Emprendimiento, podemos empezar por algunas de las más reconocidas
conceptualizaciones que se han dado al respecto. Emprendedor proviene de la palabra francesa “entreprende” que significa “llevar a cabo” y uno de los primeros en desarrollar conceptualizaciones al respecto fue Joseph Shumpeter (1978), para él la innovación y el cambio tecnológico se debían a la gente de espíritu libre y emprendedora, el veía a los emprendedores como agentes de cambio y desarrollo económico. También encontramos en la década de los 80´s a Howard Stevenson quién interpretó la mentalidad emprendedora como un sistema de gestión apoyado más en las oportunidades que en los recursos, y finalmente citamos a la conocida escuela austriaca en donde varios autores difieren de los anteriores al definir el emprendimiento como un carácter oportunista del individuo u organización respecto a los movimientos del mercado. Como se ha podido observar han sido muchos los autores que a través de la historia han intentado encontrar un concepto universal para el tema que nos ocupa en este documento, sin llegar a una definición universal del mismo, sin embargo, para efectos de este ejercicio vamos a decir que emprendimiento es la acción de llevar a cabo un proyecto que persigue un determinado fin económico, político o social, y que se caracteriza principalmente por tener cierto nivel de riesgo, incertidumbre e innovación. Dada esta conceptualización, es importante entonces, entrar a revisar que es innovación, para ello echaremos un vistazo a los aportes al tema realizados por varios autores, entre los que encontramos los siguientes: Shumpeter definió innovación en un sentido general y tuvo en cuenta diferentes casos de cambio para ser considerados como tal, estos son: la introducción en el mercado de un nuevo bien o una nueva clase de bienes, el uso de una nueva fuente de materias primas; la incorporación de un nuevo método de producción no experimentado en determinado sector, o una nueva manera de tratar comercialmente un producto.