Anda di halaman 1dari 23

DESARROLLO DEL SISTEMA BANCARIO EN COLOMBIA EN EL SIGLO XIX

FELIPE ARROYO MEZA

UNIVERSIDAD EAFIT

ESCUELA DE ECONOMIA Y FINANZAS

HISTORIA ECONOMICA DE COLOMBIA

MEDELLIN

2019
Introducción

A lo largo de más de doscientos años de independencia, Colombia ha vivido una serie de

coyunturas sociales, políticas y económicas que han cimentado las bases de nuestros

sistemas políticos y lineamientos que rigen nuestra cotidianidad, el sistema financiero y

desarrollo del sector bancario no han sido la excepción, y es así puesto que desde la

incipiente formación del país con vida independiente, los dirigentes burocráticos y

académicos se preocuparon por la instauración de un sistema económico rigiera en el

país (entiéndase hoy en día como la política fiscal, monetaria, cambiaria y comercial),

pues aunque se logró una emancipación de un sistema económico extractivo y de

esclavismo puro durante la época de la colonia, la flamante nación de las Provincias

Unidas de la Nueva Granada sufrieron un proceso de descapitalización masiva y perdida

de la mayor parte de su comercio ya establecido, sumado esto a las fatigas fiscales

explicitas en su excesivo endeudamiento y escasez de políticas públicas, a costa de

obtener una soberanía y autonomía en pos de restructurar los sectores comerciales y

productivos. Como bien se mencionó, la formación de la república en la que hoy vivimos

no fue un acontecimiento de un día para otro, y es por ello que los cambiantes contextos

globales y nacionales con intereses marcados entre liberales y conservadores durante el

siglo xix, derivaron en múltiples conflictos civiles por consolidar una hegemonía política,

que consecuentemente generaron altos y bajos que el sistema financiero experimentó y

forjaron una historia remarcable para la banca nacional y la banca privada, que se agito

entre la naciente economía productiva colombiana, el debate de los talantes políticos, la

lucha de poder entre las elites regionales y las dinámicas mundiales, y que no fue sino
hasta 1835 donde se presentaron realmente cambios legislativos para la implantación de

un sistema bancario formal en el país.

Si bien hoy tenemos un sistema financiero consolidado que en gran medida corresponde

con las necesidades sociales y genera un equilibrio político-económico, la historia, sobre

todo en el siglo xix donde se inició el proceso de bancarización, nos demuestra que el

desarrollo financiero en el país estuvo notablemente marcado por los ideales

federalistas, como consecuencia de la lucha burocrática validada por los intereses que

buscaban establecer una hegemonía nacional, y es que las políticas encaminaron un

proceso mediante el cual se establecieron entidades financieras alrededor de todas las

regiones del país, y que si bien hoy en día la gran mayoría concentra su capital y

actividades bursátiles en los centros urbanos más grandes, nos es claro como en casos

como la dinámica financiera nacional fue producto de una bancarización regional y de

autonomías que permitieron el desarrollo individual, que aunque el gobierno central

desde muy temprano intento establecer instituciones nacionales que rigieran con fuerza

el sistema financiero, fue la iniciativa privada en distintos puntos nacionales lo que marco

financieramente al final del siglo xix, que permitió el avance en este sector y la posterior

consolidación de un banco nacional central y bancos privados con importantes

participaciones en el mercado de la época y de la actualidad.

El desarrollo bancario y del sector financiero resulto en distintos y profundos efectos en

las distintas regiones, correspondientes para cada periodo de la actual república, el

ensayo en adelante se enfoca en analizar de modo coyuntural el proceso de

bancarización privada regional, los intentos de instaurar un banco central, la relación


entre ambas y los efectos positivos que las reformas liberales conllevaron para la

consolidación de la banca.

LA COLONIA (SIGLO XVIII – INICIO DEL SIGLO XIX)

Es imprescindible conocer como el sistema de producción extractivo de la corona

española hacia América, impedía un desarrollo económico e instauraba un

estancamiento comercial dadas las características de este trabajo obligatorio, esto de

manera análoga no permitía un avance financiero compuesto por el bienestar social, es

decir, no iba más allá de la obtención de beneficios para la autoridad. Esta época

explicada en el ámbito monetario por el establecimiento desde 1620 de concesiones

conocidas como la Casa de la Moneda (de Santa Fe, Popayán, etc) facilitaría los pagos

y transacciones, dado el contexto de abundancia de oro en el hoy territorio colombiano y

fabricación de monedas con mano de obra barata y posterior industrialización; con este

componente monetario rudimental y sin existir un sistema financiero y/o crediticio

establecido, la institución pilar en préstamos fue la iglesia católica, puesto que para esta

época colonial, existía una fe y un credo muy cimentados en las personas, cuando estas

morían y querían donar, otorgaban sus posesiones a la iglesia, la cual se convirtió en la

principal acreedora de tierras y entre otras posesiones cuantificables monetariamente, la

iglesia dividida en dos prestamistas principales: conventos y monasterios, otorgaba

préstamos a la población en general mediante la modalidad de los “censos consignativos

redimibles” (Jaramillo & Meisel, 1998), lo cual se basaba en préstamos hipotecarios al

5% del valor del préstamo cobraderos anualmente Aunque el crédito eclesiástico

representaba más del 70% de los préstamos en la época, existía un tipo de crédito

privado mercantil, que se explicaba por las personas ocupadas actividades comerciales
y productoras, dado que estos prestamos entre privados eran de tipo fructuario y

estuvieron articulados alrededor de la producción y la comercialización del cacao,

principal producto de exportación de esa época (Ferreira, 2001). Considerando estas

operaciones de préstamo clandestinas y a la iglesia constituida como la principal

prestamista, es claro concluir que el atrasado sistema crediticio era un sistema

fragmentado donde los comerciantes solo acudían al crédito comercial, y aquellos

vinculados a otros sectores económicos o que necesitaran dinero para la compra y el

arreglo de sus propiedades recurrieron al crédito eclesiástico o al privado (Ortiz, 2016),

es decir, un sistema que no trabajaba en conjunto en aras de incrementar la productividad

y por ende el bienestar social, y que como permite ver la Gráfica 1, donde en promedio

temporal para el caso del Arzobispado de Santa Fe, de 110 créditos solicitados, 47 fueron

rechazados, demostrando así un precario sistema financiero informal, que no cubría

significativamente los préstamos solicitados.

Gráfica 1. Solicitudes de dinero en el Arzobispado de Santa Fe

Fuente: Ortiz, 2016

EPOCA INDEPENDENSTISTA - LAS PROVINCIAS DE LA NUEVA GRANADA

Para el inicio de la segunda década del siglo xix, la principal institución de crédito

continuaba siendo la iglesia católica, junto con los créditos mercantiles informales, sin

embargo, en estos tiempos de revolución y de oleadas independentistas, el foco de


atención poco o nada se acentuó sobre el sistema financiero en Colombia, y es por ello

que el tema económico principal fue el sistema monetario, pues esta época conocida

como La Patria Boba fue marcada por una crisis sociopolítica, que no permitió el

desarrollo inicial de la banca. No es correcto pensar, que el inicio de la banca libre se dio

en primera instancia en la segunda mitad del siglo xix, pues para inicios de este mismo,

se dieron intentos infructuosos del establecimiento de estas bancas, la guerra

independentista conllevo a una inestabilidad económica y una desproporcionada emisión

de las monedas, es por ello que para 1813 Germán Gutiérrez de Piñeres, como

presidente de la Junta Patriótica de Cartagena, ordenó la emisión de $300.000 con

denominación de un real. La falta de seguridad de esta emisión, que se hizo en papel

corriente, llevó a que el público tuviera poca confianza y castigara su valor nominal

(Hernández, 2001, 44).

En adelante lo que resto de la década los intentos independentistas y reformistas

subyacieron a los intereses de la instauración de un sistema financiero formal en el país,

y los intentos por equilibrar el valor monetario se basaron en las actividades que la Casa

de la Moneda efectuara, en medio de un contexto nada fácil, debido a la escasez de

producción de oro y a que se le obligo a producir dos denominaciones de monedas: la de

los realistas y los patriotas, suceso que ayudo a una inestabilidad económica y sobretodo

comercial en el país.
PAIS INDEPENDIENTE – LA GRAN COLOMBIA – REPÚBLICA DE LA NUEVA

GRANADA

Tras ganar la Batalla de Boyacá, y consecuentemente haber obtenido la independencia

del país, se designa como presidente de la nación a Simón Bolívar mediante el Congreso

Constituyente de Cúcuta (1921), el mismo congreso que por primera vez propuso (en el

artículo 55.5) la creación de un banco central y una moneda única uniforme en valor,

peso, tipo y nombre, todo esto en función de establecer un orden económico en el país,

desafortunadamente ninguna de ambas propuestas se materializó, todo esto explicado

por la crisis económica y política por la que el país atravesaba. La independencia de la

corona española si bien trajo autonomía y soberanía nacional, repercutió de manera

negativa al corto plazo debido a la ruptura de comercio establecido mediante

exportaciones solidas como la minería y productos agrícolas, el gigantesco

endeudamiento por la crisis fiscal y la disolución de modelo económico, todos estos

problemas repercutieron en la falta de confianza que las personas del común le tenían a

la validez y éxito de las propuestas nacionales, es por ello que tanto la propuesta de una

banca nacional como la uniformidad de moneda nacional no tuvieron cabida en el

contexto nacional.

Si bien hasta el momento la gran protagonista del sector crediticio publico continuaba

siendo la iglesia católica mediante los censos consignativos redimibles y los censos

enfitéuticos, el crédito de y entre privados iba ganando su espacio, sobretodo en la región

antioqueña, donde los comerciantes y productores (esencialmente los primeros),

obtuvieron capitalizaciones muy significativas derivadas de sus actividades mercantiles;

tomando en cuenta el fracaso de las políticas propuestas por el congreso, y con la nación
sujeta a una crisis fiscal, el crédito publico se fundamentó en los créditos monetarios de

los comerciantes antioqueños al naciente gobierno central, la tributación coercitiva y la

deuda externa que la nación acumulaba sobre todo con bancos y empresarios ingleses

(Argáez, 2010), es decir, durante esta década, si bien no se dio una guerra civil como en

la década precedida y sucedida, el conflicto de intereses entre el presidente Simón

Bolívar (centralista) y el vicepresidente Francisco de Paula Santander (federalista)

generaron un desequilibrio sociopolítico que no permitía un pleno desarrollo del sistema

económico que sacara de la crisis al país, esto reafirmado por los intereses de Quito y

Venezuela (federalistas) que reclamaban autonomía política, consecuencia de ello para

1830 tanto Quito como Venezuela se separaron, dejando el debate político en torno al

sistema económico en la Republica de la Nueva Granada entre los (en adelante)

denominados conservadores y liberales.

Lo más remarcable de acuerdo con Argáez, de la década de 1930 fue una ley cuyo

proceder se desconoce, pero se sabe que fue promulgada por personajes liberales

consideraba que la actividad crediticia formaba parte del comercio nacional, y por ello

debía ser formalizada y regulada, sin embargo, no se plasmó en la realidad producto del

contexto político, pero sirvió para que personajes como Judas Tadeo Landinez (político

y magnate de la época) incursionaran en el ámbito financiero, siendo considerado el

magnate de antaño, constituyo en la capital de la república en 1938 un establecimiento

mercantil y financiero conocido posteriormente como “giro y descuento”, sistema que se

basaba en recibir dinero a intereses bajos, que luego prestaba a terceros sobre hipotecas,

este sistema se estableció como un banco libre informal, que al sobre endeudarse en

compra de títulos del estado e inversiones de riesgo alto, prescindió de una continua
necesidad de liquidez, suceso que resulto en el primer caso de bancarrota en el país. De

este singular personaje se conoce poco en la cotidianidad, sin embargo, representa los

incipientes esfuerzos individuales por establecimiento de sistemas crediticios en el país,

no obstante, muchos lo tildaron de ser el primer instaurador de un esquema de ponzi.

Tabla 1. Población de la Gran Colombia por Distrito Judicial


Hombres Libres Esclavos Indígenas Total
Venezuela 609.545 50.088 26.579 686.212
Nueva Granada 1.182.500 45.830 144.771 1.373.110
Quito 485.021 6.975 52.481 544.477
Gran Colombia 2.227.066 102.902 203.831 2.533.799
Fuente: Construcción propia con datos del Repositorio del Banco de la Republica

Es válido argumentar que la economía se vio afectada dada la separación de Quito y

Venezuela, puesto que el país perdió gran parte de su comercio y productos de

exportación que salían por los puertos del pacifico ecuatoriano y los llanos venezolanos,

y aunque en primera instancia los ingresos fiscales se vieron afectados, la Nueva

Granada contaba con más de la mitad de la población total, ahora separada, y contaba

igualmente con la mayoría de conventos y monasterios prestamistas que se

concentraban en la capital y en el sur del país (Pasto y Popayán) , todo esto sumado a la

incipiente clase mercantil sobresaliente en la región antioqueña, es decir, el panorama

no era del todo desalentador.

No obstante, para finales de la década de 1830 y bajo el mandato presidencial de José

Ignacio de Márquez, el entonces ministro de hacienda Ignacio Gutiérrez Vergara, fue el

creador de la emisión de billetes del estado (bonos del tesoro), es decir fue el precursor

de la creación de un sistema bancario público consolidado mediante la Ley 18 de 1838,


que aunque no se plasmó en la realidad, fueron las bases para que en la siguientes

décadas se planteara la instauración de un banco central y banca privada.

INTENTOS DE BANCARIZACIÓN – DECADA DE 1840

A inicios de la década de los 40 en el siglo xix, se vislumbró una incipiente creación de

banca privada mediante las casas de préstamo, las cuales fueron entidades no asociadas

en absoluto con el gobierno que regían su actividad crediticia mediante la especulación

de los intereses de las personas de acuerdo al contexto, es decir, se fundamentaron en

los lineamientos de las casas de préstamo de Judas Tadeo Landinez, captando dinero

del público y prestándolo a tasas de usura y/o inversión sin riesgo, ejemplo de ello fue la

Casa Restrepo en Medellín, y la Casa de Giro y Descuento en Sogamoso. A nivel privado

estas casas fueron el principal desarrollo financiero (no comercial), sin embargo, a nivel

público se crearon las cajas de ahorro.

El estado en su afán por cubrir la gigantesca deuda adquirida sin dejar a un lado la

inversión pública que los centros urbanos requerían, creo un sistema liderado por Lino

de Pombo y Florentino González: las cajas de ahorro, instituciones en las que el estado

tenía grandes expectativas para fomentar el crecimiento de pequeñas y grandes

industrias y el ahorro de personas (sobretodo sectores populares), este esfuerzo se

materializo mediante la fundación de las cajas en Cartagena en 1841, la de Medellín en

1844, la de Bogotá en 1846, posterior a esta última se afianzo esta política y se fundaron

otras cajas de ahorro en distintos puntos nacionales (Correa, 2011). El éxito fue escaso

y no lograron convertirse en instituciones que fomentaran el sistema financiero en la

nación, pues no existe evidencia empírica que el ahorro público hubiese incrementado
en esta época y como se aprecia en la Tabla 2. es posible determinar cómo en realidad

los ahorradores en cantidad eran muy pocos en relación a la población total del país para

ese año (alrededor de dos millones de personas), es decir, aun sin tener evidencia del

monto ahorrado, se puede evidenciar, que teniendo en cuenta los pocos ingresos que

devenían, se podría argumentar el insuficiente cambio en los patrones de ahorro público.

Tabla 2. Distribución de los ahorradores, 1846

Ahorradores Número Ahorradores Número


Menores 220 Cocineras 3
Casadas 39 Eclesiásticos 2
Costureras 36 Lavanderas 2
Empleados 17 Profesores de música 2
Negociantes 14 Albañiles 1
Viudas 14 Canal del dique 1
Abogados 12 Farmaceutas 1
Esclavos 7 Hacendados 1
Agricultores 6 Impuesto a favor del hospital 1
Militares 6 Impuesto a favor del arte 1
Sastres 5 Impresores 1
Ancianas 4 Navegantes 1
Médicos 4 Plateros 1
Carpinteros 3 Preceptores 1
Propietarios 3 Pulperas 1
Fuente: Flórez y Solano (2014)

Para 1847, el Congreso de la Nueva Granada propuso la creación de un banco nacional

con responsabilidad fiscal y monetaria, lo que para la época llamaron “Banquero del

Gobierno” entidad que se encargaba de recaudación impositiva y emisión arbitraria de

billetes respaldados en metales, no obstante, aunque el proyecto fue aceptado por el

Congreso, este no se materializó debido al monto excesito de capital para su

implementación (10 millones de reales), cifra que no podría ser cubierta por accionistas

y aportes gubernamentales.
Todos estos intentos fallidos de implementar un sistema financiero y fomentar la banca

privada formal, dan testimonio de cómo la economía nacional creció (aunque a tasas muy

bajas) sin intermediación financiera y su sistema comercial rudimentario basado en

exportaciones agrícolas (las tabaqueras presentando un notable auge) regían los

patrones económicos a seguir.

LAS REFORMAS LIBERALES

Para la explicación de la creación y proceso evolucionista del sistema bancario en el país

es imprescindible hablar de las coyunturas sociopolíticas que el país vivencio, como tal,

a partir de 1949, de la mano de José Hilario López, se establecieron en el país una serie

de reformas liberales que pretendieron el federalismo y la poca intervención estatal sobre

el comercio privado como idea central para el desarrollo bancario privado en el país. Los

inicios de esta década estuvieron marcados por los constantes cambios que los dirigentes

liberales querían implantar en el país y sobretodo la autonomía que se pretendía otorgar

a las regiones para establecer un federalismo notorio, en aras de promover el sistema

crediticio regional de las elites.

Para el año 1855 reaparece en la escena política el expresidente Tomas Cipriano de

Mosquera, ahora como senador del bando liberal, y vale la pena mencionarlo debido a

su relevancia para los intentos de bancarización nacional, pues el siendo senador

representante por el Cauca, propuso dos leyes en el Congreso Granadino, que si bien no

tuvieron el éxito que se esperaba marcaron la senda por la que la banca libre se regiría

más tarde. La primera ley que promulgo Mosquera se llamó la “Ley Orgánica de los

Bancos de Emisión, Descuento y Emisión”, suceso que se constituyó en la primera


manifestación de otra finalidad de la banca central: “Banquero de los Bancos” (Valencia,

1998), sin embargo, a final de cuentas no se creó ningún banco. La segunda ley que el

entonces senador promovió fue la idea del establecimiento de un banco central mediante

la inversión extranjera liderada por el norteamericano Lovias D. Towsley, quien fuese un

importante accionista de la banca privada en los Estados Unidos, a este acaudalado

inversionista se le entrego mediante consenso del Congreso la patente única para fundar

el “Banco Nacional de La Nueva Granada”, establecimiento que tendría la autonomía de

emisión de cedulas o billetes, y préstamos a tasas arbitrarias, proyecto que fracasó

debido a las pocas garantías que el gobierno le ofrecía en seguridad al capital de

inversión extranjero.

En lo que resto de la década, se fue radicalizando el federalismo en el país, consecuencia

de ello se fueron creando sistemas clandestinos de préstamo y crédito entre privados, y

en este ámbito de un gobierno central ausente (en cierta medida), las elites regionales

poco a poco consolidaron su poder ahora no centrados únicamente en el sector comercial

sino en el préstamo de dinero también, consecuencia de esta clandestinidad y debido a

que Antioquia concentraba gran cantidad de capital crediticio, en 1859 se aprobó la ley

14 en materia bancaria en Antioquia, la cual autorizaba la formación de compañías para

el establecimiento de bancos de emisión, giro, depósito y descuento (Mora et al, 2011),

aunque esta actividad de legalizo, no se estableció ningún banco formal en la región o el

país, y el caso más remarcable de financiamiento fue “el banco” Botero Arango e Hijos

en 1859, que si bien se fundó con objetivos de emisión monetaria, en el desarrollo se

limitó a financiar el sector minero en Antioquia, durando 40 años en esta labor de

financiamiento industrial.
EL RADICALISMO LIBERAL – CONSTITUCIÓN DE RIONEGRO – ESTADOS UNIDOS

DE COLOMBIA

El inicio de la década de 1960 estuvo marcado por una guerra civil la cual debilito el

control económico (sobretodo monetario) del estado, hecho que llevo a una crisis

económica que obligo a las autoridades a emisiones monetarias desmedidas, sin control

por parte de un ente oficial (Correa, 2019), esta indisciplina administrativa, entregaba al

sistema clandestino los préstamos y créditos que las personas necesitasen, puesto que

la algarabía monetaria de emisión no controlaba los procesos financieros que optimizaran

la economía, es por ello que para 1963 en conjunto con la instauración de la Constitución

de Rionegro (la constitución más liberal que el país ha tenido), el gobierno permitió por

medio de la exclusividad el primer establecimiento bancario privado en Colombia, es así

puesto que mediante la Ley 27 de 1864, esto en respuesta al nuevo interés de los

banqueros londinenses en el país, esta ley llamada “Autorización Bancaria” pretendía el

establecimiento de un banco privado nacional de emisión, deposito, giro y descuento

(Valencia, 1998), las intenciones de los banqueros eran distintas a las del gobierno, pues

mientras que los primeros buscaban establecer una sucursal del London and County

Bank, el gobierno buscaba que personas ajenas al ámbito nacional fueran las encargadas

del control monetario en su totalidad (tal vez afrontado su fracaso administrativo), es

decir, una vez más fracasó el intento de la banca privada en el país, y para el momento

el ámbito crediticio tomaba fuerza en los casas comerciales (individuos), mientras se

debilitaba el control eclesiástico, pues las reformas liberales permitían actividades más

permisivas, y a su vez le quitaban privilegios y controles absolutos a la iglesia, ejemplo

de ello fue la “desamortización de bienes de manos muertas”, reforma que le quito predios
y activos sin utilizar en propiedad de la iglesia católica, en síntesis el sistema financiero

era absolutamente descentralizado y sin instituciones privadas y públicas que controlaran

el flujo monetario. Para 1865, se instauró oficialmente el primer banco privado en el país,

el Banco de Londres, México y Sudamérica, el cual no era más que una sucursal bancaria

de un banco londinense de mucho prestigio, que venía de tener éxito en la nación

mexicana, si bien esta entidad fue el primer ejemplo de una institución bancaria en el

país, no estuvo compuesta por capital colombiano sino totalmente extranjero, que ante la

visibilidad de una carencia de control de emisión monetaria, solicitó al gobierno el control

total de esta actividad, propuesta que fue rechazada ante los avances gubernamentales

que buscaban mediante la Ley 69 de 1866 la creación del Banco de los Estados Unidos

de Colombia, como no podía ser de otra manera para la época, el proyecto estatal fracasó

debido a la falta de recursos que se veía explicada en gran parte por el desorden fiscal

(Valencia, 1998), y a su vez la sucursal bancaria londinense liquido sus operaciones para

el año 1867. Era notoria la incertidumbre económica en el país, pero los colombianos

alcanzaron a observar el funcionamiento de la banca privada con el corto pero sustancial

desarrollo del banco londinense, es por ello que de 1970 en adelante las regiones

impulsaron la creación de bancos privados.

La década de 1970 empezó con una grata recompensa para la economía nacional, pues

como se observa en la Grafica 2., las exportaciones se recuperaron, siendo el caso del

café y el cuero las más notables, y permitieron una recuperación y auge de la economía

colombiana, después de la contundente crisis que dejo la independencia (Meisel, 2001).


Grafica 2. Composición porcentual de las exportaciones colombianas en el siglo xix

Fuente: Suarez y Ayala (2009)

Las reformas liberales que protegían la propiedad privada y fomentaban el federalismo,

junto con la estabilidad económica que las exportaciones habían traído al país, crearon

un ambiente propicio para la iniciativa privada, pues las elites regionales y los grandes

comerciantes pusieron sus ojos en el sector financiero. El primer banco creado con capital

colombiano fue el Banco de Bogotá en 1871 por un amplio grupo de hacendados y

empresarios bogotanos (Meisel, 2001), banco al que le fue otorgado el manejo de fondos

y la emisión mediante la Ley 35 de 1865 (misma ley que permitió la instauración del Banco

de Londres, México y Sudamérica), si bien la creación de este banco en Bogotá fue

notoria, no fue producto de la espontaneidad, pues tanto el Banco de Bogotá como el

Banco de Colombia, funcionaban como casas comerciales.

El rotundo éxito del Banco de Bogotá llevó a que en el país se crearan a nivel de los

estados soberanos, bancos privados con capital nacional y regional, tales como el Banco
de Santander y el Banco de Antioquia en 1972, posteriormente en 1973 el Banco de

Barranquilla y el del Cauca, y para 1975 el Banco de Colombia, siendo estos los casos

iniciales más notables. La incipiente creación de estos bancos regionales marcó en el

país lo que se llamó en adelante la banca libre.

LA BANCA LIBRE

Las reformas liberales estipuladas en su mayoría en la constitución de Rionegro,

debilitaron en gran medida la injerencia y regulación que el estado podría tener sobre el

sistema financiero, producto de ello, los bancos tuvieron la potestad de emitir billetes

propios de cada uno, con un valor predeterminado, convertibles a una moneda mercancía

(como el oro), esta emisión se hizo de manera competitiva entre los bancos para ejercer

una hegemonía regional crediticia (Meisel, 2001), la libertad bancaria, la industria y la

búsqueda de créditos para fomento individual y empresarial entraron en auge, por ello

entre 1870 y 1886 se crearon en el país alrededor de 35 bancos privados, como se

observa en la Tabla 3.

Es posible observar como la creación de bancos privados fue muy diversa y se dio en las

regiones del país sin excepción, acentuando el federalismo y resultando en desarrollos

distintos en las regiones hoy más prosperas, siendo Bogotá y Antioquia los casos más

destacable, donde el sector financiero tomo gran fuerza debido al capital disponible fruto

del basto comercio regional que permitía la inyección de grandes capitales, sin embargo

no es el único caso, pues en regiones como en Santander y la costa caribe, también se

dieron casos remarcables de creaciones de banca privada.


Tabla 3. Bancos privados fundados entre 1870 y 1886 (Pesos)

Nombre Ciudad Año Capital inicial


Banco de Bogotá Bogotá 1870 235.000
Banco de Colombia Bogotá 1875 181.400
Banco Popular Bogotá 1877 150.000
Banco de Cundinamarca Bogotá 1881 22.000
Banco de la Unión Bogotá 1881 55.700
Banco de Crédito Hipotecario Bogotá 1883 202.350
Banco Internacional Bogotá 1885 n.d.
Banco de Antioquia Medellín 1872 694.000
Banco Mercantil Medellín 1874 400.000
Banco Restrepo y Cía. Medellín 1875 n.d.
Banco de Medellín Medellín 1881 15.390.000
Banco Popular Medellín 1882 100.000
Banco Industrial de Manizales Medellín 1882 240.000
Banco de Sopetran Sopetran 1882 100.000
Banco de Oriente Rionegro 1883 125.820
Banco de Vicente Villa e Hijos Medellín 1883 20.000
Banco de Progreso Medellín 1883 60.000
Banco de Arango e Hijos Medellín 1883 n.d.
Banco del Zancudo Medellín 1883 n.d.
Banco de Barranquilla Cartagena 1873 312.500
Banco de Bolívar Cartagena 1874 145.000
Banco de Cartagena Cartagena 1881 100.000
Banco Popular de Bolívar Cartagena 1883 54.000
Banco Unión Cartagena 1883 160.000
Banco Márquez Barranquilla 1883 125.000
Banco Americano Barranquilla 1883 565.000
Banco del Estado Cartagena 1884 n.d.
Banco de Riohacha Riohacha 1885 150.000
Banco de Santander Bucaramanga 1872 300.000
Banco del Cauca Cali 1873 300.000
Banco del Norte El Socorro 1881 101.600
Banco de Tolima Neiva 1881 200.000
Banco de Pamplona Pamplona 1882 86.225
Banco Prendario de Soto Bucaramanga 1883 10.000
Banco de Santander Bucaramanga 1883 200.000
Banco del Estado Popayán 1884 102.400
Fuente: Hernández (2001, 51) y Botero (1985, 49)
Si bien la creación de bancos se dio en todas las regiones, el impacto que tuvo fue muy

distinto y repercutió de manera muy positiva en algunos departamentos más que en otros,

y dependió en gran parte de la capacidad adquisitiva de los individuos.

La literatura correspondiente a toda esta época, la denomino Banca Libre debido a que

el estado no ejerció en ningún momento actividades de emisión y/o control sobre el

sistema financiero, y a diferencia de casos como el de Estados Unidos, donde la banca

libre llevó a una crisis monetaria, para el caso colombiano fue una época de estabilidad

y fortalecimiento de la economía, todo basado en los principios liberales.

El periodo comprendido por la banca libre generaba grandes rentabilidades a los

banqueros, es por ello que, en medio de la coyuntura sociopolítica, el estado quiso

intervenir mediante la creación del Banco Nacional en 1880, el cual poseía grandes

privilegios frente a la banca privada, pues este emitía billetes con precios arbitrarios y de

aceptación obligatoria, fue tanto su abuso, que durante la década de 1880 se sobre-emitió

y generó una notable depreciación (Cuartas et. al, 2013).

LA REGENERACIÓN

La coyuntura sociopolítica a finales del siglo XIX dividió a los liberales entre moderados

y radicales, siendo los últimos los que tenían el poder, hecho que llevo a que políticos y

activistas conservadores impulsaran una serie de medidas y fomentaran el pensamiento

intervencionista y de protección económica nacional, al auge ocurrió cuando Rafael

Núñez subió al poder durante ocho años desde 1800, e impulso lo que llamaron “La

regeneración”, la cual en el ámbito financiero tuvo un gran impacto debido a que abolió

la emisión de billetes por parte de bancos privados, es decir, acabo con la banca libre en

el país, con el fundamento de un estado más soberano y con poder en todos los ámbitos
nacionales y amparada bajo la nueva Constitución de 1886, esta medida fue concebida

por le Ley 39 de 1880 bajo el nombre de reforma monetaria y obligo a los bancos privados

a limitar su actividad crediticia y posteriormente a recoger sus billetes y promesas en un

periodo muy corto de tiempo bajo la concepción de la unidad monetaria, para inicios de

la década de los 90, el banco fue liquidado debido a las operaciones fracasadas y que

generaron más desestabilidad que bienestar, pues las emisiones eran excesivas,

arbitrarias y los bancos privados se veían grandemente afectados por la inestabilidad

monetaria que generaba especulaciones, sin embargo, a pesar del fin del banco central,

las consecuencias quedaron y es por ello que para la época en el país se vivió grandes

crisis inflacionarias y financieras que obligaron a cerrar varios bancos privados y a

encarecer el costo de vida, cabe rescatar que en medio de la crisis, el Banco de Bogotá,

el Banco de Colombia y el Banco Alemán Antioqueño lograron sobrevivir a la crisis y en

el siglo entrante jugaron un papel muy importante dentro del desarrollo tanto financiero

como industrial, debido a su gran musculo financiero y las elites que protegían sus

intereses ahí resguardados.

A modo de conclusión

Al recorrer los distintos contextos que enmarcaron el desarrollo financiero colombiano en

el siglo XIX, logramos observar como el sistema financiero fue muy rudimental y

clandestino, consecuencia del legado español y posterior crisis económica

independentista, la iglesia, cajas de ahorro y casas comerciales marcaron la primera

mitad del siglo; de igual manera y a modo de validación de hipótesis, se logra identificar

como fueron las reformas liberales y el federalismo, las que permitieron que se diera una

creación y desarrollo bancario en las regiones, es decir, la protección de la propiedad


privada y la libertad impulsaron la iniciativa privada y fomentaron la creación de sistemas

bancarios más serios y completos, rescatando que la Constitución de Rionegro y la banca

libre permitieron que los empresarios pudieran entrar en el ámbito bancario, sin un estado

intervencionista, por otro lado, los intentos de la creación de un banco central fueron

fracasados en este siglo, y en gran medida generaron desequilibrios económicos que no

permitían un correcto funcionamiento del sistema crediticio que para la época fue libre y

el abuso de sus propiedades llevo a posteriores crisis, cabe recalcar que la característica

principal del sistema bancario formal incipiente en Colombia fue la bancarización regional

que apoyo y fomento el desarrollo social e industrial en los hoy departamentos, y que

encaminaron las diferencias notables entre ellos que hoy en día conocemos.
BIBLIOGRAFIA

Ballesta, L. (2015). EVOLUCION DEL SISTEMA FINANCIERO COLOMBIANO. Cartagena


de Indias D. T. Y C.: Universidad de Cartagena. Recuperado de: http://190.242.62.23
4:8080/jspui/bitstream/11227/2710/1/EVOLUCION%20DEL%20SISTEMA%20FIN
ANCIERO%20COLOMBIANO.pdf

Bustamante, P.A., Toro, D.F., Castro, B. (2012). SISTEMA FINANCIERO COLOMBIANO:


EVOLUCIÓN Y PESPECTIVAS. Armenia: Universidad EAN. Recuperado de:
https://repository.ean.edu.co/bitstream/handle/10882/2649/BustamantePaula2012.pdf?
sequence=2&isAllowed=y

Caballero C.. (14 de Octubre de 2015). ¿Qué transformaciones ha vivido el sector


financiero a lo largo de su historia?. Bogotá. Revista Dinero Recuperado de
https://www.dinero.com/pais/articulo/repaso-evolucion-historica-del-sector-
financiero-colombiano/214706

Caballero, C. (7 de Mayo de 2015). Un rápido recorrido por la historia del sector


financiero en Colombia. Bogotá. Revista Dinero Recuperado de https://www.dinero.com
/columnistas/edicion-impresa/articulo/un-rapido-recorrido-historia-del-sector-
financiero-colombia-carlos-caballero-argaez/95393

Correa, J. (2011). Bancos y nación. El debate monetario, 1820-1922. Credencial


Historia, (263), 8. Recuperado de: http://www.banrepcultural.org/biblioteca-
virtual/credencial-historia/numero-263/bancos-y-nacion-el-debate-monetario-1820-
1922

Correa, S. (2009). BANCA Y REGIÓN EN COLOMBIA, 1850-1880. Revista de


Economia Institucional, (11), 20.

Cuartas, A., Serna, M., Serna N. (2013). LAS ENTIDADES BANCARIAS EN COLOMBIA.
Medellín: EAFIT Recuperado de: http://www.eafit.edu.co/revistas/revistamba/Docu
ments/mba2011/3-entidades-bancarias-colombia.pdf

Franco, S. (28 de Marzo de 2003). Historia del sistema financiero colombiano. Bogotá.
Gestiopolis Recuperado de https://www.gestiopolis.com/historia-del-sistema-
financiero-colombiano/

Gonzalez, B.. (10 de Noviembre de 2009). LA HISTORIA EN NUESTROS BILLETES.


Cartagena de Indias D. T. Y C.. Museo Internacional de la Moneda Recuperado de
https://monedasybilletes.jimdo.com/historia-de-la-moneda-y-el-dinero/historia-del-
papel-moneda-en-colombia/
Meisel, A. (14 de Mayo de 1998). CÓMO ERA EL SISTEMA BANCARIO ANTES DE 1923.
Bogotá. El Tiempo. Recuperado de https://www.eltiempo.com/archivo/documento/
MAM-765786

Meisel, A. (2001). Orígenes de la banca comercial en Colombia: la banca libre, 1870-


1886. Credencial Historia, (135), 22. Recuperado de: http://www.banrepcultural.org/b
iblioteca-virtual/credencial-historia/numero-135/origenes-de-la-banca-comercial-en-
colombia

Ortiz, A. (2016). Antecedentes del crédito en Colombia: Los Censos en Santafé en la


segunda mitad del siglo XVIII. Tiempo&Economia, (3), 9-31,

Ramirez, M.. (25 de febrero de 2019). El bicentenario de la historia económica,


empresarial y financiera de Colombia. Bogotá. La Republica Recuperado de
https://www.larepublica.co/economia/el-bicentenario-de-la-historia-economica-
empresarial-y-financiera-de-colombia-2831835

Ramirez, M.. (25 de febrero de 2019). El sistema financiero colombiano pasó de 95 bancos
a 13 conglomerados. Bogotá. La Republica Recuperado de
https://www.larepublica.co/economia/el-bicentenario-de-la-historia-economica-
empresarial-y-financiera-de-colombia-2831835

Redacción de Negocios. (15 de Noviembre de 2008). De quiebras, fraudes y otras usuras.


Bogotá. El Espectador Recuperado de https://www.elespectador.com/impreso/nacional
/articuloimpreso90805-de-quiebras-fraudes-y-otras-usuras

Valencia, G. (1998). LA BANCA CENTRAL EN COLOMBIA. Pereira: BANCO DE LA


REPUBLICA. Recuperado de: http://www.banrep.gov.co/docum/ftp/borra097.pdf

Anda mungkin juga menyukai