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La arquitectura de nuestros mensajes: el

texto y sus propiedades

¿Qué es un texto?

Antes de empezar a elaborar un texto o discurso1, lo primero que necesitamos


saber es qué es y en qué consiste. Para ello, es muy importante tener claro que
todo texto se entiende como una unidad comunicativa, oral o escrita,
independiente y dotada de sentido completo, es decir, se trata de uno o varios
enunciados que funcionan conjuntamente y que tienen un propósito
comunicativo. Es en el contexto de una situación determinada entre dos o más
hablantes de una lengua cuando hablamos de textos. Aunque la extensión de
un texto es variable, siempre presentará una estructura organizada.

¿Cómo debemos construir nuestros textos?

Cada vez que dirigimos nuestra mirada a un edificio o a un monumento


arquitectónico sabemos que detrás de ellos hay un largo trabajo y esfuerzo de
arquitectos y trabajadores de la construcción, que han utilizado fórmulas,
materiales y herramientas para hacerlo posible y que se mantenga en pie. De
igual modo, cuando queremos comunicarnos en cualquier idioma,
construimos un texto, oral o escrito, de acuerdo con fórmulas y normas que
tienen todas las lenguas, y que harán que ese mensaje sea adecuado a la
situación en la que nos encontremos, a nuestros propósitos comunicativos y,
sobre todo, sea eficaz, es decir, comprensible para la persona o personas a
quienes lo dirigimos.
¿Cuáles son las fórmulas y las normas para construir los textos?

Al conjunto de características que poseemos los hablantes de una lengua para


elaborar textos las denominamos propiedades textuales que, junto con las
normas gramaticales y ortográficas para hablar o escribir, son las que nos
permiten dar forma a un enunciado de forma clara y precisa, de acuerdo con
una estructura y un orden determinado. Estas propiedades textuales están
compuestas por los tres elementos siguientes y que ampliaremos más
adelante:

La adecuación: es el conjunto de rasgos formales por los que el texto se hace


apropiado a la situación comunicativa en que se emite, adaptándose a ella.

La coherencia: es la propiedad que hace que un texto se interprete como una


unidad de información, de forma que sea percibido de una forma clara y
precisa por el receptor, y que nos permite identificar la idea global que
articula el texto. Viene dada por la selección y organización de la
información, y por los conocimientos que comparten el emisor y el receptor
sobre la realidad.

La cohesión: es la propiedad del texto que hace que los elementos que lo
componen mantengan una correcta relación sintáctica (mediante el uso de
nexos en las oraciones), textual (a través del empleo de conectores en los
enunciados), así como una adecuada relación semántica o de significado, que
proporcione sentido global.

IMPORTANTE:

En esta primera unidad y en las siguientes, para organizar y recordar la


información que te exponemos, vamos a emplear esquemas y mapas
conceptuales que, sin duda, te ayudarán en la producción de tus propios
textos. A continuación, te exponemos un mapa conceptual que recoge todo lo
relativo a las características de un texto y que acabamos de indicar:

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