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I
COLECCIÓN
DE
ESCRITORES CASTELLANOS
CRÍTICOS
ESTUDIOS
CRÍTICA LITERARIA
TIRADAS ESPECIALES
! al 50.
50 ejemplares en papel de
hilo, del.
I al X.
,0 v en papel China, del..
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ESTUDIOS
CRÍTICA LITERARIA
POR KL DOCTOR
M. MENÉNDEZ V
PRTMERA SERIE
(secunda edición)
ffj 1893
AL
Su amigo que no
,
le olvida ,
&&!>
DE LA POESÍA MÍSTICA
DE LA POESÍA MÍSTICA (i).
Señores:
ricamoderna.
Reservado queda á les futuros biógrafos de
D. Juan Eugenio Hartzenbusch hacer minu-
cioso recuento de todas las joyas de su tesoro
literario, sin olvidar, ni sus delicadísimas na-
Edad Media?
Esta poesía, aun la imperfecta y heterodoxa,
ora tenga por intérpretes yoguis indostánicos,
gnósticos de Alejandría, rabinos judíos ó asce-
tas cristianos, no es ni ha podido ser en ningún
siglo género universal y de moda, sino propio
y exclusivo de algunas almas selectas, desasidas
de las cosas terrenas, y muy adelantadas en los
caminos de la espiritualidad. Se la ha falsifi-
divinas excelencias.
Y dados tales precedentes, á nadie asombrará
que tarde tanto en asomar la poesía mística en
la Iglesia latina,
y que, aun entre los griegos,
no tenga más antigüedad que el siglo IV ni más
intérprete digno de la historia que el neo-pla-
tónico Sinesio, discípulo de Hipatia, amainan
3
DE LA POESÍA MÍSTICA. 1
DE LA POESÍA MÍSTICA. 1
vestidura de Dios.
De esta poesía herética tenemos una mues-
tra en España: el himno de Argirio, conser-
vado, aunque sólo en parte, por San Agustín
en su carta á Cerecio (Epíst. CCXXXVI1 de
la edición de San Mauro) Le usaban los
(i).
V. —
[ h sa'
i cu n
i 'olo : Itate cti
y occidentales no
corresponden, pocos libros
habría en el mundo
tan maravillosos
como este Robinsón filoso-
fo, en que el protagonista Hat, nacido en
una ,sla desierta y amamantado por una ga-
cela, crecido
y formado sin trato ni comuni-
cación con racionales,
va elaborando por sí
rmsmo sus ideas, procediendo
de lo particular
¿ lo general, de lo concreto á
lo abstracto, del
f,ancés
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P or Mardoqueo Ven-
Las condiciones de
este H¡«n, P c„
tenerme en otros poetas
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Jos dos Ben-Fzras
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° S CUenta como
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ta puede vc!í: ¿t NaChmán,S0bre ,os
DE LA POESÍA MÍSTICA. 25
templadores ,
escribió su libro para resolver el
ginal ,
sino en la traducción de Boecio. Pero
no fué obstáculo esta ignorancia del texto de
Aristóteles para que la escolástica, que en este
primer período no pudo tomar de más que él
glo xvir.
Ni necesitaron los escolásticos que moros y
judíos viniesen á revelarles las dulzuras de la
contemplación y de la unión extáticas, puesto
que, aparte de las muchas luces que podían
sacar de los tratados de San Agustín, eran lec-
DE LA POESÍA MÍSTICA. 3
de Pedro Cardenal.
¿Y á quién extrañará que enfrente de toda
esta literatura franciscana, cuyo más ilustre
xv 3
34 ESTUDIOS DE CRÍTICA LITERARIA.
Sorbona.
He dicho que los versos de Ausías constitu-
yen reunidos, una
,
filosofía del amor y de la
manisco pensamiento.
Gala y carácter de este misticismo español
es lo delicado y agudo del análisis psicológico,
(1) El alma.
48 ESTUDIOS DE CRITICA LITERARIA.
Ella verá con desusado estilo
Toda regarse y regalarse junto
De un, salido de Dios, sagrado Nilo.»
templativa.
Todos nuestros grandes místicos son poetas,
aun escribiendo en prosa, y lo es más que to-
XV 4
50 ESTUDIOS DE CRÍTICA LITERARIA.
DE LA POESÍA MÍSTICA. 5
(i) Como se ve, apenas aludo más que á las odas No-
che serena, A Salinas, A
Felipe Ruiz, A la vida del Cielo,
que son las que tienen el carácter místico más señalado.
En Apartamiento, hay rasgos de mis-
otras, v. gr., la del
ticismo, y en una de Luis de León por
las atribuidas á Fr.
el P. Merino, la cual no suele imprimirse en las ediciones
vulgares, se leen estas dos bellísimas estrofas, que, si no
son del gran Maestro, merecen serlo:
Gocémonos, amado,
Y vamonos á ver en su hermosura
El monte y ei collado,
Do mana agua pura:
el
Entremos más adentro en la espesura.
Y luego á las subidas
Cavernas de las piedras nos iremos,
Que están bien escondidas,
Y allí nos entraremos,
Y el mosto de granadas gustaremos.
Quédeme y olvidéme,
El rostro recliné sobre el amado,
Cesó todo y déjeme,
Dejando mi cuidado
Entre las azucenas olvidado.»
«Cuando tú me mirabas,
Su gracia en mí tus ojos imprimían?»
Y cuando al mediodía
Tienes la siesta junto á las corrientes
Del agua clara y fría,
DE LA POESÍA MÍSTICA. 63
Temo que
este discurso se va prolongando,
demasiado, y por eso renuncio á hablar de
otros poetas secundarios; aunque ya adverií al
principio que la verdadera inspiración mística
es cosa rarísima, aun en medio de aquella ma-
ravillosa fecundidad de la poesía devota que
ilustra nuestros dos siglos de oro; y sólo ras-
gos esparcidos de ella encontraréis en esa selva
de Cancioneros Sagrados, Verjeles, Jardines
y Conceptos Sagrados, con que tanto bien y
consuelo dieron á las almas y tanta gloria á ,
Cantad, ruiseñores,
Al Alborada,
Porque viens el Esposo
De ver al alma....
— En Vos me transformo.
— Y yo en Vos me quedo.
xv 5
66 ESTUDIOS DE CRÍTICA LITERARIA.
En ti me vi felizmente,
Muy negada y muy vacía
De criaturas y afectos,
Cuanto lejos de mí misma.
En ti le pedí su unión
Con ansiis de amor tan vivas,
Que no sé si le obligaron:
Él lo sabe y Él lo diga.
DE LA POESÍA MÍSTICA. 69
Perdida mi memoria,
Mi entendimiento absorto,
Mi voluntad se rinde,
Y dulcemente en mar de amor zozobro.»
DE LA POESÍA MÍSTICA. 7
nimo.
72 ESTUDIOS DE CRITICA LITERARIA.
los que ,
por el extremo contrario aplicando ,
He dicho.
Señores:
xv 7
()8 ESTUDIOS DE CRÍTICA LITERARIA.
como D. Juan.
De todo esto infiere Hegel que, dentro de
las condiciones ordinarias de la vida, lo épico
y aun lo poético es imposible, porque en toda
sociedad bien organizada las actividades y
energías individuales se funden en una activi-
dad común, y van derechas á un blanco, sin
que sea posible ninguna órbita excéntrica, á
menos de tropezar á cada paso con las leyes
divinas y humanas, fijas ya con carácter impe-
rativo y absoluto.
Adiós, pues, el carácter individual, según
esta desconsoladora doctrina idealista, y adiós
también la poesía en la historia. Cuanto hoy
se realiza (este hoy quiere decir desde Homero
hasta nuestros días, ó, por lo menos, desde la
Canción de Rolando), se realiza con un fin
del
nio aquel factor incógnito de la historia
,
el contexto de la obra ,
que es una cadena de
guerras, enfermedades, hambres, terremotos,
inundaciones, erupciones volcánicas, rayos y
tempestades, parricidios y crímenes de toda
suerte (i); nueva y extraordinaria manera de
escribir la historia. Ni es esta la única nove-
dad de Orosio, sino también la de ser el pri-
mer historiador universal, en el más propio
sentido del vocablo, no ya por la extensión
geográfica, en lo cual pudieran disputarle la
prioridad Diodoro Sículo , Trogo Pompeyo y
otros antiguos, sino por haber sido el primero
que consideró el género humano como una
sola familia, y, lo que es más, como un solo in-
dividuo, afirmando, no sólo que la divina Pro-
grandinum smva,
íuenda, aut ictibus fulminum plagisque
ve! etiam parricidiis flagitiisque misera.
,
122 ESTUDIOS DE CRÍTICA LITERARIA.
nuevo Renacimiento,
Excmo. Señor:
Señores:
gencia.
No os repetiré los pormenores, por desgracia
escasos, que tenemos de la biografía de nuestro
Metropolitano, enlazada además estrechamente
con la de los otros hijos de Severiano, y, sobre
todo, con la de San Leandro, gloria también de
esta cátedra metropolitana; principal agente de
la conversión de los visigodos, y luminar ma-
yor del Concilio Toledano III, que recogió de
sus labios palabras no menos elocuentes é infla-
madas que las de los Basilios y Crisóstomos.
No os mostraré á San Isidoro, exaltado después
y Gregorios.
El hombre de ciencia, en los primeros siglos
de la Edad Media, antes del siglo xm (en que
la civilización cristiana llega á su plena madu-
SAN ISIDORO. 14 5
plicar son las del latín rústico, sino las del latín
clásico, ni las más veces es él quien habla,
sino Varrón, ó Festo, ó Aulo Gelio, ó Sueto-
nio, por boca de él; aunque no deje de apuntar
de vez en cuando, por fortuna nuestra, que tal
filología antigua.
RODRIGO CARO.
NOTICIAS
RODRIGO CARO ^\
xv 12
J 78 ESTUDIOS DE CRÍTICA LITERARIA.
gran Lope.
Después de la muerte de Tamayo de Vargas,
Rodrigo Caro pretendió en 1641 el oficio de
cronista de Indias, por mediación de Rioja, que
debió de andar muy remiso en el asunto. Así
se lo escribe á Caro, en 8 de Octubre de aquel
año, su grande amigo el Ldo. Sancho Hurtado
que pudiese y lo
cer todos los buenos oficios ,
XV 13
I
94
ESTUDIOS DE CRÍTICA LITERARIA.
texto y en el comentario.
No hay que lamentarse mucho de la escasez
de este libro. La mentira es contagiosa, y nadie
puede estar muy seguro de que no se le pegue
de la España Sagrada.
De ningún auxilio pudieron ser á Caro para
su empresa de topógrafo y de epigrafista los
Morgados, los Argotes, los Collados, los Pera-
zas y los Espinosas, únicos historiadores que
hasta entonces contaba Sevilla, crédulos todos
Bcetis urbs
davía no aparece en él la famosa
Utricula, y Rodrigo Caro se
contenta
sive
Des-
con reducir Utrera al municipio Siarense.
pués el falso Dextro le echó humo en los
castellano.
La primera parte del Memorial, más que de
Utrera, debiera llamarse de Itálica, puesto que
autor recoge y discute sus memorias
(las
el
bro v de la Eneida.
Distribuyó, pues, Rodrigo Caro su Liber
de puerorum lusibus en seis diálogos, que llamó
Días Geniales, es decir, días de recreación ale-
xv 15
22Ó ESTUDIOS DE CRÍTICA LITERARIA.
Bosquejo de Itálica ,
el artillero Gil de Lara en
un folleto ya raro, y después de ellos Colom y
Amador de los Ríos y otros, vieron la luz, pero
parece co;no que se comphtc'; ron en que-
VIDA Y ESCRITOS DE RODRIGO CARO. 2 27
M. Menéndez y Pelayo.
w
D. FRANCISCO MARTÍNEZ
DE LA ROSA.
D. FRANCISCO MARTÍNEZ
DE LA ROSA (i).
la nueva.
Martínez de la Rosa, pues, aunque ingenio
andaluzfera ingenio del siglo xvm, y su filia-
xv 16
242 ESTUDIOS DE CRÍTICA LITERARIA.
raria.
xv 17
258 ESTUDIOS DE CRÍTICA LITERARIA.
ria ,
puesto que se influyen de un modo recí-
luntad!
Los dos dramas románticos, vel guasi, del
poeta granadino están escritos en prosa. Aben-
Humeya, el más histórico de los dos, fué com-
puesto primero en lengua francesa, y estrenado,
no sin éxito, en el teatro de la Porte Saint-
«. . . Ya tocaba
Del panteón el último recinto »
«
D. GASPAR NÚÑEZ DE ARCE.
19
D. GASPAR NÚÑEZ DE ARCE <*>.
tancia incalculable.
Es, pues, vana, aunque sea generosa empresa,
la de querer reproducir en nuestra edad los
298 ESTUDIOS DE CRÍTICA LITERARIA.
propios.
Este carácter cosmopolita ó universal que
asignamos á la poesía de nuestro siglo, no sólo
en la esfera del sentimiento individual, que
con más empeño cultiva, sino en la esfera de
los intereses generales, que á veces invade, se
refleja poderosamente en aquellas, por otra
parte escasas, obras líricas de nuestra edad,
donde el poeta ha querido agrandar el campo
de sus triunfos, no limitándose á hablar á cada
lector en solitario asilo, sino tomando alterna-
tivamente el papel de tribuno, de soldado, de
apóstol, y algunas veces el de profeta. Aun en
los cantos numerosos y algunos muy bellos,
que la unidad italiana ó la patria germánica
han inspirado, se siente como el rechazo de
una tormenta mayor, y suena á lo lejos el es-
para maldecir
res de Nueva-Granada.
Pero Núñez de Arce no es exclusivamente
poeta político, ni es posible serlo, cuando* se
llega al campo de las letras después de un pe-
ríodo de lirismo interno y psicológico. Por
otro lado, cuando la invectiva política no es
libelo personal y lleva como sustentáculo al-
prescindiendo de su aplicación.
Además, es muy difícil determinar el obje-
en
El rojo, el blanco y el verde, tradicionales
Góngora, no le han seducido
la escuela de
ÍNDICE.
Dedicatoria vn
De la poesía mística I
De la historia, considerada como obra artística. .
79
San Isidoro 137
Noticias sobre la vida y escritos de Rodrigo Caro. 163
Don Francisco Martínez de la Rosa 235
Don Gaspar Ñoñez de Arce 289
La segunda edición de este libro
el dia 9 de Diciembre
de 1893.
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University of Toronto
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