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La alimentación de la multitud.

Mateo 14:22-23

I. UN VERDADERO MISIONERO DEBE ESTAR CONVENCIDO QUE SIRVE A DIOS Y QUE DIOS

ES SEÑOR

Cuando la multitud vio el milagro recordaron la promesa dada a través de Moisés en


Deuteronomio

5 El SEÑOR tu Dios levantará de entre tus hermanos un profeta como yo. A él lo escucharás.
(Deu 18:15 NVI)

Por eso le piden a Jesús señales, pues quieren ver que puede como Moisés hacer señales para

aceptarle.

Veamos (Joh 6:30-31 R60) “Le dijeron entonces: ¿Qué señal, pues, haces tú, para que veamos, y
te creamos? ¿Qué obra haces?
Nuestros padres comieron el maná en el desierto, como está escrito: Pan del cielo les dio a comer”.

Relacionaron la multiplicación de3 los panes con el maná en tiempo de la liberación egipcia que

les permitió soportar el desierto hasta entrar a Canaán y convertirse en la nación de Israel..

Vieron en Jesús un profeta que así como Moisés condujo al esclavo pueblo a la liberación del

Imperio egipcio, este Jesús los podría llevar del sometimiento romano a la gloria nacional,

El problema es que los Israelitas recordaban como milagro las cosas que recibieron de Dios por

medio de Moisés, tales como el manà, agua, carne, sombra, luz.

Cuando el verdadero milagro no fue el sustento que recibieron, el milagro que se gestó en el

desierto fue restablecer comunión con la raza humana, pues el pecado causa separación entre

Dios y nosotros.

Darles pan, agua, sombra, calor en la noche, no era en si el gran milagro, pues Dios hace salir su

sol sobre buenos y malos, hace llover sobre justos e injustos.

El gran milagro era Cristo entre ellos.

Y Jesús les dijo: De cierto, de cierto os digo: No os dio Moisés el pan del cielo, mas mi Padre os da
el verdadero pan del cielo.
33 Porque el pan de Dios es aquel que descendió del cielo y da vida al mundo.
34 Le dijeron: Señor, danos siempre este pan.
35 Jesús les dijo: Yo soy el pan de vida; el que a mí viene, nunca tendrá hambre; y el que en mí
cree, no tendrá sed jamás.
(Joh 6:32-35 R60)

Todo lo que les ocurrió tenía como fin que aprendieran a contemplar a Jesús, pero ellos se

quedaron con el pan.

Y el resultado fue el natural, el que había de darse. Cuando las cosas pasan a ser más importantes

que Dios, cuando buscamos más el pan de Dios que al Dios del pan, Dios deja de ser Dios en

nuestra vida. Eso les pasó a los discípulos y a la multitud. Leamos

Juan 6:14,15. “Entonces, al ver esa milagrosa señal que Jesús había hecho, esos hombres dijeron:

"Realmente éste es el profeta que había de venir al mundo".*

Como Jesús entendió que iban a venir para arrebatarlo a la fuerza y proclamarlo rey, volvió a

retirarse al monte él solo”.

No vieron en Jesús al ungido sino a un profeta. No vieron en Él al Señor a quien debían obedecer,

sino a un hombre a quien ellos podían determinarle el curso de su vida, llevarlo al trono y dejarlo

sometido a favores políticos, que lo obligarían favorecerlos por gratitud. En otras palabras, rey de

bolsillo.

Cuando esto sucede, cuando Jesús no es Dios, cuando no es señor en nuestra vida, entonces no

vemos en la misión la orden del Dios todo poderoso, sino una oportunidad d logros personales.

Nos volvemos agitadores profesionales. Yo me imagino a Pedro y a los demás diciendo: Hermano

este es el momento, es ahora o nunca. Entonces se acercaron a la gente recostada en la grama y

de manera sutil preguntaron ¿Ustedes no creen que este es el profeta que ha de venir? Y se regó

como pólvora la insinuación entre la multitud hasta convertirse en un movimiento casi que

incontrolable
“ Los discípulos habían esperado durante largo tiempo un movimiento popular que pusiese a Jesús
en el trono; no podían soportar el pensamiento de que todo ese entusiasmo fuera reducido a la
nada. Las multitudes que se estaban congregando para observar la Pascua anhelaban ver al nuevo
Profeta. Para sus seguidores, ésta parecía la oportunidad áurea de establecer a su amado Maestro
sobre el trono de Israel. En el calor de esta nueva ambición, les era difícil irse solos y dejar a Jesús
en aquella orilla desolada. Protestaron contra tal disposición; pero Jesús les habló entonces con
una autoridad que nunca había asumido para con ellos. Sabían que cualquier oposición ulterior de
su parte sería inútil, y en silencio se volvieron hacia el mar” . { DTG 341.2; DA.378.3 }

Los discípulos se movieron astutamente detrás de sus propios intereses y el pueblo que los

escuchó se movió miserablemente detrás del pan.

Cuando los líderes corremos por la gloria humana, el pueblo que nos siga lo hará por el pan.

Acabado el pan, acabados los seguidores, acabados los seguidores, terminada la gloria.

Jesùs nos dice en su palabra.

(Joh 6:27 R60) “Trabajad, no por la comida que perece, sino por la comida que a vida eterna
permanece, la cual el Hijo del Hombre os dará; porque a éste señaló Dios el Padre”

¿Sabes que es lo que conseguimos cuando lo personal prima sobre la misión? . Leamos:

Marcos 6:45 “En seguida Jesús mandó a sus discípulos a subir a la barca, e ir delante de él a
Betsaida, entre tanto que él despedía a la multitud”.

A Dios le toca deshacerse de nosotros y trabajar solo.

II. UN VERDADERO MISIONERO DEBE APRENDER A DEPENDER DE DIOS

Cuando Jesús nos hace a un lado no lo hace por desecharnos, sino porque quiere que aprendamos

la gran lección, el único método que hará exitosa la vida de un misionero.

(Mat 14:23 R60) “Despedida la multitud, subió al monte a orar aparte; y cuando llegó la noche,

estaba allí solo”.

Que no es el aplauso de la gente, que no es la aceptación de las multitudes lo que nos empodera,

es la comunión con Dios. El éxito misionero se gesta sobre las rodillas.

El único método confiable y eficaz al que tiene que adherirse un misionero es a la oración.
La oración nos empodera, porque atreves de la oración no elevamos al cielo y somos participes de

la naturaleza divina.

Miremos lo que sucedió cuando Jesús terminó de orar.

(Mar 6:48 R60 “Y viéndoles remar con gran fatiga, porque el viento les era contrario, cerca de la

cuarta vigilia de la noche vino a ellos andando sobre el mar, y quería adelantárseles”

 Mediante la oración podemos ver la necesidad de la gente

 Mediante la oración podemos discernir que la gente viaja en un mundo contrario a la orden

divina

 Mediante la oraciòn podemos llegar a la gente con pleno domino de las circunstancias

Adversas, la gente verá que aunque estamos en mismo embravecido mar Dios nos ha dado

dominio sobre las tormentas.

La gente descubrirá por testimonio, que para una vida de dependencia de Dios, no hay mar, no hay

tormenta ni circunstancia que la detenga. Amen

 Solo mediante una vida de oraciòn podremos llegar a la gente con un mensaje de

esperanza

Mar 6:49-50 R60) “Viéndole ellos andar sobre el mar, pensaron que era un fantasma, y
gritaron;
50 porque todos le veían, y se turbaron. Pero en seguida habló con ellos, y les dijo: ¡Tened

ánimo; yo soy, no temáis!”

Jesús no solo los vio, no solo discernió la situación, Jesús no solo dominó la tormenta, Jesús les

llevó un mensaje de esperanza. Tened ánimo, yo soy.


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