El concepto de pena tiene su origen en el término latino poena y hace referencia
al castigo que es establecido por un juez o un tribunal de acuerdo a lo estipulado por la ley, y que tiene como fin sancionar a aquel que haya cometido un delito o una falta. La pena de muerte o pena capital se enmarca dentro de las penas corporales, ya que el castigo tiene un efecto directo sobre el cuerpo del sancionado. Como su nombre lo indica, la pena de muerte consiste en quitar la vida de la persona que, de acuerdo al juez, es considerada culpable de una falta grave. Estados Unidos es uno de los países que en la actualidad sigue manteniendo vigente la pena de muerte, a pesar de que desde instituciones y organismos como la Unión Europea se ha intentado que lleve a cabo la abolición de esa ley. Y es que las cifras no dejan de asombrar en pleno siglo XXI pues en 2012 en tierras norteamericanas fueron ejecutadas un total de 43 personas. Asimismo, es importante recalcar que en dicha nación los condenados a pena de muerte ven como acaban sus vidas mediante el sistema de la inyección letal. Es decir, un procedimiento mediante el cual, a aquellos, de manera continua y por vía intravenosa, se les inyecta en una cantidad que resulta mortal un barbitúrico de acción rápida que va mezclado con un paralizante. En este sentido, aunque aquella acaba con las vidas de los reos, es singular destacar el caso que se produjo en Estados Unidos en el año 2009 y es que un condenado a muerte sobrevivió a su ejecución después de que recibiera casi veinte pinchazos. Sin embargo, en la actualidad, la mayoría de los países han abolido la pena de muerte por considerarla un método bárbaro y que atenta contra la dignidad y los derechos humanos. Hay quienes la cuestionan desde un punto de vista práctico (los jueces que condenan a muerte son humanos, por lo que se pueden equivocar y culpar a un inocente) y otros tienen en cuenta factores filosóficos o religiosos (sólo Dios puede dar o quitar la vida). El fusilamiento con disparos, la horca, la decapitación, la cámara de gas, la inyección letal, la silla eléctrica y la lapidación son algunos de los métodos utilizados para aplicar la pena de muerte.