelfia en 179313— y Europa, por ejemplo Barcelona en 1821.14 Casi siempre
afectaban a zonas urbanas con alta densidad de población, debido al corto radio de acción del
mosquito Aedes aegypti.11
La transmisión de la fiebre amarilla fue un misterio para la ciencia durante siglos hasta que en
1881 el cubano Carlos Finlay descubrió el papel del mosquito Aedes. En 1901 la enfermedad
fue erradicada de La Habana y en pocos años se volvió rara en el Caribe.11Sin embargo, hoy
las poblaciones no-vacunadas en muchas naciones en desarrollo del África y Sudamérica
continúan en gran riesgo.15 La Organización Mundial de la Salud estima que la fiebre amarilla
afecta a unas 200 000 personas cada año y mata a 30 000 de ellas, en poblaciones no-
vacunadas.16

Epidemiología[editar]

Zona endémica de fiebre amarilla en África (2009)

Zona endémica de fiebre amarilla en Sudamérica (2009)

La fiebre amarilla es transmitida al ser humano por la picadura del mosquito Aedes aegypti y
otros mosquitos de los géneros Aedes, Haemagogus y Sabethes, que se encuentran
generalmente a menos de 1300 metros sobre el nivel del mar, pero Aedes han sido hallados
ocasionalmente hasta los 2200 msnm, en las zonas tropicales de América y África.
El rango de huéspedes del virus es estrecho y se mantiene en la naturaleza
entre primates y mosquitos hematófagos de los géneros Aedes y Haemagogus en África y
Sudamérica respectivamente, con transmisión transovárica entre estos vectores. Esto es lo
que se llama el «ciclo selvático de la fiebre amarilla». Los seres humanos son infectados
ocasionalmente por mosquitos de la selva que previamente se han alimentado de un primate
infectado, y luego pueden convertirse en huésped para la transmisión interhumana urbana,
principalmente a través del Aedes aegypti, una especie que se desarrolla en recipientes que
contienen agua dentro de moradas o en las cercanías a ellas. Este es el «ciclo urbano de la
fiebre amarilla».17418
La gran mayoría de los casos de enfermos y muertos por la fiebre amarilla ocurre en el África
subsahariana donde es un problema grave de salud pública que se presenta con un patrón
epidémico. 610 millones de personas distribuidas en 32 países de África están en riesgo de
contraerla. La enfermedad es endémica en varios países de América Central, Sudamérica y el
Caribe. Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador, Perú y Venezuela son los países con mayor
riesgo.19
La enfermedad puede permanecer localmente desconocida en humanos por extensos
períodos y súbitamente brotar en un modo epidémico. En
Centroamérica, Venezuela y Trinidad, tales epidemias se han debido a la forma de la
enfermedad (fiebre amarilla selvática), que permanece viva en la población de monos
aulladores y es transmitida por el mosquito Haemagogus, el cual vive precisamente en el
dosel forestal de las selvas lluviosas. El virus pasa a los humanos cuando las selvas altas
son taladas. Los obreros forestales pueden entonces transmitir la enfermedad a otros,
iniciando así una epidemia.

Epidemia de 2016[editar]
A principios de 2016 se desató una epidemia de fiebre amarilla en Angola. Entre enero y
agosto se han contabilizado 4.000 casos sospechosos, de los cuales se han confirmado 879.
De Angola el brote pasó a la vecina República Democrática del Congo, donde se han
confirmado 68 casos y hay más de 2.200 casos sospechosos. Se cuentan ya 400 muertes
confirmadas entre ambos países, la mayoría en Angola.20

Etiología[editar]
Artículo principal: Virus de la fiebre amarilla

La fiebre amarilla es causada por el virus prototipo del género Flavivirus, compuesto por
alrededor de 70 cepas de virus ARN monocatenario positivo, la mayoría transmitida por
artrópodos (mosquitos y garrapatas).18

Cuadro clínico[editar]
Hombre vomitando por la fiebre amarilla

El período de incubación se sitúa entre los 3 y los 7 días.21 La duración de la enfermedad en


caso de curación es de una a dos semanas. Tras el período de incubación cabe distinguir dos
formas clínicas: la leve y la grave o clásica.

 Forma leve. Es poco característica y sólo se sospecha en zonas endémicas y


especialmente durante las epidemias. Comienza bruscamente con fiebre elevada,
escalofríos y cefalea. Pueden existir, además, mialgias, náuseas, vómitos y albuminuria.22
Suele durar de 1 a 3 días y curar sin complicaciones.

 Forma grave o clásica. Tras un período inicial similar al anterior, en el que pueden existir
además epistaxis y gingivorragia, se produce un descenso febril (remisión). A continuación
reaparece la fiebre, se instaura ictericia (100% de los casos) y puede
aparecer insuficiencia hepática o renal con proteinuria (90%) y agravamiento de la diátesis
hemorrágica, con epistaxis abundantes, gingivorragia, punteado hemorrágico en
el paladar blando y hematemesis de sangre negra y coagulada (vómito negro) (20% de
casos). Un signo clínico clásico es la existencia de bradicardia relativa a pesar de la fiebre
elevada (signo de Faget). Al inicio existe leucopenia con neutropenia. Los restantes
parámetros bioquímicos traducen sólo la existencia de fallo orgánico único o múltiple
(generalmente hepático o renal) y deshidratación (alteraciones iónicas y del equilibrio
acidobásico).

Diagnóstico[editar]
El diagnóstico en zonas tropicales suele establecerse a partir de los datos clínicos. La
confirmación del diagnóstico requiere la demostración de un ascenso al cuádruple en el título
de anticuerpos en un paciente sin historia reciente de vacunación frente a la fiebre amarilla y si
se han podido excluir reacciones cruzadas frente a otros flavivirus, o la demostración
del virus de la fiebre amarilla, sus antígenos o genoma en tejidos, sangre o líquidos biológicos.

Tratamiento[editar]
No existe tratamiento eficaz para la fiebre amarilla, justificando la importancia de la
vacunación. En los casos graves está indicado el tratamiento sintomático y de soporte,
particularmente la rehidratación y el control de posible hipotensión. La mortalidad global es del
5% en poblaciones indígenas de regiones endémicas, aunque en los casos graves, en
epidemias o entre poblaciones no indígenas, hasta el 50% de los pacientes pueden fallecer.
Ciertos casos resultan en insuficiencia renal aguda por lo que la diálisis es importante para el
tratamiento renal.

Pronóstico[editar]

Un episodio de la fiebre amarilla en Buenos Aires de Juan Manuel Blanes

Reportes históricos han mostrado la tasa de mortalidad entre 1 de 17 (5,8 %) y 1 de 3


(33 %).23 Las notas informativas de la OMS para la fiebre amarilla, actualizadas en 2001, cita
que 15 % de los pacientes entrarán en una «fase tóxica» y que la mitad de ellos morirían entre
10 a 14 días, y la otra mitad se recuperaría.24

Profilaxis[editar]
En 1937, Max Theiler, trabajando para la Fundación Rockefeller, desarrolló una vacuna para la
fiebre amarilla, la cual efectivamente protege a aquellas personas que viajan a áreas
afectadas, manteniendo a su vez un medio de control de la enfermedad.
La profilaxis se realiza mediante el uso de una vacuna que es eficaz desde los 10 días hasta
diez años después de colocada y por medio de medidas de control que se basan en el
aislamiento de los enfermos para evitar en lo posible que sean picados de nuevo por los
mosquitos vectores, así como en la desinsectación, el control de mosquitos y el empleo de
medios que eviten las picaduras (ropa protectora, repelentes, redes), aunque estas últimas no
siempre son eficaces en el control del mosquito.25 El mejor método de control es la vacunación
de la población receptiva (habitantes de zonas endémicas y viajeros a éstas).
Estudios recientes han descubierto un incrementado número de áreas afectadas por
infecciones virales transmitidas por mosquitos y han justificado la investigación y
financiamiento de vacunas.2627
La vacunación masiva de la población en Angola y República del Congo, que podría evitar la
propagación de la enfermedad, se ha visto limitada por el bajo nivel de existencias de
vacunas, ya que su fabricación requiere todo un año. Las autoridades sanitarias han recurrido
a la aplicación de vacunas en dosis cinco veces inferiores a las habituales.20

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