CENTRO DE INVESTIGACION
cies
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35002 Las Palmas de Gran Canaria
Director:
Antonio Marrero Hernández
EL PODER
EN LAS
ORGANIZACIONES
ISBN: 84-87832-19-9
Depósito Legal: G.C. 233 - 1995
JUAN D ~ A ZRODRÍGUEZ
Páginas
2. EL PODER EN LA ORGANIZACI~N....................................................
2.1. El poder en la teoría de la organización. Una visión sintética ........
2.1.1. La perspectiva de la escuela de las relaciones humanas.....
2.1.2. El planteamiento de Weber ................................................
2.1.3. La visión de Parsons ...........................................................
2.1.4. Los mecanismos de influencia de Simon ...........................
2.1.5. El planteamiento mecanicista de Dahl ...............................
2.1.6. Las relaciones de poder según Crozier ...............................
2.1.7. Las aportaciones de Tannenbaum, Abell, Bacharach y
Lawler .................................................................................
2.2. Teorías sobre el poder organizativo ................................................
2.2.1. El poder como una relación de intercambio .......................
2.2.2. Teoría de las contingencias estratégicas del poder intraor-
ganizativo ...........................................................................
Índice
Páginas
Páginas
6. CONCLUSIONES..................................................................................... 163
Consideraciones hcísicas .sobre el poder
E
b) La autoridad es el aspecto formal de poder; la influencia es el aspecto
O
informal. n
-
=
m
E
e) La autoridad fluye hacia abajo y es unidireccional; la influencia es multi- O
El hecho de que las personas con poder alcancen las metas deseadas y las
que no tengan poder ofrezcan dificultades a la hora de conseguir sus propósitos, ha
estimulado el desarrollo de una literatura en el campo de la teoría de la organiza-
ción centrada en las bases y fuentes de poder de una persona (French y Raven,
1959; Etzioni, 1975); en las condiciones que originan tal dependencia (Kotter,
1977; Pfeffer, 1981; Salancik y Pfeffer, 1977) y en el desarrollo de tácticas y estra-
tegias de asignación de recursos para incrementar el poder de las partes menos
poderosas y reducir el poder de las más poderosas (Kotter, 1977; Pfeffer, 198 1 ;
Salancik y Pfeffer, 1974). Mintzberg ( 1 992) plantea tres cuestiones necesarias para
el ejercicio del poder. Señala que un agente tiene influencia si posee alguna fuente
o base de poder acompañada de una dedicación y de unos comportamientos políti-
cos determinados.
camente en el supuesto que una persona A obligue o presione a otra B para que
cambie su sistema de valores.
El poder legítimo se basa en las normas y expectativas que los miembros
del grupo mantienen con respecto a los comportamientos adecuados a un rol o una
posición dada. El titular de este poder tiene derecho a dar órdenes o, lo que es lo
mismo, el subordinado piensa que es legítimo que le indiquen qué tiene que hacer.
Este poder puede fundamentarse en tres factores (French y Raven, 1959):
a) Existencia de unos valores culturales que legitiman a una persona y le dan
un derecho a ejercer el poder.
b) La posesión o mantenimiento de una posición que es más importante que
los derechos personales para ejercer el poder. De otra parte, los indivi-
duos se esfuerzan en mantener su posición para asegurarse e incrementar m
D
Figura 1.1
Tipos de poder y organizaciones
TIPOS DE IMPLICACION
TIPOS DE PODER
ALIENANTE CALCULADORA
ganhcion coercitiva-alienante(1 2 3
REMUNERADOR remunerador-calculadora (5) 6
NORMATIVO 8 normativo-moral (9)
poder normativo en la cual ellos cumplen con ciertos ejercicios del poder mediante E
E
su convicción de que tal trabajo genere importantes compensaciones. 2
=
La tipología anterior tiene múltiples aplicaciones empíricas y gran acepta-
ción entre muchos investigadores (Etzioni, 1975; Mintzberg, 1992), no obstante no 3
b) Dichas bases no son universales sino que dependen de las situaciones que
tienen carácter dinámico. Además las personas actúan a través de otros
medios distintos a los recursos que poseen, de tal manera que existen
actores políticos que aunque no tengan recursos son sujetos de poder, tal
es el caso de los subordinados (Daudi, 1986).
c) Las organizaciones son sistemas entrelazados de relaciones de poder, por
lo que los cinco tipos de poder están interrelacionados. Así, el poder refe-
rente y el poder del experto se derivan de procesos de influencia y los de
carácter legítimo, coercitivo y remunerador surgen de una situación orga-
nizativa. Patchen (1974) plantea que en el modelo de French y Raven los
poderes de recompensa y coercitivo se definen en términos de recursos a
aplicar por los poseedores de poder y los poderes legítimo y referente en
función de las características y motivaciones de una persona.
Considercrciun~sbásicas sobre el poder 23
que una persona tiene poder si logra que se hagan cosas. El uso correcto y
-
exitoso del poder genera más poder, en términos de valores compartidos, m
0
E
recursos adicionales, más efectivos humanos, etc. Patchen (1974) sugiere
O
que la acción exitosa es una fuente de poder, especialmente en problemas
a los que nadie se ha enfrentado. n
E
a
1.2.4. Las fuentes del poder según Pfeffer
n
Pfeffer (1992) destaca tres fuentes de poder: la de tipo estructural, las caracterís-
ticas personales y el encaje entre los requerimientos situacionales y los rasgos per-
sonales. 3
O
es más importante que los atributos. Dicho autor relaciona las siguientes
características personales que posibilitan el mantenimiento y uso del
poder.
- Energía, permanencia y resistencia física que estimulan a otros a tra-
bajar más.
- La habilidad para centrar los esfuerzos.
- La sensibilidad para comprender a otros (siendo capaces de asumir el
rol de otros y visualizar el mundo desde su perspectiva). Implica tole-
rancia en la comprensión de los intereses de otros y la utilización de la
negociación en vez de usar en exceso el poder de posición.
- La tlexibilidad, especialmente en la elección de medios para alcanzar
unas metas determinadas.
- La voluntad de comprometerse en una confrontación cuando sea nece-
sario.
- La capacidad para sumergir el ego de uno, al menos temporalmente, y
conseguir así el apoyo y ayuda de otros. Las personas capaces de de-
sarrollar poder parecen tener la habilidad de cambiar el comporta-
miento según las necesidades del momento.
c) La adecuación entre los requerimientos situacionales y los rasgos perso-
nales. Una importante fuente de poder es la adecuación entre las destrezas
y capacidades y los requerimientos de una situación determinada. Así la
influencia de una unidad o individuo en una decisión es una función de:
a) la clase de incertidumbre a la que se enfrenta la organización, b) la
capacidad para reducir incertidumbre, y c) el grado en que una unidad
posee esta característica. Las principales investigaciones empíricas mues-
tran que el tipo de personas que influyen en una actividad depende en
gran parte de la naturaleza del proyecto o de la actividad a desarrollar.
Como hemos señalado anteriormente Pfeffer (1992) destaca como fuente
esencial de poder, la de carácter estructural. Afirma que el poder proviene de estar
en el lugar correcto.
Es aceptado, al menos intuitivamente, que estar en un grupo poderoso pro-
porciona más poder. Podemos hacernos la siguiente pregunta:iqué factores tienen
más importancia a la hora de medir la variación del poder e influencia de una uni-
dad? Destaquemos algunos:
La unidad organizativa. El consenso y la certidumbre del entorno y de la
tecnología pueden tener efectos positivos sobre el poder de un departa-
mento. La efectividad en la comunicación interna de una unidad reduce
los costes de coordinación y facilita la toma de decisiones conjunta y la
unidad de la organización. También los mensajes de unidad contribuyen a
mejorar la comunicación externa. Hickson et al. (1971) plantea que las
unidades que tienen la supervisión de áreas críticas llegan a ser poderosas
26 Antonio Murrero HernBnúez. Magdulena Custaño Trujillo p Leonardo Ronzero Quintero
En suma, podemos señalar que existen muchas fuentes de poder, pero con
una estructura de relaciones entre ellas. Al existir muchas fuentes es muy probable
que toda persona o unidad tenga una fuente determinada, siendo el centro de análi-
sis, no quién tiene el poder, sino quién tiene el grado de poder mayor y en qué se
emplea. El poder se incrementa por posición, recursos, tiempo y acciones.
1.3.1. Introducción
Como afirma Pfeffer: "Salvo que los objetivos y los criterios sean cornparti-
dos entre todos los participantes de la organización, el uso del poder y de la
influencia son inevitables en la toma de decisiones organizativas" (Pfeffer,
1977x239). La cuestión es sencillamente cuándo y cómo será usado el poder.
Excepto en circunstancias extraordinarias, el poder no se usa indiscriminadamente.
Como mínimo, el uso del poder emplea algunos de los recursos del poseedor de
poder (Pfeffer, 1977).
30 Antorrio Marrero Hert~ández,Magddenn Castc~ñoTrujillo y Lrorrardo Romero Quirrtero
Pfeffer (1977) ha sugerido tres condiciones que afectan al uso del poder: las
características del recurso, la discrecionalidad del tomador de la decisión y la incer-
tidumbre. Cuando en una organización se asignan recursos, la probabilidad del uso
de poder aumenta si los recursos implicados son escasos y críticos para la persona o
unidad (Salancik y Pfeffer, 1974). Si las presiones externas establecen cómo se
tomarán las decisiones, el uso interno del poder no tendrá mucho efecto sobre los
"resultados" (Pfeffer y Salancik, 1974). La probabilidad del uso de poder también
aumenta cuando existe incertidumbre en cuanto a los objetivos o a los medios para
lograrlos (Pfeffer, 1977). Predice que el poder se ejercerá cuando hay competencia
entre los individuos o unidades por los recursos escasos y críticos, particularmente
cuando los poseedores de poder tienen algo de discreción y existe incertidumbre
sobre los objetivos y10 los medios para lograr los objetivos.
Como la utilización de poder implica costes es conveniente ponderar las
posibilidades de éxito de una situación antes de su movilización. Esto incluye eva-
luar el poder percibido de las demás partes interesadas (Thibaut y Kelley, 1959).
Después de todo, las personas que usan el poder tienen que vivir con las conse-
cuencias. En la medida en que la situación es ganar-perder, los perdedores poten-
ciales pueden tomar represalias de muchas formas.
En resumen, las decisiones para usar el poder están basadas en muchos facto-
res como la importancia de la situación en cuestión, el poder relativo de las partes
implicadas, el grado con el que es probable que el uso del poder tenga efecto sobre
el resultado (discrecionalidad) y las consecuencias potenciales del uso de poder.
Las restricciones formales sobre el poder también son factores a considerar
(Wrong, 1968).
Con la diversidad de fuentes de poder y la gama de situaciones en las que se
puede usar el poder, no es sorprendente que las tácticas de poder específicas tam-
bién sean numerosas. Como señalaron Tedeschi y Bonoma (1 972:8-9):
"Centrurse en los medios por los que una persona puede influir en
otra es equivalente a examinar todos los tipos busicos de interacción
social que pueden tener lugar".
Kotter (1977) explicitó los métodos de influencia en un estudio clínico de 26
organizaciones. Clasificó las tácticas atendiendo a si implican influencia cara a cara
(directa) o indirecta. Concluyó que los directivos con éxito pueden (y lo hacen)
usar todos los métodos de influencia.
Cuanto más amplia es la base de poder, más tácticas están a disposición de
las personas. La elección de las tácticas también depende de la situación. Kotter
(1977) y Strauss (1962) observaron que el uso efectivo del poder era contingente
con la sensibilidad del usuario respecto a la situación particular, respecto a las elec-
ciones tácticas y respecto a las personas implicadas. La confianza en las tácticas
basadas en la autoridad formal, especialmente la coacción, se reserva para situacio-
nes en las que otros métodos hayan fracasado o en las que es esencial la sumisión
inmediata. En este sentido Kanter (1977) ha llegado a argumentar que recurrir a las
Consiúeruciories bdsicas .sobre el poder 31
normas es una táctica usada por los débiles. Las tácticas coactivas, aunque algunas
veces producen sumisión en el corto plazo, pueden reducir la satisfacción y la
sumisión futura de los destinatarios (French y Raven, 1959; Stogdill, 1974). Algu-
nas veces el uso de la autoridad no produce mejora de la performance. Estas conse-
cuencias negativas probablemente justifican los descubrimientos de que los directi-
vos infrecuentemente usan el poder coactivo (Patchen, 1974). Goodstadt y Kipnis
(1970) informan que es probable que se use el poder coactivo cuando se percibe
que una baja perfbrmance está causada por problemas de disciplina. Si la causa se
percibe como incompetencia, es más probable que el directivo utilice el poder basa-
do en la habilidad.
Cabe resumir señalando que las elecciones tácticas resultan de una interac-
ción compleja de fuerzas. La base de poder, la situación, el juicio y la personalidad,
todos son elementos importantes. Usando el control de los recursos del poseedor de
poder y sus intenciones Tedeschi, Schlenker y Bonoma (1973) postularon una tabla
de contingencia de cuatro celdillas para predecir la elección táctica (véase figura
1.2). Conforme a su modelo, un poseedor de poder con control directo de los recur-
sos valiosos, que intenta influir abiertamente, usará amenazas y promesas basadas
en esos recursos. Sin control de recursos pero con la misma intención, el poseedor
de poder recurrirá a tácticas persuasivas.
Figura 1.2
Clasificación de las tácticas de influencia
político, está asociado al ejercicio del poder, de tal manera que compartir --
un mismo lenguaje es una de las herramientas más poderosas para contro- 0
m
E
lar el comportamiento de otros con el objeto de conseguir influencia. La
importancia del lenguaje político se deriva de que las personas se juzgan O
por sus intenciones, por lo que están pretendiendo realizar. Por último n
g) En comparación con las otras bases de poder, el uso del poder del
experto por los líderes parece ser más aceptable para los seguidores y más
efectivo. Obtiene más rápidamente su conformidad y es menos probable que
provoque su resistencia (Podsakoff y Schriesheim, 1985a).
i) Los grupos con dos expertos obtienen información más exacta que
los de un único experto, pero los grupos con dos expertos están menos segu-
ros de su opinión (Torrance y Aliotti, 1965).
Dahl (1 957), después de destacar que nadie ha formulado una definición del
concepto de poder que pueda ser aplicada con rigurosidad para profundizar en este n
E
importante fenómeno social lo define en los siguientes términos: A tiene poder a
sobre B en la medida que A puede hacer que B haga algo que de otra manera no lo
n
haría. Para este autor comprender el concepto de poder exige determinar las fuentes n
Cambio en el comportamiento de B
Cambio en el comportamiento de A
eliminar en una situación de negociación porque sólo con las restricciones o reglas E
de la autoridad formal o con los pactos teóricos, ninguna organización puede fun- O
n
cionar realmente y ser capaz de adaptarse al entorno. Por ello expresa que las orga- -
m
nizaciones deben estudiarse a través del paso del reino de la moral al reino de la O
ción, las reglas no están claras sino en continua transformación y aquellas personas -
O
m
que utilicen la incertidumbre y las reglas en una determinada forma incrementan su E
poder (Crozier, 1964). O
Figura 2.1
Gráfica de control de Tannenbaum
Mucho -
Baitante-
Máa-
Algo-
Poco o ninguno-
Figura 2.2
Poder como cantidad fija y teoría de la dependencia
(-1
PODER DE NEGOClAClON 4 ) PODER DE NEGOClAClON
DE X DE Y'
(+) (+)
1
DUREZA DE X hN LAS
1
DUREZA DE Y ' EN LAS
CONCESIONES CONCESIONES
I
Fuente: Alcaide Castro ( 1 987: 307)
n
n
Las relaciones que aparecen entre el poder de negociación y la acción táctica
se basan en el hecho de que el poder de una parte se encuentra relacionado con la 3
O
dependencia de otra, o dicho de otra manera, un incremento de la dependencia de
un actor con respecto a su oponente disminuye su dureza. Mientras que en un juego
de suma cero es el poder de negociación propio el que determina la dureza de las
concesiones de un actor, en el caso de suma variable es el poder negociador del
oponente el que determina la dureza de las concesiones del primero.
La consideración del poder variable y su relación con la teoría de la depen-
dencia se recoge en la figura 2.3.
En relación a las tácticas punitivas, Bacharach y Lawler (1981) desarrollan la
teoría de la espiral del conflicto y la teoría de la disuasión. La teoría de la espiral
del conflicto señala que la acumulación de capacidad punitiva en una negociación
incrementa la probabilidad de las tácticas punitivas y el grado de respuesta a tales
tácticas.
El poder en la organización
Figura 2.3
Poder variable y teoría de la dependencia
(0)
Figura 2.4
Teoría de la espiral de conflicto
(+l
CAPACIDAD(
CAPACIDAD
PUNITIVA
) PUNITIVA
(+)
v
TACTlCAS DE(
¡+) v
TACTICAS DE
AMENAZAS ) AMENAZAS
(+l
(+)
)TACTiCAS DE( TACTICAS DE(
CAS l lGO b CASTIGO
(+l
Figura 2.5
Teoría de la disuasión
r ACTOR "X'
CAPACIDAD4
ACTOR "Y"
I
CAPA<
PUNlTlVA
TÁCTICAS DE TÁCTICAS DE
AMENAZAS AMENAZAS
CASTIGO CASTIGO
conflicto. 3
O
E
Los fundamentos de esta teoría descansan en las siguientes premisas O
(Heath, 1976): n
-
=
m
1 ) Los individuos tienen necesidades, valores y fines que no son explicados O
E
por teorías de carácter racional. E
2
E
2 ) Existe escasez de bienes y servicios que son demandados por las personas
o unidades, lo que posibilita las relaciones de intercambio y de poder. 3
3 ) Las personas seleccionan los medios más efectivos para satisfacer las -
metas sin conocer todas las alternativas disponibles ni los costes y benefi- m
0
E
cios de cada una. O
Hasta este momento todas las concepciones de poder lo analizan como una E
propiedad o una relación, por ello hemos considerado apropiado recoger la aporta- n
O
ción de Daudi (1986) que relaciona en la figura 2.6 una serie de autores que obser- -
m
O
van al poder desde estas perspectivas.
Figura 2.6
Definiciones de poder como relación y propiedad de un actor
Poder es la probabilidad que un actor tiene de llevar a cabo sus propios de-
seos, a pesar de la resistencia, independientemente de las bases en que esta
probabilidad descansa (Weber, 1947).
Poder es la habilidad de personas y grupos para imponer su deseo a otros a
pesar de la resistencia, por medio de la disuasión; bien en la forma de nega-
ción de las recompensas distribuidas o en la forma de sanciones, puesto que
tanto la primera como la segunda constituyen sanciones de efectos negativos
(Blau, 1964).
Poder es definido como la fuerza que genera un comportamiento que podría
no haber ocurrido si las fuerzas no hubieran estado presentes (Mechanic,
1962).
A tiene poder sobre B en la medida que puede obtener que B haga algo que
no lo haría de otra manera (Dahl, 1957).
Poder es la capacidad de una persona o grupo de personas para influir en el
comportamiento de otras, es decir para cambiar las posibilidades de que
otras respondan en ciertas formas a estímulos específicos (Kaplan, 1964).
Poder es fuerza latente, es la capacidad previa que hace que la aplicación de
la fuerza sea posible (Bierstedt, 1950).
1
Fuente: Daudi ( 1986: 186)
El poder en la organización 55
Figura 2.7
Fuentes que afectan al poder de una unidad
Sustituibilidad:
- Disponibilidad de alternativas
- Reemplazo del personal.
Centralidad:
- Penetración de flujo de trabajo.
- Urgencia del flujo de Trabajo.
E
Incertidumbre
La certeza sería un estado de la organización en el que todas las alternativas 3
ción en relación a situaciones que afectan a los inputs, procesos y outputs vitales n
para el funcionamiento efectivo de la organización de tal manera que las alternati- n
n
vas y sus resultados son impredecibles. La capacidad de una subunidad para luchar
3
y reducir la incertidumbre de otras unidades constituye una fuente de poder (Cro- O
(1962) señala que, manteniendo constantes otros factores, una persona difícil de
reemplazar tiene más poder que otra fácilmente sustituible. Asimismo Dubin
(1963) afirma que, para cualquier nivel dado de una organización, el poder de un
individuo es inversamente proporcional al número de personas capaces de desarro-
llar la misma función.
La estandarización de las tareas hace perder poder a los que las realizan. El
éxito del experto no es permanente y la racionalización de los procesos da a la tec-
noestructura poder, pero en cuanto un campo esté bien cubierto, apareciendo reglas
y programas, el poder del experto desaparece o se aminora. El nivel de estandariza-
ción de una subunidad podría ser considerado como un fuerte determinante del
poder, ya que la alta estandarización de las actividades limita el poder de una sub-
unidad al incrementar su sustituibilidad y reducir las áreas de incertidumbre.
Centralidad. La centralidad es el grado en que una unidad es interdepen-
diente. La división del trabajo entre subunidades crea un sistema interdependiente
en el que unas unidades son más centrales que otras. Los departamentos conectados
con los principales se considera que tienen más control sobre la tarea, más interac-
ción social o redes de comunicación y se considera que poseen más poder.
Hickson et al. (1971) sugieren dos dimensiones de la centralidad: penetra-
ción y urgencia.
La penetración es la medida en que las actividades de una subunidad están
unidas al flujo de trabajo de otra. Cuanto más interconectada está una subunidad
con otras, más acceso y control sobre los flujos tendrá en las redes de interacción
del sistema.
La urgencia se refiere a la velocidad con que las actividades de una subuni-
dad afectan a las actividades u outputs de otras subunidades. Su cese podría impedir
en mayor o menor grado el flujo de trabajo primario para la realización de las tareas.
En la figura 2.8 se recogen las relaciones entre incertidumbre, sustituibilidad
y poder.
Figura 2.8
Hipótesis de la teoría de contingencia de Hickson:
Relaciones de incertidumbre, sustituibilidad,
centralidad y poder
Hipótesis 1. Cuanto más lucha una subunidad contra la incertidumbre, mayor es
su poder dentro de la organización.
Hipótesis 2. Cuanto más baja es la sustituibilidad de las actividades de una
subunidad, mayor es su poder dentro de la organización.
Hipótesis 3a. Cuanto mayor es la penetración del flujo de trabajo de una uni-
dad, mayor es su grado de poder dentro de la organización.
Hipótesis 3b. Cuanto mayor es la urgencia del flujo de trabajo de una unidad,
mayor es su poder dentro de la organización.
Fuente: Adaptado de Hickson el al. (1971)
58 Antonio Marrero Hernúndez, Magdalena Castaño Trujillo y Leuncirdo Romero Quintero
Figura 2.9
Las dos rutas hacia el poder en las coaliciones internas
Poder
Entrar en un área
de mucha incenidumbre
Hacer frente a la
incenidumbre
ESurgente hacer frente
a la incertidumbre -m Poder
de que se obtengan los recursos en otras organizaciones significa que este plantea-
miento puede concebirse también como un modelo interorganizativo de dependen-
cia de los recursos. Lo importantes o escasos que sean estos recursos determina la
naturaleza y el grado de dependencia de la organización con respecto a las otras
unidades externas. En resumen, esta aproximación defiende que las organizaciones
tienen que estudiarse en relación con el resto de entidades con quienes compiten y
comparten recursos. Pfeffer (1987) destaca dos aspectos importantes: (a) el estudio
de las restricciones externas derivadas de la dependencia de los recursos, y (b) el
análisis de las acciones encaminadas a dirigir la dependencia de los recursos. Ana-
lizaremos con brevedad estos dos importantes aspectos.
a) Las restricciones externas impuestas por la dependencia de los recursos
El primer aspecto hace referencia a las restricciones con las que se
enfrentan las organizaciones a causa de la dependencia externa de los
recursos y sostiene que éstas reaccionarán frente a las otras organiza-
ciones o grupos del entorno que controlan los recursos importantes. En
otras palabras, la teoría de la dependencia de los recursos describe el
desarrollo del poder interorganizativo y postula que este poder afecta a
las actividades de la organización.
Pfeffer y Salancik (1978) sugieren que casi todas las organizaciones de un
entorno se enfrentan a muchas demandas de diversos actores sociales, y muchas de
ellas son incompatibles. En tal sentido, estos autores argumentaron que son tres los
factores que determinan la dependencia de una organización con respecto a otra
para un determinado recurso:
1. La importancia del recurso; es decir, la medida en que la organización lo
requiere para seguir subsistiendo.
2. La medida en que el grupo de interés externo tiene libertad para estable-
cer criterios de asignación y utilización del recurso.
3. El hecho de que el control del recurso esté concentrado en un reducido
número de grupos de interés.
Pfeffer y Salancik (1978) relacionaron diez condiciones que influían en el
nivel en que una organización determinada acataría las demandas externas (véase
figura 2.10).
No obstante, han sido pocos los estudios que han contrastado empíricamente
el conjunto de condiciones anteriormente citadas para explicar el grado en que una
organización acata las exigencias externas impuestas por aquellas otras que contro-
lan los recursos en el entorno donde opera (Pfeffer, 1972a).
62 Antonio Murrero Hernúndez, Mugdulenu Cu\tuño Trujillo y Leonurdo Romero Qurntero
Figura 2.10
Condiciones que influyen en la interdependencia
res. E
O
Un elemento clave del modelo de la dependencia de los recursos es la selec- n
ción estratégica (Child, 1972). Este concepto implica que se toma una decisión -den- -
-
m
O
tro de un conjunto de posibles alternativas- en relación a la estrategia que la organi- E
E
zación adoptará para relacionarse con su entorno. El modelo de la dependencia de 2
los recursos enfatiza la importancia de los acuerdos internos de poder en esta selec- -E
ción de alternativas relacionadas con la estrategia. Como afirman Hickson et al. 3
(197 l), las unidades organizativas que tienen mayor capacidad para tratar las restric- --
cienes, incertidumbre y contingencias del entorno son aquellas que obtienen el 0
m
E
mayor grado de poder dentro de la organización.
O
E
tos políticos relacionados con el proceso de toma de decisiones que pretende adap- a
tar la organización a las restricciones impuestas por el entorno. ,,
n
Describimos el modelo propuesto por Pfeffer (1987) (véase figura 2.1 1) para n
Figura 2.11
Modelo de adaptación de la organización
a las restricciones del entorno
-1 ENTORNO
(Restricciones. contingencias. incertidumbre) 1
I SELECCIÓN DE DIRECTIVOS
I
1 ACCIONES Y ESTRUCTURA DE LA ORGANIZACION
(Contenido de la decisión) 1
Fuente: Pfeffer ( 1 987: 173)
Figura 2.12
Trece tipos de juegos
Juego para vencer a los rivales Juego entre líneas jerárquicas y apoyo
Juego de rivalidad entre campos
maniobra para alcanzar una finalidad relacionada con unos deseos radica n
O
en la libertad ejercida a través de determinadas acciones. Las aspiraciones -
-
m
O
actúan como fuerzas propulsoras para realizar una serie de acciones ten- E
E
dentes a satisfacer unos intereses personales y a alcanzar un mayor grado 2
de autonomía y libertad. No es posible comprender los procesos sociales -E
sin observar que las relaciones de poder se ejercen a través de acciones 3
estratégicas no exentas de intereses individuales u organizativos de carác- --
ter competitivo y cooperativo. Las estructuras organizativas no son única- 0
m
mente regulaciones sistemáticas como observaron los clásicos, sino pro- E
Figura 3.1
Definiciones de política
TEÓRICO DE LA
DEFINICIONES
ORGANIZACI~N
Mayes y Allen (1977)
La política organizativa es la dirección de la influencia
para obtener fines no sancionados por la organización o
para obtener fines sancionados a través de medios de
influencias no sancionados.
Allen, Madison, Porter,
Renwick y Mayes (1979) La política organizativa implica actos de influencia
intencionados para mejorar o proteger los intereses pro-
pios de los individuos o grupos.
Quinn (1980)
El comportamiento político consiste en actividades lleva-
das a cabo principalmente para incrementar cl poder
referente o legítimo de un individuo o grupo. Alcanzar
un mayor poder político puede o no hacer que más per-
sonas dependan del director, pero da al ejecutivo una
mayor capacidad para influir en los eventos.
Pfeffer (198 1b)
La política organizativa implica aquellas actividades rea-
lizadas dentro de las organizaciones para adquirir, de-
sarrollar y utilizar el poder y otros recursos para obtener
los resultados preferidos por uno en una situación en la
que existe incertidumbre o conflicto acerca de las elec-
ciones.
Bacharach y Lawler (1981)
La política es el proceso por medio del cual los indivi-
duos o los gmpos de interés utilizan el poder para obte-
ner o retener el control de los recursos reales o simbóli-
cos.
Porter, Allen y Angle (1983)
El comportamiento político organizativo es definido
como: (1) Intentos de influencia social, (2) de carácter
discrecional (3) que son diseñados para promover o pro-
teger los intereses propios de individuos y grupos y (4)
que amenazan los intereses propios de otros entes.
Mintzberg (1992) Comportamiento de un individuo o grupo de individuos
que tiene naturaleza informal, con objetivos muy delimi-
tados, normalmente decisivo, y por encima de todo técni-
camente ilegítimo que no está sometido a la autoridad
formal ni a la ideología ni a la habilidad demostrada
(aunque pueda servirse de cualquiera de estos sistemas).
Alcaide Castro (1987) Aquellas actividades discrecionales emprendidas por los
actores organizativos relacionadas con la adquisición,
desarrollo y uso del poder para proteger o promover inte-
reses propios en una situación de conflicto con los inte-
reses de otro.
laboración Propia
Aspectos politicos de las organizaciones
Figura 3.2
Dimensiones de la política en la organización
Objetivo de la influencia
Medios de influencia
Sancionados por la organización No sancionados por la organización
Sancionados por la organización 1. Conducta en el trabajo. No política 11. Conducta política disfuncional
para la organización
Figura 3.3
Sentimientos de los directivos acerca de las políticas en el lugar de trabajo
Figura 3.4
Funciones organizativas y grados de poder
Cantidad de política
Área funcional organizativa
1 = muy baja; 5 = muy alta
Staff de marketing
Consejo de directores
Ventas
Staff de producción
Personal
Compras
Investigación y desarrollo
Contabilidad y finanzas
Producción
Tipo de decisión
Reorganizaciones 4,44
Cambio de personal 3,74
Asignaciones de presupuestos 3,56
Establecimiento de estándar de performance individual 2,39
Reglas y procedimientos 2,31
Figura 3.5
Nivel de política y tipos de decisiones
Decisiones Decisiones
Programables No programables
1
i
Predominio
f
Predominio
de la de la
Racionalidad Política
muchas veces existe más centralización que la que cabría inferir de la situación del
entorno y de la incertidumbre, como se refleja en la figura 3.6 casos a y b, donde se
observa un intento de hacer las organizaciones menos políticas.
Figura 3.6
*
simplificando laiinterdependenciai al tratar la incertidumbre mediante directivos replewnfmtes de las unidades
precio de near EUISOS holgados y10 la inversión en sistemas verticales
sacrificar la especialización de información
1 Aumento de la posibilidad de pro- 1
mover o proteger intereses propios
,*
Organiracionesmenos políticas
y menos efectivas
medida que las decisiones se toman. Porter et al. (1981) vinculan el inicio de los
procesos políticos a la ambigüedad presente en la organización. Pfeffer y Salancik
(1978) consideran que una de las condiciones que estimulan el uso del poder en la
toma de decisiones es la incertidumbre, de tal manera que, cuando los individuos
no están de acuerdo sobre lo que la organización debería hacer, el poder afectará a
la decisión.
Como Lindblom (1959) reconoce, la formulación de políticas no es un pro-
ceso ordenado y controlado, sino de carácter inconexo y confuso cuya complejidad
es reconocida por los propios políticos. En un trabajo posterior Braybrooke y Lind-
blom (1963) establecieron las bases del incrementalismo inconexo. Lindblom des-
cribió la formulación de políticas como un proceso por etapas, reactivo y fragmen-
tado. En este proceso las decisiones no se toman para explotar oportunidades sino "7
con la intención de resolver problemas. Los decisores pretenden evitar errores antes
que tratar de alcanzar algún objetivo y sus decisiones se realizan en sucesivas eta- E
Figura 3.7
Comparación entre el modelo racional y el de Lindblom
2a. La formulación de políticas se plantea por 2b. Puesto que los fines y los medios no son
tanto a través de un análisis fines-medios: Pri- diferentes, el análisis fines-medios a menudo es
meramente se aíslan los fines, y a continuación inadecuado o limitado.
se buscan los medios para alcanzarlos.
3a. La prueba de que una política es "buena" es 3b. La prueba de que una política es "buena" es nor-
que se puede demostrar que es el medio más malmente que varios analistas se encuentran directa-
apropiado para los fines deseados. mente de acuerdo con ella (sin su acuerdo de que es
el medio más apropiado para un objetivo acordado).
4a. El análisis es global; se toma en considera- 4b. El análisis se limita excesivamente:
ción todo factor relevante importante. i) Se abandonan posibles resultados
importantes.
ii) Se abandonan importantes políticas
alternativas potenciales.
iii) Se abandonan importantes valores afectados
E
do un compromiso impulsivo y psicológico con la estrategia, que hace que ésta
O
fluya hacia una irnplementación flexible. Integrar constantemente los procesos n
senso entre actores políticos no viene dado, debe ser desarrollado y promo- E
Figura 3.8
Características de los modelos de toma de decisión
Metas, preferencias Consistentes con los Razonablemente No claras, ambiguas. Consistente con los
actores sociales consistente Pueden ser construida: actores iociales.
expost al racionalizar ?consistente dentro d
las acciones a organización plura
Salancik, 1978), y en las diferencias en relación con su entorno (Child, 1972; Law-
3
rence y Lorsch, 1976). Las organizaciones serían consideradas como estructuras --
flexibles de intereses y demandas, que compiten por recursos y que generan con- m
0
logro de metas (Clegg, 1975; Abell, 1975; Daudi, 1986). Los procesos de decisión E
a
son de carácter sociopolítico, cuyo punto de partida es la existencia de un conjunto
n
de valores relativos a cómo las cosas deben ser y las acciones se dirigen a conciliar
valores e intereses de los individuos y grupos a través de la formación de coalicio-
3
nes, de la negociación y reformulación de metas. Las organizaciones serían, a la O
de unas medidas que permitan a las organizaciones analizar cómo el poder está dis-
tribuido en grupos o individuos dentro de la organización. El poder sería la capaci-
dad para obtener los objetivos de uno al enfrentarse con los objetivos en conflicto
de los otros teniendo en cuenta los resultados preferidos por el individuo a través de
su percepción de la situación y puede únicamente ser visible en situaciones conflic-
tivas.
Para dicho autor, las organizaciones serían estructuras de influencia y poder
y los procesos sólo se manifiestan en una pequeña proporción en las interacciones
cotidianas. La frecuencia con que aparecen varía de una organización a otra y
dependerá del grado de aceptación por los miembros de la organización de la
estructura de autoridad que restringe las relaciones de los miembros de la organiza-
ción. Necesitamos recurrir a una gran muestra de interacciones para extraer un sub-
conjunto en el que los procesos de poder e influencia operan, ya que puede haber
intercambios que sean simple transferencia de información.
¿Qué interacciones y procesos de poder nos interesan? Puede responderse a
ello examinando las características del subconjunto de interacciones de negociación
en términos del contenido y tipo de interacción, observando las interacciones que
implican decisiones. El conjunto de decisiones en las que el poder se manifiesta
puede ser identificado por un análisis de contenido de las actividades de la organi-
zación y la importancia subjetiva de cada decisión puede ser medida por una escala
de clasificación de la decisión para un individuo particular determinado.
La proporción relativa de las interacciones, dentro y fuera del grupo, es un
importante indicador del modelo de actividad empresarial en términos de actividad
política. El análisis de comportamiento en la toma de decisiones en las interaccio-
nes internas es relevante para identificar las congruencias y disparidades entre las
partes. Las interacciones internas descritas como situaciones de decisión constitu-
yen datas primarios ya que los procesos de negociación e influencia es probable
que se manifiesten en situaciones donde existe desacuerdo entre las partes respecto
a lo que debe ser la decisión.
Figura 3.9
Un modelo político del ciclo de vida
crecimiento
trol de los recursos para llevar a cabo los programas organizativos. El proceso de n
institucionalización sirve bien a la organización durante la etapa de madurez, pero E
puede restringir la habilidad de la organización para detectar las condiciones cam- a
biantes del entorno. La etapa 3 implica luchas de poder entre aquellos que quieren n
n
preservar el "status quo" y los que desean reorientar la estrategia de la empresa. En n
Figura 3.10
Etapas del desarrollo político organizativo
Figura 3.11
Tácticas políticas en cada etapa del ciclo de vida
Figura 3.12
El modelo revisado del desarrollo de las organizaciones
Organización
(Arena política: (Arena política:
confrontación y10 confrontación ylo
alianza inestable)
. / (Arena política:
confrontación y10
alianza inestable)
\
alianza inestable)
(Arena política:
confrontación ylo Arena
alianza inestable) Organización política
Arena política politizada
en forma de
confrontación *
Organización
política, se caracteriza por una situación de conflicto que trae como consecuencia
una politización. Ésta puede presentar las cuatro formas siguientes (Mintzberg,
1992):
- Una arena política con confrontación que se caracteriza por un conflicto
intenso, localizado y breve. Es la forma que toman las arenas políticas al
principio de su existencia.
-La alianza inestable que presenta un conflicto moderado, localizado y
persistente. Aparece después de un enfrentamiento o cuando ninguna de
las partes es capaz de dominar a las demás y todas están interesadas en la
supervivencia de la organización.
- Las organizaciones politizadas que manifiestan un conflicto moderado, "7
remos brevemente:
2
E
tro de la organización o para cambiar la configuración de poder. El conflicto, si es
O
interno, puede desarrollarse por toda la organización si se extiende con rapidez por
todo el sistema de poder, de tal manera que un sistema de confrontación se convier- n
te en una arena política. El resultado más probable sería la plena resolución con el E
a
rápido crecimiento del conflicto y la pronta victoria de uno u otro bando.
n
n
La politización de las organizaciones puede dar lugar a uno de los cinco
ciclos (Mintzberg, 1992520): 3
O
Ciclo vital 1: Estallido. El desafío al orden establecido da lugar a una
arena política en forma de confrontación, la cual llega a una solución de
sus conflictos con el triunfo o bien de los agentes que desafiaban al poder
establecido o de los representantes de ese poder.
Ciclo vital 2: Punto muerto. El desafío da lugar a una arena política en
forma de confrontación, que queda en un punto muerto, sin que ninguno
de los bandos ceda en sus pretensiones y con todos ellos dependiendo de
la supervivencia de la organización.
Ciclo vital 3: La politización gradual. La existencia de múltiples desafíos
en el seno de las dos coaliciones y en sus relaciones una con otra, combi-
nada con el colapso paulatino de poder legítimo, da lugar a una organiza-
ción politizada, que a largo plazo desaparecerá si no encuentra bases de
apoyo que no sean artificiales.
Aspectos politicos de lus organizuciones 95
E
vas de recursos de estos últimos (Bacharach y Lawler, 1980). Diversos trabajos O
empíricos muestran que la formación de coaliciones es una de las tácticas más usa- -
-
n
m
das para adquirir poder sobre otros, mejores contribuciones y cambios organizati- O
E
vos. E
2
El concepto de coalición surge como una reacción a los postulados clásicos -E
de que las organizaciones tienen objetivos definidos. Cyert y March (1963) introdu-
cen el concepto de coalición argumentando que las diferentes partes de una organi- 3
zación pueden tener objetivos en contlicto, y que las organizaciones para el logro --
0
m
de dichos objetivos pueden actuar de una forma secuencia]. Thompson (1967) E
acuña el concepto de coalición dominante mostrando cómo las incertidumbres pro- O
establezcan las delimitaciones precisas con los grupos de interés y grupos informa-
3
les, Stevenson et ul. (1985) caracterizan a una coalición en función de los siguien- O
tes rasgos:
a) Son grupos de interacción. Las coaliciones están formadas por individuos
que entran en comunicación mutua para afrontar problemas y determina-
das acciones.
b) Son grupos deliberadamente construidos. Son explícitamente diseñadas
por sus miembros para alcanzar unas metas específicas.
c) Son independientes de la estructura formal de la organización. Las coali-
ciones son independientes de los grupos articulados formalmente, tales
como departamentos, grupos de trabajo específicos, etc. Ello no quiere
decir que no pueda haber coincidencia con el diseño formal de la organi-
zación.
d) Carencia de estructura interna formal. No tienen estructura formal interna
lo que implica que carecen de una importante fuente de estabilidad y per-
100 Antonio Marrero Hernández, Magdalena Castaño Trujillo y Leonardo Romero Quintero
Figura 4.1
Gmpo de interacción X X
Deliberadamente construido X X
Independiente de la organización foimal X X X
Carente de estructura formal interna X X
Mutua percepción de pertenencia X X X
Onenado hacia problemas X X X
Centro externo X X X
Acción concertada X X
Fuente: Alcaide Castro (1987: 236)
Las coaliciones como mecanismos de ejercicio del poder 101
Dominada 4 ) Burocrática
1 ) Profesional
Dividida ( ) Politizada
A continuación exponemos las configuraciones de poder más frecuentes y
las menos naturales según el esquema recogido en la figura 4.2.
Figura 4.2
externa o en ambas a la vez. Esta figura se distingue por una ausencia de concentra-
ción de poder en manos de los individuos o grupos. El poder se encuentra en un
determinado número de detentadores, variando según las características de la arena
política. Cuando el conflicto afecta tanto a las coaliciones externas como internas
se está ante la arena política completa, que no puede mantenerse a largo plazo.
Estas tipologías encajan con las configuraciones organizativas de Mintzberg
de la siguiente manera: la estructura simple se corresponde con la autocracia; la
burocrática puede tomar las formas instrumental y sistema cerrado, según sea con-
trolada del exterior o autónoma. La burocracia profesional se corresponde con la
meritocracia. La arena política puede considerarse como un híbrido.
Para un análisis sobre los grupos de poder interno conviene distinguir, como
hemos visto, entre las coaliciones externas e internas.
Dentro de las coaliciones externas, una primera categoría la integran aquellas
que tienen con la organización una relación más estrecha y continua (suministrado-
res, competidores, consumidores). El segundo grupo recoge aquellas coaliciones
externas que se relacionan de una manera indirecta, no continua, con la organiza-
ción (véase figura 4.3).
Un proceso de análisis requiere la identificación de los individuos o grupos a
integrar en cada una de las categorías genéricas, la delimitación de los intereses y
objetivos que mueven una organización a relacionarse con los grupos de interés y a
la inversa. El logro de dichos objetivos está relacionado directamente con el poder
que ostenta cada grupo por lo que un aspecto importante consiste en identificar las
fuentes de poder de cada grupo de interés y su comportamiento desde el punto de
vista de su potencial cooperativo y amenaza competitiva para alcanzar los objetivos
de la organización (Freeman, 1984).
En lo que se refiere a la coalición interna, Mintzberg (1992) distingue entre:
el ápice estratégico, los cuadros medios, el núcleo operacional, la tecnoestructura y
el personal de apoyo logístico (especializado o no).
Para comprender la conducta organizativa es necesario observar la dinámica
y las relaciones existentes entre las partes que la componen partiendo de la base de
que la distribución de poder en la organización no es fija y estable. Por ello nos
centraremos especialmente en los apartados siguientes en las partes de la organiza-
ción: los directivos, tecnoestructura y los trabajadores.
A pesar de la importancia del trabajo de la dirección para un sistema social,
su estudio se ha concentrado tradicionalmente en la descripción de las funciones
desarrolladas. Todavía está vigente en gran parte la propuesta de Fayol de que el
directivo planifica, motiva, dirige y controla. Esta situación regresiva se debe tanto
a la escasez de estudios empíricos como a la inexistencia de un esquema conceptual
Las coaliciones como mecanismos de ejercicio del poder 109
claro. Entre los escasos estudios empíricos existentes todos están de acuerdo en esta
escueta conclusión: los directivos emplean la mayor parte de su tiempo comprome-
tidos en actividades de índole interpersonal, en las que no se ha profundizado con
objeto de detectar sus implicaciones políticas.
Figura 4.3
Competidores actuales
Cuya actuación influye de Competidores futuros
forma permanente y directa Suministradores
sobre la actividad Consumidores
organizacional
Canales de distribución
Gobierno
Gmpos
externos Sindicatos
Cuya actuación influye de
Partidos políticos
forma periódica y a veces Universidad
indirecta sobre la actividad Asociaciones de consumidores
organizacional Asociaciones comerciales e industriales
Movimientos ecologistas
Bandas armadas ilegales
Medios de comunicación
etc
Desde esta perspectiva para Kotter (1977) el poder es una parte importante
de los procesos de dirección porque las actividades de un directivo dependen en
mayor o menor grado de los superiores, subordinados, iguales y de los agentes
externos debido a las necesidades impuestas por la división del trabajo y la escasez
de recursos. La división del trabajo hace depender a los directivos de la informa-
ción, del personal y10 recursos materiales y de los agentes externos para el desarro-
llo de la organización. Es más, a medida que una persona gana más autoridad for-
mal en una organización su área de vulnerabilidad o dependencia se incrementa.
Podemos, pues, afirmar que dirigir sólo a través del control no es conveniente ya
que, por una parte, se es dependiente en algún grado de algunas personas sobre las
que no se tiene autoridad formal y, por otra, en las modernas organizaciones la
aceptación de órdenes no es pasiva. Para luchar contra dicha dependencia los direc-
tivos utilizan y fomentan cuatro mecanismos (Kotter, 1977).
l o Sentido de la obligación. Cuando los directivos son exitosos los subordi-
nados admiten, hasta cierto límite, la influencia de éstos.
2" Creencia en los conocimientos del directivo. La reputación como exper-
to es una fuente de poder que se manifiesta a través de los logros visibles. Cuanto
mayores y más visibles sean esos logros, más poder tiende a desarrollar el directi-
3" Identificación con un directivo. En la medida que los subordinados se
identifican con los superiores, éstos ganan poder. Una persona estará más de acuer-
do -consciente o insconcientemente- con un directivo ideal. Además, los directivos,
con objeto de propiciar el ejercicio del poder, se comportan como los niveles infe-
riores esperan.
4" Dependencia percibida de un directivo. Cuanto más perciben los subor-
dinados que son dependientes, más inclinados estarán a cooperar con los directivos.
La dependencia percibida se genera básicamente a través de dos formas:
a) La necesidad de recursos imprescindibles para desarrollar sus tareas. Los
directivos realizan en la prhctica cotidiana acciones para que los demás
perciban que tienen recursos y que los pueden utilizar en un sentido favo-
rable o no a los intereses de los subordinados.
b) Influencia sobre las percepciones que se tengan sobre los recursos. En
situaciones donde no se interactúa directamente con todos los empleados,
el directivo puede verse obligado a intluir en los juicios de los niveles
jerárquicos inferiores y generar más poder que el que generalmente se
desprende de esos recursos. Son actuaciones que se realizan a través de
símbolos de poder que posibilitan la asociación sicológica con los pode-
rosos.
El poder se ejerce a través de tácticas directas e indirectas (Kotter, 1977).
Desarrollaremos cada una de ellas:
a) Los métodos directos de influencia
La ventaja principal del ejercicio directo del poder es la rapidez. Si existe el
poder y los directivos comprenden correctamente la naturaleza y fuerza de éste, se
puede influir en otras personan a través de peticiones u órdenes sencillas. Cada uno
de los cuatro tipos de poder reseñados anteriormente tiene ventajas e inconvenien-
tes. El poder basado en los conocimientos o en la identificación puede ser usado
frecuentemente para influir en las actitudes y en los comportamientos inmediatos y
tener un impacto duradero. Es difícil modificar actitudes utilizando un poder basa-
do en las dependencias percibidas, pero si se hace. tiene la ventaja de ser capaz de
alterar el comportan~ientocon un mayor alcance que los otros métodos. Los incon-
venientes asociados con el uso del poder basado en la dependencia percibida son
importantes porque los intentos de influencia basados en este mecanismo pueden
estimular a la otra persona a intentar ganar algo de poder y a propiciar la represalia.
Finalmente destacar que los directivos exitosos utilizan una combinación de los
diferentes métodos (véase figura 4.4).
112 Antonio Marrero Hernández, Magdalena Castaño Trujillo y Leonardo Romero Quintero
Figura 4.4
Métodos directos de influencias
DIRECTOS
Ejercicio de poder basada Si la petición está fuera de
en la obligación la zona aceptable,
fracasará. Si está muy
la luz de su obligación fuera puede verse c o m o
ilegítimo
Ejercicio de poder basado Si la petición está fuera de
en el conocimiento la zona aceptable,
percibido fracasará. S i está muy
fuera puede verse c o m o
ilegítimo
Ejercicio del poder basado Actitudes y Rápido, no requiere desem- Restringido a intentos de
en la identificación con el comportamientos que no bolsos de recursos influencia que no estén en
directivo están en conflicto con las tangibles conflicto con las ideas en
ideas en la5 que se basa la las que Fe basa la
identificación identificación
Ejercicio del poder basado Amplio intervalo de Rápido, puede utilizarse Intentos de influencia
en la dependencia comportamiento que puede cuando lo$ otros métodos repetida estimulan al otro a
percibida ser superviqado fracasan ganar poder sobre el
influenciador
Ejercicio coercitivo de Amplio intervalo de Rápido, puede utilirarse Invitan a la represalia, muy
poder basado en la componamiento que puede cuando los otros métodos amesgado
deoendencia oercibida ser fácilmente supervisado fracasan
Uso de persuasión Intervalo muy amplio Puede producir motivación Puede consumir mucho
de actitudes y intema11z:ada que no tiempo. Requiere que las
comportamientos requiere supervisión. No otras personas escuchen
requiere poder o
desembolso de recursos
materiale$ escasos
Combinación de métodos Depende de la combinación Puede ser más potente y Más coste que si se usa un
anteriores exacta menos a m e ~ g a d oque un método simple
método simple
Figura 4.5
Métodos de influencia indirectos
E
logrados a través del poder que se basa en la dependencia de recursos. En suma, O
afirma que los directivos tienen poca influencia sobre los resultados sustantivos, -
n
=
manipulan la interpretación de las personas para que comprendan lo que hace la m
O
E
organización y racionalizan los resultados sustantivos después de que son alcanza- £
Figura 4.6 3
Figura 4.7
DIMENSI~N
:
V>
INTEGRADORA
W
C
z
8a :
u m
P -
Z
S
u u
U b
2
2
+ 4
b
vi
W
n
o
4
d
u
-
sobre el poder.
La investigación empírica realizada por Roberts (1986) muestra que los O
n
directivos y subordinados utilizan tanto el poder cooperativo y competitivo y que =
m
las predicciones sobre que los directivos de las organizaciones tipo Z ejercen el E
O
nización tipo Z señalaron que utilizan un estilo directivo menos consensuado con
3
sus jefes y sus subordinados más frecuentemente que los directivos de la organiza-
ciones tipo A. Los directivos en las organizaciones tipo A afirmaron que sus subor- -
e
m
dinados utilizan un estilo consensuado más frecuentemente que los directivos de la E
competitivo en la organización del tipo Z es más probable que fluyera hacia arriba
que hacia abajo en la jerarquía. A la inversa, en las organizaciones del tipo A, los 3
O
subordinados pueden optar por actuar más cooperativamente con sus superiores
para contrarrestar la conducta más directiva de sus jefes.
Mientras las relaciones entre los consejeros internos y la alta dirección ponen
el énfasis en el control estratégico, las relaciones con los consejeros externos inde-
pendientes se basan en el control financiero. Puede presumirse que cuando la elec-
ción de los métodos de evaluación dependa de los consejeros externos independien-
tos, la alta dirección sea recompensada en base a criterios de performance
financiera. A la inversa, cuando la elección de los métodos de evaluación está en
manos de los consejeros internos, ocurre que la alta dirección será recompensada
en base a una evaluación de la calidad del proceso que conduce a los resultados
financieros. Los consejos dominados por externos ponen el énfasis en los controles
financieros para la evaluación y recompensas de la alta dirección, incrementando la
intensidad del esfuerzo directivo en términos de maximización de los beneficios a
corto plazo.
Hill y Snell (1988) mostraron que la mayor representación externa estaba
asociada con un mayor ámbito de diversificación y con una menor concentración
de actividades diversificadas en áreas relacionadas.
Los controles estratégicos son congruentes con el dominio del desembolso
de I+D como un factor crítico para el éxito. El descubrimiento de Hill y Snell
(1988) de que la intensidad de I+D está reducida en las empresas en las que los
externos dominan el proceso de control de decisiones es consistente con este plan-
teamiento. Al dar más importancia a los controles financieros, los consejos domina-
dos por externos estarán vinculados con un menor énfasis en la investigación y el
desarrollo y al intensificar los controles estratégicos, los consejos controlados por
internos estarán asociados con un mayor énfasis en,la investigación y el desarrollo.
Los cambios en la composición del consejo hacia el dominio de externos
también han tenido lugar durante un período de crecientes niveles de diversifica-
ción (Porter, 1987; Rumelt, 1974-1982). Algunos han sugerido que las preferencias
de los directivos por la diversificación no relacionada reflejan los esfuerzos de la
alta dirección en la creación de imperios (Marris, 1964) o su deseo de sacrificar la
rentabilidad del accionista por la seguridad personal.
En la evidencia empírica relativa a las relaciones dirección-consejo, Pearce y
Zahra (1991) distinguen cuatro tipos de consejos (vigilante, estatutario, proactivo y
participativo) conformados por cuatro atributos: composición, características, pro-
cesos y estilo de dirección. Con esta tipología pretenden contrastar empíricamente
el poder relativo del Director General y del Consejo, examinar las diferencias en
cuanto eficacia entre los cuatro modelos y analizar las diferencias en los atributos
del Consejo (composición, características, procesos y estilos de dirección). La com-
posición se refiere al tamaño del consejo, a la representación de ciertas clases de
directores (minorías) y el número de directores externos. Las características se rela-
cionan con los atributos que distinguen a los Consejos como grupo: independencia
del directivo de la alta dirección, competencia, pericia, dedicación e implicación en
la tarea. El proceso se refiere a los procedimientos internos del consejo. El estilo de
dirección se concreta en los métodos utilizados en el proceso de toma de decisio-
nes. En cuanto a las características de los consejos, recogidas en la figura 4.8, éstas
son:
La&roaliciones como mecani~mosde ejercicio del poder
Figura 4.8
Tipos de consejos
Figura 4.9
Hipótesis 1: La performance, más que la escala, será el determinante más importante del
nivel de compensación para todos los componentes de la remuneración de ejecutivos en
empresas controladas por propietarios.
Hipótesis 2: La performance, más que la escala, será el predictor más importante de los
cambios en todos los componentes de la compensación de ejecutivos en empresas con-
troladas por propietarios.
Hipótesis 3: La escala, más que la performance, será el determinante más importante del
nivel de compensación para todos los componentes de la compensación de ejecutivos en
empresas controladas por dirección.
Hipótesis 4: La escala, más que la performance, será el predictor más importante de los
cambios en todos los componentes de la compensación de ejecutivos en empresas con-
troladas por dirección.
Hipótesis 5a: Las primas y los ingresos a largo plazo tendrán una mayor proporción en
la compensación total del director general en las empresas controladas por propietarios
que en las empresas controladas por dirección.
Hipótesis 5b: Las primas y los ingresos a largo plazo como proporciones de la compen-
sación total del director general estarán más relacionadas con la performance en las
empresas controladas por propietrios que en las empresas controladas por dirección.
Fuente: Gómez Mejía, Tosi y Hinkin (1987)
122 Antonio Mnrrero Hernández, Magdalena Castaño Trujillo .y Leonardo Romero Quintero
E
mente con el fin de atraer y retener directivos (Roberts, 1959). O
n
4.4. LA TECNOESTRUCTURA
Clientela o mercado
- Elección de clientes según estratificación social.
E
Perspectiva económica: La participación de los trabajadores en las decisio- a
nes directivas mejora su productividad y es una forma de luchar con flexibilidad en n
un contexto cambiante, al permitir la descentralización y la participación en la toma n
de decisiones.
3
O
Perspectiva social. El trabajo es un fenómeno psicológico y social. Todos
los hombres luchan por la auto-realización y la auto-determinación. Los oponentes
a la participación señalan que donde existe codeterminación, ésta no ha contribuido
a la integración de los trabajadores, ni ha mejorado la dignidad del trabajo y que
solamente existe una minoría interesada en la codeterminación.
Perspectiva política. Las organizaciones son entidades políticas que necesi-
tan control democrático. La democracia social no se consigue únicamente con la
democratización política, los ciudadanos no pueden estar en contacto diario con
estructuras autoritarias. Los oponentes dicen que la codeterminación no aumenta la
democracia sino, en todo caso, el colectivismo o fórmulas de interesamiento en
cuestiones concretas.
En suma, su justificación se encuentra en la contradicción entre la democra-
cia social y las características de dominio de la dirección empresarial, al menos en
Las coaliciones como mecunismos de ejercicio del poder 125
sus etapas iniciales. Los procesos políticos y sociales no encajan con la persistencia
de estructuras autoritarias en el plano económico.
En cuanto a los requisitos de la participación destacaremos dos:
a) Los miembros de una organización deben estar motivados para participar.
Los trabajos realizados en países como Holanda, en la antigua Yugosla-
via, etc. sugieren que tales motivaciones son limitadas aún en los conse-
jos de trabajadores. Las preferencias de los trabajadores acerca de la par-
ticipación no han sido suficientemente investigadas, por lo que es
necesario tener en cuenta sus demandas de implicación en las decisiones
de la empresa.
b) Las diferencias de conocimientos no deben ser demasiado grandes. Los
estudios empíricos muestran que la participación conduce a una mayor
influencia de los más poderosos sobre los menos cuando se tiene un con-
siderable poder basado en los conocimientos.
Las investigaciones empíricas son concluyentes al hacer notar que las
diferencias de poder entre los directivos y los especialistas, por un lado, y
los trabajadores por otro, no decrecen con la participación. Se ha compro-
bado la existencia de insuficientes conocimientos en los miembros no
especialistas de los consejos de trabajadores yugoslavos, inadecuada
motivación para responder y participar en importantes problemas y creci-
miento de una élite de poder formada por los más competentes y respon-
sables. En Holanda las investigaciones mostraron que los miembros del
consejo de trabajadores no estaban motivados para participar en la toma
de decisiones; se quejaban de que no tenían suficiente habilidad, estaban
más preocupados con sus áreas de interés personal que con la política o
problemas organizativos y no querían participación que implicara la prác-
tica de la codecisión.
La participación desde una visión jurídica significa la introducción de meca-
nismos de integración y control de los trabajadores. Dicha participación no es posi-
ble estudiarla fuera del contexto de las condiciones históricas, sociales, culturales,
económicas y políticas de cada país y presenta tres formas principales: participa-
ción en beneficios, en la propiedad y en las decisiones y gestión empresarial.
La participación en beneficios se remonta al siglo XIX en EEUU, Francia e
Inglaterra. Tiende a resolver la lucha entre capital y trabajo. Los beneficios se con-
ciben como la obra conjunta que supone la concurrencia del capital, de la dirección
del empresario y del trabajo, y no afecta al carácter intrínseco de la relación laboral.
126 Antonio Marrero Hernández, Magdalenu Ctr.stur?o Trujillo y Leonardo Romero Quintero
Ventajas Inconvenientes
E
inversiones derivadas de la capitalización de los beneficios y propiciar el ahorro. O
Figura 4.10
Tipología actual de empresas según el sistema de propiedad y control
PROPIEDAD OBRERA
Baja Alta
son la situación económica general, los niveles de paro, la demanda del producto
elaborado en la empresa, la situacidn del mercado, la competitividad existente, etc.
Figura 4.11
Etapas del proceso de delegación
Recompensa /
Contingencia
basada en la
competencia
Enriquecimien-
to del trabajo
1 Eliminar 1
l
condiciones
relacionadas en
- la etapa 1
Figura 4.12
Factores de contexto que conducen a la reducción potencial
de la creencia en la eficacia propia
Factores organizativos
- Cambios/transiciones organizativas significativas.
- Puesta en marcha de nuevos negocios.
- Presiones competitivas.
- Clima burocrático impersonal.
- Malos sistemas de comunicacioneslde formación de redes.
- Recursos organizativos altamente centralizados.
Estilo de supervisión
- Autoritario(alto control).
- Negativismo (énfasis en los fracasos)
- Falta de motivo para la acción/consecuencias.
Sistemas de recompensas
- No contingentes (recompensas asignadas arbitrariamente).
- Bajo valor de incentivos de las recompensas.
- Falta de recompensas basadas en la competencia.
- Falta de recompensas basadas en la innovación.
cepción para satisfacer sus deseos. Psicológicamente es poco probable que los
miembros débiles perciban violaciones objetivas de la equidad, ya que la distribu-
ción que favorece a la parte más fuerte, es considerada como justa y si la parte más
débil desarrolla un sentido de no equidad, la más fuerte está en una posición favo-
rable para proporcionar justificación de los resultados, que en otra situación po-
drían aparecer como injustos. De esta manera, en las relaciones de poder diferen-
ciadas, la parte más débil es difícil que desarrolle un sentido de la injusticia, y su
motivación para la acción está lastrada por una situación social adversa y una baja
autoestima. Esta forma de comportamiento no dirigido refleja frustración y resenti-
miento, pero no va deliberadamente a crear conflicto en contra de los intereses de
otros. Refleja un bajo nivel de compromiso más que un intento de modificar los
resultados dentro de la relación.
Figura 4.13
Relaciones entre poder, principios distributivos y conflicto
Figura 4.14
Hipótesis del modelo Kabanoff
1". En las organizaciones existen intercambios. La naturaleza de los intercambios está relaciona-
da con el relativo énfasis que la organización pone en la cohesión y en las metas de producti-
vidad. Este énfasis está relacionado con la estructura de poder y los principios distributivos
elegidos
2". A medida que las diferencias de poder se incrementan, la orientación psicológica de ambas
partes tiende a reflejar una mayor, aunque no necesariamente igual, aceptación de la equidad.
En relaciones muy diferenciadas. la equidad es el principio distributivo correcto para todos
los miembros.
3". A medida que la diferencia de poder se incrementa, existe menos probabilidad de que la parte
más débil perciba la distribución como no equitativa, favoreciendo así a la parte más podero-
sa. Las relaciones de poder diferenciadas son menos sensibles a las violaciones de equidad.
4". A medida que la diferenciación de poder disniinuye, el potencial de conflicto basado en la
equidad se incrementa. Cuanto más pequeña son las diferencias de poder entre las partes, más
probable es que la parte más débil intente reducir estas diferencias -intentando igualar el
poder- (Mulder, 1977).
5". A medida que la diferenciación de poder se incrementa, se produce un potencial mayor de
conflicto no dirigido basado en la disminución de la integración social y en la pérdida de
cohesión.
6". En una relación caracterizada por escasas diferencias de poder existe una tendencia hacia
altos niveles de conflictos abiertos distributivos y de cohesión social. Las personas en grupos
igualmente tratados sentían, en general, menos hostilidad y más libertad para expresarse
(Sampson, 1969:252).
Fuente: Kabanoff ( 1 99 1)
136 Antonio Marrero Hernández, Magdalena Castaño Trujillo y Leonardo Romero Quintero
Figura 4.15
Una tipología de formas organización-estrategia
basada en las dimensiones estructura-proceso
Desigual Igual
Desigual
Orientación al
líder
4
El proceso compensa la estructura El proceso refuerza la estructura
a través del tiempo, entonces la distribución del poder departamental variará. Kim-
berly afirma que las configuraciones organizativas están influidas por los factores
de contingencias presentes en el momento de la creación de las organizaciones. A
su vez, Schein sugiere que las organizaciones nuevas no son sólo reflejo del entor-
no sino que tienen también la impronta del líder fundador. El empresario empren-
dedor es el más influyente actor en las prioridades de la organización y en la crea-
ción de sus estructuras. Existe una fuerte tendencia del empresario que crea la
empresa a insuflar su espíritu, su experiencia -en términos de Kimberly- a la hora
de configurar la estructura organizativa. Las características de las organizaciones
existentes son el resultado de las rutinas establecidas al principio de su desarrollo y
la inercia limita las principales modificaciones. El establecimiento por el fundador
de actividades funcionales específicas -no todas son vistas como igualmente impor-
tantes- refleja no solamente las contingencias del entorno frente a la organización,
sino también la habilidad del empresario para construir una definición de la organi-
zación y sus relaciones con el entorno. En esta misma línea, Freeman resalta que
cuando aparecen las nuevas organizaciones, los empresarios buscan modelos basa-
dos en su experiencia pasada para evitar la tarea de reinventar.
Los cambios importantes en las condiciones legales, competencia, tecnolo-
gía, etc., del entorno pueden afectar a la mayor o menor eficiencia de los modelos
organizativos. Stinchcombe se centró en la hipótesis de que los cambios del entor-
no en una industria están correlacionados con la edad. Las organizaciones más
jóvenes mostrarían menos cambios en su modelo que las antiguas, bajo la hipótesis
que la performance organizativa de las más recientes no sea deficiente. Puede ser
díficil para una organización desviarse de su modelo funcional en sus primeros
años ya que generalmente existe un consenso sobre las características de la organi-
zación que comienza. Otros autores, al contrario, asumen que cuando la organiza-
ción es mucho más antigua puede incrementarse el grado de inercia y el cambio
puede ser limitado (Hannan y Freeman, 1984). No obstante, otros factores además
del entorno aparecen como importantes. Así, la duración de un modelo organizati-
vo es función de la performance, de la edad y de la permanencia en la empresa del
fundador. La edad organizativa, en concreto, es un factor importante. Así, las orga-
nizaciones más antiguas ofrecen una mayor capacidad de desviarse de los objetivos
del fundador.
Consistente con los resultados de Stinchcombe (1965) y Kimberly (1975),
Boeker (1 989) mostró que los modelos que dan importancia a determinadas funcio-
nes surgieron en períodos específicos como resultado de las condiciones del entor-
no existente en esos períodos, concediendo preponderancia a determinadas funcio-
nes en base a su anterior experiencia. La importancia de las funciones corrientes en
la organización puede ser vista como un producto de modelos establecidos en el
pasado y que llegan a estar institucionalizados. En suma, el poder de una subunidad
surge como producto de las condiciones del entorno y de la interpretación de los
fundadores de esas condiciones.
Una posición determinista del entorno es la reflejada por Aiken y Bacharach
(1985) que configuran el poder del entorno de esta manera: las organizaciones
Las manfestaciones de poder en las organizaciones 143
reflejan el entorno donde operan y esto es diferente a considerar que las organiza-
ciones se adaptan al entorno. Estudiando el sector público belga intentaron argu-
mentar que, cuanto mayor es la fragmentación, politización y diversidad del entor-
no de la burocracia gubernamental, más alta es la probabilidad de que ésta refleje
fragmentación, politización y diversidad. Presumieron que a mayor tamaño de la
población de la ciudad en la que una burocracia gubernamental local está localiza-
da, menor es el consenso en la toma de decisiones y ello es así porque en las ciuda-
des más grandes una variedad de grupos de intereses surgen reflejando prioridades
diferentes y originando desacuerdos en cuanto a quién posee la autoridad para
tomar la decisión final. En tales ciudades existe una mayor probabilidad de que un
mayor número de actores realicen diferentes demandas, para las que no existen
recursos disponibles, y aparecen las coaliciones y las negociaciones para obtener
una mejor distribución de recursos. Una coalición es, en último término, la institu-
cionalización de una diversidad de intereses. Asimismo, la rivalidad política dentro
de una ciudad es probable que sea reflejada en la diversidad de intereses políticos
presentes en la burocracia. La fragmentación en la estructura administrativa desin-
centiva el grado de consenso en la toma de decisiones. Cuando el control político
de la burocracia local está administrativamente fragmentado, podemos esperar que
el personal en la burocracia difícilmente alcance el consenso en relación a quién
tiene la autoridad para tomar la decisión final sobre determinadas cuestiones. Las
organizaciones cerradas tienen mayor probabilidad de actuar consensuadamente
debido a que ellas tienen que cubrir una mínima diversidad e incertidumbre. Las
organizaciones que son influidas por su entorno serán más fluidas. De esta manera
se puede esperar que bajo condiciones de alta permeabilidad habrá menos consenso
sobre quién tiene la autoridad para tomar las decisiones finales sobre determinados
asuntos.
Un modelo que recoge las influencias del entorno en las estrategias, estructu-
ras, decisiones y resultados es el de Einsenhardt y Bourgeois (1988). Sus hipótesis
se recogen en la figura 5.1.
En la figura 5.2. podemos ver las proposiciones que establecen estos autores.
Eisenhardt y Bourgeois (1988) estudiaron ocho empresas pequeñas de alta
tecnología en el sector de los microordenadores. La empresa más grande tenía unos
500 empleados, la más pequeña tenía cincuenta. Analizaron decisiones específicas
importantes relacionadas con la dirección estratégica y el desarrollo de productos.
Encontraron que había más política cuando la toma de decisiones estaba altamente
centralizada en un director ejecutivo autoritario. Advirtieron que "cuanto más
poderoso es el director general, mayor es la tendencia entre los ejecutivos restantes
a consolidar el poder y a implicarse en alianzas y en comportamientos ilegítimos".
Examinando la relación entre la política y la perjormance, descubrieron que "los
equipos de alta dirección de las empresas eficaces evitaban la política, mientras que
los equipos de alta dirección de las empresas con mala petformance tendían a utili-
zar la política". Esto era debido a: 1) la política consumía tiempo y disipaba los
esfuerzos de los ejecutivos; 2) la política restringía el flujo de información; y 3) en
144 Antonio Marrero Hernández, Magdalena Castaño Trujillo y Leonardo Romero Quintero
los equipos de alta dirección políticamente activos, las percepciones acerca de las
opiniones de los demás se distorsionaban.
Figura 5.1
Influencias del entorno en las estrategias
Figura 5.2
Proposiciones del modelo
Figura 5.3
Modelo de Provan
Figura 5.4
Relaciones principales que afectan al poder departamental (modelo Provan)
mo. Plantean que el poder reside en la tecnoestructura y que la naturaleza del traba- n
jo y su relación con la persona está fuertemente condicionada por la tecnología cor- n
n
Figura 5.5
Matriz de distribución y participación de la propiedad
Los factores que han recibido más atención como medida del poder econó-
mico son la estructura de la propiedad y la concentración y el tamaño. Nos referire-
mos especialmente a la estructura de propiedad en nuestro país y a la concentra-
ción.
Los estudios sobre la propiedad en España han sido escasos a pesar del gran
desarrollo que han tenido en los diversos países europeos. Estos trabajos giran alre-
dedor del concepto de control en la empresa que es expuesto por Bueno Campos y
otros (1990: 183) así: "Una conzpañía o sociedad mercantil está controlada por la
persona o por el grupo que tiene el poder de elegir el Consejo de Administración o
a la mayoría de éste, ya sea porque controla directamente o indirectamente la
mayoría de votos; o sea porque ejerce un poder de presión para imponer su
opción". Bueno Campos y otros (1990: 184) teniendo en cuenta las aportaciones de
otros autores, establecen los siguientes tipos de control:
Control absoluto: situación en que una persona o grupo posee el 80 por
ciento o más de las acciones de la sociedad.
Control mayoritario: situación en que una persona o grupo posee la mayo-
ría de las acciones, entre el 50 por ciento y el 80 por ciento.
Control minoritario: situación en que una persona o grupo sin poseer la
mayoría de las acciones, tiene el control de hecho. Esta participación se estima
entre el 10 por ciento y el 50 por ciento del capital social.
Control interno: situación en que ningún individuo o grupo posee una frac-
ción importante del capital social, considerándose que el porcentaje significativo se
sitúa, aproximadamente, a partir del citado 10 por ciento. En este caso, se considera
que el control está en manos del propio Consejo de Administración.
En cuanto a los grupos de análisis distinguen entre: sector privado (particula-
res y familia, empresas industriales y nacionales, bancos y entidades de crédito
nacionales), sector público y capital extranjero (Bueno Campos, 1990). A su vez,
Salas Fumás y Galve Górriz (1992) diferencian entre cinco grandes grupos: familia
y particulares, empresas nacionales, bancos, cajas y otras instituciones financieras,
empresas extranjeras y bolsa.
Las manifestaciones de poder en las organizaciones 153
En nuestro país, trabajos relevantes en este campo son, entre otros los
siguientes:
1) El de Muñoz, Roldán y Serrano, basado en información extraída de las
300 mayores empresas industriales, referida a 1973, en el que se concluye
que el control directo del capital financiero alcanzaba hasta el 17,3 por
ciento de las empresas.
2) Estudios importantes sobre esta cuestión son los realizados por Bueno
Campos y otros (1990:188-190). El último, a partir de datos provenientes
de 5.201 empresas correspondientes a la base de datos existente en la
Central de Balances del Banco de España, presenta las siguientes conclu-
siones:
a) El control absoluto suele ser ejercido especialmente por los particula-
res y familias en más del 66 por 100 de los casos; sin embargo, casi
nunca es ejercido por las entidades bancarias.
b) El control mayoritario se suele repartir entre el grupo otros titulares,
capital extranjero y otras empresas residentes; de nuevo, casi nunca
es ejercido por el sistema bancario.
c) El control minoritario suele ser ejercido especialmente, casi en condi-
ciones de igualdad, por otros titulares y por otras empresas residentes
(30,64 por 100 y 30,31 por 100, respectivamente) y muy escasamente
por el Sector Público (5,82 por 100 de los casos).
d) Por último, el denominado control interno suele ser ejercido de forma
muy equilibrada por entidades bancarias, Sector Público, extranjeros
y otras empresas residentes; sin embargo, casi nunca lo es por los
otros titulares.
3) Finalmente, en el trabajo de Salas Fumás y Galve Górriz (1992:79-89) se
analiza la estructura de la propiedad y control de la empresa española a
junio de 1990 y sobre una base de 31 1 empresas que cotizan en bolsa,
presentando los siguiente resultados:
a) El principal accionista entre las empresas españolas que cotizan en
bolsa es una empresa nacional en un 27 por 100 de los casos, una
familia o particular en un 26,l por 100 de los casos, una entidad ban-
caria en un 25,l por 100, una empresa extranjera en un 17,4 por 100,
el sector público en un 2,2 por 100, quedando una pequeña fracción
del 2,3 por 100 de empresas para las que no existe nigún accionista
con más de un 5 por 100 de participación en el capital.
b) Existencia de un claro predominio de control mayoritario dentro de los
grupos familia y/o particulares y empresas extranjeras, en el 53,l por
100 y 42,6 por 100 de las empresas bajo su control respectivamente,
seguido de un control minoritario en el 38,3 por 100 y 35 por 100 de
las empresas que controlan y, por último, de un control absoluto, en el
154 Antonio Murrero Hernández, Mugdulena Castuño Trujillo y Leonurdo Romero Quintero
8,6 por 100 y en el 22,2 por 100 de las empresas bajo el control de
estos grupos. En los grupos empresas nacionales y entidades de crédi-
to predomina de forma muy parecida el control mayoritario y el con-
trol minoritario, con unos porcentajes medios del 44,6 y del 40,4 de
las empresas bajo su control respectivamente, seguidos de un control
absoluto, en el 10,7 y 19,2 por 100 de las firmas controladas por
dichos grupos, respectivamente. Finalmente el sector público ejerce su
control principalmente de forma mayoritaria -en el 71,4 por 100 de las
empresas bajo su control- (Salas Fumás y Galve Górriz, 1992,83-84).
C) Las empresas bajo control absoluto, el 14 por 100 de las 31 1 empresas
de la muestra, se encuentran distribuidas por grupos y, por orden de
mayor a menor importancia, de la siguiente forma: el 34,l por 100 de
las mismas está participado por los bancos, el 27,3 por 100 por capital
extranjero, el 20,4 por 100 por empresas nacionales, el 15,9 por 100
por familias y un 2,3 por 100 por el sector público. En cuanto a las
empresas bajo control mayoritario, el mayor porcentaje de las mismas
descansa en manos de grupos familiares y particulares (el 3 1 por 100
aproximadamente), siendo las siguientes más importantes en-el ran-
king las empresas nacionales, los bancos y el capital extranjero, con
unos porcentajes de participación del 27,3, 21,6 y 16,6 respectivamen-
te. El sector público controla bajo esta forma el 36 por 100 de las
empresas participadas mayoritariamente. Para el conjunto de empresas
controladas minoritariamente, los principales partícipes de las mismas
siguen siendo las empresas nacionales, los bancos y la familias con
una participación media del 28,4 por 100. El capital extranjero contro-
la el 15,7 por 100 de estas empresas bajo control minoritario.
d) La estructura del accionariado en la empresa española es similar a la
que se observa en los países continentales europeos, la cual a su vez
difiere de la que se manifiesta entre las empresas anglosajonas. Sus
características más destacadas son: a) la concentración del accionaria-
do, de forma que más del 80 por 100 de las empresas estudiadas está
bajo control mayoritario o absoluto cuando se suman las participacio-
nes de los cinco primeros accionistas; b) el predominio del holding
empresarial y10 la corporación financiera como grupo del control, aun-
que se mantiene todavía una notable presencia de empresas familiares
y personales (más de la cuarta parte de las analizadas); y c) la empresa
controlada discrecionalmente por sus directivos parece lejos de ser un
fenómeno relevante en España y en Europa. (Salas Fumás y Galve
Górriz, 1992).
Existe una abundante literatura que argumenta que la concentración de los
recursos permite a las empresas ejercer determinadas influencias, entre las cuales,
las políticas no son las menos importantes (Coleman, 1974; Lindblom, 1977). Se
supone razonablemente que cuantos más recursos están concentrados en unas pocas
empresas, más probable es la capacidad de éstas para influir. Los resultados obte-
Lus manife,staciones de poder en las orguniznciones 155
nidos por Salaman y Siegfried (1977), al estudiar las relaciones entre concentración
de las ventas y proporción efectiva de impuestos, contradicen las expectativas de
que mayores beneficios y menos competencia están positivamente relacionados
con tasas menores de impuestos locales y estatales en la producción (Jacobs, 1987).
Ambos autores encontraron que industrias con menos beneficios y menor concen-
tración de venta gozaban de menores tasas impositivas. Asimismo, investigaciones
sobre impuestos de importación destinados a proteger a la industria local contradi-
cen las hipótesis de que la concentración de venta posibilite una mayor influencia
política. Resultados similares se alcanzaron por Caves (1976) para la industria
canadiense en la década de los sesenta. Situar el énfasis empírico sobre la organiza-
ción de industrias específicas, en vez de centrarse de forma más general en el
potencial de todas las empresas, puede explicar por qué los resultados relativos a la
importancia de la concentración no tuvieron apenas importancia. Puede ser más
valioso centrarse en la concentración de activos de las empresas más grandes de
todas las industrias para medir el grado de control e influencia de las organizacio-
nes políticas. Whitt (1979) argumenta que las corporaciones más grandes actúan
conjuntamente para controlar los resultados. Así, Jacobs (1987) plantea que el índi-
ce de activos totales sobre la producción poseídos por las empresas más grandes
proporciona una forma mejor para medir la capacidad de influencia. La bondad de
esta medida se encuentra en que, cuando un pequeño número de empresas controla
una gran proporción de activos, los obstáculos para desarrollar una acción colectiva
se reducen considerablemente.
Jacobs (1974) afirma que si los agentes externos están fraccionados y muy
dispersos son menos capaces de ejercer un control y según la siguiente línea argu-
mental: en primer lugar, cuanto más dispersos se encuentran los agentes con
influencia, menos fácil es que se pongan de acuerdo sobre lo que quieren; en segun-
do lugar, individualmente a cada agente no le valdrá la pena gastar su tiempo en
obtener información para controlar la organización; en tercer lugar, incluso compar-
tiendo objetivos comunes, es necesario realizar esfuerzos para organizar a las partes.
En relación a la actuación dispersa, Olson (1965:165) llega a la conclusión
de que los grupos muy numerosos no tienen ninguna tendencia a actuar voluntaria-
mente más allá de sus intereses comunes. Esta afirmación se basa en que si los
beneficios han de ser compartidos con todos los demás agentes, incluso con los que
se mantengan pasivos, a ningún agente le merece la pena realizar cualquier acción
o apoyarla. En esta situación, la apatía es la estrategia natural de un grupo grande y
disperso. En suma, cuando los activos no están concentrados, las orientaciones
individualistas dificultan la actuación conjunta. A su vez la concentración sirve
para reflejar la capacidad de las corporaciones para coordinar sus actividades políti-
cas. Asimismo, las corporaciones con mayor proporción de activos tienden a tener
mayor proporción de miembros externos al Consejo, existiendo una clara relación
entre concentración de activos y conexiones con otras empresas.
Block (1977) y Lindblom (1977) plantean la hipótesis de que los dirigentes
políticos en las democracias occidentales dependen en gran medida del nivel de
actividad económica, relacionado con las decisiones sobre inversiones privadas.
156 Antonio Murrero Hernández, Mugdulenu Casruiío Trujillo y Leonardu Romero Quintero
Consecuentemente con ello, los dirigentes políticos elegidos deberán ser receptivos
a las demandas de las inversiones privadas y complacer a la elite económica, si
desean permanecer en sus puestos. La importancia de las inversiones privadas ori-
gina que las decisiones públicas deban ser consistentes con los intereses de las
empresas. En este modelo donde la dominación privada sobre los intereses públicos
no necesita de coordinación inter-empresas cuando la confianza se reduce y la
inversión decrece, los políticos deberían promulgar medidas económicas que incre-
menten la rentabilidad de la inversión y la reducción de impuestos debería ser un
incentivo cuando los indicadores económicos reflejen crisis. Destacaremos que no
existe contrastación empírica sobre estos argumentos de Block y Lindblom.
En esta misma línea, Jacobs (1987) trabaja con dos hipótesis sobre las rela-
ciones del poder económico de las corporaciones e influencia política.
1 ) Si se acepta la identificación de organización con el Estado y existe coor-
dinación entre empresas para condicionar las actividades políticas, el
índice concentración agregada (participación de los activos totales de pro-
ducción poseídos por las cien empresas mayores) debería estar inversa-
mente relacionado con la proporción de impuestos efectivos sobre pro-
ducción.
2 ) Si se acepta el modelo de Lindblom de dependencia de los intereses
públicos de los privados, las decisiones políticas son receptivas a las deci-
siones de las inversiones privadas, de tal manera que el nivel de inversión
en la producción debería estar relacionado con las tasas efectivas de
impuestos sobre la producción.
En resumen, podemos señalar la gran fuerza predictiva del grado de concen-
tración de activo. Las empresas con mayor porcentaje de activos tenían incentivos
para actuar unidas, su capacidad para organizarse explica en gran parte la cifra de
impuestos pagados. Por último, señalar que la concentración está fuertemente rela-
cionada con las interrelaciones formales e informales entre las empresas, de tal
manera que las interconexiones facilitan el desarrollo de acciones unificadas para
defender mejor los intereses de sus corporaciones. A este respecto, Feldman y Noc-
ken (1978)encontraron que las asociaciones de negocios tienden a estar dominadas
por las empresas más grandes.
Figura 5.6
Comparación de las dos perspectivas de poder
1
FUNCIONALISTA INTERPRETATIVA
"A" tiene poder sobre "B" en la El poder es generado por otros
medida que él tiene de que "B" cuando se obtiene de otros que
haga algo que de otra manera no comparten sus definiciones de la
lo haría (Dahl, 1957) realidad (Edelman, 197 1)
NATURALEZA DE LA
REALIDAD
Objetivos medibles
Fuente: Bradshaw-Carnball(l989)
similares podría ser también como una estrategia de los miembros del
departamento para reforzar la confianza de la dirección y obtener mayo-
res ventajas.
b) Creer en una imagen de semejanza de valor es más significativo al prede-
cir la influencia departamental, que el compartir valores de manera real
cuando las partes no son conscientes de la semejanza. Numerosos autores
han argumentado que la realidad es construida socialmente y, por tanto,
es el resultado de las comprensiones o interpretaciones compartidas (Blu-
mer, 1969; Daft y Weick, 1984). El poder sería un producto de una defi-
nición social de congruencia de valor, en vez de un cálculo objetivo de
semejanza.
c) El descubrimiento de que son las percepciones de los valores comparti-
dos, en vez de los valores compartidos reales, lo que influye en el poder
intraorganizativo subraya la importancia de las realidades creadas y
sugiere que se dé más atención teórica a la fuerza del consenso de grupo y
al proceso de construcción social en las organizaciones. Actualmente los
teóricos de organización pueden enriquecer el análisis centrándose en el
proceso de comunicación de valores y en los motivos que hay detrás de
los mismos.
a) El peso que los intereses de un grupo alcanza cuando se les compara con
otros intereses en conflicto.
b) Grado en que las decisiones que les afectan son tenidas en cuenta.
El planteamiento clásico es que aquellas industrias cuyos líderes tengan posi-
ciones de mando en la economía, sociedad y política, son las que probablemente
presentan unos intereses más personalizados en el gobierno (Roy, 1981).
Pueden establecerse tres dimensiones para explicar el poder político: el
tamaño de la organización, las redes de contacto y la capacidad de movilización.
Con relación a la variable tamaño, es probable que los intereses de las industrias
más grandes sean tenidos más en cuenta que los de las industrias más pequeñas.
Según la teoría de redes, el poder se deriva de la posición de una organización en la
estructura social, existiendo grupos de personas en posiciones estratégicamente
importantes y que tienen capacidad para controlar determinados instrumentos de
gobierno (Domhoff, 1967). La movilización de recursos se refiere al proceso por el
cual un gmpo social cambia de una posición pasiva a una participación activa con
relación a una actividad (Tilly, 1970). El poder político en sí implica acción políti-
ca y movilización de recursos.
Rose (1 967) mantiene que diferentes decisiones son tomadas por diferentes
conjuntos de decisores, que controlan diferentes recursos. Otros, Tilly (1973,
1978); Gamson (1973) se han dedicado a analizar la importancia de la movilización
de recursos para controlar políticas y movimientos sociales. Al movilizar recursos,
los grupos ganan poder político, y las industrias cuyos intereses se identifiquen más
con las políticas del gobierno, deberían ser las que tengan mayor capacidad desde
la perspectiva del poder.
Roy (1981) analizó el tratamiento político de la administración exterior ame-
ricana en una muestra de doce industrias, correspondientes al período 1886-1905,
intentando contrastar las hipótesis de que las industrias tenidas en cuenta por los
decisores públicos son: a) las más grandes, b) las más fuertes, desde el punto de
vista de las élites, c) las que tienen mayor capacidad para utilizar recursos dirigidos
a la actividad política.
Los resultados obtenidos se centraron en las consideraciones siguientes:
a) Con respecto al tamaño, un gran valor de capitalización no estaba asocia-
do con la importancia dada a los intereses privados de las industrias. La
consideración de los interc\es privados sí estaba relacionada con las
exportaciones e importaciones. Ello se explica porque en el período anali-
zado las exportaciones fueron consideradas como variables estratégicas
para resolver los problemas económicos, sociales y políticos creados por
la Revolución Industrial.
b) La perspectiva de redes sirvió para observar si la consideración de intere-
ses privados estaba relacionada con el grado en que las industrias están
vinculadas a las élites de gobierno. Por último, y en lo referente a movili-
162 Antonio Marrero Hernández, Magdalena Castaño Trujillo y Leonardo Romero Quintero
CONCLUSIONES
Las cuestiones fundamentales analizadas en el trabajo son: el origen del
poder, cómo se pierde o gana poder a través de los procesos de influencia, las orga-
nizaciones como entidades políticas y las manifestaciones del poder, destacando los
siguientes puntos:
I Existe bastante confusión acerca de los conceptos de poder e influen-
cia en la literatura. Unas veces, el poder se asimila con la influencia
potencial, es decir, con la influencia sobre las actividades y compor-
tamientos de otras personas, y otras, se cataloga como la influencia
ejercida, como influencia sobre los acontecimientos.
El poder es una forma específica de relación social que afecta a dos o
más actores, los cuales establecen una relación de intercambio asi-
métrico. En lo que constituye el objeto de intercambio entre los acto-
res que participan en una relación de poder, no existe igualdad y la
asimetría de la relación se encuentra en el hecho de que un actor
obtiene siempre del cambio más de cuanto pueda lograr el otro. Un
segundo aspecto importante del poder como relación es su instru-
mentalidad, en tanto en cuanto permite obtener alguna cosa que no
se tiene o de la que se quiere una mayor cantidad. Una tercera carac-
terística del poder es que se trata de una relación permanente.
111 Una distinción que subyace en toda la investigación, es la dualidad
entre poder personal, procedente de las cualidades del líder y el
poder posicional que se deriva de las circunstancias, aunque no son
mutuamente excluyentes. Las limitaciones metodológicas de las
investigaciones hacen difícil precisar si aquellos líderes que se basan
más en su poder personal son más efectivos que los que se funda-
mentan en su poder posicional. McCall (1978) afirmó que combinar
el estar en el lugar exacto, en el momento oportuno, con los medios
adecuados y la oportunidad de utilizar experiencia en la resolución
de los problemas de otros, confiere poder al individuo.
IV La tipología del poder propuesta por French y Raven (1959) es
ampliamente aceptada y ha incidido en la medición del poder, hecho
166 Antonio Marrero Hernández, Mugdulena Castaño Trujillo y Leonardo Romero Quintero
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