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EL PROPÓSITO DEL MAESTRO CRISTIANO

Muchos maestros trabajan mes tras mes sin ningún propósito definido, excepto el de presentar
el material que se les ha dado. No tienen un objetivo, a uno le falta interés, vigor y propósito.
También les faltan los medios para medir el resultado de la enseñanza. No se dirige a ninguna
parte, y por lo tanto no sabe si ha llegado o no al lugar deseado. Es por eso que una de las ayudas
más importantes en la enseñanza es la de tener propósitos claros y definidos.

Jesús nunca enseñó sólo porque se lo pidieran. Él lo hizo con un propósito, y siempre tenía fines
definidos que lograr. Él sabía lo que quería y se disponía a realizarlo. Él entendía a donde iba y
caminaba hasta llegar a la meta, sin importarle todos los obstáculos y la oposición que
encontrara.

El dijo: “Yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia (Juan 10:10).
“No temáis, manda pequeña; porque al Padre ha placido daros el reino” (Lucas 12:32). La vida que
Él trajo y de la cual enseñaba era eterna, no temporal; era espiritual, antes que material. Insistió
en fijar su atención en las cosas más importantes (Mateo 5:10-12).

Jesús no sólo trató de ganar a sus discípulos a una fe en Sí mismo como Salvador, sino también
como Rey. Quería que ellos creyeran que Él era el Mesías prometido y el Rey que vendría (Juan
4:25,26). También Jesús tenía como propósito preparar y ensañar a sus discípulos a que fueran
sus testigos. Él les dijo: “Venid en pos de Mí, y os haré pescadores de hombre” (Mateo 4:19). Con
este fin los envió a enseñar y evangelizar bajo su dirección (Mateo 28:19). Si leemos
detenidamente las enseñanzas de Jesús descubriremos que Él siempre tenía un propósito definido
que deseaba lograr.

¿Cuál debe ser el propósito del maestro cristiano al enseñar? Para formar el destino inmortal de
un alma de acuerdo con la Palabra de Dios, el maestro debe:

I. Revelar el plan eterno y glorioso de Dios para con sus hijos.

La vida más abundante que Cristo enseñó a sus discípulos debe ser el tema maravilloso del
maestro cristiano. I Corintios 2:9 dice: “Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, ni han subido en
corazón de hombre, son las que Dios ha preparado para aquellos que le aman”. Es el privilegio del
maestro cristiano revelar al Dios cuya grandeza es inescrutable, y Sus propósitos llenos de gracia
para sus hijos. Es en la Biblia donde aprendemos del interés que nuestro Dios todopoderoso tiene
en esta tierra, que es sólo como un punto en la inmensidad del universo, y de Su gran amor para
todas las criaturas sin esperanza e impotentes que la habitan. Todo maestro debe estar
consciente del precio tan alto de un alma inmortal y de la eterna felicidad que Dios quiere brindar
a cada ser humano. “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito,
para que todo aquel que en Él cree, no se pierda, más tenga vida eterna” (Juan 3:16).

II. Guiar a cada alumno a recibir y confesar a Jesucristo como Salvador y Señor.
Tal como lo hizo Jesús procurando despertar en sus seguidores esa fe salvadora en Sí mismo
como el único Redentor, el maestro necesita reconocer su responsabilidad de presentar a Cristo
como el único Camino, el único medio de obtener la salvación y vida eterna. Cada alumno debe
ser guiado a poner en el Señor Jesús su fe y confianza, acepándole como su Salvador personal.
Para lograrlo, el maestro no dejará de presentar claramente el plan de salvación tal como lo
encontramos en la Palabra de Dios. Debe orar por cada alumno en forma sincera, procurando por
medio de palabras oportunas y cariñosas, traerle a un encuentro personal con Cristo.

Nunca hemos de presionar a ninguno para que haga tal decisión, pues debe ser espontánea y
voluntaria, como resultado de un tiempo de preparación cuidadosa, y no por insistencia del
maestro. El alumno ha de estar convencido de su necesidad personal y anhelar lo que Cristo le
ofrece. Aceptar a Cristo es sólo el primer paso. El maestro no estará satisfecho hasta que haya
logrado que cada alumno rinda su vida completamente a Cristo como el Señor de su existencia.

III. Preparar y enseñar a cada alumno a cumplir los propósitos de Dios en su vida.

Todo cristiano ha de “crecer en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor y Salvador


Jesucristo”. Por lo tanto, el maestro debe ser un edificador de vidas y un ganador de almas. Es su
responsabilidad obedecer al mandato divino: “apacienta mis corderos” (Juan 21:15).

El conocimiento continuo de la Biblia, la obediencia a la voluntad y a la Palabra de Dios, el


constante reconocimiento de Jesucristo como Señor de la vida, y la comunión diaria con Dios por
medio de la oración, harán que nuestro carácter cristiano se desarrolle. El crecimiento espiritual
debe ser expresado por medio de:

a. Adoración

La adoración es un medio de comunión con Dios, pues nos permite experimentar la realidad y la
presencia misma de Él. Es muy importante que el maestro dedique tiempo al cultivo de la vida
devocional de sus alumnos en la clase y en los servicios de la iglesia. Se enseñará reverencia,
gratitud, amor y fe; pueden usarse coros, historias y oraciones adecuadas a la edad de los
alumnos. Ellos deben tener oportunidad de practicar la adoración. Se aprende a orar, orando; y
adorar, adorando.

Ha de estimularse a los alumnos a que practiquen la adoración en público y en privado. Se les


ayudará para que se formen los hábitos de leer la Biblia y orar diariamente. Si cultivamos el
espíritu de la adoración en vez de la rutina, lograremos estos objetivos. En la Palabra de Dios
encontramos no sólo la instrucción, sino también la inspiración para nuestra vida devocional.

b. Conducta Recta

Nuestra enseñanza será vana, si las verdades que hemos impartido a los alumnos no han hallado
cabida en su corazón y expresión en su vida y conducta diaria. El testimonio del alumno será de
valor cuando su fe se manifieste consistentemente por medio de las acciones. Todo maestro debe
relacionar las verdades enseñadas con la vida diaria de los alumnos para que éstos lleguen a ser
“Hacedores de la Palabra y no tan solamente oidores” (Santiago 1:22); así serán epístolas vivas y
conocidas por todos los hombres”. La verdad que poseen los cristianos no sirve para profesarla
solamente, sino para que transforme nuestras vidas.

Los hábitos cristianos dependen de la enseñanza del hogar y de la iglesia; y éstos forman el
carácter cristiano. No se hereda, sino que se adquiere por el aprendizaje recibido de los padres y
maestros. Todo maestro debe cultivar los hábitos de atención, interés, cortesía, reverencia,
puntualidad, etc. Recordemos que cada acto de nuestra vida ayuda a la formación de un hábito,
ya sea bueno o malo.

Aunque la influencia del maestro no es tan poderosa como la de los padres (pues él tiene al niño
sólo una vez por semana por unos cuantos minutos), sí puede ayudar a la formación de ciertos
hábitos que serán de bendición en la vida de sus alumnos. El mandamiento de instruir es para
todos. Cada maestro debe velar para que todo en su clase tienda a la formación de hábitos
correctos en sus alumnos; esta es su oportunidad y obligación.

c. Servicio

El crecimiento espiritual se manifiesta también con hechos por medio del servicio. El niño
creyente debe ser tomado en cuenta como un cristiano activo, listo y deseoso de servir al Señor.
Muchas veces hay quejas de que en nuestras iglesias no existe entusiasmo por servir. Se le deja la
responsabilidad a una sola persona habiendo jóvenes, niños y adultos creyentes con deseos de
aprender, pero ninguno se ofrece para hacer algo. ¡Padre cristino, pastor y maestro de Escuela
Dominical, ustedes tienen en sus manos la gran oportunidad y el privilegio de dar esta clase de
instrucción!

Ya que hablamos del maestro le diremos que, a Él le toca sugerirle a sus alumnos, niños, jóvenes
o adultos, las oportunidades de servicio que se le puedan presentar en el hogar, en la iglesia o en
la escuela.

Cuando un alumno de la Escuela Dominical se ha identificado con la iglesia mediante su


conversión, debe ser considerado disponible para la multitud de oportunidades de servicio que
existen en la Iglesia. Estos servicios pueden ser: visitas de enfermos, distribución de tratados,
asistencia a cultos en barrios, aldeas o lugares vecinos, ayudando a maestros, colaborando con las
diferentes sociedades de la iglesia o cooperando en la limpieza del templo, etc.

El servicio no sólo utiliza nuestro tiempo y energía, sino también nuestras ofrendas dadas
sistemáticamente, con liberalidad y alegría para la obra del Señor. El hábito de dar ha de ser
cultivado desde el principio, y debe formar pare de la instrucción en la adoración.
Nuestro servicio es aceptable a los ojos de nuestro Dios cuando lo hacemos impulsados porque
“el amor de Cristo nos constriñe”, haciéndolo todo “sea de palabra o de hecho, en el nombre del
Señor Jesús”. Si nosotros como maestros lo hacemos así y enseñamos de esta manera a nuestros
alumnos, no sólo experimentaremos crecimiento en la gracia y gozo en el trabajo del Señor, sino
también habrá recompensa reservada para los fieles.

LA PROMESA DEL MAESTRO (Tomado de “El Maestro de Escuela Dominical”, por Albert F. Harper).

Trataré en todo tiempo de vivir una vida cristiana de oración que sea un digno ejemplo a mis
discípulos.

Seré fiel a la iglesia, aceptando sus doctrinas, practicando sus reglas, fielmente asistiendo a sus
servicios y sosteniendo a sus líderes.

Trataré de ser un ganador de almas trabajando personalmente por presentar los postulados
evangélicos a los que no son salvos e invitándoles a venir a la casa de Dios.

Estimularé a mis discípulos convertidos a que se unan a la iglesia.

Asistiré a las reuniones de maestros y oficiales de la Escuela Dominical, compartiendo en los


planes tanto como me sea posible, y seré guiado por los reglamentos adoptados.

Procuraré hacer planes para pasar cuando menos una hora cada semana en la preparación de mi
lección, y estar presente a tiempo el domingo en la mañana.

Trataré de conocer bien a cada uno de los miembros de mi clase, visitando a los discípulos en sus
casas, o poniéndome en contacto con ellos por todos los medios posibles fuera de las horas de
clase.

Trataré de que mi enseñanza progrese este año asistiendo a las clases de preparación o leyendo al
menos un libro que trate sobre la parte que a mí toca en el trabajo de Escuela Dominical.

Me pondré en contacto cada semana con los ausentes de mi clase o haré arreglos para que estos
contactos se lleven a cabo por los miembros de mi clase.

Procuraré aumentar la lista y asistencia de mi clase por medio de la visitación personal y


estimulando a los miembros de la clase a traer nuevos alumnos. Roles del maestro cristiano.

La Vida del Maestro ante Dios

La Vida del Maestro ante su Familia

La Vida del Maestro ante sus alumnos

Introducción
Varios son los roles o perfil que el Maestro Cristiano tiene que asumir, el papel del maestro pastor
envuelve sentir compasión por el rebaño, proveerle liderazgo y guianza, y vivir una vida
ejemplar.(Mat. 9:36; Mc. 6:34; Num. 27:17). (1)

La educación Cristiana es uno de los ministerios fundamentales de la Iglesia para la formación e


información sobre la fe, a fin de proclamar el reconocimiento de Dios y su reino en Jesucristo, en
quien solamente podemos ser salvos y entonces perfeccionados para toda buena obra en el hogar,
la congregación y la sociedad en general. El objetivo de la educación cristiana es que toda persona
tome conocimiento de Dios, y que responda en fe y amor con el fin de que sepa quien es y que
significa su situación humana; crezca como hijo de Dios arraigado en la comunidad cristiana,
cumpla su discipulado común en el mundo y permanezca en la esperanza cristiana. (2)

Los que poseen el don de maestro siempre asegurarán que todas las declaraciones son verdad y
exactas. Ellos buscan lo mas los mas conocimientos que puedan. Reaccionar fuerte contra la gente
que hacen declaraciones infundidas, siempre verifican la credencial del que quiere enseñarles y
usan su mente para evaluar un argumento. Los maestros disfrutan en pasar horas investigando un
sujeto. Les gusta dar lo mas que pueden a otros en un tema, ponen mucha atención en palabras y
frases. Tienden a ser silenciosos en una cuestión hasta que tengan la oportunidad de evaluarlo,
estudian materias en una manera sistemática. (3)

1.- La Vida del Maestro ante Dios

Un Maestro que no tiene tiempo para estar a solas con Dios, de seguro que fracasará como tal.
Únicamente los hombres espirituales pueden realizar obras espirituales. Somos responsables de
cuidar con esmero la intensidad de nuestro ministerio, Dios se hará cargo de la anchura. El
maestro debe ser cuidadoso y tratar de crecer espiritualmente diariamente.

A.- La necesidad de devocionales Privados;

Muchos ministros están casi en bancarrota en lo que a la disciplina y práctica de los devocionales
se refiere. La preparación espiritual del ministro es mucho más importante que la preparación de
sermones, los devocionales privados son de gran ayuda en guiarnos hacia un mejor conocimiento
del autor de la Biblia. Una vida devocional superficial siempre se deja ver desde el púlpito. El que
hace fraude en su vida devocional, estará ofreciéndole al enemigo un buen blanco sobre el cual
disparar su arma destructiva.

B. Tiempo y Lugar de los devocionales:

Individualmente se debe planificar el tiempo y lugar para los devocionales privados, la mayoría lo
prefiere por las mañanas. (Gn. 22:3; 28:18; 1 Sam. 17:20; Job. 1:15; etc.). Es mejor perder un poco
de sueño que la comunión apacible del padre. El señor Jesucristo es nuestro modelo en este
asunto (Cfr. Mc. 1:32-43). Un día muy ocupado que lo inicio en oración.

C.- Ciertos aspectos de los devocionales;


1.- Ayudas devocionales:

a.- Lectura de la Biblia, libros devocionales.

b.- música instrumental, Maranatha Music, etc.

c.- La Biblia grabada en cassette.

2.- Meditación

Meditación significa una reflexión profunda sobre asuntos sagrados, como un acto devocional. Sal.
5:1 1Ti. 4:13-15 No sintamos temor de estar, silenciosos, ya que el silencio nos conviene más ante
la presencia de aquel que solo tiene el derecho de hablar. (Adrian Varlack)

3.- Oración

Oración significa llevar ante Dios todo lo que somos.

Todas las cosas toman tiempo, pero la oración deberá tener prioridad, es nuestra obra principal,
es la obligación diaria del ministro, (Hch. 6:4) Cuando la iglesia descuide esto sufre las
consecuencias como un todo.

Efe. 1:15-22; 3:14-42

El fruto de la vida devocional radica en mejorar nuestra habilidad para vivir sin tacha o corrupción
en un mundo corrupto, al experimentar el cambio en nuestras vidas podremos cambiar nuestro
mundo.

2.- La Vida del Maestro ante su Familia

Del éxito que tengamos ante Dios será el resultado de nuestra relación familiar y de nuestros
alumnos. (Gn. 18:19) el verbo "mandará ", en este texto significa: dirigir con autoridad, poner en
orden y supervisar. Para el hombre que se basa en los principios bíblicos, dirigir es algo más que
tener una esposa y engendrar hijos. La familia es una unidad social de personas que necesitan
dirección moral y espiritual a fin de que sus personalidades particulares encuentren propósito y
significado en una entidad de orden divino más elevado.

Si un maestro quiere ser líder espiritual en la iglesia, primeramente tiene que ser un líder firme en
su propia casa. (1Ti. 3:4,5). Un ministro debe ser ejemplo viviente del cristianismo en su hogar.
Todo lo que haga o tenga debe ser de tal naturaleza que inspiren el respeto de todos los miembros
de su familia. Entre los deberes se pueden citar;

A.- Compatibilidad Marital:

Según el pensamiento Paulino el hombre es líder (cabeza) y el hombre según que provee amor
(amoroso). Ef. 5:23. Aparte se puede citar;
Debe compartir asuntos privados e íntimos con su cónyuge antes que con otras personas.

Buscar motivos para pasar un buen momento con su cónyuge.

Hallar placer de estar con el cónyuge que con otra persona

Tener presente que el cónyuge es la persona indicada para comprendernos en los momentos de
dificultad.

Siéntase lleno de juventud y entusiasmo cuando se encuentre en la presencia de su cónyuge.

Tome siempre en cuenta a su cónyuge, acepte su consejo y orientación como orientador que es
todo maestro.

La clave para la compatibilidad matrimonial es estar casado física, mental y espiritualmente.

B.- La Crianza de los Hijos:

Hay dos extremos en la crianza de los hijos, unos descuidan las medidas correctivas, y otros solo
ven las faltas y mala conducta de los hijos. La meta es "que guarden el camino de Jehova" Gn.
18:19. Se necesita un equilibrio, haga lo que vaya a hacer con amor.

C.- Provisión y Protección Familiar:

El ministro que es negligente en proveer las necesidades materiales básicas de su familia, de


seguro tendrá poca credibilidad en su comunidad. En la protección familiar se incluye el aspecto
espiritual, ya que nuestro enemigo ataca también a nuestros hijos, por eso es importante que no
falte los devocionales en la familia. (4)

3.- La Vida del Maestro ante sus alumnos

En el primer apartado vimos el aspecto espiritual del maestro, esa es la preparación a sí mismo; él
es un cristiano consagrado y dedicado a través del nuevo nacimiento, la vida santificada, la
presencia interna del Espíritu Santo, mediante la oración por medio de las experiencias diarias de
la vida, creyendo y practicando la Biblia.

El ha aceptado la enseñanza como un llamamiento, comprende la importancia de la enseñanza. El


maestro desarrollará una personalidad persuasiva al experimentar la transformación divina,
conociendo los rasgos agradables e importantes de la personalidad. Después de esto, viene la
calificación personal del maestro;

A.- Obteniendo un caudal de Conocimientos:

El llamamiento de la persona al magisterio trae consigo la obligación de calificarse a si mismo para


tal vocación.

1.- Estudiando la palabra de Dios:


La ineptitud o incompetencia dedicada, o la ignorancia consagrada jamás podrá agradar a Dios si
uno es apto o competente para realizar lo mejor, el maestro debe llenar su mente de
conocimientos esenciales y provechosos.

2.- Estudiando los conocimientos de la vida:

Para realizar esto, el maestro necesita un conocimiento íntimo de la vida; el mundo que nos rodea,
la población mundial. El maestro debe estudiar las disciplinas que están relacionadas con la
teología.

3.- Estudiando los principios y métodos de la Enseñanza:

El maestro debe saber teología, psicología y pedagogía.

B.- Conociendo y amando a sus discípulos:

Las enseñanzas y predicaciones de Jesús estuvieron centralizadas en el individuo. Su técnica de


enseñanza y su mensaje eran motivos mayormente por las necesidades específicas de aquellos a
quienes enseñaban.

1. Conociendo las características generales:

Por edad, intereses, ambiente y fondo social, etc.

2. Conociendo los rasgos individuales:

Procure conocer íntimamente a cada alumno, el maestro puede obtener datos de sus estudiantes,
por ejemplo: Situación del hogar, vida escolar, clase social, etc.

3. Conociendo las necesidades individuales:

El maestro debe ganarse la confianza del estudiante, debe estar alerta ante

Posibles necesidades. Ser sensible ante tales necesidades.

C.- Mediante un programa de Mejoramiento:

La habitación más extensa del mundo es la habitación para el mejoramiento. La palabra clave es
"constante".

1. Por la constante insatisfacción.

Dejemos que nuestro lema sea "insatisfecho".

2. Delineando un plan Específico

- Áreas para el mejoramiento (instrucción).


- Algunas sugerencias para un plan (basados en las necesidades más grandes). Una auto
evaluación honesta.

3. Mediante el esfuerzo constante y consciente:

El éxito viene por esfuerzo consciente y continuo. Después de haber elaborado el plan, maestro
deberá persistir enérgica y sistemáticamente hasta lograr lo propuesto.

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