FACULTAD DE INGENIERÍA
DISEÑO SISMORRESISTENTE
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c) El cálculo de la respuesta estructural. Los métodos de análisis sísmico varían
grandemente en el nivel de refinamiento, el conocimiento de los aspectos básicos
de la respuesta dinámica de las estructuras es siempre necesario, aun cuando se
vayan a emplear métodos estáticos para su análisis cuantitativo.
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En México, la mayoría de los sismos de gran magnitud ocurren por la subducción de la
placa de Cocos por debajo de la placa de Norteamérica. La línea donde comienza la
subducción se encuentra a pocos kilómetros fuera de las costas de Chiapas, Oaxaca,
Guerrero y Michoacán.
La brusca caída: de esfuerzos que acompaña el deslizamiento de las placas genera ondas
sísmicas debidas a las deformaciones longitudinales (de compresión) o transversales (de
cortante) de la roca. Estas ondas viajan alejándose de la falla y su amplitud se va atenuando
poco a poco. Las ondas longitudinales (llamadas ondas P o principales) viajan a mayor
velocidad y tienen amplitudes menores que las ondas de cortante (ondas S o secundarias).
A medida que se alejan de la falla, las ondas mencionadas se reflejan en las capas
superficiales y producen otro tipo de ondas (de superficie) que tienen velocidades menores
que las dos anteriores. De esta manera, cerca de la falla, los tres tipos de ondas están
superpuestos, pero a distancias grandes de la falla se distinguen los tres trenes de ondas
porque llegan en tiempos diferentes.
La magnitud de un sismo es una medida del tamaño de este que es independiente del lugar
donde se hace la observación y que se relaciona en forma aproximada con la cantidad de
energía que se libera durante el evento. Se determina a partir de las amplitudes de registros
de sismógrafos estándar. La escala más conocida de magnitudes es la de Richter (mL).
La intensidad de un sismo es una medida de los efectos que éste produce en un sitio dado,
o sea de las características del movimiento del terreno y de la potencialidad destructiva del
sismo, en ese lugar en particular y en lo que concierne a sus efectos en las construcciones.
Se han propuesto diversas escalas para medir la intensidad; algunas son muy precisas pero
se basan en mediciones instrumentales difíciles de obtener para los sitios que interesan. La
más común es la de Mercalli modificada, en que la intensidad se mide por una apreciación
subjetiva del comportamiento de las construcciones en el sitio.
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El foco de un sismo es el lugar donde comienza el corrimiento de la falla geológica que
originó el sismo; epicentro es el punto sobre la superficie terrestre directamente encima del
foco. El foco y el epicentro se determinan a partir de mediciones instrumentales en diversos
sitios. La sismicidad de una zona se relaciona con la actividad sísmica de la región o, más
propiamente, con la frecuencia con que se generan sismos de diferentes magnitudes en el
área considerada.
Las aceleraciones que producen mayores daños en las estructuras son las horizontales; las
aceleraciones verticales son de amplitud apreciable sólo en sitios cercanos al epicentro y
producen solicitaciones severas sólo en algunas formas estructurales particulares. La
aceleración no es el único parámetro del movimiento del suelo que influye en la respuesta
de las estructuras; importan además la velocidad del movimiento del terreno y, en algunos
casos, su desplazamiento. Los estudios del peligro sísmico de lugares específicos se basan
esencialmente en análisis estadístico de la información disponible sobre los sismos
ocurridos. La cantidad y calidad de los datos disponibles es muy variable de uno a otro
lugar.
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cierta distancia del epicentro. Estas relaciones se conocen como leyes de atenuación y,
entre las más empleadas internacionalmente, están las propuestas por Esteva:
en que a y v son la aceleración y velocidad máximas del terreno, M la magnitud del sismo
y R la distancia entre el foco y el sitio en estudio, en km. El grado de precisión de las leyes
de atenuación de tipo general, como las anteriores es muy pobre. Las diferencias pueden
ser de más de 100 por ciento.
Para valuar el peligro sísmico de un sitio particular se suelen apoyar los estudios
estadísticos anteriores con otras dos fuentes de información. Por una parte la que proviene
de estudios acerca de las fallas geológicas que existen en la región. Estudios de peligro
sísmico para el sitio específico se justifican sólo para obras de excepcional importancia,
como presas y centrales termo y nucleoeléctricas.
Una estructura responde a una excitación sísmica descrita por una historia de aceleraciones
(o de velocidades o de desplazamientos) que se presentan en el suelo sobre el que está
desplantada, mediante una vibración a través de la cual disipa la energía que es generada
por dicho movimiento, el sistema simple está constituido por una masa, un resorte y un
amortiguador. Cuando el sistema está sujeto a un movimiento de su base, definido por una
historia de desplazamientos, Ua, o de aceleraciones del suelo üa la masa entrará en
oscilación y se generarán sobre ellas tres tipos de fuerzas:
Las dos constantes, c/m y k/m, representan conceptos relacionados con la vibración libre
del sistema (la que corresponde al caso Üo = O). De ellas,
en que w es la frecuencia circular del sistema no amortiguad, o sea aquella con la que oscila
éste cuando se le impone un desplazamiento y se le suelta.
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Una estructura no se debe diseñar para resistir un solo sismo, sino el conjunto de sismos
que pueden afectarla en su vida útil. Aun para sismos de iguales características en cuanto
a magnitud y distancia epicentral, el espectro de respuesta puede variar significativamente
debido a diferencias en contenidos de frecuencias y en duración. La estructura deberá
diseñarse para la envolvente de los espectros que corresponden a diferentes sismos.
En el equilibrio de cada entrepiso intervienen los mismos tipos de fuerzas que en el sistema
de un grado de libertad, los distintos términos de esta expresión se determinan con
ecuaciones idénticas a las empleadas para el sistema de grado de libertad, pero en que las
variables representan vectores y matrices. Así la fuerza de inercia vale:
Interesa conocer la respuesta del sistema de varios grados de libertad ante una excitación
sísmica cualquiera impuesta en su base. Al excitar el sistema, cada modo responde como
un sistema independiente de un grado de libertad y la respuesta total será la combinación
de las respuestas independientes de cada modo, multiplicada cada una por un factor de
participación. El desplazamiento de piso i se obtendrá, por tanto, como la suma de las
participaciones de cada modo a dicho desplazamiento:
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en qué Y in (t) es el desplazamiento en el nivel i del modo n en el instante t y Φin es el factor
que define la escala a que interviene el modo n en el movimiento del nivel i. La mayoría de
la energía del sismo se absorbe por oscilaciones en los primeros modos de vibración.
Con este criterio, se calcula primero la respuesta del sistema en cada modo de vibración,
Rí, (esta respuesta puede ser desplazamiento lateral de un nivelo la fuerza interna en una
sección determinada). La respuesta máxima en cada modo puede determinarse
directamente del espectro de aceleraciones o velocidades para la frecuencia natural del
modo en cuestión.
Lo que hace posible que un sistema inelástico resista un sismo, con una capacidad muy
inferior a la que se requiere en un sistema que permanece elástico, es que la energía
cinética introducida por el sismo en la estructura se disipa esencialmente a través de los
ciclos de histéresis, lo que equivale a que el sistema posee un amortiguamiento equivalente
muy superior al propio del material. Pueden obtenerse, por tanto, espectros elastoplásticos
de diseño para distintos factores de ductilidad.
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Para un mismo factor de ductilidad, la reducción que se puede admitir en sistemas con
deterioro es inferior a la que se aceptó para un sistema elastoplástico perfecto. Lo anterior
se debe a que en estos casos la cantidad de energía que se puede disipar en los ciclos de
histéresis es mucho menor que cuando el comportamiento es elastoplástico perfecto.
Pueden obtenerse, por tanto, espectros elastoplásticos de diseño para distintos factores de
ductilidad, como los que aparecen en la figura 6.19.
La naturaleza del suelo sobre el que está cimentada la estructura modifica la respuesta
sísmica de la misma debido a diferentes causas:
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c) La interacción entre la vibración de la estructura y la del suelo que ocasiona que
una fracción significativa de la energía cinética introducida por el sismo se vuelva a
transmitir al suelo y se disipe por el amortiguamiento proporcionado por éste.
con base en un procedimiento de optimación que tome en cuenta el costo de hacer más
resistente la estructura y las consecuencias de la falla. Parece que en la mayoría de los
casos dichos valores se han derivado más de ajustes sucesivos con base en el
comportamiento observado de las estructuras comunes que de un análisis racional de
riesgo sísmico.
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6.4.2 Criterios de diseño del Reglamento de Construcciones para el Distrito Federal
Se ilustrará aquí la forma en que los conceptos básicos que se acaban de exponer están
tomados en cuenta en las especificaciones de diseño sísmico del RCDF. Como índice de
la acción de diseño se emplea el coeficiente sísmico, e, que sirve de base para la
construcción del espectro de diseño o puede usarse directamente como fracción del peso
total de la construcción, W, que constituye la fuerza cortante horizontal, V, que actúa en la
base de la construcción. El coeficiente sísmico varía según el peligro sísmico del sitio, según
el tipo de suelo y según la importancia de la construcción.
El RCDF especifica que las ordenadas del espectro elástico se pueden reducir, para fines
de diseño, dividiéndolas entre un factor Q' que es igual a Q para periodos mayores que
cierto valor T1, y que decrece linealmente entre Q y 1 para periodos menores, como se
aprecia en la figura 6.23 que muestra los espectros correspondientes a distintos valores de
Q para construcciones en la zona Ill. Además, indica el RCDF que para construcciones con
estructuración irregular debe reducirse a 80% el valor de Q '. Las condiciones de
irregularidad se comentarán en el subcapítulo siguiente.
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La aplicación de este requisito da lugar a complicaciones severas en el análisis,
especialmente cuando existen asimetrías en la estructuración.
según el RDF.
Existen diversos procedimientos para calcular las solicitaciones que el sismo de diseño
introduce en la estructura. Los métodos aceptados por las normas tienen distinto nivel de
refinamiento y se subdividen en dos grupos: los de tipo estático y los dinámicos. En los
primeros se aplica a la estructura un sistema de cargas laterales cuyo efecto estático se
supone equivalente al de la acción sísmica.
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6.5.2 Métodos de análisis estático
Una vez determinada la fuerza cortante en la base, debe definirse cuáles son las fuerzas
individuales aplicadas en cada masa, las que sumadas dan lugar a dicha cortante total. El
RDF acepta la hipótesis de que la distribución de aceleraciones en los diferentes niveles de
la estructura es lineal, partiendo de cero en la base hasta un máximo, 0M, en la punta. De
ello resulta que la fuerza lateral en cada piso vale:
Con esta última expresión se determinan las fuerzas aplicadas en cada masa. En edificios
la masa se considera concentrada a nivel de cada losa de piso.
Figura 6.27: Distribución de fuerzas laterales con la altura según el método estático.
según el RDF.
Una versión más elemental del método estático la constituye el llamado método
simplificado, el cual es aplicable a estructuras en que la rigidez y resistencia a cargas
laterales son proporcionadas por muros y en que las torsiones no son importantes. El RCDF
limita su aplicación a edificios de baja altura (menor de 13 m) con losas continuas en todos
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los pisos y en que existen muros largos paralelos en los extremos, que absorben las
posibles torsiones.
Sin más complicaciones, se revisa que en cada dirección la fuerza cortante resistente de
diseño sea igual o mayor que la actuante.
Se determinan los tres primeros modos de traslación, y todos aquellos adicionales que
tengan un periodo mayor que 0.4 seg. Para calcular la participación de cada modo natural
en las fuerzas laterales que actúan sobre la estructura, se considera la aceleración
correspondiente al espectro de diseño reducido por ductilidad y para el periodo particular
del modo en cuestión.
Otro método dinámico que se ha empleado para el análisis de estructuras muy importantes
es el análisis paso a paso, o sea la integración directa de las ecuaciones del movimiento,
para una excitación correspondiente a un acelero grama representativa del sismo de
diseño.
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6.6. Recomendaciones Sobre Estructuración
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Figura 6.27: Configuraciones poco convenientes en elevación para edificios.
según el RDF.
f) La uniformidad de resistencia y rigidez de las diferentes partes de la estructura es
un punto esencial. Hay que recordar que las fuerzas laterales para las que se analiza
la estructura están reducidas por considerar la habilidad de ésta para disipar energía
en el intervalo inelástico.
Distintos códigos establecen de diferentes maneras requisitos para favorecer que los
edificios satisfagan condiciones de regularidad. Algunos fijan límites para ciertas
características indeseables (excentricidad en planta, esbeltez, etc.), otros castigan los
edificios obligando a que se diseñen para resistir fuerzas sísmicas mayores.
Para un esquema estructural dado, algunas normas actuales permiten diferentes opciones
al proyectista en cuanto a la magnitud de la reducción de las fuerzas sísmicas de diseño
por efectos de ductilidad; en el RCDF esto se realiza por medio del valor del factor Q. Los
requisitos de estructuración, dimensionamiento y detallado son más rigurosos cuando se
admite usar un factor de reducción por ductilidad mayor.
Los factores de reducción por ductilidad especificados por los reglamentos son índices de
la cantidad de energía que la estructura debe ser capaz de disipar con comportamiento
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inelástico y no corresponden generalmente a factores de ductilidad reales. El énfasis se
pone en las estructuras de concreto por ser las más comunes y porque en ellas se requieren
diversas precauciones para lograr ductilidad. Se incluyen las recomendaciones más
esenciales para estructuras de acero y para las de mampostería y madera.
Los factores de reducción por ductilidad aceptados implícita o explícitamente, por las
diversas normas de estructuras de concreto tienen diferencias significativas, debidas
principalmente a la forma en que se plantea el procedimiento de diseño. Algunos códigos
aceptan factores de reducción muy altos (hasta de doce), pero éstos están asociados a
coeficientes sísmicos básicos (o a ordenadas del espectro elástica) muy elevados.
a) Materiales
La resistencia en compresión del concreto tiene poca influencia en el nivel de ductilidad que
puede desarrollar la estructura. Algunos códigos especifican una resistencia mínima de 250
kg/cm2 con la intención principal de evitar tipos de concreto en los que se tiene en general
un pobre control de calidad. Para la adopción de los mayores factores de reducción por
ductilidad, es conveniente exigir un control de calidad del concreto particularmente estricto,
para evitar que la variabilidad de sus propiedades pueda dar lugar a zonas mucho más
débiles que el resto de la estructura.
b) Vigas
Los requisitos al respecto son similares en todos los códigos recientes. Se tiende a limitar
la relación ancha a peralte y longitud a peralte de las vigas para evitar que la excesiva
esbeltez de la sección provoque problemas de pandeo lateral que limitan la ductilidad que
puede desarrollarse. Además, se pretende asegurar que la transmisión de momentos entre
viga y columna pueda realizarse sin que aparezcan esfuerzos importantes por cortante y
torsión. En el RCDF se permite obviar estos requisitos si se diseña con factores de
reducción más desfavorables (FR = 0.5, en lugar que 0.8).
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c) Columnas
e) Losas planas
La principal limitación del sistema losa plana-columna es que tiene una rigidez lateral muy
baja debido al escaso peralte de la base y al reducido ancho de esta que constituye una
viga equivalente. Por lo anterior, es prácticamente imposible cumplir con los límites
admisibles de desplazamiento laterales, excepto en edificios de muy pocos pisos.
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f) Muros de rigidez
En estructuras con muros, precisamente por su alta rigidez, la demanda de ductilidad que
debe esperarse en un sismo intenso es menor que en las estructuras a base de marcos.
Los reglamentos especifican factores de reducción por ductilidad menores que en el caso
de marcos y también los requisitos de ductilidad que exigen son menos estrictos. El RCDF
admite adoptar un factor Q = 4 en estructuras en que se combinan marcos y muros siempre
que los primeros tomen, en todos los pisos. al menos la mitad de las fuerzas laterales
debidas a sismo. En caso contrario debe usarse Q = 3.
Adicionalmente a los requisitos anteriores, hay que aplicarlos requisitos generales de las
normas de concreto que rigen el espesor del muro para evitar problemas de pandeo lateral;
hay que procurar un anclaje eficiente del refuerzo horizontal del muro en los elementos
extremos y hay que reforzar adecuadamente los huecos del muro.
Los daños causados por sismos intensos en construcciones de mampostería han sido con
frecuencia muy severos y es común que el desempeño de estas construcciones se compare
desfavorablemente con el de estructuras de acero y de concreto. Sin embargo, la mayoría
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de las fallas se han presentado en construcciones de mampostería que no fueron objeto de
un diseño estructural y que adolecían de defectos obvios de estructuración, de construcción
y de calidad de materiales.
Por las características de la mampostería, esta liga sólo puede lograrse con refuerzo.
Finalmente, debe limitarse el número de huecos que reducen el área útil del muro e inducen
concentraciones de esfuerzos en las esquinas. Los huecos deben contar con refuerzo en
su periferia para absorber las tensiones que se presentan en las esquinas. Los requisitos
de diseño sísmico se encuentran bien establecidos y descritos en detalle en la publicación
que contiene las Normas Técnicas Complementarias para este material del RCDF.
Pueden distinguirse dos tipos de elementos no estructurales: por una parte los equipos e
instalaciones alojados por la construcción y, por otra, los elementos arquitectónicos como
paredes divisorias, puertas, ventanas, recubrimientos, fachadas y plafones.
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Cuando no se desligan los elementos arquitectónicos, hay que revisar, por una parte, que
su presencia no afecte de manera desfavorable el comportamiento de la estructura al
interactuar con ella y, por otra, que los desplazamientos que ésta sufra no sean excesivos.
En general, esta solución es conveniente para estructuras con una alta rigidez lateral que
no se ve alterada por la interacción con los elementos no estructurales y que da lugar a
bajos desplazamientos laterales.
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