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Escuela Politécnica Superior,

Arquitectura
Almudena Martínez Olmo
Grado en Fundamentos de Arquitectura
Sociología y Geografía Urbana

Tema 1
La sociología urbana y la evolución
histórica de la ciudad
El origen, los conceptos y la formación del espacio urbano
Almudena Martínez Olmo
Profesora

Presentación 3

Objetivos 3

Introducción a la sociología urbana 3


La sociología y la sociología urbana 3
Los conceptos básicos de la sociología urbana 4
La ciudad como la expresión más compleja de la organización social actual 6
Las concepciones del fenómeno urbano 7
Las dos visiones del urbanismo: la doctrinal y la práctica 9
El objeto de la sociología urbana 10
La sociología urbana en relación con las disciplinas afines 13
La Antropología Urbana 15
La Geografía Humana 17

La evolución histórica de las ciudades y el urbanismo 17


La evolución de la ciudad europea 17
La ciudad medieval 17
El ocaso de la ciudad medieval y el ascenso del estado-nación 19
La industrialización y su impacto en la ciudad 20
El avance de las ciudades capitales 21
La evolución de las ciudades españolas 21
Los cascos antiguos 21
25
Los ensanches 25
El crecimiento y la anexión del extrarradio 26
28
Los barrios de ciudad-jardín 28
30
Chabolismo y autoconstrucción 30
Los polígonos de vivienda 33

Sociología y Geografía Urbana_EPS - Dpto. de Arquitectura [2] 01.02.2018


Presentación
El primer bloque temático busca, en primer lugar, establecer una primera toma de contacto con la
disciplina a partir del planteamiento de su origen y desarrollo a lo largo del tiempo, así como a
través de su relación con otras disciplinas afines. En segundo lugar, se estudian los elementos
urbanos, sociales y económicos que han ido articulando, con el paso del tiempo y dentro de un
contexto europeo, la morfología de nuestras ciudades facilitando así una comprensión básica y
fundamental para conocer la ciudad desde un punto de vista histórico y global.

Objetivos

• Conocer el objeto de estudio y los conceptos básicos en torno a los que se articula la
sociología urbana, así como su relevancia en los estudios urbanos.

• Comprender el modo en el que la sociología urbana contribuye a entender las ciudades


en las que vivimos.

• Aproximar a las disciplinas afines que complementan la contribución de la sociología a


los estudios urbanos.

• Estudiar la evolución urbanística y social de las ciudades españolas dentro de un


contexto europeo a fin de comprender la trayectoria, el desarrollo y la situación actual de
la ciudad.

Introducción a la sociología urbana

La sociología y la sociología urbana


El desarrollo institucional de la Sociología durante los últimos años en España ha llevado, en un
proceso natural a su progresivo parcelamiento, de forma que desde una consideración del
discurso sociológico como algo unitario, se pasa progresivamente a un discurso fragmentado en
especialidades o subdisciplinas. Este hecho puede ser considerado en múltiples sentidos, y
aunque se suele echar de menos la visión completa y compleja de la sociología como unidad de
discurso, esa parcelación ha contribuido al ensanchamiento del conocimiento y de la práctica
sociológica en España.

La exigencia de llevar el conocimiento y el método sociológico a temas y a fronteras más remotas


supone en cualquier caso una necesaria parcelación del mismo, que adquiere formas que no
siempre responden a una racionalidad estricta, aunque solo sea porque la maduración de esas

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parcelas no se debe única ni prioritariamente a una deducción lógica sino que son exigidas por
una práctica y por una aplicabilidad que no siempre son deducibles.

Dentro de este desmembramiento de la Sociología se conserva sin embargo una cierta unidad que
viene dada en primer lugar por lo que podemos denominar la “gran teoría sociológica”, en segundo
lugar por una cierta unidad metodológica y finalmente por una serie de referencias históricas
comunes a unos autores que se consideran hasta el momento y con ligeras variaciones, los
padres de la Sociología y a los que parece que la liturgia académica debe rendir un tributo. Teoría,
Metodología e Historia son los elementos que unifican la dispersión progresiva del conocimiento
sociológico y deberían ser las que constituyeran la esencia de lo que en los planes de estudio se
denomina troncalidad.

El tratamiento pues de cualquier subdisciplina o rama de la Sociología tendrá una serie de


aspectos teóricos, metodológicos y una serie de referencias a autores que la unen con el tronco
común, eso supone que en cualquier planteamiento esos elementos deben aparecer
conjuntamente con los suyos propios cuya delimitación dependerá del propio objeto científico que
es el que le va a dar la autonomía que necesita. Si no existe tal objeto propio y no compartido,
tampoco habrá autonomía respecto al tronco sociológico básico, de ahí la importancia de las
discusiones a propósito del objeto de cada una de las subdisciplinas o ramas que conforman el
árbol de la Sociología.

Está claro que una vez admitida la existencia de una rama determinada, se acepta plenamente la
existencia de un discurso especializado en el que no es imprescindible la construcción de la
Sociología entera, sino que a partir de un cierto punto o estado se desarrolla la disciplina, dando
por admitido una serie de principios teóricos, metodológicos e históricos. Ese procedimiento
permite efectivamente llevar el razonamiento y el conocimiento desde la perspectiva sociológica a
fronteras que antes eran insospechadas.

Entre las subdisciplinas formadas a partir de un discurso sociológico general podemos decir que la
Sociología Urbana ocupa un papel predominante, no solamente por lo temprano de su origen, a
comienzos del siglo XX, ni por la cantidad de obras producidas, sino sobre todo por su continua
aportación de teorías, ideas y perspectivas a ese tronco común de la Sociología.

Los conceptos básicos de la sociología urbana

La ciudad está asociada a la mayor parte de las civilizaciones y frecuentemente se la considera


como su expresión más acabada. Su origen se remonta al comienzo de la Historia, a las
concentraciones de habitantes en Mesopotamia y en Egipto, como expresión de una entidad que
aunaba una serie de funciones entre las que se encontraban: la comercial, la religiosa, la política y
la militar. Mucho ha cambiado la sociedad y la ciudad desde esas primeras manifestaciones

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urbanas, pero eso no quita para que la ciudad continúe siendo un tema de actualidad; la cuestión
urbana sigue manteniendo el interés de nuestra sociedad y como tal se convierte en un objeto de
las ciencias humanas y especialmente de la Sociología. La ciudad actual es la forma más
compleja de expresión de la organización social y sus características van más allá de lo que
puede ser una suma elevada de individuos agrupados en un espacio limitado.

Pero el interés por la ciudad en la actualidad sobrepasa la ciudad misma. Las profundas
Transformaciones experimentadas el siglo XVIII supusieron una reconsideración de la ciudad. Una
vez destruidas gran parte de las murallas que marcaban simbólica y realmente sus límites, los
asentamientos se expandieron hasta distancias desconocidas históricamente, formando en
ocasiones enormes concentraciones y expandiendo sus modos de vida, hasta el punto de que en
algunas regiones e incluso en algunos países, la distinción entre lo urbano y lo rural desaparece
físicamente y en gran parte de los países industrializados la diferencia en lo que respecta a las
formas de vida entre lo urbano y lo no urbano se reducen hasta lo anecdótico. Considerando este
hecho el calificativo de urbano para una rama de la Sociología dejaría de tener sentido, ya que
todo o casi todo un país puede ser urbano, en el sentido puramente físico o en el de su
concepción como forma de comportamiento.

Pero si dejamos de lado los nominalismos extremos, el nombre de Sociología Urbana podrá seguir
asociado a una visión particular de la sociedad en la que se sitúa al espacio como una perspectiva
desde la que se consideran los procesos sociales. El punto de partida es que la Sociología Urbana
es una especificación del estudio de la sociedad en la que el espacio cobra un papel relevante, tal
como se deduce de una larga tradición de investigación y reflexión que se ha ido acogiendo a ese
nombre de Sociología Urbana.

De este modo, la Sociología Urbana está viva y mantiene una considerable producción a lo largo y
ancho de nuestro mundo. Se trata más bien de situarnos en la correcta perspectiva, aunque ello
implique una interpretación muy abierta del calificativo que la determina. El término urbano, como
se verá, tiene una gran ambigüedad, lo que le da a su vez unas connotaciones que han marcado
históricamente a la Sociología Urbana. Si en la actualidad no se adecua correctamente al
contenido que se plantea, se debe fundamentalmente al cambio que se ha experimentado en la
sociedad desde los primeros planteamientos de la Sociología Urbana hasta la actualidad, pero ese
cambio social no implica que ya desde los primeros desarrollos de la Sociología Urbana no
estuviera planteado el verdadero objeto que se trata de poner en evidencia en la actualidad.

A la hora de comprender el objeto y el contenido de la Sociología Urbana resulta fundamental


incidir en los tres conceptos fundamentales en base a los que se articula: se trata del concepto de
ciudad, del concepto urbano y del Urbanismo.

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La ciudad como la expresión más compleja de la organización social actual

El concepto de partida es sin duda el de ciudad, hipotéticamente la Sociología urbana podría


ser considerada como la reflexión sobre los hechos sociales que acaecen o que están
referidos a la ciudad.

La ciudad ha sido definida de diversas maneras, Toynbee (1973) la define desde una
perspectiva histórica como “una agrupación humana cuyos habitantes no pueden producir
dentro de sus límites todo el alimento que necesitan para subsistir”. Hoy en día esta definición
se vuelve cada vez más inoperante porque la división del trabajo que afecta a la producción
agrícola lleva a que las unidades residenciales rurales sean también dependientes, pero tiene
el interés de su perspectiva histórica. Mumford (1961) en su obra La ciudad a través de la
Historia establece la evolución de la ciudad desde sus orígenes hasta la actualidad,
recalcando su carácter de organización política. Pero en la consideración de la ciudad actual
se establece un especial énfasis en los aspectos culturales y en las condiciones de las
relaciones sociales. Benjamin (1973) establece una visión de la ciudad como un recipiente de
la memoria del pasado y como un receptáculo de tradiciones culturales y de valores.

Pero más allá de esas definiciones, se puede decir que buena parte de los clásicos de la
sociología tienen una consideración sobre las ciudades, no hay que olvidar la importancia que
se le atribuía a finales del siglo pasado, como un lugar de innovación y de transformación de
las relaciones sociales. Desde Max Weber (1987) hasta el propio M. Castells (1974)
establecen su concepción del término. Pero es sin género de dudas la definición planteada
por Wirth (1968) la que más impacto ha tenido en la Sociología. Como se verá en posteriores
unidades, Wirth definía la ciudad como “un establecimiento relativamente grande, denso y
socialmente heterogéneo”, es decir compuesto por tres variables bien definidas, que para él
van a estar en la base de la formación de la cultura urbana o urbanismo: la densidad, la
heterogeneidad y el tamaño.

La ciudad nace históricamente según D. Harvey (1992) a partir de la concentración espacial


del excedente, en el paso de una sociedad igualitaria con un modo de distribución económica
recíproco, en la que no había reparto ni acumulación, a otra en la que se afirmaba una
sociedad jerarquizada y en la que forzosamente existía una economía redistributiva y una
circulación de las mercancías desde una periferia a un centro en el que se formaba esa
ciudad. Al igual que el origen de la vida, su formación requirió una serie de circunstancias que
se dieron históricamente y que luego se repiten de forma rutinaria, hasta el punto de que ya
es irreconocible una sociedad sin ciudades.

Pero la esencia de la ciudad no es tanto el conjunto de construcciones que la califican como


la propia interacción entre los individuos que la habitan. Su consideración va inicialmente

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unida a la idea de civilización, especialmente cuando es el embrión de un Estado como es el
caso de ciudades históricas como Atenas o Roma.

Lefebvre (1972) plantea que la revolución industrial supone la ruptura de la unidad que existía
entre la ciudad y la sociedad. La revolución que supone la industrialización llevaría según
Lefebvre a la muerte de la ciudad y al nacimiento de una nueva entidad que es lo urbano, en
la que los límites dejan de estar definidos como en la ciudad, siendo marcados por otros
elementos, tales como la dispersión de los asentamientos urbanos, el incremento de las
relaciones con los espacios circundantes y el reforzamiento de esa interdependencia.

Ese crecimiento urbano que caracteriza a las sociedades a lo largo del siglo XIX y XX, lleva a
la exigencia de otros conceptos que expresen el nuevo fenómeno urbano: Área
Metropolitana, Región Metropolitana, Megalópolis etc. que se van sucediendo a lo largo del
tiempo. Estos conceptos tratan de expresar un distanciamiento respecto al concepto
tradicional de ciudad, concebida como una unidad político-administrativa, con unos límites
precisos que incluso llegaron a marcar el ámbito espacial de la integración de una sociedad,
limitada por unas murallas, marcada por una división del intra y extra muros, como expresión
espacial de la integración y de la exclusión, de la salud y la enfermedad, de los derechos y
del desarraigo. El desparrame de la metrópolis supone una reconsideración del espacio, el
reforzamiento de la división espacial como expresión de las diferencias, con una mayor
relevancia de una serie de procesos espaciales tales como la segregación, la división
espacial de las funciones y la distinción entre el centro y la periferia, y una generalización de
algunos atributos que se restringían a los habitantes de las ciudades, como el de ciudadanía.

La ruptura de la unidad espacial lleva a enfatizar la unidad funcional, Martinotti (1994) plantea
que el concepto de Metrópolis recalca la supremacía de la función sobre la proximidad, algo
que los postmodernistas pondrán en cuestión al plantear la vuelta al dominio de la forma
sobre la función (Solá Morales, 1987), en respuesta a los planteamientos racionalistas
derivados de la Carta de Atenas en la que se daba una prioridad a la separación de las
funciones como forma de ordenamiento urbano, aboliendo la calle como espacio
multifuncional.

Las concepciones del fenómeno urbano


Algunos autores tratan de ver la especificidad de lo urbano en contraposición a lo rural, pero
esta dicotomía tiene un sentido más retórico e ideológico que otra cosa. Lo rural, entendido
como modo de vida contrapuesto a lo urbano, es una invención de los habitantes de las
ciudades, apoyados exclusivamente en que la densidad de los asentamientos que supone la
ciudad es el origen de una transgresión de un orden ideal preexistente. Las investigaciones
nos han manifestado la existencia de pueblos en la ciudad, con un sistema de relaciones y un

Sociología y Geografía Urbana_EPS - Dpto. de Arquitectura [7] 01.02.2018


conocimiento mutuo que no tiene que envidiar al que se puede dar en cualquier pueblo
agrícola. Paralelamente en algunas áreas de cultivos intensivos, con elevada densidad de
población la relación entre los habitantes puede ser muy similar a la que se da en una ciudad.

A pesar de esas consideraciones, existe una cierta recurrencia en los planteamientos


sociológicos que llevan al “menosprecio de Corte y alabanza de Aldea”, algo que se repite
desde que se tiene conocimiento de la escritura. Los máximos exaltadores de la vida rural
han sido sin duda personas refinadas y generalmente habitantes de la ciudad que veían en la
vida rural una huida de la vida urbana. La exaltación rural es en gran parte una construcción
de los románticos urbanos, lo que no deja de transmitirse de alguna manera a la Sociología.
Esta ambivalencia marca profundamente la visión sociológica de la ciudad, motivando un
análisis anclado en la desconfianza o directamente en el rechazo de las formas innovadoras
que se representan en la ciudad.

Urbano es teóricamente todo lo que se da en la urbe, pero a su vez la urbe tiene unas
fronteras tan anchas que no existe acuerdo sobre su tamaño, su composición, ni siquiera
sobre sus cualidades. La urbe puede definirse desde una perspectiva espacial o puede incluir
elementos no espaciales en su concepción. Puede ser una forma de vida o simplemente un
paisaje voluntario formado principalmente por espacios construidos. Puede ser una metáfora
que representa lo concreto o puede ser algo tangible, definido. Con frecuencia se ha utilizado
como sinónimo de modernidad, incluso en épocas muy recientes. Detrás de lo urbano está
sin duda esa ambivalencia que se manifiesta hacia la ciudad, con la atracción y el rechazo
que suscita.

Esa abstracción ambigua de lo urbano está profundamente imbricada con la Sociología


Urbana, se califican como urbanos las contradicciones sociales o las consecuencias de una
intervención pública concreta, simplemente como una forma de objetivarlos, de desviar el
conocimiento de su verdadero origen. En ese sentido la Sociología Urbana tiene también algo
de papelera a la que van a parar algunas cuestiones a las que no se le quiere atribuir su
origen político. A la pobreza originada por una distribución desigual de los recursos o por la
incapacidad de la sociedad de asumir los límites de la distribución de los bienes, se la califica
de urbana y a los desarraigados se les denomina sin techo, como si la falta de techo o el
localizarse en la ciudad fuera el origen de tales situaciones.

Esta ambigüedad de la concepción de lo urbano arrastra tras de sí a la Sociología Urbana, de


forma que las indeterminaciones producidas en su objeto afectan a la propia delimitación de
lo que es y no es la Sociología urbana, tal como plantea Savage y Warde (1993):

“We take the view that there can be no satisfactory delimitation of the concept of the urban.
The often confusing and obsessive debate in the field since the 1970s reached an appropriate

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conclusion that it is impossible to develop a scientifically useful concept of the “urban”. In that
sense, “urban sociology”; is mostly a convenient label. Nevertheless, it has a core set of
concerns and practitioners of urban sociology that have developed a distinctive and
specialized corpus of knowledge. The historic core of urban sociology is best appreciated as a
contextualixed investigation of capitalist modernity”. (Savage y Warde,1993)

Las dos visiones del urbanismo: la doctrinal y la práctica


El Urbanismo también arrastra consigo la propia ambigüedad de la concepción de lo urbano.
Harouel (1981) en su Historia del urbanismo mantiene que existen dos acepciones del
urbanismo; la primera de ellas recoge toda la acción consciente que trata de concebir,
organizar, acondicionar y transformar la ciudad y el espacio urbano. Mientras que la segunda
acepción supone una realidad específica que aparece hacia la mitad del siglo XIX como una
nueva disciplina que se concibe como una ciencia y una teoría de la ciudad. Pero hay que
tener en cuenta en esta segunda consideración que esa ciencia y teoría sobre la ciudad es
fundamentalmente una ciencia social, su teoría no está separada de las teorías sociales,
estando sometida a las mismas variaciones que se experimentan en ella. En este sentido es
digno de considerar las afinidades existentes entre la teoría urbanística y la teoría sociológica.

El Urbanismo es concebido pues como una práctica y como una disciplina. Una práctica que
trata de la intervención sobre la ciudad y una disciplina que reflexiona sobre las
características de la ciudad. Pero ambas son inseparables, la intervención sobre el medio
urbano requiere no solamente una serie de conocimientos técnicos sino también un discurso
que la justifique y un objetivo que marque su acción, para lo cual acude a la disciplina.

La Sociología Urbana está fuertemente concernida por esas dos concepciones del
Urbanismo, de manera que existe una profunda interrelación entre Sociología Urbana y
Urbanismo. Sus orígenes son casi coetáneos y su desarrollo doctrinal ha corrido paralelo ya
que la base de las teorías urbanísticas no es otra que una especificación de las teorías
sociológicas. El Urbanismo puede ubicarse dentro de las ciencias sociales y en esa medida
está profundamente imbricado en los avatares de la propia reflexión y definición que se
establece sobre la sociedad.

En ese sentido es normal que se dé un desarrollo de las dos concepciones urbanísticas en la


propia Sociología Urbana. Por una parte, en la visión disciplinar, la implicación de la
Sociología es extensa, la explicación que en ella se hace de toda una serie de procesos
urbanos es una de las bases del conocimiento urbanístico. Desde el tamaño poblacional de la
ciudad, hasta las características de la agrupación de las personas que la habitan. Pero en la
perspectiva de la intervención sobre el espacio, la Sociología está también fuertemente

Sociología y Geografía Urbana_EPS - Dpto. de Arquitectura [9] 01.02.2018


concernida en tanto que analiza esas formas de intervención tratando de explicarlas desde
una serie de presupuestos teóricos.

El objeto de la sociología urbana


La indeterminación del concepto de lo urbano trae consigo una indeterminación en el propio objeto
de la Sociología Urbana, cuya historia está marcada por numerosos replanteamientos que
cuestionan la validez científica de la Sociología urbana como disciplina.

Para algunos autores como Glass (1989), la Sociología Urbana no existe con una identidad
distinguible por sí misma afirmando que, en Gran Bretaña por ejemplo, la etiqueta de lo urbano
puede ser aplicada a casi cualquier rama de la Sociología. En ese sentido la denominada
Sociología Urbana sería para ella una especie de paraguas verbal que agruparía bajo su nombre
cosas totalmente diferentes e inconexas.

Efectivamente la variedad y la dispersión del contenido de los análisis que se clasifican como
Sociología Urbana es sorprendente. Una parte de la dispersión temática y conceptual que se le
plantea proviene precisamente de la ambigüedad conceptual de su enunciado. El coger el término
de Sociología Urbana como bandera de conveniencia para albergar estudios e investigaciones de
fenómenos sociales ha sido una práctica frecuente por parte de muchos autores. La cuestión es
que no cabe la resignación a ese estatuto de paraguas verbal o bandera de conveniencia, ya que
si así fuera su existencia hubiera sido sin duda más efímera. Por otro lado, eso supondría que nos
limitaríamos a una simple descripción de los temas sin otra concepción que la de un avance del
conocimiento a partir de una acumulación simple de información, pero eso no ha sido así y las
páginas de los libros y de las revistas están plagadas de polémicas que parten de la existencia de
unas constantes y del establecimiento de teorías que las explican, lo que puede en cualquier caso
determinar la existencia de una cierta continuidad en los temas y en las teorías que los explican,
señal inequívoca de la existencia de un objeto, por amplio y difícil de delimitar que él sea.

Hasta ahora se puede decir que en la Sociología Urbana formal se han sucedido cuatro objetos
diferenciados:

• El primero es el desarrollado por Wirth (1968) como una culminación de las aportaciones
de la escuela de Chicago, en el que se planteaba el modo de vida urbano como posible
objeto de la Sociología Urbana.

• Posteriormente, Rex y Moore (1967) y Pahl (1965) establecieron que las formas de
apropiación y las prácticas residenciales eran un posible objeto de la Sociología Urbana,
al discernir la división en clases sociales que denominaron “Housing Classes”.

Sociología y Geografía Urbana_EPS - Dpto. de Arquitectura [10] 01.02.2018


• Más adelante, tras una crítica en profundidad a los planteamientos previos, Castells, en
su libro La Cuestión Urbana (1974), trató de establecer en el consumo colectivo el
auténtico objeto de la Sociología Urbana. Finalmente, en esa misma escuela francesa
surge con Henri Lefebvre la otra corriente que se desarrolla a partir de la mitad de los
años setenta y que se centra sobre todo en la producción urbana.

• Pero, en la actualidad, se insiste fuertemente en la exigencia de contemplar el espacio


como objeto de la investigación y de la reflexión por parte de la Sociología, lo que nos
lleva a intentar sentar las bases para su desarrollo teórico y conceptual.

Al mismo tiempo, más allá de los objetos declarados de la Sociología se puede establecer la
existencia de objetos no declarados, siendo algunos de ellos tan potentes que atraviesan los
planteamientos de esta disciplina a lo largo de toda su existencia:

1. La ciudad: laboratorio social.

Aunque no se puede decir que haya constituido un objeto en sí mismo, la concepción de la ciudad
como un laboratorio social en el que se pueden analizar una serie de fenómenos sociales en un
entorno acotado, es una de las constantes que se manifiestan a lo largo de la historia de la
Sociología Urbana. Según esa consideración, todo lo que acaece en la ciudad podría ser objeto de
estudio de esta disciplina. Su desarrollo se da sobre todo a partir de los planteamientos de la
Escuela de Chicago. La concentración en la ciudad de los hechos sociales objeto de la
investigación y reflexión sociológica le daría ese estatuto de laboratorio en el que se podrían
analizar con mayor facilidad.

2. La Sociología Urbana como Sociología de la Modernidad

Pero el gran objeto subterráneo que atraviesa toda la Sociología Urbana, apareciendo
esporádicamente en la superficie es el de la modernidad. La ciudad, más allá de su posible
consideración como laboratorio, es sobre todo una avanzadilla de los procesos de cambio que se
experimentan en la sociedad, siendo concebido lo urbano como lugar de innovación.

La Sociología Urbana ha sido de hecho la Sociología de la Modernidad. Lo urbano era concebido


como un lugar de innovación, y por lo tanto como la expresión avanzada de la sociedad.

Simmel (1977) plantea la metrópolis como el espacio de unas relaciones sociales modernas,
visión que es recogida por Wirth (1968) atribuyéndole una valoración que no tenía anteriormente y
que marca a la Sociología Urbana. Para estos autores, la modernidad urbana es destructora de un
equilibrio en las relaciones sociales y programadora de una sociedad difícil de calificar, pero en
cualquier caso no querida. Pero esta confusión de lo moderno y lo urbano se prolonga más allá y
sus propios críticos de los años setenta establecen de nuevo esa relación entre lo urbano y lo
moderno, atribuyendo la misma experiencia de la modernidad a las formas de la organización

Sociología y Geografía Urbana_EPS - Dpto. de Arquitectura [11] 01.02.2018


económica capitalista y aunque existe una cierta afinidad entre las dos, está claro que la una no se
puede integrar plenamente en la otra.

Directamente relacionada con esa asimilación de lo urbano a la modernidad, está la capacidad de


la ciudad de inducir procesos de alienación a partir de la división del trabajo y el consiguiente
cambio que implica en el sistema de relaciones sociales interpersonales. En este sentido la ciudad
provoca la alteración de un orden social y moral que hay que lamentar.

La cuestión es que ese modernismo puede verse desde perspectivas diferentes según la
valoración que se le atribuya, así se puede decir que Marx y Engels le atribuían una valoración
positiva en la medida en que la ciudad-modernidad suponía un paso importante dentro del proceso
revolucionario, porque en ella se exacerbaban las contradicciones sociales que llevarían a minar el
capitalismo. En el otro extremo, autores como Simmel, Tönies, Weber y Durkhein tienen visiones
más pesimistas.

El problema vuelve a aparecer con la revisión del modernismo. El postmodernismo plantea una
visión de la innovación en la que la valoración moral que suponían esas posiciones optimistas o
pesimistas dan paso a otra valoración basada en la estética. Esto tiene consecuencias radicales
en el urbanismo, hasta plantear la muerte de la razón social y su relevo por la razón estética. El
problema es de nuevo la imposibilidad de reducir la razón social a la razón estética. La estética
tiene una gran carga subjetiva y los patrones de concordancia para la misma son evanescentes.
Los valores estéticos son más efímeros, evanescentes y singulares que los valores éticos o
sociales, la reducción de unos a otros es imposible, pero la exaltación diferencial puede llevar
efectivamente a dar una prioridad estética a la visión de la ciudad.

La cuestión es que esa concepción de la ciudad como espacio de la modernidad no desaparece,


sino que de nuevo sale a la superficie. En posteriores textos de Castells (1990) esto se pone en
evidencia ya que, al tratar de la ciudad informacional, sitúa en el espacio de la ciudad la expresión
más avanzada de la nueva sociedad informacional emergente con una organización social nueva.

En ese sentido, se puede afirmar que el espacio urbano continúa siendo un medio privilegiado
para el estudio y la consideración de las nuevas formas sociales. El análisis y la consideración de
la innovación social sigue pasando por su concreción en el espacio, y muy especialmente por el
espacio central de las ciudades. En ese sentido, en la medida en que la Sociología Urbana es la
Sociología del Espacio, aquellos aspectos del análisis social estrechamente relacionados con las
formas espaciales, como es la innovación, van a ser objetos privilegiados de su estudio.

Sociología y Geografía Urbana_EPS - Dpto. de Arquitectura [12] 01.02.2018


La sociología urbana en relación con las disciplinas afines
La Sociología Urbana ha jugado un papel importante dentro del conjunto de la Sociología desde
sus inicios hasta el punto de no poderse concebir sin ella. El tema de la ciudad estuvo presente en
los fundadores de la Sociología ya que el impacto de las ciudades sobre los cambios sociales fue
especialmente intenso durante la época que les tocó vivir, especialmente entre los autores de la
escuela alemana, Tönnies, Weber, Simmel y Spengler, para los que el tema de la ciudad juega un
papel central o al menos muy importante en sus escritos y reflexiones.

Eso lleva a establecer dos grandes etapas en la historia de la Sociología Urbana, una primera
etapa previa formada por esos autores que no desarrollan una expresa Sociología Urbana pero
que en sus reflexiones la ciudad y los fenómenos urbanos tienen una relevancia especial, y otra
segunda que partiría con la Escuela de Chicago y supondría una constitución formal de la
Sociología Urbana como rama de la Sociología. Esta etapa a su vez podría subdividirse en varias,
a razón de los avances en el conocimiento que se ha producido a lo largo de más de tres cuartos
de siglo de existencia.

A partir de la Escuela de Chicago, con una serie de altibajos, la Sociología Urbana se mantiene
como rama o disciplina de la Sociología, con una gran personalidad propia. Prueba de ello es la
existencia de comités independientes de investigación dentro de la Asociación Internacional de
Sociología, y de revistas especializadas como: International Journal of Urban and Regional
Research, Urban Affairs, Annales de la Recherche Urbaine, Espaces et Societés, Espaço e
Debates. A esto habría que añadir la profusión de investigaciones y la producción de obras
concernientes a los temas específicos de la Sociología Urbana.

En el campo académico la Sociología Urbana ha tenido una presencia considerable, hasta el


punto de ser una de las disciplinas más frecuentes en las Facultades y Departamentos de
Sociología, ello se debe también a su presencia en los estudios de urbanismo existentes en las
universidades de todo el mundo. También existe una presencia notable de esta disciplina en otras
ramas del conocimiento, mereciendo una especial mención los estudios sobre la vivienda, o los
estudios sobre las comunidades.

Esta extensión de la Sociología Urbana está en gran parte ligada a su frecuente enfoque práctico
derivado de su objeto espacial.

Pero su gran difusión, y su considerable peso dentro de la Sociología no quita la existencia de una
serie de problemas con los que lleva tratando desde su origen. Como ya se ha mencionado, el
primero de ellos es el de la delimitación real de su actividad, que se extiende prácticamente en
todas las direcciones de las ciencias sociales, dispersándose considerablemente. El segundo,

Sociología y Geografía Urbana_EPS - Dpto. de Arquitectura [13] 01.02.2018


también tratado, es la indeterminación de su objeto que ha llevado a continuadas polémicas en las
que se ponía en cuestión su existencia.

Una de las características del análisis de los atributos espaciales es el continuo recurso a las
aportaciones de otras disciplinas. Esto podría suponer la exigencia de delimitar las diferencias que
se plantean en la Sociología Urbana en relación con la Antropología, la Geografía o la Economía
Urbana y sobre todo con el Urbanismo, concebido como una disciplina. Hay que tener en cuenta
que el hecho de compartir fundamentos teóricos y metodologías iguales o similares, les da a estas
disciplinas la posibilidad de abordar de forma igual o muy similar los mismos objetos de estudio.
En este sentido, se deduce que los problemas en la delimitación del objeto, derivados de su
carácter espacial no sólo atañen a la Sociología Urbana, debido a esa imprecisión de las fronteras
interdisciplinares. Eso lleva a sostener que difícilmente se puede avanzar en la Sociología Urbana
sin una perspectiva multidisciplinar. Esto, unido al hecho de la extensión y diversidad de los
fenómenos que hay que analizar, así como a la profusión de conocimientos que requieren, lleva a
que el progreso en esta disciplina se haga de forma lenta, requiriendo una gran capacidad de
síntesis.

La dispersión, las distintas bases teóricas que se suceden y la propia concepción de la Sociología
Urbana como una bandera de conveniencia para estudios muy dispersos, hacen difícil fijar los
temas recurrentes en la Sociología Urbana. Tal como se desarrollará más adelante, los principales
paradigmas de la Sociología Urbana tienen una serie de predilecciones temáticas e interrogantes
diferenciados, y cuestiones que por lo general son distintas. A pesar de ello se podrían establecer
a partir de las expresadas por Savage y Warde (1993), ocho cuestiones clave que se manifiestan
en la Sociología Urbana y cuya descripción nos puede ser muy útil tanto para la delimitación de su
objeto real como para la fijación temática de la misma. Estas cuestiones serían las siguientes:

• La definición de las formas de vida en una ciudad moderna. La incertidumbre y la no


predictibilidad de los acontecimientos en un complejo urbano, el sentido de posibilidad
inducido por las ciudades.

• Los elementos que distinguen a unos lugares de otros, lo que hace que la gente perciba
los lugares con una identidad propia y los factores que llevan al arraigo de las personas
a un vecindario determinado.

• La forma en la que la vida urbana es afectada tanto por la estructura social como por la
posición de clase, el género, el grupo étnico y la edad, especialmente en lo que se
refiere al uso de los bienes urbanos como la vivienda y los bienes de consumo colectivo.

• El desarrollo de las relaciones sociales entre las personas próximas espacialmente como
son los familiares, los vecinos, los amigos y los asociados. El contexto social local y el

Sociología y Geografía Urbana_EPS - Dpto. de Arquitectura [14] 01.02.2018


medio ambiente. Cómo diferentes tipos de asentamiento encuentran formas
correspondientes de relación social.

• La explicación de la historia de la urbanización y la concentración de la población en


ciudades, y aglomeraciones urbanas.

• Los aspectos más relevantes de la estructura espacial de las ciudades y si los distintos
tipos de ordenamiento espacial generan modos distintos de interacción social.

• La naturaleza y las soluciones de los problemas urbanos tales como los


embotellamientos del trafico, la polución, la exclusión social, la pobreza, la delincuencia y
la violencia callejera.

• El estudio de los aspectos políticos locales en relación con el espacio, y la influencia que
tienen sobre ellos los distintos grupos sociales y sus intereses. Las formas de
participación ciudadana y el impacto social que tienen las diferentes intervenciones
públicas sobre la ciudad.

La síntesis de estas cuestiones se hace compleja, por su dispersión. Pero se puede decir que
existe un elemento común a todas ellas que es el espacio. Fundamentalmente los límites que el
espacio marca a las relaciones y la influencia que los atributos espaciales de proximidad,
distancia, agrupación, dispersión etc. tienen sobre los procesos y prácticas sociales, con una
incidencia especial en las relaciones de poder y en los efectos que tiene la intervención de los
distintos agentes sobre esas relaciones espaciales.

El convencimiento de esta centralidad del espacio en las cuestiones de la Sociología Urbana nos
puede llevar incluso a su sustitución temática, de forma que tratar de la Sociología Urbana puede
ser intercambiable con tratar de la dimensión espacial de los hechos sociales. Esta afirmación nos
da ya una idea del porqué de la dispersión temática y de la dificultad para delimitar el objeto.

De todas formas, más allá del carácter estructurante de la ciudad y de la perspectiva del espacio
como estructurador de los fenómenos sociales, habría que considerar la exigencia de analizar el
gran producto social de nuestros días: la ciudad como espacio y como reglas que marcan el
comportamiento de las personas y de los grupos sociales.

La Antropología Urbana

La llegada de la Antropología al estudio de la ciudad es relativamente reciente, ya que el


énfasis de la misma se ha centrado tradicionalmente en las comunidades más remotas y
primitivas, espacialmente localizadas en el medio rural. El primer libro con el título de
Antropología Urbana no se publica hasta 1968 y hay que esperar a 1972 para encontrar una
revista con ese título, aunque recientemente ha habido un cierto desarrollo de los estudios de

Sociología y Geografía Urbana_EPS - Dpto. de Arquitectura [15] 01.02.2018


Antropología Urbana, entre cuyos manuales hay que destacar el de Hannerz (1993)
Exploración de la Ciudad. Existe una clara contraposición con la Sociología en la que el
estudio de la ciudad y de los medios urbanos se remonta a los mismos orígenes de la
disciplina, como ya ha sido puesto en evidencia.

La mayor parte de la producción de Antropología Urbana que existe hoy en día es una
colección de etnografías poco relacionadas entre sí, aunque algunas de ellas mantienen un
gran interés. El factor básico que ha constreñido el desarrollo de la antropología urbana ha
sido sobre todo la perspectiva antropológica clásica, centrada fundamentalmente en el
estudio de los grupos y las comunidades menos comunes, por sus peculiaridades
diferenciadas y por su exotismo. Basta considerar los estudios pioneros de los antropólogos
sobre España, realizados sobre comunidades muy aisladas: las Alpujarras, las montañas
asturianas etc. Por otro lado, los antropólogos estudiarían las culturas primitivas y no
evolucionadas mientras que los sociólogos estudiarían las culturas urbanas.

Los puntos de coincidencia entre la Antropología Urbana y la Sociología urbana son


relativamente escasos, situación que hay que explicar a partir de las diferencias en los
objetivos, en la metodología y en las características de las propias teorías antropológicas.

Una de las razones de la no coincidencia entre la Sociología Urbana y la Antropología es la


escasez de análisis sociológicos sobre barrios concretos y sobre medios urbanos específicos.
La razón de esa escasez de estudios sobre zonas muy delimitadas de la ciudad hay que
encontrarla sobre todo por la aversión hacia los análisis descriptivos por parte de los
sociólogos urbanos y a los intentos de conectar los objetos de las investigaciones realizadas
con explicaciones holísticas y con análisis políticos.

En contraposición a esta tendencia entre los sociólogos, la desconfianza que sienten los
antropólogos por el medio urbano se manifiesta en el intento de reproducir los objetos de
análisis realizados en otras zonas con lo que se suele buscar comunidades cerradas o guetos
para llevar a cabo la investigación, tanto por el hecho de poder delimitar mejor tanto el objeto
de estudio como la influencia de otras variables, incluidas las históricas, en los procesos de
relación entre los miembros de esas comunidades como por la búsqueda de elementos
exóticos, desde una perspectiva romántica que afecta muy directamente al objeto de estudio.

Esta situación está cambiando en la actualidad ya que los sociólogos se están abriendo a los
estudios sobre las culturas urbanas, aunque solo sea de forma anecdótica para ilustrar sus
teorías, o como punto de partida para otro tipo de análisis. Por su parte, María Cátedra (1991)
plantea que la Antropología puede rellenar algunas lagunas de la investigación sociológica
tradicional por su énfasis en aspectos cualitativos, y su interés por los aspectos culturales.

Sociología y Geografía Urbana_EPS - Dpto. de Arquitectura [16] 01.02.2018


La Geografía Humana

Una de las disciplinas afines a esta concepción es la Geografía Humana, la diferencia que
tiene con la Sociología Urbana, así concebida está en el enfoque de esas relaciones sociales
dentro del marco espacial. Históricamente la Geografía nace precisamente de posiciones
deterministas que trataban de explicar las características de la población a partir del espacio
en el que se asentaba. En la actualidad, las posiciones han cambiado pero el enfoque sigue
permaneciendo, de manera que se concibe como una disciplina académica que trata de
establecer las relaciones recíprocas entre el medio geográfico y la población que lo habita,
haciendo especial énfasis en el impacto que tienen determinadas características espaciales
sobre la sociedad así como la formación de paisajes voluntarios formados por la acción
humana.

Las diferencias entre la Sociología Urbana y la Geografía Humana vendrían más por el
enfoque y el énfasis en determinados aspectos que por el objeto, apoyándose la Sociología
en el estudio de las relaciones sociales y considerando especialmente los atributos
espaciales entre las mismas, mientras que la Geografía tendría una dirección más marcada
por los atributos espaciales de las cosas, lo que se denomina medio geográfico, y su
interacción con la población, considerada generalmente de forma agregada.

Tal como plantea Werlen (1992) “in the past many geographers argued that the aim of
geography was to study space. Today most geographers argue that the aim of geography is to
analyze the significance of the space for social processes”

La evolución histórica de las ciudades y el urbanismo

La ciudad, como concepto y núcleo fundamental en el que basa su existencia la Sociología


Urbana requiere no sólo una reflexión sobre su significado sino también sobre su constitución y
evolución histórica, para lo cual se desarrolla a continuación una explicación sobre el surgimiento
y la transformación de la ciudad europea, sirviendo a su vez como contextualización para
profundizar posteriormente sobre el proceso histórico seguido por las ciudades españolas en
particular.

La evolución de la ciudad europea

La ciudad medieval
El inicio y progresivo ascenso de las ciudades europeas, viene marcado fundamentalmente
por el surgimiento y desarrollo de las ciudades medievales, entre los siglos X y XV. Ésta fue

Sociología y Geografía Urbana_EPS - Dpto. de Arquitectura [17] 01.02.2018


una etapa caracterizada por un fuerte desarrollo económico y comercial que funcionaba como
un punto de atracción fundamental de nuevas poblaciones, dedicadas al oficio de la artesanía
y el comercio, pero también dedicadas a la banca o el derecho, incidiendo así en los procesos
de expansión urbana que vivían las ciudades. En este sentido, las ciudades más
representativas de esta dinámica fueron las que sirvieron como conexión entre el oeste y el
este, gracias a su estratégica posición económica y comercial. Así, en el sur de Europa
destacaban ciudades como Venecia, Génova, Pisa o Nápoles mientras que, en el norte, se
encontraban las ciudades de Brujas, Colonia o Hamburgo.

Ciudades destacadas en la Europa de 1350

Fuente: Hohenberg y Hollen Lees (1985)

En términos físicos, la ciudad europea medieval estaba compuesta por una ciudadela, una
muralla circundante, un mercado, una zona edificada alrededor de un núcleo, edificios
administrativos y públicos e iglesias, monumentos, plazas, áreas de comercio y una
urbanización que irradiaba del centro. La construcción de campanarios, edificios públicos,
catedrales y palacios simbolizaba la competencia entre los diferentes poderes (obispo, señor,
burgueses, el Estado), las grandes familias o las propias ciudades. Al mismo tiempo, las
calles y las plazas públicas servían como elementos articuladores de la vida social y política.

En términos sociales, la burguesía (comerciantes, banqueros, artesanos, y abogados) se


consolidó como el principal actor de la expansión urbana de esta época y fue
progresivamente evolucionando como clase social con sus propios intereses y formas de
vida: desarrolló comportamientos determinados en cuanto al consumo, valores e ideas; se
fundaron organizaciones y clanes; se establecieron rivalidades y alianzas con señores
feudales a fin de acaparar el poder, el prestigio y la riqueza, etc.

Sociología y Geografía Urbana_EPS - Dpto. de Arquitectura [18] 01.02.2018


En términos políticos, las ciudades medievales se caracterizaron por la creación y el
desarrollo de un gobierno urbano, que sirvió para la conformación de su autonomía política y
para la posterior formación de los estados-nación pues éstos se sirvieron de los instrumentos
fiscales, jurídicos, estadísticos y militares que fueron desarrollados. Dentro de este gobierno
urbano, las comunas medievales fueron órganos encargados de la definición de unas
políticas públicas urbanas, de seguridad y económicas.

El surgimiento de este gobierno se justifica en su función defensiva contra otras ciudades, de


la nobleza o de cualquier poder rival, así como en su función determinante a la hora de
adquirir derechos y privilegios. De esta forma, su consolidación permitió a los comerciantes y
artesanos ejercer sus oficios frente a diferentes grupos de poder en la ciudad.

El ocaso de la ciudad medieval y el ascenso del estado-nación

La hegemonía y el poder de las ciudades medievales fue poco a poco desvaneciéndose


como consecuencia del nacimiento de los estados nación, a finales del siglo XV. En un
principio, como reacción ante el ascenso de los estados, las ciudades mostraron su
resistencia conformando alianzas con el objetivo de defenderse del poder amenazante de los
estados, y preservar así su autonomía política y jurídica y su poder económico y comercial.
Sin embargo, finalmente los estados se impusieron por la fuerza y acabaron convirtiéndose
en la forma dominante y organizadora del poder político, económico y militar de las ciudades.
Los estados se sirvieron de distintos métodos para controlar las ciudades como son las
luchas de legitimidad, la implantación de ideologías nacionales, la fuerza, la introducción de
impuestos, el consentimiento de mayorazgos y privilegios a las élites urbanas, etc.
Por otro lado, las crisis y los conflictos sociales que sufrían muchas ciudades como,
consecuencia de sus crecientes deudas y procesos de desigualdad, no hizo más que facilitar
aún más el dominio de los estados, pues buena parte de la burguesía y otras élites poderosas
prefirieron renunciar a su autonomía con el objetivo de seguir manteniendo su dominio sobre
otros estratos sociales. De esta manera, los estados se valieron de la ayuda de la burguesía
para consolidación puesto que ésta intervino en el desarrolló una administración central,
ejerció como consejera del rey y como banquera e inversora en la deuda nacional del
gobierno urbano, aportando además técnicas e instrumentos de control sofisticados.
No obstante, aunque la edad de oro de las ciudades se disipaba éstas siguieron ejerciendo
un papel político fundamental en el seno de los imperios y algunas veces de los estados (Le
Galès, 2007).

Sociología y Geografía Urbana_EPS - Dpto. de Arquitectura [19] 01.02.2018


La industrialización y su impacto en la ciudad

Entre el siglo XVII y XIX la revolución industrial daría lugar a una nueva oleada de
urbanización (segundo movimiento capitalista). La concentración urbana en grandes
metrópolis y en grandes zonas industriales las transformaría tanto social como físicamente.

Las formas de expansión urbana acontecieron de forma desigual en el tiempo siendo las
ciudades industriales de Gran Bretaña el gran símbolo de este nuevo fenómeno urbano. Por
un lado, surgieron un nuevo tipo de ciudades industriales alrededor de las minas de carbón, la
industria textil o del hierro y acero y más tarde alrededor de la industria química, eléctrica y de
la ingeniería industrial. Por otro lado, puesto que la ciudad iba de la mano de la
industrialización, las grandes metrópolis se convirtieron también en ciudades industriales, así
como las grandes ciudades portuarias y algunas capitales regionales.

Más tarde, la industrialización y el fenómeno urbano alcanzó el norte de Europa destacando


las ciudades industriales del Ruhr alemán, de Valonia, de Silesia Superior en Prusia. En las
ciudades del sur de Europa, el impacto de la industrialización fue mucho menor y más tardío
ya que, a excepción de Bilbao y Asturias, no fue hasta el final del siglo XIX cuando se vio la
influencia sobre el triángulo noroccidental de Italia, Barcelona, el País Vasco, Oporto y
Lisboa.

Dentro de esta etapa cabe destacar la existencia de dos fases, una primera que transformaría
sobre todo las poblaciones mineras a través del crecimiento extraordinario de su población
llevando a la creación de regiones industriales muy densas conformadas por muchas
poblaciones pequeñas como por ejemplo el Rhur––Düseldorf, o el noreste de Inglaterra.
Después, hacia la segunda mitad del siglo XIX, tendría lugar una segunda fase marcada por
el desarrollo del transporte (ferrocarriles y canales) y que daría lugar a un aumentó el ritmo
del movimiento y de la concentración en las grandes ciudades que no contaban con depósitos
mineros, en especial Londres, París, Berlín, Viena, Moscú, Turín, Milán y Madrid. De esta
forma, las grandes ciudades existentes fueron las que más se beneficiaron de estos avances.

Desde el punto de vista de la estructura socio-espacial de las ciudades cabe destacar que se
articulaban en base a una sociedad de clases constituida fundamentalmente por la burguesía
y el proletariado cuya forma de vida giraba en torno al trabajo, los clubes, los cafés, los bailes
y el deporte. No obstante, en las ciudades más grandes la diversidad social era mayor
(artesanos, comerciantes, etc.) sin embargo, en algunos casos, el proletariado llegaba
representar entre un 70 y un 80% del total de la población. En las ciudades industriales la
densidad de la clase obrera y la contaminación de las fábricas en los distritos centrales
desencadenaron el traslado de la burguesía hacia áreas periféricas residenciales iniciándose
así el proceso de suburbanización.

Sociología y Geografía Urbana_EPS - Dpto. de Arquitectura [20] 01.02.2018


El avance de las ciudades capitales

A partir del siglo XIX las ciudades europeas alcanzaron un gran tamaño dando lugar a lo que
se conoce como ciudades capitales (Le Galès, 2007). Su desarrollo vino de la mano del
afianzamiento progresivo de los estados, del desplazamiento de la vida política al nivel
nacional y del desarrollo industrial siendo éstos los factores que, a su vez, alimentaron la
atracción de gran parte del flujo migratorio concentrando así la mayor oferta de mano de obra.
A través del paulatino control de los estados, estas ciudades fueron las primeras en
beneficiarse de la revolución del transporte que acontecía como fruto de la segunda fase de
la revolución industrial y fueron también escenario de grandes remodelaciones como
consecuencia de la preocupación de los gobiernos por la sanidad pública y la seguridad. De
esta forma, se desarrollaron amplias avenidas, edificios públicos, estaciones, plazas,
monumentos, etc.
Se trataba de ciudades ministeriales y militares que funcionaban a su vez como ciudades
universitarias y centros culturales, ejerciendo un papel clave en la organización de
exposiciones universales y grandes ferias. También fueron el escenario idóneo para visibilizar
las protestas y llevar a cabo reivindicaciones y revueltas políticas y sociales. Al mismo tiempo
fueron el centro de la especulación, del consumo, de inversiones públicas y privadas en
vivienda, y la capital financiera.

La evolución de las ciudades españolas

Tal y como recoge Capel (1975), la evolución de las ciudades españolas puede estudiarse a partir
de los distintos elementos que han ido configurando su trama urbana y que cabe distinguir, de la
siguiente manera, en función de sus características históricas, sociales y arquitectónicas: los
cascos antiguos, los ensanches, el extrarradio, los barrios de ciudad-jardín, el barraquismo y la
autoconstrucción y los polígonos de vivienda.

Los cascos antiguos


Los cascos antiguos constituyen la parte de la ciudad que ha vivido la mayor evolución
histórica. En ellos se plasma la influencia de lo que fue la ciudad preindustrial, la ciudad de la
Edad Moderna y la ciudad surgida como fruto de la Revolución Industrial quedando reflejado
de la siguiente manera:

La ciudad preindustrial

La ciudad prerromana: Apenas quedan signos de su presencia en España. Ej. Astorga.


Las ciudades romanas:

• La trama urbana refleja su presencia en el trazado urbano de muchas ciudades


españolas. Ej. Tarragona, Mérida, Zaragoza.

Sociología y Geografía Urbana_EPS - Dpto. de Arquitectura [21] 01.02.2018


• Las murallas se configuran como el elemento distintivo fundamental, cuya función
era la de garantizar la protección de la vida civil y religiosa en su interior frente a
las amenazas exteriores.

• Se distinguen dos calles principales que atraviesan la ciudad de punta a punta:


el cardo con orientación norte-sur, y el decumano, con dirección este-oeste.

Plano ciudad romana Plano de Tarraco sobre Tarragona

Fuente: https://www.pinterest.es/pin/370561875569391296/
digivisión-tve

La ciudad medieval:

• Su influencia en la configuración del casco antiguo se refleja de forma nítida a


través de los planos de las ciudades españolas, en las que es posible a su vez
distinguir el impacto derivado de la cultura musulmana y la cultura cristiana. Bajo
la cultura musulmana se forjarían ciudades como Almería, Córdoba o Sevilla,
mientras que bajo el influjo cristiano destacarían ciudades como Cáceres o Alcalá
de Henares.

• Son ciudades rodeadas por murallas que constituyen una fortaleza defensiva y
protectora de sus habitantes albergando a su vez el poder económico y comercial
de todo su entorno.

• Los trazados urbanos son irregulares y tortuosos.

• El crecimiento de la ciudad cristiana se realizó a partir del núcleo primitivo que


solía implicar el surgimiento de otro recinto amurallado para integrar a los barrios
surgidos extramuros y congregar al mismo tiempo espacios destinados a la
agricultura, ganadería y el ocio.

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Ciudad cristiana Ciudad musulmana

Fuente: https://www.thinglink.com/scene/662960509183590400

La ciudad en la Edad moderna

En la Edad Moderna, se asistió a un proceso de expansión de la ciudad, que se manifestó a


través de dos formas. Por un lado, se asistía a la constitución de nuevos arrabales
extramuros y consecuentemente a la construcción de cercas defensivas alrededor de los
mismos y, por otro, se producía una construcción y urbanización de aquellos espacios que
habían quedado vacíos a nivel intramuros. Al respecto, hubo una propagación de edificios
religiosos que abarcaban gran parte del espacio y servían como imán a nuevas poblaciones.
Por otro lado, a diferencia de la ciudad preindustrial, las calles tienden a ensancharse y
regularizarse como consecuencia de la influencia del espíritu racionalista que caracterizó a la
Edad Moderna.

La ciudad como producto de la revolución industrial

Hacia finales del siglo XVIII y comienzos del siglo XIX la revolución industrial trae consigo una
nueva etapa de grandes transformaciones sociales y económicas para las ciudades lo que
desencadena un proceso de gran crecimiento poblacional. Estos cambios demográficos
acontecieron de manera abrupta y rápida lo que condujo al surgimiento de fuertes
problemáticas urbanas ya que la ciudad preindustrial no estaba adecuada a las nuevas
necesidades poblacionales.
El hacinamiento, la infravivienda, el aumento de los procesos de segregación y el deterioro de
los servicios y condiciones higiénicas hicieron que las condiciones de vida de la población se
degradaran y por ello, se asistiera a un aumento de la mortalidad. Al mismo tiempo, la ciudad
sufrió un proceso de transformación en su morfología con una ocupación de parte del espacio
de las calles, la elevación de las alturas de los edificios, el aumento del número de viviendas
por edificio y, por tanto, de la densidad poblacional.

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“Las calles…son largas, estrechas, tortuosas, sombrías, húmedas…, al fondo de aquellas
galerías rara vez y a largos intervalos descienden los rayos de sol; el mal empedrado
favorece la formación de charcos, de regueros y de baches que perpetúan la humedad y el
lodo, favoreciendo la descomposición de materias orgánicas, que no impide arrojar a la vía
pública la descuidada policía urbana, ni recoge con oportunidad un vigilante y bien ordenado
sistema de limpieza; viertas pequeñas industrias, los figones y otro análogos establecimientos
añaden humo y otras extrañas emanaciones a aquella viciada y repugnante atmósfera; la
falta de orinales públicos o su mal estado de aseo concurren a su propio fin; la cría de
algunos animales domésticos, bastante común entre la gente necesitada, añade nueva
pestilencia y, en fin, la suciedad exterior de las casas, lo elevado de la temperatura en el estío
favoreciendo la descomposición de las sustancia orgánicas, las fugas del gas del alumbrado
o el tufo del aceite, etc., hacen de cada calle un insoportable foco de corrupción…” (López
Piñero y García Ballester, 1964)

La gravedad de la situación requería de la adopción de medidas urgentes para lo cual se


puso en marcha la denominada “reforma interior”, en cuya implementación, influyeron
también de forma especial los siguientes aspectos:

• El deterioro de las condiciones de vida suponía una amenaza para las clases
burguesas.

• El crecimiento poblacional y, por tanto, el aumento de la demanda de vivienda


permitía a la burguesía iniciar un proceso especulativo en torno al suelo y la
vivienda (mercancía y fuente de acumulación de capital).

• Necesidad por parte de la burguesía de darse unos marcos dignos de residencia.

A través de la “reforma interior” se plantearon las siguientes acciones:

• Mejora de los servicios urbanos: medidas higiénicas para sanear la ciudad


(alcantarillado, agua potable, supresión de enterramientos, limpieza y empedrado
en las calles, construcción de plazas y jardines, etc.)

• Parcelación de los espacios vacíos y derribo de edificios religiosos para la


especulación en torno a la vivienda y la acumulación de capital y también para su
conversión edificios dotacionales (desamortización de bienes eclesiásticos en
1836).

• Ejecución de nuevas alineaciones y trazados de calles que reforman la antigua


trama viaria, convirtiendo las calles en más espaciosas y abiertas y generando
grandes vías con el objetivo de descongestionar el casco antiguo, crear un entorno

Sociología y Geografía Urbana_EPS - Dpto. de Arquitectura [24] 01.02.2018


merecedor para la vivienda burguesa y las actividades comerciales y adecuar la
trama a las nuevas exigencias de comunicaciones.

Gran Vía de Madrid sg. XIX

Fuente: El Mundo: http://www.elmundo.es/especiales/gran_via/arquitectura/evolucion.html

Apertura de la Vía Layetana en Barcelona (1912)

Fuente: Wikipedia: https://es.wikipedia.org/wiki/V%C3%ADa_Layetana

Los ensanches

A pesar de las reformas emprendidas para atajar los problemas urbanos derivados de la
revolución industrial, la regeneración y densificación del casco antiguo fue exigua para poder
hacer frente al fuerte y continuo crecimiento demográfico. Por tanto, fue necesaria una
expansión de la ciudad más allá de las murallas por lo que éstas se derribaron a fin de poder
conformar un ensanche. En este sentido, Madrid y Barcelona se consagran como ciudades
pioneras aunque la perspectiva a la hora de abordar los ensanches sería diferente en cada
caso: ensanche ilimitado (Cerdá) o limitado (Castro).

Como características de los ensanches cabe resaltar las siguientes:

Sociología y Geografía Urbana_EPS - Dpto. de Arquitectura [25] 01.02.2018


• En cuanto a su composición social se puede decir que, a priori, son áreas que
fueron destinadas a acomodar a la burguesía y a las clases medias aunque
también podían ir destinados al alojamiento de clases obreras, situándose en
zonas más alejadas y con edificios más pueden albergar edificios de viviendas
más humildes.

• La trama urbana de los ensanches se caracteriza por un trazado geométrico y


ortogonal con el objetivo de otorgar simplicidad al diseño y hacer más viable la
parcelación y venta de los terrenos.

• Las funciones de los ensanches pueden ser varias: función residencial, en donde
predominan clases medias y acomodadas y una fuerte densidad; función terciaria,
en donde se produce un asentamiento de oficinas y comercios (Ejemplo, Azca en
Madrid); función disuasoria contra posibles revueltas ya que su amplio trazado
permite un mejor movimiento y defensa de los ejércitos.

Ensanche de Barcelona Ensanche de Madrid

Fuente: Urban networks (http://urban-networks.blogspot.com.es/2011/11/esquemas-


comparativos-entre-el-eixample.html)

El crecimiento y la anexión del extrarradio


De nuevo, la planificación del crecimiento urbano a través de los ensanches fue insuficiente
para absorber todo el crecimiento poblacional, incluso aunque éstos se diseñaran también
con el objetivo de integrar la vivienda para la clase obrera. Como consecuencia, los
inmigrantes se fueron asentando fuera del casco antiguo y del ensanche formando arrabales
y también en núcleos rurales próximos a la ciudad. Estas zonas eran consideradas el
extrarradio. El hecho de que los precios del suelo fueran más bajos en los arrabales que en el

Sociología y Geografía Urbana_EPS - Dpto. de Arquitectura [26] 01.02.2018


casco antiguo y en el ensanche hizo que su crecimiento fuera mucho más rápido y también
expontáneo.

Como características de los arrabales cabe resaltar las siguientes:

• Se localizan antes de penetrar en el centro histórico de la ciudad.

• Son irregulares y no presentan ningún tipo de ordenación y planificación.

• Su desarrollo era la expresión de la voluntad y conveniencia individual de los


propietarios del suelo.

• Se consolidan como elementos organizadores del espacio urbano.

Tal como señala Cerdá (1867), los arrabales “por lo común todos son irregulares: no
obedecen a ley alguna: sus edificios, sus vías interiores son la expresión de la
voluntad y de la conveniencia individual, que sucesivamente los ha ido levantando a
medida y en la formas y en el sitio que mejor parecieron al objeto y propósito de sus
respectivos dueños”

Como tipologías de los arrabales o suburbios cabe resaltar las siguientes:

• Formados por atracción viaria

• Formados por causas industriales

• Formados por causas administrativas

• Formados por expansión urbana

Con el tiempo, el proceso de crecimiento de los arrabales y núcleos rurales próximos y su


incorporación al espacio urbanizado provocó su anexión jurídica a la ciudad. Al respecto cabe
resaltar los casos de Vallecas o Villaverde en Madrid y Gracia o Sants en Barcelona

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Trazado urbano del barrio de Bellas Vistas, distrito de Tetuán (Madrid)

Tipologías residenciales del barrio de Bellas Vistas, distrito de Tetuán (Madrid)

Fuente:https://urbancidades.wordpress.com/2008/06/19/%E2%80%9Cchalets%E2%80%9D
-adosados-del-siglo-xix-en-el-barrio-de-tetuan-madrid/
http://avccaminostetuan.blogspot.com.es/2017/03/guia-de-bellas-vistas.html

Los barrios de ciudad-jardín


Los barrios de ciudad-jardín nacieron como compensación al gran crecimiento experimentado
en la ciudad en el siglo XIX y su surgimiento se fundamenta en las ideas naturalistas e
higienistas (amor a la naturaleza, al sol, al aire libre…) y en el anhelo de aproximar el campo
a la ciudad. Sus principios consideraban que, ante la congestión e incomodidad de la ciudad y
ante la falta de oportunidades laborales del mundo rural, había una tercera vía “en la que
pueden combinarse de manera perfecta todas las ventajas de la vida de la ciudad más activa
con toda la belleza y las delicias del campo” (Howard, 1898). De esta forma, el principio
fundamental que subyace a los barrios de ciudad-jardín es el de la “urbanización del campo”

Sociología y Geografía Urbana_EPS - Dpto. de Arquitectura [28] 01.02.2018


o ruralización de la ciudad”. Estas ideas se propagan desde finales del siglo XIX y principios
del XX a través de varios urbanistas:

• Ebenezer Howard, fundador del movimiento: Ciudades jardín del mañana (1902).

• Arturo Soria y Mata, con los proyectos de ciudad-lineal: “para cada familia una
casa; en cada casa una huerta y un jardín”.

• Jose Ignacio Isaac Amann, con el proyecto de Neguri.

Como características de los barrios de ciudad-jardín cabe resaltar las siguientes:

• Baja densidad poblacional (por debajo de 50 hab. por hectárea).

• No son extensos y su desarrollo es controlado.

• Proyectados para una vida saludable y de trabajo.

• Barrios residenciales con escaso comercio e industria.

• Posteriormente a su concepción pueden haberse implantado centros escolares o


de salud.

• Difieren en función del periodo en el que hayan sido proyectados, según la clase
social a la que vayan destinados y su carácter de residencia principal o
secundaria. La morfología, la trama viaria, la amplitud de las parcelas, los servicios
y equipamientos serán diferentes en función de la clase social. Los barrios
proyectados para la burguesía han sufrido menos modificaciones con el tiempo.

• Como una posible variante de los barrios ciudad-jardín hay que destacar las
pequeñas casas de campo a las afueras de las ciudades.

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Proyección de la ciudad-jardín según Ebenezer Howard

Vda. para clase obrera, Colonia Prosperidad Vda. para la burguesía, C/ Arturo Soria

Fuente: https://urbancidades.wordpress.com/2010/04/04/okupas-en-la-colonia-la-
prosperidad-en-1932-2/
https://microplanmadrid.com/2016/08/23/ciudad-lineal-arturo-soria/

Chabolismo y autoconstrucción

El surgimiento de barracas o barrios chabolistas y de autoconstrucción también fue fruto del


crecimiento de las ciudades a partir de la Revolución industrial. El rápido crecimiento
poblacional y la fragmentación social propia del sistema capitalista dio lugar a unas clases
sociales explotadas y miserables cuyas condiciones residenciales y urbanas eran deplorables.
La mayoría de estos desarrollos urbanos surge en el siglo XIX pero su presencia crece tras la
Guerra Civil y a partir de 1950 debido a:

Sociología y Geografía Urbana_EPS - Dpto. de Arquitectura [30] 01.02.2018


• Las destrucciones acontecidas durante la Guerra.

• Las dificultades de la industria de la construcción.

• La reanudación masiva de las migraciones campo-ciudad desde los 50.

Como características de los barrios conformados por chabolas y autoconstrucciones cabe


resaltar las siguientes:

• Ámbito urbano deteriorado y hábitat marginal.

• Viviendas de ínfima calidad que son improvisadas: las casas se construyen


rápidamente y sin licencia de construcción, ni habitabilidad.

• Ausencia de servicios básicos.

• Lugar de residencia de población de bajos ingresos (inmigrantes y clase obrera)

• Hacinamiento

Como tipologías de los arrabales o suburbios cabe resaltar las siguientes:

1. Barrios que aúnan la precariedad de la vivienda con la precariedad en el derecho de


ocupar el suelo:

• Construidos con materiales perecederos y de deshecho.

• Localizados ilegalmente en suelo de propiedad privada o pública.

• Viviendas frágiles y pequeñas.

• Normalmente se sitúan en la periferia, aunque también pueden localizarse en


zonas céntricas.
2. Barrios que presentan gran precariedad residencial, pero poseen el derecho del suelo:

• Construidos con materiales perecederos y de deshecho.

• Cuentan con derecho del suelo para construir.

• Surgen como fruto de parcelaciones y ventas de propietarios a población de bajos


recursos.

• Se sitúan en la periferia de las ciudades.

• Presentan grandes problemas para su urbanización y por tanto escasez de


servicios.

• Esta tipología de barrios son un elemento típico de las ciudades españolas ya que
una buena parte de la expansión del tejido urbano se realizó según este proceso

Sociología y Geografía Urbana_EPS - Dpto. de Arquitectura [31] 01.02.2018


• Los propietarios del suelo adquirieron notables plusvalías por la conversión del
suelo rústico en urbano.

• La segregación o aislamiento que presentan estos barrios en su origen


desaparece progresivamente mediante la expansión de la ciudad, integrándose
así en el tejido urbano.

El Pozo del Tío Raimundo, Vallecas, Madrid.

Fuente: http://blogdearquitecturaparaestudiantes.blogspot.com.es/
https://www.todocoleccion.net

Legazpi, Arganzuela, Madrid Arroyo del Abroñigal, Madrid

Fuente: http://memoriasenred.es/tag/matadero-madrid/
http://www.madrid.org/icaatom_pub/index.php/arroyo-del-abronigal-2;isad

Paseo de la Dirección, Tetuán, Madrid

Fuente: http://www.tetuanmadrid.com/paseo-direccion-paseo-sin-direccion/

Sociología y Geografía Urbana_EPS - Dpto. de Arquitectura [32] 01.02.2018


Los polígonos de vivienda

Los denominados polígonos de vivienda surgieron en el siglo XIX extendiéndose al siglo XX


con el objetivo de solventar la insalubridad y precariedad residencial de la clase obrera. La
escasa inversión con la que fueron concebidos conllevó no sólo graves problemáticas
arquitectónicas y dotacionales sino también sociales ya que conformaban fuertes núcleos de
concentración de pobreza y marginalidad.

En general, se trata de desarrollos urbanísticos proyectados por el Instituto Nacional de la


Vivienda, la Obra Sindical del Hogar y el Ministerio de Trabajo, aunque progresivamente
entrará también la iniciativa privada. Sin embargo, la iniciativa privada se centraría más en la
proyección de construcciones destinadas a satisfacer las necesidades residenciales de las
clases medias y modestas, mientras que la iniciativa pública cubría exclusivamente las
necesidades de la población más desfavorecida.

Como ejemplo de la iniciativa privada, en Madrid, se encuentran los casos de Moratalaz o


Ciudad de los Ángeles. Como parte la iniciativa pública, en Madrid, a mitad del siglo XX
surgieron los poblados satélites (Manoteras, Canillas o San Blas) y los poblados de
absorción, poblados dirigidos o UVAs (Caño Roto, Fuencarral y Orcasitas)

Entre las características más destacables de estos polígonos de vivienda se encuentran las
siguientes:

• Se trata de edificios de dos plantas agrupadas de forma alineada alternando con


bloques de cuatro o cinco plantas

• Están conformados por viviendas pequeñas con una alta densidad

• Los equipamientos que presentan son escasos

• Su localización es próxima a los núcleos chabolistas que intentaban ser


eliminados.

• Se encuentran aislados y apartados del resto del tejido urbano

Con llegada de los principios que integra la carta de Atenas, la dureza con la que fueron
concebidos los polígonos de vivienda se transforma ya que:

• Se abandona la construcción entre medianeras.

• Aparecen más zonas verdes y equipamientos.

• Se rebaja la densidad en las edificaciones, sobre todo en edificaciones públicas

Sociología y Geografía Urbana_EPS - Dpto. de Arquitectura [33] 01.02.2018


U.V.A. de Hortaleza (Madrid)

Fuente: https://elpais.com/diario/2007/02/05/madrid/1170678256_740215.html

Edificio en poblado dirigido de Caño Roto (Madrid)

Fuente: https://www.pinterest.co.uk/pin/290060032221916004/

Con el paso del tiempo, la concepción primaria con la que surgieron los polígonos de vivienda
se transformó con la aparición del plan de Actuaciones Urbanísticas Urgentes (ACTUR), en
1970, y cuyas pretensiones eran las siguientes:

• Generar unidades urbanísticas integradas socialmente


• Desarrollar equipamientos y servicios complementarios
• Crear actividades productivas para fomentar el empleo de la población

Sociología y Geografía Urbana_EPS - Dpto. de Arquitectura [34] 01.02.2018


• Planificar de forma racional la expansión de las áreas metropolitanas

De esta forma, como fruto de las ACTUR, surgieron las ciudades satélites que se encuentran
a 15 o 20Km del núcleo urbano, al que se conectan por autopista. Tres Cantos en Madrid o
Martorell en Barcelona suponen claros ejemplos de estos desarrollos.

Tres Cantos, Madrid.

Fuente: http://www.ciudadfcc.com/es/-/urbanizacion-sector-tres-cantos

Martorell, Barcelona

Fuente: http://www.vilapress.cat/texto-diario/mostrar/792086/obras-mejora-barrios-martorell-
retomaran-otono

Sociología y Geografía Urbana_EPS - Dpto. de Arquitectura [35] 01.02.2018


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