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Tema 6.

La población mundial: modelos demográficos y desigualdades


espaciales

I.- INTRODUCCIÓN

II.- EVOLUCIÓN HISTÓRICA DE LA POBLACIÓN MUNDIAL. LA TRANSICIÓN


DEMOGRÁFICA. MODELOS.

III.- ANÁLISIS DE LA POBLACIÓN MUNDIAL

1.- La distribución de la población en el mundo

2.- La estructura de la población

2.1.- Natalidad y fecundidad

2.2.- Mortalidad

2.3.- Pirámides de población

2.4.- El envejecimiento de la población

2.5.- La población activa

3.- LAS MIGRACIONES

4.- Las políticas de población

5.- El IDH

6.- Problemas derivados de la explosión demográfica

IV.- CONCLUSIÓN

V.- BIBLIOGRAFÍA

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I.- INTRODUCCIÓN

Para abordar de una forma sucinta el problema de la población hoy, es necesario tener
presentes varios hechos:
1. que el hombre es la única especie que es capaz adaptarse y vivir en todos los
ecosistemas terrestres: desde latitudes polares a ecuatoriales; desde zonas extremadamente
áridas a zonas extremadamente húmedas. Y ello es posible por su capacidad para
transformar el espacio en el que se asienta, de forma que consigue crear, o “recrear”, el
ecosistema en el que puede vivir, lo que implica que su capacidad de transformar el territorio,
de usar y servirse de los variados recursos que éste ofrece es altísima;

2. que, en valores absolutos, la población humana ha alcanzado unas cifras antes nunca
conocidas: somos del orden de 6.100 millones de personas y llegaremos a unos 9.000
millones hacia el años 2070, según las últimas proyecciones publicadas por por Lunz,
Sanderson y Scherbov en la revista Nature del pasado agosto.

3. que el proceso de rápido crecimiento poblacional es una situación nueva, extraordinaria en


la historia de la población, que se da, todo lo más, en los últimos doscientos cincuenta años y
que no puede mantenerse indefinidamente;

4. que dicho proceso presenta unas dimensiones sin precedentes a escala mundial y en él se
pueden observar dos fases sucesivas: una primera en la que Europa experimenta un fuerte
despegue poblacional, mientas el resto del mundo permanece estancado, y una segunda, en
la que la población de Europa se estanca, e incluso llega a decrecer en algunas zonas,
mientras la del resto de los continentes crece exponencialmente. Estamos, pues, ante
dinámicas poblacionales radicalmente distintas según grandes regiones geográficas, pero
con un elemento común en ambas: una gran cantidad de población dependiente (viejos en el
primer caso, niños y adolescentes en el segundo);

5. que, paralelamente, hay un mundo desarrollado, un mundo rico, cuya población, muy
envejecida, es precisamente la que apenas crece y que ha alcanzado altas cotas de calidad
de vida, de bienestar y consumo, y hay un mundo subdesarrollado que sigue creciendo de
modo exponencial, con poblaciones muy jóvenes, cada vez más empobrecidas y marginales;

6. que la preocupación por la dicotomía en esos procesos en nuestro Primer Mundo surge en
tiempos recientes, cuando se constata que nuestro mundo está siendo cada vez más
presionado por las ingentes masas de hambrientos afincadas en los límites inferiores de la
supervivencia y que los movimientos de esas poblaciones, primero de las zonas rurales a las
zonas urbanas del Tercer Mundo, y de ahí al Primer Mundo es una realidad difícilmente
controlable;

7. que dicha preocupación aumenta todavía más cuando se demuestra que la contribución
de esas poblaciones al agravamiento de los problemas ambientales (deforestación,
desertificación, efecto invernadero, erosión del suelo, etc.) es también cada vez mayor y
tiene repercusiones no sólo regionales, sino también globales;
8. que, en consecuencia, la población mundial en su conjunto ejerce una creciente y fortísima
presión sobre los recursos: en el Primer Mundo, por las formas de vida; en el Tercer Mundo,
por el volumen creciente de sus poblaciones.

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II.- EVOLUCIÓN HISTÓRICA DE LA POBLACIÓN MUNDIAL. LA TRANSICIÓN
DEMOGRÁFICA

A principios de la presente centuria la población mundial podía cifrarse en torno a los


6.000 millones de personas; dentro de unos sesenta años esa cifra podría haberse
convertido en 9.000 millones, en el caso más favorable, lo cual supondría el techo de su
crecimiento o, por el contrario, alcanzar los 12.500, en los casos más pesimistas.
Es un hecho que el rápido crecimiento de la población mundial, la llamada “explosión
demográfica”, y su relación con un potencial agotamiento de los recursos es un problema
real, que hay que afrontar, que está en la base de la mayoría de los problemas ambientales y
que ha generando importantes cambios en el volumen, composición y dirección de los flujos
migratorios. Es, asimismo, un problema complejo, con múltiples caras, que no es posible
solucionar de una forma simple y mecánica como en su momento se pensó: la solución
pasaba por frenar drásticamente el crecimiento demográfico por los métodos que fuese, sin
actuar sobre los factores no biológicos causantes del mismo. De ahí buena parte de las
durísimas campañas de control de la fecundidad llevadas a cabo en algunos países del
Tercer Mundo.

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A poco que se reflexione, se aprecia inmediatamente que la población mundial constituye un
sistema en el que se producen entradas y salidas, nacimientos y muertes, y que, obviamente,
el sistema es estacionario cuando existe una fuerte igualdad entre ambos parámetros; es
decreciente cuando la mortalidad es superior a la natalidad, y creciente en el caso contrario.
Es evidente también que, en la medida en que la distancia entre natalidad y mortalidad se
acreciente (en sentido positivo o negativo), aumentará o disminuirá más velozmente la
población, suponiendo en todos los casos como estable la variable fecundidad, no
controlable en ese momento:
¿qué pasó, pues, en el larguísimo periodo de los primeros 18 siglos de nuestra era
para que la población creciese de 250 a 750 millones, es decir, se triplicase, mientras
que, en tan solo dos centurias (1750-1950), haya logrado el mismo efecto
multiplicador, pasando de 750 millones a 2.500 millones (x3,33)?
Sencillamente, que durante esos primeros 18 siglos se mantuvo una misma distancia entre
los dos factores responsables del proceso: la natalidad y la mortalidad. Al ser la cifra de
nacimientos ligeramente superior a la de fallecimientos, la población fue creciendo sin pausa,
pero muy poco a poco.

Ello, lógicamente, no fue siempre así porque, de vez en cuando, la población sufría episodios
puntuales (guerras, hambres, epidemias) que hacían que en algunos años o periodos cortos
las defunciones superasen a los nacimientos.
Si dispusiésemos de datos globales fiables para todo ese largo período del ciclo antiguo, el
análisis nos revelaría que, a nivel mundial pasaba exactamente lo que los estudios locales
demográficos dejan ver con toda claridad para zonas muy concretas:

1. que se trataba de poblaciones dependientes de la bondad mezquindad de las cosechas,


por no existir entonces redes de comercio que permitiesen trasvasar los posibles excedentes
de unos territorios a otros deficitarios. Allí donde se ha analizado el fenómeno, se aprecia
que, a los años de buenas cosechas, seguían alzas de nacimientos; y, a la inversa, las malas
cosechas eran seguidas de menos nacimientos y de más muertes;

2. que se trataba de poblaciones indefensas ante los problemas infecciosos de cualquier


origen, de manera que la llegada a un lugar de una infección grave y de consecuencias
letales era seguida inexorablemente por la propagación del proceso a otros muchos
habitantes del territorio. La propagación de una de esas enfermedades graves la convertía en
epidemia (de peste, de viruela, de cólera morbo, de fiebre amarilla, ...) que, de un golpe,
diezmaba la población, sin distinción apreciable de edades ni de clases sociales;

3. que se trataba de poblaciones integradas en su medio y en equilibrio con su espacio. Se


mantenían en un equilibrio homeostático. Así pues, en ese toma y daca de siglos, con
enormes tierras baldías aptas para el cultivo, el limite del crecimiento poblacional venía
marcado básicamente la capacidad humana de poner tierras en explotación, de ahí el hecho
habitual de que las parejas tuviesen numerosos hijos (muchos de ellos fallecían al poco de
nacer), pues cada par de brazos incrementaba las posibilidades de roturación y cultivo.
Todo ello se concreta en una situación, o régimen demográfico, caracterizada por una
población joven, con una esperanza de vida muy corta, debido a que tanto natalidad como
mortalidad son muy altas, con lo que el crecimiento vegetativo es muy débil.

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¿Qué sucede, pues, en el siglo XVIII para que cambie radicalmente el ritmo del
crecimiento? Suceden, muchas cosas:

A. Una revolución en la agricultura:


a) tecnológica, con la invención de nuevos aperos que permiten roturar y labrar más con
menos esfuerzo; b) se aprenden y aplican técnicas para obtener mayores rendimientos y
más cosechas por año sobre una misma parcela a base de mejores conocimientos sobre las
semillas, de la introducción de nuevas rotaciones de cultivos, etc.;

c) se generalizan en Europa cultivos procedentes de otros ámbitos geográficos (maíz, patata)


que cambian las posibilidades nutritivas, etc.,

d) además, se ponen en explotación nuevas tierras tanto en Europa, como sobre todo en los
nuevos continentes colonizados por los europeos;

e) de la misma forma, se desamortiza la propiedad rústica y se genera un espíritu de


crecimiento y libre cambio en todo tipo de transacciones económicas.
Ya sólo eso hace que la población crezca algo más, pues mejora la alimentación y la
capacidad de cada unidad familiar de alimentar más bocas. Pero además,

B. Sucede una revolución en los transportes: se mejoran ostensiblemente los caminos, que
pasan de ser de herradura a carreteras. Avanzado ya el siglo XIX se da un salto de gigante
con la aplicación del vapor tanto a la circulación terrestre (ferrocarril) como a la navegación.
Paralelamente, se dictan leyes de libre comercio, que suprimen muchas trabas a la más o
menos libre circulación de mercancías.

C. Sucede también una revolución científica, con una serie de avances médicos que van a
hacer posible reducir las tasas de mortalidad, ampliando poco a poco la distancia positiva
entre nacimientos y muertes (vacunas, métodos de asepsia, etc.).

D. A caballo de los siglos XVIII y XIX se produce también en la Vieja Europa la tan
mencionada Revolución Industrial, que va a ser decisiva para el cambio en el régimen
demográfico: por un lado, se incrementa la producción de multitud de productos que sirven a
su vez de moneda de cambio para transacciones comerciales de todo tipo; por otro, se
incorporan sistemas de trabajo mecánico que permiten a muchos hombres ocuparse de otras
labores.

E. Una revolución urbana: las ciudades, nacidas y desarrolladas al socaire de los complejos
mineros y fabriles, crecen rápidamente y se convierten en auténticos agujeros negros que
absorben la población sobrante en el campo, necesaria ahora en fábricas y minas. En un
primer momento, sin infraestructuras adecuadas, esas ciudades se convierten en focos de
muerte. Pero, progresivamente, a lo largo del siglo XIX, se van a ir dotando de
infraestructuras (redes de saneamiento, potabilización del agua, limpieza de calles,
empedrado, ordenanzas municipales, etc.), con lo que dejan poco a poco de ser “focos de
muerte”, para ser zonas salubres, dinámicas, modernas y generadoras de cambios sociales,
económicos y de mentalidad.

De este modo, recapitulando, podemos afirmar que: crecen los intercambios, se reduce la
dependencia de las cosechas, se multiplica la capacidad productiva, se agilizan las
comunicaciones, se emprenden importantes obras públicas, se urbaniza la población, etc.

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Todo ello tiene unas consecuencias demográficas que afectan tanto a los movimiento
naturales de población como a los espaciales.

Todo el proceso genera importantes cambios en los movimientos naturales de


población, que determinan nuevas pautas poblacionales:

1. en lo que se refiere a la natalidad, el control de la fecundidad se generaliza a lo largo del


siglo XIX, primero en las clases medias-altas y paulatinamente en el resto de la población,
con lo que las tasas brutas de natalidad descienden de forma muy significativa, hasta el
extremo de que, por ejemplo, el tamaño medio de la familia francesa se reduce un treinta por
ciento a lo largo de la centuria decimonónica;

2. la mortalidad, por su parte, descendió de forma más rápida, pasando de 30 por mil a
finales del siglo XVIII a un 12 por mil a principios del XX, lo que supuso un paralelo aumento
de la esperanza media de vida, pasando de 30 a 50 años. Pero, paradójicamente, como
hemos adelantado, al principio del proceso, la industrialización tuvo efectos negativos en el
plano demográfico, pues, como consecuencia del hacinamiento en ciudades sin apenas
servicios sanitarios ni higiénicos, con barrios insalubres e infraviviendas, con larguísimas
jornadas de trabajo, con la generalización el trabajo infantil y femenino en minas y fábricas,
iba a vivirse un recrudecimiento de las epidemias en Europa;
3. el hecho es que la combinación de todos esos factores y agentes hace que la población
mundial crezca rápidamente y, en un siglo, pase de 978 a 1.650 millones de habitantes.
Europa, cuna de todas esas revoluciones, fue la más beneficiada de ese incremento,
pasando en ese periodo de 208 a 430 millones, creciendo pues un 207 por ciento.
Resulta muy elocuente ver qué pasó con la población de cada continente en ese periodo,
pues permite valorar la incidencia que tendrá el fenómeno masivo de las migraciones
intercontinentales, que, por primera vez en la historia, se hacen posibles por la navegación
vapor.

De todos los valores recogidos en el Cuadro 2, los realmente significativos para el proceso
que acabamos de describir son los de Europa, comprendida en buena parte Rusia, pues en
los demás casos se dieron migraciones intensísimas desde la propia Europa (casos de
América y Oceanía), de manera que, de no haberse producido las mismas, el incremento
europeo sería mucho más significativo. Asimismo, por otro lado, se aprecia que el
crecimiento poblacional europeo es mayor en la segunda mitad del siglo (51%)

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que en la primera (36%), pues es en ese momento cuando los avances médicos
mencionados empiezan a surtir su efecto, la revolución industrial está más extendida y
asentada y las infraestructuras urbanas comienzan ya a ser una realidad.
Y si para el análisis tomamos un periodo algo más amplio, las conclusiones a las que se
llegan no difieren mucho de lo visto estrictamente para el siglo XIX: en un principio, los
mayores incrementos relativos correspondieron al continente europeo, que, desde 1650 a
finales del siglo XIX, multiplicó por más de cuatro sus efectivos. Incapaz de absorber todo su
excedente demográfico, Europa envió emigrantes al resto del mundo, en especial a América
del Norte y en menor proporción a Iberoamérica y Oceanía. Sólo desde 1850 a 1900 América
del Norte triplicó su población y lo mismo ocurrió con Australia. Ese
fuerte crecimiento de la población europea y la de los continentes poblados por europeos que
se produce a lo largo del siglo XIX ha permitido definir a esta centuria como el siglo de la
gran explosión blanca. A finales del mismo, la población de Europa occidental estaba
pasando por la cima de su tasa de crecimiento.
Frente a esta situación, los aumentos relativos de los demás continentes resultaron mucho
más modestos. De 1650 a 1900, Asia, pese al fuerte incremento absoluto de su población, no
llegó a triplicar sus efectivos. El desconocimiento de los avances médicos surgidos en
Europa y las oleadas migratorias que se dirigen, desde mediados del siglo XIX, hacia el
continente americano, hicieron que no se doblaran sus efectivos hasta comienzos de la
centuria actual. El caso de África es bastante peor. Desdemediados del siglo XVII a
mediados del XIX, la población africana experimentó cierto retroceso. De él fueron
responsables las continuas guerras tribales, los factores tradicionales de sobremortalidad
-como el hambre o las epidemias y endemias del mundo tropical y ecuatorial- las
enfermedades
infecciosas originadas por el contacto con la población blanca establecida en las zonas
costeras y el tráfico de esclavos hacia América (más de 15 millones desde el siglo XVI a
1865) junto con el que desde antiguo mantenían los árabes en la zona oriental con destino a
Asia. Desaparecida, o al menos reducida la trata de esclavos, la población africana crecerá,
si bien no demasiado, ya en la segunda mitad de la centuria decimonónica

El estudio en detalle de lo sucedido desde el siglo XIX ha dado pie a la formulación de


la teoría de la transición demográfica, o paso de un régimen demográfico antiguo a
uno moderno.

Hemos visto cómo durante siglos, las tasas de natalidad, muy altas (30/40 por mil),
superaron muy ligeramente a las de mortalidad, también muy altas. Eso hacía que la
población fuese creciendo, muy poco a poco, pero creciendo. Sin embargo, a partir del siglo
XVIII, el crecimiento de la población comenzó a acelerarse en Europa, siguiendo más tarde
unas pautas demográficas que fueron desacelerando progresivamente el crecimiento.
La reflexión sobre estos hechos llevó a Frank W. Notestein primero y a Kingsley Davis
después a estudiar con detalle cómo se había producido esa evolución en unos y en otros
países, buscando una explicación general, es decir, un modelo. Fue así como elaboró la
llamada teoría de la transición demográfica, que intenta definir unas etapas, de duración
variable según las poblaciones, por las que éstas han de ir pasando necesariamente desde
el modelo demográfico tradicional al actual. Las dos variables que se consideran en el
modelo son la natalidad y la mortalidad, y su diferencia, el crecimiento natural, acudiendo a
otros parámetros sólo a nivel explicativo.
El modelo parte de una etapa en la que una población presenta tasas muy altas tanto de
natalidad como de mortalidad, con lo que el crecimiento es débil; esta etapa se va a
denominar preindustrial o antigua, a otra en la que ambos parámetros son, por el contrario

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muy bajos, siendo también el crecimiento igualmente débil. Se entiende por transición, el
período en el que, al pasar de una a otra de las etapas mencionadas, se produce una serie
de cambios notables. En él suelen distinguirse tres subperiodos:

1) Al inicio de la transición, las tasas de fecundidad permanecen todavía altas y la mortalidad


comienza a descender; el crecimiento natural se hace mayor, y la población crece con mayor
rapidez.

2) En el periodo intermedio de la transición, la mortalidad continúa bajando y la natalidad


inicia también el retroceso, pero muy lentamente. La cada vez más acusada diferencia entre
ambos índices determina para este periodo el mayor índice de crecimiento.
3) A finales de la transición, la mortalidad, que ha alcanzado ya niveles muy bajos, sigue
disminuyendo, pero con mucha lentitud; en cambio, la natalidad retrocede con gran
intensidad y, en consecuencia, el crecimiento natural vuelve a ser pequeño.

III.- ANÁLISIS DE LA POBLACIÓN MUNDIAL ACTUAL

1.- La distribución de la población en el mundo

La población no está distribuida uniformemente sobre la superficie terrestre sólo


aproximadamente el 30% está poblado de manera permanente.
En líneas generales, en cada continente la población ocupa una posición periférica, es decir,
se asienta principalmente en las costas y se sitúa en la mayoría de los casos hasta los 500
metros sobre el nivel del mar.
Para analizar la distribución de la población se utiliza el concepto de densidad demográfica
que expresa, en promedio, la cantidad de personas por kilómetro cuadrado de superficie
terrestre.

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Densidad de población = número de habitantes = hab./km2
superficie

Densidad mundial = 6.000 millones de hab. = 40 hab./km2


150 millones km2

%
Poblacion
Regiones Poblacion
( 2005 Est.)
Mundial
Africa 896,721,874 14.0 %
Asia 3,622,994,130 56.4 %
Europa 731,018,523 11.4 %
Oriente Medio 260,814,179 4.1 %
Norte America 328,387,059 5.1 %
Latinoamerica / Caribe 546,723,509 8.5 %
Oceania 33,443,448 0.5 %
TOTAL MUNDIAL 6,420,102,722 100.0 %

La desigual distribución espacial de la población es el resultado de la interacción de distintos


factores que la han provocado o acentuado. Entre los factores que explican la distribución
pueden mencionarse:

Teniendo en cuenta el grado de concentración demográfica, se pueden distinguir las


siguientes áreas:
• vacíos demográficos o áreas con muy bajas densidades (menos de 1 hab./km2);
• áreas dc densidades demográficas intermedias (entre 1 y 50 hab./km2);
• grandes focos de concentración (más de 50 hab./km2).

LOS VACÍOS DEMOGRÁFICOS


Representan más de la cuarta parte de las tierras emergidas y sólo albergan a un 2% de la
humanidad. Estos núcleos débilmente poblados se localizan en las tierras frías, en Las
tierras áridas y en las tierras cálidas y húmedas.
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• Las zonas frías de ambos hemisferios y áreas limitadas por la línea de nieves eternas,
también llamadas desienos blancos, son las regiones más hostiles para la presencia humana
por la brevedad de los períodos sin hielo y las bajas temperaturas.
• El mayor obstáculo para la ocupación permanente de las zonas áridas (desiertos amarillos)
es la escasez de agua y los suelos carentes de materia orgánica; así el desarrollo de la
agricultura y la cría de ganado se ven disminuidas. Aparecen pequeñas concentraciones de
población en los oasis, alrededor de cursos y pozos de agua, asociadas a la explotación de
recursos minerales o petrolíferos. También hay grupos de pastores nómades. Las zonas más
representativas están constituidas por el Sahara, Arabia Saudita, los desiertos del Oeste de
Estados Unidos, el centro-oeste de Australia, la Puna de Atacama, etcétera.
e Las zonas cálidas y húmedas (desiertos verdes) se encuentran situadas en torno al
ecuador, por ejemplo la cuenca del Amazonas en América del Sur y la isla de Nueva Guinea
en el Océano Pacífico. Los elevados porcentajes de humedad, las altas temperaturas y la
abundancia de vegetación han sido los factores principales de la escasa ocupación humana.

LOS GRANDES FOCOS DE CONCENTRACIÓN

Existen cuatro zonas de intenso. poblamiento sobre la superficie terrestre, tres de las cuales
se localizan en el continente euroasiático.
El mayor foco se encuentra en Asia Oriental, especialmente en Japón, Corea y el este de
China. Concentra más de la cuarta parte de la población mundial. Entre las causas de la alta
densidad están las favorables condiciones climáticas para la agricultura, el relieve llano, la
antigüedad en la ocupación y la tradición cultural y religiosa que favorece las familias
numerosas dedicadas a actividades agrícolas.
El segundo foco demográfico se localiza en Asia Meridional, en países como la India,
Indonesia, Bangladesh y Pakistán, donde además de ciudades importantes, hay un
predominio de población rural fuertemente concentrada.
El tercer foco está constituido por la mayor parte de Europa, incluyendo el centro-oeste de
Rusia. Las condiciones físicas son favorables, por eso la mayor proporción de tierras está
dedicada a la agricultura. Pero la mayoría de las concentraciones humanas es resultado del
desarrollo de las actividades secundarias y terciarias (industrias, comercio, servicios).
El cuarto foco de población se localiza en la costa nordeste de América del Norte. En ella
resalta la gran megalópolis americana que se extiende desde Boston hasta Washington.
Fuera de estos cuatro focos, existen grandes metrópolis, como México, San Pablo, Buenos
Aires, etcétera, cuya principal característica es la concentración poblacional en relación con
los espacios circundantes de débil ocupación.
LAS DENSIDADES INTERMEDIAS
Son áreas regularmente ocupadas y favorecen la aparición de concentraciones secundarias.
Las principales son:
• el este de Australia y Nueva Zelandia;
• el Valle del Nilo, Sudáfrica y el golfo de Guinea en el continente africano;
• alrededor de Los Ángeles-San Francisco, en torno a Vancouver y en las llanuras centrales
de América anglosajona;
• el Valle Central de Chile, donde se encuentra Santiago;
• la llanura central de América del Sur y el nordeste de la costa brasileña;
• las altas tierras de los Andes Centrales y Septentrionales desde La Paz en Bolivia hacia el
norte en Perú, Ecuador, Colombia y Venezuela

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Población en 2008. Clasificación de 30 países
--------------------------------------------------------
País (en inglés) Población
--------------------------------------------------------
1 China 1,330,044,605
2 India 1,147,995,898
3 United States 303,824,646
4 Indonesia 237,512,355
5 Brazil 191,908,598
6 Pakistan 167,762,040
7 Bangladesh 153,546,901
8 Russia 140,702,094
9 Nigeria 138,283,240
10 Japan 127,288,419
11 Mexico 109,955,400
12 Philippines 92,681,453
13 Vietnam 86,116,559
14 Germany 82,369,548
15 Egypt 81,713,517
16 Ethiopia 78,254,090
17 Turkey 71,892,807
18 Congo (Kinshasa) 68,008,922
19 Iran 65,875,223
20 Thailand 65,493,298
21 France 64,094,658
22 United Kingdom 60,943,912
23 Italy 58,145,321
24 Korea, South 49,232,844
25 Burma 47,758,181
26 Spain 46,491,051
27 Ukraine 45,994,287
28 Colombia 45,013,674
29 South Africa 43,786,115
30 Argentina 40,677,348

2.- LA ESTRUCTURA DE LA POBLACIÓN

La estructura demográfica revela las características principales de una población en lo que


se refiere a la composición por edad y sexo. Es un indicador que tiene repercusiones en el
plano económico y social y se utiliza para medir la oferta de mano de obra de un país, e
influye en las necesidades de diversos bienes y servicios. Así, por ejemplo, en un país donde
predomine la población joven deberá proveerse de mayores recursos a educación, ayuda
familiar, etcétera. En cambio, en aquellos en donde haya mayor cantidad de población
anciana se deberá destinar mayores recursos a jubilaciones y salud.

La estructura de una población es resultado de la interrelación entre natalidad (ver


Vocabulario) y mortalidad, aunque también entran en juego otros indicadores como son la
fecundidad (ver Vocabulario) y la esperanza de vida, entre otros.

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2.1. NATALIDAD Y FECUNDIDAD

El promedio mundial de natalidad es actualmente de 23%o. Los mayores valores se


presentan en África (Níger con 54,5%o) y los menores en Europa (por ejemplo, Letonia con
alrededor de 7,5%o).

La tasa media de fecundidad es de 2,68 a nivel mundial y los valores extremos corresponden
a Níger con 8 hijos por mujer, y a Bulgaria con 1,10.

En líneas generales, la natalidad y la fecundidad están disminuyendo a nivel mundial. Los


países desarrollados presentan tasas bajas y relativamente uniformes. Ninguno tiene tasas
superiores a 20%~ y todos tienen un número medio de hijos inferior a 2,5. Un importante
grupo de países, europeos en su totalidad, cuenta con dificultades para el reemplazo
generacional.

En los países en desarrollo la fecundidad todavía es, en general, alta pero no uniforme.
Dentro de este grupo de países se pueden diferenciar dos grupos:

aquellos con niveles muy altos de natalidad y fecundidad (más de 6 hijos por mujer), que en
su mayoría corresponden a África y al SO de Asia, áreas rurales de economía tradicional;

• aquellos que presentan valores intermedios (entre 2,5 y 6 hijos por mujer), que pertenecen
a las regiones más urbanizadas y de mayor nivel económico de América latina y del resto de
Asia.

2.2. MORTALIDAD

La mortalidad es la cantidad promedio de fallecimientos que se producen en un año cada


1.000 habitantes. El promedio mundial estimado de mortalidad es de 90/oo, pero está
disminiyendo como consecuencia de las mejoras en las condiciones sanitarias.

El mayor inconveniente que presenta la tasa de mortalidad es que está profundamente


afectada por la estructura por edades. Por ejemplo, Suecia (1,05%) país con una elevada
proporción de ancianos, puede tener una tasa de mortalidad más alta que India (0,9%),
aunque el nivel sanitario sea mejor.

Por lo tanto, es conveniente utilizar junto a la tasa de mortalidad otros indicadores como la
tasa de mortalidad infantil y la esperanza de vida.

En los países desarrollados las tasas de mortalidad son bajas y uniformes y la esperanza de
vida alta, aunque en los últimos años se ha producido un aumento de la tasa de mortalidad,
sobre todo en los países europeos, debido al envejecimiento de la población. Las causas de
muerte más comunes son las enfermedades del aparato circulatorio y los distintos tipos de
cáncer.

En cambio, en los países en desarrollo la mortalidad es alta y la esperanza de vida presenta


valores más bajos y se observan mayores contrastes entre los países. África es el continente
que presenta las peores situaciones con respecto a estos indicadores debido a que las
enfermedades infecciosas, parasitarias y respiratorias producen todavía la mayoría de las
muertes.
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2.3. PIRAMIDES DE POBLACIÓN

Una pirámide de población es un gráfico que permite observar la estructura por edad y sexo
de una población en un momento dado.

El análisis de la pirámide refleja la historia demográfica, la estructura actual y las


perspectivas futuras de una población porque, a través de los distintos grupos de edades y
en los dos sexos, se muestra el aumento o disminución de los nacimientos, la inmigración o
la emigración, las consecuencias de guerras, epidemias, etcétera.

Las pirámides se clasifican en tres grandes grupos de acuerdo con su forma:

Pirámide progresiva o expansiva: indica elevada natalidad y el elevada mortalidad por su


base ancha y la disminución rápida hacia la cima. Posee bajo porcentaje de ancianos.
También se la conoce como Torre Eiffel.

Pirámide estacionaria o estable: presenta una natalidad moderada a débil y una mortalidad
débil. Hay mayor igualdad entre la población joven y adulta y el porcentaje de ancianos es
más alto. Recibe el nombre de pirámide Campana.

La pirámide regresiva: también llamada Urna Funeraria, posee ta sas de natalidad muy
bajas y de mortalidad bajas. El grupo de población adulta predomina sobre el de la población
joven. El porcentaje de ancianos es importante.

La pirámide de los países desarrollados, como el caso de Francia (Europa), presenta una
base muy reducida por las bajas tasas -de fecundidad y un predominio de la población
aduLta y anciana. Esto evidencia el nivel de envejecimiento de esta población. Constituye
una pirámide de tipo regresiva.

En los países en desarrollo, por ejemplo Sudán (África), predominan Las pirámides
progresivas. Las altas tasas de fecundidad producen una base amplia y por consiguiente
mayor porcentaje de pobLa.ción joven. La esperanza de vida es baja, por lo cual pocas
personas llegan a edades avanzadas.
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La Argentina representa un ejemplo de La pirámide estacionada. Se observa, en Líneas
generales, un equilibrio entre Los sexos y una distribución regular de Los escalones
correspondientes a cada grupo de edad. Indica también una baja natalidad y un mayor
porcentaje de población anciana.

2.4. EL ENVEJECIMIENTO DE LA POBLACIÓN

En la última mitad del siglo XX, la esperanza de vida promedio de la población mundial ha
aumentado alrededor de 25 años. Las causas de este incremento pueden atribuirse a una
mejor calidad de vida que provocó una disminución de la mortalidad infantil: agua no
contaminada, mejor saneamiento y nutrición adecuada. También constituyen otras causas el
acceso a servicios de salud y educación.

Estos cambios en la esperanza de vida modifican la composición por edades de la población,


ya que cada vez es mayor el peso demográfico de las personas de edades avanzadas.
Durante el siglo XXI estos cambios serán mucho más espectaculares: las proyecciones
medias elaboradas por las Naciones Unidas elevan la esperanza de vida promedio de los 65
años actuales a los 110 ó 120 años.

En los países desarrollados las personas de más de 65 años representan alrededor del 15%
de la población. La mayor proporción se encuentra en Europa y ie siguen América del Norte y
Oceanía.

En los países en desarrollo el problema radica en que no cuentan con los mediospara
atender las necesidades de los ancianos. Existen dos regiones en el mundo donde el
envejecimiento todavía no constituye un reto para la sociedad: África Subsahariana y Asia
Meridional. Los países de estas dos regiones deben afrontar cuestiones más urgentes como
son el acelerado crecimiento de la población, la elevada mortalidad de lactantes y niños, el
masivo éxodo rural y las enfermedades, como el sida.

2.5. LA POBLACIÓN ACTIVA

El mundo del trabajo afecta a todos los habitantes del planeta. Su estudio es de particular
relevancia en el marco de la globalización y de los profundos cambios políticos y
tecnológicos que afectan a la sociedad actual. Con tal propósito se utiliza ampliamente la
clasificación que distingue entre población económicamente activa y económicamente
inactiva.

Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT) la población económicamente activa


incluye a todas las personas de ambos sexos que constituyen la mano de obra disponible

14
para la producción de bienes y servicios (entre 15 y 64 años). Dentro de ella se distinguen los
ocupados, que son aquellos que trabajan y reciben algún tipo de pago por sus tareas, y los
desocupados, que son los que no tienen un empleo pero lo buscan o están a la expectativa
de alguno.

La población económicamente inactiva es la que no recibe regularmente algún tipo de


remuneración. Puede tratarse de inactivos, de pasivos transitorios (los jóvenes), o de pasivos
definitivos (los ancianos). Entre los inactivos se incluyen, entre otros, las amas de casa, los
niños, los religiosos, los presidiarios y los jubilados.

La población activa se puede clasificar teniendo en cuenta varios criterios, como: la rama o
sector de actividad, la ocupación, la situación profesional, etcétera. El criterio más utilizado y
simple, también como indicador del desarrollo de una determinada sociedad, es el que tiene
en cuenta el sector de la economía en el que la población activa realiza sus actividades:
primarias, secundarías y terciarias (y eventualmente cuaternarias).

El sector primario, cuya actividad principal es la agricultura, ocupa a la mayoría de la


población de los países con escaso desarrollo económico, como los que se encuentran
localizados en África Subsahariana, Asia Meridional, parte de América latina y los pequeños
Estados insulares de Oceanía:

En los países desarrollados los porcentajes de población ocupada en el sector primario son
extremadamente reducidos, pero es una actividad muy productiva. Se trata de una
agricultura tecnificada e industrializada. Como ejemplo se pueden mencionar los países de
Europa Occidental, América anglosajona, Japón, Australia y Nueva Zelanda.

El sector secundario, representado por la actividad industrial, presenta una situación opuesta
a la del sector primario. En términos generales, los países desarrollados cuentan con los
porcentajes más elevados (superiores al 30%) y los países en desarrollo valores que se
encuentran entre el 10% y el 20%.

Cabe destacar que los países industriales poderosos cuentan con un porcentaje bajo de la
población dedicado a la industria (por ejemplo, Estados Unidos, el 21%). Esto se debe a que
han trasladado la mayor parte de sus industrias a naciones en desarrollo por la presencia de
gran cantidad de mano de obra barata. Los países desarrollados sólo mantienen las tareas
de investigación y las industrias que producen tecnología de punta (informática, electrónica,
etcétera).

Debe advertirse que las características enunciadas no se cumplen en algunos países por
distintas causas. Por ejemplo, Arabia Saudita y Grecia, países con elevado porcentaje de
población afectada a la industria o a los servicios, no se encuentran entre los que presentan
mayor desarrollo económico y social, que está concentrado en muy pocas personas y no se
extiende a toda la población.

El sector terciario, orientado a las actividades comerciales y a los servicios (los que son
públicos como la educación y la salud, los profesionales, los transportes, etcétera), ha sufrido
un acelerado crecimiento en los últimos años. En los países desarrollados, esta expansión se
debe a una mayor demanda de servicios más especializados (en el campo del comercio, el
transporte, la recreación, la información, etcétera) por parte de su población, que cuenta con
sus necesidades básicas satisfechas.

15
En los países en desarrollo existe una gran variedad de situaciones. Los valores más bajos
se encuentran en África con porcentajes inferiores a 10. Los más altos, similares a los de los
países desarrollados, son producto, en parte, del crecimiento de las ciudades por el éxodo
rural. Allí se advierte un aumento de empleos urbanos o actividades económicas informales o
marginales caracterizadas por condiciones de trabajo precarias e inestables.

3.- LAS MIGRACIONES

Las migraciones son consideradas uno de los grandes retos para el siglo. Constituyen un
elemento esencial del proceso de desarrollo e influyen tanto sobre el crecimiento
demográfico como sobre las actividades económicas y sociales de los países afectados.

La migración constituye una de las formas más comunes de la movilidad geográfica de la


población. Se la puede definir como el cambio de lugar de residencia le las personas de una
manera permanente.

Entre sus causas se pueden mencionar:

• conflictos políticos, bélicos o religiosos;

• problemáticas sociales y culturales;

• adelantos tecnológicos en las actividades económicas;

• desastres naturales como terremotos e inundaciones;

• desastres ambientales como la desertificación.

16
Existen múltiples clasificaciones de las migraciones. Se basan en distintos criterios: la
duración, las causas, los deseos del ,migrante, el grado de calificación, et:étera. En este caso
nos interesa la clasificación basada en ios límites de los países, que distingue:

• migraciones internas o nacionales: implican un cambio de residencia dentro lel país;

• migraciones externas o internacionales: se refieren a cambios de residencia ntre países.

En nuestros días las migraciones internacionales han aumentado considerableriente de 75


millones en 1965 a 120 millones en 1990, con una tasa anual de creimiento del 1,9%
promedio.

A pesar de este aumento progresivo y no explosivo, los emigrantes internacionales


representan apenas el 2,3% de la población mundial total.

Entre los principales acontecimientos de los últimos tiempos que provoca aumentos de los
movimientos migratorios internacionales, se pueden enumerar la desintegración de la ex
URSS y su reconfiguración en los Estados sucesores; cambios políticos, económicos y
sociales de Europa Oriental; la disolución de la ex Yugoslavia y los prolongados conflictos
étnicos; la crisis del Golfo en 1990 guerra civil en Ruanda.

El actual proceso de mundialización de la economía también ha intensific~ la migración


internacional por

• la rápida expansión del comercio y las corrientes de inversión extranjera y consecuencias


para el movimiento de profesionales y trabajadores muy especializados

• la corriente de integración económica de los países en bloques, como ejemplo la Unión


Europea y el Mercosur.

Frente a estos acontecimientos, los países de destino están modificando sus políticas en
materia migratoria. Adoptan medidas restrictivas que convergen hai un mayor control de la
inmigración y desembocan en la exclusión.

También los países en desarrollo muestran una mayor tendencia a restringir lai migración y a
atender los problemas causados por la emigración.

Todos los países en el momento de elaborar sus políticas migratorias deben tener en cuenta
dos cuestiones:

• la regulación del número y del tipo de migrantes;

• la intervención para incorporarlos a la sociedad.

CLASIFICACIÓN DE LAS MIGRACIONES INTERNACIONALES SEGÚN


LAS NACIONES UNIDAS

• Migración permanente o a largo plazo: personas que entran a un país para


radicarse definitivamente.

17
• Migración laboral o a corto plazo: incluye la mano de obra extranjera
temporal y los que tiene por objeto cubrir puestos de trabajo que requieren
conocimientos muy especializados (profesionales).

• Migración indocumentada: migrantes internacionales que no han cumplido


los requisitos fijados por el país receptor para acceder a su territorio, residir o
ejercer una actividad remunerada dentrode él. Los gobiernos aplican distintas
medidas para hacei frente al problema de la migración irregular, entre ellas
las patrullas fronterizas, las inspecciones de los lugares de trabajo,. los
controles de identidad dentro del país, etcétera. En algunos casos se ha
recurrido a la expulsión de estas personas yen otros se llevaron a cabo
campañas de regularización de la situación legal de. los migrantes y
programas de amnistía;

• Refugiados y personas que buscan asilo: personas que huyen de su país


por fundados tetmores de sufrir persecuciones.

LAS PRINCIPALES CORRIENTES MIGRATORIAS

Si se observa el mapa de la página siguiente, se advierte que los países emisores de


emigrantes se concentran fundamentalmente en las regiones menos desarrolladas del
hemisferio Sur. La población que emigra lo hace hacia países vecinos de la misma región o
hacia los países industrializados de Europa, América anglosajona, Australia y Japón en
busca de trabajo y mejor calidad de vida.

En Asia y África las corrientes migratorias se producen esencialmente en el interior de esos


continentes. Más de un tercio (36%) de los emigrantes internacionales en el mundo son
asiáticos. Los países productores de petróleo (Oriente Medio) muestran la proporción más
fuerte de inmigrantes. Otros países de destino son Japón y los de reciente industrialización
del Sudeste Asiático (Hong Kong, Taiwan, Singapur, Indonesia, entre otros) porque requieren
mano de obra y conocimientos especializados.

En Áftica, Sudáfrica constituye un foco de atracción para los países localizados al sur del
Sahara. En África del Norte las corrientes migratorias se dirigen hacia Europa.

En América, América Central y el Caribe son las principales áreas expulsoras de población,
que se desplaza hacia los Estados Unidos. Argentina y Venezuela también conforman focos
de atracción, en especial para sus países vecinos.

Europa Occidental constituye otra área de destino de emigrantes internacionales. Hacia ella
se dirigen principalmente emigrantes del norte de África y de Europa Oriental.

Australia y Nueva Zelanda son también países receptores de inmigración. Cuentan con
alrededor de 5 millones de extranjeros que representan el 18% de la población de Oceanía,
máximo valor del mundo.

18
4.- LAS POLÍTICAS DE POBLACIÓN

Una política de población es el conjunto de medidas, programas y planificación, adoptadas


por un gobierno con el fin de producir cambios cuantitativos y cualitativos en los procesos
demográficos.

El objetivo de todas las políticas es perseguir un desarrollo humano sostenible, llamado por
algunos desarrollo con equidad, es decir que contribuya a mejorar la calidad de vida de las
personas y a reducir las desigualdades existentes entre los habitantes.

Toda política de población debe estar inmersa en un proyecto de desarrollo económico y


social más amplio. Para poner en marcha estas políticas son necesarios:

• la elaboración de un diagnóstico de base territorial, en distintas escalas de análisis (local,


regional, nacional, etcétera), para acceder a una interpretación adecuada de la situación
presente y así proyectar la situación futura más probable;

• el apoyo político: con él se asegura la continuidad (financiera y presupuestaria) de los


programas, que de otra forma se verían sometidos a interrupciones e irregularidades;

• la toma de conciencia social y acercamiento a la población: la educación e información a


la gente, a través de la difusión de datos demográficos y su impacto sobre los recursos y el
medio, juega un papel fundamental en el éxito de la política implementada;

• el empleo de métodos y técnicas de control apropiados que permitan el seguimiento de la


política de población elegida y el cumplimiento de los objetivos propuestos.

La acción del Estado puede ejercerse sobre cualquiera de las variables demográficas:
crecimiento, composición, distribución, migraciones, tamaño. El factor alrededor del cual se
han aplicado las políticas demográficas más importantes es el crecimiento de la población.

En tal sentido se han emprendido políticas pronatalistas y antinatalistas.

Las políticas pronatalistas más significativas se han desarrollado en los países


industrializados, y más especialmente en los europeos, como respuesta al descenso de la
fecundidad. Las medidas más importantes fueron prohibir o limitar el uso de métodos para
controlar la fecundidad y promover la natalidad mediante incentivos económicos. Francia,
Alemania y Sueçia constituyen ejemplos de la aplicación de estos tipos de políticas.

Las políticas antinatalistas más importantes corresponden a los países en desarrollo, como
es el caso de China e India. Entre los países desarrollados se destaca Japón, que también
aplicó programas de planificación familiar.

Otro factor sobre el que se aplicaron medidas y políticas importantes a nivel mundial es el
de las migraciones, sean éstas internas o externas.

En cuanto a las migraciones internas (especialmente rural-urbanas), varios países han


establecido políticas para contrarrestar los movimientos espontáneos de población y alcanzar
un mayor equilibrio en la distribución de la población de todo el territorio.

19
Con respecto a las migraciones internacionales los países de destino, en general, están
desarrollando políticas restrictivas hacia los inmigrantes.

Por el contrario, los países que sufren de emigración, ponen en práctica medidas para
resolver los siguientes problemas:

• proteger a sus emigrantes en los países de destino;

• solucionar los problemas que origina su partida en el propio país de origen;

• atender el impacto social que origina, por su magnitud, la reincorporación y reinserción


social de los emigrantes que retornan al país dc origen.

La problemática de los refugiados debe constituir un elemento fundamental en las políticas


de población de los países afectados. Es necesario que los países que reciben refugiados
elaboren programas de protección social que incluyan servicios como alojamiento,
integración socio-laboral, formación educativa, asistencia médica, etcétera.

5.- EL ÍNDICE DE DESARROLLO HUMANO

El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) creó en 1990 el Índice de
Desarrollo Humano (IDH). Éste mide los progresos generales de un país en tres dimensiones
básicas del desarrollo humano. Para cada dimensión se ha elegido una variable que la
representa.

El IDH reduce los tres indicadores básicos a un valor que indica la distancia que el país tiene

que avanzar hasta llegar al máximo posible. Este índice va de 1 (el mejor) a O (el peor).

Los países se clasifican según su IDH en tres grupos:

• países con desarrollo humano alto: con valores del IDH de 0,800 y superiores;

• países con desarrollo humano medio: con valores entre 0,500 y 0,799;

• países con desarrollo humano bajo: con valores inferiores a 0,500.

El promedio mundial del IDH es de 0,7 16 correspondiente a la categoría de desarrollo


humano medio. Los problemas más graves en relación con este índice persisten en el mundo
en desarrollo, especialmente en Africa al sur del Sahara y en Asia Meridional, donde se
presentan los valores más bajos.

De los 162 países de los cuales se calculó el IDH, 48 están en la categoría de alto desarrollo
humanó, 78 en la categoría mediana y 36 en la categoría baja.

Los países que ofrecen los mejores puntajes en la clasificación del IDH son Noruega (0,939),
Australia (0,936) y Canadá (0,936). A partir de allí se ubican los demás países y en los
últimos lugares de la lista aparecen Burundi (0,309), Níger (0,274) y Sierra Leona (0,258).

20
La Argentina ocupa a nivel mundial el lugar 34 éon un valor del IDH de 0,842. Dentro de
América latina se sitúa:

Continente Máximo Minimo Puntaje


Puntaje
África Libia (0,770) Sierra Leona (0,258)
América Canadá Haití (0,467)
(0,936)
Asia Japón (0,928) Yemen (0,468)
Euro a Norue a Re . de Moldova (0,699)
(0,939)
Oceanía Australia Papua Nueva Guinea (0,534)
(0,936)

6.- PROBLEMAS DERIVADOS DE LA EXPLOSIÓN DEMOGRÁFICA

LA POBREZA EN EL MUNDO

La pobreza se puede definir como la situación que afecta a las personas que carezen de lo
necesario para el sustento de sus vidas, es decir, que no pueden satisfacer sus necesidades
básicas. Se trata de un concepto multidimensional; no atiende sólo aspectos económicos
sino que también incluye aspectos no materiales y ambienta[es. Implica no tener la
oportunidad de vivir una vida larga, sana, creativa y disfrutar de libertad, dignidad, respeto
por sí mismo y de los demás.

Las causas de la pobreza son múltiples. Entre ellas se pueden mencionar:

• problemas políticos;

• crisis de los mercados financieros;

• desastres naturales;

• gestión inadecuada del medio ambiente (utilización incorrecta de los recursos naturales por
parte del hombre).

Se han propuesto distintas metodologías para medir la pobreza de los habitantes del planeta.
Algunos utilizan indicadores de carácter pecuniario (producto bruto in:emo, PBI), otros tienen
en cuenta cuestiones vitales (esperanza de vida, consumo diario de calorías, entre otros) y
otros aspectos educativos (analfabetismo, etcétera).

Cada uno de estos indicadores ofrece ventajas y desventajas y su aplicación depende del
propósito que se persiga.

El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo presentó en el Informe Mundial de


1997 un índice de la pobreza humana, el IPH, cuyo objetivo fue incluir las diferentes
21
características de privación de la calidad de vida. Este índice toma m cuenta las siguientes
variables:

• porcentaje de la población con esperanza de vida menor a 40 años;

• porcentaje de adultos analfabetos;

• porcentaje de personas sin acceso a servicios de salud y a agua potable;

• porcentaje de niños menores de cinco años víctimas de malnutrición.

De acuerdo con este índice, la pobreza humana afecta a una cuarta parte de la población del
mundo en desarrolló. Los países que se encuentran en los últimos lugares de la clasificación
según el IPH ocupan también los últimos lugares de la :clasificación según el Índice de
Desarrollo Humano. El África al sur del Sahara y Asia Meridional son las áreas donde la
pobreza humana está más generalizada. Níger, Sierra Leona y Burkina Faso son los países
del mundo que presentan los valores más altos, con más del 55% de la población en
condiciones de pobreza.

A los efectos de la comparación internacional, se ha definido el umbral de pobreza como la


línea fijada en un dólar diario por persona, suma considerada suficiente para adquirir los
productos necesarios para sobrevivir.

Actualmente, en el mundo en desarrollo 1.300 millones de personas viven con menos de un


dólar diario y cerca de 3.000 millones, casi la mitad de la población mundial, con menos de
dos dólares.

El hecho de que los países industrializados alcancen los porcentajes más bajos de pobres,
no significa que en esos países no los tengan, pues el problema de la pobreza es mundial lo
que ocurre es que en esos países la mayoría de sus habitantes no son pobres y gran parte
tiene acceso a condiciones dignas de vida. En cambio, en los países en desarrollo, existe un
predominio de pobres y una minoría de ricos.

En el mundo, la mayoría de los pobres todavía se localiza en las zonas rurales, pero esta
situación está cambiando y probablemente en el siglo XXI la mayor parte viva en ciudades.
Este proceso será resultado de la migración a las zonas urbanas, del menor acceso a
recursos productivos, del desarrollo insuficiente de la vivienda urbana y la infraestructura
física, etcétera.

LA MUJER EN EL MUNDO

La mujer es víctima, a nivel mundial, de situaciones discriminatorias con respecto al hombre


por estar sometida a condiciones impuestas por él o por ser considerada coma un ser
inferior.

Esta temática es abordada por la Geografía del Género, que estudia las diferentes originadas
socialmente entre el hombre y la mujer, o sea que analiza la sítua5n de la mujer en la
sociedad y su papel como agente económico.
22
El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) ha propuesto ,s índices para
medir las disparidades entre mujeres y hombres en los distintos países del mundo: el Índice
de Desarrollo relativo al Género (IDG) y el Índice de Potenciación del Género (IPG).

INDICE DE DESARROLLO RELATIVO AL GÉNERO

Este índice mide los logros en las mismas dimensiones y variables que el Indice de
Desarrollo Humano (IDH), pero toma en cuenta la desigualdad de los adelantos entre
mujeres y hombres. Para ello también incorporan otros datos: la comparación entre el salario
medio femenino y masculino, y el porcentaje de hombres y mujeres en la población
económicamente activa.

Como conclusión del análisis del IDG, a nivel mundial, se puede advertir:

• ninguna sociedad trata a sus mujeres como a sus hombres, ya que el valor del IDO es
inferior

en todos los países del mundo al valor del IDH;

• la desigualdad de género está fuertemente relacionada con la pobreza y el desarrollo huma

. Los países que ocupan los primeros y los últimos lugares en el IDO también son,

~ su mayoría, los que ocupan los mismos puestos en el Índice de Pobreza Humana

PH) y en el de Desarrollo Humano (IDH).

La Argentina ocupa el puesto 34 en el mundo según el IDO con un valor de

833. Dentro de América latina se encuentra en el décimo lugar.

Paises con las mejores situaciones para la Paises con las peores situaciones para la
mujer mujer
Noruega 0.937 Etiopía 0.308
Guinea
Australia 0.935 0.308
Bissau
Canada 0.934 Burkina Faso 0.306
Suecia 0.931 Burundi 0.302
Bélgica 0.928 Niger 0.3260

IV. CONCLUSIÓN

* Perspectivas demográficas.

Según las proyecciones de las Naciones Unidas, en el año 2009, la población mundial
podría alcanzar los 6.800 millones de habitantes, y en el 2110 podía llegar a un estado
estacionario con 10.500 millones. Este estado estacionario se alcanzaría con un crecimiento
cero de la población, donde natalidad y mortalidad tenderían a igualarse, y una estructura de

23
edades así mismo estable. Esta proyección se apoya en la hipótesis de la continuación de
las tendencias descendentes de la fecundidad y mortalidad observadas desde el año 1975.

A una situación de estabilidad llegarían los diferentes países según su estructura de


edades y su ritmo de crecimiento. Así, Europa, llegaría en torno al 2030, mientras que África
no llegaría hasta el 2110. Los países en desarrollo tendrían una población de 9100 millones,
mientras los desarrollados apenas habían crecido en 250 millones.

Es difícil avanzar la continuidad de las tendencias demográficas, sujetas a la influencia


de múltiples factores y, por tanto, evaluar la bondad de la proyección. Cabe decir, sin
embargo, que la utilidad de las previsiones va más allá de su hipotético cumplimiento. La
misma NU han tenido que corregir la previsión mundial que realizaron en 1974 , ya que no
contaban con un descenso de la fecundidad como el que se ha producido. Pero las
previsiones son útiles en cuanto permiten esbozar un cuadro general de las tendencias aun
cuando ello no signifique una garantía de su cumplimiento.
El demógrafo Coontz ha señalado la causa del fracaso de los pronósticos de
población. Las previsiones de población se basan en hipótesis fundamentadas en
experiencias demográficas observables. Pero éstas pueden modificarse, incluso de forma
radical, por impensable que pueda parecer en un momento dado, a causa de factores de
índole social y económica que, de no ser tenidos en cuenta, pueden causar cambios
demográficos realmente imprevisibles.

Una cosa es la precisión de las cifras y otra la existencia de problemas que demandan
solución. Los países más desarrollados apenas están garantizando la renovación de las
generaciones. Un descenso de la población supondría el desequilibrio económico del
sistema, que debería ajustar sus variables a un nuevo nivel de consumo. El envejecimiento
de la población supone que las cargas sociales van creciendo día a día, agravadas por la
escasez de empleo, hay que contar con los estudios en los jóvenes y la jubilación anticipada.

El panorama en los países menos desarrollados no es, sin embargo, comparable al de


los desarrollados. Aquí ya no se trata de la existencia de una mayor o menor presión fiscal,
sino que las fortísimas cargas sociales están frenando las inversiones en actividades
productivas, y el nivel de vida no tiene esperanza de aumentar.
Con frecuencia el tema se ha planteado en términos de opción entre el descenso de la
fecundidad o promoción del desarrollo ( Polémica del congreso mundial de la población en
Bucarest ). Sin embargo, hoy parece aceptado que no hay disyuntivas, sino que ambas
cuestiones deben correr paralelas; el problema es la definición del tipo de desarrollo que
deben alcanzar estos países.

V. BIBLIOGRAFÍA.

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24
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Pierre-Jean Thumerelle: «Las poblaciones del mundo». Cátedra. Madrid 1996

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