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13va. Semana. 9.

CONTROL DE LA ACTIVIDAD ADMINISTRATIVA DEL


ESTADO. 9.1 Policía Administrativa. 9.2 Control Parlamentario sobre Actos de
Gobierno. 9.3 Juicio Político y la Citación.

Policía administrativa.

Noción de policía: Es el poder o facultad que tiene las autoridades públicas para fijar
limitaciones a la actividad de los gobernados, a fin de mantener el orden público. Las
fuerzas de policía tienen una misión de ejecución material, siendo sus funcionarios agentes
de ejecución, que no realizan actos jurídicos, sino operaciones materiales. La fuerza policial
busca lograr coactivamente el respeto al ordenamiento jurídico-

Lo primero que debe hacerse en este tema es la precisión del término “policía
administrativa”.

En ese sentido, la expresión alude a una competencia en la cual se encomienda a algún


organismo, sea o no centralizado, la potestad de tomar decisiones o ejecutarlas
coactivamente o no que limitan los derechos de los particulares por ejemplo en aras de un
bien jurídico tutelado de mayor entidad.

Esto con la finalidad de dar cumplimiento a normas de obligatorio acatamiento,


generalmente asociado con la seguridad ciudadana, lo cual conlleva también a la noción de
orden público en sentido material como nos diría el autor Hauriou referidos a la
tranquilidad pública, protección de las personas y bienes, como a la convivencia.

Otros doctrinarios pudiendo mencionar a Eloy Lares Martínez, Allan Brewer Carías Jean
Rivero, José Peña Solís, Adolfo Merkl, Otto Mayer, Garrido Falla, Zanobini, Vedel,
Waline, entre otros, han expresado conceptos sobre esta materia.

La actividad de policía debe ir precedida de la norma legal, ya que aquélla siempre es Basta
aquí recordar el principio de legalidad, por lo que los conceptos de orden público, seguridad
ciudadana, tranquilidad aunque puedan lucir abstractos poseen regulaciones para hacerlos
realizables. Administrativa, o sea, de la administración, gobierno o poder ejecutivo.
En la actualidad el concepto de orden público ha dejado de ser el fin de la policía
administrativa, ya que ahora el Estado no solo limita los derechos individuales para
salvaguardar la seguridad, salubridad y tranquilidad públicas, sino también lo hace
respecto de otros bienes jurídicos que es necesario proteger, como son la moral
pública, la confianza públicas, la economía pública, la estética publica, el decoro
público a la seguridad social, y el respeto a las normas laborales con lo que se explica
la mayor parte de los controles y limitaciones que la administración pública impone a
la actividad de los particulares.

Generalidades.

La policía administrativa siempre ha sido una de las actividades más importantes de la


administración pública. Para introducirnos al tema es necesario realizar algunas
aclaraciones previas. Para el desarrollo de una sociedad, para los habitantes de un país, es
necesario que cada persona tenga el derecho del goce de unas determinadas libertades de
derecho. Por esas libertades se ha luchado mucho y en su nombre se ha desatado muchos
conflictos en la historia de Guatemala, y la revolución francesa así como la revolución de
nuestra independencia confirman esta afirmación. Pero esas libertades y esos derechos no
son absolutos, y tienen limitaciones y deberes que muchas veces son su contraprestación,
dentro de la conocida y sabia frase, que nos enseña que el derecho nuestro llega hasta el
puto en que empiezan los derechos de los demás. De otro lado, la vida en sociedad
precisa unas condiciones de sosiego, de tranquilidad, de ausencia de perturbación para cuyo
logro es necesario restringir, en muchas ocasiones, esas libertades y derechos. Dentro de
este entorno bipolar de libertades y restricciones, se mueve el concepto jurídico de
policía. Corresponden, pues, al estado las reglamentaciones de actividad de los
particulares con el objeto de prohibirles algunas de aquellas, y señalar los actos y
operaciones necesarios para asegurar la aplicación y sanción de estas reglas. De suerte
que, la esencia del poder de policía reside en la posibilidad de limitar total o
parcialmente ciertas actividades de los particulares, en razón del interés general.
Control parlamentario sobre actos de gobierno.

El control de la actividad Administrativa del Estado. Control Parlamentario Sobre los


actos de Gobierno: Este aparece como una figura jurídica, consistente en el control que
ejerce el parlamento sobre los actos de los funcionarios públicos, a través de la
invitación, citación o de la interpelación de ministros. Este sistema se encuentra
contemplado dentro de los países que adoptan el sistema parlamentario, controla los actos y
las políticas administrativas de ministro o presidente del consejo de ministros y los
ministros de estado. La interpelación es una figura típica del sistema parlamentario,
donde este se encarga de nombrar al primer ministro y ministros de estado.

En Guatemala los ministros de estado son órganos de competencia administrativa, y eso lo


convierte en un régimen Semi presidencialista, y Semi parlamentario. Esta figura jurídico-
política la encontramos regulada en el artículo 166 de la Constitución política de la
república de Guatemala En cuanto a la interpelación de Ministros encontramos varias
excepciones dentro de las que podremos mencionar:

Asuntos Diplomáticos.

Operaciones Militares Pendientes. El procedimiento, contenido dentro de la Constitución


Política de la Republica de manera muy general es el siguiente: Cuando se ha de realizar la
interpelación a ministros, las preguntas deben de ser comunicadas con 48 horas de
anticipación, y no se podrá limitar a los diputados el derecho de interpelar, o hacer las
preguntas pertinentes.

Cualquier diputado puede hacer preguntas adicionales a las pertinentes, siempre y cuando
tengan relación con el asunto de la interpelación. Al estar planteada la interpelación de un
ministro este no puede ausentarse del país, ni excusarse de responder. El principal efecto de
la interpelación, es que si las respuestas de la interpelación no son satisfactorias, se puede
derivar un voto de Falta de Confianza aprobada por la mayor absoluta del congreso. Si se
diere el Voto de falta de Confianza a un ministro de estado, presentara inmediatamente su
renuncia.
El presidente de la república tiene la facultad de aceptar la renuncia del mismo interpelado.
Se considerara también en Consejo de Ministros los actos censurables al ministro, y si el
ministro no se presentara a la interpelación será censurado de su cargo

Juicio político y la citación

El juicio político también llamado acusación constitucional o acusación en juicio político,


es un proceso de orden constitucional, cuya finalidad es hacer efectivo el principio de
responsabilidad de los servidores o funcionarios públicos, particularmente de los más altos
cargos o autoridades, tales como Estado, Jefes, ministros, magistrados de los tribunales
superiores de justicia, generales o almirantes de las Fuerzas Armadas, que se realiza ante el
Parlamento o Congreso. La condena o declaración de culpabilidad del acusado puede
ocasionar su destitución e incluso su inhabilitación para funciones similares, autorizar que
sea juzgado por los tribunales ordinarios de justicia, o tener efectos meramente políticos.
En cualquier caso, la sanción o sus efectos dependen de la constitución del país. Es típico
de los sistemas presidencialistas latinoamericanos y su origen está vinculado
alimpeachment de Derecho Anglosajón y al juicio de residencia de Derecho indiano.

La interpelación de Ministros como Juicio Político.

La interpelación a los ministros de Estado propiamente dicha, es la facultad que tiene el


Congreso para requerir a un ministro para que informe de determinados actos de gobierno.
En cuanto a interpelación a los ministros de estado, se circunscribe a una fiscalización de
los actos de los mismos, el juicio sea más amplío ya que en su acepción más común, se
entiende como un procedimiento para exigir no solo a ministros de Estado se Circunscribe a
una fiscalización de los actos de los mismos, el juicio político es Más amplio ya que en su
acepción más común, se entiende como un Procedimiento para exigir no solo a los
ministros de Estado, informes sobre Determinados actos de gobierno, sino que también
pueden ser requeridos otros Funcionarios y aún el propio Presidente, Vicepresidente y a los
Jueces Nacionales, como es el caso de Argentina. El concepto de juicio político encierra un
campo más amplio de aplicación en los funcionarios jerárquicamente se encuentran por
encima de los funcionarios menores; considero que esta diferenciación se da en países
como el indicado, debido a que en este tipo de procedimientos se está dotando al congreso
de un mecanismo de control de actos no solo de los ministros y en defensa de aquellos
actos de todo funcionario, que por ser de tan alta jerarquía no está sujeto a recursos que se
puedan interponer comúnmente. Otra gran diferencia que se puede establecer entre la
interpelación a los ministros de estado y el juicio político, cuando se enjuicia políticamente
a un ministro u otro funcionario, la acusación corresponde a la cámara de diputados y el
juzgamiento al senado.

Antecedentes del juicio político.

En el presente capítulo se efectúa un estudio acerca de los antecedentes históricos del juicio
político que en esencia es un análisis sobre el régimen mexicano de responsabilidades de
los servidores públicos. Se trata por lo tanto de un tema muy amplio, no sólo por la
extensión de la materia, la cual en la actualidad, por ejemplo, se suele dividir según las
modalidades de la responsabilidad (política, administrativa, penal y civil), sino además por
el tiempo al que debe hacer referencia y que abarca, o puede abarcar, varios siglos de
tradición jurídica. Por otro lado, el tema no es de fácil acceso, sobre todo porque puede
presentarse como algo disperso, como algo incompleto, según las etapas históricas que se
revisen frente a la visión unitaria, completa, del sistema en vigor. Desde el punto de vista
de mi exposición. Debe destacarse que el juicio de residencia, primero, y luego el juicio de
responsabilidad, forman la parte esencial y el grueso de nuestra legislación histórica en esta
materia. Son los antecedentes históricos fundamentales. Ahora bien, problema distinto sería
el preguntarse si acaso estos dos juicios históricos, a su vez y al propio tiempo, constituyen
o no las raíces históricas, por así decirlo, tanto de las modalidades de responsabilidad ahora
consagradas (política, administrativa, penal y civil), cuanto de las normas que regulan hoy
día dicha responsabilidad. En este trabajo se procura caracterizar los sistemas históricos en
cuanto a fenómenos independientes de la realidad del momento, por la falta de espacio para
analizar el problema si constituyen o no las raíces del sistema hoy en vigor, acerca de lo
cual, el autor de tesis tiene la firme convicción de que en efecto el sistema hoy en vigor, a
excepción del mal llamado juicio político, se entronca y encuentra sus raíces en el juicio de
responsabilidad y éste en el sistema de residencia colonial. De manera que, habría una
secuencia histórica ininterrumpida. De aquí, pues, que se haya optado por separar en este
capítulo nada más los intentos de caracterización general de las responsabilidades de
autoridades y funcionarios, como son las relativas al sistema del juicio de residencia y al
sistema del llamado juicio de responsabilidad.

Una citación es una resolución dictada por un juez o tribunal a través de la cual se envía
una comunicación a una persona determinada para que se presente en el juicio un día a una
hora determinada. La citación puede dirigirse tanto a las partes del proceso como a terceros
cuya presencia puede ser necesaria para la tramitación del proceso: testigos, peritos, etc. La
citación se realiza a través de algún medio que permita la constatación de que el
destinatario ha recibido la comunicación. Así será posible adoptar las medidas oportunas si
el citado desobedece al órgano jurisdiccional. En la citación se suele incluir un
apercibimiento en el que se establece la responsabilidad en que puede incurrir el citado si
no se presenta el día prescrito a la hora fijada.

14va. Semana. 9.4 Control Administrativo de Oficio o Jerárquico. 9.5 Impugnaciones


o Recursos Administrativos. 9.6 Control Judicial de los Actos de la Administración.
9.7 Proceso Contencioso Administrativo.

Control administrativo de oficio o jerárquico.

La jerarquía se expresa a través del "poder de mando" o "poder jerárquico", que


prácticamente, y en términos generales, se concreta en lo siguiente: Posibilidad de que el
superior jerárquico dirija e impulse la acción del inferior, dando las órdenes pertinentes.

Esta potestad de dar órdenes generalmente no surge en forma expresa del ordenamiento
positivo, pero es una consecuencia implícita del poder jerárquico. Posibilidad de dictar
normas de carácter interno, de organización o de actuación, tales como instrucciones,
circulares, etc. Posibilidad para el superior de nombrar los integrantes de los órganos
inferiores, así como formalizar los contratos en la rama concreta de su competencia.

Posibilidad de avocación de facultades de competencia. Esta se configura cuando el


superior, por sí mismo, decide sustituir al inferior en el conocimiento y decisión de un
asunto. Facultad de vigilancia, de control o de fiscalización por parte del superior, de oficio
o a pedido de parte, sobre actos o sobre personas.

Facultad de resolver los conflictos o cuestiones de competencia que se produzcan entre


órganos inferiores. A la serie de poderes del superior jerárquico corresponden otros tantos
deberes del inferior, que se concretan en la subordinación a sus directivas. La
subordinación no se extiende más allá del ejercicio de la función pública, sin perjuicio de
incidir también en la vida privada del funcionario, pero sólo en aquellos aspectos que
puedan trascender al ejercicio de la función.

En tal orden de ideas, el funcionario público debe observar buena conducta y no dañar su
reputación, pues todo esto puede repercutir en el prestigio y eficacia de la función pública.
De lo antedicho se deduce que la subordinación tiene como límite jurídico el interés de
la función pública. En materia de deber de obediencia existen dos criterios clásicos que, a
los efectos de este trabajo, sólo corresponde su enunciación: el de la obediencia absoluta y
el que admite, en determinadas condiciones y circunstancias, la desobediencia. En este
último supuesto, señala Marienhoff, el problema consiste en determinar cuándo procede la
desobediencia, cuestión que se concreta en el llamado "derecho de examen".

Pero el derecho a desobedecer es, siempre, una excepción, y como tal debe ser considerado.
Resta señalar que el poder jerárquico se ejerce, por principio, sobre todos los funcionarios y
empleados de la Administración Pública. Pero hay algunos funcionarios que, por la
posición que ocupan o por la índole de sus actividades, escapan a dicho poder jerárquico y,
en consecuencia, al deber de obediencia. Entre ellos se encuentran el presidente de la
República, pues no tiene sobre sí superior alguno; los órganos consultivos y los de
control, y los que realicen funciones o actividades de tipo jurisdiccional; los funcionarios
administrativos que realicen funciones estrictamente técnicas, para cuyo ejercicio sólo
deben guiarse por su conocimientos científicos, siendo inconcebible que al respecto algún
superior les dé órdenes, y los afectados a la enseñanza superior o universitaria, aunque
únicamente en lo relacionado con su actividad académica.
Control jerárquico.

Siguiendo a Linares, cabe destacar que nuestra doctrina es unánime en señalar que la
superioridad del Poder Ejecutivo sobre los entes descentralizados institucionales, es de
menor intensidad que la que ejerce sobre los órganos simplemente desconcentrados.

a) control que ejerce el Poder Ejecutivo u otro órgano delegado de su dependencia, y que
no implica subordinación jerárquica (tutela);

b) control que ejerce el Poder Ejecutivo u otro órgano de su dependencia que implica
subordinación jerárquica parcial;

c) control externo que ejercen organismos permanentes dotados de función controladora de


auditoría o legalidad o gestión, como principal actividad (tribunales de cuentas, sindicaturas
burocráticas, etc.).

A tenor de lo expuesto, es preciso destacar que la descentralización administrativa


institucional supone una regla básica consistente en que el ente administrativo creado no
puede tener un grado de libertad jurídica que implique subordinación plena al Poder
Ejecutivo, ni libertad plena frente al Estado, equivalente a la de una sociedad privada.

Hay un término medio de libertad con varias gradaciones que dependen de la prudencia
legislativa. La primera parte de la regla es obvia, mientras que la segunda se basa en que un
ente de exclusiva propiedad del Estado jamás puede ser libre totalmente del derecho
público y de la vigilancia del Estado. Tenemos así que el Ejecutivo ejerce superioridad
jerárquica plena sobre los órganos desconcentrados, quedando la relación entre los dos
grados como de "superioridad plena-subordinación plena". Y que ejerce superioridad de
tutela sobre los entes descentralizados quedando la relación entre esos dos grados como
"superioridad relativ - subordinación relativa". Por lo demás, la ley general vigente sobre
ciertas especies de empresas estatales pueden establecer expresamente el alcance preciso de
la tutela en ciertas materias.
que la autoridad superior lo conozca. Se debe sustentar necesariamente en nueva prueba
instrumental, salvo en aquellos casos en que el órgano administrativo constituye única
instancia. Es un recurso opcional y su no interposición impide el ejercicio del recurso de
apelación.

Impugnaciones o recursos administrativos.

Es el medio que utiliza un particular o una comunidad para sustentar el derecho que
invocan reconocer. Equivale a una denuncia en el ámbito administrativo como reproche o
impugnación a un determinado comportamiento de un funcionario público. A través de este
instrumento procesal se busca restablecer la legalidad y, además, armonizar los derechos
subjetivos con, el interés público. DROMI define a los recursos corno

“actos de los administrados mediante los cuales se pide a la administración la revocación o


reforma de un acto suyo o de una disposición de carácter general de rango inferior a la ley
en base a un título jurídico específico”.

Los recursos se interponen ante y se resuelven por la propia administración, que reúne una
doble condición de Juez y parte, lo que determina la existencia de una tensión irreductible,
se ejercerán una sola vez en cada proceso y nunca simultáneamente. Sólo son impugnables
los actos definitivos que ponen fin a la instancia y los actos de trámite que determinen la
imposibilidad de continuar el procedimiento o produzcan indefensión.

Clases:

En nuestra legislación tenemos las siguientes clases:

• Recurso de Reconsideración.

Tiene por objeto dar oportunidad a la autoridad que emitió el acto administrativo, que
pueda revisarlo nuevamente, tomando en cuenta las objeciones formuladas contra el
mismo, antes que la autoridad superior lo conozca. Se debe sustentar necesariamente en
nueva prueba instrumental, salvo en aquellos casos en que el órgano administrativo
constituye única instancia. Es un recurso opcional y su no interposición impide el ejercicio
del recurso de apelación.
• Recurso de Apelación o de Alzada.

Es el que se entabla ante una autoridad administrativo superior a quien se encuentra


subordinado el funcionario público que dictó el acto administrativo que se impugna. Esa
autoridad debe ser competente y puede anularlo, revocarlo confirmarlo. Si se da el último
caso, se puede recurrir a un funcionario público inmediatamente superior al último. Se
sustenta en una Interpretación diferente de las pruebas producidas o cuando se trate de
cuestiones de puro derecho.

• Recurso de Revisión.

Es el que se interpone ante una tercera instancia, si las dos instancias anteriores fueron
resueltas por autoridades que no son de competencia nacional. El término para la
interposición de los recursos es de quince días perentorios, y deberán resolverse en el plazo
de treinta días.

Elementos.

En los recursos administrativos están implícitos los elementos que lo caracterizan: a)


Actividad de control administrativo. b) Propósito correctivo. c) Se origina a instancia de
parte, porque quien acciona tiene que ser un sujetó legitimado. d) Se deduce contra actos
administrativos que lesionan o niegan un derecho; debe distinguírsele de la simple
solicitud. e) Su finalidad es el mantenimiento de la juridicidad administrativa y la
protección y garantía de los derechos e intereses de los administrados.

Revocacion.

Los actos administrativos declarativos o constitutivos de derechos o intereses legítimos no


pueden ser revocados, modificados o sustituidos de oficio por razones de oportunidad,
mérito o conveniencia. Salvo: Cuando la facultad revocatoria haya sido expresamente
establecida por una Ley. Cuando sobrevenga la desaparición de las condiciones exigidas
para la emisión del acto administrativo. Cuando se favorezca legalmente a los destinatarios
del acto y siempre que no se genere perjuicios para terceros
Control judicial de los actos de la administración.

Lo primero que nos preguntamos es, ¿qué significa la jurisdicción?, y ¿quién ejerce
jurisdicción? En diversas oportunidades el tema ha sido confundido con la competencia y
con la división territorial de algunos órganos administrativos, como la errónea acepción de
jurisdicción municipal. Como lo expresa Couture, en el derecho de los países
latinoamericanos este vocablo tiene, por lo menos, cuatro acepciones: ámbito territorial;
sinónimo de competencia; conjunto de poderes o autoridad de ciertos órganos del poder
público; y su sentido preciso y técnico de función pública de hacer Justicia.

La competencia es un límite de la jurisdicción. Los jueces en general tienen jurisdicción,


pero no todos son competentes para el conocimiento de un determinado asunto. Un juez
competente es un funcionario que tiene implícita la jurisdicción; pero puede suceder que un
juez que no tenga competencia sí ejerza jurisdicción. Por ello la primera frase: la
competencia limita la jurisdicción.

El control jurisdiccional privativo de los actos.

Todos los organismos del Estado la ejercen, pero la jurisdiccional únicamente al judicial.
La jurisdicción es una auténtica función estatal, uno de los tipos de actividad a través de
los cuales se manifiestan los fines mismos del Estado. Para algunos autores, principalmente
procesalistas, es la principal función que realiza el Estado. Hay que recordar que el Estado
tiene otras importantes funciones que realizar, la administrativa y la legislativa. Aquí hay
que hacer una diferenciación de las otras funciones que ejerce el Estado y la jurisdicción.

En este sentido dice González Pérez: A través de la función legislativa, el Estado crea el
derecho, o, si se quiere, positiva el derecho natural; deroga o modifica preceptos del
ordenamiento jurídico. El legislador es en frase de Calamandrei el verdadero
transformador de la política en derecho. Las funciones administrativa y jurisdiccional,
por el contrario, no implican una innovación del ordenamiento jurídico. Parten del
ordenamiento vigente en un momento dado. Pero el contenido específico de una y de otra
es harto distinto.
Las jurisdicciones administrativas. La función jurisdiccional es una, pero eso no implica,
que cuando la misión que se realiza a través de ella, es atribuida a diversos conjuntos de
órganos, a los que se les otorga el conocimiento de determinadas materias y se regulan
procedimientos especiales, puede desarrollarse de una clasificación de la jurisdicción. De
aquí que surgen los distintos criterios de clasificación, especialmente el que distingue la
jurisdicción ordinaria de las llamadas jurisdicciones especiales. A la jurisdicción
ordinaria es a la que se acude normalmente y las jurisdicciones especiales se acude en
aquellos casos especiales en que el legislador ha creído prudente excluirlos del
conocimiento de la jurisdicción ordinaria, atribuyéndoselos a un conjunto de órganos
jurisdiccionales diferentes de los que constituyen la jurisdicción ordinaria.

Función pública de hacer Justicia. La competencia es un límite de la jurisdicción. Los


jueces en general tienen jurisdicción, pero no todos son competentes para el conocimiento
de un determinado asunto. Un juez competente es un funcionario que tiene implícita la
jurisdicción; pero puede suceder que un juez que no tenga competencia sí ejerza
jurisdicción. Por ello la primera frase: la competencia limita la jurisdicción.

Proceso contencioso administrativo.

Origen:

El contencioso administrativo, surge como consecuencia del nacimiento del derecho


administrativo y la necesidad de tener un medio de control, para los particulares, para tener
la oportunidad de impugnar las resoluciones y decisiones de la administración pública. En
Guatemala, este medio de control surge como el recurso de lo contencioso administrativo,
sin embargo ya se estableció que se trata de un verdadero proceso judicial, regulado dentro
de la Ley de lo Contencioso Administrativo, emitido el veinticinco de Septiembre de 1936,
siendo leyes complementarias para este proceso otras leyes entre las que encontramos, la
aplicación supletoria de la Ley del Organismo Judicial y el Código Procesal Civil y
Mercantil: El Decreto-Ley 45-83 del Presidente de la República, en el cual se regulan las
competencias del Tribunal, diligencias previas al Proceso para órganos que no tienen
recursos.
Características:

Dentro de las características más importantes del contencioso administrativo encontramos:

Que no se trata de un recurso, como lo regula la Ley de lo Contencioso, sino de un


verdadero proceso de conocimiento.

Que es un proceso que se conoce y se resuelve dentro de un órgano jurisdiccional (Tribunal


de lo Contencioso Administrativo), en este sentido, hay que hacer notar, que el código
Tributario, creó las Salas de lo Contencioso Administrativo de conformidad con la
especialidad.

Su competencia está dirigida a conocer de las controversias que surgen de las relaciones
que se dan entre la Administración Pública y los Particulares.

Lo conoce un Tribunal Colegiado, integrado por tres magistrados titulares y tres suplentes.
El recurso contencioso administrativo es un verdadero proceso de conocimiento, es un
medio de control que tienen los particulares o administrados, para oponerse a las
decisiones, resoluciones o actos de los órganos administrativos, una vez agotada la vía
administrativa, es decir que se hayan agotado los recursos administrativos en la vía
administrativa. El proceso de lo contencioso administrativo es un medio de control
privativo, que los particulares tienen, una vez agotada la vía administrativa y que en la ley
se encuentra conceptualizado como un recurso, pero que en la Constitución Política de la
República, lo regula como un proceso, en el artículo 221- En el artículo 221 de la
Constitución Política de la República de Guatemala, se encuentra regulado lo relativo al
Tribunal de lo contencioso administrativo, la función que se desarrolla éste y regula el
recurso de casación, en contra de las resoluciones y autos que pongan fin al proceso.

Articulo 221 TRIBUNAL DE LO CONTENCIOSO ADMINISTRATIVO

Su función es controlador de la juricidad de la administración pública y tiene atribuciones


para conocer en caso de contienda por actos y resoluciones de la Administración y de las
entidades descentralizadas y autónomas del Estado, así como los casos de controversias
derivadas de contratos y concesiones administrativas.
Para ocurrir a este Tribunal, no será necesario ningún pago o caución previa, sin embargo
la ley podrá establecer determinadas situaciones en las que el recurrente tenga que pagar
intereses a la tasa corriente sobre los impuestos que haya discutido o impugnado y cuyo
pago al fisco se demoró en virtud del recurso. Contra resoluciones y autos que pongan fin al
proceso, puede interponerse el recurso de casación. Es importante destacar que el Tribunal
de lo Contencioso Administrativo, es el controlador de la juricidad de los actos de la
administración pública y lo que es importante, la Constitución Política, lo deja
conceptualizado, como un proceso en su último párrafo. Este proceso se encuentra regulado
en el Decreto 119-96 del Congreso de la República, Ley de lo Contencioso Administrativo,
promulgado el 21 de noviembre del 1996 y publicado en el Diario de Centro América el
veinte de diciembre de 1996.

Naturaleza jurídica:

La correcta calificación de la naturaleza jurídica del proceso contencioso administrativo


Establecida por la Ley de lo Contencioso Administrativo obliga a realizar una serie de
precisiones, porque en las anteriores leyes se identificó esta acción, no como un proceso,
sino como un recurso, tomando en consideración que el resultado del mismo es modificar,
confirmar o revocar una resolución de la administración pública. Para establecer la
naturaleza jurídica es necesario determinar cuál es la esencia de lo Contencioso
administrativo, si constituye una figura autónoma, si tiene características propias que lo
hacen diferente de un recurso y, a la vez diferente de los procesos que se siguen ante los
restantes órdenes jurisdiccionales. Con base a la dualidad de su denominación tanto en la
legislación como en la doctrina, es preciso diferenciar lo que es un recurso y un proceso
para definir con cuál de estas dos figuras jurídicas pueden identificarse mejor el
contencioso administrativo:

Objeto del proceso contencioso administrativo.

-Tiene por objeto obtener una declaración de voluntad por parte del tribunal;
-Reúne los principios formativos de todo proceso, entre los cuales podemos mencionar los
siguientes: igualdad, inmediación, concentración, preclusión, concentración procesal etc.
Los cuales no se presentan en un recurso.

-En este proceso existe la oportunidad procesal de alegar excepciones (defensas) que la ley
contempla, circunstancia que no se da en los recursos;

-A diferencia de otros procesos, este proceso será de una sola y única instancia ya que su
trámite se realiza en una sala jurisdiccional;

-En consideración a que su finalidad es el control de la juridicidad de los actos


administrativos, se permite la revisión de una resolución de la administración a través de un
examen de la misma

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