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Prueba de Evaluación Continua (PEC) – UNED 2017-2018

LENGUA MODERNA II. LENGUA COOFICIAL: GALEGO


GRADO DE LENGUA Y LITERATURA ESPAÑOLAS

CUESTIÓNS DE SOCIOLINGÜÍSTICA GALEGA

1. Cuestións de bilingüismo. Como se ve, a visión do bilingüismo en Galiza varía


segundo quen a formular, embora hai unha visión que é xeralmente rexeitada.

El bilingüismo restitutivo: un disfraz para matar el gallego


El dominio de dos lenguas en un mismo espacio social o geográfico, en el que ambas
convivan en un nivel similar, es decir, que sean usadas indistintamente por los hablantes en
diferentes situaciones comunicativas y con el mismo nivel de competencia lingüística es una
situación ideal y prácticamente utópica. El bilingüismo normalmente da lugar a situaciones de
diglosia o desequilibrio en el uso de dos lenguas, una de ellas responde a una variedad alta,
escrita y regulada gramaticalmente y otra a una variedad baja de uso meramente oral. En esta
situación de lenguas en contacto se produce normalmente un conflicto lingüístico que
demanda un proceso de normalización a partir del que la lengua baja reclama el mismo rango
lingüístico que la alta para llegar al ansiado equilibrio.
En Galicia el contacto entre el castellano y el gallego ha atravesado distintas fases. Es
importante recordar el origen galaico-portugués del gallego y cómo en la Edad Media era una
lengua de prestigio, elegida por los trovadores en los cancioneros medievales. Pero la
independencia de Portugal (1139) y su incorporación al reino de Castilla marcan un cambio
de rumbo, determinante en nuestra lengua. Aunque la independencia con Portugal se produjo
en el siglo XII, la diferenciación entre el gallego y el portugués comenzó a mostrarse a partir
del siglo XV. En este siglo la presencia de autoridades foráneas, tanto eclesiásticas como
civiles, impuso el castellano como lengua de la cultura escrita y el gallego desaparece de los
documentos en el siglo XVI. Desde ese momento, el castellano marca su hegemonía,
provocando interferencias en el gallego, que solo conserva su “pureza” en el ámbito rural.
Precisamente, su ligazón con el mundo del labriego pobre, de escasa cultura, de origen
humilde, acabó por equiparar al gallego con la lengua de los más desfavorecidos o de escasa
relevancia social, por lo que socialmente determinaba un origen que era preciso ocultar si se
quería medrar en la escala social. Tras los séculos oscuros, solo experimentó un leve despertar
en el Rexurdimento y con las reivindicaciones nacionalistas promovidas por escritores
románticos como Rosalía que le otorgaron el merecido prestigio literario y cultural que había

1
perdido. Posteriormente, tomaron el relevo de esa reivindicación de la lengua y la cultura
gallega, como símbolo de la identidad de un pueblo, las Irmandades da Fala y la Xeneración
Nos. Sin embargo, la dictadura sumió a la lengua en el olvido. A partir del Estatuto de
Autonomía en 1981, en el que el gallego es declarado idioma oficial de Galicia y con la Ley
de Normalización Lingüística de 1983 se incorpora al ámbito administrativo y educativo. Esta
situación, aparentemente favorable para aumentar el número de hablantes y hacer extensivo el
gallego fuera del ámbito rural, no ha surtido los efectos oportunos. Actualmente, el gallego se
sigue hablando prioritariamente en las zonas rurales (dos tercios de la población total),
mientras que en las urbanas, aunque se tiene un alto grado de conocimiento y competencia
lingüística del gallego, no se habla. La edad también es decisiva al analizar al hablante
gallego, ya que las generaciones jóvenes lo conocen, lo estudian, dominan las destrezas orales
y escritas, pero no lo hablan. Frente a ellos, sus padres lo emplean con más frecuencia en el
ámbito familiar, pero no tanto como sus progenitores. De este modo, el gallego se ha
convertido actualmente en la lengua de los abuelos, de los viejos, de aquellos que cuando
desaparezcan ya no dejarán el testigo a sus descendientes.
Es preciso analizar las causas de esta situación para adoptar las medidas oportunas.
Según Estévez Rionegro, Rúa Garrido y Santiso Fernández, el que el gallego haya dejado de
ser la lengua inicial de transmisión intergeneracional se debe a “no modificar las tendencias
de desprotección de la lengua gallega al observar cómo progresivamente se originaba esta
situación (…). Es en este momento cuando se debe atender al “concepto de normalización
lingüística, es decir, el hecho de que los hablantes de una lengua puedan expresarse en su vida
diaria en esa lengua, sin experimentar ningún tipo de traba”1. Es evidente que el gallego está
en franco detrimento frente al castellano. No reconocerlo o hacer concesiones al castellano
con la excusa de que así se favorece al gallego no conduce más que al fin de este último. Esta
es la postura que adopta el IGEA (Instituto Galego de Estudos Europeos e Autonómicos) que
al pensar que es inviable una sociedad monolingüe en gallego, porque asustará a los hablantes
monolingües del castellano, opta por un bilingüismo restitutivo o regaleguizador, un
eufemismo para evitar la confrontación y resolver el conflicto “mediante sucesivos
acomodos”. Es, en palabras de Carlos Callón, “querer una revolución sin revolución”:

1
Estévez Rionegro, N., Rúa Garrido, V. y Santiso Fernández, I., “La realidad lingüística de una comunidad
bilingüe: el caso del gallego y el español de Galicia”, en Cervantes virtual,
https://cvc.cervantes.es/literatura/aih/pdf/17/aih_17_8_064.pdf

2
“Defender o galego renegando de dar a batalla social real, e conflictiva, da súa restauración e
extensión social, non é querer unha normalización sen normalización?”2.
Resulta paradójico que disfracen con el término bilingüismo una clara situación de
diglosia: “la sociolingüística lo considera una noción elaborada y difundida desde los ámbitos
de poder que intenta ocultar la desigualdad entre lenguas, mostrándose como una solución
falsa que, en ningún caso, remediará los problemas de la lengua baja. El discurso legitimador
sobre el bilingüismo se elabora, por tanto, en clave diglósica, contribuyendo a la sustitución
lingüística y la posible desaparición de la lengua baja3. Henrique Monteaguado es uno de los
adalices de esta política inclusiva y defiende “la reivindicación do bilingüismo como un
argumento eficaz para a defensa do galego precisamente apoiado en lóxicas integradoras e
inclusivas, lonxe das dialécticas da confrontación e da exclusión”4.
La solución no pasa por la sumisión o la aceptación, sino por la reivindicación de una
lengua que conforma la identidad de un pueblo y que desde las instituciones gubernamentales
se está dejando morir. Ha habido desde siempre muchos prejuicios contra el gallego: lengua
del mundo rural, lengua de ámbito geográfico reducido, lengua que no da respuesta a las
necesidades comunicativas científico-técnicas… Pero los problemas lingüísticos son en
realidad políticos y se resuelven si las instituciones gubernamentales apuestan por una
incorporación real del gallego a la enseñanza, la administración y los medios de
comunicación. Eso exige un acto de valentía, de ruptura con el pasado, que muy pocos
gobiernos están dispuestos a asumir. Por lo tanto, “Esta relación de dominación lingüística por
parte del castellano indudablemente obedece a razones históricas de poder que han sido
interiorizadas psicológicamente y que acertadamente presenta Morente (1973) cuando dice
«Tradicionalmente estos señores (los representantes del poder o de la cultura que son los que
usan habitualmente el castellano y que, además, exigen con frecuencia que todo el mundo se
exprese en esa lengua) en Galicia han mirado con desdén la lengua del pueblo, la han usado
para hacer chistes y dejar en ridículo al paisano. Hay, pues, un problema psicológico y
pedagógico serio por medio”5.
Lo que garantizaría la pervivencia del gallego es su presencia real en la vida diaria, es
decir, en la educación, en el gobierno y en los medios de comunicación. Para cambiar una

2
Callón, Carlos, “De que nos salvará o bilingüismo?” en O blogue do Carlos Callón.
http://www.carloscallon.com/2010/11/de-que-nos-salvara-o-bilinguismo.html
3
Estévez Rionegro, N., Rúa Garrido, V. y Santiso Fernández, I., Op. cit. Pág. 585.
4
Monteaguado, Henrique, “Axendas en galego, galego na axenda”, crónica aparecida en la edición digital de El
país: https://elpais.com/diario/2011/01/14/galicia/1295003908_850215.html

5
Romay Martínez, J. Bilingüismo y educación en Galicia. Universidade da Coruña. Pág. 125.

3
sociedad, la primera medida pasa por la educación del pueblo. Es prioritario que el gallego
tenga una presencia prioritaria en las aulas, que más del 50% de las clases se impartan en
gallego. Aunque debe enfocarse su enseñanza reforzando el concepto de la lengua como
reflejo de la identidad de un pueblo, algo que históricamente no se ha hecho nunca y provocó
que el gallego quedara siempre relegado. Sería recomendable comenzar los primeros años de
escolarización con la lengua autóctona y, una vez fijada, dar cabida a la segunda lengua. Es
algo que propone el profesor Romay Martínez en Bilingüismo y educación en Galicia: “Una
traducción a la realidad gallega exigiría, parafraseando a Lambert, consolidar y profundizar el
dominio del gallego y comenzar la escolarización en castellano tan pronto como fuera posible
pero sólo cuando se hubiera garantizado completamente la competencia en la lengua en
peligro en nuestro caso es, aunque parezca paradójico, el gallego6.
Además de la educación, el segundo frente abierto sería el de las instituciones públicas
que deben velar por el proceso de normalización de la lengua, algo que actualmente no se está
haciendo en Galicia puesto que la Xunta incumple las normas de la Carta europea de las
lenguas e indirectamente reconoce su poco rigor en la normalización del gallego cuando en
2004 se propuso un Plan Xeral de Normalización da Lingua Galega que se quedó en papel
mojado.
Finalmente, si analizamos la presencia del gallego en los medios de comunicación el
panorama no puede ser más desolador. Salvo la Televisión de Galicia y la Radio Galega (que
difunden “un galego amábel” con términos próximo al castellano y lejos de las palabras
“enxebres” cercanas al portugués, según Frías Conde7), tan solo hay tres periódicos que usen
exclusivamente el gallego (Galicia Hoxe, De Luns a Venres, A Nosa Terra) y otros cuatro en
los que el gallego aparece de forma esporádica (La Voz de Galicia, Faro de Vigo, El
Progreso, La Región).
Por tanto, disfrazar de bilingüismo la situación desfavorable que vive actualmente el
gallego es un argumento que esgrimen las instituciones públicas en Galicia para no hacer
frente a una situación preocupante para otro sector de la población que ve cómo su lengua y
con ella su alma está condenada a desaparecer.

6
Romay Martínez, J. Op. Cit. Pág. 127.
7
Frías Conde, X. Notas de sociolingüística e historia da lingua galega, Universidad Nacional de Educación a
Distancia, Madrid, 2016, pág.59.

4
2. Lexislación. As leis e o galego. Está o goberno galego a respectar a lexislación vixente?
Coida que o galego poderá sobrevivir? Coida que o galego se está realmente a perder?
Todo iso é aplicable ao galego de Asturias?

Las leyes lingüísticas: papel mojado en Galicia


La llegada de la democracia y el Estatuto de Autonomía de Galicia en 1981 favoreció
el conocimiento y transmisión de la lengua gallega y así lo establece en su tercer apartado:
“Los poderes públicos de Galicia garantizarán el uso normal y oficial de los dos idiomas y
potenciarán el uso del gallego en todos los planos de la vida pública”. Ese uso normal al que
se refiere el estatuto implica necesariamente un proceso de normalización de la lengua, es
decir, su recuperación como lengua normal en el uso oral y escrito, que los hablantes la
empleen de modo natural y espontáneo en diferentes situaciones comunicativas, tanto del
ámbito familiar como de la vida pública. Para que sea posible esa normalización es preciso
antes una normativización, estableciendo la fijación de un código lingüístico que sea común a
una comunidad de hablantes y creando de este modo una variedad estándar que dé unidad a la
lengua. El proceso de normativización se inició en Galicia un año después de proclamarse el
Estatuto de Autonomía con la publicación de las Normas ortográficas e morfolóxicas do
idioma galego. Una vez que se la dotó de un cierto grado de homogeneidad, se elaboró en
1983 la ley de Normalización lingüística cuyo objetivo era proteger el gallego y dotarlo de
igualdad frente al castellano. Pero el incumplimiento de esta ley es evidente ante la alarmante
pérdida de hablantes que experimenta el gallego. Las denuncias de ese incumplimiento se
hacen patentes desde diferentes ámbitos. Así los estudiosos del tema afirman que “El
cumplimiento de esta ley es desigual en función de los ámbitos que analicemos de la
administración pública, siendo mayor en la administración autonómica de la Xunta de Galicia
y en las administraciones municipales que en la administración de justicia. En este último, a
diferencia de los demás, los avances son, aún a día de hoy, escasos por la falta de rigor en la
aplicación de la normativa oficial. Esta falta de cumplimiento ha sido aceptada de forma
indirecta por el gobierno autonómico gallego al elaborar en 2004 un Plan Xeral de
Normalización da Lingua Galega, pero que a día de hoy podemos decir que igualmente ha
quedado en papel mojado”8. Refiriéndose a este último plan de normalización Xavier Frías
emplea la misma metáfora ya que “ infelizmente esta lexislación está a ser cada vez más papel
mollado e o galego está lonxe de ser unha lingua normalizada. A súa perda de falantes é

8
Estévez Rionegro, N., Rúa Garrido, V. y Santiso Fernández, I., Op. cit. Pág. 588.

5
alarmante, embora exista unha escolarización parcial en galego. A existencia dunha televisión
e radios públicas en galego non valeron para deter a hemorraxia da perda de falantes. Dáse a
circunstancia de que o galego é cada vez menos empregado a nivel oral, mais o seu grau de
coñecemento, grazas á escolarización, é maior ca nunca. A segunda década do século XXI foi
nefasta para a lingua coas políticas regresivas e a miúdo contrarias á lingua”9.
Estas políticas regresivas se han personalizado en los últimos años en el presidente de
la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, denunciado en numerosas ocasiones por diversos
medios de comunicación gallegos que subrayan su intencionado olvido del gallego en la
educación y en las administraciones públicas. Así el gallego ha desaparecido en el 95% de los
centros de educación infantil y El diario.es afirma que “Con el PP en el poder el porcentaje de
centros que enseñan gallego ha descendido desde el 35% de 2009 al 4,6% del 2012” 10 .
Además, al apartarlo de la educación, de la cultura, supone reducir sus posibilidades de uso o
“privatizarlo” en una acertada metáfora usada por el periodista P. Lorenzo en un artículo
publicado en su blog Un país en lata: “O galego é un ben público, un ben común, que a
Xunta de Feijóo teima en privatizar. Pola vía da redución e o acoso administrativo, en
primeira instancia, e pola vía da domesticación: o galego é un asunto doméstico, íntimo, o
galego volve ás casas, ao carón da lareira, ao lugar, así o cren, do que nunca debeu
saír. Domesticar, domear, doma e castración… “En mi casa se habla… pero solo en mi
casa”11.
Pero donde se hace más explícito el incumplimiento de la normativa lingüística que
debe proteger al gallego es en la Carta europea de las lenguas. Este tratado internacional que
obliga a la Xunta a una serie de compromisos como que el modelo educativo sea al menos en
un 50% en gallego, que haya medios de comunicación privados en gallego o que en Galicia se
reciban las radios y televisiones portuguesas, así como la garantía de un uso normal del
gallego en las relaciones económicas o con la Administración y la Justicia, es evidente que no
se cumple en Galicia. No obstante, la Xunta ha intentado difundir lo contrario en los medios,
afirmando que sí cumple con la Carta europea de las Lenguas Regionales o Minoritarias. En
este sentido, Alberto López Basaguren, miembro del comité de expertos que ha elaborado un

9
Frías Conde, X. Op. Cit. Págs. 58-59.
10
Titular de una noticia aparecida en el diario digital:
https://www.eldiario.es/galicia/ausente-centros-educacion-infantil-Galicia_0_56694733.html
11
“En mi casa se habla…” (ou a lingua galega como coartada e ben público privatizado) en el
blog Un país en lata. https://unpaisenlata.wordpress.com/2011/10/04/en-mi-casa-se-habla-ou-
a-lingua-galega-como-coartada-e-ben-publico-privatizado/

6
duro informe del Consejo de Europa sobre la situación del gallego afirma que “El Comité de
Expertos está obligado a constatar que el sistema educativo en gallego está incumpliendo la
obligación asumida. Los riesgos de un idioma dependen de muchos factores. El gallego tiene
una gran presencia social y su conocimiento, al menos pasivo, es generalizado en Galicia, lo
que no suele ser común en el caso de las lenguas regionales o minoritarias. Pero la enseñanza
es un ámbito trascendental para la supervivencia de una lengua. Y en nuestro caso, lo es la
garantía de que exista un sistema educativo en gallego para quien así lo desee. Al margen de
eso, la supervivencia de una lengua, su vitalidad social y la competencia lingüística de los
hablantes dependen de muchos factores que actúan conjuntamente: la trasmisión familiar, el
uso social, la riqueza literaria... Todos ellos son trascendentales. Pero la Carta tiene como
objetivo proteger el uso de la lengua en determinados ámbitos, entre los que la educación es
uno de los más relevantes. El futuro de la lengua gallega está en manos de los propios
hablantes”12.
López Basaguren le otorga la responsabilidad de la pérdida de la lengua no solo a las
instituciones gubernamentales, sino también a los hablantes. Habría que recuperar el
protagonismo del gallego como primera lengua de transmisión intergeneracional, a la vez que
hacer evidente el malestar de la sociedad gallega con la política de olvido de la lengua gallega
por parte de la Xunta. Es esta una batalla que debe basarse en una estrategia centrada en el
ámbito familiar y social para derrotar al castellano. La libertad es la premisa para cualquier
hablante. Elegir una lengua u otra es una opción que todo gallego debería tener, pero en
igualdad de condiciones, y el gallego se está relegando y olvidando a favor del castellano. Se
debe partir de un apoyo y respeto por parte de las autoridades políticas hacia la lengua
infravalorada, que recobre el prestigio perdido y su presencia en todos los ámbitos de uso y, a
partir de esa recuperación, que sea el hablante el que opte por la lengua que mejor refleja su
sentir. López Basaguren apunta también en esta línea al indicar “la necesidad de que todos los
agentes políticos y sociales estén dispuestos a hacer un esfuerzo extraordinario para lograr que
la lengua quede fuera, en gran medida, de la confrontación política sobre la base de un
consenso que tenga en cuenta los deseos y también los miedos de todas las partes.
Por mi experiencia, creo que eso exige, al menos, dos elementos: el respeto básico de la
libertad de opción lingüística como elemento básico de la política lingüística combinado con

12
Entrevista aparecida en El diario.es el 18/11/2012:
https://www.eldiario.es/galicia/linguistica-Galicia-dificil-conflicto-
Euskadi_0_70343030.html

7
una política de promoción del aprendizaje y del uso de la lengua regional o minoritaria”.
Las lenguas en peligro de extinción deberían tener un apoyo o mayor protección por
parte de las autoridades políticas. Desgraciadamente, el gallego nunca ha contado con esa
protección política y tampoco ha sido defendido por cuestiones económicas. Es triste que en
los últimos años haya perdido un gran número de hablantes entre la población joven porque
refleja el cansancio de una generación de padres que ya no sigue el ejemplo de sus
progenitores. Pero no se debe asumir esta situación como una derrota y dar todo por perdido.
Mientras haya sectores dentro de la población que quieran una educación en gallego para sus
hijos, mientras haya enamorados de la lengua que viajen a Bruselas para defender su lengua,
su identidad; mientras haya estudiosos que reivindiquen el prestigio del gallego como
vehículo de cultura, siempre habrá esperanza para su pervivencia. El espíritu del gallego es el
del luchador infatigable, que no olvida sus metas pese a las dificultades, que las sueña en
silencio y siempre las alcanza con tiempo. En ese espíritu debemos confiar para recuperar
nuestra lengua porque es lo que nos recuerda nuestro origen y a aquello que conforma nuestra
identidad, aquello que nos hace estar “perto dos homes bos que sofren longo unha historia
contada noutra lingoa”.

3. Recoñecemento das linguas. As relacións entre o galego e o portugués son unha


constante discussion desde hai décadas. Hai quen afirma que son unha lingua, que son
dúas totalmente independentes, e tamén posicións intermedias. O que opina sobre a
cuestión? Cal coida vostede que son ou deberían ser as relacións entre galego e
portugués? Cal é o estatus do galego de Asturias ou eonaviego?

No es gallego, no es portugués… es portugalego


El parentesco del gallego y el portugués es indiscutible y hunde sus raíces en el pasado
medieval cuando el galaico-portugués era la lengua oficial del Reino de Galicia, dividido en
dos condados, el de Galicia al norte y el de Portugal al sur, delimitados por el río Miño. Hasta
la independencia de Portugal en 1139, el galaico-portugués era la lengua del reino y su
sonoridad y elegancia la convirtió en el idioma elegido por la poesía trovadoresca de los
cancioneros medievales. Pese a la independencia de Portugal la unión del idioma se mantuvo
hasta el siglo XV y fue paulatinamente despareciendo de la expresión escrita hasta quedar
olvidada en los séculos oscuros.
A pesar de seguir caminos diferentes que condujeron al portugués a convertirse en

8
“uma lingua estatal e internacional perfeitamente fixada, enquanto o galego é uma lingua
regional ameaçada”13, la ligazón de ambas lenguas lleva a querer recuperar para el gallego ese
pasado de prestigio lingüístico del que gozó cuando eran una sola. Es evidente que, aunque
son semejantes, no puede decirse que sean la misma lengua porque el gallego ha adoptado una
ortografía y unas reglas de acentuación que lo aproximan más al castellano que al portugués
pero eso podría cambiar si prosperara la tendencia reintegracionista o gallego convergente que
tiende a acercarse al portugués como medio de recuperar la pureza del idioma. En esta línea se
posicionaron los intelectuales y profesores universitarios en los años 70 y uno de los padres de
este movimiento fue Ricardo Carvalho Calero cuyo pensamiento propició la fundación de la
Associaçom Galega da Língua (AGAL). Esta tendencia es la que debería reivindicarse en la
actualidad para evitar la pérdida del gallego. Así se manifiesta Carlos Callón al defender que
“a existencia do portugués como idoma normalizado foi e é un fecundo recurso para que o
galego non perda a súa personalidade pola influencia omnímoda do español”14.
Podría volver a denominarse gallego-portugués o, como propone el profesor Frías
Conde, portugalego: “se aínda así se tivese a impresión que galego e portugués non son igual,
é certo. Nin os portugueses falan galego nin os galegos falan portugués, mais falan algo que
ten máis puntos en común do que puntos diferentes. O concepto de portugalego serve para
isto, mais como todo precisa dun nome máis concreto, a denominación de portugués da Galiza
para a escrita do galego co alfabeto portugués da, mantendo en maior ou menor medida as
súas feituras principais aos niveis gramatical e lexical”15. En realidad el portugués y el gallego
son codialectos, forman parte de un mismo diasistema o dominio lingüístico en el que hay
más de un padrón. Así el gallego tiene un padrón diferente del portugués, en una situación
semejante a la del astur-leonés con el mirandés y el asturiano.
El problema del reconocimiento y reivindicación de las lenguas es de carácter político.
El gobierno de Galicia ha querido intencionadamente apartarse de Portugal y solo cuando
tiene que justificar el empleo del gallego como medio útil de comunicación fuera de Galicia
apela al parentesco lingüístico con el portugués. Mientras tanto permite que el gallego se
contamine con vocablos castellanos y pierda su identidad lingüística. Esta situación de

13
Palavrões que não dizem muito: língua e domínio (ou diassistema! en
https://pivonauta.wordpress.com/2010/08/06/palabrons-que-non-din-moito-lingua-e-dominio-
ou-diasistema/

14
Declaraciones recogidas en artículo antes mencionado.
15
Frías Conde, X. Op. Cit. Pág. 35.

9
interferencia del castellano con el gallego es lo que ha dado lugar al “galego amábel” que,
según Frías Conde, es “un dos elementos que máis está a contribuir para o desprestixio do
galego é o pouco coidado que se ten á hora de procurar formas enxebres do idioma, achegadas
dos usos portugueses, mais en contraste moi próximos o español. Tales usos son promovidos
non só pola Administración, mais tamén por axentes culturais de todo tipo e até axencias de
tradución”16.
Mientras la Administración de Galicia se empeña en alejarse de Portugal, una postura
semejante es la adoptada por las autoridades de Asturias con el eonaviego. Así la Ley de uso y
promoción del asturiano, publicada en marzo de 1998, establece que el eonaviego es una
variante pero sin indicar de qué lengua procede, con una clara intención de desvincularla de
su parentesco con el gallego. La consideran una variante gallego-portuguesa para hacerla
pertenecer a una comunidad superior. Al dotarla de una norma y querer subrayar su
diferenciación frente al gallego las autoridades asturianas la han destruido.
La situación del eonaviego, del gallego y del portugués la aclara esta cita tomada del
artículo “Normas, subnormas, sub-subnormas e ao psiquiátrico direitos” publicada en el blog
Deitar a língua a pascer: “existe uma língua internacional, o português, que admite a
denominação histórica de galego-português. Essa língua internacional tem uma subnorma
para uma das suas ramas, o galego, que se escreve à espanhola, embora continue a ser parte
desse tronco comum. Existem aliás pequenas raminhas fora da Galiza onde se fala também
galego-português e que, nalgum caso, têm sub-subnormas para a sua escrita. Porém, o
conceito de galego-português é fora de discussão, com a aceitação de que tem uma norma
internacional”.17
Si se dejaran de lado las cuestiones políticas y se atendiera a las puramente lingüísticas
muchas de las lenguas minoritarias o no estatales podrían tener mayor número de hablantes y
más peso social. El eonaviego debe mirar al gallego como padrón como también debe hacerlo
el gallego respecto al portugués. Antes de tomar decisiones se debe escuchar a los hablantes.
Mimar una lengua es amar una cultura y es sentirse parte de un grupo, es tener una patria a la
que poder volver. El gallego no debe perderse porque ha de alzar su vista del suelo y posarla
en Portugal para tener una esperanza de futuro.

16
Frías Conde, X. Op. Cit. Pág. 59.
17
“Normas, subnormas, sub-subnormas e ao psiquiátrico direitos” en
https://pivonauta.wordpress.com//?s=normas%2C+subnormas&search=Ir

10

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