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De Re Metallica, 13, 2009 pp.

49-60
© Sociedad Española para la Defensa del Patrimonio Geológico y Minero
ISSN: 1577-9033

EL INFIERNO GALÉS: LA INDUSTRIA DEL COBRE Y EL VALLE DE SWANSEA

Juan Manuel Cano Sanchiz

Área de Arqueología, Facultad de Filosofía y Letras, Universidad de Córdoba,


Pl. del Cardenal Salazar 3, 14003 Córdoba.
jmcsanchiz@hotmail.com

“It came to pass in days of yore


The Devil chanced upon Landore
Said he ‘From all this fume and stink
I can’t be far from home I think’.”

(Anónimo de la segunda mitad del siglo XIX)

RESUMEN

Swansea fue uno de los principales centros de la primera Revolución Industrial británica, teniendo lugar en su
territorio una actividad incesante en torno a la minería del carbón y a la metalurgia de los metales no ferrosos, con
especial protagonismo del cobre. De hecho, entre finales del siglo XVIII y la primera mitad del XIX, estuvo a la cabe-
za de la producción mundial de este metal, aunque pocas huellas evidencian hoy esto en su paisaje. Este trabajo
es una modesta revisión historiográfica sobre el impacto de este lugar en la historia de la industria del cobre. Para
ello, hemos cruzado parte de las fuentes primarias y secundarias disponibles, tratando de contrastar la información
escrita con el análisis in situ de los restos arqueológicos conservados.

PALABRAS CLAVE: Arqueología industrial, cobre, historia industrial, metalurgia del cobre, Revolución Industrial,
Swansea, Gales.

ABSTRACT

Swansea was one of the first British Industrial Revolution’s main centres, and there the activity around coal min-
ing and metallurgy of non-ferrous metals was incessant, being copper the most important product in that context.
In fact, from the end of the 18th century to halfway of the 19th, Swansea was the leader in the global production
of this metal, although its present landscape does not keep too much about it. This paper is a modest historiograph-
ical review on the impact of Swansea in the copper industry’s history. For this review we have compared primary
and secondary texts between them and with the in situ analysis of the archaeological remains.

KEY WORDS: Copper, industrial archaeology, industrial history, Industrial Revolution, metallurgy of copper,
Swansea, Wales.

INTRODUCCIÓN tro único propósito es reflejar cómo, cuándo y por qué


llegó Swansea a convertirse en el mayor productor de
No pretendemos con esta revisión historiográfica ser cobre en el mundo.
exhaustivos ni recoger al detalle la historia industrial de Swansea (Abertawe en galés), en la costa Sur de
Swansea, algo que ya han hecho brillantemente otros Gales Oeste (Fig. 1), es hoy la segunda ciudad en tama-
autores (vid. Hugues, 2008). Importantes acontecimien- ño del país, por detrás de Cardiff. Su paisaje está mar-
tos -como la huelga de 5 semanas de 1843, por ejemplo- cado por la desembocadura del río Tawe en la llamada
han sido omitidos, así como muchos de los nombres rele- bahía de Swansea, y comprende la parte baja del valle
vantes de la industria de Lower Swansey Valley, tanto de de ese curso de agua -Lower Swansea Valley-, escenario
hombres como de compañías (vid. Hughes, 2008). Nues- relevante de la primera Revolución Industrial británica.

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Figura 1. Swansea, en el País de Gales, Gran Bretaña (Fuente cartográfica: mapquest.com).

Desde finales del siglo XVIII, el Valle de Swansea importante puerto marítimo, especialmente después de
experimentó una industrialización muy intensa -basada, que entraran en funcionamiento North Dock (1852) y
sobre todo, en la minería del carbón, la metalurgia de South Dock (1859), que permitían maniobrar y atracar a
los metales no ferrosos1 y la industria química derivada navíos de gran tamaño. Así, disponer en abundancia de
de esta última-, que ejerció un efecto sobre el territo- carbón y tenerlo además junto al mar fue decisivo en la
rio realmente dramático: uno de los casos más graves de Revolución Industrial de esta zona galesa, aunque no
impacto ambiental y contaminación2 industrial en el menos importantes fuero otros factores: como la proxi-
mundo. Sin embargo, el valle aparece hoy como un midad a la que se encontraban las minas de Cornualles
entorno natural de especial belleza (vid. Beynon y Bet- y Devon, o poder contar con una mano de obra diestra
teridge, 1979, 340), gracias a la desactivación casi total en su trabajo (Kaye, s/a, 1).
de su antigua industria y al desarrollo de un programa Con anterioridad a la aplicación en metalurgia de los
de “restauración” del paisaje conocido como The Lower hornos eléctricos, el éxito de la metalurgia del cobre
Swansea Valley Project. Como contrapartida, poco dependía del uso de combustibles baratos; y el carbón
queda de uno de los centros industriales más importan- mineral, allí donde se podía obtener de manera econó-
tes de la Historia. mica, lo era. Las fundiciones, en general, necesitaban
más combustible que mineral para producir metales,
TERRITORIO: LAS MINAS DE CARBÓN Y EL por lo que resultaba más sencillo y económico transpor-
PUERTO tar la parte más pequeña; mientras que las técnicas
metalúrgicas empleadas requerían con frecuencia el uso
El despegue y gran desarrollo industrial del Valle de de minerales metálicos de distinta naturaleza, por lo
Swansea estuvo en directa relación con sus recursos que las cuencas carboníferas se convirtieron en un
naturales y con su posición geográfica. Swansea se con- punto idóneo para su reunión (Cossons, 1975, 195). En el
virtió en la principal fundición de cobre del planeta por- caso concreto de Swansea, además, los barcos que
que era el espacio ideal para serlo, y porque se produ- transportaban el mineral podían recorrer algo más de
jo, además, una explotación inteligente y exhaustiva una milla del río Tawe adentro, donde era descargado a
del territorio: ricas y numerosas minas de carbón (Fig. mano frente a las fundiciones (Beynon y Betteridge,
2) -junto con lugares donde obtener fundentes- y un 1979, 340) (Fig. 3).

1 En este trabajo nos ocupamos solamente de los aspectos referidos al cobre. Para más información sobre las demás industrias
metálicas de Swansea (plata, zinc, plomo, estaño…): vid. Hughes (2008, Cap. I).
2 Para una amplia revisión de los problemas históricos derivados de la contaminación provocada por la minería y la metalurgia
del cobre -con referencias específicas a Swansea y Riotinto-: vid. Pérez Cebada (2007).
3 Un análisis más exhaustivo de los recursos del territorio de Swansea (disponibilidad de materias primas, sistemas de comunica-
ción y transportes, etc.) en Hughes (2008, Cap. 1).

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Figura 2. Plano de dispersión de las minas de carbón en el sur de Gales, en 1888. (Beynon y Betteridge, 1979, 340, Fig. 1).

Figura 3. El río Tawe a su paso por Swansea, con restos del antiguo muelle de la White Rocks Copper Works. A sus orillas se establecieron la
mayor parte de las fundiciones de cobre y fábricas de esta zona industrial (foto del autor).

MATERIAS PRIMAS DE IMPORTACIÓN: LOS Cornualles, Anglesey, Cumberland, Isla de Man, Irlanda)
MINERALES y después también del extranjero (Jamaica, Cuba,
Chile, Perú, Nueva Zelanda, España, Cabo de Buena
En Swansea, que desde finales del siglo XVIII hasta Esperanza, Australia…) (Scoffern et al., 1857, 539; Phi-
mediados del XIX fue el principal centro mundial en la llips, 1852, 350; Kaye, s/a, 1), considerándose Swansea
producción de cobre metálico, no había una sola mina “el mercado natural de todas aquellas minas cuya posi-
de este metal. Los minerales procedían de la importa- ción geográfica permite una exportación económica”
ción, enviados desde el resto de Gran Bretaña (Devon, (Rieken, 1857, 8). Por otro lado, los fundidores galeses

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fueron, en general, buenos pagadores de sus exportado-
res, lo que favoreció que la minería del cobre se convir-
tiera en un negocio rentable y se desarrollara por todo
el planeta (Rieken, 1857, 8).
En un principio, gran parte del mineral procesado en
Swansea procedía de las minas córnicas4, pero cuando
Cornualles5 dejó de ser el principal proveedor, otros paí-
ses, como España y después también Cuba, adquirieron
mucha importancia. Ambos se vieron superados por los
descubrimientos de los depósitos de la costa oeste de
América del Sur, desarrollándose a partir de entonces
Figura 4. Maqueta del Glamorgan, nave dedicada al transporte marítimo de
buena parte de las importaciones desde los puertos chi-
mineral de cobre en el siglo XIX (Fuente: Swansea Museum).
lenos: Caldera, Copiapo, Valparaiso, Tocopilla, Taltal,
Lota, Carrizal, Antofagasta, La Serena, Coquimbo, etc. 2ª clase: piritas de cobre de una composición muy
Para ello, a mediados del siglo XIX Swansea contaba con similar a las del grupo anterior, aunque más ricas
una flota de barcos veleros6 capaces de transportar en cobre: 15-25%.
entre 500 y 800 toneladas, preparados para llevar car- 3ª clase: piritas de cobre con una pequeña propor-
bón a las minas chilenas y volver cargados de minerales; ción de piritas de hierro y una cantidad importan-
un viaje que, cuando el tiempo no acompañaba, podía te de minerales de cobre oxidados.
durar hasta 6 meses, pero que aun así seguía siendo ren- 4ª clase: minerales compuestos básicamente por óxi-
table, merced a la gran calidad del mineral sudamerica- dos y carbonatos de cobre, junto con una propor-
no (Kaye, s/a, 1) (Fig. 4). ción variable de minerales de cobre sulfurosos,
La naturaleza de los minerales recibidos en Gales fue con predomino del cuarzo en la ganga y con un
muy variada. En las fundiciones de Swansea Valley se porcentaje de cobre del 20 al 30 %.
trabajaron sulfuros, óxidos, carbonatos, fosfatos, silica- 5ª clase: minerales oxidados de gran riqueza, libres
tos y arseniatos, asociados con minerales de hierro, de azufre y de otras sustancias perniciosas en la
arsénico, antimonio, plata, plomo, zinc y estaño, así fabricación de cobre metálico, asociados con
como cal, magnesia, sílice, aluminio, barita y estroncio; ganga de sílice (procedentes de Chile y el Sur de
se recibía también cobre metálico o nativo (Scoffern et Australia).
al., 1857, 539). A mediados del siglo XIX los minerales
importados por Swansea se dividían en cinco clases7
para su tratamiento (Phillips, 1852, 350): COPPEROPOLIS
1ª clase: piritas de cobre mezcladas con grandes can-
tidades de piritas de hierro, así como con partes La historia de la industria del cobre en Gales se
muy pequeñas de óxido y carbonato de cobre, con remonta varios siglos atrás8, aunque en esta breve revi-
una ganga rica en materias terrosas (earthy mat- sión sólo atenderemos a sus etapas más recientes, cuan-
ter) y sílice, y con un porcentaje de cobre del 3 al do Swansea funcionaba como el principal productor
16 %. mundial de cobre metálico -lo que le valió nombres

4 Las minas metálicas de Cornualles, al igual que las de carbón de Swansea, estaban junto al mar, por lo que el intercambio de
materias primas entre ambos centros mineros no tardó en producirse (Beynon y Betteridge, 1979, 340).
5 Las minas de cobre de Cornualles comenzaron a debilitarse internacionalmente hacia la década de 1830. Los capitales británi-
cos empezaron a fijarse entonces en Chile, donde las menas eran más ricas y la mano de obra más barata. Como consecuen-
cia, el país sudamericano se convirtió en el primer productor mundial en 1851, puesto que mantuvo hasta 1882. Durante los
primeros años de explotación, las menas chilenas eran mandadas a fundir a Swansea, pero a partir de la década de 1860 los
chilenos comenzaron a fundir sus propios minerales y a producir sus famosos lingotes de cobre (Chili copper bars), que pronto
inundaron Europea en perjuicio de la ciudad galesa, llegando a regular el mercado de este metal (Nadal, 1983, 219; Grilli et
al., 2002, 18). En el último cuarto del siglo XIX, Estados Unidos arrebató el puesto a Chile, y desde 1883 se convirtió en el pri-
mer productor mundial, con el Lago Superior y la Calumet & Hecla Co. (Michigan) -junto con las minas de Butte (Montana)- a
la cabeza (Nadal, 1983, 219-20; Grilli et al., 2002, 18; Derry y Williams, 1960, 492-93). Desde que Estados Unidos se hiciera
con el control mundial de la producción, la idea de fundir los minerales cerca de las minas se iría imponiendo a la de enviar-
los a las cuencas de carbón, lo que acabaría definitivamente con el anterior protagonismo de Swansea (Street y Alexander, 1989,
170-71).
6 Las rutas marítimas seguidas a lo largo del tiempo y las naves empleadas -y especialmente adaptadas- para el transporte del
carbón y de los minerales de cobre constituyen, sin duda, temas de gran interés. Sin embargo, no creemos que sea éste el espa-
cio adecuado para abordarlos (vid. Kaye, s/a).
7 En función de la clase de minerales con los que se trabajara, el método desarrollado podía variar sensiblemente (vid. Phillips,
1852, 350 y ss.).
8 En 1583 ya se habían instalado en Neath, al sur de Gales, unos primeros talleres bajo el patrocinio de las Mines Royal para fun-
dir los minerales de cobre de Cornualles, estableciéndose en 1717 la primera fundición propiamente dicha (vid. C.D.A., 1934,
pp. 36-37).

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como Copperopolis o Copper Kingdom-
(C.D.A., 1934, 36; Palmer y Neaverson,
1994, 85; vid. Hughes, 2009).
En 1797, con la Revolución Industrial en
marcha en el Valle de Swansea, Gower ya
era descrita como una rica cantera de cali-
za cercana al mar que exportaba cal (Fig.
5) a través del canal de Bristol, mientras
que Swansea destacaba como puerto marí-
timo y por sus minas de carbón, materia
prima que enviaba en grandes cantidades a
Bristol, a Irlanda y al Sur de Inglaterra.
Entonces ya se hablaba de su importante
infraestructura para la fundición de mine-
rales de cobre y plomo, así como de su
industria armera (Beynon y Betteridge,
1979, 340). No en vano, desde la década de
1720 las fundiciones asociadas a las minas
de cobre de Cornualles se habían ido trasla-
dando progresivamente a Swansea, donde,
como ya ha sido apuntado, se disponía de
carbón a muy bajo precio (Cossons, 1975,
195). Figura 5. Horno de cal en Hafod (Swansea) (foto del autor).
Tan buenas fueron las circunstancias y
tan bien se supieron aprovechar que, como
decíamos, entre finales del siglo XVIII y la primera mitad 93)- o de Bristol (Hughes, 2008, 321-22), si bien ambos
del XIX Gran Bretaña se convirtió en el mayor fabrican- se vieron superados por ésta (Fig. 6).
te de cobre del mundo, procediendo de la misma hasta La metalurgia del cobre no se inventó en el Valle de
el 75% de la producción global. En este contexto, Swan- Swansea, pero allí experimentó un desarrollo tan pro-
sea Valley -que para mediados del siglo XVIII ya fundía fundo y acelerado que bien podría ser descrito con el
más de la mitad de la producción de mineral de cobre término revolucionario. A lo largo del tiempo numerosos
británica, así como de la de plomo (Cossons, 1975, 195)- adelantos de tipo técnico se fueron sucediendo en sus
jugó un papel fundamental (vid. C.D.A., 1934, 37; Derry talleres y fundiciones, consiguiéndose, ya en el s. XVI,
y Williams, 1960, 492; Kaye, s/a, 1), siendo descrito a reducir el proceso necesario para obtener cobre metáli-
mediados del siglo XIX como un lugar perfectamente co a partir de minerales de 22 semanas a 5 días (una
equipado para la metalurgia del cobre y adaptado de auténtica revolución); mientras que elementos llamados
manera sobresaliente para funcionar como fundición a a tener una importancia fundamental en la industria
nivel mundial (Scoffern et al., 1857, 539). Entonces casi moderna del cobre tuvieron un origen vinculado a este
la totalidad de las grandes fundiciones de cobre de Gran lugar: tal es el caso del horno de reverbero (reverbera-
Bretaña estaban en Lower Swansea Valley (Beynon y tory furnace) (Fig. 7), que en 1698 ya era empleado en
Betteridge, 1979, 342), que contaba con cerca de 600 Swansea (C.D.A., 1934, 38). No en vano, fue en gran
hornos -en uso día y noche- que consumían unas 500.000 medida allí donde se desarrollo el “método galés”10
9
toneladas de carbón anuales (aproximadamente veinte para la fundición de minerales de cobre que tan de
por cada una de cobre producido) (Scoffern et al., 1857, moda estuvo durante buena parte de los siglos XIX y XX.
551). Nadie era ajeno entonces a por qué los mejores Con todo, Swansea no sería el centro de la industria
cobres del mundo procedían de Copperopolis: “it is not mundial del cobre para siempre. De los 600 hornos que
surprising that British copper should be the best in the estaban en uso en 1860 -momento de máximo esplendor
world with such facilities and experience” (Pepper, (Kaye, s/a, 1)- el último dejó de funcionar a comienzos
1862, 273). Pero, aunque Swansea se convirtiera en el de la década de 1920, desapareciendo definitivamente
principal centro de esta industria, dentro de Gran Bre- la fundición de cobre como actividad industrial en 1924
taña hubo otros lugares que jugaron un papel muy (Hughes, 2008, 328). La rápida desactivación del sector
importante como fundidores de este metal: caso de en Lower Swansea Valley estuvo en directa relación con
Tyneside -que al igual que Swansea recibía desde media- la pujanza de los nuevos centros mineros ya menciona-
dos del siglo XVIII los minerales de cobre extraídos en las dos (Chile, EE.UU., España, Australia, etc.), en los que
distintas partes de la geografía británica (Hudson, 1976, minería y metalurgia se desarrollaban (al contrario del

9 Poco después otro autor (Pepper, 1862, 273) hablaba de 500 hornos, en lugar de 600, aunque mantenía el consumo anual de
carbón en 500.000 toneladas.
10 Funcionamiento, principios y pasos de dicho método en: Phillips (1852, 351 y ss.); Pepper (1862, 272 y ss.); Hiorns (1901, 299
y ss.); Huntington y McMillan (1904, 305 y ss.); Rhead (1907, 163 y ss).

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Figura 6. Swansea en 1862, según la percepción de unos viajeros franceses (fuente: www.univ-paris13.fr).

Figura 7. Sección de un horno de reverbero para minerales de cobre: T- tolva de carga; p- agujero de sangrado para
la escoria; u- moldes para recoger la escoria; C- tiro de la chimenea (Huntington y McMillan, 1904, 306, Fig. 64).

dípolo Cornualles-Swansea) en un mismo lugar (Derry y tiempo que crecía el interés por la fundición de minera-
Williams, 1960, 492). les de níquel y zinc, así como por los nuevos métodos de
Al perder el liderato en la producción de cobre metá- extracción de metales preciosos (Derry y Williams, 1960,
lico, Swansea se recicló en la industria de los subproduc- 493). Hasta entonces, los efectos del “copper smoke” en
tos de los minerales cupríferos. El humo del cobre (cop- la vegetación y en la vida en general habían estado lejos
per smoke11) y el dióxido de azufre -que tantos proble- de pasar desapercibidos en un territorio que pronto se
mas habían causado antes (vid. Beynon y Betteridge, resintió de las enormes cantidades de azufre que cien-
1979)- se comenzaron a usar a partir de 1865 -gracias a tos de chimeneas mandaban directamente al aire cada
un nuevo tipo de horno que recogía y aprovechaba el año: 50.000 toneladas, según cálculos contemporáneos
ácido sulfúrico- en una importante industria química, al a los hechos (Pepper, 1862, 271) (Fig. 8).

11 Existen numerosos documentos que nos hablan de los problemas que estos humos generaban: daños en las cosechas y en el
ganado, incomodidad en la vida humana, etc. (vid. Beynon y Betteridge, 1979, 342), muy similares a los que encontramos, por
ejemplo, para Riotinto, donde los humos procedentes de las teleras también fueron un problema (vid. Avery, 1985, p. ej.). En
ambos casos, costó encontrar una solución que no encareciera la producción de cobre hasta hacerla no rentable, por lo que las
compañías prefirieron continuar generando beneficios (económicos) en perjuicio del medioambiente.

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LOS INDUSTRIALES

La potencialidad del valle de Swansea para convertir-


se en un centro industrial de primera línea fue percibi-
da, desde temprano, por toda una serie de hombres
emprendedores. Ellos fueron, más allá de las minas de
carbón y del puerto, los verdaderos responsables del
despegue industrial del sur de Gales, por lo que creemos
justo y conveniente dedicarles al menos unas líneas
aquí. Sin embargo, ni podemos ni pretendemos ser Figura 8. Landore, en Swansea, a mediados del siglo XIX: la multitud de chi-
exhaustivos al hacerlo, ni recoger una visión integral de meneas expulsando humo revela una actividad incesante en torno a la meta-
todos los empresarios y compañías que hicieron, en lurgia del cobre (Birmingham Library Services cfr. Hughes, 2008, 36, Fig. 48).
mayor o menor medida, fortuna en Swansea12.
La primera fundición moderna de Swansea Valley, en Lockwood se trasladaron a otra fundición: The Forest
la que se emplearon a unos cuarenta hombres, la esta- Copper Works, mientras que para 1823 ya había otras
bleció John Lane en 1717: Llangyfelach Works. Algo des- ocho más en el lugar, habiéndose formado un gran com-
pués Robert Morris se haría cargo de la misma y cons- plejo metalúrgico de metales no-ferrosos: cobre, zinc,
truiría el primer poblado obrero planificado de Gran oro, plata, plomo, estaño, níquel, cobalto y latones
Bretaña: Morriston, a unos 4,5 - 5 km de Swansea -con (Beynon y Betteridge, 1979, 342; Gabb, s/a, 16). El
anterioridad, c. 1770, ya había construido un bloque de mayor éxito de R. Morris estuvo, sin embargo, vinculado
viviendas para obreros en una colina de Swansea: Morris a otra fábrica: Morfa Copper Works, fundada en 1828
Castle (Fig. 9)-. En 1745, Morris y su colega Thomas (Hughes, 2008, 325).

Figura 9. Izq.: Restos de Morris Castle -más conocido como Castle Craig-, el primer bloque de pisos construido para trabajadores en toda Gran Bretaña (1768-
1774), que proveía de hogar a cuarenta familias y alojaba también a un sastre y a un zapatero (Beynon y Betteridge 1979, 343; foto: autor). Dcha.: Ladrillos con
la leyenda “Craig Morriston”, procedentes del distrito de Hafod (Swansea) (fotos del autor).

12 Para un análisis mucho más detallado: vid. Hughes (2008, Caps. 3 -ingenieros- y 4 -industriales y masa obrera a su cargo-).

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Junto con Morris, uno de los nombres clave en rela-
ción con la industria del cobre en Swansea fue John
Henry Vivian, a los que habría que sumar los de Craig,
Benson, Grenfell, etc. (vid. Gabb, s/a; Hughes, 2008,
Cap. 4). Mr. Vivian procedía de Cornualles, donde dirigía
una explotación minera, pero pronto supo ver que el
verdadero beneficio económico estaba en la fabricación
de cobre metálico, por lo que en 1806 se trasladó a
Swansea para administrar su propia fundición, convir-
tiéndose, en unos años, en el dueño de la más grande e
importante de todas: los Hafod Copper Works (Fig. 10),
fundados en 1810 (Hughes, 2008, 325). J. H. Vivian fue
un personaje polifacético que desarrolló una intensa
vida política, social e industrial. Supo aprovechar el
potencial de Swansea, del mismo modo que Swansea se
benefició del suyo: entre él y su hijo -Henry Hussey
Vivian, primer Lord Swansea- consiguieron que la ciudad
pasara de 2.000 a 100.000 habitantes (Beynon y Bette-
ridge, 1979, 342).
Como Morris, J. H. Vivian también proporcionó
vivienda a sus obreros13: construyó casas adosadas para
ellos, creando un barrió que se llamó Trevivian o
Vivianstown. Abrió además una escuela en 1847, mien-
tras que fruto de otras iniciativas, sobre todo de la fami-
lia de Pascoe St. Leger Grenfell, vieron la luz nuevos
edificios públicos: más escuelas, All Saints Church, Fox-
hole Music Hall, etc.; muestras, todo ello, de un pater- Figura 10. Una de las casas de motores pertenecientes a Hafod Copper Works
nalismo industrial que consiguió que los obreros del (foto del autor).
cobre, a pesar de tener que soportar altos niveles de
contaminación y un ambiente de trabajo nocivo, disfru-
taran de mejores casas e instalaciones urbanas que el jefes como una especie de pro-hombres y por ello les
resto de habitantes de Swansea (Gabb, s/a, 17). No obs- pagaban con gran lealtad. Sólo así puede entenderse
tante, detrás de todas estas infraestructuras debió estar que aguantaran el ambiente ultra-contaminado de
presente, por encima de la filantropía, la intención por Swansea y los iniciales turnos seguidos de 24 horas de
parte de los industriales de contar con una masa obrera trabajo y 24 de descanso (Beynon y Betteridge, 1979,
sana, instruida y feliz, todo lo cual debía revertir en una 342).
mayor eficiencia en el trabajo. De lo que se trataba, en Por otro lado, junto a los grandes emprendedores, el
definitiva, era de cuidar la “herramienta” más impor- desarrolló industrial de Swansea debió mucho a la rela-
tante de la fábrica (el obrero), aunque bien es cierto ción con este lugar de algunos de los más prestigiosos
que ello no tuvo por qué ser necesariamente incompati- científicos del momento, como Sir William Grove (1811-
ble con los buenos deseos de los capitalistas hacia sus 1896) o Ludwig Mond (1839-1909) (vid. Beynon y Bette-
trabajadores. ridge, 1979, 344). A modo de ejemplo, de la mano de la
J. H. Vivian fue un hombre celoso de sus propiedades familia Vivian trabajaron en Swansea -tratando de solu-
(Fig. 11). Para proteger sus secretos industriales mandó cionar el ya citado problema de los humos- personalida-
construir un muro de 3 metros de altura con el que sepa- des de la talla de Sir Humphry Davy y su entonces ayu-
rar su fábrica de la cercana fundición de Morris, prohi- dante Michael Faraday (Beynon y Betteridge, 1979, 342;
biendo, además, a los hombres y mujeres que trabaja- Hughes, 2008, 323). Lower Swansea Valley no sólo fue
ban para él que hablaran con los obreros de éste: los un centro puntero para la industria; también para la
que eran sorprendidos haciéndolo eran despedidos de ciencia14.
inmediato. Con todo, los trabajadores debían ver a sus

13 S. Hughes (2008), en su magnífica monografía sobre el despegue industrial de Swansea, dedica un importante volumen de pági-
nas a analizar todo lo relativo a la vivienda obrera de aquel lugar (Cap. 4), del mismo modo que ofrece abundante información
sobre otras construcciones para la vida de la comunidad: iglesias, escuelas, edificios comunitarios, etc. (Cap. 5).
14 Más información al respecto en: Hughes (2008, Cap. 3).

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Figura 11. Puente de entrada, sobre el canal, a la fábrica de cobre de Vivian (Hafod Copper Works). Al fondo, chimenea de Morfa Sil-
verworks, de Morris. Un par de elementos llaman la atención en esta fotografía: el uso de bestias para propulsar las barcas por el canal
y el empleo de bloques de escoria como material constructivo en el remate del pretil del puente (City & Country of Swansea: Swansea
Museum collection, cfr. Hughes, 2008, 97, Fig. 138).

LA MANO DE OBRA Forest Copper Works ganaban 12 chelines, los calcina-


dores 15, los fundidores 25 y los capataces 48, si bien los
“When I came here from the ironworks six years salarios de niños y mujeres siempre estuvieron por
ago, I suffered much from my stomach. debajo de estas cifras. Los refinadores, por su especial
The sulphur affected me. I spat blood for some habilidad para desarrollar su labor, tenían un sueldo y un
time, but I became used to it”. estatus superior al del resto de trabajadores (Gabb, s/a,
Testimonio de un obrero de Morfa Copper Works en 9) (Fig. 12).
1850 (Gabb, s/a, 9). El trabajo en la industria del cobre requería cierto
adiestramiento y habilidad, y hasta los obreros menos
A pesar del alto nivel de industrialización de Swansea, la especializados necesitaban ser fuertes y ágiles para
mano de obra empleada en sus talleres y fundiciones de cubrir sus labores con eficacia. El oficio podía resultar
cobre fue relativamente modesta, especialmente si la com- pernicioso para la salud, tanto por el alto riesgo de acci-
paramos con los 7.000 mineros de Cornualles en 1770 o los dente como por el ambiente malsano en el que se des-
1.200 de las minas de Anglesey en 1797. En Swansea sólo se arrollaba (humos, contaminación, etc.). Fue habitual
alcanzaron los 2.213 trabajadores15 en la industria del cobre que los únicos medios de los que el obrero disponía para
cuando ésta vivía su momento de mayor esplendor a princi- protegerse de la emisión de gases tóxicos durante la cal-
pios de la década de 1860, aunque lo habitual fue contar con cinación y la fundición fueran taparse boca y nariz con
una mano de obra mucho menos numerosa: unos 200 en el pañuelos o tratar de retirarse lo máximo posible de los
primer tercio del siglo XVIII, alrededor de 1.600 a mediados mismos para no inhalarlos (Gabb, s/a, 8).
del XIX o en torno a 2.000 entre finales del XIX y principios Hasta 1850 la jornada laboral fue de 24 horas segui-
del XX. Estas cifras pueden resultar engañosas, ya que, co- das, alternándose un día completo de trabajo con otro
mo decimos, se refieren exclusivamente a los empleados del de descanso. A partir de esa fecha, sin embargo, los tur-
cobre, y la industria de Swansea fue mucho más amplia: nos se redujeron a la mitad. Las fundiciones funciona-
ferrocarriles, metalurgia de otros metales no ferrosos, in- ban ininterrumpidamente 6 días a la semana -el domin-
dustrias químicas, materiales refractarios y cerámicas, go era el día para el descanso-, y la mayor parte del tra-
etc. (Gabb, s/a, 7; vid. Hughes, 2008, Cap. 1). bajo se hacía de manera manual (transporte, prepara-
Los sueldos de los obreros del cobre eran altos y ción, etc.). Cuando había poca faena los hombres solían
seguros; al menos lo eran en mayor medida que los de descargar barcos para ganar algún dinero extra, que,
la industria del hierro o del carbón de la vecina Merthyr. por otro lado, gastaban con frecuencia en bebidas alco-
Para 1850 los obreros o peones sin especialización de la hólicas (Gabb, s/a, 9-10) (Fig. 13).

15 Dentro de esta masa obrera habría un porcentaje más o menos importante de mujeres y también niños, aunque mayores de
12 años (Gabb, a/a, 8).

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Figura 12. Obreros trabajando en el exterior de los Forest Copper Works, en Swansea (1791) (Grant-Francis, 1881, 173).

Figura 13. Lo que en origen fue una central eléctrica se convirtió después en una cantina para reunión de los obreros. Hoy las llamas han destruido buena parte
de las huellas tanto de lo uno como de lo otro (foto del autor).

EL FINAL DE UNA GRAN INDUSTRIA mineros metálicos. En el sector del cobre, este modelo
(CONCLUSIÓN) fue en muchos casos el dominante hasta aproximada-
mente la llegada del ferrocarril (con la pareja disminu-
El Valle de Swansea materializa de forma excepcional ción de los costes derivados del transporte de com-
un modelo de explotación metalúrgica en el que las bustible) y la entrada en escena, a partir de la segunda
cuencas carboníferas se convierten en receptoras -y mitad del siglo XIX, de los nuevos gigantes mineros
fundidoras- de los minerales enviados desde los distritos (localizados en buena parte en el continente ameri-

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cano), que pronto descubrieron que podían obtener 14)] o de los talleres de Morfa, en los que perviven algu-
mayores beneficios fabricando su propio cobre metáli- nas estructuras asociadas a las fundiciones y los muelles
co. Consecuencia de todo ello, en apenas una década para descargar el mineral en el río (vid. Fig. 3) (Palmer
Swansea dejó de ser el principal fabricante del mundo, y Neaverson, 1994, 85). Junto con los lugares de traba-
y la mayoría de sus instalaciones industriales se aban- jo, también han conseguido sobrevivir algunos espacios
donaron sin ser sustituidas por otras, lo que generó una habitacionales, y frente a los restos inhabitables de
situación más o menos dramática o, como mínimo, com- Morris Castle (vid. Fig. 9), en Vivian Street las casas de
plicada: “the market of copper led to the establishment obreros construidas en 1840 aún funcionan como vivien-
of a large town whose site was selected solely because das (Beynon y Betteridge, 1979, 342).
it was the cheapest place on earth to smelt copper. The
market changed and the newly created industry was
abandoned, leaving a community in serious straits and AGRADECIMIENTOS
a large area devastated by derelict industrial buildings
and workings” (Beynon y Betteridge, 1979, 345). Este trabajo se inscribe en el Convenio de Colabora-
Hoy, Swansea es un buen ejemplo en muchos sentidos ción que el Grupo de Investigación del P.A.I. HUM-236,
de lo que no se debe hacer en materia de gestión del integrado por todos los miembros del Área de Arqueolo-
patrimonio arqueológico industrial. Muy poco se puede gía de la Universidad de Córdoba, mantiene con la
ver de la que fuera la más importante zona de fabrica- Gerencia Municipal de Urbanismo del Ayuntamiento de
ción de cobre del planeta, pues el grueso de los edifi- dicha ciudad para el estudio de Córdoba, ciudad históri-
cios y de los paisajes vinculados a esta actividad se han ca, entendida como yacimiento único. En el marco de
perdido para siempre. Quedan, con todo, algunas hue- dicho Convenio desarrollamos nuestra Tesis Doctoral
llas de su pasado industrial, como el uso de bloques de (Programa nacional de Formación del Personal Universi-
escoria en la construcción (apreciables, por ejemplo, en tario del Ministerio de Educación y Ciencia de España),
las casas de Vivianstown). Se han conservado asimismo, con la que hemos abierto una nueva línea de investiga-
aunque en precario, algunos restos de los antiguos ción en la Universidad de Córdoba (la Arqueología Indus-
Hafod Copper Works [en concreto un par de casas de trial): un estudio histórico-arqueológico del papel juga-
máquinas -vid. Fig. 10- y una nave de locomotoras (Fig. do por la minería y la metalurgia del cobre en la prime-

Figura 14. Cochera para la locomotora que Vivian & Son usaba en sus Hafod Copper Works. En la pared exterior de la nave puede leerse “V & S Ltd. No.1 Shed”
(foto del autor).

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ra industrialización de la ciudad de Córdoba y de su Hughes, S. 2008. Copperopolis. Landscapes of the early indus-
territorio, donde Cerro Muriano jugó un papel muy rele- trial period in Swansea. Aberystwyth.
vante. Huntington, A. K. y McMillan, W. G. 1904. Metals. Their prop-
Quisiéramos mostrar nuestro agradecimiento al erties and treatment. Londres, Nueva York y Bombay.
investigador Philip Jenkins, que tan amablemente nos Kaye, C. R. (s/a): Copper-ore barques. The Development of
acompañó durante nuestra visita a Swansea y sin cuya Copper-Ore Trading, 4site Edication fact sheet, Swansea.
asistencia el trabajo de campo nunca hubiese sido tan Merriman, A. D. 1965. A concise encyclopaedia of metallurgy.
exhaustivo. Asimismo, nuestra gratitud para el Dr. Roger Londres.
White, del Ironbridge Institute, que nos puso en contac- Nadal i Oller, J. 1983. Andalucía, paraíso de los metales no fer-
to con él y que tanto facilitó nuestra estancia en el pres- rosos. En Domínguez Ortiz A. (Dir.), La Andalucía Contem-
tigioso centro británico de Arqueología Industrial, así poránea (1868-1983), Historia de Andalucía, vol. VII.
como para el Prof. Dr. Desiderio Vaquerizo y el Prof. Dr. Madrid, 179-240.
José Antonio Garriguet, directores de la Tesis Doctoral Palmer, M y Neaverson, P. 1994. Industry in the landscape:
en la que, bajo su magisterio, trabajamos. 1700-1900. Londres y Nueva York.
Pepper, J. H. 1862. The Playbook of Metals, including personal
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