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LLEGADA E INICIO DEL RECORRIDO, CHARLA INTRODUCTORIA, CONTEXTO

Viajando por la Avenida Boyacá hacia el oriente llegamos al cruce con la Avenida Caracas
conocido como Yomasa. Hacia el sur llegaríamos al pueblo Usme, al norte Santa Librada. En ese
punto la Avenida Boyacá se prolonga y se confunde con la autopista a Villavicencio. A 800 metros
antes de la entrada al túnel del Boquerón se encuentra una estación de gasolina, sitio obligado para
desayunar, y la entrada a la vereda de Los Soches.

Sabiendo que el recorrido iba a ser largo y que la hora del almuerzo no estaría cerca de medio día,
un buen desayuno era la recomendación. Caldo de pescado, huevos pericos con arroz, chocolate y
pan es una de las opciones del menú que suelen comer los visitantes a la vereda Los Soches.

La vereda Los Soches es una de las quince veredas de la zona rural de Usme en Bogotá, hace parte
de la UPZ La Flora y tiene un área aproximada de 328,29 ha. Está situada a una altitud entre 2800 y
3200 msnm donde están presentes ecosistemas de bosque altoandino, sub-páramo y páramo. Cuenta
con una red hídrica conformada por las quebradas Yomasa, Los Cáquezas, Las Tetillas, Las
Antillas, La Toscana y El Amoladero, afluentes del río Tunjuelito. Según la información en el portal
web de la alcaldía de Usme “Los Soches se encuentra ubicado en el costado sur-oriental de la
sabana de Bogotá sobre el kilómetro 0 vía Villavicencio. Limita al norte con la quebrada Yomasa,
al sur con la autopista Villavicencio y la quebrada el Amoladero, por oriente con los Cerros
Orientales y por el occidente con la Cuchilla el Gavilán (barrera natural que separa la vereda Los
Soches de los barrios periurbanos)”1. La figura construida por July Nayibe Franco Quimbay2, nos
permite una comprensión visual.

1
http://www.usme.gov.co/milocalidad/vereda-los-soches
2
Franco Quimbay, July Nayibe (2016) Sustentabilidad ambiental en la vereda Los Soches, Localidad de Usme, zona
rural de Bogotá. Maestría thesis, Universidad Nacional de Colombia - Sede Bogotá
La vereda Los Soches toma su nombre del venado de páramo que habitaba estas tierras hasta que la
acción humana provocó su extinción. Según el relato de la memoria colectiva que nos fue trasmitido
por la guía la vereda fue declarada en 1990 como zona de expansión urbana (ACUERDO 6 DE
1990 Por medio del cual se adopta el Estatuto para el Ordenamiento Físico del Distrito Especial de
Bogotá) y la comunidad organizada lucha para mantener su estilo de vida campesina. La presión
social logró impactar la prensa gracias a una crónica de Holman Moris en el noticiero Am Pm que
denuncio la compra de tierra, el cambio de uso del suelo y la amenaza de los ecosistemas; en
respuesta el Consejo de Bogotá visitó en 1996 la vereda para conocer la condición ambiental y el
papel que cumplía como borde urbano empezando a discutir la posibilidad de mantener la
vocación agrícola del uso del suelo. Durante la alcaldía de Enrique Peñalosa (1998-2000) hay más
interés en la expansión urbana y como medida de presión el distrito decretó el impuesto por
beneficio personal que aumentaba el impuesto predial para que se vendiera la tierra. Era un ejercicio
de desplazamiento del campesinado. En medio de la lucha organizada del campesinado y sectores
juveniles como la Corporación Integral Eclipse, se logra, en 1998, elaborar la propuesta de Proyecto
Agro parque Los Soches y en el 2002 se consolidar la propuesta a partir del convenio DAMA –
SUNA HISCA. En el decreto 190 de 2014, Articulo 419, La vereda Los Soches es considerada
como área para la producción sostenible de alta fragilidad y el Artículo 421 la considera como área
para la producción sostenible de manejo especial, que según la norma son “son áreas, que teniendo
en cuenta factores ambientales y socioeconómicos, se destinan a constituir modelos de
aprovechamiento racional de los recursos naturales, en los cuales se integren estrechamente la
producción agropecuaria y la recuperación de la cobertura vegetal para controlar y mitigar la
presión de fragmentación ejercida por las actividades productivas sobre el Sistema de Áreas
Protegidas”. Es así que el Proyecto Agro parque Los Soches tiene como fin contribuir con el
desarrollo de la ciudad con una visión dirigida hacia la conservación del ambiente y la cultura
tradicional campesina. Actualmente se trabaja por la promoción de la conservación ambiental y la
sensibilización hacia el ambiente a través de caminatas ecológicas y se promociona el ecoturismo,
senderismo, agroturismo, aviturismo, deportes extremos y de aventura, como economías
alternativas3.

3
http://soches.blogspot.com/p/descripcion.htmle
“MURO DE BERLÍN” Y OBSERVACIÓN DEL PAISAJE

En esta foto se aprecia la frontera occidental de la vereda Los Soches conocía como la Cuchilla el
Gavilán. Desde abajo nos la presentaron con el nombre del “Muro de Berlín”. Esta metáfora, que
recuerda la Guerra Fría se entiende a cabalidad cuando subimos a su filo y vemos como la Cuchilla
se convierte una barrera natural que separa la vereda de la ciudad que a partir de la urbanización
legal e ilegal ejerce presión sobre el ecosistema de Los Soches. Prácticamente es la separación de
dos mundos.

En pleno filo el ecosistema es de páramo y se evidencia la reforestación que está haciendo la


comunidad organizada. Hace frío y el viento sopla fuertemente. Nos detenemos allí y escuchamos
nuevamente a la guía: nos habla de la expansión urbana que podemos ver al occidente de la
frontera, de la hacienda del Carmen en Usme pueblo y el levantamiento de los muertos indígenas
que evitaron la urbanización4, de la planta de tratamiento que fue comprada por un testaferro en 150
millones y después vendida al distrito por 4.500 millones de pesos, el negocio lo hizo Arquímedes
Romero, que para el 2010 La Silla Vacía lo consideraba como “el gran pez de la zona, propietario
de más del 40 por ciento donde se quiere desarrollar la Operación Nuevo Usme”5. El panorama
hacia Usme es urbana es avasallador, nos cuenta la guía que años atrás se divisaba los barrios hacia
lo lejos, hoy se ve en la falda de la montaña como avanza los barrios El Refugio I y el Portal del
Divino. Al lado izquierdo de la autopista al llano se observa parte de la vereda el Uval que también
fue declarada como zona de expansión urbana y ha resistido a desaparecer. Hacia este lado de la
cuchilla el Orden Imaginado que impera es el del capital.

4
La guía hace referencia al hallazgo en el 2007 del cementerio indígena con 2.000 años de antigüedad en los terrenos
de la antigua hacienda El Carmen, en Usme, pertenecen a Metrovivienda, que los compró para construir allí 7.500
edificaciones de interés social. https://www.eltiempo.com/archivo/documento/CMS-4109432
5
https://lasillavacia.com/historia/16823
Mirando hacia la vereda hay otro mundo. Sigue haciendo frio y el viento sopla fuertemente pero el
panorama, o paisaje hablando ecológicamente, es más alentador. En el paisaje de Los Soches la
matriz son los cultivos, el parche los bosques y el corredor las cercas vivas. La conectividad se da
por la fauna, semillas, vientos etcétera

Pero la mirada al otro lado del muro no puede ser solo ecológica. El paisaje da cuenta del uso del suelo.
Cultivos orgánicos no hay, nos habla la guía de falta de capacidad, pensamiento y posibilidades
para tenerlos en extensiones amplias de tierra, pero si en los huertos caseros. Cada parcela que se ve
pertenece a una familia y todas las familias participan en el proyecto del agro parque los Soches.
Con algunos cultivos como lo Cubios y las Habas que son más resistentes si se pueden trabajar de
manera más orgánica, es decir, sin el uso de agroquímicos: funguicidas, herbicidas, plaguicidas; en
otras palabras Biocidas. En menor medida el uso del suelo también está destinado para prácticas
pecuaria. Anteriormente, nos cuenta la guía se veía ordeñar las vacas y como esta se entregaba en los
barrio cercanos en una venta directa al consumidor, ahora Colanta ha logrado la prohibición de la leche en
cantina y se encarga de recoger la leche a precios muy bajos. La venta de leche es la caja menor para los
campesinos de Los Soches.

Entendiendo la realidad social como el entramado en red multi escalar y multi temporal de las
múltiples relaciones ambientales que emergen de la interacción de las culturas humanas con los
ecosistemas, las cuales expresan un significado y por ende una relación de poder que se
materializan en la satisfacción de las necesidades humanas fundamentales6, podría decir que al otro
lado de la Cuchilla el Gavilán, hacia la vereda de Los Soches, se está construyendo otro Orden
Imaginado, el del campesinado organizado que construye territorio, donde la vida ocupa el centro
de las preocupaciones. Allí los campesinos y campesinas han aprovechado las leyes del
ordenamiento territorial del Distrito para defender su forma de vida y forma de relacionamiento con
los ecosistemas. El paisaje es reflejo de cómo las necesidades humanas fundamentales7 están siendo

6
Según Max Neef las necesidades humanas fundamentales son las mismas en todas las culturas y en todos los
períodos históricos. Lo que cambia a través del tiempo y de las culturas es la manera o los medios utilizados para la
satisfacción de las necesidades.
7
Max-Neef clasifica las necesidades humanas fundamentales en las siguientes: Subsistencia, Protección, Afecto,
Entendimiento, Participación, Ocio, Creación, Identidad y Libertad
satisfechas a partir del conocimiento y aprovechamiento del saber local, potenciando la creatividad-
la creación-, intentando un equilibrio dinámico en las relaciones ambientales, promoviendo la
apropiación y significación del territorio, entendido como territorio de vida para vivir juntos en
comunidad; y algo muy importante que genera esperanza, con la promoción de nuevas generaciones
que trasmiten todos estos significados.

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