LARROSA, JORGE.
En esta parte el autor nos muestra la interrelación que existe entre formación, lectura,
experiencia y biblioteca. Como una experiencia que será para nosotros y que afectara
nuestro entorno en general y como percibimos el mundo y nuestra realidad.
En un principio se plantea la relación que se crea entre un libro y su escritor, como este al
ser publicado deja de ser suyo, se vuelve tan público que sus palabras podrían ser de
cualquiera, como dice Larrosa: "lees palabras que parecen ser de nadie, tan de nadie que
podrían ser tuyas" pero no son solo las palabras en cuanto a la escritura, la lectura en sí, es
la palabra; siempre estamos leyendo, no solo letras, sino también personas, sentimientos,
lugares y del mismo modo, siempre estamos escribiendo, copiando, identificándonos y
etc... lo que leemos no es lo que escribe o muestra un autor, lo que se lee, es lo que lee cada
uno, ¿qué tomamos de cada lectura? ¿qué entendemos? qué escribimos acerca de eso? la
pregunta en sí invita a pensar, pues es la que crea la apropiación, pero ¿qué piensa cada
uno? de aquí parte un análisis acerca del estudio, en el cual se habla como el leer y escribir
son la base de este, para estudiar se debe escribir lo que se lee y al mismo tiempo leer lo
que se escribe; un ejemplo de esto es algo que a la mayoría seguro nos ha pasado, en el
colegio o incluso en la universidad; a la hora de hacer trampa en un examen, te das cuenta
que todas las respuestas que escribiste en aquella pequeña y escondida hojita de papel, ya
están en tu memoria, y ni siquiera tienes que hacer uso de ella, ¿para qué intenté hacer
trampa si ya me sabía las respuestas? en el momento en que escribiste a nivel casi
microscópico aquellas respuestas las estabas estudiando, lo consideraste tan importante que
te apropiaste de esas palabras, y de una forma "intrínseca" estudiaste lo que debías estudiar.
Larrosa Busca por encima de todo, elogiar las palabras, mostrar como estas pueden ser de
todo el mundo, y aún así crear voces, ¿cómo un conjunto de algo tan público puede
volverse de cada uno y en un segundo pasar a ser de nadie? la palabra en sí no tiene dueños,
pero cada persona puede buscar una voz a través de ellas.
La experiencia es algo particular de cada persona, la experiencia son cosas que me pasan a
mí, sobre mí, son cosas que pasan fuera de mi y me afectan de tal modo que pueden hacer
cambiar mi forma de pensar, de sentir, de vivir; esas cosas que pasan no dependen de mí,
no soy yo quien actúa, es lo que pasa afuera que actúa sobre mí, puede alterarme según
reciba eso que me pasa.
A eso que nos pasa de afuera hacia adentro, es reflexivo pues nos hacen pensar sobre
nuestra vida; la experiencia es subjetiva, se puede ver abiertamente desde diferentes puntos
y según se mire transforma algo dentro de nosotros.
La experiencia en la lectura es algo común para nosotros pero como lo dice, para que
leemos algo que nos interesa ya que por lo regulas sabemos mucho sobre lo que nos
interesa, lo más probable es que no haya un nuevo conocimiento, debemos leer textos que
no nos interesen pues allí es donde encontramos los nuevos conocimientos, nuevas
experiencias, además, de nada nos sirve leer por leer, existen muchas personas que leen y
comprenden el texto, pero no aplican eso leído a su vida, por eso son personas analfabetas
aun si saben leer correctamente.
Debemos leer libro que nos despierten sobre una realidad o un conocimiento nuevo, no los
que queremos que digan lo que queremos, pues de ese modo, nosotros escribiríamos uno
que diga lo que queremos.
Esos libros nos aportan nuevos conocimientos, nuevas experiencias, para hablar de temas
desconocidos, mas seguridad para formar nuestras propias teorías e interesarnos por
algunos temas.
No se trata de lo que sepa o piense el escritor, es como eso que leo lo aplico a mi vida,
como influye en mi. La experiencia es algo innato en el ser humano, es algo cotidiano, del
diario vivir, la experiencia es algo singular y no universal como la ciencia debido a que la
experiencia cambia según la persona, pero la ciencia es un conocimiento es definitivo, e
invariable.
La experiencia muere con la persona, las experiencias nos llevan a nuevos conocimientos
para nuestra vida.
Por otro lado, Larrosa nos deja ver dos lados de la experiencia del uno que remiten al
significado público y convencional, la univocidad y precisión de las palabras; un lenguaje
que permite la comunicación en tanto la experiencia íntima del lenguaje es la cara interna,
el modo en que adquiere significado propio, aunque éste nunca es total, siempre hay algo
en él que es del otro que lo transmite, lo cual requiere de todo un proceso que rompa con
ese lenguaje público que privilegia el proceso educativo.
En otro lugar el autor recurre a la película Falso movimiento para abordar la dificultad de
liberar al lenguaje de formas establecidas hechas de "hojalata", que dificultan el hablar o el
ver y dejan una sensación de estar ausente y una imposibilidad de emprender el viaje hacia
el relato, la escritura, o hacia uno mismo ante el malestar del lenguaje, que Larrosa
relaciona con imposibilidad de la formación. Aborda también la relación entre lectura y
metamorfosis a partir del poema de "El lector" de J. M. Rilke, que tiene a su vez su origen
en la pintura "La lectura" de E. Manet, donde ambos muestran, uno con palabras y el otro
con imágenes, a un lector que es mirado en el acto de la lectura, y los enigmas que suscita
esa dimensión interior tan insondable en tanto que oculta a la mirada del otro la experiencia
de la lectura, en donde el lector se despersonaliza y el texto pierde su estabilidad en esa
relación embriagadora; es decir, donde el lector es embebido por el texto y a la inversa,
donde la mirada está involucrada y recoge, fragmenta, se convierte en tiempo y deja
aparecer lo existente para que advenga la metamorfosis del lector y éste quede alterado para
siempre. De alguna manera este aspecto se vincula con el capítulo II, "Los peligros de la
lectura". Larrosa ofrece ahí antecedentes sobre los poderes de la palabra y de los efectos
que éstas tienen sobre las personas y que están presentes en las fórmulas verbales con
intenciones maléficas o terapéuticas identificadas en prácticas culturales muy antiguas.
Significación anímica, los libros están hechos de palabras que contienen sustancias
inmateriales capaces de influir en el alma de los lectores, controlar la circulación y el uso
que se funda en las creencias sobre la relación que existe entre la lectura y la salud , en
metáforas expresadas a través de la lectura donde el lector se alimenta y es también una
suerte de fármaco que contiene beneficios y peligros, por lo que la literatura y otros géneros
son objeto de vigilancia y también derivan su clasificación y son sometidos por alguna
moral.
Otro de los autores que aborda Larrosa en relación con lectura es Proust, quien relata en su
obra Sobre la lectura sus experiencias con esta actividad que lo llevan a escribir su obra En
busca del tiempo perdido, y en especial El tiempo recobrado: las experiencias pasadas que
han dejado huellas, inscritas en alguna parte del cuerpo y cuya ausencia es una liga de
tiempo elástica que en algún momento se recupera con la lectura que no es la utilitaria, sino
aquella que está fuera del control de las necesidades, a las cuales no busca. La lectura,
afirma Proust, puede ser beneficiosa pero también perjudicial, como lo describe en su lista
de bibliopatologías en las que sugiere una biblioterapia que puede alcanzarse, retirándose a
su interior y esperar una intervención que pueda producir algo en el lector.
El autor también nos lleva de viaje por textos haciendo de la lectura un trayecto por
laberintos en donde los lectores que se pierden son conducidos por guías pedagógicos y
tutelados que enseñan el camino y lo que se debe ver (leer), o por el contrario pueden tomar
rumbos desconocidos y deambular hasta que todo se vuelva legible. En cuanto a la lectura
como traducción, en ella el lector hace trabajar a la lengua para que diga no lo literal sino el
sentido, aunque para ello éste se transgreda. De hecho en todos los capítulos Larrosa hace
entrar y salir a sus lectores en las vidas y textos de una diversidad de filósofos y literaturas,
en un viaje por las experiencias de su leer y escribir.