Anda di halaman 1dari 6

ORIGINAL

Heterogeneidad clínica de la enfermedad


de Alzheimer según la edad de inicio
J. Vilalta-Franch a,b, S. López-Pousa a,b, J. Garre-Olmo a,
A. Turon-Estrada b, I. Pericot-Nierga b

HETEROGENEIDAD CLÍNICA DE LA ENFERMEDAD DE ALZHEIMER SEGÚN LA EDAD DE INICIO


Resumen. Introducción. La edad de inicio de la enfermedad de Alzheimer (EA) se ha asociado con la heterogeneidad clínica.
Hay estudios que han planteado la posibilidad de que las formas preseniles y las seniles sean entidades distintas. Objetivo.
Describir las características clínicas y evolutivas de pacientes con EA según la edad de inicio. Pacientes y métodos. Una
muestra clínica de pacientes con EA fue valorada mediante el protocolo del Cambridge Examination for Mental Disorders of
the Elderly y otros tests y escalas clínicas (Trail Making Test, Neuropsychiatric Inventory, Rapid-Disabity Rating Scale-2 y
Zarit Burden Interview). Los pacientes fueron revalorados a los 12 meses. Resultados. De los 492 participantes, 419 (85,2%)
fueron casos de EA de inicio tardío y 73 casos (14,8%) de EA de inicio precoz. Para este último grupo, el tiempo transcurrido
entre el inicio de los primeros síntomas y el diagnóstico de la enfermedad fue superior (3,85 frente a 2,5 años), y se observó
una mayor frecuencia de antecedentes familiares de demencia (35,6%) y personales de trastorno psiquiátrico (13,7%). Este
grupo también presentó mejores rendimientos en las escalas de valoración funcional y en las pruebas neuropsicológicas, y
mayor frecuencia y gravedad de la sintomatología depresiva. A los 12 meses no se registraron diferencias clínicas entre am-
bos grupos, a excepción de un incremento de la frecuencia y gravedad de la apatía. Conclusión. Las diferencias halladas en-
tre la EA de inicio precoz y la de inicio tardío no permiten considerarlas como dos entidades diferentes desde el punto de vis-
ta clínico y/o neuropsicológico. [REV NEUROL 2007; 45: 67-72]
Palabras clave. Deterioro cognitivo. Deterioro funcional. Enfermedad de Alzheimer de inicio precoz. Enfermedad de Alzhei-
mer de inicio tardío. Trastornos psicológicos y de la conducta.

INTRODUCCIÓN te antecedentes familiares de síndrome de Down [27] y de EA


Hay múltiples factores que determinan la heterogeneidad de la [28-31], y se ha observado una mayor asociación entre las lesio-
enfermedad de Alzheimer (EA). De ellos, cabe destacar los sín- nes patológicas y la gravedad de la demencia [32]. Estas dife-
tomas neuropsicológicos [1,2] y neuropsiquiátricos [3], el perfil rencias incluso han planteado dudas sobre si la EAIP y la enfer-
neuropsicológico [4], el curso evolutivo [3,5], las condiciones medad de Alzheimer de inicio tardío (EAIT) forman parte de un
genéticas [6,7], la raza [8], la edad de inicio [8,9], la mortalidad mismo proceso nosológico, son entidades diferentes o bien re-
[10-12], el flujo cerebral sanguíneo [13], la presencia de facto- presentan un continuo de un proceso de envejecimiento intensi-
res de riesgo vascular [14], la respuesta a los inhibidores de la ficado [22]. El presente estudio tuvo como objetivo describir las
colinesterasa [15,16] y la presencia de signos motores [17] o ex- características clínicas y comparar el curso evolutivo de la EA
trapiramidales [3]. al cabo de un año según la edad de inicio en una muestra clínica
Se han propuesto distintos mecanismos que podrían estar de pacientes.
relacionados con esta variabilidad, como la coexistencia de otras
alteraciones neurodegenerativas [18], las diferencias en la vul-
PACIENTES Y MÉTODOS
nerabilidad individual ante las lesiones producidas por la EA
Pacientes
[3], las diferencias temporales en el fenómeno acumulativo de
La muestra estuvo formada por sujetos derivados a la Unidad de Valoración
las lesiones [3], el nivel educativo [19,20], la presencia de deter-
de la Memoria y las Demencias (UVAMID) por los centros de atención pri-
minados factores ambientales [21] y la combinación entre fac- maria para el diagnóstico de demencia, que fueron diagnosticados de EA y
tores genéticos y ambientales [22]. que aceptaron participar en un estudio longitudinal sobre la evolución de las
La edad de inicio de la EA es una de las variables que influ- características cognitivas, funcionales, psicopatológicas y de carga del cui-
ye en la heterogeneidad de este proceso. Así pues, la enferme- dador, el denominado estudio EDAC (evolución de la demencia tipo Alzhei-
dad de Alzheimer de inicio precoz (EAIP) es más frecuente en mer y la carga del cuidador). El protocolo del estudio fue valorado y apro-
varones [23], presenta más síntomas psicológicos y conductua- bado por el comité ético del hospital y se obtuvo el consentimiento informado
por escrito de los pacientes y/o de sus cuidadores. Los pacientes que acepta-
les de la demencia (SPCD) y cursa con un menor deterioro cog-
ron participar en el estudio representaron el 71,8% de todos los que cum-
nitivo y funcional [24-26]. Además, presenta más frecuentemen- plieron los criterios de inclusión durante el período de estudio. Fueron se-
leccionados de forma consecutiva para el presente trabajo todos los pacien-
Aceptado tras revisión externa: 25.06.07. tes participantes en el estudio EDAC que completaron la visita basal. Los
datos corresponden a los pacientes incluidos en el estudio entre el mes de
ª Unidad de Investigación. b Unidad de Valoración de la Memoria y las mayo de 1998 y el mes de mayo de 2003.
Demencias. Hospital Santa Caterina. Institut d’Assistència Sanitària. Salt,
Girona, España. Diagnóstico de enfermedad de Alzheimer
Correspondencia: Dr. Joan Vilalta-Franch. Unitat de Recerca. Parc Hos- El diagnóstico de EA se realizó de modo estandarizado siguiendo el proto-
pitalari Martí i Julià. Institut d’Assistència Sanitària. Doctor Castany, s/n. colo de la UVAMID, que incluye la historia clínica realizada por un neuró-
E-17190 Salt (Girona). Fax: +34 972 189 017. E-mail: recerca@ias.scs.es logo o geriatra a través una entrevista al paciente y a una persona de referen-
© 2007, REVISTA DE NEUROLOGÍA cia (familiar o cuidador principal), un examen médico general y neurológi-

REV NEUROL 2007; 45 (2): 67-72 67


J. VILALTA-FRANCH, ET AL

co y un conjunto de pruebas complementarias: analíti- Tabla. Características de los participantes según la edad de inicio de la EA.
ca hematológica y bioquímica básica, a la que se aña-
dieron la determinación del calcio, de la vitamina B12, EAIT EAIP p
del ácido fólico, de la serología luética y de la función (n = 419) (n = 73)
tiroidea (TSH, T4 libre), tomografía axial computeri-
Características sociodemográficas
zada cerebral y/o resonancia magnética, y en pacien-
tes jóvenes o con sospecha de procesos degenerativos Edad, media (DE) 77,1 (4,7) 64,4 (5,4) 0,001
en fase incipiente se realizó una tomografía por emi-
sión de fotón simple. Las capacidades cognitivas de Años de escolaridad, media (DE) 5,1 (3,9) 6,1 (3,6) 0,037
todos los sujetos fueron valoradas por un neuropsicó-
logo mediante el Minimental State Examination Sexo, n (%)
(MMSE) [33] y la batería neuropsicológica Cambrid-
Mujeres 305 (72,8) 44 (60,3) 0,003
ge Cognitive Examination (CAMCOG) [34]. La capa-
cidad funcional fue valorada mediante la administra- Hombres 114 (27,2) 29 (39,7)
ción de la Blessed Dementia Rating Scale (BDRS)
[35] a la persona de referencia del paciente. Aquellos Estado civil, n (%)
sujetos de menor edad (< 66 años) con elevado nivel
Soltero 18 (4,3) 1 (1,4) 0,001
educativo o con sospecha de deterioro cognitivo inci-
piente, para los cuales el CAMCOG no ofrecía sufi- Casado 234 (55,8) 61 (83,6)
ciente información, fueron valorados neuropsicológi-
camente mediante pruebas complementarias en fun- Separado/divorciado 7 (1,7) 2 (2,7)
ción del cuadro clínico que presentaba el paciente. To-
dos los pacientes cumplieron los criterios del DSM- Viudo 160 (38,2) 9 (12,3)
IV para demencia [36] y fueron diagnosticados de EA
Residencia, n (%)
probable de acuerdo con los criterios de la National of
Neurological Disorders and Communicative Disor- Domicilio propio 248 (59,2) 51 (78,1) 0,001
ders-Alzheimer’s Disease and Related Disorders As-
sociation (NINCDS-ADRDA) [37], y de gravedad li- Domicilio de otro familiar 123 (29,4) 15 (20,5)
gera a moderada de acuerdo con la puntuación de la
Global Deterioration Scale (GDS) [38]. Se clasifica- Institucionalizado 10 (2,4) 0 (0,0)
ron como EA de inicio precoz (EAIP) los pacientes Otros 38 (9,0) 7 (1,4)
que presentaron las primeras manifestaciones de la en-
fermedad con anterioridad a los 66 años.

Protocolo de estudio mediante medidas de frecuencia absoluta y relativa para las variables cuali-
En la visita basal del estudio EDAC un neuropsicólogo entrenado realizó la tativas. Se calcularon las frecuencias relativas de los diagnósticos de de-
entrevista estructurada de la sección H del Cambridge Examination for mencia registrados y fueron estratificadas por aquellas variables con rele-
Mental Disorders of the Elderly (CAMDEX) [39,40] con la persona de refe- vancia clínica. Para determinar la existencia de diferencias significativas en-
rencia del paciente, que permite obtener información sobre los cambios de tre el grupo de pacientes con EAIP y los pacientes con EAIT, se aplicaron
personalidad, las dificultades en las actividades de la vida diaria y las difi- técnicas de contraste de hipótesis univariantes paramétricas y no paramétri-
cultades cognitivas observadas por el informante y, además, recoge infor- cas según la distribución de los datos. La normalidad de las variables se
mación sobre los antecedentes patológicos personales y familiares del pa- contrastó con el test de Shapiro-Wilk. Con el objetivo de cuantificar la evo-
ciente. A la persona de referencia también se le administró el Neuropsychia- lución clínica entre ambos grupos de pacientes se calculó un índice de va-
tric Inventory (NPI) [41] para valorar los trastornos psicológicos y conduc- riación anual (IV12) a partir de la puntuación de los valores basales y los
tuales, la Rapid Disability Rating Scale-2 (RDRS-2) [42] para valorar la ca- valores a los 12 meses del MMSE, CAMCOG, RDRS-2, NPI y ZBI al apli-
pacidad funcional, y la Zarit Burden Interview (ZBI) [43] para valorar el gra- car la siguiente fórmula: (puntuación basal – puntuación a los 12 meses/
do de sobrecarga del cuidador. puntuación basal) × 100.
En la misma visita, se realizó la entrevista estructurada de la sección A El análisis estadístico se realizó mediante el programa SPSS v. 14.0 y los
del CAMDEX con el paciente y se le administraron los test MMSE, CAM- intervalos de confianza se calcularon para un nivel de significación del 95%.
COG y Trail Making Test (TMT) [44] para valorar las funciones cognitivas.
También se recogió de forma estandarizada información sobre los trata-
mientos farmacológicos en activo. Los psicofármacos se clasificaron en an- RESULTADOS
tipsicóticos clásicos, antipsicóticos de segunda generación, antidepresivos, Características de la muestra
ansiolíticos benzodiacepínicos, ansiolíticos no benzodiacepínicos y eutimi- La muestra estuvo formada por 492 pacientes, de los cuales el 70,9% fueron
zantes (sales de litio y anticonvulsionantes cuando se utilizaban con esta in- mujeres y la media de edad fue de 75,2 años (DE = 6,6; rango: 52-89). La
dicación clínica). A los 12 meses se realizó una visita de seguimiento en la escolaridad media fue de 5,9 años (DE = 3,7; rango: 0-21) y el tiempo me-
que se administraron las siguientes escalas y test: CAMCOG, RDRS-2, ZBI dio de inicio de la demencia fue de 32 meses (DE = 23,5; rango: 1-156). La
y NPI. Además, se recogió nuevamente información sobre los nuevos trata- puntuación media del MMSE fue de 17,09 puntos (DE = 4,08; rango: 4-27);
mientos farmacológicos recibidos durante el período de tiempo entre la vi- la del CAMCOG de 55,6 puntos (DE = 13,4; rango: 9-88); la de BDRS de
sita basal y la de 12 meses. Mediante la información recogida por los apar- 6,9 puntos (DE = 5,4; rango: 4-26); la de la RDRS-2 de 11,3 puntos (DE =
tados A y H del CAMDEX se incluyen las preguntas que permiten puntuar 3,5; rango: 0-30); la de la EH de 3,2 puntos (DE = 2,5; rango: 0-14); la del
los ítems de la BDRS, de la escala de Hachinski (EH) [45], y de una escala NPI de 10,1 puntos (DE = 11,4; rango: 0-77); y la de la ZBI de 17,6 puntos
propia de depresión del CAMDEX con un punto de corte de 7/8 puntos pa- (DE = 13,7; rango: 0-65). La gravedad de la demencia determinada a partir
ra nuestra población [46]. de la puntuación de la GDS fue ligera en el 81,3% (GDS = 4) y moderada en
Toda la información recogida se codificó y almacenó en una base de da- el 18,7% (GDS = 5).
tos electrónica.
Diferencias entre EAIP y EAIT
Análisis estadístico El 14,8% de los participantes (n = 73) inició los síntomas de la EA antes de
Se realizó un análisis descriptivo de las variables de la muestra mediante los 66 años y fue clasificado como EAIP. En este grupo de pacientes se ob-
medidas de tendencia central y dispersión para las variables cuantitativas, y servó una mayor frecuencia de hombres (39,7% frente a 27,2%; χ2 = 4,72;

68 REV NEUROL 2007; 45 (2): 67-72


HETEROGENEIDAD CLÍNICA EN ALZHEIMER

Tabla. Características de los participantes según la edad de inicio de la EA. (cont.) calas de orientación temporal, con 3,1 puntos (DE =
1,58), frente a 2,6 puntos (DE = 1,58) (U de Mann-
EAIT EAIP p Whitney = 12.450; p = 0,013); de orientación espa-
(n = 419) (n = 73) cial, con 3,9 puntos (DE = 1,2) frente a 3,6 puntos
(DE = 1,4) (U de Mann-Whitney = 12.481,5; p =
Características clínicas 0,012); de memoria reciente, con 2,5 puntos (DE =
1,17) frente a 1,7 puntos (DE = 1,25) (U de Mann-
Edad de inicio de la demencia (años), media (DE) 74,6 (4,8) 60,6 (4,6) 0,001
Whitney = 10.177,5; p < 0,001); y de percepción, con
Tiempo (meses) de inicio de los síntomas, media (DE) 29,6 (11,7) 46,2 (33,1) 0,001 6,5 puntos (DE = 1,8) frente a 5,8 (DE = 1,78) (U de
Mann-Whitney = 11.699; p = 0,002). En el resto de
Gravedad de la demencia (puntuación GDS), n (%) áreas neuropsicológicas no se detectaron diferencias.
Respecto a los síntomas psicológicos y conductuales,
Ligera (4) 341 (81,5) 58 (79,5) 0,667 no se observaron diferencias entre ambos grupos en la
Moderada (5) 78 (18,5) 15 (20,5) puntuación global del NPI, a excepción de la subesca-
la de depresión, en la cual los pacientes con EAIP pre-
Antecedentes familiares de demencia, n (%) 100 (23,9) 26 (35,6) 0,034 sentaron mayor frecuencia y gravedad (2,8 puntos fren-
te a 1,6) (U de Mann-Whitney = 12.515,5; p = 0,009).
Antecedentes familiares psiquiátricos, n (%) 41 (9,8) 10 (13,7) 0,311 No se observaron otras diferencias clínicas significati-
vas entre ambos grupos. En la tabla se muestran las
Antecedentes personales psiquiátricos, n (%) 104 (24,8) 28 (38,4) 0,016
características clínicas y sociodemográficas de los par-
Traumatismo craneoencefálico, n (%) 63 (15,0) 15 (20,8) 0,214 ticipantes según la edad de inicio de la EA.

Hipertensión arterial, n (%) 171 (40,8) 25 (34,2) 0,290 Evolución clínica


Acudieron a la visita de seguimiento anual el 68,6%
Diabetes, n (%) 61 (14,6) 12 (16,4) 0,677 de los participantes. A los 12 meses, la puntuación
Cardiopatía, n (%) 31 (7,4) 5 (6,8) 0,868 media del MMSE fue de 16,3 puntos (DE = 5,5; ran-
go: 5-22); la del CAMCOG, de 52,1 puntos (DE =
Tratamiento farmacológico basal, n (%) 16,1; rango: 14-88); la de la RDRS-2, de 12,7 puntos
(DE = 4,1; rango: 0-29); la del NPI, de 13,4 puntos (DE
Inhibidores de la acetilcolinesterasa 294 (43,4) 36 (50,0) 0,625 = 13,1; rango: 0-76); y la de la ZBI, de 20 puntos
(DE = 14,9; rango: 0-64).
Antidepresivo 63 (15,0) 18 (24,7) 0,041
No se observaron diferencias significativas en el
Ansiolítico/hipnótico con benzodiacepinas 37 (8,8) 8 (11,0) 0,560 IV12 medio del CAMCOG, con un 10,9% (DE = 18)
en el grupo de EAIP frente a un 7,5% (DE = 15,9) en
Ansiolítico/hipnótico sin benzodiacepinas 6 (1,4) 5 (6,8) 0,004 el grupo de EAIT (U de Mann-Whitney = 6.560; p =
0,228). No se observaron diferencias en el IV12 me-
Antipsicóticos 24 (5,7) 2 (2,7) 0,292 dio de las puntuaciones de ninguna de las subescalas
Eutimizantes 7 (1,7) 5 (6,8) 0,008
que componen el CAMCOG.
No se observaron tampoco diferencias entre ambos
Psicometría basal grupos en el IV12 medio de las puntuaciones totales
de la RDRS-2 (–13,1% frente a –18,8%; U de Mann-
MMSE, media (DE) 16,9 (4,0) 18,2 (4,4) 0,027 Whitney = 6.760; p = 0,289) y de la ZBI (–35,3%
frente a –35,8%; U de Mann-Whitney = 7.182,5; p =
CAMCOG total, media (DE) 54,9 (13,2) 58,7 (14,3) 0,040
0,711). Respecto al NPI, solamente se observaron di-
TMT-A, media (DE) 182,7 (170,0) 186,7 (127,3) 0,871 ferencias significativas en la evolución de la apatía.
Concretamente, el IV12 medio de la subescala de apa-
TMT-B, media (DE) 356,3 (229,0) 285,1 (199,1) 0,299 tía se incrementó en 5% en los pacientes con EAIP
frente a una disminución del 23% en los pacientes con
RDRS-2, media (DE) 11,4 (3,6) 10,5 (2,6) 0,015 EAIT (U de Mann-Whitney = 6.184; p = 0,018) (Fig.).
BDRS, media (DE) 6,9 (5,6) 7,2 (5,2) 0,643

NPI, media (DE) 11,9 (11,8) 9,7 (11,3) 0,142


DISCUSIÓN
EH, media (DE) 3,2 (2,5) 3,6 (2,8) 0,158
Nuestros resultados muestran una prevalencia
ZBI, media (DE) 17,6 (13,7) 17,1 (14,1) 0,782 clínica de EAIP del 14,9% y, entre las dife-
rencias destacadas frente a la EAIT, se obser-
va que hay una mayor frecuencia de hombres
p = 0,030), y la edad media de inicio de la demencia fue de 60,6 años (DE =
con EAIP, que el intervalo de tiempo entre el inicio de los sínto-
4,6) frente a los 77,1 años (DE = 4,7) observada en el grupo de EAIT (n = mas y el diagnóstico es menor en el primer grupo y que, ade-
419). En el grupo de EAIP se observó que el tiempo entre el inicio de los más, en los casos con EAIP hay un mayor porcentaje de antece-
síntomas y el diagnóstico fue de 46,2 meses (DE = 33,1), mientras que en el dentes familiares de demencia. Los resultados señalan también
grupo de EAIT el tiempo medio fue de 29,6 meses (DE = 11,7) (U de que los casos de EAIP presentan un menor grado de deterioro
Mann-Whitney = 10.441; p < 0,001). Además, los pacientes con EAIP pre- cognitivo y funcional y una mayor sintomatología depresiva
sentaron una mayor frecuencia de antecedentes familiares de demencia que los pacientes con EAIT. Respecto a la evolución clínica, des-
(35,6% frente a 23,9%; χ = 4,5; p = 0,034) y antecedentes personales de
2

trastorno psiquiátrico (38,4% frente a 24,8%; χ = 5,8; p = 0,016). Clínica-


2 taca un incremento de la frecuencia y gravedad de la apatía en
mente, los pacientes con EAIP presentaron, en el momento basal, mejores los pacientes con EAIP.
puntuaciones en las pruebas cognitivas (MMSE y CAMCOG) y funcionales Un reciente estudio poblacional halló una prevalencia de
(RDRS-2). El grupo de EAIP presentó mejores puntuaciones en las subes- demencias de inicio precoz (entre 30 y 64 años) de 54/100.000

REV NEUROL 2007; 45 (2): 67-72 69


J. VILALTA-FRANCH, ET AL

habitantes, de las cuales el 30% correspondió


a EAIP [47], y otros trabajos realizados en
muestras clínicas señalan que la prevalencia
oscila entre el 6% [48] y el 30% [23]. Nues-
tro estudio obtuvo una prevalencia interme-
dia que se situó en el 14,9%. En este sentido,
a pesar de la baja prevalencia, las necesida-
des específicas que requieren este tipo de pa-
cientes comportan que se haya propuesto que
es necesaria una especialización asistencial
[24,49] realizada por equipos multidisciplina-
res [50].
En general, los estudios clínicos sobre
EAIP indican que hay una mayor frecuencia
de hombres [23], menor deterioro cognitivo y
funcional, y mayor frecuencia y gravedad de
los síntomas psicológicos y conductuales
de la demencia [23-26]. En nuestro trabajo Figura. Evolución de los síntomas psicológicos y conductuales a los 12 meses según la edad
corroboramos parcialmente estos hallazgos. de inicio de la EA.
La comparación de la puntuación basal del
NPI y de sus subescalas entre los dos grupos
muestra solamente mayor sintomatología depresiva. Sin embar- Desde el punto de vista evolutivo, existen discrepancias so-
go, la observación de una mayor frecuencia de tratamientos psi- bre el curso de la enfermedad según la edad de inicio. Algunos
cofarmacológicos (antidepresivos, ansiolíticos no benzodiace- estudios han identificado una mayor progresión del deterioro
pínicos y eutimizantes) en los pacientes con EAIP podría estar cognitivo en los pacientes con EAIP [62], pero este hallazgo no
señalando una mayor comorbilidad psiquiátrica en este grupo ha sido corroborado por otros estudios, y nuestros resultados
de pacientes. tampoco permiten apoyar dicha hipótesis [63]. La presencia de
Con relación a la mayor frecuencia de antecedentes familia- un posible sesgo en la evolución del deterioro cognitivo debido
res de demencia observada en los pacientes con EAIP, se trata al tratamiento con inhibidores de la acetilcolinesterasa es poco
de una mayor predisposición familiar que ya ha sido descrita probable, dado que la distribución de estos fármacos entre am-
[28-31] y avala la hipótesis que mantiene que la influencia de bos grupos fue similar. A pesar de que globalmente no se han
los factores genéticos disminuye con la edad [51]. En este senti- observado diferencias en el IV12 medio de la puntuación del
do, se ha señalado la posibilidad de que en los pacientes con NPI, la observación del incremento de la frecuencia y gravedad
EAIP se puedan distinguir dos grupos; uno de ellos estaría com- de la apatía en los pacientes con EAIP apoya la hipótesis de un
puesto por pacientes con antecedentes familiares de EAIP, y perfil evolutivo de algunos síntomas psicológicos y conductua-
otro con antecedentes de EAIT [52]. les diferente según la edad de inicio de la EA. En este sentido,
Respecto a los antecedentes personales de trastorno psiquiá- recientemente se ha publicado un trabajo que muestra diferen-
trico, estudios previos han identificado que su presencia incre- cias topográficas en el patrón de atrofia entre pacientes con
menta el riesgo de demencia en general, y de EA en particular EAIP y EAIT, que podría explicar estas diferencias en el patrón
[53]. Nuestros resultados sugieren que los antecedentes perso- evolutivo de los síntomas psicológicos y conductuales [64]. Con-
nales de trastorno psiquiátrico podrían ser un factor relacionado cretamente, el estudio observó mayor afectación de las áreas
con la edad de inicio de la EA. Los antecedentes psiquiátricos neocorticales en los pacientes con EAIP, y mayor afectación de
familiares se han asociado a la EAIP, aunque nuestros resulta- las áreas temporales mediales en los pacientes con EAIT.
dos no permiten corroborar esta observación [54]. De todas for- Existen diversas limitaciones que deben tenerse en cuenta
mas, otros estudios han limitado esta asociación al subgrupo de en la interpretación de los resultados. En primer lugar, señalar
pacientes que, además, tiene antecedentes familiares de demen- que se trata de un estudio naturalista de tipo observacional y
cia [55,56]. longitudinal basado en la práctica clínica diaria. En este sentido,
Las puntuaciones basales del MMSE, del CAMCOG y de la los resultados reflejan las características de los pacientes con
RDRS-2 muestran una menor afectación entre los pacientes con EA en el contexto de la práctica asistencial de un centro sanita-
EAIP frente a los de EAIT, aunque se catalogan de similar gra- rio concreto, y no pueden generalizarse al ámbito comunitario.
vedad. Así, ante un menor deterioro cognitivo, se observa una En segundo lugar, la pérdida de información sobre el 28,7%
tendencia a valorar como más graves a los pacientes con EAIP (n = 21) de los pacientes con EAIP al año, debido a que no acu-
frente a los pacientes con EAIT. Desde el punto de vista del per- dieron a la visita de control, podría contribuir a sesgar los resul-
fil neuropsicológico, se ha descrito que los pacientes con EAIP tados sobre la evolución clínica del deterioro cognitivo y psico-
tienen una mayor afectación de la función ejecutiva [57], mayor patológico, y es un hecho a tener en cuenta.
gravedad de los trastornos del lenguaje [58-60] y más trastornos Futuros estudios deberían encaminarse a reconocer las ne-
de orientación y memoria [25], aunque existen algunas discre- cesidades asistenciales de los pacientes con EAIP en nuestro
pancias [61]. Nuestros resultados no avalan ninguno de los ha- país, dado que, aunque es una patología poco frecuente, la ma-
llazgos previos y, contrariamente, se observa en nuestros pa- yoría de los pacientes reside en su domicilio y el impacto sobre
cientes con EAIP menor afectación de la orientación temporal, el entorno familiar, en términos de dependencia y repercusiones
de la memoria reciente y de la percepción. sobre el cuidador, es muy elevado [65].

70 REV NEUROL 2007; 45 (2): 67-72


HETEROGENEIDAD CLÍNICA EN ALZHEIMER

BIBLIOGRAFÍA
1. Fisher NJ, Rourke BP, Bieliauskas LA. Neuropsychological subgroups senile dementia of Alzheimer’s type. Psychiatry Clin Neurosci 2005;
of patients with Alzheimer’s disease: an examination of the first 10 59: 730-5.
years of CERAD data. J Clin Exp Neuropsychol 1999; 21: 488-518. 26. Knopman DS, Petersen RC, Cha RH, Edland SD, Rocca WA. Inci-
2. Swanberg MM, Tractenberg RE, Mohs R, Thal LJ, Cummings JL. Exec- dence and causes of nondegenerative nonvascular dementia. A popula-
utive dysfunction in Alzheimer disease. Arch Neurol 2004; 61: 556-60. tion-based study. Arch Neurol 2006; 63: 218-21.
3. Cummings JL. Cognitive and behavioral heterogeneity in Alzheimer’s 27. Heyman A, Wilkinson WE, Hurwitz BJ, Schmechel D, Sigmon AH,
disease: seeking the neurobiological basis. Neurobiol Aging 2000; 21: Weinberg T, et al. Alzheimer’s disease: genetic aspects and associated
845-61. clinical disorders. Ann Neurol 1983; 14: 507-15.
4. Cummings J, Back C. The cholinergic hypothesis of neuropsychiatric 28. Li G, Silverman JM, Smith CJ, Zaccario ML, Schmeidler J, Mohs RC,
symptoms in Alzheimer’s disease. Am J Geriatr Psychiatry 1998; 6: et al. Age at onset and family risk in Alzheimer’s disease. Am J Psychi-
S64-78. atry 1995; 152: 424-30.
5. Suh GH, Ju YS, Yeon BK, Shah A. A longitudinal study of Alzheimer’s 29. Lautenschlager NT, Cupples LA, Rao VS, Auerbach SA, Burke J, Chui
disease: rates of cognitive and functional decline. Int J Geriatr Psychi- H, et al. Risk of dementia among relatives of Alzheimer’s disease pa-
atry 2004; 19: 817-24. tients in the MIRAGE study: what in store for the oldest old? Neurolo-
6. Farrer LA, Cupples LA, Haines JL, Hyman B, Kukull WA, Mayeux R, et gy 1996; 46: 641-50.
al. Effects of age, sex, and ethnicity on the association between apoli- 30. Silverman JM, Smith CJ, Marin DB, Mohs RC, Propper CB. Familial
poprotein E genotype and Alzheimer disease. A meta-analysis. APOE and patterns of risk in very late-onset Alzheimer disease. Arch Gen Psychi-
Alzheimer Disease meta Analysis Consortium. JAMA 1997; 278: 1349-56. atry 2003; 60: 190-7.
7. Holmes C, Ballard C, Lehman D, Smith AD, Beaumont H, Day IN, et 31. McMurtray AM, Ringman J, Chao SZ, Licht E, Saul RE, Méndez MF.
al. Rate of progression of cognitive decline in Alzheimer’s disease: ef- Family history of dementia in early-onset versus very late-onset Al-
fects of butyrylcholinesterase K gene variation. J Neurol Neurosurg Psy- zheimer’s disease. Int J Geriatr Psychiatr 2006; 21: 597-8.
chiatry 2005; 76: 640-3. 32. Prohovnik I, Perl DP, Davis KL, Libow L, Lesser G, Haroutunian V.
8. Clark CM, DeCarli C, Mungas D, Chui HI, Higdon R, Nuñez J, et al. Dissociation of neuropathology from severity of dementia in late-onset
Earlier onset of Alzheimer disease symptoms in latino individuals Alzheimer disease. Neurology 2006; 66: 49-55.
compared with anglo individuals. Arch Neurol 2005; 62: 774-8. 33. Folstein MF, Folstein SE, McHugh PR. Mini Mental State. A practical
9. Bondareff W, Mountjoy CQ, Wischik CM, Hauser DL, LaBree LD, method for grading the cognitive state of patients for the clinician. J
Roth M. Evidence of subtypes of Alzheimer’s disease and implications Psychiatr Res 1975; 12: 189-98.
for etiology. Arch Gen Psychiatry 1993; 50: 350-6. 34. Lozano-Gallego M, Vilalta-Franch J, Llinàs-Regla J, López-Pousa S.
10. Larson EB, Shadlen MF, Wang L, McCormick WC, Bowen JD, Teri L, El Cambridge Cognitive Examination como intrumento de detección
et al. Survival after initial diagnosis of Alzheimer disease. Ann Intern de demencia. Rev Neurol 1999; 28: 348-52.
Med 2004; 140: 501-9. 35. Blessed G, Tomilson BE, Roth M. The association between quantita-
11. Suh GH, Yeon BK, Shah A, Lee JY. Mortality in Alzheimer’s disease: a tive measures of dementia and of senile change in the cerebral grey
comparative prospective Korean study in the community and nursing matter of elderly subjects. Br J Psychiatr 1968; 114: 797-811.
homes. Int J Geriatr Psychiatry 2005; 20: 26-34. 36. American Psychiatric Association. Diagnostic and statistical manual of
12. Ganguli M, Dodge HH, Shen C, Pandav RS, DeKosky ST. Alzheimer mental disorders. 4 ed. (DSM-IV). Washington DC: APA; 1994.
disease and mortality. A 15-year epidemiological study. Arch Neurol 37. McKann G, Drachman DA, Folstein MF, Katzman R, Price DL, Stad-
2005; 62: 779-84. lan E, et al. Clinical diagnosis of Alzheimer’s disease: report of the De-
13. Yoshikawa T, Murase K, Oku N, Imaizumi M, Takasawa M, Rishu P, et partment of Health and Human Services Task Force on Alzheimer’s
al. Heterogeneity of cerebral blood flow in Alzheimer disease and vas- disease. Neurology 1984; 34: 939-44.
cular dementia. AJNR Am J Neuroradiol 2003; 24: 1341-7. 38. Reisberg B, Ferris SH, De Leon MJ, Crook T. The Global Deteriora-
14. Gorelick PB. Risk factors for vascular dementia and Alzheimer dis- tion Scale for assessment of primary degenerative dementia. Am J Psy-
ease. Stroke 2004; 35 (Suppl I): S2620-2. chiatry 1982; 139: 1136-9.
15. Connelly PJ, Prentice NP, Fowler KG. Predicting the outcome of 39. Roth M, Huppert FA, Tym E, Mountioy CQ. CAMDEX: the Cam-
cholinesterase inhibitor treatment in Alzheimer’s disease. J Neurol Neu- bridge examination for mental disorders for the elderly. Cambridge:
rosurg Psychiatry 2005; 76: 320-4. Cambridge University Press; 1988.
16. López-Pousa S, Turon-Estrada A, Garre-Olmo J, Pericot-Nierga I, Lo- 40. Llinàs J, Vilalta J, López-Pousa S. CAMDEX. Adaptación y validación
zano-Gallego M, Vilalta-Franch M, et al. Differential efficacy of treat- españolas. Barcelona: Ancora; 1991.
ment with acetylcholinesterase inhibitors in patients with mild and 41. Cummings JL, Mega M, Gray K, Rosenberg-Thompson S, Carusi DA,
moderate Alzheimer’s disease over a 6-month period. Dement Geriatr Gornbein J. The Neuropsychiatric Inventory: comprehensive assess-
Cogn Disord 2005; 19: 189-95. ment of psychopathology in dementia. Neurology 1994; 44: 2308-14.
17. Scarmeas N, Hadjigeorgiou GM, Papadimitriou A, Dubois B, Sarazin 42. Linn MW, Linn BS. The rapid disability rating scale-2. J Am Geriatr
M, Brandt J, et al. Motor signs during the course of Alzheimer disease. Soc 1982; 30: 378-82.
Neurology 2004; 63: 975-82. 43. Zarit SH, Reever KE, Bach-Peterson J. Relatives of the impaired elder-
18. Armstrong RA, Lantos PL, Cairns NJ. Overlap between neurodegener- ly: correlates of feelings of burden. Gerontologist 1980; 20: 649-55.
ative disorders. Neuropathology 2005; 25: 111-24. 44. Reitan RM. Trail Making Test results for normal and brain-damaged
19. Caramelli P. Poissant A, Gauthier S, Bellavance A, Gauvreau D, children. Percept Motor Skills 1971; 33: 575-81.
Lecours AR, et al. Educational level and neuropsychological hetero- 45. Hachinski VC, Iliff LD, Zilhka E, Du Boulay GH, McAllister VL,
geneity in dementia of the Alzheimer type. Alzheimer Dis Assoc Disord Marshall J, et al. Cerebral blood flow in dementia. Arch Neurol 1975;
1997; 11: 9-15. 32: 632-7.
20. Mortimer JA, Borenstein AR, Gosche KM, Snowdon DA. Very early 46. Vilalta-Franch J, Lozano-Gallego M, Hernández-Ferrándiz M, Llinàs-
detection of Alzheimer neuropathology and the role of brain reserve in Regla J, López-Pousa S, López OL. El inventario neuropsiquiátrico: pro-
modifying its clinical expression. J Geriatr Psychiatry Neurol 2005; piedades psicométricas de su adaptación al español. Rev Neurol 1999;
18: 218-23. 29: 15-9.
21. Gatz M, Reynolds CA, Fratiglioni L, Johansson B, Mortimer JA, Berg S, 47. Harvey RJ, Skelton-Robinson M, Rossor MN. The prevalence and
et al. Role of genes and environments for explaining Alzheimer’s dis- causes of dementia in people under the age of 65 years. J Neurol Neu-
ease. Arch Gen Psychiatry 2006; 63: 168-4. rosurg Psychiatry 2003; 74: 1206-9.
22. Blennow K, De Leon MJ, Zetterberg H. Alzheimer’s disease. Lancet 48. Yokota O, Sasaki K, Fujisawa Y, Takahashi J, Terada S, Ishihara T, et
2006; 369: 387-403. al. Frequency of early and late-onset dementias in a Japanese memory
23. McMurtray A, Clark DG, Christine D, Mendez MF. Early-onset de- disorders clinic. Eur J Neurol 2005; 12: 782-90.
mentia: frequency and causes compared to late-onset dementia. Demen 49. Barber R. A survey of services for younger people with dementia. Int J
Geriatr Cog Disord 2006; 21: 59. Geriatr Psychiatry 1997; 12: 951-4.
24. Ferran J, Wilson K, Doran M, Ghadiali E, Johnson F, Cooper P, et al. 50. Cordery R, Harvey R, Frost C, Rossor M. National survey to assess
The early onset dementias: a stuy of clinical characteristics and service current practices in the diagnosis and management of young people
use. Int J Geriatr Psychiatry 1996; 11: 863-9. with dementia. Int J Geriatr Psychiatry 2002; 17: 124-7.
25. Hori K, Oda T, Asaoka T, Yoshida M, Watanabe S, Oyamada R, et al. 51. Silverman JM, Ciresi G, Smith CJ, Marin DB, Schnaider-Beeri M.
First episodes of behavioral symptoms in Alzheimer’s disease patients Variability of familial risk of Alzheimer disease across the late life
at age and over, and early-onset Alzheimer’s disease: comparison with span. Arch Gen Psychiatry 2005; 62: 565-73.

REV NEUROL 2007; 45 (2): 67-72 71


J. VILALTA-FRANCH, ET AL

52. Brickell KL, Steinbart EJ, Rumbaugh M, Payami H, Schellenberg GD, 59. Chui HC, Teng EL, Henderson VW, Moy AC. Clinical subtypes of de-
Van Deerlin V, et al. Early-onset Alzheimer disease in families with mentia of the Alzheimer type. Neurology 1985; 35: 1544-50.
late-onset Alzheimer disease. Arch Neurol 2006; 63: 1307-11. 60. Jacobs D, Sano M, Marder K, Bell K, Bylsma F, Lafleche G, et al. Age
53. Cooper B, Holmes C. Previous psychiatric history as a risk factor for at onset of Alzheimer’s disease: relation to the pattern of cognitive dys-
tale-life dementia: a population-based case-control study. Age Ageing function and rate of decline. Neurology 1994; 44: 1215-20.
1998; 27: 181-8. 61. Haupt M, Pallmann S, Kurz A. Symptom progression in Alzheimer’s
54. Devi G, Williamson J, Massoud F, Anderson K, Stern Y, Devanand DP, disease: relation to onset age and familial aggregation. Results of a lon-
et al. Comparison of family history of psychiatric disorders among pa- gitudinal study. Acta Neurol Scand 1993; 88: 349-53.
tients with early- and late-onset Alzheimer’s disease. J Neuropsych Clin 62. Breitner JC, Wyse BW, Anthony JC, Welsh-Bohmer KA, Steffens DC,
Neurosci 2004; 16: 57-62. Norton MC, et al. APOε4 count predicts age when prevalence of Al-
55. Luchins DJ, Cohen D, Hanrahan P, Eisdorfer C, Paveza G, Ashford zheimer’s disease increases, then declines: the Cache County Study.
JW, et al. Are there clinical differences between familial and nonfamil- Neurology 1999; 53: 321-31.
ial Alzheimer’s disease? Am J Psychiatry 1992; 149: 1023-7. 63. Bowler JV, Muñoz DG, Merskey H, Hachinski V. Factors affecting the
56. Lyketsos CG, Tune TE, Pearslson G. Major depression in Alzheimer’s age of onset and rate of progression of Alzheimer’s disease. J Neurol
disease. An interaction between gender and family history. Psychoso- Neurosurg Psychiatry 1998; 65: 184-90.
matics 1996; 37: 380-4. 64. Frisoni GB, Pievani M, Testa C, Sabattoli F, Bresciani L, Bonetti M, et
57. Licht E, McMurtray AM, Saul RE, Méndez MF. Clinical differences al. The topography of grey matter involvement in early and late onset
between patients with early and late onset patients with early and late Alzheimer’s disease. Brain 2007; 720-30.
onset Alzheimer’s disease. Neurology 2006; 66 (Suppl 2): S350. 65. Kaiser S, Panegyres PK. The psychosocial impact of young onset
58. Seltzer B, Sherwin I. A comparison of clinical features in early and dementia on spouses. Am J Alzheimers Dis Other Demen 2006; 21:
late-onset primary degenerative dementia. One entity or two? Arch Neu- 398-402.
rol 1983; 40: 143-6.

CLINICAL HETEROGENEITY OF ALZHEIMER’S DISEASE ACCORDING TO THE AGE OF ONSET


Summary. Introduction. The age of onset of Alzheimer’s disease (AD) has been linked to the degree of clinical heterogeneity.
Some studies have suggested that the presenile and senile forms may be different conditions. Aim. To describe the clinical and
developmental characteristics of patients with AD according to the age of onset. Patients and methods. A clinical sample of AD
patients was evaluated by means of the Cambridge Examination for Mental Disorders of the Elderly protocol together with
other tests and clinical scales (Trail Making Test, Neuropsychiatric Inventory, Rapid-Disability Rating Scale-2 and Zarit
Burden Interview). Patients were reassessed at 12 months. Results. Of the 492 participants, 419 (85.2%) were cases of late-
onset AD and 73 cases (14.8%) had early-onset AD. For this latter group, the time between onset of the first symptoms and
diagnosis of the disease was higher (3.85 versus 2.5 years) and there was a higher frequency of family histories of dementia
(35.6%) and personal histories of psychiatric disorders (13.7%). This group also presented better scores on the functional
evaluation scales and on the neuropsychological tests, as well as more frequent and severe symptoms of depression. At 12
months no clinical differences were recorded between the two groups, except for an increase in the frequency and severity of
apathy. Conclusions. From the differences found between early-onset and late-onset AD we cannot consider them to be two
different conditions from the clinical and/or neuropsychological point of view. [REV NEUROL 2007; 45: 67-72]
Key words. Cognitive impairment. Early-onset Alzheimer’s disease. Functional deterioration. Late-onset Alzheimer’s disease.
Psychological and behavioural disorders.

72 REV NEUROL 2007; 45 (2): 67-72

Anda mungkin juga menyukai