Luminaria fluorescente
Se conoce por luminaria fluorescente, al conjunto que forman una lámpara, denominada tubo fluorescente,
y una armadura, que contiene los accesorios necesarios para el funcionamiento. En ciertos lugares se
conoce como luminaria solamente a la lámpara. La lámpara es de descarga de vapor de mercurio a baja
presión y se utiliza normalmente para la iluminación doméstica o industrial. Su ventaja frente a otro tipo de
lámparas, como las incandescentes, es su eficiencia energética
Lámparas fluorescentes
Una lámpara fluorescente es un cilindro de vidrio en cuyo interior se alojan una serie de materiales que
combinados producen luz. Cada componente es imprescindible para que la luz se produzca y que la luz
tenga un color determinado.
Los materiales usados son:
Un cilindro de vidrio.
Fósforo. El fósforo recubre el interior del cilindro de vidrio como una película blanquecina. Se debe
tener cuidado si se rompe la fluorescente ya que ese recubrimiento toma forma de polvo
blanquecino, como si fuera talco, y es tóxico. Por eso no se deben tirar las fluorescentes a la basura
si no reciclarlas de forma conveniente.
Vapor de mercurio.
Gases inertes como el Neón y el argón.
Funcionamiento
Para poner en funcionamiento una fluorescente hay que calentar unos filamentos de tungsteno (como los
de las bombillas) que se encuentran en ambos extremos del cilindro de vidrio. Estos filamentos al calentarse
desprenden electrones que ionizan (cargan eléctricamente) los gases inertes (argón y neón) haciendo que
entren en un estado de materia llamado plasma (existen 4 estados de la materia, sólido, liquido, gaseoso y
plasma). Cuando los gases se encuentran en su estado de plasma se excitan los átomos de mercurio que
producen una luz visible aunque la mayor parte se muestra como luz ultravioleta, poco útil para nosotros.
Sin embargo esta luz ultravioleta incide en el fósforo que reacciona emitiendo luz visible. Según el tipo de
luz deseada (más azul o más naranja) se usará un tipo de recubrimiento de fósforo u otro.
Componentes eléctricos
Normalmente las lámparas fluorescentes se encuentran listas para montar, con todos sus dispositivos ya
interconectados y fijados en una base y sólo se debe hacer la conexión eléctrica utilizando los siguientes
materiales.
Cebador. El cebador genera el impulso eléctrico necesario para encender la fluorescente, después
de ese impulso y si ha logrado el objetivo de activar el proceso deja de funcionar. Por tanto su
misión es corta en el tiempo, pero vital. Sin cebador no hay posibilidad de iluminación fluorescente.
Reactancia. La reactancia tiene como fin controlar que la fluorescente no se destruya. Los gases
cuanto más calientes están menos resistencia eléctrica oponen con lo cual más intensidad
absorben. De este modo si se conectan directamente acabarían destruyéndose. La función de la
reactancia es no permitir más intensidad que la tolerada por la lámpara.
Solucionar averías.
Si el tubo parpadea: El tubo está agotado y hay que cambiarlo o está trabajando por debajo de la
temperatura mínima de funcionamiento, unos 10º. Si se necesita iluminación en lugares fríos comprar
una reactancia apta para temperaturas bajas.
Si el tubo tiene los bordes negros: El tubo está agotado o lo estará en breve, hay que cambiarlo.
El tubo sólo se enciende en los bordes: El cebador está fallando, hay que cambiarlo.
Se escucha un ruido eléctrico: La reactancia está trabajando mal, revisar las conexiones por si no
estuvieran bien fijadas. Si persiste comprobar la potencia máxima de la reactancia, puede que sea
inferior a la requerida por el tubo. Comprobar el tubo y tener la reactancia con potencia especificada.
El tubo no se enciende: Comprobar que llega voltaje, luego cambiar el cebador, es más fácil de sustituir.
Si persiste cambiar el tubo y por último la reactancia.
A la hora de tomar un baño, la temperatura debe ser la adecuada; no fría, no caliente. Las duchas eléctricas
nos proporcionaran la temperatura justa del agua sin tener problemas con calefones o termotanques.