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Informe de derecho minero

2.Políticas de estado

El ser humano que por naturaleza es un ser social, en el afán de satisfacer sus
necesidades origina diversos grupos sociales que conforman la sociedad; el Estado
como grupo surge de la sociedad y es el objeto especial del estudio de la política,
otro grupo no menos importante es el gobierno.

El tema que tratamos encierra cuatro términos: sociedad, política, Estado y


gobierno, que analizaremos para comprender su interrelación; a pesar de ser
diferentes con mucha frecuencia se los utiliza como sinónimos o se los emplea de
una manera intercambiable.

Ya está establecido que la sociedad es un concepto amplio que abarca todas las
interrelaciones humanas y la existencia y desarrollo de todos los grupos sociales,
inmediatamente viene el concepto de política, como un proceso en virtud del cual
los hombres y los grupos toman decisiones para hacer frente a situaciones diversas.
El concepto de Estado es más limitado, es la institución a través de la cual las
acciones políticas se organizan en función del bien común, constituyéndose en una
red de relaciones sistemáticas regidas por la ley. El Estado comprende otro
concepto, más pequeño, que es el de gobierno, encargado de la administración del
Estado con un grupo de hombres que periódicamente se renueva.

Sociedad y sociedad civil

La Sociedad se constituye en el grupo máximo, que contiene a todos los otros y se


caracteriza por su autosuficiencia, la existencia de un orden y el estar sujeta a
continuos cambios. Su fundamento reside en la sociabilidad del ser humano
vinculada con su naturaleza social, de esta manera el desarrollo del ser humano, y
el crecimiento de la propia sociedad son interdependientes. Porque el principio, el
sujeto y el fin de todas las instituciones sociales es la persona humana, la cual por
su misma naturaleza necesita vivir en sociedad.

Las sociedades modernas, frente a la esfera pública que incluye al Estado, engloban
una multiplicidad de relaciones entre los ciudadanos y sus grupos, que originan
acciones reclamando la atención del Estado a necesidades generales, regionales o
de grupo, estableciéndose una serie de relaciones entre la sociedad y el Estado,
utilizando el instrumento del "diálogo" para llegar a acuerdos.

Algunos teóricos opinan que el término de sociedad civil es muy vago y ambiguo,
no existiendo una definición clara. Salvador Giner es uno de los sociólogos que ha
tratado este tema y considera que el término de sociedad civil se halla relacionada
íntimamente con "con la consolidación del orden democrático y liberal y que en este
sentido, es menos imprecisa que el término mismo de democracia".

La noción de sociedad civil, está siendo considerada por la filosofía social, la


sociología y la ciencia Política y tiene sus raíces en concepciones clásicas y las
teorías modernas son más que reinterpretaciones del pensamiento griego y de la
edad media. Para Aristóteles la sociedad se identifica con la polis (aparato político),
San Agustín en su obra la Ciudad de Dios define a la sociedad terrestre como
opuesta a la ciudad de Dios, el nacimiento de las ciudades en la Edad Media originó
los municipios, la comuna, y durante la revolución industrial se habló de la
"sociedad burguesa".
El término tiene sus raíces en el liberalismo en el periodo de su expansión, donde
se hace énfasis en la autonomía del individuo y en el de sus asociaciones frente al
Estado.

Estado y Sociedad, son dos realidades. A partir de la implantación del sistema


liberal capitalista, la sociedad se ha distinguido claramente del Estado, al
establecerse que éste no puede ni debe intervenir en asuntos económicos porque
coarta el derecho natural de la libertad del hombre y su derecho a la propiedad.

El énfasis en la autonomía del individuo como ciudadanos y la indepedencia de sus


organizaciones, logran una clara distinción entre Estado y gobierno.

John Locke en su obra Dos tratados sobre el gobierno hace esta distinción y
Rousseau destaca la sociedad civil en contraposición al estado natural Contrato
Social.

Con la aparición del movimiento obrero y del socialismo, el Estado comenzó a


intervenir en la sociedad. Hegel formuló una distinción clara entre ambas e intentó
caracterizarlas puntualmente: La sociedad, como el reino de lo particular, de lo
privado; y el Estado como la forma más perfecta de organización social,
encarnación de la razón. Un endiosamiento del Estado: "El hombre debe su entera
existencia al Estado".

Marx negó toda superioridad al Estado al que calificó como una entidad clasista,
destinada con el tiempo a desaparecer y a la sociedad como una creación egoísta
de explotación salarial de la burguesía.

 La intervención del Estado en el campo de la sociedad -pese a la doctrina


liberal de "abstencionismo del Estado"- originó el Estado de Bienestar o
Estado Protector que con el neo liberalismo y la globalización de la
economía, nuevamente el Estado tiende a replegarse y otorgar mayor
independencia a la sociedad civil como el reino de la libertad individualista y
competitiva.
 Es dentro de este nuevo contexto del neo liberalismo, que comienza a darse
énfasis a "la sociedad civil", como contrapuesta al nuevo Estado Liberal de
economía de mercado y se la podría caracterizar como la recuperación de la
autonomía e iniciativas ciudadanas, que en varios países se presenta a
través de tensiones y conflictos con el Estado.

La sociedad civil, se desenvuelve dentro de una estructura de mercado, libre de


obstrucciones que genera equilibrio a través de la oferta y la demanda (igual opera
en los ámbitos profesional, deportivo, cultural, político, científico, académico, etc),
una estructura que está produciendo un distanciamiento cada vez mayor entre ricos
y pobres.
La sociedad civil al decir de Giner, "puede definirse como aquella esfera
históricamente constituida de derechos individuales, libertades y asociaciones
voluntarias, cuya autonomía y concurrencia mutua en la persecución de sus
intereses e intenciones privados quedan garantizadas por una institución pública
llamada Estado, la cual se abstiene de intervenir políticamente en la vida interna de
dicho ámbito de actividades humanas", así esta sociedad ha nacido del movimiento
liberal y capitalista y por consiguiente mantiene los rasgos de esta revolución que
son:

 La única unidad de la vida social es el individuo. Las asociaciones que nacen


en la sociedad no son más que asociaciones de individuos. Las sociedades
colectivistas han desaparecido o tienden a desaparecer para dar paso a la
sociedad individualista.
 El pluralismo, como el reconocimiento y legitimación de la fragmentación
social, en términos de clase, ideología, etnia, religión y ocupación, así como
los de aquellas coaliciones, asociaciones e instituciones a que da lugar tal
diversidad (Giner).
 El mercado, libre de obstrucciones, distribuye honores, recursos, autoridad,
bienes y servicios, mediante un proceso libre y espontáneo a través de
innumerables contratos entre individuos y asociaciones. Es competitivo con
tendencias monopólicas.
 La sociedad civil es clasista, si la ciudadanía es la institucionalización política
del individuo y el sistema competitivo de bienes, recursos y poder establecer
una sociedad formada por agentes desiguales derivándose en la constitución
de clases sociales.
Política y bien común

La primera necesidad de un grupo cualquiera -grande o chico- es tomar decisiones,


en el sentido que a ésta sigue una acción. La toma de decisiones basada en
alternativas es hacer política; y todo grupo dentro de la dinámica social tiene que
tomar decisiones, lo que implica contar con una estructura de poder, es decir un
sistema jerarquizado de status y roles. En nuestro caso hablaremos de política
referida al Estado.

 Los griegos desarrollaron una entidad política denominada polis, es decir una
comunidad integrada por un conjunto de hombres que residían en un
territorio y que constituía una entidad autosuficiente, regida por un
gobierno. La política era lo perteneciente a la polis o ciudad.
 Así la política es una conducta humana que se produce dentro de la sociedad
considerada como un conjunto de interrelaciones de individuos y grupos y se
constituye en el medio natural de la acción humana que tiene por finalidad -
al decir de Animal Ismodes en su libro El Conocimiento Político- conocer y
ejercer el poder para emplearlo en el gobierno y el conocimiento de los
recursos con los cuales se puede conseguir el bien común".
 El bien común como objeto del quehacer político, ha sido definido por el
Papa Pío XII como "la realización durable de esas condiciones exteriores
necesarias al conjunto de los ciudadanos para el desarrollo de sus
cualidades, de sus funciones, de su vida material, intelectual y religiosa". El
concepto de bien común ya fue acuñado por Aristóteles y Santo Tomás de
Aquino, precisando que no es una suma de bienes individuales, ni privilegia
los intereses particulares y de grupo, sino el "conjunto de aquellas
condiciones de vida social que permiten a los grupos y a cada uno de sus
miembros a conseguir más plena y fácilmente su propia perfección
(Catecismo de la Iglesia Católica, 3ra. Parte). Tiene tres elementos
esenciales: respeto a la dignidad de la persona, de donde emergen los
derechos fundamentales que se constituyen en la expresión social de esta
dignidad, el desarrollo social y la paz.
 La política por su finalidad de lograr el bien común, tiene un contenido ético,
para Aristóteles la política es una forma de moral, se debe a la persona
humana y al bien común. La actualización de la ética en el mundo político
moderno esta relacionada con el análisis de la corrupción.
 Si la política tiene por finalidad el bien común y definir aquellos medios que
conduzcan a este objeto, junto a su contenido ético es importante la fijación
de ideales, de ideas fuerza que se arranquen de la realidad social para
proyectarlos al futuro.
 Ante los gobiernos de privilegio elegidos en virtud de su raza superior, sexo,
familia, fuerza, o riqueza, se han originado los movimientos a favor de la
igualdad y libertad, esta lucha continuó en el siglo XX: en los Estados Unidos
de Norteamérica por la igualdad de derechos entre negros y blancos, el mito
de la superioridad racial pregonada por Hitler desata una segunda guerra
mundial que termina con la Declaración Universal de los Derechos Humanos.
Estos ideales de igualdad, de fraternidad son los motores que cambian el
rumbo de los Estados y los gobiernos.

El ideal de que todos los hombres son iguales y libres, se plasma en el pensamiento
de los Estoicos, en el Derecho Romano a través del jus naturalis, jus gentium y jus
civilis, en el Evangelio de Jesús y el desarrollo del cristianismo, en los ideales de las
revoluciones inglesa, norteamericana y francesa, la vigencia del voto universal
después de la segunda guerra mundial. El ideal de igualdad o "todos los hombres
han sido creados iguales" termina con los gobiernos de privilegio.

 Los ideales de las grandes revoluciones para lograr la Supremacía de la


Constitución, el gobierno de la Ley, siguen siendo vigentes en nuestro
mundo moderno. También los ideales de los pueblos para terminar con el
Poder político centralizado y unitario.
 El ideal para superar la situación de pobreza, insertar en la sociedad, la
economía y la política el ideal de Solidaridad, la dignidad de la persona en
contra del individualismo vigente, la necesidad de que la política y la
economía estén sujetas a principios morales, son ideales vigentes en esta
sociedad globalizada y de mercado abierto.

Estado y gobierno

Leslie Lipson en su libro Los grandes problemas de la política hace una relación de
la evolución de los fines políticos y de los medios gubernamentales. La protección
de la vida y los bienes de las personas, función primaria del Estado, ha dado paso a
la promoción y protección de los derechos humanos que se constituyen en la
expresión social de la dignidad humana en los sistemas democráticos. Los seres
humanos constituyeron a partir de las revoluciones inglesa, norteamericana y
francesa un sistema de Orden que se expresa en las Constituciones de los Estados,
manteniéndose latente el ideal de estas revoluciones que es la Justicia y el Estado
de Derecho que se traduce en el imperio de la Ley. Algunos Estados nunca llegan al
nivel de la Justicia, otros avanzan más allá de la protección o seguridad ciudadana
y el reconocimiento y protección de los derechos fundamentales.

Estos fines del Estado, seguridad y derechos fundamentales, orden y justicia, se


realizan con los medios que tiene el Gobierno que son la fuerza, el poder político y
la autoridad. Cuando el Gobierno abusa de la fuerza sustituyendo el Orden, origina
los gobiernos de facto o de fuerza, con el desconocimiento de los derechos
fundamentales de la persona. La fuerza como un instrumento que tiene el Gobierno
para lograr la seguridad ciudadana -Fuerzas Armadas, Policía, Sistema
Penitenciario, Ministerio Público- tiene que estar institucionalizada para enmarcarse
en la ley y no estar al servicio de grupos militares o civiles.

El Poder se constituye con el consentimiento que da el ciudadano a través de su


voto, garantizado por una ley electoral y el otro elemento constituye la utilización
de la fuerza. Con estos instrumentos el poder político tiene por finalidad promover
el bien común que tiene un contenido ético. El peligro del poder político, reside en
la utilización de la pura fuerza, saliendo del marco de la ley. De esta manera el
poder, una vez adquirido, puede transformarse en un abuso en manos de un grupo
o de una persona.

El gobierno, se encarga a través de un grupo de personas, de la administración del


Estado, origina lo que se denomina la administración pública y el desarrollo de una
burocracia. La administración pública cuando se halla ligada y dependiente del
poder político, pierde profesionalización, eficiencia, imparcialidad y transparencia,
porque es manipulada por los partidos políticos que están ejerciéndo poder. El ideal
es lograr una administración pública independiente del poder político.

La sociedad civil en nuestro tiempo reacciona contra del abuso del poder, pidiendo
un acceso a la toma de decisiones, a revocar el mandado de sus representantes,
exigir una lucha contra la corrupción, esta línea de moralidad tiende a lograr que la
política, el poder político y las autoridades se enmarquen dentro del marco de la
ética.

Así la interrelación de sociedad, Estado y gobierno en nuestra democracia está


influida por la política cuyo protagonista es el hombre, creador de las instituciones,
porque como manifiesta Lipson "toda conducta social, toda organización social y
todas las instituciones sociales son producto de la actividad humana, pasada y
presente".

Poli estado

Hemos leído y escuchado en repetidas ocasiones que temas como la salud,


educación, seguridad, entre otros, deberían ser consideradas "políticas de
Estado". En este punto me interesa hacer una breve reflexión sobre las
"políticas de Estado". Se entiende por política de Estado, aquellas que forman
parte de las estrategias centrales de un país, de una provincia. Son políticas
que no varían a pesar del color político-ideológico de cada gobierno. Es decir
son las que trascienden los sucesivos gobiernos hasta alcanzar sus objetivos;
persigue satisfacer sólo a la voluntad general, apartándose de intereses
partidarios o logrando el consenso entre ellos.

Pensar en una verdadera política de Estado debería tener como objetivo lograr
que todos los habitantes de nuestro provincia, independientemente del lugar y
las condiciones socioeconómicas del hogar del que provienen, tengan un
acceso equitativo a bienes tan preciados como la alimentación, vivienda, agua
potable, cloacas, educación, trabajo digno y atención médica, entre otras
cosas.

Encontrar consenso para el establecimiento de políticas de largo plazo no es


tarea fácil. A algunos nos gustaría que la redistribución equitativa de la
riqueza, la justicia social, el combate sobre el hambre y la pobreza, la
promoción de las economías regionales, el crédito accesible para las unidades
productivas pequeñas y medianas, el fortalecimiento de las cadenas de valor
en industrias estrategias en función del desarrollo económico y social, la
educación pública, la salud, la seguridad ciudadana, entre tantas otras.
Independientemente de la tendencia política existente en un contexto
determinado, toda política de Estado debería guiarse por un proyecto a largo
plazo sobre aspectos que tengan un valor estratégico, que no dependen o no
deberían depender de los vaivenes de la actividad política. Si bien el uso
correcto del término debe enmarcarse en todo aquello que afecta al conjunto
de nuestra provincia y que tiene un evidente valor estratégico, con cierta
frecuencia se abusa de esta denominación o directamente se emplea como un
eufemismo que distorsiona el mensaje político.

Cuando en la distribución de recursos se privilegia la política partidaria,


favorecer a gobiernos del mismo signo político, nos alejamos de conceptos
como equidad, la voluntad general, en definitiva dejamos de gobernar para
todos los santafesinos y dejamos de lado las políticas de Estado en la gestión
de gobierno.

Las verdaderas políticas de Estado deben orientarse hacia el futuro. El político


que sí impulsa unas políticas de Estado es considerado un estadista. En su
línea de actuación intenta construir un proyecto de provincia al margen de los
procesos electorales o de sus intereses personales.

Normas generales avaladas por el más alto nivel de conducción política del
Estado y respaldadas por un amplio consenso social o político, para que un
determinado sector o actividad pueda alcanzar sus objetivos con un horizonte
de cierta estabilidad y permanencia en el tiempo. ...

Desarrollo energético

Introducción: La Revolución Tecnológica


La globalización no es un fenómeno nuevo en la historia de la humanidad. Podría
argumentarse que la mundialización comenzó cuando el homo sapiens evolucionó, dejó
de ser nómada e hizo el salto tecnológico hacia la agricultura y la acumulación de
capital, ocho mil años antes de Cristo.

Los imperios de la Antigüedad –el Egipcio, el Persa, el Griego y el Romano-, intentaron


globalizar sus instituciones políticas, sociales y culturales, valiéndose generalmente del
progreso económico derivado de los avances científicos y tecnológicos. En el ámbito
económico, la Liga Hanseática, unión de intereses comerciales en la Europa medieval
germánica, procuró trascender fronteras para establecer un código unificado de
interacción en el campo del comercio.

La globalización contemporánea tiene su origen en las prodigiosas transformaciones


científicas y tecnológicas que han tenido lugar en los sistemas de información y
telecomunicación, en la bio-medicina, en la identificación de la secuencia del ADN del
genoma humano y en la conquista del espacio cibernético durante el último cuarto de
siglo.

Los avances de la ciencia y la tecnología y la digitalización del saber han propiciado la


formación de la sociedad del conocimiento, la transnacionalización de los mercados de
factores de producción (capital y fuerza laboral) y de bienes y servicios, y la
internacionalización de los flujos de comercio e inversión. Los mercados financieros, el
transporte y las telecomunicaciones han alcanzado un carácter global, al igual que la
propagación universal de la ciencia y la cultura. No sólo en términos económicos puede
medirse la mundialización, sino en términos sociológicos, al haber facilitado una
conectividad entre pueblos y culturas nunca antes vista.

Ante la revolución científica y tecnológica de los últimos cinco lustros, las actividades
productivas y sus cadenas de valor se han globalizado, trayendo consigo mejoras
notables en productos y procesos y en la productividad y eficiencia de las naciones, las
regiones y las empresas. La interdependencia económica, facilitada por la globalización,
genera vínculos sociales y culturales imperecederos.

El internet, las nuevas redes sociales (Facebook, Twitter, Instagram, Tumblr) y los
servicios de mensajería (WhatsApp, BlackBerry Messenger, etc.), han provocado un
vuelco transformador en las relaciones internacionales y en los procesos sociales y
políticos. Los buscadores de internet (Google, Yahoo y Bing) han universalizado el
conocimiento y revolucionado la educación convencional.

Las nuevas tecnologías y las redes sociales en la era digital desbordan la capacidad de
reacción de los organismos multilaterales y de los Estados-nación. Las organizaciones
no gubernamentales y las comunidades de ciudadanos sustituyen de hecho a los
parlamentos y a los poderes públicos tradicionales en la protección de los derechos
fundamentales de la sociedad civil, especialmente en países con precarios niveles de
institucionalización. Las grandes corporaciones tecnológicas y las fundaciones de los
empresarios pioneros adoptan el desarrollo sustentable como misión corporativa.

Las asombrosas innovaciones tecnológicas y científicas de nuestro tiempo, que hasta


hace poco parecían imposibles, están generando soluciones a problemas socio-
económicos irresolutos, como la pobreza y la desigualdad. Las bio-tecnologías y la bio-
medicina abren posibilidades infinitas para la cura de enfermedades endémicas.
Los flujos de comercio e inversión se mundializan y propician el bienestar de las
comunidades, apoyados por empresas socialmente responsables. Las redes sociales en la
sociedad digital se transforman en aliadas naturales de la democracia y la protección de
los derechos humanos. Los sistemas de integración, como la Unión Europea o la
Alianza del Pacífico, multiplican las posibilidades de expansión de la producción
intrarregional; pero también la global.

El nuevo paradigma energético: cambio de época


Un nuevo paradigma energético mundial se está configurando, auspiciado tanto por la
revolución de las tecnologías de información y producción, como por la conciencia de la
sociedad civil transnacional acerca del calentamiento global y el cambio climático. La
emisión de gases tóxicos de efecto invernadero está poniendo en peligro la flora y la
fauna terrestre y marina del planeta y la sustentabilidad de los ríos, océanos, glaciales y
ecosistemas. No existe una gobernabilidad mundial que concilie las necesidades de
crecimiento económico, consumo energético y cambio climático dentro de un modelo
de desarrollo sustentable y socialmente inclusivo.

La sociedad del conocimiento será en el futuro crecientemente descarbonizada.


Edificios y casas inteligentes, plantas industriales auto-generadores de energías limpias,
vehículos automotores híbridos, aviones de bajo consumo de combustibles,
electrodomésticos eficientes y ciudades y sistemas de transporte público basados en
energías renovables, están redibujando el mapa energético mundial, planteando retos de
envergadura a los países dependientes de la exportación de combustibles fósiles, como
Venezuela.

Se están produciendo modificaciones notables en la estructura de la oferta y la demanda


energética y petrolera mundial. El consumo y el suministro de petróleo está siendo
afectado no sólo por las demandas sociales que propugnan una economía verde y una
cultura ambientalmente responsable, sino por el despliegue de energías renovables, la
demanda decreciente de los países industrializados y la reconfiguración de la oferta de
petróleo crudo, como resultado de los adelantos tecnológicos que han hecho rentable las
explotación del gas de lutitas, las arenas petrolíferas, los petróleos extra-pesados, la
conversión del carbón, el gas y el petróleo a productos líquidos, la expansión del gas
natural licuado, la extracción de líquidos del gas y la exploración y producción petrolera
en aguas ultra-profundas.
1973-2011: el petróleo se contrae en la matriz energética
A raíz de los shocks de precios petroleros de 1973-74 (Guerra del Yom Kippur) y 1979-
1981 (caída del Sha de Irán y Guerra entre Irak e Irán), el petróleo inició una tendencia
hacia la disminución de su participación en la matriz energética mundial a largo plazo.
Los precios nominales del petróleo (promedios) se cuadruplicaron en ambos episodios y
los precios reales (a valores constantes de 2013), pasaron a US$55 y US$105 por barril
(b), respectivamente. Dicha tendencia no se ha desalentado, especialmente después del
último shock de precios (2003-2008), cuando los valores nominales subieron a US147/b
(julio 2008) y los valores reales a más de US$110/b, su nivel histórico más alto (crudo
Árabe Liviano: 1946-1983; Brent: 1984-2013).

Durante el siglo XX, el petróleo fue aumentando su espacio en el suministro mundial de


energía primaria, hasta alcanzar en 1973 su nivel histórico más elevado: 46%. Aquel
año el suministro de todas las energías fue de 6.109 millones de toneladas métricas de
petróleo equivalente (Mtpe). El consumo energético primario continuó expandiéndose,
hasta llegar a 13.113 Mtpe en 2011; pero la participación del petróleo en el total cayó a
31.5%.

Durante el lapso 1973-2011, el gas natural incrementó su participación de 16% a 21.3%;


el carbón de 24,6% a 28,8%; la energía nuclear de 0,9% a 5,1%; la energía
hidroeléctrica de 1,8% a 2,3%; las energías renovables (eólica, solar, geotérmica,
corrientes marinas y otras) de 0,1% a 1%; y los bio-combustibles, el etanol y desechos
vegetales (leña) disminuyeron marginalmente; de 10,6% a 10,0%.

2010-2035: el petróleo continúa perdiendo terreno


Si bien el consumo energético y petrolero mundial se estima se expanda a tasas de 1,7%
y 0,8% anual, respectivamente, entre 2010 y 2035, este hidrocarburos continuará
perdiendo terreno en la matriz energética.

El último escenario de referencia (2013) de la Organización de Países Exportadores de


Petróleo (OPEP) (bajo el supuesto de un crecimiento económico mundial de 3,5% anual
y un precio real constante y estable de US$100/b entre 2013 y 2035 (US$160 en
términos nominales), el suministro mundial de energía primaria aumentaría de 252
millones de barriles de petróleo equivalente diarios (Mbpe/d) en 2010, a 382 Mbpe/d en
2035; mientras que el abastecimiento primario de petróleo ascendería de 81 Mb/d en
2010, a 100,2 Mb/d en 2035 (la Agencia Internacional de Energía (IEA) anticipa una
demanda menor, de 101 Mb/d). En el escenario de la OPEP, el petróleo bajaría su
participación en la matriz energética de 32,2% en 2010, a 26,3% en 2035.

Es propicio apuntar que la OPEP supone en su escenario de referencia que la demanda


energética mundial subiría un 52% entre 2010 y 2035. La Agencia Internacional de
Energía, que agrupa a los países consumidores desarrollados, prevé un incremento
menor, de un 35%, similar al de otras empresas petroleras internacionales.

Todas las fuentes especializadas coinciden en pronosticar que la región Asia/Pacífico


liderará la expansión de la demanda energética (65% del incremento provendrá de los
países emergentes de esta región, sin incluir a Japón, Australia, Nueva Zelanda y Corea
del Sur, miembros de la Organización para la Cooperación Económica y el Desarrollo –
OECD). China e India registrarían un aumento de 60% y 50%, respectivamente; en
tanto que los países miembros de la OECD incrementarían su demanda de energía en
sólo un 3% entre 2010 y 2035. El centro de gravedad de la demanda energética mundial
se moverá de la cuenta del Atlántico a la cuenca del Pacífico, con evidentes
repercusiones en la geopolítica internacional.

La producción de los países no OPEP sigue aumentando


Los cambios en las perspectivas energéticas del planeta son de especial relevancia para
la OPEP y para Venezuela. Desde los shocks de precios de los años 70, la producción
de los países no miembros de la OPEP no ha dejado de expandirse. La OPEP calcula
que la producción de hidrocarburos líquidos de estas naciones se incremente de 52,9
millones de barriles diarios (Mb/d) en 2012, a 61,6 Mb/d en 2035.

Si bien se estima que la producción de líquidos del gas natural de la OPEP se eleve de
5,7 a 9,6 Mb/d durante el mismo lapso, la demanda para su petróleo crudo sólo se
elevaría de 31,1 (2012) a 37,5 Mb/d (2035). Para el año 2020, sin embargo, la demanda
para el crudo OPEP disminuiría, de 31,1 a 29,9 Mb/d. Y este último nivel es similar al
alcanzado hace 35 años, en 1979. Más aún, si la estimación del consumo petrolero
mundial de la IEA se materializa (101 Mb/d en 2035), la demanda para crudo OPEP
bajaría de su nivel actual (31,1 Mb/d), lo que significaría una contracción volumétrica
considerable y una reducción adicional de su participación en el mercado.

Las energías renovables ganan terreno


El escenario de referencia de la OPEP, al igual que el de la IEA, prevé un incremento
significativo en el suministro mundial de energías renovables. La energía hidroeléctrica
subiría de 5,8 en 2010, a 10,1 Mbpe/d en 2035; la biomasa (bio-combustibles y leña), de
24,4 a 35,2 Mbpe/d; y las demás energías renovables (eólica y solar, principalmente), de
1,8 a 10,7 Mbpe/d (un alza de más de 500%). Las energías renovables, en conjunto,
pasarían a representar el 14,6% del suministro total (frente a 12,7% en 2010).

Si bien el auge de las energías renovables es atribuible a menores costos de tecnología y


al último shock de precios del petróleo (2003-2008), es necesario puntualizar, sin
embargo, que las energías renovables gozan de sustanciales subsidios en los países
industrializados. El escenario de referencia de la Agencia Internacional de Energía
(2013) señala que las subvenciones a las energías renovables superaron los US$100
millardos en 2012, y para que mantengan altas tasas de crecimiento, se requiere que
dichos subsidios suban a US$220 millardos en 2035.

La energía nuclear, pese a la desincorporación terminal de plantas en Alemania y a la


tragedia de Fukushima en Japón, elevaría su disponibilidad de 14,3 a 21,6 Mbpe/d,
manteniendo una participación del 5,7% en el año 2035. El carbón se contraería
marginalmente, de 27,7% en 2010, a 27,2% del total en 2035; pero el suministro
seguiría creciendo, de 69,8 a 104 Mbpe/d, superando al petróleo (fundamentalmente por
la expansión del consumo en Asia, principalmente en China e India, el cual aumentaría
80% (a 17,5 Mb/d) y 150% (a 9,3 Mb/d), respectivamente).

El gas natural mantiene su fase expansiva


Todos los pronósticos y escenarios de corporaciones, agencias gubernamentales y
organismos multilaterales coinciden en destacar que el gas natural continuará
aumentando su oferta y su espacio en la matriz energética mundial.

Durante los últimos cinco lustros, la industria del gas natural ha experimentado una
verdadera revolución, tanto por el lado de la oferta como por el de la demanda, como
consecuencia de los avances en las tecnologías de extracción y licuefacción, los
descubrimientos de depósitos en nuevos países productores, y por su carácter limpio y
más seguro en comparación con otros combustibles fósiles y con la energía nuclear.
Esta revolución ya se venía evidenciando antes de los vastos descubrimientos de gas
natural no convencional (lutitas, erróneamente llamados esquistos –“shale gas”).
El escenario de referencia de la OPEP prevé un incremento interanual del 2,4% en el
suministro mundial de gas natural, el cual subiría de 54,8 en 2010, a 99,8 Mbpe/d en
2035, prácticamente igualando al del petróleo. Su espacio en la matriz energética
pasaría de 21,7% en 2010, a 26% del total en 2035. La mayor demanda estará centrada
en Asia. China sola anticipa que su consumo de gas se eleve un 320% entre 2011 y
2035.

Es necesario advertir, no obstante, que en el escenario de referencia de la OPEP, los


combustibles fósiles decrecen proporcionalmente; pero preservarían una participación
en el suministro total de energías del 79,5%; en tanto que las demás fuentes de energía
(nuclear, hidroeléctrica y renovables), mostrarían un alza, alcanzando una participación,
en conjunto, del 20,5% del total (la Agencia Internacional de Energía pronostica que
esta participación sería mayor, llegando a 25% en el año 2035).

La revolución del gas no-convencional


Los avances tecnológicos en materia de exploración, producción y transformación del
gas natural y el descubrimiento de ingentes recursos de gas no convencional o de lutitas
están redibujando el mapa energético del Hemisferio Occidental y del mundo. El gas
natural puede reemplazar al petróleo y al carbón en sus diversos usos (transporte y
comunicaciones, generación de electricidad, petroquímica y los sectores industrial,
comercial y residencial).

Con recursos (2013) de 22.882 billones de pies cúbicos (TCF) de gas natural
convencionales y no convencionales técnicamente recuperables (ExxonMobil las coloca
en 27.900 TCF), el mundo cuenta con una amplia base de recursos para suplir durante
más de 200 años la demanda actual de este hidrocarburo. Un 31,5% (7.200 TCF) de los
recursos totales corresponde a gas no-convencional (Agencia de Administración
Energética de Estados Unidos; ExxonMobil estima un 40%). Vale la pena mencionar
que las reservas probadas de gas natural del mundo son de 6.840 TCF (2013). De
manera que los recursos de gas natural convencional y no convencional triplican las
reservas probadas.

Los recursos de gas natural no convencional están concentrados en Norteamérica (1.685


TCF), Asia/Pacífico (1.607 TCF) y Suramérica (1.430 TCF), sin desechar el Medio
Oriente y el norte de África (1.003 TCF). Los cinco países con mayores recursos no
convencionales de este hidrocarburo son China (1.115 TCF), Argentina (802 TCF),
Canadá (573 TCF), Estados Unidos (567 TCF) y México (545). Cuatro de estos cinco
países están en el Hemisferio Occidental y tres en Norteamérica.

Esta nueva realidad modifica considerablemente el panorama geopolítico y derrumba la


noción de que Estados Unidos dependerá durante décadas de la importación de
hidrocarburos, cuando, como se verá más adelante, se convertirá en un exportador de
gas natural y, durante la próxima década por lo menos, podría llegar a autoabastecerse
de petróleo en el mejor de los casos; y en el peor, a reducir drásticamente su
dependencia petrolera externa.

La OECD: crecen las economías, decrece el consumo


Los países industrializados de Norteamérica, Europa y Asia, agrupados en la OECD,
han roto la correlación histórica entre el crecimiento económico y el crecimiento del
consumo petrolero. El consumo petrolero mundial viene desacelerándose desde los
shocks de precios de 1973-1974 y 1979-81. Pese a que hasta 1973 la demanda fue
relativamente inelástica a los cambios de precio e ingreso nacional (inclusive subía a
una tasa superior a la de la economía mundial), la velocidad del crecimiento disminuyó
de 1,9% anual durante el periodo 1970-1990, a 1,4% anual en el lapso 1990-2010.

El último pronóstico de la empresa BP (World Energy Outlook 2013) estima que el


consumo mundial de hidrocarburos líquidos (petróleo crudo + condensados + líquidos
del gas natural) llegaría a 104 Mb/d en el año 2030, lo que arroja una tasa de
crecimiento de 0,8% anual. Más aún, BP considera que el consumo de petróleo de los
países miembros de la OECD ya alcanzó un techo (“peak demand”, 2005: 50,1
MMBD), previendo una declinación adicional de 5,6 Mb/d para el año 2030.

Durante el trienio (2005-2007), previo a la crisis financiera mundial de 2008-2009, el


crecimiento económico de los países de la OECD promedió 2,9% anual y el consumo
petrolero, después de ascender sólo 0,7% en 2005, descendió 0,4% anual en 2006 y en
2007. Este desacoplamiento entre el crecimiento económico y el consumo petrolero se
continuó manifestando durante la lenta pero sostenida recuperación económica de los
países de la OECD, que promedió 2,75% anual en el cuatrienio 2010-2013, mientras
que el consumo de petróleo descendió, en promedio, 0,5% anual.

No hay escasez de recursos de petróleo


Desde los años 50 del siglo XX, ha tenido lugar una controversia entre los especialistas
acerca de si los recursos de petróleo serán suficientes para suplir la demanda mundial a
largo plazo. Desde que el geólogo M. King Hubbert (1956) realizó estudios para
demostrar que la producción de petróleo alcanzaría un pico o cenit, a partir del cual
descendería inexorablemente (“peak oil”), la tesis de una eventual escasez de petróleo l
se ha esgrimido para justificar los aumentos de precio y las medidas de conservación
que buscan sustituirlo por otras fuentes de energía, renovables y no renovables.

Aunque es una realidad geológica que los mayores yacimientos descubiertos han
alcanzado o están por alcanzar su cenit de producción en el mundo, no es menos cierto
que los constantes avances tecnológicos han permitido durante décadas, no sólo
incrementar marcadamente la tasa de recuperación de las cuencas existentes, sino
descubrir y desarrollar recursos petroleros que antes no eran económica o técnicamente
recuperables.

El último estudio sobre perspectivas energéticas de la Agencia Internacional de Energía


(2013) estima que existen recursos recuperables de petróleo en el planeta de 5.965
billones de barriles, tres veces y media más que las actuales reservas probadas (1.688
billones). De aquel total, 2.670 billones corresponden a recursos recuperables de
petróleo convencional (incluyendo líquidos del gas natural –NGLs-), 1.880 billones a
crudos extra-pesados y bitumen y 1.070 billones a petróleo kerogen. Estos recursos son
más que suficientes para abastecer la demanda mundial estimada por la AIE en su
escenario de referencia para el período 2012-2035 (790 millardos de barriles).

En su más reciente estudio de perspectivas energéticas (2014), ExxonMobil calcula, en


su escenario de referencia, que para el año 2040 el mundo todavía contará con un 65%
de recursos adicionales de combustibles líquidos recuperables (petróleo crudo de
cuencas convencionales, condensados, líquidos del gas natural (NGLs –etano, propano,
butano y pentano-), crudos extra-pesados –como los de la Faja del Orinoco-, arenas
petrolíferas (“oil sands”) –como las de Canadá-, y petróleo de lutitas (“tight oil”) –como
los de Estados Unidos-).

El Servicio Geológico de Estados Unidos (U.S. Geological Service) estimaba en los


años 80, que el mundo disponía de sólo 55 años de reservas de petróleo y condensados,
sobre la base de la demanda (menor) de entonces. En 2012, con el doble de la demanda
actual, ese prestigioso instituto considera que existe una base de recursos de petróleo
recuperables en el planeta suficiente para suministrar dicha demanda por 125 años.

Brasil emerge como potencia petrolera


Gracias a las reformas económicas de mercado y políticas sociales instauradas por el
presidente Fernando Henrique Cardoso y mantenidas por el presidente Luiz Inacio Lula
Da Silva, Brasil ha crecido sostenidamente durante casi dos décadas, manteniendo
equilibrios macroeconómicos estables, atrayendo inversión extranjera directa e
impulsando su sector industrial-manufacturero interno, en tanto que políticas públicas
coherentes le han permitido realizar una transformación de sus industrias energéticas,
perfilándose a largo plazo como el sexto productor mundial de petróleo.

Brasil se ha convertido en la séptima economía del mundo, con un producto interno


bruto (PIB) de US$2.243 millardos (Fondo Monetario Internacional, 2013), acercándose
al Reino Unido y superando a Italia, Australia y Canadá. Junto con Rusia, China, India
y Suráfrica integra el grupo de los BRICS, el cual alberga el 40% de la población del
planeta y ha decidido en su VI Cumbre (Fortaleza, 2014) constituir un Banco de
Desarrollo y un Fondo de Contingencia para países con problemas de balanza de pagos,
con un capital de US100 millardos cada uno.

La matriz energética de Brasil es ya una de las más descarbonizadas del mundo. Con un
consumo de energía total de 13,6 cuatrillones de unidades térmicas británicas (BTU,
2010), 39% corresponde al petróleo y otros combustibles líquidos, incluyendo el etanol;
29% a la hidroelectricidad y 21% a otras energías renovables. Brasil se propone
electrificar la totalidad del país.

La Agencia Internacional de Energía calcula que para el año 2035 la gran nación
lusitana habrá duplicado su producción de energías renovables, casi triplicado su
producción de petróleo e hidrocarburos líquidos (2,6 Mb/d, 2010) y quintuplicado su
extracción de gas natural. El 43% de su matriz energética será suplida por energías
renovables y más del 60% de la electricidad será aportada por sus vastas cuencas
hídricas. Los biocombustibles (a base de caña de azúcar) suministrarán un tercio del
parque automotor y sus exportaciones aportarán el 40% de comercio mundial de este
energético.
Existe cierto escepticismo entre algunos analistas acerca de la consecución de las
dimensiones financieras de tan ambiciosos planes, además de existir preocupaciones
ambientales sobre la explotación de hidrocarburos costa afuera en aguas ultra profundas
en la fachada sur-atlántica, donde se ubican sus recursos pre-salt.

Una creciente clase media demandará mayor electricidad, vivienda, educación y


transporte aéreo, vehicular y marítimo. Para alcanzar las metas de producción de energía
se requerirán US$90 millardos anuales hasta el año 2035, cifra que excede las
planificadas para la industria petrolera aguas arriba del Medio Oriente o Rusia. Durante
la presidencia de Dilma Rousseff Brasil ha desacelerado su crecimiento económico y el
país se ha visto afectado por numerosos casos de corrupción. .

Analistas petroleros han señalado que la introducción de mayores regulaciones a su


industria petrolera, que tiene como pivote a la mega empresa estatal mixta, Petrobras
(cotizada en las bolsas internacionales entre millares de accionistas privados), podría
desestimular la inversión extranjera directa. No obstante, las metas de crecimiento
económico y energético no son inalcanzables y no se avizora un retroceso en la
estrategia de desarrollo de Brasil, ni un desmantelamiento de las reformas económicas y
sociales emprendidas por el ex presidente Cardoso.

Estados Unidos: de la dependencia a la autosuficiencia


Los grandes adelantos en las tecnologías de exploración y producción y el incremento
de un 665% en los precios nominales del petróleo entre 1998 (US$ 12,72/b Brent) y
2008 (US$97,26/b), permitieron hacer económicamente rentable la producción de
hidrocarburos no convencionales en Estados Unidos.

En 2007 se reportó la primera producción de gas de lutitas. Ese año la producción de


petróleo registró un incremento por primera vez desde 1991. Las técnicas de
fracturación hidráulica (“hydraulic fracturing” y perforación direccional (“directional
drilling” y “horizontal drilling”) han facilitado la creciente extracción de petróleo
comprimido (“tight oil”) y gas de lutitas.

Los precios ocasionales del gas natural en Estados Unidos promediaron US$2,23 por
millón de BTU entre 1995 y 1999. Entre el año 2000 y 2004, aumentaron a US$ 4,68
por millón de BTU. El shock de precios petroleros de 2003-2008, elevó las cotizaciones
a un pico de US$15,38 por millón de BTU.
La crisis financiera mundial de 2008-2009, provocó una abrupta caída de los precios del
petróleo y del gas natural; pero, aunque los primeros se recuperaron y continuaron
ascendiendo hasta US108,66 por barril (Brent 2013), las cotizaciones del gas natural
bajaron a menos de US$ 2 por millón de BTU a principios de 2012, para luego
estabilizarse en alrededor de US$ 4 por millón de BTU en el mercado estadounidense.

La elevación de los precios del periodo 1998-2008 hizo rentable la producción de


petróleo y gas de formaciones geológicas de escasa permeabilidad (“tight oil and shale
gas”). Estados Unidos escaló a la primera posición como productor mundial de gas
natural en 2009, superando a Rusia. Entre mayo de 2006 y mayo de 2014 la producción
estadounidense de gas seco se incrementó un 39,2%, al pasar de 1.556 a 2.166 billones
de pies cúbicos (Mcf). La producción de gas de lutitas se ha octuplicado durante el
mismo lapso.

Las proyecciones de organismos especializados y empresas de hidrocarburos coinciden


en predecir que esa nación norteamericana dejará de ser un importador neto de gas
natural. La Agencia de Administración Energética de Estados Unidos (2014) prevé que
esta nación se convertirá en un exportador neto de gas natural licuado (LGN) en 2016 y
de gas natural seco (por gasoductos) en 2020. De acuerdo con el Servicio de
Investigaciones del Congreso de Estados Unidos, hasta marzo de 2013, existían 25
solicitudes de permiso para proyectos nuevos de exportación o de conversión de
facilidades de importación de gas natural licuado (LNG), con una capacidad total de
27,7 millardos de pies cúbicos diarios.

Se pronostica que para el año 2025 la producción de gas de lutitas y de petróleo no


convencional (“tight oil”) aumente un 50%. En el caso del gas de lutitas la producción
subirá alrededor de un 5% más para el 2040; en tanto que la producción de petróleo no
convencional alcanzará un pico en 2030, y descenderá levemente hasta el año 2040;
pero todavía su ubicará un 43% por encima del nivel de 2005. La producción de “tight
oil” provendrá principalmente de la Formación Bakken en los Estados de Dakota del
Norte y Montana y de Eagle Fort en el Estado de Texas.

A nivel mundial, el último estudio de perspectivas energéticas de BP (2013) estima que


la producción de petróleo de aguas profundas aumentará un 150% entre 2010 y 2040, en
tanto que la de “tight oil” se multiplicará por diez durante el mismo lapso. Los crudos
no convencionales y los líquidos del gas natural suplirán un 45% del suministro total de
hidrocarburos líquidos en el año 2040.

La producción de hidrocarburos líquidos de Estados Unidos (petróleo crudo


convencional, petróleo no-convencional –“tight oil” y arenas petrolíferas-, y líquidos del
gas natural), por su parte, ha ascendido un 43,7% entre 2007 y 2013, elevándose de 6,96
a 10,00 Mb/d. Por virtud de la tendencia declinante del consumo petrolero en ese país,
sus importaciones han bajado un 28,2% durante ese lapso, de 13,63 a 9,79 Mb/d.

Se espera que la dependencia petrolera externa de Estados Unidos, que ha estado en el


orden de un 40% en los últimos años, descienda durante la próxima década a niveles
inferiores al 20%. Sin embargo, si tomamos en cuenta que la producción de crudo no
convencional de Canadá –poseedor de las mayores reservas mundiales de arenas
petrolíferas (“oil sands”)-, y que este país es el mayor suplidor externo de petróleo de
Estados Unidos, puede razonablemente anticiparse que Norteamérica en su conjunto
podrá ser autosuficiente en energía y petróleo a mediano plazo.

La reforma petrolera de México


La reforma petrolera de México (2013), mediante la cual se abrió a la inversión privada
las actividades de exploración, producción y refinación de petróleo y gas, eliminando la
prohibición expresa contenida en la Constitución de ese país desde la estatización de la
industria en 1938, representa un hito en las relaciones energéticas de la nación azteca
con el resto del mundo, en especial con sus mercados y competidores en el Hemisferio
Occidental. Si bien existen inquietudes entre los expertos acerca de la capacidad de
ejecución de la reforma y expectativas acerca del marco regulatorio a aplicarse, no hay
duda de que México posee las reservas de petróleo y gas necesarias para revitalizar su
industria y aumentar su producción y exportación a largo plazo.

Los costos crecientes de operación y capital


Los costos de operación (OPEX) y de capital (CAPEX) de la industria petrolera
mundial se han incrementado considerablemente desde que comenzó el último shock de
precios en 1999. De acuerdo con cálculos del Departamento de Energía de Estados
Unidos, los costos de operación y capital de la industria petrolera han crecido en un
50% del incremento registrado en los precios del petróleo. El último estudio de
perspectivas de la Agencia Internacional de Energía señala que en 2013 se invirtieron
US$700 millardos en exploración y producción de petróleo y gas, y este nivel debe
mantenerse en la próxima década para cubrir las necesidades de consumo y reemplazar
la producción declinante en las cuencas maduras, la cual se contrae a una tasa anual
promedio de 6%.

En la Faja del Orinoco, un nuevo proyecto de desarrollo, similar a los construidos en los
años noventa, requiere inversiones de capital de entre US$15 y 20 millardos (o más),
incluyendo el mejorador. Estas cifras triplican y hasta cuadruplican la inversión
realizada en las cuatro asociaciones estratégicas que PDVSA ejecutó entre 1993 y 2005
(Petrozuata, Cerro Negro, Sincor y Ameriven; actualmente, las empresas mixtas
Petroanzoátegui, Petromonagas, Petrocedeño y Petropiar, respectivamente).

El calentamiento global y la economía verde


La Conferencia de las Partes de la Convención de la Organización de las Naciones
Unidas (ONU) sobre Cambio Climático ha realizado intentos fallidos por alcanzar un
acuerdo multilateral desde la malograda Cumbre de Copenhague en 2009, donde sólo se
logró un débil pacto de caballeros y no un tratado legalmente vinculante que sustituyese
el Protocolo de Kioto, en la víspera de su expiración en 2012.

Las cumbres sucesivas de Cancún (2010), Durban (2011), Doha (2012) y Varsovia
(2013) han realizado progresos lentos e insuficientes en la búsqueda de un acuerdo que
comprometa a los 193 estados miembros de la ONU a reducir sus emisiones tóxicas de
efecto invernadero. Las esperanzas de concluir un tratado multilateral se centran en la
próxima Cumbre de París (2015).

El sector energético es el emisor de dos tercios (2/3) de los gases tóxicos de efecto
invernadero en el mundo. Pese a que Estados Unidos, China, Japón y la Unión Europea,
los principales emisores, efectúan esfuerzos individuales para disminuir el
calentamiento global, y no obstante las medidas anunciadas por diversos gobiernos para
mejorar la eficiencia energética, reducir los subsidios a los combustibles fósiles y
soportar las energías renovables, el escenario de referencia de la Agencia Internacional
de Energía (2013) prevé que las emisiones tóxicas (principalmente dióxido de carbono)
se incrementen un 20% para el año 2035. Ello implicaría un aumento en la temperatura
del planeta de 3,6 grados centígrados, cuyos efectos serían devastadores para la vida
humana, vegetal, marítima y animal en la Tierra, al superar la meta establecida de no
más de 2 grados a largo plazo.
La nueva geopolítica energética mundial
El centro de gravedad de la geopolítica energética continuará moviéndose desde la
cuenca del Atlántico hacia la del Asia/Pacífico en los próximos lustros. La
autosuficiencia energética de Norteamérica trasladará a las potencias industrializadas y
emergentes de Asia las preocupaciones sobre la seguridad de suministro petrolero de la
inestable región del Medio Oriente.

A pesar de la sustancial base de recursos de petróleo y gas, continuará habiendo


tensiones entre los países consumidores y productores en la medida en que la
disponibilidad de suministro para abastecer la demanda no esté presente por retrasos en
la consecución de las inversiones necesarias, lo cual plantea profundizar el diálogo y la
cooperación entre gobiernos, organismos multilaterales, empresas energéticas y
sociedad civil.

Conclusiones: oportunidades y retos de Venezuela


Se gesta en el mundo un nuevo paradigma energético y un modelo de desarrollo
sustentable y descarbonizado, como consecuencia de las grandes transformaciones que
vienen produciéndose en países y sociedades gracias a las innovadoras tecnologías de
información y comunicación, las bio-tecnologías, la bio-medicina y las redes sociales.
El mundo enfrenta en la era digital el reto de pasar de una globalización excluyente a
una mundialización socialmente inclusiva.

El largo período de elevación de los precios del petróleo (1998-2014) ha permitido que
despunten nuevas tecnologías de perforación y producción de hidrocarburos que han
aumentado notablemente la extracción de combustibles fósiles y las reservas de petróleo
y gas convencionales y no convencionales.

La disponibilidad y desarrollo de enormes recursos de petróleo y gas no convencionales,


el auge del gas natural como combustible limpio, la inminente autosuficiencia
energética de Norteamérica, las nuevas tecnologías aplicables a las energías renovables,
las demandas de la sociedad civil para detener el calentamiento global y el cambio
climático, las mejoras en la eficiencia y la construcción de infraestructuras inteligentes
están redibujando el mapa energético y petrolero mundial, desafiando los
convencionalismos acerca de una eventual escasez de petróleo.
Ante la globalización y la revolución científica y tecnológica del último cuarto de siglo,
países altamente dependientes del petróleo como principal fuente de ingresos, como
Venezuela, no sólo deben replantearse cómo utilizar racional y eficazmente los
gigantescos ingresos derivados de su explotación, sino cómo asimilar los beneficios de
la Revolución Tecnológica y acometer un modelo de desarrollo sustentable y
socialmente equitativo, mientras compiten en la escena mundial por atraer inversiones
para diversificar sus economías, capitalizar el talento humano y valorizar sus
hidrocarburos. De lo contrario, los países mono-exportadores permanecerán estancados
en la Enfermedad Holandesa, la dependencia, la maldición rentística y el subdesarrollo.

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