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Diferencias entre derechos humanos y

derechos fundamentales

Los derechos humanos y los derechos fundamentales son principios


fundamentales que constituyen la base de toda sociedad justa e igualitaria.
Aunque los dos términos se intercambian a menudo, hay diferencias clave que no
se pueden pasar por alto. De hecho, mientras que los derechos fundamentales
están definidos y protegidos por la constitución nacional de cualquier Estado -y por
lo tanto varían ligeramente de un país a otro-, los derechos humanos son
principios universales e inalienables garantizados a nivel internacional y
aplicados por las Naciones Unidas y otros organismos internacionales.

En otras palabras, los derechos fundamentales son concedidos por los gobiernos
individuales y son otorgados por las constituciones nacionales, mientras que los
derechos humanos se aplican a todos y cada uno de los individuos,
independientemente de su nacionalidad, etnia y religión.
Índice [Ocultar]
 1 ¿Qué son los derechos humanos?
 2 ¿Qué son los derechos fundamentales?
o 2.1 Similitudes entre los Derechos humanos y los derechos fundamentales
 3 ¿Cuál es la diferencia entre los derechos humanos y los derechos fundamentales?
o 3.1 Derechos humanos y derechos fundamentales: otras diferencias
o 3.2 Conclusión de la diferencia entre derechos humanos y derechos
fundamentales
o 3.3 Comparte esto:
o 3.4 Me gusta:
o 3.5 Relacionado

¿Qué son los derechos humanos?

Las Naciones Unidas -el órgano principal responsable de la protección y aplicación


de los derechos humanos universales- definen los derechos humanos como
“derechos inherentes a todos los seres humanos, independientemente de su raza,
sexo, nacionalidad, etnia, idioma, religión o cualquier otra condición”.

Los derechos humanos se aplican a todas las personas -sin discriminación- e


incluyen, entre otras cosas, los derechos a la vida y la libertad, la libertad de
opinión y expresión, la lucha contra la tortura y la esclavitud, y el derecho al
trabajo y a la educación.

Los derechos humanos fundamentales se esbozan en la Declaración Universal de


Derechos Humanos de 1948 -un documento histórico, que se tradujo a más de
501 idiomas- convirtiéndose así en el documento más traducido del mundo. La
Declaración Universal de Derechos Humanos está integrada con otros dos
documentos fundamentales que entraron en vigor en 1976: el Pacto Internacional
de Derechos Civiles y Políticos (y sus dos protocolos facultativos) y el Pacto
Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (y su protocolo
facultativo). El primer texto se centra en:

 Libertad de opinión y expresión


 Derecho a un juicio justo
 Libertad de pensamiento
 Prohibición de la tortura y otros tratos crueles e inhumanos
 Prohibición de la matanza arbitraria y
 Prohibición de la esclavitud y del trabajo forzado.

Por el contrario, el Pacto de Derechos Económicos, Sociales y Culturales se


centra, entre otras cosas, en el derecho a la educación, el derecho al trabajo en
“condiciones justas y favorables”, el derecho a un nivel de vida adecuado y el
derecho a la protección social.
La Declaración Universal de Derechos Humanos y los dos Pactos forman la Carta
Internacional de Derechos Humanos.

¿Qué son los derechos fundamentales?

Si bien los derechos humanos son universales e internacionalmente reconocidos,


la Constitución del país que corresponda reconoce los derechos fundamentales y
sólo se aplican a las personas que caen bajo la jurisdicción de la Constitución.
Aunque en muchos casos los derechos fundamentales y los derechos humanos se
superponen, los primeros son específicos de cada país y son exigibles por los
órganos legislativos nacionales (como por ejemplo, la Corte Suprema de Estados
Unidos o el Tribunal Supremo de España).

Los derechos fundamentales están ampliamente aceptados y consagrados en


cualquier sociedad y cualquier persona puede acudir a los tribunales si considera
que no se respetan sus derechos fundamentales. La mayoría de los derechos
fundamentales reflejan los derechos humanos básicos y universales, incluidos los
siguientes:
 Derecho a la libertad;
 Derecho a la libertad de religión;
 Educación y derechos culturales;
 Derecho al trabajo; y
 Derecho a la libertad de la explotación.

Similitudes entre los Derechos humanos y los derechos


fundamentales

Aunque jurídicamente diferentes, los derechos humanos y los derechos


fundamentales tienen varios aspectos en común. De hecho, ambos tienen por
objeto crear un marco jurídico en el que las personas y las sociedades puedan
vivir en paz y en el respeto de la igualdad y la diversidad de todos. A continuación
enumeramos algunas de las principales similitudes entre las dos categorías de
derechos:

 Tanto los derechos fundamentales como los derechos humanos tienen por
objeto proteger a las personas y crear sociedades que sean capaces de
convivir en armonía y sean justas.
 Ambos tienen por objeto proporcionar a las personas los medios para vivir
dignamente
 Tanto los derechos fundamentales como los derechos humanos pueden ser
exigidos por mecanismos y órganos jurídicos, aunque los derechos
humanos universales sólo pueden ser exigidos por organismos
internacionales (es decir, la Corte Internacional de Justicia, la Corte Penal
Internacional, etc.)
 Ambos se originan en la idea de una sociedad civilizada, justa e igualitaria y
 Ambos son una parte intrínseca y fundamental de nuestra vida como
individuos y como miembros de la sociedad.

¿Cuál es la diferencia entre los derechos humanos


y los derechos fundamentales?
Si bien los derechos humanos y los derechos fundamentales a menudo se
superponen, existen algunas diferencias fundamentales, en particular en lo que se
refiere a su naturaleza jurídica y a su exigibilidad.

De hecho, los derechos humanos son derechos fundamentales y universales que


deben ser disfrutados por todas las personas independientemente de su
nacionalidad, raza, etnia y sexo, mientras que los derechos fundamentales son
disfrutados por todos los miembros que caen bajo la jurisdicción de la constitución
de un país determinado, sin presunción ni costo del privilegio. A continuación se
enumeran algunas de las principales diferencias entre las dos categorías de
derechos:

 1.- Los derechos humanos se describen en la Carta Internacional de


Derechos Humanos y en una serie de convenciones y protocolos
internacionales que definen los límites y la jurisdicción del derecho
internacional (por ejemplo, la Convención para la Prevención y la Sanción
del Delito de Genocidio, la Convención Internacional sobre la Eliminación
de todas las Formas de Discriminación Racial, la Convención sobre los
Derechos de las Personas con Discapacidad, la Convención contra la
Tortura y Otros Tratos Crueles e Inhumanos, etc.). Por el contrario, los
derechos fundamentales están recogidos en la constitución nacional de
cada país, por lo que pueden variar de un país a otro;
 2- Se espera que los gobiernos hagan cumplir los tratados de derechos
humanos sólo si han ratificado las convenciones pertinentes; de lo
contrario, las organizaciones internacionales (es decir, las Naciones Unidas,
el Consejo de Derechos Humanos y otros mecanismos pertinentes) sólo
pueden recomendar a los gobiernos que ratifiquen esos convenios y
tratados, pero no pueden tomar medidas directas para verificar la aplicación
de las diversas disposiciones. Por el contrario, los gobiernos y los
mecanismos jurídicos nacionales tienen el deber de respetar los derechos
fundamentales enunciados en su Constitución nacional;

Derechos fundamentales Derechos humanos


El gobierno central y todos sus

órganos y mecanismos están


Una vez que el gobierno ha ratificado las convenciones de derechos humanos pertinente
obligados por ley a hacer cumplir la
Papel del constitución nacional con las nuevas disposiciones (si las hubiera) contenidas en los trat
Constitución nacional y a garantizar
gobierno convenios y convenciones internacionales exigen que los gobiernos armonicen las leyes
que todos los ciudadanos disfruten de
internacionales.
los mismos derechos y tengan una

vida digna.

Si un ciudadano (o cualquier persona

sometida a la jurisdicción de la

constitución de un país determinado)

considera que no se respetan sus Si los mecanismos legales nacionales no proporcionan justicia, el individuo puede pedir
Justicia
derechos fundamentales, puede acudir organismos legales internacionales (es decir, la CPI, la CIJ, etc.)
a los tribunales y buscar justicia

utilizando todos los mecanismos

jurídicos nacionales disponibles.

Los derechos fundamentales se

conceden a todas las persona que se

encuentran en la jurisdicción de la Los derechos humanos se aplican a todos los seres humanos, independientemente de su
constitución nacional de un país condición jurídica. Sin embargo, el gobierno de un país sólo puede ser responsable de la
Jurisdicción determinado – esto incluye turistas, si ha ratificado los tratados y convenciones internacionales pertinentes. En algunos caso
migrantes y otras categorías de internacional puede establecer comisiones de investigación o tribunales especiales para
personas (aunque puede haber de guerra y crímenes de lesa humanidad.
diferencias dependiendo del estatus

legal de la persona)
 3- Los derechos fundamentales son específicos de cada país y se basan en
los principios de la libertad individual y la libre determinación, mientras que
los derechos humanos se reconocen internacionalmente y se basan en la
idea de las sociedades civilizadas y en el derecho a una vida digna.
En general, la aplicación y el cumplimiento de los derechos humanos
internacionales son más problemáticos que el cumplimiento de los derechos
fundamentales debido a la naturaleza misma del marco jurídico internacional.
Aunque los derechos humanos tienen un carácter universal, la jurisdicción de los
diversos pactos y tratados sólo se aplica en los países que han ratificado los
convenios y tratados pertinentes. Además, algunos recursos internacionales sólo
pueden interponerse una vez que se hayan agotado todos los recursos internos.

Derechos humanos y derechos fundamentales: otras diferencias

Sobre la base de las diferencias esbozadas en el apartado anterior, podemos


identificar otros factores que diferencian los derechos fundamentales de los
derechos humanos.

Conclusión de la diferencia entre derechos humanos y derechos


fundamentales

Los derechos humanos y los derechos fundamentales son principios


fundamentales que garantizan a todas las personas una vida libre y digna. Ambas
categorías de derechos tienen por objeto crear un entorno social armónico y justo
que proteja a los seres humanos de la violencia, la injusticia y la discriminación.

Los derechos humanos son principios morales universalmente reconocidos


promovidos y aplicados por las organizaciones internacionales (en particular las
Naciones Unidas y sus órganos pertinentes de derechos humanos). Por el
contrario, los derechos fundamentales se encuentran en la constitución nacional
de cada país y, por lo tanto, son específicos de cada país.

El objetivo de la comunidad internacional es armonizar las legislaciones


nacionales con las normas y reglas internacionalmente aceptadas que se
enuncian en los tratados, pactos y convenciones. Por ello, siempre que un país
ratifique un tratado de derechos humanos, se le alienta a que adopte las medidas
necesarias para garantizar que la legislación nacional se ajuste a las disposiciones
internacionales
Semejanza entre los derechos
humanos y los derechos
fundamentales
POR EDITOR · ABRIL 5, 2018
Desde tiempos muy remotos de la sociedad, existen los
llamados derechos humanos, los cuales con el tiempo fueron
evolucionando y creándose nuevos conceptos para referirse a ellos.
Existiendo hoy por hoy diversidad de tipos de derechos, en esta
oportunidad hablaremos de los derechos humanos y los derechos
fundamentales y como se asemejan y de qué manera podemos
diferenciar ambos terminos.

Entonces ¿Qué son derechos humanos? Podemos definirlo como todos


aquellos derechos inherentes que posee una persona, indistintamente de
su raza, sexo, origen étnico, religión, lenguaje o cualquier discapacidad.
Además estos derechos deben ser respetados por el estado, y no pueden
ser modificados por nadie, debido a que el ser humano nace con estos
derechos ya establecidos.
Por otra parte, entendemos como derechos fundamentales a todos
aquellos derechos que son legalmente reconocidos y protegidos por la
ley, además le permite a la persona gozar de un derecho o demandar su
cumplimiento por el Estado.

Entonces, podemos afirmar que los derechos fundamentales son


garantías jurídicas que protege a la persona contra acciones del Estado,
considerándose así derechos positivos.

¿Qué similitud existe entre los


derechos humanos y los derechos
fundamentales?
Podemos enumerar las similitudes:
1. Ambos son protegidos por la ley y el Estado.
2. Los derechos fundamentales están constituidos en los derechos
humanos.
3. Ambos son inherentes y deben ser reconocidos por el Estado.
4. Ni los derechos humanos ni los derechos fundamentales son
transferibles, ambos pertenecen de por vida a la persona.
5. Son derechos universales, esto quiere decir que todo hombre sobre
la tierra posee estos derechos.
Diferencias marcadas entre derechos
humanos y derechos fundamentales
DERECHOS FUNDAMENTALES DERECHOS HUMANOS
Esta limitado a un territorio especifico, esto No posee territorio, lo que quiere decir
quiere decir, por ejemplo a la hora de que a una persona no encontrarse en su
realizar el sufragio debe ser en la ciudad de residencia se le debe garantizar este
residencia. derecho.
Son incorporados según la constitución del Existen desde el momento del
país o las leyes del mismo. nacimiento del individuo.
Se fundamenta en la ley establecida según El fundamento único de estos derechos
la nación del individuo. es la naturaleza
Se establecen según el orden judicial de la Son esenciales y permanentes a las
nación. personas.
Se relacionan al sistema político. Su principal relación

Estas son algunas de las características más importantes que asemejan


y a la vez diferencian los derechos humanos y los derechos
fundamentales que existen en cada nación y en cada persona.
Cuando hablamos del Derecho, una de las primeras cosas en las que pensamos son
los derechos humanos. Posterior a la Segunda Guerra Mundial, la comunidad
internacional y la sociedad en general fue aprendiendo. Así, fueron conociendo
y valorando lo que hoy en día entendemos como la gama de derechos que son
inherentes e inalienables de la persona. Estos están de forma meramente
enunciativa plasmados en laDeclaración Universal de los Derechos Humanos y
otros tratados.

Sin embargo, en conjunto con la evolución y el establecimiento de una mayor


gama de derechos, se han establecido otras formas de denominar a esta lista.
Desde derechos fundamentales a derechos constitucionales, garantías
individuales, y otras formas de llamar a estos derechos se han establecido en la
actualidad. Las más confundidas son los derechos humanos y los derechos
fundamentales. En este artículo les explicaremos, con fines académicos, sus
diferencias. Esperamos les sea de ayuda.

Diferencias entre Derechos Humanos y


Derechos Fundamentales
Concepto de Derechos Humanos
Un concepto básico para el estudio del Derecho, existen varias concepciones de
lo que se puede entender como Derechos Humanos. De acuerdo a la Organización
de las Naciones Unidas, pueden definirse como:
(…) Son derechos inherentes a todos los seres humanos, sin distinción
alguna de raza, sexo, nacionalidad, origen étnico, lengua, religión o
cualquier otra condición(…) Estos derechos corresponden a todas las
personas, sin discriminación alguna.
Por lo que, de acuerdo a las Naciones Unidas, estos son los derechos inherentes al
ser humano. Nacemos con estos derechos, y no puede existir discriminación
alguna al momento de hacerlos valer. Ahora bien, otra percepción de lo que los
Derechos Humanos son es la que posee el escritor Héctor Faúndez. En su libro El
Sistema Interamericano de Protección de los Derechos Humanos – Aspectos
Institucionales y Procesales, los describe como:
Los derechos humanos pueden definirse como las prerrogativas que,
conforme al Derecho Internacional, tiene todo individuo frente a
los órganos del poder para preservar su dignidad como ser humano,
y cuya función es excluir la interferencia del Estado en áreas
específicas de la vida individual, o asegurar la prestación de
determinados servicios por parte del Estado, para satisfacer sus
necesidades básicas (…)
Esto quiere decir que estos son los derechos que posee una persona y que puede
exigir al Estado. Nosotros entonces podemos definir al derecho humano como
el conjunto de derechos inherentes a la persona y que el Estado debe respetar,
preservando su dignidad como humano y sin distinción ni discriminación
alguna.

Características principales
Ahora bien, los derechos humanos poseen una cierta cantidad de
características que los distinguen y que son de necesaria explicación para
comprender su amplitud e importancia. Entre estas características está el que
son universales e inalienables, interdependientes e indivisibles, y por último
iguales y no discriminatorios.

Se consideran derechos universales puesto que no se refieren a un grupo en


específico, sino al ser humano en general, y todos los Estados deben garantizarlos.
Por ejemplo, el derecho a la vida es universal, no es solo de una o un grupo de
personas. Son inalienables, ya que no podrán suprimirse si no se dan las
circunstancias y se cumplen las garantías procesales. Un ejemplo de esto son
las sentencias de privación de la libertad, las cuales restringen el derecho a la
libertad.
Los derechos humanos son interdependientes e indivisibles, ya que la privación
de uno de los derechos afecta de forma negativa a los demás. Así, restringir
el debido procesoafectaría negativamente al resto de derechos procesales. Por
último, son iguales y no discriminatorios ya que se aplican a todas las personas,
sin distinción de sexo, raza, color, y así sucesivamente. Es por esto que el derecho
a la vida es para todos, sin distinción.

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Concepto de Derechos Fundamentales


Por Derecho Fundamental entendemos a aquellas facultades que posee una
persona y que son reconocidas a través del ordenamiento jurídico
vigente. Este reconocimiento le permite el gozar de un derecho, realizar un acto, o
el demandar su cumplimiento por el Estado.

Otra forma de ver a los derechos fundamentales es el considerarlos aquellos


derechos inherentes a la persona. Estos derechos son reconocidos legalmente y
protegidos a través de garantías procesales. Es decir, son garantías
jurídicas que protegen a la persona, individual o colectivamente, contra acciones
del Estado. Los autores consideran a los derechos fundamentales como derechos
humanos positivisados, por ser enmarcados en un ordenamiento jurídico.

Diferencias entre ambas concepciones


Las definiciones de Derechos Humanos y derechos fundamentales se
complementen. Los autores consideran a este último como los derechos humanos
positivisados, pero existen diferencias marcadas entre ambas concepciones. A
continuación les explicaremos algunas de ellas:

Territorio
Cuando hablamos de Derechos Humanos, su aplicación no tiene territorio
alguno, puesto que su característica principal es la de ser universales. Esto quiere
decir que, aun cuando la persona no se encuentre en su territorio normal (lugar
de su residencia), puede solicitar que se le garantice su derecho.
Los Derechos Fundamentales, por otro lado, son aquellos establecidos en las
normas de un Estado en específico, con mecanismos de garantía y
limitaciones que la misma Ley le otorga. Un ejemplo perfecto para la explicación
de esta diferencia es el derecho al sufragio.

Todos poseemos el derecho humano a votar, y sin importar donde estés ese
derecho es inherente a tu persona. Sin embargo, como derecho fundamental está
limitado a un territorio en específico. Así, tiene condiciones que se deben
cumplir para poder ejercerlo. Condiciones como la mayoridad, la nacionalidad,
el establecer tu residencia en el exterior y bajo una embajada en específico
(ejemplo del voto de los nacionales en el extranjero).

Nacimiento
Como ya explicamos, los Derechos Humanos son inherentes a la persona y
nacen para ella al momento de considerarse como tal, es decir, al momento de
nacer. Estos nacen con la persona y mueren con ella, existen por el mero hecho
de la naturaleza humana. Los derechos fundamentales nacen al ser incorporados
estos derechos naturales al ordenamiento jurídico de un país, ya sea
la Constitución o las leyes.

Un ejemplo de esta diferencia la podemos encontrar en el derecho a la no


discriminación por sexo, raza, u orientación sexual. Las mujeres, indígenas,
comunidad LGBTIQ+, afrodescendientes, entre otros, nacen con derechos
humanos. Esto es al igual que el resto de la comunidad. Sin embargo, no es hasta
que el ordenamiento jurídico interno lo reconoce que se convierten en derechos
fundamentales.

Característica principal
Por mucho que los Derechos Fundamentales estén constituidos de Derechos
Humanos, no todos los Derechos Humanos son derechos fundamentales. Esto
es debido a que la característica principal de los Derechos Humanos es el
ser inherentes a las personas.Mientras, la característica principal de un derecho
fundamental es su establecimiento en el ordenamiento jurídico.
Se insiste en que los ordenamientos jurídicos internos y los organismos encargados
de la producción de leyes deben hacer todos los esfuerzos posibles por adoptar
progresivamente el cumulo de Derechos Humanos en constante evolución en
el ámbito internacional dentro de sus sistemas. Un ejemplo de esto son los
derechos de las mujeres. Evolucionan con el tiempo, pero no necesariamente
han sido establecidos por el derecho interno. Así, existen países donde las
mujeres no pueden votar o manejar sin supervisor, aun cuando es un Derecho
Humano el poder hacerlo.

Fundamento
El derecho humano está fundamentado en la naturaleza humana, inherente a la
persona. Sus principios son obtenidos a través de métodos racionales impuestos
al individuo en sociedad, tales como el derecho a la libertad, a la vida, o a la
libertad de expresión. Los derechos fundamentales están fundados en las leyes,
con las condiciones y limitantes que el legislador decidió establecer en las
mismas.

Un ejemplo de ello son los derechos humanos no fundados en la Ley. El


fundamento que tiene la persona para exigirlos es la racionalidad, el conocer
que poseen un derecho. Los derechos fundamentales están fundados en la Ley,
por lo que quien desee exigirlos debe usarla para defenderse. Estos derechos se
exigen de forma distinta, ya que el último posee un mecanismo para ello, y los
derechos humanos no.

Conclusión
Podemos decir que los Derechos Humanos son aquellos derechos inherentes al
ser humano y que el Estado debe respetar. Así se preserva su dignidad como
humano y sin distinción ni discriminación alguna. Los Derechos
Fundamentales, por su parte, son las facultades que posee una persona y que
son reconocidas a través del ordenamiento jurídico vigente y que le permite el
gozar de un derecho.

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Análisis Jurídico: LA CONSTITUCIÓN DE 1991


Y LOS DERECHOS FUNDAMENTALES. José
Gregorio Hernández Galindo
13 Ago 2014 Jose Gregorio Hernandez Galindo
Analisis Jurídico

 Análisis

 #Constituciónde1991

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LA CONSTITUCIÓN DE 1991 Y LOS DERECHOS FUNDAMENTALES


José Gregorio Hernández Galindo[1]

RESUMEN:
El autor explica cuál ha sido el concepto de derechos fundamentales, su eficacia y garantías en la
Constitución de 1991.

ABSTRACT:
The author explains which has been the concept of the fundamental rights, its effectiveness and guaranties
in the 1991 Constitution.

PALABRAS CLAVE:
Dignidad humana, derechos fundamentales, bloque de constitucionalidad.

KEY WORD:
Human dignity, fundamental rights, constitutionality block.

LA CARTA DE DERECHOS, ELEMENTO ESENCIAL DE LA CONSTITUCIÓN


Sin duda, si algo asociamos los colombianos a la Constitución promulgada el 7 de julio de 1991 por la
Asamblea Nacional Constituyente, es la acción de tutela, contemplada en el artículo 86 de ese
ordenamiento para que cualquier persona pueda reclamar ante los jueces, en todo momento y lugar,
mediante un procedimiento preferente y sumario, por si misma o por quien actúe a su nombre, la protección
inmediata de sus derechos constitucionales fundamentales, cuando quiera que éstos resulten vulnerados o
amenazados por la acción o la omisión de cualquier autoridad pública.

La existencia de ese mecanismo ha revolucionado, en estos 20 años de vigencia de la Carta Política, no


solamente el sistema de administración de justicia sino la visión de cada ciudadano tiene acerca del papel
que cumple el Estado, por conducto de la Rama Judicial, en la preservación de los derechos y libertades
de rango constitucional.

Pero hay que decir que el establecimiento de la acción de tutela es apenas uno de los muchos elementos
normativos consagrados por los delegatarios en el texto constitucional que nos rige, con el propósito
definido y cierto de provocar un efecto práctico: que las declaraciones de derechos y libertades dejaran de
ver proclamaciones en abstracto y catálogos de buenas intenciones jamás realizadas para pasar a
convertirse en realidades concretas susceptibles de ser demandadas ante los tribunales para su aplicación
inmediata.

En ese orden de ideas, uno de los aspectos fundamentales de la Constitución de 1991, ya mirado su
contenido –más allá de las anécdotas que se recuerdan y revelan por parte de quienes participaron de
alguna manera en el proceso de configuración del nuevo ordenamiento-, es su decidido sentido
reivindicatorio de la dignidad de la persona humana y, por tanto, su insistencia en la protección y
efectividad de los derechos a ella inherentes.

Hoy contamos con una de las más modernas declaraciones constitucionales de derechos, y a la vez con un
complejo normativo que estructura el bloque de constitucionalidad, conformado por disposiciones internas
y por cláusulas de Tratados Internacionales, concebido para la protección y aplicación de los derechos
humanos en nuestro territorio.

En 1991 nuestro Derecho Público dio un salto formidable en la materia, ya que de la teoría –por cierto
muy restringida en el anterior texto constitucional- hicimos tránsito hacia un sistema jurídico apto para la
materialización de los derechos.

En la historia de las declaraciones de derechos sobresale la evolución del Derecho Público norteamericano,
toda vez que la Constitución del 17 de septiembre de 1787, ratificada el 21 de junio de 1788 por los
delegados de la Convención de Filadelfia, se dedicaba a prever las normas indispensables para la
organización del aparato estatal y para la asignación de las distintas funciones públicas, y se echaba de
menos en ella la consagración de los derechos.

Lo puso de presente así Thomas Jefferson, quien en carta dirigida a James Madison el 20 de diciembre de
1787, aunque se declaraba cautivado por las proposiciones formuladas en el estatuto constitucional
adoptado, se dolía especialmente de lo siguiente:

“… la omisión de una declaración de derechos estableciendo claramente y sin ayuda de sofismas, la


libertad de cultos, la libertad de prensa, la protección contra ejércitos permanentes, la restricción de los
monopolios, la eterna y mantenida fuerza de las leyes relativas al hábeas corpus y los enjuiciamientos por
jurados en todo asunto de hechos suceptibles de ser objeto de proceso, de acuerdo con las leyes del
país”.[2]

El 4 de mayo de 1789, el Senado y la Cámara de Representantes de los Estados Unidos principiaron a


estudiar un proyecto de adiciones constitucionales elaborado por James Madison, como miembro del
primer Congreso de la Unión Americana.

Según Madison, la consideración de las enmiendas a la Constitución de Filadelfia debía ocupar el primer
lugar del orden del día, pues resultaba indispensable complementar lo existente, con el fin de asegurar los
derechos de los ciudadanos.

En efecto, la Constitución en su versión original, si bien contenía disposiciones como la prohibición de


suspender el hábeas corpus, las leyes “ex post facto” y las leyes de proscripción, o la garantía de
enjuiciamiento por jurado en el caso de ofensas criminales, o la prohibición de exigir la verificación de las
creencias religiosas como condición indispensable para el desempeño de empleos públicos, “se
consideraba que estas disposiciones eran insuficientes, puesto que no había garantía de libertad de cultos,
de prensa, de expresión o de reunión, o del derecho de peticionar, ni tampoco existían salvaguardias del
debido proceso tratándose de la administración de justicia”.[3]

El proyecto presentado por Madison se convirtió, después de muchas discusiones, en el conjunto de


enmiendas a la Constitución, aprobado como Declaración de Derechos en 1789.
El preámbulo de la Constitución colombiana –que, como lo ha sostenido reiterada jurisprudencia de la
Corte Constitucional[4] , tiene un poder vinculante que se proyecta a todo el sistema jurídico fundado en
aquélla –es perentorio al afirmar que el pueblo, en ejercicio de su soberanía y por conducto de sus
delegatarios, quiere poner en vigencia esa normatividad con el fin de asegurar a los integrantes de la
comunidad la vida, la convivencia, el trabajo, la justicia, la igualdad, el conocimiento, la libertad y la paz
–todos derechos esenciales-, dentro de un sistema jurídico, democrático y participativo que garantice un
orden político, económico y social justo. En consecuencia, todo el estatuto y la organización política en
su conjunto encuentran su razón de ser en la satisfacción de ese propósito central del Constituyente, ligado
necesariamente a los derechos.

Eso significa, a la vez, que en el propio preámbulo se suministra un primer principio para la interpretación
y aplicación de las normas constitucionales. Ninguna de ellas, como ninguna norma legal, decisión
administrativa o providencia judicial pueden conducir al desconocimiento de los derechos o a la ineficacia
de las garantías previstas para su efectividad.

CARÁCTER INALIENABLE DE LOS DERECHOS FUNDAMENTALES, INHERENTES A LA


DIGNIDAD HUMANA
En realidad, el Estado colombiano –siguiendo en esto el criterio de las declaraciones estadounidenses y
de la propia Constitución norteamericana-, mediante las normas constitucionales y sus desarrollos
legislativos y judiciales, no crea los derechos esenciales de la persona sino que los reconoce. Ellos son
propios e inalienables del ser humano, derivados de su dignidad y anteriores a su inclusión en normas
positivas. Como lo subrayara hace más de un siglo el jurista Georg Jellinek ablando de los Bill of Rights
americanos, por oposición a las leyes inglesas (fundadas en el derecho que viene de los antepasados), “el
individuo no debe al Estado, sino a su propia naturaleza de sujeto de derecho, los derechos que tiene
inalienables e inviolables”[5]

El artículo 94 de la Constitución colombiana de 1991 dispone: “La enunciación de los derechos y garantías
contenidos en la Constitución y en los convenios internacionales vigentes, no debe entenderse como
negación de otros que, siendo inherentes a la persona humana, no figuren expresamente en ellos”.

Esta norma es equivalente a la consagrada en la Enmienda IX de la Constitución de los Estados Unidos,


que dice: “No por el hecho de que la Constitución enumera ciertos derechos ha de entenderse que niega o
menosprecia otros que retiene el pueblo”[6].

La Corte Constitucional ha entendido el concepto de la dignidad humana, plasmado en el artículo 1 de la


Carta como uno de los fundamentos de la organización política, en los siguientes términos: “La dignidad
de la persona se funda en el hecho inconvertible de que el ser humano es, en cuanto tal, único en relación
con los otros seres vivos, dotado de la racionalidad como elemento propio, diferencial y específico, por lo
cual excluye que se lo convierta en medio para lograr finalidades estatales o privadas, pues, como lo ha
repetido la jurisprudencia, la persona es ‘un fin en sí misma’. Pero, además, tal concepto, acogido por la
Constitución, descarta toda actitud despectiva frente a sus necesidades corporales y espirituales, todas las
cuales merecen atención en el Estado Social de Derecho, que reconoce en el ser humano la razón de su
existencia y la base y justificación del sistema jurídico”[7].

La Corte ha sostenido adicionalmente esa relación entre el concepto de la dignidad humana, proveniente
de la naturaleza de la persona, y los derechos fundamentales mirados en concreto y en relación con su
efectividad, puesto que su consagración y la de los mecanismos para materializarlos constituyen desarrollo
de aquél concepto básico:

“Considera la Corte que ampliar el contenido de la dignidad humana, con tal de pasar de una concepción
naturalista o esencialista de la misma en el sentido de estar referida a ciertas condiciones intrínsecas del
ser humano, a una concepción normativista o funcionalista en el sentido de completar los contenidos de
aquella, con los propios de la dimensión social de la persona humana, resulta de especial importancia, al
menos por tres razones: primero, porque permite racionalizar el manejo normativo de la dignidad humana,
segundo, porque lo presenta más armónico con el contenido axiológico de la Constitución de 1991, y
tercero, porque abre la posibilidad de concretar con mayor claridad los mandatos de la Constitución. Los
ámbitos de protección de la dignidad humana, deberán apreciarse no como contenidos abstractos de un
referente natural, sino como contenidos concretos, en relación con las circunstancias en las cuales el ser
humano se desarrolla ordinariamente ”.[8]

Esa concreción de la dignidad humana y de los derechos inherentes a ella se traducen en “… la posibilidad
real y efectiva de gozar de ciertos bienes y de ciertos servicios que le permitan a todo ser humano funcionar
en la sociedad según sus especiales condiciones y calidades, bajo la lógica de la inclusión y de la
posibilidad real de desarrollar un papel activo en la sociedad. De tal forma que no se trata sólo de un
concepto de dignidad mediado por un cierto bienestar determinado por un cierto bienestar determinado de
manera abstracta, sino de un concepto de dignidad que además incluya el reconocimiento de la dimensión
social específica y concreta del individuo, y que por lo tanto incorpore la promoción de las condiciones
que faciliten su real incardinación en la sociedad”.[9]
LA EFECTIVIDAD DE LOS DERECHOS, UN OBJETIVO CONTITUCIONAL
Cuando el artículo 2 de la Constitución enuncia las finalidades del Estado, señala entre ellas “la de
garantizar la efectividad de los principios, derechos y deberes” consagrados en ella, y al referirse a la
justificación de la existencia de las autoridades, la misma norma estipula que están instituidas “para
proteger a todas las personas residentes en Colombia, en su vida, honra, bienes, creencias, y demás
derechos y libertades, y para asegurar el cumplimiento de los deberes sociales del Estado y los
particulares”.

Es que una de las preocupaciones primordiales de la Asamblea Nacional Constituyente fue la de establecer
en la nueva Carta normas suficientemente claras y aplicables con miras a lograr que los derechos y diversas
expresiones de la libertad no fueran meros enunciados, como tradicionalmente había ocurrido entre
nosotros, sino que en la realidad se tradujeran en disfrute cierto y palpable de los derechos, en particular
los fundamentales, y los deberes correlativos.

A ese respecto, la experiencia histórica demuestra que en Colombia tanto políticos, gobernantes,
administradores y hasta jueces han puesto toda su confianza en las manifestaciones formales y teóricas del
Derecho –y esa era una tendencia mayoritaria durante la vigencia de la anterior Constitución-, por lo cual
han estado convencidos –todavía hoy- de que basta proclamar los derechos y libertades, en leyes y
discursos, para tener un sistema jurídico democrático y justo, sin que se hayan ocupado mucho en la
verificación acerca de la virtualidad y actitud real de esas formulaciones para conseguir, en el interior de
la sociedad, la materialización de tales derechos y libertades.

De allí que, para la Asamblea Nacional Constituyente, uno de los puntos de mayor relevancia en el
contenido de su obra haya sido precisamente el de los derechos fundamentales, más que en su formulación
normativa en su materialización.

EL SOSTÉN CONSTITUCIONAL DE LOS DERECHOS


En la Constitución, entonces, existen varias columnas destinadas al sostenimiento y realización del
propósito garantista de tales derechos:

• La enunciación de los derechos fundamentales en el propio texto constitucional, en una Carta de


Derechos que cobija tanto los de primera como los de segunda y tercera generación.
• La expresa declaración de Colombia como un Estado Social de Derecho, uno de cuyos componentes
esenciales consiste en el aseguramiento de los derechos de todos los asociados (Art. 1 C.P.).
• La proclamación de la dignidad humana como postulado básico del sistema jurídico (Art. 1 C.P.).
• El reconocimiento por parte del Estado, sin discriminación alguna, de la primacía de los derechos
inalienables de la persona (Art. 5 C.P.).
• El señalamiento de los derechos en cuanto a valores del sistema jurídico, dentro de un orden justo y
democrático, con un carácter prevalente y vinculante para las ramas del poder público, para los órganos
autónomos e independientes y para las autoridades en general (Preámbulo y artículos 1, 2, 5, 11 a 41, 44,
48, 49, 93, 94, 95, 113, 152, 153, 188, 212, 213, 214, 215, 229, 250, 277-2, 278-4, 282, entre otros).
• El Bloque de constitucionalidad (Art. 93 C.P., y complementarios)
• La acción de tutela como instrumento procesal para la defensa judicial de los derechos fundamentales.
(Art. 86 C.P.)

LOS DERECHOS Y EL PAPEL DE LOS ÓRGANOS ESTATALES EN SU REALIZACIÓN


Un repaso de lo allí plasmado nos permite verificar que la Constituyente ligó la consagración de los
derechos a las correlativas funciones y obligaciones de los entes estatales y de los servidores públicos, y a
los deberes de toda persona y de todo ciudadano. Los primeros tienen como su cometido preponderante
el respeto a la dignidad de la persona humana y la efectividad de los derechos esenciales, y los segundos,
titulares de los derechos y libertades, saben que el ejercicio de los mismos implica responsabilidades y
que están obligados a respetar los derechos ajenos y ano abusar de los propios. El abuso de los derechos,
por tanto, no goza de protección constitucional y, por el contrario, está sujeto a la consiguiente
responsabilidad en sus distintos grados y modalidades.

De otra parte, en relación con el servicio público, la colaboración armónica entre las ramas y órganos que
ejercen el poder (Art. 113 C.P.) tiene por objeto el logro de los fines del Estado, no de los cuales consiste
en garantizar la efectividad de los principios, derechos y deberes consagrados en la Constitución. Las
autoridades se justifican en un Estado solamente en la medida en que –como ya lo hemos destacado-
protejan a sus súbditos en el ejercicio de los derechos y libertades, y en que aseguren materialmente el
cumplimiento de los deberes sociales del Estado y de los particulares.

El artículo 6 de la Constitución contempla la responsabilidad de los servidores públicos no solamente por


violar las normas o por extralimitación en el ejercicio de funciones, sino por omisión en el cumplimiento
de los deberes que son de su competencia, entre ellos los ya mencionados respecto de los derechos.

Pero, aunque la Constitución confía a los jueces la función trascendental de amparar los derechos merced
a su facultad –dentro de la jurisdicción constitucional- de resolver sobre las demandas de tutela incoadas
por las personas, no son ellos los únicos que se comprometen con el objetivo constitucional de la
efectividad de los derechos.

En efecto, el Congreso juega un rol de la mayor importancia al respecto, toda vez que ejerce la función
legislativa, la de reformar la Constitución y el control político (Art. 114 C.P.). Es claro que, sujeto como
está a la Constitución (Art. 3 C.P.), las normas que dicte deben estar encaminadas principalmente a la
realización de los fines del Estado, en particular a la salvaguarda de los derechos garantizados por la
Constitución a las personas residentes en Colombia, y en primer lugar de los derechos fundamentales. En
cuanto a la función de reforma de la carta, no le es permitido al Congreso sustituir una Constitución por
otra, según la ya reiterada jurisprudencia de la Corte Constitucional a partir de la Sentencia C-553 de 2003,
y por tanto, en ejercicio del poder de reformar, no podría encontrar las garantías de los derechos esenciales,
suprimirlos o hacer inoperantes los mecanismos creados por el Constituyente para su protección, como es
el caso de la acción de tutela. Y en lo que atañe al control político sobre los actos y omisiones del Gobierno
y de la administración, uno de los primeros asuntos sobre los cuales debe radicarlo está constituido
justamente por el respeto a los derechos humanos en todos los órdenes de la gestión pública.

Añádase a lo anterior que es al Congreso al que le corresponde expedir las leyes estatutarias mediante las
cuales se regulen los derechos constitucionales fundamentales y los mecanismos para su protección (art.
152 C.P.).
El Presidente de la República, por su parte, “simboliza la unidad nacional”, como lo proclama el artículo
188 constitucional, el cual destaca a renglón seguido que “al jurar el cumplimiento de la Constitución y
de las leyes, se obliga a garantizar los derechos y libertades de todos los colombianos”.

De otro lado, la Constitución delimita claramente los poderes del Presidente de la República y sus
ministros en lo relativo a la guarda del orden público, que no puede ser un pretexto para restringir o
suspender los derechos fundamentales. En ese sentido, son perentorios los artículos 93 y 214 de la Carta:
el primero declara de manera expresa la intangibilidad de los derechos fundamentales plasmados en la
Constitución y en los Tratados Internacionales ratificados por Colombia, y el segundo estipula sin rodeos
en su numeral 2: “No podrán suspenderse los derechos humanos ni las libertades fundamentales. En todo
caso se respetarán las reglas del derecho internacional humanitario. Una ley estatutaria regulará las
facultades del Gobierno durante los estados de excepción y establecerá los controles judiciales y las
garantías para proteger los derechos, de conformidad con los tratados internacionales. Las medidas que se
adopten deberán ser proporcionales a la gravedad de los hechos”.

Además, se prohíbe en el último inciso del artículo 213 de la Constitución que en el Estado de Conmoción
Interior los civiles sean investigados o juzgados por la justicia penal militar.

Y todo ello está complementado por la referencia genérica que se hace a la responsabilidad de los
servidores públicos en el artículo 6 de la Constitución, y por la específica de los artículos 214 y 215 Ibídem,
a cuyo tenor el Presidente de la República y los ministros serán responsables cuando declaren los estados
de excepción sin haberse presentado alguna de las situaciones constitucionalmente previstas, y lo serán
también por cualquier abuso cometido en el ejercicio de sus facultades.

LA ENUMERACIÓN DE LOS DERECHOS FUNDAMENTALES. CONCEPTO MATERIAL DE LOS


DERECHOS
Ya en concreto, la Constitución enuncia los derechos fundamentales, sentando las bases de sus contenidos
y restricciones o límites, respecto a lo cual es preciso advertir:

I. No consagra derechos absolutos;


II. De conformidad con la premisa ya comentada, tal enunciación no significa que se excluyan otros
derechos inherentes a la naturaleza humana;
III. No sólo se protegen los derechos aludidos en la Carta Política sino los incorporados a Tratados
Internacionales sobre Derechos Humanos ratificados por Colombia y los integrantes del Derecho
Internacional Humanitario;
IV. La inclusión de un derecho como fundamental no depende del título o del capítulo de la Constitución
en que se incluya sino de su contenido esencial Sentencia T-02 de 1992, lo que significa que la
enumeración de los derechos que se hace en el Capítulo II, Título II, de la Constitución denominado
“Derechos Fundamentales” (artículo 11 a 41) no es taxativa. De hecho, otros artículos, como por
ejemplo el 44, consagran derechos fundamentales que inclusive tienen carácter prevalente.
Los artículos 152 y 153 de la Constitución, con miras a un desarrollo legislativo adecuado para la efectiva
protección de los derechos fundamentales, exige el trámite de ley estatutaria (mayoría calificada,
aprobación en una sola legislatura y revisión previa y automática del proyecto por parte de la Corte
Constitucional) tanto para la regulación de los mismos y de los deberes de las personas como para lo
referente a los recursos y procedimientos previstos para su salvaguarda.

En este punto debemos resaltar cuál es el sentido de las normas. Precisamente en razón de la importancia
mayúscula que confiere la Constitución a la efectividad de los derechos, ha querido el Constituyente
sustraer el tema –en cuanto al núcleo esencial de los mismos y en lo pertinente a los instrumentos judiciales
que los amparan- a la competencia del Ejecutivo y aun a la del legislados ordinario, reservándolo para
que sea tratado únicamente por el Congreso mediante ley estatutaria. De suerte que una ley común no es
el ordenamiento apto para tales fines, y menos todavía lo es un decreto reglamentario expedido por el
Presidente de la República.
La acción de tutela (art. 86 de la Constitución) es el procedimiento judicial por excelencia destinado a la
defensa de los derechos fundamentales, y todo lo relativo a ella debería ser abordado de manera exclusiva
por leyes estatutarias.

Eso implica que, como lo expresó varias veces la Corte Constitucional antes de que el Consejo de Estado
(Sentencia del 18 de julio de 2002) declarara su validez, en realidad el Decreto reglamentario 1382 de
julio 12 de 2000, por el cual se modificaron arbitrariamente las reglas constitucionales de competencia
para resolver sobre acciones de tutela, es abiertamente inconstitucional.

No se olvide que la Corte Constitucional, mediante numerosas providencias que resolvieron conflictos de
competencia en la materia, inaplicó de manera reiterada tal decreto e inclusive extendió los efectos de esa
inaplicación a todos los casos en que se configuraran idénticos supuestos de hecho (Auto 71 de 2001,
M.P.: Dr. Manuel José Cepeda).

Empero, como de conformidad con el artículo 237, numeral 2, de la Constitución, no era la Corte
Constitucional el organismo competente para resolver sobre su constitucionalidad sino la Sección Primera
de la Sala de lo Contencioso Administrativo del Consejo de Estado, una vez ella profirió el mencionado
fallo sobre legalidad del Decreto, la Corte no tuvo otro remedio que dejar de inaplicarlo, pese a la notoria
vulneración de las disposiciones fundamentales (Sentencia SU-219 del 13 de marzo de 2003. M.P.: Dra.
Clara Inés Vargas Hernández).

EL ARTÍCULO 93 DE LA CONSTITUCIÓN. EL BLOQUE DE CONSTITUCIONALIDAD. EL


TRATADO DE ROMA
El artículo 93 de la Constitución es de la mayor importancia dentro del sistema colombiano de protección
de los derechos fundamentales, pues da base a la doctrina sentada por la Corte Constitucional sobre el
Bloque de Constitucionalidad.

Al respecto, debemos recordar lo ya expuesto en la revista ELEMENTOS DE JUICIO:

“Hoy no se puede analizar el tema de la protección constitucional de los derechos fundamentales sin hacer
referencia al “bloque de constitucionalidad”, que se ha desarrollado jurisprudencialmente para referirse a
un complejo normativo prevalente cuya estructura básica es la Constitución del Estado, con la cual se
integran los Tratados Internacionales sobre Derechos Humanos y la doctrina de los tribunales al respecto,
que se desprende de aquéllos, con el objeto de garantizar el imperio de un ordenamiento coherente y dotado
de eficacia que garantice la intangibilidad de tales derechos[10].

Se trata de reconocer integrados a la Constitución Política varios componentes normativos (disposiciones


generales, convenios o tratados y decisiones) a los que se reconocen una jerarquía superior en cuanto
resguardan los derechos humanos y aseguran su efectividad.

No ha sido uniforme ni taxativa nuestra jurisprudencia constitucional cuando se ha tratado de definir cuáles
son en definitiva esos componentes. No se ha dicho la última palabra acerca de lo que hace parte y de lo
que no hacer parte del “bloque de constitucionalidad”.

La Corte Constitucional, en varias sentencias, ha ido construyendo la teoría del “bloque de


constitucionalidad”, y al respecto ha hecho aportes fundamentales con miras a estructurar un verdadero
sistema constitucional de protección de los derechos humanos, aunque, desde luego, su visión respecto al
contenido del “bloque” no ha sido siempre la misma; sucesivamente ha ido aceptando y excluyendo
componentes del mismo, básicamente alrededor del artículo 93 de la Constitución Política, a cuyo tenor
los Tratados Internacionales sobre derechos humanos prevalecen en el orden interno y serán criterio y
punto de referencia vinculante acerca de la interpretación de las disposiciones constitucionales sobre la
materia[11].
Del artículo 93 de la Carta Política se derivan tres reglas de primer orden y de excepcional valor para la
conformación del sistema de protección de los derechos fundamentales:

a. Se establece la prevalencia en el orden interno de los tratados y convenios internacionales ratificados


por Colombia;
b. Se sienta el principio –que no existía en la Constitución anterior-, reafirmado en el artículo 214-2 de la
Constitución, según el cual está prohibido suspender o limitar los derechos humanos durante los estados
de excepción;
c. Se ordena que los derechos y deberes consagrados en la Constitución sean interpretados (ello es
imperativo) de conformidad con los tratados internacionales sobre derechos humanos ratificados por
Colombia.

El Acto Legislativo 2 de 2001 permitió al Estado colombiano reconocer la jurisdicción de la Corte Penal
Internacional (Estatuto de Roma, adoptado el 17 de julio de 1998 por la Conferencia de Plenipotenciarios
de las Naciones Unidas) y, en consecuencia, ratificar el Tratado.

Advirtió el Acto Legislativo que la admisión de un tratamiento diferente en materias sustanciales por parte
del Estatuto de Roma con respecto a las garantías constitucionales (por ejemplo, la prohibición de la
cadena perpetua o la imprescriptibilidad de las penas) tendrá efectos exclusivamente dentro del ámbito de
la materia regulada en dicho Tratado, es decir, solamente en lo que respecta a la jurisdicción y actividad
de la Corte Penal Internacional.

En suma, la Constitución de 1991 refleja un concepto humanitario que predominó entre los delegatarios a
la Asamblea Nacional Constituyente, proclama el respeto a la dignidad de la persona humana como uno
de sus fundamentos, y, en concordancia con ello, propende a la materialización y efectividad de los
derechos esenciales propios de esa dignidad.

Tomado de Revista Elementos de Juicio, Temas Constitucionales. Tomo 17, 2011.

persona.
Además cabe resaltar que ambos están regidos bajo una serie de reglas o parámetros que están
para la sociedad dándole así un toque de responsabilidad tanto con la persona en sí y el estado.
Por lo tanto el fin de estas dos es garantizar que estos derechos se cumplan para que
haya igualdad y justicia. Pero lo más importante es que los ciudadanos sepan hasta donde van los
derechos y donde empiezan sus deberes.
Sin embargo cabe enunciar que algunos derechos de la Declaración Universal y los de la
Constitución política de Colombia; son en ocasiones pasados por alto, no siendo respetados; puesto
que la supuesta República participativa que reivindica el protagonismo del individuo, que facilita la
participación de todos los ciudadanos en las decisiones que los afectan, en la vida económica,
política administrativa y cultural de la nación no han sido la más eficiente debido a que son muy
pocos los que participan en todo lo referente al estado.
Otro en las discriminaciones por motivos étnicos, religidel respeto hacia los derechos de nuestros
semejantes.
Transcripción de Comparación Derechos humanos-derechos fundamentales
Comparación Derechos humanos-derechos fundamentales
Introducción
derechos humanos
LA ASAMBLEA GENERAL proclama la presente DECLARACIÓN UNIVERSAL DE
DERECHOS HUMANOS como ideal común por el que todos los pueblos y naciones deben
esforzarse, a fin de que tanto los individuos como las instituciones, inspirándose constantemente en
ella, promuevan, mediante la enseñanza y la educación, el respeto a estos derechos y libertades, y
aseguren, por medidas progresivas de carácter nacional e internacional, su reconocimiento y
aplicación universales y efectivos, tanto entre los pueblos de los Estados Miembros como entre los
de los territorios colocados bajo su jurisdicción.

derecho humano
articulo 6: todo ser humano tiene derecho al reconocimiento de pesonalidad juridica
Articulo 15: toda persona tiene derecho a una nacionalidad
derecho humano
Articulo 12: nadie sera objeto de injerencia a su vida privada, familia o domicilio
derecho humano
Articulo 7: todos somos iguales ante la ley sin distinción, derecho a igual protección de la ley.
derechos fundamentales
son los derechos inherentes a la persona humana. Usualmente se les ha identificado con los
derechos individuales, sin embargo en Colombia han sido reconocidos por la Corte Constitucional
algunos derechos pertenecientes a la llamada segunda generación, es decir, ha reconocido como
derechos fundamentales ciertos derechos sociales que son necesarios para que la persona humana
cuente con una vida digna.
derecho fundamental
Articulo 14 : todos tenemos derecho al reconocimiento y libre desarrollo de la personalidad
derecho humano
derecho fundamental
Articulo 24: todos los colombianos con limitaciones que establece la ley tiene derecho a circular
libremente por el territorio nacional
derecho fundamental
todos tenemos derecho a una intimidad personal y su buen nombre
derecho fundamental
Articulo 13: todos tenemos este derecho a la misma protección por razones de sexo, razas, origen o
nacionalidad.
derecho humano
Articulo 1Todos los seres humanos nacen libres e iguales
en dignidad y derechos y, dotados como están
de razón y conciencia, deben comportarse fraternalmente los unos con los otros.

Artículo 13. Todas las personas nacen libres e iguales ante la ley, recibirán la misma protección y
trato de las autoridades y gozarán de los mismos derechos, libertades y oportunidades sin ninguna
discriminación por razones de sexo, raza, origen nacional o familiar, lengua, religión, opinión
política o filosófica.
derecho fundamental
derecho humano
Articulo 11: Toda persona acusada de delito tiene derecho a que se presuma su inocencia mientras
no se pruebe su culpabilidad, conforme a la ley y en juicio público en el que se le hayan asegurado
todas las garantías necesarias para su defensa.
derechos fundamentales
Art. 30. Quien estuviere privado de su libertad, y creyere estarlo ilegalmente, tiene derecho a
invocar ante cualquier autoridad judicial, en todo tiempo,
Art. 31. Toda sentencia judicial podrá ser apelada o consultada, salvo las excepciones que consagre
la ley.
derecho humano
Articulo 14: En caso de persecución, toda persona tiene derecho a buscar asilo, y a disfrutar de él,
en cualquier país.
derecho fundamental
Articulo 36: Se reconoce el derecho de asilo en los términos previstos en la ley.
Articulo 5:
Nadie será sometido a torturas ni a penas o tratos crueles, inhumanos o degradantes.

Derecho humano
Derechos fundamentales
Articulo 12: Este artículo consagra el derecho a la integridad personal al prohibir la desaparición
forzada que es un crimen de lesa humanidad
Articulo 5: Nadie será sometido a torturas ni a penas o tratos crueles, inhumanos o degradantes.
derecho humano
derecho fundamental
Articulo 23: Con el derecho de petición se garantiza el acceso de los particulares a la información
pública, y por ende el acceso a la justicia.

LOS 30 DERECHOS HUMANOS


Lista, resumen y explicaciones
Los 30 derechos humanos universales
Se conoce como los 30 derechos humanos a la lista elaborada por las Naciones Unidas en
1948. El verdadero nombre es Declaración Universal de los Derechos Humanos.

Encontrarás toda la información relevante los 30 derechos humanos universales resumida.


Además podrás encontrar diferentes versiones en PDF para descargar resumidos y
completos.

¿Cuáles son los 30 derechos


humanos y cuál es la idea principal
de cada uno?
Contenido
A continuación enumeramos la lista de los 30 derechos humanos universales. Mucha gente se
pregunta cuáles son estos DDHH y lo que es más sorprendente cuáles son los de Colombia,
México, Venezuela o Argentina. Son los mismos, pese a que desgraciadamente se vulneren
casi en su totalidad y en todas partes del mundo.

Lista de los 30 derechos humanos:


1. Todos nacemos libres e iguales en dignidad y
derechos.
Como nacemos iguales, debemos ser tratados de la misma manera. La lista de los 30
derechos humanos empieza con un artículo claro: no hay categorías de humanos.

2. Nadie debe ser excluido de estos derechos, ya


sea por “raza, color, sexo, idioma, religión, opinión
(política o de de lo que sea)”.
Al ser dignos de estos derechos, ninguna persona debe sufrir discriminación.

3. Todos y todas tenemos derecho a la vida, a la


libertad y a la seguridad.
4. Nadie estará sometido a esclavitud ni a
servidumbre.
La Declaración Universal de los DDHH prohibe la esclavitud y la trata de personas de todo
tipo.

5. Nadie será sometido a torturas.


La crueldad e inhumanidad son contrarias a los derechos. Este es probablemente el más
violado de los derechos humanos, junto al artículo 2.

6.Todos y todas tenemos derecho al


reconocimiento de nuestra personalidad jurídica.
Sin importar donde estés o de donde vengas, debes ser tratado como un igual.

7. Todos y todas somos iguales ante la ley.


En teoría, todos los seres humanos deben ser tratados de la misma manera ante la ley.
8. Todos y todas tenemos derecho a “un recurso
efectivo ante los tribunales nacionales
competentes”.
Esto significa que tenemos derecho de pedir a la ley que nos ampare cuando hemos sufrido
una injusticia.

9. Ninguna persona podrá sufrir arbitrariamente


detención, encarcelamiento o destierro.
Otra de las grandes vulneraciones de la lista de los 30 derechos humanos.

10. Todos y todas tenemos derecho a un juicio


justo.
11. Todos y todas somos inocentes hasta que no
se demuestre lo contrario.
Derecho a presunción de inocencia. Este artículo también recoge que nadie será condenado
por hechos que en el momento en que se cometieron no eran considerados delitos.

12. Todos y todas tenemos derecho a la intimidad.


Según la Declaración: “nadie será objeto de injerencias arbitrarias en su vida privada, su
familia, su domicilio o su correspondencia”.

13. Todos y todas tenemos derecho a la libertad


de movimiento y residencia dentro de nuestro
país, así como a salir al extranjero y volver.
La mayoría de los países del mundo no dejan moverse a las personas libremente, ni dentro ni
fuera del país, pese a que está recogido en la lista de los 30 derechos humanos.

14. Todos y todas tenemos derecho a un lugar


seguro donde vivir.
Esto significa que toda persona tiene derecho a buscar asilo fuera de su país si dentro es
amenazado, siempre que los motivos no estén relacionados por delitos o actos opuestos a los
de la ONU.

15. Todos y todas tenemos derecho a una


nacionalidad.
Derecho a una nacionalidad o a cambiar de la misma.

16. Todos y todas tenemos derecho al matrimonio


de libre consentimiento.
17. Todos y todas tenemos derecho a tener
propiedades individuales colectivas.
Nadie será privado de sus propiedades.

18. Todos y todas tenemos derecho a libertad de


pensamiento, credo u opinión.

19. Todos y todas tenemos derecho a expresarnos


libremente.
20. Todos y todas tenemos derecho a reunirnos o
asociarnos libremente.
Nadie sufrirá la prohibición de reunión o asociación pacífica ni será obligado a asociarse.

21. Todos y todas tenemos derecho a elegir a


nuestros gobernantes.
Esto se decidirá a través de elecciones periódicas, por sufragio universal e igual y por voto
secreto u procedimiento similar que garantice la libertad del voto.
22. Todos y todas tenemos derecho a la seguridad
social.
23. Todos y todas tenemos derecho a un trabajo
digno.
Tenemos derecho a un trabajo, a elegirlo y a ser protegidos contra el paro o desempleo, a un
salario justo y a sindicarnos.

24. Todos y todas tenemos derecho al descanso y


al tiempo libre.
Este artúculo reconoce que además de derecho a descansar del trabajo, debemos gozar de
unas vacaciones periódicas remuneradas y de una limitación razonable del tiempo de trabajo.

25. Todos y todas tenemos derecho a un nivel de


vida digno.
Esto significa que tenemos derecho a comida, ropa, vivienda, sanidad y otros servicios
sociales básicos. También en caso de enfermedad, invalidez o vejez, debemos gozar de
ayudas para que este derecho no sea vulnerado.

26. Todos y todas tenemos derecho a la


educación.
La educación y la formación deben estar al alcance de todas las personas
independientemente de su condición social o económica.

27. Todos y todas tenemos derecho a la cultura.


Derecho a formar parte de la vida cultural y científica de la comunidad. Este artúcleo defiende
también el derecho a la protección de autor de las producciones particulares (científicas,
literarias o artísticas), lo que se conoce como derechos de autor.

28. Todos y todas tenemos derecho a que se


hagan patentes los derechos recogidos en esta
lista.
29. Todos y todas tenemos deberes respecto a la
comunidad.
30. Estos derechos no pueden ser suprimidos.

La lista de los 30 derechos humanos universales, cuyo nombre es la Declaración Universal de


los Derechos Humanos es un documento de la Asamblea de las Naciones Unidas, el cual fue
redactado tras finalizar la Segunda Guerra Mundial y aprobado en Paris el 10 de diciembre de
1948.

En el momento de su aprobación participaron 58 países miembro de la Asamblea, de los


cuales 8 de ellos votaron en contra de su aprobación (los países miembros de la ONU que
eran parte del llamado “bloque del este”, así como Sudáfrica y Arabia Saudí).

Esta declaración toma como punto de partida otras similares y precedentes, principalmente la
Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano (1789) y El Convenio de Ginebra
sobre la esclavitud (1925).

Si quieres leer el documento extenso redactado y publicado por la ONU puedes leerlos uno a
uno en la sección de artículos de los derechos humanos, puedes hacerlo directamente de la
página de la ONU, donde también encontrarás una versión descargable en PDF.
Capítulo 1: De los derechos
fundamentales
Artículo 11

Artículo 11. El derecho a la vida es inviolable. No habrá pena de muerte.

Artículo 12

Artículo 12. Nadie será sometido a desaparición forzada, a torturas ni a tratos


o penas crueles, inhumanos o degradantes.

Artículo 13

Artículo 13. Todas las personas nacen libres e iguales ante la ley, recibirán la
misma protección y trato de las autoridades y gozarán de los mismos
derechos, libertades y oportunidades sin ninguna discriminación por razones de
sexo, raza, origen nacional o familiar, lengua, religión, opinión política o
filosófica. El Estado promoverá las condiciones para que la igualdad sea real y
efectiva y adoptará medidas en favor de grupos discriminados o marginados. El
Estado protegerá especialmente a aquellas personas que por su condición
económica, física o mental, se encuentren en circunstancia de debilidad
manifiesta y sancionará los abusos o maltratos que contra ellas se cometan.
Artículo 14

Artículo 14. Toda persona tiene derecho al reconocimiento de su personalidad


jurídica.

Artículo 15

Artículo 15. Todas las personas tienen derecho a su intimidad personal y


familiar y a su buen nombre, y el Estado debe respetarlos y hacerlos respetar.
De igual modo, tienen derecho a conocer, actualizar y rectificar las
informaciones que se hayan recogido sobre ellas en los bancos de datos y en
archivos de entidades públicas y privadas. En la recolección, tratamiento y
circulación de datos se respetarán la libertad y demás garantías consagradas
en la Constitución. La correspondencia y demás formas de comunicación
privada son inviolables. Sólo pueden ser interceptados o registrados mediante
orden judicial, en los casos y con las formalidades que establezca la ley. Con el
fin de prevenir la comisión de actos terroristas, una ley estatutaria
reglamentará la forma y condiciones en que las autoridades que ella señale,
con fundamento en serios motivos, puedan interceptar o registrar la
correspondencia y demás formas de comunicación privada, sin previa orden
judicial, con aviso inmediato a la Procuraduría General de la Nación y control
judicial posterior dentro de las treinta y seis (36) horas siguientes. Al iniciar
cada período de sesiones el Gobierno rendirá informe al Congreso sobre el uso
que se haya hecho de esta facultad. Los funcionarios que abusen de las
medidas a que se refiere este artículo incurrirán en falta gravísima, sin
perjuicio de las demás responsabilidades a que hubiere lugar. Para efectos
tributarios judiciales y para los casos de inspección, vigilancia e intervención
del Estado, podrá exigirse la presentación de libros de contabilidad y demás
documentos privados, en los términos que señale la ley.

* Modificado por Acto Legislativo 2/2003.

Artículo 16

Artículo 16. Todas las personas tienen derecho al libre desarrollo de su


personalidad sin más limitaciones que las que imponen los derechos de los
demás y el orden jurídico.

Artículo 17

Artículo 17. Se prohiben la esclavitud, la servidumbre y la trata de seres


humanos en todas sus formas.

Artículo 18
Artículo 18. Se garantiza la libertad de conciencia. Nadie será molestado por
razón de sus convicciones o creencias ni compelido a revelarlas ni obligado a
actuar contra su conciencia.

Artículo 19

Artículo 19. Se garantiza la libertad de cultos. Toda persona tiene derecho a


profesar libremente su religión y a difundirla en forma individual o colectiva.
Todas las confesiones religiosas e iglesias son igualmente libres ante la ley.

Artículo 20

Artículo 20. Se garantiza a toda persona la libertad de expresar y difundir su


pensamiento y opiniones, la de informar y recibir información veraz e
imparcial, y la de fundar medios masivos de comunicación. Estos son libres y
tienen responsabilidad social. Se garantiza el derecho a la rectificación en
condiciones de equidad. No habrá censura.

Artículo 21

Artículo 21. Se garantiza el derecho a la honra. La ley señalará la forma de su


protección.

Artículo 22

Artículo 22. La paz es un derecho y un deber de obligatorio cumplimiento.

Artículo 23

Artículo 23. Toda persona tiene derecho a presentar peticiones respetuosas a


las autoridades por motivos de interés general o particular y a obtener pronta
resolución. El legislador podrá reglamentar su ejercicio ante organizaciones
privadas para garantizar los derechos fundamentales.

Artículo 24

Artículo 24. Todo colombiano, con las limitaciones que establezca la ley, tiene
derecho a circular libremente por el territorio nacional, a entrar y salir de él, y
a permanecer y residenciarse en Colombia. El Gobierno Nacional podrá
establecer la obligación de llevar un informe de residencia de los habitantes del
territorio nacional, de conformidad con la ley estatutaria que se expida para el
efecto.

* Modificado por Acto Legislativo 2/2003.


Artículo 25

Artículo 25. El trabajo es un derecho y una obligación social y goza, en todas


sus modalidades, de la especial protección del Estado. Toda persona tiene
derecho a un trabajo en condiciones dignas y justas.

Artículo 26

Artículo 26. Toda persona es libre de escoger profesión u oficio. La ley podrá
exigir títulos de idoneidad. Las autoridades competentes inspeccionarán y
vigilarán el ejercicio de las profesiones. Las ocupaciones, artes y oficios que no
exijan formación académica son de libre ejercicio, salvo aquellas que impliquen
un riesgo social. Las profesiones legalmente reconocidas pueden organizarse
en colegios. La estructura interna y el funcionamiento de éstos deberán ser
democráticos. La ley podrá asignarles funciones públicas y establecer los
debidos controles.

Artículo 27

Artículo 27. El Estado garantiza las libertades de enseñanza, aprendizaje,


investigación y cátedra.

Artículo 28

Artículo 28. Toda persona es libre. Nadie puede ser molestado en su persona o
familia, ni reducido a prisión o arresto, ni detenido, ni su domicilio registrado,
sino en virtud de mandamiento escrito de autoridad judicial competente, con
las formalidades legales y por motivo previamente definido en la ley. La
persona detenida preventivamente será puesta a disposición del juez
competente dentro de las treinta y seis (36) horas siguientes, para que este
adopte la decisión correspondiente en el término que establezca la ley. En
ningún caso podrá haber detención, prisión ni arresto por deudas, ni penas y
medidas de seguridad imprescriptibles. Una ley estatutaria reglamentará la
forma en que, sin previa orden judicial, las autoridades que ella señale puedan
realizar detenciones, allanamientos y registros domiciliarios, con aviso
inmediato a la Procuraduría General de la Nación y control judicial posterior
dentro de las treinta y seis (36) horas siguientes, siempre que existan serios
motivos para prevenir la comisión de actos terroristas. Al iniciar cada período
de sesiones el Gobierno rendirá informe al Congreso sobre el uso que se haya
hecho de esta facultad. Los funcionarios que abusen de las medidas a que se
refiere este artículo incurrirán en falta gravísima, sin perjuicio de las demás
responsabilidades a que hubiere lugar.

* Modificado por Acto Legislativo 2/2003.


Artículo 29

Artículo 29. El debido proceso se aplicará a toda clase de actuaciones judiciales


y administrativas. Nadie podrá ser juzgado sino conforme a leyes preexistentes
al acto que se le imputa, ante juez o tribunal competente y con observancia de
la plenitud de las formas propias de cada juicio. En materia penal, la ley
permisiva o favorable, aun cuando sea posterior, se aplicará de preferencia a la
restrictiva o desfavorable. Toda persona se presume inocente mientras no se la
haya declarado judicialmente culpable. Quien sea sindicado tiene derecho a la
defensa y a la asistencia de un abogado escogido por él, o de oficio, durante la
investigación y el juzgamiento; a un debido proceso público sin dilaciones
injustificadas; a presentar pruebas y a controvertir las que se alleguen en su
contra; a impugnar la sentencia condenatoria, y a no ser juzgado dos veces
por el mismo hecho. Es nula, de pleno derecho, la prueba obtenida con
violación del debido proceso.

Artículo 30

Artículo 30. Quien estuviere privado de su libertad, y creyere estarlo


ilegalmente, tiene derecho a invocar ante cualquier autoridad judicial, en todo
tiempo, por sí o por interpuesta persona, el Habeas Corpus, el cual debe
resolverse en el término de treinta y seis horas.

Artículo 31

Artículo 31. Toda sentencia judicial podrá ser apelada o consultada, salvo las
excepciones que consagre la ley. El superior no podrá agravar la pena
impuesta cuando el condenado sea apelante único.

Artículo 32

Artículo 32. El delincuente sorprendido en flagrancia podrá ser aprehendido y


llevado ante el juez por cualquier persona. Si los agentes de la autoridad lo
persiguieren y se refugiare en su propio domicilio, podrán penetrar en él, para
el acto de la aprehensión; si se acogiere a domicilio ajeno, deberá preceder
requerimiento al morador.

Artículo 33

Artículo 33. Nadie podrá ser obligado a declarar contra sí mismo o contra su
cónyuge, compañero permanente o parientes dentro del cuarto grado de
consanguinidad, segundo de afinidad o primero civil.

Artículo 34
Artículo 34. Se prohíben las penas de destierro, prisión perpetua y
confiscación. No obstante, por sentencia judicial, se declarará extinguido el
dominio sobre los bienes adquiridos mediante enriquecimiento ilícito, en
perjuicio del Tesoro público o con grave deterioro de la moral social.

Artículo 35

Artículo 35. La extradición se podrá solicitar, conceder u ofrecer de acuerdo


con los tratados públicos y, en su defecto, con la ley. Además, la extradición
de los colombianos por nacimiento se concederá por delitos cometidos en el
exterior, considerados como tales en la legislación penal colombiana. La Ley
reglamentará la materia. La extradición no procederá por delitos políticos. No
procederá la extradición cuando se trate de hechos cometidos con anterioridad
a la promulgación de la presente norma.

Artículo 36

Artículo 36. Se reconoce el derecho de asilo en los términos previstos en la


ley.

Artículo 37

Artículo 37. Toda parte del pueblo puede reunirse y manifestarse pública y
pacíficamente. Sólo la ley podrá establecer de manera expresa los casos en los
cuales se podrá limitar el ejercicio de este derecho.

Artículo 38

Artículo 38. Se garantiza el derecho de libre asociación para el desarrollo de las


distintas actividades que las personas realizan en sociedad.

Artículo 39

Artículo 39. Los trabajadores y empleadores tienen derecho a constituir


sindicatos o asociaciones, sin intervención del Estado. Su reconocimiento
jurídico se producirá con la simple inscripción del acta de constitución. La
estructura interna y el funcionamiento de los sindicatos y organizaciones
sociales y gremiales se sujetarán al orden legal y a los principios democráticos.
La cancelación o la suspensión de la personería jurídica sólo procede por vía
judicial. Se reconoce a los representantes sindicales el fuero y las demás
garantías necesarias para el cumplimiento de su gestión. No gozan del derecho
de asociación sindical los miembros de la Fuerza Pública.

Artículo 40
Artículo 40. Todo ciudadano tiene derecho a participar en la conformación,
ejercicio y control del poder político. Para hacer efectivo este derecho puede:

1. Elegir y ser elegido.


2. Tomar parte en elecciones, plebiscitos, referendos, consultas populares y
otras formas de participación democrática.
3. Constituir partidos, movimientos y agrupaciones políticas sin limitación
alguna; formar parte de ellos libremente y difundir sus ideas y programas.
4. Revocar el mandato de los elegidos en los casos y en la forma que
establecen la Constitución y la ley.
5. Tener iniciativa en las corporaciones públicas.
6. Interponer acciones públicas en defensa de la Constitución y de la ley.
7. Acceder al desempeño de funciones y cargos públicos, salvo los
colombianos, por nacimiento o por adopción, que tengan doble nacionalidad.
La ley reglamentará esta excepción y determinará los casos a los cuales ha de
aplicarse.

Las autoridades garantizarán la adecuada y efectiva participación de la mujer


en los niveles decisorios de la Administración Pública.

Artículo 41

Artículo 41. En todas las instituciones de educación, oficiales o privadas, serán


obligatorios el estudio de la Constitución y la Instrucción Cívica. Así mismo se
fomentarán prácticas democráticas para el aprendizaje de los principios y
valores de la participación ciudadana. El Estado divulgará la Constitución.

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