Película 4: el niño de la pijama a rayas

Bruno llega a casa de la escuela para buscar a la doncella, María, empacando sus cosas
porque la familia se está mudando de Berlín. Bruno no está contento con esto y se queja
con su madre, papá, Gretel, la criada y su perro. Pero Bruno no tuvo suerte; su padre
acaba de obtener un ascenso y están progresando, lo quiera o no.
Además de los problemas de Bruno, la nueva casa de la familia es débil, con es más
pequeña que su casa anterior, muy aislada, y hay una gran cerca de alambre cerca de la
propiedad. Ugh. Mientras Bruno desempaqueta sus cosas, ve a un soldado rubio que
parece incompleto y le desagrada inmediatamente. Se da cuenta de una ventana, mira a
través de ella y ve algo que lo hace sentir frío e inseguro
Bruno le dice a Gretel que los otros niños se ven hostiles. La ventana de Bruno tiene una
hermosa vista del campo de exterminio de Auschwitz. Yikes. Bruno piensa que es extraño
que haya toneladas de niños y adultos al otro lado de la valla y más extraño que todos
usen el mismo pijama a rayas y una gorra a rayas.
Después de algunas semanas, Bruno decide que necesita encontrar algún tipo de
entretenimiento o se volverá loco. Tuvo una gran idea: hacer un cambio de neumáticos. El
teniente Kotler lo ayuda y le ordena a Pavel, un judío, que saque una llanta del cobertizo
de almacenamiento. Pavel levanta a Bruno y pronto el niño se balancea felizmente,
bueno, hasta que se cae.
Afortunadamente, Pavel acude al rescate de Bruno; Mientras lo limpia, le dice a Bruno
que es un doctor. Pero esto no tiene ningún sentido para Bruno, después de todo, el tipo
trabaja en la cocina pelando patatas. Poco después, la madre de Bruno llega a casa y
descubre lo que sucedió. Ella le dice a Pavel que si el Comandante pregunta, ella limpió
las heridas de Bruno.
Bruno tiene un flashback de las últimas Navidades con su familia y sus abuelos. Esto es lo
que sucedió: la abuela le dijo al padre de Bruno que está avergonzada de lo que se había
convertido y no puede creer lo que están haciendo él y otros nazis, y luego se fue. Es el
último Bruno que ha visto de ella. De vuelta en el presente, pasan los meses y Bruno
decide ir a explorar, lo que básicamente implica caminar a lo largo de la cerca de alambre
que separa a su familia del campo de concentración. Alguna aventura
Durante su sesión de exploración, Bruno se encuentra con un niño sentado en el suelo en
pijama y un brazalete. Bruno está algo sorprendido por lo pequeño y triste que es el chico,
pero bueno, los mendigos no pueden elegir. Y Bruno realmente podría usar alguna
compañía. Resulta que el chico se llama Shmuel y él y Bruno comparten un
cumpleaños. Shmuel es de Polonia y le informa al indiferente Bruno que están en Polonia
y no en Alemania como Bruno ha estado pensando. Cuando se separan, planean reunirse
nuevamente mañana.
Al día siguiente, por lo que Bruno vuelve a la valla. Shmuel explica lo que le sucedió a él y
a su familia antes de llegar al campamento.
Poco después, Bruno entra a su cocina y se sorprende al ver a Shmuel limpiando las
gafas de cristal; resulta que Kotler llevó a su amigo a la casa para limpiar las copas para
la celebración del cumpleaños de papá. Lo que debería ser un buen encuentro resulta
desastroso cuando Bruno ofrece pollo Shmuel y Kotler lo atrapa y se enoja. Shmuel dice
que Bruno se lo dio y que son amigos, pero Bruno dice que nunca antes lo había visto en
su vida.
Después de más de un año, la madre de Bruno quiere regresar a Berlín con los niños. Sin
embargo, Bruno no está tan feliz como creía que estaría con esta idea, y teme darle la
noticia a Shmuel. Sin embargo, su padre desapareció. Los chicos traman un plan para
que Bruno se disfrace en pijama y ayude a Shmuel a encontrar a su padre antes de que
abandone Auschwitz el sábado. Al día siguiente, viernes, Bruno se va a la valla.
Se pone su pijama a rayas, deja las cosas de costado y se arrastra bajo la cerca. Los dos
niños caminan hacia el campamento y Bruno se da cuenta de que las cosas
están muy mal por parte de Shmuel. Bruno quiere irse a casa, pero le prometió a Shmuel
que lo ayudaría y, como amigo leal, se queda. Desafortunadamente, sin embargo, no
encuentran al padre de Shmuel.
Justo cuando Bruno está a punto de regresar a su hogar, los niños están rodeados por
soldados y obligados a marchar. Los conducen a una cámara de gas (ninguno de los dos
se da cuenta de esto), y una vez dentro, se toman de la mano.