Poder Judicial de la Nación

JUZGADO CIVIL 39

75221/2019

CASTRO, LUCIANO c/ EDITORIAL TELEVISA SA Y OTROS

s/MEDIDAS PRECAUTORIAS

Buenos Aires, octubre de 2019.- GP

AUTOS Y VISTOS: Por consentida la providencia de fs. 12,
párr. 1°. Téngase presente la autorización conferida.-
Estos autos caratulados “Castro Luciano c/ Editorial Televisa
S.A. y otros s/ medidas precautorias”, expte. nro. 75.221/19, para
resolver acerca de la procedencia de la medida cautelar solicitada por
la actora a fs. 6/10, y
CONSIDERANDO: I.- A fs. 6/10 se presenta, por medio de
apoderado, Luciano Castro y solicita el dictado de una medida
cautelar innovativa con carácter de autosatisfactiva y autónoma en los
términos del art. 232 del Cód. Procesal a fin de que medios
audiovisuales, redes sociales de internet, motores de búsqueda de
información en la web o cualquier medio tecnológico y/o escrito y/o
cualquier medio de comunicación social, sean gráficos o televisivos se
abstengan de reproducir, difundir y/o publicar fotografías y/o videos
y/o cualquier tipo de soporte que aloje imágenes del actor Luciano
Castro desnudo, sin prendas de ninguna naturaleza que cubran su
cuerpo, esté o no pixelado su miembro viril.-
Explica que el actor es un reconocido actor de televisión,
teatro y cine de larga trayectoria en el medio, casado con una también
reconocida modelo y actriz, y que tiene tres hijos, dos de cuales son
producto de la relación con su actual cónyuge.-
Continúa diciendo que en las últimas horas en redes sociales y
diferentes medios de comunicación se exhibieron fotografías y videos
que lo muestran totalmente desnudo.-

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 Afirma que ignora de qué modo llegaron a terceros esas
imágenes y videos.-
Subraya que esas fotografías que lo exhiben desnudo
pertenecen única y exclusivamente al ámbito de su propia intimidad y
que nunca autorizó su difusión a través de ningún medio de
comunicación.-
Agrega que la difusión de esas fotografías viola su intimidad y
honor, dañan severamente su imagen profesional, y repercuten
negativamente en el ámbito de su familia, compuesta por su esposa,
un hijo adolescente y otros dos de corta edad.-
Funda en derecho y ofrece prueba.-
II.- En primer lugar y por una cuestión de orden metodológico
que permita delimitar el marco del examen de la medida cautelar
requerida, diré que la que se pide se inscribe como una tutela urgente,
que sea cual fuere la figura que la adorna, es decir, cautelar,
autónoma, anticipatoria, satisfactiva, o urgente, ella genéricamente
está construida sobre el soporte de la medida cautelar innominada
previsto por el art. 232 del Cód. Procesal.
Dispone la norma mencionada que fuera de los casos
delimitados en el mismo capítulo (Capítulo III del Título IV del
Código Procesal), quien tuviere fundado motivo para temer que
durante el tiempo anterior al reconocimiento judicial de su derecho,
éste pudiere sufrir un perjuicio inminente o irreparable podrá solicitar
las medidas urgentes que, según las circunstancias, fueren más aptas
para asegurar provisionalmente el cumplimiento de la sentencia.
De tal manera, los jueces están facultados para decretar medidas
de carácter urgente que importen una condena de carácter anticipado,
bajo condición de excepcionalidad -en el marco del art. 232 del
Código Procesal- en supuestos de urgencia impostergable y amenaza
concreta de daño irreparable y estricta sujeción en su otorgamiento a

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la verificación de la concurrencia de los requisitos típicos de la tutela

anticipada (CNCiv, Sala C, causa nro. 333.222, del 19/10/01).
El perjuicio inminente que alude la norma citada no es
asimilable a la insatisfacción generada por cualquier violación de un
derecho, sino que será menester alegar la existencia concreta de un
peligro, así como también señalar cuales son los hechos anunciadores
de un daño que necesariamente afectará el cumplimiento de la
sentencia definitiva (Roland Arazi, “Medidas Cautelares”, pág. 297).
Va de suyo que la procedencia de la tutela urgente requerida
participa de los presupuestos de procedencia de toda medida cautelar,
esto es, la verosimilitud del derecho invocado, el peligro en la demora
y la contracautela (art. 195 del Cód. Procesal) y éstos deben resultar
de los elementos incorporados al proceso que, objetivamente y “prima
facie”, los demuestren.
En particular, las medidas autosatisfactivas o autónomas como
la pedida, se imponen cuando el caso muestra la necesidad de un
urgente amparo jurisdiccional, que de no obtenerse puede provocar
que se disipe el derecho invocado por el pretendiente (Highton, Elena
I. y Areán, Beatriz A. (directoras), “Código Procesal Civil y
Comercial de la Nación”, Hammurabi, t. 4, p. 618).-
Su dictado inaudita parte frente a la relevancia del factor
tiempo, de modo alguno enerva los derechos y garantías de raigambre
constitucional, pues para el sujeto pasivo se mantendrán incólumes
todos los remedios legales para la posterior impugnación de la
decisión y su eventual resarcimiento por los efectos de la misma
(Highton, Elena I. y Areán, Beatriz A. (directoras), ob. cit., p. 618).-
Para la procedencia de estas medidas, por su excepcionalidad,
no basta la verosimilitud del derecho y el peligro en la demora prima
facie acreditados, como en las cautelares. Es necesario que tanto las
circunstancias fácticas como jurídicas, emergentes de los elementos
de ponderación incorporados al proceso, apreciados con suma

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 estrictez, puedan crear en el juzgador la certeza sin más de su
viabilidad (Highton, Elena I. y Areán, Beatriz A. (directoras), ob. cit.,
p. 618).-
Es decir, mientras que para las medidas cautelares es necesaria
la acreditación prima facie de la verosimilitud del derecho invocado
por quien la pretende, en las autosatisfactivas es menester la de un
grado de convicción que configure certeza. Y el peligro en la demora
que hace a la viabilidad de las primeras, para permitir la eficaz
ejecutabilidad de la sentencia o evitar un daño que siempre será
reparable, en las segundas está constituido por un daño irreversible o
por la indisponibilidad cierta de un derecho reconocible (Highton,
Elena I. y Areán, Beatriz A. (directoras), ob. cit., p. 619).-
Adelanto desde ahora que en el caso están configurados los
presupuestos de admisibilidad de la medida cautelar autosatisfactiva
pedida y con la intensidad que requiere su naturaleza.-
III.- En el caso, la evaluación de las medidas solicitadas
involucra, por un lado, los derechos constitucionales de libertad de
prensa, de informar y de ser informado, y, por el otro, los derechos a
la intimidad, privacidad y honor.-
El art. 14 de la Constitución Nacional consagra el derecho a
publicar las ideas por la prensa sin censura previa; el art. 32 de la Ley
Fundamental dispone que el Congreso no dictará leyes que restrinjan
la libertad de imprenta; y la Convención Americana de Derechos
Humanos establece que “toda persona tiene derecho a la libertad de
pensamiento y de expresión” y que el ejercicio de este derecho no
puede estar sujeto a censura previa (art. 13, incs. 1° y 2°)
El sistema constitucional garantiza la libertad de expresión y
establece para ella una protección robusta, pues la reconoce como
estratégica para la democracia porque posibilita la formación de
opinión de los integrantes de nuestra sociedad con relación a los temas
en los que se encuentra involucrado el interés público. En ello se

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asienta el régimen particular del que goza, por el que no procede la

censura previa, quedando la resolución de los conflictos que pudieran
producirse librada al juzgamiento posterior de las eventuales
responsabilidades involucradas.
Por otro lado, los derechos a la preservación de la intimidad y a
la privacidad de las personas gozan en nuestro sistema constitucional
de la protección que se deriva de lo establecido en los artículos 19 de
la Constitución Nacional y 11 de la Convención Americana de
Derechos Humanos que, como el Pacto Internacional de Derechos
Civiles y Políticos de Naciones Unidad, en su artículo 17, en su inciso
2°, establece que “Nadie puede ser objeto de injerencias arbitrarias o
abusivas en su vida privada, en la de su familia, en su domicilio o en
su correspondencia, ni de ataques ilegales a su honra o reputación”.-
El art. 51 del Código Civil y Comercial de la Nación establece
que “La persona humana es inviolable y en cualquier circunstancia
tiene derecho al reconocimiento y respecto de su dignidad”.-
El art. 52 del mismo código dispone que “La persona humana
lesionada en su intimidad personal o familiar, honra o reputación,
imagen o identidad, o que de cualquier modo resulte menoscabada en
su dignidad personal, puede reclamar la prevención y reparación de
los daños sufridos, conforme a lo dispuesto en el Libro Tercero, Título
V, Capítulo 1”.-
Y el art. 53 del mismo código establece que “Para captar o
reproducir la imagen o la voz de una persona, de cualquier modo que
se haga, es necesario su consentimiento, excepto en los siguientes
casos: a) que la persona participe en actos públicos; b) que exista un
interés científico, cultural o educacional prioritario, y se tomen las
precauciones suficientes para evitar un daño innecesario; c) que se
trate del ejercicio regular del derecho de informar sobre
acontecimientos de interés general. …”.-

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 El art. 1711 del mismo código incorpora en el sistema de
responsabilidad la acción preventiva que procede “cuando una acción
u omisión antijurídica hace previsible la producción de un daño, su
continuación o agravamiento. No es exigible la concurrencia de
ningún factor de atribución”.-
En particular, el art. 1770 del mismo código ordena que “El
que arbitrariamente se entromete en la vida ajena y publica retratos,
difunde correspondencia, mortifica a otros en sus costumbres o
sentimientos, o perturba de cualquier modo su intimidad, debe ser
obligado a cesar en tales actividades, si antes no cesaron, y a pagar
una indemnización que debe fijar el juez, de acuerdo con las
circunstancias. Además, a pedido del agraviado, puede ordenarse la
publicación de la sentencia en un diario o periódico del lugar, si esta
medida es procedente para una adecuada reparación”.-
El derecho de la intimidad que aquí está en juego es el que
compete a toda persona de sensibilidad ordinaria, de no permitir que
los aspectos privados de su vida, de persona, de su conducta, y de sus
empresas, sean llevados al comentario público o con fines
comerciales, cuando no exista el legítimo interés por parte del Estado
o de la sociedad. Dicho de otra manera, el derecho a la intimidad es
aquel que le permite al individuo preservar, mediante acciones legales,
su intimidad, es decir, la parte no comunicable de su existencia
(Goldenberg, Isidoro H., “La tutela de la vida privada”, LL 1976-A-
576).-
El honor consiste en algo que radica en el sentimiento de cada
uno tiene de la propia dignidad y en la manera que tienen los extraños
de captarla (Carbonier, “Derecho Civil”, t. I, p. 313, citado en Rivera,
Julio César, “Derecho a la intimidad”, en LL 1980-D-916).-
En estos casos, en donde existe un conflicto entre derechos
tutelados por la Carta Magna, como son los que derivan de los
derechos personalísimos –entre los que se incluye el derecho a la

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intimidad– y el derecho a la libre expresión, que contiene a la libertad

de prensa, la tarea del órgano judicial radica en conjugar el ejercicio
de un derecho con otro cuando existe el marco efectivo de la aparente
confrontación planteada entre ambos, para hallar un ámbito de
correspondencia recíproca, vale decir, buscar la compatibilidad y la
armonía de los derechos.
Al respecto, se ha dicho que los principios, derechos y
garantías constitucionales –tanto los contemplados en el texto
histórico como en los tratados y declaraciones con jerarquía
constitucional– deben interpretarse armónicamente, procurando que
todos conserven igual valor y efectos. Se trata, en definitiva, de
armonizar la libertad de opinión y de propalar noticias con el derecho
constitucional a la tutela judicial efectiva y el derecho personalísimo
involucrado, delimitando las esferas de funcionamiento razonable
(CSJN, in re “Portillo, Alfredo”, del 18/4/89, en LL 1989-C-405).
Delimitada así la cuestión, ella radica entonces, ante el aparente
conflicto entre el derecho a la intimidad y la libertad de expresión en
juego, en desentrañar si existe un “interés general” que justifique la
difusión o publicación de imágenes que hacen a la esfera de la
intimidad del actor, en el marco de la petición cautelar que se
examina.-
No hace falta mucho para concluir que las imágenes en cuestión
que lo muestran desnudo (dos imágenes que se encuentran agregadas
en sobre a fs. 5) se encuentran claramente fuera del alcance de interés
general alguno que justifique su difusión.-
Dicho de otra manera, las imágenes que se tratan no conciernen
a cuestión o información que deba ser ventilada públicamente, puesto
que no contiene relevancia alguna en el debate de las cosas de interés
general.-
En casos como el presente, no se puede garantizar la tutela
judicial efectiva sin el dictado de una medida cautelar,

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 particularmente relevante en materia de derechos personalísimos,
cuando se advierte que la reparación ulterior no es suficiente para la
tutela del derecho (Lorenzetti, Ricardo L. “Tutela inhibitoria de la
esfera íntima y privada”, ed Rubinzal Culzoni, Santa Fe, 1995, p.
283).
La tutela preventiva tiende a evitar el daño, detener el ya
producido o, en su caso, restablecer al perjudicado en la situación que
se encontraba antes de experimentar el hecho dañoso; requiere además
la prueba del peligro en la demora y la irreparabilidad del perjuicio y
tiene como finalidad evitar que la sentencia que en el futuro se dicte
en el proceso principal llegue demasiado tarde.-
Esta anticipación al agravamiento del daño hoy encuentra
conducto normativo específico en la regla de los arts. 1710, 1711, y
1770 del Código Civil y Comercial de la Nación.-
En cuanto la medida también está dirigida contra Google
Argentina Inc. y Yahoo de Argentina S.R.L. cabe agregar que queda
puesto en tensión el derecho a la búsqueda de información a través del
servicio de internet, comprendido dentro de la garantía constitucional
que ampara la libertad de expresión en los términos de la Ley 26.032.-
En este caso, el actor tiene derecho a preservar su imagen e
intimidad y a peticionar las medidas que resulten necesarias para su
protección, pero sin afectar innecesariamente el derecho de
información por parte de terceros difundido por distintos medios a
través de la red de internet, tal como lo estableció la Corte Suprema
de Justicia de la Nación en el recordado precedente “Rodríguez
María Belén”. De ahí que, corresponde limitar el alcance de la medida
a las URLs que deberá individualizar el accionante, puesto que a él le
incumbe individualizar las URLs cuyo acceso, a través del buscador,
pretende bloquear con carácter cautelar, ya que la solución contraria
podría acarrear como consecuencia que el alcance de la medida
cautelar dificulte su eficaz cumplimiento y, a la vez, sea susceptible de

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afectar los derechos de terceros al acceso de información (conf.

Juzgado de Feria in re “R. T. c/ Google Argentina S.R.L. y otros s/
medidas precautorias”, del 15/01/17).-
En definitiva, en la especie se encuentran configurados la
verosimilitud del derecho abonada con la documentación acompañada
y apoyada sobre hechos públicos y notorios, y el peligro en la demora,
de modo que en función de todo ello la petición merece en este
estado tutela jurisdiccional.-
Por lo expuesto y lo dispuesto por las normas legales citadas,
RESUELVO: I.- Hacer lugar a la medida cautelar autosatisfactiva
solicitada en los términos del art. 232 del Cód. Procesal y ordenar que
Editorial Televisa S.A.; Producciones Publiexpress S.A.; Editorial
Perfil S.A.; La Nación S.A.; Impreba S.A.; Editorial La Capital S.A.;
Nefir S.A.; Grupo Clarín S.A.; Ultrakem S.A.; Arte Gráfico Editorial
Argentino S.A.; Manucorp S.A.; Editorial Sarmiento S.A.; Editorial
La Página S.A.; América TV S.A.; Televisión Federal S.A.; Arte
Radio Argentino S.A. Empresa de Radio y Televisión; Radio y
Televisión Argentina S.E.; Compañía General de Producciones S.A.;
Primicias Ya S.R.L.; Desarrollos Electrónicos Informáticos S.A.;
Compañía de Medios Digitales S.A.; Grupo Infobae SA.; THX
Medios S.A.; Grupo Uno Medios; Publicaciones y Estadísticas S.A.;
Marketing y Publicidad S.R.L.; y a la totalidad de las empresas,
miembros asociados, y empresas registradas, de la Asociación
Argentina de Editores de Revistas; Asociación de Teledifusoras
Argentina S.A.; Asociación Argentina de Televisión por Cable; y al
Ente Nacional de Comunicaciones (ENACOM), a quienes se
notificará por cédula con habilitación de días y horas inhábiles, con
carácter de urgente y para notificar en el día, se abstengan en forma
inmediata de reproducir, difundir y/o publicar fotografías y/o videos
y/o cualquier tipo de soporte que aloje imágenes del actor Luciano
Castro desnudo, sin prendas de ninguna naturaleza que cubran su

Fecha de firma: 10/10/2019

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 cuerpo, esté o no pixelado su miembro viril; II.- Comunicar al Centro
de Información Judicial este pronunciamiento para su publicación, por
medio de oficio; y III.- Una vez que el actor cumpla con lo dispuesto
en el considerando anteúltimo, se dictará la orden complementaria
respectiva.-
REGISTRESE Y NOTIFIQUESE, con habilitación de día y
hora inhábil, con carácter urgente y en el día.-

María Victoria Pereira

Jueza

Fecha de firma: 10/10/2019

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