Anda di halaman 1dari 198

Carlos Armando Rodríguez obtuvo su Maestría

en Historia en la Universidad de Voronech


(Rusia) en 1.980 y el Ph.D. en Historia en
1.987 en el Instituto de Arqueología (Moscú). Su
especialidad es la Arqueología y la Historia
Prehispánica del Suroccidente de Colombia.
Durante toda su carrera sus investigaciones se
han concentrado en aspectos fundamentales
como la diversidad sociocultural prehispánica
del Norte de los Andes (Ecuador, Colombia y
Venezuela), las costumbres funerarias de las
poblaciones antiguas, la evolución de la com-
plejidad social, la organización social y los análi-
sis estilísticos de la cerámica, y el manejo de
los recursos culturales.

Actualmente es profesor Titular del Departa-


mento de Artes Visuales y Estética de la Univer-
sidad del Valle, Cali, Colombia, donde coordina
el Grupo de Investigación en Arqueología y
Diversidad Sociocultural Prehispánica, AR-
QUEODIVERSIDAD y dirige el Museo Arqueo-
lógico “Julio Cesar Cubillos”. Miembro de la
Society for American Archaeology (desde
1.996) y miembro fundador y Vicepresidente de
la Sociedad Colombiana de Arqueología (1.997-
2.000). Investigador visitante del Smithsonian
Institution (2.000) y profesor invitado de la Es-
cuela Nacional de Antropología e Historia de
México (2.007). Asimismo, es el editor del Inter-
nacional Journal of South American Archaeolo-
gy - IJSA.

Autor de 9 libros entre los cuales se destacan


“Alto y Medio Cauca Prehispánico. Colección
Colombia Antigua 1.” (2.007), “El cacicazgo
prehispánico de Guabas (700-1.300
d.C.)” (2.007), “Arqueología de Precisión. La
Aplicación de técnicas geoeléctricas y electro-
térmicas en investigaciones arqueológicas del
Valle del Cauca, Colombia.” (2.006), “Los hom-
bres y las culturas prehispánicas del Sur de
Colombia y el Norte del Ecuador” (2.005), “El
Valle del Cauca Prehispánico. Procesos socio-
culturales antiguos en las regiones geohistóri-
cas del Alto y Medio Cauca y la Costa Pacífica
colombo-ecuatoriana” (2.002). Su producción
intelectual también incluye unos 75 artículos
escritos en varios idiomas (español, inglés,
alemán, ruso) publicados en revistas científicas
nacionales y extranjeras.
Alto y Medio Cauca
Prehispánico
Colección Colombia Antigua. Vol. 1.

Carlos Armando Rodríguez, Ph.D


Profesor Titular
Universidad del Valle
Datos de Catalogación Bibliográfica

Rodríguez, Carlos Armando


Alto y Medio Cauca Prehispánico / Carlos Armando Rodríguez 1ra ed.
© Syllaba Press 2007

ISBN-10: 958-44-1655-3
ISBN-13: 978-958-44-1655-1
Library of Congress Control Number - LCCN: 2007935591

Materia: Arqueología, Antropología, Historia


Formato: .eBook PDF (Portable Document File).
Páginas: 198

1. Arqueología - Colombia. 2. Historia Prehispánica. 3. Alto y Medio Cauca. 4. Valle del Cauca.
1. Rodríguez, Carlos Armando

Carátula: Composición hecha por E.L. Rodríguez Flórez tomando


como base una fotografía publicada en Armand J. Labbé. 1998.
Shamans Gods and Mythic Beasts: Colombian Gold and Ceramics in Antiquity.
The American Federation of Arts and University of Washington Press.

Colección Colombia Antigua. Vol. 1.


Alto y Medio Cauca Prehispánico.

© Carlos Armando Rodríguez


© Syllaba Press 2007
Primera edición: Agosto de 2.007.
3.500 eBooks para distribución mundial en formatos electrónicos Active PDF y DNL.

ISBN-10: 958-44-1655-3
ISBN-13: 978-958-44-1655-1
Library of Congress Control Number - LCCN: 2007935591

Ediciones Electrónicas Syllaba Press


Editor: Ernesto León Rodríguez Flórez
Diseño y diagramación: Departamento Editorial Syllaba Press.
Dibujos en carboncillo: José Andrés López.
Mapas: Marino Ramírez.

Syllaba Press
Suite 722 - 4556
1900 N.W. 97th Avenue
Miami - Florida
Estados Unidos de América
http://www.syllabapress.com
Email: ediciones@syllabapress.com

Todos los derechos reservados ®


Prohibida la reproducción total o parcial de esta obra ni su tratamiento o transmisión por cualquier medio o méto-
do sin autorización escrita de Syllaba Press.
CONTENIDO

AGRADECIMIENTOS

INTRODUCCIÓN

CAPITULO 1

LAS SOCIEDADES DE CAZADORES-RECOLECTORES Y PRODUCTORES ANTIGUOS


DE ALIMENTOS DEL PERÍODO I
(14.500 - 2.000 a.C.)

La Región geohistórica del Alto y Medio Cauca


La Formación social de cazadores y recolectores antiguos (9.000? – 3.500 a.C.)
El Modo de vida de cazadores de megafauna (9.000? – 8.000 a.C.)
El Modo de vida de recolectores y productores tempranos de alimentos (8.000 – 3.500 a.C.)

CAPITULO 2

LAS SOCIEDADES TRIBALES IGUALITARIAS DEL PERÍODO II


(4.000/3.500 – 1.500 a.C.)

El modo de vida igualitario mixto (3.500 – 1.300 a.C.)


La sociedad La Cancana (3.500 – 1.300 a.C.)

CAPITULO 3

LAS SOCIEDADES TRIBALES JERÁRQUICO CACICALES DEL PERÍODO III


(1.500 a.C. – 1.550 d.C.).

LAS PRIMERAS SOCIEDADES CACICALES DEL FORMATIVO


SUB-PERÍODO III-A (1.500 a.C. – 0 a.C.).

Las sociedades Ferrería (400 a.C. – 700 d.C.)


Las sociedades Quimbaya (1.600 a.C. – 800 d.C.)
La sociedad Ilama (700 – 0 a.C.)
Las sociedades La Balsa (1.500 a.C. – 500 d.C.)
La sociedad Tumaco-La Tolita I (700-350 a.C.)

CAPITULO 4

LAS SOCIEDADES CACICALES DEL “CLÁSICO REGIONAL”


SUB-PERÍODO III-B (1 – 800/900 d.C.).

La sociedad Yotoco/Malagana (1 – 800/900 d.C.)


La sociedad Tumaco- La Tolita (300 a.C. – 300/400 d.C.)
CAPITULO 5

LAS SOCIEDADES CACICALES DEL PERÍODO “TARDÍO”


SUB-PERÍODO III-C (500 – 1.550 d.C.).

La sociedad Quimbaya Tardío (500 – 1.550 d.C.)


La sociedad Sonso (500 – 1.550 d.C.)
La sociedad Bolo-Quebrada Seca (800 – 1.550 d.C.)
Las sociedades cacicales tardías de la Costa Pacífica (300/400-1.550 d.C.)

BIBLIOGRAFÍA
AGRADECIMIENTOS

E ste libro fue posible gracias a la Universidad del Valle, la cual por intermedio del Grupo
de Investigación en Arqueología y Diversidad Sociocultural Prehispánica, ARQUEODI-
VERSIDAD de la Facultad de Artes Integradas y del Museo Arqueológico “Julio Cesar Cubillos” me
brindó el tiempo y la logística necesarios para llevar a cabo la investigación. Además, como es sabido
todo trabajo por individual que parezca tiene implícita una cierta elaboración colectiva. Y esta no es una
excepción. Muchos fueron los colegas y amigos que participaron indirectamente en la composición del
libro que presento al lector. De varios de ellos recibí una motivación constante para llevar a cabo mi
investigación, de otros, ayuda económica y de la gran mayoría insumos necesarios de sus investigacio-
nes que permitieron armar el rompecabezas y tratar de suministrar una visión de conjunto. Pero entre
estas personas hay algunos colegas que merecen un especial reconocimiento. Betty Meggers
(Smithsonian Institution) siempre creyó en el proyecto y estimuló de diferentes formas su realización.
Mario Sanoja e Iraida Vargas hicieron valiosas sugerencias al texto. El paciente y arduo trabajo de
Alexandra Bedoya (Museo Arqueológico de la Universidad del Valle) en la recolección y procesamien-
to inicial de la información bibliográfica fue de vital importancia para la elaboración de los diferentes
borradores del texto y su versión final.

Para organizar esta versión digital varios colegas y amigos arqueólogos me permitieron generosa-
mente consultar los informes finales de sus investigaciones o sus ponencias presentadas en congresos de
Arqueología aún sin publicar, o me obsequiaron fotografías para ilustrar el texto. Entre ellos debo men-
cionar a Jorge Iván Pino y Juan Carlos Forero y Shirley Castiblanco. Algunas fotografías fueron sumi-
nistradas por Marianne Cardale Schrimpff, Claudia Afanador, Jorge Iván Pino y Shirley Castiblanco.
Otras, fueron proporcionadas por el Museo Arqueológico Julio César Cubillos <http://
museoarqueologico.univalle.edu.co> de la Universidad del Valle. Y la gran mayoría se tomaron de pu-
blicaciones recientes las cuales mencionamos tanto el pie de foto, como en la bibliografía. Los dibujos
en carboncillo se deben a la excelente pluma de José Andrés López, mientras los mapas fueron realiza-
dos por Marino Ramírez. A todos ellos, mis sinceros agradecimientos.
INTRODUCCIÓN
INTRODUCCIÓN

H an transcurrido cinco años


desde la primera versión de
Estas pesquisas han arrojado valiosos da-
tos científicos sobre las cualidades físicas y la

INTRODUCCIÓN
este libro publicada en papel con el título de “El dieta alimenticia de las poblaciones antiguas, y
Valle del Cauca Prehispánico. Procesos sociocul- también sobre aspectos cronológicos y culturales
turales antiguos en las regiones geohistóricas del de las diferentes culturas prehispánicas que exis-
Alto y Medio Cauca y la Costa Pacífica colombo- tieron durante milenios en el actual territorio del
ecuatoriana”. Desde entonces, en estas impor- Valle del Cauca. Igualmente, la información ob-
tantes regiones del Norte de Suramérica han suce- tenida ha sido de gran importancia para la elabo-
dido una serie de acontecimientos importantes ración de nuevos guiones museográficos entre los
relacionados tanto con la realización de nuevos cuales debemos mencionar principalmente el del
9
proyectos de investigación arqueológica, como Museo Arqueológico de Palmira que abrirá sus
con la publicación de sus resultados y la utiliza- puertas al público a finales del 2007.
ción de los nuevos datos en guiones museográfi-
cos regionales sobre arqueología e historia prehis- También son de gran importancia las pu-
pánica. blicaciones y los informes finales de investiga-
ciones realizadas en los departamentos del Eje
En cuanto al departamento del Valle del Cafetero y Antioquia. Entre el 2004 y 2006 la
Cauca, tal vez lo más relevante haya sido la exca- Universidad Tecnológica de Pereira publicó dos
vación de cementerios prehispánicos y montículos volúmenes sobre “Cambios ambientales en pers-
de la Cultura Yotoco/Malagana en los sitios de pectiva histórica” que recoge una serie de artícu-
Malagana (2001), Coronado, Santa Bárbara, los relacionados con la historia ecológica y so-
(2001), La Cristalina, y el Estadio del Depor- ciocultural de la región, desde el pasado prehis-
tivo Cali (2003-2004). También, las prospeccio- pánico hasta el momento actual. De igual tras-
nes y excavaciones arqueológicas utilizando méto- cendencia han ido los diferentes proyectos de
dos geoeléctricos, electrotérmicos y radioactivos, arqueología de rescate implementados en el de-
realizadas en sitios de habitación en la sede Me- partamento del Quindío (municipios de Quimba-
léndez de la Universidad del Valle en el municipio ya, Calarcá y Armenia) que han arrojado valiosa
de Cali (2004-2005) y el poblado prehispánico información sobre los patrones de enterramiento
Quimbaya Tardío de Campoalegre en el sector en tumbas de cancel pertenecientes posiblemente
cordillerano del municipio de Ginebra (2006- a sociedades Quimbaya del Formativo o del
2007). Asimismo, los estudios arqueológicos de “Clásico Regional”. Por su parte, el informe
sitios de habitación, cementerios y caminos pre- final sobre las excavaciones arqueológicas reali-
hispánicos llevados a cabo en el Valle de La Bui- zadas en las cavernas del río Alicante, suministró
trera, en los municipios de Palmira y Pradera entre datos muy valiosos que han permitido ampliar
el 2006 y 2007, y los análisis bioantropológicos nuestros conocimientos sobre los patrones fune-
de poblaciones antiguas, realizados con materiales rarios y de asentamiento de las poblaciones que
óseos procedentes de más de 240 tumbas, que per- compartían la cultura La Cancana en el territorio
mitieron obtener valiosa información sobre las antioqueño. Asimismo, la presentación de los
condiciones de salud y enfermedades de las pobla- resultados finales de los sitos Y-021 y Y-045 del
ciones Ilama y Yotoco/Malagana. Y por último, proyecto arqueológico de Porce, que han expan-
las investigaciones interdisciplinarias entre ar- dido nuestros conocimientos sobre los procesos
queólogos y médicos tratando de conocer, utili- de colonización de los valles interandinos de Co-
zando las fuentes cerámicas, las enfermedades que lombia durante el Holoceno Temprano y Medio.
tenían las poblaciones portadoras de la Cultura
Tumaco- La Tolita II.
Todos estos nuevos datos, gran parte de los zamos las expresiones culturales de las socieda-
cuales ha sido procesados e incluidos en la pre- des Ferrería (400 a.C. – 700 d.C.), Quimbaya
sente edición digital, han permitido fortalecer la (1.600 a.C. – 800 d.C.), Ilama (700 – 0 a.C.), La
propuesta inicial del año 2002 que tenía como Balsa (1.100 a.C.-500 d.C.) y Tumaco- La Tolita
objetivo identificar y caracterizar los diversos I (700-350 a.C.). El cuarto está dedicado a las
procesos socioculturales antiguos en el Alto y sociedades cacicales del “Clásico Regional” o
medio Cauca y la Costa Pacífica colombo- Sub-período IIIb. Aquí encontramos la caracteri-
ecuatoriana. Tenemos ahora una comprensión zación cultural de las sociedades Yoto-
mucho más clara de todos estos procesos históri- co/Malagana (1 – 800/900 d.C.) y Tumaco-La
cos milenarios y de la gran importancia de resca- Tolita II (300 a.C.- 300/400 d.C.). Y por último,
tar para el presente y el futuro todo este rico pa- el quinto capitulo se interesa en el estudio de las
trimonio cultural. sociedades cacicales del período “Tardío” o Sub-
INTRODUCCIÓN

período IIIc., cuyas expresiones culturales cono-


En la presente edición continuamos usando cemos con los nombres de: Quimbaya Tardío
las cuatro categorías básicas de la “arqueología (500 – 1.550 d.C.), Sonso (500 – 1.550 d.C.),
social iberoamericana”: región geohistórica, for- Bolo- Quebrada Seca (800-1.550 d.C.) y las so-
mación social, modo de vida y cultura. Pero utili- ciedades tardías de la Costa Pacífica colombo-
zamos un enfoque que nos permite entender to- ecuatoriana (300/400 – 1.550 d.C.).
dos estos procesos humanos y socioculturales
10 enmarcados en una periodización histórica. Cada Para una mejor comprensión y una lectura
período es definido por sus principales caracterís- más agradable, este discurso textual está acompa-
ticas y dentro de él se ubican los seres humanos y ñado de 16 tablas y 104 figuras que incluyen ma-
sus logros sociales y culturales. Creo que esta- pas y dibujos artísticos de las expresiones cultu-
mos presos de las periodizaciones locales de la rales de las sociedades estudiadas.
historia antigua del Norte de Suramérica. Tanto
en el Ecuador, como en Colombia y Venezuela, La Maloka, Jamundí, Agosto de 2.007.
los arqueólogos e historiadores utilizamos deno-
minaciones diferentes para caracterizar cronoló-
gicamente procesos socioculturales similares.
Considero que es necesario superar esas miradas
locales y hacer una propuesta de periodización
que antes que desunir, integre estos procesos en
períodos de tiempo que puedan caracterizarse en
sus componentes esenciales.

Aplicando esta periodización hemos divi-


dido el libro en cinco capítulos. El primer capitu-
lo está consagrado al análisis de las sociedades
de cazadores-recolectores y productores antiguos
de alimentos del Período I comprendido entre
14.500 y 2.000 a.C. Aquí se describen los princi-
pales yacimientos arqueológicos donde han sido
identificados los modos de vida de cazadores de
megafauna y recolectores y productores tempra-
nos de alimentos en el Alto y Medio Cauca. El
segundo capítulo presenta las sociedades tribales
igualitarias del Período II ubicado entre
4.000/3.500 y 1.500 a.C. y en especial los logros
alcanzados por la Cultura La Cancana (3.500-
1.300 a.C.). A partir del tercer capítulo comenza-
mos el estudio de las sociedades complejas jerár-
quico-cacicales que existieron durante el Período
III, entre 1.500 a.C. y 1.550 d.C. En una primera
instancia abordamos las primeras sociedades ca-
cicales del Formativo o Sub-período IIIa. Anali-
Capítulo 1
LAS SOCIEDADES DE CAZADORES-RECOLECTORES
Y PRODUCTORES ANTIGUOS DE
ALIMENTOS DEL PERÍODO I
(14.500 - 2.000 a.C.)

D e acuerdo con nuestra propues-


ta de periodización de la histo-
ria Antigua de Colombia, el Período I correspon-
dería al lapso comprendido entre 14.500 y
3.500/2.000 a.C., cuando existió la Formación

Capítulo - 1
Social de cazadores-recolectores antiguos.

En Colombia yacimientos arqueológicos


de sociedades con los dos modos de vida mencio-
nados han sido estudiados en las regiones geohis-
13
tóricas del Alto y Medio Cauca, el Sur de Colom-
bia y Norte del Ecuador, el Alto y Medio Magda-
lena y el Altiplano Cundiboyacense.
Figura 1.1. Vista del Valle del Dorado en la Región Calima,
LA MACRO-REGIÓN GEOHISTÓRICA departamento del Valle del Cauca (Fotografía cortesía de
DEL ALTO Y MEDIO CAUCA Rocío Salas).

La macro-región geohistórica del Alto y


Medio Cauca corresponde al territorio andino
que sigue el eje del río Cauca, que va desde su
nacimiento cerca de Popayán en el sur, hasta cer-
ca de Medellín en el norte. Ocupa un área
aproximada de unos 50.000 km2., que incluye a
los actuales departamentos del Cauca, Valle del
Cauca, Risaralda, Quindío, Caldas y Antioquia.
Su principal eje fluvial es el río Cauca que corre
en dirección suroeste-noroeste, y el cuál se ha
constituido, desde hace milenios, en una vía de
penetración para la colonización de los diferentes
ecosistemas que la conforman. Las principales
subregiones que forman parte de esta región, de
sur a norte son: el Peniplano de Popayán, el valle Figura 1.2. Vista del Valle medio del río Calima en el depar-
geográfico del río Cauca y los valles longitudina- tamento del Valle del Cauca.
les y transversales interandinos de las cordilleras
Central y Occidental (por ejemplo, los valles de americano durante casi el 80% de toda su historia
El Dorado y Calima, del Quindío, Aburrá y Por- sociocultural. En Colombia la tenemos documen-
ce) y el Macizo Central Antioqueño. (Figuras tada arqueológicamente durante unos 7.500 años,
1.1, 1.2). desde finales del Pleistoceno, hasta el Holoceno
Medio. La principal característica de este tipo
LA FORMACIÓN SOCIAL DE CAZADO- de organización social fue la utilización directa
RES Y RECOLECTORES ANTIGUOS que los colectivos humanos hicieron de los recur-
(9.000? – 3.500 a.C.) sos naturales que tenían a su disposición, inicial-
mente por medio de una economía de apropia-
La Formación Social de cazadores- ción, y luego generando nuevos procesos de tra-
recolectores antiguos existió en el continente bajo que conllevaron a la producción de alimen-
tos por medio de la horticultura. Estas sociedades
igualitarias en su base, estaban formadas por pe-
queñas unidades familiares o grupos de éstas uni-
dos por parentesco, que compartían un territorio
común y lazos de unión ideológica, entre los cua-
les cumplían un papel muy importante las expre-
siones religiosas. Existía una división del trabajo
por sexo y edad y las actividades tanto cotidianas
como rituales estaban determinadas en cierta me-
dida, por el modo de vida de cada grupo. La mo-
vilidad tanto permanente como restringida era
una estrategia muy importante para aprovechar la
gran diversidad de recursos que ofrecía el medio
natural.
Capítulo - 1

EL MODO DE VIDA DE CAZADORES


DE MEGAFAUNA
(9.000? – 8.000 a.C.)

Uno de los principales modos de vida de la


14 Formación Social Cazadora-Recolectora fue el de
cazadores especializados de megafauna
(mastodontes, hipidontes, milodontes, gliptodon-
tes, megaterios, caballos americanos, camélidos), Figura 1.3. Principales sitios paleontológicos con restos de
el cual, de acuerdo con las fechas de radiocarbo- mastodontes en el Centro-Suroccidente de Colombia y Nor-
no obtenidas en sitios arqueológicos excavados te del Ecuador: 1. Medellín. 2. Salamina. 3. Toro. 4. La
Victoria. 5. Chaquiral. 6. Samaria. 7. La Margarita. 8. Pal-
durante los últimos 30 años en diferentes regio- maseca. 9. Mulaló.10. Yumbo. 11. Mercaderes. 12. El Re-
nes del actual territorio colombiano, existió du- molino. 13. Santafé. 14. Pubenza 3. 15. El Totumo.
rante el Pleistoceno Tardío, entre 14.500 y 8.000
años antes de Cristo (Figura 1.3). ellos no cuentan por ahora con asociaciones cul-
turales ni fechados radiocarbónicos. Molares,
La única evidencia arqueológica que existe fragmentos de huesos largos y defensas se han
de las poblaciones antiguas con un modo de vida encontrado en los últimos 60 años en nuestra re-
de cazadores especializados en la región geohis- gión de estudio, especialmente en el valle geo-
tórica del Alto y Medio Cauca, es una punta de gráfico del río Cauca. Los primeros hallazgos de
proyectil elaborada en marfil encontrada acciden- mastodontes fueron hechos en los años 40 del
talmente en el municipio de Toro, al norte del siglo XX en Medellín y Salamina. Para el Va-
Departamento del Valle del Cauca, en el lecho lle del Cauca contamos con restos fósiles de mas-
del río Cauca entre una veintena de piezas todontes, pertenecientes a unos siete ejemplares,
(molares, costillas, un fragmento de fémur, un uno de los cuales (Toro) presentó asociación con
framento mandibular) pertenecientes a un masto- una punta de proyectil elaborada en hueso. La
donte del género Stegomastodon. Este instru- primera noticia sobre un hallazgo de restos de
mento de 8.5 cm de largo que presenta dos esco- proboscideos corresponde al año de 1.967 cuan-
taduras laterales para enmangarlo, una de ellas do un campesino encontró accidentalmente hue-
bastante pronunciada, tiene en su cara anterior sos de mastodonte en la hacienda Chaquiral ubi-
huellas longitudinales producto del pulido al ela- cada en límites de los municipios de Zarzal y La
borarlo y representa el único artefacto de este Victoria. De acuerdo al análisis de sus molares se
tipo elaborado en marfil asociado con restos de trataba de un individuo viejo del género Stego-
mastodonte que se ha encontrado en Colombia mastodon. (Figura 1.6). En una siguiente visita
(Figuras 1.4, 1.5). Su presencia nos está indican- al mismo sitio paleontológico La Victoria 1, rea-
do la caza de este tipo de fauna pleistocénica por lizada por los arqueólogos Gonzalo Correal Urre-
parte del hombre en el actual territorio vallecau- go y Julio César Cubillos, durante la exploración
cano. se encontró otro fragmento de molar de masto-
donte del mismo género. Una investigación
Otros restos de megafauna pleistocénica hecha posteriormente en la hacienda Samaria,
han aparecido accidentalmente y la mayoría de
cional Alfonso Bonilla Aragón del municipio de
Palmira, accidentalmente fueron hallados varios
fragmentos fosilizados de costillas de mastodonte
identificados por el profesor Héctor Gómez Lora
como Stegomastodon.

Al año de 1.980 corresponde el hallazgo


del mastodonte de Toro ya mencionado. En
1.981 en un cementerio prehispánico excavado
por el autor en la hacienda La Margarita, corregi-
miento de Guabas, municipio de Guacarí, en la
tumba 4 construida por los representantes del
Cacicazgo de Guabas, portadores de la Cultura
Quimbaya Tardío (700-1.300 d.C.) se encontró
un fragmento fosilizado de defensa de mastodon-

Capítulo - 1
te, asociado a granos calcinados de maíz, agujas
en hueso, un fragmento de flauta travesera elabo-
Figura 1.4. Punta de proyectil en marfil utilizada en la caza
del mastodonte de Toro, hace unos 10.000 años. Altura 8.5 rada en hueso de venado y un collar con cuentas
cm. tubulares hechas con huesos de aves. Los des-
cubrimientos más recientes de restos fósiles de
estos grandes mamíferos corresponden a los años 15
90 del siglo pasado. Un fragmento condilar de un
individuo adulto apareció accidentalmente en las
calizas del corregimiento de Mulaló, municipio
de Yumbo, en una zona conocida por la frecuente
aparición de restos fósiles de diferentes animales.
Y por último, debemos mencionar el hallazgo
casual de un molar de mastodonte también en el
municipio de Yumbo en 1.998. (Figura 1.7).

Figura 1.5. Molar del mastodonte de Toro, asociado a la


punta de proyectil.

Figura 1.7. Molar del mastodonte del municipio de Yumbo.

EL MODO DE VIDA DE RECOLECTORES


Y PRODUCTORES TEMPRANOS
DE ALIMENTOS
(8.000 – 3.500 a.C.)

A finales del Pleistoceno, hacia el 8.000


a.C. comienzan a modificarse las condiciones
Figura 1.6. Molar del mastodonte de la Hacienda Chaquiral,
medioambientales en el territorio americano y
municipio de Zarzal. simultáneamente se inicia un proceso que conlle-
varía a la declinación del modo de vida anterior-
localizada al noroeste del municipio de Zarzal mente mencionado. Se inicia el Holoceno, carac-
permitió localizar restos de otro mastodonte sin terizado a nivel americano por una secuencia de
asociación alguna a artefactos líticos. En el cambios climáticos, la modificación de las for-
año de 1.971, durante los trabajos de remoción de maciones vegetales y la extinción de la megafau-
tierra para la construcción del aeropuerto interna- na. Estas nuevas condiciones medioambientales
impulsaron al hombre a modificar significativa-
mente sus patrones socioculturales, generando
nuevos procesos adaptativos a la cambiante reali-
dad física americana. Surge entonces un nuevo
modo de vida denominado de recolectores y pro-
ductores tempranos de alimentos, el cual existió,
con diversas variantes regionales, a lo largo de
toda la fase inicial y media del Holoceno, durante
unos 4.500 años.

Para la región geohistórica del Alto y Me-


dio Cauca contamos actualmente con unos 15
sitios arqueológicos y 62 fechas de radiocarbono
que evidencian asentamientos continuos de po-
blaciones precerámicas entre 8.000 y 2.000 a.C.,
Capítulo - 1

(Tabla 1.1), es decir, durante el Holoceno Tem-


prano y Medio, asociados con procesos de traba-
jo que van desde la caza y la recolección de ani-
males y vegetales hasta el manejo, procesamien-
to, domesticación y cultivo de especies vegetales,
16 evidencia de producción de alimentos por medio
de una agricultura incipiente (horticultura).
Estos sitios se encuentran agrupados en cuatro
zonas: la primera de ellas corresponde al valle de
Figura 1.8. Regiones geohistóricas antiguas del Centro-
Popayán, la segunda a la región Calima en la Suroccidente de Colombia y Norte del Ecuador: 1. Costa
Cordillera Occidental, la tercera al Viejo Caldas Pacífica colombo-ecuatoriana. 2. Sur andino de Colombia y
y la cuarta al Departamento de Antioquia (Figura Norte del Ecuador. 3. Macizo colombiano. 4. Alto y Medio
1.8). Cauca. 5. Medio y Bajo Magdalena.

El yacimiento arqueológico más antiguo Otro de los sitios arqueológicos importan-


de poblaciones con el modo de vida recolector- tes es La Elvira, el cual está localizado a cielo
productor es el de San Isidro, el cual se encuentra abierto en una terraza cerca del río Blanco, a 10
localizado sobre una colina a 1.690 msnm. a 8 Km. de Popayán, cerca de las estribaciones de la
Km. del municipio de Morales, en el Departa- cordillera central, a una altura de 1.700 msnm.
mento del Cauca, en la subregión del Peniplano Corresponde a un yacimiento multicomponente
de Popayán. Este es un sitio donde aparecieron de tres ocupaciones precerámicas y una cerámica.
las evidencias materiales de una sola ocupación Los horizontes precerámicos fueron fechados
precerámica fechada entre 8.100 y 7.580 a.C. entre 3.650 y 2.930 a.C. y en ellos apareció un
Entre los 752 artefactos recuperados (de más de taller donde se recolectaron más de 500 piezas
65.000 piezas líticas, especialmente desechos), la líticas, el 10% de las cuales fueron identificadas
mayoría sin retoque y elaborados en chert, se como artefactos. Entre estos debemos mencionar
presentaron puntas de proyectil unifaciales y bi- unifaciales y bifaces ovaladas, hoja de sauce,
faciales lanceoladas, raspadores terminales, can- pedunculadas, con semihombros, con hombros,
tos con borde desgastado, molinos planos y raspadores plano-convexos, becs o buriles? utili-
hachas. Con esta industria lítica dedicada eviden- zados principalmente en actividades de caza
temente más a la recolección y al procesamiento (Figura 1.9). Un tercer sitio, denominado La Bal-
de vegetales que a la caza, aparecieron asociadas sa está ubicado en el municipio de Cajibío. En
semillas de palmas y de especies domesticadas estratos aún sin fechados radiocarbónicos, pero
como aguacate, chachafruto y virola. San Isidro que podrían asociarse al Holoceno inferior y me-
representa uno de los principales yacimientos dio fueron recuperados perforadores, buriles, ma-
precerámicos del Suroccidente de Colombia, chacadores, manos y metates.
donde podemos estudiar los procesos más anti-
guos de movilidad restringida y territorialidad y Más al norte, en la región Calima, Depar-
la tala seleccionada del bosque con el fin de reali- tamento del Valle del Cauca, estudios arqueobo-
zar experimentos hortícolas. tánicos recientes indican que hacia el 8.000 a.C.
en el valle de El Dorado, subregión Calima, el
Tabla 1.1. Cronología absoluta de las culturas de recolectores y productores
tempranos de alimentos en el Alto y Medio Cauca.

Datación a.C. No.


Sitio/Contexto Referencia
Fechas sin calibrar Laboratorio
San Isidro (Valle de Popayán) 8.100±100 B- 65878 Gnecco 2000
San Isidro (Valle de Popayán) 8.080 ± 60 B- 93275 Gnecco 2000
El Jazmín (Risaralda) 8.170 ± 70 Ua- 24497 Aceituno 2006
Cuba- 66PER001 (Risaralda) 7.780 ±100 Beta- 121972 Cano 2001
Salento 21 (Quindío) 7.730 ±100 Beta- 146613 Rojas y Tabares 2000
Sauzalito (Calima) 7.720 ±50 Beta- 23746 Herrera et al. 1988
Sauzalito (Calima) 7.650 ±110 Beta- 23745 Herrera et. al 1988

Capítulo - 1
San Isidro (Valle de Popayán) 7.580 ±100 B- 65877 Gnecco 2000
La Selva (Risaralda) 7.540 ±110 Beta- 87188 Patiño et al. 2001
Sauzalito (Calima) 7.350 ±100 Beta- 184419 Herrera et. al 1988
Porce Y-045(Antioquia) 7.170 ± 90 Beta-72375 Castillo et al. 1999
17
El Jazmín (Risaralda) 7.070 ± 60 Beta-95061 Aceituno 2006
Porce Y-021 (Antioquia) 6.940 ± 80 Beta-114687 Castillo y Aceituno 2006
El Recreo (Calima) 6.800 ±160 Beta-26018 Herrera et al. 1988
La Pochola (Risaralda) 6.730 ± 55 Ua- 24498 Aceituno 2006
Salento 21 (Quindío) 6.480 ±160 Beta-146609 Rojas y Tabares 2000
El Antojo (Risaralda) 6.430 ± 90 Beta-93154 Múnera y Monsalve 1997
Guayabito (Risaralda) 6.040 ±100 Beta-95064 Múnera y Monsalve 1997
El Recreo (Calima) 6.030 ±20 Beta-26019 Herrera et al. 1988
El Recreo (Calima) 5.880 ±140 Beta-26020 Herrera et al. 1988
Porce Y-021(Antioquia) 5.830 ± 80 Beta-118093 Castillo et al. 1999
La Blanquita (Antioquia) 5.770 ± 50 Beta-162328 Martínez y Botero 2002
Porce Y-045(Antioquia) 5.760 ± 70 Beta-114675 Castillo et al. 1999
La Selva (Risaralda) 5.735 ±110 Beta- 87189 Patiño et al. 2001
Múnera y Monsalve
Campoaelegre-Y15 (Caldas) 5.650 ± 90 Beta-87730
1997
El Jazmín (Risaralda) 5.460 ± 65 NSRL-12549 Aceituno 2002.
El Jazmín (Risaralda) 5.640 ± 60 Beta-95062 Múnera y Monsalve 1997
Salento 24 (Quindío) 5.450 ± 70 Beta-146612 Rojas y Tabares 2000
El Pital (Calima) 5.360 ±140 Beta-13348 Salgado 1986
Pereira (Risaralda) 5.350 ± 70 Beta-151344 Integral 2001
La Hermosa (Risaralda) 5.300 ±120 Beta-151347 Integral 2001
Porce Y-021(Antioquia) 5.290 ± 80 Beta-99862 Castillo et al. 1999
Porce Y-021(Antioquia) 5.130 ± 80 Beta-99854 Castillo et al. 1999
Porce Y-045(Antioquia) 5.130 ±130 Beta-114681 Castillo et al. 1999
El Jazmín (Risaralda) 5.130± 50 Ua- 24496 Aceituno 2006
Porce Y-021(Antioquia) 5.090 ± 80 Beta-144686 Castillo et al. 1999
Tabla 1.1. Cronología absoluta de las culturas de recolectores y productores
tempranos de alimentos en el Alto y Medio Cauca. (Continuación)

Porce Y-021(Antioquia) 5.090 ± 60 Beta-118092 Castillo et al. 1999


Porce Y-045(Antioquia) 4.990 ± 70 Beta-99863 Castillo 1998
El Antojo (Risaralda) 4.480 ± 90 Beta-93154 Integral 1997
Los Arrayanes (Caldas) 4.570 ± 90 Beta-104559 Rodríguez Ramírez 1997ª
Porce Y-021(Antioquia) 4.590 ± 50 Beta-118091 Castillo et al. 1999
Porce Y-021(Antioquia) 4.530 ± 70 Beta-54805 Castillo et al. 1999
Porce Y-021(Antioquia) 4.330 ± 120 Beta-118094 Castillo et al. 1999
Porce Y-021(Antioquia) 3.930 ± 80 Beta-99864 Castillo et al. 1999
La Mikela (Risaralda) 3.900 ± 50 Beta-145285 Cano 2004
Capítulo - 1

La Selva (Risaralda) 3.875 ± 70 Beta- 87508 Patiño et al. 2001


Porce Y-21 (Antioquia) 3.720 ± 70 Beta-118095 Castillo y Aceituno 2006
El Jazmín (Risaralda) 3.675 ± 50 Ua- 24495 Aceituno 2006
18 La Elvira (Valle de Popayán) 3.650 ± 200 B- 42655 Gnecco 2000
Lusitania (Calima) 3.200 ± 180 GrN-13073? Monsalve 1985
Casa Blanca (Antioquia) 2.860 ± 70 Beta-141057 Langebaek et al. 2000
Pedrero II (Antioquia) 2.750 ± 70 Beta-104772 Botero y Salazar 1998
Pedrero III (Antioquia) 2.560 ± 80 Beta-104772 Botero y Salazar 1998
Porce Y-045(Antioquia) 2.470 ± 70 Beta-71552 Castillo et al. 1999
Porce Y-045(Antioquia) 2.460 ± 70 Beta-114676 Castillo et al. 1999
Múnera y Monsalve
Guayabito (Risaralda) 2.330 ± 80 Beta-95063
1997
Múnera y Monsalve
Campoaelegre-Y15 (Caldas) 2.320 ± 70 Beta-87729
1997
Cuba 66PER001 (Risaralda) 2.270 ± 180 Beta-99859 Cano 2001
Guayabito (Risaralda) 2.230 ± 70 Beta-95063 Múnera y Monsalve 1997
El Pital (Calima 2.140 ± 90 Beta-16839 Salgado 1986
La Selva (Risaralda) 1.925 ± 70 Beta-87188 Patiño et al. 1996
La Mikela (Risaralda) 1.400 ± 70 Beta-145284 Cano 2004

clima era más frio que el actual y la vegetación En este sitio, localizado en una loma con una vis-
fluctuaba entre bosque andino y subandino, con ta espectacular del río Calima, además de una
predominio de especies madereras como el roble serie de instrumentos líticos asociados con activi-
(Quercus) y árboles de las familias Clusia, dades hortícolas, se pudo detectar una alta activi-
Hediosnum sp e Ilex, y se registra un incremento dad biológica, debida en gran parte a la acción
de las Dyperaceas y esporas de helechos, carac- antrópica, abundante carbón, y fragmentos carbo-
terísticos de zonas abiertas con predominio de nizados de madera, semillas de aguacate (Persea
suficiente luz solar. Posiblemente el bosque era americana) y frutos de palmas. En los niveles 7 y
menos cerrado, con pequeños claros realizados 5 fechados entre 7.720 y 7.650 a.C. los artefactos
seguramente por el hombre con fines culturales. líticos hechos con materia prima local (rocas íg-
Es en este contexto medioambiental cuando de- neas intrusivas), correspondieron a lascas obteni-
tectamos la presencia inequívoca de las primeras das por percusión, yunques con martillos, dese-
poblaciones antiguas, documentada arqueológi- chos de manufactura de otros tipos de instrumen-
camente en el nivel 7 del yacimiento Sauzalito. tos utilizados para machacar tallos y romper se-
Figura 1.10. Azada, machacador y núcleo provenientes del
sitio Sauzalito. (Tomado de Cardale et al. 2005: 31).

Capítulo - 1
19

Figura 1.9. Puntas de proyectil del yacimiento La Elvira.


(Tomado de Illera y Gnecco 1986: 47,48).

millas. Además, fue recuperado un instrumento


tipo azada/hacha con borde curvo y dos escotadu-
ras para enmangarlo, utilizado posiblemente para
Figura 1.11. Azada/hacha del sitio El Pital, asociada a acti-
roturar las tierras de cultivo y/o procesar vegeta- vidades hortícolas de hace unos 9.000 años.
les (Figura 1.10). Aparecieron también dos hue-
llas de poste de forma indeterminada, pertene-
cientes a algún tipo de vivienda.

Al período comprendido entre 6.800 y


6.030 a.C. pertenecen instrumentos similares en-
contrados en varios estratos culturales del sitio El
Recreo, ubicado cerca de Sauzalito, entre los cua-
les debemos mencionar lascas con retoque e ins-
trumentos para enmangar tipo azada/hacha como
los aparecidos en Sauzalito. En El Pital, otro de
los yacimientos arqueológicos estudiados, hacia
el 5.360 a.C. el hombre continuaba elaborando y
utilizando un complejo de artefactos líticos simi-
lares a los encontrados en los otros dos sitios ya
mencionados (machacadores, bases para molien-
da o yunques, percutores y azadas), en labores
relacionadas con el procesamiento de vegetales.
Instrumentos muy parecidos se encontraron en el
estrato correspondiente a la segunda ocupación
Figura 1.12. Machacador utilizado para procesar alimentos
del sitio fechada en 2.140 a.C. (Figuras vegetales hace 7.000 años por los cazadores y productores
1.11,1.12).
de El Pital.
La ubicación de los tres sitios precerámi- munidades agroalfareras asociadas con la deno-
cos hasta ahora estudiados en el Valle del Cauca minada Cultura Ilama. Lo que si parece evidente
(Sauzalito, El Recreo y El Pital), sugieren que es que dichas poblaciones precerámicas no evo-
estas poblaciones de principios del holoceno em- lucionaron hacia un modo de vida jerárquico o
pezaban a ocupar estacionalmente espacios a cie- cacical característico de la Formación Social Tri-
lo abierto, cerca de los ríos y quebradas practi- bal, debido seguramente a fuertes cambios me-
cando actividades hortícolas con especies posi- dioambientales que les presionaron a abandonar
blemente ya domesticadas y utilizando recursos la región. También es claro que la sociedad Ilama
bióticos como peces de los ríos y quebradas, así aparece en la región como producto de fenóme-
como también una abundante fauna y flora terres- nos exógenos y ocupa los valles interandinos de
tres. Elaboraban sus instrumentos principal- Calima y El Dorado posiblemente a partir del
mente en rocas volcánicas locales, utilizando una 1.300 a.C., período en el cuál las poblaciones
tecnología muy simple, caracterizada básicamen- precerámicas seguramente ya no se encontraban
te por la percusión directa de cantos rodados o en la región Calima.
por la utilización de éstos sin ninguna modifica-
Capítulo - 1

ción previa; pero también los hacían seguramente El modo de vida recolector-productor tam-
de hueso y madera. bién fue compartido por las poblaciones que ocu-
paron los diferentes ecosistemas del territorio del
El proceso de producción de alimentos Viejo Caldas o actualmente denominado Eje Ca-
tomó un rumbo diferente en Calima con la intro- fetero (Departamentos de Risaralda, Caldas y
20 ducción del maiz (Zea mays) ya domesticado. Quindío). Allí también grupos humanos con tra-
Este cereal, denominado acertadamente el pan de diciones culturales similares a las de Calima y el
América, comienza a aparecer, de acuerdo a los valle de Popayán existieron durante un período
diagramas de polen del sitio Hacienda El Dorado, de unos 6.000 años, prácticamente desde inicios
en el límite superior de la zona 4B, datada hacia del Holoceno. En la terraza artificial de La Selva,
el 4.730 a.C. Allí se presentó igualmente polen ubicada en el municipio de Marsella, en suelos
de especies características de zonas abiertas, lo derivados de cenizas volcánicas, arqueólogos del
que estaba indicando una creciente deforestación Instituto Vallecaucano de Investigaciones Cientí-
con el objeto de ganar tierras para los cultivos. ficas, pudieron documentar la presencia de un
primer asentamiento precerámico hacia el 7.560
Esta fecha tan antigua de la introducción a.C. y una segunda ocupación del sitio en el
de este cereal en Calima apoya la hipótesis de 5.735 a.C. Ambas poblaciones utilizaron un con-
que el maíz domesticado fue utilizado por las junto lítico muy sencillo, en el cual sobresalían
poblaciones antiguas colombianas mucho antes lascas, guijarros, piedras fracturadas por el fuego
de lo que pensabamos hace algunos años. Esto y especialmente cuatro herramientas para enman-
podría confirmarlo la presencia antigua de esta gar tipo azada con filo curvo, similares a las ma-
especie vegetal en otras regiones geohistóricas nufacturadas y usadas en ese entonces por los
como el altiplano cundiboyacense. Polen de maíz habitantes precerámicos de otras regiones del
con fechas también muy tempranas ha sido re- suroccidente colombiano.
portado en el yacimiento Páramo de Peña Negra
I, donde este cultígeno aparece continuamente Poblaciones antiguas, que manejaban re-
desde el 6.370 hasta 3.260 a.C. En otro sitio cursos de un medio ambiente de selva tropical
denominado Páramo de Aguablanca II, también andina, con una tecnología lítica sencilla, tam-
se reportó polen de Zea mays encima de un estra- bién han sido detectadas recientemente en los
to fechado en 4.680 a.C. Algunos autores como alrededores del municipio de Pereira. El yaci-
Kuhry, Piperno y Pearsall apoyan la idea de que miento arqueológico Hacienda Cuba (66PER001)
este maíz fue introducido a la Sabana de Bogotá corresponde a una terraza deposicional ubicada
posiblemente por poblaciones provenientes del en la confluencia de las quebradas La Condina y
valle del Magdalena. El Oso, a una altura de 1.280 metros s.n.m. Allí
en la primera ocupación precerámica del sitio
Es poco lo que conocemos sobre el perío- (Horizonte IIA) se obtuvo una fecha de 7.780
do comprendido entre 2.140 y 1.300 a.C. , es de- a.C. asociada a restos de carbón, cantos rodados
cir, entre la última ocupación de El Pital por par- y lascas de cuarzo. La segunda ocupación fecha-
te de estos grupos con un modo de vida recolec- da en 2.270 a.C. estuvo relacionada con artefac-
tor-productor y la aparición de las primeras co- tos bifaciales tipo azada. Otro de los sitios ar-
queológicos multicomponentes de gran importan- artefactos líticos similar a los de la primera ocu-
cia es La Mikela, ubicado en una terraza aledaña pación, entre los cuales el instrumento más repre-
a la margen izquierda del río Consota. En sus sentativo fue la azada. La recuperación de unas
estratos culturales más profundos, asociadas con 27 azadas en las dos ocupaciones evidencia la
una fecha de 3.900 a.C., fueron excavados abun- gran importancia que tuvo este instrumento du-
dantes materiales líticos, especialmente lascas rante las labores de preparación del suelo para el
utilizadas posiblemente para cortar y cantos roda- cultivo, como también seguramente en el desen-
dos con huellas de uso usados seguramente como terramiento de tubérculos y el trabajo con las pal-
golpeadores. mas. El sitio arqueológico El Jazmín presenta la
mayor cantidad de este tipo de artefactos encon-
Cerca del municipio de Pereira, en la vere- trada hasta el presente en cualquier yacimiento
da Montenegro se encuentra ubicado también el precerámico del suroccidente colombiano.
yacimiento de Génova 19 sobre una cima plana
rodeada por las quebradas Condina y Parra. Allí Los datos procedentes del análisis de po-
fue excavada una concentración de rocas fractu- len, fitolitos y almidones indican que los habitan-

Capítulo - 1
radas por el fuego y una azada, materiales líticos tes antiguos del lugar manejaban y cultivaban
idénticos a los que se han presentado en otros diferentes especies de palmas, frutales, tubércu-
sitios precerámicos cercanos. Y aún cuando no se los y gramíneas, las cuales habían introducido en
obtuvieron fechas de radiocarbono para este sitio, la alimentación diaria. Entre las palmas utilizadas
los arqueólogos que excavaron estos materiales no sólo para la alimentación, sino también como
piensan que seguramente estos podrían pertene- fuente de materia prima para infinidad de activi- 21
cer al Holoceno. dades, debemos mencionar especialmente la de
chontaduro (Bactris gassipaes), la cual segura-
De igual importancia son los yacimientos mente había sido domesticada. También fueron
de El Antojo, El Jazmín, Guayabito, La Pochola reportadas plantas tuberosas como el ñame
y San Germán, descubiertos hacia finales de los (Discorea sp.), la mafafa (Xanthosoma sp.) y la
años 90 del siglo pasado en el municipio de San- yuca (Manihot sp.); así como también cereales
ta Rosa de Cabal (Departamento de Risaralda). como el maíz (Zea mays) y el amaranto
El Antojo es un sitio multicomponente localizado (Amaranthus sp.). Igualmente, frutas entre las
sobre una terraza natural de unos 1.200 metros cuales debemos mencionar el lulo (Solanum sp.)
cuadrados de extensión y a 1.450 m.s.n.m. sobre y algunas especies del Género Passiflora
la margen izquierda del rio Campoalegre, en la (curuba, granadilla, badea) (Tabla 1.2).
vereda homónima. En el Estrato IV (70-85 cm.)
correspondiente a un suelo antrópico precerámico El yacimiento de Guayabito está localiza-
y fechado en 6.430 a.C. fue encontrado un taller do sobre una terraza también artificial de unos
especializado en la talla de instrumentos de cuar- 820 metros cuadrados a 1.620 msnm. en la mar-
zo lechoso, entre los cuales habían raspadores, gen derecha del río San Eugenio. La primera ocu-
lascas filudas de diversas formas, desechos de pación del sitio fechada en 6.040 a.C. estuvo aso-
talla, núcleos activos y agotados. Igualmente, en ciada con madera carbonizada producto segura-
la superficie se recolectó una azada. mente de actividades domésticas. La segunda
ocupación fechada en 2.230 a.C. se relaciona con
Por su parte, El Jazmín es uno de los yaci- instrumentos de molienda y procesamiento de
mientos más importantes en la región del Viejo vegetales como: maceradores, percutores, yun-
Caldas, se encuentra localizado en un aterraza- ques, cantos fragmentados, piedras y guijarros
miento de 1.500 metros cuadrados, sobre la mar- con desconchamiento. Las poblaciones de este
gen derecha del río San Eugenio, a 1.650 msnm. período manipulaban una gran variedad de plan-
En el horizonte precerámico más antiguo (UE tas alimenticias como el amaranto, el ñame, la
VI) fechado en 7.070 a.C. se logró detectar un yuca y el maíz; igualmente, frutas de Passiflora
área de manufactura de diversos instrumentos sp.
líticos, así como también de actividades domésti-
cas. Allí se presentó una gran cantidad de cantos A los sitios antes mencionados se suman
rodados con desconchamiento, placas de molien- dos más descubiertos recientemente en el Depar-
da, yunques, percutores, maceradores, machaca- tamento de Caldas. Campoalegre Y15 es un yaci-
dores y azadas. Una segunda ocupación datada miento ubicado también en una terraza de unos
en 5.640 a.C. estuvo asociada a un conjunto de 500 metros cuadrados a una altura de 1.375
Tabla 1.2. Resumen de la evolución del paisaje en el área del yacimiento El Jazmín
(Tomado de Aceituno 2002:98).

Subzona Muestra cm. Estrato Horizonte Fecha a.C. Clima Observaciones

Cobertura: Bosque
Frío y (Bmh-PM) natural poco
3B 188 VII C -
húmedo diverso y presencia de
helechos.

Cobertura: Descenso
abrupto del bosque; apare-
> T° y cen elementos nuevos;
3a 170 VII BP -
P palmas (Bactris sp.), ras-
trojos y gramíneas. Posi-
ble incidencia antrópica.
Capítulo - 1

Cobertura: Recuperación
del bosque y descenso de
> T° y otros grupos; aumento de
3a 155 VII BP -
P la diversidad de palmas
(Bactris sp., Geonoma sp.,
22 Astrocaryum sp.).
Cobertura: Reducción del
bosque, impacto en el
área, presencia de pione-
2E VI
146 Abp - ros y gramíneas, presencia
2E VI
143 Apb - > T° y alta de palmas (Bactris
2E VI
139 Apb2 - P sp., Geonoma sp., Astro-
2E VI
136 Apb2 - caryum sp.), y otras plan-
tas con uso alimenticio
como Solanum sp., Disco-
rea sp., Xanthosoma sp.
Cobertura: Reducción
del bosque, aumento de
pioneros y rastrojos; alta
presencia de palmas
- (mismos géneros) y de
2D 126 VI
Ap1 - > T° y Solanum sp.; aparece Zea
2D 120 VI
Ap1 - P Mays.
-
Evidencias: Primeras
evidencias de herramien-
tas líticas y desechos de
talla.
Cobertura: Bosque se
mantiene, aumento de los
helechos y descenso de
otros grupos; buena pre-
sencia de pioneros; plan-
tas con uso alimenticio:
112 V Ap1 (Ah) palmas (mismos géneros),
2C -
106 V Ap1 (Ah) > T° y Solanum sp., Xanthosoma
2C 7.070±60
100 V Ap (tipo P sp., Zea Mays.
2C -
Ah1)
Evidencias: Hachas/
azadas, desechos de talla,
modificados por uso, car-
bón, junto a macrorestos
que no pudieron ser iden-
tificados.
Tabla 1.2. Resumen de la evolución del paisaje en el área del yacimiento El Jazmín
(Tomado de Aceituno 2002:98). (Continuación)

Cobertura: Bosque se
mantiene, perturbación
del área y posible culti-
vo de Xanthosoma
sp.junto al maíz; pre-
2B 84 IV Apb 5.646±90 > T° y sencia de palmas
P (mismos géneros, ex-
cepto Astrocaryum sp.

Evidencias: Similares a
la anterior; ausencia de
macrorrestos.

Capítulo - 1
msnm. en la margen derecha del río Campoale- miento arqueológico situado sobre una cima
gre, en el municipio de Chinchiná. Este es un aplanada en la vereda San Antonio. Al igual que
sitio multicomponente con dos estratos precerá- en otros sitios del sector, en este yacimiento se
micos. El primero de ellos (Estrato IVa, Horizon- presentaron tres ocupaciones precerámicas. El
te B2) datado en 5.650 a.C. correspondió a un primer asentamiento tuvo lugar en el 6480 a.C. y 23
área de actividad para la elaboración de instru- estuvo relacionado “con un área destinada al pro-
mentos líticos, donde fueron encontrados cantos cesamiento de alimentos, representada por un
rodados con desconchamiento intencional, yun- fogón, restos vegetales (semillas fragmentadas de
ques, placas de molienda con superficies planas o un tipo de nuez), rocas quemadas, elementos líti-
cóncavas, hachas (azadas?) desbastadas con bor- cos desconchados y algunos artefactos modifica-
de pulido, raspadores, percutores y maceradores. dos por uso y tallados.”
Las rocas utilizadas para su elaboración fueron:
andesita, diorita y granito. En una segunda habi- Por su parte, el sitio Salento 24 está ubica-
tación del sitio asociada a una fecha de 2.320 do sobre la cima de una loma erosional, en la
a.C. se recuperaron una azada, placas y manos de vereda El Roble. Una muestra de carbón proce-
moler, percutores y raspadores. En ambas ocu- dente del Nivel 15, Horizonte ABb2 fue fechada
paciones, comenzado desde el 5.650 a.C. las po- en 7.730 a.C. y corresponde a la primera ocupa-
blaciones del lugar cultivaban la yuca (Manihot ción, asociada con lascas sin uso y microlascas.
sp.), como lo demuestra la recuperación de almi- Una segunda ocupación, aún sin fechados radio-
dones de esta especie en artefactos líticos como carbónicos (6.000-6.500 a.C.?) se presentó en el
manos de moler y placas de molienda. Horizonte Ab2, asociada a lascas y una azada con
retoque perimetral y filos en su extremo distal.
El otro es el sitio multicomponente de Los La última ocupación precerámica correspondió al
Arrayanes, ubicado en una colina a 2.400 msnm nivel 10 del Horizonte ABb1 datado en 5.450
cerca de las quebradas La Albania y La Palma. a.C., donde aparecieron lascas y microlascas, un
Allí se presentaron tres ocupaciones precerámi- raspador, cantos rodados y rocas fragmentadas
cas y una agroalarera. La primera ocupación, sin con huellas de haber sido sometidas al fuego.
fechas de radiocarbono, posiblemente perteneció Para el territorio antioqueño contamos con el ya-
al Holoceno Inicial; la segunda, la más intensa cimiento precerámico de El Pedrero, en el muni-
(Piso 2C), está asociada con una fecha de 4.570 cipio de El Carmen de Viboral, con fechas de
a.C. y artefactos como molinos, placas alisadas, radiocarbono entre 4.670 y 2.560 a.C. Con ambas
yunques, morteros, percutores y azadas. Igual- ocupaciones del sitio están asociados una gran
mente, a semillas carbonizadas de nogal o cedro variedad de artefactos tales como yunques, ma-
negro (Juglas nigra) y palmas. chacadores, manos de moler, los cuales segura-
mente fueron utilizados para el procesamiento de
Y terminamos nuestra descripción de los vegetales (tallos, frutos y semillas) y posiblemen-
asentamientos precerámicos en el Viejo Caldas te el trabajo de la madera (Figura 1.13).
con dos sitios más excavados recientemente en el
municipio de Salento, Departamento de Caldas: El modo de vida recolector-productor tam-
Salento 21 y Salento 24. Salento 21 es un yaci- bién fue compartido por las poblaciones que ocu-
(hachas?), placas planas, martillos, percutores y
cuchillas de diferentes variedades. Instrumentos
similares son comunes también en estratos supe-
riores del sitio fechados en 4.990 y 3.930 a.C.
respectivamente. A partir del 5.290 y hasta el
3.930 a.C. estos grupos enterraron a sus muertos
en espacios rituales, utilizando prácticas como
los entierros primarios, calcinación parcial de los
muertos antes de enterrarlos, consumo y entierro
de partes de animales durante los festines que
acompañaban al entierro. Entre estas poblacio-
nes, una alta mortalidad infantil, se conjugaba
con una expectativa de vida de no más de 35
años, fenómeno muy similar al de otras poblacio-
nes de cazadores-recolectores y productores anti-
Capítulo - 1

guos de otras regiones geohistóricas de Colom-


bia.

También debemos mencionar los más re-


cientes yacimientos precerámicos excavados en
24 la región antioqueña: Abejorral, Casablanca, La
Blanquita Los Conservadores, Caverna del Tigre
y caverna de la Mano Poderosa. Abejorral-
YAC023 es un sitio precerámico localizado en
una cima plano convexa a 2.200 msnm en el mu-
Figura 1.13. Azada/hacha asociada a los inicios de la pro- nicipio homónimo, donde con una fecha de 7.250
ducción de alimentos en el sitio Salento 24.
a.C. aparecieron asociados cuatro núcleos, una
placa alisada y una mano de moler utilizados en
paron el territorio del actual departamento de
labores de procesamiento de vegetales. Con una
Antioquia. En los yacimientos arqueológicos
ocupación corta del sitio pudo relacionarse una
Porce Y-021 y Porce Y-045 (valle medio del río
huella de poste de algún tipo de estructura habita-
Porce), fechados entre 7.000 y 3.500-3.000 a.C.,
cional. Por su parte, Casablanca es un sitio
las poblaciones precerámicas locales, que vivían
multicomponente de cinco ocupaciones prehispá-
en unas condiciones mediambientales más secas
nicas, ubicado en una pequeña colina a 2.100
y frías, ya utilizaban palmas y cultivaban yuca,
msnm en la vereda San José del municipio de La
amaranto y maíz. Utilizaban artefactos líticos
Estrella, cuya primera ocupación precerámica fue
para machacar tallos o tubérculos, romper nueces
fechada en 2.850 a.C. Durante esta época la gente
y semillas y triturar cereales, entre los cuales de-
practicaba la caza y la recolección, pero igual-
bemos mencionar placas con superficies aplana-
mente ya se había comenzado a producir alimen-
das, martillos, percutores, y yunques. Hecho
tos por medio del cultivo del maíz. Los instru-
que indudablemente sugiere que ya desde inicios
mentos líticos recuperados en el sitio son caracte-
del Holoceno, existía una tendencia creciente
rísticos de sociedades que ya habían incorporado
hacia la producción de alimentos, con la intro-
en su economía un intenso manejo de especies
ducción paulatina de especies vegetales en la di-
vegetales.
eta de estas poblaciones semisedentarias, utili-
zando tecnologías apropiadas de recolección y
El yacimiento de La Blanquita también es
horticultura, aprovechando así la gran biodiversi-
otro sitio multicomponente, ubicado en la vereda
dad existente en la región.
Manzanillo, municipio de Medellín, a una altura
de 2.030 msnm, donde en sus estratos culturales
Especies como el chontaduro (Bactris ga-
inferiores se encontraron instrumentos líticos
sipaes) y otras palmas de Attalea sp. aparecen
utilizados probablemente en labores hortícolas.
desde los primeros niveles de la ocupación fecha-
Los artefactos recuperados, fechados hacia el
dos en 7.170 a.C. Una segunda ocupación fecha-
5.700 a:C., se asemejan por forma y tecnología a
da desde el 5.000 a.C. incluye cantos rodados
los encontrados en otros yacimientos arqueológi-
con bordes desgastados (Edge ground cobbles),
cos de la región geohistórica estudiada, ubicados
instrumentos de piedra tallada con borde pulido
entre el Holoceno Temprano y Medio. En ese erupciones volcánicas explosivas entre 9.500 y
sitio, en recolección superficial fue hallada la 8.000 a.C. Durante el Holoceno Temprano, entre
segunda azada reportada hasta ahora para el terri- 7.000 y 5.500 años a.C. también se produjeron
torio antioqueño (Figura 1.14). erupciones volcánicas importantes. Este fuerte
vulcanismo se continuó en el Holoceno Medio
con una erupción importante hacia el 5.450 a.C.
y un avance glacial corto y violento llamado
“Estadio Santa Isabel Temprano” ocurrido hacia
el 4.100 a.C., el cual seguramente fue el causante
de la desaparición de las formaciones vegetales
de entonces. Luego se presentó un enfriamiento
corto pero fuerte hacia el 2.800 a.C. y fuertes
flujos de lava del Otún entre 3.000 y 2.500 años
a.C. La erupción más significativa durante el
Holoceno Superior fue la del volcán Cerro Bra-

Capítulo - 1
vo, la cual tuvo lugar hacia el 1.650 a.C., seguida
de un enfriamiento corto hacia el 740 a.C. Es-
tas erupciones volcánicas catastróficas modela-
ron, en cierta medida, la dinámica ocupacional
Figura 1.14. Azada/hacha utilizada para procesar vegetales, por parte de las poblaciones antiguas, como lo
encontrada en el sitio arqueológico La Blanquita, cerca de sugiere el yacimiento de Los Arrayanes, donde 25
Medellín. (Fotografía cortesía de Alejandra Agudelo).
en la secuencia estratigráfica puede observarse
Y finalmente, en el sector del río Alicante, que los diferentes eventos de ocupación precerá-
municipio de Puerto Berrío, existió un tipo de mica, tres en total, se presentaron interrumpidos
asentamiento y enterramiento muy peculiar en por períodos de abandono del sitio debido a llu-
cavernas y abrigos rocosos, por parte de grupos vias de cenizas volcánicas expulsadas por el ne-
precerámicos y agros alfareros que explotaban vado del Ruiz.
ecosistemas ribereños. El sitio más importante es
un abrigo rocoso denominado Los Conservado- En Calima se presentaron actividades vol-
res, en el cual se presentó una estratificación cul- cánicas fuertes durante el Pleistoceno, entre
tural de más de un metro de profundidad, datada 28.000 y 18.000 años a.C., moldeando significa-
por radiocarbono entre 4.200 y 1.700 a.C. La pri- tivamente el paisaje de lomeríos suaves. Aunque
mera fecha del siglo V a.C. procedente del Hori- finas lluvias de ceniza volcánica continuaban
zonte III (40-45 cm.) estaba asociada a artefactos cayendo hacia el 7.000 a.C. época en que apare-
líticos en diversas variedades, elaborados en cen las primeras ocupaciones precerámicas en
chert y cuarzo, fragmentos óseos de animales y Sauzalito. Por su parte, en el valle de Popayán
abundante ceniza. la actividad volcánica no parece haber sido signi-
ficativa durante el Holoceno, incidiendo en me-
Y bien, luego de haber presentado los da- nor proporción en los asentamientos de las pobla-
tos con los que contamos actualmente sobre las ciones antiguas. En La Elvira el evento volcánico
poblaciones precerámicas que existieron en nues- más importante fue el flujo de escombros genera-
tra región de estudio, considero pertinente suge- do por la actividad del volcán Cargachiquito, el
rir algunas conclusiones importantes. En primer cual sucedió entre 18.000 y 13.000 años a.C., y
lugar, es conveniente tener en cuenta que el pro- de los cuales se originaron los suelos de los hori-
ceso de adaptación cultural de estas poblaciones zontes AB y B, donde se presentaron los materia-
a los valles interandinos y los bosques de monta- les precerámicos del sitio.
ña de las cordilleras central y occidental se dio en
condiciones medioambientales muy diferentes a Otro de los aspectos relevantes fue el pro-
las actuales, donde las erupciones volcánicas ju- ceso de mobilidad y asentamiento semiperma-
garon un papel muy importante en la modifica- nente de estas poblaciones antiguas, el cual estu-
ción del paisaje y los patrones culturales. Los vo relacionado con la transición de una economía
estudios edafológicos y palinológicos realizados de apropiación a la producción de alimentos por
han establecido que en el Viejo Caldas hacia fi- medio inicialmente de la horticultura. Parece evi-
nales del Pleistoceno, entre 11.000 y 8.000 años dente que durante la primera fase del Holoceno
a.C. se presentó un mejoramiento del clima y Temprano (8.000-7.000 a.C.) las poblaciones
precerámicas del Alto y Medio Cauca seguían Y por último, quiero referirme al instru-
teniendo un alto grado de movilidad, aún cuando mental lítico característico de estos grupos prece-
ya había comenzado el proceso de asentamientos rámicos del Alto y Medio Cauca, algunas de cu-
semipermanentes en determinados ecosistemas, yas formas parecen imprimirle un cierto aire de
como parece demostrarlo la presencia de huellas identidad étnico-cultural a toda estas poblacio-
de poste de algún tipo de construcciones que se nes. Utilizando una gran variedad de rocas loca-
han presentado en varios yacimientos arqueológi- les los colectivos humanos de esta importante
cos estudiados. La primera ocupación precerámi- región de Colombia elaboraron un conjunto de
ca del sitio San Isidro (8.000 a.C.) en el valle de artefactos líticos con una tecnología sencilla que
Popayán podría corresponder a un modelo de poco difiere de la que han presentado otros gru-
ocupación temporal. A partir del 7.000 a.C. los pos precerámicos que ocuparon y explotaron eco-
asentamientos de estas poblaciones se tornan más sistemas andinos del Tolima. Desde el 8.000
permanentes, lo cual podría estar relacionado con hasta el 3.000 a.C. son comunes en todos los si-
la mayor explotación de los recursos bióticos tios estudiados principalmente artefactos como:
presentes en los diversos ecosistemas de nuestra cantos rodados con bordes desgastados (edge
Capítulo - 1

región de estudio, especialmente con el procesa- ground cobbles), placas planas, percutores, ma-
miento de una gran cantidad de especies vegeta- nos de moler, yunques y raspadores. Pero existe
les y, posiblemente con una mayor densidad de un instrumento que parece unir culturalmente a
población. La presencia de instrumentos líticos todas estas poblaciones del Alto y Medio Cauca
como cantos rodados con bordes desgastados, y es la azada/hacha, la cual aparece desde el
26 maceradores, yunques, bases de molienda y aza- 7.650 a.C. en Sauzalito y está presente hasta el
das/hachas indican actividades domésticas aso- 2.300 a.C. en el sitio Campoalegre Y-15. En
ciadas tanto al procesamiento de tubérculos y otras palabras, pienso que esta forma específica y
rizomas, como al aprovechamiento de frutos y los procedimientos tecnológicos utilizados para
hojas de palmas. Específicamente, las azadas/ producirla, que compartieron todas las poblacio-
hachas podrían estar relacionadas con la apertura nes antiguas de nuestra región geohistórica de
del bosque y la preparación de pequeñas huertas estudio, podría considerarse como uno de los
caseras, lo cual sería la antesala a la domestica- principales elementos de identidad étnico-
ción de diversos cultígenos. cultural. Es posible que todos estos grupos socia-
les hubieran estado emparentados culturalmente
Granos de polen de maíz posiblemente y sus expresiones materiales eran compartidas
domesticado, aparecieron en el nivel 21 del sitio por todas las bandas que colonizaron paulatina-
arqueológico El Jazmín, fechado en 5.400 a.C., mente ecosistemas de valles y de montaña en las
mientras esta gramínea aparece documentada cordilleras Occidental y Central.
hacia el 4.730 a.C. entre las poblaciones que ocu-
paron el valle alto del río Calima, como lo evi- De tal forma, el estudio de unos 15 sitios
dencia polen fósil de esta especie recuperado en arqueológicos localizados especialmente en eco-
la Zona 4B del sitio El Dorado. En la misma re- sistemas de montaña de las cordilleras Central y
gión, 1.500 años después el cultivo de este cereal Occidental en el Suroccidente de Colombia , de
parecía ya permanente (Hacienda Lusitania). los cuales se han obtenido 62 fechas de radiocar-
También en Porce el maíz, junto con la yuca apa- bono, ha permitido al menos de una manera pre-
recen domesticados hacia el 4000 a.C. Con la liminar, conocer importantes aspectos sociales y
introducción de estos cultígenos las poblaciones culturales de las poblaciones humanas que colo-
antiguas de nuestra región de estudio comenza- nizaron estos territorios entre la transición del
ron un nuevo tipo de subsistencia basada no sólo Pleistoceno Final al Holoceno Medio (8.000-
en la apropiación de los productos animales y 1.500 a.C.). (Tabla 1.2). Durante un primer pe-
vegetales que la naturaleza les brindaba, sino en ríodo que podría localizarse entre finales del
la producción de alimentos, inicialmente con ba- Pleistoceno y el Holoceno Temprano (8.000-
se en una horticultura de huertas caseras y luego 7.000 a.C.) la expansión de los bosques en detri-
implementando una agricultura de roza y quema, mento de las sabanas seguramente forzó a las
lo que se constituiría en la base sobre la cual se poblaciones humanas a cambiar sus patrones de
desarrollaría la complejidad socio-cultural carac- movilidad territorial y a colonizar de una forma
terística de las poblaciones de la Formación So- rápida y exitosa nuevos territorios en unas condi-
cial Tribal con sus diferentes modos de vida, la ciones de un clima cálido y lluvioso. La baja
cual se presentó desde el 3.500 a.C. hasta la inva- densidad de población contrasta con la explota-
sión española en el siglo XVI.
ción de especies vegetales locales, utilizando ins- de la horticultura se torna regular, como lo de-
trumentos líticos de producción como azadas/ muestra el predominio de instrumentos líticos
hachas, manos de moler y machacadores. En- asociados con actividades de procesamiento de
tre las plantas manipuladas figuran las palmas, especies vegetales, como cantos rodados adecua-
principalmente Bactris sp., Astrocaryum sp., dos, golpeadores, placas de molienda y manos de
Geonoma sp. y Scheelea sp. especies fundamen- moler. La presencia de polen fitolitos y almido-
tales en la economía de las poblaciones tanto an- nes de las especies vegetales identificadas en el
tiguas como actuales del Neotrópico. Por su par- período anterior, indica que las poblaciones con-
te, entre las plantas domesticadas debemos men- tinuaban con las mismas estrategias económicas,
cionar la yuca (Manihot sp.), posiblemente el pero con cierto énfasis en el consumo de proteína
aguacate (Persea americana) y una leguminosa vegetal. En otras palabras, implementando una
conocida con el nombre de chachafruto economía mixta de caza, pesca y recolección con
(Erythrina edulis). cierto énfasis en el procesamiento y cultivo de
plantas locales y alóctonas. La estabilidad cultu-
En el segundo período que cubre el Holo- ral, la complejidad social y la interacción regio-

Capítulo - 1
ceno Temprano y la transición al Holoceno Me- nal fueron tres aspectos fundamentales que con-
dio (7.000-5.000 d.C.) se presentó un incremen- tribuyeron a que muchas poblaciones del Alto y
to de población, la cual continúa con un patrón Medio Cauca, así como otras comunidades anti-
de asentamiento de movilidad tal vez restringida guas del Área septentrional Andina, continuaran
a territorios específicos, en unas condiciones cli- su camino evolutivo hacia formas de organiza-
máticas favorables, posiblemente más cálidas y ción sociocultural más complejas (cacicazgos), 27
secas. Además de las herramientas líticas carac- características de la formación social tribal.
terísticas del período anterior, es decir, azadas/
hachas, manos de moler y machadores, se intro-
duce el cuarzo y el chert para la elaboración de
instrumentos pequeños y medianos, como por
ejemplo, las puntas de proyectil, utilizados en
actividades de caza y pesca. Los estudios palino-
lógicos indican que existió un mayor impacto del
hombre sobre el bosque con el esperado aumento
de la diversidad de asociaciones vegetales. Los
datos de polen, fitolitos y almidones analizados
indican que las poblaciones aborígenes ya habían
consolidado diferentes nichos ecológicos a través
de la implementación de las prácticas agrícolas y
que además de las palmas, ya estaban incluyendo
en su dieta tubérculos, gramíneas y frutas. Se
identificaron las mismas especies de palmas utili-
zadas durante el período anterior. Entre las frutas
debemos mencionar la curuba (Passiflora sp.) y
el lulo (Solanum sp.). Los tubérculos están repre-
sentados por el ñame (Discorea sp.), la mafafa
(Xanthosoma sp.) y la yuca (Manihot sp.), mien-
tras la principal gramínea fue el maíz (Zea mays).
Tanto la yuca, como el maíz son plantas foráneas
introducidas seguramente como resultado de la
interacción cultural de los grupos precerámicos
de nuestra macro-región de estudio con otras co-
munidades aborígenes tanto de la región andina,
como de las tierras bajas.

Finalmente, el Holoceno Medio (5.000-


2.000 a.C.), es un período cuando las poblaciones
aborígenes se estabilizan en nichos específicos y
el proceso de producción de alimentos por medio
Capítulo 2
LAS SOCIEDADES TRIBALES
IGUALITARIAS DEL PERÍODO II
(4.000/3.500 – 1.500 a.C.)

E l creciente sedentarismo que desa-


rrollaron las comunidades aborí-
genes americanas hacia el Holoceno Medio y el
cambio a una economía de producción de alimen-
tos a través del proceso horticultura-agricultura,
de vida igualitario, el cuál puede incluir la semi-
cultura, la vegecultura o la combinación de am-
bas formas productivas (modo de vida igualitario
mixto) y el modo de vida jerárquico o cacical.

Capítulo 2
fueron dos de las causas principales que permi- EL MODO DE VIDA IGUALITARIO
tieron el desarrollo de las fuerzas productivas y MIXTO
de las relaciones sociales y por ende el surgi- (3.500 – 1.300 a.C.)
miento de la formación social tribal. La sedenta-
rización, la diversificación de la producción y el De tal forma, de acuerdo con los datos ar-
31
control sobre la reproducción biológica obligaron queológicos disponibles, en la región antioqueña
a los colectivos humanos a establecer relaciones existió un proceso de evolución sociocultural
de complementación económica, lo cual fue posi- entre las poblaciones antiguas, las cuales durante
ble sólo cuando se comenzaron a producir exce- unos 5.500 años, entre el 7.000 y el 1.500 a.C.
dentes o plusproductos. Los cambios estructu- ocuparon y explotaron varios ecosistemas e im-
rales que condujeron a que nuestras poblaciones plementaron inicialmente un modo de vida reco-
prehispánicas se organizaran en un nuevo tipo de lector-productor antiguo de alimentos y luego un
sociedades cualitativamente diferentes a las ante- modo de vida agroalfarero igualitario, que sería
riores fueron los siguientes: desarrollo de la efi- el fundamento sobre el cual, posteriormente,
cacia y funciones de instrumentos y medios de surgirían y desarrollarían sociedades complejas
producción; establecimiento de los procesos de jerarquizadas de tipo cacical.
producción permanente de alimentos y creci-
miento sostenido de la producción; ampliación y LA SOCIEDAD LA CANCANA
diversificación de la producción y generación (3.500-1.300 a.C.)
permanente de plusproductos; cambio en el régi-
men de propiedad; presencia definitiva de la al- Las primeras sociedades agroalfareras con
dea como base física fundamental de las unida- un modo de vida igualitario y una vida aldeana
des sociales; surgimiento de relaciones de com- sedentaria, que implementaron una agricultura
plementariedad económica entre aldeas mixta del maíz y la yuca aparecen en la región
(intercambio de materias primas y bienes manu- antioqueña hacia el 3.500 a.C. y su expresiones
facturados); relaciones sociales de producción culturales son conocidas con el nombre de Cultu-
basadas en el parentesco consanguíneo, adhesión ra La Cancana. Estas poblaciones existieron
y filiación, que progresivamente devienen en re- durante casi dos milenios y medio y posiblemen-
laciones políticas o de subordinación; reciproci- te evolucionaron socioculturalmente en dicho
dad restringida a la tribu y supone ahora el com- territorio a partir de los grupos humanos precerá-
promiso entre grupos para asegurar la propiedad; micos con un modo de vida recolector productor
comienza a controlarse la fuerza de trabajo de un que habían ocupado la región durante el Holoce-
mismo grupo de parentesco y, luego, se objetivi- no Temprano y Medio (ver capítulo 1). Actual-
zan cambios importantes de ese control cuando mente, contamos con 15 fechas de radiocarbono
varias unidades domésticas se integran para que que evidencian la persistencia de esta sociedad
surja un linaje. durante 2.300 años (Tabla 2.1).

En esta formación social tribal, la cual


existió durante unos 2.000 años, podemos dife-
renciar básicamente dos modos de vida: el modo
Tabla 2.1. Cronología absoluta de la Cultura La Cancana

Datación a.C.
Sitio No. Laboratorio Referencia
Fechas sin calibrar
Abrigo Los Conservadores 4.230 ± 80 Beta-168212 Pino y Forero 2003
Yolombó-22 3.510 ± 70 Beta-97016 Correa 1997
Porce Y-045 3.050 ± 70 Beta-72375 Castillo et al. 1999
Porce Y-107 3.020 ± 50 Beta-104141 Castillo et al. 1999
Huayco-Y43 2.630 ± 80 Beta-118085 Jaramillo 1998
Porce Y-045 2.740 ± 60 Beta-114678 Castillo et al. 1999
Porce Y-021 2.720 ± 60 Beta-114685 Castillo et al. 1999
Porce Y-045 2.470 ± 70 Beta-71552 Castillo et al. 1999
Capítulo 2

Porce Y-045 2.460 ± 70 Beta-114676 Castillo et al. 1999


Porce Y-045 2.410 ± 90 Beta-99861 Castillo et al. 1999
Porce Y-021 2.400 ± 70 Beta-99853 Castillo et al. 1999
32 Porce Y-045 2.370 ± 90 Beta-114680 Castillo et al. 1999
Porce Y-045 2.280 ± 70 Beta-99858 Castillo et al. 1999
Porce Y-107 1.970 ± 50 Beta-120919 Castillo et al. 1999
Porce Y-107 1.960 ± 50 Beta-104137 Castillo et al. 1999
Los Conservadores 1.730 ± 70 - Pino y Forero 2002
Caverna del Tigre 1.530 ± 70 - Pino y Forero 2002
Yolombó-22 1.330 ± 70 Beta-97018 Correa 1997

El territorio que Y-22, Porce Y-021, Porce Y-045 y Porce Y-


107.
Hasta el presente los sitios arqueológicos
relacionados con estas expresiones culturales han Los sitios arqueológicos y sus contextos
sido reportados en un amplio territorio que inclu-
ye el nordeste antioqueño, principalmente la El yacimiento El Bosque Y-22, ubicado en
cuenca media y baja del río Porce y el río Nechí el municipio de Yolombó, corresponde a un con-
y el oriente antioqueño, municipios de Abejorral junto de terrazas utilizadas como asentamiento.
y La Unión. Según los datos arqueológicos exis- El inicio de la ocupación humana en este sitio,
tentes parece que unos 500 años después de in- fechado en 3.510 a.C. presentó materiales cerá-
troducir la agricultura del maíz y la yuca, hacia el micos elaborados localmente, los cuales fueron
4.000/3.500 a.C. las poblaciones antiguas en el incluidos en el denominado tipo cerámico El
actual territorio antioqueño comenzaron a produ- Bosque Alisado Cremoso. Una segunda ocupa-
cir cerámica localmente. Las implicaciones de la ción de los mismos grupos humanos arrojó una
introducción de esta nueva tecnología fueron fecha de 1.330 a.C. asociada a cerámica del mis-
muy importantes y tuvieron que ver no sólo con mo estilo. Es decir, el sitio estuvo habitado unos
el desarrollo de las fuerzas productivas de la so- 2.200 años por poblaciones con una misma tradi-
ciedad, sino con fenómenos como una mayor ción cultural. Recientemente, se han reportado
división social del trabajo y la generación de un evidencias cerámicas también muy tempranas en
nuevo tipo de excedentes de producción, además el oriente antioqueño, fechadas hacia el 2.630
de un posible incremento poblacional. La intro- a.C. en el sitio Guayco-Y43.
ducción de la cerámica en estos períodos tan tem-
pranos es sugerida por varias fechas de radiocar- Por su parte, los sitios Porce Y-021, Porce
bono asociadas a las primeras ocupaciones Y-045 y Porce Y-107 arrojaron la mayor canti-
agroalfareras de los sitios arqueológicos El Bos- dad de información existente hasta el presente
para el estudio de las poblaciones andinas seden- antropomorfas (caras humanas) y zoomorfas
tarias con un modo de vida agroalfarero igualita- (aves, entre ellas una lechuza) manufacturadas
rio. El yacimiento Porce Y-021 es un montículo por la técnica del modelado directo. Al igual que
artificial de unos 640 m2 que está sobre una te- en período anterior se continúa con la práctica
rraza aluvial en la margen izquierda del río Por- cultural de reutilizar los fragmentos de vasijas
ce, a una altura de 875 msnm. La secuencia estra- rotas para hacer pisos de vivienda con el objeto
tigráfica de este sitio estuvo conformada por seis de aislar la humedad del suelo. Por otra parte,
estratos, en uno de los cuales (Estrato III) se pre- en Porce no se evidencian mayores cambios tec-
sentaron evidencias cerámicas de poblaciones nológicos en los instrumentos líticos de produc-
que vivieron en el sitio entre 2.720 y 2.400 años ción, excepto un mayor incremento en el tamaño
a.C. Junto con la cerámica fueron detectadas de las hachas y la desaparición de las técnicas de
huellas de postes correspondientes a algún tipo reducción bifacial y talla bipolar.
de vivienda.
Tres yacimientos más en territorio antio-
Porce Y-045, localizado sobre una terraza queño evidencian la presencia de poblaciones

Capítulo 2
aluvial del río Porce presentó una estratificación agroalfareras tempranas que explotaban los re-
cultural similar a la del sitio anterior. El Estrato cursos de ambientes ribereños. El sitio más im-
III contenía los restos cerámicos más antiguos, portante es un abrigo rocoso denominado Los
fechados entre 3.000 y 2.200 a.C. Allí también Conservadores, en el cual se presentó una estrati-
aparecieron huellas de poste de estructuras habi- ficación cultural de más de un metro de profundi-
tacionales. Por su parte, Porce Y-107 se en- dad, datada por radiocarbono entre 4.200 y 1.700 33
cuentra en una terraza coluvioaluvial entre las a.C. La primera fecha del siglo V a.C. procedente
quebradas Guayabito y La Cancana. En este sitio del Horizonte III (40-45 cm.) estaba asociada a
las fechas asociadas con la cerámica tuvieron un artefactos líticos en chert y cuarzo, fragmentos
rango entre 3.000 y 2.000 a.C. óseos de animales y abundante ceniza. La fe-
cha del segundo milenio a.C. corresponde a la
Normalmente, la cerámica doméstica tem- base del Horizonte II (15-20 cm.), donde se halló
prana de todos estos sitios (3.500-3.000 a.C.) un “entierro ritual” escalonado conformado por
presenta una pasta con desgrasante fino muy piedras, abundantes fragmentos cerámicos, car-
homogéneo y buen acabado con alisado y puli- bón y restos de animales calcinados.
mento de sus superficies; las formas más repre-
sentativas hechas con las técnicas de modelado
directo simple, modelado con soporte y enrolla-
do, son: cuencos semiesféricos, cántaros, platos y
tapas, figuras antropomorfas (caras humanas) y
zoomorfas (especialmente aves, entre ellas una
lechuza). La decoración incluye incisiones finas,
punteado dentado en hileras sencillas y dobles,
impresión zonificada y pintura monocroma y bi-
croma. Junto con la cerámica de producción local
(complejo La Cancana) aparecieron fragmentos
de vasijas típicas de los complejos cerámicos de Figura 2.1. Paisaje característico del río Alicante (Tomado
las tierras bajas de la Costa atlántica colombiana, de Pino 2006).
lo cual evidencia el estrecho contacto que existió
Materiales líticos, cerámica y restos de
entre las poblaciones costeras y andinas durante
fauna asociados a enterramientos humanos, uno
este período. Los estudios de polen sugieren
de los cuales fue fechado en 1.500 a.C. (Nivel 4,
una mayor tala del bosque y la intensificación del
enterramiento 1), también fueron excavados en la
cultivo de plantas domesticadas como Zea mays,
Caverna del Tigre (municipio de Puerto Berrío).
Manihot sp. y Amaranthus sp.
Allí se evidenció una forma muy peculiar de en-
terramiento de poblaciones agroalfareras que po-
En un segundo período (2.250-1.550 a.C.)
siblemente ya habían comenzado a implementar
se intensifica la producción cerámica local aún
un modo de vida tribal igualitario. Según Pino y
cuando se continúan elaborando los tipos de vasi-
Forero (2002:45): “El relleno está conformado
jas del período anterior y se estandarizan las téc-
por un suelo preparado en el que es posible re-
nicas y motivos decorativos. Aparecen figuras
conocer cierta organización en el proceso de
depositación. En términos generales, se observó otro lado, por la presencia de macrorestos vegeta-
que una vez se colocaron los cuerpos humanos, les, especialmente semillas, sabemos que estos
estos fueron cubiertos de ceniza, tierra, abun- grupos manejaban recursos vegetales con diver-
dante carbón y fragmentos de animales, a su vez sos fines tales como la alimentación, la construc-
esta fue continuada con una capa bien dispuesta ción, leña y para curar a los enfermos. Se ha lo-
de caracoles, ceniza, tierra y restos faunísticos, grado identificar árboles leñosos (Dialium sp),
sobre la que se depositó más tierra y ceniza para palmas (Arecaceae) palma de tagua (Phytelephas
finalizar con una estructura de combustión”. seemannii), chirimoya o anón (Annonaceae).

Y finalmente, debemos mencionar otro Evidentemente, otra de las actividades eco-


sitio arqueológico excepcional denominado Ca- nómicas y culturales importantes fue la produc-
verna de la Mano Poderosa, (municipio de Ma- ción cerámica. La alfarería de los grupos sedenta-
ceo) donde: “…se recuperaron superficialmente rios que ocupaban los ecosistemas ya menciona-
abundantes fragmentos cerámicos y sobre sus dos y que enterraron a sus muertos en cuevas y/o
paredes, columnas y techos también fue posible abrigos rocosos se caracteriza por una cierta
Capítulo 2

registrar un centenar de manifestaciones rupes- homogeneidad en cuanto a sus atributos tecnoló-


tres esencialmente pintadas”. gicos, morfológicos y decorativos. Específica-
mente, la cerámica asociada con las fechas de
El análisis de semillas y restos óseos de 1.700 y 1.500 a.C. está bien cocida, tiene paredes
animales recuperados en las excavaciones de La delgadas, pastas finas y medias, que incluyen
34 Caverna del Tigre y el Abrigo Rocoso Los Con- como desgrasante cuarzo, feldespato, mica, roca
servadores, permite conocer aspectos relaciona- triturada y minerales de hierro. Sus colores más
dos con las actividades de caza, pesca y recolec- diagnósticos son; café claro y oscuro, naranja,
ción que practicaban estos grupos que explotaban crema y rojo. La superficie de estas vasijas puede
paisajes característicos. En contextos funerarios y ser pulida, alisada o bruñida.
rituales se presentaron restos de caracoles terres-
tres de agua dulce (Pomacea sp, Ampolliriidae) En general, se trata de una cerámica bien
que tienen un alto valor nutritivo, así como tam- elaborada y utilizada con fines rituales, cuyas
bién quelas y caparazones de cangrejos de agua formas podríamos organizar en cuatro grupos:
dulce (Decápoda). Los mamíferos fueron los vasijas globulares, subglobulares, cuencos y pla-
animales más representados en la muestra ósea y tos. En cuanto a las técnicas y diseños decorati-
parecen haber sido una importante fuente de pro- vos, estos son muy variados. En la ollas globula-
teína en la alimentación de estos grupos. Entre res y subglobulares aparecen: muescas incisas,
ellos fueron identificados: rata de bosque hileras de dentado impresas, combinación de lí-
(Oligorizomys sp, Diplomys caniceps), rata espi- neas incisas y puntos impresos, líneas incisas,
nosa (Proechimys sp), ñeque o guatín líneas en zig-zag en la parte interna del borde,
(Dasyprocta sp); guagua o borugo (Agouti sp), impresión de hileras de puntos, hileras de denta-
armadillo (Dasypus novemcinctus); perezoso o do, impresión de triángulos y combinación de
perico ligero (Bradypodidae sp), monos muescas con hileras de dentado en la parte exter-
(Cebidae, Alouatta), chucha o raposa (Didelphys na del borde, líneas incisas en la parte externa del
sp), venado (Mazama americana) y felinos pe- borde, hileras de puntos impresos en el labio y la
queños (Felidae). También aparecieron restos de combinación de líneas incisas achuradas e hileras
murciélagos (Platyrrhinus sp; Artibeus sp), ser- de dentado impresas en la parte externa del bor-
pientes venenosas (Bothrops atrox), lagartijas de.
(Iguanidae), mojarras nativas (Cichydae) y aves
de diferentes tamaños. Los cuencos están decorados con baño rojo
en una o ambas superficies, líneas incisas diago-
Los huesos de animales también fueron nales en el cuerpo externo, muescas, triángulos
utilizados para confeccionar instrumentos, que y /o líneas angulares en la parte externa del bor-
usaban para perforar y cortar tejidos blandos co- de, combinación de incisiones y excisiones, hile-
mo cuero, vegetales, madera, etc. En el relleno ras de dentado, líneas diagonales incisas, mues-
del entierro 1 del Abrigo Los Conservadores, cas incisas en el labio y/o quilla y combinación
seguramente como parte del ajuar funerario, fue- de líneas incisas con hileras de dentado impresas
ron colocados un perforador y un posible cuchi- sobre la parte externa del borde, aplicaciones en
llo hechos en huesos largos de mamíferos. Por forma de asa falsa, pintura roja en superficie ex-
terna, pintura negra en ambas superficies y engo-
be rojo en la cara externa. Y finalmente, los pla-
tos que tiene formas ovoidal y aquillada, tiene
como decoración: asa zoomorfa aplicada en el
extremo (posiblemente la representación de un
quiróptero), muescas en el labio y engobe exter-
no.

Entre el conjunto de cavernas y/o abrigos


rocosos con fines rituales y para el entierro de sus
muertos, utilizados por las poblaciones que ocu-
paban ecosistemas kársticos ubicados en el actual
territorio antioqueño, no podemos dejar de men-
cionar una caverna especial, la cual fue utilizada Figura 2.2. Escena ritual donde aparecen representados ani-
seguramente con fines mágico-religiosos en acti- males e imágenes geométricas. Caverna de la Mano Podero-

Capítulo 2
vidades chamanísticas. Se trata de la Caverna de sa (Tomado de Pino 2006).
la Mano Poderosa, donde arqueólogos antioque-
ños encontraron y estudiaron 114 representacio-
nes rupestres elaboradas por los artistas prehispá-
nicos utilizando las técnicas de la pintura y el
grabado o rallado. Las pinturas, distribuidas en 35
una superficie de unos 50 m2 y realizadas sobre
las paredes, soportes y columnas de dos salones,
constan básicamente de diseños y motivos figura-
tivos y geométricos, que podrían ser considera-
dos como representaciones tanto de seres huma-
nos, como del medio ambiente y la sociedad. En-
tre los motivos figurativos (63 en total), las repre-
sentaciones más importantes en su orden fueron:
zoomorfas, antropomorfas, antropozoomorfas y
fitomorfas. Los motivos geométricos tienen re- Figura 2.3. Representación de un ser humano (chamán?)
junto con figuras geométricos asociadas posiblemente con el
presentaciones abstractas.
cosmos. Caverna de la Mano Poderosa (Tomado de Pino
2006).
Las imágenes antropomorfas (20 motivos),
están conformadas por motivos con formas De acuerdo con los arqueólogos Pino y
humanas llenos y de contornos, máscaras y cabe- Forero (2002:210) no es posible determinar aún
zas rectangulares con cuerpo; las representacio- con precisión quienes fueron los grupos de elabo-
nes antropozoomorfas tiene motivos figurativos; raron estas pinturas rupestres, ni en qué nivel de
mientras las zoomorfas, con motivos también desarrollo sociocultural se encontraban. No obs-
figurativos, incluyen zoomorfos llenos y zoomor- tante, existen algunos indicios que hablan a favor
fos de contorno. Por su parte, las representacio- de que sus autores pudieron haberse encontrado
nes antropozoomorfas (9 motivos) se caracterizan al menos en un nivel de desarrollo tribal igualita-
por la combinación de elementos humanos con rio; es decir, que se trataban de grupos sedenta-
rasgos e animales, como anfibios, reptiles, mamí- rios, productores de alimentos, para quienes, co-
feros y aves. Las representaciones zoomorfas (32 mo ya lo anotamos, el territorio formaba ya parte
motivos) son el grupo más numeroso y diverso integrante de su identidad cultural.
de las expresiones realistas representadas. Y fi-
nalmente, las representaciones abstractas (50 pin- Dicha argumentación se basa en dos aspec-
turas), en términos generales, fueron elaboradas a tos importantes. En primer lugar, varios de los
partir de elementos geométricos en los que pre- diseños geométricos dibujados en las vasijas apa-
dominan diseños en espiral y motivos concéntri- recen como representaciones rupestres en la ca-
cos como círculos y triángulos; además, son re- verna, realizados con pintura. En efecto, las re-
currentes series de líneas paralelas cortas en posi- presentaciones abstractas que aparecen en el sec-
ción horizontal, vertical y oblicua, o combinadas tor oeste del salón 2 de la caverna, fueron realiza-
entre sí dando lugar a una inmensa variabilidad das a partir de elementos geométricos, donde pre-
de formas (Figuras 2.2, 2.3).
dominan la espiral y los motivos concéntricos de
círculos y triángulos. Hay una recurrencia perma-

N
nente de líneas, triángulos, círculos y rectángu-
los, cuyas combinaciones fueron empleadas para
crear una gran cantidad de diseños geométricos.
Muchos de estos elementos y motivos del diseño
se utilizaron tanto para elaborar las formas de las
vasijas, como para su decoración. Además,
existe en las paredes de la caverna un grupo de
diseños geométricos abstractos que representan ENTERRAMIENTO 1

“chozas” o “casas”, iconos de representación que


son característicos de grupos humanos agrícolas
y sedentarios, es decir, de sociedades tribales que
podrían haber tenido modos de vida igualitarios o 2B

jerárquico-cacicales.
Capítulo 2

La población y sus costumbres funerarias


CONVENCIONES

En la Caverna del Tigre, hacia el 1.500 Material de


concha

a.C., en una tumba de forma elipsoidal en planta, Mancha de ceniza


2\9mm profundidad
Ceniza

36 fue practicado el entierro de una mujer adulta


(30-40 años), cuyo proceso de inhumación con-
sistió de varias etapas, asociadas con el fuego.
N

Inicialmente, el cuerpo fue cubierto con una capa ENTERRAMIENTO 2


(unos seis cm.) de ceniza, tierra, restos óseos de
animales y conchas. Posteriormente, fue coloca- Figura 2.4. Enterramientos 1 y 2 en la Caverna del Tigre
da encima otra capa conformada por caracoles, (Tomado de Pino y Forero 2002).
huesos de animales, carbón y pequeñas rocas an-
gulares. Y finalmente, en los niveles superiores En vida, este individuo sufrió de abscesos
del entierro apareció otra capa de cenizas, evi- dentales. El axis y la tercera vértebra cervical se
dencia de una especie de estructura de combus- encontraron unidas en un bloque, lo cual es una
tión. El cuerpo había sido colocado en posición evidencia clara de una malformación congénita
fetal, amarrado con cuerdas, flexionado sobre el de la columna vertebral, conocida con el nombre
vientre, de cubito lateral derecho, con la cabeza de Síndrome de Klippel-Feil, la cual incidió enor-
orientada hacia el sur (Figura 2.4). El análisis de memente en su capacidad laboral. También en las
los restos óseos permitió identificar enfermeda- vértebras se hizo evidente una enfermedad articu-
des periodontales, relacionadas seguramente con lar degenerativa (EAD). La alteración de algunos
cálculo dental y en general una mala higiene bu- huesos del lado derecho tanto del esqueleto cra-
cal; así como caries. neal, como del poscraneal, así como la diferen-
cia morfológica de las clavículas y la malforma-
En el mismo yacimiento arqueológico se ción de la diáfisis cubital del mismo lado, permi-
encontró el entierro de otro individuo también ten suponer que este individuo, tuvo posiblemen-
adulto. Se trataba de un hombre de unos 30-40 te en su niñez una parálisis cerebral en el lado
años de edad al morir, el cual fue colocado en derecho del cuerpo, conocida como Hemiplejía,
posición de cubito lateral derecho, en una fosa de la cual disminuyó además de otras funciones, la
forma similar a la de mujer anteriormente descri- visión y el oído.
ta. En el relleno se presentó la misma secuencia
de capas, compuestas por huesos de animales,
conchas, semillas, carbón y abundante ceniza.
Pero, aquí se presentó un rasgo adicional com-
puesto por cuatro perturbaciones irregulares de
unos 10 cm. de diámetro, que correspondieron
seguramente a la base de una estructura tipo em-
palizada construida encima del enterrado.
Capítulo 3
LAS SOCIEDADES TRIBALES JERÁRQUICO
CACICALES DEL PERÍODO III
(1.500 a.C. – 1.550 d.C.).

E l Período III ubicado entre 1.500


a.C. y 1.550 d.C. correspondería a
las sociedades tribales cacicales. Hacia el 1500
a.C. las diversas poblaciones que ocupaban los
territorios de nuestra región de estudio imple-
sociedades cacicales a través del tiempo. A nivel
ideológico una de las expresiones más importan-
tes, además del arte, fue la institucionalización
del pensamiento ritual, representada en el chama-
nismo, cuya principal función, entre otras, era la

Capítulo 3
mentaron un cambio revolucionario en su estruc- de reforzar y justificar la posición del grupo do-
tura social. Adoptaron un nuevo modo de vida minante. El chamán gracias a sus conocimientos
denominado jerárquico cacical, el cual existió especializados y su prestigio ocupa un papel muy
básicamente durante unos 3.000 años, hasta la importante dentro de la comunidad, sin generar
invasión española. En términos económicos la necesariamente una desigualdad. Otro aspecto
39
principal característica de este nuevo tipo de so- ideológico importante fue el reforzamiento de la
ciedad fue el desarrollo eficaz de los instrumen- posición del grupo dominante, al vincularse éste
tos y medios de producción. La producción de y su grupo familiar, por parentesco imaginario, a
alimentos, a través de una agricultura extensiva e las divinidades superiores a los que rinde culto el
intensiva se torna un proceso regular que genera resto de la sociedad. Y finalmente, las nuevas
permanentemente plusproductos. Igualmente, se concepciones sobre la territorialidad, cuando los
amplia y diversifica la producción no sólo de bie- individuos se sienten ya dueños del espacio don-
nes de consumo primarios sino también de bienes de viven y mueren, genera necesidades básicas
manufacturados de mejor calidad para el consu- de defensa.
mo interno y el intercambio con otras comunida-
des. El crecimiento de la población, una nueva Este fue un período histórico cuando se
concepción cosmogónica de la territorialidad y manifestaron fenómenos socioculturales como: la
del manejo de los espacios domésticos y rituales, vida en poblados o aldeas, aumento de la pobla-
así como una división social de trabajo más com- ción, una economía mixta basada en la produc-
pleja, influyeron radicalmente en la aparición de ción agrícola intensiva y extensiva, generación
nuevas formas de relación social. La célula pro- permanente de excedentes de producción, una
ductiva básica de las sociedades cacicales fue la compleja división social del trabajo, construcción
unidad doméstica reforzada por vínculos de pa- de obras de ingeniería monumentales, diferencia-
rentesco (consanguíneo, adhesión y filiación), ción entre las funciones de gestión política e
que luego se van convirtiendo en políticas de su- ideológica, organización política en cacicazgos y
bordinación. El control de la fuerza de trabajo señoríos, etc.
dentro de un mismo grupo de parentesco y la in-
tegración de varias unidades domésticas permite Dentro de este período milenario es posi-
el surgimiento de los linajes. ble diferenciar tres subperíodos:

Al interior de dichos linajes surge y se es- Subperíodo III-A. Las primeras sociedades
tructura un sector privilegiado con funciones es- cacicales del Período Formativo
pecializadas, el cual es mantenido por el resto de
las unidades que conforman el linaje, que se ocu- Duró unos 1.500 años, entre 1.500 y 0 a.C.
pan de la producción de bienes alimenticios que estaría relacionado con el surgimiento y consoli-
este sector no produce directamente. Estos lina- dación de las primeras sociedades cacicales en el
jes, junto con su líder o jefe que los dirige co- Suroccidente de Colombia, las cuales introduje-
mienzan a enajenar parte del plusproducto gene- ron pautas culturales cualitativamente diferentes
rando una estratificación social cuyos niveles de a las anteriores, que incluyeron no sólo nuevas
intensidad fueron diferentes entre las diversas estrategias de apropiación y utilización del espa-
cio, sino también una nueva cosmovisión y una do frecuentemente “Período Clásico”, durante el
estructura social distinta con diversos niveles de cual se alcanzó un alto nivel de desarrollo socio-
jerarquización. cultural expresado en los logros alcanzados en la
producción agrícola, la alfarería, la metalurgia y
Este gran período histórico incluiría el de- el trabajo de la piedra.
nominado en la arqueología ecuatoriana “Período
de los Desarrollos Regionales”, que en esencia Efectivamente, comenzando nuestra era las
hace referencia al desarrollo de la complejidad diferentes sociedades cacicales del Suroccidente
social que tuvo lugar en la etapa media y final del de Colombia y el Norte del Ecuador empezaron a
Formativo. (Bouchard et Usselmann 2003: 38, implementar una serie de cambios estructurales
43). que se manifestaron en diferentes esferas y se
reflejaron en la cultura material. Se consolida
En nuestro país a este subperíodo pertene- y desarrolla el modo de vida jerárquico-cacical
cen las siguientes ocho culturas arqueológicas: en que se había iniciado durante el Formativo Supe-
la región del Alto y Medio Cauca las culturas rior. El cambio sociocultural se manifiesta en
Ferrería I, Quimbaya I, Ilama, La Balsa I; en la
Capítulo 3

varios aspectos: a) el incremento de la población;


Costa pacífica colombo-ecuatoriana la Cultura b) el desarrollo de la agricultura y la estabiliza-
Tumaco-Tolita I; en el Alto Magdalena la Cultu- ción de los excedentes de producción; c) la reali-
ra San Agustín I; en el Magdalena Medio la Cul- zación de obras de ingeniería a mediana escala,
tura Montalvo y en el Altiplano Cundiboyacense tendientes a la construcción de montículos fune-
40 la Cultura Herrera I. rarios para enterrar a la elites y sus familias; d) el
desarrollo de la producción alfarera, su estandari-
El proceso de evolución sociocultural de zación y la introducción de nuevas formas y de-
las poblaciones de este período fue desigual en el coraciones cerámicas que conforman un nuevo
tiempo y no correspondió a un desarrollo lineal. estilo cerámico; e) el desarrollo de la orfebrería,
En el Alto Magdalena la Cultura San Agustín I con la introducción de nuevas tecnologías para
hacia el 300 a.C. comienza a convertirse en San trabajar el metal y la creación de un estilo orfebre
Agustín II, con la introducción del entierro de las propio ; f) el fortalecimiento de las redes regiona-
elites del poder chamánico en montículos com- les de interacción cultural; g) el inicio de la cen-
plejos. También en la costa pacífica colombo- tralización política en torno a centros político-
ecuatoriana comenzando el siglo IV a.C. asisti- administrativos y religiosos principales; h) la
mos a la transformación de la Cultura Tumaco– introducción de nuevos patrones funerarios entre
La Tolita I en Tumaco-La Tolita II. En las regio- las elites del poder, los cuales expresaron mayo-
nes del Valle del Cauca y el valle medio del res niveles de jerarquización; i) la institucionali-
Magdalena estos procesos sociales tuvieron lugar zación de unas costumbres religiosas, que sirvie-
unos siglos después. La transformación de la ron para promover y sustentar la desigualdad so-
Cultura Ilama en la Cultura Yotoco/Malagana cial, las cuales estuvieron basadas en el culto a
parece haber sucedido entre finales del primer los ancestros tanto reales como ficticios, y el mo-
milenio a.C. y principios de nuestra era, mientras nopolio por parte de los sacerdotes y/o chamanes,
la Cultura Montalvo se convierte en la Cultura El del acceso a los espacios de la vida y la muerte y
Guamo hacia el 100/200 d.C. Algo similar suce- a los ritos de paso a la otra vida.
dió en el altiplano Cundiboyacense, donde proba-
blemente comenzando nuestra era la Cultura Las causas de estas importantes transfor-
Herrera I se transforma en la Cultura Herrera II. maciones pudieron haber sido múltiples. Al desa-
rrollo interno de la sociedad, debido a factores de
Todas estas transformaciones tuvieron lu- evolución cultural de cada comunidad específica,
gar en el seno de comunidades organizadas en podríamos agregarle los cambios medioambien-
cacicazgos con diversos niveles de desarrollo, tales, que seguramente influyeron en la reorgani-
que tenían una misma filiación étnica. zación de estrategias productivas y sociales.
También ha debido ser muy importante la conso-
Subperíodo III-B. Las sociedades cacicales del lidación de las redes de interacción sociocultural,
Período “Clásico Regional” a nivel tanto regional, como interregional, lo cual
permitió el intercambio permanente de materias
Entre 1 y 700/800 d.C. correspondería al primas, bienes y materiales exóticos, tecnologías,
máximo auge de desarrollo de las sociedades ca- ideologías, etc., con su correspondiente impacto
cicales del período anterior, el cuál es denomina-
en las comunidades locales que conformaban el LAS PRIMERAS SOCIEDADES
conjunto de cada entidad sociocultural. Especí- CACICALES DEL FORMATIVO
ficamente en nuestra región geohistórica de estu- SUB-PERÍODO III-A (1.500 a.C. – 0 a.C.).
dio asistimos a la transformación de la cultura
Montalvo en la Cultura El Guamo, por parte de Las primeras sociedades agroalfareras que
unos grupos humanos que muy posiblemente adoptaron un modo de vida cacical en el curso
tenían una misma filiación étnica. alto y medio del río Cauca surgieron aproxima-
damente hacia el 1.500 a.C. y se desarrollaron
Con este subperíodo podríamos asociar durante unos 1.500 años. Sus restos materiales
también ocho culturas arqueológicas, que corres- han sido encontrados por los arqueólogos en di-
ponden a otros niveles de complejidad de las so- ferentes regiones geohistóricas de nuestro país.
ciedades del subperíodo anterior: en la región del
Alto y Medio Cauca Ferrería II, Quimbaya II, En el Centro-Suroccidente de Colombia y
Yotoco/Malagana, La Balsa II; en la Costa pací- Norte del Ecuador entre 1.500/1.000 a.C.- 1/300
fica colombo-ecuatoriana la Cultura Tumaco- d.C.) existieron las siguientes sociedades cacica-

Capítulo 3
Tolita II; en el Alto Magdalena la Cultura San les: 1. Tumaco-La Tolita I. 2. La Balsa I.3. San
Agustín II; en el Magdalena Medio la Cultura El Agustín I. 4. Ilama. 5. Quimbaya I. 6. Ferrería I.
Guamo y en el Altiplano Cundiboyacense la Cul- 7. Montalvo. 8. Herrera I.
tura Herrera II.
LAS SOCIEDADES FERRERÍA
Subperíodo III-C. Las sociedades cacicales del (400 a.C. – 700 d.C.) 41
Período “Tardío”
El territorio
Entre 550 y 1.550 d.C., que incluirían
aproximadamente los últimos mil años antes de Las evidencias materiales de esta sociedad
la llegada de los invasores españoles. Esta fue aparecen distribuidas tanto en el macizo central
una época de procesos migratorios fuertes de po- antioqueño, como en el valle de Aburrá, el cañón
blaciones organizadas en sociedades complejas del río Cauca y la cuenca del río Magdalena, en
jerarquizadas tipo cacicazgos, con la cual pode- el actual Departamento de Antioquia y están aso-
mos relacionar importantes fenómenos como las ciadas posiblemente, al menos con dos manifes-
transformaciones sustanciales a nivel demográfi- taciones culturales. A la primera de ellas, corres-
co, en los patrones de vivienda, de enterramiento, pondiente al Formativo Tardío, podríamos deno-
en la agricultura, la alfarería, la metalurgia y la minar Ferrería I y a la segunda del período
producción textil, todas ellas que demuestran “Clásico Regional” Ferrería II. Los principales
importantes cambios a nivel infraestructural de la yacimientos de estas culturas arqueológicas estu-
sociedad; igualmente, una forma diferente de diados hasta el presente son: La Argentina, VA-
expresión ideológica expresada en una nueva 98, VA-46, VA-73, Abejorral, La Estrella, Los
cosmovisión que sirvió como elemento importan- Micos, Pan de Azúcar-U4, Pan de Azúcar-U9,
te de cohesión social. Pan de Azúcar-U33, El Seminario, El Cacique,
San Roque-16, Villa Lucero-Y12, Los Asientos
En Antioquia, el Viejo Caldas y el valle 5, El Volador-T11, San Vicente-Y2, La Montera,
del Cauca, las expresiones materiales de estas YAC-14, YAC-27, La Gata y La Palma
poblaciones están relacionadas con las culturas (Figura 3.1).
Quimbaya III (o Quimbaya “Tardío”), Sonso y
Bolo-Quebrada Seca, las cuales prácticamente Cronología
coexistieron en algunos territorios durante varios
milenios. En el Alto Magdalena la Cultura San Para la ubicación cronológica de los proce-
Agustín III, en el Magdalena Medio la Cultura sos sociales relacionados con Ferrería I y II, con-
Colorados y en el Altiplano Cundiboyacense las tamos actualmente con 39 fechas de radiocarbo-
culturas Herrera II y Muisca. no que abarcan un período de 2.000 años. Un
primer grupo muy consistente de nueve fechas
entre 500/400 y 100 a.C., correspondiente a fina-
les del Período Formativo, documentan el posible
surgimiento y los primeros siglos de existencia
de la Cultura Ferrería I. Siete fechas más, locali-
zadas hacia finales del primer milenio a.C. (100- zados tanto en sus partes altas como bajas y las
0 a.C.) podrían estar datando una fase de transi- viviendas aparecen en planos naturales sobre las
ción a un nuevo tipo de cultura característica de cimas de las colinas y laderas aprovechando los
una sociedad más compleja, que podríamos con- aterrazamientos naturales o encima de banqueos
siderar como la Cultura Ferrería II, la cual pudo artificiales. El emplazamiento de las viviendas
haber existido durante el Período “Clásico Regio- parece haber correspondido a un patrón de asen-
nal”. Con este período está asociada la mayor tamiento nucleado y disperso. Los sitios de ma-
cantidad de fechas existentes (19 en total), cuyo yor extensión han sido encontrados en los planos
rango está entre los siglos I y VII/VIII d.C. naturales o en las partes bajas del valle, mientras
(Tabla 3.1). los yacimientos de poca extensión están ubicados
en las laderas y partes altas.

Actividades económicas

A pesar de que la economía de la sociedad


Capítulo 3

Ferrería era mixta, parece que la agricultura del


maíz y la yuca ocupó un papel central. La pre-
sencia de una cantidad significativa de sitios ar-
queológicos de esta cultura en territorios con sue-
los fértiles, como es el caso del sector surocci-
42 dental y partes altas del valle de Aburrá, ha per-
mitido a algunos autores sugerir la hipótesis de
que estas poblaciones practicaron una agricultura
permanente especializada, la cual generaba segu-
ramente excedentes de producción regulares, a
diferencia de otros sitios ubicados por ejemplo en
el altiplano de Oriente donde los suelos no son
muy aptos para las labores agrícolas.

La alfarería

Otra de las actividades importantes fue la


alfarería. La cerámica Ferrería se presenta como
un estilo desarrollado el cual sugiere un alto gra-
Figura 3.1. Las primeras sociedades cacicales del Centro-
do de especialización en la producción. La cerá-
Suroccidente de Colombia y Norte del Ecuador entre mica más común estudiada hasta el presente co-
1.500/1.000 a.C.- 1/300 d.C.): 1. Tumaco-La Tolita I. 2. La rresponde a vajilla doméstica la cual presenta
Balsa I.3. San Agustín I. 4. Ilama. 5. Quimbaya I. 6. Ferrería superficies bien alisadas y algunas veces brillo.
I. 7. Montalvo. 8. Herrera I.
Las formas más comunes utilizadas para cocer y
servir alimentos corresponden a vasijas grandes
Los poblados y las viviendas de cuerpo globular y cuello corto, con bordes
muy evertidos, engrosados hacia su parte media y
Hasta el presente, los pocos sitios de habi-
adelgazados hacia ambos lados y las cuales, por
tación de las poblaciones Ferrería estudiados han
lo general, no presentan decoración. Otro tipo de
sido encontrados aislados o conformando peque-
vasijas presenta cuerpo globular, borde evertido
ñas agrupaciones. No tenemos evidencia de nú-
y cuello corto con dos asas. También se conocen
cleos centralizados, lo que podría indicar que el cuencos de cuerpo aquillado, con bordes everti-
poblamiento pudo haber sido disperso, con agru- dos redondeados y labios adelgazados. Igualmen-
paciones importantes cerca de los lugares donde
te, cuencos pequeños de cuerpo subglobular.
sus diferentes cacicazgos explotaban una gran
Asociados con los cuencos por su función apare-
variedad de recursos presentes en diversos eco-
cen también platos de cuerpo plano o levemente
sistemas. Ante la ausencia de excavaciones en cóncavo.
área de sitios de habitación, desconocemos la
estructura de las viviendas. En el Valle de Abu-
Por último, debemos mencionar vasijas
rrá, donde mejor se han estudiado las evidencias
tipo cántaros de cuerpo globular, cuello recto y
materiales Ferrería, los yacimientos están locali-
Tabla 3.1. Cronología absoluta de las culturas Ferrería I y Ferrería II
Datación a.C. /d.C. No. Laborato-
Sitio Referencia
Fechas sin calibrar rio
La Argentina-VA. 450 ± 70 a.C. Beta-144364 Cardona 2000
Valle de Aburrá-98 440 ± 110 Beta-46816 Castillo y Santos 1992
Itaguí-VA-98 440 ± 110 Beta-46827 Castillo 1995
Y-019-Abejorral 360 ± 70 Beta- 77436 Castillo y Piazzini 1994
La Estrella-VA 280 ± 60 Beta- 118098 Castro 1998
Antioquia 220 ± 60 - Ardila 1999
Los Micos 170 ± 50 Beta-147320 Botero 2000
VA-46 160 ± 60 Beta-46816 Castillo 1995
Pan de Azúcar-U9 130 ± 40 Beta-135400 Cardona 1999

Capítulo 3
El Cacique-VA 60 ± 70 Beta-129213 Martínez et al. 2000
El Seminario-Medellín 50 ± 60 Beta-134884 Integral 2000
San Roque-16 10 ± 60 Beta-88927 Santos et al. 1996
43
El Cacique-VA 10 ± 60 Beta-129212 Martínez et al. 2000
VA-46 00 ± 60 Beta-46817 Castillo 1995
El Cacique-VA 30 ± 60 d.C. Beta-129212 Martínez et al. 2000
Villa Lucero-Y12 90 ± 60 * Beta-97967 Santos 1996
Villa Lucero-Y12 120 ± 80 * Beta-92607 Santos 1996
Antioquia 120 ± 60 - Cadavid y Arcila 1999
Pan de Azúcar-U4 160 ± 70 Beta-135400 Cardona 1999
Los Asientos 5 200 ± 120 * Beta-112566 Monsalve 1998
P/Berrío-Y-08 200 ± 90 Beta-88925 Santos et al. 1996
El Volador- T11 240 ± 60 Beta-75508 Santos y Otero1996
Itaguí-VA- 270 ± 50 Beta-46826 Castillo y Santos 1992
VA-73 300 ± 60 Beta-46825 Castillo 1995
San Vicente-Y2 300 ± 50 * Beta-100529 Múnera 1997
El Volador-T11 330 ± 70 Beta-81108 Santos y Otero 1994
Abejorral-Y-019
360 ± 70 - Briceño y Quintana 2001
(Antioquia)
La Montera 400 ± 70 - Cadavid y Arcila 1999
Pan de Azúcar-U33 410 ± 40 Beta-135403 Cardona 1999
Yacimiento-14 450 ± 110 Beta-88929 Santos et al. 1996
La Giralda-14 480 ± 70 Beta-87016 Santos y Otero1996
Villa Lucero-Y-12 560 ± 60 * Beta-97969 Santos 1996
La Gata 630 ± 70 Beta-106897 Cadavid y Arcila 1999
La Palma-VA 730 ± 80 Beta-100534 Botero et al. 1998
La Palma-VA 770 ± 120 Beta-100535 Botero et al. 1998
YAC-27 780 ± 70 * Beta-808184 Jaramillo 1998
* En estos sitios la cerámica Ferrería aparece junto con cerámica del Marrón Inciso.
boca restringida, utilizados en las labores de al- LAS SOCIEDADES QUIMBAYA
macenamiento y transporte de líquidos. En cuan- (1.600 a.C. – 800 d.C.)
to a la decoración, la principal característica de la
cerámica Ferrería es la utilización de las técnicas Con el nombre de sociedades Quimbaya
de incisión y el empleo de puntos profundos y asociamos todos los cacicazgos creadores de las
líneas cortas para decorar el borde de las vasijas. diferentes variantes regionales de las culturas
Otras técnicas utilizadas fueron el denominado Quimbaya I y Quimbaya II., Con esta última cul-
escamado realizado sobre el cuerpo de algunas tura están relacionados: el estilo cerámico marrón
vasijas, la presión angulosa formando una espe- inciso, el complejo tricolor (Viejo Caldas), el
cie de triángulos y la aplicación de bandas y ma- complejo La Sorga (Cañón del río Cauca) y el
melones. Los elementos del diseño más comunes complejo Pueblo Viejo (Valle de Aburrá). Igual-
son líneas incisas paralelas horizontales y verti- mente, la suntuosa orfebrería conocida con el
cales, puntos incisos horizontales y verticales, los nombre de “Quimbaya Clásico.”
cuales pueden combinarse con líneas incisas, lí-
neas de puntos incisos grandes y profundos, ban- El territorio
Capítulo 3

das delgadas modeladas alrededor del cuerpo.


Los yacimientos arqueológicos más repre-
Aún cuando no contamos por ahora con sentativos de esta sociedad, aparecen distribui-
evidencias sobre otro tipo de actividades econó- dos en casi todos los ecosistemas del norte del
micas, por comparación con otras sociedades departamento del Valle del Cauca, los departa-
44 cacicales contemporáneas, podemos inferir que la mentos del Viejo Caldas (Quindío, Risaralda y
producción textil, la orfebrería y la manufactura Caldas), así como también en las regiones antio-
de instrumentos de piedra, pudieron haber tenido queñas de la cuenca del río Cauca, las cordilleras
también una gran importancia. Central y Occidental y las vertientes del Magda-
lena y Atrato. El sitio más característico del Va-
Las costumbres funerarias lle del Cauca es el de Montezuma, en el munici-
pio de Ulloa.
Es muy poco lo que conocemos sobre los
patrones fúnebres de la sociedad Ferrería. Lo que En los departamentos del Eje Cafetero
si parece evidente es que las costumbres funera- (Caldas, Risaralda y Quindío) los principales ya-
rias de esta sociedad son diferentes a las de las cimientos arqueológicos son: La Merced, La Mi-
poblaciones Quimbaya Clásico. Generalmente, se kela, City Gate, Villa Elisa, Génova, El Antojo-
trata de tumbas de pozo sencillo o con un nicho Y4, Río Pozo-Y039, Río Pozo-Y044, La Lorena
lateral, donde se realizaban los entierros de los y San Roque. Por su parte, en Antioquia, debe-
individuos en posición extendida. En el Cerro de mos mencionar los sitios de: La Querida, VA-
El Volador (Valle de Aburrá), los 17 entierros 022, VA-041, VA-098, VA-126, La Concha, El
excavados del Período Temprano (primeros seis Indio, Yolombó22, La Montera, San Diego, San-
siglos de nuestra era), correspondientes a las po- ta Rita, Porce-021, Barbosa, El Atravezado, el
blaciones tanto Ferrería como Marrón Inciso, Purgatorio, Los Asientos 1, Villa Lucero-Y12, El
estaban localizados tanto en el interior como Lago, San Vicente-Y2, San Gerónimo-CG, Guai-
afuera de las viviendas, es decir, en contextos co-YAC-04, Guaico-YAC-10A, Guaico-YAC-
domésticos y funerarios. Una de las pocas prue- 10B, Guaico-YAC-58, Guaico-YAC-27, Guaico-
bas que tenemos sobre la forma cómo exhuma- YAC-13, El Volador-T10, Santa Elena-C8, Puer-
ban a sus muertos estas comunidades, correspon- to Berrío-Y08, Cartama, El Volador-T10, Los
de a un entierro primario colectivo de individuos Asientos 5, Popal-SA-11, Popal-SA-17, La Mu-
adultos y un joven, excavado en la terraza 11 del rrapala-Y23, Corrales, El Diamante-Y32, Tieste-
Cerro El Volador, el cuál fue fechado en 240 d.C. ro 1, Los López 6, La Herradura, Nápoles-PT-
241, El Volador-T6, Porce-021, La Palma, Gara-
De tal forma, el análisis de los datos ar- bato-Y5, El Pajarito, La Giralda-213, Santa Rita,
queológicos disponibles hasta ahora, permiten Piedras Blancas 2, La Quinta, el Carmelo, El Pre-
suponer que posiblemente las poblaciones Ferre- sidio-Y54, El Presidio-Y53, El Hoyo-Y18, La
ría lograron un nivel de desarrollo jerárquico ca- Volcana-Y23, Piunti y Danzante (Figura 3.1).
cical y no eran sociedades igualitarias, como ha
sido planteado recientemente por algunos investi-
gadores.
Cronología de nuestra era, en el denominado “Período Clási-
co”, cuando se alcanzó un alto nivel de desarrollo
Un grupo de 16 fechas, situadas entre sociocultural en el suroccidente colombiano, ex-
1.600 y 200 a.C. permiten ubicar en el tiempo el presado en los logros obtenidos en la agricultura,
inicio y el posible final de la sociedad Quimbaya la metalurgia, la alfarería y las diferentes formas
durante el período Formativo, cuyos elementos de pensamiento chamánico.
materiales podemos asociar con la cultura ar-
queológica Quimbaya I. Once fechas más, co- Los poblados y las viviendas
rrespondientes a finales del primer milenio a.C. y
al siglo I d.C., podrían pertenecer a procesos aso- Los asentamientos de las poblaciones
ciados con la finalización de la cultura Quimbaya Quimbaya Clásico se han encontrado dispersos
I y su transformación en Quimbaya II. Esta se- en laderas, colinas, valles interandinos, general-
gunda cultura es la que presenta un conjunto más mente cerca de ríos, quebradas, fuentes salinas y
sólido de fechas con un total de 58 dataciones lugares con importantes suelos fértiles y recursos
hechas por radiocarbono, que abarcan el período auríferos. Una mayor concentración de unidades

Capítulo 3
comprendido entre los siglos I y VIII d.C. Y fi- habitacionales, conformando pequeñas aldeas,
nalmente, otras nueve fechas situadas entre 1.000 aparece usualmente cerca de las fuentes salinas y
y 1.700 podrían indicar la pervivencia de comu- está asociada con la explotación intensiva de este
nidades portadoras de la Cultura Quimbaya II importante recurso mineral, y el consumo interno
durante los períodos históricos Prehispánico Tar- e intercambio con comunidades vecinas. Este
dío y Colonial (Tabla 3.2). Es muy posible que patrón de asentamiento nucleado cerca de las 45
el auge de la sociedad Quimbaya Clásico se haya fuentes de aguasal y viviendas dispersas cerca de
dado durante la primera mitad del primer milenio estas aparece tanto en Supía (Caldas), como en

Tabla 3.2. Cronología absoluta de las culturas Quimbaya I y Quimbaya II.


Datación a.C./d.C. No.
Sitio Referencia
Fechas sin calibrar Laboratorio
Santa Rita (Antioquia) 1640 ± 70 a.C. Beta-116593 Agudelo et. al. 1999
La Mikela (Risaralda) 1400 ± 70 Beta-145284 Cano 2001
Valle de Aburrá-098
1330 ± 110 Beta-46827 Castillo 1995
(Antioquia)
La Concha (Antioquia) 950 ± 70 Beta-94906 Botero 1999
El Indio-VA (Antioquia) 960 ± 50 Beta-100533 Botero et al. 1998
La Merced (Caldas) 830 ± 70 - Castillo y Piazzini 1994
Yolombó-22 (Antioquia) 790 ± 60 Beta-97017 Correa 1997
La Montera (Antioquia) 770 ± 130 - Cadavid y Arcila 1999
City Gate-Tebaida (Antioquia) 540 ± 70 Beta-94935 Salgado 1996
Villa Elisa (Risaralda) 440 ± 60 Beta-77046 Cano 1995
Langebaek y Espinosa
San Diego-VA (Antioquia) 320 ± 120 Beta- 141052
2000
Génova (Risaralda) 310 ± 60 Beta- 146615 Rojas y Mora 2000
Morro Santa Rita (Antioquia) 280 ± 80 Beta-124080 Ardila 1999
Valle de Aburrá (Antioquia) 250 ± 60 Beta-54805 Castillo 1995
Porce-21 (Antioquia) 250 ± 60 - Castillo 1998
Antioquia-002023 (Antioquia) 230 ± 40 - Castillo 1998
Los Asientos 1 (Antioquia) 50 ± 70 Beta-112564 Monsalve et al.1998
Barbosa-VA (Antioquia) 20 ± 140 Beta-106901 Integral 1997
El Atravesado-VA (Antioquia) 10 ± 120 Beta-129215 Martínez et al. 2000
Tabla 3.2. Cronología absoluta de las culturas Quimbaya I y Quimbaya II. Continuación.

El Purgatorio (Antioquia) 10 ± 80 Beta-106896 Botero et al. 1998


VA-22 (Antioquia) 10 ± 60 d.C. Beta-46822 Castillo 1995
Leticia-VA (Antioquia) 40 ± 70 Beta-131885 Ospina et al. 1999
VA-41 (Antioquia) 60 ± 90 Beta-46824 Castillo 1995
Piunti-B19 (Antioquia) 80 ± 40 Beta-157721 Nieto y Cardona 2001
Villa Lucero-Y12 (Antioquia) 90 ± 70 Beta-97967 Santos 1996
VA-126 (Antioquia) 90 ± 70 Beta-46828 Castillo 1995
El Lago (Antioquia) 110 ± 110 Beta-107200 Integral....
Villa Lucero-Y12(Antioquia) 120 ± 80 Beta-92607 Santos 1996
San Vicente-Y2 (Antioquia) 130 ± 50 Beta-116878 Integral 1999
Capítulo 3

San Gerónimo-CG (Antioquia) 130 ± 50 - Múnera 2001


Piunti-B19 (Antioquia) 130 ± 40 Beta-157720 Nieto y Cardona 2001
Guayco-Y10A (Antioquia) 140 ± 70 Beta-118081 Jaramillo 1998
46
El Volador-T10 (Antioquia) 150 ± 140 Beta-81109 Santos y Otero 1996
Campo 8 (Antioquia) 180 ± 50 Beta-94908 Botero 1999
Guayco-04 (Antioquia) 180 ± 70 Beta-118080 Jaramillo 1998
San Gerónimo-CJ (Antioquia) 180 ± 50 - Múnera 2001
San Vicente-Y2 (Antioquia) 180 ± 50 Beta-116877 Integral 1999
El Antojo (Risaralda) 190 ± 60 Beta-95059 Múnera et al. 1997
Puerto Berrío (Antioquia) 200 ± 90 Beta-88925 Santos y Otero 1996
Cartama (Antioquia) 200 ± 50 Beta-102030 Martínez 1999
El Volador (Antioquia) 200 ± 50 - Santos y Otero 1996
Guayco-Y10B (Antioquia) 200 ± 40 Beta-118082 Jaramillo 1998
Los Asientos 5 (Antioquia) 200 ± 120 Beta-112566 Integral...
San Vicente-Y2 (Antioquia) 200 ± 50 Beta-116876 Integral 1999
San Gerónimo-CA (Antioquia) 200 ± 50 - Múnera 2001
Popal-SA-11 (Antioquia) 230 ± 40 Beta-120770 Ardila 1999
La Murrapala-Y23 (Antioquia) 250 ± 50 Beta-11655 Integral 1999
Corrales-VA (Antioquia) 270 ± 40 Beta-131884 Ospina et al. 1999
La Montera (Antioquia) 280 ± 140 Beta-106901 Botero et al. 1998
El Diamante (Antioquia) 300 ± 50 Beta-97022 Santos et al. 1996
San Vicente-Y2 (Antioquia) 300 ± 50 Beta-100529 Múnera 1997
Tiestero 1 (Antioquia) 310 ± 60 GrN – 17664 Santos 1995
Los López 6 (Antioquia) 310 ± 40 Beta-112567 Monsalve et al. 1998
La Herradura (Antioquia) 320 ± 80 Beta-47590 Nieto 1991
Nápoles-PT-241 (Antioquia) 320 ± 60 Beta-121631 Briceño y Quintana 1999
Popal-SA-17 (Antioquia) 330 ± 70 Beta-120772 Ardila 1999
Neira.Y044 (Caldas) 330 ± 60 Beta-102886 Moreno 1997
Tabla 3.2. Cronología absoluta de las culturas Quimbaya I y Quimbaya II. (Continuación)

Aguadas-Y-244 (Caldas) 350 ± 60 Beta-121628 Briceño y Quintana 1999


El Volador-T6 (Antioquia) 360 ± 60 Beta-46821 Santos 1995
Porce-21 (Antioquia) 360 ± 80 - Castillo 1998
La Palma-VA (Antioquia) 360 ± 60 Beta-111209 Botero et al. 1998
Puente Iglesias-A1
380 ± 60 Beta-70370 Otero 1992
(Antioquia)
Villa Lucero-Y12 (Antioquia) 390 ± 60 Beta-97968 Santos 1996
Medellín (Antioquia) 390 ± 60 Beta-129459 Castro 1998
Tiestero (Antioquia) 410 ± 60 Beta-67471 Botero y Vélez 1994
Cartama (Antioquia) 430 ± 100 Beta-122066 Martínez 1999
Garabato-Y5 (Antioquia) 430 ± 50 Beta-100531 Múnera 1997

Capítulo 3
El Pajarito (Antioquia) 450 ± 80 Beta-106898 Prospec. Líneas Porce II
La Giralda 213 (Antioquia) 480 ± 70 Beta-87016 Santos y Otero 1996
Cartama (Antioquia) 480 ± 30 Beta-122065 Martínez 1999
47
El Diamante-Y32 (Antioquia) 480 ± 50 Beta-97022 Santos et al. 1996
Tiestero (Antioquia) 520 ± 70 Beta-67470 Botero y Vélez 1994
Santa Rita (Antioquia) 520 ± 70 Beta-114042 Agudelo et. al. 1999
Danzante-LI46 (Antioquia) 540 ± 60 Beta-157723 Nieto y Cardona 2001
Piedras Blancas 2 (Antioquia) 550 ± 80 Beta-105460 Integral....
La Quinta-VA (Antioquia) 550 ± 60 Beta-142830 Jaramillo y Mejía 2000
Santa Helena -H3(Antioquia) 560 ± 60 Beta-67469 Botero y Vélez 1994
Villa Lucero (Antioquia) 560 ± 60 Beta-97969 Santos 1996
El Carmelo (Antioquia) 560 ± 60 Beta-67469 Santos 1996
Santa Elena-Huerta 3
560 ± 60 Beta-67469 Botero y Vélez 1994
(Antioquia)
Cartama (Antioquia) 570 ± 40 Beta-122067 Martínez 1999
Santa Elena- Campo 8
590 ± 50 Beta-94909 Botero 1999
(Antioquia)
Guaico-Y58 (Antioquia) 590 ± 60 Beta-808188 Jaramillo 1998
Guaico-Y27 (Antioquia) 780 ± 70 Beta-808184 Jaramillo 1998
El Presidio-Y54 (Antioquia) 790 ± 60 Beta-808187 Jaramillo 1998
Río Pozo-Y39 (Caldas) 890 ± 70 Beta- 77440 Castillo y Piazzini 1994

los sitios de El Retiro y Mazo en la altiplanicie de Valle de Aburrá, permitieron conocer que algu-
Rionegro, territorio antioqueño. Igualmente, nas plantas de vivienda donde apareció cerámica
una relativa concentración de población también de los estilos Marrón Inciso y Ferrería, tenían
aparece documentada en los valles interandinos y forma circular, con diámetros entre 6 y 8 metros.
las áreas de pendientes suaves de todo el territo-
rio que comprende los departamentos del Viejo Otro tipo de asentamiento tiene que ver
Caldas y Antioquia. Posiblemente estos núcleos con un modelo seminucleado, con estructuras
poblacionales estuvieron asociados a la explota- habitacionales y posiblemente rituales, construi-
ción intensiva de productos agrícolas. Las exca- das en piedra y las cuales están asociadas con
vaciones llevadas a cabo en el Cerro El Volador, importantes obras de ingeniería hidráulica. Plata-
formas construidas a partir del aterrazamiento y En el yacimiento de Chorroclarín-El Tam-
elevación del terreno con muros de contención en bo, donde aparecen campos circundados, plata-
tierra y piedra, comunicadas por senderos, han formas, cabezas de puente y construcciones reali-
sido detectadas en los sitios arqueológicos de La zadas para una explotación intensiva de los sala-
Laguna, Chorroclarín, Matasanos, El Rosario, dos, uno de esos campos circundados, asociado
La Concha, y La Honda, en el Valle de Aburrá. con abundante cerámica fue fechado en 560 d.C.
Estas plataformas aparecen asociadas a estructu- y corresponde al período terminal de los cacicaz-
ras hidráulicas, construidas en tierra o en piedra, gos Quimbaya Clásico. Mucho más tempranas
entre las que debemos mencionar: muros para parece haber sido las prácticas agrícolas intensi-
canalizar el agua, cañuelas y pasos de agua, cabe- vas en el sitio La Concha en el caserío de Mazo,
zas de puente y puentes, coronas y cajas de pro- donde se obtuvo una fecha de 950 a.C. asociada
tección de salados y estructuras de conducción con el inicio de la huerta y que correspondería a
del agua de sal, chambas de corte de ladera, cana- los primeros siglos de desarrollo de esta cultura.
les de pie de ladera, acequias y desvíos de que-
bradas. Igualmente, hay una clara relación de La explotación de la sal
Capítulo 3

estas con campos de cultivo denominados cam-


pos circundados. La mayor concentración de es- La explotación de las fuentes salinas fue
tas estructuras asociadas fue encontrada en el una de las especializaciones económicas de los
yacimiento de Matasanos. diferentes cacicazgos que compartieron el siste-
ma sociocultural Quimbaya Clásico. La explota-
48 Actividades económicas ción y el comercio de sal fue otra de las activida-
des económicas importantes que seguramente
Al igual que la economía de otras socieda- contribuyó, al igual que el trabajo orfebre, a des-
des cacicales contemporáneas, la subsistencia de arrollar la competencia entre las elites. Los caci-
los creadores de la Cultura Quimbaya II, se basa- cazgos que tenían acceso a fuentes de agua sala-
ba en la agricultura, pero con una fuerte especia- da en sus territorios implementaron una intensa
lización en la explotación de la sal y los recursos explotación y comercialización de este producto,
auríferos. Estas actividades agrícolas era comple- lo cual les generó importantes excedentes de pro-
mentadas con la recolección, la caza y la pesca. ducción. El control comercial de la sal y el man-
tenimiento de las rutas no sólo permitía mante-
La agricultura ner las relaciones interétnicas a gran escala, sino
que además, privilegió a los cacicazgos que con-
Unos de los métodos agrícolas utilizados trolaban dichos recursos. El carácter intensivo de
en el valle de Aburrá parece haber sido el de la producción de sal se fundamenta igualmente
campos circundados, estudiados recientemente por la presencia de grandes acumulaciones de
en el yacimiento arqueológico de Piedras Blan- cerámica manufacturada especialmente para ela-
cas. Estos representan una especie de estructuras borar los panes de sal, las cuales han sido encon-
cerradas pero delimitadas con muros de conten- tradas prácticamente en todos los sitios arqueoló-
ción que alcanzan hasta dos metros por encima gicos estudiados, tanto en Riosucio (Caldas), co-
del nivel actual del suelo. La adecuación de este mo en yacimientos del cañón del río Cauca, el
tipo de campos para la producción agrícola, po- Valle de Aburrá y el altiplano de Rionegro, en
dría corresponder a las primeras etapas de desa- territorio antioqueño.
rrollo de la sociedad Quimbaya Clásico en la re-
gión. Desafortunadamente, ninguna de las dos Con el desarrollo de los sistemas de consu-
únicas fechas obtenidas de estos campos, están mo, distribución e intercambio de la sal podría
asociadas ni con macrorestos, ni con polen de estar relacionada una extensa red de caminos em-
especies vegetales. Pero contamos con restos de pedrados que comunicaban las regiones del ca-
maíz hallados en contextos funerarios en el sitio ñón del Cauca con los valles interandinos y las
La Lorena, en inmediaciones del río La Miel, en vertientes de los ríos Magdalena y Atrato. Es po-
el curso medio del río Magdalena, relacionados sible, como plantean algunos arqueólogos, que
con cerámica típica del estilo marrón inciso y dicha red de caminos hubiera sido construida
también con instrumentos líticos utilizados en durante los primeros siglos de nuestra era, y se
actividades de molienda de este cereal, tales co- hubiera convertido en parte importante de un in-
mo manos y metates, hallados en varios sitios tenso sistema de relaciones comerciales con otros
arqueológicos excavados. cacicazgos del sur y norte de Colombia.
La alfarería Las características generales del estilo ce-
rámico marrón inciso incluye vasijas de usos do-
Otra de las actividades en las cuales se méstico (ollas, cuencos, cántaros) (Figuras 3.2,
alcanzó un elevado grado de maestría fue en la 3.3).
alfarería. La especialización de los diferentes
cacicazgos de la tradición cultural Quimbaya También cerámica de uso ritual (urnas fu-
Clásico generó una serie de estilos cerámicos nerarias), decoradas con incisiones de líneas fi-
regionales que, no obstante su especificidad, nas, utilizando diseños con forma de espina de
compartían elementos formales y decorativos pescado y lóbulos repujados en el cuerpo. Usual-
básicos, lo cuál podría considerarse como una mente las urnas funerarias presentan formas ci-
clara evidencia de identidad étnico-cultural. El líndricas ensanchadas en la base o “columnar
principal de ellos es el denominado marrón inci- bulbosas”, las cuales, en muchas ocasiones tienen
so, el cual está presente prácticamente en la ma- aplicaciones de mujeres desnudas y acurrucadas
yor parte del territorio del Viejo Caldas y Antio- (Figuras 3.4, 3.5). Estas formas rituales difieren
quia, con tres variantes regionales, conocidas con de las domésticas encontradas en sitios de habita-

Capítulo 3
los nombres de Pueblo Viejo en el valle de Abu- ción, especialmente en Antioquia, donde son co-
rrá y la altiplanicie de Rionegro, La Sorga, en el munes las ollas y cántaros subglobulares y los
suroeste de Antioquia (cuenca del río Cauca) y el cuencos con bordes biselados y evertidos con
noroeste del departamento de Caldas y Tricolor decoración dentada-estampada, pintura o engobe
en el departamento de Caldas. crema y anillos sin alisar en la parte superior de
49

Figura 3.2. Ollas de cuerpo compuesto con dos asas, decoradas con motivos geométricos excisos. (Fotografías tomadas de Arte
de La Tierra. Quimbayas: 64,65. Altura de a 12.5 cm, altura de b 14 cm).

Figura .3.3. Cántaros rituales con representaciones humanas de ambos sexos, que
tienen pintura corporal con diseños geométricos.
las vasijas (decoración corrugada). Por su parte, racteriza por su buena elaboración, compacta, de
la cerámica presente en los sitios arqueológicos finos acabados y superficies pulidas y algunas
denominados salados, también presenta sus dife- veces con brillo. Las formas más comunes co-
rencias respecto a la hallada en los sitios de habi- rresponden a vasijas con bordes biselados, cuer-
tación y las tumbas. Aún cuando las formas de pos globulares, subglobulares, cilíndricos y aqui-
estos recipientes son similares a los de algunas llados con bases redondeadas, entre las cuales
vasijas domésticas, estos son de mayores dimen- pueden identificarse cuencos y urnas funerarias.
siones (por su función de servir para la elabora- La decoración incluye engobe rojo oscuro o ma-
ción de panes de sal), con boca ancha, superficies rrón, pintura crema y rojo y decoración incisa
alisadas burdamente y generalmente no tienen dentada-estampada, anillos sin alisar (corrugado)
decoración, exceptuando la presencia ocasional y “escamado” el cual consiste en una serie de
de anillos sin alisar y algunas impresiones digita- hileras incisas inclinadas y profundas que se pa-
les sobre los bordes. recen a protuberancias en la superficie. Las urnas
funerarias tienen cuerpo cilíndrico y bases planas
Por su parte, la variante regional conocida y están decoradas con engobe rojo oscuro e inci-
Capítulo 3

como el Complejo La Sorga, corresponde a cerá- siones finas de líneas paralelas al cuerpo, combi-
mica doméstica de sitios de habitación y funera- nadas con incisiones en forma de espina de pes-
ria proveniente de entierros secundarios y se ca- cado y puntos incisos sobre el hombro aquillado
y el labio.
50 Y finalmente, el denominado Complejo
Tricolor, localizado en los alrededores de Mani-
zales, se caracteriza por la presencia de vasijas y
urnas con figuras humanas pintadas con un engo-
be crema y pintura roja y amarillo brillante, así
como también por la utilización de decoración
dentada-estampada. Es posible que todos estos
complejos cerámicos correspondieran a variantes
regionales del corpus cultural Quimbaya Clásico
y representaran la expresión cerámica de la iden-
tidad regional de diferentes cacicazgos.

Figura 3.4. Urnas funerarias con decoración geométrica con La orfebrería


forma de “espina de pescado” en las cuales se realizaban
entierros secundarios. Altura de a 30 cm. (Fotografía tomada La maestría alcanzada en el trabajo de los
de Arte de La Tierra. Quimbayas: 71. Altura de b 41 cm). metales, fue otra de los grandes logros de la so-
ciedad Quimbaya Clásico, el cual alcanzó su
máximo desarrollo posiblemente durante los pri-
meros cinco siglos del primer milenio de nuestra
era. La presencia de varios sitios arqueológicos
en regiones de gran potencial aurífero tanto de
veta como de aluvión, así como la producción de
objetos suntuosos encontrados en tumbas de indi-
viduos de las élites, tanto de la misma sociedad,
como de sociedades vecinas, sugieren que la pro-
ducción, el consumo interno y el intercambio de
objetos elaborados en metal fue una labor de es-
pecialistas que gozaron de un gran prestigio so-
cial. Desde el punto de vista tecnológico, la orfe-
brería Quimbaya Clásico forma parte de una Tra-
dición Orfebre que se desarrolló en todo el suroc-
cidente de Colombia, durante el Subperíodo III-
B, y la cual involucró una gran cantidad de socie-
Figura 3.5. Urnas funerarias más suntuosas presentan lóbu- dades cacicales cuyas expresiones culturales co-
los “repujados” y representaciones humanas de individuos nocemos con los nombres de: Yotoco en el Valle
posiblemente de las elites del poder.
del Cauca, Tumaco-La Tolita en la costa pacífica arquitectura funeraria, el tipo de entierro y la ca-
colombo-ecuatoriana, El Guamo en el valle Me- lidad y cantidad del ajuar funerario se expresan
dio del río Magdalena, Tierradentro y San Agus- importantes elementos no sólo de identidad, sino
tín II en el Alto Magdalena y Capulí en el altipla- también de estratificación social. A diferencia de
no Túquerres-Ipiales. En términos generales, ésta los patrones fúnebres de sociedades contemporá-
orfebrería se caracterizó por un trabajo directo de neas tales como Ilama o Yotoco/Malagana en el
metales como el oro, el cobre y el platino, lo cuál Valle del Cauca, las costumbres funerarias de las
requirió de una gran destreza artesanal y un pro- poblaciones Quimbaya Clásico han sido poco
fundo conocimiento del comportamiento de los estudiadas. En el noroeste del Departamento del
metales. Los metalurgos Quimbaya Clásico desa- Valle del Cauca, en los departamentos del Viejo
rrollaron con una maestría insuperable las técni- Caldas y el Magdalena Medio han aparecido en-
cas de fundición y las aleaciones. Pero también, tierros humanos en posición extendida y calcina-
manejaron excelentemente la fundición a la cera dos en urnas funerarias en tumbas de pozo circu-
perdida en oro o tumbaga, la soldadura por fu- lares o cuadrangulares con una o dos cámaras
sión, el martillado y el repujado. Manufacturaron laterales, configurando lo que podríamos deno-

Capítulo 3
preciosos objetos como poporos con formas geo- minar una primera variante regional de enterra-
métricas, humanas realistas de pie y sentadas y mientos. Una segunda variante la conforman
de plantas como tubérculos, calabazos y frutas, los entierros realizados en fosas sencillas poco
cuentas de collar, alfileres, recipientes, cascos, profundas hechas en los sitios de vivienda, la
diademas, pectorales, narigueras y orejeras de cual es característica del territorio antioqueño.
carrete (Figuras 3.6-3.8). Entierros secundarios de huesos calcinados en 51
urnas domésticas o funerarias han sido estudia-
Las costumbres funerarias dos en el Valle de Aburrá y el sur de Antioquia.
En el suroeste antioqueño, específicamente en el
Las costumbres funerarias representan uno municipio de Jericó, se realizaron entierros
de los elementos fundamentales de identidad cul- humanos en abrigos rocosos. Restos óseos calci-
tural de los pueblos antiguos. En la forma de la nados fueron colocados en urnas funerarias ente-

Figura 3.6. La representación de chamanes elaborados en oro fue común en el arte de la sociedad Quimbaya Clásico. En esta
figura podemos observar dos chamanes sentados, el de la izquierda tiene pintura corporal y una rama de helecho en cada una
sus manos; el de la derecha está suntuosamente ataviado con narigueras y orejeras y porta en sus manos dos adornos con dise-
ños de aves (Fotografía tomada del Catálogo Museo del Oro. Sus mejores piezas 1996: 78. Altura 27.1 cm).
Capítulo 3

52

Figura 3.7. Entre los objetos de oro elaborados por los orfebres figuran los poporos asociados con actividades rituales del mam-
beo de la coca (Fotografía tomada del Lleras 2006: 49. Altura 16.7 cm).

Figura 3.8. Formas naturales como las frutas y los calabazos fueron reproducidas por los orfebres de la sociedad Quimbaya
Clásico, creando hermosos poporos que usaron los chamanes durante sus actividades rituales del mambeo de la coca
(Fotografías tomadas del Catálogo Museo del Oro. Sus mejores piezas 1996: carátula y pág.83. Altura a 23.5 cm, altura b 11
cm).

rradas a poca profundidad, acompañadas de vasi- región del Eje Cafetero. Este tipo de construc-
jas cilíndricas características del Estilo Marrón ciones arquitectónicas asociadas con la muerte,
Inciso. ya reportadas para la Cultura San Agustín II del
Alto Magdalena y en el departamento del Toli-
Y finalmente, una tercera variante serían ma, están revestidas de lajas de piedra y no al-
las tumbas de cancel, que está presente en la eco- canzan profundidades de más de 250 cm. Nor-
malmente, no presentan ajuares funerarios sun- Los principales sitios arqueológicos Ilama
tuosos y tienen una ubicación cronológica que las estudiados en la región Calima son: El Topacio,
sitúa en un gran lapso de tiempo que comienza El Pital, El Llanito, La Iberia, La Alsacia,
en el Formativo Tardío y termina en el “Clásico La Aurora, Agualinda, Samaria y la Hda.
Regional”, cubriendo varios siglos. La Mesa. Por su parte, en el valle geográfico
del río Cauca las evidencias de poblaciones con
La estructura social manifestaciones culturales Ilama han sido encon-
tradas en los yacimientos arqueológicos de Far-
Quimbaya Clásico era una sociedad com- fán (municipio de Tuluá), El Carmen (Municipio
pleja estratificada. Esto parece sugerirlo el gran de Guacarí), La Cristalina (municipio de El
desarrollo de las fuerzas productivas y la división Cerrito), Coronado, Malagana, Santa
social del trabajo, fenómenos que posiblemente Bárbara, El Sembrador y Estadio del De-
tuvieron su máxima expresión en los primeros portivo Cali (municipio de Palmira). Materia-
cinco siglos de nuestra era. Las élites gobernan- les culturales diagnósticos del Estilo Cerámico
tes de los diferentes cacicazgos que compartieron Ilama también han sido excavados y recolectados

Capítulo 3
el corpus cultural Quimbaya Clásico (chamanes y en superficie en los sitios de Palestina I y Tata-
caciques principalmente), fueron representadas britos en la llanura aluvial del Pacífico colombia-
de una forma muy realista en la suntuosa orfebre- no (Figura 3.1).
ría realizada magistralmente por especialistas en
el trabajo de los metales. Mujeres y hombres des- Cronología
nudos aparecen de pie o sentados en banquitos 53
ricamente ataviados con pulseras, narigueras, Contamos con 21 fechas de radiocarbono
orejeras, pectorales y otros adornos que evidente- que nos permiten inferir que la sociedad Ilama
mente representan símbolos de poder político y pudo haber existido entre 700 y 0 a.C. De
religioso. Metalurgia que parece haber cumplido acuerdo con la información arqueológica existen-
más la función de legitimar el poder de las élites te hasta ahora, en la conformación de los cacicaz-
de los cacicazgos regionales, que haber sido pro- gos Ilama podemos diferenciar tres momentos
ducida para fortalecer las redes de intercambio a históricos. Como podemos ver en la Tabla 3.3 es
larga distancia con otras comunidades vecinas posible que las cinco primeras fechas de radio-
portadoras de patrones culturales diferentes. Lo carbono obtenidas de los sitios arqueológicos
que concuerda con el hecho de que en todo el Hda. La Mesa (800 a.C.), El Topacio (720 y 500
territorio ocupado por los cacicazgos Quimbaya a.C.), Malagana (700 a.C.) y La Aurora (395
Clásico no parece haber existido una tendencia a a.C.) correspondan al inicio y consolidación, du-
la centralización del poder político y por el con- rante unos 400 años, de esta cultura tanto en la
trario si hacia el fortalecimiento de élites locales. región Calima, como en el valle geográfico del
río Cauca; mientras la datación de 310 a.C. en el
LA SOCIEDAD ILAMA sitio El Pital está sugiriendo el probable estable-
(700 – 0 a.C.) cimiento de aldeas Ilama en el curso medio del
río Calima (Tabla 3.3).
El territorio
Seguramente, la expansión territorial de
En el territorio que comprende el actual estas aldeas hacia el oeste y este de Calima pudo
departamento del Valle del Cauca la primera so- estar relacionada al menos con dos aspectos im-
ciedad agroalfarera de tipo jerárquico cacical está portantes: en primer lugar, por la necesidad de
relacionada con la denominada Cultura Ilama. garantizar la continuidad y el mejoramiento cua-
Esta es una cultura exógena que probablemente litativo y cuantitativo de la producción en gene-
no surgió como producto de la evolución socio- ral. Esto, a su vez, podría haber tenido relación
cultural de las poblaciones con un modo de vida directa con un mayor aumento de la población.
recolector-productor que ocuparon la región Cali- Por otra parte, la acumulación de la fuerza de
ma entre 7.000 y 2.000 a.C. Los cacicazgos trabajo que permitía la apropiación y transforma-
portadores de estos elementos culturales ocupa- ción de los recursos naturales existentes en otros
ron y explotaron dos ecosistemas: los valles in- ecosistemas como los de la llanura aluvial del
terandinos de la región Calima en la cordillera pacífico y el valle geográfico del río Cauca. Y
occidental, la llanura aluvial del Pacífico y el finalmente, era necesario mantener y ampliar las
valle geográfico del río Cauca. redes de intercambio de materias primas y pro-
Tabla 3.3. Cronología absoluta de la Cultura Ilama

Datación a.C. No.


Sitio Referencia
Fechas sin calibrar Laboratorio
Hda. La Mesa (Vijes) 820 ± 160 Beta-74808 Cardale Edit.2005
El Topacio (Calima) 720 ± 100 Beta-14809 Cardale et al.1989
Malagana (Valle Geográfico) 720 ± 150 GX-28620 Bary et al. 2005
El Topacio (Calima) 500 ± 80 Beta-19515 Cardale et al.1989
La Aurora (Calima) 395 ± 85 Beta-1837 Bray et al. 1981
La Cristalina-T-27 (Valle Geo- Rodríguez Cuenca et al.
340 ± 150 Beta-146231
gráfico) 2001
El Pital (Calima) 310 ± 80 Beta-13349 Salgado 1986
El Topacio (Calima) 300 ± 70 Beta-19516 Cardale et al.1989
Capítulo 3

Malagana (Valle Geográfico) 300 ± 50 GX-22340 Cardale et al. 2000


Malagana (Valle Geográfico) 290 ± 60 Beta-79223 Cardale et al. 2000
Malagana (Valle Geográfico) 250 ± 110 Beta-84438 Cardale et al. 2000
54 Rodríguez
Samaria-T-12 (Calima) 220 ± 80 Beta-36457
y Salgado 1990
Coronado-T-6 (Valle Geográ-
200 ± 80 Beta-121152 Blanco et al.1999
fico)
La Alsacia (Calima) 195 ± 185 Beta-1836 Bray et al. 1981
Malagana (Valle Geográfico) 180 ± 150 GX-21877 Cardale et al. 2000
El Topacio (Calima) 160 ± 100 Beta-9858 Cardale et al.1989
Malagana (Valle Geográfico) 140 ± 60 Beta-79224 Cardale et al. 2000
Malagana (Valle Geográfico) 90 ± 60 Beta-84437 Cardale et al. 2000
Rodríguez
Samaria-T-16 (Calima) 90 ± 60 Beta- 33453
y Salgado 1990
Rodríguez
Samaria-T-38 (Calima) 90 ± 70 Beta- 39367
y Salgado 1990
Agualinda (Calima) 80 ± 90 Beta- 5100 Cardale et al.1989
NOTA: Existen dos fechas más que provienen de yacimientos arqueológicos localizados en la Costa Pacífica, donde apareció
cerámica Ilama. La primera es de 250 ± 110 (M-1170) del sitio Catanguero (Reichel-Dolmatoff 1986) y la segunda es de 240 ±
60 (Beta-45782) del yacimiento Palestina I (Salgado y Stemper 1995).

ductos manufacturados de los cuales dependía el (curso alto del río Calima), ninguna de las 10
desarrollo de la fuerza laboral y la división social tumbas excavadas presentó restos óseos huma-
del trabajo, así como el status político dentro de nos, a pesar de que en la mayoría de ellas si había
cada cacicazgo y de los cacicazgos entre si. ajuar funerario diferenciado que incluyó alcarra-
zas decoradas y un collar en cristal de roca.
La población Tampoco se presentaron restos óseos humanos en
las tumbas estudiadas por los miembros de la
Son muy pocos los datos que tenemos para Fundación Pro-Calima en el sitio El Topacio.
tratar de reconstruir los aspectos físicos y estados
de salud y enfermedad de las poblaciones Ilama. Los únicos datos existentes hasta ahora
En la cordillera occidental la alta acidez de los provienen de dos sitios localizados en el valle
suelos no ha permitido la preservación de los geográfico del río Cauca. En la tumba 27 del ya-
restos óseos humanos que seguramente estuvie- cimiento La Cristalina, fechada en 340 a.C. fue
ron presentes en las tumbas. En el pequeño ce- enterrada una mujer adulta de 45-50 años en una
menterio Ilama estudiado en el sitio de Samaria especie de parihuela o camilla. Su estudio bioar-
queológico reveló osteofitosis en las vértebras gran hinchazón en el cuello, al parecer bocio o
lumbares y enfermedad articular degenerativa, coto (Figura 3.10).
EAD en la primera vértebra sacra. Otra mujer
adulta de 30-35 años, inhumada en la tumba 6 del
sitio Coronado y datada en 200 a.C., presentó
pérdida antemorten de dientes de la mandíbula,
debido seguramente a estados avanzados de ca-
ries y abscesos periapicales asociados con el pro-
cesamiento del maíz y la elaboración de la chi-
cha.

Para conocer aspectos físicos de la pobla-


ción también son muy útiles las representaciones
humanas que aparecen en las diversas formas
cerámicas elaboradas por los alfareros Ilama. Las

Capítulo 3
mujeres presentan algunos rasgos diferentes a los
hombres, y en general podemos caracterizarlas de
la siguiente forma: en el rostro sobresalen los
pómulos prominentes, lisos y sin arrugas, los
ojos alargados, la cara ancha y una nariz más pe-
queña que la del hombre; el cabello conserva un 55
capul sobre la frente, es liso y en la parte poste- Figura 3.9. Representación de la columna vertebral de un
rior puede caer hasta la nuca o la mitad de la es- individuo sentado que forma parte de una alcarraza
palda. En estas representaciones las figuras feme- (Tomado de Cardale Schrimpff 2005:53, Figure II: 26. Altu-
ninas generalmente están arrodilladas y el cuerpo ra 23 cm).
es robusto con una apariencia rolliza. Los hom-
bres están representados de una forma menos
naturalista, tienen una apariencia de personas
flacas o de edad avanzada, en posición de cucli-
llas en donde se nota perfectamente la columna y
las vértebras. Sus rasgos faciales son bruscos, los
labios gruesos, carnosos y la nariz grande y agui-
leña. En las representaciones humanas Ilama, es
común observar rostros que reflejan diferentes
estados de ánimo (serenidad, aflicción) e incluso
se observan lágrimas sobre los rostros.

Generalmente, los seres humanos aparecen


representados en vasijas cerámicas denominadas Figura 3.10. Cántaro con la representación de un individuo
alcarrazas, “patones” y canasteros donde los ar- con bocio o coto (Tomado de Cardale Schrimpff 2005:57,
Figure II: 32. Altura 21 cm).
tistas plasmaron los diferentes rasgos físicos, así
como otras características adicionales como fue-
Los poblados y las viviendas
ron los adornos tanto en los brazos como en las
pantorrillas de las figuras femeninas, prendas
Las poblaciones Ilama vivían en aldeas o
textiles (faldas y cobijas) y decoraciones faciales
poblados. En la región Calima estos asentamien-
que empleaban para fiestas y ceremonias especia-
tos estaban localizados en lomeríos suaves, cerca
les, de forma triangular y de líneas paralelas. En
de importantes fuentes hídricas, de pequeños va-
general, las figuras adultas revelan diferentes
lles, a lo largo del río Calima o en proximidades
edades. Algunas figuras humanas modeladas
a zonas pantanosas. Las viviendas eran construi-
en cerámica han permitido identificar problemas
das sobre aterrazamientos previamente realiza-
de columna vertebral y quizá de postura, como
dos, los cuales se conocen localmente con el
los que se observan, por ejemplo, en una alcarra-
nombre de “tambos”. En la llanura aluvial del
za con la representación posiblemente de un joro-
Pacífico y en el valle geográfico del río Cauca, es
bado (Figura 3.9). Otra figura antropomorfa
posible que las viviendas más o menos nuclea-
modelada en vasijas, ilustra un hombre con una
das, de tipo palafítico, fueran construidas en si- Actividades económicas
tios altos y cerca de ríos y lagunas.
La agricultura
Conocemos poco sobre la forma de las
viviendas, pero contamos con las representacio- La agricultura fue la principal actividad
nes artísticas de poblados representados en vasi- económica, complementada con la caza, la pesca
jas cerámicas como alcarrazas. En una de ellas, y la recolección. Practicaron una agricultura mi-
que se encuentra actualmente en la colección del gratoria de roza y quema sobre las laderas y sem-
Museo del Oro, se puede observar una concentra- braron en los claros formados entre las zonas de
ción de viviendas en la parte superior de una lo- bosque espeso. Los estudios de polen y fitolitos
ma donde aparece una casa central grande de han permitido identificar variedades tanto de es-
planta rectangular (posiblemente la vivienda del pecies domesticadas como de frutales, tales como
cacique), techo a dos aguas, rodeada de cuatro calabaza o ahuyama (Cucurbita, sp.), arrurúz
casas más pequeñas pero de igual forma, cada (Maranta arundinacea L), frutas tropicales de la
una con dos puertas, cumbrera arqueada y ligera- familia de la chirimoya (Annonaceas) y palmas
Capítulo 3

mente elevada en la cornisa la cual tiene forma silvestres de los géneros Scheelea y Elaeis, de las
curva en el techo y los aleros tienen el borde en- cuales debieron aprovechar el alimento, grasa,
grosado. De las paredes de la construcción cen- líquidos fermentados, hojas y fibras. Se han en-
tral salen cuatro caminos que conducen al bosque contrado fitolitos de juncos, utilizados segura-
representado en la parte inferior de la vasija. De mente para la fabricación de esteras. Como evi-
56 la puerta de cada casa pequeña también sale un dencia directa, se han rescatado restos carboniza-
camino que se une con uno de los centrales. Así dos de maíz (Zea mays) en cercanías a áreas de
mismo, al parecer, las viviendas eran techadas fogones, lo cual hace suponer que se consumía
con palma, hecho que se deduce de la decoración de diferentes formas, incluyendo la mazorca asa-
incisa que aparece sobre los techos de las casas. da. La variedad de maíz corresponde a un posible
La representación de este tipo de poblados sugie- ancestro del Chapalote / Nal Tel / Pollo. Otros
re no sólo que los cacicazgos Ilama vivían en restos carbonizados recolectados en las excava-
aldeas o poblados, sino también que ya existía un ciones son el achiote (Bixa orellana) y el fríjol
grado importante de diferenciación social, lo cual común (Phaseolus vulgaris).
se manifestaba en las dimensiones de las casas
ocupadas por la elite y los comuneros (Figura
3.11)

Figura 3.11. Tampoco los poblados escaparon a la atención de los artistas Ilama. (Foto tomada de Cardale de Schrimpff 1992:
32. Altura 21.3 cm).
La caza debido entre otras cosas, a su alta plasticidad. A
la pasta le agregaban desgrasantes de arena, mica
El consumo de proteína vegetal provenien- de diferentes grosores, roca y tiestos triturados y
te de la agricultura era complementado con la luego la sometían a temperaturas de cocción en-
oferta natural de animales, de los cuales tenemos tre 500 y 850 grados centígrados. Los alfareros
referencias por las representaciones zoomorfas Ilama crearon una gran variedad de formas de
que los alfareros hicieron en cerámica. Nueva- uso tanto doméstico como ritual, entre las cuales
mente la alcarraza fue la vasija “tipo” sobre la las más comunes son:
cual se modelaron las figuras zoomorfas, entre
ellas, aves de distintas especies como carpinteros, Alcarrazas. Esta es una de las formas de
búhos, lechuzas, palomas y perdices; al igual que vasijas típicas de la Cultura Ilama. Eran utiliza-
ranas, sapos, iguanas, lagartos, tortugas, serpien- das para conservar y transportar líquidos. Son
tes, murciélagos, armadillos, micos, felinos, pe- recipientes con vertedera simple o doble las cua-
caríes, saurios, perros de monte y otros mamífe- les están unidas por un asa puente, Su cuerpo
ros. La representación de esta gran diversidad puede ser elíptico, semi elíptico o cilíndrico, de-

Capítulo 3
de animales y su fusión con el hombre en repre- corado con motivos zoomorfos o antropomorfos,
sentaciones zooantropomorfas indica su impor- con forma de cabeza humana o representaciones
tancia no sólo en la dieta alimenticia de las po- escultóricas de poblados y casas. En ocasiones
blaciones Ilama, sino también en su cosmovisión una de las vertederas se reemplaza por un apén-
en general, donde podemos intuir la existencia de dice modelado en forma de ave (pájaro carpinte-
una relación holística entre todos los seres vivos ro) o figura humana. Los apéndices tienen un 57
(Figura 3.12, 3.13). orificio por donde entraba el aire para reemplazar
el líquido que salía por la otra vertedera.
La alfarería
Las representaciones de animales son muy
La producción de objetos cerámicos fue variadas. Aparecen serpientes, monos, zarigüe-
otra de las actividades económicas importantes. yas, pecarí o saíno, diversas especies de aves,
Los más recientes análisis tecnológicos realiza- sapos, armadillos, tortugas, murciélagos, felinos,
dos con el microscopio estereoscópico y las sec- iguanas. Asimismo, son comunes las asocia-
ciones delgadas demuestran que los alfareros Ila- ciones de varios animales para conformar figuras
ma de la región Calima utilizaron las arcillas la- zoomorfas compuestas que algunos autores han
teríticas de color rojo para elaborar sus vasijas, denominado “seres fabulosos”, conformadas por

Figura 3.12. Dantas fantásticas con características de “seres fabulosos” también fueron representadas en alcarrazas rituales.
(Foto tomada de Cardale Schrimpff 2005:74, Figure II: 55. Altura 24 cm).
Capítulo 3

58 Figura 3.13. El hombre murciélago parece haber sido uno de los personajes míticos de gran importancia en la cosmovisión
Ilama (Foto tomada de Cardale Schrimpff 2005:75, Figure II: 57. Altura 21.5 cm).

las combinaciones de serpientes, murciélagos, En contextos funerarios y domésticos han


felinos, tortugas, aves y seres humanos. aparecido ollas con formas globulares y subglo-
bulares con decoraciones que van desde incisio-
Las imágenes humanas representadas en nes y pintura negativa hasta representaciones an-
estas vasijas pueden ser de ambos sexos y pre- tropomorfas. También se encuentran cántaros de
sentan diferentes actitudes y actividades cuerpo fue semi-esférico y cuello alto, decorados
(sentadas, acuclilladas, de pie, acostadas, recosta- con motivos geométricos incisos en bandas circu-
das, y mujeres amamantando o pariendo). Como lares y triángulos con incisiones paralelas zonifi-
ya anotamos, este tipo de vasijas fue la elegida cadas. Otro grupo de vasijas son las cilíndricas,
para representar de una manera muy realista las las cuales presentan una gran variedad. Una de
estructuras de los poblados y de las casas Ilama. ellas es el vaso cilíndrico que generalmente no
La decoración más característica son las repre- presenta decoración. Los canasteros son otra de
sentaciones de seres humanos y animales realiza- las formas cilíndricas, compuestas por un vaso al
das por la técnica de aplicación, las incisiones cual se le ha aplicado una figura humana o ani-
finas y la pintura bicroma (negro sobre rojo) for- mal en su parte anterior. Por lo general, las figu-
mando diseños geométricos como triángulos sim- ras humanas están sentadas con ambas manos
ples o unidos por el vértice, a manera de reloj de sobre las rodillas y casi siempre en el rostro y el
arena y círculos. Sus dimensiones en promedio pecho tienen un tatuaje. Esas características per-
son de 14-20 cm. de alto y 12-20 cm. de ancho miten dividir este grupo formal en cuatro varian-
(Figura 3.14). tes: los que tienen figuras con el cabello lacio y
se peina hacia atrás sobre la coronilla, los que
Los cuencos son vasijas generalmente pe- tienen un tocado de picos con mechones parados,
queñas, de cuerpo semi-esférico o semi-elíptico, logrado al parecer por el efecto de un corte de
utilizados como vajilla para servir alimentos. Por cabello mas la aplicación de una sustancia espe-
lo general, tienen superficies bien alisadas y pre- sa; seres que parecen llevar gorro con cresta tras-
sentan pintura roja como decoración. El diámetro versal y diadema en forma de abanico y final-
de su boca no supera los 20 cm. También fueron mente existen representaciones que tienen cabe-
elaboradas copas con base troncónica alta las llo lacio que se divide y parte en dos al caer so-
cuales eran decoradas con pintura roja y franjas bre los hombros y en la coronilla repite las hile-
negativas oblicuas paralelas. ras de picos en semejanza a un cabello recién
cortado.
Capítulo 3
59

Figura 3.14. Representación de la maternidad en alcarrazas Ilama. Altura a 19.5 cm. (Foto tomada de Cardale Schrimpff
2005:50, Figure II: 21. Altura de 19.5 cm).

De estas cuatro variantes dos tienen carac- trones ya mencionados. Tal es el caso de un ca-
terísticas del llamado “ser fabuloso”, el cual pa- nastero que presenta la figura humana en cucli-
rece haber sido una deidad muy importante en la llas sobre un banco o el de un hombre cargando
religión Ilama. La primera variante de estos el canasto sobre el cual hay una serie de incisio-
dos son los canasteros con representaciones de nes a manera de algún tejido que lo recubría
cabello liso con un peinado formado por serpien- (Figura 3.15).
tes, las cuales, en ocasiones, pueden aparecer
representando los brazos y las piernas. La ser-
piente puede incluso presentarse como parte de la
cabeza, órgano sexual o en representación de al-
gún artículo personal como collares y cinturones.
La segunda variante se subdivide en dos: natura-
lista y simbólica. Para ambas, el peinado podría
representar el pelo corto o la cresta de algún ani-
mal, ya que en las representaciones del “ser fabu-
loso” aparece el mismo peinado. Aquí, la figura
de la serpiente es menor. En cuanto a lo mitológi-
co, existen tres variables muy similares pero con
marcadas diferencias respecto a la versión natu-
ralista. Estas diferencias se basan en la disminu-
ción del tamaño de los ojos y su parecido con
murciélagos; en otros casos, los elementos sim-
bólicos se demarcan muy discretamente, en don-
de un collar representado por incisiones achura-
das está imitando una serpiente. También se Figura 3.15. Los comerciantes (“mindaláes”) fueron repre-
sentados en posición sentada y con un canasto en la espalda.
han reportado ejemplares que se salen de los pa- Altura
Los vasos culebreros son otra de las for- Algunos de ellos representan un hombre
mas cilíndricas. Son una combinación de repre- que lleva en las caderas un cinturón o faja ancha,
sentaciones de serpientes y figuras antropomor- en donde resalta un achurado cruzado inciso, y
fas. Esta forma también fue una de las elegidas que ha sido interpretado para éste y otros contex-
para representar al “ser fabuloso”. Estos vasos tos como parte de la piel de una serpiente. En
tienen en la cabeza la figura de un felino y mur- otros, se observa el trazo de una larga cabellera y
ciélago, pero el resto del cuerpo y la posición del el collar o el diagrama de la serpiente sobre la
mismo es humana de cuclillas, y se insinúan tam- frente. Esta representación de serpientes es el
bién serpientes. En varios de ellos se han encon- punto de diferencia con las representaciones an-
trado además, tortugas y cocodrilos (Figura tropomorfas de los canasteros, pues son más co-
3.16). munes en los patones (Figura 3.17).
Capítulo 3

60

Figura 3.17. Vaso modelado con la figura de un individuo


que tiene un collar como decoración (Museo Arqueológico
“Julio César Cubillos” de la Universidad del Valle. CRIA-
Figura 3.16. Vaso cilíndrico con la representación de un “ser 556. Altura 13.9 cm.).
fabuloso” cuyo motivo central son serpientes. (Museo Ar-
queológico “Julio César Cubillos” de a Universidad del Finalmente, los silbatos o pitos concluyen
Valle. CRIA-235 Altura 9 cm.).
la gran variedad de formas elaboradas por el
hombre Ilama. Son pequeños y aluden a figuras
Otro grupo lo conforman las figuras antro-
humanas y animales. Constan de tres orificios, el
pomorfas, cuya forma más común son los cánta-
más grande en el centro de la coronilla y los otros
ros modelados. Estas vasijas son representacio-
dos en las orejas. También tienen otros orificios
nes de figuras humanas ya sea la cabeza o el
más pequeños en la parte posterior de la figura,
cuerpo entero. En el caso de los cántaros modela-
con el fin de servir de colgante. Fueron usados a
dos, las figuras aparecen sin ropa, carecen de de-
modo de collar, colgados en el cuello.
coración corporal y el rostro tiene rasgos bruscos,
nariz aguileña y labios gruesos. Adicionalmente,
Otro de los aspectos importantes de la ce-
llevan brazaletes tanto en las manos como en los
rámica Ilama es su decoración. Las técnicas más
pies, al igual que serpientes en estas mismas par-
comunes para la decoración de la cerámica fue-
tes del cuerpo. Forman parte de la misma varian-
ron la incisión, pintura positiva roja o negra, pin-
te de figuras antropomorfas los denominados
tura negativa negra y la aplicación. Pero de las
patones. Estas son vasijas con forma humana en
tres, la incisión es la más típica y representativa
donde los pies son bastantes notorios por sus ras-
de la cultura, la cual era trazada cuando la arcilla
gos y tamaño y a su vez le sirven de apoyo. Com-
aún estaba fresca, utilizando para ello segura-
parten con los cántaros los mismos detalles tanto
mente un punzón de hueso o madera dura. Este
en peinados, adornos y rasgos de la cara.
elemento permitió que el ceramista pudiera darle
más realismo y naturalidad a sus objetos, siendo
clave a la hora de hacer cabelleras, peinados, ta- rectamente a mano dándole diferentes volúme-
tuajes, adornos, collares, vestimentas por medio nes. Utilizando estas técnicas los alfareros reali-
de rectas, curvas y círculos. Estos trazos eran por zaron los diferentes acabados o aplicaciones co-
demás, simétricos, finos, solos o zonificados. La mo figuras humanas, zoomorfas o antropomor-
apariencia dada por la incisión, era en ocasiones fas. Las perforaciones también hacían parte de
reforzada por la aplicación de arcilla blanca los acabados de las superficies. Por ejemplo, los
(caolinita). Igualmente, el trazado de figuras geo- silbatos de forma humana o animal, tienen tres
métricas (triángulos, opuestos, rombos, rectángu- orificios: uno en la coronilla y los otros dos gene-
los concéntricos), tuvieron seguramente un im- ralmente en las orejas. Igualmente, las figuras
portante significado simbólico. Por otro lado, la humanas presentan otros orificios menores loca-
pintura, vegetal, aplicada de forma negativa y lizados en sentido vertical atravesando los bra-
positiva, roja y negra, ayudó también a darle un zos, o de los hombros a los codos o de los hom-
efecto más real al objeto. A través de figuras geo- bros al ano; todo esto con el fin de ser sujetados
métricas pintadas sobre figuras humanas, se dio a por cuerdas y permitir la forma vertical (erguida)
conocer el empleo de pintura facial o corporal. de cada pieza.

Capítulo 3
La pintura que aparece en los inicios de la Cultu-
ra Ilama es en general negra sobre un baño rojo La orfebrería
con el cual resaltaban alguna parte de los motivos
incisos (Figura 3.18). Casi la totalidad de objetos rituales y de
adorno producidos por los metalurgos Ilama pro-
Como parte de los acabados del recipiente, vienen de actividades de guaquería. No obstante, 61
quizá se utilizó un guijarro liso para dar brillo y su estudio científico ha permitido establecer que
alisar su superficie. Las vasijas se modelaron di- básicamente fueron utilizadas tres técnicas para
el trabajo del metal: la fundición simple, el marti-
llado y el gravado en relieve, aún cuando no se
descarta que en algún momento hubieran maneja-
do la aleación de oro y el cobre, conocida como
tumbaga. Lo que no resulta claro es en qué mo-
mento del desarrollo cultural Ilama fue imple-
mentado el trabajo de los metales.

Hasta ahora, los objetos en oro encontra-


dos han sido identificados como narigueras,
cuentas de collar y máscaras, en cuanto se refiere
a lo ritual y a lo ornamental. Las narigueras son
planas y sencillas y fueron elaboradas por fundi-
ción y martillado. Las cuentas de collar fueron
hechas por martillado y en presionado se diseña-
ron diferentes figuras animales como los cocodri-
los y variedad de aves, así como humanas; son
cuentas bimorfas con dientes marcados y figuras
antropomorfas. Los collares están conformados
por unas 30 cuentas similares pero no idénticas,
de aproximadamente 6 cm. de largo. Por su parte,
las figuras humanas conservan las mismas carac-
terísticas del rostro que las muestras en cerámica.
Para su elaboración se empleó oro de alta pureza
y maleabilidad, que permitió realizar los diferen-
tes retoques a mano alzada, otorgándole entre
otras cosas, la particularidad a cada una de ellas.
Varios collares procedentes de la región Calima
han permitido caracterizar en detalle este tipo de
Figura 3.18. La mujer representa un icono central en el arte
elaboraciones. En uno de ellos se distinguen las
antropomorfo Ilama (Museo Arqueológico “Julio César figuras de cocodrilo con sus mandíbulas largas,
Cubillos” de la Universidad del Valle. CRIA-561. Altura ojos a los lados y patas dobladas. Tiene una hile-
26.6 cm.).
ra de puntos en la parte central a modo de la cres- trar pintura o tatuaje. En ocasiones, las másca-
ta dorsal, y sobre la cola se pueden notar varias ras han sido encontradas junto a material cerámi-
líneas transversales como indicando las escamas. co, principalmente canasteros (Figuras 3.20,
En cuentas de otro collar está representada la 3.21)
asociación hombre-cocodrilo; la figura humana
de cuerpo entero tiene los pies apoyados sobre la La producción textil
cabeza del cocodrilo que muestra la boca con los
dientes y los ojos grandes (Figura 3.19). No se ha encontrado hasta ahora eviden-
cias directas de algún tipo de telar. Pero la activi-
dad textil entre los Ilama puede deducirse por
algunos diseños en la cerámica y la presencia de
rodillos y volantes de huso recuperados de algu-
nas tumbas. Las mantas, que constituyen la re-
presentación más común de tejidos, se presentan
especialmente en las figuras femeninas de alca-
Capítulo 3

rrazas, donde se distinguen mantas de forma rec-


tangular. Las representaciones en donde el cuer-
po de la persona está en posición acostada, son
las más usadas para plasmar “cobijas”, las cuales
llevan en las extremidades inferiores. Igualmente,
62 en algunas figuras femeninas se observa una zo-
na triangular que rodea el cuello en forma de
“V”, con color crema y rematada con una franja
angosta que puede ser interpretada como una
prenda de uso femenino similar a una blusa.
Aunque generalmente, las figuras femeninas con
prendas exclusivas en el cuerpo son escasas, co-
nocemos el caso de dos vasijas en donde se ob-
serva una mujer sentada que lleva puesta una fal-
Figura 3.19. Collar con la representación del hombre-
caimán (Foto tomada de Cardale Schrimpff 2005:64, Figure da larga que le llega hasta los tobillos y que tiene
II: 42. Largo promedio de las cuentas 5.9 cm). figuras geométricas; en otro caso, sobre un silba-
to, se ve de nuevo una falda pero sin decoración.
Las máscaras Ilama fueron elaboradas me-
diante la técnica del martillado, obteniendo lámi- También son comunes los cinturones o
nas muy delgadas alrededor de 1 mm. o menos. tiras de cuero de serpiente, observables en las
Hasta ahora todas las máscaras conocidas han figuras que sirven de acompañantes (de pie) a las
provenido de tumbas, lo cual hace suponer que figuras acostadas. Respecto a los volantes de
formaban parte de los rituales fúnebres, aunque huso, no son muy frecuentes en Ilama. Uno de
no se descarta que fueran utilizadas en vida. De- los encontrados tiene cuerpo compuesto, de do-
ntro de este contexto fúnebre se destaca que las ble cono. En el cuerpo superior lleva como deco-
tumbas donde se hallaron fueron relativamente ración incisiones finas con un motivo radial y
más grandes que las demás. Además, por las per- rayas verticales, horizontales y entrecruzadas.
foraciones que llevan a los lados que permite que Igualmente, los sellos o pintaderas, que también
sean ajustadas a la cara, sumado a las grandes son escasos, son macizos, cilíndricos y presentan
perforaciones en los ojos del objeto, se supone adelgazamiento en los extremos. Tiene decora-
que éstas pudieron ser utilizadas durante la cere- ción incisa geométrica realizada en zonas rectan-
monia ritual por aquellos que enterraban a sus gulares y en cuyo interior aparecen a su vez rayas
muertos. Algunos rasgos del rostro son similares verticales, horizontales y entrecruzadas, acompa-
a los que tienen las representaciones cerámicas, ñadas de puntos, tal y como se observa en deco-
pero también hay otros elementos a destacar: las raciones de alcarrazas y canasteros de ésta cultu-
máscaras de oro resaltan la nariz la cual es pro- ra.
minente y recta en perfil, con un contorno trian-
gular tosco, los labios son una línea continua y
los dientes incisos aparecen enmarcados en un
rectángulo, las mejillas prominentes y en algunas
se destacan diseños geométricos a modo de ilus-
Capítulo 3
Figura 3.20. Máscara ceremonial elaborada en oro (Foto tomada de Cardale de Schrimpff 1992:52, Figura 52. Altura 21.2 cm).

63

Figura 3.21. Máscara mortuoria decorada con diseños geométricos realizados por la técnica del repujado. (Foto tomada de Car-
dale de Schrimpff 1992:53, Figura 53. Altura 13.4 cm).

La producción lítica una falla geológica que conduce a una zona de


rocas sedimentarias y metamórficas, en donde era
Aunque tampoco se cuenta con numerosas fácil obtener cuarzo cristalino para pulir y perfo-
representaciones del trabajo en piedra, éste fue rar las cuentas de collar, así como la lidita que
un renglón importante para Ilama. La región cir- sirvió a modo de pedernal, para cortar y hacer
cundante no posee muchos afloramientos rocosos instrumentos de precisión pequeños. Pero los
superficiales, sin embargo, los lechos de los ríos instrumentos elaborados con más frecuencia fue-
debieron abastecer al hombre de este material. ron hachas, cuñas, manos de moler, metates, nú-
Las rocas fueron empleadas para la manufactura cleos negros de lidita y pulidores. Adornos como
de herramientas y adornos personales. Los tipos cuentas de collar en forma tubular, y espejos de
de material rocoso que encontraron les sirvieron obsidiana que aparecen en las tumbas como parte
para elaborar artefactos como las hachas o marti- del ajuar funerario seguramente constituían bie-
llos, así como también alisadores utilizados para nes de elite obtenidos por intercambio regional.
pulir las superficies de los objetos cerámicos.
Para estos objetos más delicados debieron recu- Las costumbres funerarias
rrir a la epidota, la cual la encontraban entre las
rocas volcánicas. Este tipo de roca es fácil de Normalmente, las poblaciones Ilama en la
trabajar y les sirvió para la elaboración de cuen- región Calima enterraban a sus muertos en ce-
tas de collar antropomorfas. El río Calima bordea menterios ubicados cerca de los sitios de habita-
ción, aún cuando se conoce el caso de inhuma- más discreto y se halló en siete de las 10 tumbas
ciones en tumbas elaboradas dentro de las vivien- excavadas. Se recuperaron alcarrazas, vasos ci-
das. Aunque aparecen concentraciones de 20 a 30 líndricos, ollitas, copas y cuencos. El caso parti-
tumbas, separadas una de otra entre 5 a 10 m., lo cular de este hallazgo fue el ajuar de la tumba 14,
más frecuente son los cementerios con un prome- que por las características pudo pertenecer a un
dio de 10 a 12 tumbas, como fue el caso del sitio individuo adulto enterrado junto a una alcarraza
arqueológico Samaria en el curso alto del río con pintura negativa y 12 cuentas de collar en
Calima. Estructuralmente, las tumbas son de cristal de roca.
pozo con una cámara que se abre hacia uno de
sus lados. Los pozos tienen forma rectangular o Conocemos muy poco sobre la estructura
circular y aparecen orientados noreste-suroeste y arquitectónica funeraria de las poblaciones Ilama
noroeste y sureste, con un largo entre 80 y 210 que habitaron el valle geográfico del río Cauca.
cm., un ancho entre 70 a 95 cm., y una profundi- La única tumba Ilama del cementerio prehispáni-
dad de 146 a 225 cm. La única excepción ha sido co de Coronado presentó un pozo rectangular
una tumba descubierta en Llanogrande con una fosa de forma oval y un nicho. Allí fue
Capítulo 3

(municipio de Restrepo), la cual presentó aproxi- inhumada una mujer en posición decúbito dorsal
madamente 8 metros de profundidad y la cámara extendido, la cual tenía un ajuar compuesto por
tenía 3 m. de ancho por 3 m. de largo y x 3 me- dos cuencos y cuentas de collar elaboradas en
tros y 1.20 metros de altura. En su interior se de- cuarzo.
tectó un piso con un relleno de arcilla de 50 cm.
64 de espesor y sobre las paredes se observaron lí- Al analizar la cosmología de la muerte en-
neas blancas pintadas a manera de imitación de tre los Ilama debemos mencionar a un ser mítico
adobes. Las cámaras tienen por lo general for- cuya principal función fue la de servir de enlace
ma rectangular o semi-rectangular redondeado a en la comunicación con la vida del más allá. Esta
los extremos. Tienen una orientación idéntica a la especie de deidad está representada por el “ser
de los pozos, con unas dimensiones que van de fabuloso” que es una representación antropozoo-
95 a 210 cm. de largo, 40 a 85 cm. de ancho y morfa, es decir, un ser en donde se fusionan las
entre 60 a 110 cm. de alto y 148 a 225 cm. de características del hombre y de distintas especies
profundidad. de animales. Es posible que este “ser fabuloso”
fuera considerado como una especie de héroe
Como ya hemos mencionado, en ninguna cultural o deidad, y ocupara un papel central en
de las tumbas Ilama de la región Calima ha sido la religión de estos pueblos. Las representaciones
posible recuperar restos óseos humanos. Sin em- de este ser se plasmaron principalmente en reci-
bargo, si se ha logrado estudiar los ajuares fune- pientes cerámicos, en diferentes formas tales co-
rarios. No en todas las tumbas este ha aparecido, mo alcarrazas, canasteros, vasos cilíndricos y
evidenciando lógicamente la presencia de dife- otras más. Parece existir una estrecha relación
renciación social entre la población. En los casos entre la forma de la vasija y el tipo de animal
donde se presenta este consta de vasijas cerámi- asignado. Los animales representados con mayor
cas como alcarrazas, canasteros, patones, copas, frecuencia fueron los felinos, murciélagos, sapos
ollas, cuencos, figuras zoomorfas, volantes de y especialmente culebras. Es posible que esto
huso, sellos o pintaderas y collares. Adicional- esté asociado con las transformaciones que su-
mente, han aparecido artefactos líticos y piedras, fren los chamanes o curanderos después de tener
entre ellas pizarras o piedras verdes (epidota) con alucinaciones al consumir sustancias como el
las cuales tallaban adornos y objetos como espe- yajé o el yopo, con el fin de obtener las fuerzas
jos de obsidiana. Cuando se trataba de un entie- de la naturaleza. Finalmente, el hecho de encon-
rro perteneciente seguramente a un individuo de trar en el contexto funerario las distintas repre-
la elite es posible encontrar collares en cristal de sentaciones de este “ser fabuloso”, indica la im-
roca y objetos de metal (narigueras, collares, portancia que tenía esta deidad como acompa-
máscaras, entre otros). Pero en general, los ajua- ñante del difunto en su viaje al más allá.
res son reducidos, presentándose máximo entre
dos o tres vasijas cerámicas. En una tumba Ilama La estructura social
excavada en Llanogrande (municipio de Restre-
po) el ajuar era más grande y numeroso y estaba Las evidencias materiales estudiadas por
conformado por vasijas cuidadosamente modela- los arqueólogos apuntan a que en la sociedad Ila-
das, y máscaras de oro. En Samaria el ajuar fue ma existió una acentuada división social del tra-
bajo que fue posible gracias a la generación per- El territorio
manente de excedentes de producción por medio
de la agricultura. Arqueológicamente es posible Hacia el 1.100 a.C. encontramos en el va-
diferenciar la presencia de diversos estratos so- lle de Popayán la primera sociedad agroalfarera
ciales analizando las costumbres funerarias y la con un modo de vida jerárquico-cacical, la cual,
iconografía de los objetos cerámicos y de metal, de acuerdo a las fechas absolutas obtenidas hasta
como también en algunos objetos suntuosos de el presente, (10 en total), existió durante unos
adorno personal. Así por ejemplo, la misma pre- 1.600 años y está asociada con la Cultura La Bal-
sencia o ausencia de ajuar funerario en las tum- sa. (Tabla 3.4) Los únicos yacimientos arqueo-
bas podría considerarse una clara evidencia de lógicos donde se han estudiado científicamente
diferenciación social. En Samaria, de las 10 tum- por ahora las evidencias materiales de estas po-
bas Ilama, excavadas tres de ellas carecían de blaciones son: La Balsa, Los Arboles, La Elvira,
ajuar, mientras que en otras seis aparecieron ele- La Colina de las Piedras, El Aljibe y Pikqtsutsik-
mentos como vasijas cerámicas y objetos líticos, chak-T. (Figura 3.1).
y sólo una de las tumbas contenía un ajuar más

Capítulo 3
representativo que incluía 12 cuentas de collar en Los asentamientos
cristal de roca. Este hallazgo podría ser interpre-
tado como un fenómeno de estratificación social, El sitio La Balsa es un yacimiento arqueo-
de estrecho vínculo con el poder y/o la riqueza. lógico multicomponente ubicado en una colina a
1.640 msnm. en el municipio de Cajibío, donde
Por otra parte, como ya lo anotamos son fueron hallados los restos materiales de socieda- 65
comunes en la cerámica las figuras, cuya comple- des con un modo de vida cacical con diferentes
ja decoración sugiere representaciones de perso- niveles de desarrollo sociocultural, evidenciadas
najes que ocupaban una posición social muy im- por una secuencia cultural de unos 2.600 años.
portante. Tal es el caso, por ejemplo, de los La primera ocupación ocurrida hacia el 1.120
“canasteros”, los cuales presentan diversos dise- a.C. está asociada con la introducción de la cerá-
ños incisos y tatuajes. Es posible que se trate de mica y una industria microlítica en la cual predo-
comerciantes que eran los encargados de inter- minan los artefactos de corte y desgaste tales co-
cambiar los excedentes de producción con cultu- mo desbastadores, raederas, raspadores, taladros,
ras vecinas. También es probable que algunos punzones, buriles y perforadores elaborados en
“seres fabulosos” pudieran representar chamanes obsidiana, lomolita y dacita. Las formas cerámi-
o curanderos. cas más comunes son cuencos, ollas y platos con
superficies internas pulidas. Uno de los principa-
LAS SOCIEDADES LA BALSA les tipos cerámicos es el denominado La Balsa
(1.100 a.C.-500 d.C.) pulido muy delgado, también llamado “cáscara
de huevo”, con desgrasante de arena media y
A diferencia de las subregiones de Antio- muy fina.
quia y El Viejo Caldas, en el Valle de Popayán
existe una vacío histórico de unos 2.550 años, Una mayor densidad de población parece
entre la fecha más tardía de los recolectores- estar relacionada con un segundo período de ocu-
productores de alimentos (La Elvira, 3.650 a.C.) pación en el valle de Popayán comprendido entre
y la aparición hacia el 1.100 a.C. de las primeras 800 y 300 a.C. Para la segunda ocupación de La
sociedades agroalfareras con un modo de vida Balsa contamos con una fecha de 600 a.C. la cuál
jerárquico-cacical. Es posible que este período aparece relacionada no sólo con actividades do-
aún desconocido para la arqueología regional, mésticas, sino también rituales de enterramiento
pudiera corresponder a la existencia de socieda- de los muertos. Se continúa elaborando una cerá-
des agroalfareras con un modo de vida igualita- mica tecnológica y formalmente similar a la del
rio. Pero sólo la investigación futura podrá deter- período anterior, así como también la industria
minar si la sociedades prehispánicas de esta im- microlítica ya mencionada. Pero se comienza a
portante subregión siguieron o no el mismo mo- diferenciar un patrón funerario que se caracteriza
delo evolutivo que las de Antioquia y El Viejo por la construcción de estructuras funerarias de
Caldas. pozo con cámara lateral muy diferentes a las de
la Cultura Ilama del Departamento del Valle del
Cauca. Se trata de tumbas relativamente pro-
fundas (entre 2,5 y 5,8 metros), algunas de las
Tabla 3.4. Cronología absoluta de las culturas La Balsa I y La Balsa II.

Datación a.C./d.C. No. Laborato-


Sitio Referencia
Fechas sin calibrar rio
La Balsa 1 (Cajibío) 1.120 ± 150 a.C. IAN-126 Méndez 1985
La Balsa 1 (Cajibío) 800 ± 150 * INAH- Méndez 1985
El Aljibe (Cajibío) 640 ± * INAH-976 Méndez 1985
Colina de las Piedras-B
620 ± 160 I-12,993 Lahitte 1983
(Valle de Popayán)
La Balsa 1 (Cajibío) 600 ± 160 IAN-127 Méndez 1985
La Balsa 1 (Cajibío) 290 ± * Méndez 1985
La Elvira (Valle de Popayán) 30 ± 100 Beta-37798 Ortiz y Pipicano 1992
Pikqtsutsikchak-T. (Guambía) 130 ± 60 - Urdaneta 1991
Capítulo 3

La Balsa 1 (Cajibío) 290 ± d.C. * INAH-881 Méndez 1985


La Elvira (Valle de Popayán) 470 ± 100 Beta-37799 Ortiz y Pipicano 1992
* Fechamientos con obsidiana
66
cuales presentan dos cámaras ubicadas en direc- LA SOCIEDAD TUMACO-LA TOLITA I
ciones opuestas y donde antes de su entrada se (700-350 a.C.)
han encontrado huellas de poste de alguna estruc-
tura de madera que cerraba la cámara. En estas A diferencia de la región andina del Alto y
cámaras eran enterrados individuos adultos y ni- Medio Cauca, los primeros centros de poder je-
ños en posición extendida, algunos de los cuales rárquico o cacical relacionados con la sociedad
eran cremados parcialmente en la misma cámara. Tumaco-La Tolita I, aparecen en la costa colom-
Pero también se presentaron casos de entierro bo-ecuatoriana unos 1.200 años más tarde, hacia
secundario con restos óseos humanos dispersos. el 500 a.C. y están asociados con la colonización
de los ecosistemas costeros que realizaron hacia
Las mismas poblaciones con un patrón el norte vía marítima poblaciones que compartían
cultural semejante las encontramos también en varios elementos de la tradición cultural Chorre-
los sitios La Colina de las Piedras-B y Los Árbo- ra en su fase tardía (800-500 d.C.). Las fases y
les en los municipios de Popayán y Cajibío res- estilos arqueológicos que se relacionan con la
pectivamente. En la Colina de la Piedras con una Cultura Tumaco Tolita I son: la Fase Tachina,
fecha de 620 a.C. están asociados artefactos de Fase Balao, Fase Tolita Temprano y la Fase In-
molienda y una industria micro lítica entre la cual guapi I.
aparecen cuchillos elaborados en obsidiana. Por
su parte, más del 80% de la cerámica excavada El territorio
era del tipo “cáscara de huevo” de paredes delga-
das y desgrasante de arena media y fina. Simi- En la costa pacífica colombiana los sitios
lares materiales líticos y cerámicos aparecieron arqueológicos más representativos de esta socie-
durante las excavaciones en el sitio de Los Árbo- dad son: La Cocotera (Departamento del Cauca),
les. La Magnolia y Mataje (Tumaco, Departamento
En Guambía, hacia el 130 a.C. la gente de Nariño), mientras en El Ecuador los yacimien-
estaba viviendo en terrazas artificiales construi- tos más importantes son La Tolita, Las Balsas y
das en los filos de las montañas a alturas de más Selva Alegre (Provincia de Esmeraldas) (Figura
de 3.100 m. Los habitantes del sitio elaboraban 3.1).
cántaros y cuencos finos de paredes muy delga-
das, en cuya decoración eran utilizadas las técni- Cronología
cas de incisión y esgrafiado. Este tipo de cerámi-
ca es frecuente en otros aterrazamientos ubicados Actualmente existen 12 fechas de radiocar-
en los filos de las montañas del kausrq, territorio bono que sugieren que esta sociedad existió entre
ubicado entre 2.800 y 3.400 msnm. 700 y 350 a.C. aproximadamente (Tabla 3.5).
Tabla 3.5. Cronología absoluta de la Cultura Tumaco-La Tolita I.

Datación a.C. No.


Sitio Referencia
Fecha sin calibrar Laboratorio
Las Balsas
720 ± 35 Gif-119000 Valdez et al. 2005
(Laguna de la Ciudad (Ecuador)
Las Balsas
710 ± 60 Beta-181458 Valdez et al. 2005
(Laguna de la Ciudad (Ecuador)
La Tolita-TP (Ecuador) 590 ± 75 GX-12374 Valdez 1987
La Tolita-TP (Ecuador) 555 ± 70 GX-12373 Valdez 1987
La Cocotera (Colombia) 540 ± 50 Pitt – 0210P1 Patiño 1988
La Tolita-TP (Ecuador) 500 ± 80 GX-12380 Valdez 1987
La Magnolia (Colombia) 470 ± 90 Beta - 82931 Patiño 1993
La Magnolia (Colombia) 470 ± 70 Beta - 88799 Patiño 1993

Capítulo 3
Selva Alegre (Ecuador) 440 ± 80 Beta - 33782 DeBoer 1996
Reichel-Dolmatoff
Mataje (Colombia) 400 ± 180 MI-480
1965
La Magnolia (Colombia) 370 ± 60 Beta - 82930 Patiño 2000 67
La Magnolia (Colombia) 350 ± 70 Beta - 91513 Patiño 2000

La población das, territorio ecuatoriano. Corresponden a los


sitios arqueológicos La Cantera y Chevele, ubi-
Los restos óseos de unos 10 individuos cados en el bajo río Esmeraldas y suroeste de
provenientes de los yacimientos arqueológicos Esmeraldas respectivamente y asociados con la
Tola Pajarito, Tola La Balsa y Tola Mango en la Fase Tachina. Igualmente, a varios yacimien-
isla de La Tolita son las únicas evidencias con tos localizados cerca al río Atacames, correspon-
que se cuenta para conocer aspectos físicos y es- dientes a la denominada Fase Balao. Durante
tados de salud-enfermedad de la población Tu- este primer período la gente vivía en asentamien-
maco La Tolita I. Todos estos restos pertenecen tos dispersos, en viviendas aisladas (unidades
al Período Tolita Temprano (600-400 a.C.) y co- domésticas individuales), rodeando las orillas del
rresponden a individuos adultos con edades al río, con una fuerte dependencia de los recursos
morir entre 19 y 55 años. La excepción es la de acuíferos y produciendo escasamente lo necesa-
un niño de 18 meses encontrado en la Tola Man- rio para el consumo diario. Muchos de los montí-
go. La medida de los huesos largos de varios in- culos encontrados en la región de Atacames, apa-
dividuos dio como resultado una estatura de 157 recen sobre acumulaciones de desechos domésti-
cm. para un individuo joven (19 años) de sexo cos.
masculino, 162-170 cm. para dos hombres adul-
tos y 161 para una mujer adulta. Algunos huesos Durante el Período Tolita Temprano, entre
presentaron lesiones del periostio. Tanto este tipo 600 y 400 a.C. en la isla de La Tolita los asenta-
de lesiones, como los promedios de estatura de mientos (unidades domésticas individuales) eran
esta población son prácticamente similares a los construidos de una forma dispersa sobre estratos
presentados por las poblaciones posteriores que arenosos de antiguos cordones litorales, cerca de
se organizaron social y culturalmente bajo el la orilla. Entre el 400 y 300 a.C. se empiezan a
nombre de Tumaco Tolita II y que analizaremos reocupar zonas anteriormente abandonadas, relle-
en detalle más adelante. nando el terreno con arcillas transportadas de
otros lugares, con las cuales adecuaban las áreas
Los poblados y las viviendas de pantano. A esto se suma la tala de manglares
en procura de más tierras para construir viviendas
Los primeros emplazamientos de grupos y seguramente para sembrar, pues en este mo-
Tumaco-La Tolita I, aún con una fuerte influen- mento se observa una menor apropiación de los
cia de la Tradición Cultural Chorrera, aparecen recursos marinos y un incremento en la variedad
hacia el 1.500 a.C. y se continúan durante unos de productos agrícolas.
mil años más en la actual Provincia de Esmeral-
Actividades económicas tienen representados tatuajes, vestidos y adornos
como collares, zarcillos y peinados.
Los restos paleobotánicos recuperados en
las excavaciones de sitios arqueológicos cerca Los cambios culturales acontecidos en la
del río Santiago y en la isla de La Tolita hablan a etapa final de esta sociedad se reflejaron igual-
favor de que estas poblaciones indígenas imple- mente en la producción alfarera. Surgen nuevas
mentaron una economía mixta, basada en dos formas como las bases mameliformes en los reci-
actividades complementarias, las cuales cubrían pientes, igualmente, nuevos diseños y motivos en
las necesidades alimenticias básicas de toda la la decoración de la cerámica. También se co-
población. Por un lado, la explotación del medio mienza a popularizar la decoración impresa y
circundante a través de procesos de trabajo como estampada en el cuerpo de las vasijas. Pero indu-
la pesca, la caza y la recolección de productos dablemente donde más se aprecia el cambio es en
marinos (moluscos y crustáceos) y de diversas la gran variedad de modelos de las figuras antro-
especies vegetales. Por otro lado, practicaban una pomorfas que se produjeron, lo cual seguramente
agricultura cada vez más especializada, que in- podría estar reflejando la marcada diferenciación
Capítulo 3

cluía cultígenos tan importantes como el maíz, la social que tenía la sociedad de entonces. La pre-
calabaza, el fríjol, la yuca y el algodón. La pre- sencia de máscaras y de recipientes finamente
sencia de calabaza (Curcubita sp.) está documen- decorados utilizados para depositar ofrendas a los
tada indirectamente para el yacimiento La Mag- muertos está indicando el incremento de las acti-
nolia, por la presencia de recipientes cerámicos vidades rituales que acompañó seguramente a la
68 tipo poporo, utilizados para almacenar la cal ne- construcción de centros rituales.
cesaria para el mambeo. En el Período de
Transición en La Tolita, ubicado entre 400 y 300 La orfebrería
a.C. se nota ya una mayor dependencia de los
productos agrícolas en detrimento de la recolec- La metalurgia también parece haber sido
ción de productos marinos, mientras la caza y la una actividad muy importante. Los objetos metá-
pesca siguen aportando una buena cantidad de licos manufacturados más antiguos de esta socie-
proteína a la dieta alimenticia. dad corresponden a una lámina de oro martillada
y recortada con forma de un ave estilizada, con
La alfarería dos perforaciones hechas con un taladro, que fue
utilizada posiblemente como una cuenta de co-
Otra actividad de gran importancia fue la llar. Encontrada en los niveles inferiores de ocu-
alfarería. Desde las primeras etapas de desarrollo pación el yacimiento Las Balsas, localizado en
de esta sociedad aparece representada cerámica La Laguna de la Ciudad, La Tola, provincia de
correspondiente a dos tradiciones alfareras dife- Esmeraldas (Ecuador) fue fechada hacia el 700
rentes. Por un lado, una cerámica doméstica de a.C.
pasta fina, bien elaborada, que corresponde al
Estilo Chorrera del norte de la provincia ecuato- Fragmentos de oro martillado e hilos de
riana de Manabí. Se trata de vasijas como platos, oro también fueron hallados en el Montículo 1
cuencos (simples y de silueta compuesta), cánta- del sitio arqueológico La Magnolia, fechado en
ros, botellones de cuello alto y alcarrazas. Algu- 470 a.C. Otros hilos de oro recuperados del mis-
nas de estas vasijas presentan tres bases cónicas. mo yacimiento estuvieron asociados a una fecha
La decoración más común incluye pintura positi- de 370 a.C. El análisis de estas piezas nos está
va roja zonal, pintura negativa con diseños de indicando la gran maestría que para entonces
círculos y líneas paralelas. Pero además de esta habían alcanzado los orfebres Tumaco- La Tolita
influencia chorreroide, también aparece en los I y la gran importancia social que comenzaban a
sitios arqueológicos una cerámica autóctona de la tener para las élites gobernantes los objetos de
región de Esmeraldas, que aparece igualmente en adorno manufacturados en oro, fenómeno que se
sitios tan septentrionales como el de La Bocana presentaría con mayor fuerza en los siguientes
I. Nos referimos a un conjunto cerámico ya siglos, durante el período de existencia de la so-
autóctono con una fuerte carga simbólica com- ciedad Tumaco-La Tolita II.
puesto por vasijas efigie, máscaras antropomor-
fas y figurillas humanas huecas o macizas, espe- Y por último, debemos mencionar que la
cialmente femeninas. Muchas de estas figurillas producción textil fue otra de las actividades eco-
nómicas que tuvieron gran relevancia en esta so-
ciedad. Así parece indicarlo no sólo la presencia
de volantes de huso, sino también la gran varie-
dad de vestidos que aparecen representados en
las figurillas de cerámica tanto masculinas como
femeninas y los cuales debieron ser utilizados
tanto en la vida cotidiana, como en las diferentes
festividades y rituales, como por ejemplo, acom-
pañando al muerto a la “otra vida”.

Capítulo 3
69
Capítulo 4
LAS SOCIEDADES CACICALES DEL
“CLÁSICO REGIONAL” EL SUB-PERÍODO III-B
(1 – 800/900 d.C.).
LA SOCIEDAD YOTOCO/MALAGANA
(1 – 800/900 d.C.)

C on el nombre de Cultura Yotoco/


Malagana se conocen las expre-

Capítulo 4
siones culturales de la segunda sociedad agroal-
farera homónima con un modo de vida jerárquico
cacical que existió en el actual departamento del
Valle del Cauca. El análisis estilístico y tipológi-
co de la cerámica, la orfebrería y los patrones
73
funerarios de esta sociedad permite establecer su
estrecha relación con la cultura de los colectivos Figura 4.1. Vista panorámica de El Valle de El Dorado en el
humanos creadores de las expresiones Ilama. En municipio de Restrepo, Valle del Cauca (Foto cortesía de
otras palabras, las poblaciones Ilama evoluciona- Rocío Salas).
ron y generaron nuevas formas más complejas de
expresión sociocultural muy posiblemente al ini-
ciarse nuestra era.

El territorio

Al igual que los cacicazgos Ilama, las po-


blaciones Yotoco/Malagana ocuparon y explota-
ron ecosistemas de los valles interandinos de la
región Calima en la cordillera Occidental, la cor-
dillera Central y el valle geográfico del río Cau-
ca. En la región Calima los yacimientos arqueo-
lógicos más representativos son: El Dorado, La
Iberia, El Topacio, Jiguales I, Jiguales II, Sama-
ria y La Primavera. (Figura 4.1). En el valle
geográfico del río Cauca el cacicazgo más im-
portante de esta sociedad indudablemente fue el
de Malagana, descubierto a principios de los
años 90 del siglo XX, cuya área de dispersión
geográfica, de acuerdo con investigaciones re-
cientes de cementerios antiguos, parece haber
incluido un amplio territorio de los actuales mu-
nicipios de Palmira y El Cerrito. Entre los yaci-
mientos más importantes en esta región fisio-
gráfica debemos mencionar: Malagana, Corona-
do, Santa Bárbara, La Cristalina y El Estadio
del Deportivo Cali. Por su parte, en la cordillera Figura 4.2. Las sociedades cacicales del Centro-
Central debemos mencionar el sitio de Villa Te- Suroccidente de Colombia y Norte del Ecuador durante el
resita, descubierto recientemente en el municipio Período “Clásico” (1- 800/900 d.C.): 1. Capulí. 2. Piartal. 3.
de Palmira (Figura 4.2). La Balsa II. 4. Tumaco-La Tolita II. 5. San Agustín II. 6.
Yotoco/Malagana. 7. El Guamo. 8. Quimbaya II. 9. Herrera
II.
Cronología De acuerdo con los datos obtenidos de las
mediciones realizadas a los huesos largos, y co-
Un total de 33 fechas de radiocarbono nos rroborados por las dimensiones que presentaron
permiten conocer que la sociedad Yotoco existió algunas tumbas en los sitios arqueológicos de El
desde inicios de nuestra era hasta el 900 aproxi- Topacio y Samaria, donde se hallaron entierros
madamente. Durante al menos unos 500 años primarios, sabemos que la gente Yotoco era de
coexistió e interactuó, en un mismo territorio, baja estatura. En promedio, los hombres tenían
con poblaciones tardías portadoras de las expre- un poco más altura que las mujeres, alcanzando
siones culturales Sonso, Quimbaya Tardío y Bolo 166 cm., mientras ellas llegaban a los 153 cm.
Quebrada Seca (Tabla 4.1). La medición de los huesos largos de una mujer
adulta (30-35 años) encontrada en una urna fune-
La población raria en el sitio arqueológico de Guaguyá-
PK321+500,, fechado en 320 d.C. arrojó una
Gracias a los estudios bioantropológicos estatura de 153,3 ± 3,8 cm. Las enfermedades
realizados en muestras óseas rescatadas de las más frecuentes de estas poblaciones eran los pro-
Capítulo 4

excavaciones en los cementerios prehispánicos blemas degenerativos y las lesiones bucales. La


de Malagana, Coronado, La Cristalina, Hacien- enfermedad articular degenerativa (EAD) pudo
da Santa Bárbara, El Sembrador y Estadio del observarse, en varios individuos, a nivel de la
Deportivo Cali entre 1992 y 2005, es posible dar- artrosis en la columna vertebral, cintura pélvica y
nos cuenta cómo eran físicamente las poblacio- huesos largos de las extremidades posteriores.
74 nes Yotoco/Malagana, cuál era su estado de salud Las anomalías de mayor incidencia en la cavidad
y sus enfermedades más frecuentes. De unas 250 bucal fueron las hipoplasias, caries, cálculo, des-
tumbas excavadas se han recuperado aproxima- gastes de las piezas dentales y la opacidad en el
damente 300 individuos, cuyo estudio se consti- esmalte. Es posible que estas lesiones hayan teni-
tuye en la base para la siguiente caracterización do dos causas aparentemente inmediatas: la pri-
en cuanto a edad, sexo, rangos promedio de espe- mera estaría asociada al estrés medioambiental,
ranza de vida, mortalidad, dieta, patologías y que a su vez se relacionaba con problemas de
otros aspectos de estas comunidades. La pobla- tipo nutricional.
ción hallada en los cementerios tenía una espe-
ranza de vida cercana a los 19-20 años de edad, Al parecer, no fue nada fácil adaptarse al
es decir, que si nacían vivos podía vivir estos medio ambiente no fueron del todo fáciles, y en
años más. Los indicadores de esperanza de vida especial, el desarrollo de la agricultura pudo su-
e índices de mortalidad, permiten establecer que frir algunos tropiezos, tal y como lo demuestran
los cacicazgos Yotoco/Malagana del valle geo- los análisis de suelos en el yacimiento de La
gráfico del río Cauca estaban conformados por Cristalina, donde las condiciones del terreno no
un colectivo humano que observaba una elevada fueron muy favorables para el desarrollo de ésta
mortalidad infantil, preferentemente durante los práctica. Las lesiones como la criba orbitalia y la
primeros cinco años de vida, no manifestaba gra- denominada hiperostosis porótica, sugieren mal-
ves problemas de salud entre los 10-20 años, y a nutrición de la población. Igualmente, las lesio-
partir de los 30 años el peso de las arduas exigen- nes orales como las hipoplasias insinúan el mis-
cias laborales incrementaban las probabilidades mo fenómeno e incluso, dan indicios de posibles
de muerte, especialmente entre las mujeres. Por enfermedades parasitarias; el desgaste de las pie-
lo tanto, el alto índice de mortalidad se manifes- zas dentales indica una dieta mixta, pero como se
taba en los primeros años de vida (0-4), o en mencionó anteriormente, fue una dieta que no
aquellos individuos que después de los 30 años aportó lo suficiente para mantener a la población
lograban llegar a la vejez. Desde este punto de bien alimentada. La segunda causa se relaciona
vista, e independientemente de la densidad de con un estrés de tipo ocupacional. Este fenómeno
población, los asentamientos Yotoco se caracteri- se reflejó en diferentes partes del sistema óseo,
zaron por una población adulta joven, lo cual en especial, en el cuerpo vertebral y extremida-
concuerda con el gran desarrollo de esta sociedad des inferiores, y fue ocasionado por el exceso de
(agricultura, alfarería y metalurgia) en términos peso durante las labores de carga. Al parecer, y
productivos, pues contaba con una población en quizá por prolongadas distancias, los indígenas
edad igualmente productiva. llevaban sobre sus hombros y sus espaldas pesa-
das cargas que provocaron degeneración de su
sistema óseo. Además de estas lesiones, no se
Tabla 4.1. Cronología absoluta de la Cultura Yotoco/Malagana.

Datación d.C. No.


Sitio Referencia
Fechas sin calibrar Laboratorio
Coronado (Valle Geográfico) 10 ± 30 Beta-121155 Blanco et al.1999
Malagana (Valle Geográfico) 30 ± 85 GX-21878 Cardale et al. 2000
Malagana (Valle Geográfico) 70 ± 60 Beta-62233 Botiva y Forero 1991
Cardale Scrimpff et al.
Malagana (Valle Geográfico) 90 ± 60 Beta-84437
2000
El Dorado-D4 (Calima) 100 ± 320 Beta-9758 Bray et al. 1985
Coronado (Valle Geográfico) 140 ± 40 Beta-121153 Blanco et al.1999
Coronado (Valle Geográfico) 140 ± 50 Beta-121154 Archila 1996
Cardale Scrimpff et al.

Capítulo 4
Malagana (Valle Geográfico) 140 ± 60 Beta-79224
2000
La Iberia (Calima) 170 ± 65 Beta-1502 Bray et al. 1981
Cardale Scrimpff et al.
Malagana (Valle Geográfico) 180 ± 150 GX-21877
2000
75
La Alsacia (Calima) 195 ± 85 Beta-1836 Bray et al. 1981
Coronado (Valle Geográfico) 200 ± 70 Beta-121151 Blanco et al.1999
El Dorado (Calima) 210 ± 80 Beta-4908 Bray et al. 1983
El Topacio (Calima) 240 ± 70 Beta-14810 Bray et al. 1988
Guaguyá-PK 321+500
320 ± 70 Beta-102825 Bernal 1997
(Valle Geográfico)
La Cristalina Rodríguez Cuenca et al.
340 ± 150 Beta-146231
(Valle Geográfico) 2001
Jiguales II-V5 (Calima) 370 ± 60 Beta-16947 Salgado 1993
Neira.Y03-00 (Caldas) 400 ± 120 Beta-102883 Moreno 1997
Yotoco-YSM-03-00
400 ± 120 Beta-102883 Briceño y Quintana 1999
(Valle Geográfico)
Guaguyá (Valle Geográfico) 410 ± 70 Beta-102825 Bernal 1997
Primavera (Norte del Valle) 430 ± 60 Beta-18073 Plazas 1985
La Cristalina Rodríguez Cuenca et al.
440 ± 100 Beta-146232
(Valle Geográfico) 2001
Samaria-T2 (Calima) 650 ± 250 - Rodríguez y Salgado 1990
Jiguales II (Calima) 650 ± 80 Beta-16945 Salgado 1993
Moralba (Valle Geográfico) 770 ± 100 Ox-b1 (TL) Sampson et al. 1976
El Dorado-E3 (Calima) 780 ± 50 Beta-9755 Bray et al. 1985
El Dorado-D4 (Calima) 790 ± 60 Beta-9760 Bray et al. 1985
Barca de Yotoco
820 ± 100 Ox-a3 (TL) Sampson et al. 1976
(Valle Geográfico)
El Topacio (Calima) 840 ± 90 Beta-14811 Bray et al. 1988
Jiguales II-V3 (Calima) 860 ± 60 Beta-16946 Salgado 1993
Barca de Yotoco
900 ± 85 Ox-a2 (TL) Sampson et al. 1976
(Valle Geográfico)
Moralba (Valle Geográfico) 920 ± 100 Ox-b3 (TL) Sampson et al. 1976
descartan otras relacionadas con los virus, epide- una práctica cultural muy conocida para diferen-
mias y enfermedades gastrointestinales, las cua- tes sociedades prehispánicas cacicales: la defor-
les no dejan mayores evidencias en los restos mación craneal. Buena parte de las colecciones
óseos. analizadas de sitios arqueológicos presentaron
deformación a nivel del occipital. Entre la po-
También sabemos, por las representacio- blación de Coronado fue practicada igualmente
nes en cerámica, que individuos de las poblacio- entre mujeres y mujeres, aunque en mayor pro-
nes que conformaban el cacicazgo de Malagana, porción entre varones y es posible que como
padecían de enfermedades como la parálisis fa- práctica cultural este fenómeno tuviera un status
cial y el bocio o coto (Figura 4.3). heredado. Los grupos sociales que más la practi-
caban eran los “personajes principales” entre los
De acuerdo con el estudio de 112 indivi- cuales estaban lógicamente los chamanes. Las
duos enterrados en el cementerio prehispánico de tumbas 47 y 51 del cementerio mencionado fue-
Coronado fue posible conocer las condiciones de ron construidas para realizar entierros individua-
vida de la población. Se presentó una: “relativa les de chamanes a los cuales les colocaron un
Capítulo 4

alta mortalidad infantil para los primeros diez “suntuoso” ajuar constituido principalmente por
años de vida (35.5%), una baja probabilidad de máscaras en cerámica, narigueras cerámicas, fi-
muerte para la cohorte de 10-15 y 20-24 años y guras antropomorfas, alcarrazas y cuentas de co-
una esperanza de vida al nacer (22,3 años) lige- llar elaboradas en cuarzo.
ramente superior al promedio prehispánico (20
76 años)”. Por último, y no menos importante, debe-
mos anotar que de acuerdo con los análisis bioan-
Entre las patologías más comunes debe- tropológicos de los restos óseos encontrados en
mos mencionar la enfermedad articular degenera- todos los cementerios prehispánicos menciona-
tiva (EAD), presente especialmente entre la po- dos, es posible sugerir una gran similitud entre
blación adulta; la pérdida de dientes por caries y las poblaciones creadoras de las culturas Ilama y
los traumas. Entre los niños se presentó criba Yotoco/Malagana, lo cual apoya la hipótesis de
orbitaria, asociada con anemia ferropénica. que realmente se trataba de unas mismas comuni-
dades diferenciadas socioculturalmente.
Finalmente, debemos mencionar otro tipo
de anomalía ósea que tiene relación directa con

Figura 4.3. Parálisis facial en figuras cerámicas. La figura a es una alcarraza proveniente de Malagana donde se representa a un
hombre sentado que tiene parálisis facial, coto y le falta un ojo (Tomado de Rojas de Perdomo 1995: 179. Altura 23 cm). La
figura b corresponde a un hombre también sentado son las manos cruzadas sobre las rodillas a quien también parece faltarle
un ojo (Tomado de Rodríguez Cuenca et al. 2007: 131, Figura 48).
Los poblados y las viviendas

Es poco lo que conocemos sobre el patrón


de asentamiento Yotoco/Malagana tanto en la
cordillera occidental, como en el valle geográfico
del río Cauca. Investigaciones recientes realiza-
das en el yacimiento arqueológico de la Hacienda
Malagana han revelado la existencia de un pobla-
do que cubría aproximadamente 20 ha. rodeado
en su parte externa por zanjas construidas segura-
mente para desagüe debido al desborde periódico
del río Bolo. En su interior había un montículo
rectangular que era utilizado para el entierro de
los individuos de las elites del Cacicazgo de Ma-
lagana. Fue en el perímetro de esta construcción

Capítulo - 4
donde aparecieron las tumbas suntuosas de los
caciques y chamanes que fueron destruidas a fi-
nales de 1992, como resultado de la acción van-
dálica especialmente de los guaqueros. Este pare-
ce haber sido el poblado principal del denomina-
do Cacicazgo de Malagana, cuyas otras aldeas 77
han sido descubiertas en Coronado (municipio de
Palmira) y La Cristalina (municipio de El Cerri-
to) (Figuras 4.4, 4.5).
Figura 4.5. Plano de las haciendas Malagana y El convenio
donde puede apreciarse la extensión del poblado principal
Hasta el momento, los sitios arqueológicos de Malagana con su montículo central. (Tomado de Bray et
que han suministrado un poco más de informa- al. 2005: 146).
ción tanto de la ubicación como de la estructura
de las viviendas han sido excavados en la región viviendas elaboradas en vasijas denominadas
de Calima-Darién, es decir, corresponden a los alcarrazas, provenientes tanto de la cordillera
cacicazgos de la cordillera occidental. Igualmen- occidental, como del valle geográfico del río
te, contamos con representaciones realistas de Cauca.

En la región montañosa se ha documenta-


do grupos de viviendas dispersas y algunas veces
concentradas conformando pequeños poblados,
mientras en el valle geográfico del río Cauca, los
asentamientos parecen haber sido más o menos
nucleados. En la cordillera occidental las casas
eran construidas sobre aterrazamientos hechos
sobre las pendientes de colinas o sobre las partes
aplanadas en la cima de alguna loma. Sobre la
pendiente hacían cortes perpendiculares y coloca-
ban la tierra hacia el extremo de manera que sir-
viera para nivelar un área mayor. Al parecer, ca-
vaban hasta encontrar el estrato de arcilla lateríti-
ca roja, quitando de encima la capa inicial y la
subsiguiente capa de ceniza volcánica, logrando
un piso compacto dónde construir las viviendas.
Las dimensiones de las terrazas hacen suponer
que tenían un carácter unifamiliar, tal y como lo
demuestra la plataforma 4ª excavada en Jiguales
Figura 4.4. Fotografía aérea de 1978 donde aparecen los I, cuya superficie de ocupación era de 5.30 m de
restos de las estructuras que conformaban el poblado princi- ancho, por 3 m de largo (Figura 4.6).
pal del cacicazgo de Malagana. IGAC-Vuelo C-1858, N°
156. (Tomado de Bray et al. 2005: 144).
Capítulo - 4

78

Figura 4.6. Poblados representados en alcarrazas encontradas en tumbas Yotoco/Malagana de la región Calima en la cordillera
Occidental. Son muy similares a los poblados de la Cultura Ilama ilustrados en la Figura 3.11. En ellos aparece una casa central
y cuatro casas alrededor de esta, todas con techos a dos aguas (Fotos tomadas de Salgado et al. 1993: 95, Lámina I. Altura de a:
26.3 cm, altura de b 18 cm).

Las representaciones de las casas elabora-


das en cerámica por los especialistas alfareros y triangular alrededor del techo. Este último patrón
metalurgos Yotoco/Malagana indican que exis- de vivienda palafítica parece haber sido típico de
tieron varios modelos arquitectónicos. El primero los cacicazgos del valle geográfico del río Cauca
de ellos tiene planta rectangular, techo a dos y estuvo condicionado por la necesidad de hacer
aguas y cumbreras rectas y es similar al ejemplar construcciones que aislaran la alta humedad y las
Ilama que conforma un pequeño poblado, el cual frecuentes inundaciones típicas de un ecosistema
ya fue descrito. Un segundo diseño está repre- de humedales (Figura 4.8).
sentado por una estructura cuadrangular y techo a
cuatro aguas con alero largo alrededor de la casa. Un grupo especial de casas, seguramente
Estos dos prototipos fueron característicos de los donde los chamanes realizaban diferentes ritos,
cacicazgos cordilleranos de la región Calima. también eran elaboradas tanto en cerámica como
(Figura 4.7.). en metal. Indudablemente, se trata de objetos
suntuosos con un significado ritual muy especial.
Un tercer modelo, presente en los asenta- Las manufacturadas en cerámica presentan deco-
mientos tanto de la región Calima, como del va- ración geométrica en las paredes (Figura 4.9).
lle geográfico del río Cauca, tiene una forma si- Por su parte, las hechas en oro tienen forma rec-
milar a la anterior, incluyendo el techo, pero con tangular y techo a dos aguas pero con un nuevo
un elemento estructural diferente: la construcción ingrediente decorativo, conformado por diseños
fue hecha sobre cuatro formas cilíndricas o barri- incisos y placas de oro sujetadas a los aleros del
les, los cuales tenían decoración a base de pintura techo a través de alambres de oro (Figura
y diseños geométricos, los cuales podrían repre- 4.10).
sentar postes o soportes sobre los cuales se cons-
truían las viviendas de tipo palafítico. Para el Y finalmente, debemos mencionar la pre-
caso de la zona plana, en Malagana fueron halla- sencia de alcarrazas encontradas en el cementerio
das alcarrazas en donde se aprecian las cumbre- prehispánico de Malagana, con representaciones
ras arqueadas en el centro y cornisas elevadas de casas con techos circulares (Figura 4.11).
que sobresalen por encima del techo. Igualmente,
en el mismo sitio se recuperó una alcarraza fito-
morfa con cúpula, techo a cuatro aguas y alero
Capítulo - 4
79

Figura 4.7. Plantas rectangulares y techos a dos aguas presentan las casas representadas en
alcarrazas de la región Calima. (Foto a tomada de Bray 1992: 78; fotos b y c tomadas de
Salgado et al. 1993: 105, Lámina IV. Altura de a 16 cm, altura de b 18 cm, altura de c 17.5
cm).

Figura 4.8. Acarrazas con representación de casas montadas sobre “pilotes” encontradas en el yacimiento arqueológico de Ma-
lagana. Altura de a 17.12 cm, altura de b 22.5 cm.
Actividades económicas

Aunque la sociedad Yotoco tenía una eco-


nomía mixta (agricultura, caza, pesca, alfarería,
metalurgia y textilería entre otras actividades), la
base de la subsistencia era la agricultura intensiva
y extensiva, la cual fue la que generó la mayor
cantidad de excedentes de producción.

La agricultura

Figura 4.9. Las casas de los chamanes eran especiales como Dos temas giran alrededor de la produc-
puede inferirse por esta representación que tiene diseños ción de alimentos por medio de la agricultura: los
geométricos tanto la terminación lateral del techo y pintura sistemas de cultivo y variedad de plantas cultiva-
en una pared donde se insinúa una puerta de entrada das. Los sistemas de cultivo desarrollados por la
Capítulo - 4

(Tomado de Bray et al. 2005:151, Figures IV.10,


IV.11.Altura 15.5 cm).
sociedad Yotoco/Malagana, reflejan en gran me-
dida los procesos de adaptación y modificación
del medio ambiente por parte del hombre, en este
caso, de las condiciones geomorfológicas y eda-
fológicas. Uno de los primeros impactos sobre el
80 medio fue la implementación de la tecnología de
tala y quema de la vegetación circundante, en
procura de áreas abiertas y mayor espacio para
sembrar. Este fenómeno está documentado para
los primeros siglos de la era cristiana, no sólo en
Calima sino en muchas otras partes de Colombia,
en donde el paisaje natural es cambiado por un
paisaje antrópico de agricultura intensiva. Inicial-
mente, el cambio de una agricultura migratoria,
típica de la sociedad Ilama, a una intensiva, ca-
racterística de la sociedad Yotoco/Malagana, está
Figura 4.10. En esta casa elaborada en oro puede verse la
entrada y encima de esta un icono triangular doble similar al
asociado a un posible aumento de la población y
que aparece en la casa de la figura anterior, asociado proba- por ende, a una mayor demanda de alimentos.
blemente con la división tripartita del mundo característica
de la cosmovisión andina (Tomado de Bray 1992:76. Altura El segundo sistema agrícola utilizado co-
7 cm).
rrespondió al trazado de zanjas, en áreas panta-
nosas como el Valle del Dorado (municipio de
Restrepo), el cual está rodeado de colinas bajas
donde se ubicaron los asentamientos. En el pro-
pio valle, las condiciones de inundación prevale-
cen en épocas de humedad, lo cual llevó a la po-
blación a crear zanjas para canalizar las aguas y
ayudar a mantener bajo el nivel freático. Son zan-
jas de drenaje de 20 a 50 metros de ancho aproxi-
madamente, trazadas hasta encontrar el suelo
arcilloso gris, las cuales se unen en ángulos rec-
tos que al cruzarse forman espacios cuadrangula-
res de 50 metros aproximadamente y cubren toda
el área, incluyendo la parte del terreno ligera-
mente elevado. Al limpiar las zanjas, el material
fangoso sobrante, la maleza y todos los desechos
resultantes de las limpiezas periódicas de estas,
Figura 4.11. Una alegoría de la piel de los felinos aparece se convirtieron en una especie de abono natural
representada en este bohío perteneciente seguramente a un provisto de materia orgánica, fósforo, potasio y
sacerdote. (Tomado de Bray et al. 2005:152, Figure IV.12. nitrato de amonio.
Altura 11 cm).
El tercer sistema de cultivo es complemen- fundamentaría el carácter intensivo y extensivo
tario al anterior y surge por los mismos motivos. de la agricultura en el sector, lo cual a su vez,
Por medio de eras de cultivo se creó un sistema podría explicar el alto nivel de desarrollo alcan-
elevado, de apariencia corrugada, de 2 a 4 metros zado en la alfarería y la metalurgia en el sector
de ancho y más de 100 metros de largo, separa- del valle geográfico del río Cauca.
das unas de otras por canales pandos encargados
de llevar el agua hacia las zanjas para ser final- En cuanto a la variedad de plantas cultiva-
mente depositada en el riachuelo más próximo das, debemos decir que los cultígenos que cono-
que recorre el valle a lo largo. Las eras, quedaron cemos han sido identificados mediante el análisis
por encima de los niveles de inundación, supe- de los restos de las plantas encontrados en con-
rándose así los problemas iniciales que impedían textos arqueológicos, los estudios de polen y nue-
el buen desarrollo de la agricultura. El objetivo vamente, los análisis iconográficos de las vasijas
central de esta adecuación, además de drenar, era cerámicas. En el sitio San Rafael (región Cali-
el de secar y airear el suelo de cultivo, incremen- ma), se recuperaron semillas de fríjol y maíz car-
tar el grosor del piso y aumentar la fertilidad. Y bonizado. El maíz corresponde a la misma varie-

Capítulo - 4
finalmente, practicaron el cultivo de pequeñas dad Chapalote/Nal/Tel/Pollo hallada en el mismo
huertas, localizadas en los alrededores de las vi- yacimiento con asociación Ilama. También se
viendas y en ocasiones en zonas de laderas cerca- encontraron otros granos de maíz de mayor tama-
nas y canales en las pendientes de las colinas. ño, que al parecer corresponderían a una variedad
Para algunos investigadores, los sistemas agríco- más moderna conocida como cabuya. Se han do-
las utilizados por la sociedad Yotoco/Malagana cumentado igualmente tubérculos como yuca 81
tenían como finalidad controlar las aguas, y para dulce, calabaza, arracacha, batata y mafafa, así
otros, se trata de un modo de conservar la hume- como el ají, piña, aguacate y variedades de frutas.
dad en los canales durante las épocas de sequía. En el caso del fríjol (phaseolus vulgaris), las
comparaciones han permitido establecer que se
En el caso de los cacicazgos del valle geo- trata de una variedad pequeña reportada para la
gráfico del río Cauca, los análisis de suelos obte- misma época en el Perú. En el caso de la zona
nidos en el yacimiento La Cristalina (municipio plana, las evidencias de maíz, aparecen no sólo a
de El Cerrito), indican un uso muy moderado de nivel arqueológico en Malagana, sino que se de-
estos para actividades agrícolas. Este fue un sitio duce por la presencia de metates en La Cristalina
utilizado básicamente como vivienda, donde en- y el desgaste dental entre las poblaciones, como
terraron a sus muertos, hicieron fogones y depó- producto de la continua masticación de granos.
sitos, y no se evidenció un uso intensivo en agri- Este cereal fue fundamental en la dieta prehispá-
cultura, a excepción de los horizontes superiores nica en general, y entre la sociedad su consumo
que corresponden a paleosuelos ocupados proba- fue alto, si se tienen en cuenta las grandes canti-
blemente por las sociedades cacicales tardías del dades de fitolitos de esta planta que se han recu-
sector. Por lo demás, los habitantes antiguos del perado en las excavaciones arqueológicas.
lugar debieron manejar un ambiente lacustre, con
inundaciones periódicas provocadas por las fuen- Una de las representaciones cerámicas que
tes de agua cercanas. cobran importancia para este período son las fi-
guras de plantas o fitomorfas. Anteriormente se
Diferente parece haber sido la situación en había explicado que lo antropomorfo y zoomorfo
el yacimiento de Malagana, donde los suelos de presente en Ilama a nivel de la cerámica, pasa en
la ocupación Yotoco/Malagana eran bien drena- Yotoco/Malagana a ser representado en oro. Las
dos y muy fértiles. Recientemente, durante la figuras fitomorfas aparecen en alcarrazas, donde
temporada de excavaciones arqueológicas reali- se observa una estilización de frutas y tubérculos
zadas en el primer semestre del 2001 los investi- y en especial, de calabazas. Los metalurgos tam-
gadores Leonor Herrera, Marianne Cardale bién elaboraron alcarrazas en miniatura represen-
Schripmpff y Diógenes Patiño, descubrieron en tando tubérculos y colgantes en forma de hongos.
Malagana un interesante sistema de camellones En las estilizaciones en oro sobresalen una infini-
similar al utilizado por los agricultores de la So- dad de flores y palmeras.
ciedad Tumaco-Tolita en la llanura aluvial del
pacífico colombiano, en el sector de Tumaco. Si Por su parte, los animales fueron un com-
se demuestra que dicho sistema fue construido ponente muy importante de la dieta alimenticia y
por los representantes de la sociedad Yotoco, esto la espiritualidad de la gente. En un medio geo-
gráfico de montaña y de llanuras aluviales, como óseos de sus animales para fabricar instrumentos,
en el que estaban asentados los diferentes caci- tal y como lo evidenció el hallazgo de punzones
cazgos Yotoco/Malagana, era natural encontrar en hueso, espátulas, raspadores lanceolados y
una gran variedad de especies animales. La fauna cuentas de collar, todos ellos hechos en hueso de
estaba conformada por vertebrados en los que se venado y aves.
incluyen mamíferos, aves, reptiles, roedores, pe-
ces, entre otros; e invertebrados, como los molus- Un hecho importante de resaltar es que la
cos. Esta variedad de animales se ha identificado fauna expresada artísticamente en la cerámica y
tanto por las muestras óseas obtenidas en los pro- el oro tienen una concepción naturalista y mitoló-
cesos de excavación, como en los estudios icono- gica. Entre las formas más naturalistas debemos
gráficos de la cerámica y el oro. Al igual que su- mencionar aves, sapos, tortugas, culebras, micos,
cedió con los restos humanos, en la zona cordi- roedores, felinos, caracoles, murciélagos, zari-
llerana las condiciones del suelo impidieron la güeyas, saurios, insectos, cangrejos, búhos, pe-
conservación de restos óseos, contrario a lo suce- rros de monte. Igualmente, fueron utilizadas las
dido en la parte plana, en donde se registraron formas compuestas de animales y seres humanos,
Capítulo - 4

gran cantidad de huesos en buen estado de con- como fue el caso del hombre murciélago. En ce-
servación en Malagana, Coronado y La Cristali- rámica, estas figuras aparecen modeladas en alca-
na. rrazas, cuencos, silbatos, orejeras dobles cónicas,
y en algunas de ellas, es fácil identificar los deta-
En el yacimiento de La Cristalina los ani- lles del animal representado. Por ejemplo, se han
82 males identificados son del grupo de los inverte- reconocido los micos por la disposición de la
brados, específicamente, distintas clases de mo- cola, así como los felinos sobresalen por la natu-
luscos dentro de las tumbas, en asocio a los entie- ralidad de los colmillos. Igualmente, el batracio
rros. Entre ellos está representada la especie Cer- bufo está perfectamente ilustrado por el corruga-
vinetta, del género Cyprae, familia de las CY- do de su piel verrugosa. Respecto a este animal,
PRAEIDAE, considerada una de las siete espe- es posible que el veneno ubicado en sus glándu-
cies de esta familia que pertenecen a la Provincia las que se encuentran alrededor del cuello, fuera
de Panamá de la cual forma parte el pacífico co- utilizado como alucinógeno (Figuras 4.12, 4.13).
lombiano. La otra familia identificada correspon-
de a CYCLOPHORIDAE, de género Incidosto- Las estilizaciones hechas en oro por los
ma y especie popayanum. Estos son moluscos metalurgos Yotoco/Malagana, representan for-
terrestres y de aguas dulceacuícolas, asociados a mas de animales sobrenaturales en donde fre-
ambientes húmedos y con frecuencia se les en- cuentemente se resaltan los colmillos de los feli-
cuentra en acumulación en lugares donde se ha nos agarrando serpientes, variedades de pájaros,
propiciado la tala y la quema de la vegetación. micos y otros animales. Las figuras de animales
Por último, se hallaron fragmentos de concha manufacturadas en oro se presentan en mayor
nacarada de individuos de la clase BIVALVIA, cantidad que en la cerámica y se caracterizan por
perteneciente al grupo de moluscos de agua dul- su estilización en miniatura, como por ejemplo
ce. los alfileres para sacar la cal de los poporos, así
como también, por objetos de mayor tamaño co-
En Malagana se encontraron huesos de mo máscaras y diademas. Unas de las elaboracio-
vertebrados e invertebrados. De los primeros se nes en oro más destacadas de Malagana fueron
hallaron mamíferos, aves, peces y reptiles. Entre las aves, entre las cuales sobresale el colibrí, el
los mamíferos se identificó el saíno, cusumbo, cual fue representado en diferentes formas y apti-
venado, ratón y perro. De los peces se encontra- tudes.
ron vértebras y de las aves había algunos frag-
mentos diafisiarios que no permitieron su plena La alfarería
identificación. Finalmente, dentro de este grupo
de vertebrados apareció el esqueleto de una ser- Este renglón de la producción de los caci-
piente, la cual no pudo ser identificada por la au- cazgos Yotoco/Malagana, también tiene un espe-
sencia de su cráneo. Del grupo de los invertebra- cial significado, ya que es a través del análisis de
dos se obtuvieron numerosos restos del género la alfarería de esta sociedad, como se han podido
Neocyclotus y un representante de los bivalvos inferir, al igual que por los patrones funerarios,
del género Anadara notabilis. Los artesanos del un alto grado de identidad cultural entre las po-
cacicazgo de Malagana utilizaron los restos blaciones Ilama y Yotoco/Malagana. Esta activi-
Capítulo - 4
Figura 4.12. La representación de batracios en el arte Yotoco/Malagana demuestra la gran importancia que tenían estos anima-
les en los ritos relacionados con la lluvia y la productividad agrícola. Altura de a 12 cm. (Foto Museo Arqueológico “Julio Cé- 83
sar Cubillos” de la Universidad del Valle. CRIA-228. Altura 14.5 cm.).

Figura 4.13. Esta representación de una llama evidencia las fuertes redes de intercambio que tenían los comerciantes Malagana
con otras poblaciones posiblemente del Ecuador y El Perú (Foto tomada de Archila 1996:26, Lámina 45. Altura 21.5 cm).

dad productiva fue desarrollada, hasta alcanzar cialmente de mujeres sentadas sobre los talones
un alto grado de especialización, por artesanos en una posición votiva. Lo cual también nos esta-
conocedores del manejo de la arcilla, y expertos ría indicando la gran importancia que cumplían
en lo estético, lo simbólico y lo artístico. Espe- las mujeres en la gestión ideológica de la socie-
cialmente en la manufactura de bienes para el dad.
consumo de las élites y el intercambio. En la ce-
rámica de la cordillera disminuyen las expresio- La policromía es una de las técnicas deco-
nes antropomorfas y zoomorfas, y se incremen- rativas más destacables de la cultura, que fue uti-
tan las representaciones fitomorfas, lo cual puede lizada en formas como los cuencos y las alcarra-
estar asociado con la gran importancia que debie- zas. La arcilla sirvió para que el alfarero Yotoco/
ron adquirir los ritos agrícolas en una sociedad Malagana expresara de manera más natural y en
que dependía fundamentalmente de la agricultu- algunos casos, mitológica su pensamiento, su
ra. Pero en la parte plana, en Malagana, es recu- entorno y el modo de percibir el mundo. Calidad
rrente la personificación de la figura humana por y estética distinguen a este complejo alfarero que
medio de innumerables representaciones, espe- se basó en el manejo de arcillas caoliníticas blan-
cas, lateritas rojas, ambas de la cordillera y arci- mente enumeradas, relacionadas con relieves.
llas aluviales del valle geográfico, obtenidas lo- Pero también fue ampliamente utilizada la poli-
calmente y a poca profundidad. La cocción de la cromía (rojo, negro, blanco y crema), incisiones,
cerámica varía entre atmósfera reducida o atmós- aplicaciones, punteado, presión digital, achurado.
fera oxidada con temperaturas que no sobrepasa- Al decorar su cerámica los alfareros alternaron
ron los 850°C, proceso llevado a cabo al aire li- diferentes combinaciones en los trazos de los
bre. Este tipo de arcillas al ser quemadas a altas diseños, creando un geometrismo particular
temperaturas le otorgaban a la pasta una tonali- (Figuras 4.14, 4.15, 4.16).
dad clara, dureza y resistencia que permitió hacer
diferentes combinaciones a la hora de decorar En necesario resaltar que los artistas de
con pintura las superficies. En términos genera- esta sociedad manejaron ampliamente la miniatu-
les, se utilizaron cuatro tipos de pasta para elabo- rización de las piezas, aunque este aspecto está
rar los objetos cerámicos: burda, semiburda, fina mejor ilustrado para el caso de la orfebrería. Los
y muy fina. resultados obtenidos en los análisis alfareros de
los diferentes sitios arqueológicos excavados
Capítulo - 4

La cerámica de pasta burda sirvió para ela- hasta el momento, han sido relativamente homo-
borar vasijas grandes tipo cuencos y recipientes géneos. Es decir, no se observan elementos que
de boca ancha con labios reforzados y engrosa- modifiquen la característica general o constante
dos. Los desgrasantes son grandes y contienen con la cual se ha identificado a grandes rasgos
fragmentos de roca triturada. En algunos casos este complejo cerámico. Al comparar los sitios
84 no se observó decoración y la pasta tenía un co- de la cordillera y los del valle geográfico del río
lor entre habano claro y café oscuro. La pasta Cauca, encontramos que en todos ellos el trata-
semiburda se utilizó en vasijas más pequeñas de miento de la arcilla fue más o menos similar, em-
paredes más delgadas como cuencos, copas y pleándose en todos los casos las arcillas locales
cántaros, algunos de ellos con relieve de figura ya mencionadas. Las pastas definidas también
humana de adornos en la nariz, modelados en los fueron manejadas en ambas partes, destacándose
cuellos de estos recipientes. La pasta fina carac- el empleo de pastas semiburdas y finas con ma-
teriza a las vasijas más pequeñas con paredes que yor frecuencia. Comparten los acabados de su-
no sobrepasan los 3 mm. de grosor, elaboradas perficie, especialmente en aquellos fragmentos
con desgrasantes muy machacados. Por último, que son pulidos, y estilos decorativos como la
las pastas muy finas fueron empleadas para hacer utilización de pintura policroma de diferentes
recipientes pequeños de uso ceremonial o coti- tonalidades. En general, en la cerámica de los
diano pero que generalmente no se exponían al distintos sitios tanto cordilleranos como del valle
fuego. La cerámica presenta distintos acabados geográfico del río Cauca, se han identificado pas-
en la superficie tipo pulimento, alisado, hollín y tas con tonos similares y en cuanto a las formas,
ahumado. en términos generales, son comunes las mismas
formas de vasijas.
Las principales formas que identifican la
alfarería Yotoco/Malagana son: alcarrazas, cuen- Pero a su vez, podemos constatar algunas
cos, ollas globulares y subglobulares, cántaros, diferencias entre la alfarería de las dos zonas, lo
copas con base pedestal, vasijas silbantes y más- cual fortalece la hipótesis de las variantes regio-
caras. Estas formas, podían en ocasiones, llevar nales de los cacicazgos Yotoco/Malagana. Estas
representaciones antropomorfas o zoomorfas y se presentaron básicamente en las decoraciones,
fitomorfas; las dos primeras en menor frecuencia porque por ejemplo, las de la cerámica del sitio
respecto a lo observado en la cultura anterior El Pital no están registradas en el amplio mues-
(Ilama), mientras que la última cobró populari- trario decorativo de la variante plana, además que
dad para este período. También fue común elabo- la decoración en general de la cordillera es más
rar objetos cerámicos con ilustraciones de perso- limitada. En cambio, en la parte plana se han en-
najes míticos, figuras eróticas e incluso homo- contrado más estilos que incluyen el trabajo de
sexuales. Las alcarrazas también continúan sien- las personificaciones antropomorfas, como es el
do el tipo de vasija especial para representar los caso de las figuras femeninas halladas en gran
poblados. Se conocen también matrices en cerá- cantidad en Malagana. Otra diferencia, de la cual
mica para elaborar las orejeras de carrete, carac- también hablaremos cuando toquemos el tema de
terísticas de la metalurgia “clásica”. Existió una la metalurgia, puede notarse en el empleo de la
gran variedad de decoraciones como las anterior- miniaturización en el modelado de las piezas, el
Figura 4.14. El cuenco decorado con policromía (colores negro, rojo, naranja) y diseños geométricos y de animales fue una de
las vasijas domésticas y rituales más importantes que manufacturaron los alfareros Yotoco/Malagana. Altura a (Museo Arqueo-

Capítulo - 4
lógico “Julio César Cubillos” de la Universidad del Valle. CRIA-565. Altura 7 cm. ).

85

Figura 4.15. Alcarrazas con cuerpos y diseños geométricos y cabezas con tatuaje facial. Altura a 17 cm, altura b 20 cm.

cual fue masivo en la suela plana, mas no en la


cordillera.

Por su forma y representación simbólica


merecen especial atención las numerosas figuras
femeninas sentadas sobre los talones, que fueron
halladas en un contexto arqueológico claro del
yacimiento Malagana. Hay varias características
muy particulares en estas representaciones: pri-
mero, no existe una igual a la otra, con lo cual se
descarta la producción en serie mediante moldes;
en segundo lugar, las figuras son sólo de mujeres
en posición sentada sobre los talones; en tercer
lugar, ninguna expresa un rostro revelador de una
avanzada edad, es decir, se trata de mujeres jóve-
nes; por último, fue casi una constante encontrar
en el interior de la región pélvica, una cuenta de
Figura 4.16. Individuo sacándose una espina del pie. Alca-
rraza encontrada en el yacimiento arqueológico de Malagana
cuarzo. El tema de las figuras de Malagana es
(Foto tomada de Archila 1996:28, Lámina 47. Altura15.5 muy específico, pues no hay reportes de casos
cm). similares en áreas cercanas. Sólo se ha identifica-
do una figura muy parecida en la región Calima, Estas diferencias dentro de un mismo com-
de filiación Ilama y que al parecer, de acuerdo plejo alfarero podrían significar varias cosas: en
con los rasgos del objeto, podría considerarse primer lugar, que mientras las primeras parecie-
como un modelo antecesor a las figuras Malaga- ran estar asociadas a un contexto más ritual y
na. Estas en ocasiones aparecen alrededor de una lujoso, las segundas podrían corresponder a vasi-
especie de mesilla con vasijas en miniatura, y la jas de uso más doméstico; o también podría pen-
postura de cada figura varía entre reclinada hacia sarse que la cerámica hallada en la cordillera co-
delante y reclinada hacia atrás. Alrededor de éste rresponde a poblaciones del período inicial de
hallazgo se han lanzado diferentes interpretacio- desarrollo de esta sociedad, mientras que los de
nes, en las que se establece que muy posiblemen- la planicie aluvial podrían ser de épocas posterio-
te correspondieran a alguna “diosa”, ya que las res dentro del mismo período; y por último, tam-
comunidades antiguas trataban de dar caracterís- bién podría especularse sobre variantes a nivel
ticas humanas a sus deidades. Tratando de acer- interno entre los grupos para ambas zonas, es
carnos un poco a un modelo interpretativo más decir, diferentes micro desarrollos estilísticos
acorde a la realidad, consideramos que es necesa- ligados posiblemente a la estratificación social
Capítulo - 4

rio tener en cuenta varios elementos: en primer característica de los diferentes cacicazgos Yoto-
lugar, estas mujeres sentadas sobre los talones co/Malagana (Figura 4.17).
carecen de adornos suntuosos o decoraciones
personales de algún tipo, con lo cual se descarta La orfebrería
que pertenecieran a la elite. Este dato es impor-
86 tante, si se tiene en cuenta que en Malagana el El trabajo de los metales fue otra de las
oro, como un bien de elite muy preciado, fue uti- actividades económicas sobresalientes de la so-
lizado profusamente. ciedad Yotoco/Malagana, donde se alcanzó uno
de los más altos niveles de desarrollo tecnológico
En segundo lugar, la posición adquirida en y artístico. Esta labor debió concentrar no sólo
cada pieza es alusiva a algo específico, que vién- esfuerzos y tiempo de dedicación, sino también
dolo un poco desde la óptica occidental, podría requerir de orfebres con un alto grado de especia-
asociarse a una postura de servidumbre, algo así lización en el trabajo de los metales. Para el aná-
como si fueran damas de compañía o simples lisis de la orfebrería tendremos en cuenta los si-
sirvientes. ¿Pero si ese fuera el caso, por qué dar- guientes aspectos básicos: las técnicas utilizadas
le tanta importancia (tanta representación) a una para la manufactura de los objetos, el tipo de me-
mujer de la servidumbre?. Por último, es posible tal empleado, las características propias de los
que estas figuras representaran a mujeres jóvenes objetos y los usos para los cuales fueron elabora-
en proceso de transformación o iniciación a la dos, lo cual, a su vez, estaría relacionado con la
etapa adulta joven. Es decir, como se anotó con cosmovisión del orfebre y la intencionalidad con
anterioridad, las figuras reflejan a una mujer jo- que emprendía el trabajo de cada pieza. Las prin-
ven, sin arrugas, y físicamente con características cipales técnicas utilizadas fueron el martillado y
de adolescente (al juzgar por el tamaño de sus recortado, así como también el repujado para
senos). La posición flexada con las manos sobre hacer los relieves, observados principalmente en
las rodillas estaría vinculada a una postura de las láminas. También ejecutaron el engarzado, en
ritual o ceremonia en la que éstas niñas estarían el caso de las piezas que deberían colgarse a otra;
entrando en otra etapa importante de sus vidas. y finalmente el ensamblado, el cual fue realizado
Aún más, esta nueva etapa vendría marcada por con clavos y/o alambres, por medio de pestañas
su ciclo menstrual, ilustrado simbólicamente por dobladas en las máscaras, figuras y diademas.
medio de una cuenta de collar elaborada en cuar-
zo que se encontró en la región pélvica de casi Otras técnicas igualmente importantes fue-
todas las figuras estudiadas. Esta interpreta- ron la soldadura por fusión, la granulación, la
ción no está lejos de la realidad, si tenemos en fundición simple, la fundición a la cera perdida y
cuenta los datos etnográficos que ilustran que en el dorado por oxidación. Utilizando estas técni-
comunidades indígenas actuales la primera mens- cas los orfebres elaboraron objetos y máscaras
truación de la mujer se asume de diferentes for- con expresiones muy naturalistas, en donde los
mas: en ocasiones, la mujer es aislada y repudia- rostros humanos lucían una nariz muy fina. Las
da socialmente durante ese tiempo; en otras, la figuras humanas fueron muy importantes en el
menstruación constituye un homenaje a la vida y trabajo en oro y aparecen también en miniatura,
la fecundidad, pues a partir de ese momento se rematando bastones y palillos, tienen máscara y
puede concebir la vida.
Capítulo - 4
87

Figura 4.17. Máscaras ceremoniales elaboradas en cerámica recuperada en las excavaciones del sitio arqueológico Coronado: a
tumba 51 del yacimiento Coronado donde fue inhumado un chamán. Su representación es similar a otra máscara encontrada en
la tumba 47 del mismo sitio fechada hacia principios de nuestra era; b tumba 51 con la representación de animales asociados
seguramente con ritos chamánicos; c y e individuos con pintura facial y d representación del hombre-murciélago (Las figuras a,
b, c fueron tomadas de Rodríguez Cuenca et al. 2007: 59, 60, Figuras 10, 11, 12).
llevan en sus hombros un animal de hocico largo. caso especial en Malagana, la representación de
Al parecer, estos seres humanos representaban una flor de una pasiflora muy naturalista, así co-
algún chamán mo la ilustración del colibrí en la cual el orfebre
logró imprimirle el dinamismo propio de vuelo
La magistral utilización de estas técnicas (Figura 4.18).
les permitió elaborar suntuosas piezas con espe-
ciales características artísticas, decorativas y sim-
bólicas. El martillado se aplicó trabajando sobre
un lingote de oro hasta obtener láminas, las cua-
les eran recortadas con cinceles de acuerdo a la
forma escogida. En el caso de los relieves, las
piezas adquirían volumen al ser trabajadas sobre
objetos de la misma forma, hechos probablemen-
te en madera o piedra o dentro de una matriz cón-
cava. Las partes posteriormente eran ensambla-
Capítulo - 4

das mediante el martillado y bruñido de los pun-


tos de unión. Otro trabajo común fue el trazo de
diseños geométricos, zoomorfos y antropomor-
fos, sobre las dos caras de la pieza la cual era
colocada sobre una superficie blanda. Utilizaron
88 oro puro, de alta ley, que quizás lo obtenían del
aluvión de los ríos de la vertiente pacífica valle-
caucana, o lo intercambiaban con comunidades
en cuyos territorios había oro de veta, localizados
en los actuales departamentos de Nariño, Chocó,
Tolima y Antioquia. El oro puro fue muy útil en
la elaboración de piezas martilladas, pues este
metal conserva la propiedad de ductilidad. En Figura 4.18. Colgante de collar con la forma de la flor de la
granadilla (Tomada de Archila 1996:17, Lámina 28. Altura
raras ocasiones hicieron uso de las aleaciones de
3.3 cm).
oro y cobre, conocidas como tumbaga. Cuando
se utilizaban, generalmente éstas se hacían en En general, la extensa variedad de objetos
diferentes proporciones, logrando colores de di- elaborados en oro de la sociedad Yotoco/
versas tonalidades. Adicionalmente, el trabajo de Malagana incluye: collares, diademas, colgantes
la aleación se combinaba con la incrustación de de orejeras, orejeras de carrete, narigueras, cuen-
piedras de colores igualmente contrastantes, tas de collar, cubiertas de cuentas, pectorales,
creando por medio de éstos objetos compuestos, colgantes, anillos, ajorcas, brazaletes, pinzas,
como el caso de los espejos en miniatura de pirita aplicaciones para textiles, alfileres, recipientes
hechos con marcos de oro o cuentas verdes de para cal, palillos para los recipientes, placas col-
epidotita, las cuales eran incrustadas con aros o gantes, máscaras, instrumentos musicales, cara-
alambres. coles forrados, cinceles, cucharas y recipientes,
casas grandes y en miniatura, alcarrazas en mi-
En este trabajo del oro fueron elaborados niatura usadas como dijes, bastones de mando,
numerosos objetos, unos de carácter simbólico, anzuelos, cascabeles para viviendas, sonajeros, y
otros de carácter cotidiano y personal, o simple- otras formas más. Para cada objeto anteriormente
mente, artesanales a través de los cuales ilustra- mencionado, existen diferentes variables o for-
ron el entorno, aunque en muchos casos las ver- mas, así cada uno, fue expresado geométrica,
daderas connotaciones de la pieza se mezclan. estilística y estéticamente con un rasgo particu-
Los objetos tienen una expresión más naturalista lar, el cual, al combinarse con las técnicas y el
que en el período anterior, y fueron comunes las manejo excelente del metal, creó una orfebrería
figuras antropomorfas, antropozoomorfas, zoo- polifacética, vistosa y muy original que identifica
morfas y fitomorfas. Estos tipos de figuras se a la sociedad Yotoco/Malagana y las diferencia
plasmaron no sólo en las piezas grandes o con de las demás sociedades cacicales contemporá-
modelados completos, sino que sirvieron como neas. En esta orfebrería el trabajo del oro fue
remate en las partes superiores de alfileres, basto- primordial, como lo demuestra la alta presencia
nes y otros objetos en miniatura. Sobresale como de este metal en diversos objetos de adorno per-
sonal. Cuentas de collar procedentes de la cono- se diferencian de aquellos construidos por los
cida “Guaca del Tigre” excavada en la Hacienda representantes de la sociedad Quimbaya Clásico
Calimita (Calima-Darién), contenían más de 85% en Antioquia. Los estudios arqueológicos y de
de oro (Figuras 4.19, 4.20, 4.21). fotointerpretación han permitido identificar las
vías de comunicación utilizadas por los represen-
Las vías de comunicación tantes de las sociedades Ilama y Yotoco en la re-
gión Calima. Estos caminos tienen entre 3 y 10
Tanto para comunicarse entre los diferen- metros de ancho, con una profundidad promedio
tes cacicazgos, como para fortalecer las relacio- de 1 a 1,5 metros, que en ocasiones forma casi un
nes comerciales con otros grupos, los ingenieros canalón. Las diferentes rutas tienen trazos perfec-
Yotoco hicieron una extensa red de caminos, que tos, en línea recta, descendiendo o atravesando

Capítulo - 4
89

Figura 4.19. Pectorales suntuosos elaborados en oro formaron parte de los ajuares que le colocaban en las tumbas a los indivi-
duos de las elites Yotoco/Malagana. Altura de a 25.5 (Foto tomada de Museo del Oro. Sus mejores piezas 1996: 25. Diámetro
de b 27.7 cm).

Figura 4.20. Narigueras magistralmente elaboradas y decoradas con formas de felinos eran utilizadas en vida por caciques y
chamanes. Altura de a 28 cm. (Foto tomada de Museo del Oro. Sus mejores piezas 1996: 38. Altura de b 28 cm).
rro, las dimensiones de las tumbas hacen suponer
la práctica de entierros primarios en posición ex-
tendida, tanto de adultos como de infantes. El
entierro secundario en urnas también fue detecta-
do pero es menos frecuente en esta sociedad.

Para la suela plana del valle contamos con


los datos obtenidos de los cementerios de Mala-
gana, Coronado, La Cristalina, Hacienda Santa
Bárbara, El Sembrador y Estadio del Deportivo
Cali. Las excavaciones realizadas en las tres
áreas de ocupación del cementerio de La Crista-
Figura 4.21. Máscara ceremonial con ojos móviles repre- lina permitieron documentar sus principales ca-
sentando seguramente la muerte, proveniente del sitio Mala- racterísticas funerarias. En primer lugar, se deli-
gana. (Foto tomada de de Bray et al. 2005:175, Figure
mitaron los pozos con formas cuadrangulares,
Capítulo - 4

IV.42a. Ancho 41.4 cm.).


rectangulares y semi-rectangulares, en varios de
laderas, comunicando los valles interandinos de los casos con altos contenidos de material cultu-
Calima con la costa pacífica, el valle geográfico ral. Las tumbas carecían de cámara, y en su lu-
del río Cauca y la cordillera central. También se gar, se detectaron fosas de variadas formas: cua-
han identificado otros caminos menores que co- drangulares, rectangulares, semi-rectangulares,
90 elipsoidales, y semiovales. En segundo lugar,
munican plataformas habitacionales entre sí, o
simplemente, conducen a alguna fuente de agua. todas ellas compartían el escalonamiento entre el
La presencia de estas vías de comunicación está pozo y la fosa, tal cual como se ha podido docu-
evidenciando una alta movilidad de estos grupos, mentar para el tipo 1 de las tumbas de la cordille-
no sólo entre sus diferentes cacicazgos de la re- ra. Por último, se evidenciaron rastros de crema-
gión Calima y el valle geográfico del río Cauca, ción, huellas de poste, camillas o parihuelas y
sino también con comunidades más alejadas con esteras donde eran colocados los cadáveres, y
las cuales seguramente intercambiaron tanto ma- una variada muestra cultural depositada a lo largo
terias primas, como productos manufacturados. de las estructuras, entre las cuales se encontró
cerámica, lítico, carbón, barro quemado, restos
Las costumbres funerarias de semillas y animales. La forma de las deposita-
ciones indica posibles basureros, fogones y relle-
Al igual que los Ilama, las poblaciones nos. Los individuos se hallaron enterrados solos
Yotoco/Malagana enterraban a sus muertos en o acompañados y como ajuar funerario les colo-
cementerios cerca de las viviendas o incluso de- caron vasijas tipo cuenco, conchas de caracoles
ntro de las mismas. En las tumbas excavadas en marinos y semillas. La forma de entierro fue en
la región Calima, específicamente en los sitios posición decúbito dorsal y generalmente con los
arqueológicos de Samaria, El Topacio, La Suiza, miembros extendidos, tal y como sucedió con los
La Iberia y Jiguales, las estructuras funerarias individuos del cementerio de Malagana. En algu-
fueron similares. Comparten morfológicamente nos casos los brazos fueron colocados debajo de
dos tipos, caracterizados por presentar pozo con la pelvis y en otros sobre la región abdominal.
cámara hacia un lado, de orientación noreste- Otras posiciones, tales como extremidades infe-
suroeste y noroeste-sureste, de tamaño regular y riores flejadas o reclinadas hacia un lado especí-
pocos profundos (máximos 270 cm.). Los pozos fico, fueron poco comunes.
tenían forma rectangular y semi-circular, algunos
habían sido hechos con fines rituales. Los dos En el cementerio de Coronado las tumbas
tipos de tumbas se diferenciaron por la presencia pertenecientes al común del pueblo (Grupo 1),
de escalonamiento entre el pozo y la cámara, eran sencillas de pozo simple rectangular. Sus
aproximadamente de 24 a 32 cm., en el caso del cuerpos eran colocados en posición dorsal exten-
tipo 1. En general, estas tumbas carecían de dida y lateral y el ajuar muy modesto estaba
ajuar, y de entierro, observándose tan sólo en constituido por alcarrazas, copas y metates. Indi-
algunos casos, huellas de la descomposición del viduos de las elites como eran los chamanes o
cadáver. El material cultural, principalmente “sabedores” del conocimiento ecológico, médico,
fragmentos cerámicos y líticos se encontró en el religioso y cultural (Grupo 2), eran enterrados en
descenso de los pozos. En cuanto al tipo de entie- tumbas profundas de pozo rectangular con fosa o
semicámara. Sus cuerpos eran colocados inclina- tan a las descritas para el tipo 1 del cementerio de
dos sobre el piso (Tumba 47), o extendidos sobre Samaria, caracterizadas por un escalonamiento
una parihuela y luego cremados (Tumba 51). El entre el pozo y la cámara o la fosa para el caso
ajuar funerario era “suntuoso” y lo conformaba del sitio La Cristalina. Otro rasgo compartido
máscaras en cerámica, colocadas sobre sus crá- podría considerarse la presencia de material cul-
neos deformados, narigueras en cerámica, figuras tural disperso en el descenso del pozo, y con me-
antropomorfas y cuentas de collar elaboradas en nos frecuencia junto a los cadáveres.
cuarzo. (Figura 4.22). Otro grupo social de alto
rango (Grupo 5), especialmente varones con de- En el caso de los objetos depositados in-
formación craneal eran enterrados en tumbas de tencionalmente como ajuar funerario, éste siem-
pozo y fosa de diferentes formas. Las alcarrazas pre estuvo conformado por vasijas cerámicas
constituían el ajuar más común. Y finalmente, los (algunas de finos acabados), material lítico y en
infantes (Grupo 4) que parecen haber tenido un los casos de la suela plana, el ajuar se acompañó
status especial, fueron enterrados en tumbas de de restos de animales y semillas, especialmente
pozo y fosa, algunas de las cuales con construc- sobresale la presencia de caracoles marinos. Una

Capítulo - 4
ciones internas como escalones. Su ajuar lo excepción la constituiría los entierros de las élites
constituían cuentas de oro, de cuarzo y volantes (caciques y chamanes) en la “necrópolis” de Ma-
de huso. lagana, a los cuales les colocaban como ajuar
funerario suntuosos objetos de oro y cerámica.
Y finalmente, debemos decir que en general, en
las estructuras de las tumbas se conservan mu- 91
chos rasgos formales distintivos de los patrones
funerarios Ilama, razón por la cual se ha sugerido
una estrecha relación entre estas dos culturas.

La estructura social

Yotoco/Malagana fue una sociedad com-


pleja que alcanzó altos niveles de jerarquización
y de especialización en actividades vitales como
Figura 4.22. Entierro de un chamán encontrado en la tumba la agricultura, la alfarería, y particularmente en la
51 del yacimiento Coronado, con una máscara ritual sobre la metalurgia. Respecto a la diferenciación social,
parte frontal del cráneo. (Tomado de Rodríguez Cuenca et es necesario aclarar que ha sido una constante
al. 2007: 131, Figura 46). encontrar en las tumbas excavadas ajuares discre-
tos, es decir, no numerosos ni suntuosos. Estos
Otra característica compartida por los indi- son variados y algunas veces sólo estaban com-
viduos enterrados en los tres cementerios men- puestos de piezas enteras o fragmentadas de cerá-
cionados, fue la deformación craneal, observada mica y lítico, mientras que en otras ocasiones
en un alto índice poblacional y cuyo origen radi- contenían restos de semillas y animales. La dis-
ca en diversas prácticas culturales que reflejaban posición de las ofrendas también era algo parti-
posiblemente una importante diferenciación so- cular, en especial, las máscaras sobre el rostro de
cial al interior de la comunidad. En Coronado chamanes, las semillas alrededor del cuello del
esta práctica fue realizada entre el 29.5% de la individuo, o las cuentas de collar en cuarzo, o las
población enterrada, incluyendo tanto a hombres muy codiciadas conchas de caracoles marinos.
como mujeres. Está asociada principalmente con Estos últimos al parecer, fueron un bien de élite
individuos de status altos de los grupos 2, 3 y 5, obtenido por intercambio y quienes lo poseían
los cuales fueron enterrados en tumbas con for- ocupaban un lugar muy importante en la escala
mas más complejas y presentan los ajuares más social. La iconografía también revela una marca-
“suntuosos”. da jerarquización, especialmente ilustrando en
cerámica y metal caciques, chamanes y guerre-
Lamentablemente la carencia de restos ros, los cuales se distinguen en las representacio-
óseos humanos en las tumbas de la región cordi- nes por los diferentes adornos que presentan, ta-
llerana impide establecer paralelos entre las dos les como gorros o tocados, narigueras gruesas y
variantes de los cacicazgos Yotoco/Malagana. macizas y orejeras de carrete (Figuras 4.23,
Sin embargo, es posible afirmar que a nivel es- 4.24).
tructural las tumbas de la variante plana se adap-
descubierto un alto grado de especialidad en el
trabajo de los metales, especialmente del oro: la
miniaturización. Las figuras en miniatura repre-
sentaron todos los elementos de la cotidianeidad,
constituyéndose en una muestra excepcional de
su arte. Además, las elaboradas y delicadas pie-
zas (las cuales fueron exclusivas de Malagana)
implicaron una gran cantidad de trabajo y maes-
tría en su elaboración.

Los artistas plasmaron los fenómenos na-


turales de manera tangencial, lo cual se observa
en las representaciones de viviendas; igualmente
el trazo de líneas rectas y curvas (zig-zag) indi-
cando caminos, refleja un manejo del espacio y
Capítulo - 4

Figura 4.23. En pendientes de oro en miniatura de Malaga- de la aplicación del movimiento a cada figura. El
na fueron representados el poder político y religioso. A la arte Yotoco/Malagana es “realista” y trata, por
izquierda puede observarse un cacique suntuosamente ata- medio de sus representaciones, de dar vida a los
viado con corona, grandes orejeras circulares, pectoral y un
bastón de mando en cada una de sus manos. Altura 5.9 cm. objetos y asignarle a través del movimiento, un
A la izquierda aparece un chamán con pocos objetos de carácter temporal y cíclico a las cosas.
92 adorno personal y una maraca en sus manos. Altura 6.2 cm.
(Composición realizada con base en Recihel-Dolmatoff LA SOCIEDAD TUMACO-LA TOLITA II
2005: 109, 252)
(300 a.C.- 300/400 d.C.)

A partir del 300 a.C. en la costa pacífica


colombo-ecuatoriana comienzan a implementarse
fuertes cambios estructurales en la sociedad Tu-
maco-La Tolita I. Estas transformaciones estu-
vieron relacionadas con un aumento de la pobla-
ción, la ocupación de nuevos ecosistemas, el de-
sarrollo en general de la producción y el inter-
cambio de materias primas y productos manufac-
turados suntuosos, la introducción de nuevas tec-
nologías agrícolas de producción, el surgimiento
de sitios centralizados y satélites, el desarrollo de
Figura 4.24. Caciques y chamanes del Cacicazgo de Mala- la producción alfarera y orfebre, una mayor divi-
gana representados en cerámica. En la ilustración a aparece sión social del trabajo y de la diferenciación so-
un chamán con tatuaje corporal sosteniendo una máscara cial, así como el fortalecimiento del poder cha-
ritual con sus manos. (Tomado de Rodríguez Cuenca et al.
mánico de las élites gobernantes. Estas fuertes
2007: 60, Figura 13). En la figura b hay un cacique sentado
en un butaco atributo de poder; tiene pintura facial y objetos transformaciones sociales y culturales que tuvie-
suntuosos de adorno como una diadema, orejeras circulares ron lugar durante unos 650 años, entre el 300
y un cinturón grueso. (Tomado de Archila 1996:35, Lámina a.C. y 350 d.C. corresponden en general al perío-
58. Altura 26 cm.). do de auge cultural conocido como Tumaco- La
Tolita Clásico. Posteriormente, entre 350 y 600
Arte y simbolismo d.C. (Fase El Morro en Colombia y Fase Gua-
dual en Ecuador) esta sociedad comienza a expe-
En la alfarería Yotoco/Malagana es común rimentar una serie de nuevas transformaciones
la decoración con pintura monocroma, bicromía que se reflejaron tanto en los patrones de asenta-
y especialmente policroma. Utilizaron la pintura miento, como en la producción alfarera, entre
negativa y positiva, la geometría y el realismo otros, culminando con su desaparición del ámbito
para plasmar su entorno por medio de representa- costero, por causas aún desconocidas y la llegada
ciones antropomorfas, zoomorfas o fitomorfas. a la región de nuevas poblaciones portadoras de
En la metalurgia, además de las perfectas decora- tradiciones sociales y culturales diferentes a las
ciones y trazos geométricos, así como las repre- anteriores y las cuales, en términos generales,
sentaciones de figuras, aparece un nuevo ingre- podemos ubicar en el Período Tardío de desarro-
diente de fundamental importancia, que pone al llo sociocultural prehispánico.
El territorio Mango Montaño, Pozo Iglesia, Pozo Letrina,
Sector H9 y Área Cabezas. La ubicación crono-
El territorio ocupado por las poblaciones lógica abarca un período de unos 1.000 años,
que compartían la cultura Tumaco-La Tolita II desde el 600 a.C. hasta el 400 d.C., cubriendo
está enmarcado dentro del denominado “litoral todas las fases de desarrollo del yacimiento de La
pacífico nor-ecuatorial” que se extiende entre Tolita, desde La Tolita Temprano (600-200 a.C.)
Punta Galera, al sur de Esmeraldas (Ecuador) y hasta La Tolita Tardío (90-350 d.C.). Los análisis
el puerto colombiano de Buenaventura. Su foco bioantropológicos de estos materiales demuestran
principal estuvo localizado en la Isla de La Toli- que entre la población, aunque existió, no era
ta. En Colombia con esta sociedad prehispánica muy común la deformación fronto-occipital del
están relacionadas las fases y estilos Inguapi II, cráneo como práctica cultural realizada antemor-
La Cocotera, Buena Vista, Tumaco, y El Morro. tem. La estatura de los hombres oscilaba entre
Mientras en territorio ecuatoriano debemos men- 154 y 170 cm., mientras que las mujeres presen-
cionar el Estilo Tolita en la isla de La Tolita, la taron un rango entre 148 y 167 cm. Las fracturas,
Fase Tiaone en el río Esmeraldas y la Fase Gua- especialmente del radio, aparecen entre las ano-

Capítulo - 4
dual en la cuenca de los ríos Cayapas y Santia- malías más comunes. Trece de los 88 individuos
go. En Ecuador los sitios arqueológicos más analizados presentaron lesiones del periostio,
representativos de esta sociedad son: La Tolita, debido a enfermedades infecciosas que fueron
Tolita de los Ruanos, Ostiones, Lagarto, La For- controladas culturalmente y no fueron la causa de
tuna, Selva Alegre, Guadual, Las Cruces y muerte de los individuos.
Herradura. En Colombia debemos mencionar los 93
yacimientos de: Mataje, El Morro, Piedra Re- Otra de las lesiones que padecían estas
donda (Isla Gorgona), Monte Alto, Inguapi, poblaciones antiguas fue la anemia inferida por la
Piñal Salado (S06), El Balsal, La Cocotera, Bue- hiperostosis porótica presente en las órbitas de
navista, La Remigia (S53), Tamarindo, Las Deli- niños con edades entre 7 y 10 años. Entre las en-
cias, La Magnolia (S14), La Tirsa (S59), La Ca- fermedades degenerativas debemos mencionar la
tedral (S19), La Miranda, Tangareal (S88), Las artritis y la osteofitosis vertebral. Esta última se
Tres Marías (S12), La Brava 1 (S61), La Espe- presentó en el 28% de las mujeres y el 42% de
ranza (S92), El Coco (S96), La Miranda (S97), los hombres del total de la muestra analizada. Por
Zapote, Dos Quebradas, Catanguero, Palesti- su parte, las lesiones dentales más comunes fue-
na I y La Bocana I (Figura 4.2). ron la hipoplasia del esmalte, abscesos, cálculo y
caries. La caries presentó una baja incidencia
Cronología (1.3%), debido seguramente a los altos conteni-
dos de fluorina en el agua que consumían estas
Para la ubicación cronológica de esta so- poblaciones. El análisis de isótopos estables su-
ciedad contamos con 52 fechas de radiocarbono giere que la dieta alimenticia de las poblaciones
que corresponden a sus comienzos y máximo Tumaco-Tolita II se basaba en un alto consumo
nivel de desarrollo. Igualmente, ocho fechas más de proteína animal proveniente de los recursos
asociadas con los últimos 100 años de existencia marinos, de los ríos de agua dulce, así como tam-
de las manifestaciones socioculturales Tumaco- bién de animales terrestres del bosque, los cuales
La Tolita II. Esto nos permite suponer que esta parece que eran utilizados más que el maíz.
sociedad debió existir al menos unos mil años,
entre 300 a.C. y 300/400 d.C. (Tabla 4.2). En general, los datos bioantropológicos
apuntan a una diferenciación de los estados de
La población salud y enfermedad entre los períodos Tolita Clá-
sico (200 a.C.-90 d.C.) y Tolita Tardío (90-400
Hasta el momento los únicos restos óseos d.C.). En la transición entre estos dos períodos
analizados bioantropológicamente, pertenecientes puede notarse una ligera reducción en los trau-
a la poblaciones Tumaco-Tolita II provienen de mas, las caries dentales y las enfermedades infec-
las excavaciones realizadas en la isla de La Toli- ciosas, mientras aumenta rápidamente la estatura
ta, Provincia de Esmeraldas, en territorio ecuato- y la hipoplasia del esmalte. Todos estos cambios
riano. Corresponden a 88 individuos rescatados constituyen excelentes indicadores de un mejora-
en estructuras funerarias de los yacimientos ar- miento en la nutrición y la salud. Por otra parte,
queológicos conocidos con los nombres de Tola el aumento de la hipoplasia del esmalte de los
Mango, Tola del Pajarito, Tola de La Balsa, El dientes y la hiperostosis porótica sugiere el in-
Tabla 4.2. Cronología absoluta de la Cultura Tumaco- La Tolita II.

Datación a.C./d.C. No.


Sitio Referencia
Fecha sin calibrar Laboratorio
La Magnolia (Colombia) 370 ± 60 Beta - 82930 Patiño 2003
Inguapi (Colombia 325 ± 85 a.C. Ny-642 Bouchard 1982-83
La Miranda (Colombia) 320 ± 70 Beta - 83659 Patiño 2000
La Tolita (Ecuador) 315 ± 80 Gx-12379 Valdez 1987
Reichel-Dolmatoff
Mataje (Colombia) 300 ± 200 M-1479
1965
Tangareal (Colombia) 280 ± 60 Beta - 85031 Patiño 2000
Inguapi (Colombia) 270 ± 85 Ny-639 Bouchard 1984
Reichel-Dolmatoff
Capítulo - 4

Catanguero (Colombia) 250 ± 100 M-1770


1965
Inguapi (Colombia) 240 ± 100 Ny-641 Bouchard 1984
Salgado y Stemper
Palestina I (Colombia) 240 ± 60 Beta - 45782
1995
94
La Magnolia (Colombia) 210 ± 70 Beta - 88801 Patiño 2.000
La Tolita (Ecuador) 190 ± 220 Gx-12371 Valdez 1987
Las Delicias (Colombia) 190 ± 90 Beta - 20604 Patiño 2.000
Tamarindo (Colombia) 140 ± 60 Beta - 22666 Patiño 2000
La Tolita (Ecuador) 100 ± 95 Gx-11289 Valdez 1987
Inguapi (Colombia) 100 ± 80 Ny-638 Bouchard 1984
Salgado y Stemper
Bocana I (Colombia) 100 ± 50 Beta - 45781
1995
La Tolita (Ecuador) 85 ± 135 Gx-11290 Valdez 1987
La Remigia (Colombia) 60 ± 120 Beta - 85030 Patiño 2000
La Tolita (Ecuador) 60 ± 70 GX-12378 Valdez 1987
Inguapi (Colombia) 50 ± 80 Ny-640 Bouchard, 1982-83
La Tolita (Ecuador) 15 ± 170 Gx-9883 Valdez 1987
La Tolita (Ecuador) 10 ± 60 M-735 Alcina Franch 1979
La Tolita (Ecuador) 00 ± 75 Gx-12370 Valdez 1987
La Tolita (Ecuador) 00 ± 75 Gx-12377 Valdez 1987
Inguapi (Colombia) 0 ± 95 d.C. Ny--643 Bouchard, 1982-83
Reichel-Dolmatoff
Mataje (Colombia) 10 ± 130 M-1478
1965
La Tolita (Ecuador) 10 ± 140 Gx-9884 Valdez 1987
La Tolita (Ecuador) 40 ± 80 Gx-12372 Valdez 1987
El Balsal (Colombia) 50 ± 70 Ny-742 Bouchard, 1982-83
Buenavista (Colombia) 70 ± 60 Beta - 30283 Patiño 2000
La Tolita (Ecuador) 75 ± 75 Gx-12375 Valdez 1987
La Tolita (Ecuador) 90 ± 175 Gx-10505 Valdez 1987
La Tolita (Ecuador) 90 ± 60 GIF-6815 Bouchard, 1982-83
Tabla 4.2. Cronología absoluta de la Cultura Tumaco- La Tolita II. Continuación.

La Tolita (Ecuador) 90 ± 60 CSIC-245 Alcina Franch 1979


Cocotera (Colombia) 110 ± 60 Beta - 20603 Patiño 2000
La Tolita (Ecuador) 110 ± 75 Gx - 12376 Valdez 1987
Guadual (Ecuador) 110 ± 140 Beta - 25514 DeBoer 1996
La Tolita (Ecuador) 135 ± 90 Gx-11288 Valdez 1987
Selva Alegre ((Ecuador) 145 ± 70 Beta - 25521 DeBoer 1996
La Tolita (Ecuador) 150 ± 70 Gif-6983 Bouchard, 1982-83
La Tolita (Ecuador) 150 ± 200 CSIC-244 Alcina Franch 1979
Guadual (Ecuador) 160 ± 300 Beta - 20637 DeBoer 1996
La Tolita (Ecuador) 195 ± 180 Gx - 10506 Valdez 1987

Capítulo - 4
Guadual (Ecuador) 210 ± 80 Beta - 25514 DeBoer 1996
Las Cruces (Ecuador) 230 ± 80 Beta - 25518 DeBoer 1996
La Tolita (Ecuador) 270 ± 200 M-735 Stirling 1963
Guadual (Ecuador) 280 ± 70 Beta - 20646 DeBoer 1996 95

Guadual (Ecuador) 290 ± 60 Beta - 28150 DeBoer 1996


Guadual (Ecuador) 290 ± 120 Beta - 33781 DeBoer 1996
Selva Alegre (Ecuador) 310 ± 110 Beta - 20647 DeBoer 1996
Herradura (Ecuador) 360 ± 140 Beta - 20642 DeBoer 1996

cremento del estrés fisiológico. Pero de todas ma, desnutrición, y posiblemente lepra.
formas, la expectativa de vida de la población era Entre las patologías oculares se han reportado el
relativamente alta, lo cuál se conjugaba con una prolapso rectal y el estrabismo. Entre las asi-
baja tasa de mortalidad. metrías faciales están presentes la asimetría
hemifacial y la ptosis palpebral. Y finalmen-
La cerámica también se constituye en una te, debemos mencionar los trastornos de la co-
de las fuentes importantes para el estudio de los lumna vertebral, los cuales parecen haber sido
estados de salud-enfermedad de la población Tu- también frecuentes entre la población (Figura
maco-Tolita II. Los alfareros plasmaron con un 4.25).
realismo impresionante diferentes patologías que
padecían cotidianamente estas poblaciones. Gra- En general, los estudios iconográficos de
cias a los estudios iconográficos ha sido posible la cerámica reflejan a una población con una alta
identificar procesos como el envejecimiento y la incidencia de enfermedades, debido seguramente
muerte, así como evidencias de enfermedades a las condiciones medioambientales que eran
genéticas y malformaciones congénitas, tales co- propicias para la incubación y propagación de
mo trisomía 21 o síndrome de Down, acondro- virus y bacterias. Pero también es posible, como
plasia, síndrome de Hurler, síndrome de lo sugieren algunos investigadores que la gran
Morquio, disostosis mandíbulo-vertebral y\o incidencia de enfermedades de tipo genético fue-
displasia oculo-aurículo-vertebral, displasia ra el resultado de la implantación de un régimen
fronto nasal, enanismo, pie equino varo, endogámico que facilitaba los cruces genéticos
labio leporino. Existieron también una serie de entre la población con grupos sanguíneos idénti-
patologías tumorales como por ejemplo, tumor cos.
benigno en la región dorso lateral, carcinoma
escamocelular de seno maxilar. Otro tipo de Los poblados y las viviendas
enfermedades tuvieron que ver con traumas, pro-
cesos nutricionales e infecciosos. Entre ellas de- Durante los primeros 700 años de desarro-
bemos mencionar: la deformación facial por trau- llo de esta sociedad asistimos a un importante
Capítulo - 4

Figura 4.25. Evidencias artísticas en cerámica de parálisis facial y acondroplasia. Foto a parálisis facial periférica de un indivi-
96 duo cuya cabeza forma parte de una alcarraza. Tiene una nariguera maciza como adorno y una protuberancia en la mejilla iz-
quierda que podría corresponder a la masticación de la coca. (Museo Arqueológico “Julio Cesar Cubillos” de la Universidad
del Valle: a CRIA-1383, altura 14.2 cm.). Foto b individuo con enanismo (Tomado de Catálogo Museo del Banco Central del
Ecuador. Esmeraldas:13, Figura 12, altura 40.5 cm.).

incremento de la población la cual comienza a y establecer la relación de los tipos de asenta-


ocupar prácticamente todos los ecosistemas de la mientos con las diferentes zonas fisiográficas. La
costa pacífica colombo-ecuatoriana: la zona de mayoría de los asentamientos presentaron menos
manglares, la zona interfluvial y la llanura alu- de una ha. donde fueron emplazadas una o varias
vial. Los diferentes niveles de asentamiento estu- viviendas. Pero también se presentaron conjuntos
vieron articulados por el sistema de unidades do- de montículos artificiales (“tolas”) que ocupaban
mésticas, aldeas, centros locales y centros regio- entre 8 y 20 ha. Y finalmente, se reportaron gran-
nales. Los centros regionales, se caracterizan por des poblados en las zonas planas, los cuales pue-
encontrarse en montículos, con presencia de ob- den alcanzar hasta 100 ha. de extensión.
jetos en cerámica o en oro, y la permanencia de
campos de cultivo. Los centros locales estaban En la zona de manglares en elevaciones
conformados por varios montículos menores a 1 naturales denominadas “firmes” se construían
hectárea, mientras que las aldeas la conformaban viviendas de tipo palafítico levantadas del suelo
varias unidades domésticas emplazadas sobre para evitar la humedad, pero también se han re-
pilotes, para aislar la humedad del ambiente. Por portado montículos artificiales de diversos tama-
ejemplo, en la región ecuatoriana de Santiago- ños. Estos asentamientos aparecen ubicados cer-
Cayapas los asentamientos fueron realizados so- ca de los estuarios, bocanas y mar abierto, evi-
bre montículos artificiales, asociados con acumu- denciando la explotación que hicieron sus habi-
laciones de desechos domésticos. tantes de estos ecosistemas. Los sitios arqueoló-
gicos más característicos de esta zona son San
En el centro regional de La Tolita, donde Luis, Tambillo y Nerete. Por su parte, en las tie-
se centralizaba el poder político, económico y rras fértiles de la llanura aluvial aparecen los cen-
religioso, a partir del 200 d.C. la población tros poblados más importantes de esta sociedad,
tiende a concentrarse en las partes altas del no- evidenciados por la gran concentración de montí-
roeste de la isla, conformando un centro ceremo- culos, asociados a campos elevados donde se
nial alrededor de varios montículos artificiales practicaba la agricultura intensiva. A este patrón
utilizados como vivienda. Este proceso de creci- de asentamiento nucleado en grandes poblados
miento de la población tuvo su máximo apogeo pertenecen los yacimientos La Magnolia, La Ca-
hacia el inicio de nuestra era. Recientes inves- tedral, Inguapi II, Dos Quebradas y La Miranda.
tigaciones en la región colombiana de Tumaco, En estos grandes poblados los montículos cum-
utilizando el Sistema de Información Geográfica, plieron dos funciones: como espacios para cons-
SIG han permitido ubicar 97 sitios arqueológicos truir estructuras arquitectónicas usadas para
realizar festividades, rituales o servir de vivien- Es poco lo que conocemos sobre las vi-
das para los individuos de la elite gobernante; o viendas, las cuales debieron estar emplazadas
como cementerios para enterrar a las personas sobre los “firmes” en los manglares y las “tolas”
de rango de la comunidad. en la llanura aluvial. En varias regiones costeras
como Guayas, Cayapas y Tumaco los arqueólo-
La población prehispánica también ocupó gos han logrado rescatar fragmentos de bahare-
las áreas de colinas y zonas aluviales interiores que con impresiones de guadua, material con el
con suelos de poca fertilidad. Un ejemplo de esto cual seguramente construían las paredes de sus
son los sitios La Remigia, La Esperanza y La casas. También han sido recuperadas de las
Cortadura. También ,debemos referirnos aquí excavaciones semillas de palmas como la tagua
a La Bocana I, el sitio más septentrional de esta (Phytelephas seemannii) y la chunga
cultura, emplazado cerca de una gran laguna (Astrocaryum standleyanum), las cuales son usa-
comunicada con el mar, sobre una capa de arena das por las poblaciones autóctonas actuales para
que lo protegía del oleaje. Durante el período construir las paredes y los techos de sus vivien-
final de esta sociedad, en el territorio colombiano das.

Capítulo - 4
del Bajo río Patía los asentamientos se presentan
dispersos en la llanura aluvial, ya no en las ribe- A estos datos se suman las maquetas de
ras de los ríos, sino en los terrenos elevados del casas representadas por los alfareros Tumaco-La
interior, en la selva húmeda tropical. Otros sitios Tolita II en la cerámica. Estas obras en miniatura
pequeños aparecen ubicados cerca del mar y en representan usualmente viviendas de planta rec-
colinas alrededor de los esteros. tangular o circular con techos curvos a dos aguas. 97
Algunas casas presentan una cornisa decorada,
De especial interés es el sitio arqueológico mientras en otras puede verse una plataforma que
El Morro, ubicado en el municipio de Tumaco, separa la base de la estructura de la tierra. Este
Colombia, el cual es considerado como el “único tipo de construcciones pudieron haber sido utili-
puerto marítimo de la costa sur de Colombia zadas, entre otras cosas, para ceremonias rituales
utilizado por los pueblos indígenas del litoral realizadas por los caciques y/o chamanes, como
muchos siglos antes de la conquista española”. parece sugerirlo las representaciones realistas de
Allí fueron encontradas dos ocupaciones prehis- este tipo de actividades en casas del Estilo Jama-
pánicas, la primera asociada con la Cultura Tu- Coaque (200-400 d.C.), considerado la variante
maco-La Tolita II y la segunda con una cultura más meridional de la cerámica Tumaco-La Tolita
tardía (350-450 d.C.) que no se generó a partir de II (Figuras 4.27, 4.28).
la anterior y pudo haber introducida por pobla-
ciones foráneas o con una fuerte influencia de Actividades económicas
estas. En términos culturales, es muy probable
que los habitantes de esta última ocupación deno- La subsistencia de las poblaciones Tumaco
minada, El Morro en Tumaco, estuvieran empa- Tolita II se basaba en una agricultura intensiva y
rentados con los creadores de la llamada Fase extensiva, la pesca artesanal, la recolección de
Guadual del curso medio del río Cayapas- productos marinos y especies vegetales y la caza.
Santiago en la costa ecuatoriana. (Figura 4.26). Otras de las actividades económicas fundamenta-
les fueron la alfarería, la metalurgia y la textile-
ría. Este carácter mixto de la economía fue el que
seguramente sirvió como base para el aumento
poblacional, el buen estado de salud de la pobla-
ción y lógicamente el alto nivel de desarrollo que
alcanzaron los cacicazgos costeros durante el
período de estudio.

La Agricultura

El principal sistema agrícola implementa-


do, tanto en la Isla de La Tolita, como en la lla-
nura aluvial de la costa colombiana fue el de
“camellones” paralelos y zanjas de más de un
Figura 4.26. Isla del Morro en el municipio de Tumaco, kilómetro de largo. El sistema, descubierto re-
departamento de Nariño, Colombia.
Capítulo - 4

98

Figura 4.27. Maquetas de viviendas hechas en cerámica. Foto a tomada de Arte de la Tierra. Tumaco 1988: 26, Figura 15. Altu-
ra 9.1 cm. Foto b tomada de Arte de la Tierra, Cultura Tumaco 1988: 26, Figura 17. Altura 13.5 cm. Foto c Museo Arqueológi-
co “Julio Cesar Cubillos” de la Universidad del Valle: CRIA-156. Altura 9.1 cm.

Figura 4.28. Maquetas de casas ceremoniales, asociadas con ritos chamánicos. En ambas fotos puede apreciarse un chamán con
una mano de moler realizando seguramente un rito de fertilidad de la tierra. (Tomadas de Valdez 1992: 231, Fig. 4 altura 20.1
cm.; Figura 5, altura 13.9 cm.).

cientemente en la región de Tumaco, consta de se debió emplear una abundante mano de obra,
canales de entre cuatro y nueve metros de ancho, ha sido descubierto en los sitios Piñal Salado,
levantados 50 o 60 cm. de la superficie actual. donde se presenta cubriendo una extensión de
Tiene forma de H o de peine con varios canales unas 100 ha. Igualmente, en los yacimientos de
cortos de 100 a 250 metros. Este sistema de ca- Las Tres Marías, Bucheli, El Esfuerzo, La Cate-
mellones, en cuya construcción y mantenimiento dral, Inguapi del Carmen y El Gran Cebú, con
una extensión promedio de 50 ha. En cuanto a miento mítico, asociándolo directamente con el
las especies cultivadas debemos aclarar que a hombre en representaciones del personaje hom-
pesar de que el principal cultígeno era el maíz, bre-tiburón que aparece representado en la cerá-
también se cultivaba otra serie de plantas como la mica (Figura 4.30). En algunos sitios colom-
yuca, la achira y el arrurrúz y seguramente mu- bianos de la Fase Buena Vista, fechados hacia el
chas más que no han aparecido aún en el registro 400 d.C. las actividades pesqueras parecen rele-
fósil. garse a un segundo plano en la economía de la
población, debido seguramente, a la necesidad de
Polen de maíz (Zea mays) fue encontrado dedicarle más tiempo a la agricultura.
en el yacimiento de La Tirsa, mientras granos
calcinados del mismo cereal se hallaron en el La alfarería
sitio La Tolita, asociados con instrumentos agrí-
colas como manos y metates y una fecha de 320
a.C. Fitolitos del mismo cereal, de calabaza El estilo cerámico Tumaco-La Tolita II es
(curcurbita sp.), y sagú (Maranta), así como se- inconfundible y representó una de las expresio-

Capítulo - 4
millas de palmas conocidas localmente con los nes culturales más típicas de las sociedades caci-
nombres de tagua (Phytelephas seemannii) y cales costeras del “Período Clásico”. Durante el
chunga (Astrocaryum standleyanum) aparecieron período en cuestión la producción alfarera alcan-
en excavaciones realizadas en camellones del zó su máximo grado de perfección, constituyén-
sitio Las Marías. Polen de maíz y de yuca dose en uno de los vehículos más propicios para
(Manihot esculenta) fechado en 100 d.C., tam- la institucionalización de las desigualdades socia- 99
bién fueron descubiertos en el yacimiento La Co- les y del pensamiento ritual o chamánico. Su
cotera en la costa pacífica caucana. Igualmente, homogeneidad estilística es una clara expresión
fue cultivada la calabaza como lo demuestra po- de identidad cultural regional de los grupos
len fósil de esta especie, recuperado en los sitios humanos que la produjeron. En arcilla quema-
de La Magnolia y La Tirsa. En el sitio Palestina da fue creado un estilo único caracterizado por su
I fueron recuperados restos macrobotánicos de gran realismo y por la gran importancia que se le
una gran variedad de palmas y granos de maíz dio a las representaciones humanas tridimensio-
“chococito” asociados a una fecha del siglo II nales, donde se manifestaron permanentemente
a.C. actos de la vida cotidiana, tales como el vestua-
rio, los adornos, los partos, la sexualidad, la ferti-
El cultivo del algodón puede inferirse indi- lidad, el envejecimiento y una gran cantidad de
rectamente por la presencia de volantes de huso y enfermedades, así como también expresiones
el análisis iconográfico de figuras humanas en simbólicas de personajes totémicos y chamáni-
cerámica, las cuales aparecen con impresiones cos. El arte cerámico de esta sociedad es realista
textiles a manera de vestidos. Lo mismo pode- o naturalista y se caracteriza por las representa-
mos decir del cultivo y uso de la coca por la pre- ciones narrativas o descriptivas de seres huma-
sencia de individuos de la elite que aparecen re- nos, animales y seres mitológicos con formas
presentados en cerámica mambeando. zooantropomorfas.

La pesca Las principales técnicas para la elabora-


ción de los objetos cerámicos fueron el enrollado,
La pesca fue otra de las actividades impor-
el modelado directo y el moldeado. Utilizando el
tantes de subsistencia. Esta se realizaba artesanal-
enrollado se realizaron principalmente vasijas de
mente en los sistemas de manglares y esteros,
huso doméstico y ritual, mientras con las técnicas
donde se forma una inmensa red fluvial de aguas
del moldeado y el modelado directo fueron ma-
saladas y dulces, que son el hábitat de una gran
nufacturadas principalmente figuras humanas y
variedad de especies de peces, mariscos y crustá-
de animales, sellos y pintaderas y representacio-
ceos. Eso parece indicarlo las pesas de red en
nes de la vida cotidiana. La cerámica fue decora-
piedra que aparecen abundantemente en las exca-
da con pintura monocroma, bicroma y polícroma
vaciones arqueológicas. Pero también practica-
(rojo, negro, amarillo, verde y blanco), así como
ban la pesca en mar abierto en pequeñas y media-
también, empleando las aplicaciones y las inci-
nas embarcaciones de las cuales aparecen mode-
siones. Los diseños incluyen básicamente repre-
los hechos en cerámica (Figura 4.29), como pare-
sentaciones realistas de animales y seres huma-
ce sugerirlo el conocimiento de especies marinas
nos en diversas facetas de la cotidianidad. Igual-
como el tiburón el cual fue integrado al pensa-
Capítulo - 4

Figura 4.29. Representaciones en cerámica de embarcaciones y remeros. Foto a tomada de Brezzi 212: Figura 310, largo 19.4
100 cm. Foto b tomada de Brezzi 2003: 350, Figura 533, largo 12 cm. Foto c tomada de Catálogo Museo del Banco Central del
Ecuador. Esmeraldas:28, Figura 59, altura 6,7 cm.

mamiformes o cónicos, cántaros de cuerpo glo-


bular, vasijas cilíndricas utilizadas, igualmente
como urnas funerarias, alcarrazas con doble ver-
tedera y asa puente. Las superficies de estas vasi-
jas eran bien pulidas y estaban decoradas básica-
mente con diseños geométricos hechos con pintu-
ra de color rojo aplicada en toda la superficie o
en partes de esta y también con colores negro,
crema, naranja, café y negro (Figuras 4.31, 4.32).

También fueron realizados en cerámica rallado-


res para la yuca y descamadores para el pescado,
usualmente con formas elípticas y de peces.
Igualmente, volantes de huso y sellos o pintade-
ras, relacionados con actividades textiles y de
adorno personal, los cuales aparecen profusa-
mente decorados con diseños geométricos incisos
o motivos humanos y de animales (Figura 4.33).

Pero indudablemente, los objetos cerámi-


cos elaborados en mayor cantidad fueron las fi-
Figura 4.30. Casa ceremonial con la representación del guras de seres humanos y animales, utilizando las
cuerpo de un tiburón. (Tomado de Brezzi 2003:134: Figura
129, altura 33 cm.). técnicas del modelado y el moldeado. Se han do-
cumentado tres clases de figuras: la primera co-
rresponde a las figuras humanas las cuales son
mente, seres chamánicos donde se fusionan ca-
representaciones de individuos comunes y de la
racterísticas humanas y de animales. La simbolo-
elite, tales como caciques, chamanes, músicos y
gía de lo cotidiano y lo sagrado tuvo su expresión
guerreros. Normalmente, estos individuos mascu-
en diversas formas cerámicas. Se manufacturaron
linos y femeninos, adultos y niños, aparecen de-
vasijas cuyas formas más comunes fueron: platos
corados con vestuarios de uso cotidiano o de uso
(compoteras), cuencos simples de cuerpo esférico
ritual y lúdico (taparrabo, ponchos, faldas cortas
y bases troncónicas altas o de silueta compuesta
y largos), adornos corporales (orejeras, narigue-
con bases redondeadas o tres y/o cuatro soportes
Capítulo - 4
101

Figura 4.31. a alcarraza con un ave posada en la parte superior y base trípode conformada por tres frutos de palma. Foto b alca-
rraza con pintura roja (Tomado de Arte de la Tierra, Cultura Tumaco 1988: 25, Figura 8. Altura 13.4 cm.). Foto c vasija con
representación de un “ser fabuloso” que tiene cuerpo de tortuga y cabeza compuesta por ojos de iguana, pico de ave rapaz,
colmillos de felino y lengua bífida de serpiente (Museo Arqueológico “Julio Cesar Cubillos” de la Universidad del Valle.
CRIA-1.379. Altura 16.1 cm.). Foto d vasija con la forma de un lagarto (Museo Arqueológico “Julio Cesar Cubillos” de la
Universidad del Valle. CRIA-.183. Altura 18.3 cm.).

Figura 4.32. Museo Arqueológico “Julio Cesar Cubillos” de la Universidad del Valle Foto a. Chamán con máscara felina. CRIA-
1.593. Altura 21.2 cm. Foto b hombre tocando tambor. CRIA-158, altura 23.cm.
Capítulo - 4

Figura 4.33. Rallador y descamador hechos de cerámica.


Foto a Museo Arqueológico “Julio Cesar Cubillos” de la
Universidad del Valle. CRIA-1.602. Largo 26.4 cm. Foto b
tomado de Catálogo Museo del Banco Central del Ecuador.
Esmeraldas:20, Figura 37.Largo 25.6 cm.
102
ras, collares, pectorales), tocados, gorros y diade-
mas de diversas formas. A este grupo pertene-
cen también las figuras humanas que representan
individuos de diferentes profesiones, por ejemplo
músicos, o que exhiben comportamientos biocul-
turales tales como la deformación craneal o di-
versos tipos de enfermedades. Igualmente, las
figuras humanas sentadas sobre un banco, cono-
cidas con el nombre de “canasteros” en la región
Figura 4.34. Chamanes, bailarines y músicos. Foto a repre-
andina del suroccidente colombiano, y las cuales sentación de un individuo de la elite, posiblemente un cha-
se asocian con la elite de los chamanes y los co- mán, portando sobre la cabeza un trono trípode invertido.
merciantes. (Figura 4.34). (Tomado de Valdez 1992: 241, Fig. 17, altura 43 cm.). Foto
b individuo con un disfraz de plumas (Tomado de Rojas de
Perdomo 1995: 139, altura 25.4 cm.). Foto c músico tocando
Otro grupo de figuras son las que tienen una zampoña (Tomado de Brezzi 2003:290: Figura 452,
representaciones realistas de animales. Existen altura 23.2 cm.).
diversas clases de aves, mamíferos (perro, llama,
roedores y especialmente felinos), peces, crustá- Esta gran diversidad de formas y estilos
ceos y reptiles (serpientes, saurios y quelonios), decorativos en la cerámica comienza a desapare-
que pueden aparecer sólo representando el ani- cer a partir del 350 d.C. perviviendo hasta prácti-
mal o formando parte de objetos complejos como camente el 600 d.C., cuando se sucede el colapso
rayadores o instrumentos musicales como por de la sociedad Tumaco Tolita II. Durante este
ejemplo, silbatos. período terminal de la cultura (Fase El Morro), se
populariza una forma de vasija denominada
“compotera” y los soportes múltiples son reem-
Y finalmente, debemos mencionar el últi- plazados por un pedestal único, de forma acam-
mo grupo de figuras que representan “seres fan- panada, muy característico de las tradiciones al-
tásticos” mitad hombre, mitad animal, las cuales fareras de los cacicazgos de la sierra. Este tipo de
parecen representar seres míticos o chamánicos. bases, junto con bordes de vasijas decoradas con
Tal es el caso por ejemplo del hombre-tiburón, el aplicaciones y nuevos motivos incisos, son co-
hombre-felino, el hombre-caimán y el hombre- munes en la cerámica del sitio Buena Vista, en
búho, cuyas representaciones son comunes en la territorio costero colombiano. Es posible que
cerámica y están asociadas a un arte ritual cha- estos cambios hayan tenido que ver con la intro-
mánico de la vida y la muerte, en el cual estos ducción gradual de nuevas ideas y nuevos patro-
animales ocupaban un papel fundamental en la nes socioculturales.
dualidad del poder terrenal y cósmico.
La orfebrería zando aleaciones de oro y cobre (tumbaga) y
tumbaga recubierta con platino. Esta orfebrería
La metalurgia implementada por los arte- representada por pequeños objetos (entre 5 y 10
sanos Tumaco-Tolita II es considerada una de las mm.) como láminas recortadas con formas geo-
más exquisitas de América. Los principales métricas, repujadas y perforadas, objetos en fili-
metales utilizados para elaborar una serie de ob- grana e hilos curvos y concéntricos, así como
jetos tanto de adorno personal, como de uso ri- “botones” y narigueras que indudablemente fue-
tual, fueron el oro, el cobre y el platino. Los orfe- ron usados como adornos personales o de figuri-
bres utilizaron las técnicas de: martillado, lami- llas antropomorfas (Figuras 4.35, 4.36, 4.37).
nado, forjado, repujado, fundido y soldadura.
También manejaron magistralmente la fundición El desarrollo de las técnicas metalúrgicas y
en molde, la cera perdida, la filigrana y el dora- el incremento en la producción de objetos sun-
do. Empleando estas técnicas elaboraron adornos tuosos para su utilización por parte de las élites
corporales tales como: clavos faciales, narigue- gobernantes y para surtir los intercambios de las
ras, orejeras, bezotes, pendientes de diversas for- élites cacicales de la costa y la sierra del surocci-

Capítulo - 4
mas, cuentas de collar, brazaletes, ajorcas, ani- dente colombiano, el Ecuador y el norte de Perú,
llos, pectorales, petos, pezoneras, diademas, pe- es uno de los aspectos importantes que habla a
nachos, gargantillas, incrustaciones dentales. favor de una mayor complejidad social y de la
Igualmente, objetos de uso ritual como máscaras, creación de unas amplias redes de intercambio
figuras antropomorfas y zoomorfas, cuencos, durante el período histórico analizado. Algu-
cascabeles, pendientes y una serie de aditamentos nos autores acertadamente relacionan con esta 103
para los vestidos. Igualmente, fue empleada la complejidad otras variables como la ocupación
combinación de objetos metálicos con incrusta- intensiva de los diversos ecosistemas de la costa,
ciones de piedras preciosas entre las cuales las la construcción de montículos tipo “tola”, la je-
más utilizadas fueron las esmeraldas, el jade, la rarquización presente en los asentamientos, la
turquesa, el ágata, el cuarzo y la obsidiana, algu- introducción de la tecnología agrícola de came-
nas de ellas obtenidas por intercambio con pobla- llones y la diversificación en la producción alfa-
ciones de la montaña. Merece especial aten- rera.
ción el trabajo del platino, el cual fue manufactu-
rado por los orfebres indígenas de la costa pacífi- Las costumbres funerarias
co-ecuatoriana utilizando el método de la
“sinderización” sólida y líquida. El conocimiento que tenemos sobre los
ritos y ceremonias relacionados con la muerte
Hilos de oro muy fino, de unos seis milí- entre la población Tumaco-Tolita II se lo debe-
metros de largo, los cuales seguramente eran uti- mos básicamente al estudio de los patrones fune-
lizados para decorar vestidos, similares a los en- rarios en la necrópolis de La Tolita, que han arro-
contrados en el sitio La Manolia, asociados con jado importante información como para inferir
una fecha de 370 a.C. también fueron descubier- que el culto a los muertos fue un aspecto funda-
tos en el sitio arqueológico Inguapi, cerca de Tu- mental en la vida espiritual de la comunidad.
maco, fechados en 325 a.C. Su análisis determi- Durante el período Tolita Clásico (300 a.C. – 90
nó que tenían contenidos de 85.9% de oro y d.C.) los enterramientos de los comuneros no se
10.3% de plata y fueron manufacturados utilizan- realizan en un sitio específico, sino que se hacían
do la técnica del martillado. Otros datos im- en toda la superficie del poblado, mientras que
portantes sobre metalurgia antigua provienen del las tumbas de los individuos de la elite pertene-
yacimiento La Tolita-Cancha, donde fueron re- cientes a un mismo linaje se emplazaban en sec-
cuperadas varias láminas y alambres de oro. El tores determinados. En la Tola Montaño los ente-
estudio de estos objetos metálicos ha permitido rramientos fueron realizados a profundidades
establecer que hacia el 90 d.C. los metalurgos entre dos y tres metros. Algunos de ellos estaban
Tumaco-Tolita II ya habían desarrollado las alea- asociados a uno o varios conjuntos de vasijas
ciones del oro y cobre, oro y platino, así como cerámicas superpuestas conformando una especie
también diversas técnicas para explotar el oro de de chimenea que comunicaba el nivel del enterra-
aluvión (Tabla 4.3). Más o menos en la misma miento con la superficie, simbolizando la comu-
época (110 d.C.), más hacia el norte los habitan- nicación entre el mundo de los vivos y el mundo
tes de La Cocotera en la costa pacífica caucana de los muertos o inframundo.
elaboraban una excelente microorfebrería utili-
Tabla 4.3. Orfebrería del sitio arqueológico Tumaco-Cancha.
(Según Scott y Bouchard 1988.)

No. Tipo
Peso Dimensiones Descripción
Laboratorio de Aleación
0.065 mm
AI-996 0.0587 gr Lámina delgada Oro nativo con platino
grosor
0.105 mm Compenetrada de Oro
AI-997 0.0560 gr Lámina
grosor y platino
0.065 mm Compenetrada de Oro
AI-998 0.6270 gr Lámina doblada
grosor y platino
0.98 mm Fragmento alam-
AI-999 0.0904 gr Oro nativo
grosor (máx) bre
0.065 mm
AI-1000 0.0480 gr Lámina Oro nativo con platino
grosor
Capítulo - 4

0.065 mm
AI-1001 0.0226 gr Lámina aplastada Oro nativo con cobre y platino
grosor
AI-1002 0.0291 gr 12 mm grosor
Ornamento grue-
0.14-0.19 mm Oro nativo con platino
104 so
0.05 mm
AI-1003 0.0160 gr Lámina aplastada Oro nativo con cobre
grosor
0.32 mm
AI-1004 0.0134 gr Lámina Aleación de tumbaga
grosor
0.13 mm Lámina rectangu-
AI-1005 0.0220 gr Oro nativo con cobre y platino
grosor lar
0.031 mm
AI-1006 0.0021 gr Lámina delgada Oro nativo
grosor
0.09 mm
AI-1007 0.0007 gr Lámina delgada Oro nativo
grosor
0.057 mm
AI-1008 0.0008 gr Lámina delgada Oro nativo
grosor
0.051 mm
AI-1009 0.0006 gr Lámina delgada No analizada
grosor
0.05 mm
AI-1010 0.0004 gr Lámina delgada No analizada
grosor
Capítulo - 4
Figura 4.35. Máscara elaborada en platino y oro. Utilizada Figura 4.36. Pectoral manufacturado en oro y platino con la
por la elites del poder político y religioso. (Tomado de representación del hombre-felino. (Tomado de Ochoa
Ochoa 2002:24). 2002:3).

105

Figura 4.37. Tapa de orejera donde está representado un “ser fantástico” compuesto por la cabeza de un ave rapaz y cabezas de
cocodrilo (Tomado de Museo del Oro. Sus mejores piezas 1996: 12, dimensiones 5.0x8.4 cm.).

En la Tola del Pajarito, los entierros aso- desarrollo cultural de la isla el patrón funerario
ciados con ductos tipo chimenea no presentaron comienza a cambiar. Desaparecen los ductos chi-
ningún ajuar funerario. En dicho yacimiento los meneas y los individuos son enterrados en posi-
muertos fueron enterrados de tres formas: un en- ción extendida sobre el vientre a profundidades
tierro dual de un niño y un adulto en posición no mayores de 1,20 metros.
flejada cerca de una chimenea; un fardo funerario
con los restos óseos desarticulados de cinco mu- La estructura social
jeres, colocado junto a otra chimenea y un entie-
rro secundario simple donde se conservaron el Existen muchos datos arqueológicos que
cráneo y los huesos largos de un individuo adul- permiten sugerir que las poblaciones Tumaco-
to. En ambos sitios tanto los entierros primarios Tolita II tuvieron una estructura social jerarqui-
como los secundarios están asociados a densos zada compleja de tipo cacical. Los diversos pro-
basureros. La fuerte estratificación social existen- cesos sociopolíticos sucedidos al interior de la
te en este período se expresó en una clara dife- sociedad generaron una fuerte complejidad so-
renciación en los ajuares funerarios colocados a cial, jerarquización y división social del trabajo.
los individuos de la elite. En una de las tumbas Tal fue el caso, por ejemplo del desarrollo de los
estudiadas en La Tolita fue encontrado un sun- centros ceremoniales, centros locales y aldeas,
tuoso ajuar elaborado en oro, compuesto por col- sumado a la construcción de montículos. Según
gantes, narigueras, pectorales y una máscara los cálculos, la construcción de cada montículo
mortuoria. En el Período Tardío (90-350 d.C.) de requería de un número determinado de personas
y tiempo; esto implica que las estructuras para la
subsistencia deberían planearse para el sosteni-
miento de un grupo importante de la población
dedicada a la obra. En cuanto la administración
de los recursos, una vez se habían controlado
estos, se necesitaba buscar más y mejores tierras,
lo cual lo hacía toda la población orientada por
un líder. En este aspecto era de gran importan-
cia el papel del chamán, quien podría transfor-
marse en un líder político, que va de la mano ya
no con la idea de un control de los recursos, sino
del control de un espacio simbólico. El chamán
representaba prestigio simbólico y no poder eco-
nómico (bienes materiales) y podía cumplir un
papel muy importante no sólo el intercambio de
bienes suntuosos, sino también en la construc-
Capítulo - 4

ción de los grandes centros ceremoniales.

Otro aspecto importante es el papel de los


centros políticos, de los cuales, La Tolita parece
haber sido el principal. Pero, durante el Periodo
106 Clásico, con el aumento de la población, surgen
otros “centros locales” como centros alternos de
control político, de la mano con una proliferación
en los asentamientos y aumento en la construc-
ción de montículos. No obstante, parece ser que
la centralización política fue más intensa en la
isla de La Tolita que en las regiones de Tumaco,
y el curso bajo de los ríos Patía y San Juan.
Igualmente, que los procesos de jerarquización se
aceleraron gracias a una especialización religiosa
probada a través de la función social que ejercían
los montículos. Aún no queda claro si el poder
de los chamanes fue adquirido o adscrito. Tam-
poco sabemos si el incremento de la productivi-
dad fue o no motivado por un aumento poblacio-
nal o por suplir las deficiencias del suelo; o si el
fin de los campos de cultivo no era abastecer la
demanda de alimentos, sino tener bienes para el
intercambio. Igualmente, parece ser que la circu-
lación y el manejo de bienes suntuosos y metales
no fueron exclusivos de un área en particular, ni
que estos objetos fueron creados para uso exclu-
sivo de los chamanes. Algunos autores sugieren
que estas hipótesis podrían darnos respuestas
satisfactorias de la forma como se engranaba po-
siblemente la complejidad social vista desde lo
ambiental, cultural, ideológico, y que constituyen
una pieza clave para abordar futuras investigacio-
nes.
Capítulo 5
LAS SOCIEDADES CACICALES DEL
PERÍODO “TARDÍO”. SUB-PERÍODO III-C
(500 – 1.550 d.C.).

I niciando el siglo VI d.C. en el surocci-


dente de Colombia y el noroccidente
del Ecuador comienzan a aparecer poblaciones
diferentes portadoras de nuevas expresiones cul-
turales, distintas a las que tenían las comunida-
guientes grandes tradiciones culturales : Tumaco-
Tolita III, Tuza, Bolo-Quebrada Seca, San Agus-
tín III, Sonso, Quimbaya Tardío I y II, Colorados
y Muiscas. Todas ellas con sus diferentes varian-
tes regionales, fueron compartidas por una gran

Capítulo 5
des que habían existido durante varios milenios cantidad de cacicazgos, algunos de los cuales
antes en estos territorios. Surge de esta forma un alcanzaron niveles de señoríos o cacicazgos ma-
nuevo período histórico, conocido con el nombre yores.
de Período Tardío en Colombia, y Período de
Integración en El Ecuador, el cual se caracteri- LA SOCIEDAD QUIMBAYA TARDÍO
109
zó por un lado, por la supervivencia de poblacio- (500 – 1.550 d.C.)
nes con tradiciones culturales del período ante-
rior, y por otro por la aparición de sociedades El territorio
cacicales de un nuevo tipo, que desplazaron pau-
latinamente a las anteriores sociedades, asimilan- La sociedad Quimbaya Tardío fue compar-
do varios de sus logros culturales y las cuales tida por una gran cantidad de grupos organizados
existieron hasta el momento de la conquista espa- socialmente en cacicazgos con diferentes niveles
ñola. de desarrollo, los cuales ocuparon prácticamente
toda la subregión del Cauca Medio y regiones
Algunas transformaciones sustanciales a aledañas, (Departamentos de Antioquia, Risaral-
nivel demográfico, en las tecnologías agrícolas, da, Caldas, Quindío y Valle del Cauca), desde
los patrones de vivienda, las costumbres funera- comienzos del siglo VI d.C., hasta el momento
rias, la producción alfarera y la metalurgia, están del descubrimiento y conquista española. Las
indicando la introducción de importantes cam- versiones regionales de estos cacicazgos están
bios a nivel infraestructural, así como también representadas por los estilos cerámicos: inciso
una forma diferente de expresión ideológica ex- con borde doblado, La Aguada, Quebrada Negra
presada en una nueva cosmovisión que sirvió y Riosucio (Antioquia), Cauca Medio, Caldas,
como elemento importante de cohesión social. Aplicado Inciso (Viejo Caldas), Guabas y Buga
Podríamos decir que los 1.000 años precedentes a (Valle del Cauca-Viejo Caldas). Los sitios ar-
la conquista española fue el período de existencia queológicos más representativos de estas socie-
de grandes tradiciones culturales, entendidas co- dades jerarquizadas tardías en el territorio antio-
mo “el conjunto de manifestaciones culturales queño son: Cisneros-Y26, Cisneros-Y03, San An-
que persisten en la dimensión temporal, recreán- tonio, Sopetrán, La Querida, El Volador T4, El
dose, y que se explican por la existencia de vín- Volador T7, El Volador T8, El Volador T10, El
culos histórico-genéticos entre los pueblos con- Volador T13, Cañaveral-C1, El Porvenir-Y4,
cretos que las produjeron.” En relación con la Porce-021, Medellín-COAC-02, La Concha, Las
época anterior, el Período Tardío se caracterizó Delicias, San Francisco, Aguas Claras-C1N9,
por presentar una alta diversidad cultural (a pesar Aguas Claras-C1N12, Cerro El Cementerio, La
de que también se presentó una gran homogenei- Gata-C2-N6E2, La Estrella-PV-01, La Estrella-
dad estilística, sobre todo en la cerámica y la or- PV-02, Santo Domingo-Y23, Molino Viejo, Los
febrería) tanto en el suroccidente de Colombia, Planes, Guaico-Y13 y Guaico-Y53.
como en el noroccidente del Ecuador.
En El Quindío debemos mencionar los
En el Centro y Suroccidente de Colombia yacimientos de: Regivit, Salento 21, Chapinero,
y el Norte del Ecuador se conformaron las si- La Julia, La Tebaida, Córdoba, La Ponderosa,
Tarapacá, El Oro II, Bélgica, El Carmelo, El Tardío II (1.300-1.550 d.C.). Doce fechas más
Cairo-PK3+770, Murillo y San Diego II. Para el nos dan cuenta de la pervivencia de estas últimas
departamento de Risaralda tenemos: San Ger- sociedades cacicales durante el siglo XVII, ocho
mán, La Germania, La Selva, La Esperanza, más corresponden al siglo XVIII y dos datacio-
Santa Rosa PK2+560, Cantarrana, Río Alto, Pe- nes están ubicadas en la primera mitad del siglo
reira, Santo Domingo, La Esperanza PK2+707, XIX (Tabla 5.1).
El Jazmín Y10, Génova 19, Génova 20, Génova
25, Alaska, El Antojo Y4 y Llano Grande. Por su De acuerdo con los elementos materiales
parte, los principales sitios arqueológicos Quim- de la cultura, así como con las fechas de radio-
baya Tardío en Caldas corresponden a: Nuevo carbono asociadas a estos complejos culturales,
Río Claro, El Mango, Campoalegre, Campoale- es posible suponer que debieron existir dos fases
gre 9, Campoalegre 15, Chapinero y Chinchiná. de desarrollo de la Cultura Quimbaya Tardío en
Y finalmente, de los cacicazgos que ocuparon el general, cuya caracterización más precisa aún
actual departamento del Valle del Cauca, debe- está por establecerse. Durante los primeros 800
mos mencionar los yacimientos de: La Soledad, años, es decir, entre 500 y 1.300 d.C. existió la
Capítulo 5

Potrero Chico-PK185+400, Dardanelos PK- que podríamos denominar Quimbaya Tardío I


187+400, El Mapa, El Limonar, Lucerna- con sus diversas variantes regionales. Los cam-
PK241+400, Veracruz-PK278+200, Almacafé, bios en los patrones de asentamiento, las costum-
El Carmen, La Alsacia y La Margarita (Figura bres funerarias y la cerámica sucedidos a partir
5.1). del 1.300 d.C. sugieren la presencia de poblacio-
110 nes que pudieron haber sido las creadoras de una
nueva cultura denominada Cultura Quimbaya
Tardío II con sus diferentes variantes regionales.
Estas poblaciones desarrollaron su cultura en los
250 años precedentes a la conquista europea y
fueron las que describieron los conquistadores y
cronistas españoles.

La población

La determinación bioantropológica de la
población Quimbaya Tardío se hizo con base en
el estudio de una muestra de más de 150 indivi-
duos pertenecientes a diferentes contextos fune-
rarios, provenientes especialmente de cemente-
rios excavados en el Departamento del Valle del
Cauca. La representación poblacional es variada
tanto en sexo como en edad. Predominan los in-
dividuos masculinos, al igual que las personas
adultas sobre los niños. Algunos hallazgos co-
rrespondieron a entierros colectivos, como fue el
caso de las tumbas 2A y 2B del cementerio pre-
hispánico de Almacafé (municipio de Buga), que
a juzgar por el contexto del hallazgo, tenían rela-
Figura 5.1. Las culturas arqueológicas del Centro- ción familiar. Otro de los entierros colectivos fue
Suroccidente de Colombia y Norte del Ecuador durante el
Período “Tardío” (500 – 1.550 d.C.): 1. Tumaco-Tolita III.
reportado en el cementerio de Dardanelos PK-
2. Tuza. 3. Bolo-Quebrada Seca. 4. San Agustín III. 5. Son- 187+400 (municipio de Obando), localizados en
so. 6a. Quimbaya Tardío I y II. 6b. Colorados. 7. Muiscas. las tumbas 4 y 5, y cuyos restos óseos identifica-
ron individuos de diferente edad y sexo. En el
Cronología sitio Pereira solo fue posible reconocer los restos
de una mujer adulta, de aproximadamente 35 a
Para la ubicación cronológica de la socie- 40 años de edad, proveniente de la estructura fu-
dad Quimbaya Tardío contamos por ahora con neraria 3. Fue depositada como entierro primario,
151 fechas de radiocarbono, de las cuales 86 co- en posición de cubito lateral, y se le evidenció en
rresponden a la Cultura Tardío I (500-1.300 d.C.) el cráneo una leve deformación o aplanamiento
mientras 43 pertenecen a la Cultura Quimbaya occipital. Padecía de caries cervical, cálculo y
Tabla 5.1. Cronología absoluta de las culturas Quimbaya Tardío I y Quimbaya Tardío II.

Datación d.C. No.


Sitio Referencia
Fechas sin calibrar Laboratorio
San Germán (Risaralda) 470 ± 60 Beta- 125442 Bernal 2001
La Germania-Y8 (Risaralda) 680 ± 60 Beta- 146618 Rojas y Mora 2000
San Germán (Risaralda) 680 ± 60 Beta- 125441 Bernal Ruiz 1999
La Selva (Risaralda) 690 ± 60 Beta- 87507 Patiño et. al. 2001
La Soledad (Valle del Cauca) 740 ± 60 Beta- 9466 Salgado 1986
Salento 21 (Quindío) 760 ± 60 Beta- 146610 Rojas y Mora 2000
Dardanelos Rodríguez Cuenca y
780 ± 110 Beta- 97703
(Valle del Cauca) Rodríguez 1999
El Carmen (Valle del Cauca) 790 ± 60 Beta- 70016 Bernal 1997

Capítulo 5
La Esperanza (Risaralda) 790 ± 90 Rodríguez 1994
Santo Domingo PK2+560
790 ± 90 Beta-102815 Bernal 1997
(Risaralda)
Cisneros-Y26 (Antioquia) 810 ± 40 Beta- 97020 Correa 1997
111
Porce-021 (Antioquia) 830 ± 80 - Castillo 1998
Octava Brigada (Quindío) 830 ± 90 GrN-7718 Correal 1980
Regivit (Quindío) 830 ± 90 GrN-7718 Correal 1980
Nuevo río Claro (Caldas) 860 ± 70 Beta-25641 Herrera y Moreno 1990
El Carmen (Valle del Cauca) 870 ± 80 Beta- 70015 Rodríguez 1994
Sismógrafo (Caldas) 890 ± 200 Gx-21056 Erigaie 1995
- 900 ± 120 - Bruhns 1990
Cantarrana (Risaralda) 910 ± 40 - Jaramillo 1989
San Antonio (Antioquia) 920 ± 30 Beta-112565 Monsalve et al. 1998
Sopetrán (Antioquia) 940 ± 50 Beta-9908 Castillo 1988
La Alsacia (Valle del Cauca) 940 ± 60 Beta- 70023 Rodríguez 1994
La Llanada (Valle del Cauca) 950 ± 60 Beta- 9647 Salgado 1986
Santa Rita (Antioquia) 960 ± 70 Beta-114041 Agudelo et al. 1999
La Llanada (Valle del Cauca) 960 ± 50 Beta- 70024 Salgado 1986
La Querida (Antioquia) 970 ± 60 Beta-114038 Agudelo et al. 1999
Nuevo Rio Claro (Caldas) 970 ± 60 Beta-114041 Herrera Moreno 1990
Rio Alto (Risaralda) 970 ± 70 Beta-129139 Cano 2001
La Alsacia (Valle del Cauca) 970 ± 60 Beta-70024 Rodríguez 1994
Llano Grande-T1 Rodríguez y Montejo
975 ± 110 GX-22265
(Risaralda) 1996
Nuevo Rio Claro (Caldas) 980 ± 60 Beta-25641 Herrera Moreno 1990
Dardanelos Rodríguez Cuenca y Ro-
980 ± 50 Beta-97703
(Valle del Cauca) dríguez 1999
El Mango (Caldas) 980 ± 70 - Integral 1996
Campoalegre Múnera y Monsalve
980 ± 70 Beta- 87726
(Caldas) 1996
San Diego II- S071 Quintana y Jaramillo
990 ± 70 Beta- 165546
(Quindío) 2002
Tabla 5.1. Cronología absoluta de las culturas Quimbaya Tardío I y Quimbaya Tardío II. Continuación

Armenia (Quindío) 980 ± 90 - Correal 1980


Riachón.L71.T32 (Antioquia) 990 ± 90 Beta- 112168 Ardila 1998
Salento 21 (Quindío) 990 ± 40 Beta- 146611 Rojas y Mora 2000
La Selva (Risaralda) 990 ± 70 Beta- 87185 Patiño et al. 2001
El Volador-T10 (Antioquia) 1000 ± 70 Beta-75512 Santos y Otero 1996
Chapinero (Quindío) 1000 ± 50 Beta-75512 Santos y Otero 1996
Cañaveral-C1-N4W8
1000 ± 80 - Cadavid y Arcila 1999
(Antioquia)
La Julia PK1+060 (Quindío) 1000 ± 50 Beta-102817 Bernal 1997
La Selva (Risaralda) 1015 ± 70 Beta-87506 Patiño et al. 2001
El Carmen (Valle del Cauca) 1040 ± 70 Beta-74572 Cuenca y Rey 1996
Capítulo 5

Cantarana (Risaralda) 1040 ± 40 - Jaramillo 1989


Santa Rosa (Risaralda) 1040 ± 40 - Jaramillo 1991
El Limonar (Valle del Cauca) 1050 ± 60 Beta-98106 Rodríguez 1994
112
La Merced-Y39 (Caldas) 1050 ± 50 Beta- Briceño y Quintana 2001
La Siberia (Quindío) 1050 ± 120 Gak-3324 Bruhns 1995
La Tebaida (Quindío) 1050 ± 120 Gak-3322 Bruhns 1976
Santo Domingo PK2+706
1050 ± 80 Beta-102816 Bernal 1997
(Risaralda)
La Tesalia PK11+810
1050 ± 70 Beta-102820 Bernal 1997
(Valle del Cauca)
Dardanelos Rodríguez Cuenca y Ro-
1070 ± 60 Beta-97704
(Valle del Cauca) dríguez 1999
Dardanelos Rodríguez Cuenca y Ro-
1080 ± 60 Beta-97702
(Valle del Cauca) dríguez 1999
La Ponderosa (Quindío) 1100 ± 80 Gak-3323 Bruhns 1995
Llanitos de Guaralá-Calarcá
1110 ± 50 GX-27605 Rojas et al. 2001
(Quindío)
La Romelia Rodríguez y Montejo
1115 ± 115 GX-22266
(Risaralda) 1996
Potrero Chico (Valle del Cauca) 1120 ± 40 Beta-97698 Rodríguez 1996b
La Margarita (Valle del Cauca) 1120 ± 110 Beta-5926 Rodríguez 1994
La Tebaida (Quindío) 1120 ± 90 Gak-3320 Bruhns 1976
Cisneros Y-03 (Antioquia) 1130 ± 70 Beta-92607 Santos 1996
Guaico-Y13 (Antioquia 1130 ± 80 Beta-118083 Jaramillo 1998
El Carmen (Valle del Cauca) 1130 ± 70 Beta-70017 Rodríguez 1994
La Alsacia (Valle del Cauca) 1130 ± 70 Beta- 102823 Bernal 1997
El Bosque (Caldas) 1140 ± 175 Gx-21054 Erigaie 1995
Sopetrán (Antioquia) 1150 ± 50 Beta-9907 Castillo 1988
Dardanelos PK188+700
1160 ± 90 Beta-102815 Bernal 1997
(Valle del Cauca)
El Jazmín-Y10 (Risaralda) 1170 ± 70 - Múnera et al. 1997
El Porvenir-Y4 (Antioquia) 1170 ± 80 Beta-107198 Botero et al. 1998
Tabla 5.1. Cronología absoluta de las culturas Quimbaya Tardío I y Quimbaya Tardío II. Continuación

El Carmen (Valle del Cauca) 1180 ± 70 Beta-70018 Rodríguez 1994


Toro-T88 (Valle del Cauca) 1180 ± 50 Beta-121629 Briceño y Quintana 2001
El Carmen (Valle del Cauca) 1200 ± 60 Beta-70018 Rodríguez 1994
Tarapacá-S6C (Quindío) 1200 ± 60 Beta-94933 Salgado 1996
Dardanelos Rodríguez Cuenca y Ro-
1220 ± 70 Beta-97699
(Valle del Cauca) dríguez 1999
Porce-021 (Antioquia) 1220 ± 70 - Castillo 1998
El Oro II-S6B (Quindío) 1220 ± 60 Beta-94931 Salgado 1996
La Champiñonera I-Y6
1250 ± 80 Beta-100528 Múnera et al.1997
(Risaralda)
Abejorral-Y16 (Antioquia) 1260 ± 50 Beta-77435 Briceño y Quintana 2001

Capítulo - 5
La Germania (Risaralda) 1270 ± 60 Beta-146618 Rojas y Tabares 2000
La Larga 4 (Antioquia) 1270 ± 60 Beta-107197 Botero et al. 1998
Porce-021 (Antioquia) 1270 ± 50 Castillo et al. 1999
Tarapacá-S6C (Quindío) 1280 ± 70 Beta-94932 Salgado 1996 113
Porce-021 (Antioquia) 1300 ± 70 - Castillo 1998
Génova 20 (Risaralda) 1300 ± 70 Beta- 146614 Rojas y Mora 2000
Llanitos de Guaralá-Calarcá
1300 ± 110 GX-27606 Rojas et al. 2001
(Quindío)
Génova 19 (Risaralda) 1310 ± 100 Beta- 146617 Rojas y Mora 2000
Lucerna E1 (Valle del Cauca) 1320 ± 150 Beta- 102872 Salgado 1997
Génova-Y6 (Risaralda) 1330 ± 40 Beta- 146616 Rojas y Mora 2000
Chapinero T1 (Caldas) 1330 ± 90 Beta-102869 Salgado 1997
Guaico-Y53 (Antioquia) 1350 ± 60 Beta-118086 Jaramillo 1998
Riachón.L21.T17B. (Antioquia) 1350 ± 70 Beta- 112165 Ardila 1998
Bélgica (Quindío) 1350 ± 90 - Salgado 1997
Murillo-PK39+565 (Quindío) 1350 ± 90 Beta-102819 Bernal 1997
Almacafé (Valle del Cauca) 1360 ± 70 Beta-2177 Rodríguez 1988
Medellín-COAC-02
1390 ± 50 Beta- 117707 Integral 1997ª
(Antioquia)
Tarapacá S6-T1 (Quindío) 1390 ± 50 Beta- 94936 Salgado 1997
Córdoba (Quindío) 1400 ± 70 Gak-3324 Bruhns 1976
Neira-Y44 (Caldas) 1410 ± 90 Beta-77441 Briceño y Quintana 2001
Cancha de Fútbol (Caldas) 1415 ± 175 Gx-21050 Erigaie 1995
El Volador-T4 (Antioquia) 1420 ± 80 Beta-46818 Santos 1995b
Lucerna-PK241+400
1420 ± 70 Beta- 102822 Bernal 1997
(Valle del Cauca)
Veracruz-PK278+200
1420 ± 120 Beta- 102824 Bernal 1997
(Valle del Cauca)
San Rafael-Y5 Rodríguez , Ramírez
1440 ± 50 Beta- 108020
(Antioquia) 1997b
Múnera y Monsalve
Campoalegre 15 (Caldas) 1440 ± 60 Beta-87728
1996
Tabla 5.1. Cronología absoluta de las culturas Quimbaya Tardío I y Quimbaya Tardío II. Continuación

Toro-T88 (Valle del Cauca) 1440 ± 80 Beta-121632 Briceño y Quintana 2001


Campoalegre (Caldas) 1440 ± 100 - Integral 1997
Chinchiná (Caldas) 1440 ± 80 - Múnera.....
Chinchiná (Caldas) 1440 ± 60 - Múnera.....
El Rosario (Valle del Cauca) 1450 ± 50 Beta-60733 Forero 1993
Llano Grande Rodríguez y Montejo
1460 ± 105 GX-22264
(Risaralda) 1996
El Volador-T13 (Antioquia) 1470 ± 60 Beta-75511 Santos y Otero 1996
La Merced-Y35 (Caldas) 1470 ± 60 Beta- 102881 Briceño y Quintana 2001
Alaska (Risaralda) 1470 ± 80 Beta-121973 Cano 2001
Capítulo - 5

Cambalache S6-T2 (Quindío) 1480 ± 50 Beta- 94937 Salgado 1997


Potrero Chico-PK185+400
1490 ± 80 Beta-9665 Rodríguez 1996b
(Valle del Cauca)
La Merced-Y35 (Caldas) 1490 ± 50 Beta- 121633 Briceño y Quintana 2001
114
La Concha (Antioquia) 1500 ± 60 Beta-76295 Botero 1999
El Antojo- Y4 (Risaralda) 1500 ± 60 Múnera et al. 1997
El Antojo- Y4 (Risaralda) 1500 ± 70 Beta-100527 Múnera et al. 1997
Dardanelos PK188+700
1500 ± 80 Beta-102821 Bernal 1997
(Valle del Cauca)
El Volador-T8 (Antioquia) 1530 ± 50 Beta-46820 Santos 1995b
Porce-021 (Antioquia) 1530 ± 60 Castillo 1998
Cañaveral-C1-N4W8
1540 ± 50 - Cadavid y Arcila 1999
(Antioquia)
Riachón.L38. T19K.
1550 ± 70 Beta- 112167 Ardila 1998
(Antioquia)
El Antojo- Y4 (Risaralda) 1550 ± 80 Beta-100524 Múnera et al. 1997
Campoalegre 9 Múnera y Monsalve
1560 ± 60 Beta-87725
(Caldas) 1996
El Mango (Caldas) 1560 ± 50 - Múnera et al. 1997
Las Delicias (Antioquia) 1590 ± 80 Beta-107195 Botero et al. 1997
Manzanillo-PK1+750
1600 ± 70 Beta-102814 Bernal 1997
(Risaralda)
El Volador-T7 (Antioquia) 1620 ± 60 Beta-46819 Santos 1995b
San Francisco (Antioquia) 1620 ± 60 Beta-94907 Botero 1999
Lucerna (Valle del Cauca) 1620 ± 60 Beta- 102874 Salgado 1997
La Querida (Antioquia) 1630 ± 60 Beta-114039 Agudelo et. Al. 1999
El Antojo- Y4 (Risaralda) 1630 ± 100 Beta-100526 Múnera et. al. 1997
El Cairo-PK3+770 1640 ± 40 Beta-102818 Bernal 1997
El Carmelo-S3-T3 (Quindío) 1660 ± 70 Beta- 94934 Salgado 1996
Medellín-COAC-01
1660 ± 50 Beta- 117706 Integral 1997ª
(Antioquia)
Aguas Claras- VA286C1N12
1670 ± 60 Beta-141055 Langebaek et al. 2000
(Antioquia)
Tabla 5.1. Cronología absoluta de las culturas Quimbaya Tardío I y Quimbaya Tardío II. Continuación

Cerro El Cementerio
1680 ± 50 Beta-129457 Castro 1999
(Antioquia)
La Gata-C2-N6E2 (Antioquia) 1680 ± 50 - Cadavid y Arcila 1999
La Estrella-PV-01 (Antioquia) 1730 ± 60 Beta-118099 Castro 1998
Santo Domingo-Y23
1750 ± 60 Beta-97019 Correa 1997
(Antioquia)
Molino Viejo (Antioquia) 1750 ± 60 Beta-97021 Santos et al. 1996
Los Planes (Antioquia) 1750 ± 60 Beta-97019 Santos et al. 1996
La Merced-Y35 (Caldas) 1750 ± 80 Beta-102880 Briceño y Quintana 2001
Riachón.L04. T3. (Antioquia) 1770 ± 60 Beta- 112163 Ardila 1998
Dardanelos PK187+400-T7

Capítulo - 5
1780 ± 60 Beta- 97701 Rodríguez 1996ª
(Valle del Cauca)
La Estrella-PV-02 (Antioquia) 1790 ± 60 Beta-118100 Castro 1998
Aguas Claras- VA286C1N9
1850 ± 60 Beta-141054 Langebaek et al. 2000
(Antioquia)
Abejorral-Y23 (Antioquia) 1810 ± 80 Beta-121627 Briceño y Quintana 2001 115

desgaste dental severo, relacionado posiblemente 187+400, la cual evidenciaba haber tenido varios
con algún tipo de dieta basada en cereales, o al partos en vida.
sometimiento de actividades cotidianas relacio-
nadas con halar hilos o cosas similares con los Aunque no fue común, se encontraron los
dientes. restos de tres individuos intrauterinos, los cuales
pudieron corresponder a abortos inducidos a mo-
Hay una característica general que involu- do de control natal o ritos. Igualmente, los infan-
cra a toda la muestra analizada: tanto algunos tes en edad entre 0 y 4 años no fueron muchos,
hombres como mujeres presentaron unas marca- corroborándose el dato de la cohorte de edad y
das líneas nucales, bien desarrolladas que denota- los índices de mortalidad. Afortunadamente, las
ron el sometimiento de sus cuerpos a labores que condiciones de conservación generales de toda la
implicaban alto movimiento de peso o ejercicios muestra osteológica fueron buenas, salvo algunos
que lo requirieran como es el caso de las funcio- casos en donde el nivel freático ocasionó deterio-
nes de canotaje, molienda, agricultura, cacería, ro (por ejemplo, algunos entierros del cementerio
traslado de cargas pesadas, desplazamientos lar- de Dardanelos PK-187+400). En este último
gos y entrenamientos para la guerra. Respecto yacimiento el análisis dental y del esqueleto pos-
a los desplazamientos, se tiene bien documentada craneal realizado en los restos óseos de 103 indi-
la existencia de caminos a lo largo de las diferen- viduos provenientes de las tumbas 1, 2, 3, 4,5,
tes áreas involucradas, los cuales frente a los fechadas entre 780 y 1.220 d.C., permitió obtener
hallazgos de elementos provenientes de regiones valiosa información sobre aspectos paleodemo-
distantes, hacen suponer que el hombre recorría gráficos, dieta y nutrición y procesos de salud-
largas distancias con productos intercambiables a enfermedad.
sus espaldas.
Así, por ejemplo, pudo establecerse que las
Otra peculiaridad a destacar fue el ahonda- esperanzas de vida de la población al nacer esta-
miento del surco preauricular de la pelvis en al- ban entre 20 y 27 años, mientras la esperanza de
gunos restos femeninos, como evidencia de par- vida entre los individuos jóvenes entre 20-24
tos regulares. Así lo ilustraron los casos de una años no superaba los 7 años. Los hombres pre-
mujer en la UE-9 del cementerio de El Carmen sentaron una estatura promedio de 166,5 cm. ±
(municipio de Guacarí), otra mujer encontrada en 5,1 cm. y las mujeres 152,4 cm. ± 5,4 cm., talla
la tumba 3 del cementerio La Margarita y el en- comparable con la de otras poblaciones prehispá-
tierro principal de una curandera que apareció en nicas colombianas. Esta estatura permaneció más
la tumba 2 de cementerio de Dardanelos PK- o menos estable durante unos 200 años, entre la
población Quimbaya Tardío de Obando, como a juzgar por las distancias biológicas las relacio-
resultado seguramente de una estabilidad en sus nes entre la población del Cacicazgo de Guabas
condiciones de vida, el medio ambiente y el acce- en el Valle del Cauca y las poblaciones cacicales
so a los recursos alimenticios. Entre las enferme- del Quindío son las más estrechas a nivel de ca-
dades más comunes de la población prehispánica racterísticas fenotípicas. Éstas dos poblaciones
de Obando debemos mencionar la artrosis, ebur- podrían provenir de un tronco ancestral común
nación ósea, sacralización, entosopatía; las cuales que se separó en tiempos no muy tardíos, lo cual
fueron causadas seguramente por procesos infec- sugeriría relaciones etnogénicas a nivel biológico
ciosos o traumáticos relacionados con las activi- entre estos dos grupos. Finalmente, en varios
dades cotidianas de cargar pesadas cargas o subir individuos se apreció la deformación craneal del
y bajar las montañas. Por su parte, las lesiones tipo tabular oblicua, lograda mediante el amarre
dentales más comunes fueron la hipoplasia del de tablillas en la cabeza.
esmalte, relacionada seguramente con trastornos
nutricionales y metabólicos y la caries, producida Recientes estudios con series osteológicas
por la descomposición de los azúcares en una provenientes del yacimiento Llanitos de Gualará
Capítulo - 5

dieta con un alto contenido de carbohidratos, es- (municipio de Calarcá) han arrojado datos simila-
pecialmente el maíz, el desgaste por mal oclu- res a los de los sitios arqueológicos de los muni-
sión, abscesos periapicales, cálculo y pérdida cipios de Obando y Guacarí en el Valle del Cau-
precoz de piezas dentales por mala higiene, así ca. En dos individuos masculinos con edades
como el apiñamiento de los dientes. entre 35 y 40 años fueron descubiertas lesiones
116 orales como caries, cálculo y abscesos periapica-
Producto de las actividades diarias, tanto les; así como también osteoartritis, artrosis y le-
en hombres como en mujeres, se registraron ca- siones entesopáticas. La estatura de unos de los
sos aislados de fracturas y luxaciones, especial- hombres (Lote 502-Tumba 1) fue calculada en
mente de cadera. Los casos más interesantes de 168,02 cm. ± 4,24 cm.
enfermedades en la población Quimbaya Tardío,
lo constituye el reporte de enfermedades infec- Estos datos bioantropológicos de las po-
ciosas. Tuberculosis (TB) fue diagnosticada en blaciones Quimbaya Tardío se complementan
los restos óseos de un hombre adulto encontrado con algunas apreciaciones de cronistas como Pe-
en una tumba del sitio arqueológico Lucerna dro Cieza de León, quien describe la gran varia-
(municipio de Bugalagrande), con una fecha de bilidad física de la población indígena que en-
1300 D.C. Por otra parte, una lesión trepone- contraron los españoles. Así, por ejemplo, al des-
matósica fue detectada en los huesos de otro cribir a los grupos Quimbaya escribió:
hombre adulto, rescatados de la tumba 1 en el
sitio Dardanelos PK-187+400, datada en 1080 Los hombres son bien dispuestos, de buenos ros-
d.C. tros; las mujeres lo mismo y muy amorosas

De acuerdo con los estudios bioantropoló- Específicamente, sobre los indígenas de la


gicos realizados en restos óseos de Guacarí, pare- Provincia de Arma, el mismo autor relata:
ce ser que los hombres del Cacicazgo de Guabas
tenían una estatura aproximada de 164,4 cm. ± ...son de medianos cuerpos, todos morenos; tan-
3,41 cm.; y las mujeres, en promedio 1,50 cm. to; que en la color todos los indios y indias des-
Las cohortes de edad de mayor frecuencia se pre- tas partes (con haber multitud de gentes, que
sentaban entre 0 y 4 años; y entre 20 y 24 años. casi no tienen número, y tan gran diversidad y
La mayor probabilidad de muerte se hacía pre- largura de tierra) parece que todos son hijos de
sente en los primeros 9 años de vida, así como una misma madre y de un padre.
entre 20 y 30; y 30 y 40. Un individuo que logra-
ba llegar a los 40 años o los individuos entre 10 y Los cronistas describen el aspecto físico de
14 años, corrían menos riesgo. Las muertes de la población, refiriéndose a hombres de rostros
los adultos entre 20 y 29 años han sido asociadas anchos y alargados, producto de la deformación
con causas bélicas, pues la mayoría de muertos del cráneo, la cual hacían mediante el amarre de
en esta edad son hombres, aunque también por la tablillas en la frente cuando se estaba en etapa
carga del trabajo. El análisis comparativo entre infantil, y un poco después, usaban ligaduras.
varias series osteológicas de poblaciones aborí- Al describir a los indios Chancos que vivían al
genes del Período Tardío, permitió establecer que norte del actual Departamento del Valle del Cau-
ca, Cieza anotaba que eran:
...tan grandes, que parecen pequeños gigantes, Este tipo de asentamientos dispersos y al-
espaldudos, robustos, de grandes fuerzas, los gunas veces nucleados fue documentado igual-
rostros muy largos, las cabezas anchas; porque mente por el conquistador Jorge Robledo, quien
en esta provincia y en la de Quimbaya, y en otras refiriéndose al Valle de Arvi, en la Provincia de
partes destas Indias (como adelante diré), cuan- Aburra, comentaba:
do la criatura nasce le ponen la cabeza del arte
que ellos quieren que la tenga; y así, unas que- ... El cual tornó a enviar al mismo Diego de
dan sin colodrillo, y otras la frente sumida, y Mendoza, aque con cierta gente de a pie y de a
otros hacen que la tenga muy larga: lo cual caballo fuese hacia la mano derecha, que era
hacen cuando son recién nacidos, con unas ta- donde caía el valle de Arvi, por aquellos llanos
bletas, y después con sus ligaduras (Figura quel había visto, a ver lo había. El cual anduvo
5.2). por allá a la ligera veinte días e más, e nunca
pudo hallar poblado, sino fueron ciertos bohíos e
a dos leguas otro, e en cada uno había sembrado
su comida de maíz e yuca, e halló muy grandes

Capítulo - 5
acequias de agua, hechas a mano; e como vio
que no hallaba poblado, volvió donde estaba el
Capitán y le dio razón de lo que había halla-
do...El capitán tomó ciertos naturales de aquella
provincia, a cada uno por si, e les preguntó con
las lenguas por el valle de Arvi o por otra pobla- 117
ción del valle; nunca le supieron decir cosa cier-
ta, más de que le dieron por memoria más de
cincuenta pueblos y entrellos muchas provincias
e grandes...
Figura 5.2. Pintura corporal y facial era común entre las
elites de la cultura Quimbaya Tardío I. (Fotografía Museo La relación del hombre con la naturaleza,
Arqueológico “Julio Cesar Cubillos” de la Universidad del siguió implicando como ya se venía haciendo
Valle. CRIA-1.609. Altura 17.4 cm.). desde épocas anteriores, la transformación del
entorno en procura de mejores espacios para vivir
Los poblados y las viviendas y depositar sus muertos, tal como lo evidencian
los hallazgos de los sitios de Salento y Pereira,
En territorio antioqueño los asentamientos en donde para tiempos próximos al contacto es-
de estas sociedades cacicales tardías se encuen- pañol, la región de estudio se encontraba ocupada
tran ubicados en las laderas y los valles interandi- por asentamientos cercanos y dispersos en las
nos, en suelos fértiles y cerca de los recursos mi- cimas de las colinas, y en donde la parte central
nerales importantes como la sal y el oro. En el de éstas, era aprovechada para la construcción de
cañón del río Cauca, las poblaciones portadoras las viviendas y estructuras funerarias. En Salento
del Complejo Cerámico La Aguada, construye- 21, por ejemplo, la ocupación se realizó sobre la
ron sus viviendas sobre aterrazamientos disper- cima de una colina aplanada en el centro, la cual
sos en laderas, montañas y valles de los pisos se modificó depositando los suelos orgánicos
cálido y templado. Un patrón de vivienda simi- hacia los extremos de la colina. Los sitios El
lar se presentó en los alrededores del municipio Tejar y Villa Elisa en el municipio de Santuario
de Jardín. En Riosucio aparecen concentraciones correspondieron a aterrazamientos sobre pen-
de terrazas, sugiriendo la existencia de pequeños dientes moderadas.
poblados. En general, debemos constatar que el
patrón de asentamiento de estas sociedades tardí- En una de las crónicas de Jorge Robledo,
as no presenta diferencias sustanciales con el de se comenta de los asentamientos Quimbaya de la
las sociedades del Quimbaya Clásico, presentán- siguiente manera:
dose frecuentemente la reocupación de las terra-
zas donde fueron construidas las viviendas de las ...La tierra es mas llana que la de Santana, sino
poblaciones del período anterior. Este patrón que es toda llena de cañaverales i entre ellos
de viviendas dispersas sobre las laderas y algunas tienen los indios hechos sus pueblos...Durará la
veces concentradas en los valles también se ha población en ancho i en largo diez y seis leguas
estudiado arqueológicamente en los actuales de- de bojo, en donde no hay palmo que este por po-
partamentos de Caldas, Quindío y Risaralda. blar.
El mismo autor nos habla de las casas en- maron el quinto grupo, con una superficie entre
tre los cacicazgos de los Arma, indicando que: 1.000 y 3.500 metros cuadrados fueron utiliza-
das, seguramente para realizar en ellas construc-
Tienen las casas hechas de seis en seis juntas i ciones públicas o las viviendas de los individuos
una placeta delante dellas mui llana, hecha a de las élites. Por su parte, en el norte del valle
mano, en la cual tienen hincadas unas cañas geográfico del río Cauca, los asentamientos dis-
gruesas de las que en aquella tierra hay, que son persos fueron localizados sobre las pequeñas co-
tan gruesas como dos muslos i mui altas i tan linas residuales de la Formación Zarzal, donde
largo cuanto dura la plaza....Habitan en cada las poblaciones tardías vivieron y enterraron a
casa desta hasta diez hombres con sus mujeres e sus muertos (sitios Potrero Chico PK-185 y Dar-
hijos, porque las casas son grandes e bien danelos PK-187+400, municipio de Obando).
hechas, e cada uno tiene su apartado dentro don- En Potrero Chico PK-185, una vivienda fue
de duerme. construida sobre una de estas colinas y para aislar
la humedad del entorno el piso de esta fue recu-
Esta información sobre los Arma es am- bierto con cerámica fragmentada.
Capítulo - 5

pliada por Cieza de León en su obra La Crónica


del Perú, donde describe detalladamente las vi- Más al sur, en el municipio de San Pedro
viendas familiares tipo bohío, su forma y cons- los habitantes prehispánicos tardíos del lugar
trucción: construyeron sus viviendas en un medio ambien-
te lacustre, caracterizado por permanentes inun-
118 ...es muy grande y muy poblada y la más rica de daciones. Así, por ejemplo, en el yacimiento El
todas las comarcas; tiene veinte mil indios de Limonar PK-276+700 el asentamiento se hizo
guerra, o los tenía cuando yo escribí esto...Sus sobre ápices de abanicos recientes, con suelos
casas son grandes y redondas, hechas de gran- sometidos a continuos desbordes de las aguas
des varas y vigas, que empiezan desde abajo y circundantes, que además, se caracterizaban por
suben arriba, hasta que, hecho en lo alto de la ser muy fértiles naturalmente, y con condiciones
casa un pequeño arco redondo, fenece el enma- físicas y bióticas óptimas. Allí sus habitantes
deramiento; la cobertura es de paja. Dentro des- transformaron el paisaje, despejaron el área de
tas casas hay muchos apartados entoldados con los pequeños nichos de bosque, y acondicionaron
esteras, tienen muchos moradores. el terreno para vivir y sembrar. Hacia la fase me-
dia de la ocupación este acondicionamiento in-
Por otro lado, entre las poblaciones de la cluyó la adición de arena gruesa a modo de piso,
Provincia de Carrapa, las casas eran: la cual fue quemada. Y hacia el final de la ocupa-
ción, fue utilizado un medio pantanoso pero de
...pequeñas y muy bajas, hechas de cañas, y la mucha fertilidad y con una alta producción de
cobertura de unos cogollos de otras cañas menu- biomasa.
das y delgadas, de las cuales hay muchas en
aquellas partes. Y finalmente, en el yacimiento arqueológi-
co de La Alsacia (municipio de Guacarí), fueron
Para el Departamento del Valle del Cauca encontrados restos de habitación y suelos antró-
contamos con información sobre los asentamien- picos. Allí la población secó fuentes hídricas y
tos de los cacicazgos Quimbaya Tardío tanto de construyó pisos de habitación con limos para ais-
la cordillera occidental, como del valle geográfi- lar la humedad. Igualmente practicó la agricultu-
co del río Cauca. Los estudios realizados por el ra cortando y posiblemente quemando la vegeta-
autor durante 1.983-84 en el denominado ción, con el fin de ganar espacio al sembrar y a
“vallecito de El Cedro” en el río Las Vueltas su vez, agregar nutrientes vegetales al suelo
(municipio de Versalles), permitieron detectar, en
un área de 44 kilómetros cuadrados, que incluyó De tal forma, podemos ver que la culturi-
ambas márgenes del río Las Vueltas y la quebra- zación de los espacios cotidianos y rituales que
da Guaimaral, más de 300 plataformas habitacio- hicieron las poblaciones Quimbaya Tardío fue
nales, distribuidas en un patrón tanto disperso, diferente y estuvieron condicionadas en gran me-
siguiendo el curso del río, como nucleado, con- dida, por los ecosistemas que ellas explotaron.
formando seguramente pequeños poblados. El Mientras en las cordilleras central y occidental se
área de estas plataformas osciló entre 20 y 3.500 realizaron aterrazamientos sobre las pendientes
metros cuadrados. Las plataformas que confor- para emplazar sus viviendas y enterrar a sus
muertos (sitios del río Las Vueltas), en el valle de asiento a sus estancias.” Este sistema agrí-
geográfico del río Cauca las viviendas fueron cola de camellones también ha sido reportado por
hechas sobre montículos naturales, sobre cuyas arqueólogos en el valle del río La Vieja y El
pendientes enterraban a sus muertos (como fue el Quindío, donde las eras de cultivo y las zanjas se
caso de los sitios de Potrero Chico PK-185 y localizan: “...en terrenos de pendientes muy mar-
Dardanelos PK-187+400) o sobre superficies cadas...las eras son verticales y siguen la caída
más o menos planas aisladas por gravilla quema- de la pendiente de la loma...tiene aproximada-
da (sitio El Limonar PK-276+700) o por limos mente un metro de ancho. Las angostas zanjas
(yacimiento La Alsacia). que las separan tiene hoy en día 30-40 cm. de
profundidad...” Recientemente también ha si-
Sobre los asentamientos de estos cacicaz- do documentados en el sitio Llano Grande, cerca
gos también encontramos información en las de Pereira, asociados a terrazas prehispánicas
fuentes documentales del siglo XVI. Así por artificiales
ejemplo, Cieza de León, refiriéndose a las pobla-
ciones del valle geográfico del río Cauca, plan- Las tecnologías agrícolas utilizadas por las

Capítulo - 5
tea: poblaciones Quimbaya Tardío que se asentaron
el valle geográfico del río Cauca fueron diferen-
Todo este valle, desde la ciudad de Cali hasta tes, utilizando la práctica de agregar arenas para
estas estrechuras fue primero poblado de muy oxigenar los suelos agrícolas. En el sitio Vera-
grandes y hermosos pueblos, las casas juntas y cruz-PK278+200, ubicado en el municipio de
muy grandes. San Pedro, fue encontrado un paleosuelo entre 60 119
y 120 cm. de profundidad, utilizado con fines
Actividades económicas agrícolas, al cual se le adicionaron arenas y gra-
vas que permitieron mejorar la oxigenación del
La economía de los cacicazgos Quimbaya suelo, así como también, abonos orgánicos e in-
Tardío era mixta. Las principales actividades orgánicos para amentar la productividad. Co-
económicas fueron: la agricultura intensiva, la mo ya lo anotamos, esta práctica también fue
obtención de sal, la caza, la pesca, la orfebrería y encontrada en paleosuelos agrícolas excavados
la metalurgia. Un renglón bien importante de la en el yacimiento La Alsacia, en el municipio de
economía se refiere a las prácticas agrícolas, pro- Guacarí.
ductos cultivables y subsistencia en general.
En cuanto a los cultígenos utilizados por
La agricultura estas poblaciones, debemos mencionar el maíz, el
fríjol, la yuca, la ahuyama, la batata, el algodón y
En las cordilleras central y occidental se
una gran variedad de frutas como ciruela, caimo,
utilizó un sistema de agricultura de laderas con-
aguacate, guayaba y chontaduro. Estos dos
formado por grandes extensiones de camellones
últimos están documentados en los registros car-
y zanjas sobre las pendientes, similar al utilizado
bonizados de los sitios de Potrero Chico PK-185
por los agricultores Sonso en la región Calima.
y Dardanelos PK-187+400. Esto sumado a otra
Este sistema de agricultura intensiva ha sido do-
gran diversidad de cultivos y productos obtenidos
cumentado por fotos aéreas, prospecciones y ex-
naturalmente de un medio geográfico tan diverso,
cavaciones arqueológicas realizadas en los secto-
debió constituir un suplemento continuo, alterna-
res de La Llanada, la Esmeralda y La Soledad, al
do con los recursos animales, obtenidos igual-
noroccidente del Departamento del Valle del
mente en variedad. La agricultura era practicada
Cauca. Los camellones y las zanjas aparecen ais-
sobre las faldas de las lomas, en hileras de sur-
lados o formando concentraciones cerca de los
cos, aún visibles en medio de la actual zona cafe-
sitios de vivienda. Las eras de cultivo tienen en-
tera circundante al área de estudio. En Potrero
tre tres y 15 metros de ancho, mientras las zanjas
Chico PK-185 el perfil estratigráfico indicó una
que separan los camellones tienen un promedio
marcada actividad biológica, sumado a una deter-
de 1,5-2,0 metros de distancia.
minación de suelos para uso agrícola. Mientras
que los restos arqueobotánicos evidencian la ma-
En los actuales departamentos del Quindío
nipulación de palmas (Attalea butyrecea), co-
y Caldas también existieron: “vestigios de las
múnmente llamada palma de vino, y familias co-
antiguas sementeras de los indios, consistentes
mo las GRAMINEAE, EUPHORBIACEAE, LE-
en hileras de surcos, que descienden paralelos y
GUMINOSAE, así como frutos de la especie
verticales por las faldas de las lomas que servían
Phytolacca rivinoides comúnmente llamada gua- Igualmente, Cieza nos dejó sus valiosísi-
ba. Mientras que en el contexto funerario de Dar- mas apreciaciones sobre las actividades de sub-
danelos, las evidencias de la manipulación de sistencia de los cacicazgos que encontraron los
plantas se amplió, encontrándose cerezo (Prunus conquistadores a su llegada al Cauca Medio. Re-
sp), yarumo (Cecropia sp), fríjol (Phaseolus vul- firiéndose a la Provincia de Anserma, dice que:
garis y Phaseolus lunatus); algodón (Gossypium
sp) y maíz (Zea mays). ...La tierra es de mucha comida, fértil para dar
maíz y las raíces que ellos siembran. Arboles de
En las crónicas del siglo XVI el maíz figu- fruta casi no hay ninguno, y si los hay son pocos.
ra como el principal cereal cultivado por todas
las poblaciones indígenas de nuestra región de Por su parte, entre los aborígenes de la
estudio, lo cual comprueba los datos arqueobotá- Provincia de Pozo:
nicos. Igualmente, son comunes las referencias a
cultígenos como la yuca, la papa, el fríjol, la ba- ...todas las sierras y laderas y cañadas y valles
tata, el ají, la ahuyama, el algodón y gran varie- están siempre tan labradas que da gran contento
Capítulo - 5

dad de verduras y frutas como chontaduro, gua- y placer ver tantas sementeras. En todas partes
mas, granadillas, aguacate, etc. Así, por ejemplo, hay muchas arboledas de todas frutas.
refiriéndose a los aborígenes de la Provincia de
Hebéjico Jorge Robledo nos dice: También en la Provincia de los Quimbayas
los españoles encontraron:
120 En esta provincia hay muchos géneros de frutas
mui buenas, e más que en Cartago ni Santana. ...caimito...otra fruta hay que se llama ciruelas,
muy sabrosas; hay también aguacates, guabas y
El mismo autor comenta sobre los indíge- guayabas, y algunas tan agras como limones, de
nas del valle de Aburrá: buen olor y sabor.

...Donde en los bohíos, sin lo que en este campo Durante el Período Tardío los grupos indí-
estaba, se halló mucha infinidad de comida, así genas gozaron de una gran diversidad medioam-
de maíz como de frisoles, que casi son como al- biental, favorecidos entre otras cosas, por los
verjas. cambios climáticos, que propiciaban áreas aptas
para la cacería y la pesca. En contextos funera-
Y sobre los Quimbaya: rios de los sitios Dardanelos PK-187+400, La
Margarita, El Carmen, se han excavado restos
...porque descienden desde esta sierra nevada óseos de una gran variedad de fauna, como aves,
muchos ríos pequeños que van a dar a este río moluscos, pecarí, ñeque, perro mudo doméstico y
(Río Grande), e pasan por estas provincias don- roedores. En términos generales, se puede decir
de se hacen mui grandes vegas e ríos, donde los que los habitantes de esta región geohistórica,
indios tienen sus sementeras e granjerías e gran- explotaron un medio provisto de un gran banco
des arboledas de frutas. biótico y una reserva natural de gran magnitud,
estableciendo redes de intercambio con grupos
También son conocidos los relatos de Ro- relativamente distantes al área andina colombia-
bledo sobre el Pueblo Grande de los Gorrones al na. Así lo vienen evidenciando los hallazgos de
norte del valle geográfico del río Cauca, donde materiales culturales del periodo tardío, refleja-
los españoles encontraron una gran cantidad de dos en objetos propios de determinados ecosiste-
alimentos para abastecerse en sus correrías des- mas como lo son las conchas de caracoles de ori-
tructivas por el norte del actual departamento del gen marino, especialmente Annadara, y Spondy-
Valle del Cauca. lus de la costa pacífica.

...y cuando llegamos a los dichos ranchos, salta- Ahora bien, si tenemos en cuenta que mu-
dos en tierra, no hallamos otra cosa, sino alguna chos de los hallazgos de restos óseos de animales
comida de choclo, ques maíz tierno, e melones de corresponden a contextos funerarios, es induda-
la tierra, e ahuyamas, e yuca, e batatas que son ble entonces la importancia no solo alimenticia,
unas raíces de buen sabor; e recogida toda la sino ritual y simbólica de los animales, encontra-
más comida que se pudo, fuimos en seguimiento dos como parte integrante del ajuar que se le co-
de los indios con nuestras balsas. locaba a los muertos. El carácter de los huesos de
fauna cobra aún mayor significado al trascender
del plano netamente alimenticio, y ubicarse en la trado en la UE-23 se halló a la altura del corazón.
esfera del pensamiento mitológico, plasmado a Teniendo en cuenta que este tipo de caracol de ori-
través de hallazgos de colmillos de perros, peca- gen terrestre tiene forma de espiral, parece estar
ríes y varios mamíferos, encontrados con perfo- ligado a la idea de la continuidad del tiempo cíclico,
raciones para ser usados como adornos colgantes. que como los latidos del corazón marcan su impla-
Esto implica también la gran importancia que se cable paso hacia el mundo del más allá. En cuanto a
le daba a la relación seres humanos -naturaleza. los peces, restos de bocachico (Prochilodus reticu-
Es decir, tanto la fauna como la flora que rodeó latus) fueron hallados como parte del ajuar funera-
al hombre prehispánico, no fueron tomadas como rio en la UE-42. También se recuperaron restos de
simples elementos de subsistencia, como parte de bagre sapo (Pseudopimelodus bufonius) en la UE-
su dieta, sino que adquirieron un puesto de respe- 40, que era un pequeño depósito de desecho, la es-
to e interpretación frente a fenómenos como la pina dorsal, estaba asociada a fragmentos cerámi-
vida y la muerte. Respeto mismo otorgado por cos y carbón, lo que hace pensar que se trataba de
los altos jerarcas de cada estructura social, y utili- un basurero producto de un ritual fúnebre, donde se
zado por los chamanes en sus prácticas curativas incluyeron festines gastronómicos. Evidentemente

Capítulo - 5
a través de las plantas. los peces constituyeron un renglón importante en la
dieta alimenticia de la población prehispánica de
En tumbas excavadas en cementerios prehis- Guacarí, lo que supone un profundo conocimiento
pánicos tardíos en el municipio de Guacarí, durante de sus costumbres durante el año.
los años 90 del siglo XX se logró rescatar restos
óseos de animales utilizados tanto en ritos asocia- En la muestra osteológica las aves también 121
dos con comilonas rituales de despedida en el mo- estuvieron representadas. En varias tumbas fue-
mento de enterrar al difunto, como formando parte ron hallados huesos largos cortados y tallados
del ajuar funerario. Su análisis permitió identificar para la elaboración de cuentas de collar, pertene-
cuatro clases y varias especies dentro de ellas: Mo- cientes posiblemente a una especie de pato
luscos Gasterópodos (caracoles): Aperastoma tras- (Anatidae). Igualmente, los mamíferos fueron re-
lucidum; Lampadium laberinthus; Hidrobia acu- presentados en gran proporción. Restos de chucha
tea; Pleikocheilus coloratus. Peces: Prochilodus (Didelphis marsupialis) se hallaron en la UE-18
reticulatus (bocachico); Speudopimelodus bufonius como parte del ajuar funerario. En la UE-38 se en-
(bagre sapo). Aves : cuentas de collar elaboradas contraron huesos de chucha, al interior de un depó-
con huesos largos de especies sin identificar. Ma- sito ritual; las huellas de los restos están visible-
míferos : Cavia porcellus (burí); Didelphis marsu- mente calcinadas lo que indica que fue utilizada
pialis (chucha); Odocoileus virginianus (venado); para consumo alimenticio o en una quema ritual.
Dasypus novemcinctus (armadillo); Canis familia- Por su parte, en la UE-41 en otro depósito ritual y
ris (perro); Canis cerdocium (zorro); Tayassu pe- en la UE-42 que es un entierro múltiple, también se
cari (saino) y Dasyprocta punctata (ñeque). En las hallaron restos de este animal dentro de una vasija,
tumbas de la Hacienda El Carmen se hallaron con- lo que sugiere la importancia del animal dentro de
chas marinas y terrestres, siendo las marinas las la dieta y su mundo simbólico. Otro de los mamífe-
trabajadas como cuentas de collar. ros que se presentó en mayor proporción en las ex-
cavaciones fue el curí o cuy (Cavia porcellus). Sus
En diez excavaciones se hallaron moluscos huesos estuvieron asociados a restos humanos, lo
(Plekocheilus coloratus) ya sea trabajados o con- que sugiere que este animal fue utilizado como ali-
chas completas depositadas en tumbas sobre esque- mento ritual, o hacía parte de depósitos rituales,
letos humanos como parte del ajuar funerario, en como fue el caso de la UE-23 donde los restos de
entierros rituales y en depósitos de desecho. Dentro un cavia se encontraron dentro de un cuenco con
de esta clase, el género donde se encontró mayor base enterrado especialmente, en una tumba que no
número de elementos completos fue el caracol te- tenía más restos óseos, sino los de este animal. La
rrestre de la especie Aperastoma traslucidum con 5 estructura de la construcción funeraria sugiere una
individuos. En cuatro de las excavaciones (UE-13, gran laboriosidad, dado que es una de las más gran-
20, 23 y 30), se hallaron cuentas de collar elabora- des que se registró. Teniendo en cuenta todas estas
das sobre conchas marinas cortadas y talladas. Pero características, cabe la posibilidad que el curí
es necesario aclarar que los caracoles fueron utiliza- hubiese sido enterrado como el animal totémico de
dos no sólo como adorno o elemento de prestigio un grupo humano, o de algún individuo inhumado
de los muertos, sino también como instrumento cerca, tal vez invocando su fertilidad, una de las
musical y simbólico. Uno de los caracoles encon- características más sobresalientes de este animal.
Posiblemente debido a esto y a su domesticación, el se encontró en el depósito de desecho UE-38, aso-
curí fue el animal terrestre de mayor consumo y por ciada a restos óseos de chucha, armadillo, curi y
consiguiente el más frecuente generador de proteína material cerámico, lítico y carbón.
animal; lo que explica su gran aprecio y valoración
como alimento del más allá. Las actividades de caza y pesca, como tam-
bién el nombre de una gran variedad de animales
Entre los mamíferos apetecidos figura el también aparecen con frecuencia en las crónicas
pecarí o saino (Tayassuidae pecaries). En un de- españolas. Los indios Gorrones del famoso Pueblo
pósito de desecho (UE E-25) se halló una mandí- del Pescado, que vivían en el actual municipio de
bula de este animal, asociada a carbón, lo que Roldanillo tenían:
sugiere su consumo alimenticio, que por su tama-
ño debió alcanzar para un nutrido grupo, dentro ... una laguna de agua grande, que tendrá de box
de una gran celebración fúnebre. En menor pro- una legua. Cébase del río grande por un canal
porción aparecieron restos de venado de cola que los indios tienen hecho a mano, que será de
blanca (Odocoileus virginianus). En el depósito de tres estados de hondo, é de veinte o veinticinco
Capítulo - 5

desecho de forma semicircular UE-44 se halló una pasos en ancho; y cébase cuando el río crece y
costilla, asociada a fragmentos cerámicos, líticos, las aguas son muy grandes. Y entonces entra tan
carbón y caracoles terrestres. En las excavaciones gran cantidad de pescado en aquella laguna é se
UE-4, 23 y 41, se encontraron flautas traveseras cria dentro, que es una cosa de admiración; é al
elaboradas en húmero de venado. Fragmentos de tiempo ques verano y no llueve, tórnase a vaciar
122 este tipo de instrumento aerófono fueron hallados el agua de la laguna, y en cierto artificio que los
también en la tumba 5 del cementerio de Obando, indios tienen fecho, al tiempo que se vacía el
fechada en 1070±60 d.C. En la UE-23 de Gua- agua, acaese haber en aquella balsa que queda
carí, correspondiente a un entierro de tres infantes, hecha más de dos estados de pescado, é ansi lo
también se hallaron cuatro vértebras de venado a asan en barbacoa; é tienen hecho muy grandes
manera de cuentas de collar sobre el personaje prin- troxes dello para rescatar con otros indios.
cipal. Mientras en la tumba UE-2 había seis desan-
gradores, uno en la UE-3 y otro en la UE-28, todos Al respecto Cieza es más explícito, docu-
elaborados en húmeros de venado. Varios de ellos mentando el comercio del pescado, su aceite o
presentaron franjas de pintura roja, elemento que manteca y los grandes excedentes de estos pro-
seguramente los asocia con el rito de la sangre de ductos:
los animales enterrados. También estuvo presente
el armadillo (Dasypus sabanicola), cuyos restos se ...E una gran laguna que está pegada a este pue-
encontraron en la UE-28 en un contexto interesan- blo, habiendo crecido el río, se hinche; la cual
te, sobre el vientre de una mujer adulta, represen- tiene sus desaguaderos y flujos cuando mengua y
tando seguramente su tótem personal. baja. Matan en esta laguna infinidad de pescado
muy sabroso, que dan a los caminantes y contra-
Por otro lado, en la UE-38 se encontraron tan con ello en las ciudades de Cartago y Cali y
restos de armadillo asociados a diferentes huesos otras partes; sin lo mucho que ellos dan y comen,
calcinados, lo que sugiere su consumo, puesto que tiene grandes depósitos dello seco para vender a
su carne era muy apetecida en tiempos prehispáni- los de las sierras, y grandes cántaros de mucha
cos. Otro de los mamíferos frecuentemente asocia- cantidad de manteca que del pescado sacan...y
do con actividades rituales fue el perro mudo después cuando ibamos a poblar la villa de An-
(Cannis familiaris), cuyos restos aparecen reitera- serma con el capitán Robledo, hallamos tanto
damente en tumbas prehispánicas del valle geográ- que pudieran henchir dos navíos dello.
fico del río Cauca. En la UE-23 se encontraron
dientes de este animal, haciendo parte de un collar, De igual modo, podemos encontrar en la
que podría ser un amuleto representativo para el obra de Cieza frecuentes referencias a los anima-
niño que fue enterrado con el. Otro carnívoro, el les domesticados y salvajes que eran consumidos
zorro de monte (Cannis cerdocyum), también fue por los indígenas. Para la Provincia de Los Go-
utilizado con fines de adorno y de rituales. En la rrones dice:
excavación UE-23 se hallaron dos caninos de zorro,
con perforaciones, como parte de un collar coloca- Es muy fértil de maíz y de otras cosas esta pro-
do sobre el tórax de un niño. Entre los roedores vincia de los gorrones; hay en ella muchos vena-
debemos mencionar al ñeque (Dasyprocta puncta- dos y guadaquinajes y otras salvajinas, y muchas
ta), cuyos huesos, específicamente una mandíbula, aves.
Sobre los curíes y los perros mudos, ani- diferentes estilos cerámicos que representan sus
males domesticados de gran consumo por las variantes regionales. Entre ellos debemos men-
poblaciones indígenas prehispánicas y cuyos cionar: Inciso con borde doblado, La Aguada,
huesos acompañaban a los difuntos al más allá, Quebrada Negra (Departamento de Antioquia),
Robledo nos comenta para el valle de Aburrá: Cauca Medio, Caldas y Aplicado Inciso
(Departamentos del Viejo Caldas) y Guabas-
...se partió luego con todo el real para allá por Buga (Departamento del Valle del Cauca).
amor de los heridos y porque allí avía comida de
mayz para más de dos meses e se aposentó en él, La cerámica de los distintos sitios arqueo-
donde n los boyos, sin lo que en el campo estava lógicos, que se asocian a los diferentes “estilos”
se halló mucha infinidad de comida asy de mayz tiene en común el empleo de arcillas regionales o
como de frísoles que casi son como alverjas e de adquisición local, comparte formas y decora-
muchos cories que son como conejos salvo que ciones, y difiere en aspectos puntuales referidos a
son más chiquitos que tiene(n) muy lindo comer, las dos últimas categorías. Es decir, estos estilos
e muchos perros medianos como los de Castilla más allá de representar variaciones locales, hacen

Capítulo - 5
salvo que son mudos. referencia a la complejidad o evolución misma en
el tratamiento de la actividad económica, a la
Una gran diversidad de animales también especialización de cada industria alfarera dentro
figura en la Relación de Anserma de Jorge Ro- de la cultura misma. No se trata de gente diferen-
bledo, escrita en 1540. Refiriéndose a las provin- te, sino de industrias con variadas formas, repre-
cias de Penco, Ytuango, Jundabe, Brero, Porruto sentadas con estilo o sello propio del ceramista. 123
y Corome este autor nos comenta: El Inciso con borde doblado corresponde a una
cerámica cuyos bordes están formados por “un
...y todas ellas crían pescado aunques menudo e rollo de arcilla sin alisar en la unión exterior, el
xaivas que son a manera de cangrejos y buenas cuál casi siempre está decorado con impresiones
de comer , ay en esta tierra perdizes e codornices digitales” y tiene decoración incisa formando
e conejos e pavas e tórtolas e palomas torcazas e figuras geométricas. En términos generales, la
otras muchas aves y venados y puercos monteses cerámica del Complejo La Aguada se caracteriza
que tiene el onbligo sobre el espinazo, ay leones por un acabado burdo, pastas con desgrasantes de
pardos e tígueres e gatos cervales nutras. partículas gruesas. Las formas más comunes co-
rresponden a vasijas globulares o suglobulares
Sobre la obtención y comercialización de (ollas y cántaros) asimétricas, de bordes sencillos
la sal, actividad económica muy importante entre curvados hacia fuera, con cuerpos simples o
los cacicazgos Quimbaya Clásico, Robledo, refi- aquillados. También hay cuencos semiesféricos o
riéndose a los indígenas del Pueblo de Munguia, aquillados y platos abiertos. La decoración es
ubicado entre Antioquia y Anserma, nos comen- sencilla e incluye puntos incisos, triángulos im-
ta: presos y pintura positiva roja o negativa. Algunas
vasijas pueden presentar pequeñas aplicaciones a
Desviando este pueblo (Llano) hay otro que se manera de “asas falsas”. El Complejo Quebra-
llama Munguia, donde hay una gran cantidad de da Negra del sur de Antioquia, se caracteriza por
sal, y muchos mercaderes que la llevan pasada las vasijas globulares, ollas-cuenco, cuencos, pla-
la cordillera, por cual traen mucha suma de oro tos y copas de base cónica. Las vasijas presentan
y ropa de algodón, y otras cosas de las que ellos alisados burdos y ahumado. Como decoración
han menester. fue utilizada la pintura positiva roja, naranja y
blanca, incisión de líneas continuas e intermiten-
La alfarería tes formando diseños diagonales, horizontales o
espirales en el cuerpo. Una característica peculiar
Los grupos Quimbaya Tardío introdujeron
de este complejo es la presencia de impresiones
una nueva tradición alfarera, diferente a la de las
textiles en la superficie interna y el fondo de las
poblaciones anteriores. Esta se manifestó no sólo
vasijas.
en el tratamiento de las pastas para hacer los di-
versos objetos cerámicos, sino también en las
Por su parte, en el Complejo cerámico del
formas diferentes y las técnicas, motivos y dise-
Cauca Medio son comunes las vasijas antropo-
ños decorativos. Los diversos cacicazgos que
morfas, muy propias además, de los contextos
compartieron esta nueva tradición cultural en un
funerarios. Las figuras conservan cierta continui-
amplio territorio del Cauca Medio, elaboraron
dad en relación con el periodo anterior en la mis-
ma región, llevan una banda sencilla en la cabe-
za, están pintadas indicando seguramente un ta-
tuaje, tienen perforaciones en la nariz y las orejas
para lucir objetos de metal. Usualmente se en-
cuentran alrededor del difunto, generalmente a su
cabecera. También son característicos de este
estilo copas, vasos cónicos, y ánforas, con deco-
raciones en incisión, aplicación, y pintura, utili-
zando motivos geométricos; engobe rojo, blanco
o crema. El Complejo Caldas, que se deriva
del anterior, se caracteriza por una mayor varie-
dad local. Se nota cierta continuidad en cuanto a
algunas decoraciones y formas. Se vuelven popu-
lares las figuras rectangulares, de las cuales ela-
Capítulo - 5

boraron una inmensa variedad. Una forma impor-


tante en este complejo lo constituyen los incensa-
rios, o cuencos cónicos con hombros estrechos y
decoración plástica, así como la pintura negativa.
En cuanto a la cerámica del Complejo Aplicado
124 Inciso, ésta se caracteriza por vasijas utilitarias
de forma ovoidal, ollas en forma de zapato y de-
coración con rostros humanos a base de incisio-
nes que dan una apariencia de tatuaje en el rostro Figura 5.4. Cántaros rituales de la Cultura Quimbaya Tardío
y en el cuerpo (Figuras 5.3, 5,4, 5.5). I. Foto a tomada de Arte de la Tierra. Quimbayas 1990: 46,
Figura 68, altura 25.7 cm. Foto b tomada de Rojas de Perdo-
Y por último, describiremos la cerámica mo 1995: 203, altura 40 cm. Foto c tomada de Arte de la
Tierra. Quimbayas 1990: 46, Figura 35, altura 55.5 cm. Foto
del Complejo Guabas-Buga, que se encuentra d Museo Arqueológico “Julio Cesar Cubillos” de la Univer-
distribuida especialmente entre los cacicazgos del sidad del Valle. CRIA-286. Altura 32 cm).
valle geográfico del río Cauca. La cerámica pro-
veniente de los sitios arqueológicos Potrero Chi- que tuvo el cultivo del algodón y las actividades
co PK-185 y Dardanelos PK-187+400, estuvo textiles entre las mujeres de estos cacicazgos. La
conformada por: ollas simples y aquilladas, ollas- decoración presente en la cerámica consta básica-
cuenco, platos con dos asas, cántaros con cuello, mente de pintura positiva roja, la cual puede pre-
botellones, cuencos con base troncónica, urnas sentarse total o parcialmente en la superficie ex-
funerarias, morteros, figuras antropomorfas tipo terna del cuerpo de las vasijas, así como también
retablo y volantes de huso. La presencia de una en el labio. Incisiones finas conformando diseños
gran cantidad de volantes de huso, colocados co- geométricos, así como incrustaciones de cal con-
mo ajuar funerario evidencia la gran importancia forman la decoración de los volantes de huso.

Figura 5.3. Pintura bicroma (negra sobre rojo) decora estos cuencos con base anular de la Cultura Quimbaya Tardío I
(Fotografía Museo Arqueológico “Julio Cesar Cubillos” de la Universidad del Valle. CRIA-746. Altura 11,1 cm).
Capítulo - 5
125

Figura 5.5. Cuencos de la Cultura Quimbaya Tardío I. Museo Arqueológico “Julio Cesar Cubillos” de la Universidad del Valle.
Foto a CRIA-732. Altura 13 cm. Foto b CRIA-735. Altura 11.6. cm. Foto c CRIA-745.Altura 10.5 cm. Foto d CRIA-2.301.
Altura 7.6 cm. Foto e CRIA-742. Altura 9.9 cm. Foto f CRIA-741. Altura 10.9 cm.

bretodo en la elaboración de vasijas; mientras el


Una cerámica similar, pero a su vez muy cuerpo era hecho por enrollado, las otras partes
peculiar en cuanto a algunas formas, elaboraban de la vasija se hacían por modelado. Posiblemen-
los alfareros del Cacicazgo de Guabas, (sitios La te en la elaboración de vasijas de cuerpo com-
Margarita, La Alsacia, El Carmen), en el sur del puesto, como por ejemplo las ollas-cuenco fue-
valle geográfico del río Cauca, entre la cual debe- ron utilizadas el moldeado del cuerpo inferior o
mos diferenciar: vasijas de uso doméstico y/o de la mitad de la vasija. La decoración en general
ritual (cántaros, ollas, ollas-cuenco, cuencos sim- era geométrica, antropomorfa y en menor medi-
ples y con base troncónica, platos, cántaros con da, zoomorfa. Las técnicas utilizadas para su
cuello, de forma cilíndrica y tipo botellón, popo- aplicación, en orden de importancia fueron: inci-
ros), maceradores, figuras antropomorfas huecas sión, impresión, aplicación y pintura tanto positi-
y macizas, amuletos, sellos y volantes de huso. va, como negativa. Los colores más usuales fue-
Por regla general, dichos objetos fueron quema- ron el negro y el rojo (Figuras 5.6, 5.7).
dos al aire libre y presentan cocción completa e
incompleta en atmósfera oxidante. Como desgra- Una de las principales características de
sante, comúnmente tienen arena, cuarzo y tiesto los objetos cerámicos del Cacicazgo de Guabas
triturado. En cuanto a la manufactura, están pre- es la combinación de varias de estas técnicas en
sentes el modelado directo y técnicas mixtas, so- su decoración. Los volantes de huso, los cuales
Capítulo - 5

126

Figura 5.6. Cántaros cilíndricos elaborados por los alfareros Quimbaya Tardío I del Cacicazgo de Guabas (700-1.300 d.C.).
Fotografía del Museo Arqueológico “Julio Cesar Cubillos” de la Universidad del Valle. CRIA-1.865. Altura 33.1 cm.

Figura 5.7. Tatuaje en el rostro de individuos representados en la parte superior del cuerpo de cántaros. Cacicazgo de Guabas
en el Valle del Cauca, Cultura Quimbaya Tardío I.
presentan formas y decoraciones similares a los
encontrados en otros territorios de la tradición
cultural Quimbaya Tardío. Su decoración, que
usualmente cubre todas las partes del volante
(base, cuerpo y cuello), fue realizada utilizando
tres técnicas básicas: incisión (rayas), impresión
(círculos y puntos) y empastado con cal de las
rayas, círculos y puntos. El diseño decorativo es
en su totalidad geométrico, fue plasmado en tres
formas básicas: triangular, circular y cuadrada.
Como sus elementos básicos aparecen el punto y
la línea y los motivos principales son el triángu-
lo, el rombo, el círculo y el cuadrado. Los moti-
vos básicos del diseño están presentes en los cue-
llos de los volantes donde se representa desde las

Capítulo - 5
líneas horizontales continuas o intermitentes
(dividiendo el cuello en una, dos o tres partes),
hasta el conjunto de líneas verticales y triángulos Figura 5.8. Volantes de huso Quimbaya Tardío I. Museo
Arqueológico “Julio Cesar Cubillos” de la Universidad del
simples o unidos por el vértice. Valle. Foto a CRIA-1.837. Altura 2.4 cm., diámetro 4.5 cm.
Foto b altura 2.0 cm., diámetro 4.0 cm. Foto c CRIA-1.877.
Un nuevo grado de complejidad podemos Altura 5 cm., diámetro de la base 5.2 cm. 127
observarlo en la decoración de la base y el cuer-
po, donde la distribución espacial de los elemen- plantas no cultivadas como los raspadores, lascas
tos ya mencionados y su combinación forman los cortantes, cuchillos, percutores, punzones, puli-
motivos esenciales que constituyen en su conjun- dores, los cuales también pueden asociarse con la
to lo que podríamos denominar la estructura ge- manipulación de animales ya sea para el consu-
neral del diseño. Así, aparecen: líneas horizonta- mo o para extraer de ellos materia prima como
les continuas o intermitentes círculos con punto las pieles, los tendones y los huesos. La presencia
central dispuestos horizontal y verticalmente, de estos instrumentos líticos en contextos funera-
hileras de líneas oblicuas, líneas horizontales rios nos está indicando el carácter simbólico que
simples o con puntos y círculos dispuestos hori- tenían las rocas. El hombre prehispánico al obser-
zontalmente, líneas verticales con círculo y pun- var la dureza de las rocas y las características parti-
tos dispuestos horizontalmente con círculo, trián- culares de algunas de ellas, se adentró en el mágico
gulos con círculos externos e internos, rombos mundo pétreo, del cual podían servirse al capturar
simples con círculo y punto en el centro, triángu- su espíritu y transformarlo en elemento útil en di-
los simples o dobles rellenos con líneas oblicuas versas actividades. Esa pervivencia del material
y círculos o triángulos unidos por el vértice for- junto con su amplia gama de utilización le da ese
mando rombos. Vistas en planta estas diferentes carácter mágico-religioso. Es por ello que dentro de
composiciones forman en el círculo o el cuadra- las moradas de los muertos prehispánicos Quimba-
do una estructura que puede ser: simple, dual, ya Tardío se depositaron elementos en piedra con
triangular, cuadrangular y pentagonal (Figura una fuerte carga simbólica, puesto que los líticos
5.8). tienen para el hombre esa analogía con lo duradero,
con lo trascendente, con lo eterno. Al constituirse
La producción de instrumentos líticos en uno de los elementos más cercanos, las rocas
fueron la materia prima óptima para la elaboración
Tanto en las tumbas, como en los sitios de de instrumentos que le permitieron realizar las labo-
habitación y basureros excavados por los arqueó- res de subsistencia de una forma más fácil y cómo-
logos es frecuente la presencia de instrumentos da; el hombre encontró diferentes grados de dureza
líticos asociados con actividades agrícolas, pro- en ellas, lo cual le permitió su utilización en las más
cesamiento de maderas para la construcción, la diversas actividades.
alfarería y la metalurgia. Estos artefactos son
hachas, cuñas, cinceles, alisadores de cerámica,
machacadores, manos y metates para moler gra-
nos como el maíz. También aparecen otros ins-
trumentos relacionados con el procesamiento de
La orfebrería nas veces con decoración repujada; brazaletes
cilíndricos y troncónicos abiertos; cascos semies-
Otra de las actividades económicas por las féricos; orejeras en forma de horquilla plana; ore-
cuales se diferencian significativamente las po- jeras elípticas cóncavas con prolongación de hor-
blaciones Quimbaya Tardío de la sociedad Quim- quilla: orejeras geométricas planas con prolonga-
baya Clásico, es por la producción metalúrgica. ción de horquilla, con o sin placas colgantes; ore-
De acuerdo a las investigaciones recientes, hacia jeras en forma de gancho con placa colgante y
el 500/700 d.C. surge en el suroccidente de Co- prolongación de horquilla; orejeras en forma de
lombia una nueva tradición metalúrgica, que con- alambre retorcido con placas colgantes y prolon-
trasta notablemente con la manera como se traba- gación de horquilla; adornos sublabiales en for-
jaban anteriormente los metales y la cuál se ca- ma de gancho con placas colgantes; diversos ti-
racterizó por el trabajo directo del metal, el pre- pos de aplicaciones para piel; orejeras con remate
dominio de la tumbaga, las técnicas de fundición discoidal y prolongación de horquilla; orejeras
y el dorado por oxidación. Generalizando, las con alambre en espiral con prolongación de hor-
formas elaboradas por los metalurgos de los caci- quilla; narigueras y orejeras circulares de sección
Capítulo - 5

cazgos con diversas expresiones culturales, se sólida (torzales redondos, triangulares); anzuelos
presentan “relativamente simples y homogéneas, elaborados en alambre; cinceles y agujas.
se destacan las narigueras: torzales con o sin re-
mates planos, semilunares o triangulares a veces Por su parte, la fundición fue utilizada para
con decoración repujada y circulares de alambre; la elaboración de narigueras elípticas cóncavas,
128 las orejeras en espiral y circulares huecas; los romboidales cóncavas; cascabeles cónicos y esfé-
colgantes zoomorfos, como sapos, caracoles y ricos; colgantes zoomorfos (escarabajos, coleóp-
animales apareados; los pectorales acorazonados teros, cigarras, caracoles, aves, felinos, lagartos,
fundidos. o la fusión felino-ave, felino-lagarto); cuentas de
collar en forma de rana y de insecto y colgantes
También se popularizan, especialmente en en forma de reptil; cuentas en forma de insecto-
el valle medio del río Cauca, los pectorales circu- saltamontes; colgantes en forma de reptil
lares simples o con diseños geométricos zoomor- (lagartos, iguanas, cocodrilos); narigueras y ore-
fos y los objetos para insertar en la piel, con so- jeras circulares macizas y pectorales
porte de alambre y tapa.” En cuanto a la meta- “acorazonados” (Figuras 5.9, 5.10).
lurgia Quimbaya Tardío, ésta se caracteriza por
un énfasis en el martillado y en la producción de Muchas de estas características tecnológi-
piezas planas, de formas geométricas simples, cas, formales y decorativas se presentaron en dos
decoradas con diseños repujados. Desde el punto conjuntos de piezas metálicas excavadas arqueo-
de vista tecnológico se utilizaron básicamente lógicamente en cementerios prehispánicos del
tres técnicas para la elaboración de los objetos de norte y sur del valle geográfico del río Cauca.
metal: la fundición, el martillado y la aleación de Así, por ejemplo, en las tumbas del cementerio
oro y cobre, llamada tumbaga. Utilizando el mar- prehispánico de Dardanelos PK-187+400, fue-
tillado fueron elaboradas narigueras semilunares ron obtenidos 34 objetos metálicos elaborados en
planas, las cuales presentan decoración repujada oro, tumbaga y cobre. La mayoría de ellos eran
en relieve, con diseños geométricos, humanos y narigueras triangulares y en medialuna elabora-
de animales, especialmente aves; narigueras das en tumbaga por la técnica del martillado.
triangulares planas con decoración en relieve y También habían láminas de cobre y tumbaga,
diseños geométricos; narigueras semilunares cón- cuentas de collar macizas manufacturadas en oro
cavas y diseños geométricos; narigueras circula- y alambres macizos y espirales en oro. De la
res cóncavas; adornos sublabiales triangulares misma forma, los metalurgos del cacicazgo de
planos; pectorales circulares planos con decora- Guabas (sitios La Margarita y El Carmen), ela-
ción repujada y diseños geométricos, zoomorfos, boraron narigueras semilunares a partir de alam-
antropomorfos realistas y estilizados y zooantro- bres macizos de cobre y oro, narigueras en forma
pomorfos; pectorales planos en forma de corazón de espiral o torzales, orejeras discoidales elabora-
y de “Y”; placas colgantes de formas semicircu- das en oro por la técnica del martillado, aritos
lares, semilunares y de arco; pezoneras circula- hechos a partir de alambres macizos, cuentas de
res; aplicaciones para textil de forma circular collar circulares y pinzas (Tabla 5.2).
plana o a veces cóncava, con puntos repujados en
el borde; diademas rectangulares alargadas, algu- También en las crónicas españolas del si-
glo XVI se hace referencia a los objetos de metal
Capítulo - 5
Figura 5.9. Pectoral circular Quimbaya Tardío manufacturado por las técnicas de martillado y repujado. Foto tomada de Museo
del Oro. Sus mejores piezas 1996: 79, diámetro 24.1 cm.
129

utilizados por los indígenas de los diversos caci-


cazgos que compartían las expresiones culturales
Quimbaya Tardío. Jorge Robledo al hablar de las
provincias de Palala, Mytia y Buritica, las cuales
se encontraban ubicadas en actual territorio an-
tioqueño, escribió lo siguiente:

...e allí el dicho capitán Suero de Nava tuvo mu-


chos recuentros de indios e otros le salían de paz
por man(er)a que llegó fasta las provincias de
Palala, e Mytia e Buritica donde en los pueblos
que se aposentava con su gente, hallava grandes
fundiciones de oro e crisoles e carbón.

Refiriéndose al cacique Cirigua de la ciu-


dad de Cartago, el mismo autor describe varios
de esos objetos de oro de la siguiente manera:

...el qual se llamaba Cirigua e venya con mucha


gravedad e traya delante demás de otros indios
que traya dos con una vara larga gruesa puesta
en los hombros dellos y venya toda llena de cha-
gualas de oro como platos medianos y coronas y
otras joyas metidos en la vara.

También habla Robledo de las provincias


de Nutabe y Brero, las cuales eran:

...tierra muy rica e que había muchas campanas,


patenas e coronas e otras armaduras de indios
todo de oro e muy ricas sepol//turas de oro don-
de los indios se enterravan.
Figura 5.10. Pectorales con forma de corazón donde aparece
el vuelo chamánico, Icono A. (Tomado de Reichel-
Dolmatoff 2005: 213).
Tabla 5.2. Análisis metalúrgico de los objetos metálicos del cementerio prehispánico de La Margarita,
municipio de Guacarí, Valle del Cauca.

Peso Oro Plata Cobre Platino Hierro


Tipo de Pieza Procedencia
Gramos % % % % %
Nariguera * Tumba 2 2.487 24 67 7 1 0.8
Nariguera * Tumba 2 3.634 0.5 0.5 98 Nd. 0.4
Nariguera * Tumba 2 1.750 37 12 50 Nd. Traz.
Nariguera * Tumba 2 7.261 Nd. 0.7 99 Nd. 0.3
Nariguera * Tumba 2 4.330 0.7 1.8 97 Nd. 0.5
Arito * Tumba 2 0.587 79 20 Nd. Nd. Traz.
Arito * Tumba 2 0.242 41 9 49 Nd. Traz.
Capítulo - 5

Arito * Tumba 2 0.089 46 23 30 Nd. Traz.


Cuenta ** Tumba 2 0.325 30 3.89 34.37 Nd. 0.88
Fragmento de
Tumba 2 6.116 12.64 2.36 39.07 0.76 0.80
pinza **
Fragmento de
130 Tumba 2 2.792 18.35 2.75 46.67 0.14 0.81
pinza **
Nariguera * Tumba 3 20.190 30 4 56 1.5 0.3
Arito * Tumba 3 0.644 82 17 Nd. Nd. Traz.
* Análisis no destructivos por Fluorescencia de Rayos X
** Análisis por Espectroscopia de Absorción Atómica.
Nd= No detectado. Traz= Traza.

Igualmente, describe los suntuosos objetos estado más institucionalizado que entre los caci-
metálicos utilizados por los caciques de la Pro- cazgos de los períodos anteriores (Figura
vincia de Santana, mandatarios que eran: 5.11).

...y ay mayores señores y de más pundonor y son La producción textil


más Señores en el mandar; beben con vasos de
oro, q(ue) ay vaso que pesa trescientos castella- La producción textil fue una de las activi-
nos, es tierra rica e donde todos los indios po- dades económicas importantes entre los cacicaz-
seen mucha cantidad de joyas. gos Quimbaya Tardío, especialmente los que ex-
plotaban ecosistemas de grandes valles interandi-
Estos adornos metálicos eran utilizados no nos, como por ejemplo, el valle geográfico del
sólo en las diferentes celebraciones cotidianas y río Cauca. Así lo sugieren tanto los datos arqueo-
rituales, sino también en los momentos de en- lógicos como los etnohistóricos. En las tumbas
frentamientos tanto con tribus vecinas, como con de los individuos, tanto de la elite, como de los
los mismos españoles, tal fue el caso de los indí- comuneros, es común encontrar sellos o pintade-
genas de la Provincia de Arma, quienes: ras y sobre todo volantes de huso, los cuales, en
ocasiones aparecen en gran cantidad, colocados
...saliero(n) de guerra a recibir a los españoles como ajuar funerario de los individuos enterra-
muchos indios con armaduras de oro e coronas e dos. En las siete tumbas excavadas en el cemen-
patenas que reluzian todo el campo. terio prehispánico de Dardanelos PK-187+400
fueron rescatados 444 volantes de huso, de los
La generalización de la producción orfe- cuales 196 fueron colocados como ajuar de una
bre, así como su diversificación y el incremento mujer de la elite enterrada en la tumba 2. Por
del consumo del metal por fuera de las élites diri- otra parte, en la tumba 2 del sitio La Margarita
gentes, podrían estar relacionados con una nueva se presentaron 30 volantes de huso.
cosmovisión de los cacicazgos tardíos, entre los
cuales el poder político e ideológico parece haber
Son los caciques muy regalados; muchos dellos,
antes que los españoles entrasen en su provincia,
andaban en andas y hamacas. Tienen muchas
mujeres, las cuales, para ser indios, son hermo-
sas; traen sus mantas de algodón galanas, con
muchas pinturas.

También Juan de Castellanos, de una for-


ma poética dejó consignada para la historia en su
Canto Tercero de la Elegía a Sebastián de Belal-
cázar, la siguiente descripción sobre el tema:

En una gruesa caña cabalgando


Y en ella de su vino cierta pieza
Como botija, con los pies bogando

Capítulo - 5
Donde su voluntad las endereza;
Con rueca y huso todas van hilando,
Cesta de fructa sobre la cabeza,
Y ansí pasan el río más derechas
Que por carreras llanas y bién hechas.
131
Las costumbres funerarias

Los cacicazgos Quimbaya Tardío que ocu-


Figura 5.11. Representación artística en cerámica de caci-
paron el actual territorio antioqueño enterraron a
ques y chamanes. Fotos a y b corresponden a la Cultura sus muertos en cementerios colectivos ubicados
Quimbaya Tardío I y foto c a la Cultura Quimbaya Tardío II cerca de las viviendas, en cuchillas de montañas
Foto a tomada de Arte de la Tierra. Quimbayas 1990: 76, y cimas de las lomas. De igual manera, al interior
Figura 41, altura 22.5 cm. Foto b tomada de Arte de la Tie-
de las viviendas. A pesar de que se presenta una
rra. Quimbayas 1990: 73, Figura 65, altura 39 cm. Foto c
tomada de Labbé 1998: 38, Fig. 15, altura 13 pulgadas. gran variedad de estructuras funerarias, en gene-
ral, las tumbas son de pozo rectangular y una o
dos cámaras laterales de medianas y grandes pro-
La presencia de textiles en los sitios ar-
porciones, la(s) cual(es) se presenta(n) hacia uno
queológicos es muy escasa, debido en gran parte
de los extremos menores del pozo. Pero también
a la alta acidez de los suelos que descomponen
son comunes las tumbas de pozo simple, algunas
fácilmente los elementos orgánicos. Para el Viejo
de las cuales han sido de tipo cancel, cubiertas
Caldas se tiene conocimiento de un fragmento de
con lajas de piedra. Se han documentado entie-
tela proveniente de una tumba guaqueada en el
rros individuales, duales y colectivos en posición
Quindío. Su análisis estableció que en la elabora-
extendida sobre piedras, esteras de fibras vegeta-
ción de la tela fue utilizado hilo fino, regular y
les, tendidos de madera y en sarcófagos de made-
torcido en sentido Z; para la trama fueron utiliza-
ra. Igualmente, cremación parcial y total de los
dos 10 hilos por cm., mientras en la urdimbre
cadáveres y entierros secundarios.
utilizaron 40 hilos por cm. Presentó decoración
geométrica pintada y diseños a base de rectángu-
En el noroccidente de Antioquia, se han
los concéntricos realizados en un color pardo
documentado al menos tres tipos diferentes de
sobre un fondo gris/crema. La decoración pintada
enterramientos prehispánicos tardíos. Las pobla-
sugiere que dicho fragmento de tela pertenece a
ciones portadores del complejo cerámico Inciso
una tradición textil diferente a la que existió entre
con Borde Doblado enterraban a sus muertos en
las poblaciones Muiscas del altiplano cundiboya-
tumbas de pozo circular o rectangular y dos cá-
cense.
maras laterales de forma oval o trapezoidal. En
ellas eran colocados individuos solos o acompa-
La utilización de textiles de algodón para
ñados con sus correspondientes ajuares funera-
elaborar hamacas y mantas es documentada por
rios que podían contener: vasijas, volantes de
Pedro Cieza de León quien en 1.553, en relación
huso, rollos o pintaderas cilíndricas, hachas, cin-
con los pueblos de la Provincia de Zopía, escribía
celes, pesas de red y objetos de metal como
lo siguiente:
alambres de oro y tumbaga y láminas martilladas.
Estas estructuras funerarias fueron referenciadas lar y cámara lateral paralela, tumbas de pozo rec-
por Pedro Cieza de León, quien hablando del tangular sencillo, tumbas de pozo triangular con
cacicazgo de Guaca, anotaba que las tumbas pre- cámara frontal y tumbas de pozo cilíndrico con
sentaban una: cámara lateral. Sus profundidades oscilan entre
1,20 y 3,79 metros. Son comunes tanto los entie-
...bóveda muy laborada, la boca al nacimiento rros primarios individuales como colectivos. El
del sol, en la cual estaban muchas ollas llenas de ajuar funerario consta de: objetos cerámicos ente-
joyas de oro muy fino. ros y fragmentados, líticos y restos de animales.
Una estructura funeraria del sitio La Germania-8,
Un segundo tipo de tumbas, las de pozo tenía una laja rectangular de filita cubriendo la
recubierto con grandes lajas de piedra, se han entrada del pozo de forma cilíndrico. 20 escalo-
reportado en Mutatá. Y por último, en la re- nes se labraron en las paredes del pozo para des-
gión de Dabeiba y Buriticá se han descubierto cender a la cámara. En Génova-Y6 se descu-
entierros en túmulos o montículos con fechas brieron en el piso de la cámara cuatro canales (12
muy tempranas del siglo V d.C. y los cuales, de cm de ancho por y 100 cm. de largo en prome-
Capítulo - 5

acuerdo a las crónicas, seguramente existieron dio), que seguramente fueron hechos para ajustar
hasta el momento de la conquista española. algún tendido de madera que servía de platafor-
Estas tumbas parecen haber sido típicas de las ma al cadáver. En el piso del pozo, justo a la en-
poblaciones del cacicazgo de Nore, y según Cie- trada de la cámara aparecieron cuatro huellas de
za corresponderían a estructuras funerarias donde postes de madera que tapaban la entrada.
132 enterraban a los caciques:
Las costumbres funerarias de los cacicaz-
cuando se mueren los principales señores destos gos Quimbaya Tardío I en el norte del valle geo-
valles llóranlos muchos días arreo, y tresquílan- gráfico del río Cauca pudieron estudiarse en gran
se sus mujeres, y mátanse las más queridas, y medida en el cementerio prehispánico de Darda-
hacen una sepultura tan grande como un peque- nelos PK-187+400, donde fueron excavadas siete
ño cerro, la puerta della hacia el nacimiento del estructuras funerarias fechadas entre 700 y 1300
sol. Dentro de aquella tan gran sepultura meten d.C. Durante unos mil años las poblaciones del
al difunto lleno de mantas y con el oro y armas lugar enterraron a sus muertos tanto dentro de las
que tenía. viviendas, como especialmente en cementerios
ubicados cerca de estas, en las partes bajas de las
En el Cerro del Volador, ubicado en el colinas suaves de la Formación Zarzal. Las tum-
Valle de Aburrá, fueron estudiadas varias estruc- bas eran de pozo rectangular con cámara lateral
turas funerarias del período preconquista, las cua- (de forma rectangular o semirectangular) y ni-
les presentaron pozo rectangular con una cámara chos. La entrada a las cámaras de algunas de
lateral de forma circular o semielíptica, con pro- ellas era tapada con palos colocados verticalmen-
fundidades entre 2 y 4,5 metros. Una de las prin- te. Practicaban diversas formas de entierro, entre
cipales características de las cámaras fue la pre- las cuales logramos documentar la cremación
sencia de acanaladuras longitudinales asimétricas parcial de los cuerpos, el entierro primario en
sobre las paredes y el techo, simulando la arma- posición extendida sobre el suelo o en esteras de
zón que sostiene las paredes y el techo de una fibras vegetales y el entierro secundario de hue-
vivienda. Esta alegoría de las casas que ocuparon sos desarticulados. Los ajuares funerarios consta-
en vida los indígenas representa simbólicamente ban de objetos cerámicos (vasijas, figuras antro-
el carácter sagrado de los espacios rituales y la pomorfas, morteros y volantes de huso), líticos,
necesidad de que el individuo continuara vivien- metal y huesos de animales. La cantidad de estos
do en el más allá en su espacio doméstico. Segu- objetos dependía del status social del individuo
ramente, como lo plantea un autor: “la tumba y el enterrado. La tumba 2 fue de especial interés,
espacio que representa, es parte integral del cos- tanto por sus dimensiones (profundidad total 720
mos, el mundo de abajo o mundo de los muertos, m, largo de cámara 800 cm., ancho 360 cm. y
pero como vivienda o casa es también el cosmos altura 335), como por la gran cantidad de objetos
y el origen, es decir, el retorno a la madre uni- colocados como ajuar funerario, fue la tumba 2.
versal o a la creación.” En la cámara de esta construcción funeraria, fe-
chada en 1.200 d.C. fue enterrada en posición
En Pereira se presentan cuatro formas bási- extendida una mujer adulta (20-25 años) pertene-
cas de enterramiento: tumbas de pozo rectangu- ciente seguramente a la elite gobernante (chamán
o cacica?). Su ajuar lo constituyó más de 800
objetos de cerámica, piedra y metal, entre enteros
y fragmentados, la mitad de los cuales, especial-
mente enteros, fueron hallados en la cámara. 777
de estos objetos fueron cerámicos correspondien-
tes a: ollas, cuencos simples y con base troncóni-
ca, cántaros, botellones, platos, morteros y vo-
lantes de huso. Los artefactos líticos fueron meta-
tes, manos de moler, bases de molienda y hachas.
Los 27 objetos metálicos recuperados de la cá-
mara de esta tumba eran narigueras macizas y
laminares, láminas y cuentas de collar manufac-
turadas en oro, cobre y tumbaga.
Figura 5.12. Detalle del esqueleto y del ajuar funerario en-
contrado en la cámara de la tumba 28 del cementerio prehis-
48 estructuras funerarias estudiadas entre pánico en la Hacienda El Carmen.

Capítulo - 5
1.981 y 1.994 en los cementerios prehispánicos
de La Margarita y El Carmen, han permitido cial de los parietales, estaba mirando hacia el no-
conocer importantes aspectos relacionados con el roeste. Otro entierro se encontró enseguida, al su-
hombre y los patrones culturales de las poblacio- reste del entierro anterior. Estaba en posición exten-
nes que conformaron el Cacicazgo de Guabas, dida y correspondió a una mujer adulta que miraba
entre 700 y 1.300 d.C. (Cultura Quimbaya Tardío hacia el SW. Una segunda mujer adulta fue enterra- 133
I). Los patrones funerarios se caracterizaron por da en posición extendida enseguida, al sureste del
tumbas de pozo rectangular simple con uno o dos entierro anterior. Su cráneo estaba mirando también
nichos, de pozo rectangular con cámara lateral, la hacia el sureste. Tres individuos masculinos adultos
cual era construida en uno de los lados mayores fueron enterrados en posición extendida en direc-
del pozo. Los tipos de entierro incluían crema- ción opuesta a los tres primeros. El esqueleto tanto
ción parcial, primario individual sobre el suelo o craneal como poscraneal de todos estos individuos
sobre esteras de fibras vegetales, primario dual y presentó evidencias de calcinación parcial, lo que
colectivo. También se presentó entierro secunda- indica que los cuerpos fueron quemados antes de
rio de huesos dispersos y en urnas funerarias de enterrarlos. El ajuar funerario de esta tumba constó
cerámica. El ajuar funerario que era colocado en de 31 objetos: veinte objetos cerámicos, un puñal
las cámaras y en los pozos fragmentado, estaba en hueso de venado, cinco agujas también en hue-
compuesto por vasijas domésticas y de uso ritual so, tres colmillos de mamíferos utilizados como
(ollas, cuencos sin base y con base troncónica, dijes de collares y dos piezas de metal. La mayor
ollas-cuenco, platos, cántaros de cuerpo globular parte de éste, fue colocado hacia el este, cerca de la
y cilíndrico, botellones, poporos, figuras antropo- cabeza de los tres primeros individuos. Dos precio-
morfas huecas con tatuaje y macizas y volantes sas figuras antropomorfas aparecieron entre los
de huso), artefactos de piedra (metates, manos de cráneos del individuo adulto y una de sus acompa-
moler, cinceles, hachas), adornos de metal ñantes (Figura 5.13).
(narigueras, aritos, cuenta de collar, elaboradas
en oro, cobre y tumbaga), artefactos de hueso Similares patrones de enterramiento pre-
(agujas, cuentas de collar, dijes, puñales- hispánico se presentaron en el cementerio de Al-
desangradores y flautas elaboradas en fémur de macafé, perteneciente a la Cultura Quimbaya
venado) y huesos de animales (Figura 5.12). Tardío II. Allí se estudiaron seis tumbas de pozo
rectangular y cámara lateral casi ovoidal, las cua-
La tumba No.3 del cementerio de La Mar- les corresponden seguramente al siglo XIV d.C.
garita, fechada en 1.120 d.C., presentó caracte- La principal forma de entierro de hombres y mu-
rísticas especiales que permiten relacionarla con jeres sencillos de la comunidad fue el primario
el entierro de un individuo de la elite. Allí fue individual, dual y colectivo. El modesto ajuar
encontrado un entierro múltiple de seis personas funerario constó de vasijas cerámicas (ollas con
a 280 cm. de profundidad, las cuales fueron par- asas, cántaros pequeños y medianos de cuerpo
cialmente quemadas. El esqueleto del entierro simple y compuesto, algunos de ellos con dos
principal, posiblemente un cacique adulto, se en- asas, cuencos, ollas-cuenco, copas y vasijas tipo
contró recostado sobre la pared NW en posición “mocasín”), rodillos-pintaderas, volantes de huso
extendida. Su cráneo, que tenía deformación artifi- y silbatos.
caracterizaban porque el poder de los caciques no
se extendía más allá de las fronteras de su grupo
local. El poder era heredado por el hijo mayor del
cacique o, en su defecto, por el hijo mayor de su
hermana. El segundo modelo está representado
por las jefaturas de las provincias de Umbra, Ca-
ramanta y Cartama, las cuales compartían un
mismo tipo de organización sociopolítica. Y a
pesar de ser cacicazgos diferentes, se unían en
una confederación cuando era necesario defender
sus territorios de enemigos externos. Jorge Ro-
bledo describe cómo los cacicazgos de Umbra se
unieron bajo la dirección del cacique Ocusca pa-
ra atacar la ciudad de Cartago.
Capítulo - 5

... y estando visitando la tierra el cacique Ocusca


comenzó a confederarse con sus parientes y ami-
gos para venir sobre la ciudad y por otro cabo
que diesen con el señor capitán y con la gente
que con el estaba...
134
Asimismo, el cacicazgo de los Arma tenía
una organización política compleja. Era una es-
pecie de confederación de jefaturas, que integra-
Figura 5.13. Entierro colectivo en la tumba 3 del cementerio ba un amplio territorio bajo el dominio de un po-
prehispánico La Margarita. der central en cabeza del cacique Maytama. Ro-
bledo nos comenta que al entrar al territorio de
La estructura social estos indígenas:
Los datos arqueológicos y etnohistóricos ... se fue a aposentar a una loma alta donde esta-
sugieren que los cacicazgos que existieron en los ba una buena población y allí estuvo ocho días
actuales territorios de Antioquia y el Viejo Cal- aposentado y le vinieron muchos caciques e indi-
das, los cuales compartían la Cultura Quimbaya os de paz y con presentes de oro y comida ... y
Tardío II tenían básicamente dos formas de jerar- desde allí se parecía otra población muy grande
quización compleja: los cacicazgos simples, de donde decían estaba el señor principal de toda
carácter local, dirigidos por un cacique que tenía esta tierra ... e aquí en este pueblo el señor de la
autoridad en su territorio, y los cacicazgos com- tierra que se dice Maytama.
plejos o señoríos, que representaban grandes uni-
dades territoriales dirigidas por un cacique prin- Este tipo de organización sociopolítica
cipal o señor. Estas últimas eran sociedades que compleja también fue compartida por los caci-
se distinguían de las jefaturas simples porque la cazgos Quimbaya, los cuales lograron conformar
redistribución era más asimétrica y además por- una gran confederación de jefaturas dirigidas por
que utilizaban otros mecanismos de circulación caciques secundarios, cuyo centro político y eco-
como la tianguez o mercado. Pero, principalmen- nómico estaba ubicado en la cuenca del río Tacu-
te, porque ejercían el control territorial sobre rumbí o Chinchiná. Este señorío de grande di-
otros núcleos poblacionales dependientes de un mensiones regionales, estaba dirigido, en el mo-
gran centro político y religioso. La articulación mento del contacto español, por el gran señor
dinámica de estos dos sistemas sociopolíticos fue Tacurumbi. La magnitud de este señorío la des-
lo que encontraron los invasores españoles al cribe Robledo de la siguiente forma:
llegar a la región geohistórica del Alto y Medio
Cauca en la primera mitad del siglo XVI. ... e otro día volvió la dicha gente le trujeron un
indio de autoridad [...] e le pregunto [el capitán
Representante del primer modelo fue el Robledo] por los caciques de la tierra e le dio
cacicazgo de la Provincia de Los Pozo, confor- por relación que había sesenta caciques e los
mado por unidades sociopolíticas locales, deno- contó por sus nombres y pueblos […] e otro día
minadas por los españoles behetrías, las cuales se
siguiente vinieron muchos caciques con mucha Es muy interesante la descripción que hace
gente e comida e cada día no hacia sino ir y ve- Cieza de León sobre algunos pueblos sujetos a
nir caciques e yndios en mucha cantidad... Popayán, entre los cuales entierran a sus señores:

Por otro lado, contamos con valiosa infor- ...con algunas de sus mujeres y hacienda, y con
mación arqueológica, bioantropológica y etnohis- mucho mantenimiento y de su vino.
tórica que nos permite hablar sobre la existencia
de una importante diferenciación social entre la Tal vez, como una evidencia arqueológica
población de estas sociedades cacicales. Así, por de la poligamia de los caciques podría ser consi-
ejemplo, los siguientes atributos mínimos pare- derada la tumba 3 del cementerio prehispánico de
cen haber sido exclusivos de los individuos de la La Margarita, donde, como ya lo anotamos, jun-
elite (caciques, chamanes y capitanes): poliga- to con el entierro principal aparecieron los esque-
mia, viviendas grandes, deformación craneal, letos de dos mujeres adultas.
adornos suntuosos de metal, entierros especiales,
ajuar funerario cuantitativamente mayor, bancos También los cronistas nos hablan de que

Capítulo - 5
para sentarse, uñas largas, cuidado del cabello y los caciques tenían casas más grandes que las del
tatuaje corporal. resto de la población. En Anserma, relata Cieza:

Sobre la poligamia de los caciques tanto Los señores o caciques, y sus capitanes tienen
principales, como secundarios, nos relatan fre- casas muy grandes, y a las puertas de ellas pues-
cuentemente los cronistas, quienes indican ade- tas unas cañas gordas, delas de estas partes, que 135
más, que varias de sus mujeres eran enterradas parecen pequeñas vigas, encima de ellas tienen
con él cuando moría. Al respecto es clásica la puestas muchas cabezas de sus enemigos.
descripción que hace Robledo en la Relación de
Anzerma sobre los caciques de las provincias de Otro atributo de poder era el uso de ador-
Apia, Chatapa, Andica, Taupa y Umbría. nos y objetos suntuosos de metal. Los caciques
de la Provincia de Quimbaya:
Los indios naturales destas provincias son gente
bien tratada y tiene(n) a sus señores en mucho,, ...eran muy ricos de oro. De todas las cosas que
traenlos en honbros quando van (a) alguna p(ar) por los ojos eran vistas tenían ellos hecho joyas
te que ellos se an de mostrar e ansí los traya(n) de oro, y muy grandes vasos, con que bebían de
quando me venya(n) a ver de paz, husan llevar su vino. Uno vi que dio el cacique llamado Tucu-
consigo diez o doze mujeres muy bien adereza- rumbi al capitán Jorge Robledo, que cabía en el
das y hermosas y quando lo abaxan de los hom- dos azumbres de agua. Otro dio este mismo caci-
bros de los indios los tomasn esta mujeres sin que a Miguel Muñóz, mayor y más rico.
que toquen al suelo y los asientan encima de sus
muslos y otros le toma los pies porque no le lle- Asimismo Robledo nos comenta lo si-
guen al suelo por mayor vener(aci)ón, aquellas guiente sobre los caciques de cerca de Santana:
mujeres de las que trae consigo las más dellas
son sus mugeres y otras criadas. ...y son más Señores en el mandar, beben con
vasos de oro q(ue) ay vaso que pesa trescientos
También Cieza de León comentaba lo si- castellanos...tienen sus cuchares de oro y vasijas.
guiente sobre los caciques de la Provincia de Ar-
ma: Referente a los ritos relacionados con la
muerte y el entierro de los caciques, el mismo
...Los señores se casan con la mujeres que más Robledo nos describe, con lujo de detalles, sobre
les agradan...los señores pueden tener muchas. la elite de los indígenas de Humbra o Anserma lo
siguiente:
Y en la Provincia de Carrapa:
La man(er)a que tienen en el enterrarse quando
Los señores principales se casan con sus sobri- se muere algún Señor es en el campo en parte
nas, y algunos con sus hermanas, y tienen mu- escondida e ansi haze(n) la sepoltura con cria-
chas mujeres. dos y gente que guarden secreto dónde está y
primero que lo entierre(n) le ponen entre dos
fuegos en una barbacoa a man(er)a de parrillas
a deaynar hasya que se para muy seco y después
de muy seco le enbixan con aquella bixa colora- Robledo, caciques de las provincias de Apia,
da que ellos estando bibos se ponen y ponenle su Chatapa, Andica, Hunbria y Taupa:
chaquira en las piernas y brazos y todas las jo-
yas de oro q(ue) él estando bibo se ponya en sus Traen sus guirnaldas de diversas maneras en las
fiestas y envuélvele en muchas mantas de algo- cabezas en que se cosen el cavello porque los
dón que pa(ra) aquel efecto tiene(n) hechas y señores lo usan traer muy largo, usan las uñas
guardadas de mucho // tiempo y es la cantidad largas, y mientras uno es más gran Señor más
de mantas q(ue) le ponen tanta q(ue) hazen un largas las tiene, curan el cavello mucho y ellos
bulto como un tonel que veynte honbres tienen en sí son muy regalados.
arto que alzar, y van tan por horden puestas y
cosida q(ue) ay que deshacer en él para quitárse- La elite de los caciques se diferenciaba
las quando alguno se topa mucho y después de igualmente de los comuneros por la clase de
puesta toda esta estando él en medio della en- adornos que usaban en sus vestimentas. En las
vuelto en sus algodones le llevan a la sepoltura q provincias antes mencionadas:
(ue) tienen hecha y allí matan dos indios de los
Capítulo - 5

que a él le servían y pónenle el uno a los pies y el Tienen pa(ra) ceñirse por el cuerpo los
otro a la cabeza. La sepoltura es muy honda e de que son Señores unos cinchos de aquella chaqui-
dentro hecha una gra(n)de bóveda que pueden ra blanca y de Chaquira de oro y de cautos de
estar quatro de a caballo con una puerta que se oro hasta un palmo de ancho dello el qual entre
cierra con unos palos que no se pudren y ansí ellos vale mucha cantidad. Y este es para meter
136 queda el caicique en su bóveda y cirrada esta el maure con que tapan sus vergüenzas q(ue) es
puerta se salen los indios que metieron al caci- vara y media de largo de lienzo de algodón muy
que e ynchen de tierra aquel hoyo q(ue) han pintado y una de ancho y meten el un cavo que
hecho ques muy grande de quatro o cinco esta- les cuelga por delante con que las atapa(n) y
dos en alto y queda el caciq(ue) metido en hueco toma el otro debaxo de las piernas y métenle por
y para que no se vea que allí avido sepoltura ny el cincho y cuélgales un rabo que llega casi al
señal della labran encima y syenbran mayz o tras suelo.
cosas por manera que no se vea ni aya señal,
quando el cacique meten en aquella bóveda a un Y finalmente, debemos mencionar los ta-
cavo della ponen sus armas e sillas en que se tuajes corporales que frecuentemente utilizaban
solían asentar y tazas con que solía beber e basi- los caciques. En su Crónica de Anserma Robledo
jas llenas de bino y platos llenos de las maneras nos comenta sobre los caciques también de las
de manjares que él solía comer y dicen que lo provincias de Apia, Chatapa, Andica, Hunbria y
hazen para que coman de noche y ansí escuchan Taupa:
de noche encima de la sepoltura muchos días
para ver si lo oyrá(n) e como ellos son abusione- ...traen los siñores la cara muy pintada de diver-
ros e mylagrosos e qualquyer cosa creen, ispe- sas pinturas y colores.
cialmente algunos que entre ellos ay maesos
hazen creer que hablan e que come e que pre- Estas informaciones de los cronistas han
gunta por sus padres y por su gente. Primero que sido verificadas por las investigaciones arqueoló-
le entierre(n), le tiene(n) muerto en casa más de gicas modernas. En muchas tumbas excavadas
dos meses e cada noche hazen fiestas de borra- han aparecido como ajuar funerario figuras antro-
cheras e allí le lloran e allí le alavan de las pomorfas huecas o macizas que seguramente re-
hazañas que solía hazer a manera de endechas, presentan individuos de la elite, las cuales pre-
quando alguna siñora se muere hechan muy po- sentan pintura positiva roja o negativa en el cuer-
co oro con ella e entiérrenla en otra sepoltura po, pero especialmente en el rostro. Tal es el ca-
por sí, y quando tiene el Siñor alguna cantidad so, por ejemplo, de las figuras antropomorfas
de oro demás de las joyas que él solía poner qu- encontradas en el sitio de La Margarita y los re-
yebranlo todo y hazenlo pedazos con piedras y tablos de cabeza rectangular que se encuentran en
échanlo en la sepolt(ur)a con él como cosa que tumbas tardías del Viejo Caldas. Decoración in-
pues él muere que perezca todo. cisa y pintada, a manera de pintura facial, es típi-
ca en vasijas del Complejo cerámico Guabas del
Igualmente, los cronistas nos hablan de Valle del Cauca. Igual decoración incisa, repre-
que los jefes tenían por costumbre llevar las uñas sentando seguramente pintura corporal, también
largas y el cabello largo y bien arreglado. Según
es común en vasijas domésticas del Complejo
cerámico Aplicado Inciso de Caldas.

LA SOCIEDAD SONSO
(500 – 1.550 d.C.)

El territorio

Desde el 500 d.C. aparecen en la región


Calima grupos humanos con expresiones cultura-
les diferentes, los cuales posiblemente coexistie-
ron con las poblaciones Yotoco/Malagana en
unos mismos territorios, por lo menos durante
Figura 5.14. Vista de la región de Jiguales que forma parte
varios siglos. El epicentro de desarrollo de la del valle del río Calima. Al fondo puede verse el municipio
Sociedad Sonso estaba localizado en la región de Calima-Darién.

Capítulo - 5
Calima, en territorio de los actuales municipios
de Dagua, Restrepo, Calima-Darién, La Cumbre joven. Según los restos óseos de los individuos
(Figura 5.14). No obstante, estos cacicazgos tam- recuperados, las edades oscilan desde los 0 años
bién ocuparon la llanura aluvial del pacífico va- (incluyen individuos en etapa de gestación), has-
llecaucano y la margen izquierda del río Cauca ta los 45 años como edad máxima reportada.
en los municipios de Yotoco, Vijes y Yumbo. Además, hay una significativa población entre 137
En la llanura aluvial del pacífico los sitios ar- los 0 y 4 años que corresponde a la etapa de vida
queológicos Sonso más representativos son Mun- donde hay más peligro de muerte, y de hecho,
guidó, San Luis I y San Luis II, Callemansa, donde se evidenció más mortalidad. La edad más
Marcela I, Ordóñez I y Tatabrito IV. En la cor- productiva fue la de los adultos jóvenes, entre 20
dillera occidental debemos mencionar los yaci- y 25 años, los cuales debieron ser los encargados
mientos de: La Cabaña I, Atuncela II, El Dora- de ejecutar muchas de las labores cotidianas más
do, La Suiza, Vélez, Varsovia, Tres Esquinas, pesadas. La esperanza de vida de la gente Sonso
Ceilán, Cortijo de los Calima, La Primavera, se estimó en 17,9 años.
Samaria, Jiguales I, Jiguales II, Vijes, La Virgi-
nia, La Purilia, Arboledas, La Amapola, La So- Por ejemplo, en el cementerio de Guacan-
fía, Rancho Grande, Montecito, Ocache, La Boli- dá (municipio de Yumbo), la muestra representó
via y Pavitas. Sobre la margen izquierda del río varias cohortes distribuidas así: de 0 a 4 años; de
Cauca están los sitios de Moralba, Yocambó y 15 a 19 años; de 20 a 24 años; de 24 a 29, en
Guacandá (Figura 5.1). donde tan sólo en la cohorte de 20 a 24 años, pre-
dominó el personal masculino respecto al feme-
Cronología nino. Una importante cantidad de individuos no
pudieron ser identificados sexualmente, pero a
Para la ubicación cronológica de los caci- grandes rasgos, las mujeres estuvieron más repre-
cazgos Sonso contamos con 54 fechas absolutas sentadas que los hombres. En general, los Sonso
obtenidas por radiocarbono y termoluminiscen- fueron una población de baja estatura. Dos indi-
cia. Cuatro de estas fechas corresponden al perío- viduos masculinos adultos provenientes de tum-
do colonial (siglos XVII- XIX) (Tabla 5.3). bas excavadas en Dagua, presentaron una estatu-
ra de 158,0 ± 3,6 cm. y 160,464 ± 3,6 cm. respec-
La población tivamente. Estos datos concuerdan con los de las
poblaciones del cementerio prehispánico de Gua-
Actualmente contamos con los restos candá. Así, por ejemplo, una mujer adulta ente-
óseos de unos 100 individuos, entre niños y adul- rrada en la tumba 15 presentó una estatura de 157
tos, cuyo estudio nos ha permitido caracterizar, al ± 5,4 cm. Otra mujer adulta de la tumba 17 tenía
menos preliminarmente, a la población Sonso. una estatura de 156 ± 5,85 cm. Igualmente, una
Estas muestras provienen de las excavaciones mujer adulta encontrada en la tumba 18 arrojó
arqueológicas llevadas a cabo en cementerios 158 ± 5,15 cm. de estatura. También otra mujer
prehispánicos de Dagua y Yumbo. De acuerdo a de la misma tumba tenía 159 ± 6.43 cm. La me-
los datos obtenidos parece que la población de nor estatura la presentó una mujer de la tumba
esa época se caracterizó por ser relativamente 21, la cual presentó 154,86 ± 5,15 cm.
Tabla 5.3. Cronología absoluta de la Cultura Sonso.

Datación d.C. No.


Sitio Referencia
Fechas sin calibrar Laboratorio
La Purilia (Calima) 530± 70 Beta-4679 Gähwiler 1988
Samaria-T48 (Calima) 540 ± 90 Beta-39368 Rodríguez y Salgado 1990
San Luis
550 ± 60 Beta-27884 Rodríguez 1989
(Llanura aluvial del Pacífico)
La Virginia (Calima) 610 ± 75 Beta-1501 Bray et al. 1981
Jiguales-V2 (Calima) 650 ± 80 Beta-16945 Salgado 1993
Arboledas (Calima) 680 ± 80 Beta-4221 Gähwiler 1988
La Amapola-T4 (Calima) 710 ± 70 Beta-4680 Gähwiler 1988
Capítulo - 5

Samaria-T8 (Calima) 730 ± 50 Beta-35577 Rodríguez y Salgado 1990


Tres Esquinas (Calima) 765 ± 75 Beta-1835 Bray et al. 1981
Samaria-T18 (Calima) 780 ± 80 Beta-35578 Rodríguez y Salgado 1990
138 La Amapola-T5 (Calima) 890 ± 80 B-4681 Gähwiler 1988
La Amapola-T1 (Calima) 920 ± 80 B-4332 Gähwiler 1988
Guacandá (Valle del Cauca) 1010 ± 60 Beta-144241 Rodríguez et al. 2000
Río Munguidó
1030 ± 50 Beta-59 Herrera et al. 1982-83
(Llanura aluvial del Pacífico)
La Sofía (Calima) 1050 ± 90 B-4030 Gähwiler 1983
Rancho Grande (Calima) 1060 ± 70 B-4682 Gähwiler 1988
Montecito (Calima) 1130 ± 150 * OxA-107 Herrera et al. 1982-83
Ocache-T3 (Calima) 1140 ± 50 B-4031 Gähwiler 1983
Guacandá-T21 (Valle del Cau-
1150 ± 60 Beta-146236 Rodríguez et al. 2000
ca)
La Bolivia-T1 (Calima) 1150 ± 100 * Alpha-3030 Gahwiler 1988
El Dorado-P1 (Calima) 1160 ± 50 Beta-6819 Bray et al. 1985
Montecito (Calima) 1170 ± 150 * OxA-106 Herrera et al. 1982
Samaria-T56 (Calima) 1170 ± 60 Beta-39369 Rodríguez y Salgado 1990
El Billar-TVII (Calima) 1190 ± 60 Beta-4907 Bray et al. 1983
Samaria-T27 (Calima) 1190 ± 50 Beta-39366 Rodríguez y Salgado 1990
Lusitania-Z5B (Calima) 1230 ± 90 Beta- Bray et al.1985
Guacandá-T20 (Valle del Cau-
1230 ± 80 Beta-146235 Rodríguez et al. 2000
ca)
Von Schuler-Schömig
MartínVélez-TB(Calima) 1235 ± 45 HV-7338
1981
Varsovia (Calima) 1235 ± 60 IVIC-160 Bray y Moseley 1976
Samaria-T58 (Calima) 1240 ± 70 Beta-39370 Rodríguez y Salgado 1990
Moralba-Tr2 (Calima) 1240 ± 60 IVIC-596 Bray y Moseley 1976
La Primavera (Calima) 1250 ± 85 NPL-60 Bray y Moseley 1976
La Suiza (Calima) 1280 ± 80 Beta-3509 Bray et al.1983
Tabla 5.3. Cronología absoluta de la Cultura Sonso. Continuación.

Jiguales I-T3 (Calima) 1330 ± 40 LE-2466 Rodríguez y Bashilov 1988


Moralba (Calima) 1335 ± 30 GrN-5763 Bray y Moseley 1976
Varsovia (Calima) 1340 ± 70 B-2570 Bray et al. 1981
Varsovia (Calima) 1390 ± 70 B-2568 Bray et al. 1981
La Amapola-P1 (Calima) 1390 ± 50 Beta-4684 Gähwiler 1988
Ceilán (Calima) 1440 ± 70 * Alpha 1740 Bray et al. 1985
Samaria-T34 (Calima) 1440 ± 50 Beta-61720 Herrera y Morcote 2000
El Dorado-P4 (Calima) 1422 ± 20% * Alpha 1520 Bray et al. 1985
El Dorado (Calima) 1465 ± 65 Beta-4906 Bray et al. 1985
Moralba-Tr2 (Valle del Cauca) 1480 ± 45 Gr-5761 Bray et al. 1976

Capítulo - 5
Varsovia (Calima) 1490 ± 70 Beta-2568 Bray et al. 1981
Ceilán (Calima) 1520 ± 120 Beta-11805 Bray et al. 1985
Pavitas-T1 (Calima) 1530 ± 70 B-4716 Gähwiler 1988
Moralba-Tr2 (Valle del Cauca) 1550 ± 70 GrN- 4695 Bray y Moseley 1976
139
Jiguales I-P4 (Calima) 1550 ± 70 Beta-10333 Rodríguez y Bashilov 1988
Guacandá-T17 (Valle del Cau-
1560 ± 80 Beta-146234 Rodríguez et al. 2000
ca)
Yocambó (Valle del Cauca) 1580 ± 70 GrN - 4695 Bray y Moseley 1976
Cortijo de los Calima (Calima) 1640 ± 70 Beta-1834 Bray et al. 1981
Atuncela II (Calima) 1680 ± 50 Beta-96577 Alarcón 1995
Varsovia (Calima) 1710 ± 80 B-2569 Bray et al. 1981
San Antonio I. (Calima) 1810 ± 70 Beta- 58967 Blanco 1993
* Muestras procesadas por Termo luminiscencia.

Las lesiones óseas presentadas por la po- Las características de tipo cultural a las
blación son casi todas de tipo cultural y muy po- que hacen referencias éstas lesiones son general-
cas de origen genético, fundamentalmente la En- mente ocasionadas por las actividades diarias,
fermedad Articular Degenerativa (EAD), enteso- tanto domésticas como agrícolas, o de algún or-
patía, espondilitis anquilosante, osteoartritis, os- den económico. En el caso especial de la enfer-
teoartrosis y afección temporomandibular medad articular degenerativa (EAD), que afectó
(ATM). De tipo dentario, las más frecuentes fue- no sólo a las poblaciones Sonso, sino también a
ron la caries, el cálculo supragingival, abscesos varias sociedades prehispánicas (por ejemplo,
periapicales y la hipoplasia en el esmalte, todas Quimbaya Tardío), tiene relación directa con el
de origen cultural, excepto la hipoplasia que es soporte de cargas con pesos excesivos. Por lo
considerada una lesión de origen ambiental, de- general, esta patología se refleja en el sistema
bido a la carencia o malabsorción de hierro. Otras vertebral y en algunos casos en la región pélvica
lesiones detectadas, pero en muy bajo porcentaje, y extremidades inferiores. Pero puntualmente, el
fueron algunos casos de pérdida dental antemor- área de la columna y costillas se afecta en gran
tem, taurodontismo, desgaste severo sin forma- manera cuando el cuerpo debe soportar pesadas
ción de dentina secundaria, dilaceración, amelo- cargas. Así que, actividades como el transporte
génesis imperfecta y tumores radicales. En muy de materiales o intercambio de productos, lleva-
bajo porcentaje la población presentó enfermeda- ron al hombre a hacer las veces de "mula de car-
des genéticas tales como la malformación coro- ga" y desplazarse por largos trayectos.
nal y radicular, germinación coronal y mal posi-
ción. También se evidenciaron fracturas de hue- Estos largos desplazamientos con pesadas
sos largos como el cúbito. cargas sobre sus espaldas, así como diversas acti-
vidades al interior de la comunidad que implica-
ran fuerza (remar, construir casas, etc.), produje-
ron en el registro óseo la seña de marcadas inser-
ciones musculares en la región de la nuca, que
prueban una vez más el tipo de actividad ejerci-
da. Otras lesiones como la osteoporosis, o las
deficiencias a nivel dental, surgen como producto
de una alimentación inadecuada, ya sea por de-
fecto o exceso de determinado grupo de alimen-
tos. En el sistema dental también fue frecuente
cierto tipo de molestias provocadas por labores
Figura 5.15. Cántaros con representación de individuos que
relacionadas con la producción textil, en donde el presentan adornos como narigueras y collares. (Foto del
individuo utilizó los dientes para sujetar y trozar Museo Arqueológico “Julio César Cubillos” de la Universi-
cuerdas. dad del Valle. CRIA-472. Altura 26.5 cm.).
Capítulo - 5

Finalmente, revisando el material cultural, mitido conocer que las poblaciones Sonso que
especialmente cerámico, encontramos también explotaban los diferentes ecosistemas de la llanu-
una descripción del hombre Sonso. Cabe anotar ra aluvial del pacífico tenían sus asentamientos a
que esta sociedad no se caracterizó por crear un lo largo de ambas márgenes del río Calima hasta
arte realista, ni sus alfareros o metalurgos se pre- la desembocadura del río San Juan. Las huellas
140 ocuparon por hacer representaciones antropomor- de los postes de las viviendas, aparecidas en el
fas realistas, como si lo hicieron las comunidades estrato cultural de la primera ocupación cultural
Ilama y Yotoco/Malagana. Sin embargo, las re- del sitio San Luis, correspondientes al siglo VI
presentaciones humanas que conocemos destacan d.C., no permitieron determinar la forma de las
una prominente nariz aguileña con nariguera in- construcciones, cuyo piso seguramente se funda-
cluida, ojos "grano de café" o en forma de ranura mentaba en una plataforma de madera, tal como
y la boca, al igual que el cuerpo en general, pue- lo describieron los conquistadores en la primera
de estar o no indicada en las figuras. En el caso mitad del siglo XVI y lo evidencian las viviendas
de las figuras modeladas sobre vasijas, éstas a de los actuales indígenas Waunana y Embera de
veces se confunden con falsas asas o partes en sí la costa pacífica colombiana. En la región cor-
del recipiente; pero se trata de figuras hechas sin dillerana los asentamientos dispersos, algunas
ninguna intención de trasmitir lo que en esencia veces, se encuentran sobre las cimas y las pen-
era la apariencia física del hombre de la época. dientes a manera de plataformas, las cuales se
No hay una distribución proporcional del cuerpo, hacían generalmente cavando contra la pendien-
ni indicios de sexo o edad y mucho menos de la te, retirando la ceniza volcánica hasta llegar al
actividad que pudiera estar desarrollando; las límite del suelo arcilloso rojo sobre el cual apla-
figuras son en general, imágenes chatas, bidi- naban creando una superficie más o menos plana
mensionales, en donde la cabeza es rectangular y de 5 a 10 metros, donde eran construidas las vi-
muy ancha. Lo único que pareció importar a la viendas familiares. Las plantas de las viviendas
hora de hacer estos objetos fue la pintura facial. presentan diversas formas: circulares, ovales y
El maquillaje lo aplicaron sobre las mejillas con rectangulares.
un color rojo proveniente quizá del achiote. Hay
una representación típica de éste periodo conoci- Uno de los ejemplos de un patrón nucleado
da como "olla reina", que está presente tanto en lo constituye el Poblado Prehispánico Cabo de
ollas, como en cántaros, y la cual exhibe collares la Vela, excavado en el corregimiento de Jiguales
de una o dos vueltas (Figura 5.15). También apa- (municipio de Calima-Darién) entre 1.983 y
recen ilustraciones antropomorfas en vasos, urnas 1.984. Allí fueron halladas una plataforma cen-
y las figuras en sí, las cuales a veces muestran tral en la cima del cerro, la cual tenía unos 500
adornos como tocados o diademas sobre la cabe- m2 y además 24 plataformas pequeñas y media-
za, representado posiblemente a individuos de la nas sobre las pendientes del cerro. En este sitio
elite. fue excavada totalmente una de estas plataformas
Sonso (Plataforma No.4) y fechada en 1.550 d.C.
Los poblados y las viviendas La presencia de varias huellas de postes permitió
reconstruir la edificación que se había realizado
Los estudios arqueológicos realizados en en ella. Se trataba probablemente de una casa de
el sitio de vivienda Sonso de San Luis, han per- planta rectangular con techo a dos aguas, cuyo
piso se basaba parte en tierra y parte en una pla- dimensiones de 110x37 m (4.070 m2) y la cual
taforma horizontal hecha probablemente de ma- fue utilizada con fines de vivienda y para realizar
dera, la cual estaba sostenida por postes de made- actividades agrícolas.
ra enterrados sobre la pendiente (Figura 5.16).
Al occidente de este poblado prehispánico, en el Cerca de estas grandes construcciones apa-
valle del Calima, donde actualmente se encuentra recen frecuentemente una gran cantidad de ate-
el Lago Calima, sobre las pendientes que bajan al rrazamientos de pequeñas y medianas dimensio-
valle es común divisar una gran cantidad de ate- nes, junto con eras de cultivo. Las grandes di-
rrazamientos artificiales, donde uno de los más mensiones y la posición estratégica de estas gran-
grandes está localizado en la Hacienda Ceylán. des plataformas sugieren su gran importancia en
el contexto del Valle de El Dorado, dentro del
cual ocupaban una posición central, ya fuera para
servir de asentamiento para las viviendas de los
caciques o individuos de la elite o para la realiza-
ción de actividades públicas y religiosas de la

Capítulo - 5
comunidad.

Un sistema de aterrazamientos similar se


presenta también en la cuenca alta del río Anchi-
cayá, donde sobre la margen derecha del río San
Juán se ha logrado estudiar una concentración de 141
más de 70 “tambos”, los cuales aparecen reuni-
dos en grupos de dos a seis y cuyas dimensiones
Figura 5.16. Poblado prehispánico Cabo de la Vela en el
oscilan entre 8 y 12 metros de largo por 12 y 18
corregimiento de Jiguales, municipio de Calima-Darién,
donde se realizaron excavaciones arqueológicas entre 1.983 metros de ancho y un promedio de 156 m2.
y 1.985. Recientemente, con las excavaciones de platafor-
mas habitacionales prehispánicas en el valle alto
Estas plataformas artificiales en ladera, del río Dagua (municipio de Dagua), hemos obte-
conocidas tradicionalmente con el nombre de nido importante información arqueológica com-
“tambos” aparecen en todo el paisaje actual de la plementaria que nos permite conocer un poco
región Calima, algunas veces de forma escalona- más sobre la cotidianidad de las poblaciones
da. En los años 80 del siglo XX los miembros del Sonso. El aterrazamiento artificial denominado
Proyecto Calima lograron hacer estudios de fo- La Cabaña I, el cuál presentó una superficie de
tointerpretación y de cartografía de unas 600 pla- 20 x10 metros (200 m2) fue utilizado para cons-
taformas habitacionales en el Valle del Dorado truir áreas de vivienda posiblemente de planta
(municipio de Restrepo) y zonas aledañas. En circular y enterrar a los muertos. Otra plataforma
dicho valle aparecieron las plataformas Sonso artificial, La Cabaña II, con un área de 35x17
más grandes descubiertas hasta el presente, las metros (595 m2) fue construida por la gente Son-
cuales fueron de dos tipos. Una primera variedad so con el objeto de realizar actividades domésti-
la componen construcciones de forma ovoidal cas y agrícolas. Actividades similares fueron rea-
con una especie de túmulo encima. La segunda lizadas en la plataforma La María IV, la cual pre-
son plataformas en forma de T. Y finalmente, un sentó unas dimensiones menores, de 26x14 me-
tercer tipo de grandes plataformas son las que tros (364 m2).
presentan una forma casi cuadrada. La platafor-
ma de El Billar (110x90 m, es decir, 9.900 m2), Viviendas de planta circular también pu-
ubicada en la Hacienda La Suiza, constituye un dieron ser documentadas arqueológicamente en
buen ejemplo de las construcciones del primer el yacimiento de Atuncela II, que corresponde a
tipo, las cuales representan verdaderas obras de una plataforma de 28x16 metros (448 m2), donde
ingeniería a gran escala. Las excavaciones reali- fue excavada casi las ¾ partes de una vivienda
zadas allí en el año de 1.981 documentaron la fechada hacia finales del siglo XVII. Doce hue-
presencia de un gran montículo natural, vivien- llas de poste distribuidas casi circularmente, una
das y tumbas para enterrar a los muertos, con de ellas encontrada en el centro de la vivienda,
dataciones del siglo XII d.C. Otra de las gran- permitieron inferir un techo de forma cónica de
des plataformas construidas en el Valle de El Do- una vivienda de planta circular que ocupaba unos
rado fue la denominada Plataforma 1, con unas 6 metros de diámetro. Y por último, debemos
mencionar el aterrazamiento Atuncela III que Y además, describe de la siguiente manera,
presentó 13x14 metros (182 m2) y en el cuál los una gran casa ceremonial, o “maloca del terror”,
habitantes del lugar construyeron un piso con elemento ritual que parece haber sido común en-
roca fragmentada con el objeto de evitar la con- tre los cacicazgos tardíos de nuestra región de
centración de la humedad, permitiendo que el estudio:
agua drenara por la ladera de la montaña. Este
fenómeno de construir pisos de habitación para En medio deste pueblo está una gran casa de
aislar la humedad parece haber sido una práctica madera muy alta y redonda, con una puerta en el
muy común entre las poblaciones cacicales tardí- medio; en lo alto della había cuatro ventanas,
as que encontraron los conquistadores españoles, por donde entraba la claridad; la cobertura era
lo que constituye evidentemente, una adaptación de paja; así como entraban dentro, estaba en lo
cultural muy importante a las condiciones de alto una larga tabla, la cual la atravesaba de
bosque húmedo pre-montano en las cuales desa- una parte a otra, y encima della estaban puestos
rrollaron su cultura estos grupos humanos. Como por orden muchos cuerpos de hombres muertos
ya tuvimos oportunidad de anotarlo, esta práctica de los que habían vencido y muertos en las gue-
Capítulo - 5

también fue conocida entre las poblaciones rras...


Quimbaya Tardío y como veremos más adelante,
también la utilizaron los grupos Bolo-Quebrada Y más al occidente, entre los pueblos de la
Seca que ocuparon el sector sur del valle geográ- cordillera, describe las casas de los comuneros
fico del río Cauca desde el 800 d.C. así:
142
Los datos arqueológicos sobre los asenta- Las casas que tienen son algo pequeñas; la cobi-
mientos Sonso concuerdan muy bien con las in- ja, de unas hojas de palma, que hay muchas por
formaciones que nos dejaron algunos cronistas los montes, y cercadas de gruesos y de muy gran-
del siglo XVI. Un ejemplo clásico podrían consi- de palos a manera de pared, porque sea fortale-
derarse las descripciones de Pedro Cieza de za para que de noche no hagan daño los tigres.
León, quien al referirse a las poblaciones que
vivían en la cordillera occidental, escribió lo si- Actividades económicas
guiente:
La agricultura
Por las sierras que bajan de la cordillera que
está al poniente y valles que se hacen, hay gran- La base de la subsistencia de las poblacio-
des poblaciones y muchos indios, que dura su nes Sonso fue la agricultura intensiva y extensiva
población hasta cerca de la ciudad de Cali, y sobre las pendientes de las laderas, la cual se des-
confinan con los de las Barbacoas. Tienen sus arrolló posiblemente después del siglo XII d.C.
pueblos extendidos y derramados por aquellas como resultado, además de atender las necesida-
sierras, las casas juntas de diez en diez y de des alimenticias de una mayor cantidad de pobla-
quince en quince, en algunas partes más, y en ción, de fuertes cambios medioambientales que
otras menos; llaman a estos indios Gorro- tuvieron lugar en la región. Dichas transforma-
nes...Las casas de estos indios son grandes y re- ciones medioambientales, a su vez, provocaron
dondas, la cobertura de paja. un descenso del nivel de las aguas de los valles
interandinos, lo cual pudo haber incidido en el
También describe el mismo autor las casas abandono de la agricultura de camellones practi-
de los indígenas Lili, como: cada por las poblaciones Yotoco/Malagana. De
acuerdo con los estudios geoarqueológicos sobre
...muchas, grandes, redondas, altas y armadas el tema, el sistema de camellones casi no fue uti-
sobre derechas vigas. lizado durante el período de existencia de la so-
ciedad Sonso, y por el contrario, se desarrollaron
Del cacicazgo al mando de Petecuy, Cieza los sistemas de cultivos en laderas, concentrán-
comenta: dose prácticamente allí toda la actividad agrícola,
lo que indudablemente conllevó a una mayor tala
son grandes las casas, redondas, la cobertura de de bosques, adecuando las pendientes para la la-
paja. bores de producción agrícola. La mayoría de es-
tos cultivos sobre laderas eran realizados en su-
perficies delimitadas por canales largos y parale-
los. Pero también se conservaron los cultivos sencia de recipientes tipo “poporo” en sitios ri-
cercanos a las viviendas en los aterrazamientos tuales como las tumbas, sugieren la utilización de
artificiales, donde persistían los sembrados de la coca y las representaciones de calabazas en
plantas semilleras y tubérculos (Figura 5.17). cerámica, también podrían indicar el cultivo de
esta especie vegetal. Recientemente, en el cañón
del Río Dagua se ha encontrado semillas de Phy-
tolacca rivinoides (PHYTOLACCACEAE), es-
pecie asociada con actividades agrícolas practica-
das frecuentemente en huertas cerca de las vi-
viendas. Y como sabemos por los estudios etno-
botánicos actuales, de los frutos de la mayoría de
las especies del género Phytolacca se extraen
tinturas, mientras las raíces pueden ser utilizadas
como vermífugo. También sus hojas y tallos son
utilizados para curar procesos inflamatorios y el

Capítulo - 5
reumatismo, entre otros. Igualmente, se encontró
una semilla carbonizada de EUPHORBISCEAE
Figura 5.17. Canales de drenaje de las eras de cultivo Sonso indet., perteneciente a plantas consideradas como
en el municipio de Restrepo. (Foto cortesía de Marianne
Cardale Schrimpff).
medicinales, utilizadas como purgantes.

La gran importancia económica y dietética 143


También, aunque con menor intensidad,
continuaron practicándose los cultivos en zonas del maíz, la yuca y otros productos vegetales en-
bajas inundables, las cuales eran adecuadas me- tre las poblaciones indígenas prehispánicas del
diante canales de drenaje. Los canales sobre las suroccidente de Colombia, fue resaltada por los
laderas fueron trazados de forma paralela y recta cronistas. Así, por ejemplo, Pascual de Andago-
en la misma dirección de la pendiente, con decli- ya, refiriéndose a la alimentación de los indíge-
ves de máximo 50° o un poco más. Generalmen- nas de la región andina ubicada entre Popayán y
te, la longitud de cada uno varía de acuerdo a la Cali, comentaba que:
amplitud del lugar donde fueron trazados, quizás
20 o 30 metros y en ocasiones hasta 200 metros. Este valle e tierra de Popayán, como tengo di-
La distancia del uno y del otro son pocos metros cho, es muy hermoso y fértil. Los mantenimientos
y a veces alcanza los 100 m; la profundidad varía de aquellas provincias son maíz, y unas raíces
entre 40 cm. y un metro. Es muy posible que la que llaman allí papas que son como una castaña
gran eficacia de este sistema de canales pudiera de hechura de nuez, y otras raíces que saben a
haber estado relacionada al menos con dos facto- nabos, y frutas muchas que tienen, y todo su
res: por un lado, con el control de las aguas, re- mantenimiento principal es el vino que del maíz
gulando anegamientos estacionales o los niveles hacen en aquella tierra, que es un maíz que lla-
freáticos fluctuantes y por el otro, con la preven- man nirococho, menudito y muy duro, que se
ción de la erosión puesto que los suelos de ceni- coge a dos meses después de sembrado, y de este
zas volcánicas son propensos a la saturación de hacen pan muy bueno, y vino y miel y aceite y
agua proveniente de las lluvias torrenciales, pro- vinagre. En todas estas provincias que tenemos
vocando deslizamientos en masa. dichas desta gobernación tienen estos manteni-
mientos, y en algunas tierras yucas y ajes; y en
Este tipo de agricultura fue denominada esta provincia de Lili no comen el maíz hecho
"temporal de ladera", pues al parecer, las tierras pan, sino tostado o cocido, no embargante que
cultivadas durante un periodo se dejaban descan- tienen piedras en que lo muelen (para) hacer la
sar por un tiempo antes de volver a ser sembra- chicha; y ven comer a sus vecinos, que son los
das (barbecho), característica compartida por Atunceta, en bollos hechos de maíz de pan en
grupos indígenas prehispánicos y actuales de la masa, y ansí son gente de más fuerzas estos que
región de los Andes, especialmente en el norte los de Lili.
del Ecuador y el suroccidente de Colombia. Los
principales cultígenos fueron el maíz (variedad Caza, la pesca y la recolección
Chapalote / Nal / Tel / Pollo), la yuca (Manihot
esculenta L), el ají (Capsicum sp.) y el algodón La presencia de las actividades productivas
(Gossypium cf. Barbadense). Asimismo, la pre- de la caza, la pesca y la recolección entre las co-
munidades Sonso puede inferirse arqueológica- aparece la policromía y aparecen decoraciones y
mente por el análisis zooarqueológico de los res- formas muy particulares de esta cultura. Con ar-
tos óseos de animales que aparecen en basureros, cilla fueron elaboradas vasijas de uso cotidiano,
sitios de habitación y tumbas. Igualmente, por la las cuales presentan una gran variedad de formas:
información que nos suministran los cronistas. ollas, cuencos, cántaros de tres asas, cantimplo-
Entre los animales representados en las tumbas ras, copas, alcarrazas y urnas funerarias de forma
del cementerio de Guacandá figuran: moluscos subglobular y cilíndrica. También se elaboraron
terrestres y marinos, peces, aves y roedores. De figuras humanas, sellos y pintaderas y volantes
especial importancia son los restos de perro que de huso de cuerpo piramidal con o sin cuello.
parece haber sido domesticado por la gran canti-
dad de restos óseos que se presentan en tumbas y La cerámica Sonso fue diseñada para cum-
basureros de las poblaciones cacicales tardías. Su plir una función más doméstica que artística, co-
importancia tanto en la dieta cotidiana, como a mo lo demuestra el hecho de que en la mayoría
nivel ritual y simbólico parece haber sido muy de los sitios arqueológicos estudiados las mues-
grande. Caninos y molares de este animal apare- tras obtenidas presenten formas típicas de su uti-
Capítulo - 5

cen perforados, lo que indica que formaban parte lización en espacios y quehaceres de la cotidiani-
de collares que se utilizaban como adorno. Ade- dad, así como amplias huellas de hollín, producto
más, este pequeño mamífero era permanentemen- del sometimiento de las vasijas al fuego. Los
te sacrificado durante los ritos de enterramiento cántaros, por ejemplo, presentan ahora tres asas
de los individuos y colocado como parte de la en disposición casi triangular, con el fin de ser
144 comida que el difunto necesitaría en su viaje al atravesados por una cuerda y poder ser colgados
más allá. En las 21 tumbas estudiadas en el ce- durante el transporte de líquidos. Las representa-
menterio prehispánico de Guacandá encontramos ciones zoomorfas ya no son tan frecuentes, al
114 dientes de perro, de los cuales 88 aparecieron igual que las fitomorfas, aunque prevalece la for-
en la tumba 14. ma de calabazo al cual se le ha agregado un nue-
vo componente: el cuello lleva un rostro modela-
El gran significado que tenía este animal do sin proporción y muy pequeño, en donde lo
para los indígenas del suroccidente colombiano, que más se destaca es la boca abierta. Los objetos
puede verse en la descripción de uno de los via- cerámicos fueron decorados utilizando una gran
jes de conquista que Jorge Robledo hizo a las variedad de técnicas. La policromía característica
provincias de Antioquia. En su Relación de lo de la cerámica Yotoco/Malagana desaparece y es
que subcedió al Magnífico Senor Capitán Joge reemplazada por la monocromía (pintura positiva
Robledo, plantea que a su encuentro vino el caci- roja) y la bicromía (rojo y negro). Se popularizan
que Hipa del pueblo de Angasca: además las técnicas de la incisión (lineal, achura-
do cruzado) modelados estilizados, impresiones,
...vino con muchos indios cargados de mayz, yu- aplicaciones (mamelones, cordones, asas falsas,
ca, frisoles, axis, perros de la tierra que son co- animales, narigueras), etc. Otras decoraciones
mo gozques de los de Castilla salvo que no la- incluyen: muescas, punteados, presionados, y
dran. figuras, que aunque no son tan frecuentes, tienen
una característica especial, "los ojos granos de
La alfarería café". Existe una tendencia a utilizar los dise-
ños decorativos geométricos, especialmente lí-
El sistema alfarero desarrollado por los neas dispuestas verticalmente y oblicuamente
ceramistas Sonso tiene algunas características formando espacios triangulares que pueden ser
compartidas con lo observado en la Cultura Yo- realizados por incisión o pintura negativa (Figura
toco, pero a su vez, nuevos elementos son inclui- 5.18).
dos en la producción de cerámica. Una de las
innovaciones constituye la utilización de cenizas Dentro del complejo alfarero Sonso, la
volcánicas de color amarillento para elaborar las cerámica de la región de La Cumbre- Pavas pue-
pastas, en las cuales priman los desgrasantes de de considerarse como un estilo regional. Las va-
roca triturada y tiesto molido y texturas burdas y sijas cerámicas que provienen de los sitios La
semiburdas. En general, la cerámica Sonso se Bolivia, La Amapola T1, Montecito, Arboledas,
caracteriza además, por una marcada asimetría y Ocache, Mozambique, La Selva, La Florida, pre-
manufactura burda; las paredes de las vasijas son sentan formas como: urnas funerarias de cuerpo
más gruesas, los recipientes menos pulidos, des- cilíndrico y subglobular, cántaros subglobulares,
mantas eran utilizadas como vestido en vida y
para cubrir a los muertos antes de que empezaran
su viaje al más allá. En una tumba del yacimiento
La Sofía, ubicado en Bitaco, fueron encontrados,
en varias urnas funerarias tubulares, fragmentos
textiles elaborados con algodón hacia el 1.050
d.C. Igualmente, fragmentos de textiles asocia-
dos a una fecha de radiocarbono de 1.060 d.C.,
fueron hallados en una tumba de Rancho Grande
y otra de La Amapola, (920 d.C.), en el munici-
Figura 5.18. Pintura negativa y diseños geométricos cubren pio de La Cumbre. Estos representan las úni-
el cuerpo externo de cuencos y cántaros con tres asas.
cas evidencias arqueológicas de textiles que co-
nocemos de los cacicazgos Sonso que existieron
cuencos, ollas-cuenco, copas, cantimploras, etc.
en dicha región entre los siglos X y XI.
La gran variedad decorativa incluye: pintura po-
sitiva roja zonal (borde, labio, cuerpo), pintura

Capítulo - 5
negativa formando diseños geométricos tales co- La orfebrería
mo espacios verticales y horizontales con círcu-
los en su interior, y especialmente triángulos,
Los cambios socioculturales que tuvieron
diseños triangulares realizados por presión angu-
lugar en el suroccidente colombiano a partir del
losa en el borde y el cuello, líneas entrecruzadas 145
siglo VI d.C. se reflejaron también en la produc-
realizadas por incisión, cordones aplicados con
ción metalúrgica. Surge una nueva cosmovisión
diseños geométricos impresos, rostros humanos
del manejo de los metales, la cual se reflejó tanto
estilizados con nariguera circular o en forma de
a nivel tecnológico como en la materialización de
medialuna, cabezas humanas con tocados suntuo-
las formas realizadas. Esta es una orfebrería sen-
sos, etc. (Figura 5.19).
cilla que: "se caracteriza por un predominio de
la técnica de martillado sobre la fundición para
la elaboración de piezas laminares planas, en su
mayoría adornos, de formas geométricas simples
y decoradas con diseños repujados y placas col-
gantes (...) La mayoría de las piezas metálicas de
la orfebrería Sonsoide fueron elaboradas en oro
de alta pureza o en aleaciones de oro y cobre en
proporciones variables dentro de un amplio ran-
go." Se simplifican y homogenizan las formas,
entre las cuales predominan las narigueras de
Figura 5.19. Cuencos grandes con base troncónica y cánta- diversas siluetas (torzales, semilunares, circula-
ros de tres asas son formas típicas de la cerámica Sonso res, triangulares), colgantes zoomorfos, pectora-
(Museo Arqueológico “Julio César Cubillos” de la Universi- les acorazonados, orejeras en espiral y objetos
dad del Valle). Foto a CRIA-71. Altura 17.5 cm.; Foto b para insertar en la piel. En una tumba del sitio
CRIA-569. Altura 24.5 cm.
Moralba (Municipio de Calima-Darién), fechada
en 1.335 d.C. fueron hallados, junto con sarcófa-
La producción textil go de madera, dos orejeras de alambre en espiral
del mismo tipo de las usadas por las poblaciones
La producción textil fue también muy im- Quimbaya Tardío, así como también dos objetos
portante entre las poblaciones Sonso. Semillas de pequeños de metal, utilizados como adornos
algodón (Gossypium cf.barbadense) han sido (Figura 5.20).
encontradas en Samaria, en varias tumbas de po-
zo con cámara lateral (Tumbas 14 y 38), del pe-
Es posible que este cambio abrupto en la
ríodo preconquista, donde se hicieron entierros
producción metalúrgica introducido por los orfe-
en sarcófagos de madera. Por otra parte, tanto
bres Sonso haya tenido relación directa con la
en sitios de habitación, como en tumbas se han
instauración de un poder institucionalizado por
encontrado volantes de huso hechos en cerámica
parte de las élites de los cacicazgos tardíos, cuyo
y fragmentos de telas de algodón. Los primeros
dominio económico implicaría el control del in-
están asociados con la labor de hacer el hilo y las
tercambio de excedentes de producción con co-
nadas con el trabajo de la madera y la construc-
ción de las viviendas. También se han reportado
en varias tumbas objetos líticos asociados con el
trabajo de la cerámica (alisadores) y objetos de
adorno personal, como cuentas de collar y dijes.
Las lomas, lechos de los ríos y quebradas de la
región Calima contienen una gran variedad de
yacimientos rocosos, entre los cuales, son comu-
nes las rocas de origen volcánico y sedimentario,
tales como: diabasas, basaltos, micrograbos, la-
vas andesíticas, limolitas silíceas, lutitas silíceas,
chert, pizarras, porcelanita, cuarzo cristalino y
lechoso. Esta excelente materia prima fue utiliza-
da por las poblaciones Sonso para manufacturar
una gran variedad de instrumentos utilizados en
Capítulo - 5

Figura 5.20. Pectoral acorazonado y narigueras de oro pro-


la cotidianidad. Así, por ejemplo, en el sitio ar-
veniente de la región de La Cumbre-Pavas, Valle del Cauca. queológico de El Pital fueron encontrados manos
(Tomado de Gähwiler 2005: 206, Figure V.3). de moler, bases para molienda, martillos, cince-
les, hachas trapezoidales utilizados para trabajar
munidades vecinas. Tal tipo de poder permitiría la madera y cavar la tierra.
146 el incremento y consumo de bienes producidos
por especialistas, por fuera de los grupos de elite
de la comunidad. Esto explicaría, por ejemplo, el También, en los yacimientos del cañón del
uso “democrático” que se hizo de objetos de río Dagua se encontraron 182 artefactos, con una
adorno como las narigueras, orejeras, etc., los alta densidad de instrumentos de corte asociados
cuales se generalizaron entre la población Sonso. a actividades domésticas, así como artefactos
pulidos. La muestra estuvo conformada por puli-
dores, manos de moler, metates, hachas pulidas,
El consumo generalizado de objetos de núcleos desechos de talla, fragmentos tubulares,
adorno elaborados en metal por parte de la pobla- lascas triangulares, prismáticas y concoidales,
ción de los cacicazgos tardíos del suroccidente navajas laminares, lascas atípicas, raspadores
colombiano fue documentado por los cronistas laterales, terminales, discoidales y múltiples, rae-
españoles, quienes en varias ocasiones hicieron deras, perforadores grabadores, y desechos de
referencia a este fenómeno social. Jorge Robledo talla en general. En El Llanito, se logró docu-
lo da a entender cuando describe las costumbres mentar material de origen volcánico y sedimenta-
de los indígenas de las provincias de Apia, Cha- rio procedente de una plataforma de habitación
tapa, Andica, Umbría y Taupa. Sonso, done están representado el chert, las dia-
basas y los basaltos. Los pocos artefactos obteni-
En lugar destos Vinchos que los señores traen, dos fueron raspadores y cuchillos, así como tam-
traen los que no lo so(n) trae una sarta de cuen- bién algunos núcleos y desechos de talla. En
tas gruesas y el que no las alcanza trae un hilo y las tumbas 35 y 48 del cementerio Sonso de Sa-
todos traen estos maure(s) traen en la orejas mu- maria se encontraron dos artefactos para enman-
chos agujeritos por todas ellas en que ponen gar. En la misma región, en el sitio La Julia
quatro e Vinco pares de sarVillos que pesa cada había un fragmento de cincel, dos hachas y cua-
uno dellos quatro e Vinco pesos e ansy mismo tro manos de moler. Y finalmente, en el ce-
trae los que no son señores una sinta de chaquy- menterio de Guacandá se hallaron siete artefac-
ra al cuello y al cabo della por joyel una rana o tos líticos, conformados por: dos machacadores,
un sapo de oro. uno de forma ovalada, con depresión en la parte
central de la cara interna como producto del des-
gaste, y el otro, con forma oblicua y evidencias
La producción de instrumentos líticos de desgaste en un extremo. Dos bases de moler,
una aplanada y otra ovalada, ambas con eviden-
En varios contextos arqueológicos se ha cia de uso en la cara interna. Un pulidor de forma
logrado documentar la presencia de instrumentos ovalada, utilizado para alisar superficies cerámi-
líticos que se utilizaban tanto para el procesa- cas y dos cuentas de collar similar, con perfora-
miento de alimentos, como para labores relacio- ción en el centro y en la parte superior.
Las costumbres funerarias una fecha de 540 d.C. y la construcción funeraria
8, que dio un resultado de 730 d.C. Las restan-
tes tumbas de este tipo hasta ahora conocidas
Hacia el siglo V d.C. en la región Calima
fueron excavadas en el municipio de La Cumbre.
se evidencian en el registro arqueológico unos
Estas son las tumbas de La Purilia, fechada en
cambios estructurales muy fuertes en la relación
530 d.C. y La Escocia que no está datada, pero
del hombre con la muerte. Surgen nuevas formas
que seguramente fue construida en el mismo pe-
de construir las estructuras funerarias. También
ríodo.
aparecen distintas maneras de enterrar a los
muertos y hay un cambio notorio en la composi-
ción cualitativa y cuantitativa de los ajuares fune- Un segundo tipo de tumbas, que se ha pre-
rarios. Estos cambios infraestructurales tuvieron sentado tanto en la región de La Cumbre-Pavas
que ver seguramente con una nueva cosmovisión como también en el Alto Anchicayá, presenta un
sobre la muerte y sus ritos, la cual fue introduci- pozo casi rectangular o circular y uno o varios
da por nuevas poblaciones creadoras de manifes- nichos donde se colocaban urnas funerarias,

Capítulo - 5
taciones culturales diferentes a la Yoto- usualmente de forma subglobular o cilíndrica
co/Malagana. (“veleros”), con bases redondeadas o casi termi-
nadas en punta. Es decir, son tumbas utilizadas
exclusivamente para realizar entierros secunda-
El análisis de los patrones funerarios Son-
rios en urnas de cerámica. Esta costumbre fune-
so que presentaremos a continuación ha sido po-
raria parece haber existido en dichas regiones 147
sible gracias a los datos obtenidos de la excava-
entre el 700 y el 1.100 d.C. Las tumbas de este
ción de casi un centenar de tumbas en tres secto-
grupo son: Arboledas (680 d.C.), La Amapola-T4
res de la cordillera occidental: Dagua-Restrepo-
(710 d.C.), Tres Esquinas (765 d.C.), La Amapo-
Calima-Darién, La Cumbre-Pavas-Bitaco y
la-T1 (920 d.C.), La Sofía (1050 d.C.), Rancho
Yumbo. E ha establecido una aceptable tipología
Grande (1.060 d.C.), Ocache (1.140 d.C.) y La
de las tumbas Sonso luego de la excavación de
Bolivia-T1 (1.150 d.C.). En esta última tumba
unas 30 estructuras funerarias en el cementerio
se reportó por primera vez la costumbre de tapar
de Samaria, en el curso alto del río Calima
la cámara con una especie de puerta hecha con
(municipio de Calima-Darién), donde en general
guadua. De especial interés, por su suntuosidad
se presentaron dos tipos de tumbas. El Tipo 1 lo
es la estructura funeraria de Rancho Grande, la
conforman las estructuras que presentan un pozo
cual presentó un pozo casi cuadrado con una cá-
rectangular simple o “pabellón”, con orientación
mara rectangular donde fue esculpida una especie
noroeste-sureste y noreste-suroeste y profundidad
de columna sobre el suelo laterítico, en la cual, a
entre 80 y 245 cm. En una primera variante, las
su vez, fue realizada una figura antropomorfa
paredes eran casi rectas y el piso plano o leve-
pintada con colores blanco y negro. Su rostro de
mente inclinado. Una segunda variante tenía pa-
forma triangular tiene un tatuaje con colores
redes que se ensanchaban en la medida en que se
blanco y negro, representado por diseños geomé-
iba profundizando el pozo. Y finalmente, una
tricos formando triángulos con puntos en su in-
tercera variante presentó un cajón rectangular en
terior A uno de los lados de la figura se hizo un
el centro del piso para realizar un entierro prima-
nicho circular cubierto con piedras para alojar
rio.
tres urnas funerarias con tapa. Esta tumba es úni-
ca en el contexto de la región Calima y evidente-
En este tipo de tumbas se realizaron entie- mente corresponde a una estructura funeraria
rros primarios en posición extendida sobre pie- construida para enterrar individuos de la élite
dras. El ajuar funerario constaba de pocos objetos cacical.
cerámicos. La variante 2 de este primer tipo con
sus tres variantes ha sido reportada igualmente en
A pesar de que este segundo tipo de tum-
cementerios Sonso de la región de La Cumbre.
bas lo estamos relacionando aquí con los cacicaz-
Este primer tipo de tumba corresponde a las es-
gos Sonso, consideramos importante sugerir una
tructuras funerarias más tempranas de la sociedad
hipótesis alternativa, la cual consiste en que estos
Sonso, con fechas entre 550 y 700 d.C. y posible-
patrones funerarios podrían corresponder real-
mente esté relacionada con el entierro primario
mente a un enclave de poblaciones Quimbaya
de comuneros. En Samaria se presentaron tres
Tardío, relacionadas más específicamente con las
tumbas de este primer tipo, dos de las cuales fue-
del Cacicazgo de Guabas del sector centro-sur
ron datadas por radiocarbono: la tumba 48, con
del valle geográfico del río Cauca. A favor de piso al mismo nivel; mientras en la subvariante 2
dicha propuesta podríamos abonar lo siguiente: el piso de la cámara está inclinado, como en
a) los entierros secundarios en urnas funerarias “resbalón”. Una tercera subvariante presentó el
no son típicos de los cacicazgos Sonso, que como piso de la cámara por debajo del piso del pozo
ya vimos y veremos posteriormente tenían como formando un escalón. La segunda variante tiene
principal forma de entierro el primario. la cámara y el pozo orientados en sentidos opues-
tos. Una primera subvariante, tiene el piso tanto
Por el contrario, entierros secundarios en de la cámara como del pozo a un mismo nivel.
urnas funerarias si se han presentado en tumbas Otra subvariante presenta un cajón rectangular en
Quimbaya Tardío de Guacarí; b) casi todas las el piso de la cámara.
formas cerámicas que se han reportado tanto en
sitios de habitación prehispánicos en La Cumbre Este tercer tipo de tumbas es el más común
(por ejemplo, el sitio Montecito), como en las en la región Calima y se ha reportado desde las
tumbas mencionadas son comunes en los cemen- primeras investigaciones científicas de patrones
terios de La Margarita, El Carmen, en el munici- funerarios prehispánicos, realizadas por Henry
Capítulo - 5

pio de Guacarí. Baste comparar los cántaros ci- Wassén en 1.936, hasta el presente. Su rango cro-
líndricos de Guacarí con la forma cilíndrica de nológico abarca un período de unos 600 años,
las urnas funerarias conocidas tradicionalmente entre 1.100 y 1.700 d.C., durante los cuales hubo
con el nombre de “veleros”, o la gran variedad de cambios sustanciales en los patrones de enterra-
cuencos, ollas, ollas cuenco y copas que práctica- miento de las poblaciones Sonso. Hacia el 1.170
148 mente son similares en ambas regiones, c) lo d.C. aparecen en Samaria tumbas de pozo con
mismo podríamos decir de las técnicas y diseños cámara lateral (tumba 56), las cuales presentan
decorativos presentes en la cerámica recuperada una serie de huellas circulares que seguramente
en los diferentes yacimientos domésticos y fune- corresponden a los postes de guadua, que confor-
rarios de ambas zonas; d) y finalmente, las fechas mando una especie de puerta, tapaba las cáma-
de ambas regiones comparadas coinciden con un ras. Esta costumbre se continúo hasta la época
rango que va desde el 700 d.C. y el 1.300 d.C. En colonial, cuando en la región Calima los indíge-
otras palabras, el análisis comparativo de varios nas continuaron enterrando a sus muertos a la
elementos culturales encontrados tanto en la re- usanza antigua, a pesar de las prohibiciones de la
gión de la Cumbre, como en Guacarí, sugiere que corona española. Más o menos hacia la misma
las poblaciones que vivieron allí durante unos época (1.190 d.C.), la diferenciación social pre-
600 años podrían haber estado emparentadas ge- sente en los cacicazgos Sonso se hace evidente
nética y culturalmente. De una u otra forma, las por los entierros de individuos de la élite
variables estilística y cronológica apuntan a dife- (caciques y/o chamanes y sus familias) en sarcó-
rencias culturales entre las nuevas poblaciones fagos de madera y con ajuares funerarios cualita-
que vivieron en la región durante los primeros tivamente diferentes a los que aparecen normal-
600 años del Período Tardío y las sociedades mente en las tumbas de los comuneros. La tumba
cacicales que encontraron los conquistadores es- 27 del cementerio de Samaria, presentó una pro-
pañoles a su llegada al actual territorio del Valle fundidad total de 5.86 metros. Su cámara era
del Cauca en 1.536. alargada (en “resbalón”) y estaba tapada con una
laja de piedra. En su interior, el entierro primario
El tercer tipo de construcciones funerarias de un niño fue realizado en un sarcófago de ma-
de la sociedad Sonso son las tumbas de pozo con dera que tenía tres apéndices o mangos a cada
cámara lateral, la cual se presenta hacia uno de extremo para poderlo transportar. El ajuar colo-
los extremos menores del pozo. Usualmente el cado dentro y fuera de éste constó de una olla y
pozo presenta forma rectangular, mientras las un cántaro subglobular de tres asas, un banquito
cámaras presentan una gran variedad de varian- manufacturado con la misma especie maderera
tes. La profundidad de las tumbas normalmente que se hizo el sarcófago, un dije en piedra y 16
no sobrepasa los 6 metros; aún cuando en algu- cuentas de collar.
nos casos se han presentado tumbas con profun-
didades hasta de 12 metros. La primera varian- La tumba de Martín Vélez, ubicada tam-
te de estas tumbas tiene un pozo con una cámara bién en el municipio de Calima-Darién, fechada
que se presenta hacia uno de los extremos, con la en 1.235 d.C. presentó igualmente una cámara
misma orientación del pozo. En una primera sub- lateral tapada con un muro hecho de rocas. El
variante tanto el pozo como la cámara tienen un entierro de un individuo adulto se hizo en un sar-
cófago en comino real. El ajuar constó de seis ción cultural estaban agrupados bajo el mando de
cántaros, tres dardos y un lanzadardos, todos dos grandes señores o caciques principales: Po-
ellos elaborados en chonta. Recientemente fue- payán y Calambás.
ron excavadas en la Hacienda Samaria, curso
alto del río Calima cinco tumbas más de pozo Los sitios arqueológicos más representati-
con cámara lateral que contenían sarcófagos de vos de los cacicazgos de la cordillera central es-
madera. En la tumba 34, fechada en 1.440 d.C. tudiados en el actual Departamento del Cauca
había un sarcófago, un encabador y dos palas de son: Morro de Tulcán (municipio de Popayán),
madera. En el interior del sarcófago se hallaron La Campana y Santiago (municipio de Silvia), El
semillas de ají y de una gramínea. Aljibe (municipio de Cajibío), Cauca 10
(municipio de Jambaló), Quebrada de Las Gua-
Fue precisamente este último tipo de tum- cas, Capilla de Rionegro y Cauca 2 (municipio
ba de pozo con cámara lateral la que describieron de Corinto), Cauca 6 (municipio de Toribío),
los cronistas españoles en el siglo XVI, cuando Cauca 5 (municipio de San Francisco) e Inguitó
hablaban de las costumbres funerarias de los in- (municipio de Morales). Por su parte, en el De-

Capítulo - 5
dividuos de la élite Sonso. Según Cieza de León: partamento del Valle del Cauca, debemos men-
cionar los yacimientos arqueológicos: La Esco-
Estos indios están apartados del valle y río gran- peta 32, La Escopeta 14, Avenida del Lago 62,
de a dos y a tres leguas y a cuatro, y algunos Univalle-1, Univalle-4 (municipio de Cali), El
más...Los muertos que son más principales los Tulipán, El Llanito, Cantarrana, Guaguyá-
envuelven en muchas de aquellas mantas, que PK321+400, Ciat, Bolo 1, Malagana, Corpoica- 149
son tan largas como tres varas y tan anchas co- PK1+500, Coronado, Zamorano, Cantaclaro, La
mo dos. Después que los tienen envueltos en Ruiza y Villa Teresita (municipio de Palmira)
ellas les revuelven a los cuerpos una cuerda que (Figura 5.1).
hacen de tres ramales, que tiene más de docien-
tas brazas; entre estas mantas le ponen algunas Cronología
joyas de oro; otros entierran en sepulturas hon-
das. Contamos por ahora con 17 fechas absolu-
tas, que nos sugieren el inicio de esta sociedad
El mismo autor, refiriéndose al cacicazgo hacia el 800 y su desarticulación hacia el 1.550
de Petecuy comenta: como resultado de la implantación de un nuevo
orden colonial. Pero existen dos fechas más que
Cuando los principales morían hacían grandes y corresponden a la primera mitad el siglo XVII y
hondas sepulturas dentro de las casas de sus mo- la segunda mitad del siglo XVIII (Tabla 5.4).
radas, adonde los metían bien proveidos de co-
mida y sus armas de oro, si alguno tenían. La población

LA SOCIEDAD BOLO-QUEBRADA SECA El estudio bioantropológico de los restos


(800 – 1.550 d.C.) óseos de 64 individuos rescatados en cementerios
prehispánicos tanto de la cordillera central
El territorio (Morro de Tulcán), como en la cordillera occi-
dental y valle geográfico del río Cauca (sitios La
Hacia el 800 d.C. o tal vez antes, socieda- Escopeta 32, La Escopeta 14, Corpoica y Zamo-
des cacicales con expresiones culturales Bolo- rano), nos ha permitido conocer preliminarmente
Quebrada Seca, comenzaron un proceso migrato- cómo era físicamente la gente Bolo-Quebrada
rio de sur a norte, desde el Valle de Popayán has- Seca, sus estados de salud y enfermedad. En el
ta aproximadamente el municipio de Palmira en sitio Corpoica el análisis de los huesos largos de
el Departamento del Valle del Cauca. Estos caci- una mujer que tenía unos 40 años de edad al mo-
cazgos cubrieron un territorio aproximado de rir, arrojó una estatura promedio de 145,8 ± 3,8
unos 6.500.km2, explotando el valle de Popayán cm. Otro hombre adulto de 20-25 años tenía
y diversos ecosistemas de las cordilleras central y 152,9 ± 3,4 cm., mientras un tercer individuo de
occidental, así como también el sector sur del unos 15 años de edad presentó 152,9 ± 3,4 cm. de
valle geográfico del río Cauca. A la llegada de estatura. Esta estatura promedio de algunas
los españoles en la primera mitad el siglo XVI gentes Bolo-Quebrada Seca contrasta con la que
los cacicazgos que compartían una misma tradi- presentaron algunas de las poblaciones Quimba-
Tabla 5.4. Cronología absoluta de la Cultura Bolo-Quebrada Seca

Datación d.C. No.


Sitio Referencia
Fechas sin calibrar Laboratorio
El Aljibe-R5 (Cauca) 790 ± 55 * INAH-873 Méndez 1985
Corpoica-T2 (Valle del Cauca) 860 ± 50 Beta-101957 Rodríguez 1.997
Cantarrana-TI (Valle del Cauca) 1000 ± 60 Beta-87498 Patiño et al. 1999
Cantarrana-TII (Valle del Cau-
1030 ± 60 Beta-87501 Patiño et al. 1999
ca)
Cantarrana-TII (Valle del Cau-
1040 ± 60 Beta-87503 Patiño et al. 1999
ca)
La Campana (Guambía) 1065 ± 80 - Urdaneta 1991
El Aljibe-R5 (Cauca) 1100 ± 2.97 * INAH-874 Méndez 1985
Capítulo - 5

Cantarrana-TII (Valle del Cau-


1110 ± 100 Beta-87500 Patiño et al. 1999
ca)
Palmaseca (Valle del Cauca) 1140 ± 80 SI-254 Cubillos 1984
Sachamate (Valle del Cauca) 1170 ± 60 Beta-5945 Cubillos 1984
150 Sachamate (Valle del Cauca) 1210 ± 50 Beta-4660 Cubillos 1984
Guaguyá (Valle del Cauca) 1240 ± 70 Beta-4660 Rodríguez 1996c
Caloto-UE5 (Cauca) 1250 ± 70 Beta-113702 Salgado et al. 1998
Rodríguez y Stemper
Ciat-2 (Valle del Cauca) 1280 ± 60 Beta-57849
1994
Inguitó (Cauca) 1400 ± 90 Beta-47834 Illera 1987
Santiago (Guambía) 1620 ± 50 - Urdaneta 1988
Las Piedras-B (Cauca) 1765 ±... TI - 12,749 Lahitte 1983
* Fechamientos con obsidiana.

ya Tardío, cuyo promedio para las mujeres era de convexo y punta casi recta; el labio superior con-
150 cm. y los hombres entre 164 y 168 cm. Del serva buen grosor, tegumento superior casi recto.
mismo sitio tenemos el reporte del único caso de Eran de cabeza redondeada, frente vertical y an-
treponematosis conocido entre las poblaciones cha, con mandíbula poco robusta y línea nucal
prehispánicas tardías del suroccidente de Colom- superior muy marcada. A nivel patológico se re-
bia. Un hombre de unos 35 años de edad, cuyos portó osteofitosis, hiperostosis porótica, la cual es
restos óseos fueron encontrados en la tumba 2 producida por anemia nutricional en ausencia de
presentó una lesión treponematosa. Otras lesio- hierro, así como enfermedad periodontal que
nes de varios individuos del mismo cementerio consiste en una inflación del hueso alveolar, y
estuvieron relacionadas con la enfermedad articu- abscesos periapicales. También estuvieron pre-
lar degenerativa, EAD. sentes la placa bacteriana, escorbuto, problemas
metabólicos que agudizan los problemas perio-
En el barrio Zamorano del municipio de dontales. Otro problema fue la artritis degenerati-
Palmira se obtuvieron los restos óseos de siete va evidenciada en los discos invertebrales, deri-
individuos, de los cuales cuatro eran adultos, po- vada seguramente de las diversas actividades
siblemente femeninos, con edades entre los 30 a pesadas que a diario debió ejecutar la población.
los 50 años y tres niños entre los 3 y 8 años de
edad. Los estudios bioantropológicos basados en Por su parte, en la tumba 6 del sitio La Es-
las descripciones y reconstrucciones morfométri- copeta 32 aparecieron los restos óseos de ocho
cas indican que estos individuos tenían un rostro individuos que fueron calcinados, cuyo análisis
ancho que sugiere probablemente repliegue par- dental permitió identificar lesiones como la caries
pebral, nariz aplanada y prominente, con dorso y la hipoplasia del esmalte. Asimismo, en la
tumba 1 de un yacimiento cercano, denominado Era la fuerza deste principado
La Escopeta 14, fueron encontrados los restos Que Popayán tenía por segura,
óseos de 34 individuos (23 adultos jóvenes, entre Un espacioso fuerte rodeado
15 y 20 años de edad y 11 infantes, entre 5 y 10 De guadubas nativas y espesura
años), cuyo estudio antropológico dental permitió De cerca, que tenía cada lado
identificar hipoplasias y algunas malformaciones Sobre cincuenta pasos en anchura:
genéticas entre individuos de varias familias en- La cual cerca, además de ser tan gruesa,
terrados en una misma tumba. Era sobremanera muy espesa.

Además de construcciones militares, este


Los pocos restos óseos rescatados durante
cacicazgo contaba con construcciones monumen-
las excavaciones de 14 tumbas prehispánicas en
tales que cumplían funciones ceremoniales. Al
la pirámide prehispánica del Morro de Tulcán,
menos dos de ellas han sido documentadas por la
correspondieron básicamente a adultos y niños.
etnohistoria y la arqueología. La primera hace
Así, por ejemplo, de las tumbas 3 y 7 se recupe-
referencia a una casa de grandes dimensiones,
raron los restos de dos mujeres adultas. Igual-

Capítulo - 5
utilizada para realizar fiestas con borracheras,
mente, fueron rescatados el cráneo de un niño
sobre la cual Castellanos nos dice lo siguiente:
procedente de las tumbas 10 y 11, así como par-
tes del esqueleto de una niña de la tumba 5.
Modernos análisis bioantropológicos de los res-
Y entrellas una casa que tenía
tos óseos de las tumbas 3,4,5,7,8, utilizando las 151
Cuatrocientos estantes por hilera,
técnicas modernas de morfología, imagenología,
Tan grueso cada cual, que no podía
radiología, fotointerpretación digital y ADN, han
Por una y otra parte rodeado,
revelado los promedios de edad de los individuos
Ser de dos españoles abrazado.
enterrados y algunas de las principales enferme-
dades que padecían estas poblaciones. Las edades
Catorce los horcones, y cualquiera
oscilaban entre 10 y 30 años al morir, mientras
El mayor que producen las florestas;
las principales lesiones identificadas fueron: se-
Admiración causaba la cumbrera
cuencias de perturbación metabólica en tres de
Por verse pocas plantas como estas;
los nueve individuos estudiados, hipoplasias tipo
Casa decía ser de borrachera
4 y tuberculosis, evidenciada en la mandíbula y
Donde solían celebrarse sus fiestas.
las vértebras dorsales, lumbares y cervicales de
dos individuos adultos.
La segunda tiene que ver con la única pirá-
mide truncada prehispánica que existió en el su-
Los poblados y las viviendas
roccidente de Colombia durante el Período Tar-
dío, excavada por Julio César Cubillos en el año
El valle de Pubenza tenía las condiciones de 1.957. Esta monumental obra arquitectónica,
topográficas ideales para albergar una densa po- ubicada en el llamado “Morro de Tulcán”, perí-
blación nucleada en aldeas. De acuerdo a la cifra metro urbano de Popayán, fue construida por los
de 60.000 tributarios propuesta por García de ingenieros indígenas utilizando una elevación
Valverde, es posible que la población indígena natural y en cuyos trabajos emplearon básica-
que entró a formar parte de toda la Gobernación mente tres técnicas: a) construcción con adobe,
de Popayán hacia 1.537 hubiera alcanzado los afirmado con tierra; b) relleno por capas de tierra
180.000 habitantes, una gran parte de los cuales y c) excavado o raspado para regular la topogra-
habría podido estar asentada en aldeas en el valle fía. La pirámide tiene dos grandes pistas inclina-
de Popayán. El cacicazgo de Los Pubences, das opuestas simétricamente, que se encuentran
dirigido por el cacique Popayán, el cual parece en la parte más alta de la construcción. El plano
haber tenido un área de dispersión geográfica inclinado norte presentó 100 metros de largo y un
mayor que la que actualmente ocupa la ciudad de ancho promedio de 60 metros. Por su parte, el
Popayán, tuvo su asiento en el valle. De acuerdo plano inclinado sur tenía 80 metros de largo por
a la información de los cronistas españoles, en el 80 metros de ancho. La base de la construcción
poblado principal se distinguía un gran fuerte fue hecha con adobes colocados en tizón, con
cercado con guaduas, el cuál era un importante separaciones de 3 a 5 metros. En la parte superior
fuerte militar: se presentó un levantamiento artificial o
“montículo” construido con tierra y trozos de
adobe. Su forma escalonada y su situación sugie- sido reseñada con lujo de detalles por un cronista
ren su utilización posiblemente como trono o tan avezado como Pedro Cieza de León.
sitio especial para realizar ceremonias (Figura
5.21). La presencia de arquitectura monumental
entre los cacicazgos del valle de Popayán es una
evidencia directa del alto grado de complejidad
sociocultural de tipo cacical que alcanzaron estas
comunidades de la sociedad Bolo-Quebrada Seca
antes de la llegada de los conquistadores españo-
les. Igualmente, del alto nivel de integración so-
ciopolítica y las intensas redes de intercambio y
comunicación que tuvieron con otras comunida-
des prehispánicas del suroccidente de Colombia
y seguramente del norte del Ecuador. Es posi-
ble que la idea conceptual de este tipo de cons-
Capítulo - 5

trucciones provenga del norte del Ecuador, del


territorio que ocupaban los cacicazgos de Caran-
qui y Cochasquí. En efecto, los complejos ar-
queológicos Caranqui de Socapamba y Zuleta se
152 caracterizan por la presencia de grandes montícu-
los artificiales, algunos de ellos son pirámides
cuadrangulares con rampa de acceso, las cuales
podrían haber albergado viviendas de los caci-
ques y donde también podrían haberse realizado
actividades rituales. En Zuleta se han reportado
13 pirámides con estas características de rampas
de acceso. Una de ellas, la “tola Zuleta B” pre-
senta tres niveles y los restos de una estructura
semicircular que se eleva por sobre el tercer ni-
vel. Por su parte en el yacimiento arqueológico
de Cochasquí se han descubierto 15 pirámides de
diferentes tamaños, en 9 de las cuales existe una
rampa que conduce hasta la plataforma superior.
Según algunos investigadores, este tipo de pirá-
mides truncadas sirvieron como fundamentos
para edificios que cumplían una función residen-
cial y/o ceremonial y están relacionadas con una
organización sociopolítica tipo “señorío”, que
Figura 5.21. Excavaciones arqueológicas en la pirámide existió entre 1.250 y 1.550 d.C. (Figura 5.22).
prehispánica del Morro de Tulcán en Popayán. (Tomado de
Cubillos 1959) Foto a Lámina III: b, pared construida con
ladrillos de adobe en el límite E de la pirámide. Foto b Lá- El patrón de asentamiento en la cordillera
mina VI: a, superposición de dos hileras de adobe en la central ha sido estudiado arqueológicamente en
esquina NW de Trinchera 9 Guambía, el sector de Jambaló y Toribío y el
curso alto y medio del río Bolo, en el municipio
Evidentemente, esta monumental construc- de Pradera. En Guambía las terrazas habitaciona-
ción, en la cual se invirtió una inmensa cantidad les se encuentran aisladas o en conjuntos, entre
de tiempo y trabajo social, dirigidos por un poder 2900 y 3400 msnm. Por regla general, su tamaño
central, fue realizada por los ingenieros y arqui- no excede los 15x15 metros, aún cuando apare-
tectos pubenses mucho antes de que llegaran los cen también terrazas con mayores dimensiones,
conquistadores españoles en la primera mitad del que sugieren otro tipo de uso. Los estudios ar-
siglo XVI. Esto se hace evidente por el silencio queológicos permitieron definir un patrón de
total que guardaron al respecto cronistas como asentamiento concentrado en torno a un eje cen-
Pedro Cieza de León y Pascual de Andagoya en- tral denominado La Guaicada, que son pequeños
tre otros. Una estructura de tal magnitud hubiera valles transversales que poseen importantes re-
cursos bióticos y que han sido utilizados para
Capítulo - 5
153

Figura 5.22. Reconstrucción tridimensional computarizada de la pirámide prehispánica del Morro de Tulcán. (Tomado de Ro-
dríguez Flórez 2001).

vivir, cultivar y cazar por los antiguos y moder- kausrq), entre 3.100 y 3.400 msnm.
nos guambianos. En los cerros de Santiago, a
2.900 metros de altura, apareció un conjunto de Este patrón de vivienda sobre aterraza-
18 terrazas, una de las cuales fue excavada con mientos artificiales ubicados sobre las pendien-
técnicas arqueológicas y fechada en 1.620 d.C. tes, donde se construían vivienda de planta circu-
Su área total fue de 156 m2 (12 m de ancho por lar y cuadrada, como los que han sido documen-
13 m de largo) y en su interior fueron encontra- tados en las cámaras de varias tumbas excavadas,
das huellas de poste de una vivienda posiblemen- ha sido documentado también más al sur de
te de forma rectangular, así como también una Guambía, en el sector entre los municipios de
tumba de pozo con cámara lateral vacía. La cerá- Jambaló y Corinto y está asociado al denominado
mica recuperada presenta analogía estilística con Complejo Quebrada Seca. En el sitio Cauca 4,
la de otros sitios excavados en el Morro de Tul- situado al sur del municipio de San Francisco,
cán, Pubenza y Tinajas. Más de 350 platafor- James Ford en los años 40 del siglo XX reportó
mas artificiales, algunas de ellas en forma escalo- la existencia de una serie de plataformas con un
nada, asociadas con sitios de enterramiento, zan- diámetro promedio de 40 metros; en los extremos
jas que cortan los filos y posibles eras de cultivo, de algunas de ellas fueron construidos cemente-
fueron encontradas en el subpáramo (el alto rios para enterrar a los muertos. Similares aterra-
zamientos se presentaron en el sitio Cauca 10, asentamientos tuvieron que ser construidos en un
ubicado en el valle del río Jambaló, al norte del medio lacustre de llanura de desborde de los rí-
municipio homónimo. En otro grupo de yaci- os, especialmente el río Cauca. En el sur del Va-
mientos arqueológicos estudiados en el valle del lle del Cauca y norte del Cauca, sector de los
río Palo, agrupados bajo el nombre de Complejo municipios de Jamundí, Caloto, Puerto Tejada y
del río Bolo, también se documentaron platafor- Corinto, las investigaciones arqueológicas reali-
mas habitacionales sobre las pendientes. En el zadas por Julio César Cubillos en la primera mi-
sitio Valle 14 fueron halladas cuatro plataformas tad de los años 80 del siglo XX, lograron identifi-
asociadas posiblemente a reservorios de agua. car la presencia de tres tipos de asentamiento pre-
Otras seis plataformas también fueron estudiadas hispánico tardío. El primero de ellos correspon-
en el yacimiento Valle 15. Otro conjunto de 10 dió a un poblamiento nucleado simple, formado
plataformas escalonadas, algunas de ellas con por pequeños rancheríos, el cual estuvo asociado
tumbas en su interior, fueron descubiertas en el con los sitios de las fases Sachamate y Tinajas
sitio Valle 19, localizado en la Hacienda de So- ubicados en la suela plana del valle del río Cau-
fía, en el curso alto del río Bolo. Plataformas de ca. Otros sitios, asociados a la Fase Tinajas pre-
Capítulo - 5

este mismo complejo aparecieron en el sitio Cau- sentaron un poblamiento lineal, a lo largo de co-
ca 5, una de ellas tenía 30 metros y otra 50 me- rrientes de agua. Y finalmente, los sitios asocia-
tros de diámetro. Esta última seguramente pudo dos con la fase Quebrada Seca, fueron encontra-
ser utilizada para alojar varias viviendas. Al ex- dos en terrazas artificiales sobre la Cordillera
tremo de estas dos plataformas fueron encontra- Central.
154 das tumbas guaqueadas.
Los indígenas Bolo-Quebrada Seca tam-
Otra especie de reservorio de agua, asocia- bién utilizaron las llanuras aluviales de piede-
do a un grupo de más de ocho plataformas de monte subreciente enmarcadas por los ríos Me-
grandes dimensiones, estaba localizado en el ya- léndez y Lili, para emplazar sus asentamientos.
cimiento Cauca 6, al norte del municipio de To- Los cuatro sitios arqueológicos estudiados re-
ribío. Varias tumbas habían sido guaqueadas en cientemente en la Ciudad Universitaria Meléndez
el interior y fuera de estas plataformas. Una gran de la Universidad del Valle (Univalle 1, 2, 3,4),
cantidad de trabajo humano fue utilizado para estaban ubicados en suelos fértiles y cerca de
construir un conjunto de 15 plataformas en el humedales. El análisis edafológico y de macro-
sitio Cauca 7, al noreste de Toribío. Las platafor- restos vegetales demostró que los paleosuelos
mas superiores pudieron haber estado protegidas encontrados fueron utilizados con fines agrícolas
por una especie de fortificación, de acuerdo a la y de vivienda, durante las tres fases de ocupación
interpretación de la presencia de dos zanjas de prehispánica del sitio. En Univalle 2 y Univalle 4
seis metros de largo por cuatro metros de profun- se encontraron evidencias de pisos de habitación
didad, que aparecieron en el sitio. La existen- hechos con gravilla y tiestos.
cia de una depresión utilizada posiblemente co-
mo una laguna, así como otras plataformas cerca En el yacimiento del Ciat 1 (municipio de
de ellas sugieren que todo este conjunto pudo Palmira), el asentamiento se realizó en condicio-
haber constituido un pequeño poblado al mando nes ambientales de una llanura de inundación
de un cacique, del cual seguramente las platafor- muy homogénea, donde los habitantes se vieron
mas fortificadas de la cima, constituían el núcleo obligados a hacer pisos de limos sobre las vivien-
central o residencia del jefe. Otro asentamiento das para aislar la humedad (Estrato 4). Un basu-
de gran importancia parece haber existido en el rero ubicado cerca del yacimiento anterior, deno-
sitio El Salado (municipio de Corinto), donde la minado Ciat 2, fue datado en 1.280 d.C., fecha
población explotó las fuentes salinas del sector, que correspondería a los inicios de la ocupación
como parece confirmarlo la presencia de más de del sitio. Otro sitio Bolo-Quebrada Seca fue el
400 tumbas guaqueadas y la presencia de gran de Cantarrana, ubicado en la Vereda Matapalo,
cantidad de objetos metálicos provenientes de municipio de Palmira. En este sector el asenta-
ellas. miento prehispánico fue emplazado en un paisaje
de llanura aluvial de desborde de los ríos Cauca y
Las adaptaciones culturales de las pobla- Guachal. La estratigrafía del yacimiento indicó
ciones Bolo-Quebrada Seca que habitaron en el una secuencia de ocupación y desocupación del
valle geográfico del río Cauca fueron diferentes a sitio que ocurrió, de acuerdo a las fechas de ra-
las de sus hermanos de la cordillera central. Los diocarbono, durante los siglos XI y XII d.C. En
el paleosuelo Ab4, entre 90 y 110 cm de profun- Según Cieza de Léon, los cacicazgos que
didad fueron halladas tres huellas de poste de ocuparon la cordillera central y que estaban suje-
forma circular, correspondientes a una vivienda, tos a la ciudad de Popayán:
cuya planta fue imposible determinar. Cerca de
allí, en la vereda Palmaseca, en los yacimientos ...están poblados de grandes pueblos, porque
El Tulipán y El Llanito, los sitios de habitación hacia la parte oriente tiene (como dije) la pro-
prehispánica fueron encontrados sobre montícu- vincia de Guambía, poblada de mucha gente, y
los artificiales. Uno de ellos estudiado, tenía un otra provincia que se dice Guamza, y otro pueblo
diámetro de 9,5 m y una altura de 1,50 m y fue que se llama Maluasa, y Polindara y Palace, y
fechado en 1.140 d.C. Al igual que en Canta- Tembio y Colaza, y otros pueblos; sin estos, hay
rrana, el asentamiento estudiado en el sitio Gua- muchos comarcanos a ellos, todos los cuales es-
guyá PK321+400 datado en el siglo XIII d.C., tán bien poblados.
fue realizado en el ápice de una abanico reciente
con una topografía más ondulada que la actual y Al igual que en el valle de Pubenza, en el
con una alta incidencia de desbordes y cambios valle geográfico del río Cauca el poblamiento

Capítulo - 5
en los cursos de los río Cauca y Amaime, en sue- parece haber sido en aldeas nucleadas. Cieza de
los de alta fertilidad natural y unas condiciones León lo da a entender cuando anota que:
físicas y bióticas excelentes para desarrollar acti-
vidades agrícolas, caza, pesca y recolección. Y Este río, hacia la ciudad de Cali, fue primero
finalmente, debemos mencionar el sitio de Cor- poblado de grandes pueblos, los cuales se han
poica- PK1+500, donde se presentaron dos pa- consumido con el tiempo y con la guerra que les 155
leosuelos enterrados entre 80 y 145 cm de pro- hizo el capitán Belalcázar, que fue el primero
fundidad. El asentamiento fechado hacia el siglo que los descubrió y conquistó.
IX d.C. el cual apareció en el primer paleosuelo,
entre 80 y 110 cm, fue emplazado en un basin de En su Carta al Emperador Carlos V, envia-
la llanura aluvial de desborde, caracterizado por da por Pascual de Andagoya en 1.540, a sólo
suelos arcillosos a limosos, relieve plano- cuatro años del descubrimiento del territorio del
cóncavo y sectores semipantanosos con pobres Valle del Cauca, dicho autor coincide con Pedro
condiciones de drenaje y altas posibilidades de Cieza de León al afirmar que Sebastián de Belal-
inundación. cázar exterminó la floreciente población que
existía en el valle geográfico a su llegada.
Además de los datos arqueológicos conta-
mos con la información de los cronistas que evi- ...quando aquí entraron los primeros españoles
dencia igualmente el patrón de asentamiento de avía en estas treinta y dos leguas sobre Viento y
los diferentes cacicazgos que compartían la tradi- Vinquenta mill casas no avía palmo de t(ie)rra q
ción cultural Bolo-Quebrada Seca. La existencia (ue) no estuviese sembrado de los naturales no
de un poblamiento más o menos nucleado para el avía casa una con otra que no tubiesen tres o
valle de Popayán, es sugerida por Pedro Cieza de quatro honbres syn la gente de mugeres y criatu-
León al comentar en su obra la Crónica del Perú, ras y en todo esto se hallan agora por copia qu
que: (a)tro mill e novecientos indios antes menos que
más.
Todas estas vegas y valle fueron primero muy
pobladas y sujetas por el señor llamado Popa- Analizando las crónicas españolas del si-
yán, uno de los principales señores que hubo en glo XVI Hermann Trimborn está de acuerdo con
aquellas provincias. que la población aborigen del Valle del Cauca
debió vivir nucleada en aldeas. En su concepto:
Igualmente, Castellanos resalta la gran
cantidad de población y la importancia del caci- Los europeos no encontraron a los habitantes del
cazgo de Popayán en los siguientes términos: Valle del Cauca y de los territorios colindantes
diseminados por el espacio cultural y aislados en
Crecida población en gran manera familias, sino generalmente reunidos en agrupa-
Y toda suntuosa cacería, ciones rurales. El hecho de que los poblados pre-
Más sola paja cubre la madera. dominaran en forma de aldeas y no de chozas
dispersas se refleja con tal regularidad en las
descripciones de los testigos oculares que hacen
innecesarias su demostración documental.
Actividades económicas
En otras partes deste reino se da el maíz a cuatro
Los restos macrobotánicos y huesos de y a cinco meses de manera que hacen en el año
animales encontrados en diversos yacimientos, dos sementeras. En este pueglo (Guambía) no se
así como la información de los cronistas hablan a siembra sino una vez al año, y vienense a coger
favor de que la sociedad Bolo-Quebrada Seca los maíces por mayo y junio:
tenía una economía mixta, basada en el cultivo
intensivo y extensivo del maíz, pero que incluía La agricultura practicada en el valle geo-
actividades productivas como la obtención e in- gráfico del río Cauca parece haber sido diferente.
tercambio de la sal, la pesca, la caza, la alfarería Las condiciones de una llanura aluvial que gran
y la metalurgia. Era una sociedad autosuficiente parte del año permanecía inundada seguramente
que generaba además importantes excedentes de obligaron a los indígenas de la zona a implemen-
producción, que sirvieron de base para una diná- tar otras tecnologías agrícolas para la producción
mica división social del trabajo. de alimentos. Y aún cuando no tenemos eviden-
cia arqueológica sobre la presencia entre los caci-
Capítulo - 5

La agricultura cazgos tardíos que ocuparon el valle geográfico


del río Cauca, de un sistema agrícola de campos
Los cacicazgos de la cordillera central uti- elevados o camellones, no podemos por el mo-
lizaron una agricultura de pendiente, como la mento descartar dicha posibilidad. Como ya lo
empleada por los agricultores de la sociedad Son- expusimos, recientemente han sido encontrados
156 so. Como ya lo anotamos, en Guambía, cerca de campos elevados asociados con el cacicazgo de
los aterrazamientos utilizados para construir las Malagana. En Cantarrana, hacia el siglo XI d.C.
viviendas, se han encontrados las eras de cultivo se implementó una tecnología agrícola de roza y
sobre la pendiente. Más al sur también es común quema. Se realizaron rellenos artificiales y cana-
este tipo de tecnología agrícola, donde es fre- les de drenaje, adaptando los terrenos para culti-
cuente observar aún las huellas de los canales de var maíz (Zea mays), algunas especies de fríjol
drenaje antiguos de las eras de cultivo. El sistema (Phaseolus cf. Vulgaris y Phaseolus sp.). Igual-
de roza y quema es documentado por Anuncibay, mente, se implementó la domesticación del curí
quien describe: (Cavia sp.) y la cacería de mamíferos como el
coatí (Nasua nasua), la chucha (Didelphys mar-
Es la tierra fértil de maíz que se siembra en los supialis), guagua (Agouti sp.), venado
montes en rozas de fuego. (Odocoileus virginianus) y tatabro (Tayassu sp.).
La pesca está documentada por los huesos de
La existencia de una agricultura diversifi- bocachico (Prochilodus reticulatus).
cada es documentada por Pascual de Andagoya,
quien escribió para la posteridad: En los basureros Ciat-2 (1.280 d.C.) y
Ciat-3 fueron recuperadas más de 135 semillas
Este valle e tierra de Popayán como tengo dicho carbonizadas de maíz. Semillas carbonizadas de
es muy hermoso y fértil, los mantenymyentos de este cereal también aparecieron en la tumba 1 y
aquellas provincias son mayz y unas raíces que los pozos 1 y 2 del mismo yacimiento. Por su
llaman allí papas que son como una castaña de parte, los estudios palinológicos realizados en el
hechura de una nuez y otras rayzes que saben a Horizonte de Suelo Ab2 del sitio arqueológico
nabos y frutas muchas que tienen y todo su man- Corpoica-PK1+500, evidenciaron la presencia
tenymyento prencipal es el vino y del maíz hacen de cultivos de Zea mays de considerable exten-
en aquella tierra que es de um maíz que llaman sión, asociados a palmas (Attalea sp y Bactris sp)
niorocho medianito y muy duro que se coge a y grandes áreas de pastizales de gramíneas alre-
dos meses después de sembrado y deste hazen dedor del yacimiento, así como también a algu-
pan muy bueno y bino y miel y azeyte y vina- nos bosques cercanos con algunos claros.
gre...En todas estas provincias que tenemos di-
chas de esta gover//nación tienen estos manteni- La explotación de los salados
mientos y en algunas tienen yuca y ajes.
La explotación de fuentes salinas fue otra
También Cieza nos comenta sobre la im- de las actividades económicas importantes que
portancia del maíz entre los pueblos sujetos a la practicaron los cacicazgos de la cordillera cen-
Gobernación de Popayán, lo siguiente: tral. La sal constituyó un producto muy preciado
y su intercambio existió hasta muy entrada la
época colonial. Los cacicazgos que la explotaron Bolo, ha sido descubierto en los sitios arqueoló-
controlaron una gran parte de las redes de inter- gicos cordilleranos Valle 17, Valle 18, Valle 19,
cambio regional. Cieza comentaba que: Valle 20, Cauca 5, Cauca 6 y Cauca 7. En el
valle geográfico del río Cauca, este complejo está
Hay muchos volcanes o bocas de fuego por lo representado por la cerámica de los yacimientos
alto de la sierra; del uno sale agua caliente, de pertenecientes a las fases Tinajas y Sachamate,
que hacen sal, y es cosa de ver y de oir del arte Univalle-1, Univalle-4, El Tulipán, El Llanito,
que se hace; lo cual tengo prometido de dar ra- Cantarrana, Guaguyá-PK321+400, Ciat, Bolo 1,
zón en esta obra de muchas fuentes de gran ad- Malagana, Corpoica-PK1+500. Los objetos ce-
miración que hay en estas provincias. rámicos conocidos de este complejo comprenden
vasijas, figuras humanas y de animales, volantes
La importancia del trueque de la sal tam- de huso y silbatos. En las tumbas de los sitios
bién figura en un documento anónimo referente a cordilleranos son comunes las ollas de cuerpo
los indígenas de la provincia de Popayán: simple globular con base plana o semiredondea-
da, algunas de las cuales presentan dos asas apli-

Capítulo - 5
la sal tienen mucho, y a trueco de ella dan cual- cadas verticalmente sobre el borde y el cuello.
quier cosa que tengan. Hay también ollas con cuello, base troncónica y
asas verticales.
La producción textil
También se presentan cántaros sencillos
A pesar de que no tener hasta ahora evi- con asas horizontales aplicadas sobre el hombro, 157
dencias arqueológicas de mantas, si han apareci- o más complejos, los cuales presentan forma de
do en tumbas y sitios de habitación volantes de calabazos. Igualmente, cuencos con base redon-
huso asociados indudablemente a actividades deada o anular. Estas vasijas presentan general-
textiles. La existencia del telar está documen- mente pintura positiva roja cubriendo el cuerpo
tada por el Licenciado Anuncibay. Describien- externo. En menor medida se presentan diseños
do la vestimenta de los indígenas de Popayán geométricos realizados por incisión. Las for-
Pascual de Andagoya decía: mas domésticas Sachamate incluyen platos sen-
cillos y con bordes evertidos, cuencos de cuerpo
...y el vistuaryo de las mugeres de aquella mane- simple, ollas y cántaros subglobulares. Una de
ra salvo que los honbres trayan otra manera de las decoraciones más usada fue un baño rojo que
vistuaryo de algodón muy pintado que cubre sus cubre una o ambas caras de las vasijas. Otras de
vergüenzas y parte del cuerpo ques a manera de las técnicas utilizadas fueron la incisión de línea
una capa echada por debajo del brazo sino que simple; la presión digital sobre los bordes, pre-
es corta que no pasa de las nalgas. sión angulosa formando motivos triangulares, la
presión ungulada con la punta de la uña y el co-
La confección de mantas y su importancia rrugado digitado sobre tiras aplicadas (Figura
en la vida cotidiana es descrita por Cieza, quien 5.23).
comenta que:
Por su parte, las formas más comunes del
Las mujeres andan cubiertas con otras pequeñas complejo Tinajas son ollas, platos y cuencos de-
mantas de algodón, y traen sus cuellos collares corados con pintura positiva roja, incisiones finas
de unas mosquitas de fino oro y de muy bajo, con líneas simples y motivos zonificados, líneas
muy galanas y vistosas. paralelas verticales y horizontales, líneas parale-
las hachuradas, achurado digitado, acanalado
La alfarería simple, presión digital, presión ungulada y angu-
losa, corrugado digitado y escobillado. En el
La producción de objetos cerámicos fue sitio de Cantarrana las formas más comunes fue-
otra de las actividades económicas importantes ron: ollas, cántaros, cuencos de cuerpo simple,
de los cacicazgos que compartieron la tradición ollas-cuenco de silueta compuesta y copas. Y las
cultural Bolo-Quebrada Seca, los cuales crearon técnicas decorativas utilizadas fueron la pintura
dos estilos cerámicos bien definidos: Bolo y Que- positiva roja zonal en el labio y la parte superior
brada Seca. Ambos estilos fueron compartidos de los recipientes, la presión digital, presión un-
por los cacicazgos que ocuparon tanto el sur del gulada, presión angulosa, incisión, acanalado,
valle geográfico del río Cauca, como de la cordi- corrugado digitado y aplicaciones. Formas y
llera central. En general, el complejo cerámico
características de este complejo, las cuales pro-
vienen básicamente de tumbas son: cuencos sub-
globulares con borde invertido y reforzados ex-
ternamente y base redondeada o troncónica alta,
los cuales en algunas ocasiones se presentan en
número de tres compartiendo todos una misma
base; ollas subglobulares con base redondeada o
troncónica alta; cántaros subglobulares con base
aribaliode y troncónica alta, vasijas en forma de
zapato (tipo “mocasín”). El principal tipo de de-
coración es la pintura positiva roja, la cual puede
presentarse cubriendo totalmente el cuerpo exter-
no de las vasijas o zonal combinada con otras
técnicas decorativas. Otras técnicas utilizadas son
la incisión, presión angulosa, aplicación y el es-
Capítulo - 5

cobillado. Son comunes las representaciones de


caras humanas, especialmente en la parte supe-
rior y cuello de cántaros con que presentan base
aribaloide y de pedestal. Usualmente, una nari-
Figura 5.23. Poporo ceremonial antropomorfo. guera maciza tipo torzal y un collar de una o dos
158 vueltas con dijes aplicados adorna el cuello en
decoraciones similares se presentaron en la cerá- estas representaciones. En las tumbas de la
mica recuperada de los yacimientos del Ciat, elite (caciques y chamanes) aparecen, aunque en
Guaguyá-PK321+400 y Malagana (Figura menor cantidad, representaciones muy realistas
5.24). de los gobernantes sentados en bancos, con tatua-
je en el rostro y ataviados con lujosos adornos
como narigueras, orejeras, collares, tocados a
manera de cascos y escudos o rodelas, en sus es-
paldas aparecen figuras de animales. Repre-
sentaciones artísticas, con evidentes atributos de
poder chamánico también son frecuentes en oro y
tumbaga, como veremos enseguida (Figura 5.25).

La orfebrería

Los metalurgos Bolo-quebrada Seca pro-


dujeron una orfebrería que desde el punto de vis-
ta tecnológico fue parecida a la que implementa-
ron otras sociedades prehispánicas tardías del
suroccidente colombiano, pero que conforma un
estilo muy particular denominado estilo Popa-
yán. Los pocos objetos conocidos, provenientes
Figura 5.24. Individuos de las elites fueron representados en
vasijas cerámicas, donde aparecen adornados con narigueras
principalmente de una tumba del sitio La Mar-
macizas y collares. (Foto del Museo Arqueológico “Julio quesa ya mencionado, pero también de otras
Cesar Cubillos”. CRIA-226. Altura 17.5 cm.). tumbas del actual Departamento del Cauca, fue-
ron elaborados principalmente en la aleación de
En cuanto al complejo cerámico Quebrada oro y cobre conocida como tumbaga, utilizando
Seca, este se ha detectado principalmente en los las técnicas de la fundición, el martillado, la cera
yacimientos del Morro de Tulcán, La Marquesa, perdida y el enchapado. Se trata de una orfebrería
La Campana y Santiago, El Aljibe, Cauca , Cau- confeccionada para la elite, con unas altas conno-
ca 2, Cauca 3, Cauca 4, Cauca 10, Cauca 11, taciones chamánicas, conformada principalmente
Valle 7, Valle 8 y Valle 9. El único sitio con cerá- por pectorales con cara humana y cuerpo de ave
mica representativa de este complejo en el valle (águila) y cuentas de collar ornitomorfas. Unos
geográfico del río Cauca es el Zamorano en el pectorales tienen la cara triangular con ojos y
municipio de Palmira. Las formas de vasijas más pico de ave, mientras otros la presentan cuadrada
Capítulo - 5
159

Figura 5.25. Representación de un cacique/chamán sentado en un banco con pintura facial, un suntuoso tocado o diadema y
portando un escudo o rodela. (Foto tomada de Labbé 1998:114, Fig. 92).

y en la nariz aparece una gran nariguera circular Las costumbres funerarias


que ocupa la parte central del rostro. En sus cabe-
zas aparecen complejos tocados calados en forma Las poblaciones Bolo-Quebrada Seca ente-
de medialuna o representaciones de plumas. rraban a sus muertos en construcciones funerarias
En estudios recientes sobre la simbología del me- hechas principalmente en cementerios especiales
tal entre las sociedades prehispánicas colombia- construidos tanto sobre las pendientes, cerca de
nas, estas representaciones han sido reconocidas los sitios de habitación, como en aterrazamientos
como la expresión del vuelo chamánico y consi- artificiales. Pero también se han detectado entie-
deradas como una variante del denominado Icono rros en sitios de vivienda. Para el Complejo del
A o del vuelo chamánico, que corresponde al Río Bolo, son características las tumbas de pozo
Hombre-Pájaro, compuesto de dos elementos circular o cuadrada y cámara lateral. Los pozos
superpuestos: uno plano, que es una placa con pueden ser redondos o cuadrados y las cámaras
silueta de ave y otro tridimensional, conformado de forma circular, ovales, en medialuna, rectan-
por el cuerpo, la cabeza y una serie de detalles gulares y elípticas. Algunas de ellas presentan
complementarios. además una especie de nicho en una de las pare-
des del pozo. Una de las principales característi-
Pero no toda la metalurgia conocida es cas de estas construcciones es que el piso del po-
suntuosa ni tuvo una función chamánica. Tam- zo es más profundo que el nivel de la cámara.
bién existen objetos de adorno sencillos, los cua- Las tumbas consideradas simbólicamente como
les seguramente han debido ser usados por el la vivienda de los muertos fue uno de los elemen-
grueso de la población. Uno de ellos parece haber tos ideológicos que manejaron estas poblaciones.
sido la nariguera, adorno nasal generalizado entre En el yacimiento Cauca 5 (municipio de San
los cacicazgos tardíos, la cual a diferencia de las Francisco), la Tumba D presentó una cámara re-
que usaban las poblaciones Quimbaya, eran ma- presentando una vivienda rectangular con techo a
cizas hechas en forma de clavos retorcidos, lla- cuatro aguas. La profundidad de estas construc-
madas por los cronistas torzales o caricuríes. ciones fúnebres oscila entre 2 y 6,9 metros de
Este tipo de nariguera aparece colocado en las profundidad. En las cámaras fueron realizados
tumbas como ajuar funerario de los individuos entierros primarios individuales y colectivos; el
enterrados y también en la nariz de las represen- ajuar es muy escaso y lo componen unas pocas
taciones humanas modeladas en las vasijas cerá- vasijas de cerámica.
micas (Figuras 5.26, 5.27).
Capítulo - 5

160

Figura 5.26. Pectoral con la imagen de un chamán con máscara de ave acompañado de dos animales auxiliares. Representación
del vuelo chamánico, Icono A. (Foto tomada de Reichel-Dolmatoff 2005: 198, altura 16.5 cm.).

Figura 5.27. Pectorales elaborados en tumbaga donde aparece el chamán acompañado de aves. Representación del vuelo cha-
mánico, Icono A. (Foto tomada de Reichel-Dolmatoff 2005: 196, altura 24 cm.).

Una variante muy peculiar de las tumbas estrecho, que se profundizó casi hasta los seis
que posiblemente pertenezca al período tardío metros y que presentó en sus paredes entre cinco
inicial (800-1.300 d.C.), se ha presentado recien- y diez escalones y un nicho. Las cámaras eran
temente en el barrio Ciudad Jardín de la Ciudad semielípticas y en la bóveda se elaboraron sobre
de Cali. Se trata de nueve tumbas excavadas en la arcilla laterítica, un complejo entramado de
los sitios La Escopeta 32, La Escopeta 14 y Ave- acanaladuras a manera de vigas en el techo y sus
nida del Lago 62. Todas tenían un pozo cuadrado partes laterales, semejando la estructura interna
de los bohíos que servían de sitios de vivienda a rario consta básicamente de vasijas cerámicas,
los aborígenes. Como ya lo anotamos, una es- cuya cantidad oscilaba entre 8 y 52. Tumbas de
tructura muy parecida, pero con una forma rec- este tipo han sido reportadas por ahora sólo en el
tangular fue reportada en la Tumba D del yaci- municipio de Tacueyó, en el sitio Cauca 10. El
miento Cauca 5, ubicado cerca del municipio de otro tipo lo conforman construcciones de pozo
San Francisco, sobre la cordillera Central. con cámara lateral, las cuales alcanzan profundi-
dades de más de seis metros. En Cauca 2 los po-
Tumbas similares fueron excavadas recien- zos presentaron forma cuadrangular y las cáma-
temente en el cementerio prehispánico de la ras semielíptica. Una piedra grande en forma de
Hacienda Cantaclaro en el corregimiento de laja cubre la entrada a las cámaras. En ellas se
Aguaclara, municipio de Palmira, en la cordille- realizaron entierros primarios individuales y fa-
ra Central. Estas eran de pozo con cámara lateral miliares hasta de cinco individuos. En algunas
y un nicho complementario. Los pozos tenían ocasiones, los cadáveres eran colocados en una
forma rectangular con escalones para descenso y especie de cajón hecho en el suelo de la cámara.
sus profundidades oscilaron entre 265 y 520 cm. Los ajuares funerarios se componen principal-

Capítulo - 5
Las cámaras presentaron formas rectangulares y mente de numerosas vasijas cerámicas y volantes
ovales y representaciones de casas con techos a de huso, que en ocasiones alcanzan la suma de
dos y cuatro aguas (Figura 5.28). 232 objetos, como fue el caso de la Tumba E del
sitio Cauca 2. Tumbas de pozo cuadrado y
Por su parte, las tumbas del denominado rectangular y cámaras redondas y semielípticas,
Complejo Quebrada Seca son de dos tipos: El en cuya entrada había un bloque de tierra negra 161
primero fue una tumba de pozo simple de forma compacta a manera de tapa (el cuál sustituía la
circular, con 1,5-2,0 m de diámetro en promedio, piedra en forma de laja), también fueron estudia-
que se iba ensanchando en la medida en que se das en el cementerio del “Morro de Tulcán” en
profundizaba, hasta llegar a los 2,25 metros. Allí Popayán. Algunas construcciones funerarias
fueron realizados entierros primarios individuales (Tumbas 4, 5, 10,11), presentaron canales donde
y colectivos en posición extendida. El ajuar fune- eran colocados postes de madera que cubrían la
entrada a la cámara. Formas similares presen-
taron las tumbas excavadas por Henri Lehmann
en la Colina El Chirimoyo y la Loma de la Eme,
en Popayán.

Los datos arqueológicos disponibles hasta


el presente, indican que estos dos complejos cul-
turales parecen haber existido en diferentes mo-
mentos del Período Tardío. El análisis comparati-
vo de los patrones funerarios y de los estilos ce-
rámicos, así como los datos radiocarbónicos
apuntan a que el Complejo Cultural Bolo pudo
haber florecido durante la primera fase del perío-
do tardío, posiblemente entre 800 y 1.300 d.C.
Mientras, los cambios en los patrones funerarios,
en el estilo cerámico y la presencia de objetos
españoles en tumbas del Complejo Quebrada
Seca sugieren su ubicación cronológica en el pe-
ríodo preconquista, seguramente en los 250 años
antes de la invasión y conquista europea.

Figura 5.28. Planta y corte de la tumba 8 del cementerio


prehispánico de Cantaclaro, donde pude verse la forma de
una casa. (Tomada de Rodríguez Cuenca y Blanco 2007:
67).
LAS SOCIEDADES CACICALES TARDÍAS VIIIC, San Luis I, San Luis II, Tatabrito I y Ca-
DE LA COSTA PACÍFICA llemansa (Figura 5.1).
( 300/400 – 1.550 d.C.)
Cronología
Hacia la segunda mitad del siglo IV d.C. la
sociedad Tumaco-Tolita II comienza a experi- La ubicación cronológica de estos cacicaz-
mentar fuertes cambios a nivel cultural, los cua- gos tardíos es posible conocerla gracias a 37 fe-
les se manifiestan tanto en la estructura política, chas de radiocarbono, cuatro de las cuales corres-
como en los patrones de subsistencia, de enterra- ponden al Período Colonial y una al Período Re-
miento, de poblamiento, como también en la for- publicano. (Tabla 5.5)
ma y función de la producción alfarera y orfebre.
Estas transformaciones tuvieron que ver con la La población
introducción de nuevas cosmovisiones como re-
sultado, posiblemente, de una fuerte influencia de Los únicos datos bioantropológicos dispo-
sociedades cacicales que ocupaban los territorios nibles sobre las poblaciones costeras del Período
Capítulo - 5

de la sierra. La apropiación cultural del espacio Tardío corresponden a los obtenidos de los análi-
por parte de estas nuevas poblaciones estuvo sis de los restos óseos de 17 individuos, niños y
orientada hacia la explotación de recursos ribere- adultos, recolectados en la Cueva de los Guen-
ños y de selva tropical tanto en la llanura aluvial, gueles, cerca del río Saija, en territorio colombia-
como en el piedemonte cordillerano. no. El análisis de 109 dientes permitió descubrir
162 un bajo índice de caries entre la población estu-
Durante los primeros 250 años, es decir, diada, lo que podría sugerir una dieta pobre en
entre 350 y 600 d.C. la cultura material de estas carbohidratos o posiblemente una baja predispo-
poblaciones está representada por las denomina- sición hereditaria de estos individuos hacia el
das Fase Guadual en el curso medio del río San- consumo de este tipo de alimentos.
tiago, la Fase El Morro en la región de Tumaco y
la Fase Buena Vista más al norte, en la costa pa- Los poblados y las viviendas
cífica caucana. A partir del 600 d.C. con la llega-
Tanto en Ecuador como en Colombia las
da de nuevas gentes a la región costera prove-
sociedades cacicales costeras tardías adoptaron
nientes seguramente de la sierra, colapsan los
un patrón de asentamiento diferente al de los gru-
cacicazgos costeros y comienzan a imponerse
pos que las precedieron. Entre 350 y 600 d.C. las
patrones culturales nuevos, característicos de las
poblaciones de la fase cultural Bucheli-Caunapi
sociedades cacicales tardías. Con este nuevo
en la región de Tumaco, implementaron dos tipos
período tardío se asocian las poblaciones de las
de asentamientos. En primer lugar, reocuparon
fases arqueológicas Balao en la región de Ataca-
los montículos artificiales construidos por los
mes, Esmeraldas, Herradura, Tumbaviro, Las
pueblos que vivieron anteriormente (sitios La
Cruces y Mina en la cuenca de los ríos Santiago-
Magnolia y La Esperanza). Y por otro lado, en la
Cayapas en El Ecuador, Bucheli-Caunapí en Tu-
llanura aluvial estructuran un poblamiento denso
maco, Maina en el río Patía, San Miguel en el
sobre ambas márgenes del río Caunapí y sus tri-
sector de Guapi-Timbiquí, en el departamento
butarios. Se presenta una mayor cantidad de si-
colombiano de El Cauca y Minguimalo y San
tios arqueológicos que en el período anterior y
Luis en el curso bajo de los ríos San Juán y Cali-
los asentamientos cubren entre una y tres hectá-
ma.
reas.
El territorio
Después del 600 d.C. los asentamientos
En territorio ecuatoriano los yacimientos dejan de realizarse en la costa y se concentran en
arqueológicos más representativos de estos caci- la llanura aluvial, especialmente sobre las márge-
cazgos tardíos son: Herradura, Las Cruces, Las nes de los principales ríos de la región y sus tri-
Peñas, Escaramian, Cachi y La Tolita. Por su butarios, las partes altas y el piedemonte cordille-
parte, en Colombia debemos mencionar los sitios rano. Así, por ejemplo, este fue el patrón de
de Bucheli, Muelle Viejo (Isla Gorgona), Imbi- asentamiento utilizado por las poblaciones indí-
li, San Miguel, El Llanaje, el Cocal, Buena Vista, genas en el curso Alto del río Saija. Más al
Las Peñas, Maina, Ordóñez I, Palestina I, Pales- norte, en el curso bajo del río Patía las poblacio-
tina II, Palestina III, Palestina VII, Palestina nes de las denominadas Fase Maina y Fase Bue-
na Vista, hicieron sus asentamientos, de una for-
Tabla 5.5. Cronología absoluta de las sociedades cacicales tardías de la Costa Pacífica colombo-ecuatoriana.

Datación d.C. No.


Sitio Referencia
Fecha sin calibrar Laboratorio
El Morro (Colombia) 370 ± 60 Gif- 10807 Bouchard 2003
Guadual (Ecuador) 380 ± 60 Beta - 20635 DeBoer 1996
El Morro (Colombia) 405 ± 95 Gif-10808 Bouchard 1995

Guadual (Ecuador) 410 ± 80 Beta - 20636 DeBoer 1996

Buenavista (Colombia) 420 ± 60 Beta - 30753 Patiño 2000


Guadual (Ecuador) 430 ± 70 Beta - 20645 DeBoer 1996

El Morro (Colombia) 430 ± 75 Ny743 Bouchard, 1982-83

Capítulo - 5
El Morro (Colombia) 480 ± 95 Gif- 10808 Bouchard 2003

Buenavista (Colombia) 490 ± 60 Beta - 30754 Patiño 2000


Guadual (Ecuador) 490 ± 90 Beta - 25513 DeBoer 1996 163

Herradura (Ecuador) 500 ± 90 Beta - 33779 DeBoer 1996

Las Cruces (Ecuador) 560 ± 60 Beta - 28149 DeBoer 1996

Palestina I (Colombia) 625 ± 50 Pit-1156 Salgado y Stemper 1995

Herradura (Ecuador) 650 ± 120 Beta - 33780 DeBoer 1996

San Miguel (Colombia) 665 ± 35 Pitt – 212P3 Patiño 2000

Escamarian (Ecuador) 760 ± 70 - Tihay and Usselman 1995

La Tolita (Ecuador) 795 ± 145 Gx - 10507 Valdez 1987

Palestina III (Colombia) 815 ± 50 Pit-1149 Salgado y Stemper 1995


Salgado y Stemper
Ordóñez I (Colombia) 845 ± 50 Pitt - 1141
1995
Salgado y Stemper
Ordóñez I (Colombia) 880 ± 25 Pitt - 1139
1995
Maina (Colombia) 880 ± 60 Beta - 30284 Patiño 2000

Las Cruces (Ecuador) 920 ± 80 Beta - 28148 DeBoer 1996

Las Peñas (Ecuador) 980 ± 70 - Tihay and Usselman 1995


Salgado y Stemper
Palestina I (Colombia) 990 ± 45 Pitt - 1147
1995
Imbili (Colombia) 1000 ± 150 M-1481 Reichel- Dolmatoff 1965
Salgado y Stemper
Bucheli (Colombia) 1075 ± 80 IAN-112
1995
Palestina III (Colombia) 1185 ± 50 Pit-1153 Salgado y Stemper 1995
Salgado y Stemper
Palestina I (Colombia) 1265 ± 50 Pitt - 1137
1995
Tabla 5.5. Cronología absoluta de las sociedades cacicales tardías de la Costa Pacífica colombo-ecuatoriana. Continuación

Palestina VII Salgado y Stemper


1285 ± 30 Pitt - 1152
(Colombia) 1995
Herradura (Ecuador) 1390 ± 60 Beta - 20640 DeBoer 1996
Salgado y Stemper
Ordóñez I (Colombia) 1405 ± 50 Pitt - 1140
1995
Palestina VIIIC Salgado y Stemper
1425 ± 35 Pitt – 1200
(Colombia) 1995
Palestina VIIIC Salgado y Stemper
1640 ± 20 Pitt – 1148
(Colombia) 1995
Salgado y Stemper
Palestina II (Colombia) 1780 ± 50 Pitt – 1142
1995
Cachi (Ecuador) 1800 ± 70 Beta - 20643 DeBoer 1996
Capítulo - 5

Inguapi (Colombia) 1820 ± 80 Ny-636 Bouchard, 1982-83


Inguapi (Colombia) 1845 ± 80 Ny-637 Bouchard, 1982-83

ma dispersa, en laderas y cimas de colinas coste- los indígenas Waunana y Embera actuales, se
164
ras e interiores de la llanura aluvial. No obstante, presentaron en el yacimiento San Luis I, asocia-
también se conocen plataformas artificiales de das con la primera ocupación prehispánica del
vivienda realizadas sobre las colinas, patrón ca- sitio, ubicada hacia el siglo VI d.C.
racterístico de las poblaciones tardías de las cor-
dilleras occidental y central en el territorio co- Este tipo de viviendas, denominado genéri-
lombiano. Algo similar puede observarse con camente “barbacoas” por los cronistas españoles
los asentamientos de los grupos que ocuparon el del siglo XVI, parece haber sido la principal es-
curso bajo de los ríos San Juán y Calima en terri- tructura habitacional que utilizaron los indígenas
torio vallecaucano y chocoano, cuyas caracterís- del Período Tardío en la región geohistórica de la
ticas estilísticas de la cerámica permiten asociar- costa pacífica colombo-ecuatoriana. En su expe-
los con las culturas arqueológicas Minguimalo dición desde Cali hacia la costa pacífica, realiza-
del bajo y medio Chocó y Sonso de la cordillera da seguramente por la cueva del río Garrapatas,
occidental. En este territorio los sitios tardíos al norte del Departamento del Valle de Cauca,
se encuentran ubicados en terrazas hechas por el según Castellanos, Juan de Ladrilleros encontró
hombre sobre lomas y colinas con buena visibili- poblaciones que:
dad. El sitio de vivienda Ordóñez I, correspon-
diente a la sociedad Sonso, estaba ubicado sobre que en barbacoas hacen su cultura,
una terraza aluvial elevada unos 20 metros sobre de donde cada cual se defendía,
el nivel del río Calima, con un área de basuras y cuando más no puede se huía
que ocupaba unos 1.100 m2. Similar ubicación
presentaron también los sitios Sonso de Calle- Por su parte, refiriéndose a los indígenas
mansa (2.000 m2 de superficie) y San Luis II de la antigua ciudad de Toro, el cronista Guillén
(6.000 m2 de superficie). decía que existían tanto las:

No se cuenta por ahora con mucha infor- casas hechas encima de los árboles y otras casas
mación arqueológica sobre las formas de las vi- muy altas que hacen que llaman barbacoas muy
viendas. En el sitio arqueológico de Ordóñez I, altas del suelo, por ser tierra húmeda y enferma.
ubicado en el curso bajo del río Calima, fueron
encontradas varias huellas de poste de estructuras También son conocidos los relatos de Pe-
que seguramente estaban elevadas del suelo, al dro Simón sobre las viviendas de los indígenas
estilo de las viviendas de los indígenas que han del río San Juan, que vieron los españoles en
habitado los bosques lluviosos de la costa pacífi- 1.593. Según dicho cronista, los soldados relata-
ca colombo-ecuatoriana, desde al menos inicios ron que la isla de Munguidó, en el bajo río San
del siglo XX. Similares estructuras habitacio- Juan:
nales, construidas seguramente sobre un piso de
madera colocado sobre pilotes, parecidas a las de
Estaba poblada de muchas barbacoas o casas de nándole periódicamente elementos de humedales
indios, sementeras de maíz, muchas palmas y ricos en nutrientes y desechos orgánicos prove-
otros árboles frutales. nientes de los fogones y de otras actividades coti-
dianas. Es posible que estas poblaciones practica-
Más al sur, en el continente, frente a la Isla ran una especie de agricultura forestal itinerante
del Gallo, ubicada al sur de la actual isla de Gor- intensiva, utilizando los terrenos altos, no ex-
gona, Pascual de Andagoya relata que: puestos a las inundaciones periódicas del sector.
Este tipo de agricultura difería sustancialmente
...hay cierta provyncia de ríos muy poblados que de la practicada por las poblaciones Tumaco To-
las casas todas son fortalezas armadas en alto lita II del período precedente, las cuales, como ya
sobre árboles o sobre pilares de madera muy lo anotamos, implementaron el uso intensivo de
altos y abitan en lo más alto con escalera levadi- camellones en la llanura aluvial.
za, es gente muy rica no hechos a la guerra por-
que de una varca que vayan cinco o seys honbres Entre las especies cultivadas y manipula-
no osan aguardar en aquellas fortalezas. das por las poblaciones del sitio arqueológico

Capítulo - 5
Palestina I, además del maíz de la raza
Para la Provincia de Esmeraldas, en 1.577 “chococito”, debemos mencionar las siguientes
Cabello Balboa en una de sus relaciones decía palmas: el chontaduro (Bactris gasipaes), Donpe-
que: drito (Geonoma deversa, Oenocarpus mapora),
el táparo (Orbignya cuatrecasana) y la palma
desde el río San Jhoan...hasta el de Santiago, zancona (Socratea exhorriza). En una urna 165
junto a la Isla del Gallo, y más de treinta leguas funeraria de la Cueva de los Guengueles fueron
la tierra adentro, tienen los naturales sus casas y encontrados granos de maíz de la misma raza
moradas en barbacoas, altas del suelo, casi dos “chococito”, endémica del pacífico colombiano y
estados, por huir de la humedad de la tierra (se cuyo cultivo estaba ampliamente distribuido si-
acaban muchos por retirarse adentro y dormir glos antes entre las poblaciones Tumaco-Tolita II
en la humedad). de La Bocana. La agricultura del maíz también
aparece como una de las actividades económicas
Actividades económicas importantes entre los grupos étnicos Sindagua del
curso bajo de los ríos Mataje y Patía, relaciona-
Al igual que sus predecesoras, las socieda-
dos arqueológicamente con las fases Bucheli-
des cacicales tardías de la costa pacífico-
Caunapi y Maina. Igualmente, entre las pobla-
ecuatoriana implementaron una economía mixta
ciones indígenas tardías de la región de Esmeral-
donde ocupaba un papel primordial la producción
das en El Ecuador, donde los cronistas en el siglo
de alimentos por medio de una agricultura inten-
XVI hablaban de asentamientos tipo ranchería,
siva. La alfarería, la metalurgia, la caza y la pes-
asociados con una agricultura que incluía el ma-
ca también jugaron un papel importante en la
íz, yuca, papa, calabaza y una gran variedad de
configuración y fortalecimiento de un complejo
frutas tropicales.
sistema de intercambio de productos entre la
costa y la sierra. La alfarería
La agricultura La alfarería de las poblaciones tardías que
ocuparon el territorio de la costa pacífica colom-
En los sitios arqueológicos tardíos del bajo
bo-ecuatoriana comparte muchos atributos tecno-
Calima es común encontrar metates y manos de
lógicos, formales y funcionales con la que elabo-
moler, implementos que evidencian indirecta-
raron los cacicazgos de la sierra, lo que evidencia
mente la existencia de una agricultura del maíz.
las fuertes interrelaciones culturales que existie-
Los análisis estratigráficos y pedológicos realiza-
ron entre las poblaciones de ambas regiones
dos en los yacimientos de Ordóñez I y Palestina
geohistóricas. En términos generales, los objetos
III, indican que los habitantes prehispánicos tar-
cerámicos, especialmente vasijas de uso domésti-
díos que ocuparon los bosques húmedos del cur-
co fueron elaboradas con arcillas aluviales y de
so bajo de los ríos Calima y San Juan entre los
origen volcánico a las cuales se les agregaba un
siglos X y XVII d., además de construir vivien-
desgrasante burdo o semiburdo compuesto de
das, hicieron suelos agrícolas (“tierras pardas”),
cuarzo, rocas trituradas y tiestos molidos. Las
con limos que trasladaron de los ríos y los panta-
formas se caracterizan por su asimetría y los aca-
nos cercanos, los cuales eran mejorados adicio-
bados burdos. Da la impresión de que la produc-
ción alfarera pierde su status de especialización y colombo-ecuatoriana presenta, tanto por su tec-
se convierte en una actividad masiva realizada nología, como por su forma y función, las mis-
cotidianamente por las diferentes unidades do- mas características de la metalurgia tardía de los
mésticas. Así, por ejemplo, en análisis de la cerá- cacicazgos serranos: el predominio de las alea-
mica del sitio San Luis, perteneciente a la Cultura ciones como la tumbaga, la generalización de las
Arqueológica Sonso (cuya primera ocupación técnicas de fundición, el dorado por oxidación y
tuvo lugar en el siglo VI d.C.), permitió estable- el predominio de formas simples y homogéneas.
cer que en la elaboración de su pasta estuvieron Tal es el caso, por ejemplo de los sencillos obje-
presentes dos tradiciones tecnológicas: las de tos metálicos encontrados en el yacimiento Pa-
adicionar arena y la de agregar roca y tiesto tritu- lestina III, los cuales fueron elaborados entre
rados como desgrasante. Con estos tipos de pas- 1.200 y 1.500 d.C. Se trata de objetos de adorno
tas de origen volcánico elaboraron vasijas tales como narigueras circulares elaboradas, por la
como cuencos de cuerpo simple, algunos de ellos técnica del martillado, con una aleación de oro
con base cónica, cántaros con bordes fuertemente (60%), cobre (35%) y plata (3-5%). La presencia
evertidos y ollas. Las técnicas decorativas pre- del cobre en estos objetos no parece haber sido
Capítulo - 5

sentes en esta cerámica incluyen: pintura positiva utilitaria, sino que podría explicarse por lo que
zonal y cubriendo la superficie externa, incisión, algunos investigadores han denominado el sim-
aplicación e impresión. Estos mismos atributos bolismo de las escogencias técnicas, lo que po-
tecnológicos, formales y decorativos los compar- dría estar relacionado directamente con la cosmo-
te la cerámica de los sitios Munguidó y Ordóñez visión sobre el manejo de los metales.
166 I, ubicados también en el curso bajo del río Cali-
ma. Una cerámica con desgrasante de arena Las costumbres funerarias
fina y gruesa y formas como cuencos simples y
con bases cónicas, cántaros, ollas cuenco y platos A diferencia de algunos sectores de la re-
con muy escasa decoración (aplicaciones, inci- gión andina, en la costa pacífica colombo-
siones y escobillado) es característica también de ecuatoriana no se ha realizado hasta el presente
los yacimientos arqueológicos de la Fase Maina, un programa de investigaciones sobre arqueolo-
en el curso bajo del río Patía. gía funeraria, que permita conocer todos los ritos
y ceremonias relacionadas con el tratamiento que
Atributos similares presenta la cerámica de le daban a la muerte estas comunidades antiguas
la Fase San Miguel del sector de Guapi- tardías. La poca información disponible proviene
Timbiquí, fechada hacia el 670 d.C. Más la de las investigaciones realizadas en la Cueva de
sur, la cerámica de la Fase Bucheli-Caunapí, in- los Guengueles, en el alto río Saija. En dicho si-
troducida por nuevos habitantes que llegaron a tio, en un montículo funerario fueron encontra-
este territorio, se caracteriza por pastas burdas y dos tres entierros. El primero de ellos correspon-
semiburdas atemperadas con arena y presenta dió al entierro primario de un individuo colocado
formas como cuencos de cuerpo simple y com- en un sarcófago de madera, en posición supina,
puesto, cántaros, ollas y ollas cuenco, los cuales con la cabeza recostada sobre el hombro izquier-
tienen como decoración puntos en el borde, cor- do y con el cual aparecieron asociados caracoles
dones aplicados, incisiones en forma de líneas marinos, fragmentos cerámicos, un machacador y
oblicuas y entrecruzadas, así como también apli- granos carbonizados de maíz “chococito”. Junto
caciones. Y finalmente, debemos constatar que a este, apareció otro entierro también en sarcófa-
también en los sitios costeros ecuatorianos del go de madera. El individuo tenía las extremida-
área de Cayapas, los arqueólogos han encontrado des inferiores sobre el tórax y sujetas por las ex-
cerámica que comparte los atributos tardíos ya tremidades superiores. Sólo unos pocos granos
mencionados. Lo que nos permite suponer la po- de maíz estaban asociados con este entierro. Y
sibilidad de que en toda la región geohistórica de finalmente, un entierro secundario de varios indi-
la costa pacífica colombo-ecuatoriana pudo haber viduos fue realizado en una urna funeraria de
existido, durante el Período Tardío, una tradición cerámica, dentro de la cual también fueron en-
cultural que fue compartida por sociedades caci- contrados granos carbonizados de maíz y frag-
cales con expresiones culturales diferenciadas. mentos cerámicos.

La orfebrería Los dos patrones de enterramiento mencio-


nados son característicos de los cacicazgos Sonso
Al igual que la alfarería, la orfebrería pro- de la cordillera occidental, en territorio del De-
ducida por los metalurgos de la costa pacífica partamento del Valle del Cauca. Como lo men-
cionamos anteriormente, los entierros secunda- otras cosas, por toda la parafernalia utilizada du-
rios de uno o varios individuos, posiblemente de rante su muerte (por ejemplo, el entierro de su
una misma familia, en urnas funerarias de cerá- cadáver en sarcófagos de madera).
mica fueron comunes entre las poblaciones caci-
cales que habitaron el sector de La Cumbre-
Pavas-Bitaco. Mientras, los entierros en sarcófa-
gos de madera, que parecen ser exclusivos de las
élites, son comunes entre las poblaciones Sonso
de la región del alto Calima. La presencia de este
tipo de entierros en un sector tan meridional de la
costa pacífica colombiana, podría estar sugirien-
do la colonización de estos territorios por parte
de unidades domésticas que compartían los pa-
trones culturales Sonso. A favor de esta hipótesis
hablaría también la cerámica de esta región, la

Capítulo - 5
cual comparte a grosso modo todos los atributos
tecnológicos, formales y decorativos con la cerá-
mica Sonso de la cordillera occidental. Y en
un sentido más amplio, deberíamos hablar igual-
mente de la cerámica de la Fase San Miguel,
también de la costa pacífica caucana, cuyos atri- 167
butos han sido correlacionados directamente con
la cerámica Sonso del sitio arqueológico San
Luis I, ubicado en el curso bajo del río Calima.

La estructura social

De acuerdo con las evidencias arqueológi-


cas y etnohistóricas que poseemos actualmente,
es posible sugerir la existencia de sociedades ca-
cicales durante el Período Tardío en la costa co-
lombo-ecuatoriana. Pero es probable que se trata-
ra de cacicazgos sin mayores niveles de comple-
jidad, como los que si parecen haber existido en
la sierra (por ejemplo, el cacicazgo de Popayán).
Este tipo de organizaciones políticas han sido
denominadas “cacicazgos mínimos o sencillos”.
Este parece haber sido el caso de los cacicazgos
que encontraron los conquistadores españoles en
el siglo XVI en el curso bajo de los ríos San Juan
y Calima y seguramente también el sector central
y sur de nuestra región de estudio. Esta afirma-
ción podría sustentarse por la presencia de una
economía productiva basada en la agricultura
intensiva que se realizaba en las “tierras pardas”
creadas artificialmente, la cual seguramente, ge-
neraba plusproductos. Igualmente, por la presen-
cia de procesos de trabajo no orientados a produ-
cir alimentos, tales como la orfebrería, la alfare-
ría, la pesca, etc., así como las actividades de
gestión política y religiosa realizadas por los ca-
ciques y/o chamanes, indican una mayor división
social del trabajo. Y finalmente, debemos men-
cionar la institucionalización de un pensamiento
ritual expresado en la presencia y función del
chamán, cuya jerarquía social se expresaba, entre
Bibliografía
Bibliografía

Aceituno, Francisco. J. 2002. Interacciones fito- entre el VI milenio a.C. y el siglo XVI d.C. en la
culturales en el Cauca Medio durante el Holoce- cuenca media del río Santa Rita, municipio de
no temprano y medio. Arqueología del Área In- Andes, Antioquia. Boletín de Antropología.
termedia, 4: 89-113. Instituto Colombiano de Vol.13.N.30:262-286. Departamento de Antropo-
Antropología-Sociedad Colombiana de Antropo- logía. Universidad de Antioquia. Medellín.
logía. Bogotá. D.C.
Alarcón, Jorge. 1995. Rescate Arqueológico en
Aceituno, Francisco. J. 1999. Artefactos de pie- el Valle Alto del río Dagua. Boletín de Arqueolo-

Bibliografía
dra, interacción hombre-medioambiente y evolu- gía. Año 10. N.1. Fundación de Investigaciones
ción en el valle medio del río Porce. Ponencia Arqueológicas Nacionales. Santafé de Bogotá.
presentada en las II Jornadas de Arqueología de
la Universidad de Antioquia. Medellín. Alcina Franch, José. 1979. La Arqueología de
Esmeraldas: Introducción General. Memorias de
171
Aceituno, Francisco. J. 1998a. La organización la Misión Española en El Ecuador. T.1. Ministe-
tecnológica de los conjuntos líticos tempranos rio de Asuntos Exteriores. Madrid.
del valle medio del río Porce. Ponencia presenta-
da en las I Jornadas de Arqueología de la Univer- Aldana Sierra, Francisco. 2006. Transformacio-
sidad de Antioquia. Medellín. nes ambientales hacia el más allá: las tumbas de
cancel, marcadores en piedra, en la Ecorregión
Aceituno, Francisco. J. 1998b. Una aproximación del Eje Cafetero. En Cambios Ambientales en
a las sociedades cazadoras-recolectoras del valle Perspectiva Histórica. Ecología Histórica y Cul-
medio del río Porce a través de la organización tura Ambiental. Vol.2: 143-157. Carlos E. López,
tecnológica del instrumental lítico. Tesina pre- Martha C. Cano y Diana M. Rodríguez
sentada en el Dpto. de Prehistoria de la Universi- (Compiladores). Universidad Tecnológica de
dad Complutense de Madrid el 16 de Noviembre Pereira.
de 1998. España.
Andagoya, Pascual de. 1540. Carta del Adelanta-
Aceituno, Francisco. J y Nocolás Loaiza Díaz. do Pascual de Andagoya dirigida al Emperador
2006. Una aproximación ecológica al poblamien- Carlos V sobre su partida de Panamá y prosecu-
to del Cauca Medio entre el Pleistoceno Final y ción de su viaje y reconocimientos hasta Cali.
el Holoceno Medio. En: Cambios Ambientales En: Tovar Pinzón, Hermes. 1993. Relaciones y
en Perspectiva Histórica. Ecología Histórica y Visitas a los Andes. Siglo XVI: 187-231. Colec-
Cultura Ambiental. Vol. 2: 42-55. Universidad ción de Historia de la Biblioteca Nacional. Col-
Tecnológica de Pereira-Sociedad Colombiana de cultura-Instituto de Cultura Hispánica. Tercer
Arqueología. Pereira. Mundo Editores. S.A. Santafé de Bogotá.

Adoum, Rosángela. 1984. De los primeros habi- Andagoya, Pascual de s.f. Relación que da el
tantes a los españoles en el Ecuador. En: Ecuador Adelantado de andagoya de las tierras y provin-
al rescate de su pasado: 19-26. OEA-OAS. Was- cias que abaxo se ara mencion. En: Tovar Pin-
hington. zón, Hermes. 1993. Relaciones y Visitas a los
Andes. Siglo XVI: 103-186. Colección de Histo-
Adoum, Rosángela y Francisco Valdez. 1989. La ria de la Biblioteca Nacional. Colcultura-Instituto
orfebrería y sus técnicas. En Nuestro Pasado: La de Cultura Hispánica. Tercer Mundo Editores.
Tolita: 21-26. Exposición Organizada por el Fon- S.A. Santafé de Bogotá.
do Arqueológico del Museo del Banco Central
"Guillermo Pérez Chiriboga". Quito. Angulo Valdez, Carlos. 1995. Modos de vida en
la prehistoria de la llanura atlántica de Colombia.
Agudelo, Alejandra, Hernández, Mario y Mauri- Centro de Estudios Regionales-CERES. Univer-
cio Obregón. 1999. Vestigios de ocupaciones sidad del Norte. Barranquilla.
Anónimo. 1889. Varias noticias curiosas sobre la Zapadnoi Kolumbii. Covetskaya Etnografiya.
provincia de Popayán. En: Recopilación de docu- N.5:11-125. (La vivienda prehispánica en el su-
mentos de Luis Torrez de Mendoza. Tomo V. roccidente colombiano. Etnografía Soviética.
Madrid. N.5). Moscú.

Archila, Sonia.1996. Los Tesoros de los Señores Bate, Luis Felipe. 1998. El Proceso de Investiga-
de Malagana. Museo del Oro. Baco de la Repú- ción en Arqueología. Crítica-Grijalbo-
blica. Santafé de Bogotá. Mondadori. Barcelona.

Bermúdez Restrepo, Mario Alonso. 1997. Los


Arango Cano, Luis. 1924. Recuerdos de la Gua- grupos portadores del Estilo Cerámico Tardío en
quería en El Quindío. Tomos 1,2. Editorial Cro- el centro del Departamento de Antioquia. Boletín
mos. Bogotá. de Antropología. Vol.11.N.27:187-201. Departa-
mento de Antropología. Universidad de Antio-
Arcila Vélez, Graciliano. 1977. Introducción a la quia. Medellín.
Bibliografía

Arqueología del Valle de Aburrá. Universidad de


Antioquia. Medellín. Bermúdez Restrepo, Mario Alonso. 2001. Ar-
queología de Salvamento en la Urbanización La
Arcila Vélez, Graciliano.1953. Arqueología de Fachada. Armenia, Quindío. Informe Final pre-
Mutatá. Boletín del Instituto de Antropología. 1 sentado a la Constructora Centenario. Armenia.
172 (1). Medellín. Ms.

Ardila, Gerardo.1999. Prospección y Evaluación Bernal Ruiz, Fernando. 2001. Rescate y Monito-
Arqueológica en el Área de Influencia del pro- reo arqueológico Línea a 230 Kv. La Virginia-La
yecto Hidroeléctrico San Andrés. Informe Final. Hermosa. Arqueología en Estudios de Impacto
Vol.1. Centro de Investigaciones Sociales y Ambiental. Volumen 3: 207-248. ISA. Bogotá.
Humanas de la Universidad de Antioquia-
Empresas Públicas de Medellín. Medellín. Abril. Bernal Ruiz, Fernando. 1999. Rescate Arqueoló-
gico en el Área de Influencia de la Línea de
Ardila, Gerardo.1998. Prospección Arqueológica Transmisión Eléctrica La Virginia-La Hermosa a
del valle del Riachón, noreste de Antioquia, Co- 230 Kv. Interconexión Eléctrica, ISA. Medellín.
lombia. Informe Final. Centro de Investigaciones
Sociales y Humanas de la Universidad de Antio- Bernal Ruiz, Fernando.1997. Monitoreo Arqueo-
quia-Empresas Públicas de Medellín. Medellín. lógico Gasoducto de Occidente. Informe Final.
Marzo. Ecopetrol-Transgas- Diseños e Interventoría
Ltda. Santafé de Bogotá. Tomos I, II, III.
Ardila, G. y Politis, G., 1989. Nuevos datos para
un viejo problema. Investigación y discusiones Bernal Villegas, Jaime; Ignacio Briceño Villegas
en torno al poblamiento de América del Sur. Bo- y Ronald Duncan.1993. El arte del chamanismo,
letín del Museo del Oro. No.23:3-45. Banco de la la salud y la vida Tumaco-Tolita. Instituto Co-
República. Bogotá. lombiano de Cultura Hispánica-Pontificia Uni-
versidad Javeriana. Bogotá.
Arte de la Tierra. Cultura Tumaco.1988. Colec-
ción Tesoros Precolombinos. Fondo de Promo- Birket-Smith, K.1943. The Origin of Maize Cul-
ción de la Cultura. Banco Popular. Bogotá. tivation. Kgl. Danske Videnskabernes Sels-
kab.Hist-Filo. Meddel. 293:1-49.
Arte de la Tierra. Quimbayas.1990. Colección
Tesoros Precolombinos. Fondo de Promoción de Blanco, Sonia. 2001. Estudio de Impacto Am-
la Cultura. Banco Popular. Bogotá. biental Arqueológico, Proyecto Centro Comer-
cial Santa Bárbara Shopping Plaza, Municipio de
Atlas Regional Andino. 1982 Ministerio de Palmira. Informe Parcial y Plan de manejo para
Hacienda y Crédito Público. Instituto Geográfico la Mitigación de Impactos del Patrimonio Ar-
Agustín Codazzi, IGAG. Bogotá. queológico. INCIVA. Cali. Ms.

Bashilov, Vladimir y Carlos Armando Rodrí- Blanco, Sonia. 1997. Las tumbas no son para los
guez. 1987. Doispanskoi Shilishie v Yugo- muertos: prácticas funerarias prehispánicas en el
valle del Lili, Cali, Valle del Cauca, Colombia. ProCalima. Archäologisch-ethnologisches Pro-
Cespedesia. Vol.22. No.69:127-152. Instituto jekt im Westlichen Kolumbien/Südamerika.
Vallecaucano de Investigaciones Científicas. Ca- N.3:40. Periodische Publikation der Vereinigung
li. Pro Calima. Basel.

Blanco, Sonia.1993. Prospección Arqueológica Botero, Pedro.2000. Los Suelos de Malagana.


en la Cuenca Alta del río Anchicayá, Dagua, Va- En: Cardale de Schrimpff, Marianne, Herrera,
lle del Cauca. Informe Final. Fundación de In- Leonor, Rodríguez, Carlos Armando y Yolanda
vestigaciones arqueológicas Nacionales-Instituto Jaramillo. 2000. Rito y Ceremonia en Malagana
Vallecaucano de Investigaciones Científicas. Ca- (Corregimiento de El Bolo, Palmira, Valle del
li. Abril. Ms. Cauca. Boletín de Arqueología. Año 14.
No.3:95-102 (1999). Fundación de Investigacio-
Blanco, Sonia y Gustavo Cabal. 2003. Informe nes Arqueológicas Nacionales. Santafé de Bogo-
preliminar de las excavaciones arqueológicas tá.
adelantadas en el Estadio del Deportivo Cali.

Bibliografía
Suites y Palcos. Instituto Vallecaucano de Inves- Botero, Pedro y Beatriz Jiménez. 1997. Descrip-
tigaciones Científicas. Cali. Ms. ción general del paisaje y los suelos del sitio ar-
queológico Corpoica-PK1+500, municipio de
Blanco, Sonia y M.L González. 2002. La socie- Palmira, Departamento del Valle del Cauca. En:
dad Malagana y su comportamiento frente a la Rodríguez, Carlos Armando. 1.997. Rescate Ar-
muerte: el caso de Santa Bárbara, Palmira, Valle queológico en el Sitio PK1+500 ubicado en el 173
del Cauca. Informe de Investigación. Instituto Ramal Candelaria del Gasoducto de Occidente.
Vallecaucano de Investigaciones Científicas. Ca- Informe Final. Anexo 1:65-70. Empresa Colom-
li. Ms. biana de Petróleos, ECOPETROL. Marzo. San-
tiago de Cali.
Blanco, Sonia, Gustavo Cabal y Yolanda Jarami-
llo. 2005. Arqueología preventiva en el predio Botero, Silvia. y Carlos A. Salazar.1998. El Pe-
del proyecto de vivienda de interés social “El drero. Evidencias de antiguos especialistas en el
Sembrador”, municipio de Palmira, Valle del municipio de El Carmen de Vivoral, Antioquia,
Cauca. Instituto Vallecaucano de Investigaciones Colombia. Boletín de Antropología 12:168-195.
Científicas, INCIVA. Cali. Ms. Departamento de Antropología. Universidad de
Antioquia. Medellín.
Blanco, Sonia, José V. Rodríguez y Gustavo Ca-
bal. 2007. Asentamientos tempranos. En Territo- Botero, Silvia y Norberto Vélez. 1997. Piedras
rio ancestral, rituales funerarios y chamanismo Blancas: transformación y construcción del espa-
en Palmira prehispánica, Valle del Cauca: 61-79. cio. Investigación arqueológica en la cuenca alta
Universidad Nacional de Colombia. Bogotá. de la quebrada Piedras Blancas. Informe de Pros-
D.C. pección. Boletín de Antropología, 27:124-167.
Departamento de Antropología. Universidad de
Blanco, Sonia, Clavijo Alexander, Herrera Leo- Antioquia. Medellín.
nor, Cardale Marianne y José Vicente Rodríguez.
1999. Prospección y Rescate Arqueológico, Ce- Botero, Sofía.2000. Los Organales como sitios
menterio Prehispánico de Coronado, Palmira, de actividad humana antigua en Antioquia: muni-
Valle del Cauca-Colombia. Instituto Vallecauca- cipio de Titiribí. Informe Final. Corantioquia-
no de Investigaciones Científicas, INCIVA. Cali- Universidad de Antioquia. Medellín. Noviem-
ma-Darién. Mayo. Ms. bre.

Botero, Silvia H., Monsalve Oscar Darío y Luis Botiva Contreras, Alvaro.1976. Informe del Cur-
Carlos Múnera.1998.Nuevos contextos arqueoló- so de Técnicas de Excavación y del Reconoci-
gicos fechados en el Macizo Central antioqueño. miento arqueológico del departamento de Antio-
Boletín de Antropología, 12 (29):148-167. De- quia. Departamento de Antropología. Universi-
partamento de Antropología. Universidad de An- dad de Antioquia. Medellín.
tioquia. Medellín.
Botiva Contreras, Alvaro y Eduardo Forero Llo-
Botero, Pedro. 1983. A Pre-Spanish Technique reda. 1991. Malagana. Guaquería Vs Arqueolo-
for the Prevention of Mass Movements of Soils. gía. Boletín del Museo del Oro. N.31:125-129.
Banco de la República. Santafé de Bogotá. Bray Warwick .1992. El Período Yotoco. En:
Calima. Diez mil años de historia en el surocci-
Bouchard, J. François. 2005. Sacrificios y cha- dente de Colombia: 75-124. Fundación ProCali-
manismo en la cultura Tumaco-La Tolita. En ma. Santafé de Bogotá.
Chamanismo y Sacrificio. Perspectivas arqueoló-
gicas y etnológicas en sociedades indígenas de Bray Warwick.1989. Cerámica Buga: Reevalua-
América del Sur. Jean- P. Chaumeil, Roberto ción. Boletín del Museo del Oro. N.24:103-119.
Pineda y Jean F. Bouchard Editores: 17-26. Fun- Banco de la República. Bogotá.
dación de Investigaciones Arqueológicas Nacio-
nales-Instituto Francés de Estudios Andinos. Bo- Bray Warwick.1980. Introduction to the Calima
gotá. D.C. Project. ProCalima. Archäologisch-
ethnologisches Projekt im estlichen Kolumbien/
Bouchard, J. François. 2003. Trois millénaires de Südamerika. N.1:1-9. Periodische Publikation
civilisation entre Colombie et Equateur. La ré- der Vereinigung Pro Calima. Basel.
gion de Tumaco La Tolita. CNRS Editions. Paris.
Bibliografía

Bray Warwick y Edward Moseley.1976. Un se-


Bouchard, J. François. 2003. Estudio arqueológi- cuencia arqueológica en las vecindades de Buga,
co del sitio El Morro: un puerto prehispánico en Colombia. Cespedesia. Vol.17-18:55-78. Institu-
la costa pacífico nor-ecuatorial (departamento de to Vallecaucano de Investigaciones Científicas.
Nariño, Colombia). Revista Española de Antro- Cali.
174 pología Americana, Vol. Extraordinario: 207-
230. Bray, Warwick, Herrera Leonor y Marianne
Schrimpff. 1981. ProCalima. Archäologisch-
Bouchard, J. François. 1998. Tumaco-La Tolita: ethnologisches Projekt im estlichen Kolumbien/
Un litoral de intercambio en el Período Prehispá- Südamerika. N.2:1-22. Periodische Publikation
nico. En: El Area Septentrional Andina. Arqueo- der Vereinigung Pro Calima. Basel.
logía y Etnohistoria:28-41. Colección Biblioteca
Abya-Yala. No.59. Quito. Bray, Warwick, Herrera Leonor y Marianne
Schrimpff. 1983. Report on the 1981 Field Sea-
Bouchard, J. François.1995. Altas Culturas y Me- son in Calima. ProCalima. Archäologisch-
dio Ambiente en el Litoral Norte del Área Ecua- ethnologisches Projekt im Westlichen Kolum-
torial Andina. En: Cultura y Medio Ambiente en bien/Südamerika. N.3:2-31. Periodische Publika-
el Área Andina Septentrional: 194-223. Merce- tion der Vereinigung Pro Calima. Basel.
des Guinea, Jean François Bouchard y Jorge
Marcos Editores. François. Colección Biblioteca Bray, Warwick, Herrera Leonor y Marianne
Abya-Yala. No.21. Quito. Schrimpff. 1985. Report on the 1982 Field Sea-
son in Calima. ProCalima. Archäologisch-
Bouchard, J. François. 1995. Un intento de revi- ethnologisches Projekt im Westlichen Kolum-
sión crono-cultural para el área del Pacífico nor- bien/Südamerika. N.4:2-26. Periodische Publika-
ecuatorial. En: Perspectivas Regionales en la Ar- tion der Vereinigung Pro Calima. Basel.
queología del Suroccidente de Colombia y Norte
del Ecuador: 179-192. Cristóbal Gnecco Editor. Bray, Warwick, Herrera Leonor y Marianne
Editorial Universidad del Cauca. Popayán. Schrimpff. 1988. Report on the 1984 Field Sea-
son in Calima. ProCalima. Archäologisch-
Bouchard, J. François. 1984. Recherches Archéo- ethnologisches Projekt im Westlichen Kolum-
logiques dans la Région de Tumaco, Colombie. bien/Südamerika. N.5:2-42. Periodische Publika-
Editions Recherche sur les Civilisations. Mémoi- tion der Vereinigung Pro Calima. Basel.
re No. 34. Institut Francais Dètudes Andines.
Paris. Bray, Warwick, Herrera Leonor y Marianne
Schrimpff. 1998. The Malagana Chiefdom, A
Bouchard, J. François.1982-1983. Excavaciones new discovery in the Cauca Valley of Southwes-
Arqueológicas en la Región de Tumaco, Nariño, tern Colombia. In: Shamans, Gods, and Mythic
Colombia. Revista Colombiana de Antropología. Beast: Colombian Gold and Ceramics in Antiqui-
N14:125-334. Instituto Colombiano de Antropo- ty:121-162. The American Federation of Arts
logía. Bogotá. and University of Washington Press. New York.
Bray, Warwick, Marianne Cardale Schrimpff, M. Rodríguez (Compiladores). Universidad Tec-
Leonor Herrera, Anne Legast, Diógenes Patiño y nológica de Pereira.
Carlos Armando Rodríguez. 2005. Lords of the
Marshes. The Malagana People. In: Calima and Cambios Ambientales en Perspectiva Histórica.
Malagana. Art and Archaeology in Southwestern Ecorregión del Eje Cafetero. Vol.1. 2004. Carlos
Colombia: 140-201. Pro Calima Foundation. Bo- E. López y Martha C. Cano (Compiladores). Uni-
gotá. versidad Tecnológica de Pereira.

Bray, Warwick, Leonor Herrera, Marianne Car- Cano Echeverri, Martha. 2004. Los primeros
dale de Schrimpff, Pedro Botero ad José G. Mon- habitantes de las cuencas medias de los ríos Otún
salve.1987. The Ancient Agricultural Landscape y Consota. En: Cambios ambientales en perspec-
of Calima, Colombia. BAR International Series tiva histórica. Ecorregión del Eje Cafetero. Vol.
359(i).443-481. 1: 68-91. Universidad Tecnológica de Pereira.

Brezzi, Andrea. 2003. Tulato. Ventana a la pre- Cano Echeverri, Martha. 2001. Arqueología en

Bibliografía
historia de América. Villegas Editores. Bogotá. las cuencas de los ríos Otún y Consota, Risaral-
D.C. da. Fundación de Investigaciones Arqueológicas
Nacionales. Banco de la República. Santafé de
Briceño, Pedro P. y Leonardo Quintana. 2001. Bogotá.
Rescate y monitoreo arqueológico. Línea de
Transmisión Eléctrica a 500 Kv San Carlos-San Cano Echeverri, Martha. 1995. Investigaciones 175
Marcos. Arqueología en estudos de impacto am- Arqueológicas en Santuario (Risaralda). Funda-
biental. Volomen 3: 167-205. ISA. Bogotá. ción de Investigaciones Arqueológicas Naciona-
les. Banco de la República. Santafé de Bogo-
Briceño, Pedro P. y Leonardo Quintana. 1999. tá.D.C.
Arqueología de Rescate. Línea de Transmisión
Eléctrica a 500 Kv San Carlos-San Marcos. In- Cantera, Jaime y R. Contreras.1993. Ecosistemas
forme Final. Centro de Museos, Universidad de Costeros. En: Colombia Pacífico. Tomo I: 64-79.
Caldas- ISA. Manizales. Editado por P. Leyva. Biopacífico-Fondo Fen
Colombia. Bogotá.
Bruhns Olsen, Karen. 1995. Archaeological in- Cardale de Schrimpff, Marianne (Editor). 2005.
vestigations in Central Colombia. BAR Interna- Calima and Malagana. Art and Archaeology in
tional. Series 606. Oxford. England. Southwestern Colombia. Pro Calima Foundation.
Bogotá.
Bruhns Olsen, Karen. 1990. Las Culturas Prehis-
pánicas del Cauca Medio. Arte de la Tierra. Cardale de Schrimpff, Marianne. 2006. Cazando
Quimbayas: 10-14. Colección Tesoros Precolom- animales en el bestiario cosmológico: el cocodri-
binas. Fondo de Promoción de la Cultura. Banco lo en el suroeste de Colombia y regiones vecinas
Popular. Bogotá. del Ecuador (800 A.C a 500 D.C.). Bolletin de I!
nstitut Français d!Études Andines 35(3):409-431.
Bruhns Olsen, Karen. 1981. Prehispanic Ridges
Fields on Central Colombia. Journal of Field Ar- Cardale de Schrimpff, Marianne. 2005. The Peo-
chaeology. Vol. VIII: 1-7. ple of the Ilama Period. In: Calima and Malaga-
na. Art and Archaeology in Southwestern Co-
Bruhns Olsen, Karen. 1976. Ancient Pottery of lombia: 36-97. Pro Calima Foundation. Bogotá.
the Midle Cauca Valley. Cespedesia. Vol. V. N°
17-18: 101-196. Instituto Vallecaucano de Inves- Cardale de Schrimpff, Marianne. 2000. Caminos
tigaciones Científicas. Cali. al paisaje del pasado. Reflexiones sobre los ami-
nos precolombinos en Colombia. En: Caminos
Cabello Balboa, Miguel. 1945. Obras. Tomo I. Precolombinos. Las vías, los ingenieros y los
Editorial Ecuatoriana. Quito. viajeros: 43-85. Leonor Herrera y Marianne Car-
dale de Schrimpff Editoras. Instituto Colombiano
Cambios Ambientales en Perspectiva Histórica. de Antropología. Bogotá.
Ecología Histórica y Cultura Ambiental. Vol.2.
2006. Carlos E. López, Martha C. Cano y Diana
Cardale de Schrimpff, Marianne. 1996. Caminos del suroccidente colombiano hallada en el Cauca
en Calima. El estudio de los caminos precolom- Medio. Boletín del Museo del Oro. N.22:103-
binos de la cuenca del alto río Calima, Cordillera 116. Banco de la República. Santafé de Bogotá.
Occidental, Valle del Cauca. Fundación de Inves-
tigaciones Arqueológicas Nacionales-Asociación Cardona, Luis C.1999. Prospección Arqueológi-
ProCalima. Bogotá. ca Cerro Pan de Azúcar. Informe Final. Corantio-
quia-Centro de Investigaciones Sociales y Huma-
Cardale de Schrimpff, Marianne. 1992. La Gente nas. Universidad de Antioquia. Medellín.
de Período Ilama. En: Calima. Diez mil años de
historia en el suroccidente de Colombia:25-71. Cardona, Luis C. 2000. Transformaciones Terri-
Fundación ProCalima. Santafé de Bogotá. toriales en los Ecosistemas Estratégicos del Valle
de Aburrá, La Cuchilla-El Romeral. Informe Fi-
Cardale de Schrimpff, Marianne 1989. The snake nal. Corantioquia-Laboratorio de Arqueología y
and the Fabulous Beast:themes from the pottery Antropología del Centro de Investigaciones So-
of the Ilama Culture. In: Animals into Art. One ciales y Humanas. Universidad de Antioquia.
Bibliografía

World Archaeology. Vol.7:75-106. Howard Medellín.


Morphy Edit. Unwin Hyman. London.
Carneiro, Robert. 1981. The Chiefdom: precursor
Cardale de Schrimpff, Marianne. 1988. Nota so- of the state. In: The Transition to Statehood in
bre un fragmento de tela hallado en la Hoya del the New World: 37-79. G.D. Jones and R.R. Katz
176 Quindío. Boletín del Museo del Oro. N.20:13-15. (Ed.). Cambridge University Press. Cambridge.
Banco de la República. Santafé de Bogotá.
Casas Dupoy, Pablo. 1988. Isla Gorgona: un
Cardale de Schrimpff, Marianne, Leonor Herrera asentamiento precolombino en el Océano Pacífi-
and Warwick Bray. 2005. The Earliest Inhabi- co colombiano. Boletín de Arqueología, 3 (3):44-
tants. In: Calima and Malagana. Art and Ar- 55. Fundación de Investigaciones Arqueológicas
chaeology in Southwestern Colombia: 26-35. Pro Nacionales. Banco de La República. Bogotá.
Calima Foundation. Bogotá.
Castaño, C. 1988. Reporte de un yacimiento ar-
Cardale de Schrimpff, Marianne, Herrera, Leo- queológico "Quimbaya Clásico" en el valle del
nor, Rodríguez, Carlos Armando y Yolanda Jara- Magdalena: contribución al conocimiento de un
millo. 2000. Rito y Ceremonia en Malagana contexto regional. Boletín del Museo del Oro,
(Corregimiento de El Bolo, Palmira, Valle del 20:3-11. Museo del Oro. Banco de la República.
Cauca. Boletín de Arqueología. Año 14. No.3:1- Bogotá.
94 (1999). Fundación de Investigaciones Arqueo-
lógicas Nacionales. Santafé de Bogotá. Castellanos, Juán de. 1955 (1589). Obras. Tomo
III. Editorial ABC. Bogotá.
Cardale de Schrimpff, Marianne, Warwick Bray
y Leonor Herrera. 1989. Reconstruyendo el pasa- Castellanos, Juán de. 1944 (1589). Elegías de
do en Calima. Resultados recientes. Boletín del Varones Ilustres de Indias. Biblioteca de Autores
Museo del Oro. N.24:3-33. Banco de la Repúbli- Españoles. Madrid.
ca. Bogotá.
Castillo Espitia, Neyla. 1998. Los antiguos po-
Cardale de Schrimpff, Marianne, Warwick Bray bladores del Valle medio del río Porce. Aproxi-
y Leonor Herrera. 1985. Introducción a la Cultu- mación inicial desde el estudio arqueológico del
ra Ilama (Investigaciones arqueológicas en sitios proyecto Porce II. Empresas Públicas de Mede-
del formativo tardío en el alto río Calima, Cordi- llín. Medellín.
llera Occidental). Informe Final. Fundación de
Investigaciones Arqueológicas Nacionales. Ban- Castillo Espitia, Neyla. 1995. Reconocimiento
co de la República. Bogotá. arqueológico en el Valle de Aburrá. Boletín de
Antropología. Vol.9.No.25:49-90. Departamento
Cardale de Schrimpff, Marianne, Sory Morales y de Antropología. Universidad de Antioquia. Me-
Oscar Osorio. 1988. Nota sobre una tumba de dellín.
cancel hallada en el municipio de dosquebradas,
Risaralda. Orfebrería de la tradición metalúrgica Castillo Espitia, Neyla. 1988. Complejos arqueo-
lógicos y grupos étnicos del siglo XVI en el Oc-
cidente de Antioquia. Boletín del Museo del Oro. Edición de Carmelo Sáenz de Santa María. Insti-
N.20:16-34. Banco de la República. Santafé de tuto "Gonzalo Fernández de Oviedo".Madrid.
Bogotá.
Concha, Gonzalo. 1980. Informe Nacional sobre
Castillo Espitia, Neyla y Francisco J. Aceituno. la prospección subacuática realizada en el río
2006. El bosque domesticado, el bosque cultiva- Cauca, municipio de Toro, Valle del Cauca. Pre-
do: un proceso milenario en el valle medio del sentado por la Federación Colombiana de Activi-
río Porce en el noroccidente colombiano. Latin dades Subacuáticas, FEDECAS. Cali. Septiem-
American Antiquity, 17 (4):561-578. bre 24.

Castillo Espitia, Neyla y Emilio Piazzini. 1994. Correa, Elvia Inés.1997. Arqueología de Rescate
Informe Línea base componente arqueológico sí pero no. A propósito de un debate en Arqueo-
Línea 500 Kw San Carlos-San Marcos, sector logía. En: Boletín de Antropología. Vol
norte. Centro de Investigaciones Sociales. Uni- 11.N.27:168-186. Departamento de Antropolo-
versidad de Antioquia. Medellín. gía. Universidad de Antioquia. Medellín.

Bibliografía
Castillo, Neyla y Gustavo. Santos. 1992. Proyec- Correal Urrego, Gonzalo. 1993. Nuevas eviden-
to Arqueológico Valle de Aburrá. Cerro El Vola- cias culturales pleistocénicas y megafauna en
dor. Informe Final. Universidad de Antioquia- Colombia. Boletín de Arqueología. Año 8, 1:3-
Alcaldía de Medellín. Medellín. 12. Fundación de Investigaciones Arqueológicas
Nacionales. Bogotá. 177
Castillo, N., F.J. Aceituno., L. Cardona., J. Pino.,
J. Forero y J. García.1999. Programa de Arqueo- Correal Urrego, Gonzalo. 1981. Evidencias cul-
logía de Rescate Porce II. Etapa de análisis e in- turales y megafauna pleistocénica en Colombia.
terpretación. Informe Final. Universidad de An- Fundación de Investigaciones Arqueológicas Na-
tioquia, Medellín. cionales. Banco de la República. Santafé de Bo-
gotá.
Castro, Gonzalo.1998. Prospección y valoración
del patrimonio arqueológico en el corregimiento Correal Urrego, Gonzalo. 1980. Una tumba de
de Pueblo Viejo, municipio de La Estrella. Co- pozo con cámara lateral en el municipio de Ar-
rantioquia. Medellín. menia. Divulgaciones Etnológicas 1: 5-8. Barran-
quilla.
Catálogo del Museo del Banco Central del Ecua-
dor. Esmeraldas. 2.000. Ediciones del Banco cen- Correal Urrego, Gonzalo y María Pinto N.1983.
tral del Ecuador. Quito. Investigaciones Arqueológicas en el Municipio
de Zipacón, Cundinamarca. Fundación de Inves-
Catálogo Museo del Oro. Sus mejores Piezas. tigaciones Arqueológicas Nacionales. Banco de
1996. Museo del Oro. Banco de la república. Sa- la República. Bogotá.
natfé de Bogotá.
Correal Urrego, Gonzalo, Leonor Herrera, Ma-
Cavelier, Inés, Rodríguez Camilo, Herrera Luisa rianne Cardale de Schrimpff y Carlos Armando
Fernanda, Morcote Gaspar y Santiago Mo- Rodríguez. 2003. Estudio de los restos humanos
ra.1995. No sólo de caza vive el hombre. Ocupa- y de fauna del sitio arqueológico Hacienda Mala-
ción del bosque amazónico, holoceno temprano. gana. Revista de Arqueología del Area Interme-
En: Ámbito y Ocupaciones Tempranas de la dia, 5: 191-249. Insituto Colombiano de Antro-
América Tropical: 27-44. Inés Cavelier y Santia- pología e Historia-Sociedad Colombiana de An-
go Mora Editores. Fundación ERIGAIE-Instituto tropología. Bogotá. D.C.
Colombiano de Antropología. Bogotá.
Cubillos, Julio César. 1984. Asentamientos Pre-
Cieza de León, Pedro. 1962 [1553]. La Crónica hispánicos en la Suela Plana del río Cauca. Fun-
del Perú. Tercera Edición. Colección Austral. dación de Investigaciones Arqueológicas Nacio-
Espasa Calpe. S.A. Madrid. nales. Banco de la República. Bogotá.

Cieza de León, Pedro. 1984 [1553]. La Crónica Cubillos, Julio César. 1959. El Morro de Tulcán
del Perú. Obras Completas en Tres Tomos. T.I. (Pirámide Prehispánica). Revista Colombiana de
Antropología. Vol. VIII: 215-357. Instituto Co- Duque Gómez, Luis. 1970. Los Quimbayas. Re-
lombiano de Antropología. Bogotá. seña Etno-histórica y Arqueológica. Instituto Co-
lombiano de Antropología. Bogotá.
Cuenca Wilson, Amparo y Fabio Fernando Rey
M. 1996. Más allá de la Muerte. Aproximación a Duque Gómez, Luis. 1943. Excavación de un
la Interpretación de la Simbología Funeraria en sitio de habitación en Supía. Revista del Instituto
un Cementerio Prehispánico en Guacarí (Valle). Etnológico Nacional. V.I. Entrega I. Bogotá.
Tesis de Grado. Departamento de Antropología.
Universidad Nacional de Colombia. Santafé de Duque Gómez, Luis y Julio C. Cubillos. 1988.
Bogotá. Abril. Arqueología de San Agustín, Alto de Lavapatas.
Fundación de Investigaciones Arqueológicas Na-
Chaumeil, Jean P., Roberto Pineda C. y Jean- cionales. Bogotá.
François Bouchard (Editores científicos). 2005.
Chamanismo y sacrificio. Perspectivas arqueoló- Echeverría Almeida, José.1988. Los primeros
gicas y etnológicas en sociedades indígenas de Poblados. En: Nueva Historia del Ecuador. Volu-
Bibliografía

América del Sur. Fundadicón de Investigaciones men 1. Época Aborigen: 181-222. Corporación
Arqueológicas Nacionales-Instituto Francés de Editora Nacional Grijalbo. Quito.
Estudios Andinos. Bogotá. D.C.
Estévez, J., A. Vila., X. Terradas., R. Piqué., M.
De Andagoya, Pascual. 1514. Relación que da el Taulé., J. Gibaja y G. Ruiz. 1998. Cazar o no
178 Adelantado de Andaboya delas tierras y provin- cazar, ¿es ésta la cuestión? Boletín de Antropolo-
cias que abaxo se ara mencion. En: Tovar Pin- gía Americana 33:5-24. Instituto Panamericano
zón, Hermes. 1993. Relaciones y Visitas a los de Geografía e Historia. México.
Andes. Siglo XVI:103-187. Colección de Histo-
ria de la Biblioteca Nacional. Colcultura-Instituto Estudio Semidetallado de Suelos del Valle Geo-
de Cultura Hispánica. Tercer Mundo Editores. gráfico del río Cauca. 1980. CVC-IGAG. Bogo-
S.A. Santafé de Bogotá. tá.

De Andagoya, Pascual. 1986 [1540]. Carta del Flórez, Franz. 1999. Habitantes prehispánicos de
Adelantado Pascual de Andagoya al Emperador la Costa Pacífica colombo-ecuatoriana. Artículo
Carlos V sobre su partida de Panamá y su prose- sin publicar. Santafé de Bogotá.
cución de su viaje y reconocimiento hasta Cali.
En: Pascual de Andagoya Relación y Documen- Flórez, Franz. 1998. De La Tolita al Caney. No-
tos:147-183. Edición de Adrián Blázquez. Colec- tas arqueológicas sobre la evolución social en el
ción Historia 16. Madrid. Pacífico colombo-ecuatoriano. Monografía de
Grado. Departamento de Antropología, Universi-
DeBoer, W.1996. Traces Behind the Esmeraldas dad Nacional de Colombia. Bogotá. Ms.
Shore: Prehistory of the Santiago-Cayapas Re-
gion, Ecuador. The University of Alabama Press, Fölster, H. y H. Von Christen. 1981. The influen-
Tucson. ce of quaternary uplit on the altitude zonation of
mountain soils on diabase and volcanic ash in
Diccionario Geográfico de Colombia. 1996 To- humid parts of the Colombian Andes. Catena,
mos I-IV. Tercera Edición. Ministerio de Hacien- 3:233-263. Giessen.
da y Crédito Público. Instituto Geográfico Agus-
tín Codazzi, IGAG. Bogotá. Fonseca Zamora, O. 1992. Historia Antigua de
Costa Rica. Surgimiento y caracterización de la
Drenan, Robert. 2000. Las Sociedades Prehispá- primera civilización costarricense. Editorial de la
nicas del Alto Magdalena. Instituto Colombiano Universidad de Costa Rica. San José.
de Antropología e Historia, ICAHN. Bogotá.
Ford A. James. 1944. Excavations in the Vicinity
Duncan, Ronald. 1989. El Arte Precolombino of Cali, Colombia. Yale University Publications
como Iconografía. V Congreso Nacional de An- in Anthropology. N.31. Yale University Press.
tropología. Villa de Leyva. Memorias de Simpo- New Haven.
sio de Arqueología y Antropología Física: 223-
232. Instituto Colombiano de Antropología- Forero Lloreda, Eduardo. 1991. Proyecto Análi-
ICFES. Bogota. sis tecnológicos de la alfarería prehispánica de la
región Calima. Culturas Ilama, Yotoco y Sonso. de obsidiana. Intercambio y Comercio entre Cos-
Informe Final. Instituto Vallecaucano de Investi- ta, Andes y Selva. Arqueología y Etnohistoria de
gaciones Científicas, INCIVA. Cali. Sudamérica:49-66. Felipe Cárdenas Arroyo y
Tamara L. Bray Editores. Departamento de An-
Forero Lloreda, Eduardo. 1991. Arqueología de tropología. Universidad de los Andes. Bogotá.
Rescate en la Parcelación El Llanito-Región Ca-
lima. Cespedesia. Vol. XVI-XVII.No.59 Guinea, Mercedes.1986. El Formativo en la re-
[1990]:147-179. Instituto Vallecaucano de Inves- gión sur de Esmeraldas visto desde el yacimiento
tigaciones Científicas. Cali. de Chévele. Simposio del 45 Congreso Interna-
cional de Americanistas: Arqueología y Etnohis-
Gäwhiler Theres. 2005. A new Lifestyle in the toria del sur de Colombia y el norte del Ecuador.
Southwest. The beginnings of the Sonso Tradi- Miscelánea Antropológica Americana. N.6:19-
tion. In: Calima and Malagana. Art and Archaeo- 46. Quito.
logy in Southwestern Colombia: 202-223. Pro
Calima Foundation. Bogotá. Gómez Lora, Héctor. 1980. Informe preliminar

Bibliografía
sobre el hallazgo de un esqueleto fósil de masto-
Gähwiler-Walder, Theres. 1996. Präkolumbische donte (Stegomastodon?) encontrado en la orilla
Kulturen im Pavas-Gebiet, Kolumbien. Archäo- del río Cauca, en las inmediaciones de La Unión
logische Befunde und Etnhistorische Daten. Edi- y Toro. Presentado al Departamento de Biología
tion ProCalima. Basel. de la Universidad del Valle. Cali. Septiembre 17.
179
Gähwiler-Walder, Theres. 1988. Archaeological Hernández, Martha C. 1999. Arqueología de Alto
Investigations in the Pavas-La Cumbre Region. Saija, Costa Pacífica Caucana. Boletín de Ar-
ProCalima. Archäologisch-ethnologisches Pro- queología. Año 13. N.1 (1998):3-39. Fundación
jekt im Westlichen Kolumbien/Südamerika. de Investigaciones Arqueológicas Nacionales.
N.5:55-60. Periodische Publikation der Vereini- Santafé de Bogotá.
gung Pro Calima. Basel.
Herrera Ángel, Leonor. 2001. Investigación so-
Gähwiler-Walder, Theres. 1983. Preliminary Re- bre orfebrería del período Sonso del área arqueo-
connaissance in the Pavs-La Cumbre Area. Pro- lógica Calima para el guión del Museo del Oro.
Calima. Archäologisch-ethnologisches Projekt Informe final presentado al Museo del Oro. Ma-
im Westlichen Kolumbien/Südamerika. N.3:43- nuscrito. Santafé de Bogotá.
47. Periodische Publikation der Vereinigung Pro
Calima. Basel. Herrera Ángel, Leonor. 1992. El Período Sonso
Tardío y la Conquista Española. En: Calima.
Girón Higuita, Jesús María. 1985. Arqueología Diez mil años de historia en el suroccidente de
de Buriticá. Tesis de Grado. Departamento de Colombia:151-177. Fundación ProCalima. Santa-
antropología. Universidad de Antioquia. Mede- fé de Bogotá.
llín.
Herrera Ángel, Leonor. 1989. Las plataformas
Gnecco, Cristóbal. 2000. Ocupación temprana de artificiales en ladera ("tambos) en la arqueología
bosques tropicales de montaña. Editorial. Univer- del suroccidente colombiano. V Congreso Nacio-
sidad del Cauca. Popayán. nal de Antropología. Villa de Leyva. Memorias
del Simposio de Arqueología y Antropología
Gnecco, Cristóbal. 1982. Excavaciones arqueoló- Física:161-182. Departamento de Antropología,
gicas en Los Árboles, Cajibío, Cauca.Tesis de Universidad de Los Andes-Instituto Colombiano
Grado. Departamento de Antropología. Universi- de Antropología-Colcultura. Bogotá.
dad de Cauca.
Popayán. Herrera, Leonor y Gaspar Morcote.2000. Tumbas
inundadas de Calima: contexto e identificación
Gnecco, Cristóbal, Diógenes Patiño, Oliver Do- botánica de los restos conservados. Manuscrito.
righel, Ludovic Bellot-Gurlet, Gerard Poupeau y Santafé de Bogotá.
Michael Glascock. 1998. La articulación prehis-
pánica Costa-Andes en el Suroccidente de Co- Herrera, Leonor y María Cristina Moreno.1990.
lombia vista a través de las redes de circulación Investigaciones arqueológicas en Nuevo Río Cla-
ro (Departamento de Caldas). Informes Antropo- Jaramillo, Alexis y Gustavo Lozano Jaramillo.
lógicos. No.4:7-30. Instituto Colombiano de An- 1997. Estudio palinológico del sitio arqueológico
tropología-Colcultura. Bogotá. PK1+500, municipio de Palmira, Departamento
del Valle del Cauca. Tumba1 1. En: Rodríguez,
Herrera Leonor y Marianne Cardale de Carlos Armando. 1997. Rescate Arqueológico en
Schrimpff.1999. Coronado. Excavaciones de res- el Sitio PK1+500 ubicado en el Ramal Candela-
cate en cementerios prehispánicos, Palmira, Va- ria del Gasoducto de Occidente. Informe Final.
lle. Informe presentado a la Fundación de Inves- Anexo 2:71-92. Empresa Colombiana de Petró-
tigaciones Arqueológicas Nacionales. Bogotá. leos, ECOPETROL. Marzo. Santiago de Cali.
Marzo.
Jaramillo, Luis Gonzalo.1998. Prospección y
Herrera, Leonor, Marianne Cardale y Warwick Evaluación Arqueológica en el Área de Influen-
Bray. 1999. Adaptaciones agrícolas en el valle cia del Proyecto Hidroeléctrico Guayco. Informe
medio del río Cauca. En: Formativo Sudamerica- Final. Centro de Investigaciones Sociales y
no: 74-85. Editora, Paulina Ledergerger-Crespo. Humanas, Universidad de Antioquia. Empresas
Bibliografía

Ediciones ABYA-YALA. Quito. Públicas de Medellín.

Herrera, Leonor, Marianne Cardale y Warwick Jaramillo, Luis Gonzalo. 1991. Investigación
Bray. 1990. La arqueología y el paisaje en la re- Arqueológica en los municipios de Chinchiná,
gión Calima. En: Ingenierías prehispánicas: 11- Villamaría, Palestina y Santa Rosa de Cabal.
180 150. Fondo FEN Colombia-Instituto Colombiano Boletín de Arqueología 4(1): 29-40. Fundación
de Antropología. Bogotá. de Investigaciones Arqueológicas Nacionales.
Banco de la República. Bogotá.
Herrera, Leonor, Marianne Cardale y Warwick
Bray. 1982-83. El hombre y su medio ambiente Jaramillo, Luis Gonzalo. 1989. Investigación
en Calima (altos río Calima y río Grande, Cordi- arqueológica en los municipios de Chinchina y
llera Occidental. Revista Colombiana de Antro- Palestina. Boletín de Arqueología. Año 2.
pología. Vol.XXIV:381-424. Instituto Colombia- N.4:29-40. Fundación de
no de Antropología. Bogotá. Investigaciones Arqueológicas Nacionales. Bo-
gotá.
Illera, Carlos H.1987. Excavaciones Arqueológi-
cas en Inguitó, municipio de Morales y Buenos Kaplan, Lawrence and C. Earle Smith, Jr.1988.
Aires, Cauca. Proyecto de Investigación. Univer- Carbonized Plant Remains from the Calima Re-
sidad del cauca. Popayán. Integral-Rodríguez. gion, Valle del Cauca, Colombia. ProCalima.
2001. Archäologisch-ethnologisches Projekt im Westli-
chen Kolumbien/Südamerika. N.5:43-44. Perio-
Illera, Carlos H. y Cristóbal Gnecco. 1986. Pun- dische Publikation der Vereinigung Pro Calima.
tas de proyectil en el Valle de Popayán. Boletín Basel.
Muselo del Oro, 17:45-57. Museo del Oro. Ban-
co de la República. Bogotá. Kuhry, P. 1988. Paleobotanical-Paleoecological
Studies of Tropical High Andean Peatbog
Integral 2000. Conexión Vial Aburrá-Oriente. (Cordillera Oriental, Colombia). Cramer. Berlín.
Arqueología Preventiva. Fase de Prospección.
Informe Final. Corantioquia. Medellín. Labbé, Armand. 1998. Symbol, theme, context
and meaning in the Art of Prehispanic Colombia.
Integral 1999. Proyecto de Conexión Vial entre In: Shamans, Gods, and Mythic Beast: Colom-
los valles de Aburrá y del río Cauca. Rescate y bian Gold and Ceramics in Antiquity: 21-120.
Monitoreo Arqueológico. Informe Final. Integral. The American Federation of Arts and University
Medelín. of Washington Press. New York.

Integral S.A. - Instituto Nacional de Vías. 1997. Lahitte Iribarne, Martha.1983. Arqueología de la
“Vía Alterna de la Troncal de Occidente”. Sector Colina de las Piedras, Cajibío, Cauca. Tesis de
río Campo Alegre – estadio Santa Rosa de Cabal. Grado. Departamento de Antropología. Universi-
Informe final. Medellín. dad del Cauca. Popayán.
Langebaek, Carl H. 2000. Cacicazgos, orfebrería Llanos Vargas, Héctor. 1981. Los Cacicazgos de
y política prehispánica: una perspectiva desde Popayán a la llegada de los Conquistadores. Fun-
Colombia. Arqueología del Área Intermedia. dación de Investigaciones Arqueológicas Nacio-
N.2:11-45. Instituto Colombiano de Arqueología- nales. Banco de la República. Bogotá.
Sociedad Colombiana de Arqueología. Santafé
de Bogotá. Lleras Pérez, Roberto. 2006. Pre-hispanic
Colombia’s Precious Metalwork. In Gold. The
Langebaek, Carl H. 1992. Noticias de caciques Spirit of Ancient Colombian: 17-73. Smithsonian
muy mayores. Editorial de la Universidad de los Insitution. Washington.
Andes. Bogotá.
Lumbreras, Luis G.1994. Acerca de la aparición
Langebaek, Carl H. E Iván D. Espinosa. 2000. del Estado. Boletín de Antropología Americana.
Transformaciones territoriales en los ecosistemas N.29:5-33. Instituto Panamericano de Geografía
estratégicos del Valle de Aburrá. Reconocimien- e Historia. México.
to arqueológico en el Cerro del Padre maya. In-

Bibliografía
forme Final. Strata-Corantioquia. Medellín. Martínez, Luz E. 1999. Registro arqueológico en
la parcelación “Los Caminos de Cartama”, muni-
Langebaek, C., I. D. Espinosa y S. Giraldo. 2000. cipio de Támesis-Antioquia. Boletín de Antropo-
Prospección Arqueológica del Valle de Aburrá y logía. Vol.13. .30:306-318. Departamento de
sus Ecosistemas Estratégicos. Estudios de Cam- Antropología. Universidad de Antioquia. Mede-
bios Sociales en una región del Occidente de Co- llín. 181
lombia. Informe Final. Strata Ltda. - Universidad
de los Andes. Medellín. Martínez, Luz E. y Silvia Botero. 2002. La Blan-
quita: un sitio precerámico en el Valle de Aburrá.
Legast, Anne.1998. Los símbolos animales de Info rme Fin al. Co rporación GAIA-
Malagana. Boletín de Arqueología. Año 10- N.3. CORANTIOQUIA. Medellín.
(1995). Fundación de Investigaciones Arqueoló-
gicas Nacionales. Santafé de Bogotá. Martínez, Luz E., Silvia Helena Botero, Oscar
Darío Monsalve, Marta Cecilia Ospina y Oscar
Legast, Anne 1993. La Fauna en el Material Pre- Mejía Rivera. 2000. Territorios culturales, con-
colombino Calima. Fundación de Investigaciones textualización y ubicación de los asentamientos
Arqueológicas Nacionales. Santafé de Bogotá. Aburráes. Informe Final. Corantioquia-
Corporación GAIA. Medelín.
Leiva, María Soledad. 1989. Lo Sagrado en La
Tolita. En: Nuestro pasado: La Tolita:27-30. Edi- Medina, Ángel. M., y William. M. Romero.
tores: Rosángela Adoum y Francisco Valdéz. 2000. Reconstrucción paleodemográfica de la
Exposición organizada por el Fondo Arqueológi- población del cementerio de Coronado - Palmira,
co de Museo del Banco Central "Guillermo Pérez Valle del Cauca. Informe Final. Instituto Valle-
Chiriboga". Quito. caucano de Investigaciones Científicas. Santafé
de Bogotá.
Lehmann, Henri. 1953. Archéologie du Sud-
Ouest Colombien. Journal de la Societé des Méndez, M. 1985. La Balsa-Cajibio-Cauca. Ar-
Americanistes. Nouvelle Série. T.XLII:199-270. queología de un sitio transicional en el valle de
Paris. Popayán. Editorial López. Popayán.

Lema, Luz Amparo.2000. El Volante de Huso: Miotti,, L. & G.R. Cattáneo. 1997. Bifacial Tech-
la grandeza de lo pequeño. Códice. Boletín Cien- nology At 13000 Years Ago In Southern Patago-
tífico y Cultural del Museo Universitario. Año 1. nia. Current Research in the Pleistocene vol.
N.1:20-27. Universidad de Antioquia. Medellín. 14:62-65 (Lepper,B.T. editor) CSFA. University
of Corvaills.
Llanos Vargas, Héctor. 1990. Espacios míticos y
cotidianos en el sur del Alto Magdalena agusti- Monsalve, Oscar y Audi Ospina. 1998. Prospec-
niano. En: Ingenierías prehispánicas. Fondo FEN ción arqueológica en la Cuenca del río Aures,
Colombia-Instituto Colombiano de Antropología. municipio de Abejorral. Informe final. Hidroe-
Bogotá. léctrica del río Aures S.A. - Integral. Medellín.
Monsalve, José G. 1985. A pollen core from the Nieto, Luis Eduardo y Carlos Cardona. 2001.
Hacienda Lusitania. ProCalima. Archäologisch- Occidente Medio Antioqueño. Poblamiento An-
ethnologisches Projekt im Westlichen Kolum- tiguo, Hitos Culturales y Construcción del Terri-
bien/Südamerika. N.4:40-44. Periodische Publi- torio. Informe final. Componente Arqueológico.
kation der Vereinigung Pro Calima. Basel. Laboratorio de Arqueología y Antropología.
Centro de Investigaciones Sociales y Humanas.
Montejo Gaitán, Fernando y Elkin Rodríguez T. Universidad de Antioquia-Corporación Autóno-
Urrego. 2001. Antiguos pobladores y labranzas ma Regional del Centro de Antioquia
en el Valle Medio del río Otún, Risaralda. Bole- (CORANTIOQUIA). Medellín. Octubre.
tín de Arqueología 16 (1): 37-115. Fndación de
Investigaciones Arqueológicas Nacionales. Bo- Nivia Guevara, A.1977. Mapa Geológico Gene-
gotá. D.C. ralizado del Departamento del Valle del Cauca.
Instituto de Investigaciones en Geociencias, Mi-
Moreno, María C.1997. Proyecto Arqueológico nería y Química, INGEOMINAS. Bogotá.
San Carlos-San Marcos. Línea de Transmisión de
Bibliografía

500 KV. Informe Final. Tomos 1,2. Interco- Noguera, N. 1994. Inferencia arqueológica de la
nexión Eléctrica.ISA-Centro de Museos. Univer- identidad étnica, metodología y problemática: el
sidad de Caldas. Manizales. oratorio-capilla hñähñü. Boletín de Antropología
Americana, 30:21-35. Instituto Panamericano de
Moreno Yánez, Segundo. 1988. Formaciones Geografía e Historia. México.
182 políticas tribales y señoríos étnicos. Nueva Histo-
ria del Ecuador. Vol.2. Época Aborigen II: 10- Núñez, L.; Varela, J; Casamiquela, R.; Schiappa-
134. Enrique Ayala Mora, Editor. Corporación casse, V.; Niemeyer, H. Y C. Villagrán. 1994.
Editora Nacional Grijalbo. Quito. Cuenca de Taguatagua en Chile: el ambiente del
Pleistoceno superior y ocupaciones humanas.
Múnera, Luis C. 2001. Poblamiento Antiguo, Revista Chilena de Historia Natural 67:503-519.
aprovechamiento de recursos y pautas de produc- Chile.
ción en el Occidente de Antioquia. Taller Alfare-
ro Prehispánico San Jerónimo, Antioquia. Infor- Ochoa Neira, Myriam. 2002. Guías didácticas
me Final. Corantioquia-Integral. Medellín. Mar- sobre la historia aborigen del Ecuador (2). Perío-
zo. do de Desarrollo Regional. Ediciones del Banco
Central del Ecuador. Quito.
Múnera, Luis C. y Oscar D. Monsalve. 1997.
Cuatro sitios precerámicos en el Occidente de Ortiz, y Pipicarno 1992. La ocupación cerámica
Colombia. Ponencia presentada al 49 Congreso de La Elvira, Popayán, Cauca.Tesis de Grado.
Internacional de Americanistas. Pontificia Uni- Departamento de Antropología. Universidad del
versidad Católica del Ecuador. Quito. Cauca. Popayán.

Múnera, Luis C. y Oscar D. Monsalve. 1996. Ortner y Putscher 1981. Identification of Pat-
Arqueología de Rescate en la Vía Alterna de la hological Conditions in Human Skeletal Re-
Troncal de Occidente. Sector Puente Doménico mains. Smithsonian Contributions to Anthropolo-
Parma-Río Campoalegre. Informe Final. Integral. gy, N° 28. Washington.
Medellín.
Ospina, Andy G., Luz Marina Arcila, Silvia Ca-
Múnera, Luis C., Oscar D. Monsalve y Sofía. H. david y Jorge Yépez.1999. Prospección Arqueo-
Botero. 1997. Arqueología de Rescate Vía Alter- lógica de los Ecosistemas Estratégicos del Valle
na de la Troncal de Occidente. Sector Río Cam- de Aburrá. Componente Quitasol. Informe Final.
poalegre-Estadio Santa Rosa de Cabal. Informe Corantioquia. Octubre.
Final. Integral-Invías. Medellín. Septiembre.
Otero de Santos, Helda. 1992. Dos períodos de la
Nieto, Luis Eduardo. 1991. Asentamientos pre- historia prehispánica de Jericó. Departamento de
hispánicos en el suroccidente antioqueño, Muni- Antioquia. Boletín de Arqueología. Año 7. N.2.
cipio de Armenia. Informe Final. Fundación de Fundación de Investigaciones Arqueológicas Na-
Investigaciones Arqueológicas nacionales. Banco cionales. Banco de la República. Santafé de Bo-
de la República. Bogotá. gotá.
Pachajoa, Harry, Carlos A. Rodríguez y Carolina dencias paleoindias y cerámicas en el Valle del
Isaza. 2007. “Parálisis facial en la cerámica de Cauca y Risaralda. Rescate en el Gasoducto de
la Cultura Prehispánica Tumaco – Tolita (300 Occidente, Mariquita-Yumbo. En: Cespedesia.
A.C. – 600 D.C.)”. Colombia Médica, 38: (1): No.62. Inciva. Santiago de Cali. En prensa.
92-94. < http://colombiamedica.univalle.edu.co/
numeroslinea.html>. Patiño, Diógenes, Alexander Clavijo, Aura María
Gómez, René Pulido y Camilo Díaz. 1999. Evi-
Paris, G., y P. Marín. 1979. Generalidades acerca dencias paleoindias y cerámicas en el Valle del
de la Geología del Departamento del Cauca. In- Cauca. Cespedesia. Vol. 22.No.70 [1997]:33-95.
geominas. Popayán. Instituto Vallecaucano de Investigaciones Cientí-
ficas. Cali.
Patiño Castaño, Diógenes. 2003. Tumaco Prehis-
pánico. Asentamiento, subsistencia e intercambio Patiño, Diógenes, Alexander Clavijo, Aura María
en la Costa Pacífica de Colombia. Editorial de la Gómez, René Pulido y Camilo Díaz. 1996. Ar-
Universidad del Cauca. Popayán. queología de Rescate en el Gasoducto de Occi-

Bibliografía
dente. Mariquita - Yumbo. Informe Final. ECO-
Patiño Castaño, Diógenes. 2000. Settlement Sub- PETROL-INCIVA. Santiago de Cali.
sistence and Exchange in Prehispanic Tumaco,
Pacific Coast of Colombia. Ph.D. Dissertation. Patiño, Víctor Manuel. 1990. Historia de la Cul-
Temple University. Philadelphia. August. tura Material en la América Equinoccial. Tomo
II. Vivienda y Menaje. Instituto Caro y Cuervo. 183
Patiño Castaño, Diógenes. 1999. Agricultura Pre- Biblioteca "Ezequiel Uricochea". N.4. Bogotá.
hispánica y Sociedades Complejas en Tumaco,
Colombia. Arqueología del Área Intermedia. Perafán Ledesma, Astrid Lorena. 2001. Arqueo-
N.1:49-82. Sociedad Colombiana de Arqueolo- logía y Bioantropología: Dieta y Diferenciación
gía. Santafé de Bogotá. Social en el Colectivo Prehispánico de Obando
(Cultura Quimbaya Tardío). Tesis de Grado para
Patiño Castaño, Diógenes. 1998. Sociedades obtener el título de Antropólogo. Departamento
Complejas en Tumaco: Asentamiento, Subsisten- de Antropología. Universidad del Cauca. Popa-
cia e Intercambio. En: El Área Septentrional An- yán.
dina. Arqueología y Etnohistoria: 2-66. Colec-
ción Biblioteca Abya-Yala. No.59. Quito. Pérez de Barradas, José. 1966. Orfebrería Prehis-
pánica de Colombia. Estilos Quimbaya y otros.
Patiño Castaño, Diógenes. 1992. Ocupación pre- Volumen 1 y 2. Talleres Gráficos Jura. Madrid.
hispánica del Alto Patía. Novedades Colombia-
nas. N.5:72-91. Universidad del Cauca. Popayán. Pérez de Barradas, José. 1954. Orfebrería Prehis-
Patiño Castaño, Diógenes. 1993. Arqueología del pánica de Colombia. Estilo Calima. Volumen 1 y
Bajo Patía, Fases y Correlaciones en la Costa 2. Madrid.
Pacífica de Colombia y Ecuador. Latin American
Antiquity,4(2):180-199. Society for American Pino, Jorge I. 2006. El legado de la “Mano Pode-
Archeology. rosa”. Aportes a la discusión de las percepciones
estético-formales e las representaciones rupestres
Patiño Castaño, Diógenes. 1988. Orfebrería pre- en arqueología. IV Congreso de Arqueología en
hispánica en la costa pacífica de Colombia y Colombia. Programación y Resúmenes: 86. Uni-
Ecuador "Tumaco-Tolita". Boletín del Museo del versidad Tecnológica de Pereira-Sociedad Co-
Oro. N.22: 17-31. Banco de la República. Bogo- lombiana de Arqueología-Instituto Colombiano
tá. de Antropología e Historia. Pereira.

Patiño, Aníbal. 1971. Hacia una crisis ecológica Pino, Jorge I. y Juan Carlos Forero. 2003. Refu-
en el Valle del Cauca. Revista del Departamento gio de Piedra. Ocupación humana y entorno natu-
de Biología. N.1:5-25. Universidad del Valle. ral en las cavernas del río Alicante, Maceo-
Cali. Puerto Berrío (Antioquia). Fase II. Informe Final.
Corporación Autónoma Regional del Centro de
Patiño, Diógenes, Alexander Clavijo, Aura María Antioquia, CORANTIOQUIA. Medellín.
Gómez, René Pulido y Camilo Díaz. 2001. Evi-
Pino, Jorge I. y Juan Carlos Forero. 2002. Ocupa- Córdoba-Quindío. Boletín de Arqueología 17
ción humana y entorno natural en las cavernas (1):17-37. Fundación de Investigaciones Arqueo-
del río Alicante, Maceo-Puerto Berrío lógicas Nacionales. Banco de la República. Bo-
(Antioquia). Informe Final. Corporación Autóno- gotá. D.C.
ma Regional del Centro de Antioquia, CORAN-
TIOQUIA. Medellín. Reichel-Dolmatoff, Gerardo. 2005. Orfebrería y
Chamanismo. Un estudio iconográfico del Museo
Piperno, Dolores y Debora Pearsall. 1998. The del Oro. Del banco de la República, Colombia.
origins of agriculture in the lowland neotropics. Villegas Editores. Bogotá. D.C.
Academic Press. New York.
Reichel-Dolmatoff, Gerardo. 1990. Orfebrería y
Plazas, Clemencia.1983. Gold Objects from Pri- Chamanismo. Un estudio iconográfico del Museo
mavera: Links between Calima, San Agustín and del Oro. Editorial Colina. Medellín.
the Cauca Valley. ProCalima. Archäologisch-
ethnologisches Projekt im Westlichen Kolum- Reichel-Dolmatoff, Gerardo. 1986. Arqueología
Bibliografía

bien/Südamerika. N.3:40-42. Periodische Publi- de Colombia. Un texto introductorio. Fundación


kation der Vereinigung Pro Calima. Basel. Segunda Expedición Botánica. Litografía Arco.
Bogotá.
Plazas, Clemencia. 1978. Tesoro de los Quimba-
yas y Piezas de Orfebrería Relacionadas. Boletín Reichel-Dolmatoff, Gerardo.1965. Colombia.
184 de Museo del Oro. Año 1:21-28. banco de la re- Thames and Hudson. London.
pública. Bogotá.
Reichel-Dolmatoff, Gerardo y Alicia Dusán.
Plazas, Clemencia y Ana María Falchetti. 1986. 1962. Investigaciones arqueológicas en la Costa
Patrones Culturales en la Orfebrería Prehispánica Pacífica de Colombia: Una secuencia cultural del
de Colombia. En: Metalurgia de América Preco- bajo río San Juan. Revista Colombiana de Antro-
lombina. 45 Congreso Internacional de America- pología 11: 9-73.
nistas: 203-215. Colección Bibliográfica, Banco
de la República. Bogotá. Rey, Fabio. 1995. "Gasoducto de Occidente" Un
conducto hacia el Ayer. Informe presentado al
Plazas, Clemencia y Ana María Falchetti. 1983. Instituto Colombiano de Antropología, ICAN.
Tradición Metalúrgica del Suroccidente Colom- Santafé de Bogotá. Junio.
biano. Boletín del Museo del Oro. No.14:1-32.
Banco de la República. Bogotá. Ricchieri, José. 1990. Arqueología de Esmeral-
das. Antes de la Historia. Museo del Vicariato
Plazas, Clemencia: Ana M.Falchetti, Juanita Apostólico, Esmeraldas-Colegio
Sáenz y Sonia Archila. 1993. La Sociedad "Sagrado"Corazón". Esmeraldas.
Hidráulica Zenú. Estudio arqueológico de 2000
años de historia en las llanuras del Caribe colom- Robledo, Jorge. 1993 [1540]. Relación de lo que
biano. Banco de la República. Bogotá. subcedió en el descobrimyento de las provincias
de Antiochia, Anserma y Cartago y cibdades que
Porras, Pedro I. 1987. Nuestro Ayer. Manual de en ellas estan pobladas por el s(eno)r Capita(n)
Arqueología Ecuatoriana. Centro de Investiga- Jorge Robledo (1540). En: Tovar Pinzón, Her-
ciones Arqueológicas. Quito. mes. Relaciones y Visitas a los Andes. Siglo
XVI:235-262. Colección de Historia de la Biblio-
Pradilla, Alejandro.1987.Estudio de la composi- teca Nacional. Colcultura-Instituto de Cultura
ción minerológica de la cerámica precolombina Hispánica. Tercer Mundo Editores. S.A. Santafé
Calima en relación con la geología de la zona. de Bogotá.
Aplicaciones Arqueológicas. Arqueología.
N.4:36-40. Universidad Nacional de Colombia. Robledo, Jorge. 1993 [s.f.]. Relación de lo que
Bogotá. subcedió al magnifico senor Capitan Jorge Ro-
bledo. En: Tovar Pinzón, Hermes. Relaciones y
Quintana, Leonardo y Luis G. Jaramillo. 2002. Visitas a los Andes. Siglo XVI: 263-331. Colec-
Componente arqueológico Asociación de Vivien- ción de Historia de la Biblioteca Nacional. Col-
da temporal, Urbanización San Diego II- cultura-Instituto de Cultura Hispánica. Tercer
Mundo Editores. S.A. Santafé de Bogotá.
Robledo, Jorge. 1993 [s.f.]. Relación de Anser- cados en la Troncal del Gasoducto de Occidente.
ma. En: Tovar Pinzón, Hermes. Relaciones y Informe Final. Empresa Colombiana de Petró-
Visitas a los Andes. Siglo XVI: 335-361. Colec- leos, ECOPETROL. Noviembre. Santiago de
ción de Historia de la Biblioteca Nacional. Col- Cali. Ms.
cultura-Instituto de Cultura Hispánica. Tercer
Mundo Editores. S.A. Santafé de Bogotá. Rodríguez, Carlos A. 1995. Tiempo y espacio de
la diversidad sociocultural prehispánica en el
Robledo, Jorge. 1985 [1539-1541]. Relación de Alto y Medio Cauca durante el milenio preceden-
algunos pueblos de la Gobernación de Popayán. te a la conquista española. En: Perspectivas re-
Cespedesia, 15 (51-52):27-37. Instituto Vallecau- gionales en la Arqueología del suroccidente de
cano de Investigaciones Científicas. Cali. Colombia y Norte del Ecuador: 223-244. Cristó-
bal Gnecco, Editor. Universidad del Cauca. Po-
Robledo, Jorge. 1864. [1540]. Relación del Des- payán.
cubrimiento de las Provincias de Antioquia por
Jorge Robledo. Colección de Documentos Inédi- Rodríguez, Carlos A. 1994. El Cacicazgo de

Bibliografía
tos relativos al descubrimiento, Conquista y Co- Guabas. Variante Meridional de la Tradición
lonización de las Posesiones Españolas en Amé- Cultural Quimbaya Tardío (700-1300 d.C.). In-
rica y Oceanía. Tomo II: 291-357. Madrid. forme Final. Instituto Vallecaucano de Investiga-
ciones Científicas. Diciembre. Cali.
Rodríguez Bastidas, Edgar. 1992. Fauna Preco-
lombina de Nariño. Fundación de Investigaciones Rodríguez, Carlos A. 1992. Tras las Huellas del 185
Arqueológicas Nacionales. Banco de la Repúbli- Hombre Prehispánico y su Cultura en el Valle del
ca. Instituto Colombiano de Antropología. Santa- Cauca. Instituto Vallecaucano Vallecaucano de
fé de Bogotá. Investigaciones Científicas, INCIVA. Imprenta
Departamental. Cali.
Rodríguez, Carlos A. 1998. La Muerte en la Cul-
tura Quimbaya entre los Siglos VII-XV. Región. Rodríguez, Carlos A. 1991. Investigaciones Ar-
No.6 (Diciembre 1997): 7-23. Universidad del queológicas en el Cementerio Prehispánico de
Valle. Cali. Almacafé, Buga, Dpto. del Valle del Cauca. Ces-
pedesia, 16-17 (57-58):163-217. Instituto Valle-
Rodríguez, Carlos A. 1997a. La muerte en la caucano de Investigaciones Científicas. Cali.
Cultura Quimbaya entre los siglos VII al XV.
Región. N.6:7-23. Revista del Centro de Estudios Rodríguez, Carlos A. 1989. San Luis: un asenta-
Regionales. Universidad del Valle. Cali. miento temprano de la Cultura Sonso en la llanu-
ra aluvial del Pacífico. Boletín de Arqueología, 3
Rodríguez, Carlos A. 1997b. Rescate Arqueoló- (2):41-55. Fundación de Investigaciones Arqueo-
gico en el Sitio PK1+500 ubicado en el Ramal lógicas Nacionales. Bogotá.
Candelaria del Gasoducto de Occidente. Informe
Final. Empresa Colombiana de Petróleos, ECO- Rodríguez, Carlos A. 1984. Prospección arqueo-
PETROL. Marzo. Santiago de Cali. Ms. lógica en el norte del Valle del Cauca. Informe
Final. Colciencias-Instituto Vallecaucano de In-
Rodríguez, Carlos A. 1996a. Rescate Arqueoló- vestigaciones Científicas. Darién. Ms.
gico en el Sitio PK187+400 ubicado en la Tron-
cal del Gasoducto de Occidente. Informe Final. Rodríguez, Carlos A. 1980. Informe de la visita
Empresa Colombiana de Petróleos, ECOPE- realizada a la localidad de Toro, Valle por una
TROL. Octubre. Santiago de Cali. Ms. comisión del Instituto Vallecaucano de Investiga-
ciones Científicas y la C.V.C. Presentado al Insti-
Rodríguez, Carlos A. 1996b. Rescate Arqueoló- tuto Vallecaucano de Investigaciones Científicas.
gico en los sitios PK185 y PK185+600 ubicados Cali. Octubre 23. Ms.
en la Troncal del Gasoducto de Occidente. Infor-
me Final. Empresa Colombiana de Petróleos, Rodríguez, Carlos A. y Orlando Zúñiga E. 2007.
ECOPETROL. Octubre. Santiago de Cali. Ms. Prospección Geoarqueológica en el curso medio
del río Guabas, corregimiento de Campoalegre,
Rodríguez, Carlos A. 1996c. Rescate Arqueoló- municipio de Ginebra, Valle del Cauca. Informe
gico en los sitios PK276+700 y PK321+400 ubi- Final. Universidad del Valle. Cali. Ms.
Rodríguez, Carlos A., Orlando Zúñiga Escobar y Rodríguez, Carlos A., Omar Vargas y Mario Val-
María A. Agudelo. 2006. Arqueología de Preci- derrama. 1991. Estudios tecnológicos de la cerá-
sión. La Aplicación de técnicas geoeléctricas y mica prehispánica del sitio arqueológico San
electrotérmicas en investigaciones arqueológicas Luis. Cespedesia, 16-17 (59):93-145. Instituto
del Valle del Cauca, Colombia. Programa Edito- Vallecaucano de Investigaciones Científicas. Ca-
rial. Universidad del Valle. Cali. li.

Rodríguez, Carlos A. y Alexandra Bedoya Prado. Rodríguez Cuenca, José V. 2005. Pueblos, ritua-
2.000. Asentamientos Prehispánicos Tardíos en les y condiciones de vida prehispánicas en el Va-
la Universidad del Valle. Boletín de Arqueología. lle del Cauca. Universidad Nacional de Colom-
Año 14. No.1 [1999]. Fundación de Investigacio- bia. Santafé de Bogotá.
nes Arqueológicas Nacionales. Santafé de Bogo-
tá. Rodríguez Cuenca, José V. 1999. Los Chibchas:
Pobladores antiguos de los Andes Orientales.
Rodríguez, Carlos A. y David M. Stemper. 1994. Adaptaciones Bioculturales. Fundación de Inves-
Bibliografía

Cambios Medioambientales y Culturales Prehis- tigaciones Arqueológicas Nacionales. Banco de


pánicos en el Curso Bajo del río Bolo, municipio la República. Santafé de Bogotá.
de Palmira, Valle del Cauca. Cespedesia, 19 (62
63):139-198. Instituto Vallecaucano de Investi- Rodríguez Cuenca, José V. 1997. Monitoreo Ar-
gaciones Científicas. Cali. queológico del Gasoducto de Occidente. Análisis
186 Bioantropológico de los Restos Óseos Humanos.
Rodríguez, Carlos A. y Vladimir A. Bashilov. En: Bernal, Fernando. 1997. Monitoreo Arqueo-
1988. Excavations in Prehispanic Settlement Si- lógico Gasoducto de Occidente. Informe Final.
tes at Jiguales, Calima (First Season). ProCalima. Tomo I: 365-376. Ecopetrol-Transgas- Diseños e
Archäologisch-ethnologisches Projekt im Westli- Interventoría Ltda. Santafé de Bogotá.
chen Kolumbien/Südamerika 5:61-66. Periodis-
che Publikation der Vereinigung Pro Calima. Rodríguez Cuenca, José V. S.f. Análisis bioan-
Basel. tropológico de los restos óseos provenientes de la
Estación de Bombeo de ECOPETROL, ubicada
Rodríguez, Carlos A. y Yolanda Jaramillo. 1993. en Dagua, Valle del Cauca. Santafé de Bogotá.
Lo cotidiano y lo simbólico en el arte geométrico Ms.
prehispánico del Valle Medio del río Cauca
(1000-1300 d.C.). Instituto Vallecaucano de In- Rodríguez, Cuenca José V. y Sonia Blanco.
vestigaciones Científicas. Cali. 2007. Entre el valle y el páramo. La Buitrera: una
región fronteriza en los municipios de Palmira y
Rodríguez, Carlos A. y Héctor Salgado L. 1990. Pradera, Valle del Cauca. Informe Final. Univer-
Las Costumbres Funerarias de las Sociedades sidad Nacional de Colombia-INCIVA. Cali-
Agro-alfareras Prehispánicas de la región de Sa- Bogotá. Mayo. Ms.
maria en el curso alto del río Calima. I Milenio
a.C.-Siglo VI d.C. Informe Final. Instituto Valle- Rodríguez Cuenca, José V. y Sonia Blanco.
caucano de Investigaciones Científicas. Cali. Ms. 2001. Bioarqueología de la población prehispáni-
ca de El Cerrito, Valle del Cauca. Informe Final.
Rodríguez Carlos A., Rey Morales Fabio Fernan- Universidad Nacional de Colombia-Instituto Va-
do, Cuenca Wilson Amparo. 2007. “El Cacicaz- llecaucano de Investigaciones Científicas-
go prehispánico de Guabas en el Valle del Cauca Municipio de El Cerrito. Bogotá.
(700-1300 d.C.). Programa Editorial. Universi-
dad del Valle. Cali. Rodríguez Cuenca, José V. y Carlos Armando
Rodríguez. 1999. Patrones de enterramiento
Rodríguez, Carlos A., Orlando Zúñiga Escobar y Quimbaya Tardío en el sitio arqueológico Darda-
María A. Agudelo. 2006. “Arqueología de Preci- nelos, municipio de Obando, Departamento del
sión. La Aplicación de técnicas geoeléctricas y Valle del Cauca. Boletín de Arqueología, 13
electrotérmicas en investigaciones arqueológicas (2):81-111. Fundación de Investigaciones Ar-
del Valle del Cauca, Colombia.” Programa Edito- queológicas Nacionales. Santafé de Bogotá.
rial. Universidad del Valle. Cali.
Rodríguez Cuenca, José V. y Carlos Armando dá en el Departamento del Valle del Cauca, Co-
Rodríguez. 1989. Los Habitantes Prehispánicos lombia. International Journal of Dental Anthro-
de Palmira. Revista Hispanoamericana, 9:42 46. pology 2: 11-15. Popayán.
Fundación Hispanoamericana de Cali.
Rodríguez Flórez, Carlos D., Miguel E. Delgado
Rodríguez Cuenca, José V., Sonia Blanco y y Carlos A. Rodríguez. 2001b. Hipoplasia en la
Alexander Clavijo. 2007. Rituales funerarios y población prehispánica de Obando en el siglo
chamanismo en el cementerio de Coronado VIII d.C., Departamento del Valle del Cauca,
(siglos III a.C. a III d.C.) En Territorio ancestral, Colombia. International Journal of Dental Anth-
rituales funerarios y chamanismo en Palmira pre- ropology 2: 21-23. Popayán.
hispánica, Valle del Cauca: 81-138. José V. Ro-
dríguez Cuenca (Editor). Universidad Nacional Rodríguez Flórez, Ernesto León. 2001. Aproxi-
de Colombia. Bogotá. D.C. maciones al estado de salud-enfermedad de una
comunidad antigua en el Valle de Popayán. "La
Rodríguez Cuenca, José V., Sonia Blanco y Pe- tuberculosis en las comunidades antiguas." Tesis

Bibliografía
dro José Botero. 2002. La Cristalina, El cerrito: de Grado para obtener el título de Antropólogo.
un yacimiento ritual agroalfarero temprano en el Departamento de Antropología. Universidad del
Valle del Cauca. Universidad Nacional de Co- Cauca. Popayán.
lombia-INCIVA. Bogotá-Cali.
Rodríguez, Carlos A., William Mauricio Romero
Rodríguez Cuenca, José V., Blanco, Sonia y Pe- y Ernesto L. Rodríguez. 2000. Patrones Funera- 187
dro José Botero. 2001. Medio Ambiente y adap- rios Prehispánicos en Yumbo, Valle de Cauca.
tación en una comunidad agroalfarera temprana Informe Final. Universidad del Valle-Instituto
de El cerrito, Valle del Cauca. Informe Final. Municipal de Cultura,Yumbo, Valle. Cali. Octu-
Universidad Nacional de Colombia-INCIVA- bre.
Municipio de El Cerrito. Bogotá-Cali. Agosto.
Rodríguez Ramírez, Camilo. 1997ª.Rescate ar-
Rodríguez Cuenca, José V., Carlos Armando Ro- queológico sitios Los Arrayanes (Pk91+150) Vi-
dríguez y Fernando Bernal. 1998. Dos posibles llamaría, Caldas y El Pomo (Pk7+200) ramal a
casos de trepanomatosis prehispánica proceden- Manzanares, Tolima. Informe Final. Empresa
tes del Valle del Cauca. Maguaré.No.13:85-98. Colombiana de Petróleos, ECOPETROL. Santafé
Departamento de Antropología. Universidad Na- de Bogotá.
cional de Colombia. Santafé de Bogotá.
Rodríguez Ramírez, Camilo. 1997b. Rescate y
Rodríguez, Elkin y Fernando Montejo.1996. An- Monitoreo Arqueológico Línea de Transmisión
tiguos pobladores y labranzas en el valle del río Guatapé-Jaguas. Colonización agroalfarera tardía
Otún. Arqueología de Rescate. Variante La Ro- de los bosques en laderas andinas. El caso de los
melia-El Pollo. Informe Final. Tomo 1. Instituto Pantágoras en San Rafael, Antioquia. Informe
Nacional de Vías-Consultoría Colombiana S.A.- Final. Vol.1. Interconexión Eléctrica, ISA. Bogo-
Fundación ERIGAIE. Santafé de Bogotá. tá. Septiembre. Ms.

Rodríguez Flórez, Carlos D., Carlos A. Rodrí- Rodríguez Ramírez, Camilo. 1995. Asentamien-
guez y Miguel E. Delgado. 2001. Reconstrucción tos de los bosques subandinos durante el holoce-
de la estructura y organización social de la pobla- no medio. En: Ámbito y ocupaciones tempranas
ción prehispánica Bolo-Quebrada seca de la Ca- de la América Tropical: 115-123. Editores, Inés
lle de la Escopeta, Cali, Valle del Cauca, utilizan- Cavelier y Santiago Mora. Fundación ERIGAIE-
do restos dentales. Ponencia presentada a las IV Instituto Colombiano de Antropología. Santafé
Jornadas de Antropología del Departamento de de Bogotá.
Antropología de la Universidad de Antioquia.
Medellín, 3-5 de Octubre de 2001. Rodríguez y Montejo.1996. Programa de Ar-
queología de Rescate y Salvamento. Variante la
Rodríguez Flórez, Carlos D., Ernesto L. Rodrí- Romelia-El Pollo, K8+000 a K10+000, munici-
guez y Carlos A. Rodríguez. 2001a. Paleopatolo- pios de Dosquebradas y Pereira, Departamento
gía Dental "Sonso" entre los siglos XI y XII d.C. de Risaralda. Informe de Campo. Instituto Nacio-
El caso de la población prehispánica de Guacan- nal de Vías-Consultoría Colombiana S.A.-
Fundación Erigaie. Bogotá. Ms.
Roe, F.E.S. 1985. Petrological Analysis of Cali- Rubin, E. Y Farber, J.L. 1990. Patología. Edito-
ma Pottery: a Preliminary Report. ProCalima. rial Médica Panamericana. México.
Archäologisch-ethnologisches Projekt im Westli-
chen Kolumbien/Südamerika. N.4:45- Ruiz, Martamónica y Carlos A. Rodríguez. 1991.
49.Periodische Publikation der Vereinigung Pro Aportes a la identificación de material cerámico
Calima. Basel. de la cultura prehispánica Yotoco, por medio del
trabajo interdisciplinario Arqueología-Botánica.
Rojas Mora, Sneider.1995. Descripción de Ma- Cespedesia, 18 (61):137-152. Instituto Vallecau-
crorestos Botánicos de sitios arqueológicos en la cano de Investigaciones Científicas. Cali.
cuenca del río Dagua, Poliducto Línea Litora de
Pacífico. En: Alarcón, Jorge. 1995. Rescate Ar- Salgado López, Héctor. 1998. Monitoreo Ar-
queológico en el Valle Alto del río Dagua. Bole- queológico en la Subestación Páez a 230 Kv. In-
tín de Arqueología, 10 (1): 66-80. Fundación de forme Final. Interconexión Eléctrica S.A. Geren-
Investigaciones Arqueológicas Nacionales. San- cia de Expansión. Dirección de Viabilidad Y Di-
tafé de Bogotá. seños. Grupo de Estudios Ambientales. Programa
Bibliografía

de Arqueología. Medellín. Enero. Ms.


Rojas Mora, S., y Dionalver Tabares. 2000. Con-
sideraciones Preliminares para La Interpretación Salgado López, Héctor. 1997. Rescate Arqueoló-
de una Historia que empieza a Recrearse. Proyec- gico en los municipios de Montenegro (Quindío)
to de desarrollo vial doble calzada Armenia- y Bugalagrande (Valle del Cauca). Informe Final.
188 Pereira-Manizales, Autopista del Café. Fase de Empresa Colombiana de Petróleos, ECOPE-
Rescate. Excavaciones Arqueológicas. Informe TROL. Santafé de Bogotá. Abril. Ms.
Final. Instituto Nacional de Vías. CISAN. Santa-
fé de Bogotá. Ms. Salgado López, Héctor. 1996. Asentamientos y
Enterramientos Prehispánicos Tardíos en el Nor-
Rojas, Sneider, Francisco Romano, Ninfa Quin- te del Valle del Cauca y El Quindío. Informe Fi-
tero y Fernando Montejo. 2001. Estudios arqueo- nal. Empresa Colombiana de Petróleos, ECOPE-
lógicos en Nueva Ciudad Milagro (Armenia), TROL. Santafé de Bogotá. Agosto. Ms.
Llanitos de Guaralá (Calarcá), Ciudadela Com-
partir (Montenegro) y Ciudadela El Sueño Salgado López, Héctor. 1995. El precerámico en
(Quimbaya), departamento del Quindío. Arqueo- el cañón del río Calima, cordillera occidental. En:
logía Preventiva en el Eje Cafetero. Reconoci- Ambito y ocupaciones tempranas de la América
miento y rescate arqueológico en los municipios Tropical: 91-97. Editores, Inés Cavelier y Santia-
jurisdicción del Fondo para la Reconstrucción del go Mora. Fundación ERIGAIE-Instituto Colom-
Eje Cafetero, FOREC. Víctor González F. y Car- biano de Antropología. Santafé de Bogotá.
los Andrés Barragán (Editores): 141-172. Institu-
to Colombiano de Antropología e Historia. Bo- Salgado López, Héctor. 1993. Investigaciones
gotá. Arqueológicas en el poblado prehispánico de Ji-
guales-Calima (Seguna temporda). En: La Vi-
Romero Arateco, William. 2.001. Estudio de los vienda Prehispánica Calima:55-112. Instituto
restos humanos prehispánicos excavados en el Vallecaucano de Investigaciones Científi-
municipio de Calarcá (Quindío). Informe Final cas,INCIVA. Cali.
presentado a la Fundación ERIGAIE. Santafé de
Bogotá. Salgado López, Héctor. 1989. Medio ambiente y
asentamientos humanos prehispánicos en el Cali-
Romero P., Yuri. 1995. Hombres cosechadores ma Medio. Instituto Vallecaucano de Investiga-
del bosque pluvial bajo del Chocó, estudio pa- ciones Científicas. Cali.
leoetnobotánico. Revista Colombiana de Antro-
pología. Vol.XXXII:197-218. Instituto Colom- Salgado López, Héctor. 1988. Excavations in
biano de Antropología. Bogotá. Prehispanic Settlement Sites at Jiguales, Calima
(Second Season). ProCalima. Archäologisch-
Romero P., Yuri. 1994. Aplicación de las técni- ethnologisches Projekt im Westlichen Kolum-
cas paleoetnobotánicas a problema de subsisten- bien/Südamerika. N.5:67-71. Periodische Publi-
cia en la parte baja de los ríos Calima y San Juán. kation der Vereinigung Pro Calima. Basel.
Tesis de Grado. Departamento de Antropología.
Universidad Nacional de Colombia. Bogotá.
Salgado López, Héctor.1986. Asentamientos Pre- Sanoja, Mario e Iraida Vargas-Arenas. 1999a.
hispánicos en el Noroccidente del Valle del Cau- Orígenes de Venezuela. Regiones geohistóricas
ca. Fundación de Investigaciones Arqueológicas aborígenes hasta 1500 d.C. Comisión Presiden-
Nacionales. Banco de la República. Bogotá. cial V Centenario de Venezuela. Caracas.

Salgado López, Héctor y Alba Nelly Gómez. Sanoja, Mario e Iraida Vargas-Arenas. 1999b. De
2000. Pautas de Asentamiento Prehispánicas en tribus a señoríos: los Andes Septentrionales. His-
Cajamarca, Tolima. Fundación de Investigacio- toria de América Andina. Volumen 1. Las Socie-
nes Arqueológicas dades Aborígenes: 201-221. Luis Guillermo
Nacionales. Banco de la República. Santafé de Lumbreras Editor. Universidad Andina Simón
Bogotá. Bolívar. Quito.

Salgado Héctor y David M. Stemper. 1995. Cam- Santos Vecino, Gustavo. 1998. La cerámica ma-
bios en Alfarería y Agricultura en el Centro del rrón inciso de Antioquia. Contexto histórico y
Litoral Pacífico Colombiano durante los últimos sociocultural. Boletín de Antropología , 12 (2)

Bibliografía
dos milenios. Fundación de Investigaciones Ar- 9:128-147. Departamento de Antropología. Uni-
queológicas Nacionales-Instituto Vallecaucano versidad de Antioquia. Medellín.
de Investigaciones Científicas. Santafé de Bogo-
tá. Santos Vecino, Gustavo. 1996. Rescate arqueoló-
gico de la variante San José de Nus-Cisneros Po-
Salgado Héctor y Carlos A. Rodríguez.1989. Las liducto Sebastopol-Medellín. Informe Final. Em- 189
Costumbres Funerarias Prehispánica en el Curso presa Colombiana de Petróleos, ECOPETROL.
Alto del río Calima. Boletín del Museo del Oro, Medellín. Ms.
24:123-127. Banco de la República. Bogotá.
Santos Vecino, Gustavo. 1995a. Las Sociedades
Salgado, Héctor, Carlos A. Rodríguez y Vladimir Prehispánicas de Jardín y Riosucio. Revista Co-
A. Bashilov.1993. La Vivienda Prehispánica Ca- lombiana de Antropología, 23:245-286. Instituto
lima.Instituto Vallecaucano de Investigaciones Colombiano de Antropología. Bogotá.
Científicas, INCIVA. Cali.
Santos Vecino, Gustavo. 1995b. El Volador: las
Sampson, E.H., S.J. Fleming y Warwick Bray. viviendas de los muertos. Boletín de Antropolo-
1976. Edad de la cerámica colombiana del Estilo gía, 9 (25):11-48. Departamento de Antropolo-
Yotoco, revelada por Termoluminiscencia. Ces- gía. Universidad de Antioquia. Medellín.
pedesia, 5 (17-18):79-88. Cali.
Santos Vecino, Gustavo. 1993. Una población
Sanoja, Mario. 2001. La Cerámica tipo Formati- prehispánica de Antioquia representada por el
vo de Camay, Estado Lara, Venezuela. Revista estilo cerámico marrón-inciso. En: El marrón-
El Caribe Histórico. Casa del Caribe- inciso de Antioquia. Una población prehispánica
Smithsonian Institution. Santiago de Cuba. de Antioquia representada por el estilo cerámico
marrón-inciso:39-55. Colección Museo Universi-
Sanoja, Mario e Iraida Vargas-Arenas. 1992. An- tario-Universidad de Antioquia 190 años. Bogo-
tiguas Formaciones y Modos de Producción Ve- tá.
nezolanos. 3ra. Edición. Monte Avila Editores.
Caracas. Santos, Gustavo y Helda Otero.1996. El Volador:
una ventana al pasado. Informe. Departamento de
Sanoja, Mario e Iraida Vargas-Arenas. 2002. El Antropología. Universidad de Antioquia-Secrtaía
Agua y el Poder. Caracas y el Origen del Estado de Educación Municipal Medelín.
Colonial Caraqueño. Ediciones del Banco Cen-
tral de Venezuela. Caracas. Santos, Gustavo, Mario Bermúdez, E.I. Correa y
E. Ospina.1996. Rescate arqueológico de la tron-
Sanoja, Mario e Iraida Vargas-Arenas. 2002. Las cal de gasoducto Sebastopol-Medellín. Informe
Edades de Guayana: Arqueología de una Quime- Final. Centro de Investigaciones de la Facultad
ra. Santo Tomé y las Misiones Capuchinas de de Ciencias Sociales y Humanas de la Universi-
Guayana, Venezuela. En prensa. dad de Antioquia-Transmetano ESP,SA. Mede-
llín. Ms.
Sarmiento, Griselda. 1994. La creación de los Suelos de Colombia. Origen, evolución, clasifi-
primeros centros de poder. En: Historia Antigua cación, distribución y uso.1995. Instituto Geográ-
de México. Vol. I. El México antiguo, sus áreas fico Agustín Codazzi. Subdirección de Agrolo-
culturales, los orígenes y el Horizonte Preclásico: gía. Santafé de Bogotá D.C.
247-277. Coordinadores. Linda Manzanilla y
Leonardo López Luján. Instituto Nacional de Suelos del Eje Cafetero.2001. Proyecto U.T.P.-
Antropología e Historia, INAH- Universidad Na- GTZ. Facultad de Ciencias Ambientales-
cional Autónoma de México-Miguel Angel Pu- Cooperación Alemana para el Desarrollo. Perei-
rrúa Editor. México. ra.

Sarmiento, Griselda. 1993. Tribus y Cacicazgos Tihay, J.P. and P. Usselman. 1995. Medio Am-
Arqueológicos: una discusión acerca de origen de biente y Ocupación Humana en el Litoral Pacífi-
la estratificación social. Boletín de Antropología co Colombo-Ecuatoriano. En Cultura y Medio
Americana, 27: 95-108. Instituto Panamericano Ambiente en el Área Andina Septentrional. Co-
de Geografía e Historia. México. lección Abya-Yala N.21:377-399. Mercedes Gui-
Bibliografía

nea, Jean F. Bouchard y Jorge Marcos Editores.


Scott, David. 1981. Metallurgical studies of Cali- Quito.
ma ornaments. ProCalima. Archäologisch-
ethnologisches Projekt im estlichen Kolumbien/ Touret, J.C. y Th. Van der Hammen. 1981. Una
Südamerika, 2: 22-24. Periodische Publikation secuencia Holocénica y Tardiglacial en la Cordi-
190 der Vereinigung Pro Calima. Basel. llera Central de Colombia. Revista CIAF, 6 (1-
3): 609-634. Bogotá.
Scott, David y Jean Francois Bouchard. 1988.
Orfebrería Prehispánica de las llanuras del pacífi- Tovar Pinzón, Hermes. 1993. Relaciones y Visi-
co de Ecuador y Colombia. Boletín del Museo tas a los Andes. Siglo XVI. Colección de Historia
del Oro, .22:3-16. Banco de la República. Bogo- de la Biblioteca Nacional. Colcultura-Instituto de
tá. Cultura Hispánica. Tercer Mundo Editores. S.A.
Santafé de Bogotá.
Simón, Fray Pedro. (1626) 1981. Noticias histo-
riales de las Conquistas de Tierra Firme en las Trimborn, Hermann. 1949. Señorío y Barbarie en
Indias Occidentales. 7 tomos. Biblioteca Banco el Valle del Cauca. Instituto Gonzalo Fernández
Popular. Bogotá. de Oviedo. Madrid.

Sotomayor Tribín, Hugo. 1992. Arqueomedicina Ubelaker, Douglas H. 1997. Skeletal Biology of
de Colombia Prehispánica. Cafam-Comisión V Human Remains from La Tolita Esmeraldas Pro-
Centenario. Bogotá. vince, Ecuador. Smithsonian Contributions to
Anthropology. Number 41. Smithsonian Institu-
Sotomayor Tribín, Hugo. 1990. Enfermedades en tion Press. Washington D.C.
el arte prehispánico colombiano. Boletín del Mu-
seo del Oro, .29:63-73. Banco de la República. Uribe, María Alicia. 1991. La Orfebrería Quim-
Bogotá. baya Tardía. Una investigación en la colección
del Museo del Oro. Boletín del Museo del Oro,
Stemper, D. 1993. The Persistence of Prehispanic 31:31-124. Banco de la República. Santafé de
Chiefdoms on the Rio Daule, Coastal Ecuador. Bogotá.
University of Pittsburgh Memoirs in Latin Ame-
rican Archaeology. No.7. Pittsburgh-Quito. Uni- Urdaneta Franco, Martha. 1991. Huellas del Pis-
versity of Pittsburg-Ediciones. Libri Mundi. hau en el Resguardo de Guambia: ensayando ca-
minos para su estudio. Boletín del Museo del
Stemper David M. y Héctor Salgado L. 1993. Oro, 31:3-29. Banco de la República. Santafé de
Metalurgia Prehispánica y Colonial-Republicana Bogotá.
en el Pacífico Colombiano. Revista Colombiana
de Antropología, 30:59-99. Instituto Colombiano Urdaneta Franco, Martha. 1988. Investigación
de Antropología. Bogotá. Arqueológica en el Resguardo Indígena de
Guambía. Boletín del Museo del Oro, 22: 55-81.
Stirling, M. 1963. A New Culture . Archaeology Banco de la República. Santafé de Bogotá.
16 (3):170-175.
Valdez, Francisco.1992. Symbols, Ideology and tion of Mastodon. Geologie en Mijbouw, 60:369-
the Expresión of Power in LaTolita, Ecuador. In: 372. Ámsterdam.
The Ancient Americas. Art from Sacred Lands-
capes: 229-243. Richard F. Townsend General Van der Hammen, Thomas y Gonzalo Correal
Editor. The Art Institute of Chicago. Prestel Ver- Urrego. 2001. Mastodontes en un Humedal Pleis-
lag. Munich. tocénico en el Valle del Magdalena (Colombia)
con evidencias de la presencia del hombre en el
Valdez, Francisco.1989. La Sociedad Tolita. En: Pleniglacial. Boletín de Arqueología, 16 (1): 4-
Nuestro pasado: La Tolita: 5-14. Editores: Ro- 36. Fundación de Investigaciones Arqueológicas
sángela Adoum y Francisco Valdéz. Exposición Nacionales. Bogotá. D.C.
organizada por el Fondo Arqueológico de Museo
del Banco Central "Guillermo Pérez Chiriboga". Vargas-Arenas, Iraida. 1990. Arqueología, Cien-
Quito. cia y Sociedad. Ensayo sobre Teoría Arqueológi-
ca y la Formación Económico Social Tribal en
Valdez, Francisco. 1987. Proyecto Arqueológico Venezuela. Editorial AbreBrecha. Caracas.

Bibliografía
"La Tolita" (1983-1986). Exposición Itinerante
organizada por el Fondo Arqueológico del Mu- Vargas-Arenas, Iraida. 1988.Perspectiva histórica
seo del Banco Central "Guillermo Pérez Chiribo- de la arqueología venezolana: aportes al conoci-
ga". Quito. miento de la formación económico social tribal.
En: Actas del Segundo Simposio de la Fundación
Valdez, Francisco, Bernard Gratuze, lexandra de Arqueología del Caribe: 85-120. Iraida Vargas 191
Yepez y Julio Hurtado. 2005. Evidencia tempra- Editor. Washington.
na de metalurgia en la Costa Pacífica Meridional.
Boletín Museo del Oro 53. Banco de la república. Vargas-Arenas, I, M. Toledo, L. Molina y C.
Bogotá. www.banrep.gov.co/museo/es/boletin. Moncourt. 1997. Los Artífices de la Concha. Fa-
cultad de Ciencias Económicas y Sociales, Uni-
Valencia, Guillermo.1929. Del pasado. Estudio versidad Central de Venezuela, Caracas. Alcal-
arqueológico de los objetos encontrados el señor día del Municipio Jiménez, Fundacultura, Museo
Ramires al vaciar una sepultura indígena situada Arqueológico de Quíbor, Estado Lara.
a dos leguas y media en dirección sur de la ciu-
dad de Popayán. Boletín de Estudios Histórico, Vargas Omar y Mario Valderrama. 1991. Estu-
2: 257-271. Pasto. dios tecnológicos de la cerámica prehispánica del
sitio arqueológico San Luis. Cespedesia. Vol.
Valencia, Guillermo. 1930. Arqueología ameri- XVI-XVII. No.59 [1990]:93-145. Instituto Valle-
cana de Popayán. Boletín de Historia y Antigüe- caucano de Investigaciones Científicas. Cali.
dades, 18: 458-474. Bogotá.
Von Schuler-Schömig, Immina.1981. A grave-lot
Van der Hammen, Thomas.1992. Historia, Eco- of the Sonso period. ProCalima. Archäologisch-
logía y Vegetación. Corporación Araracuara- ethnologisches Projekt im estlichen Kolumbien/
Fondo FEN-Fondo de Promoción de la Cultura. Südamerika, 2: 25-27.
Bogotá. Periodische Publikation der Vereinigung Pro Ca-
lima. Basel.
Van der Hammen, Thomas. 1986. Cambios me-
dioambientales y la extinción del mastodonte en Wassén. S. Henry. 1988. Apuntes sobre grupos
el Norte de los Andes. Revista de Antropología, meridionales indígenas Chocó en Colombia. Tra-
2 (1-2): 27-33. Departamento de Antropología. ducción de Margarita de Giraldo y María Merce-
Universidad de Los Andes. Bogotá. des Calderón del texto publicado originalmente
en Etnologiska Studier 1. Goteborg. 1.935. El
Van der Hammen, Thomas.1985. Paleoecología Greco. Impresores. Bogotá.
y estratigrafía de yacimientos precerámicos de
Colombia. Libro de Resúmenes: 531-532. 45 West, Robert. 1957. The Pacific Lowlands of
Congreso Internacional de Americanistas. Uni- Colombia. Lousiana State University Studies,
versidad de los Andes. Bogotá. No.8. Baton Rouge.

Van der Hammen, Thomas. 1981. Environmental


Changes in the Northern Andes and The Extinc-
Yépez, Alexandra. 1989. La sociedad Tolita fren-
te a la muerte. En: Nuestro pasado: La Tolita: 31-
34. Editores: Rosángela Adoum y Francisco Val-
déz. Exposición organizada por el Fondo Ar-
queológico de Museo del Banco Central
"Guillermo Pérez Chiriboga". Quito.

Zeidler, J and D. Pearsall. 1994. Regional Ar-


cheology in Northern Manabí. Vol.1: Cultural
Chronology and Prehistoric Subsistence in the
Jama River Valley. University of Pittsburgh Me-
moirs in Latin American Archaeology. N.8. Uni-
versity of Pittsburg-Ediciones Libri Mundi. Pitts-
burg-Quito.
Bibliografía

Zonas de Vida o Formaciones Vegetales de Co-


lombia. 1977.Volumen XIII. N.1. Instituto Geo-
gráfico Agustín Codazzi, IGAG. Bogotá.

192
Este eBook se terminó de compilar en formato PDF (Portable Document File) en Agosto de 2007.
Primera edición: 3.500 eBooks para distribución mundial en formatos electrónicos PDF, LIT y DNL.

Todos los derechos reservados ®


Prohibida la reproducción total o parcial de esta obra ni su tratamiento o transmisión por cualquier me-
dio o método sin autorización escrita de Syllaba Press.
COLECCIÓN
COLOMBIA ANTÍGUA

La colección Colombia Antigua, publicada en


formato electrónico por Syllaba Press está com-
puesta por 5 tomos y tiene como principal obje-
tivo la divulgación de la gran diversidad huma-
na, social y cultural que existió en el norte de
Sur América, desde finales del Pleistoceno
(20.000 a.P.), hasta la invasión y conquista de
este inmenso territorio por parte de los Españo-
les.

Anda mungkin juga menyukai