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UNIVERSIDAD CENTRAL DE VENEZUELA

RECTOR
Antonio París

VICERRECTOR ACADÉMICO
Eleazar Narváez

VICERRECTORA ADMINISTRATIVA
Elizabeth Marval

SECRETARIA
Cecilia García-Arocha

AUTORIDADES FACULTAD DE HUMANIDADES Y EDUCACIÓN

DECANO
Vincenzo Piero Lo Monaco

COORDINADOR ACADÉMICO
Alberto Navas

COORDINADOR ADMINISTRATIVO
Eduardo Santoro

COORDINADORA DE EXTENSIÓN
Aura Marina Boadas

COORDINADORA DE POSTGRADO
Luz Marina Rivas

COORDINADORA DE INVESTIGACIÓN
Mariángeles Payer
Colección Estudios
Educación
© Fondo Editorial de Humanidades y Educación, 2008.
Departamento de Publicaciones. Universidad Central de Venezuela
Ciudad Universitaria. Caracas-Venezuela. Teléfonos: 605.2938. Fax: 605.2937

1ª edición: 2008
Tiraje: 500 ejemplares

ISBN: 978-980-00-2458-4
Depósito legal: lf 175200837029

Portada:
Carlos Pérez Cárdenas

Diagramación y montaje:
Dora Paulina Nicholls de García
Carlos Pérez Cárdenas

Impreso en Venezuela
Printed in Venezuela
Isabel Zerpa

La Ludoteca Comunitaria
Una alternativa para
la promoción de la paz

Fondo Editorial de Humanidades y Educación


Universidad Central de Venezuela
Caracas, 2008
A la memoria de mis padres:
Isabel Teresa y Carlos Alberto

Querida Lluvia
Amado Sol
Entre el cielo y la tierra
a pesar de los pesares
y junto con las alegrías,
seguimos jugando
a formar el arco iris
Agradecimiento

A la VIDA por tu maravilloso Milagro


Al Habitante Vitalicio de mi Ser, Amor de mis Amores, dueño
de la lumbre que enciende mi fuego, cada instante, cada día. Gracias
por compartir mis sueños y alimentar mi mundo de fantasías.
A Fernando Aranguren, por tu amor paciente y generoso, por
tu sonrisa; por convertirte en mi fuerza y en mi regalo más hermoso
cuando las dádivas no eran ofrecidas.
A Luz Marina, mi hermana y mi ángel protector; por tu inmenso
y amoroso apoyo y por descubrirme la luz más intensa de tu alma
cuando todo parecía lleno de penumbras.
A Mercedes Núñez, mi amiga y mi Hada Madrina, la que siempre
está: en la risa y en el llanto, en los logros y en los proyectos… Siempre.
Gracias Amiga.
A Eudy Zerpa, por tu presencia amorosa y por tus orientaciones
tecnológicas.
A Rolando Zapata, porque en medio de los contrastes de la luz
y de la sombra, siempre me acompañaste en este recorrido y nutriste
sabiamente esta experiencia.
A Carlos Izquierdo, mi maestro cuidador de sueños, por tu ternura
y por tantas… tantas coincidencias.
A Nayesia Hernández, por tu solidaridad, y por tus luces
bibliográficas.
A Amalia Herrero, por tu apoyo solidario y tus recomendaciones.
A Rosa Amaro de Chacín, por tu presencia, aun cuando no te
lo proponías, pues tu estímulo y tu confianza, fueron altamente signi-
ficativos en la realización de este trabajo.
A Soraya El Achkar, por enseñarme con tu ejemplo, el «deber
ser» de la Educación por la Paz y los Derechos Humanos.
A Juan Carlos Herrera, por acompañarme con nobleza en esta
experiencia.
A Alba Carosio, por tu lealtad, tu optimismo y tu apoyo perma-
nente en este y en otros proyectos.
A Gioconda Espina, por tu solidaridad y por tu convencimiento
pleno de que iba a lograrlo.
A Gladis Paretelli, por tus palabras de estímulo y tu apoyo biblio-
gráfico.
A José Encuentra, por tu generosa amistad y por tu maravillosa
Biblioteca.
A Ángel Valencia, porque siempre estuviste presente, con sabias
orientaciones e ingeniosas ocurrencias, por tus mitologías, por la tras-
cendencia. Amigo, dondequiera que estés, gracias de todo corazón.
A Carmen Elena Chacón, por tu generosidad y tu paciencia y
por tus creativas luces.
A Iraida Sulbarán, por tus orientaciones y tu «mágico mundo
metodológico».
A Horacio Rangel, por tu bellísimo ser, por los juegos que juntos
descubrimos, por tu apoyo incondicional.
A Bernardo Rojas, por tu infinita paciencia y por tu mundo de
«tinta, papel y vida».
A todos los que creyeron en este sueño, pero especialmente a
los que no creen en él: todos se convirtieron en un impulso vital en
el camino recorrido para alcanzarlo.
Y finalmente, a Mis Viejitos Queridos: Mi querida lluvia y mi
querido sol, por el mundo de arco íris que me regalaron y que sigue
dando luz a m vida.
A TODOS Y A TODAS, MUCHAS GRACIAS

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Fe de Vida

Desde mis ojos que miran,


desde mis manos que tocan,
desde mi lengua y mi boca,
doy fe de vida.
De vida por todas partes,
de vida por dondequiera,
de cualquier modo y manera,
a pesar de los pesares.
Vida,
vida de mi vida,
vida que da vida,
vida,
vida que acecha,
vida que ríe,
vida que besa,
vida,
vida bienvenida,
vida que convida,
vida,
vida que duele,
vida que mata,
vida que muere,
vida,
vida compañera,
vida por bandera
vida.

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Desde los sueños pendientes
y los fracasos cumplidos,
la memoria y el olvido
dan fe de vida.
En las luces y en las sombras,
con su miel y su vinagre,
a mi espejo miserable
viene a mirarse la vida.

JOAN MANUEL SERRAT

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Introducción

El trabajo que presento a continuación es el producto de muchos


momentos de inquietud y de búsquedas en torno al conocimiento
y creación de propuestas para la implantación de Ludotecas, y bien
podría llamarse «Cómo tratar de implantar una Ludoteca y no morir
en el intento», o también podría llamarse «Preámbulo para un sueño»,
pues realmente lo sigue siendo y trato de preservar en ese «intento».
Durante el transcurso del desarrollo de este trabajo ocurrió una
serie de acontecimientos que progresivamente fueron transformando
las perspectivas y los objetivos del mismo: la situación sociopolítica
de nuestro país, que va adquiriendo diferentes formas y niveles de
intolerancia, donde día a día, se hace más difícil la convivencia entre
los venezolanos y venezolanas; el incremento de la violencia, no sólo
en nuestro país sino en la mayoría de los países latinoamericanos; el
ataque terrorista a las Torres Gemelas de Nueva York (Sep. 2001);
el recrudecimiento de las guerras en el Medio Oriente y en ese contexto,
los brutales acontecimientos de la Guerra de Irak.
Todos estos acontecimientos que forman parte de los signos
culturales de nuestro tiempo y que nos afectan como ciudadanos y
ciudadanas, obviamente inciden en la realización de esta investigación,
y en consecuencia, fue necesario el desarrollo de un proceso reflexivo
y crítico de la realidad. Por ello, los objetivos previos de la misma,
que estaban centrados en el estudio de la Ludoteca como alternativa
de Animación Sociocultural, se orientaron hacia el estudio de las Lu-
dotecas comunitarias, como alternativas para la promoción de la paz

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y se centraron en el estudio particular del Proyecto «Una Ludoteca
Para Ti», desarrollado en algunos países de América Latina, auspiciado
por la Organización Mundial de Educación Preescolar y el Consorcio
Internacional del Desarrollo de la Educación.
En el camino recorrido fue significativa la relación rutinaria y
cotidiana entre la práctica y la teoría. En esta relación, descubrí progre-
sivamente en la investigación documental, por una parte, un rico e
interesante universo en torno a las experiencias de las Ludotecas, su
diversidad y sus funciones, y por otra parte, un no menos interesante
y variado abanico de posibilidades en torno al estudio de la Cultura y
la Educación para la Paz. Estos dos universos son poco conocidos en
el ámbito educativo venezolano y darlos a conocer se convierte en ob-
jetivos de este trabajo, pues se consideran de vital importancia para
humanizar el tiempo y el espacio de la sociedad venezolana.
También ha sido relevante considerar las propuestas sobre la promo-
ción de la cultura de La Paz, evidente en las resoluciones y programas
de organismos internacionales como UNESCO, la Naciones Unidas,
la Organización Mundial de Educación Preescolar (OMEP), la Conven-
ción Internacional de los Derechos del Niño, entre otros. Estas considera-
ciones también conducen a un conjunto de reflexiones, en torno a la teoría
y la práctica, cuando nos referimos a la educación para la paz y la creación
de alternativas para su desarrollo, generando espacios para la participa-
ción, para la honestidad, la solidaridad, la equidad, la convivencia.
Todo ello, también me ha llevado a pensar en una acción con-
gruente, es decir, una relación verdadera entre el decir y el hacer. En
consecuencia, todo lo descrito anteriormente, ha formado parte de
los caminos y «descaminos» recorridos en la metodología creada y de-
sarrollada en la realización de este trabajo, inscrito en una experiencia
de Investigación-Acción, partiendo, entre otras premisas, de los plan-
teamientos de Gloria Pérez Serrano:

…La investigación-acción, puede aportar una vía para la reflexión siste-


mática sobre la acción, a la vez que facilita un procedimiento de incom-
parable valor para clarificar y definir hacia dónde se camina. Proporciona
también elementos que ayudan a redimensionar las tareas y replantear los
objetivos que se pretenden alcanzar (Pérez S,1998:130).

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Tal como lo planteaba anteriormente, en este trabajo se recorrió
un largo camino, donde además de estudiar la realidad sobre el tema
en cuestión, a partir de variadas fuentes documentales y en diversos ámbi-
tos educativos y socioculturales, también desarrollé diferentes experien-
cias prácticas, a partir del diseño de proyectos y la implantación de
algunos de ellos para la creación de ludotecas en distintas escuelas e
instituciones de atención a niños y niñas en situación de riesgo, como
se verá en el desarrollo de diferentes capítulos del siguiente trabajo.
Todo ello me permitió un contacto directo con experiencias que me
llevaron conocer la poca importancia que se le da a la actividad lúdica
en el entorno educativo, así como el gran desconocimiento existente
sobre las ludotecas, sus características y sus funciones.
Las actividades desarrolladas, el contacto con maestros y maestras,
los encuentros realizados en talleres y entrevistas, integrados a la inves-
tigación documental que realicé durante todo el trabajo, constituyeron
elementos para la reflexión crítica y para la creación de una propuesta
final que incide a la realidad estudiada.
Cada uno de los pasos desarrollados en esta investigación, cada
uno de los caminos y «descaminos» recorridos y «desandados» se reflejan
en los siguientes capítulos:

CAPÍTULO I: Ausencias y Presencias, ¿En Nuestro Lúdico Uni-


verso? He Aquí el Problema. En este Capítulo se hace el Planteamiento
del Problema, centrado fundamentalmente en el entorno de la situación
de crisis del país; la necesidad de crear espacios para la convivencia y
se considera por supuesto, la necesidad del estudio de las Ludotecas
y la necesidad de crear alternativas como ésta, para profundizar en la
Cultura de Paz. Se describen los objetivos de la Investigación y sus
respectivos Antecedentes.
CAPÍTULO II: Entre Historias y Juegos: Las Ludotecas. En
este capítulo se describe el universo descubierto en torno a las Ludotecas,
partiendo desde sus orígenes y en medio del asombro que me toca
en cada encuentro, en la investigación documental, en diferentes países
del mundo, donde las Ludotecas en una amplia diversidad cumplen

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un conjunto de funciones, más allá de las escuelas y de la educación
formal en general.
También se describen las características generales de la estructura
y funcionamiento de las Ludotecas, así como las funciones de las mis-
mas. Por otra parte, se esbozan las funciones del Ludotecario de los
animadores de este espacio interactivo y lleno de magia.
CAPÍTULO III: América Latina: Crítica. Lúdica y Animosa.
En éste se describe la experiencia de las Ludotecas comunitarias en
América Latina, tomando como base el Informe Global de la expe-
riencia del Proyecto «Una Ludoteca para ti», presentado por la OMEP
y el CIDE, en el año 1996 y que sirve como referencia a otras expe-
riencias latinoamericanas.
En este Capítulo se dedica atención especial a las experiencias
de las Ludotecas comunitarias de Colombia y Brasil, descritas en el
Proyecto «Una Ludoteca para ti». Se describe y se desarrolla un análisis
crítico reflexivo, centrado en estas experiencias comunitarias, carac-
terizadas por la promoción y animación sociocultural orientadas en
el contexto de la experiencia lúdica y la educación para la paz.
Todo lo realizado en este capítulo se constituye en una de las
bases fundamentales que nutre los lineamientos de la propuesta que
se presenta en el Capítulo V.
CAPÍTULO IV: Juguemos y Construyamos la Paz. Después
del estudio de las experiencias lúdicas y comunitarias del Proyecto
«Una Ludoteca para ti» y antes de presentar los lineamientos de una
Propuesta para la Promoción de la Paz, era imperiosa la necesidad
de estudiar y establecer las relaciones entre la experiencia lúdica y la
experiencia de la paz, por ello en este capítulo me dediqué especialmente
a hurgar sobre conceptos, inquietudes referentes a la paz, particular-
mente sobre las concepciones existentes en torno a: «Paz Negativa y
Paz Positiva» y en consecuencia, me detuve en la Cultura y la Educación
para la Paz. Conjuntamente revisé diversas dimensiones de la experien-
cia lúdica, partiendo de algunas teorías del juego, considerando la
experiencia lúdica como un espacio para la convivencia, para la pro-

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moción de la paz y la defensa de los derechos humanos, particularmente
de los derechos de los niños y niñas.
CAPÍTULO V: La Ludoteca Comunitaria, Una Alternativa para
la Promoción de la Paz (Lineamientos de una Propuesta). Se explica
por si mismo. En este capítulo, además de presentar los argumentos
que sustentan la propuesta y proponer algunas líneas para la estructu-
ración y funcionamiento de la Ludoteca, se presenta un inventario
de Actividades para llevar a cabo en el entorno de la Ludoteca comu-
nitaria. En este capítulo se trata de integrar lo que se podría denominar
el conjunto de aprendizajes y descubrimientos del proceso teórico y
práctico de este trabajo; centrado en ejes fundamentales como son:
el estudio de las Ludotecas; el análisis de las experiencias comunitarias
del proyecto latinoamericano Una Ludoteca Para Ti; la reflexión en
torno al concepto y la experiencia de la promoción de la paz y su
vinculación con la experiencia lúdica, como factor esencial para el desa-
rrollo del ser humano y el mejoramiento de su calidad de vida.
Finalmente, se presentan las Conclusiones y las Recomendaciones,
que bajo la perspectiva de la Investigación Acción-Reflexión nos llevan
a un nuevo punto de partida, considerando los descubrimientos, los
aprendizajes, los logros y las limitaciones de esta investigación, que
en todo caso, nos conecta con una visión esperanzadora; en medio
del caos de intolerancia que vivimos, experiencias como las Ludotecas
comunitarias, así como otras similares, pueden abrir espacios para la
convivencia sana y la promoción de la paz.

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18
Capítulo I
Ausencias y presencias,
¿en nuestro Lúdico Universo?
He aquí el problema

La experiencia lúdica forma parte de la esencia de todas las per-


sonas. Esto no es nuevo y lo sabemos desde tiempos muy remotos,
pues el juego está presente, como lo afirma Huizinga «en las grandes
ocupaciones primordiales del ser humano» (1974:15). Esta afirmación
que puede haberse convertido en un lugar común, que han profundi-
zado diferentes especialistas, se convierte en una verdad que nos toca
día a día, en el fluir de nuestras acciones, en la expresión de nuestras
actitudes, en el desarrollo de nuestras costumbres, en el más variado
universo de nuestras expresiones de comunicación; pero no siempre
estamos abiertos a reconocer la presencia de lo lúdico en nuestro ser.
Estamos entonces frente a una primera ausencia: no reconocemos el
significado de la experiencia lúdica en nuestra vida; quizás porque somos
unos adultos muy serios y muy comprometidos, y en el ámbito de
la educación formal, muy «académicos». Pareciera que en ésta, la expe-
riencia lúdica «no está permitida», porque debemos centrarnos en el
cumplimiento de unas normas, en el desarrollo de una experiencia
curricular que ha de realizarse en un tiempo y en un espacio específi-
cos. En esta dinámica no nos damos cuenta de que el ser humano
se encuentra así mismo en la experiencia lúdica, en el mundo de
la invención, de la fantasía; en la fiesta que organiza para sí mismo
y para compartir con los otros. A través del juego nos vinculamos
con la realidad, con el mundo de lo concreto, de lo aprehensible, pero
simultáneamente somos capaces de fantasear, de recrear el mundo de
la imaginación.

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Sin embargo, esta presencia vital que ha sido objeto de muchos
estudios teóricos, en la actualidad, en nuestro país, es abordada en
los diferentes contextos socioeducativos y culturales, como un recurso
instruccional, como una herramienta didáctica en los procesos de ense-
ñanza-aprendizaje, produciendo así, algunos aportes para el desarrollo
del currículo en el contexto de la educación formal, pero perdiendo
el sentido real de una verdadera experiencia lúdica, la cual debe desa-
rrollarse en un ámbito de libertad y de disfrute placentero.
Por otra parte, en el contexto de lo que conocemos como educa-
ción informal, nos encontramos también con un conjunto de situacio-
nes que bien pueden ser expresión de otras ausencias en «nuestro lúdico
universo». He aquí una de las dimensiones más significativas del proble-
ma: una grave crisis socioeconómica, política y cultural, enmarcada
en una crisis más profunda y determinante: una crisis de valores, donde
la intolerancia, el irrespeto, la violencia, la inseguridad, día a día nos
acortan los espacios para una convivencia más humana, más solidaria,
que no nos permite vivir en paz.
La reducción del espacio en el hogar y en la calle, el alto costo
de la vida, las escasas opciones existentes para un adecuado uso del
tiempo libre, forman parte de una problemática que incide de forma
negativa en el desarrollo de una recreación sana y en la realización
de una actividad lúdica armoniosa, necesarias para el desarrollo integral
del ser humano. La inexistencia de opciones efectivas en este sentido,
nos hunde en una especie de ocio sedentario, situación que afecta funda-
mentalmente a la población infantil y juvenil y esta realidad está presen-
te en la ciudad y en la provincia, en contextos de educación informal:
en el hogar, en el ambiente familiar, en los diferentes espacios «compar-
tidos» en parques, plazas, asociaciones de vecinos, entre otros.
Niños y jóvenes y también los adultos, hemos dejado de jugar,
de asombrarnos, de vivir intensa y plácidamente estas experiencias.
Nuestras vidas agitadas, inmersas en la complejidad de los apuros, de
los compromisos; nuestro quehacer cotidiano inmerso en un mundo
creciente de inseguridad social, nos sumergen en una gran soledad,
que nos impide comunicarnos espontáneamente, que no sólo nos dis-

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tancia y nos convierte en una sociedad cada vez más individualista
sino que tampoco nos permite profundizar en el sentido lúdico de
la vida. Progresivamente le hemos ido restando espacios a la frescura
y a la alegría verdaderas, a la vez que hemos acortado los momentos
para los sueños, las fantasías, los juegos, la creatividad y la solidaridad.
Todo esto incide en el desarrollo del individuo y de la comunidad
y en consecuencia, nos lleva necesariamente a pensar en opciones para
vivir más humanamente, para construir un país y un mundo diferentes,
para enriquecer nuestra calidad de vida.
Frente a estas situaciones, es necesario crear propuestas para la
promoción de una Cultura para la Paz. En el contexto de dichas rea-
lidades y siguiendo la línea de investigación que me he planteado desde
hace varios años (Zerpa A.: 1995), en la cual he abordado el sentido
y el significado de la experiencia lúdica en el desarrollo del ser humano
en diferentes contextos y donde he hecho hincapié en la actitud y en
el quehacer de los docentes, me di a la tarea de continuar mi búsqueda
y me he detenido específicamente en los aportes que han tenido las
Ludotecas en diferentes países del mundo, particularmente en el con-
texto de América Latina con la experiencia desarrollada a partir de
las Ludotecas Comunitarias. Esta búsqueda iniciada, hace algunos años,
me ha puesto en contacto con varias realidades: en primera instancia,
me conecté con una larga historia en torno a la creación y al estudio
de las Ludotecas, las cuales han sido creadas desde los años 30. Algunas
fuentes sitúan las primeras Ludotecas en los países escandinavos; la
mayoría de las fuentes afirman que la primera Ludoteca fue fundada
en Los Ángeles, California, en 1934. Según J. Garón (1996), algunos
autores mencionan la existencia de centros de préstamo de juguetes
que funcionaron con éxito en la ciudad de Indianápolis entre 1939-
1942, en plena Guerra Mundial, creados con el propósito claramente
definido de ayudar a los niños de los sectores desfavorecidos durante
este difícil período de la historia. En 1960, la UNESCO propone la
idea a nivel internacional. Hoy en día, encontramos Ludotecas en distin-
tos países del mundo. Esta experiencia se ha convertido en una alternativa
para la animación sociocultural. Las Ludotecas poco a poco han dejado

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de ser sólo centros de préstamo de juguetes, para convertirse en apoyo
para la resolución de problemas sociales y educativos.
Por otra parte, me he acercado a la existencia de las Ludotecas
Comunitarias en diferentes países de América Latina, cuyos principales
beneficiarios son los niños y las familias:

Las Ludotecas Comunitarias se basan en un principio muy claro de inte-


gración multisectorial, multigeneracional, multi-institucional; se prestan
a una integración multicultural y multiétnica, a una integración de niños
de diferentes clases sociales y de niños con capacidad física e intelectual
diferentes; están abiertas a los adultos, hombres y mujeres; vinculan a dife-
rentes tipos de educadores; abren el camino a nuevas prácticas que se arrai-
gan y se multiplicarán para procurar beneficios más amplios y a largo plazo.
En este sentido, las Ludotecas comunitarias en entornos marginalizados se
acercan, por su estrategia, a los «jardines de la paz» propuestos por el equipo
del proyecto Health Reach de la Universidad McMaster para sanar secuelas
dejadas en los niños por la guerra. (Dorion C,1996:17)

Estos hallazgos, ubicados en la investigación documental sobre


el juego y las Ludotecas, unidos a mi búsqueda específica sobre la
existencia de Ludotecas en Venezuela, me permite confrontar en nues-
tro país, una realidad llena de ausencias en este sentido: no existe el
vocablo Ludoteca en el léxico de educadores, recreadores, promotores
culturales venezolanos; por lo tanto, se conoce muy poco del mismo
en la escuela, y en diversas instituciones culturales. En consecuencia,
si partimos del desconocimiento del término, mal se puede aspirar a
que éste tenga sentido en el quehacer cotidiano de las personas y de
las instituciones. No obstante, me he encontrado con algunas experiencias
aisladas, donde el término Ludoteca es aplicado a diversos espacios
y experiencias para la construcción de juguetes y la realización de activi-
dades lúdicas, a partir del uso de los mismos, tal es el caso de la empre-
sa comercial «Grupo Guataco», a través de la cual se desarrollan algunos
talleres para la construcción de juguetes tradicionales y la realización
de juegos competitivos; una experiencia más o menos similar propone
la Fundación «Taller La Mano», a partir de la creación de juguetes
tradicionales. Pero como observamos, ninguna de estas experiencias

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cumple con las características fundamentales de una Ludoteca, en prin-
cipio, como espacio para la participación de niñas y niños, adolescentes
y adultos a través del uso y préstamo de juguetes. Por otra parte, tenemos
referencia de algunas «Ludotecas» existentes en colegios privados, que
funcionan en los espacios internos de los mismos y que en todo caso,
se asemejan en cuanto a estructura y funcionamiento, a las bibliotecas
escolares, en torno al sistema de préstamo, pero más allá de este objetivo,
no se persiguen otros de interacción social y cultural.
En cuanto al universo de la experiencia lúdica y al mundo del
juguete, es bien conocida por la mayoría de los venezolanos, por lo
menos de los caraqueños, la experiencia del Museo de los Niños, pero
no es una Ludoteca propiamente dicha. También hemos tenido referencia
de las iniciativas individuales de personas como Sobeida Jiménez (1999),
quien en Puerto Píritu, a partir de su mágico mundo de muñecas de
trapo, intenta abrir un espacio para la creación y el juego, con la parti-
cipación de los niños y las madres de su región. Quizá sea ésta la propuesta
que más se acerque a una Ludoteca Comunitaria.
Es obligante mencionar algunas experiencias (propuestas para la
creación de Ludotecas) donde me he involucrado: Una Ludoteca para
los Niños del INAM, la cual fue diseñada con una perspectiva de inte-
racción participativa y de integración de todas las modalidades y pro-
gramas de esa institución y se planteó como una propuesta de animación
sociocultural. Al hacer un seguimiento posterior y de manera informal,
pude constatar que la Ludoteca se redujo a un espacio donde se alma-
cenaban juguetes, donde los niños podían ir de vez en cuando; esto
sin vincular este espacio con ninguno de los objetivos planteados en
torno al desarrollo integral del ser humano, y a la participación interac-
tiva de la comunidad y en consecuencia, sin desarrollar ninguna de
las actividades propuestas para su implantación y desarrollo.
Presenté otras propuestas a diferentes instituciones: Una Ludoteca
para el Museo Jacobo Borges (1996), una propuesta que pretendía incor-
porar a las escuelas y a esta institución en una experiencia de animación
sociocultural, para fortalecer la participación y las relaciones entre la
escuela y la comunidad. Así mismo ofrecí otra propuesta al Ministerio

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de Educación, enmarcada en el entorno de la filosofía Proyecto Peda-
gógico Plantel (1998). En ninguno de estos casos, obtuve respuestas
satisfactorias, independientemente de la existencia o no de los recursos
económicos, no se entendió el espíritu del proyecto.
Posteriormente, en el año 2000, participé, conjuntamente con
el antropólogo Rolando Zapata, en el Proyecto «Una Ludoteca para
la Escuela Bolivariana Florencio Jiménez: una Alternativa de Animación
Sociocultural». Esta propuesta comenzó a desarrollarse con el esfuerzo
integrado de los creadores de la misma y parte del personal de la escuela.
Se logró inaugurar la Ludoteca en el mes de junio del año 2000. Se
realizaron algunas actividades de animación sociocultural a partir del
desarrollo de la narración oral, la realización de algunos talleres (títeres,
teatro, sensibilización en torno al juego, entre otros). Se pusieron en
marcha algunas actividades, con la incorporación de maestros y alumnos,
pero hasta los momentos no se ha logrado la incorporación del resto
de la comunidad educativa y local de la escuela. En la actualidad este
proyecto está paralizado por falta de recursos económicos y por la in-
comprensión del verdadero sentido del mismo, como opción para la
animación sociocultural, donde la participación de la comunidad es
altamente significativa.
En los actuales momentos, los espacios para el sentir lúdico y
para la expresión de la alegría van acortándose cada día más. En el
contexto de nuestras instituciones educativas y culturales, este universo
lúdico es precario, opaco, cuando no brilla por su ausencia, salvo en
experiencias, producto de iniciativas individuales muy aisladas. En la
actualidad, el juego que predomina en los diferentes sectores de nuestra
sociedad es el de la pugnacidad política, el del enfrentamiento, la into-
lerancia, el de la falta de objetividad de los medios; todo ello dominado
por un lenguaje agresivo, descalificador y en consecuencia, altamente
irrespetuoso, tanto en el sector gubernamental como en los sectores
que lo adversan. Esta situación es realmente preocupante y más que
preocupante angustiosa, pues si desde hace algunos años, venimos su-
friendo las consecuencias de una grave crisis económica, signada por
la inseguridad, el incremento de la delincuencia y la prostitución infantil

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y juvenil, la deserción escolar, ahora esta crisis es abrazada por el incre-
mento de la violencia en los más variados sentidos. Según cifras de
los organismos de seguridad, Venezuela mantiene un alto nivel de cri-
minalidad que lo lleva a colocarse entre los países con mayores índices
de delincuencia a nivel mundial:

…en lo que se refiere a las cifras de homicidios, se ha experimentado du-


rante el año 2000 un incremento del 30% con respecto a 1999, que se
verificó en la comisión de más de siete mil muertes violentas» (CECODAP,
2001:115). Esta terrible situación, que durante mucho tiempo, nos lleva
los días lunes a leer en los diarios, especies de «partes de guerra», ha llevado
a algunos funcionarios gubernamentales a hacer afirmaciones como las
siguientes: «Venezuela, país donde se comete un promedio de 100 homi-
cidios cada fin de semana, vive la peor ola delictiva de los últimos 20 años
(Simonovis, 2001:10).

En el registro realizado por CECODAP, en su informe Somos


noticia, correspondiente al período septiembre 2001-agosto 2002, se
refleja la muerte violenta de 100 niños, niñas y adolescentes, durante
este período de estudio.
A esta situación de muertes violentas debemos agregar otras situa-
ciones igualmente violentas, tales como el incremento de la población
infantil trabajadora, todavía manejable en relación con otros países
de la región:

…en el caso de Venezuela se reconoce oficialmente que existen unos


80.000 niños, niñas y adolescentes trabajadores, lo que representaría ape-
nas el 2,5% de la población total entre 10 y 14 años (…), indicando que
en América Latina, Venezuela todavía posee índices manejables, ubicán-
dose solamente por debajo de Chile y Uruguay… (CECODAP, 2001:
p. 145)

Bien, después de haber presentado este panorama me pregunto


nuevamente: ¿debemos quedarnos cruzados de brazos? ¿Es que no exis-
ten alternativas para enfrentar y contrarrestar tanta adversidad?… Y
en el entorno de esta investigación, ¿cómo relacionar el mundo de las
Ludotecas y sus funciones con la realidad descrita? Y aún más: ¿cómo

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vincular las Ludotecas con la promoción de la paz en el entorno de
las actuales circunstancias, no sólo de nuestro país, sino de toda la región
latinoamericana? Pues bien, a través de este trabajo trataré de dar algunas
respuestas a las interrogantes que he planteado. Soy optimista y por
supuesto que creo en la existencia de alternativas para transformar esta
realidad, algunas de ellas las he conocido en el mismo proceso de esta
investigación y haré hincapié en el estudio de las experiencias desarro-
lladas, a partir de la ejecución del Proyecto «Una Ludoteca para ti»,
realizado en varios países de América Latina, desde el año 1994, donde
todas estas experiencias se caracterizan por la participación de la comu-
nidad, estrategias de animación sociocultural y la promoción de los
derechos humanos. Estas experiencias se constituyen en un modelo
a seguir, al considerar los lineamientos para una propuesta de creación
de Ludotecas en nuestro país, como alternativa para la promoción de
la Paz.

RAZONES QUE JUSTIFICAN ESTA INVESTIGACIÓN

El problema que he expuesto previamente se convierte por sí mis-


mo en la justificación de este trabajo. Sin embargo, quiero hacer hinca-
pié en razones que tocan nuestra sensibilidad y nuestra calidad de vida,
como venezolanos y venezolanas y como seres humanos pertenecientes
al globo terrestre; todas estas razones están muy vinculadas con los
acontecimientos de los últimos años: el recrudecimiento de la guerra
en el Medio Oriente, el ataque terrorista a las Torres Gemelas de Nueva
York, el día 11 de septiembre de 2001, la guerra en nuestro vecino
país: Colombia, la guerra reciente de EE.UU, e Irak y, particularmente,
los últimos acontecimientos acaecidos en Venezuela, nuestro territorio,
antes del 11 de abril y durante los días siguientes del año 2002 y prin-
cipios del año 2003; todo ello unido a una actitud hostil de la sociedad
en general, donde se han acentuado las divisiones y la intolerancia
y donde nos enfrentamos continuamente, creando un ambiente en
el que la convivencia, cada día es más difícil y nuestra población infantil
y juvenil está considerablemente afectada, convirtiéndose en víctimas
invisibles de este proceso. Necesitamos abrir espacios para la investiga-

26
ción y la reflexión, para rescatar la tolerancia, el respeto por los derechos
humanos de niños y niñas, de hombres y mujeres; necesitamos recu-
perar la sonrisa, rescatar la alegría; necesitamos vivir en paz.
Esta investigación se justifica en un mundo paradójico: por una
parte, vivimos todos estos terribles e inhumanos acontecimientos y,
por otra parte, en el año 1998, la Organización de Naciones Unidas
decretó el período 2001-2010 como el Decenio Internacional de una
Cultura de Paz y no Violencia para los Niños del Mundo. (Resolución
53/25 del 10 de noviembre de 1998). Justifico este trabajo en el marco
paradójico de estas situaciones, a la luz de los signos socioculturales
de estos nuevos y difíciles tiempos.
En el Programa de Acción sobre una Cultura de Paz, propuesto
por la Organización de Naciones Unidas y aprobado el 13 de septiembre
de 1999, se hace hincapié, entre numerosos aspectos, en los siguientes:

B. Consolidación de las medidas que adopten todos los agentes per-


tinentes en los planos nacional, regional e internacional.

9. Medidas para promover una Cultura de Paz por medio de


la educación:

a. Revitalizar las actividades nacionales y la cooperación inter-


nacional destinada a promover los objetivos de la educa-
ción para todos con miras a lograr el desarrollo humano,
social y económico y promover una Cultura de Paz.
b. Velar porque los niños, desde la primera infancia, reciban
instrucción sobre valores, actitudes, comportamientos y
estilos de vida que les permitan resolver conflictos por
medios pacíficos y en un espíritu de respeto por la dignidad
humana y de tolerancia y no-discriminación.
c. Hacer que los niños participen en actividades en que se
les inculquen los valores y los objetivos de una Cultura
de Paz.
d. Velar porque haya igualdad de acceso de las mujeres, espe-
cialmente de las niñas, a la educación […] (Resolución

27
aprobada por la Asamblea General de la ONU 53/243
Declaración y Programa de Acción sobre una Cultura de
Paz, 6 de octubre de 1999).

Considerando las propuestas de los organismos internacionales


y los planteamientos que en materia de derechos humanos, en particu-
lar, a la luz de la Convención Internacional sobre los Derechos del
Niño (2000), me propongo la realización de este trabajo para estudiar
el aporte de las Ludotecas Comunitarias en el fortalecimiento del desa-
rrollo social y cultural de algunos países de América Latina, y su contri-
bución a la reducción de la violencia y la marginalidad, a la transmisión
de valores humanos y culturales en contextos de graves crisis políticas
y económicas.
Asímismo, me parece necesario desarrollar un proceso de reflexión
crítica sobre la relación existente entre el desarrollo de la experiencia
lúdica y la promoción de una Cultura de Paz, para presentar los linea-
mientos generales de una propuesta en torno a la misma, a través de
la creación de Ludotecas Comunitarias en contextos educativos y cul-
turales en nuestro país, en el marco del Decenio Internacional de una
Cultura de Paz y No Violencia para los Niños del Mundo.
En los actuales momentos es necesario pensar y proponer opciones
para darle sentido a la participación comunitaria y al uso del tiempo
libre; profundizar en el significado de la experiencia lúdica en la vida
de cada ser humano, nos permitirá aproximarnos a la promoción de
alternativas para una Cultura de Paz y de respeto por los derechos
humanos, en el Marco del Decenio Internacional de una Cultura de
Paz y No Violencia para los Niños del Mundo.
Si bien es cierto, como lo dirían algunos autores «que el juego no
hace milagros», también es una realidad que el espíritu de libertad, la
placidez y la solidaridad que nos proporcionan la experiencia lúdica,
pueden acercarnos a la profundización de una convivencia más sana,
a la construcción de una sociedad más equilibrada emocionalmente, a
la promoción y defensa de los derechos de niños y niñas en cualquier
espacio del mundo.

28
OBJETIVOS

Objetivo general

Crear los lineamientos generales de una Propuesta para la implan-


tación de Ludotecas Comunitarias, en diversos ámbitos educativos
y culturales de nuestro país, con miras a la promoción de la paz.

Objetivos específicos
• Dar a conocer los aportes de las Ludotecas en diferentes con-
textos del mundo, como experiencia que promueven el desarro-
llo sociocultural y el respeto por los derechos humanos.
• Identificar las características y funciones de las Ludotecas en
diversos espacios y comunidades.
• Estudiar algunas experiencias sobre la creación de Ludotecas
Comunitarias, a partir del Proyecto Latinoamericano «Una Lu-
doteca para ti» desarrollado en América Latina.
• Determinar la importancia de la relación existente entre la expe-
riencia lúdica y la promoción de la cultura de la paz.
• Construir las líneas y bases fundamentales para la creación de
Ludotecas Comunitarias en el contexto de la realidad venezolana.

ANTECEDENTES

Para el desarrollo de esta investigación ha sido necesario conside-


rar experiencias de trabajos vinculados con el tema, no sólo desde
el punto de vista investigativo propiamente dicho, sino desde el punto
de vista de elaboración y ejecución de proyectos para la creación e
implantación de Ludotecas en diferentes latitudes geográficas y en di-
versos contextos socioculturales, especialmente de España y América
Latina. Igualmente, ha sido necesario tomar en cuenta, experiencias
vinculadas con la experiencia lúdica y la promoción de la paz
Este trabajo que ha ocupado mi tiempo y mi espacio durante varios
años, me ha permitido encontrarme con experiencias tan relevantes como
las desarrolladas por María de Borja Solé: Estudio para la Implantación

29
de Ludotecas (1979), tesis doctoral realizada en la Universidad de
Barcelona. Constituye el primer aporte en castellano al estudio de las
Ludotecas. María de Borja Solé es la responsable directa de la creación
de las primeras Ludotecas en España, a partir del año 1980. Al trabajo
mencionado, siguen otros de la misma autora, pero sólo me detendré
en El Juego Infantil, Organización de Ludotecas (1980), trabajo donde
la autora dedica espacio importante al estudio del juego en el desarrollo
del niño, caracterización, organización y funcionamiento de las Ludo-
tecas y en El modelo Ibérico de Ludotecas, Algunos fundamentos
pedagógicos (1991), donde María de Borja Solé realiza un estudio
sobre la experiencia desarrollada en España y profundiza en el aspecto
pedagógico en diferentes contextos.
Otra experiencia española que me parece importante destacar es
la realizada por María López Matallana y Jesús Villegas: Organización
y Animación de Ludotecas (1999). En este trabajo los autores realizan
un estudio de la experiencia de quince años en la creación de Ludotecas
en España. Se proponen «facilitar la evolución del movimiento ludo-
tecario, mediante una visión globalizadora de este pequeño y sugerente
mundo» (pág. 12). Por otra parte, presentan una interesante propuesta
de alternativas de animación para las Ludotecas.
Josué Llull Peñalba, en su obra Teoría y Práctica de la Educación
en el Tiempo Libre (2001). En este trabajo se abordan, entre otros
aspectos: la descripción de algunos modelos de educación en el tiempo
libre, donde las Ludotecas se constituyen en un eje fundamental, con-
juntamente con la animación de centros escolares, las asociaciones juve-
niles y la intervención en el ocio adulto.
En el ámbito de América Latina, se encontró un conjunto signifi-
cativo de experiencias, que pasan por la descripción de la creación
y ejecución de proyectos de Ludotecas, así como por el estudio y análisis
de las mismas. Mencionaré algunas de estas experiencias, las cuales
he considerado de mayor relevancia para esta investigación y algunas
de ellas me han servido de referencia específica para la creación de
los lineamientos de la Propuesta que presentaré en este trabajo.
Karen Dorion Coupal en el Informe General del CIDE y la
OMEP sobre el Proyecto «Una Ludoteca para ti» (1996), donde se

30
describe detalladamente el proceso de creación e implantación de las
Ludotecas en Brasil, Colombia, México, Honduras y Panamá, a partir
de los aportes de cada una de sus ejecutoras.
Rosa Helena Bautista realiza un estudio sobre las características
generales de las experiencias desarrolladas a partir de las Ludotecas
Comunitarias en América Latina, en su trabajo titulado: Ludoteca.
Un espacio comunitario de recreación (1996). La autora hace hincapié
en la experiencia desarrollada a través de las Ludotecas Comunitarias,
particularmente en países como Brasil y Colombia.
Otro aporte en torno al estudio de las Ludotecas lo constituye
el realizado por M. Sonia Trujillo Pavez: Ludoteca. Una alternativa
para rescatar el derecho de nuestros niños y niñas a jugar (2002),
trabajo presentado en el II Encuentro Latinoamericano de Recreación
y Tiempo Libre, centrado en un estudio sobre los aportes de las Ludo-
tecas en pro de la defensa de los derechos del niño.
Antonio Vicent realiza una interesante propuesta a partir de la crea-
ción del trabajo titulado Juegos para la Cooperación y la Paz (2000),
considerando la realidad latinoamericana, el desarrollo y la promoción
de los derechos humanos y la participación de niños y niñas.
Algunos Aportes desde la Recreación Dirigida para la Construc-
ción de la Convivencia y la Paz (2002). Uno de los aportes más recien-
tes en el estudio de la importancia de la experiencia lúdica, la recreación
y el sentido de la paz en los procesos de convivencia y cooperación
en procesos socioculturales en América Latina, presentado en Bogotá en
el II Congreso Latinoamericano de Recreación y Tiempo Libre, por
la Organización Colombiana FUNLIBRE.
A continuación presentaré algunos antecedentes que se consti-
tuyen en aportes para este trabajo, desde la experiencia desarrollada
en Venezuela:

José Dávila, El Juego y la Ludoteca (1987). Trabajo desarrollado


en la Universidad de los Andes en el Estado Miranda y que estudia
los aportes del juego y de las Ludotecas en los procesos de enseñanza
aprendizaje, en áreas específicas como las matemáticas.

31
La profesora Yolanda Puentes de Puello realizó el trabajo titulado:
Ludoteca, Espacio de Recreación y Aprendizaje (1995), cuya investi-
gación tiene como objetivo fundamental presentar un estudio acerca
del juego infantil y su importancia en el desarrollo integral del niño
y, de la Ludoteca como centro de recreación y de aprendizaje.
También considero como antecedentes de esta investigación espe-
cífica las propuestas en las cuales he participado previamente: Una
Ludoteca para los Niños del INAM (Zerpa, I: 1995), donde se hizo
un diagnóstico de necesidades, y se toma en cuenta las modalidades
de atención de esta institución: Niños en situación de Abandono; Niños
y Adolescentes en situación de peligro y Centros de Atención Comu-
nitaria. Se planteó una propuesta pedagógica con un enfoque basado
en la Animación Sociocultural, considerando las características de cada
modalidad, las necesidades de los niños y la sensibilización y capaci-
tación del personal que atiende a la población de niños y adolescentes
de este organismo.
Otra propuesta fue presentada en el Ministerio de Educación:
La Ludoteca. Una Alternativa de Animación Sociocultural en el Pro-
yecto Pedagógico de Plantel (Zapata, R. y Zerpa, I.: 1998). A través
de esta propuesta se pretende estudiar la experiencia lúdica en el ámbito
escolar; fortalecer las relaciones entre la escuela y la comunidad, entre
otros objetivos.
Otro trabajo, antecedente de esta investigación, es el presentado
en el II Congreso Venezolano de Extensión Universitaria: La Creación
de Ludotecas para la Promoción de la Paz: Una Alternativa de Exten-
sión Universitaria. Hablemos de una Propuesta (Zerpa A., Isabel:
2001), Caracas, Universidad Central de Venezuela.
Finalmente, se considera como antecedente en esta investigación:
Una Ludoteca para la Escuela Bolivariana «Florencio Jiménez» (Za-
pata, R. y Zerpa I.: 2000). Esta propuesta logró desarrollarse en una
etapa inicial, a partir de la realización de varios talleres de narración
oral, títeres, teatro, artes plásticas, construcción de juguetes tradiciona-
les, Un estudio inicial de investigación sobre las experiencias lúdicas
del recreo, la implantación de la Ludoteca y del servicio ludotecario.

32
Capítulo II
Entre historias y juegos: Las ludotecas

En este segundo capítulo voy a dedicarme a la tarea de describir


el amplio y diverso mundo de las Ludotecas, comenzando por lo que
denomino la «aventura de un término», recorriendo el camino de la de-
finición, el encuentro con diversos tipos de Ludoteca en distintas lati-
tudes del mundo, conjuntamente con la variedad de sus funciones;
sin dejar de detenerme en la descripción necesaria de su organización
y de los elementos que la constituyen.

GÉNESIS DE UNA AVENTURA O LOS ORÍGENES DE UN TÉRMINO:

La palabra Ludoteca es un neologismo que se ha creado en prin-


cipio para designar así a centros de préstamo de juguetes y de material
lúdico.

El término LUDOTECA, se estructura con la palabra latina ludus que


significa juego y el griego Theka, cuya acepción es armario. Este vocablo
aceptado en varios países de habla hispana, así como JUGUETECA,
LEKOTEK, LUDOTEQUE, BRINQUEDOTECA, JUEGOTECA; es
la denominación que se ha dado a las instituciones o grupos que organizan,
clasifican y coleccionan juguetes que son utilizados por los usuarios de las
mismas en forma de préstamo; además de representar un espacio socio-
cultural de animación lúdica, constituyéndose en una alternativa de aten-
ción a la familia, la escuela y la comunidad (Puentes, 1995: 39)

Hablar de Ludotecas hoy en día, es hablar de un término polisémi-


co; pues su definición se ajusta a las funciones que le atribuyen los

33
diferentes especialistas, investigadores y los ejecutores de proyectos don-
de este término aparece.
Progresivamente veremos cómo el término Ludoteca se ha ido
vinculando no sólo con un espacio físico que contiene juguetes que
pueden ser facilitados en calidad de préstamo, sino también con un
espacio asociado con la solidaridad, con la integración, con la animación
y la promoción social y cultural. En consecuencia, el término Ludoteca
está unido a diferentes concepciones del juego y a diferentes experiencias
educativas y recreativas, en el contexto del aula y de la escuela; así
como fuera de ellas, y en América Latina está unido fundamentalmente
a procesos comunitarios.
Antes de dar a conocer más ampliamente lo que son las Ludotecas,
antes de contar la historia de las mismas, quisiera hacer hincapié en
la denominación en sí misma como un espacio al que se le da vida.
Si nos vamos a la composición del término: ludos, palabra latina que
significa juego y teka palabra griega que alude a armario, caja donde
se guardan reliquias, tesoros muy preciados; nos ubicamos entonces
frente a la presencia de un término de profundo significado; significado
que va más allá de un espacio que contiene juguetes que pueden ser
facilitados en calidad de préstamo. La Ludoteca es un espacio para
vivencias que trascienden el tiempo y el espacio físico. En ella, estos
últimos se redimensionan, pues de la misma manera que el niño se
asombra y descubre cosas nuevas en un mundo de juguetes, el adulto
también se encuentra con el universo de sus ensueños, con el mundo
de su infancia en el espacio de la Ludoteca.
Así como en la biblioteca, el tesoro más preciado es el libro; en
la filmoteca, la cinta cinematográfica; en la hemeroteca, la revista; en la
Ludoteca el tesoro más preciado es el juguete. El juguete es un objeto
que se convierte en un bien; en la medida que es algo que se posee
y en la medida que nos proporciona bienestar, placer y alegría, en
un contexto determinado.
No obstante, considero que a ese preciado tesoro que es el juguete,
deberíamos sumar a los participantes, que en el caso de los niños y
niñas, se vinculan con el presente, con el sentido de este juguete que

34
le llama la atención, con el cual se divierte, con el que descubre y recrea
el mundo en su inmediatez y con el transcurrir del tiempo, cuando
es adulto, lo vincula con sus ensoñaciones, con su mundo de la infancia.
Ese espacio «sagrado» que puede ser la Ludoteca, permite una redimen-
sión del tiempo y del espacio, en tanto que se fusionan el pasado y
el presente en el universo de las personas que se vinculan con la misma,
según el sentido que se le da a la experiencia lúdica, al mundo del
juguete y a los procesos comunicacionales que se establecen.
Es gratificante comprobar cómo mi búsqueda se encuentra con
otras búsquedas. En este proceso de escudriñar sobre el concepto y
las experiencias de las Ludotecas, me he encontrado con algunas, que
además de aportarme información para esta investigación, me enterne-
cen y me llenan de alegría, pues al final de cuentas, compruebo que
no camino en solitario. Además, esta búsqueda, esta inquietud, es de
larga data y en muchos momentos logra sus objetivos de forma exitosa;
tal es el caso de la aparición de un personaje llamado «Ludoteco»,
en una experiencia en la ciudad de Nonantola en Italia, citada por
Dario Ghelfi (1979). Dicho personaje aparece en un cuento del libro:
«¿Me prestas aquel Trencito? La ludoteca: el Juguete como servicio
social». Ludoteco era un personaje mítico que establecía luchas impor-
tantes para que el juego y el juguete tuvieran un lugar en la escuela.
Era además, el pregonero de todas las iniciativas y de los logros pedagó-
gicos. Los autores de los cuentos de este libro son Luigi Guerra, dise-
ñador gráfico y profesor universitario; William Garagnani, profesor
de secundaria, especialista en tiempo libre y servicios sociales, y Franco
Fabbroni, profesor de pedagogía en la Universidad de Bolonia.
En este caso, «Ludoteco» está asociado con la animación, con la
promoción de actividades, con la interacción en la escuela. Así como
en ese momento; hoy en día, Ludoteco puede estar representado en
el maestro, en el alumno, en el profesor de cualquier asignatura que
promueva y anime con entusiasmo la creación de la Ludoteca en la
escuela o en espacios de la comunidad local.
Otra experiencia con la que me he encontrado en esta aventura
es la que nos relata Isabel de Gonzalo, a través de su artículo COSOTECA:

35
Un Espacio de Autoservicio en el Aula (1996). En este artículo, la autora
relata su experiencia en el entorno de la creatividad y lo cotidiano en
el aula de clases, donde la cosoteca juega un papel muy importante:

La cosoteca es un espacio donde los materiales no convencionales posi-


bilitan expresiones globalizadas, infinitas producciones creativas, relaciones
conceptuales de materias y también de materiales y personas. Este espacio
puede ser un lugar, una caja, un mueble, … o también puede no ocupar
ningún lugar físico … puede ser una actitud que provoque construcciones
a partir de descubrir sus propias capacidades.
Cuando digo esto, propongo pensar a partir de qué y para qué promove-
mos juego y expresión como una metodología que reafirma el desarrollo
armónico de la persona.
Una ludoteca formal se piensa a partir de juegos y juguetes, pero ¿qué
pasaría si una ludoteca en la educación formal se comenzara a partir de
pequeñas cosotecas?… (Gonzalo, 1996:150)

Cosoteca, Brinquedoteca, Lekotek, Biblioteca de/con juguetes,


Ludoteca, entre otros términos, acuñan una experiencia para la creati-
vidad, para el disfrute placentero, para la alegría y el descubrimiento.
En todo caso, el término que nos ocupa, ha formado parte de una
gran aventura que iremos descubriendo a través del desarrollo de este
trabajo. A continuación relataré cómo algunos autores definen y carac-
terizan las Ludotecas en diferentes latitudes geográficas y en diversos
contextos socioculturales.

DESHOJANDO LA MARGARITA: ¿QUÉ ES UNA LUDOTECA?


¿LA CONOCEMOS O NO LA CONOCEMOS? ¿MUCHO, POQUITO O NADA?

He aquí un tema tan interesante, como poco conocido en los


medios educativos y culturales de nuestro país. Si bien es cierto que
el juego y su vinculación con el aprendizaje, así como su importancia
en diferentes ámbitos del desarrollo humano, han sido estudiados a
través del tiempo; el concepto de Ludoteca, su importancia y funcio-
namiento no han sido profundizados y en consecuencia, tampoco han
sido difundidos lo necesario en el contexto de nuestras instituciones
educativas y culturales. No pocas veces he hecho la siguiente pregunta:

36
¿Conoces lo qué es una Ludoteca?, (a maestras y maestros de Educación
Básica; a estudiantes de educación, a profesionales de diferentes áreas
vinculadas con la educación) y la respuesta, la mayoría de las veces,
ha sido negativa. En algunas ocasiones me responden con otra pregunta:
¿Qué es eso? En otras, muy pocas, la respuesta es asociada con el juego:
«Me imagino que tiene algo que ver con algo sobre el juego, por lo
de ludo teca».
Esta pregunta la he realizado en el ámbito cotidiano de mis clases,
en asignaturas vinculadas con la comunicación, con la literatura y la
experiencia lúdica; en talleres de sensibilización en torno a la impor-
tancia de la experiencia lúdica, donde el tema del juego, su significado,
siempre han estado presentes. Esta situación, así como otras vinculadas
con la experiencia lúdica, me ha permitido pulsar en alguna medida,
el escaso conocimiento y valoración existente en torno a estos temas,
en grupos vinculados con la educación y con experiencias culturales.
En esta investigación me he encontrado con algunas definiciones
y reflexiones en torno a las Ludotecas, planteadas por diferentes espe-
cialistas e investigadores y por diferentes ejecutores de diversos proyectos
en EEUU, en varios países de Europa y de América Latina.
Este concepto, en principio se ha vinculado, como lo decía previa-
mente, con un espacio donde se reúnen y clasifican juguetes y se facilitan
en calidad de préstamo a niños y adolescentes, con ayuda de alguien
especializado. Veamos algunas definiciones: «Lugar en que el niño pue-
de obtener juegos y juguetes en régimen de préstamo y en donde puede
jugar por mediación directa del juguete, con la posibilidad de ayuda
de un ludotecario o animador infantil» (Danme, J. y Gruiti, 1960,
citado por Borja S., 1980).
Para algunos especialistas, las Ludotecas están dirigidas fundamen-
talmente a los niños y al desarrollo de su personalidad y no necesaria-
mente, deben estar ubicadas en el espacio escolar:

Entendemos por Ludotecas infantiles aquellas instituciones recreativo-cul-


turales, especialmente pensadas para niños y adolescentes, que tienen por
primera misión desarrollar la personalidad del niño, a través y principal-
mente del juego y el juguete. Para ello posibilitan, favorecen y estimulan el

37
juego infantil, ofreciendo a los niños, tanto los elementos materiales nece-
sarios –juguetes–, material lúdico y espacios de juegos cerrados y abiertos;
así como, las orientaciones, ayuda y compañía que requieran para el juego
[…] Las Ludotecas pueden ser instituciones independientes, estar en
centros de animación, escuelas, bibliotecas, casas de cultura, u otras insti-
tuciones socioculturales […] (Borja Solé, 1980:47)

En otros casos, las Ludotecas han sido vinculadas con el tiempo


libre, o con el tiempo de recreación y no están dirigidas fundamen-
talmente a los niños. En ellas se concibe la integración de los adultos,
bien sea como usuarios o como personal especializado para apoyar
el proceso:

Las Ludotecas son espacios de tiempo libre o de ocio dedicados no exclu-


sivamente a los niños, en donde éstos pueden encontrar juguetes y juegos
en calidad de préstamo, jugar solos o con otros compañeros, y animación
centrada en actividades lúdicas, atendidos por personal especializado […]
Si la Ludoteca juega bien su juego, se limitará a hacer de intermediaria
entre el niño, el juego y el juguete […]

Es significativa la experiencia y la orientación que se le ha dado


a las Ludotecas en algunos países de América Latina, las cuales se han
convertido en una experiencia de Animación Sociocultural, a partir
de la participación comunitaria:

[…] Las Ludotecas latinoamericanas no sólo se proponen colmar en parte,


las carencias del sistema de educación formal, como parecen demostrarlo
las experiencias realizadas en la red de Ludotecas que se extienden desde
México hasta Tierra del Fuego, impulsadas por la Federación Latinoame-
ricana de Ludotecas, creadas en 1986 […] están en su mayoría relacionadas
con proyectos de lucha contra la marginalidad… Todas poseen personali-
dades más creativas, autónomas y libres y de ese modo, más aptas para
mejorar sus condiciones de vida […] ( Dinello. 1993:24).

Para Yolanda Puentes de Puello (1995), la Ludoteca es una insti-


tución no escolar organizada, donde los niños pueden encontrar espacio
y materiales para jugar y satisfacer sus necesidades afectivas, físicas cog-
nitivas, con aprovechamiento del tiempo libre para socializarse, recrear-

38
se, aprender y construir la base de su vida futura; con la participación
activa de sus padres, maestros y miembros de la comunidad.
Me ha parecido necesario, comenzar a esbozar desde este momen-
to, lo que es para mí, una Ludoteca; la que concibo como un espacio
para la vida, para el crecimiento personal y social. Entiendo la Ludo-
teca como un espacio para la participación e integración de la sociedad
civil y de las comunidades educativas, en la realización de actividades
recreativas y diferentes experiencias lúdicas, en el contexto de la realidad
cotidiana de las escuelas y de las instituciones culturales y de las comu-
nidades locales. En este orden de ideas, me parece importante profun-
dizar en el desarrollo de la sensibilidad, la afectividad y la imaginación
de niños y jóvenes. Por ello es relevante considerar la realización de
esta experiencia personal y comunitaria; la aplicación del juego y el
uso del juguete, como recursos para enriquecer los procesos educativos
formales y no formales, con miras al fortalecimiento de la conciencia
ciudadana y de las relaciones entre la escuela, las instituciones culturales
y la comunidad. En fin, concibo la Ludoteca como un espacio para
la felicidad de niños, niñas, familias y comunidad.

UNA LUDOTECA PARA EL MUNDO: LAS LUDOTECAS


EN DIVERSAS LATITUDES GEOGRÁFICAS

Si me ubicara en los orígenes más antiguos de la experiencia lúdica,


tendría que hablar de los orígenes de la humanidad y de sus necesidades
expresivas y comunicacionales; tendría que hablar de la historia de
las diferentes culturas que conforman el mundo y de cómo cada una
de ellas, asume la vivencia y el quehacer lúdico y cómo ha creado y
perfeccionado objetos lúdicos; cómo ha dado sentido y significado
al tiempo y espacio lúdicos y cómo agrupó y dio sentido a sus primeros
juguetes. Pero no es éste mi objetivo. Sólo haré alusión a lo que co-
mentan algunas fuentes en torno a los orígenes más recientes: algunos
autores ubican el origen de las Ludotecas en países escandinavos y
en Estados Unidos. Los Ángeles, California, fue una de las primeras
ciudades que se destacó por el hecho de haber fundado una Ludoteca
en el año 1934.

39
Los investigadores de la Organización Mundial de Educación
Preescolar (OMEP) y del Consorcio Internacional de Desarrollo en
Educación (1996), afirman que existen dificultades para ubicar el origen
de las Ludotecas. Hacen referencia a la existencia de centros de préstamo
de juguetes en la ciudad de Indianápolis entre 1939 y 1942, en plena
guerra mundial, con el propósito claramente definido de ayudar a los
niños de los sectores más desfavorecidos.
En sus investigaciones la OMEP y el CIDE consideran varios
momentos: a partir de 1959, los países escandinavos abrieron estable-
cimientos especializados llamados lekotek para brindar a los padres de
niños discapacitados, juegos y juguetes, mejor adaptados a las necesi-
dades específicas de estos niños. Estos centros están distribuidos en
todos los países escandinavos. Australia y Nueva Zelanda poseen así
mismo numerosos servicios de Ludotecas que apoyan a las familias,
dándoles consejos y ayuda para actuar adecuadamente con niños que
tienen necesidades especiales. En Holanda, Alemania, Suiza y Bélgica,
las Ludotecas adoptan casi los mismos enfoques e implementan pro-
gramas que integran a la vez, a los niños con discapacidades y a los
niños sin problemas especiales de adaptación, reuniendo así, ambos
grupos sin discriminación.
En 1967, Gran Bretaña, por iniciativa de la madre de un niño
discapacitado, se abrió una Ludoteca para responder a este tipo de
necesidades específicas; desde entonces, han surgido más de mil
Ludotecas en este país, de las cuales, alrededor del 60 por ciento
están reservadas a niños con dificultades físicas y cognoscitivas. Una
gran parte de las Ludotecas inglesas funcionan desde su fundación
bajo este mismo principio.
A comienzos de la década de los sesenta, la UNESCO difundió
un gran movimiento en este sentido. Existen Ludotecas en Francia,
España, Bélgica, Suiza, Holanda, Inglaterra, Australia y Nueva Zelanda.
En 1975, una asociación de padres de niños con retardo mental de
Hamilton, abrió una ludoteca especializada. En este mismo año, se
fundó una asociación canadiense de servicios de préstamo de juguetes:
la Asociación Canadiense de Bibliotecas de Juguetes, en Toronto.

40
DIFERENTES, LÚDICAS Y CREATIVAS

En Inglaterra, según investigaciones realizadas por John Newson


(1986), la Ludoteca fue una de las propuestas más valiosas de los movi-
mientos existentes «Ayúdate a ti mismo», que nacieron en los años
sesenta. Ya para 1977 había más de quinientas Ludotecas, lo que eviden-
cia la importancia que poco a poco adquirieron las mismas por parte
de maestros, terapeutas y psicólogos; así como el valor del juego y
el juguete, en la actividad lúdica.
Durante los años sesenta, el proyecto estadounidense Head Start
Program se fijó una prioridad: preparar a los niños de los barrios margi-
nales para afrontar la escuela. Se confió a Glen Nimnicht la implemen-
tación de un programa llamado The Parent Child Toy Lending Library.
Un centenar de centros de este tipo ayudaron a que los padres estadou-
nidenses comprendieran mejor el rol del juguete y del material de juego
en el desarrollo de sus hijos. Estos enfoques permitieron que numerosas
familias de barrios pobres en varios estados de Estados Unidos parti-
ciparan activamente en la inserción positiva de sus niños en las estruc-
turas escolares oficiales.
En Quebec, las primeras Ludotecas surgieron casi en la misma
época y con el correr del tiempo, aparecieron Ludotecas originales
y bien adaptadas a realidades sociales específicas. Lamentablemente,
no todas subsistieron. Pequeñas Ludotecas creadas por el Ministerio
de Educación de Quebec y administradas por padres, se propusieron
ante todo, brindar servicios a niños y familias de zonas rurales y de
las periferias urbanas para compensar la ausencia de servicios colectivos
destinados a los niños de estos sectores aislados. Se organizaron también
servicios ambulantes de préstamo de juguetes vinculados al bibliobús;
surgieron también Ludotecas en bibliotecas, Ludotecas en las técnicas
del reciclado y de reparación de juguetes que se impuso y que, aún
actualmente, muestran una gran vitalidad.
En España, según las referencias ofrecidas por Borja (1983), las
Ludotecas son una realidad educativa que crece día a día, gracias a
la ayuda de entidades públicas como el Ayuntamiento de Barcelona,

41
el de Mallorca y algunas entidades financieras. Las Ludotecas en España
desarrollan sus experiencias, tanto en el campo educativo como en
los contextos amplios para la recreación, como los parques y plazas
públicas. A la labor que se realiza en ellas, se incorporan educadores,
padres, animadores culturales y los ludotecarios, que son los especialistas
en el entorno de estas actividades. En los últimos años, según Llull
Peñalba (2001), esta experiencia se ha enriquecido con mayor inten-
sidad en algunas poblaciones de España, con el apoyo de los diferentes
ayuntamientos y considera a María de Borja Solé, como la pionera
de todo un movimiento que ha impulsado la creación de Ludotecas
en la tierra española.
Portugal incorpora elementos interesantes a la creación de las lu-
dotecas, pues no sólo considera la presencia y el uso de juegos y juguetes
en su contexto, se apoya de forma prioritaria en sus tradiciones, para
transmitir por medio de la Ludoteca, un pasado lúdico todavía muy
cercano: las tradiciones musicales, y las artes populares se integran armó-
nicamente a las actividades que se desarrollan en la Ludoteca. Sin embar-
go, según Coupal (1996) la emergencia de nuevos problemas obliga
a la sociedad portuguesa a enfrentar necesidades actuales: la pobreza de
varios barrios de las grandes ciudades, la delincuencia, la negligencia
de algunos padres poco conscientes de la importancia del juego para
sus hijos y un racismo creciente provocado por la llegada de numerosas
familias africanas procedentes de las antiguas colonias portuguesas.
En Francia, la primera Ludoteca surgió en la ciudad de Dijon
a mediados de los años sesenta. Actualmente hay más de ochocientas
Ludotecas en este país que cubren diferentes necesidades. Las preocu-
paciones culturales y educativas son objetivos prioritarios de los ludo-
tecarios franceses, lo que no impide que se abran Ludotecas en barrios
marginales a causa de problemas económicos, el desempleo crónico
y las dificultades de integración.
Italia ha desarrollado una rica experiencia en la creación de Ludo-
tecas en las principales ciudades del país. Darío Ghelfi (1979) en su
trabajo titulado Ludoteca y Escuela: una experiencia en Nonantola,
nos presenta una significativa reflexión en torno al inicio de las Ludo-
tecas en Italia:

42
[…] la Ludoteca nació fuera de la escuela, con la indiferencia de la escuela,
gracias al entusiasmo de unas pocas personas, entre las cuales estaban un
profesor universitario, un maestro municipal a tiempo completo y algunos
padres […] hay una brecha entre la escuela y comunidad que es preciso
llenar en el convencimiento de que toda programación educativa seria, no
puede dejar de incluir, en su conjunto, a la escuela y a los organismos
educativos no-escolares, los servicios de la comunidad y los abastos esco-
lares, con el fin de construir un continuum pedagógico y educativo para
abarcar todo el tiempo de niño (Ghelfi, 1979:3-4)

Resulta interesante, observar cómo en este contexto, así como


en otros de la realidad europea, la experiencia de las Ludotecas es pro-
movida por agentes, que si bien pertenecen al entorno educativo, no
son estimulados por éste, sino que se incorporan como animadores
independientes, convencidos de la trascendencia de este proyecto y
de la necesidad de profundizar en las relaciones entre la escuela y la
comunidad. De igual manera, se considera el valor del tiempo y el
espacio no escolarizado para el desarrollo integral del ser humano.
En el contexto de este trabajo, donde pretendo plantear los linea-
mientos básicos de una propuesta para la promoción de la Paz, a través
del desarrollo de alternativas como la creación de Ludotecas comuni-
tarias, no puedo pasar por alto la experiencia desarrollada en territorio
palestino, referida por investigadores del Consorcio Interamericano
de Educación, quienes exponen lo siguiente:

Desde 1993 se realiza una experiencia particular en territorio palestino


ocupado. Dicha experiencia ha recurrido al juego y a la Ludoteca como
alternativas contra la violencia y la guerra en las que se vive diariamente,
desde hace alrededor de muchos años, en esta región del mundo. La im-
plantación de la Ludoteca de Khan Younis es un ejemplo significativo y
convincente. En Gaza, la violencia, el miedo y el odio impregnan la vida
de todos los días a tal punto que incluso los adultos enfrentan dificultades
en relación con el juego y con su propia infancia. No recuerdan haber
jugado o dicen que no saben jugar. Para centenares de niños palestinos, la
Ludoteca es a menudo el único espacio de paz y al mismo tiempo estimu-
lante al que pueden acceder. Gracias a ella, los niños han aprendido a jugar,
dejando de lado poco a poco el reflejo de construir un ejército con los blo-
ques LEGO. Hoy en día, a través de los juegos de construcción, el personal

43
de la Ludoteca los ayuda a olvidar la guerra construyendo puentes, edificios
o casas, y pensando más bien en las formas y estructuras que desean realizar.
Según el equipo de animación de esta Ludoteca, los niños han adquirido
una cierta autonomía y una mayor sociabilidad; han aprendido a gritar
menos y a escuchar más, desarrollando sus capacidades de concentración;
pero lo más importante, es que han descubierto el deseo y el placer de
jugar. (CIDE, 1996: 11,12).

A la luz de estas experiencias, me surgen algunas reflexiones, consi-


derando nuestra realidad en los actuales momentos: ciertamente no
vivimos la realidad que se vive en estos países. Sin embargo, vivimos
en otro tipo de guerra, sentimos ejercemos otras formas de violencia,
las que se evidencian en el día a día: el incremento de la inseguridad
social, en la división del país en grupos a favor o adversos al sector guber-
namental, la intolerancia, el irrespeto por las diferencias políticas, cultu-
rales, el aumento progresivo de una actitud individualista que observamos
en diferentes estratos sociales. En medio de éstas y otras circunstancias
adversas, crece y se desarrolla nuestra población infantil y juvenil.
Para ellas y ellos y para la vida, para la experiencia lúdica en sus
diferentes dimensiones, es necesario crear alternativas para vivir en
paz, «para prevenir, no para contrarrestar la guerra». Por todo esto
me ha parecido muy valioso este hallazgo, en el ámbito de las Ludotecas
en diferentes países del mundo, las cuales pueden constituirse en una
opción interesante de participación comunitaria, no sólo para nuestros
niños, niñas y adolescentes, también para los adultos venezolanos.
Para concluir este aspecto, en torno a la existencia e importancia
de las Ludotecas en diferentes latitudes del mundo, quiero resaltar
lo que al respecto, afirma José Llull Peñalba:

Existen dos concepciones más o menos diferenciadas de Ludotecas: En el


ámbito nórdico-anglosajón se utilizan casi exclusivamente para la estimu-
lación psicomotriz de niños deficientes, como es el caso de Gran Bretaña.
El concepto latino mediterráneo más integral, y aunque las Ludotecas
también pueden usarse para la Educación Especial, lo más frecuente es que
se refieran de manera general al juego durante el tiempo libre, para todas
las edades y condiciones sociales (2001:24)

44
Hasta el momento he presentado una panorámica general de las
Ludotecas y sus aportes en diferentes países del mundo, panorámica
que he ubicado en diversos documentos y en diferentes autores que
se han acercado al tema, como investigadores, o como participantes y
ejecutores de proyectos en los campos educativo, cultural y recreacional.
A continuación voy a detenerme en los diferentes tipos de Ludotecas,
sus funciones, y en algunos aspectos importantes que las caracterizan.

TIPOS DE LUDOTECAS

Siendo el concepto de Ludoteca, un concepto con su propia his-


toria, es lógico considerar que los distintos tipos de Ludotecas, están
relacionados directamente con las necesidades a las cuales responden.
En este sentido observamos como Llull Peñalba (2001) nos habla de
dos tipos de Ludoteca: las que son creadas en el ámbito de la Educación
Especial, tal como son planteadas en el ámbito nórdico-anglosajón
y las Ludotecas del ámbito latino-mediterráneo, que son concebidas
de manera más integral y con la participación de las comunidades
y bajo el enfoque de la Animación Sociocultural.
Otros autores como López Matallana y Villegas (1999) consideran
la definición del tipo de Ludotecas, tomando el ámbito específico donde
estas desarrollan sus actividades y el tipo de público que atienden.
Ellos nos hablan de Ludotecas Infantiles y Juveniles, públicas, privadas,
comunitarias, entre otras.
No obstante, la mayoría de los autores, entre los cuales destacan:
María de Borja Solé, (1999), Raimundo Dinello (1988), D. Coupal
(1996), H. Bautista (1997), CIDE (1995), Trujillo Pavez (2002), coin-
ciden en una clasificación general sobre los tipos de Ludotecas; hoy
en día existen Ludotecas en países de Europa, Estados Unidos y América
Latina. Esta clasificación responde, como lo he planteado previamente,
a las respuestas que dan las Ludotecas a diversas necesidades:

Ludoteca Hospitalaria: Cuya finalidad es apoyar la estadía de


niños y niñas en el hospital, proporcionándole algunas alternativas
para la recreación, la alegría y mejores condiciones para su recuperación.

45
Ludoteca Escolar: Generalmente son implantadas dentro de las
instituciones educativas. Sirven como apoyo al trabajo que desarrollan
los educadores y los psicólogos, tanto en el proceso de enseñanza-apren-
dizaje como en el proceso de orientación. En algunas oportunidades
estas Ludotecas constituyen una extensión de la Biblioteca Escolar.
Ludoteca Itinerante: Esta clase de Ludotecas tiene los mismos
objetivos que otras Ludotecas. Puede ser transportada en diferentes
vehículos autobús, pequeños camiones, casas rodantes. Este tipo de
Ludotecas es común en Europa, Australia, Canadá. También ha logrado
implantarse en algunos países de América Latina, como Brasil y Argen-
tina. Es una buena alternativa para atender a comunidades muy distan-
tes de las grandes ciudades y de escasos recursos económicos.
Ludoteca Terapéutica: Son aquellas Ludotecas donde se aprove-
chan los aportes de la actividad lúdica para ayudar a los niños a superar,
a través del juego, ciertas dificultades físicas (deficiencia visual, mental,
auditiva, entre otras). Existen diversos tipos de proyectos de este tipo,
los más conocidos son los centros llamados LEKOTEK, desarrollados
en Suecia. Este sistema enriquece las relaciones de la familia con los
niños portadores de deficiencias. Dadas sus características, estas Ludo-
tecas requieren de personal especializado.
Ludoteca de Investigación: Estas Ludotecas son implantadas en
universidades y centros especializados, con el objetivo principal de reali-
zar investigaciones y formación de recursos humanos. Este tipo de Ludo-
tecas se ha desarrollado en Brasil, principalmente en la Universidad de
San Pablo y en la Universidad Federal de Santa María en Río de Janeiro.
Ludoteca Comunitaria: Como su nombre lo indica, en este tipo
de Ludoteca, es altamente significativa la participación de la comunidad.
Ofrece un espacio para la socialización y la resolución de problemas.
En las actividades propuestas se responde a la problemática socioeco-
nómica y sociocultural existente. Se desarrolla un proceso de intercam-
bio cultural, tomando en cuenta los aspectos de la cultura de tradición
oral, costumbres y creencias, entre otros aspectos relevantes. Han co-
brado un auge muy importante en España y diversos países de América
Latina, especialmente en Colombia y en Brasil.

46
UN QUEHACER CON SENTIDO: LAS FUNCIONES DE LA LUDOTECA

La experiencia de las Ludotecas, como ya hemos visto, aunque


no es muy conocida en nuestro país, es de larga data en otros países
del mundo; ha sido desarrollada para responder a un conjunto de nece-
sidades de niños y niñas, de adolescentes, inclusive de adultos. Sus
objetivos y las actividades desarrolladas en ellas, le dan un sentido pro-
pio, convirtiéndolas en un espacio para la experiencia lúdica en sí mis-
ma, para la recreación, que si bien pueden constituirse por sus procesos,
en aprendizajes significativos, no constituyen experiencias para procesos
didácticos en sí mismos. Esto es bueno que quede claro antes de descri-
bir las funciones que algunos autores atribuyen a las Ludotecas, in-
cluyendo, las funciones educativas específicamente.
Al hablar del quehacer de las Ludotecas, como un quehacer con
sentido, parto de la definición de sentido como una manera de entender
el mundo y como producto de una formación y un conjunto de prác-
ticas sociales (Corrales, D:1996). Me refiero al significado de la expe-
riencia lúdica y a la interpretación de la realidad que hacemos a partir
de la misma, contextualizando esta realidad en diversos procesos perso-
nales y socioculturales. Esto va mucho más allá de un espacio para
el préstamo y uso de juegos y juguetes. La experiencia de las Ludotecas
se constituye en un quehacer con sentido, en la medida que abren un
espacio para la comprensión del mundo y el desarrollo integral del ser
humano, en la medida que se propician encuentros para el conocimiento,
el asombro y el descubrimiento; en la medida que se propician activi-
dades para la solidaridad y el respeto por la diversidad y las diferencias
culturales. Es un quehacer con sentido, en la medida que fortalece los
procesos de integración comunitaria.
Partiendo de las premisas anteriores y tomando en cuenta que
la mayoría de los autores coinciden a la hora de caracterizar las funciones
de las Ludotecas, tomando en cuenta los beneficios que estas ofrecen,
me detendré en las funciones que he considerado más significativas,
según algunos investigadores, comenzando por los planteamientos del
Consorcio Internacional de Educación (1996).

47
Función Lúdica: En la Ludoteca se valoriza el juego en la vida
del niño, también se considera la importancia de dar a conocer a los
adultos y a los educadores el significado de la actividad lúdica en el
desarrollo infantil. «¡Jugar por el placer de jugar! ¡Jugar con o sin jugue-
tes pero poder jugar... Jugar primero para vivir la infancia como debe-
rían hacerlo todos los niños de este planeta. Aunque el juego no haga
milagros, puede ayudar de manera sorprendente a echar raíces en la
vida...» (1996: 16).
Por otra parte, la Ludoteca es el espacio por excelencia, para que
el niño pueda encontrar juegos y juguetes. Estos juguetes pueden ser
industriales o artesanales. La Ludoteca también se convierte en un ám-
bito para la construcción e invención de juguetes al igual, que se cons-
tituye en un espacio para el juego libre y la interacción. Desde este punto
de vista, la Ludoteca brinda al niño un espacio motivante, centrado
en la actividad lúdica, «un oasis donde puede escaparse momentá-
neamente de las angustias y de las dificultades de los adultos que lo
rodean, un lugar de verdad adaptado a sus necesidades...» (pág. 17).
Función Educativa: A través de la transmisión de los valores al
compartir, del respeto al otro y de la cooperación, y con la variedad
y la complejidad del material lúdico puesto a disposición de los niños,
la Ludoteca asume una función educativa. A pesar de que la Ludoteca
no es la escuela, crea un clima de placer propicio al aprendizaje aunque
el niño que juega no sepa que se está desarrollando a nivel afectivo,
cognoscitivo y social. El niño adquiere ciertos conocimientos a través
de la elección del juego que le interesa, de la energía que pone y de los
intereses que se descubre; se construye hábitos de curiosidad, de aper-
tura, y se estructura progresivamente actitudes positivas de aprendizaje.
Con la escuela, pero mejor que la escuela, la Ludoteca permite inventar
espacios de vida donde jugar y aprender se confunden.
La función educativa de la Ludoteca no se inscribe dentro de
una preocupación limitada a favorecer, a través del juego, aprendizajes
determinados; es importante no confundir función educativa y didác-
tica. La función educativa muy general de la Ludoteca se preocupa
sobre todo por defender y proteger el verdadero placer lúdico que per-

48
mite realizar una actividad por el placer y la satisfacción que ella nos
proporciona personalmente y por el interés de compartir este placer
con los demás.
Función Cultural: Según, el CIDE y la OMEP, ésta es una de
las funciones a través de la cual se logra una interesante integración
de los diferentes miembros de la comunidad, pues a través de la Ludo-
teca se pueden desarrollar valores como el respeto, la solidaridad, la
tolerancia y la creatividad.
Los valores culturales aparecen en los juegos al igual que las reglas
sociales y todo lo que permite identificar una cultura determinada.
El juego puede ser considerado como elemento de formación ya que
desarrolla aptitudes, competencias y habilidades particulares; para el
niño, es un medio privilegiado para comprender el mundo que lo rodea
y adaptarse a él. «Si definimos a la cultura como el modo de pensar y
de actuar de una sociedad, llegamos a la conclusión de que el juego
es un medio propio para la transmisión de los valores culturales de
dicha sociedad». (Dorion C., 1996:21).
En el juego hay espíritu de fiesta. En consecuencia, encontramos
que en la Ludoteca se abren espacios para la celebración de las fiestas
y tradiciones populares. En el contexto de las Ludotecas comunitarias
de España y de América Latina, la noción de juego está vinculada
a las fiestas del barrio.
Los niños comparten alegrías y placeres con los demás miembros
del mismo grupo social y la fiesta representa para ellos una ocasión de
observar y de aprender, a través de las manifestaciones de los adultos,
las características y los valores de los suyos. Jugar es también aprender
imitando para preservar una cierta forma de identidad particular.
Función Social: El juego apoya las interacciones sociales. Los inves-
tigadores de la OMEP (1996), al estudiar las experiencias de las Ludo-
tecas comunitarias en América Latina, hacen hincapié en la dimensión
social del juego, que se manifiesta, entre otros aspectos, en la relación
del niño con su entorno y con su prójimo. Estos investigadores destacan
el tipo de relaciones que se establecen en las Ludotecas comunitarias.

49
A través de la Ludoteca se establecen nuevas relaciones de confian-
za. Gracias al juego de sus hijos, algunos padres tienen la oportunidad
de salir de su aislamiento. En la Ludoteca, los niños descubren una
nueva faceta de los adultos, padres, abuelos y educadores que actúan
de manera diferente, que juegan y parecen tener más tiempo para dedi-
carles. Este descubrimiento es generalmente positivo, pues presenta
de otra manera el mundo de los adultos. En el ámbito de la Ludoteca,
los adultos se dejan atrapar por el placer de jugar; pueden perder en
el juego y reír, y distenderse a pesar de sus problemas. Tales experiencias
positivas trazan nuevas fronteras entre el universo de los adultos y el
de los niños en beneficio de todos. En la Ludoteca, una de las principales
preocupaciones es combatir las desigualdades sociales en materia de
juegos y de juguetes; se favorece el espíritu asociativo al fomentar los
encuentros y los intercambios de los niños, entre ellos y con sus familias
y también entre las generaciones. (1996: 28).
A estas nuevas relaciones se agregan aquéllas que hacen compren-
der la solidaridad, el compartir, la democratización del juguete y la
responsabilidad personal vinculadas al uso del objeto colectivo. Se ad-
mite que las interacciones sociales tienen un impacto importante en
el desarrollo del niño. También se reconoce que las interacciones sociales
requieren un contexto para existir y manifestarse. La actividad lúdica,
a causa de su espontaneidad y de su gratuidad, se convierte para los
niños, aun los muy pequeños, en un apoyo muy interesante; el juego
garantiza el compartir, la discusión, la cooperación entre pares, entre
niños más pequeños y niños más grandes, y entre niños y adultos.
Matallana y Villegas (1999), además de las funciones ya descritas
previamente y partiendo de su propia experiencia en la creación de
Ludotecas en España, nos hablan de otras funciones específicas:
Función Socioeconómica: En esta función, los autores abordan
aspectos como la economización y ecologización del hecho de jugar,
lo que se logra fundamentalmente a través de la reparación de juguetes
y talleres de animación para el desarrollo de actividades por parte de
los conductores y facilitadores de estos procesos: «...aunque la Ludoteca
no puede hacer oídos sordos de la condición comercial del mundo

50
del juguete, en ningún momento ha de embarcarse en la frenética
carrera del consumo. La gestión de una institución de este tipo ha
de girar en torno a dos principios: economizar el juego y ecolizar el
juego... En un momento en el que estamos asistiendo al agotamiento
paulatino de los recursos de nuestra tierra, el respeto y la austeridad
ante los objetos materiales y, en concreto, ante el propio juguete, garan-
tizan una primera sensibilización ecológica ejemplar sobre las limita-
ciones de nuestro mundo». (1999: 127).
Otros aspectos significativos de esta función socioeconómica, vista
a la luz de estos autores son: la garantía del cumplimiento del derecho
del niño y de la niña al juego, generadora de una acción social desde
la Ludoteca; la creación de un espacio físico, social y moral positivo
en el imaginario del niño y de la niña, lo que conduce a una gran variedad
de actividades de animación en la Ludoteca; y por último: la denuncia
de los aspectos puramente mercantiles del mundo del juguete.
Función de Investigación: «...Esta función a menudo pasa
desapercibida, pero la responsabilidad de la institución lúdica como
avanzadilla teórica y técnica en el mundo del juguete ha de hacerse
notar» (pág. 58).
En esta función, los autores destacan la importancia de la Ludoteca
como ámbito para el estudio y como institución defensora de los de-
rechos y deberes de las personas para un juego saludable. En este sentido
consideran experiencias como la realización de actividades y talleres
para la prevención del consumismo lúdico el desarrollo de campañas
de información, entre las cuales destacan: campañas sobre la ecología
y el juego, campañas sobre el seximo, la violencia, la competitividad
en el juego, campañas sobre la televisión, ocio audiovisual, campañas
sobre el juego en la calle, entre otras.
Esta función de investigación conduce a la preparación de personal
cualificado y sensible al mundo del juego y el juguete, así como también,
a la comprobación de la calidad eficacia de juegos y juguetes, a partir
de la creación del laboratorio del juego.
Función Comunitaria: Constituye una de las funciones más impor-
tantes, sobre todo si consideramos, por una parte, el auge de las Ludotecas

51
comunitarias en España y en América Latina, y por otra parte, si con-
sideramos que alrededor de esta función giran las otras funciones de
la Ludoteca, si partimos de la importancia de la participación y del
beneficio común que se desarrolla en el entorno de la experiencia lúdica,
que llama a la fiesta, a la alegría compartida, a la captación de nuevos
destinatarios, a la animación infantil y juvenil. «...Las fiestas del juego
aprovechan algún motivo especial para aglutinar entorno a la Ludoteca
y el juego, un número importante de niños y niñas. Su estructura
puede ser variada, aunque adquiere su sentido si el juego se encuentra
en el centro de la dinámica de la fiesta, como auténtico anfitrión»
(pág. 143).
En esta función es muy importante la participación en la realidad
cotidiana. A través del juego podemos comprender mejor la realidad
del mundo que nos rodea y podemos integrar en un mismo sentir, a
niños y niñas, a jóvenes, adultos y a los abuelos y abuelas de la comunidad.
En el ámbito de la función comunitaria cabe considerar la anima-
ción del juego en la escuela y las relaciones que se establecen entre
la Ludoteca y la escuela «...dos palabras diferentes para hablar de lo
mismo, de niños y niñas, de educación, de cultura. Una tiene el prestigio
y la sanción histórica y la otra aspira a encontrar un hueco, hoy impres-
cindible en nuestras modernas sociedades. Jugar y aprender, aprender
a jugar, aprender jugando...» (pág. 149).
Es significativa la relación que se establece entre estas dos instan-
cias, pues en ellas participan creativamente, niños y niñas, adultos,
docentes y diferentes integrantes de la comunidad. «...Por otro lado,
la necesidad de coherencia en las propuestas educativas obliga a que la
Ludoteca sintonice o conozca, al menos, el contexto vital de sus desti-
natarios y los asimile, en la medida de lo posible en su proyecto
educativo...» (pág. 149).
Por otra parte, para el desarrollo de esta función comunitaria,
se hace necesaria la implicación de los padres adultos en la actividad
lúdica, lo que representa la realización de proyectos intergeneracionales,
que fomenten la convivencia familiar, la mediación del padre o la madre
en la actividad lúdica, el intercambio con las personas adultas. La Lu-

52
doteca, más que un espacio infantil, debe convertirse en un espacio
familiar, un espacio donde se produzca el encuentro de varias gene-
raciones, a partir de la experiencia lúdica.
Finalmente, cabe destacar la dinamización cultural de las zonas
donde se crean las Ludotecas. En el entorno de la función comunitaria
donde la interacción, el intercambio entre sus participantes es funda-
mental, privan las «actuaciones lúdico culturales en el barrio». La Ludo-
teca a menudo cumple funciones de centro de revitalización de una
determinada zona. Esto beneficia tanto al sector donde está la Ludo-
teca, como a ella misma. Esto permite su promoción y sirve de moti-
vación para otros destinatarios potenciales.

LAS FUNCIONES DESDE EL PUNTO DE VISTA


DE LA ORGANIZACIÓN DE LAS LUDOTECAS

Aguirre (1984) propone la organización de los servicios de la Lu-


doteca y López Matallana y Villegas (1999) describen estos servicios
como funciones. Ellas son: Función Educativa en el Tiempo Libre; Fun-
ción de Planificación; Función Administrativa y de Préstamo de Juguetes;
Función de Investigación y Documentación; Función de Coordina-
ción, Información y Publicidad; Función de Mantenimiento y Control.
Como observamos, cada una de estas funciones, corresponde a las gran-
des áreas que forman parte del buen funcionamiento de una Ludoteca.

ESPACIOS, DUENDES Y OTRAS ÁNIMAS FESTIVAS


QUE DAN VIDA A LA LUDOTECA

En este universo de la Ludoteca se reúne un conjunto de aspectos


donde se fusionan la realidad y la fantasía; lo cotidiano y la trascendencia
de las cosas más sencillas de esta cotidianidad. Estos aspectos consti-
tuyen las bases generales para la organización y el funcionamiento de
la Ludoteca; es decir, para darle vida y animación. Me he tomado la
libertad de hablar de Espacios, Duendes y Otras Ánimas Festivas porque
así lo entiendo desde el mundo de la poesía, presente en toda Ludoteca,

53
en tanto se persigue el desarrollo integral de los seres humanos que
conviven en esta experiencia.
Los espacios, concebidos no sólo como lugares, ámbitos geográfi-
cos, espacios físicos, sino como espacios a los que se le da vida, con
la participación de ese grupo de duendes creativos, entusiastas, anima-
dores de este proceso; de esta experiencia de vida, como son: los par-
ticipantes y líderes comunitarios, los docentes, los jóvenes, todos ellos
que muchas veces fungen como ludotecarios; incorporándose en el
proceso de organización de la Ludoteca, en la creación y ejecución
de actividades lúdicas y culturales para dar sentido al tiempo escolar,
al tiempo libre y a la vida de otros duendes y ánimas festivas, como
los niños y niñas, jóvenes y adultos que asisten y se benefician de las
bondades de la Ludoteca.
Como hemos podido apreciar, las Ludotecas han estado vinculadas
desde sus orígenes con la experiencia lúdica en diversos ámbitos: en el
recreativo, en el escolar, en espacios comunitarios, en el área de salud,
entre otros. También hemos observado que han sido creadas para respon-
der a necesidades específicas en relación con la atención de niños y niñas
especiales y en esta medida, se han creado espacios en escuelas, hospi-
tales, jardines de infancia, parques, centros comunitarios, y obviamente,
cada experiencia va generando un sistema de funciones para animar
los procesos de la Ludoteca, como lo hemos visto anteriormente.
Ahora bien, la mayoría de los autores coinciden en los aspectos
necesarios para la organización y funcionamiento de las Ludotecas.
Para desarrollar este punto me centraré en los aportes de López Mata-
llana y Villegas (1999), tomando en cuenta, la experiencia desarrollada
por ellos en distintos lugares de España y los aportes que proporcionaron
a diferentes experiencias en la creación de Ludotecas comunitarias en
América Latina.
Entre, los aspectos fundamentales, necesarios para la creación de
las Ludotecas, estos autores consideran los siguientes: El Espacio de la
Ludoteca; los Juguetes y otros materiales de Juego; los participantes
y/o jugadores; los ludotecarios o animadores de la Ludoteca.

54
• Es muy importante considerar el Espacio de Juego. Es un ele-
mento básico para el desarrollo de la actividad lúdica, un espacio
que debe ser apto, suficiente y motivador.
Según Matallana y Villegas y recordando nuevamente que cada
Ludoteca cumple un conjunto de funciones, se considera el
espacio desde dos perspectivas: el espacio en sí (continente)
y la disposición de los elementos que lo integran. En este sentido
es importante considerar: el espacio interior; los espacios exter-
nos de juego y los espacios itinerantes.
• En cuanto al espacio interior del Juego es importante considerar
ciertas condiciones referidas a su tamaño, ubicación, instala-
ciones técnicas, decoración y mobiliario.
El espacio de la Ludoteca puede ubicarse en distintos locales,
según lo refiere Matallana (1999), tomando en cuenta el núme-
ro de participantes, el tipo de Ludotecas que son creadas y las
actividades que se realizan en las mismas, considerando especial-
mente que éstas se inscriben en el ámbito del tiempo libre y
que pueden ser muy diferentes. He aquí algunas de las múltiples
posibilidades consideradas por Matallana (2000), Librecht
(1988) y Borja (1980).

Centros educativos: Ciertas escuelas, centros de educación de


adultos, internados o guarderías podrían incluir una Ludoteca como
recurso en el centro, que podría depender de la propia escuela o direc-
tamente de las asociaciones de padres o de alumnos; así mismo, puede
plantearse como oferta en el tiempo libre o para su uso por diferentes
grupos durante el horario escolar.
Asociaciones o club de tiempo libre, cultural, entre otras: Como
lugares de esparcimiento y recreación en el tiempo libre, son idóneos
para el emplazamiento de una Ludoteca que, en este caso, podría su-
poner no sólo una oferta en el tiempo libre, sino también un lugar
de encuentro, de participación, centro dinamizador de otras actividades.
Centro de Educación Especial: Adecuando el espacio y los materia-
les a las necesidades específicas de los usuarios, en un centro especializado

55
se orientaría el juego favoreciendo el desarrollo de los mismos y enri-
queciendo su experiencia de ocio en grupo. Sin embargo, la situación
ideal sería, sin duda, que las personas con deficiencias de cualquier
tipo se integrasen y desarrollaran su juego en Ludotecas, espacios para
el juego, asociaciones o clubes de tiempo libre comunitarios.
Hospital infantil o unidad pediátrica: La experiencia del niño
hospitalizado presenta algunos aspectos problemáticos (miedo, sepa-
ración, dolor…) que se ven suavizados por el acceso al juego compartido
y adecuado a sus posibilidades (tipo de enfermedad), apoyando su
terapia y recuperación, así como su bienestar inmediato, integrando
a los familiares, especialmente los padres, en su funcionamiento diario.
Internado, centro de acogida de menores: La necesidad de juego,
encuentro con el adulto y espacios adecuados se ve acentuada en niños
privados de un ambiente familiar normalizado. Estos centros deberían
contar con salas de juego y/o Ludotecas que permitan el desarrollo
y recreación infantil. Independientemente de la existencia necesaria
de este espacio de juego, creemos que los niños en esta situación de-
berían acudir con normalidad a las Ludotecas de barrio, así como tam-
bién a asociaciones de tiempo libre de la zona.
Centro penitenciario de mujeres: Las condiciones de estos centros,
donde los niños viven con sus madres durante los primeros años de
vida, justifica la creación de espacios de juego apropiados, dotados
de material adecuado a su edad y atendidos por personal especializado.
Últimamente se ha creado alguna Ludoteca infantil en centros peniten-
ciarios masculinos para su uso durante los encuentros «bis a bis» de
los padres.

CONDICIONES O REQUERIMIENTOS A SER CONSIDERADOS


EN EL ESPACIO DE LAS LUDOTECAS:

Decoración mobiliario: En cuanto a la decoración y el mobiliario


debe ser ante todo alegre y funcional. Alegre por lo lúdico de las acti-
vidades a realizar, atractivo para los jugadores, estimulante. Funcional
en cuanto a cómodo, resistente, de fácil limpieza y traslado.

56
La decoración y el mobiliario deberán adaptarse a la edad de los
usuarios destinatarios y a las necesidades propias del tipo de juguetes
y materiales con que se cuenta, sin embargo, podemos señalar ciertas
características generales a tener en cuenta colores y mobiliario básicos.
Creación de Ambientes Diferentes: La diferenciación de espacios
no implica una división física y menos aún, permanente, sino más
bien una distribución adecuada del mobiliario, cambio de colores y
materiales de suelo, que identifiquen las distintas zonas destinadas a
actividades específicas.
En este sentido es muy importante la creación de ambientes, con
el objeto de mantener un clima de respeto y convivencia en el juego,
lo que supone: la organización del espacio, la organización de materiales
y la organización para objetivos especiales, entre otros.
Selección de los Espacios Lúdicos: La selección de los espacios
es múltiple y variada, pues estará vinculada con los intereses lúdicos
de los usuarios, con las edades de los mismos. Borja (1980) FUNLIBRE
(2001), Matallana (2000), coinciden en que esta selección de espacios
puede agruparse según estos intereses, e incluso, considerando distintos
tipos de Ludotecas: Ludoteca de Primera Infancia (0-6) años; Ludotecas
Infantiles (6-12) años; Ludotecas Juveniles; además también consideran
entre estos espacios lúdicos las bibliotecas recreativas, con libros, jugue-
tes, comics, cuyos objetivos se centran en la iniciación de la lectura,
la oferta de nuevos temas para los juegos o, simplemente, la posibilidad
de un momento de reposo al leer u observar las ilustraciones.

ESPACIOS EXTERIORES DE JUEGO

Sería ideal que toda Ludoteca contara con un espacio para el juego
en movimiento, para la realización de juegos al aire libre, contacto
con la naturaleza, actividades deportivas. Son muchas las actividades
que pueden realizarse en el espacio exterior o al aire libre, pero el apro-
vechamiento de éstas, depende en gran medida de la imaginación,
la participación y el entusiasmo de los animadores; educadores, promo-
tores culturales, integrantes de la escuela y la comunidad.

57
Ludoteca de Primera Infancia (0-6 años)
A estas Ludotecas los niños acuden en compañía de un adulto. Se reco-
miendan los siguientes espacios.

El movimiento Debe ser amplio, con material polivalente poco es-


y la psicomotricidad tructurado (pelotas, aros, telas, basura limpia, entre
otros), así como estar dotado de módulos de goma-
espuma forrados y/o colchonetas que permitan la
experimentación cinestésica.

Los juegos de imitación En este caso, los objetos deben centrarse en el mun-
a la vida o simbólicos do más cercano: la casa, el mercado, la escuela, el
médico, los medios de transporte... contando con
muñecos/as y disfraces (mejor si son ropas viejas,
zapatos sombreros que hayan pertenecido a adultos).

Construcciones, Deben ser sencillos, adecuados a la capacidad de


encajes y puzzles los/as niños/as.

Un taller Con mesas y un espacio en el suelo; debe centrarse


en el dibujo y la expresión plástica, con materiales
asequibles.

Ludotecas Infantiles (6-12 años)


Se recomiendan espacios para los siguientes tipos de juego.

Juegos de movimiento En el interior de la Ludoteca estos juegos se ven


Juegos simbólicos y muy limitados por el espacio y el necesario respeto
dramáticos a los otros jugadores. Sin embargo, es importante
dejar un espacio libre de objetos y mobiliario que
permita la reunión del grupo de un corro, la de am-
bulación con zancos, los juegos de puntería (aros,
bolos, y otros), los juegos con medios de transporte
(coches, camiones, trenes...), o el desarrollo de juegos
de movimiento que requieran poco espacio como
«las 4 esquinas» o «el escondite inglés».

58
Juegos simbólicos Este espacio, esencial para los niños menores de 8
y dramáticos años aprox., cuyo interés lúdico predominante son
los juegos simbólicos o de ficción, se convierte en
un espacio para los juegos de expresión dramática
de los mayores. En el primer caso, habrá de contar
con los materiales y/o la ambientación propia de
todas o varias de las siguientes propuestas, a seleccio-
nar en virtud de las características de los usuarios:
una casita, algún tipo de tienda, una farmacia y/
o un hospital, una escuela (todos ellos para la re-
presentación de la vida diaria), una sastrería y/o un
teatro, así como una peluquería-esthéticienne (dis-
fraces, maquillajes).

Ludotecas Juveniles
Implican la ampliación del concepto y la inclusión de otros aspectos y espacios
correspondientes a los intereses de los usuarios.

En encuentro del grupo La conservación distendida, los chistes, los planes


(una salida al cine, una acampada, un día de pisci-
na, un torneo de futbolito...) y, cómo no, las fiestas.

Los juegos de mesa Especialmente los de estrategia y habilidad, puede


que también los de cartas o los de rol. Juegos, en
general, de gran duración, que permiten la celebra-
ción de torneos.

Construcciones Más complicadas, realizadas de forma individual


y maquetas o grupal, suelen causar gran interés.

El taller Donde es interesante potenciar una vertiente de


invención, elaboración y construcción de juegos
y juguetes para el uso de la Ludoteca.

Prensa, libros, comics, música


La computadora: También puede tener un papel en este tipo de Ludoteca, siem-
pre y cuando los juegos cumplan con algunos requisitos:
• Para dos o más jugadores, de uso limitado

59
• De contenido no alienante (evitando racismo, sexismo, descriminación o
exclusión)
• Dando posibilidad al intercambio y participación entre los jugadores.
Espacios para el teatro y otras expresiones dramáticas como la narración oral,
monólogos, expresiones musicales populares, tradicionales y modernas, y otras.

ENTRE DUENDES: LOS JUGUETES Y OTROS OBJETOS LÚDICOS

Los juguetes son algunos de los duendes que dan vida y animación
a la Ludoteca. Juguete es un término popular que utilizamos en innu-
merables ocasiones, casi siempre para referirnos al objeto con el cual
el niño desarrolla su actividad que la mayoría de las veces encontramos
en las jugueterías, por tanto comercializado. Sin embargo, olvidamos
aquéllos que el mismo jugador construye, o tantos otros que, sencilla-
mente utiliza para jugar sin ser éste su fin principal (cajas, cacerolas,
ramas… etc.). Éstos son también juguetes en cuanto objetos de juego;
desde esta perspectiva, sólo es posible entender el juguete rompiendo
su significado comercial y abordándolo desde las significaciones que el
propio jugador le dota, como un medio. Así, el juego va a ser siempre
el motor para el uso del juguete y no al contrario. Es decir, se considera
que los juguetes son materiales auxiliares, valiosísimos pero no impres-
cindibles, que potencian el juego y a veces lo determinan, pero nunca
lo sustituyen. Los juguetes son útiles en la medida en que apoyan el
desarrollo infantil y responden a las necesidades e intereses de los jugadores
como objeto del juego, y no por sí mismos.
Desde esta perspectiva, Villegas (1999) considera los siguientes
elementos como materiales de juego:

Juguetes específicos Construidos, artesanal o industrialmente,


por el hombre para tal fin.
Objetos de la vida cotidiana Alimentos, ropa, elementos de aseo, y otros.
Objetos no determinantes Telas, piedras, agua…

60
Los ejemplos que ofrecen Ver la vida, ver jugar, mirar o leer cuentos,
temas de juego ver la televisión, experiencias infantiles, entre
otros.
Las construcciones Imitaciones de juguetes específicos,
y creaciones infantiles edificaciones, inventos, disfraces,
usadas para jugar ambientaciones…

CRITERIOS PARA LA SELECCIÓN DE JUGUETES

Estos criterios de selección para la creación del fondo lúdico de


la Ludoteca, responden al sentido que tiene el juguete, en la medida
que responde a las necesidades del jugador. Por lo tanto, un objeto
será un buen juguete, cuando agudice la inteligencia del jugador, res-
ponda a sus intereses o les cree otros nuevos, le permita transforma-
ciones, lo lleve a inventar y descubrir y, en definitiva, le despierte las
ganas de jugar.
La selección de juguetes responde a criterios específicos como:

a) Tamaño del Fondo Lúdico


El primer aspecto a tratar es el tamaño del fondo lúdico, que
debiera tender a ser lo más amplio y diverso posible, superando la
cantidad de juguetes que los usuarios puedan conocer o poseer, para
que de hecho conozcan más.
Por otra parte, en ocasiones los recursos económicos son escasos
y es necesario seleccionar un pequeño fondo lúdico evitando a toda costa
equivocarse. En este sentido, las observaciones realizadas en diferentes
Ludotecas permiten recomendar, dependiendo de los recursos económi-
cos disponibles considerados de menos a más, la selección de:

1. Juguetes para jugar en gran grupo, material de plástica y de


desecho para talleres, juguetes sencillos y polivalentes.
2. Además de lo anterior, juguetes para jugar en pequeños grupos.
3. Todo tipo de juguetes, incluidos los de juego individual y en
algunos casos juguetes sofisticados.

61
Esta propuesta para la adquisición de material se basa en un criterio
socializador que parece el más adecuado cuando nos situamos en una
institución de tiempo libre cuya función educativa está centrada en
el grupo.

b) Criterios para la inclusión y la exclusión de juguetes


En segundo término, cabe plantear algunos criterios para la inclusión
o exclusión de determinados juguetes en el fondo lúdico de una Ludoteca.

CRITERIOS DE INCLUSIÓN

Como criterios de inclusión se han considerado conjuntamente


con Matallana (2000); Borja (1980) Librecht (1987), los siguientes:
pedagógico, recreativo, solidez y práctico.

CRITERIO CREATIVO O PEDAGÓGICO

Se considera que un juguete es pedagógico cuando potencia la


imaginación y está adecuado al nivel madurativo del jugador.
Según Villegas (1999) se considera necesario diferenciar el sentido
pedagógico del juguete frente a los tan manejados de juguete didáctico
y/o juguete educativo: los juguetes didácticos son aquéllos utilizados
como instrumentos de enseñanza, siendo creados y orientados hacia
un objetivo concreto de aprendizaje (enseñan a sumar, leer, entre otros).
En otro sentido, se considera juguete educativo aquél que, acomodándose
al proceso evolutivo, favorece el desarrollo y perfeccionamiento de diversas
facultades tales como la memoria la atención. Los juguetes que responden
a esta terminología, didácticos y educativos, podrán ser pedagógicos
o no, según sus características particulares y el uso de que sean objeto
(Villegas, pág. 52).
En realidad, pueden considerarse pedagógicos todos los juguetes,
siempre que no sean peligrosos y estén adecuados al nivel madurativo
del jugador, sus posibilidades y necesidades. Más específicamente, un
juguete debe reunir las siguientes cualidades pedagógicas básicas: que
sea significativo (capacidad de dar sentido al juego), accesible, adecuado

62
a los jugadores, que dé lugar a transformaciones, sea polivalente (con
posibilidad de muchos usos y diferentes significaciones) y favorecedor
de la creatividad. Son especialmente interesantes aquellos juguetes que
necesitan de varios jugadores (sobre los de uso individual), aquéllos
que implican cooperación y los que, desde una perspectiva de educación
para la igualdad, no potencien diferencias (entendiendo que este aspecto
tiene que ver principalmente con la forma de usar los juguetes, así
como con el enfoque que de dicho uso hacen los educadores).

CRITERIO RECREATIVO

Este criterio se basa, principalmente, en que un juguete no puede


ser aburrido. Un juguete que aburre deja de serlo en cuanto que no
es objeto mediador de juego (recordemos que, por propia definición,
todo juego proporciona placer). Además, un juguete que divierte pro-
picia pequeñas sensaciones de éxito, proporcionando una satisfacción
que es la base de la confianza y el equilibrio personal.

CRITERIO DE SOLIDEZ

Un juguete que va a ser utilizado por muchas y diferentes personas


ha de ser resistente y duradero. Estas cualidades hacen referencia tanto
al contenido (piezas y elementos) como al embalaje del mismo. Además,
consideramos que un juguete ha de ser especialmente sólido cuando
sea sometido a un proceso de limpieza, sin perder por ello sus caracte-
rísticas formales (estructura, color, etc.). Un juguete sólido es, además,
un juguete económico, puesto que no necesitará ser restituido ni repa-
rado en un largo período de tiempo.

CRITERIO PRÁCTICO

Para su mejor uso, los juguetes seleccionados deben ser fáciles


de ordenar, controlar y mantener. Las autoras proponen descartar aqué-
llos que sólo pueden usarse una vez, excepto que se consideren necesa-
rios para el mejor desarrollo del juego o un complemento interesante
para alguna actividad en concreto.

63
CRITERIOS DE EXCLUSIÓN

Este criterio es importante puesto que no sólo debemos considerar


el estudio y la selección de los juguetes que aporten beneficios; también
es necesario hacer el estudio sobre los juguetes que deben ser excluidos,
especialmente, aquéllos que suponen peligro para los usuarios. Existen
antecedentes sobre propuestas realizadas por el Consejo de las Comuni-
dades Europeas (1988), con carácter de recomendación sobre la seguri-
dad de los juguetes en los países miembros, donde cabe destacar: la
consideración de los juguetes manufacturados, creados para tal fin y
destinados a una población infantil hasta los 14 años.

EL SENTIDO COMÚN

En este mismo sentido, pero de forma más concreta, se pueden


señalar algunas características de ciertos juguetes que los excluirían
de entre los posibles seleccionados para una Ludoteca: desprenden colo-
res, están rellenos de material peligroso (astillas, alambres, clavos, etc.),
son inflamables, llevan alambres que pueden salirse, el acabado es
astilloso, están compuestos de plástico duro y hueco que al romperse
resulta peligroso.

LA ÉTICA

En otro orden, Villegas (1999) considera otros criterios de exclu-


sión, menos científicos, pero no menos importantes; sin embargo, en
este caso, cada educador debe decidir la conveniencia o no de adoptarlos
en virtud de diferentes factores. Cada autor, como cada ludotecario,
recomienda alguno coincidiendo en muchos casos.
En resumen, algunos de estos criterios podrían ser: juguetes que
no diviertan a la mayoría, parabélicos, que provoquen miedo, aquéllos
tan elaborados o sofisticados que no admiten la participación porque
el juguete lo hace todo, los que fomenten la competencia indiscriminada
y aquéllos que estimulen la violencia, la crueldad, la discriminación
y la alineación.

64
CRITERIOS DE CLASIFICACIÓN DE JUGUETES

Existen diversos modelos de clasificación de los juguetes. Matallana


y Villegas (2000) llegaron a la conclusión de que para una Ludoteca
lo más práctico es contar con dos sistemas:

• Dirigido a los usuarios, con el objetivo de facilitarles la locali-


zación y el uso de los juguetes, clasificándolos y organizándolos
consecuentemente en el espacio:
Por grupos de edad (especialmente en las Ludotecas infantiles);
Por tipos de actividad: movimiento, mesa o sociedad, imitación
a la vida, dramatización, construcción, lectura, entre otros.
• Para su uso por parte de los educadores, convendría contar
con un sistema de clasificación que les permita determinar las
principales formas de actividad lúdica, las principales formas
del comportamiento en dichas actividades desde el punto de
vista cognoscitivo, instrumental y social con respecto al juguete,
con el objeto de conocer más profundamente las posibilidades
que ofrece tener referencias acerca de su uso por parte de los
jugadores.

El Sistema ESAR: Propuesto por la doctora Garón (Canadá 1985).


Es un sistema de organización y clasificación de juegos, que permite
disponerlos de acuerdo a las posibilidades y preferencias de los niños
de acuerdo a su estado de desarrollo. Se consideran cuatro áreas de trabajo;
cada letra representa el tipo de juegos que se agrupan de la siguiente
manera:

E: Juegos de ejecución orientados al desarrollo de la inteligencia


sensorio motriz. Incluye juegos que estimulan el desarrollo
de habilidades motrices finas y gruesas, a través de su mani-
pulación y su uso.
S: Juegos simbólicos que desarrollan la comunicación, la imagi-
nación, la interacción, la construcción de normas y valores.

65
Permite que los niños, al representar la vida de los adultos,
descubran las relaciones que se dan en la Dispone de disfraces,
teatrino y títeres, por medio de los cuales se pueden dinamizar
actividades de juego de roles, invención de historias, represen-
taciones de simulaciones de aspectos de la vida cotidiana de
los usuarios.
A: Juegos de armar que refuerzan las habilidades para la creati-
vidad, la construcción de conceptos de tamaño, volumen, for-
ma, colores. Estimular el descubrimiento que el todo está
compuesto por partes y la noción de seriación y clasificación.
Incorpora juegos de cubos, rompecabezas, legos, loterías.
R: Juegos de reglas simples y complejas, promueven la interioriza-
ción y el valor de las normas y se forjan como un espacio rico
para el trabajo sobre valores como la tolerancia, el respeto y
formas alternativas de comunicación e interacción no violentas.

El sistema ESAR posibilita la comprensión de los procesos que


se estimulan cuando los niños hacen uso de los juegos y juguetes disponi-
bles en cada espacio, para lo que es necesario tener dominio de las posi-
bilidades que tienen niños y niñas, de acuerdo con la edad que tengan.

LOS USUARIOS Y/O JUGADORES:


DUENDES EN BÚSQUEDA DE UN QUEHACER

Los usuarios, conjuntamente con el personal especializado y con


los promotores y líderes comunitarios, animan el proceso festivo que
se desarrolla en las Ludotecas. Son esos «duendes», esos «locos bajitos»
que buscan un quehacer en medio de las luces y las sombras de lo
cotidiano, en la vida lúdica de cada instante, de cada día.
Son ellos, los usuarios, protagonistas primordiales en la Ludoteca.
La organización de espacios y materiales, así como la orientación
de las actividades a programar, están sujetas y deben ajustarse a los
usuarios potenciales de la misma, en virtud de diferentes aspectos:

66
Características psico-evolutivas: sus edades y, por tanto, los inte-
reses lúdicos predominantes.
Características socio-culturales: el barrio del que proceden, la histo-
ria familiar predominante, sus necesidades carencias lúdicas, entre otras.
Características grupales: desde la perspectiva de la dinámica de
grupos, es importante tener en cuenta:
Las diferentes fases por las que atraviesa el grupo o grupos con
los que se trabaja en la Ludoteca (iniciación, conflicto, cohesión, …).
La homogeneidad o heterogeneidad de los grupos que confluyen
en una misma sesión de juego.
Si se trata de grupos estables o de agrupaciones circunstanciales.

LOS LUDOTECARIOS: ÁNIMAS FESTIVAS QUE DAN VIDA A LAS LUDOTECAS

La mayoría de los autores ven en el ludotecario a un educador


o a un animador cultural, que pueda hacerse responsable de la Ludoteca.
Según López M. y Villegas (1995), la figura del ludotecario es
una terminología heredada del francés. En Francia, donde existen alre-
dedor de mil Ludotecas, el ludotecario, es un profesional formado
para tal fin (Mathien 1991); sin embargo en España, en otros países
de Europa y en América Latina, el puesto de ludotecario es ocupado
por una diversidad de profesionales con amplios conocimientos de
técnicas de animación lúdica, de los materiales del juego y los juguetes:
animadores socioculturales, recreadores, maestros y maestras, psicólo-
gos, psicopedagogos, entre otros profesionales, con experiencia en
animación lúdica.
Dadas las características del perfil del ludotecario y de las funcio-
nes que desempeña, su acción se inscribe en el ámbito de la Animación
Sociocultural:

El trabajo del ludotecario y desarrollar actividades educativas y culturales


que tienden a una educación continua que van hacia un desarrollo global
del individuo (…) debe comenzar una labor dentro de la educación per-
manente y en el campo de la renovación social… (Borja, 1980 251-252).

67
FUNCIONES DEL LUDOTECARIO

Borja (1994) plantea 10 funciones básicas a desempeñar por el


educador que trabaja en una Ludoteca, que le permitirá adecuarse a
cualquiera de las circunstancias específicas de su trabajo:

• Transmitir y acrecentar el patrimonio lúdico.


• Realizar proyectos, programar su trabajo y evaluar los resultados,
innovando las intervenciones.
• Atender a todos los usuarios en su normalidad y/o diversidad.
• Analizar críticamente juguetes, juegos, materiales lúdicos, espa-
cios y situaciones de juego.
• Realizar inventarios, clasificaciones y catalogaciones de fondos
lúdicos.
• Realizar préstamos, colocar y conservar los juguetes.
• Elaborar información y promoción de los servicios de la Ludo-
teca.
• Diseñar, organizar, realizar y evaluar programas y actividades
lúdicas colectivas.
• Contactar y coordinar con instituciones y organismos, así como
con técnicos expertos.
• Conocer y utilizar el marco legislativo. Gestionar la institución.
Gestionar recursos económicos.

NIVELES DE PROFESIONALIZACIÓN DEL LUDOTECARIO

Si bien es cierto que la principal función que debe cumplir un


ludotecario es animar, llenar de vida creativa y entusiasta la Ludoteca,
también es importante, como lo plantean algunos especialistas, la prepa-
ración en algunas áreas específicas. Borja (1981) distingue cuatros áreas
de trabajo donde el ludotecario sería responsable:

68
FUNCIONES DE ORGANIZACIÓN

Todas las planteadas en este trabajo bajo el epígrafe «administración


y gestión», las referidas al control y mantenimiento de los juguetes, así
como la selección de personal y el control presupuestario de la Ludoteca.

FUNCIONES EDUCATIVAS

Todas las derivadas de los objetivos generales referidos a la educa-


ción en el tiempo libre, el desarrollo global infantil, el acceso al objeto
lúdico por parte de todos los niños y la orientación a padres y educadores.

FUNCIONES DE ANIMACIÓN

Todas las relativas a la puesta en marcha de actividades: programa-


ción, coordinación y, en ocasiones, realización; así como las derivadas
del objetivo de coordinación con otros grupos, entidades y agentes de
la comunidad en la que la Ludoteca se halle inserta.

FUNCIONES DE INFORMACIÓN

A los organismos pertinentes a través de los informes y estadísticas


realizados a partir de las evaluaciones periódicas; a los usuarios, padres,
educadores y personas interesados en el funcionamiento y las actividades
de la Ludoteca y otros centros dedicados a la infancia, así como en
documentación de interés.
Finalmente y como lo plantean López M. y Villegas (1999), una
Ludoteca, como cualquier institución social, puede contar con volun-
tarios (niños, padres, estudiantes, personas de la tercera edad, …) que
colaboren en el funcionamiento de la misma. Estos colaboradores vo-
luntarios asumirán responsabilidades en función de su preparación,
sus deseos y las necesidades de cada Ludoteca en concreto; desde el
apoyo para una excursión hasta la explicación de juegos tradicionales.
La participación de diferentes miembros de la comunidad en la marcha
de una Ludoteca es siempre interesante y enriquecedora para todos.

69
Con la caracterización de las funciones de los ludotecarios, de
esas ánimas festivas que ayudan a dar vida a las experiencias de las Ludo-
tecas, cierro este segundo capítulo, para continuar ahora en el próximo
capítulo, con el estudio de algunas experiencias de Ludotecas comuni-
tarias, realizadas en América Latina, pero voy a detenerme especialmente
en la descripción y el análisis de las experiencias colombianas y brasi-
leñas, expuestas en el Informe «UNA LUDOTECA PARA TI», pre-
sentadas por la Organización Mundial de Educación Preescolar
(OMEP) y el Consorcio Internacional de Educación (CIDE), presenta-
das en una primera versión en el año 1996 y difundidas a través de
diferentes medios y promotores, en los años siguientes (1997-2002).

70
Capítulo III
América Latina:
Crítica, lúdica y animosa

Las Ludotecas en América Latina surgen en contextos de profun-


das crisis económicas, sociales y culturales. En América Latina ya no
es el juguete, sino los sujetos que juegan quienes constituyen los ejes
fundamentales para la promoción y animación de actividades lúdicas.
Según Raimundo Dinello (1988), las Ludotecas latinoamericanas no
sólo se proponen colmar las carencias del Sistema de Educación Formal,
pueden también contribuir a resolver algunos de los problemas más
acuciantes del Tercer Mundo: abandono escolar, analfabetismo, delin-
cuencia juvenil, drogas, entre otros. Esto ha sido tan relevante, que
desde 1986, se ha creado la Federación Latinoamericana de Ludotecas
(FLALU) y a través de la red de Ludotecas, extendida desde México
hasta Tierra del Fuego, son atendidos algunos de estos problemas con
proyectos de lucha contra la marginalidad y la pobreza crítica.
Según nos refiere Bautista (1998), es a través de la FLALU, ABB
(Asociación Brasileña de Brinquedotecas, ABRINQ (Asociación de Fa-
bricantes de Brinquedos), y la OMEP (Organización Mundial de Educa-
ción Preescolar), organizaciones latinas, que el movimiento ludotecario
comienza a crecer «… no importa dónde las encontremos, desde los
fríos Andes de Bolivia, Perú o Ecuador, en el calor radiante de los chicos
cubanos que juegan sin parar, en el cantar de las rondas entonadas
por los niños mestizos brasileños, en las fronteras con Paraguay y
Argentina, donde el guaraní, el español o el portugués se mezclan para
hablar y jugar, o en Centroamérica, desde México, con los juegos
populares, herencia de la cultura maya y azteca, llegando hasta Pana-
má…» ( Bautista, 1998:10).

71
A través de los informes presentados por la OMEP, se conocen
varias experiencias de Ludotecas en diferentes países de América Latina,
tales como las desarrolladas en México, a partir del apoyo del Instituto
de la Infancia; en Costa Rica, en los Centros Recreativos «Arco Iris»;
en Cuba, a partir de los Círculos Infantiles y las Bibliotecas; en Colom-
bia, las juegotecas, organizadas en los parques infantiles y en los centros
de bienestar familiar; en Uruguay y Argentina, se crean Ludotecas, a
través de diversos grupos de recreación para los centros comunitarios,
parques y plazas; en Perú poco a poco se han implementado Ludotecas
en los parques públicos.

LAS LUDOTECAS NAVES

Es un Programa Nacional desarrollado en Colombia, a través de


la Corporación Día del Niño y el Instituto Colombiano de Bienestar
Familiar y FUNLIBRE. Está orientado al mejoramiento de la calidad
de vida de los niños colombianos y sus familias, por medio de estrategias
pedagógicas, centradas en la experiencia lúdica, la recreación y las artes.

Las Ludotecas NAVES son un espacio público al que pueden acceder niños
de todas las edades, tanto escolarizados como no escolarizados, desplazados
o en condiciones sociales especiales. Nuestras siglas naves significan: niños
aprendiendo, viviendo y socializando…
Las Ludotecas Naves deben llegar a ser centros de encuentro de los niños,
de sus familias y vecinos, para descubrir la alegría de vivir, de expresarse,
y de sentirse con ánimos para emprender tareas solidariamente: desde in-
ventar juegos, hacer juguetes, hasta proyectar mejoras en las condiciones
de vida personal y colectiva… (Osorio Correa, 2001:52).

Uno de los aspectos más relevantes de este Programa se ubica en


el hecho de que sus procesos van acompañados por la dinamización de
una red social de gestores, operadores y facilitadores de la vivencia
desde el espacio ludotecario. En este sentido, es importante la figura
del animador cultural, del líder comunitario y muy especialmente, la
figura del ludotecario, a quien brindan una interesante programación
para su formación y capacitación en las distintas áreas y lineamientos
que se siguen en el Programa.

72
En las Ludotecas NAVES el componente técnico comprende la
fundamentación conceptual que orienta el trabajo a realizar, en rela-
ción con el juego, la recreación, el arte y el ejercicio de los derechos
y deberes de niños y niñas, así como el análisis de diferentes componen-
tes de desarrollo comunitario y las estrategias para generar mecanismos
de organización y participación de la comunidad en el proyecto.

UNA LUDOTECA PARA TI: UN MODELO A SEGUIR

Experiencia promovida por la Organización Mundial de Prees-


colar, con el apoyo del Gobierno de Canadá, en marzo de 1994 en
el Año Internacional del Niño y la Familia. Según Karen Dorion C.
(1996), este proyecto logró que seis comunidades marginalizadas de
América Latina se dotaran de una Ludoteca en beneficio de sus niños,
respetando las características socioculturales locales y aprovechando
los conocimientos y la experiencia desarrolladas en Quebec, en torno
a la educación infantil, el juego y las Ludotecas. Los países que formaron
parte de esta experiencia fueron los siguientes: Brasil, Colombia, Hon-
duras, México y Panamá.
K. Coupal y Denise Garón (1996) caracterizan esta realidad al
hablar de «Las consecuencias de un modo de exclusión». En estas carac-
terísticas de exclusión, las autoras nos presentan datos correspondien-
tes a las dos últimas décadas del siglo XX en la situación socioeconómica
de América Latina. En este sentido nos refieren el crecimiento de comu-
nidades y familias marginalizadas. La situación latinoamericana ha sido
afectada por un modelo de exclusión que incide en grandes grupos
de población.

Según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe el número


de pobres en la región pasó, entre 1980 y 1991, de 136 a 196 millones,
mientras que el porcentaje de personas por debajo de la línea de indigencia
creció de 19% a 22%; se trata de un cambio radical de la situación existente
hasta los años 70 […]. La pobreza de los años 90, no sólo es más grave en
términos absolutos y relativos, sino que también está cada vez más concen-
trada en las zonas urbanas […] (1999:13).

73
Otra de las características de esta realidad latinoamericana y que
las autoras definen como un modelo de exclusión es el abandono
de las zonas rurales; característica presente en todos los países de
América Latina «Si en 1990, el 72% de la población latinoamericana
estaba concentrada en las áreas urbanas, se debe a que desde hace unos
cincuenta años, grupos cada vez más grandes, abandonan sus regiones
natales, huyendo de las dificultades económicas, la represión política
o la guerra…» (p. 15).
Este fenómeno, obviamente, agrava el problema habitacional,
incrementa los índices de violencia, agrava la situación de los barrios
populares, carentes de servicios básicos; todo esto dificulta el desarrollo
psicosocial de los niños y la participación de las familias en experiencias
y programas culturales y recreativos. La realidad descrita necesariamente
conlleva a su intervención, en beneficio de los niños; para mejorar
la calidad de vida en los sectores menos favorecidos de las grandes
ciudades y en las comunidades rurales.
Un factor característico en este modo de exclusión lo constituye
la existencia de madres obligadas a trabajar sin alternativas de atención
para sus hijos. Esta situación tiene alto costo social, pues influye consi-
derablemente en la calidad de la atención brindada a los niños en las
comunidades que no tienen acceso a servicios de educación preescolar,
ni a jardines de infancia, ni otras alternativas para el cuidado diario y
formación de niños y adolescentes.
En la situación de pobreza crítica que se vive en América Latina
no se puede obviar el desmoronamiento de la unidad familiar. A todo
lo reseñado anteriormente se debe agregar que durante las últimas
décadas, la crisis socioeconómica y los movimientos migratorios que
la acompañan, se produjeron en la región, cambios importantes en la
estructura de la unidad familiar: el aumento del número de hogares
dirigidos por mujeres solas; el gran número de nacimientos no recono-
cidos por el padre, el fenómeno de las madres adolescentes y, de manera
general, el deterioro de los vínculos de solidaridad; todo ello tiene un
impacto negativo en el crecimiento normal y el desarrollo de la niñez
y la adolescencia.

74
En este contexto de crisis, otra de las características significativas la
encontramos en el incremento de la población de niños en y de la calle.
Con la expresión «niños en la calle» se alude a niños menores
que trabajan en el sector formal e informal, o que realizan actividades
o incurren en infracciones como robos, comercio de drogas a pequeña
escala, mendicidad; estos niños mantienen algunos lazos con su familia
y conservan algún sentimiento de pertenencia a una comunidad,
aunque muchos de ellos abandonan la escuela.
«Los niños de la calle» ya no tienen prácticamente lazos con su
familia, la calle se convierte en su hábitat permanente y deben valerse
de la astucia para sobrevivir en ese ambiente.
Si bien es cierto que la realidad expuesta anteriormente, nos habla
de la situación descrita hasta el año de 1996, año cuando comienzan
a publicarse las experiencias realizadas en diferentes países de América
Latina, a través del Proyecto «Una Ludoteca para ti» también es cierto
que esta realidad no se transformó en los últimos años del Siglo XX;
todo lo contrario, la situación de crisis se incrementó:
A mediados de los noventa expertos del BM afirmaban que para avanzar
en la reducción de la pobreza en América Latina, sus economías debían
crecer por encima del 3,5% anual durante muchos años, por lo mismo,
para que se consoliden las reformas se debía duplicar el crecimiento prome-
dio de las economías latinoamericanas para realmente avanzar en la lucha
contra la pobreza, es decir crecer al menos al 6% anual. Esto no ha ocu-
rrido, observándose un crecimiento promedio errático, muy por debajo de
esta condición: 1996, al 3,4%; 1997, al 5,1%; 1998, el 2,0%; 1999, el –
0,8%; 2000, el 2,5% … (Jijón, V. 2001:30)

En el contexto de esta situación de pobreza crítica surge el Pro-


yecto «Una Ludoteca para ti» elaborado por la OMEP y el CIDE, con
el apoyo del Gobierno de Canadá, en marzo de 1994, como respuesta
a algunas de las necesidades y exigencias de América Latina, algunas
ya descritas brevemente con anterioridad. Es importante destacar que
conjuntamente con el desarrollo de este proyecto, la OMEP, con otras
organizaciones internacionales, desarrolló un plan de acción a favor de
la salud y del desarrollo psicosocial del niño.

75
LAS LUDOTECAS COMUNITARIAS:
UN PROYECTO PARA AMÉRICA LATINA

Como en todas las experiencias de este tipo y como lo enuncia


su nombre, las Ludotecas comunitarias responden a prioridades y
características de agrupaciones organizadas que actúan en la búsqueda
de un bien común. Por ello resulta importante tal como lo refieren
D. Garón y otros autores (1996), invertir en la educación de los niños
pequeños y de sus padres y en iniciativas tendentes a la consolidación
de las familias, para estimular y proteger a largo plazo el desarrollo
psicosocial de los niños, «puesto que el juego tiene componentes edu-
cativos y sociales, un proyecto de movilización comunitaria en torno
al juego de los niños, y dirigido a la organización de una Ludoteca,
puede a mediano plazo constituir una herramienta para vencer la
pobreza» (p. 15).
Las Ludotecas comunitarias se inscriben dentro de una estrategia
educativa global. Son consideradas por sus creadores como un proyecto
educativo que se dirige a las comunidades en su conjunto y que están
centradas en el bienestar de los niños y sus familias, haciendo énfasis
en el desarrollo de la experiencia lúdica.
La comunidad constituye un espacio para el aprendizaje; es de
inmensa riqueza y es un recurso que debe ser educado y concientizado
sobre las necesidades y los derechos de niñas y niños.
Como lo plantea Nelson Ortiz «La comunidad más que un espacio
físico es un espacio de sentido, en la cual se da un proceso dinámico
con posibilidades de afectarse cotidianamente a partir del interjuego de
los intereses individuales y colectivos» (1995:12).
Las Ludotecas creadas a partir del Proyecto Una Ludoteca para
ti, se ubican en la perspectiva de lo comunitario, no porque se ignore
la importancia de la familia y de la escuela, sino porque reconociendo
su papel, se pretende trascender el ámbito de lo institucional, para
promover un movimiento de amplia participación, orientado al mejo-
ramiento de las condiciones de la infancia.
Por ello, independientemente de todos los objetivos que puedan
tener las Ludotecas comunitarias, se le da prioridad al ejercicio del

76
juego libre, vinculado al concepto de flexibilidad y de espontaneidad,
lo que debe llevar a cierta autonomía del niño en relación con la
elección de los juguetes y desarrollo de los juegos.
Esta filosofía de libertad en el juego, debe respetar el ritmo lúdico
del niño, el mundo de sus ensueños, así como también es importante
la participación de los adultos en el acompañamiento de estas expe-
riencias, sus intervenciones oportunas, orientadoras y placenteras.
Para la caracterización de las experiencias del Proyecto «Una Ludote-
ca para ti», «voy a detenerme» especialmente, en las experiencias colom-
bianas y brasileñas; por contar con mayor información por considerarlos
especialmente significativas en el entre de nuestras realidades mas

LA LUDOTECA COMUNITARIA EVA BALKE:


EL PUNTO DE PARTIDA DE «UNA LUDOTECA PARA TI»

Por ser ésta, la experiencia que sirvió de modelo para el desarrollo


de otras experiencias significativas, incluidas en el Proyecto «Una Ludo-
teca para ti», presentaré algunos aspectos de la descripción, que de la
misma hace Aura Rodríguez (1996) en el informe correspondiente: La
fórmula de Ludoteca comunitaria que fue difundida en cinco países
de América Latina entre 1994 y 1996, nace de una experiencia llevada
a cabo por el comité colombiano de la OMEP, la Asociación Colombiana
de Educación Preescolar (ACDEP) a fines de los años 80, en el barrio
Bosque Calderón Tejada. Este barrio, como muchos otros, reúne a
inmigrantes empobrecidos del interior, que ocuparon tierras en el
flanco de la cordillera, al margen de la capital. Luego de un trabajo
paciente de acercamiento, la comunidad aceptó convertir su jardín
infantil en Ludoteca y participó tanto en el acondicionamiento del
lugar como en la fabricación de los juegos y del mobiliario».

En la ciudad de Santa Fe de Bogotá, algunas comunidades viven en con-


diciones de marginalidad con pocos o ningún recurso de salud, educación,
trabajo y recreación produciendo focos de delincuencia para poder subsis-
tir; es por esta problemática que se hace indispensable planear y desarrollar
programas de alternativas de atención integral a estas comunidades, para

77
que se integren a un proyecto común, proporcionando ambientes alegres y
recreativos. Para solucionar esta problemática social, se ha planteado la
creación de un programa recreativo llamado «Ludoteca» o «juegoteca», el
cual por sus características se convierte en un espacio de encuentro
comunitario, donde la recreación a través del juego, la danza, la expresión
corporal y el canto se convierten en un recurso educativo u de socialización
por excelencia (Rodríguez, A. 1996:45).

La Ludoteca comunitaria Eva Balke se diseñó como un lugar de


«rescate del niño y el reencuentro de la cultura y tradiciones de la
comunidad en general». Descrita como «un lugar lleno de colorido,
juegos, juguetes, música, títeres y pintura», como «un centro de interés
donde se conocen y comparten con nuevos amigos, donde los padres
pueden relacionarse con otros padres, educadores y profesionales del
juguete»; la Ludoteca comunitaria Eva Balke fue concebida para aumentar
y mejorar las relaciones generacionales, fortaleciendo así el núcleo fami-
liar. El objetivo final de este proceso es brindar a los niños no sólo juegos,
sino juego, en el sentido de un margen de maniobra, un espacio vital
dentro de su comunidad.

UMA BRINQUEDOTECA PARA VOCÉ

Algunos aspectos significativos de las Ludoteca


del barrio Angelim Sao Luis de Maranhâo:

Como otras experiencias de este proyecto latinoamericano, contó


con el apoyo de los Organismos Internacionales: OMEP-CIDE y con
el financiamiento del Gobierno de Canadá. La elección de la comuni-
dad respondió a las siguientes razones: ofrecía un espacio físico adecuado
y seguro y tenía fácil acceso. María de Rosario Carvallo de Souza,
coordinadora de esta experiencia (1994), nos describe los aspectos que
caracterizaron esta experiencia:

El proyecto fue elaborado sin perder de vista las características de un lugar


para jugar dentro de una comunidad que no brinda ninguna opción de
esparcimiento o de recreación por falta de infraestructuras. La Ludoteca
tendría seis áreas de juego, ambientadas gradualmente y con una especia-

78
lidad para cada una, a saber: Arte dramático, Artes plásticas, Construcción
de juegos y de juegos tradicionales, Recreación y juegos libres, Lectura,
Música y bailes tradicionales (1994: 15).

Los objetivos de la Ludoteca del Barrio


Angelim son los siguientes:

• Brindar la posibilidad de vivir momentos de juego y de libertad


con sus niños.
• Incrementar el interés de los padres por la educación de los hijos.
• Permitir encuentros educativos y sociales que favorezcan el
desarrollo de vínculos de respeto y de amistad entre los miem-
bros de la comunidad.
• Estrechar los lazos entre las generaciones.

La participación del grupo de madres de San Luis de Maranhao

El grupo de madres constituye un pilar fundamental para el desa-


rrollo de las actividades y para la consecución de los recursos para
la implantación de la Ludoteca. Obtuvieron, entre otras cosas: la instala-
ción de una línea telefónica comunitaria que presta servicio a la Ludoteca
y a la comunidad en general; la firma de un acuerdo de servicio social
con empresas comerciales; la incorporación de otras madres y maestras
de la zona; el apoyo de la Universidad de Maranhao, Pastoral del Niño,
CARITAS- Brasil, UNICEF, Fundación Municipal del Niño.
Con la participación de las madres de San Luis de Maranhao se
organizan maratones culturales con el propósito de reunir a la comuni-
dad y suscitar gestos que estimulen la solidaridad y el hábito de compar-
tir. Se organizaron sesiones de capacitación para padres y amigos de
la Ludoteca. Se elaboró un reglamento interno para asegurar el funcio-
namiento disciplinado y estructurado de la Ludoteca.

El grupo de Amigos de la Ludoteca y las actividades realizadas

Con la participación del Grupo de Madres, se realizaron reuniones


para dar a conocer la filosofía del proyecto a la comunidad Angelim,

79
al personal de las escuelas, a los padres y representantes, a promotores
y trabajadores comunitarios y en este contexto se constituyó el Grupo
de Amigos de la Ludoteca, el que además de participar en las reuniones,
poco a poco se comprometió de forma directa; comenzó también a
hacer donaciones para el funcionamiento de la Ludoteca y llevó a cabo
un conjunto de variadas actividades:

• Recolección de canciones de cuna, rondas, adivinanzas típicas


y tradicionales para utilizar como material en diversas áreas
de juego.
• Recolección de material reciclable organizado por el Grupo
de Amigos para la fabricación de juegos, títeres, dominóes y
muñecas.
• Con el apoyo de otros grupos del barrio y con el propósito
de recaudar fondos para construir las instalaciones y ambientar
la Ludoteca, el Grupo de Madres organizó: veladas danzantes,
ferias de la amistad, comidas comunitarias.
• Encuentros comunitarios con la participación de niños y adultos
para la narración de cuentos y leyendas populares de la zona.

Talleres y temas desarrollados

• La importancia de la afectividad en la vida de una persona


• El juego como necesidad fundamental del niño
• El juego como factor de crecimiento, modo de desarrollo de
la creatividad
• Fabricación de juegos, juguetes y material didáctico
• Talleres de narración de historias con los abuelos de la comunidad
• Talleres para la construcción de juguetes propios de la región

Los juguetes

Los juguetes utilizados en esta experiencia responden a criterios


de selección, basados en la realidad de los niños, en los recursos dispo-

80
nibles de la comunidad y en los mensajes que se quieren transmitir a
través del acto de jugar. La Ludoteca cuenta con juguetes industriales,
juguetes confeccionados por los niños y por los padres de los mismos,
juguetes tradicionales.
Los Amigos de la Ludoteca donan materiales diversos para la fabri-
cación de juguetes, e igualmente, aportan distintos tipos de juego y
juguete para los talleres que se realizan en la Ludoteca. Estos juguetes
son variados y obedecen a criterios educativos, de seguridad, criterios
de socialización y criterios psicológicos.
La selección y colecta de juegos y juguetes tradicionales se hace
durante los encuentros entre padres e hijos, en ocasión de las fiestas
que se organizan a partir de la Ludoteca.

Algunas de las actividades desarrolladas

Talleres de lectura

Lectura de capítulos de libros y de artículos de diarios o de revistas,


cuyo objetivo es informar al grupo de trabajo sobre temas que interesan
a la comunidad o relativos al proceso Educativo. El equipo leía docu-
mentos y brindaba las aclaraciones necesarias.

Mañanas de esparcimiento

Actividades programadas para grupos de niños, orientadas a brindar


alegría, descanso despertar amor por las artes Se organizan estas maña-
nas para cada grupo de edad, variando las actividades para que cada
niño pueda vivenciar diversos talleres (expresión, teatro, etc.)

Festejo de fechas conmemorativas

Participación de la comunidad en actividades sociales y recreativas


el último sábado de cada mes. Su fin es acercar a los niños y adultos
festejando los aniversarios que tuvieron lugar en el transcurso del mes,
incluyendo los cumpleaños, con la participación de todas las personas
involucradas en la experiencia.

81
Testimonios:

Testimonios de adultos:

Ustedes han venido a brindar alegría a niños y a adultos


Ahora, tenemos confianza en que nuestros hijos serán más equilibrados
La Ludoteca nos ha hecho comprender que somos hijos de Dios

Testimonios de niños:

Ahora cada día es un día de fiesta, ¡Me gusta tanto!


!Eh! tía, ¿Por qué no nos trajiste todos estos juguetes antes?
!Estoy muy contento y estudio más a menudo!
Aprendo más con las tías de la Ludoteca que con las tías de la escuela
¿Por qué no puedo quedarme aquí todo el día? Me gustaría tanto quedar-
me, ¡Por favor, tía!
Me parece que la Ludoteca ha tranquilizado a la gente y que hay menos
peleas

Testimonio de los ejecutores:

Tratamos de que la Ludoteca sea un lugar de intercambio de conocimientos


donde cada uno enseñe y aprenda algo y donde todos se ayuden mutua-
mente en todo momento, estamos unidos en la alegría, solidaridad, la uni-
dad y la participación, ya sea tanto de una misma familia o entre las familias
de la comunidad.

La Ludoteca en Ponte Parada, Pernambuco, en Recife,


o la importancia de la Ludoteca como un Medio
para el Desarrollo de la Familia y de la Comunidad
En el contexto de la experiencia desarrollada en Recife, la preocu-
pación central está en la participación y el desarrollo de la familia. La
Ludoteca está ubicada en una zona de grandes frustraciones sociales,
derivadas del alto grado de pobreza en que se vive. En el ámbito de
las áreas a ser desarrolladas en la Ludoteca, se le da prioridad a aquéllas
que contribuyen a mejorar las condiciones de vida de la familia y de
la comunidad, considerando aspectos específicos como: salud, educa-

82
ción, nutrición, vivienda. Esto se logra a través de la organización y
asociación de los grupos de familias en diferentes actividades que les
permiten obtener recursos para satisfacer sus necesidades más inmedia-
tas. Dentro de este contexto, la Ludoteca confirma a la familia como
elemento formador de la personalidad humana:

Cuando nos referimos a la familia, vamos más allá del padre y de la madre,
procuramos que las interacciones sociales garanticen los elementos
necesarios para el desarrollo humano y que los miembros de las familias y
de la comunidad lo promuevan: los hermanos y hermanas mayores, los
primos y primas, los abuelos, los tíos y tías, al igual que los vecinos y demás
agentes de inserción de los niños dentro del ámbito social.
... Los hemos hecho reflexionar no solamente sobre la NECESIDAD DE
JUGAR sino también sobre algunos cuidados básicos tales como la lactan-
cia, la rehidratación oral, la vacunación, el control de las infecciones
respiratorias, el acceso a alimentos alternativos y a plantas medicinales,
ofreciendo a las madres un acompañamiento durante el embarazo, dándo-
les informaciones y consejos sobre los métodos naturales de planificación
familiar, en una palabra, suscitando una serie de acciones importantes para
estimular el crecimiento del desarrollo del niño y mejorar su calidad de
vida (Moura,1996: 70).

Se procura que todos los niños de la comunidad tengan un desa-


rrollo integral y que su calidad de vida mejore; concientizando a los
padres y demás miembros de la familia, acerca de su rol fundamental
en el desarrollo global del niño, es decir, el de garantizarle condiciones
físicas, psíquicas y emocionales, gracias a las cuales podrá desarrollarse
plenamente.
Se incita a la comunidad, especialmente a las madres, a que
utilicen material de gran valor y de poco precio, disponible en el entorno
inmediato, para fabricar juegos y juguetes.
A través de los encuentros mensuales y para las fechas conmemo-
rativas, se trata de acercar a los miembros de las familias entre sí y a
las familias de la comunidad como medio para valorizar la vida y como
estrategia de restablecimiento de la dignidad humana.

83
Con las actividades realizadas en la Ludoteca y con el trabajo
progresivo con las familias, pero sobre todo, a partir del enfoque que
se le da a los mismos, se contribuye a la construcción de una sociedad
más sana, más equilibrada y en consecuencia, la Ludoteca se convierte
en un espacio para transformar la vida cotidiana, para fortalecer la
autoestima de los niños y de las familias. Veamos en las palabras de
la coordinadora del proyecto, lo que ha representado «Una Ludoteca
para ti» en el contexto de la vida de los niños y de la familia de estas
comunidades brasileras:

Nuestra Ludoteca cumple el papel de hogar donde se articulan diferentes


fuerzas sociales, Al generar los conocimientos necesarios, consolidamos
experiencias innovadoras tendentes a crear una mayor armonía entre las
familias. Organizamos actividades que contribuyen de manera efectiva a
las posibilidades brindadas por la familia y la escuela, lo que nos lleva a
actuar como canal de expresión de potencial humano. Comprobamos,
desde el inicio del proyecto, que hubo una mejora a nivel de la educación
y de la calidad de vida de los niños y miembros de sus familias que fueron
acompañadas en es proceso...
Tenemos el sentimiento de unir nuestras fuerzas a las de la comunidad
actuando como agentes de transformación de tristezas en alegrías y sem-
brando paz y esperanza. ( 1996:77)

La Ludoteca permite que una comunidad de familias acceda a


bienes sociales y culturales. Todo el trabajo de la Ludoteca consiste en
rehabilitar el juego dentro de la comunidad y en lograr que forme parte
de la vida cotidiana sistemáticamente.
Se trata de restituir el valor profundo de la vida en las personas
afectadas por condiciones de miseria. La Ludoteca es un lugar organi-
zado dentro de la comunidad, apto para formar agentes de transforma-
ción, donde la familia encuentre recursos educativos y se torne responsable
de introducir el cambio en su propia casa y en la comunidad.
Dentro de la familia y de la comunidad, la Ludoteca es un medio
de transmisión de valores culturales, y humanos tales como la solida-
ridad, la fraternidad y el respeto al otro, herramientas éstas que elevan

84
el potencial liberador y garantizan la continuidad de los esfuerzos
centrados en pos de una nueva sociedad justa y fraterna.
Entre los resultados concretos de este proyecto, mencionaremos: la reduc-
ción de la violencia y de la marginalidad, la vuelta de las familias a valores
éticos que rescaten lo mejor de la vida en comunidad, o sea la correspon-
sabilidad social, la ayuda mutua y la amistad entre las familias...
La Ludoteca desarrolla prácticas que buscan construir una cultura centrada
en el respeto y la valorización de la vida, por medio de una nueva ética
social. (1996: 78)

Hoy en día, Brasil cuenta con el mayor número de Ludotecas en


América Latina, extendidas a lo largo y ancho del país; suman una red
aproximada de 350 Brinquedotecas, la mayoría registradas y supervisa-
das por la Asociación Brasileña de Brinquedotecas y contribuyen de
esta manera a paliar la grave crisis socioeconómica, que sufre este país,
al igual que la mayoría de los países de América Latina. Por otra parte,
las Ludotecas también han contribuido al desarrollo de valores, a la
promoción de la paz y a la defensa de los derechos humanos.

Una Ludoteca para la comunidad del barrio


La Igualdad Santa Fe de Bogotá:

El Proyecto «Una Ludoteca para ti» en el Barrio la Igualdad es


coordinado por Graciela Rodríguez Poveda, quien describe la experien-
cia a través de un amplio y detallado informe presentado ante el
Consorcio Internacional de Desarrollo en Educación (CIDE) y ante
la Organización Mundial de Educación Preescolar (OMEP) durante
el año 1996. A continuación presentaré la descripción de esta experien-
cia, seleccionando algunos aspectos desarrollados por la autora, comen-
zando por decir que el proyecto se justifica porque está basado en
el respeto de los derechos del niño y en el principio de participación
comunitaria y fue definido a partir del estudio de las experiencias
canadienses y suizas en materia de Ludotecas, apoyándose al mismo
tiempo en la experiencia innovadora de creación de la Ludoteca Eva
Balke, inaugurada en 1993 por la ACDEP, en el barrio Bosque Calde-
rón Tejada en Santa Fe de Bogotá.

85
Algunos objetivos del proyecto:

• Valorizar el juego y los juguetes como factores de desarrollo


integral del niño.
• Proponer una alternativa educativa y social de atención para los
niños, su familia y su comunidad a través del juego, actividad
fundamental en el desarrollo del ser humano.
• Dar continuidad para que el derecho a jugar sea una realidad
y sirva de instrumento de interacción para el logro de la paz.
• Promover la creatividad de los miembros de la comunidad a
través de la confección de objetos lúdicos a partir de materiales
disponibles en su medio ambiente, integrando la o las culturas
locales de las cuales son representantes.

Actividades Desarrolladas

Etapa preparatoria: Estudio socioeconómico de la comunidad


y censo de población. Delimitación del espacio físico de la Ludoteca y
determinación de sus áreas internas de acuerdo con la metodología
determinada.
Etapa de implementación: Realización de seminarios y talleres
sobre distintas áreas vinculadas con el mundo del juego y del juguete
y con experiencias previas sobre Ludotecas comunitarias en América
Latina, con la participación de delegados de distintos países.
Etapa de instalación: Organización, decoración interior y equipa-
miento de la Ludoteca. Establecimiento de los ambientes de juego.
Motivación y capacitación de los padres de familia a través de la trans-
formación de materiales disponibles en juguetes. Articulación de las
actividades con programas de higiene, salud, nutrición, prevención
del maltrato y la violencia infantil, promoción de los derechos de la
niñez. Encuentros comunitarios: Celebración del Día del Amor y de
la Amistad: integración de la comunidad con los animadores del CEP
y miembros de la ACDEP. Seminario-taller sobre las características
de la Ludoteca comunitaria: talleres, presentación del vídeo de la Ludo-
teca Eva Balke, discusión sobre los logros finales. Encuentros con los
abuelos para rescate de cuentos y otras expresiones de la tradición oral.

86
Ampliación de la Ludoteca: construcción de un muñequero. Fiesta
del Niño. Fiesta de Navidad. Encuentro Nacional e Inauguración de
la Ludoteca La Igualdad.

Características del Modelo Pedagógico

Las bases del modelo pedagógico de la Ludoteca fueron definidas


a partir de las experiencias y los documentos estudiados por los especia-
listas de la ACDEP en diálogo con el equipo CIDE-OMEP, y fueron
comunicadas al personal responsable durante actividades de capacitación.

Principios fundamentales:

• Los derechos del niño al respeto y a la satisfacción de las


necesidades básicas para su desarrollo integral, lo que incluye
la posibilidad de jugar, actividad que le permite construir, de
modo autónomo y progresivo, su comprensión de la realidad
física y social, facilitando así sus futuros aprendizajes.
• Los derechos del ciudadano al reconocimiento de su capacidad
de evaluar y expresar sus necesidades y de participar en la
elaboración de soluciones idóneas en un marco comunitario
y nacional.
• Referencia: Constitución Nacional Colombiana.
• El derecho de todo ser humano a una educación integral que
le permita enfrentar la problemática de su época, teniendo en
cuenta sus tradiciones y su cultura.
• Referencia: Reforma Educativa Colombiana.

Son éstas las características fundamentales de la Ludoteca del


barrio La Igualdad de Santa Fe de Bogotá y que a su vez ha servido
de modelo para otras experiencias desarrolladas en esta ciudad y en
otras regiones de este país.
A continuación presentaré los cuadros síntesis de las experiencias
descritas: brasileñas y colombianas.

87
Experiencia Brasileña

Características Básicas Ludoteca del Barrio Ludoteca de Ponte de Para-


Angeline. San Luis de Maranhao da. Pernambuco en Recife
Aspectos en Común Las dos experiencias son auspi-
ciadas por la OMEP y el CIDE,
financiadas por el gobierno de
Canadá.
Rasgos Distintivos Liderazgo de la mujer represen- Sus objetivos se orientan ha-
tado en la participación de las cia la participación y el desa-
madres de San Luis de Ma- rrollo de la familia.
ranhao
Concepción Un ámbito para vivir en libertad Un espacio para la familia,
de la Ludoteca la experiencia lúdica y estrechar para la reflexión de la necesi-
lazos de respeto y amistad entre dad de jugar y para el desa-
distintas generaciones. rrollo integral del niño y
mejoramiento de su calidad
de vida.
Participación • Participación de las madres Trabajo inicial con las fami-
de la comunidad de San Luis de Maranhao en la lias para establecer confianza
consecución de recursos e ins- y armonía entre los diferen-
talación de la Ludoteca. tes grupos.
• Incorporación de adolescentes Apoyo del Comité de la Aso-
y de «crianzas». ciación de Residentes de
• Universidad Federal de Ma- Ponte de Parada para crea-
ranhao para apoyo técnico so- ción de la Ludoteca.
cial pedagógico. Líderes comunitarios, padres
• Grupos de Amigos de la Ludo- y madres de familia partici-
teca maestros y directores de pan en la reflexión de sus
escuela, grupos de pastoral, pa- necesidades y en la ejecución
dres, voluntarios. de tareas.
Actividades • Recolección de canciones y • Jornadas para la alfabetiza-
que predominan juegos tradicionales para utili- ción de jóvenes y adultos en
zarlos en diferentes áreas. horarios nocturnos.
• Recolección de material reci- • Jornadas de sensibilización
clable para fabricación de jue- de las familias para adap-
gos, títeres, muñecas, etc. tación en distintas áreas: vo-
• Sesiones de capacitación para cabulario, valores, creencias,
practicantes de la Escuela Nor- costumbres, hábitos, ente
mal para conocer la filosofía del otras.
proyecto de la Ludoteca. • Sesiones de apoyo y segui-
• Maratones culturales y recrea- miento en las tareas escolares
tivos para propiciar la solidari- de niños y niñas.
dad y el hábito de compartir.

88
• Acciones para hacer solicitudes • Desarrollo de juegos coo-
a fondos públicos con el propó- perativos y encuentros entre
sito de obtener juguetes para la padres e hijos.
Ludoteca. • Atención de los niños en
• Se firmaron acuerdos con Es- las diferentes áreas y clasifi-
cuelas Normales que forman a cación de juegos y juguetes.
maestros de Preescolar, para que • Talleres de lectura.
realicen sus prácticas profesio-
• Talleres para las familias:
nales en la Ludoteca bajo la su-
El juego como necesidad del
pervisión de sus profesores.
niño, como factor de desa-
rrollo integral.
• Fabricación de juegos y ju-
guetes.

Experiencia Colombiana
Características básicas Ludoteca Eva Bare Ludoteca del barrio
Barrio Bosque Calderón La Igualdad
Tejada Santa Fe de Bogotá
Aspectos en común Ambas experiencias son auspi-
ciadas por la OMEP y el CIDE,
financiadas por el gobierno de
Canadá.
Rasgos distintivos Constituye el modelo o punto Constituyen un modelo pe-
de partida de la creación del pro- dagógico con la participación
yecto «Una Ludoteca para ti». de la escuela y la comunidad.
Concepción Un espacio para el rescate del Una alternativa educativa y
de La Ludoteca niño y el reencuentro con la cul- social de atención para los
tura y las tradiciones de la comu- niños, su familia y su comu-
nidad, centrada en el juego. nidad, a través del juego.
Participación • En el proceso de concienti- • A través de la junta comu-
de la comunidad zación sobre la importancia del nal, madres comunitarias del
proyecto. barrio, líderes comunitarios,
• Incorporación de los líderes la comunidad educativa en
comunitarios. la construcción e instalación
• Actividades para generar un de la Ludoteca.
cambio de actitud en la pobla- • Participación de madres y
ción de adultos. padres de familia en la elabo-
• Ambientación de la Ludo- ración de juguetes.
teca. • Participación de las perso-
• Consecución de juguetes. nas de la tercera edad en las
reuniones de la Ludoteca.
• Participación del Dpto. de
Bienestar Social.

89
Experiencia Colombiana (continuación)
Características básicas Ludoteca Eva Bare Ludoteca del barrio
Barrio Bosque Calderón La Igualdad
Tejada Santa Fe de Bogotá
Actividades • Talleres de trabajos manuales, • Programación, actividades
que predominan organizados por equipos de la preparatorias y de implemen-
escuela y la comunidad. tación de la Ludoteca.
• Construcción de todo el mo- • Seminario-taller para la se-
biliario de la Ludoteca. lección de juguetes sobre el
• Talleres de artes plásticas sistema ESAR.
• Talleres de teatro. • Juego de dramatización
• Talleres para la elaboración • Organización, decoración
de disfraces. y equipamiento de la Ludo-
teca.
• Competencias de juegos po-
pulares. • Artes plásticas
• Encuentros comunitarios pa- • Encuentros comunitarios.
ra la celebración del Día del • Actividades para articular
Niño, de la familia, de la Lu- los programas de higiene, sa-
doteca. lud, nutrición con programas
• Actividades y juegos de exte- de prevención del maltrato
rior. infantil y de promoción de
los derechos del niño.
• Desarrollo de juegos coo-
perativos.
• Juegos de exterior.

Fuentes de vida, bebidas en un mismo manantial:


las Ludotecas del proyecto
Una Ludoteca para TI, en Colombia y en Brasil

Como lo hemos podido apreciar en los informes anteriores, las


experiencias de las Ludotecas comunitarias en Brasil y en Colombia,
tienen algunos elementos en común: una acción centrada en la valora-
ción de la experiencia lúdica, la participación de las familias, el desa-
rrollo de actividades de animación sociocultural, la incorporación de
diferentes entes o instituciones de bienestar social. Todo ello caracteriza
esta experiencia comunitaria, pero lo que la convierte en una experiencia
significativa es la incorporación progresiva de diferentes integrantes y
grupos de la comunidad, así como de los líderes comunitarios y la

90
integración, igualmente participativa de la sociedad civil en general,
en la transformación de su vida cotidiana y en el mejoramiento de
su calidad de vida como lo apreciamos en la descripción de las diversas
experiencias de implantación de las Ludotecas en Colombia y Brasil,
donde la Animación Sociocultural cobra importancia, convirtiéndose
en el marco fundamental para el desarrollo de las actividades en las
diferentes Ludotecas del proyecto; en el más grande manantial, donde
beben todos los integrantes y dan vida a la experiencia realizada a
partir de las Ludotecas comunitarias del Proyecto Latinoamericano
«Una Ludoteca para ti».

Una acción centrada en la valoración de la experiencia lúdica:


A través de las líneas anteriores hemos podido apreciar el desarrollo
de un conjunto de experiencias, que pretenden fundamentalmente
el mejoramiento de la calidad de vida de niños, niñas y adolescentes,
de los adultos, de la familia en general. Sin embargo y tal como lo
plantea una de las coordinadoras del proyecto: «… La Ludoteca puede
tener múltiples objetivos, puede querer responder a necesidades muy
diferentes, sin embargo, para diferenciarse bien de los demás servicios
brindados a las familias y a sus niños, debe ante todo dar prioridad
al juego libre» (Coupal, y Garo, 1996:13).
Observamos en cada una de las experiencias presentadas un con-
junto de actividades centradas fundamentalmente en el disfrute de la
experiencia lúdica, que contribuyen en consecuencia, a la solución de
diferentes problemáticas, tal como se evidencia en las áreas educativa
y sociocultural y, muy particularmente, en aspectos tan específicos y
tan importantes como la influencia de la actividad lúdica en la dismi-
nución de la violencia y en la resolución de conflictos y la promoción
de la paz, evidenciados en algunos testimonios de los ejecutores y
participantes del proyecto.
Esta acción centrada en la valoración de la experiencia lúdica no
sólo está presente en el desarrollo de niños y niñas, también se orienta
hacia la sensibilización de los adultos y especialmente, de los adultos
educadores. ¡Jugar por el placer de jugar! ¡Jugar con o sin juguetes, pero
poder jugar!… Es así como apreciamos en el proyecto «Una Ludoteca

91
para ti», una rica y diversa gama de actividades lúdicas, que van desde
el juego libre e individual en los diferentes espacios de las Ludotecas
y fuera de ella; al igual que gran variedad de juegos cooperativos,
lectura libre de diferentes géneros literarios, talleres de juegos y juguetes
tradicionales, hasta la realización de video foros, festivales culturales
y fiestas comunitarias.
No olvidemos que las Ludotecas se crean fundamentalmente para
jugar y que ésta constituye una de sus funciones principales. En conse-
cuencia, las Ludotecas comunitarias brindan a sus usuarios una especie
de oasis, donde pueden escaparse de las angustias cotidianas que afectan
por igual a adultos, niños, niñas y adolescentes y el juego se constituye
en un apoyo para las interacciones sociales, en un vehículo integracional.
Hemos visto también, a partir de las descripciones anteriores, variadas
actividades donde se integran y participan de manera interactiva niños
y adultos, donde los abuelos constituyen un aporte importante, a partir
de la incorporación en la narración de cuentos y leyendas de su propia
infancia, participando en juegos tradicionales y dando testimonios de sus
tradiciones, contribuyendo de esta manera a mantener viva la cultura de
las regiones.
Y por otra parte, y parafraseando a Ortega y Gasset (1978),
recordemos que el adulto mejor, no es el más responsable, ni el más
eficiente, el adulto mejor es aquél que al cumplir cuarenta años, guarda
dentro de sí el más preciado tesoro de su infancia. Buena parte de ese
tesoro lo encontramos en el mundo de los juegos y de los juguetes y,
muy especialmente, en el universo de los juegos y juguetes tradicionales;
en ellos podemos eternizar el encuentro con la infancia y la permanencia,
en cualquier país del mundo, así como lo observamos en las experiencias
llevadas a cabo en el proyecto «Una Ludoteca para ti», no sólo en las
detalladas aquí, en Colombia y Brasil, también las realizadas en México,
Panamá, Honduras, entre otros países de la región.
En el mundo maravilloso del juguete y los juegos tradicionales
cabe un conjunto de factores que le da vida propia, permanencia y
actualidad. Es importante recordar que la existencia de estos objetos
destinados al juego, es tan antigua como el juego mismo. El ser humano

92
a través de la historia ha creado alternativas destinadas a la recreación,
y en cada espacio sociocultural se han transmitido valores, modos de
vida, actitudes creativas y estéticas, a partir de la experiencia lúdica
y sus diversas expresiones. El ser humano ha elaborado los juguetes
con los recursos que le proporciona el medio ambiente y a través de
su elaboración se ha vinculado con la naturaleza, la ha humanizado,
la ha recreado, la ha integrado estética y placenteramente al desarrollo
de su ser y de su existencia. Es así como niños y adultos se integran
en la experiencia lúdica del juego tradicional, pues los primeros se
inician en el camino del asombro y del descubrimiento; los segundos,
obviamente, se reencuentran con su infancia, con sus primeros juegos,
con sus raíces y esto, querramos o no, es significativo en todo ser
humano, pues forma parte de su desarrollo integral y la trasciende.

La participación comunitaria: El proyecto «Una Ludoteca para


ti», se convierte en un espacio aglutinador y estructurante, al movilizar
a diferentes miembros y grupos de la comunidad en torno a un proyecto
común. Logran integrarse a partir de unos objetivos que los motivan
y los entusiasman, como son: la creación y ambientación de la Ludoteca;
colecta de material reciclable para la fabricación de juguetes; participación
de jóvenes y adultos en diversas actividades sociales y recreativas para
los niños; contacto y motivación de otras personas que se interesen por
la atención de los niños y por profundizar en el significado de la
experiencia lúdica.
Esta participación comunitaria es uno de los logros más signifi-
cativos del Proyecto, pues a través de ella se le da sentido y vida a
la experiencia, con la incorporación activa, no sólo de los integrantes
de las comunidades locales, sino también, de diferentes instituciones
educativas y culturales, así como de organizaciones no gubernamentales.
Todo ello contribuye, por una parte, a fortalecer y a afianzar el sentido
de pertenencia sobre las diferentes Ludotecas que han sido creadas;
y por otra parte, contribuye a generar espacios para la convivencia, la
solidaridad, la tolerancia, la diversidad cultural, a partir de la participa-
ción de diferentes generaciones con diversos conocimientos y experiencias
en el juego y la participación de niños, niñas y grupo familiar.

93
Esta participación comunitaria ha sido altamente significativa,
tanto en la experiencia de San Luis de Maranhao y en Recife, en Brasil,
donde los objetivos centrales están orientados hacia el desarrollo de la
familia, y se atienden las áreas de salud, y desarrollo social, así como
en la experiencia colombiana de Santa Fe de Bogotá, donde las Ludotecas
surgen en contextos de ámbitos escolares y desarrollan un modelo
pedagógico con la participación de las familias y de diferentes integrantes
e instancias de la comunidad. Dicho modelo pedagógico está fundamen-
tado en principios que defienden los derechos humanos de niños y
niñas y de la ciudadanía en general. La movilización de la comunidad,
indispensable para el funcionamiento de la Ludoteca, se manifestó por
medio de una participación activa con y para los niños.
La comunidad se mostró interesada por la difusión de cuentos,
rondas y juegos tradicionales de las diversas culturas representadas en
diferentes barrios y la posibilidad de rescatarlos para las actividades
de la Ludoteca. Los beneficios del proyecto lúdico fueron divulgados
a futuros educadores de preescolar que se comprometieron a llevar a
cabo las actividades propuestas por la Ludoteca.

Ludotecarios y/o líderes comunitarios, ¿o promotores cultura-


les en el Proyecto latinoamericano «Una Ludoteca para ti»?
Digamos más bien, que el concepto de ludotecario, en el ámbito
de las experiencias de las Ludotecas comunitarias del Proyecto «Una
Ludoteca para ti», se integra a la participación, no sólo de los docentes,
psicopedagogos y/o personal capacitado; los padres y madres, los
adolescentes y estudiantes voluntarios, también pueden ser ludotecarios
en el contexto de esta experiencia; tomemos en cuenta los principios
que la rigen en cuanto a: Aprendizaje activo, familiar y comunitario,
donde se da acceso a propuestas creativas, donde la familia puede
actuar como animadora de diferentes procesos, propiciando la comu-
nicación amigable, la conciliación, proyectando cambios para el mejo-
ramiento de la calidad de vida.
La Animación Sociocultural: La otra fuente de vida del Proyecto
«Una Ludoteca para ti», y que al final de cuentas, abarca y enmarca

94
a todas las demás, es la Animación Sociocultural, pues aglutina en
un solo sentir y en un mismo quehacer, a todos sus actores.
Si partimos de la idea sobre la Animación Sociocultural, difundida
por distintos especialistas y promovida por Ezequiel Ander Egg (2000),
a través de la cual la Animación Sociocultural se define como un
conjunto de acciones, dirigidas a generar procesos de participación
de la gente, tendentes a la dinamización del cuerpo social; podemos
afirmar entonces que el Proyecto «Una Ludoteca para ti», se inscribe
perfectamente en estas acciones, donde se promueve la participación
de la gente para la resolución de problemas de la comunidad, tal como
lo apreciamos en San Luis de Maranhao y en Recife, en Brasil, a partir
de la creación de las Ludotecas, con propósitos orientados hacia el
mejoramiento de la calidad de vida de los niños, las niñas y sus familias,
y donde se proponen también diferentes metodologías de intervención
social, centradas en el juego, para atender áreas como la salud, la
educación, la violencia familiar y la resolución de conflictos.
Por otra parte, a través de la Animación Sociocultural se proponen
y desarrollan alternativas para el uso del tiempo libre y para superar
el desarraigo que producen las grandes ciudades, sobre todo en las
clases sociales de menores recursos económicos, como lo vemos en
el barrio La Igualdad de Santa Fe de Bogotá, a partir de un modelo
pedagógico que bien puede entenderse como una experiencia en el
entorno de una de las tendencias fundamentales de la Animación
Sociocultural, o las acciones desarrolladas como propuesta de una
«pedagogía participativa», tomando en cuenta en ésta, los aportes de
la educación formal y de la educación informal. «Lo distintivo de la
animación sociocultural no es qué se hace, sino cómo lo hace, y su tarea
es situarse en el centro mismo de la realidad y movilizar las energías
de la comunidad, de forma que de espectador pasivo se convierta en
protagonista. De ahí que las palabras claves de la animación sean:
animar, mover y suscitar» (Crespo, 2000:83).
Si bien es cierto que la Animación Sociocultural ha sufrido cam-
bios sustanciales a partir de los años noventa, sigue siendo un importante
medio para incidir en situaciones y relaciones sociales. En el caso que

95
nos ocupa, observamos su presencia, específicamente como una meto-
dología de intervención social, donde la Ludoteca es el centro de acción
donde se atienden diversos grupos de niños y niñas y sus familias; los
proyectos son elaborados con y para las familias, en espacios sociocul-
turales, donde en su mayoría, no se brindan opciones para el esparci-
miento. A partir de la animación sociocultural se realiza un conjunto
de actividades desarrolladas en el ámbito del tiempo libre y en el
contexto de la educación informal.

Algunos conceptos y experiencias afines a la animación


sociocultural, presentes en el proyecto «Ludoteca para ti»

A partir del desarrollo de actividades realizadas en el Proyecto


«Una Ludoteca para ti», especialmente en las experiencias, colombianas
y brasileña, se ha podido detectar la vinculación que tiene la Animación
Sociocultural con otros conceptos y experiencias afines, como son:
La Educación Permanente: Según autores como Badesa (1992),
Trilla (1995) abarca todas las dimensiones de la vida, del saber de los
conocimientos prácticos, más allá de los procesos escolares; como las
actividades lúdicas en el contexto de la vida cotidiana, familiar, como
los conocimientos prácticos que se evidencian en la construcción de
juguetes, ambientación de las Ludotecas, organización de la comunidad
para la atención de niñas, niños y jóvenes, y la solución de problemas,
vinculados con áreas como la salud, la violencia intrafamiliar, la reso-
lución de conflictos como la apreciamos en Maranhao y en Recife,
en Brasil.
La Educación No Formal: En ésta se incluye toda actividad
sistemática, fuera del sistema escolar, que puede complementar y que
en algunos momentos puede incluirse o interrelacionarse con la edu-
cación formal, como son los talleres de sensibilización y capacitación
en torno al juego, presentes en todas las experiencias descritas, así
como los talleres de teatro, artes plásticas, entre otros.
También pueden incluirse aquí, las experiencias lúdicas desarro-
lladas por maestras y maestros, durante su práctica profesional en la

96
Ludoteca en San Luis de Maranhao, así como los talleres de lectura,
de narración oral de construcción de juguetes desarrollados en Brasil
y en el barrio La Igualdad, en Santa Fe de Bogotá.
La Educación de Adultos: Incluida a su vez en el ámbito de la
Educación permanente y donde se desarrollan algunas competencias
técnicas, individuales y grupales que inciden, por una parte, en la
transformación de algunas actitudes y comportamientos y, por otra
parte, propician el desarrollo cultural y socioeconómico.
Esto lo podemos apreciar a través de la incorporación de las
madres y padres a los programas de formación para el conocimiento
de la psicología infantil y para la atención de las necesidades de niños,
niñas y adolescentes, para el uso adecuado del tiempo libre, todo ello,
presente, tanto en la experiencia brasileña como en la colombiana,
al igual que en otras experiencias que no han sido descritas aquí, como
las desarrolladas en México, por ejemplo, ver figuras págs. siguientes.
Además de estos conceptos afines con la Animación Sociocultural
es importante hacer la precisión sobre la presencia de la educación
formal en todas las experiencias, pues en la mayoría de los casos los
proyectos para la creación de las Ludotecas nacen y son apoyados por
instituciones educativas aunque no se desarrollen totalmente en estos
ámbitos; pero incluso, se han creado modelos pedagógicos como en
el caso de las Ludotecas colombianas «Eva Balke» y la Ludoteca del
barrio La Igualdad, en Bogotá, donde, se construye un modelo pedagó-
gico en el cual es fundamental la participación de la familia.
En este sentido es importante recordar lo que veíamos en princi-
pio en torno al origen y la caracterización de las Ludotecas; éstas
surgen en ámbitos muy diversos y uno de ellos es el correspondiente
a la atención de niños con algunas discapacidades, por lo tanto, es
significativa su vinculación con la educación especial; pero también
es cierto y como lo plantea Darío Ghelfia (1979) la Ludoteca no tiene
por qué surgir ni estar relacionada directamente con la escuela y final-
mente, también es necesario recordar que las Ludotecas en América
Latina no surgen sólo en el ámbito escolar, ni para resolver problemas
de aprendizaje, surgen en torno la resolución de graves problemas

97
UNA LUDOTECA PARA TI

Conceptos Afines

Animación Sociocultural

Educación permanente Educación no formal

Abarca Abarca

Dimensiones Actividades
semánticas
Fuera de

Saber Conocimientos Sistema formal


Vida prácticos

Más allá de
Talleres Actividades
Escolaridad de formación artísticas

Proceso de Importancia Actividades


toda la vida del juego recreativas

Teatro Fabricación de
Creación de Ludoteca
y títeres juegos y material
Participación de Creación de
didáctico

Niños, adultos Juegos y juguetes


abuelos y abuelas tradicionales Comunicación Recolección de
y afectividad literatura infantil de
en promoción de
tradición oral

Narración Fiestas
de cuentos comunitarias Lectura Recolección
y narración de material
en la reciclable
Para
Búsqueda
de soluciones a Construcción Construcción
la vida cotidiana de juguetes de juegos y juguetes
Resolución
tradicionales
conflictos

Área
económica
Área
Área social
salud

98
UNA LUDOTECA PARA TI

Conceptos Afines

Animación Sociocultural

Educación informal Educación de adultos

la inmersa en

del fluir cotidiano educación permanente

incluye

juegos de participación actividades y


asistemáticos comportamiento
la infancia de los adultos

espontánea individuales grupales


dada por
que incide en
relaciones juegos y desarrollo
del individuo descubrimiento socioeconómico y cultural
en
mañana de a través de
el entorno esparcimiento participación
humano sociocultural de las madres de S. Juan
ecológico de Maranhao
de

amigos de la ludotecas
encuentros
actividades comunitarios
para la promoción de
de la paz
juegos incorporación
cooperativos de las familias
de
juegos para
promoción de derechos diferentes grupos del
humanos barrio y de las escuelas
juegos
de actividades para
resolución el disfrute
de de la naturaleza
conflictos

99
socioeconómicos y socioculturales, y en estos contextos, las Ludotecas
están inmersas, la mayoría de las veces en procesos paralelos de educa-
ción formal e informal.

Las Ludotecas Comunitarias en el Proyecto


«Una Ludoteca para ti»: «El Fin es el Principio»

Una vez descritas estas experiencias y habiendo destacado y anali-


zado algunos de los aspectos que dan vida al Proyecto «Una Ludoteca
para ti», veamos cuáles son los aportes del mismo como modelo a seguir:

La Ludoteca Comunitaria es un Espacio de Sentido: En primer


lugar es importante señalar que a través del Proyecto «Una Ludoteca
para ti», la comunidad deja de ser un espacio lleno de «lugares comu-
nes», donde se dicen, se proponen muchas acciones hacia un impuesto
bienestar común, pero que pocas veces logra concretarse. En este caso
específico, las Ludotecas comunitarias se llenan de sentido al posibilitar
una mayor participación de las y los ciudadanos.
La comunidad es un espacio práctico donde se materializan las
relaciones sociales de los adultos con sus niños y de los niños con
sus grupos de iguales, a través de la actividad lúdica, a partir de una
concepción del juego como una experiencia en libertad, pero al
mismo tiempo, inmersa en un espacio para el bienestar comunitario.
En este sentido las Ludotecas dejan de ser almacenes o dispensarios
de juguetes para convertirse en un espacio para la alegría, el aprendi-
zaje y el desarrollo personal y sociocultural.
Un espacio para potenciar la salud: Las Ludotecas comunitarias,
adscritas al Proyecto «Una Ludoteca para ti», proponen un conjunto de
actividades y vivencias para la comunidad en general donde se reconocen
el juego y el juguete como factores necesarios para el crecimiento integral
y el sano desarrollo de niños y niñas, así como elementos fundamentales
para la integración de adolescentes y adultos en procesos que enriquecen
su calidad de vida, sobre todo en aquellos aspectos concernientes a la
comunicación, la salud física emocional y el bienestar espiritual.

100
Un espacio para la integración y la convivencia: En comunidades
marginalizadas, las Ludotecas comunitarias favorecen el acceso de niños
y niñas, a los juguetes y otros recursos lúdicos, recursos colectivos, que
en muchos casos fortalecen el desarrollo psicosocial y en otros, logran
suplir el déficit existente en este sentido; las Ludotecas comunitarias
van creando espacios no sólo para la atención de niños con algún tipo
de discapacidad; también, propician la incorporación de los niños con
problemas de adaptación social; contribuyen por otra parte, a fomentar
una cultura de la no violencia y para la resolución de conflictos.

Un espacio para la innovación pedagógica: Las Ludotecas comu-


nitarias, tal como están concebidas en el Proyecto «Una Ludoteca para
ti», propician el perfeccionamiento de la formación profesional en materias
educativa y sociorecreativa a quienes están incorporados en el ámbito
de la Educación Formal y a su vez permite que estos educadores y edu-
cadoras, transmitan sus conocimientos y experiencias a otras personas
de la comunidad, sean o no educadores, tal como lo hemos podido
apreciar en las experiencias colombianas y brasileñas, a partir de los
proyectos educativos que logran construir. Se trata, según Ortiz (1995),
de ordenar la estrategia educativa a partir de principios de aprendizaje
activo y participativo, previendo espacios de intercambio que posibiliten
una sana confrontación de diferentes puntos de vista, en beneficio de
un nuevo saber con respecto a la infancia.

Un espacio para la promoción de los Derechos Humanos: Las


Ludotecas Comunitarias promueven estrategias de protección de la in-
fancia, considerando entre otros derechos, el respeto por las diferencias,
la equidad, la igualdad de los sexos y en este mismo sentido, las Ludotecas
Comunitarias se conciben desde una perspectiva social amplia que per-
mite el acercamiento y la interacción entre varias generaciones, propi-
ciando de esta forma la valoración de los aportes de cada uno de los
participantes de la experiencia, indistintamente sea su edad, etnia, u
otras características socioculturales.
Por otra parte, las Ludotecas comunitarias, tienen entre sus prin-
cipios fundamentales los derechos de niños y niñas, consagrados en

101
la Convención Internacional, considerando el respeto y la satisfacción
de sus necesidades básicas, la que incluye la posibilidad de jugar, lo
que lleva al niño a ser autónomo y progresivamente le permite la com-
prensión de la realidad.
Las Ludotecas comunitarias también contribuyen a la promoción
de los Derechos Humanos, a partir del desarrollo de la sensibilidad de
las posibilidades creativas y recreativas de sus integrantes, evidentes
en el proceso de realización de gran variedad de actividades.
Un Espacio para Fortalecer la Cultura de la Comunidad: A través
de las actividades que se realizan en las Ludotecas comunitarias se desa-
rrollan el sentimiento de arraigo y el sentido de pertenencia, verificando
la cultura de la comunidad, a través de la valorización de los juegos
y los juguetes tradicionales, promoviendo la fabricación de los mismos;
estimulando la celebración de las fiestas, la práctica de la música, el
baile, el teatro, promoviendo el encuentro con los abuelos y las abuelas,
para escuchar historias, cuentos y leyendas; recolectando canciones
de cuna, canciones de ronda y otras expresiones populares. En este
espacio se fusionan otros aportes, a partir de la integración comunitaria,
propiciando un aprendizaje activo y un aprendizaje familiar.

Un espacio para la promoción de la paz: Las Ludotecas Comuni-


tarias se convierten en espacios para la promoción de la paz, en la
medida en que generan actividades para la sana convivencia, propician
alternativas para el uso del tiempo libre, contribuyen a la comprensión
del sentido de justicia social, y promueven acciones y actitudes para
el desarrollo de la misma, a partir de la experiencia lúdica y el desarrollo
de valores como la honestidad, la participación, la equidad, a través de
la integración comunitaria.
Por otra parte, ha sido significativo el aporte de las Ludotecas
comunitarias en la reducción de los niveles de violencia intrafamiliar,
«La Ludoteca desarrolla prácticas que buscan construir una cultura
centrada en el respeto y la valorización de la vida, por medio de una
nueva ética social» (Moura C., 1996: 69).

102
EL FIN ES EL PRINCIPIO

Para concluir esta disertación sobre la experiencia latinoamericana


desarrollada en el entorno del Proyecto «Una Ludoteca para ti», quiero
detenerme en el enunciado de este punto, donde hablo de «un modelo
a seguir» cuando digo «el fin es el principio»: Todo el camino recorrido
hasta ahora, y especialmente, los pasos «andados y desandados» en
este capítulo, me han permitido dar a conocer una matizada experiencia
sobre el origen de las Ludotecas, sus características, sus funciones y
su diversidad y, en estas últimas páginas, he profundizado en la expe-
riencia de las Ludotecas comunitarias en América Latina, no obstante
y a pesar de haberme centrado en dos experiencias específicas (Brasil
y Colombia), descritas en el Informe elaborado por la OMEP en 1996,
no se puede afirmar que las realidades que vivimos en los países de
América Latina, hayan mejorado considerablemente en los últimos
años del siglo pasado, así como en estos primeros años del siglo XXI.
Es importante hacer hincapié en que las Ludotecas comunitarias han
cobrado significativa importancia en América Latina, así lo afirman
y lo describen Ortiz (1997), Bautista (1998), Zúñiga (2001), cuando
nos hablan sobre la importancia de las Ludotecas y sus aportes en
el desarrollo sociocultural de América Latina y se constituyen en expe-
riencias para la paz, no porque contrarresten la guerra y/o otros tipos
de violencia; se han constituido en alternativas para la promoción de
la paz, en la medida en que forman parte de estrategias para la justicia
y para la integración social, en la medida en que las actividades que
se desarrollan en las Ludotecas comunitarias, abren espacios para la
convivencia, el respeto y la solidaridad; en la medida en que a partir
de la experiencia lúdica y diversos procesos de animación sociocultural,
promueven los derechos humanos.
Dos experiencias que dan mucho que pensar: Me he detenido en
la descripción de las experiencias de dos países muy conflictuados
en la región latinoamericana, Colombia, nuestro vecino país, y Brasil,
también cercano en nuestras fronteras, aunque en estos momentos no
me detendré en las características de la situación socioeconómica de la
región, sólo quiero hacer hincapié en algunos aspectos significativos para

103
la temática de este momento: la situación de violencia que caracteriza
a estos dos países; por una parte, todos conocemos el proceso colombiano
de largos años de conflicto armado interno que implica, entre otras terri-
bles presencias, la de grupos guerrilleros; según datos del catedrático
colombiano Alfredo Rangel, citado por Coupal (1996), éstos han in-
vadido alrededor de cuatrocientos municipios; sumémosle a éstos la
acción de los grupos paramilitares y la acción incrementada de los car-
teles de la droga con todos sus efectos perversos, donde podemos destacar
la incorporación de muchos niños y jóvenes de la población colombiana.
Sin embargo y a pesar del incremento progresivo de la violencia
y de las inmensas dificultades para reiniciar «el diálogo de paz» y de
la existencia de ese lugar común donde se afirma que «la violencia obs-
taculiza el desarrollo social», no obstante y quizás por todo ello, en
Colombia existe un gran movimiento productivo en el campo socio-
cultural, basta con revisar su producción artística, literaria y cinemato-
gráfica, su producción musical, sus innovaciones en el campo de la
educación no formal, sus creaciones teatrales populares.

… Es un llamado a la paz. Esta forma de trabajo permite conectar con la


gente de los barrios a través de su lenguaje, sueños convertirlos en expre-
sión. Actúan en el marco de la educación no formal, lo que les permite
superar la rigidez y la poca seducción de la educación formal (Bautista,
1998: 165).

Basta, por una parte, con conocer la periodicidad de sus festivales


de música, de cine, de teatro, en distintas regiones del país, por supuesto,
es imposible dejar de mencionar la riqueza y la calidad de su producción
editorial y sus famosas ferias internacionales del libro y, por otra parte,
sería muy injusto si no mencionar el gran movimiento de narradores
orales existentes en Colombia.
Bueno, y como si todo esto fuera poco, Colombia ha sido el país
pionero en la creación de Ludotecas comunitarias y escolares en América
Latina, tanto, que fue justamente, la experiencia «Eva Balke» realizada
en Bogotá, la que sirvió de modelo inicial para el desarrollo del Proyecto
«Una Ludoteca para ti», descrita anteriormente.

104
En este momento, sólo me hago algunas preguntas ¿Qué tanto
hay de cierto en eso de que la violencia, o el conflicto armado obstacu-
liza totalmente el desarrollo social? ¿Cuán creativos, productivos y so-
lidarios podemos ser en los procesos de crisis? ¿No son las experiencias
culturales y recreativas espacios para la convivencia? ¿Son las Ludo-
tecas comunitarias, espacios para superar los estragos del conflicto
armado y los efectos terribles de la droga en Colombia? ¿Cómo serían
las Ludotecas colombianas si no surgieran en medio de estas terribles
dificultades?…
Son éstas sólo algunas preguntas que planteo para la reflexión.
No pretendo responderlas todas; algunas respuestas están inmersas en
el desarrollo de este trabajo, pero digamos más bien, que forman parte
de mis angustias y de mis inquietudes como educadora latinoamericana
y, particularmente, como ciudadana venezolana que no escapa de
algunas de estas realidades.
Ahora bien, por otra parte, también, me detuve en la descripción de
algunas experiencias realizadas en Brasil, que como todos los países
de la región, sufre una grave crisis socioeconómica. Según los datos
ofrecidos por el Consorcio Internacional de Educación (2001), más
del 75% de la población brasileña vive en zonas urbanas y 42 millones
de personas viven en situación de pobreza crítica, de los cuales 6,3 mi-
llones de brasileños pobres son niños menores de sus años y de ellos
2,4 millones viven en condiciones de indigencia. Estos niños y niñas
son víctimas no precisamente de conflictos armados; sin embargo son
sometidos a otros tipos de violencia, son víctimas del desmoronamiento
familiar, del abuso sexual; son víctimas de una represión cruenta y
desmedida en las calles de las grandes ciudades. No olvidemos la terrible
situación de grupos de exterminio, o de escuadrones de la muerte,
que aniquilaban a los niños de Brasil que se inició en los años ochenta
y que se convirtiera en un escándalo mundial. Sin extenderme, ¿para
qué profundizar más en detalles? Es suficiente con saber que aunque
los grupos de exterminio no siguen existiendo con este nombre, conti-
núa la violencia contra los niños y niñas. Es suficiente con conocer
que existe cerca de un millón de niños y niñas que se dedican o son

105
inducidos a la prostitución y que existe un altísimo porcentaje que
hacen de la calle su hábitat natural.
Pero justamente, es en esta triste realidad donde existe una intere-
sante red de Ludotecas o de brinquedotecas; o en todo caso, éstas surgen
para paliar y para enfrentar estas duras circunstancias. Hemos visto en
las páginas anteriores, la importancia que se le da a la familia en la creación,
desarrollo de las diferentes actividades y programas de las Ludotecas
brasileñas. Hemos visto cómo progresivamente se van logrando
objetivos que aportan beneficios para mejorar la calidad de vida de
niños y niñas y de las familias brasileras de escasos recursos económicos.
Me siento en la necesidad de hacer otras preguntas: ¿Podrán las
Ludotecas comunitarias de Brasil contrarrestar el incremento de pros-
titución infantil y juvenil? ¿Habrán creado espacios y alternativas para
la incorporación real de los «niños callejeros»? ¿Las Ludotecas comuni-
tarias de Brasil recibirán un aporte significativo de las instituciones
gubernamentales? ¿Las familias brasileras habrán transformado sus vidas
cotidianas a partir de la creación de las Ludotecas?
Reafirmo lo que decía en torno a las preguntas sobre la experiencia
colombiana; es difícil tener todas las respuestas, pero es importante
tomar en cuenta que un proyecto como «Una Ludoteca para ti», no
puede pasar sin pena ni gloria en la vida de sus usuarios y/o beneficiarios.
La revisión bibliográfica realizada sobre estas experiencias, refleja la im-
portancia que las mismas han tenido en los países de América Latina,
donde han sido desarrolladas. Considero que el Proyecto «Una Ludo-
teca para ti», contribuye enormemente a la humanización del tiempo
y el espacio no sólo de niños y niñas, sino también de las familias
que se incorporan a las experiencias de las Ludotecas, abre espacios
para la convivencia, el respeto, la solidaridad, la cooperación, la cons-
trucción de significados, el fortalecimiento de la comunidad, el desa-
rrollo de la equidad, la valoración de la creatividad, del juego, de la
alegría. ¿No son todos éstos, aportes para la construcción de una cultura
de la paz? ¿No son todos éstos, experiencias que permiten el acerca-
miento, y el reconocimiento del otro; para el ejercicio de la democracia
y el respeto por los derechos humanos?...

106
Como lo han dicho otros autores e investigadores, no podemos
esperar que la experiencia lúdica y que las Ludotecas comunitarias ha-
gan milagros y que por arte de magia, transformen totalmente y de forma
positiva la realidad latinoamericana; como diría el cantautor venezolano
Alí Primera en su canción: «Hacen falta muchas cosas para construir
la paz»; por algo muy importante se empieza y este proyecto tiene la
virtud de haberse convertido en un espacio para la vida, para la construc-
ción de alternativas de dignificación del ser humano, es el paso inicial
para cualquier experiencia donde pretendamos hablar de una cultura
de paz, en cuanto a Ludotecas se refiere, sin perder nunca de vista, que
esta dignificación del ser humano, esta cultura para la paz, debe estar
enmarcada en un contexto de justicia social y en el entendido de que
no hay paz si no hay justicia social.
Bueno, ahora cuando he terminado la descripción y el análisis en
el entorno del Proyecto «Una Ludoteca para ti», quiero decir que cuando
hablo de «Un modelo a seguir», lo hago sabiendo que no existen modelos
químicamente puros; en todo caso, el conjunto de Ludotecas comuni-
tarias inmersas en el Proyecto «Una Ludoteca para ti», desarrollado en
América Latina, se constituye en una referencia significativa y de logros
importantes, que pueden ser valorados y tomados en cuenta por otros
países, como el nuestro, donde no se han desarrollado experiencias si-
milares. Ya he descrito sus aportes previamente. Es cuestión de iniciar,
de intentarlo. ¿Cómo hacerlo? Pues ¡Animando. Animando. Animando!
He llegado al final de este punto y digo nuevamente «el fin es
el principio». Ésta no es una afirmación que me pertenezca. Ella se suma
a otras expresiones que acompañan mi ser y mi universo, que al mismo
tiempo se mezcla en una búsqueda de sentido frente a tanta adversidad;
entonces aparecen las frases, los poetas, los filósofos, los místicos, pero
también aparece la acción, la animación. Todo ello se fusiona en un
mismo significado y me dice que todo lo que he visto, todo lo que he
comentado y reflexionado sobre esta experiencia lúdica latinoamericana,
no me lleva en estos momentos a concluir, a finalizar, me lleva a un
camino que comienza, en torno a las reflexiones sobre la importancia
del juego y la promoción de la paz; un camino que se puede delinear

107
para la creación de propuestas de Ludotecas comunitarias en nuestro
país, como lo plantearé en las páginas siguientes. Por eso digo: el fin
es el principio...

Y EN VENEZUELA… ¿QUÉ TENEMOS?

Responder a esta pregunta, no sólo me lleva a considerar el uni-


verso lúdico y la presencia o inexistencia de Ludotecas en nuestro país,
es imposible desvincularse de la crisis política y de sus momentos cum-
bres, vividos a partir de los acontecimientos del mes de Abril de 2002
que adquieren otras dimensiones lamentables con el paro nacional desa-
rrollado durante el mes de Diciembre de 2002 y Enero de 2003. En
este entorno no podemos dejar de considerar la crisis económica y
social del país, que afectan negativamente algunos aspectos específicos
en materia de los derechos de niños, niñas y adolescentes, pues esta
crisis ha incidido en la aplicación de programas y en la atención de
la población infantil y juvenil, según lo refiere el informe de CECODAP:
«…En definitiva, la situación política actual puede calificarse de muy
difícil, lo que va a continuar teniendo efectos sobre el desempeño guber-
namental y sobre la vida del país en general. Este escenario permite
prever para los próximos años una alta inestabilidad y tensión política
que afecta inexorablemente a la población infantil y adolescente del país»
(Septiembre 2001 - Agosto 2002).
Este planteamiento adquiere una relevancia más profunda en un
contexto que se agudiza a principios del año 2003, donde la polarización
política se impregna de mayor irrespeto, intolerancia y desconsideración.
Todo ello invade la mayoría de las áreas y ámbitos de acción de los
venezolanos y las venezolanas: en la vida cotidiana de las familias; en
las oficinas de trabajo, en los espacios y momentos de recreación; en los
espacios de la educación formal y no formal, entre otros. Entonces nos
encontramos en una situación donde se exacerba el discurso político
y el irrespeto por el otro y en medio de estas agresiones, se encuentran
las víctimas invisibles que no reseñan los medios de comunicación
social: gran cantidad de niños y niñas enfermos; enfermos psicológica
y espiritualmente, que gritan consignas de odio en contra del sector

108
gubernamental o en contra de la oposición, pertenecientes a diferentes
estratos socioeconómicos.
El conflicto político no sólo entró al hogar, a la oficina, a la escuela,
al liceo, a la universidad, tristemente, llega a todos estos espacios porque
también entró en el corazón, en el sentir y en el actuar no sólo de
los adultos, también de los niños, niñas y adolescentes venezolanos.
A estos descubrimientos debemos agregar las situaciones ya cono-
cidas en el ámbito socioeconómico donde se evidencia un incremento
de la pobreza y un deterioro de las condiciones generales de vida de
la población. Según datos extraídos del Informe SOMOS NOTICIA,
correspondiente al período 2001-2002, la distribución en relación con
los conceptos de pobreza extrema y pobreza crítica es de 6 millones
687 mil personas en pobreza no extrema y 4 millones en pobreza extre-
ma, lo que constituye el 45,5% de la población total del país.
En lo que se refiere al porcentaje de niños y niñas afectados por
este fenómeno, se señala que «Discriminado por sectores, el estudio
indica que el 34,6% son niños de hasta 14 años y el 14,9% son ado-
lescentes». En términos netos, significaría que 3 millones 736 mil 800
niños y niñas son pobres y 1 millón 609 mil 200 adolescentes también1.
Esta información que no es una novedad, nos corrobora una crítica
realidad donde no podemos obviar la existencia de un alto porcentaje
de niños, niñas y adolescentes de la calle y en la calle, muchos dedicados
a la economía informal, otros, e inclusive éstos, se exponen a todo tipo
de atropellos y maltratos, tanto por los cuerpos de seguridad, como por
la misma ciudadanía.
Tampoco podemos obviar la deserción escolar y la carencia de
alternativas para la atención integral de estos niños y niñas, que para
ser justa, no podemos decir que no existen, claro que existen, pero
no son ni suficientes, ni todo lo efectivas que deberían ser, tanto las
instituciones gubernamentales como las no gubernamentales, para aten-
der una problemática tan compleja.

1 Estos datos son referidos por CECODAP (2002), fueron extraídos de una investi-
gación denominada «Caracterización de los Hogares Pobres» BBC Mundo 10-07-02.

109
¿Y qué tenemos en materias de experiencias
sociorrecreativas y de Ludotecas? Adivina adivinador...

En Venezuela no tenemos una red de Ludotecas como hemos


podido apreciar en otros países de América Latina. Sin embargo, y
a pesar de que en los actuales momentos, nuestro tiempo y nuestro
espacio lúdicos han sido ocupados por la pugna política y por la into-
lerancia; no podemos dejar a un lado lo que somos como venezolanos,
lo que define y caracteriza nuestra esencia, y parte significativa de esta
esencia la constituyen nuestro sentir y nuestro quehacer lúdicos, nuestro
sentido del humor, nuestra alegría, hasta en los momentos de mayor
adversidad, nuestra actitud generosa. Tenemos un gran potencial
humano para construir una verdadera cultura de la paz, para recuperar
la alegría, para valorizar la experiencia lúdica, para construir una
sociedad más justa y trabajar en la promoción de los derechos humanos,
para potenciar el desarrollo de personas más felices.
He considerado importante comenzar por nuestras fortalezas; en
un tiempo donde nos hemos convertido en un país absolutamente po-
larizado pareciera que la reflexión crítica y los puntos intermedios no
son válidos, porque hablando en términos bien coloquiales y a propósito
del tema que nos ocupa: «este juego está trancado» y poco se está haciendo
para mover las piezas para salir adelante y «destrancar» el juego. Es jus-
tamente en este punto intermedio, donde la experiencia lúdica cobra
importancia, en la medida en que nos acerca como seres humanos, como
venezolanos y venezolanas, como seres creativos, entusiastas, dueños del
asombro y del descubrimiento… En tal sentido me ha parecido oportuno
hacer alusión brevemente a lo ocurrido el día Miércoles 18 de Diciembre
de 2002, en el entorno de uno de los momentos álgidos de la grave
crisis que vive el país, cuando se desarrolló el Paro Nacional, cuando
en uno de los «trancazos» realizados en la ciudad de Caracas, grupos
del oficialismo y de la oposición se acercaron y decidieron realizar
un juego de futbolito.
Independientemente de otras lecturas y de las diversas posibilida-
des de análisis que pueda tener este evento, quiero centrarme fundamen-
talmente en el espíritu de solidaridad, en el espacio para el acercamiento

110
que pueden ser creados en la experiencia lúdica y que en este caso, el
diario El Nacional titulara y reseñara de la siguiente manera:

Trancazo en autopista se resolvió con un amistoso de futbolito


Esto somos. Esto es Venezuela hermano, decía un hombre con lágrimas en
los ojos a un policía que tenía al lado. Éste lo miró y simplemente asintió.
Ambos, junto a un país ávido de paz, seguían de cerca las incidencias del
partido de futbolito que ayer se llevó a cabo en la autopista de Prados del
Este, aprovechando la ausencia de automóviles y olvidando por un mo-
mento las rencillas políticas…
Un par de equipos, adversarios políticos, se dieron a la tarea de jugar un
partido en que la única disputa posible era por el balón. A un lado que-
daron las diferencias. En el momento lo único que valía era un grito al
unísono por Venezuela... El equipo de los oficialistas fue bautizado como
Venezuela, mientras que el de la oposición se llamaba Venezuela 2.
Un ambiente festivo acompañaba las decisiones del árbitro... En el primero
triunfó Venezuela 1, 2 a 1; en el segundo ganaron los mismos 2 a 0...
Eventualmente alguna voz trataba de imponerse y hacerse escuchar, a favor
del gobierno o de la oposición, pero inmediatamente, los grupos de Vene-
zuela arropaban a los divisionistas...
Ya se acercaba la hora en la que los manifestantes debían dejar libre la vía;
sin embargo, había cierta renuencia entre los asistentes a abandonar ese
espacio de concertación. Un entusiasta decía a quien quisiera escucharle:
Sí al deporte, no a la política.
El partido concluyó cuando todos lo jugadores de los dos bandos, se
abrazaron bajo una gran tricolor y juntos entonaron el himno nacional.
No hizo falta que se cambiaran las franelas al terminar, pues triunfó la
tolerancia» (Weffer Cifuentes, L.: El Nacional, 19-12-02, A/6).

Somos gente de paz. Somos creativos, solidarios, entusiastas. En


estos momentos, la radicalización política de nuestro país ha distorsio-
nado la visión de una nación con tradición pacífica. Nos hacen falta
muchas cosas desde el punto de vista político, socioeconómico, como
lo observamos en el sentir y en el quehacer del día a día en los términos
generales de nuestra calidad de vida; sin embargo, la carencia mayor
de los venezolanos y venezolanas en estos momentos se centra en el
universo de nuestra propia valoración, nuestra valoración como ciudada-
nos y ciudadanas y entender a través de esta valoración que todos jugamos

111
en el mismo equipo y ese equipo se llama Venezuela. Necesitamos lograr
la reconciliación, ella es vital, para superar las heridas individuales, sociales
y culturales que nos están haciendo los enfrentamientos políticos.
Ahora bien, en este mismo orden de ideas, pero haciendo hincapié
en los aspectos que destacaba en la primera parte de este trabajo: si
bien es cierto que la situación de crisis política que vive el país ha agu-
dizado algunos problemas ya existentes en el orden económico y socio-
cultural, no es nuevo el hecho que contamos con pocos espacios para
la recreación y el uso del tiempo libre; tampoco es nueva la realidad
de inseguridad y de violencia que se vive en Caracas y en muchas
ciudades del país.
Paralelamente a esta situación se han desarrollado y se desarrollan
algunos programas a través de los cuales se atiende a la población de
niños, niñas y adolescentes. En el Informe SOMOS NOTICIA (2002)
se recogen algunos datos suministrados por la página Web del Minis-
terio de Planificación y Desarrollo para febrero de 2002.
Los programas sociales llevados a cabo por el gobierno se agrupan
en cuatro grandes rubros: Seguridad Alimentaria, Atención Integral,
Infraestructura Social y Plan Bolívar 2002.
Según algunos investigadores sociales, el nivel de ejecución de estos
programas resulta difícil de monitorear, porque no existe información
actualizada sobre los mismos, y las referencias oficiales son hacia lo
que se encuentra planificado, mas no ejecutado (Barrios y Bertone,
2002: 31).
Por otra parte, tampoco se puede confiar en la información que
ofrecen los medios de comunicación social sobre el desempeño del
sector gubernamental en estas áreas, pues no logran desconectarse de
la postura oposicionista que la mayoría de los medios han adoptado
y, por lo tanto, la información pierde considerablemente los niveles
de objetividad.
Sin embargo, no hacen falta datos y estadísticas actualizadas para
darnos cuenta de que en los actuales momentos, como en administra-
ciones pasadas, la inversión en el sector cultural y en el área recreativa,

112
siempre ha sido mínima; esto sin dejar de reconocer igualmente, que
siempre hemos contado con situaciones excepcionales como los pro-
gramas de recreación dirigida y de animación sociocultural del Instituto
Nacional del Menor, en sus mejores momentos; así como otros nume-
rosos programas surgidos en diferentes entidades regionales del país.
Igualmente hay que reconocer que en los actuales momentos se
le dedica especial atención a algunas experiencias vinculadas con la
promoción de la cultura popular y de tradición oral y con la participa-
ción comunitaria. Además, en la radicalización del entorno político,
en la ciudad de Caracas, ha surgido el programa Taima por la Paz,
como una iniciativa del Museo de Ciencias conjuntamente con otras
instituciones para promover el diálogo entre los diferentes sectores
sociales. En este programa se desarrollan un conjunto de actividades
culturales recreativas para promover la valoración de la vida y la promo-
ción de la cultura de la paz. Sin embargo, considero que esta iniciativa
debería perder su carácter eventual y convertirse en un programa perma-
nente no sólo en la ciudad de Caracas, también debería incorporarse
a todas las regiones del país.

VENEZUELA Y UN MUNDO DE LUDOTECAS POR VENIR

Como lo planteaba en líneas anteriores, en Venezuela no contamos


con una red de Ludotecas como en otros países latinoamericanos y
más aún, se conoce muy poco sobre las mismas en el ámbito educativo
y sociocultural, en consecuencia, tampoco se tiene una idea clara sobre
el sentido de las Ludotecas comunitarias. Por referencias obtenidas de
manera informal, he podido conocer experiencias aisladas de Ludote-
cas escolares, realizadas en el colegio Hebraica, que funciona interna-
mente para los estudiantes y donde se cumple con la función básica
del préstamo de juguetes, también he conocido sobre la iniciativa de
estudiantes del Instituto Pedagógico de Caracas para la creación de Ludo-
tecas en algunas escuelas.
Yolanda de Puello (1995) nos habla de algunas experiencias cer-
canas a las Ludotecas desarrolladas en algunos preescolares del estado

113
Mérida. Esta misma autora nos refiere la experiencia del Museo de
los Niños, como la que más se aproxima a la experiencia de una Ludo-
teca; aunque personalmente considero que el Museo de los Niños es
una experiencia interesante y de variados aportes no sólo para niños
y niñas, también para los adultos, pero es eso: un museo; no cumple
las funciones de una Ludoteca, independientemente de su variedad
de servicios.
Tal y como lo afirmo en los antecedentes de este trabajo, perso-
nalmente he participado en la elaboración de algunas propuestas para
la creación de Ludotecas y sólo dos de ellas han logrado concretarse
y desarrollarse en su etapa inicial: «Una Ludoteca para los niños del
INAM (1995) y Una Ludoteca para la Escuela Bolivariana Florencio
Jiménez», (2000) en Caracas, en la Parroquia Sucre.
Por distintas razones, estas experiencias se han quedado a la mi-
tad del camino. En el caso específico del Instituto Nacional del Menor,
se inauguró el espacio de la Ludoteca, se logró una variada adquisición
de juguetes; pero la Ludoteca se convirtió en eso: en un depósito de
juguetes. No se desarrolló ninguna de las actividades propuestas en
el plan estratégico, tampoco fueron considerados los principios y la
filosofía del proyecto; ni sus fines como proyecto, educativo y de in-
teracción comunitaria.
En cuanto a la experiencia de la Escuela Bolivariana Florencio
Jiménez, se realizó una experiencia interesante en su primera etapa:
se desarrollaron varios talleres de títeres, teatro, narración oral; música,
artes plásticas. Se realizó un taller de sensibilización para los maestros
y maestras de la escuela. Se llevó a una exposición de juguetes; se inau-
guró la Ludoteca y se creó el servicio ludotecario, con la participación
de los niños y las niñas de la segunda etapa de educación básica de
la escuela. Sin embargo, pocos y fallidos fueron los esfuerzos para la
incorporación de la comunidad local.
En este sentido es importante tomar en cuenta que esta experiencia
no nació como una necesidad sentida y planteada por la comunidad
local; se inicia desde la comunidad escolar, por distintas razones (econó-
micas, falta de comprensión del sentido del proyecto, problemas insti-

114
tucionales, entre otros) tampoco logra prosperar; a pesar de la moti-
vación y los logros iniciales en el proceso de creación de la Ludoteca.
He conocido sobre otras iniciativas que se enuncian como Ludote-
cas, como las desarrolladas por el Grupo Guataco, pero son experiencias
centradas solamente en la construcción y comercialización de juguetes
tradicionales y el desarrollo de algunas actividades competitivas.
Otras experiencias que cabe mencionar es la propuesta de Zobeida
Jiménez y su casa de las muñecas, en Píritu, Edo. Portuguesa, quien
propone un encuentro con los niños y niñas y las familias de su comu-
nidad para el desarrollo de actividades artísticas y recreativas en su
«Casa de las Muñecas». Es un espacio ideal para comenzar una expe-
riencia de Ludoteca Comunitaria.
Es importante destacar que se ha ubicado información sobre un
proyecto de Ludotecas Escolares que adelanta el Ministerio de Educa-
ción y Deportes, a través de la Dirección de Educación Preescolar
y que da sus primeros pasos en el Estado Vargas, con la participación
de los maestros y maestras, padres y representantes.
Sin embargo, no se ha ubicado información sobre experiencias
de Ludotecas Comunitarias en nuestro país. Por ello y tomando en
cuenta las características de la situación crítica de nuestro país, en tér-
minos tanto políticos como socioculturales y tomando como referencia
el proyecto «Una Ludoteca para ti», desarrollado en América Latina,
he elaborado los lineamientos de una Propuesta para la creación de Lu-
dotecas Comunitarias para la Promoción de la Paz; pero antes de pre-
sentar estos lineamientos, voy a detenerme sobre en algunas reflexiones
sobre la importancia de la experiencia lúdica y su relación con la pro-
moción de una cultura para la paz.

115
116
Capítulo IV
Juguemos y construyamos la paz

ALGUNAS INQUIETUDES EN ¿EL OTOÑO DE UN SUEÑO?

Me explico: Llegar a este punto específico del trabajo me ubica


en algunas consideraciones significativas, sobre todo, si reviso el camino
recorrido para llegar hasta aquí; camino donde he conocido variadas
experiencias sobre la creación de Ludotecas en distintos países del
mundo, camino donde me he acercado a las experiencias comunitarias
del Proyecto «Una Ludoteca para ti», desarrollado en América Latina;
camino donde he creado y presentado diversas propuestas para la
creación de Ludotecas en diferentes contextos educativos y culturales
de nuestro país y donde no he obtenido respuestas, pues no se, ha
entendido el sentido de las mismas; pero sobre todo camino donde
me he encontrado con la experiencia lúdica y con el concepto y la
experiencia de la paz, en las más variadas dimensiones; partiendo de
la dimensión lúdica de la vida, presente en lo cotidiano, en el sentir
y en el quehacer del día a día; pasando por el quehacer de las aulas
de clases, y por los talleres de sensibilización y reflexión en torno al
significado y trascendencia del juego en la vida del ser humano. Pero
por encima de este quehacer y de estas reflexiones, me muere con gran
inquietud el concepto y la experiencia de la paz, en un mundo donde
esta palabra se torna hueca, se convierte en un vacío profundo, donde
pareciera inútil encontrarle sentido… ¿Qué podemos decir sobre la
experiencia lúdica y su significado en la promoción de la paz en un
mundo donde se recrudecen las guerras día a día, donde en los actuales
momentos mueren centenares de víctimas inocentes en la guerra de Irak,

117
contando niños y niñas, mujeres y hombres ancianos? ¿Cuánto podemos
agregar a la desolación de tantos niños y niñas mutilados en Sarajevo
y en Irak?… ¿Qué sentido tienen la experiencia lúdica y la palabra
paz cuando vemos las imágenes de los niños de la guerra?
Y en nuestra región, en América Latina ¡Cuánta tristeza invade
el ambiente cuando nos encontramos con una alta población de niños
de la calle, cuando en Colombia, día a día crece la cantidad de niños
y adolescentes que son adoctrinados para ser incorporados a los mo-
vimientos de la guerra!
Bueno, ¿Y qué decir de nuestro país? ¿Es que acaso nosotros esca-
pamos a estas realidades?… Lamentablemente no podemos decir que
no; pues bien es cierto que no vivimos los terribles embates de la guerra,
vivimos otras realidades como la inseguridad, el incremento de la vio-
lencia y de la crisis política que se acentuó desde el 11 de Abril del
año 2002 y en los días siguientes, con una cadena de acontecimientos,
que además de un terrible saldo de fallecidos y heridos, contamos con
un alto número de víctimas invisibles que son los niños y las niñas
que deben vivir en medio de la polarización política y social presente
en el país, influenciados por discursos y estilos divisionistas, tanto por
representantes gubernamentales como por participantes de grupos que
adversan al sector oficial; asediados por unos medios de información
masiva, donde la violencia y una programación inadecuada para niños
y niñas, sigue siendo el pan de cada día, sin contar la terrible agresión
que vivió toda la población venezolana, a partir de los medios de comu-
nicación, durante los meses del paro de diciembre de 2002 y enero
de 2003, donde las niñas y los niños fueron las principales víctimas
en medio de un mar de contradicciones que ha fomentado y ha alimen-
tado progresivamente un ambiente de intolerancia que día a día nos
hace más difícil una convivencia sana, con una interacción justa y en
un ambiente de paz.
Qué difícil es hablar de experiencia lúdica y de promoción de
la paz en estos tiempos. Sin embargo, persevero en mi intento y espero
no morir en él. Cuando me hago la pregunta: «¿En el otoño de un
sueño?», me la hago porque como humana no puedo escapar al pesi-

118
mismo que nos invade a todos y a todas en estas circunstancias; me
pregunto y a veces me afirmo, porque en muchas ocasiones he dudado
en realizar el sueño de la creación de una Ludoteca comunitaria para
rendirle honor a la alegría de vivir, en medio de momentos tan nega-
tivos; entonces siento que el sueño se desvanece y en medio de las
inquietudes, tiende a desaparecer.
Todo lo dicho anteriormente es verdad, pero también es cierto
que el otoño es hermoso, que es bellísimo el canto de sus hojas secas, que
la luz que invade los espacios llena de una vida especial todo lo que toca.
Es verdad que el otoño es amarillo tostado, es de tonalidades ocre, que
dan paso a nuevas entradas de luz, a otros tiempos, a otras estaciones.
Después del otoño vienen el invierno y luego la primavera y con ellas
el reverdecer y el florecer, nuevas vidas, nuevos colores, nuevos proyec-
tos, nuevas semillas. Es justamente, en el caudal de posibilidades de
este otoño, donde concentro mis inquietudes y donde centraré mis
reflexiones sobre la experiencia lúdica y a la promoción de la paz.
Otoño por el canto de las hojas secas, por la intensidad de la luz,
porque la crisis nos zarandea y da paso al movimiento, a la animación;
para cerrar procesos que culminan y dan sombra a los recorridos que
comienzan. El otoño no es el final, es el momento de la madurez, de
la reflexión; es el momento para desandar los pasos del camino recorrido
y abrir espacios para un nuevo comienzo. Es éste el tiempo de otoño,
el momento para la realización de un sueño.
Por todo ello, ahora hablaré pues, de lo que considero el sentido
de las relaciones existentes entre la experiencia lúdica y la promoción de
la paz.
Bien, una relación como la que pretendo establecer, implica rea-
lizar algunas precisiones en el estudio de las teorías del juego, así como
algunas reflexiones sobre la experiencia lúdica e implica también, tomar
en cuenta algunas concepciones sobre lo que se entiende por educación
para la paz.
En mi trabajo anterior (1995) me centré en el estudio del juego,
abordándolo como un factor fundamental para el desarrollo integral
del ser humano y en consecuencia, como un factor de trascendencia

119
en el desarrollo espiritual y moral de niños, niñas y jóvenes. En esa
oportunidad hice hincapié en la descripción de algunas teorías en torno
al juego; retomaré algunas de ellas para dar inicio a la reflexión de
este momento.

HE AQUÍ, EL JUEGO DEL JUEGO

Desde hace muchos años, el juego ha sido visto a través de dife-


rentes miradas. Representantes de diversas disciplinas han intentado
definir el juego, desde ópticas diferentes, tal como se ha hecho desde
la antropología, la psicología, la filosofía, la pedagogía, las diferentes
tendencias de las tecnologías de información y de comunicación. De
esta manera, el juego es visto como una actividad significativa en la
vida de los seres humanos:

… Es la actividad más importante que se realiza durante la infancia y parte


de la adolescencia. En la vida adulta se convierte en un espacio que remonta a
un mundo diferente, con otras reglas, donde se muestra la esencia de cada
persona y donde se puede hacer todo, o casi todo. Es un sueño hecho reali-
dad, en el cual todo se transforma según nuestro deseo (Dussán C., 2001: 3).

A partir de la época clásica, desde los griegos Aristóteles y Platón


quienes abordaron el juego, respectivamente como la felicidad y la
virtud como la necesidad de expresarse libremente, rompiendo la rutina
del reposo, hasta llegar a Kant, para quien el juego es una actividad
placentera por sí misma, por lo que no necesita de otra finalidad.
Me detendré sólo en algunas teorías, las que he considerado más
significativas para las reflexiones que me ocupan actualmente.

LA TEORÍA TELEOLÓGICA O DEL EJERCICIO PREPARATORIO

Tuvo su origen a finales del siglo XIX. Fue elaborada por Groos,
pero encuentra una primera formulación en Fröbel. Para este último,
así como el hombre trabaja y Dios crea, el niño juega; el juego es el
medio idóneo para la educación infantil al no ser un mero pasatiempo,
sino una actividad necesaria por la que se forman en aquel las disposiciones
para llegar a ser hombre.

120
Para Groos, el juego no es una simple descarga de energía, sino
una auténtica preparación para la vida, que tiene su base en los instintos.
Tomando como base la concepción aristotélica del juego y aportando
numerosos ejemplos de diferentes culturas, sostuvo que es un pre-ejer-
cicio, un entrenamiento vital y, por ello, altamente educador en tanto
que desarrolla física y mentalmente al individuo.

LA TEORÍA FISIOLÓGICA O DEL EXCESO DE ENERGÍA

Fue enunciada por el alemán Friedrich Schiller en sus Cartas sobre


la Educación Estética del Hombre (1795) y por el inglés Herbert Spencer
en sus Principios de Psicología (1855). Según ésta, el juego sirve para
liberar el excedente de energía acumulado por el inquieto organismo
infantil, que encuentra en la actividad lúdica el sustituto natural del
trabajo. Los adultos se entregan de igual modo a actividades superfluas
y artificiosas que aparentemente no tienen ningún objetivo, pero que
contribuyen a su desarrollo físico dando salida a ese exceso de energía.

LA TEORÍA PSICOLÓGICA O DE LA RELAJACIÓN

Es opuesta a la anterior, y fue sostenida por el filósofo alemán


del siglo XIX Lazarus. Para él, el juego es una necesidad lógica del
ser humano, ya que actúa a modo de catarsis recuperadora del esfuerzo
y del estrés derivados del trabajo. Desde este punto de vista, el juego
aparece como compensación y relajación de la fatiga producida por
la realización de otras actividades penosas y obligadas. Según Peñalba
(2001) aunque esta concepción confronta, de acuerdo con el modelo
adulto, las distintas parcelas de la vida humana, también puede aplicarse
a los niños, que juegan para liberarse de las tensiones provocadas por
los deberes escolares.

LA TEORÍA DE LA RECAPITULACIÓN

Representada fundamentalmente por Stanley Hall (1904) quien


veía en el desarrollo psíquico del niño una reproducción de las etapas
por las que pasó el Philum de la humanidad. Y en consecuencia, el juego

121
no es sino una repetición de costumbres ancestrales que representa
etapas anteriores sucesivas del hombre. Gracias al juego, el niño puede
prepararse para la acción y acercarse gradualmente al acto consciente
del adulto contemporáneo.
Para otros autores, esta teoría es denominada Teoría del Atavismo
y considera que los juegos del niño, cada día, están más influenciados
por la sociedad en la que el niño se desenvuelve:

Sin duda, podemos volver a encontrar en los juegos de los niños ciertas
formas ancestrales, donde se descubren los mismos instintos-caza-lucha y
los mismos ritos-fórmulas mágicas de las cancioncillas, poder de ciertos
gestos, pero también hay que señalar que los juegos cada vez se ven más
influenciados por la sociedad en la que el niño vive. (Sarazanas, 1972: 33).

LA TEORÍA DE LA AUTOEXPRESIÓN

En ésta se inscriben algunos autores que se han dedicado al estudio


del juego como una expresión representativa de los roles sociales que
cumple el individuo. Hacen especial referencia al juego infantil. Georges
y Mead, referido por Mouné (1981), afirmaba que el niño al jugar
representa amplios roles sociales que le permiten dar sus propias res-
puestas a situaciones creadas por él mismo.
Piaget (1980) concibe el juego como una actividad autoformadora
de la personalidad del niño, mediante una asimilación de lo que el
mundo le ofrece al yo. Profundiza la importancia del juego en la for-
mación de la conciencia moral del niño; además de abordar el desarrollo
del concepto del símbolo en las diferentes etapas del niño, a través
de la función lúdica, analizando por su parte las diferentes teorías que
estudian el significado del juego.

LA TEORÍA ANTROPOLÓGICA-CULTURALISTA

Se incluyen dentro de esta teoría un conjunto de autores y tendencias


que ven en el juego una expresión de la visión del mundo, una actitud
ante la vida, pero a la vez una manifestación de un conjunto de tradiciones
y costumbres que pueden ser ubicadas en culturas y épocas específicas.

122
Frente a las teorías individualistas y psicológicas, los antropólogos
han destacado la relevancia de la dimensión socio-cultural del juego.
Según como lo señala Maunne (1981), Frazer ya había interpretado
los juegos, sobre todo los tradicionales, como una degradación de las
ceremonias de los adultos: tanto en su forma como en su contenido;
consideraba que habían sido sugeridos o impuestos a la sociedad infantil
por la sociedad adulta, lo que señalaba el predominio de ésta sobre aquélla.
Y Malinowski, en sus observaciones etnológicas, subrayo que los juegos
arrancan al hombre de la rutina, mitigando la disciplina de la vida diaria
y restaurando en él, la plena capacidad por el trabajo rutinario.
Huizinga (1987), se ubica en una tendencia más culturalista que
antropológica. Expone su teoría de manera muy elaborada en su obra
Homo Ludens. Para él, el juego es el creador de la cultura; en él mani-
fiestan los pueblos su interpretación de la vida y del mundo.
Ya en sus formas más simples está dotado de significación y en
las superiores tiende a la figuración, a representar simbólicamente la
realidad. Su carácter diferencial está en el hecho de ser una actividad
libre, voluntaria, y por tanto renunciable, es decir, superflua y por esto,
tanto más deseable; sólo cuando cumple una función cultural social-
mente admitida –un rito, una ceremonia– se relaciona con la obligación
y el deber. Es independiente de las demás actividades humanas: responde
a un orden propio, limitado tempoespacialmente y sometido a unas
reglas así mismo propias.
Culturalmente, aparece como un sustrato constante de la historia
sobre el que se elevan el lenguaje, la competición, el derecho, la guerra,
el saber, la poesía, la filosofía y el arte.

El juego

Para Aristóteles: Para Platón:


La felicidad La virtud
Para Kant:
Una actividad placentera
por sí misma

123
Teoría Teológica del Ejercicio
preparatorio Siglo XIX

Frobel,
Máximo representante

El hombre Dios crea El niño


trabaja juega

Entrenamiento vital Educación

Desarrollo

Físico Mental

Del individuo

124
Teoría del exceso de energía

enunciada por

Frederich Schiller Herbert Spencer


1795 1855

«Cartas sobre la educación


«Principios de la psicología»
estética del hombre»

El juego libera energía El juego en los adultos,


en el niño contribuye a su desarrollo físico

125
Teoría de la relajación

Propuesta por Lauzarus.


Filósofo alemán del siglo XIX

Juegos: necesidad lógica Juego: actúa a modo


del ser humano de catarsis recuperadora

Adultos y niños juegan para liberarse


de la tensiones de la vida cotidiana

126
Teoría de la recapitulación

Stanley Hall 1904

Representar etapas Representación


del philum de la humanidad de costumbres ancestrales

Acerca del niño. El acto consciente


del adulto contemporáneo

127
La Teoría de la Autoexpresión

Piaget Vygotski Winicott Georges y Mead

El juego es

Una actividad El juego: El juego


niño vive permite al niño
autoformadora un espacio

de la de

personalidad construcción sus mejores dar respuesta


del niño semiótica experiencias

Importancia recrea la cultura situaciones


del juego

en la

formación de creadas
que le es propia
conciencia moral

del niño por él mismo

además del

desarrollo

del

concepto
del símbolo

128
SOBRE EL JUEGO Y SUS POSIBILIDADES EDUCATIVAS

Sobre el juego y sus aportes para el desarrollo de la personalidad


del ser humano se ha dicho y escrito en abundancia, de hecho, enunciaré
a continuación, lo que en síntesis son consideradas las características
y propiedades del juego, basadas en los estudios de Piaget (1946) y
referidas por Llul Peñalba (2001) en su estudio sobre El Tiempo Libre:

• El juego es una actividad autotélica, que tiene fin en sí misma


y no trata de conseguir otros objetivos ajenos al disfrute de la
propia actividad.
• Se realiza por placer, es decir, que proporciona satisfacción,
no utilidad.
• Es una adaptación libre y espontánea de la realidad, con reglas
propias y a veces diferenciadas de los condicionantes de la vida
cotidiana.
• Liberaliza los conflictos cotidianos, puesto que los ignora o
los resuelve de forma imaginativa y siempre a favor del propio
juego o del jugador.
• Supone un elemento sobremotivador para realizar cualquier
otra actividad, pues añade a ésta una dimensión simbólica
placentera.

El juego progresivamente ha dejado de ser un recurso didáctico


para convertirse en un ámbito y un objetivo didáctico por sí mismo,
según lo plantean Puig y Trilla (1996).
Queda clara la importancia educativa del juego, porque a través
del mismo, el niño:

Se divierte y se siente feliz,


Se expresa libremente,
Experimenta y descubre personalidad, explora el mundo que le
rodea,
Desarrolla sus capacidades intelectuales y psicomotrices,

129
Se relaciona socialmente con los otros y en grupo,
Adquiere responsabilidades y capacidad de juicio,
Va comprendiendo el valor de las normas morales,
Conoce rasgos de su cultura.

La actividad lúdica contribuye al desarrollo de los aspectos


fundamentales de la personalidad.
Físico motor: aumenta la fuerza y la velocidad, ayuda a la coor-
dinación de los movimientos, la lateralidad y la percepción de los sen-
tidos, mejora la precisión gestual del lenguaje…
Intelectual: facilita la comprensión de situaciones, la elaboración
de estrategias, la anticipación de acontecimientos y la resolución de
problemas; todo ello ayuda a relativizar los puntos de vista egocéntricos
y ayuda a construir un pensamiento lógico y objetivo.
Creativo: potencia la imaginación, el pensamiento simbólico y
desarrolla destrezas o habilidades manuales.
Emocional: impulsa el control de la autoafirmación por medio
de la asimilación y maduración de las situaciones vividas, supera la
frustración ante hechos que, repetidos en el mundo simbólico y en
el imaginario, pierden una parte de su carácter traumático o agresivo.
Social: Al proponer situaciones para el aprendizaje moral de las
reglas de convivencia, al participar en situaciones imaginarias creadas
y mantenidas colectivamente, al aceptar roles y funciones sociales que
ayudan a construir los límites en las relaciones, al practicar la coope-
ración como instrumento de trabajo en grupo, y al actuar de acuerdo
con otros para corresponsabilizarse de las tareas.
Cultural: Al imitar modelos de referencia tomados del contexto
social en que se desenvuelve la vida cotidiana, lo cual constituye un
medio de aprendizaje y adaptación al mundo adulto, que dependerá
de factores como el área geográfica, las condiciones climáticas o la
época histórica.
Lo presentado hasta el momento es necesario como marco teórico
y como contextualización sociohistórica referente a los estudios sobre

130
el juego, pero en el marco de esta investigación, se me hace muy difícil,
concentrarme sólo en el universo de las teorías del juego y sus posibilidades
educativas; a la luz de la crisis social y política que vivimos, son otros
los aspectos que me preocupan: el juego como fenómeno sociocultural,
el juego como un espacio para el desarrollo espiritual y para la conviven-
cia, el juego y la promoción de la paz; el juego como espacio y experien-
cia comunitaria, en fin, el juego como experiencia solitaria y en relación
con los otros; es decir el juego como expresión y experiencia de convi-
vencia, como espacio y tiempo para la interacción, para el disfrute en
libertad, para la promoción de la justicia social, el respeto por los derechos
humanos. De estos aspectos me ocuparé a continuación.

Otras Cosas Importantes sobre el Juego y el «Pan Nuestro:


la convivencia nuestra de cada día»:

La seriedad me da risa.
La risa me llena de seriedad
Que serios somos cuando nos reímos
Cuántos estallidos de risa pueblan los caminos
cuando nos ponemos ¡serios!
IZA, 1990

Comenzaré por parafrasear a Steffens y Spencer, quienes afirman


lo siguiente: «Hay muy poca gente que todavía juegue limpio, y casi
todos acabamos sintiéndonos perdedores. Por eso, hemos dejado de jugar
por eso, culturalmente, hemos dejado de ganar en el campo de la amis-
tad, de la familia, del trabajo y de la educación» (1999: 18). Yo agregaría,
además, que como consecuencia de esta actitud, hemos perdido la fres-
cura, la espontaneidad, la alegría. Hemos dejado de ganar espacio para
la sana convivencia.
Es hora de retomar en serio todo esto. Es hora de abrir nuevamente
las puertas al placer lúdico, al mundo del ensueño y de la fantasía. Es
el momento de recrear los espacios para el encuentro con el otro, en
medio de las diferencias. Si bien es cierto que hemos dejado de jugar,
también es verdad que la experiencia lúdica sigue siendo uno de los
ámbitos más significativos para el desarrollo integral del ser humano;

131
y los niños no se detienen a analizar esta experiencia, sencillamente
juegan porque la experiencia lúdica forma parte de su vida, porque,
como lo afirma el niño del Corazón de Jesús Rosas Marcano en su can-
ción para promover el derecho que tienen todos los niños y las niñas
al jugar y a recrearse: «jugar para mí es la vida / yo juego en cualquier
lugar» / un niño que juega siempre/ un niño que juega siempre / no
se cansa de jugar [...] (1997).
Somos nosotros los adultos «responsables, serios y muy comprome-
tidos» quienes necesitamos racionalizar las virtudes del juego y estudiarlo
como un fenómeno sociocultural; lo que no está mal y es por demás,
justo y necesario; sin embargo, es más necesario que los adultos valo-
remos la experiencia lúdica, no sólo por la vía del estudio y la racionali-
zación, deberíamos hacerlo más bien, por la vía de la comunicación,
del sentimiento, de la creatividad, del entusiasmo, y muy especialmente,
por la vía de la humildad. ¡Es que nos cuesta tanto aceptar ese niño
que forma parte de nuestro mundo interior! Entonces convertimos día
a día, a ese niño «nuestro», en un niño indigente, minusválido, abando-
nado. Esta es una realidad que forma parte de ese pan de cada día, de
esa convivencia cotidiana Si estamos hambrientos, débiles y cansados,
¿cómo vamos a alimentar a los otros? Si no tenemos fuerzas para remar,
¿cómo podemos salvar nuestra embarcación? Si no alimentamos nuestro
niño interior, si no creemos en el poder transformador de la experiencia
lúdica, ¿cómo podemos impulsar procesos enriquecedores de verdadero
crecimiento para niños, niñas y adolescentes, inclusive de adultos? Es
necesario que nos tomemos en serio la risa, las travesuras, los juegos.
Todo ello forma parte de la valoración de la experiencia lúdica; que
no es un invento de última hora, que al contrario, forma parte de nuestra
vida cotidiana, y en el día a día, nos pone en contacto con un nuevo
asombro, con un nuevo descubrimiento.
Son éstas, algunas de las «cosas importantes» del juego, necesarias
de mencionar, porque al fin de cuentas y como lo he afirmado en otros
momentos (1998), nuestra actitud, nuestra manera de ser, nuestra visión
del mundo están muy relacionadas con nuestra experiencia lúdica,
con nuestras formas de jugar. Por ello, en otras oportunidades al escri-

132
bir la experiencia «Cuéntame qué jugabas y te diré quién eres» (1998)
he considerado importante relacionar los juegos de la infancia, los juegos
en solitario y los juegos con los otros, los juegos competitivos y los
juegos cooperativos, porque si a ver vamos, querramos o no, éstos
forman parte de nuestra vida cotidiana, aunque no lo reconozcamos
a simple vista, y aunque hoy en día, nuestras sociedades globalizadas,
incorporadas al prodigio de las nuevas tecnologías, no lo acepten, ni
lo valoren abiertamente, el juego sigue siendo un impulso vital que
nos mueve a la creatividad, al placer, al encuentro con nosotros mismos
y nos lleva también a relacionarnos con los otros.
La experiencia lúdica es una de las formas más sanas de socializa-
ción. Para Steffens (1999) a través del juego, logramos modificar com-
portamientos agresivos, fomentar la cooperación, reforzar las conductas
positivas. Según este autor, aprender a jugar es una solución saludable.
«…Los enormes beneficios que reportan la diversión sana y el humor
están abiertos para todos. Es importante que como individuos y como
sociedad retomemos lo que el juego tiene de real, de ideal y de práctica
para la vida» (pág. 19). Hablar del juego y de la vida cotidiana nos
lleva necesariamente a hablar de la convivencia. No hace falta la realiza-
ción de nuevos estudios para llegar a la conclusión de que el juego
es producto y expresión de la cultura, que el juego y los juguetes forman
parte de los patrones de comunicación y de la crianza de los niños
y las niñas y que perviven en el mundo de los jóvenes y adultos.
La dimensión social del juego se manifiesta en la relación que
niños y niñas establecen con su entorno. Entendamos este entorno
en un amplio sentido en la vida familiar, entre padres e hijos, entre
hermanos y hermanas, abuelos, abuelas y nietos; en la escuela, entre
maestros, maestras, alumnos y alumnas; en el aula de clases, en la hora
de recreo, en las actividades realizadas fuera de la escuela; en los espacios
comunitarios, en el barrio; en la urbanización, en las plazas, en los
parques, en los centros culturales y recreacionales.
Existe un amplio universo para la dimensión social de la experien-
cia lúdica, para la convivencia cotidiana, no obstante, en este mundo
prefabricado, no podemos cerrar los ojos a una realidad donde este

133
universo lúdico se «amplía en solitario» frente a los juegos de video,
frente a la computadora y otras maravillas tecnológicas, que si bien
es cierto, que hoy por hoy, hacen mucho por nosotros, también pueden
afectarnos; tal como nos lo dice Llul Peñalba (2001), existe una gran
necesidad de socialización del juego, que actualmente «se produce la
más de las veces en casa, en soledad, delante de la televisión o los
videojuegos...» (pág. 223).
Es ésta, la situación que forma parte de nuestro pan de cada día
y que está integrada por diversos ingredientes: la presencia de un sentir y
un quehacer lúdico que forma parte de todos los seres humanos; el
crecimiento avasallante de las nuevas tecnologías de información y co-
municación, como parte de los signos culturales de nuestro tiempo,
y una sociedad que lamentablemente se torna cada vez, más violenta y
más individualista
Es éste el universo paradójico donde queremos jugar, pero no nos
atrevemos, valoramos la experiencia lúdica, pero «la comunicación, la
participación y la convivencia, motores de lo lúdico, se sitúan en un
segundo plano en una sociedad que sacraliza el individualismo y la
competitividad» (Villegas, 1999: 98). En esta realidad llena de contrastes
nos hace falta retomar el sentido lúdico de la vida, en la experiencia
cotidiana, en la trascendencia de las cosas más sencillas y en la sencillez
de lo que puede ser trascendente. Somos los adultos quienes debemos
iniciar esta tarea y ella forma parte del juego, de un juego que debemos
asumir de forma creativa, placentera, pero también muy seriamente.
En el segundo capítulo de este trabajo me detuve en las funciones
que cumplen las Ludotecas y en algunos aspectos específicos en torno
a los aportes del juego a los procesos de desarrollo sociocultural y comu-
nitario; he tratado de profundizar en el discernimiento de las virtudes
de la experiencia lúdica, como recurso para contrarrestar la violencia
y para el desarrollo de la autoestima de los seres humanos, como lo
pudimos apreciar, en el proyecto latinoamericano «Una Ludoteca para
ti», cuyos objetivos fundamentales se orientan hacia el fortalecimiento
de la familia, el bienestar de niños, niñas y adolescentes, el desarrollo
socioeconómico, la sana convivencia y la promoción de la equidad,

134
la solidaridad, la participación y otros derechos humanos, aportes que
en síntesis constituyen caminos para la construcción de la paz.
A continuación haré hincapié en lo que dicen algunos autores,
sobre la promoción de la cultura y educación para la paz, bien sea
por sus trabajos de investigación y su producción escrita, o bien, por
su visión del mundo y estilos de vida, también por su participación
en el desarrollo de propuestas y actividades para la promoción de la
paz y la defensa de los derechos humanos y finalmente, cerraré este
capítulo «tratando» de establecer las relaciones existentes entre la valo-
ración de la experiencia lúdica y la promoción de la paz.

¿... Y que es la paz?...

No me resulta sencilla la tarea de responder esta pregunta, comen-


zaré por decir que la paz, más que un concepto, es un sentir, más
que algo que ha pasado, que pasa, que está presente o ausente en la
historia de la humanidad, es una verdadera experiencia que nos toca,
que nos transforma, que nos permite habitar el mundo de una manera
específica, que nos permite parecernos, pero que, al mismo tiempo,
propicia la comprensión de las diferencias. Entiendo la paz, en princi-
pio, como un estado del ser humano, un estado espiritual que asociamos
con la armonía, con la quietud, inclusive con el mundo del ensueño,
y de la fantasía. Entiendo también que la paz es un tiempo y un espacio
para la comunicación, para la creatividad, para la producción. Por
alguna razón repetimos en muchas ocasiones las afirmaciones que se
han convertido en lugares comunes: «No he tenido paz para buscar
un momento y sentarme a hablar contigo», «Necesito paz para escribir»,
«No tengo paz suficiente para dedicarme a la producción de los guio-
nes… de los textos… de los diseños…», Es un estado de equilibrio,
de armonía, que de hecho, va más allá de los procesos individuales
y que asocio directamente con la libertad, con la tolerancia, con la
solidaridad, con la justicia y el respeto por los derechos humanos. En
fin, entiendo la paz como un estado armónico con nosotros mismos,
que nos permite una sintonía plena con nuestro entorno y con la natu-
raleza que nos rodea, con los seres humanos con quienes interactuamos

135
y en consecuencia, nos conduce a valorar y respetar a cada uno de
estos actores y a valorar nuestra propia esencia.
Sin embargo, este estado armónico no surge de nada; la paz no
está allí, esperándonos para que nosotros la conozcamos. La paz se
construye, y se construye en primer lugar en nuestro interior, en nuestro
propio ser y progresivamente, en nuestros respectivos entornos: fami-
liares, comunitarios, educativos, sociales. De otra forma es difícil hablar
de verdadera paz.
La paz, como lo plantea, Lucini (1999), al igual que otras palabras
relacionadas con el mundo de la ética y de los valores, es sólo una
palabra que no dice nada, pero al mismo tiempo, la paz siempre ha
sido un deseo y una aspiración, «sin los que la vida resulta vacía, des-
piadada e inútil… Y es que detrás de esa palabra hay todo un proyecto
de vida, de felicidad posible y de existencia que no podemos dejar
de descubrir y de amar…» (1999: 74).
La paz ha sido y sigue siendo una de las grandes preocupaciones
del ser humano.

…La paz, bueno es señalarlo, nunca ha estado ausente como idea y fuerza
motriz de la existencia humana. Por la paz y su conquista lucharon, a su
modo, los romanos. (Pax Romana), los actores del mundo medieval al
auspiciar la doctrina de la Guerra Justa y la sujeción jerárquica del orden
feudal a la diarquía Papa-Emperador (Pax Ecclesiae) y en la modernidad,
los mismos teóricos de la Paz Perpetua, como el Abad de Saint Pierre y
Emmanuel Kant, entre otros, o los hacedores de la Paz de los Equilibrios,
nacida esta última luego de fenecimiento de la República Cristiana y en
permanente fragua desde la Paz de Wesfalia (1648) hasta el período de la
Sociedad de las naciones… (Aguiar 2001: 63).

Según la mayoría de los autores no existe un concepto universal


de lo que es y de lo que significa la paz. Sin embargo, este concepto
está impreso en miles de páginas, por investigadores interesados en el
tema y sus vinculaciones. Me detendré específicamente en lo que algu-
nos autores definen y caracterizan como «paz positiva» y «paz negativa»,
entendiendo este último como el denominado concepto tradicional.

136
Y LA PAZ NAVEGA EN MEDIO DE DOS AGUAS
EN UN BARCO DE PAPEL

Paz negativa

Está inmersa en la concepción tradicional occidental de la paz.


Según Galtun (1985), Jares (1991), Lederach (1984), Calo (2000) y
Pascual (2002), esta concepción occidental de la paz dominante, es
heredada del concepto de paz romana: «un concepto pobre e insuficiente
que únicamente hace referencia a la ausencia de conflictos bélicos entre
los Estados». (Jares, 1991: 97).
Para Lederach (1984), conocido especialista en estudios sobre
la paz y los derechos humanos, la «paz» es un concepto muy limitado
que se ha definido cada vez más, en función del fenómeno guerra y
el hecho bélico, hasta el extremo que, fuera de su contraste con la guerra,
la paz carece de contenido palpable.
Bajo esta perspectiva, el concepto de paz, se convierte en un con-
cepto restrictivo, limitado. Según Jares (1987) la idea negativa de la
paz, unida a su acepción de serenidad, «no-conflictos», desarrolla una
imagen pasiva de la paz, sin danamismo propio y más bien creada como
consecuencia de factores externos a ella, que son a los que se les otorga
esa capacidad dinámica. Es, en definitiva, el «estado entre guerra» que
define el eirene griego; «el tiempo de paz» en el que los conflictos
no afloran.
Autores como Jares (1987), Galtung (1984), Calo (1999) y Pascual
(2002), opinan que la negatividad y pasividad de la idea de la paz
determinan una dificultad a la hora de concretar la comprensión de
lo que es la paz; sobre todo si se considera la difusión que se ha hecho
de la idea tradicional de la paz, especialmente, desde el propio sistema
educativo y consideran que resulta más fácil concretar la idea de guerra
y lo que gira alrededor de ella, que la idea de paz.
Según Rafael Grasa, las notas definitorias de la Paz Negativa son:
«la ausencia de violencia, de guerra interior o exterior; presupone un
aparato militar que garantice el orden y armonía interior, que disuada
al enemigo exterior y que reconozca el respeto a la ley y al orden…

137
Presupone que es necesaria la defensa, que la misión del ejército es
la paz y que ésta sólo puede lograrse mediante pactos entre estados
(excluyendo a los individuos) … La paz sería un estado de cosas, un
intervalo entre períodos de guerras…» (1998: 23).
En el entorno de esta concepción, está permitida la «guerra pací-
fica», según lo refieren Grasa (1998) y Lucini (1999), considerando
por ejemplo, las sanciones económicas a algunos países, especialmente,
los de América Latina. La Paz Negativa no presupone la justicia, no
critica la violencia.

Paz Positiva

Esta concepción tiene sus raíces en la filosofía de la no violencia,


con un matiz de naturaleza ético espiritual Xesús Jares (1991) refiere
a tres grandes maestros y creadores que serían guía e inspiración durante
el siglo XIX: Ghandi, ésta sería, León Tolstoi y Rabinobranath Tagore.
Según Jares (1991), históricamente, ésta sería la tríada, responsable
de articular el pacifismo histórico con las técnicas de la no violencia
y la labor pedagógica.
Este pacifismo de corte humanista, personificado además por fi-
guras de la talla de Bertrand Russell y Albert Einstein, se ha expresado
sobre todo en contra del creciente militarismo y la carrera armamentista.
Otros personajes de la literatura y del arte –como Ernest Hemingway,
E.E. Cummings y Aldous Huxley– también han expresado sentimien-
tos similares (Jares, 1991). De igual manera, las culturas híbridas y
voces milenarias de los pueblos originarios, nos han estado hablando
sobre la vigencia de su sabiduría ancestral, tanto en torno a la paz inte-
rior como a la paz con la naturaleza (Pascual Morán, 1997).
Según reconocidos especialistas en este tema, el proyecto ético-
pacifista de estos pioneros seres, se encarnó en sus prédicas, personas
y obras –por medio de la fuerza interna de la no violencia–. Sus en-
señanzas –las cuales implican una clara postura de rechazo al poder,
a la fuerza y a la respuesta a la violencia con más violencia– tendrían
una influencia mayor en las prácticas pedagógicas contemporáneas.

138
La profundidad de su filosofía educativa profética implica una conver-
gencia de los medios no violentos con los fines de una «paz en positivo»
capaz de revelar las injusticias estructurales (Jares, 1991; Lederach, 1986).
Fernando Lucini (1999), afirma que la paz entendida de esta ma-
nera, presupone un cierto nivel reducido de violencia y un alto nivel
de justicia. Se persigue la armonía social, la justicia, la igualdad y por
tanto, el cambio de las situaciones de violencia estructural que contri-
buyen a la violencia directa.

…La paz empieza por las personas, sigue por las relaciones interpersonales,
los grupos; se define como un proceso, como algo dinámico hacia lo que se
tiende. Lo prioritario es la justicia, la autorrealización. El conflicto, por
consiguiente, no se rechaza de plano, se intenta reducir el conflicto destruc-
tivo, pero se fomenta el creativo, abogando por su resolución no violenta.
(Lucini, 1999: 75).

Xesús Jares (1991), al hablarnos sobre la investigación para la


paz y la reformulación de este concepto, al presentar las características
de la Paz Positiva plantea lo siguiente:

1. La paz es un fenómeno amplio y complejo que exige una com-


prensión multidimensional. Una comprensión amplia de la paz,
exige una comprensión amplia de la violencia… (todo aquello
que impide la realización de las personas).
2. La paz es un valor, uno de los valores máximos de la existencia
humana, que como ocurre con su comprensión, está conectado
con todos los niveles de aquélla.
3. Por consiguiente, la paz afecta todas las dimensiones de la vida:
interpersonal, intergrupal, nacional, internacional.
4. ...La paz hace referencia a una estructura social de «amplia jus-
ticia y reducida violencia».
5. La paz exige, en consecuencia, la igualdad y reciprocidad en
las relaciones e interacciones. Dicho de forma negativa «no pue-
de haber paz positiva si hay relaciones caracterizadas por el

139
dominio, la desigualdad y la no reciprocidad, aunque no haya
conflicto abierto».
6. La paz no es sólo ausencia de condiciones y circunstancias no
deseadas, sino también presente de condiciones y circunstancias
deseadas.

Por todo lo dicho, vemos como la paz es un proceso dinámico;


no una referencia estática e inmóvil.
En fin, tal como se aprecia en las páginas anteriores de este capítulo,
el concepto de Paz navega en mares profundamente distintos: por una
parte encontramos la caracterización de lo que algunos autores denomi-
nan «paz negativa», vinculado fundamentalmente con situaciones
opuestas a la guerra, a períodos de tiempo de tranquilidad «individual»
o «social». Para otros autores, presupone un aparato militar que garan-
tice el orden y armonía interna en los países y al mismo tiempo que
los proteja del «enemigo exterior» (Rafael Grasa, 1998). Y por otra parte,
nos encontramos con el concepto de «Paz Positiva», que a su vez, se
mueve entre «dos aguas»; pues si bien es cierto que sus orígenes están
vinculados con la filosofía de la no violencia, y con la sabiduría ancestral
de filósofos y literatos orientales, también es cierto como lo plantea
Jares (1991) que la idea negativa de la paz, vinculada con su acepción
de serenidad y no conflictos, propone una imagen pasiva de la paz
y sin un dinamismo propio.
En este sentido, se vuelve significativa una de las reflexiones
presentadas por la UNESCO:

La paz significa algo más que ausencia de guerra y de conflicto; es un


concepto dinámico que debe considerarse en términos positivos: la presen-
cia de la justicia social, la armonía, la posibilidad de que los seres humanos
realicen plenamente sus posibilidades, gocen del derecho a una superviven-
cia digna y sostenible (UNESCO, 1994: 4).

En este mismo orden de ideas, el investigador y catedrático español


Calo Iglesia Díaz, en su obra Educación para la Paz desde el Conflicto
(1999), asume el concepto de «Paz Positiva» que acepta el conflicto,

140
como una parte natural de la vida y procura su pacífica solución: «En
este sentido la paz es un proceso que va penetrando en los conflictos
para regularlos de forma cooperativa y no violenta». (Iglesias 1999: 34).

En fin... la paz

Después de la revisión de estos autores y de estas reflexiones, puedo


ahora, retomar mis consideraciones iniciales en sobre lo que entiendo
personalmente como «paz» sin calificativos. Repito nuevamente que
concibo la paz como un estado armónico del ser humano, tanto en
sus procesos individuales como en su vida en sociedad y en su relación
con la naturaleza y, aunque esta concepción sea cuestionada bajo la
perspectiva de los que caracterizan la «Paz Negativa» la asumo plena-
mente, porque ese estado armónico no surge de la nada, porque como
ya han afirmado algunos autores, la paz se construye progresivamente,
y no necesariamente tiene que estar vinculada con la guerra: La paz
es un concepto vinculado con la comunicación, con la convivencia,
con la solidaridad, con la tolerancia, con la justicia social. La cultura
de la paz se va construyendo progresivamente y es una forma, una
alternativa de vida y de sociedad.
Esta cultura de la paz se apoya en la dignidad del ser humano,
en la equidad y la participación. «…La cultura de la paz –a la que
debe contribuir la educación– va generando un modo de personas
que apuntan siempre hacia el futuro, aportan soluciones creativas, con-
fían en las posibilidades humanas y utilizan medios no violentos en la
solución de los conflictos». (Sánchez Torrado, 2001: 64).
Como decía en principio, la paz es una experiencia, no es algo que
pasa o que pasó en la vida de los seres humanos, es una experiencia
que nos toca y nos transforma desde el punto de vista individual y
social, pero donde estamos involucrados cotidianamente, en un sentir,
en un actuar, en un dar y en un recibir, en un preguntar y en un respon-
der frente a las realidades placenteras y adversas del día a día, sin olvidar
el conflicto, ni desconocer la violencia; tal como lo comenta Anaida
Pascual (2001), a través de la historia, los conceptos violencia, paz

141
y conflicto han estado íntimamente entrelazados, «…Y es que se requiere
una visión de la paz plena, presente y en positivo (que considere que
la paz significa algo más que ausencia de guerra), más aún, se requiere
un modelo holístico de la paz, una paz democratizada…» (Pascual,
2001: 8).
Es necesario, como lo afirma Xesús Jares (1991), vivir la paz como
un concepto, una meta y un proceso activo, dinámico, creativo, con
repercusiones directas en nuestra vida cotidiana.

Cultura y educación para la paz

…La vida es primeramente un conjunto de problemas esenciales a los que


el hombre responde con un conjunto de soluciones: LA CULTURA.
Como son posibles muchos conjuntos de soluciones, quiere decirse que
han existido y existen muchas culturas… LA CULTURA no consiste en
otra cosa que en hallar una ecuación con que resolvamos el problema de la
vida…
(José Ortega y Gasset)

Me ha parecido interesante partir de este concepto de cultura


que nos da el filósofo español, profundo y pragmático al mismo tiempo.
Este concepto de cultura que se vincula directamente con el sentido
de la vida y con las distintas alternativas y soluciones que el ser humano
puede desarrollar para enfrentarla, se relaciona obviamente con el con-
cepto de «cultura de paz»; entendiendo y asumiendo ésta, como una
de las «muchas soluciones» con las que el ser humano resuelve el pro-
blema de la vida. Obviamente las relaciones que se establecen, en torno
a la «cultura de Paz», también se suman o se integran al sentido negativo
o positivo de la paz que caracterizan algunos autores.
Ahora bien, las «culturas de paz» se siguen definiendo y caracteri-
zando desde estas mismas perspectivas de Paz Negativa y Paz Positiva;
es decir: o bien como procesos opuestos a la guerra, a la ausencia de
conflictos bélicos; o bien como procesos que fortalecen la dignidad
del ser humano, como experiencias que potencian soluciones creativas,
donde se utilizan medios no violentos para la resolución de conflictos.

142
Desde hace algunos años, se ha creado un nuevo lenguaje en este
desafío reflexivo sobre la definición y cultura de la paz, donde se reflejan
nuevas maneras de abordar viejos problemas y en consecuencia, nuevos
medios para resolverlos.
Autores especialistas como Boff (1996), Undurraga (1986) Urrutia
(1997) y UNESCO (1995), citados por Pascual Morán (2002), afirman
que existe una visión de la cultura de la paz, donde subyace un movimien-
to mundial que aspira transitar de una cultura bélica de muerte y violencia
a una que promueva valores, actitudes, comportamientos y modos de
vida, basados en la no violencia y el respeto a los derechos y libertades
de cada ser humano. «Esta interpretación contemporánea y concreta de
una cultura de paz, es contingente a los aportes de la educación, la cultura,
la ciencia, la tecnología y la comunicación» (P. Morán, 2002).
En este orden de ideas debo agregar que hablar también de una
cultura de paz, es hablar de un proceso de construcción en el día a
día, en el quehacer de todo ser humano y de toda sociedad, un proceso
constructivo, basado en la justicia social, en el diálogo y la participación,
en la solidaridad y la negociación.

…Edificar una cultura de paz significa modificar las actitudes, las creencias
y los comportamientos, –desde las situaciones de la vida cotidiana hasta las
negociaciones de alto nivel entre países– de modo que nuestra respuesta
natural a los conflictos sea no violenta y que nuestras reacciones instintivas
se orienten hacia la negociación y el razonamiento, y no hacia la agresión.
(UNESCO, 1996).

¿Y la educación para la paz?...

Ubicarnos en torno a la reflexión sobre la cultura de la paz nos


lleva necesariamente a vincularnos con el tema de Educación para la
Paz y los Derechos Humanos, y estamos hablando de temas profunda-
mente vinculados, ¿cómo hablar de uno, sin mencionar al otro?…
La Educación para la Paz es una educación en valores como plan-
tean la mayoría de los especialistas, ésta tampoco es una novedad «la
educación para la paz tiene su historia… ni es una creación de última

143
hora, ni una moda pedagógica, ni la respuesta puntual a un problema
determinado, por importante que éste sea…» (Jares, 1991: 7).
Según Jares la Educación para la Paz nace a principios del siglo
XX, en una «Primera Ola», junto a su nodriza la Nueva Escuela –movi-
miento de renovación pedagógica de gran influencia histórica–. A fina-
les de 1945, y a partir de la Segunda Guerra Mundial, en una «Segunda
Ola» se crean la UNESCO y otras entidades y normas de naturaleza
internacional. Esta «ola» cuenta con la experiencia previa y contribución
de las asociaciones y sindicatos de la enseñanza. La «Tercera Ola» recoge
la amplia contribución de los movimientos pacifistas y de la no violen-
cia. La «Cuarta Ola» gira en torno a la Investigación para la Paz. Surgen
en este período nuevos y más radicales presupuestos educativos para
la Educación para la Paz. Estas cuatro grandes inspiraciones o discur-
sos, convergen en los 80’s, en una «Quinta Ola», caracterizada por
la diversificación y auge de la Educación para la Paz. Esta Quinta Ola
se manifiesta en numerosas experiencias educativas renovadoras que se
inscriben en un «inequívoco signo pacificador» (Jares, 1991, 11).
Pascual Morán (2002) coincide con Jares en este recorrido, pero
además considera otras «huellas» que merecen especial atención: a)
la vida y obra de grandes creadores que han iluminado nuestros senderos
educativos; b) la historia de coloniaje que ha violentado a nuestros
pueblos, y c) nuestra heredad común de violencias, que presentan los
actuales riesgos y desafíos globales.
Ahora bien, independientemente de la historia o los momentos
significativos de la Educación para la Paz, quisiera detenerme en lo
que algunos autores, abordan en cuanto a su definición y su práctica.
Para Fernando Llicini, educador español, especialista en Educación
en valores, la Educación para la Paz es:

…un proceso educativo, continuo y permanente, fundamentado en los dos


conceptos definidores, el concepto de paz positiva y la perspectiva creativa
del conflicto, y que a través de la aplicación de métodos problematizantes
pretende desarrollar un nuevo tipo de cultura, la cultura de la paz, que
ayude a las personas a desvelar críticamente la realidad, compleja y conflic-
tiva, para poder situarse ante ella y actuar en consecuencia. (1999: 78).

144
Por otra parte, para este autor, la Educación para la Paz debe ser
concebida como un proceso de desarrollo, continuo y permanente, ins-
pirado en una forma positiva de aprender a vivir consigo mismo y con
los demás, en la no violencia y en la creación de ámbitos de justicia,
respeto y armonía. En consecuencia, ésta es una educación que presupone
una ética personal y social de la convivencia, basada en una cultura de
la paz.
La Educación para la Paz ha de ser una educación transformadora
y enriquecedora de valores y de actitudes profundas.
En este sentido no se pueden obviar las reflexiones de Paulo Freire
(1986) referentes a sus teorías sobre la «educación liberadora». Respecto
a la Educación para la Paz afirma:

Entre sociedad y educación existe una relación dialéctica y muchas veces la


educación se convierte en un importante instrumento para conservar el
orden social existente. Si la educación para la paz no se convierte en parte
de un proceso de acción socio-política hacia un progresivo cambio social
no tendremos jamás una educación para la paz y la justicia, sino solamente
palabras vacías y sin sentido (Freire, 1986: 17).

Y este cambio no se logra bajo una perspectiva educativa, donde


no se le dé prioridad a la promoción y a la práctica del desarrollo de valores
como la participación, la solidaridad, la interacción, la justicia social.
En este mismo orden de ideas, quiero hacer hincapié en los plantea-
mientos de José Joaquín Gómez Palacios (1992), quien define la Educa-
ción para la Paz como una tarea compleja y vivencial que debe realizarse
en la interacción dinámica y creativa de sus participantes. «…Educar
para la Paz será siempre un proceso en el que vaya desapareciendo la
dicotomía existente entre “educador-educando”, para llegar a un encuen-
tro interpersonal donde las personas se unen, intercambiando vivencias,
experiencias y saberes» (pág. 14).
El cambio social y progresivo sobre la Educación para la Paz tam-
poco se logra desde la perspectiva de una «ciencia angelical», donde se
obvien la violencia y el conflicto que forman parte de la vida cotidiana
de todos los seres humanos y de toda sociedad. Es necesario enfrentar

145
en forma creativa esta realidad y como plantea Gómez Palacios (1992)
«quien pretende educar para la paz sabe que su forma de actuar es el
principal mensaje y los contenidos más significativos» (pág. 15). Por
todo ello, se hace necesaria la revisión de nuestra participación, en
principio, como ciudadanos y ciudadanas y por supuesto, es inevitable
la revisión de nuestro quehacer como docentes, en el rol de animadores
y mediadores culturales en el proceso educativo.
En este sentido, al pensar en la Educación y Promoción de Cultura
de la Paz en el contexto escolar, no puedo evitar el hecho de pensar
en experiencias de formación, de verdaderas transformaciones para el
ser humano: de las niñas, los niños, jóvenes, docentes, comunidades
educativas y comunidades locales inmersas en los procesos educativos
en su más amplia extensión.
Ciertamente, en los últimos tiempos, hablar de la paz nos lleva,
irremediablemente, a pensar en sus opuestos: la violencia, el conflicto,
la desigualdad, la injusticia, la insatisfacción, entre otros. Y en conse-
cuencia, pensamos en alternativas para solucionar problemas, situacio-
nes y conflictos que nos permitan construir un mundo mejor, que
nos conduzcan a habitar la tierra en un contexto de paz. Considero
que además de actuar sobre situaciones conflictivas y violentas, la pro-
moción de la Cultura de la Paz implica un gran Programa de Preven-
ción, donde se puedan atender estos aspectos, pero también, se propicie
el contacto con el mundo, con la realidad circundante, de una manera
creativa, crítica y verdaderamente participativa. Esto implica no obviar
la violencia estructural que forma parte de nuestras vidas; no ignorar
y evitar los conflictos; significa, asumirlos y enfrentarlos responsable e
imaginativamente, sustentados en la pedagogía participativa, en una
educación constructiva y significativa para niñas, niños y jóvenes, para
maestras y maestros, para directivos y comunidad en general. Esto
implica también, trabajar en función de nuestro quehacer como docen-
tes, en profundizar en el contexto sociocultural donde nos corresponde
trabajar; significa conocer y valorar la diversidad y las diferencias que
encontramos, paso a paso, en nuestra vida cotidiana y en nuestro acon-
tecer educativo.

146
Sé muy bien que la violencia, la delincuencia infantil y juvenil,
los altos índices de niños y jóvenes afectados por el consumo y tráfico
de drogas, forman parte de nuestra realidad y no podemos ocultar
el sol con un dedo; pero también estoy clara en que no sólo debemos
atender esta problemática en el sentido de buscar soluciones, sino que
además debemos crear alternativas y estrategias para prevenir. Al consi-
derar la violencia como una expresión propia de la humanidad a través
de los tiempos y al considerar las características terribles de la misma,
no puedo evitar pensar en el hecho de que en el contexto educativo,
antes de preocuparnos por las manifestaciones más terribles y donde,
muy probablemente, no podamos incidir, o hacer muy poco, como
son: las guerras, la delincuencia los carteles de la droga, con su trágico
contexto de tráfico y consumo y la peor de todas las consecuencias:
la muerte; deberíamos ocuparnos por atender las situaciones «más sen-
cillas», las que tenemos en nuestro entorno más inmediato, en el hogar,
en la familia, en la escuela, en la comunidad, donde comienzan a culti-
varse los gérmenes que conducen posteriormente a las situaciones de
violencia extrema como las que he mencionado. Deberíamos ir consi-
derando entonces, la posibilidad de crear alternativas para una con-
vivencia más adecuada, para elevar la calidad de vida de nuestros niños,
niñas y jóvenes; sobre todo si consideramos su crecimiento integral,
donde lo físico, lo económico, lo intelectual, lo espiritual y lo sociocul-
tural actúen de manera equilibrada, en función del desarrollo individual
y comunitario. Deberíamos pensar en una experiencia educativa donde
los valores como la igualdad, el respeto, la diversidad y la comprensión
de la misma, la solidaridad, el amor, la honestidad, la convivencia,
la tolerancia nos lleven a constituir una sociedad, más sana, más justa
y ¿por qué no?, más feliz…
Ahora bien, mucho se ha escrito sobre Educación para la Paz,
documentos que han sido orientados hacia la educación formal y tam-
bién hacia la educación no formal a partir del «desarrollo de una meto-
dología activo participativa donde el énfasis en lo vivencial, involucra
los aspectos físico, emocional, intelectual, social y espiritual». (Tchimino
N., 2001: 36); sin embargo nuestras sociedades están inmersas en una
multiplicidad de situaciones, caracterizadas por agrupaciones civiles

147
divididas y desestructuradas, incremento de la violencia, pérdida de
representatividad social de los partidos políticos, una apertura al mundo
a través de la globalización, entre otras características de la región.
No obstante, y como lo refiere M. Tchimino (2001), es necesario que
las propuestas de educación para la paz y los derechos humanos no
se realicen de manera desarticulada de un contexto complejo e interde-
pendiente; por el contrario, deben articularse holísticamente de manera
de hacerlas sustentables y que por tanto, puedan provocar impactos de
largo alcance:

En este contexto, y bajo estas condicionantes, el desafío es reformular una


propuesta educativa orientada a los derechos humanos articulando los ám-
bitos sociales, políticos, productivos, ambientales y emocionales. Para ello,
es necesario construir esta propuesta bajo un enfoque sistémico, complejo
y holístico que permita definir criterios de sustentabilidad de los derechos
humanos y la paz (pág. 38).

En este sentido, también es importante considerar la Educación


para la Paz, partiendo de la necesidad de humanizar el tiempo y el
espacio de las personas, en armonía, con la naturaleza; pero también
es necesario tomar en cuenta que esta armonía debe ir más allá del
plano individual; esta armonía y esta humanización del tiempo y del
espacio deben ser producto de la convivencia social y de una postura
dinámica frente a la experiencia de la paz, no como un estado de las
personas y/o de la sociedad, sino como una búsqueda, o «una progresiva
conquista siempre imperfecta, que supone entrega personal, perseveran-
cia y esperanza. Todos estos elementos configuran también la fisonomía
de una educación para la paz». (Sánchez T., 2000: 64).
La Educación para la Paz, debe en todo caso conducirnos, como
personas y como sociedad, a mejorar nuestras condiciones de vida,
a ejercitar mayores y mejores niveles de participación ciudadana; debe
en todo caso, llevarnos al ejercicio de una verdadera justicia social y
promover y desarrollar valores como la solidaridad, el respeto, la toleran-
cia, la integración, valores relacionados entre sí, es decir, que se exigen
o se implican mutuamente y que además, configuran actitudes en el
quehacer de las personas: de niños y niñas, de jóvenes y adultos hombres

148
y mujeres. En consecuencia, la Educación para la Paz ha de ser transfor-
madora de nuestra calidad de vida, «…La calidad de vida tiene relación
con el bien ser, ya que incorpora otros aspectos (además del uso y
beneficio de servicios y bienes) de la vida humana que son más invi-
sibles como son la emocionalidad, la sociabilidad, lo cultural, la política,
etc.» (Tchimino 2001: 39).
La Educación para la Paz debe contribuir a la promoción de una
calidad de vida entendida como un estado armonioso y propicio en
donde el ser humano pueda desarrollar sus habilidades, sus creencias,
su espiritualidad, su identidad, su sentido de pertenencia sociocultural
e histórica. Todo ello puede conducir al mejoramiento significativo
de la vida propia de la comunidad.

Una Educación para la paz, a favor de niños y niñas


y de las comunidades

He realizado estas reflexiones en compañía de algunos autores,


ahora quisiera plantear que me identifico plenamente con una Educa-
ción para la Paz, centrada en el enfoque de Paz Positiva y en una visión
imaginativa del conflicto; una Educación para la Paz que sea crítica,
tanto de las realidades nacionales como de las internacionales. Me iden-
tifico plenamente con una Educación para la Paz que traspase el umbral
del aula, promoviendo experiencias significativas en el contexto de
las comunidades, en procesos de educación informal, impulsando la
participación de redes sociales, promoviendo y valorando la intercultu-
ralidad, la diversidad, la convivencia; pero también creo y promuevo
una Educación para la Paz en los espacios del aula, donde se fortalezcan
aprendizajes significativos que den sentido a la vida de niños, niñas
y adolescentes. En el contexto de la educación formal, creo en una Es-
cuela Que Sirva a los Niños y Niñas, que les trate como personas: que
tome en cuenta sus Derechos, que conozca lo que los niños y las niñas
necesitan. Debe ser una Escuela que sirva a los niños y a las niñas para
construir y realizar sus sueños; para fortalecer su esencia y su personalidad,
debe ser una escuela que les sirva para valorar la vida; para transformar
y mejorar la realidad en la cual están inmersos. «Los niños y las niñas

149
son personas, sujetos de derecho. No son objetos de caridad, atención
y afecto. Ellos y ellas son sujetos de desarrollo que tienen ideas propias,
necesidades específicas y pueden expresar sus puntos de vista sobre
la realidad y generar sus propias formas de organización» (Barnen,
2000: 8).
La Educación para la Paz debe tener presente que las instituciones
educativas tienen que contribuir a formar mejores seres humanos, que
puedan conocer sus derechos, pero también ejercer sus deberes.
En el entorno de la promoción de la Cultura y la Educación para
la Paz, considero importante fortalecer Una Escuela que Sirva a los
Niños, brindándole experiencias educativas relevantes; una Escuela
donde el conocimiento y la experiencia práctica estén al servicio de
la realidad de las necesidades específicas de los educandos, de su familia
y de su comunidad. Para ello se requiere de una educación activa,
donde los procesos comunicativos e interactivos cobren importancia
en torno al bienestar común. Es necesario propiciar actividades y estra-
tegias tanto en el contexto del aula de clases, como fuera de ella, vincu-
ladas con la enseñanza y el aprendizaje, pero vinculadas también con
lo placentero, con lo recreativo, con la interrelación de la educación
formal e informal. Se debe considerar la realización de actividades no
impuestas, más bien planteadas a través del consenso de los involucrados
en el proceso: alumnos, docentes, comunidad.
Debemos pensar en el uso de métodos más dinámicos, sin restarle
importancia al método expositivo, incorporar actividades que favorez-
can el diálogo, la interacción, la promoción y la animación sociocultural.
Podríamos llenar la escuela de poesía, de canciones, de narradores orales,
de grupos de teatro de títeres, de lecturas amenas y placenteras, para
abordar el mundo de los contenidos, profundizando en el estudio, en
el conocimiento, planteando una mayor cercanía, una mayor afectividad.
Sería interesante pensar en el desarrollo de actividades que permi-
tan la valoración de las creencias, las costumbres, el mundo de vivencias
inmersas en la vida cotidiana; considerar actividades y estrategias que
permitan el rescate de las expresiones populares y tradicionales; así como
la realización de actividades que permitan profundizar en la experiencia

150
de la comprensión de los signos culturales de los nuevos tiempos, consi-
derando particularmente, el uso de las nuevas tecnologías, la sempiterna
influencia de los medios de información masiva, y fenómenos culturales
que inciden directamente en el mundo de los adolescentes, como la
música y sus diferentes expresiones en la actualidad, por ejemplo.
Es necesario también, pensar en experiencias que vinculen a los
niños, a los adolescentes y a la comunidad en general, con opciones
específicas para transformar la sociedad, convirtiéndola en una sociedad
más justa, más tolerante, lo que lograríamos, no sólo con actividades
innovadoras sino con la actitud y los valores que se desarrollen a través
de las mismas. En consecuencia, contribuiríamos con la promoción
de la paz, que buena falta nos hace.
Es pertinente rescatar la importancia de la experiencia lúdica como
parte de nuestra esencia como seres humanos y ésta debe estar presente
más allá de un plan de actividades, en una visión del mundo, en un
estilo de vida, en nuestra concepción del mundo y de la sociedad.
Esto permitirá generar procesos educativos pertinentes y relevantes
para esa Escuela que deseamos crear. Una Escuela que sirva a los niños,
donde el rescate de la Alegría, el placer y la promoción de la cultura
de la paz sean rasgos distintivos y transformadores.
La Educación para la Paz, presente en esa Escuela que sirva a los
niños, debe permitir que ellos: los niños y las niñas, puedan hacerse
críticos, responsables creativos y participativos, debe promover espacios
para el diálogo; para profundizar en la comprensión de la sociedad
y la búsqueda de solución de sus problemas. Debemos tomar en cuenta
la presencia de una actitud crítica y reflexiva frente a estos problemas,
actitud que debemos comenzar por modelar los mismos docentes; pues
al final de cuentas, la experiencia educativa es una puesta en escena y
en ella los docentes y los educandos somos actores y actrices que repre-
sentamos distintos papeles y personajes y en esta obra cotidiana de todos
los días es mucho lo que tenemos que decir, que hacer que aprender,
que transformar y esto sólo lo conseguiremos a través de una visión
crítica de los acontecimientos, con una profunda dosis de humildad,
la del verdadero maestro, la del verdadero sabio. La crítica es un principio

151
fundamental, pero se logrará en la medida en que el docente asuma
una actitud de humildad y sencillez que le permita al niño y la niña,
sentirse en igualdad de condiciones, con seguridad para expresarse.

La crítica constructiva que es a la que nos estamos refiriendo aquí es un


proceso que implica análisis, reflexión, búsqueda de nuevas alternativas,
empezando por las situaciones más cotidianas para llegar a contextos
más amplios como la comunidad el país. La crítica permitiría que los
niños y las niñas, no sólo realicen observaciones sobre los hechos que
acontecen a su alrededor sino que descubran los derechos violentados...
(Barnen, 2000: 11).

Es así como podemos comenzar a formar a esos niños críticos y


participativos y al profundizar en la defensa de los derechos de niños
y niñas, no podemos dejar de pensar en sus responsabilidades, estos
aspectos están interrelacionados y en la acción van tomados de la mano,
en la medida que se piensa en la relación con los otros, en el bienestar
común y en la participación ciudadana.
No concibo estos procesos sin la participación de niños creativos,
que se integren a actividades y estrategias, vinculadas con aspectos
como los que señalaba anteriormente. Es necesario romper con la
rutina de hacer siempre lo mismo en la escuela, en el aula de clases,
inclusive en el espacio de recreo. Debemos llenar esa ESCUELA QUE
SIRVA A LOS NIÑOS de espacios plenos de vida, de búsquedas,
de inquietudes, de descubrimientos, de originalidad, de libros motiva-
dores, de situaciones para el disfrute, también para la reflexión y
la participación.
Y finalmente, en este ámbito de Educación para la Paz, en el con-
texto de la educación formal, es muy importante resaltar que esa Escuela
que sirva a los niños debe brindar igualdad de oportunidades en cuanto
a incorporación, participación y continuidad escolar. Estos aspectos
deberían basarse en principio en el Derecho que tienen todos los niños
y las niñas a recibir educación progresivamente y en condiciones de
igualdad de oportunidades (artículos 28 y 29 de la Convención sobre
los Derechos del Niño) en el Derecho a la Igualdad y a no ser discri-

152
minados (Art. 2). Si bien es cierto que existen instituciones del Estado
que deben encargarse en buena parte de atender estas necesidades y
de hacer cumplir estos derechos, también es verdad, que los ciuda-
danos y la comunidad en general pueden aportar sus granitos de arena
para atender estos aspectos. Sería interesante plantear alternativas para
que la comunidad conozca y haga valer sus derechos en este sentido.
Y, por otra parte, también sería interesante, pensar que la continuidad
escolar no sólo tiene que ver con el hecho de mantener un cupo en
una escuela, aprobando con la mínima calificación; la continuidad escolar
tiene que ver con un conjunto de factores, que inclusive muchas veces
se escapan del contexto escolar, se vinculan la mayoría de las veces con
el ámbito familiar, con problemas socioeconómicos, con situaciones
críticas de desnutrición, incremento de la población de niños de la calle
y en la calle, etc. Así mismo, la continuidad escolar tiene que ver con
todo lo que ofrece y ejecuta la Escuela.
Por todo lo dicho anteriormente y tomando en cuenta los procesos
de modernización, de globalización de la economía y el progreso de
la ciencia y la tecnología, donde la educación se sitúa en el centro
de los nuevos modelos de desarrollo; es necesario hacer énfasis en que
la calidad de la educación no sólo tiene que ver con la adquisición
de conocimientos más modernos, sino también con la calidad de las
relaciones interpersonales, con la calidad del ambiente, del clima emo-
cional del niño y la niña. «De esta manera, la incorporación de los
derechos humanos a la educación, se ve tensionada por una doble
lectura: ya sea como instrumento de los modelos de modernización,
ya sea situada en una racionalidad más humanista, cuyo énfasis radica
en las redes de acción comunicativa...» (Tchimino, 2001: 37).
Es necesario asumir la modernidad en el entorno de la promoción
de la Paz y de la Educación en Derechos Humanos (EDH), de una
manera crítica; es necesario redimensionar y valorar los procesos comu-
nicativos y de interiorización, que nos permiten pensar y dar sentido
a nuestro quehacer, que nos permiten analizar la realidad, interactuar
con el otro, reconocer las diferencias, establecer una relación respetuosa
y solidaria con los otros; es decir, una relación de reciprocidad.

153
Una Educación para la esperanza

La Educación para la Paz y los Derechos Humanos nos presenta


horizontes muy complejos, nos plantea retos muy altos; no por ello,
desprovistos de belleza. ¿Quién puede negar la belleza que se observa
desde la altura de la cima? Sin embargo, para llegar a ella, es preciso
escalar la montaña, encontrarse y superar los obstáculos que ella nos
ofrece, vivir la experiencia del vértigo y sufrir el temor ante la posibilidad
de volar por el precipicio y caer en el vacío...
¿Quién puede negarnos el placer que nos produce la contempla-
ción de una rosa y el disfrute de su aroma? Hasta las personas más
frías disfrutan de este placer. No obstante, muchas veces, el camino
hacia el encuentro con la rosa está lleno de espinas, de trabajo, de
mucha laboriosidad. ¿Pero quién nos quita el brillo de los ojos ante
la contemplación de esta belleza?…
La Educación para la Paz está llena de caminos escabrosos, de
espinas afiladas, de enfermedades dolorosas. Pero esos caminos, esas
enfermedades, esas espinas, no son abstractos; somos los seres humanos,
las personas que vivimos en el planeta Tierra, quienes complicamos
los recorridos en esos caminos, quienes contribuimos a agravar las en-
fermedades. Por ello, y como lo afirman algunos autores, los logros
en la Educación para la Paz y los Derechos Humanos están mediados
por la capacidad y conciencia de los seres humanos, de asumirla como
necesaria y deseable, y en este sentido, la preocupación fundamental
debe canalizarse hacia la sensibilización y formación del capital social,
de cada uno de los países del mundo, favoreciendo la integración de
experiencias, valores, actitudes y conocimientos, para analizar reflexiva-
mente la realidad; para explorar nuevas formas de convivencia y de
desarrollo humano.
Asumir la Educación para la Paz, a favor de los niños y las niñas,
implica asumir la realidad que nos circunda, no sólo en el contexto
más inmediato, sino también la realidad de otras latitudes geográficas
y socioculturales; educar para la paz implica enfrentar el dolor y la triste-
za que nos produce la guerra, pero sin anclarnos en ese dolor, en la

154
desesperanza. Educar para la paz requiere el reconocimiento de la vio-
lencia y del conflicto como factores de la vida cotidiana de los seres
humanos, y a partir de este reconocimiento se requiere el inicio de
trabajos progresivos, personales y comunitarios para la mediación y
la negociación, para fomentar una convivencia sana y armoniosa.
Educar para la paz significa fundamentalmente educar para la feli-
cidad, implica recorrer caminos para aprender a vivir. Por ello se hace
imprescindible rescatar el sentido de la esperanza, como experiencia de
vida; de la que nos ha hablado prolijamente Paulo Freire en toda su
obra y en su labor pedagógica y que Fernando Lucini rescata en su
libro Sueño, Luego Existo (2000), donde plantea que la educación en
valores debe estar centrada en la Pedagogía de la Esperanza. En este
sentido y considerando que la Educación para la Paz debe ser una Edu-
cación en valores, quiero destacar especialmente los cuatro principios,
que según Lucini, deben ser las bases de la Pedagogía de la Esperanza:

La Pedagogía de la Esperanza es una pedagogía capaz de potenciar


un equilibrio entre la percepción y el descubrimiento de la realidad,
en sus dimensiones más problemáticas o negativas, y a la vez, en sus
múltiples manifestaciones, más positivas y esperanzadoras, es decir, entre
lo que se llama de forma familiar «la cara fea y la cara bonita de la vida».
En segundo lugar, una pedagogía de la esperanza, ha de fundamen-
tarse en valores positivos, «…que sea capaz de dar prioridad en sus
planteamientos y en su desarrollo, al descubrimiento gozoso y a la
libre y activa interiorización, por parte de los educandos, de sus capaci-
dades humanas, más entrañablemente positivas». (pág. 72).
Es una pedagogía para la alegría; que propone un modelo de «ser
en el mundo» o de búsqueda de felicidad; una pedagogía contagiada,
y apasionantemente contagiosa, de la ilusión y de las ganas de vivir, y,
a fin de cuentas, una pedagogía para la vida y para la felicidad.
El tercer principio que según Lucini debe sustentar la Pedagogía de
la Esperanza, se centra en la dimensión o proyección comunitaria. La
esperanza se sostiene y se alimenta en el encuentro interpersonal, en el
saberse acompañado en las búsquedas, en las luchas, en las dificultades,

155
en los logros. «La esperanza es siempre una virtud que se rejuvenece,
se fortalece y se redimensiona en el abrazo solidario» (pág. 75).
La Pedagogía de la Esperanza ha de favorecer el trabajo cooperativo
y la participación comunitaria, los encuentros interpersonales; ha de
propiciar momentos para el encuentro y la identificación en los
proyectos de alumnos y alumnas, así como de otros participantes de
las comunidades educativas y locales, y también propiciará encuentros
para reconocerse y apoyarse en medio de las diferencias; lo que abrirá
caminos para el respeto, la solidaridad, la convivencia.
Por último, el cuarto rasgo que debe asumir la Pedagogía de la
Esperanza ha de ser su total e inequívoca opción en defensa de la confian-
za, «es decir, su apuesta radical por el desarrollo, en lo más profundo de
la identidad humana, de la razón utópica-sueño, luego existo» (pág. 76).
Es en este último principio, donde me sumo plenamente a los plan-
teamientos de Lucini, pues finalmente, éste recoge los tres principios
anteriores basados en la confianza y, por otra parte, defiende con pasión
el mundo de los sueños, el universo poético, para impulsar la utopía,
esa utopía que: «…hoy tan frecuente e interesadamente ridiculizada
y secuestrada, tiene que ser, desde mi punto de vista, el fundamento
esencial de nuestra pedagogía contemporánea… si no soñamos con
volar, si hemos perdido la confianza y hemos desistido de hacerlo,
o al menos de intentarlo, verdaderamente, ¡aquí no hay quien vuele!»
(F. Lucini, 2000: 77).
Después de la revisión y la lectura de algunos autores y a partir
de mi experiencia como ser humano y como educadora, estoy conven-
cida de que éste debe ser el camino para la promoción de la Cultura
y la Educación para la Paz; camino inmerso en esta razón utópica,
que no supone evasión de la realidad; por el contrario, requiere enfren-
tarla en un inmenso mar de posibilidades, posibilidades que sólo desa-
rrollaremos los seres humanos: niños, niñas, adolescentes y adultos,
construyendo la esperanza, a partir de la defensa de la alegría y de
la creación apasionada e imaginativa del futuro, con el objetivo de poten-
ciar lo positivo, reducir lo negativo: la injusticia, la pobreza, el sufrimiento.
La Educación para la Paz no es un camino fácil, requiere de una actitud

156
crítica y participativa; requiere del trabajo y del compromiso personal,
social y político, para despejar horizontes nuevos de vida para los seres
humanos. Nuevamente me sumo a los planteamientos de Lucini y re-
tomo uno de los poetas citados por él: Y como diría Don Miguel de
Unamuno: «Hasta las más elevadas hipótesis y razonamientos intelec-
tuales, hay que hacerlas poesía… porque el poeta, si lo es de verdad,
no da conceptos, ni formas, se da a sí mismo». La Educación para
la Paz es poesía y requiere de entrega plena.

La experiencia lúdica y la promoción de la paz: ¿Sueños


entrelazados para lograr una mejor calidad de vida?
El término calidad de vida ha sido abordado desde diferentes dis-
ciplinas y no voy a detenerme en ninguna de ellas de manera intencio-
nal, pues me interesa este concepto, bajo la perspectiva del bienestar
integral del ser humano, bienestar que va más allá del tiempo y del
espacio y que se vincula con la trascendencia del «ser» y esto implica
la emoción, el placer, la alegría, el disfrute, el ensueño, la fantasía, la
sociabilidad, el intelecto, aspectos en su mayoría no palpables, quizás
invisibles, para quienes asumen la calidad de vida bajo una perspectiva
económica, material, una calidad de vida vinculada con el bienestar
entendido como el uso y beneficio de servicios y bienes que facilitan
el modo de vida de las personas. Concepción que en ningún momento
descalifico, pero considero en todo caso, excluye los aspectos mencio-
nados anteriormente, necesarios para «ser y trascender en la vida»; no
para estar, o habitar un lugar en un tiempo específico.
Partiendo de esta concepción de calidad de vida, y considerando
que previamente me detuve en algunas reflexiones sobre el juego y
la convivencia me dedicaré a continuación a desarrollar otras reflexiones
en función de lo que considero significativo en torno a las relaciones
existentes entre la experiencia lúdica y la promoción de la paz y su
contribución al mejoramiento de la «calidad de vida». Para ello tomaré
en consideración lo que dicen algunos autores, pero además, me permitiré
la compañía, de la esperanza, del mundo de los sueños y de las fantasías,
de las travesuras, del asombro y del descubrimiento, de la búsqueda,

157
de los acertijos, del placer y la convivencia. Porque… ¿qué es la expe-
riencia lúdica, además de la suma y de la integración de todas estas
cosas? Me atrevo a decir que la experiencia lúdica, además de ser un
impulso vital, es la sal de la vida:

…Y es que el juego es escuela desde el alba de la vida, cuando por él, el


chipilín se entrega con inefable placer a descubrirse a sí mismo y a inventar;
y así prosigue su aventura en el mundo, persistente descubridor,
transformador, creador de realidades y de sueños. Ello, a pesar de la otra
escuela, la represiva que a menudo se le impone en las aulas… (Izquierdo,
1990: 10).

El juego está presente en la vida de niños y adultos y aunque


en la vida del adulto el juego tiene otros y muy variados matices, que
en este momento no son objeto de estudio, sí es importante destacar
(como lo he planteado en éste y en otros capítulos del trabajo) la impor-
tancia que tiene la experiencia lúdica en la «experiencia de vida» de
todo ser humano, en el desarrollo de su esencia, en la trascendencia
de su ser, como lo afirmaban Federico Schiller: «El hombre no está
completo sino cuando juega», y Jean Chateau: «…la actitud estética,
la actitud del sabio, hasta la del hombre que reflexiona, se aproxima
extremadamente a la actitud lúdica; y esto no debe sorprendernos en
absoluto si admitimos que el juego es la fuente común de todas las
actividades superiores» (Chateau, 1958: 27).
Y si ubicamos la experiencia lúdica como esa «fuente común de
todas las actividades superiores», estamos hablando obviamente de todo
lo que trasciende la inmediatez de la existencia de cada ser humano,
pero sin dejar de dar importancia a cada instante vivido, como experien-
cia significativa. «El juego es una forma de aprender a vivir, enten-
diéndolo como el facilitador que nos ayuda a alcanzar nuestra total
capacidad como individuos y como pacíficos y productivos miembros
de una sociedad. El juego es una poderosa medicina social» (Moore
R., 1996: 23).
Y esta «medicina social», forma parte de la vida de niños y niñas,
de adolescentes, de mujeres y hombres, de abuelos y abuelas.

158
Al presentar a grandes rasgos las teorías clásicas sobre el estudio
del juego, vimos cómo en cada una de ellas se asume la experiencia
lúdica bajo perspectivas específicas donde el niño es el centro, y bien
puede jugar para reproducir costumbres ancestrales, o bien, puede jugar
por el placer que en sí mismo produce este quehacer, al representar
diferentes roles sociales, o simplemente, contemplar el mundo, crear
y producir, incorporarse a los rituales y a las ceremonias de la vida. En
fin, el juego está vinculado con todo el quehacer humano. En consecuen-
cia, no se puede circunscribir la experiencia lúdica sólo al sentir y quehacer
de los niños, los adultos también jugamos; pero nos cuesta mucho acep-
tarlo. «…Y en nuestro interior tenemos un niño inquieto y travieso que
le encanta recochar, reírse duro, ser espontáneo, hablar por el disfrute
de hacerlo, pero muchas veces está reprimido porque los mayores de-
bemos ser serios, sabernos comportar…» (Zúñiga, 2000: 22).
Este último es uno de los aspectos que forma parte de este ardid,
de este juego del juego y que en estos momentos, en la reflexión que
nos ocupa cobra importancia significativa: la participación del adulto
en la experiencia lúdica y viceversa, la experiencia lúdica en la vida
del adulto.
Pienso que debemos tomar en cuenta que hablar del juego y
de su significado es hablar del ser humano en su más amplia dimen-
sión, es hablar de niños, niñas y adolescentes, es hablar de hombres
y mujeres; es hablar también y, muy especialmente de los abuelos y
de las abuelas.

Me pregunté qué sentía de la vida en esta edad, 76 años, y qué sentía


cuando era niña. Dejé que mi cuerpo sintiera a través de los sentidos inte-
riores. Capté la sensación de la vida, algo muy subjetivo, algo que está
interiorizado en mí. La sensación de la vida está presente… Me quedé
quieta y me pareció que mi cuerpo captó algo… como una GRATITUD…
Mi cabeza diría gracias vida porque vivo. Cuando era niña tenía avidez de
vivir, tenía ilusiones…*

* Anónimo, tomado de la Revista Ojodeagua, Vol. VIII, N˚ 6, 1990, pág. 65.

159
La experiencia lúdica, también es una experiencia para dar gracias,
pues ella nos pone en contacto con la alegría, con la bondad, con el
descubrimiento, con el asombro, con ese asombro, donde niños y niñas
inventan travesuras y construyen la realidad y con el asombro donde
los adultos recreamos nuestra propia infancia y jugamos nuevamente,
dejando renacer el niño que guardamos en lo más profundo de nuestro
ser y que nos permitimos asomar en nuestras acciones más nobles.
Al ver el juego como una forma de aprender a vivir, estamos ha-
blando de un saber que se acumula y al que se le da sentido progresiva-
mente, donde se establecen vínculos entre distintas generaciones, donde
se fortalece la convivencia y se promueven experiencias para el creci-
miento personal espiritual, lo que nos permite, entre «otras cosas»,
el desarrollo de mejores seres humanos.
Por otra parte, estos procesos individuales, no se pueden ver de
forma aislada, pues la suma y la interacción de los mismos contribuyen
al desarrollo de experiencias comunitarias de mucho valor. El niño, al
jugar con los demás, adquiere y comparte nuevos conocimientos, desa-
rrolla relaciones portadoras de sentido, confronta sus opiniones, aprende
a aceptar otro punto de vista. En el juego con el prójimo, se divierte
y ríe espontáneamente, manifiesta su alegría y puede ser generoso en
su comportamiento. Este clima de confianza inherente a la actividad
lúdica ayuda al niño a construir interacciones sanas, buenas para su vida
de niño y positivas para su vida de adulto del mañana cuando asuma
a su vez, responsabilidades dentro de la comunidad.
Es en el entorno de este clima de confianza, de interacción, de
respeto, donde la actividad lúdica contribuye a mejorar la calidad de
vida de los seres humanos y se convierte en un vehículo para la promo-
ción de la paz. Como he afirmado en otras ocasiones, «no podemos
convencer, si no estamos convencidos». Tampoco podemos dar lo que
no tenemos, y trabajar para la construcción de la paz, implica, entre
otras cosas, valorar el sentido lúdico de la vida, inmerso en una totalidad
y en medio de los matices de las realidades sociales y culturales.
Xesús Jares (1991) al describir las características de la Educación
para la Paz, reconociendo el aporte de diferentes autores y a partir

160
de su propia práctica, caracteriza la Educación para la Paz como una
educación asentada en el juego y la risa, en lugar de la conquista, y
la seriedad (Van Riller, 1977: 206). Este énfasis en el juego se realiza
no sólo por su vertiente lúdica, lo que constituye en sí mismo un objeti-
vo y una forma de entender la educación, «lejos de la seriedad y abu-
rrimiento de la escuela tradicional» (Moncada, 1985: Snyders, 1987),
sino que también resalta su valor por ser un instrumento insustituible
en el aprendizaje de determinados valores. Es importante potenciar
un tipo de juego que fomente los valores relativos a la paz, como la
cooperación, la participación, la autoafirmación, la comunicación,
empatía, entre otras.
Por otra parte, bueno es destacarlo, la mayoría de los autores,
participantes en el Seminario de la Educación en Derechos Humanos:
Por una Cultura de Paz en América Latina, desarrollado en Caracas,
en el mes de octubre del año 2001, coinciden en la consideración de
un Eje Recreativo para el desarrollo de la educación en torno a los
Derechos Humanos, para darle sustentabilidad en los diferentes con-
textos socioculturales. Este eje se orienta a la necesidad de abrir espacios
diversos para el desarrollo de actividades comunitarias, especialmente
en lo lúdico y el aprovechamiento del tiempo libre. Es importante,
para el desarrollo de estas actividades, implementar procesos de iden-
tificación y promoción de animadores socioculturales con capacidades
y habilidades sociales para motivar a las comunidades. La manifestación
de variadas expresiones recreativas deberían constituirse como un ele-
mento significativo del espacio local y de la vida misma en los colec-
tivos socioculturales.
El sentido lúdico forma parte de la vida y no podemos desconec-
tarlo del quehacer cotidiano, de los procesos festivos, de las experiencias
artísticas, de los procesos creativos individuales y colectivos. Como
se ha dicho en otros momentos del trabajo, la experiencia lúdica es
una fiesta, una celebración, un espacio para el encuentro, y este encuen-
tro puede comenzar por un primer nivel de comunicación, el intraper-
sonal, el del encuentro con nosotros mismos, que nos conecta con
el asombro, con el descubrimiento, que nos permite el desarrollo de

161
la imaginación, de la fantasía. Y este encuentro se multiplica, se irradia
en cada momento que un grupo de individualidades se reúne en pro-
cesos socioculturales, no sólo en experiencias de juego y recreativas
en sí mismas; la experiencia lúdica, invita al encuentro en experiencias
artísticas, en procesos creativos que constituyen la expresión no sólo
de las individualidades sino de procesos comunitarios que dan lugar
a un conjunto de manifestaciones, donde se expresan creencias, costum-
bres, tradiciones, pero también se incorporan nuevos aspectos que
constituyen aportes de los signos culturales de cada momento histórico
y cultural, en un proceso dinámico de continua transformación.
Por ello es importante la promoción de estos encuentros lúdicos
y artísticos. Si partimos de la convicción y de la certeza de que la Cul-
tura y la Educación para la Paz se integran en un enfoque positivo
para dar sentido a la vida, estamos hablando entonces de caminos
hacia la convivencia, hacia la interacción pacífica y respetuosa, hacia
la comprensión del otro; estamos hablando de la diversidad cultural;
estamos hablando de tolerancia y equidad. Todos estos valores pueden
ser profundizados a través de la experiencia lúdica tanto en la vida
de niños, niñas y adolescentes como en la vida de los adultos, en pro-
cesos personales y comunitarios.
En este sentido, quiero destacar nuevamente la experiencia lati-
noamericana descrita en el Capítulo III, el Proyecto «Una Ludoteca
para ti» y que constituye un aspecto medular en este trabajo, por la
importancia de las Ludotecas comunitarias y por sus aportes a la pro-
moción de la cultura de la paz y en donde la animación que se brinda,
valoriza el juego como tal, sin distinción de edad.
La dimensión cultural del juego se integra y forma un todo con
su dimensión lúdica y social.
Por otra parte, el juego y la fiesta son a menudo los únicos
instrumentos para asegurar la transmisión oral de los valores culturales
de las comunidades carenciadas. Estas manifestaciones como lo hemos
visto en el Capítulo III, atraen hacia la Ludoteca a adultos que, de
otra manera, no la frecuentarían. Atraen a todo el vecindario, e incluso

162
los que aparentemente son más indiferentes o más reticentes, se dejan
atrapar, al menos como espectadores, por la música y el baile.

Numerosas comunidades latinoamericanas pueden dar lecciones de orgullo


cultural. Estos grupos sociales: pobres, sin recursos, olvidados, abandona-
dos a su propia suerte, carenciados; están siempre listos para festejar, bailar
y cantar. Con frecuencia tienen guardado un traje vistoso, insignias, globos
o banderas para destacar el otro lado de la vida: el de la exuberancia, del
ritmo de las tradiciones a pesar de las miserias profundas y a veces incluso
de la indigencia (Coupal, 1996: 25).

En el juego está presente la perennidad de las tradiciones, pues


a fin de cuentas, estas experiencias forman parte de procesos creativos,
donde progresivamente, incorporamos elementos de nuestra visión del
mundo y de nuestro propio sentido lúdico de la vida. La vida en la
Ludoteca brinda momentos propicios para la transmisión de tradiciones
específicas: bailes de antes y sus significados, juegos populares, historia
de los modos de vida, hábitos alimentarios, pues el preservar algunos
juegos tradicionales mantiene el espíritu festivo.
Así mismo, cabe destacar, cómo el juego en la Ludoteca se consti-
tuye en un camino de aprendizaje para reglas de vida. El hecho de
que se dé prioridad al juego libre y espontáneo, no significa que deba
reinar la anarquía en la experiencia de las Ludotecas comunitarias.

Las consignas que el niño debe respetar para lograr un buen funciona-
miento de su Ludoteca de barrio son factores que ayudan a aprender reglas
de vida. Como por ejemplo, los juguetes de la Ludoteca son considerados
como bienes colectivos y cada uno debe velar por conservar este bien en
buen estado. Saber elegir un juego, saber usarlo, ponerlo de nuevo en su
lugar, saber esperar su turno; reconocer el espacio reservado para cada tipo
de actividad, conservar en orden los espacios de juego, son acciones y acti-
tudes que desarrollan un medio propicio al aprendizaje de las reglas de
vida en grupo (1996: 29).

En fin, hemos visto la experiencia lúdica en diferentes facetas,


como experiencia individual y como experiencia comunitaria; hemos
visto sus dimensiones culturales y sociales. Hemos sentido su presencia

163
en la realidad y en el mundo de la fantasía. Hemos corroborado que
el juego en su más amplia dimensión constituye una necesidad y un
derecho de todos los seres humanos, y por supuesto, muy especialmente,
de todos los niños y las niñas del mundo. La Asociación Internacional
por el Derecho del Niño a Jugar (IPA), en su Declaración por el Dere-
cho del Niño a Jugar (1977), expresa que los niños son las bases del
futuro del mundo:

…Los niños han jugado a través de todos los tiempos y en todas las
culturas. El juego junto con los requerimientos básicos de nutrición, salud,
vivienda y educación, es vital para el desarrollo del potencial de todos los
niños.
El juego es instintivo, voluntario y espontáneo. El juego ayuda al desarrollo
físico, mental, social y emocional del niño.
El juego es una manera de vivir, no un mero pasatiempo (IPA, 1996: 13).

Esta Declaración debemos leerla conjuntamente con el Art. 31


de la Convención Internacional de los Derechos del Niño, adoptada
por la Asamblea General de las Naciones Unidas, que establece que
el niño tiene derecho al tiempo libre, al juego y a participar en activi-
dades culturales y artísticas.
Bueno, ya va llegando la hora de concluir esta disertación y para
ello, me aferraré nuevamente a la esperanza, porque en estos difíciles
tiempos que corren, no podemos avanzar sin su abrigo; le haré una
amorosa y cordial invitación a la alegría, porque es urgente su visita
y más que su visita, su permanencia, su presencia definitiva en nuestros
corazones y en nuestra sociedad, en el transcurrir cotidiano, de niños,
niñas y adultos. Y por supuesto que entiendo la experiencia lúdica
como parte esencial del ser humano para enriquecer su calidad de vida,
para construir la paz de cada día, de cada entorno sociocultural, aun
en aquellos donde priva el dolor y la desolación. No pretendo cerrar
los ojos frente a la adversidad que nos acompaña mundial y nacional-
mente, esto sería contradictorio y ubicaría mis reflexiones y mis pro-
puestas en un plano demasiado abstracto; pero justamente por tanta
adversidad socioeconómica, ética y espiritual, y, como afirma Carlos

164
Izquierdo (1999), esta hora es de exigencias. Y los adultos podemos
esperar para seguir siendo adultos, pero los niños no pueden esperar
para seguir siendo niños y los adultos, en los actuales momentos, tene-
mos la urgente necesidad de recuperar los tesoros de nuestra infancia;
nos urge recuperar la alegría, el ingenio, la risa, el ensueño, el acertijo,
la poesía.

…Del juego sí tenemos que ocuparnos, porque tenemos que mostrar a la


infancia el otro lado de la vida que se le quiere robar. Y hacerlo, tenaz y
amorosamente, con motivación al logro, dispuestos a oxigenar el espacio
vital de los niños y de nosotros mismos. Hacerlo a conciencia de que el
juego en sus manifestaciones tradicionales y modernas… actuará como
anticuerpos, como defensas ante los enfermizos tiempos que podemos…
(Izquierdo, C., 1990: 10).

Podría decir que las reflexiones de Carlos Izquierdo hoy en día


tienen aún mayor pertinencia, sobre todo por lo de la urgencia de oxige-
nar nuestro espacio vital y fundamentalmente en las actuales circuns-
tancias del país, donde hemos dejado de ser ciudadanas y ciudadanos
venezolanos para convertirnos en personas y grupos que se enfrentan,
que apoyan o adversan al gobierno, donde todas y todos, niñas, niños,
adolescentes y adultos, dejamos de jugar plácidamente, para incorporar-
nos al «no juego» de la intolerancia, del irrespeto, de la agresión, lo que
afecta profundamente nuestra calidad de vida.
Por todo ello y en medio de tanta adversidad, he considerado
importante la creación de una alternativa que nos acerque a la construc-
ción de nuevos espacios para la convivencia y que presentaré más
adelante. La Ludoteca Comunitaria, Una Alternativa para la Promoción
de la Paz, Lineamientos de una Propuesta.
Al cerrar este capítulo no puedo evitar la evocación de unas pala-
bras que escribí al terminar una jornada «maratónica» de trabajo en
Ciudad Bolívar, en una de las asesorías realizadas en la modalidad
de Estudios Universitarios Supervisados (EUS). Digo maratónica, pero
debo agregar «maravillosa sesión de trabajo» donde un grupo de alum-
nos estudió los procesos comunicativos de algunas manifestaciones

165
populares y tradicionales de la región. Y de pronto, en el avión en
medio de mi propia alienación, y de un enorme cansancio, tomé con-
ciencia de un hermoso obsequio de los estudiantes al culminar la ase-
soría. Un personaje risueño y galopante se apoderó de mi ser:

Recuerdos que van y vienen


Caballito de San Juan
Que galopas por la tierra
por el aire y por el mar
Que te montas en un avión
y te asomas por la ventana
para asustar a las nubes
Caballito de San Juan,
Que galopas de alegría
y te pones triste
si tus amigos se van
me pregunto
¿cuánto tiempo tendría yo sin jugar?...
Y tú, al verme arisca, apurada
y displicente quizás,
te metiste en mis ojos
te instalaste en mi pecho
y no quisiste salir más.
IZA, junio 1994

Sólo puedo agregar que en aquella asesoría, la calidad de vida


de nosotros (alumnos, alumnas y profesora) se enriqueció en ese mo-
mento y en muchos momentos de los días siguientes; porque ¿quién
nos quita lo «disfrutado»?, ¿quién nos borra aquel aprendizaje? ¿quién
nos quita la sonrisa en cada evocación de la experiencia?…
Por eso digo y parafraseando a Fernando Lucini: ¿Sueño? ¡Sí, claro
que sueño! Pero además Juego… y Existo...
Por estas tres razones fundamentales: por soñar, por jugar, por
existir; sobre todo porque creo profundamente en la fusión y en el
sentido de estas tres palabras, propongo los siguientes lineamientos
para la creación de Ludotecas comunitarias, para que puedan convertirse

166
en alternativas para la promoción de la cultura de la paz en nuestro
país; lineamientos donde podamos crear espacios para mirarnos nueva-
mente a los ojos, donde podamos recuperar la sonrisa, promover la
justicia social, recuperar la alegría, «disfrutarnos» en una sana conviven-
cia. Por eso digo… Querida Paz, te regalo una Ludoteca...

167
168
Capítulo V
La Ludoteca Comunitaria
Una alternativa para la promoción de la paz

(Lineamientos de una Propuesta)

…La Ludoteca, además de un recinto, es una institución y una filosofía:


frente a una sociedad utilitaria, defiende la utilidad del juego, frente a la
imposición, el protagonismo; frente a los niños de diseño, el niño libre y
creativo. No hablamos de un invernadero-laboratorio-claustro-refugio-
museo del juego, ni siquiera de un lugar, porque, ante todo, por encima de
su materialidad, al margen de su forma y organización, la Ludoteca es una
cuestión de principios, entre los que el derecho y la defensa del juego libre
ocupa un lugar central.
(Matallana y Villegas, 1999: 11)

ARGUMENTOS QUE SUSTENTAN LA PROPUESTA

A propósito del éxito, la paz y la sonrisa

La mayoría de las veces pensamos que el éxito está estrictamente


vinculado con el hecho de ser responsables y por lo general, no nos
percatamos de una de nuestras más grandes responsabilidades, la res-
ponsabilidad de sonreír.
¿Qué tiene que ver la sonrisa con la responsabilidad? Podemos pensar
también que se puede sonreír y ser irresponsable al mismo tiempo. Pero
si consideramos la sonrisa como una expresión profunda, que emana
de nuestro ser y que ilumina nuestro rostro cuando logramos asumir
quiénes somos y cómo somos, estamos enfrentando, quizás una de las
responsabilidades más significativas de nuestra vida. Es entonces cuando

169
comenzamos a recorrer el camino de nuestra verdadera realización. Es
como si en ese mismo instante, cuando empieza a acompañarnos esta
sonrisa, nos subiéramos en un tren, con destino a lo que algunos pueden
denominar realización personal y otros llaman plenitud del ser; otros,
sencillamente, lo identifican como éxito. Esta realización, esta plenitud
del ser, este camino hacia el éxito, están muy vinculados con una ade-
cuada relación entre el mundo de la realidad y el mundo del ensueño,
y de la fantasía. El primero nos proporciona hechos concretos, tangibles.
Es producto de la participación del ser humano en un contexto espe-
cífico, respondiendo a necesidades determinadas; el segundo, es el mun-
do que nos permite ponernos en contacto con otros aspectos vinculados
con nuestra esencia, con el despertar y el desarrollo de nuestra creativi-
dad. Es allí, donde nos encontramos con la plácida experiencia de
la imaginación, con el entorno reflexivo y con la fantasía. Nos acercamos
entonces al mundo creativo, al mundo de las artes, de las palabras,
de la música, de la literatura, de los juegos y de los juguetes. Es aquí
donde entramos en el universo de las cosmogonías, del origen de las
cosas. Es entonces cuando fusionamos en un solo bloque de signifi-
cación la fantasía y la realidad, fusión donde nos reencontramos con
nuestro propio ser y donde nos vinculamos, especialmente, con la expe-
riencia lúdica, donde logramos ser quienes somos realmente, en esencia
y a plenitud, tal como en su momento, afirmara Schiller: «Queda bien
entendido que el hombre sólo juega en cuanto es plenamente tal, y
sólo es hombre completo cuando juega» (Schiller, 1970:325).
Ahora bien, detenernos en la experiencia lúdica bajo una perspec-
tiva basada en el desarrollo del ser, tomar en cuenta la vivencia del juego,
como un factor significativo para el crecimiento personal me lleva a
otras consideraciones importantes, a la luz de la presentación de unos
lineamientos para la creación de una Ludoteca comunitaria como alter-
nativa para la promoción de Paz, y pensar en una propuesta como ésta,
me conduce a tomar en cuenta una experiencia para la integración
comunitaria, para el desarrollo no sólo personal sino para la animación
sociocultural y el desarrollo de valores como la solidaridad, la justicia,
la equidad, la comunicación e integración, la convivencia, la alegría,
entre otros.

170
Valorar y promover la Paz, no significa solamente crear programas
y proyectos para contrarrestar la violencia y la guerra; significa funda-
mentalmente creer que la construcción de la Paz se inicia en procesos
de evolución interior, en el desarrollo espiritual y emocional de cada
ser humano; pero este proceso, aunque en principio sea individual, no
se da de manera aislada; es necesario un proceso paralelo en el desarrollo
de una sociedad justa, libre y solidaria, haciendo hincapié en los derechos
humanos, respetando las diferencias, apoyando la promoción y defensa
de los derechos de niñas y niños, así como los derechos de la mujer
y de los adultos mayores.
Consciente de la estrecha relación existente entre vida, experiencia
lúdica y el desarrollo integral del ser humano. Con la certeza y con
la claridad de la importancia del mundo lúdico en la vida de todo
hombre y de toda mujer, como expresión de su legítima esencia, como
evidencia de una de las expresiones más significativas donde nos encon-
tramos con nosotros mismos. Convencida de la importancia del juego,
del mundo de la fantasía, de la ensoñación, como aspectos que tras-
cienden nuestro ser, que nos dan una ubicación en el mundo, propor-
cionándonos una experiencia «única» en el transcurrir de nuestros días
y con la claridad absoluta, sobre el significado de la experiencia lúdica,
como parte de una verdadera opción por la paz, quisiera presentar
estos lineamientos generales para una propuesta que considero de vital
importancia en el contexto educativo y cultural actual, donde observo
que en la mayoría de las ocasiones, se profundiza en los procesos y
en el desarrollo de la personalidad del ser humano, pero realmente,
pocos son los esfuerzos que realizamos por profundizar en la esencia
del mismo; esencia que encontramos en la infancia, en el niño, en su
capacidad de asombro, en su pureza, en su espontaneidad, y que subya-
cen en la vida del ser humano adulto.
Por último y recordando las palabras iniciales de esta reflexión,
sólo las personas que han jugado, que han disfrutado de la esencia
de la experiencia lúdica, son capaces de sonreír plenamente; sólo ellas
alcanzan y conocen el verdadero sentido del éxito en la vida, y en con-
secuencia, contribuyen a la promoción de una cultura de paz, aunque

171
en esta última vayan implícitos otros aspectos, como la justicia social,
la libertad y la solidaridad, entre otros.

La Ludoteca en el contexto educativo


y más allá de «sus paredes»

Después de conocer los resultados de las experiencias desarrolladas


a partir del Proyecto «Una Ludoteca para ti» realizado en varios países
de América Latina y considerando las características actuales de la rea-
lidad venezolana, me ha parecido de vital importancia el aporte que
puede proporcionar la creación de Ludotecas comunitarias en nuestro
país, fundamentalmente, para propiciar una convivencia más sana y,
en consecuencia, para mejorar nuestra calidad de vida.
Estos lineamientos se centran fundamentalmente en la creación
de Ludotecas que podrían ser desarrolladas en diferentes contextos
educativos y/o socioculturales, tomando en cuenta, entre otras posibi-
lidades, las alternativas de los proyectos pedagógico de plantel y del
proyecto pedagógico de aula en las escuelas, así como en diversos espa-
cios socioculturales: casas de cultura, museos, casa de la mujer, parques,
entre otros; o bien, podrían realizarse a partir de la interacción entre
la escuela y la comunidad, tomando en cuenta la participación de cada
uno de sus integrantes.
Quiero hacer hincapié en la importancia del juego, en el quehacer
cotidiano del ser humano, en el transcurrir de cada día, en la inmediatez
y en la trascendencia de la vida del ser humano, tomando en cuenta
que: «Las grandes ocupaciones primordiales de la convivencia humana
están ya impregnadas de juego…» (Huizinga, 1996: 27).
Considero que los docentes y los trabajadores culturales somos ar-
tesanos y artistas de la vida y así aprecio el universo educativo y cultural.
El docente y el trabajador cultural como los artesanos que amasan el
barro, que dan vida a la arcilla; moldean el corazón, la mente, el espíritu
del ser humano. El docente puede moldear y perfeccionar al ser humano
y así como el artesano convierte su obra en algo útil, además de imprimirle
belleza el docente debe formar para la vida, para el ejercicio cotidiano

172
de enfrentar la realidad, para un oficio intelectual, para una labor cientí-
fica o tecnológica, y el docente, como el artista debe trabajar para rea-
lizar una labor profundamente hermosa, cultivando seres humanos
sensibles, creativos y participativos.
Considerando este orden de ideas y tomando en cuenta, la nece-
sidad de crear y desarrollar proyectos que respondan a las necesidades
actuales de nuestro país, caracterizado, entre otras cosas, por: una
terrible polarización política y social; el incremento de los niveles de
violencia de nuestra población infantil y juvenil, menos favorecida
social y económicamente; el crecimiento progresivo de la intolerancia,
las escasas opciones recreativas y culturales que permitan el desarrollo
sano e integral de la comunidad, concibo la Ludoteca comunitaria
como un instrumento que permita en la práctica la conformación de
un espacio para la interacción entre la escuela y la comunidad, y que
a su vez promueva el desarrollo de actividades en el proceso de ense-
ñanza-aprendizaje, y la realización de actividades y encuentros entre
la comunidad local y la escuela. Todo ello, entendiendo que la Ludoteca
abrirá espacio para la convivencia, la recreación y la promoción de
la cultura de la paz.

La Ludoteca en la inmensidad íntima:

La Ludoteca debe ser un espacio para el encuentro con nosotros


mismos, debe llevarnos al cultivo del espíritu, debe acercarnos a la
esencia de nuestro ser. La experiencia lúdica puede elevarnos más allá
de la inmediatez del disfrute momentáneo, debe llevarnos a entrar en
contacto con nuestra «inmensidad íntima», esa inmensidad que tan bella-
mente nos describiera Gastón Bachelard:

…La inmensidad es, podría decirse, una categoría filosófica del ensueño.
Sin duda, el ensueño se nutre de diversos espectáculos, pero por una especie
de inclinación innata contempla la grandeza, la contemplación de la gran-
deza determina una actitud tan especial, un estado de alma tan particular,
que el ensueño pone al soñador fuera del mundo próximo, ante un mundo
que lleva el signo de un infinito… (1987:55)

173
En esta inmensidad íntima nos encontramos como personas;
nos valoramos como seres humanos; redimensionamos nuestro ser,
nuestra visión del mundo; redimensionamos nuestra concepción del
tiempo y del espacio en el quehacer cotidiano. Esta inmensidad íntima
que nos centra en nuestra experiencia interior y nos permite valorar-
nos, nos pone en contacto con el otro, nos lleva a valorar las semejan-
zas y a comprender las diferencias.
Esto es lo que deseo propiciar con la creación de la Ludoteca, la
que concibo como una experiencia para la vida. Esto implica que en
ella jugarán papeles importantes, diferentes factores; partiendo de la im-
portancia de la sonrisa como expresión lúdica; pasando por la fantasía,
el mundo de la imaginación y del ensueño, como aspectos significativos
en el desarrollo de hombres y mujeres, en la esencia del ser humano
y profundamente vinculados al juego y al mundo del juguete, del juguete
que creamos deteniéndonos en la importancia del juego en la experiencia
educativa, y sociocultural; haciendo hincapié en la necesidad del desarrollo
de procesos interactivos que nos lleven a combinar y a sumar individua-
lidades que pueden integrarse en acciones para una verdadera transfor-
mación de la realidad, llevándonos a una experiencia de animación y
de integración sociocultural.
En cualquier contexto donde actuemos, donde pretendamos
realizar una labor de transformación, no podremos convencer a nadie
si no estamos convencidos, y estoy convencida de la importancia de
la experiencia lúdica, de su trascendencia en la vida del ser humano.

Una Ludoteca para la Animación Socio-cultural

Puede surgir la pregunta ¿por qué se habla de una propuesta de


animación sociocultural, cuando se menciona el desarrollo del ser,
de la esencia del ser humano y en cierta forma, principalmente del
crecimiento personal? Y puedo responder a esta interrogante: los grupos,
las experiencias culturales, son entre otras cosas, la suma de un conjunto
de individualidades que tienen una inquietud, una búsqueda en común.
Los lineamientos de esta propuesta buscan una experiencia donde los

174
Esencia y transcendencia
del ser humano

Desarrollo integral
Ser
Crecimiento espiritual

en el Desarrollo espiritual

asignaturas
Contenidos en
Conocer de las áreas
en el Experiencias

La Ludoteca
comunitaria
promoción
de la paz
desarrollo
del currículo
en el estrategias
Hacer pedagógicas
actitudes
del docente

en la

proyecto pedagógico de aula

Convivencia
proyecto pedagógico plantel

en el

proceso de grupo escuela y comunidad

175
individuos involucrados en ella: niños y niñas, maestros y maestras,
grupos y trabajadores culturales, distintos actores y participantes de
la comunidad, crezcan como personas; desarrollen su sensibilidad, su
creatividad, su gusto estético, su amor por la naturaleza, por el juego
interactivo, por la solidaridad, por las cosas más sencillas, por las dife-
rentes expresiones de la cultura. Todo ello se logra a través del juego;
pero del juego como una experiencia vivencial, no como un recurso
para el aprendizaje, o como una técnica instruccional solamente. Me
preocupa sensibilizar, propiciar experiencias afectivas, comunicativas,
creativas, de evolución del ser, del mundo interior. No obstante, quiero
dejar claro que no sólo me interesa el proceso de enseñanza-aprendizaje
en el contexto de la educación formal y de manera más concreta, el
proceso de enseñanza-aprendizaje en el aula; ciertamente, hay que apro-
vechar el tiempo de paso por las aulas para crecer por dentro; pero
me motiva de manera especial el proceso de crecimiento en la vida
y esto me lleva a combinar las alternativas que nos ofrecen tanto los
contextos de la educación formal, así como los de la educación informal,
donde la animación sociocultural tiene un papel significativo.
Considero la creación de la Ludoteca como una alternativa para
desarrollar actividades y experiencias vivenciales que nos permitan pro-
fundizar las relaciones entre la comunidad y la escuela, a través de la
presencia del juego en la vida cotidiana y en todo el quehacer de niños
y niñas, adolescentes, hombres y mujeres.
Al considerar la experiencia de la Ludoteca como una experiencia
de animación sociocultural, estoy partiendo, del sentido original;
Animación:

Anima Vida Sentido Aliento


Animus Motivación Movimiento Dinamismo

Sara M. Badesa (1995) considera la animación sociocultural como


un proceso que da el aliento, la vida a la participación de los grupos.
La autora define la animación como un actuar sobre la realidad; así

176
como un actuar desde y en la realidad, poniendo en relación a las
personas con su entorno, con sus posibilidades, con su quehacer.
En este sentido, las Ludotecas y muy especialmente las Ludotecas
comunitarias responden a ese actuar «desde y en la realidad; tal como
lo reflejan las experiencias desarrolladas en algunos países de Europa
y de América Latina, como las que se describen en el Proyecto «Una
Ludoteca para ti» (1996).
En la Ludoteca, el espacio y el tiempo adquieren otra dimensión,
pues de la misma manera que el niño se asombra y descubre nuevas
cosas en su mundo de juguetes; el adulto también puede encontrarse
con el mundo de sus ensueños, de sus juegos y de su propia infancia,
al mismo tiempo que puede convertirse en un animador en la realiza-
ción de diversas actividades lúdicas. En la Ludoteca, el más preciado
tesoro lo constituye no solamente el juguete, a él se suman los niños
y las niñas, los adolescentes y adultos quienes se integran en procesos
de participación interactiva para jugar en libertad, para dar sentido
a la vida y fortalecer las relaciones entre las instituciones educativas,
culturales y la comunidad.
Autores como Trilla (1993), Badesa (1995), Ander Egg (1983;
2000), A. Martín (1988), sintetizan la experiencia y la caracterización
de la animación sociocultural en tres tendencias fundamentales: 1) Co-
mo un recurso técnico para la concientización y para entrar en comu-
nicación y resolver problemas; 2) Como un método de integración
y participación, cuya función principal se orienta hacia la adaptación
a las nuevas formas de la vida social; 3) Como una práctica social
basada en una pedagogía participativa. En resumen, la animación socio-
cultural es una de las metodologías de intervención social y en ella
caben perfectamente el quehacer y las funciones que se desarrollan
en las Ludotecas, particularmente, en las Ludotecas comunitarias.

177
La Ludoteca Comunitaria en el ámbito de la animación sociocultural

1 2 3

Recurso técnico para Método


la concientización de integración Práctica social
y para entrar en y participación
comunicación
y resolver problemas función principal
basada en

conlleva a adaptación a las una pedagogía


nuevas formas de participativa
vida social
actúa en
elaborar
modelos remedio factor de diferentes ámbitos
de intervención a desarrollo de la calidad de vida
en la realidad inadaptaciones social y
colectivo promoviendo
para establecer
participación
Favorece la iniciativa de la gente
proyectos
concretos Promoviendo en su
el desarrollo desarrollo
de cultural
personal social cultural creando
acción
dinamizadora espacios
en en niveles para
que potencian comunicación
grupos interpersonal
grupos la
sociales culturales en educación
comunicación
interactiva informal informal
para
a partir de integrando

experiencia familia escuela y


la creación escuela
lúdica
en
de
comunidad
Ludoteca comunidades Instituciones
comunitaria culturales

parques plazas calles otros

178
La Ludoteca será, finalmente, una propuesta alternativa para invo-
lucrar de manera directa e interactiva a los docentes, a los alumnos y
a la comunidad educativa y del entorno de la Escuela. La Ludoteca se
convertirá en un espacio para el desarrollo de personas exitosas, que
se acepten a sí mismas y que lo logren a través de sus propios encuentros
en experiencias lúdicas, a partir de una vivencia distinta del juego; del
juego no para aprender solamente, sino del juego para crecer interna-
mente. Propongo una Ludoteca, no plena de juguetes educativos, sino
llena de imaginación, de fantasía, de «juguetes-instrumentos» que nos
permitan crear y construir una nueva sociedad, a partir de una experiencia
distinta, concibiendo la escuela como centro comunitario, y concibiendo,
la Ludoteca como una experiencia y como un espacio itinerante en los
distintos procesos a desarrollarse tanto en la vida escolar como en su
entorno, donde a través de la animación cultural, se puedan generar
procesos para una verdadera promoción de la paz, a partir de actividades
que propicien la alegría, la equidad, la solidaridad, la participación ar-
mónica y entusiasta de niños, jóvenes y adultos.
Propongo la creación de Ludotecas comunitarias para promover
la Paz Positiva: no para contrarrestar la guerra, sino más bien para
construir y humanizar el espacio y el tiempo de los venezolanos y vene-
zolanas, tanto en las ciudades como en las pequeñas poblaciones de
las provincias; una Ludoteca para promover la defensa de los derechos
humanos y construir una sociedad más justa, más sana y ¿por qué
no?, más feliz… Es hora de asumir la felicidad como objetivo, no sólo
como objetivo personal, sino también como un objetivo social. Por
ello y para ello, he considerado la elaboración de estos lineamientos
generales para la creación de Ludotecas comunitarias como alternativa
para la promoción de la paz.

CÓMO SE CONCIBE LA LUDOTECA

La Ludoteca es espacio concebido para la recreación, la animación


cultural, dotado de juegos y juguetes, a través de los cuales se potencian
la imaginación, la creatividad y la participación interactiva de las per-
sonas que se incorporan a ella.

179
Quiero presentar una propuesta donde la Ludoteca puede ser algo
más que un espacio dotado de juegos y juguetes para el uso libre de
niños y jóvenes. Partiré de una definición más amplia de la Ludoteca,
la cual concibo como un espacio para:

• El desarrollo de la sensibilidad, la imaginación y la creatividad


de niños y jóvenes.
• La participación e integración de niños, niñas y adolescentes,
docentes y comunidad educativa en el contexto de la realidad
cotidiana de la escuela.
• El conocimiento de la cultura e historia de nuestro país y de
otros países, a partir de la historia del juguete y del desarrollo
de diferentes experiencias lúdicas.
• Valoración y preservación de nuestro medio ambiente.
• El rescate de la palabra oral y escrita como recurso lúdico.
• Aplicación del juego, el uso del juguete, como recursos para
enriquecer los procesos educativos formales y no formales.
• Desarrollo de valores como la responsabilidad, la solidaridad
y el sentido de pertenencia, a partir de la vinculación con el
mundo de los juguetes, tomando en cuenta que los mismos
no son sólo para el uso individual, también son para el uso
y beneficio colectivo de la comunidad.
• La socialización de los usuarios a través del establecimiento
de normas y reglas de funcionamiento, necesarias para acceder
al servicio.
• Desarrollo del sentimiento de pertenencia a su comunidad local
y consolidación de valores, a través del contacto con experiencias
lúdicas de personas mayores de la comunidad, bien sea porque
estas las trasfieren, motivadas a través de la Ludoteca, o porque
estas experiencias son divulgadas por los ludotecarios de
inventiva a través de las actividades lúdicas.
• Desarrollo de las destrezas físicas y de la capacidad de inventiva
a través de los talleres para la construcción de juguetes.

180
• Incremento de la autoestima de los usuarios, a partir de los
procesos comunicacionales establecidos y los logros alcanzados
en la realización de las actividades lúdicas.
• Transferencia de contenidos educativos hacia los usuarios es-
colarizados y no escolarizados.
• Transferencia de contenidos y experiencias comunitarias hacia
las actividades docentes.
• Creación, fortalecimiento y desarrollo de los Proyectos Pedagó-
gicos de Aula de Plantel.

La Ludoteca como espacio itinerante

Si no tengo mis juguetes hago igual recreación,


yo tengo una Ludoteca aquí en mi corazón.
JESÚS ROSAS M.

Si partimos de una concepción donde cada uno de nosotros, puede


ser una Ludoteca, en tanto que nuestro propio cuerpo es el primer
juguete que descubrimos desde niños, podemos hablar de la existencia
de un número infinito de Ludotecas en el mundo. Y personalmente,
parto de esta concepción; pero además creo que la Ludoteca no es sólo
un espacio físico, a este espacio sumo la visión del mundo, las actitudes
ante la vida, el entusiasmo, la creatividad y en consecuencia, nuestras
acciones, nuestro quehacer en el mundo lúdico de lo cotidiano.
Por ello considero que si bien es cierto que es ideal contar con
un espacio propio para la Ludoteca, también es cierto que el no contar
con este espacio físico no debe ser un obstáculo para el desarrollo de
la experiencia. No olvidemos que cualquier espacio puede ser interesan-
te para la actividad lúdica, siempre y cuando florezca la esencia del
niño de todo ser humano.
En este sentido, y mientras se logra la consecución de un espacio
apropiado para la Ludoteca, bien sea en una escuela, en un centro

181
cultural, recreativo, o en cualquier otro espacio comunitario, la Ludo-
teca puede y debe ser un espacio itinerante, aun, teniendo ese espacio
físico adecuado, pues la Ludoteca debe ser un espacio para la creatividad,
para la experiencia lúdica y la interacción social. Podemos profundizar
en la convivencia en la medida en que ampliemos nuestra participación.
Ésta es una opción interesante, que nos permitiría ir creando espacios
para la experiencia lúdica y para la «Ludoteca itinerante», que no tiene
que estar necesariamente plena de juguetes. Esta Ludoteca itinerante,
en principio debe estar constituida por personas que crean y valoren
la experiencia lúdica. Una Ludoteca itinerante puede ser una sesión
de narración oral y una colección de cuentos, una selección de poemas,
un grupo de cuentacuentos.
Esta Ludoteca itinerante puede ser una actitud festiva, una visión
del mundo, centrada en la creatividad, la alegría y la participación, puede
estar presente de igual forma en los espacios comunitarios, como en
el salón de clases, como a la hora del recreo, o en las casas de cultura,
en los museos y en los parques, en las plazas o en el centro comunitario,
con juguetes o sin juguetes.
Concibo la Ludoteca itinerante como una actitud ante la vida,
como una experiencia lúdica que trasciende el tiempo y el espacio,
más que un espacio de/con juguetes que pueda trasladarse de un lugar
a otro. Considero que la experiencia de la Ludoteca itinerante debe
ser el punto de partida para la creación de las Ludotecas comunitarias
que nos lleven progresivamente a crear espacios para la convivencia
y la promoción de la paz.

La animación y funcionamiento de la Ludoteca

• Se desarrollará a partir de la realización de actividades que pro-


mueven los Derechos de las Niñas, los Niños y los Adolescentes.
• Se logrará a través de la creación de espacios físicos y culturales
para compartir las experiencias lúdicas; y se considerará también
la Ludoteca como un espacio itinerante.

182
• A través de la organización de la comunidad para hacer de ésta
un espacio propio, contando con la participación de los adultos
mayores para el rescate de expresiones y juegos populares y
tradicionales.
• Realización de actividades vinculadas con el desarrollo cultural
socio recreativo, con la participación de niñas, niños, adoles-
centes y adultos.
• Con la participación de niños y niñas, en la acción contralora
de la actividad ludotecaria; se afianzará el sentido de pertenen-
cia, el respeto por los bienes compartidos, la responsabilidad
e integración comunitaria.
• Talleres de sensibilización sobre la experiencia lúdica.
• Experiencias y talleres vinculados con diferentes tipos de juegos
y juguetes.
• Organización de grupos de cuentacuentos.
• Creación de juegos e intercambios para la promoción de la Cul-
tura de la Paz, propiciando la participación de las comunidades.
• Formación de los ludotecarios en los diferentes ámbitos de la
comunidad, con la inclusión del ámbito escolar, las instituciones
culturales y recreativas.
• Desarrollo de encuentros y fiestas comunitarias con la parti-
cipación de la escuela y la comunidad.
• Realización de festivales de teatro, títeres, marionetas.

UNA PROPUESTA PARA FORTALECER LAS RELACIONES


ENTRE LA ESCUELA Y LA COMUNIDAD

Una experiencia como la creación de Ludotecas y, en especial,


de Ludotecas comunitarias no puede separarse de esta relación: escuela
y comunidad; bien sea porque la Ludoteca esté ubicada físicamente
en algún espacio de la escuela o en otro espacio de la comunidad local;

183
o bien, porque sea promovida por educadores o líderes e integrantes
de la comunidad. Sea cual sea el camino a seguir, siempre ha de ser
una alternativa para fortalecer las relaciones entre la escuela y la comu-
nidad, partiendo de la función integradora de la experiencia lúdica,
de la función social del juego y de su presencia en el entorno pedagógico.
La Ludoteca puede reunir a un conjunto de actores de la realidad
educativa y sociocultural: docentes; alumnos y alumnas; líderes comu-
nitarios, grupos culturales y deportivos organizados, niños, niñas, ado-
lescentes, adultos y personas de la tercera edad y en consecuencia, la
Ludoteca puede responder a un conjunto de inquietudes y necesida-
des sociales que a su vez pueden convertirse en necesidades de investi-
gación a ser desarrolladas, para profundizar, de esta forma, en diferentes
temas y variados aspectos de la realidad educativa, de la vida cotidiana
y del amplio universo sociocultural de las comunidades, abordando
aspectos como:

• Acercamiento y conocimiento del mundo lúdico desde la expe-


riencia personal y comunitaria.
• Un encuentro con el mundo de la infancia y con nuestra propia
experiencia lúdica; a partir del mundo de los ensueños y las
creaciones, de juegos, juguetes, recuerdos y actualización de
los mismos.
• Encuentro con las personas mayores de la comunidad para escu-
char sus cuentos e historias, en diferentes ámbitos de la escue-
la; en el aula y fuera de ella.
• Participación de los niños y jóvenes de la escuela en experiencias
organizadas por los miembros de centros comunitarios para
el desarrollo de actividades lúdicas y otras actividades de ani-
mación sociocultural.
• Encuentros entre los miembros de la comunidad educativa y
la comunidad local para el desarrollo de experiencias socioedu-
cativas que respondan a necesidades específicas de sus inte-
grantes.

184
PARA UN ACERCAMIENTO AL MUNDO LÚDICO
DESDE LA EXPERIENCIA PERSONAL Y COMUNITARIA

En el contexto de la Educación Informal

– En la vida familiar: Vinculación de la familia con la experiencia


lúdica, con los juegos y los juguetes. Participación y relación de los
padres con sus hijos, en torno a la experiencia del juego y la utilización
del juguete. El juego, formas, niveles y procesos de comunicación en
el entorno familiar. Los juegos y los juguetes tradicionales en el entorno
de la vida del niño y su familia. Niños, niñas, familias, juegos y juguetes
en relación con el tiempo y el espacio. El patio de la casa. Vs. espacios
encerrados de apartamentos. Vida familiar, juguetes contemporáneos
y alternativas comunicacionales.
– El juego en el entorno de la comunidad: Los juegos y las relaciones
con la comunidad; procesos de interacción; juguetes, juegos populares
y cultura de tradición oral. Experiencia lúdica, medios de comunicación,
nuevas tecnologías. Experiencia lúdica y vida cotidiana.
– En los diferentes ámbitos de las ciudades y en las poblaciones
de la provincia: parques, museos, plazas, centros comunitarios y recrea-
tivos, bibliotecas, y otras.

En la Educación Formal:
– En el contexto institucional: En la educación preescolar. En
la escuela básica, en la Primera y Segunda Etapa de la Educación Básica.
– En los procesos de enseñanza-aprendizaje en el aula: En el
desarrollo de las diferentes estrategias metodológicas; en las actividades
y con los recursos instruccionales utilizados. En los Proyectos Peda-
gógicos de Aula.
– En la participación de los docentes: Incorporación de la experien-
cia lúdica en los procesos de trabajo en el aula y fuera de ella. Rela-
ciones de comunicación de interacción establecida en estos procesos.
– Con la participación de los alumnos: En las diferentes maneras
de incorporarse a las actividades tanto académicas como lúdicas;

185
procesos de comunicación que establece, recursos que utiliza: partici-
pación creativa.
– En el tiempo y el espacio de recreo: Participación de niñas y
niños en la experiencia lúdica; tipos de juegos que desarrollan niños
y niñas; tipos de juguete que utilizan; áreas físicas de preferencia para
realizar los juegos; uso y sentido del tiempo y del espacio lúdico; jue-
gos en solitario y juegos en grupo; juegos cooperativos; juegos y juguetes
tradicionales.
– Participación de los docentes en las actividades del recreo:
Integración a las actividades realizadas por niños y niñas: observación
de las mismas, o creación de alternativas lúdicas para la participación
en el tiempo de recreo.

La Ludoteca en el Decenio Internacional de una Cultura


de Paz y no Violencia para los Niños del Mundo
La Organización de Naciones Unidas (ONU), a partir de su decre-
to 53/25 del 10 de noviembre de 1998, decretó el período 2001-2010
como el Decenio Internacional de una Cultura de Paz y no Violencia
para los Niños del Mundo. En el marco de este decreto se crea el Pro-
grama de Acción sobre una Cultura de Paz, propuesto también por la
ONU, el 13 de septiembre de 1999.
– En este sentido, la creación de Ludotecas y, especialmente, la
creación de Ludotecas comunitarias, se inscribe en: «medidas para pro-
mover una cultura de paz por medio de la educación: a) Revitalizar
las actividades nacionales y la cooperación… para todos, con miras
a lograr el desarrollo humano, social y económico y promover una
cultura de paz; b) Luchar porque los niños, desde la primera infancia,
reciban instrucción sobre valores, actitudes, comportamientos y estilos
de vida que les permitan resolver conflictos por medios pacíficos y en
un espíritu de respeto por la dignidad humana y de tolerancia y no
discriminación; c) Hacer que los niños participen en actividades en que
se les inculquen los valores y los objetivos de una cultura de paz [...]
(Resolución aprobada por la Asamblea General de la ONU 53/243

186
Declaración y Programa de sección social una cultura de paz, 6 de
octubre de 1999).
– El considerar la creación de las Ludotecas comunitarias como
una alternativa para la promoción de la paz, ya nos ubica en el marco
de estas medidas y de esta Resolución. No obstante, es a partir de la
concepción de la Ludoteca y de las actividades a desarrollarse en ella,
que trabajaremos realmente en función de la promoción de la cultura
de la paz y voy un poco más lejos, no es sólo a partir del desarrollo de
las actividades, es necesario una actitud ante la vida, una disposición,
una convicción en torno a la trascendencia de la experiencia lúdica, en
torno a la importancia del juego como espacio para la convivencia.
Por ello, dentro de las etapas a desarrollar para la creación de la Ludoteca
comunitaria, se considera altamente significativa la etapa de sensibi-
lización y motivación, donde se desarrollarán talleres y otras actividades
con maestras y maestros, con promotores, integrantes y líderes de la
comunidad, para profundizar en la filosofía de esta Propuesta.
– No podemos obviar que el mundo entero, que América Latina,
que Venezuela en particular, sufre grandes heridas, que el concepto y
la palabra «paz» nos suenan vacíos, frente a tanta agresión, intolerancia
y deshumanización. Sin embargo, nuestra misión como educadores y
educadoras y como animadores culturales, es darle sentido a la Propuesta
escrita de las Naciones Unidas; debemos trabajar por darle un verdadero
sentido creativo a la promoción de la cultura de la paz.
– Otro aspecto importante a ser considerado en la creación de
las Ludotecas, en el marco del Decenio Internacional de una Cultura
de Paz y No Violencia para los Niños del Mundo, es precisamente,
la promoción y divulgación de los Derechos de las Niñas y los Niños,
«La Convención de los Derechos del Niño fue ratificada por Venezuela
en agosto de 1990, por ello se hace necesario que en cada casa, escuela,
barrio, ciudad de nuestro país, toda la gente se sume a este gran movi-
miento destinado a mejorar la vida de los niños, niñas y jóvenes»
(Montero, 2000: 7).
Partiendo de la base que sustenta toda consideración sobre la
valoración de niñas y niños, como personas, como sujetos de derecho.

187
«No son objeto de caridad, atención y afecto. Ellos y ellas son sujetos
en desarrollo, que tienen ideas propias, necesidades específicas y pueden
expresar sus puntos de vista sobre la realidad y generar sus propias
formas de organización» (ob. cit, pág. 9); tomando en cuenta ese sublime
Derecho a la Participación de niños y niñas, la Ludoteca ha de conver-
tirse en un espacio para jugar, conocer y promover sus derechos, con
el apoyo de los adultos educadores, promotores culturales e integrantes
de la comunidad.
La Ludoteca comunitaria ha de ser un espacio para la promoción
de los derechos humanos de los niños y niñas, de jóvenes, de mujeres
y hombres, un espacio para la creatividad, la alegría, la interacción social,
para la justicia y la solidaridad, en fin, para una convivencia sana y
en paz.

ALGUNOS ASPECTOS DE ORGANIZACIÓN

Consideraciones Preliminares Importantes:

1. La creación y funcionamiento de la Ludoteca comunitaria podrá


contar con el apoyo y asesoramiento de una institución coordinadora,
que bien puede ser una escuela básica, una casa de cultura, un museo;
un parque y/o centro recreativo; o una institución universitaria, valga
decir: la Escuela de Educación de la UCV, a partir del trabajo coordi-
nado de la Mención de Educación Preescolar, Primera Etapa de Educa-
ción Básica, y la Mención de Proyectos Educativos. O bien, podrá
crearse a partir de los procesos comunitarios, en función de las inquie-
tudes, necesidades o iniciativas de la comunidad.
Esta institución coordinadora y/o de apoyo debe ser conocedora
de la realidad y necesidades específicas de la comunidad, por otra parte,
debe involucrarse progresivamente, de forma comprometida con todo
el proceso de creación, implantación, desarrollo de las actividades y
evaluación de la experiencia de la Ludoteca.
2. En caso de que la selección de la comunidad se haga desde la
institución coordinadora de la Ludoteca, bien sea una institución edu-
cativa o cultural, bien sea una escuela, una casa de cultura, un museo,

188
un centro recreativo, una institución universitaria, entre otras, no perde-
rá de vista que la comunidad debe formar parte de este proceso crea-
tivo de la Ludoteca.
En este sentido se ha considerado importante hacer hincapié en
dos premisas significativas, en primer lugar: esta selección deberá aten-
der a las necesidades de los sectores de menores recursos socioeconó-
micos y con menores posibilidades de acceso a alternativas culturales
y sociorrecreativas y, en segundo lugar: esta selección debe hacerse a
partir de un conjunto de actividades de sensibilización que motiven e
incorporen progresivamente a la comunidad beneficiaria de la Ludoteca.
3. En la Ludoteca que contará con el apoyo de una institución
coordinadora y/o asesora, podrán intervenir, a corto plazo, empresas
privadas que serán invitadas a participar como amigos financistas de
esta propuesta, donde la comunidad cumpla un rol protagónico.

La Ludoteca se estructurará organizativamente


de la siguiente manera:

Área de Asesoría y Coordinación General: Encargada de la plani-


ficación, funcionamiento, coordinación y evaluación del proceso de
desarrollo de las actividades de la Ludoteca, bajo las directrices de la insti-
tución coordinadora de los responsables del Proyecto.
Área de Investigación, Promoción y Capacitación: Encargada
de delinear y desarrollar las áreas de investigación sobre lo relacionado
con el juego y los juguetes, la promoción de las actividades de la Ludo-
teca la capacitación del personal, colaboradores, usuarios y público
en general, y por supuesto, sobre todo lo relacionado con el seguimiento
y evaluación del Proyecto de la Ludoteca comunitaria.
En esta área se estructurarán y ejecutarán los talleres fundamentales
que darán vida al inicio y realización progresiva de las diferentes acti-
vidades de la Ludoteca. Esta unidad estará vinculada directamente con
la comunidad local y con la comunidad educativa, de la siguiente manera:
Con la Comunidad Local: Realizando vínculos, captando amigos
y posibles colaboradores, conociendo las características de sus habitantes

189
y sus tradiciones; tomando de ellos, insumos para la realización de acti-
vidades en la Ludoteca y en la escuela.
Con la Escuela: Vinculada directamente con el personal docente
y con los alumnos y alumnas, intercambiando información, proyec-
tando actividades relacionadas con los requerimientos del aula y fuera
de ella, las cuales pueden ser aplicadas en la Ludoteca, como aporte
para sus usuarios.
Con el Consejo Comunal: Es un órgano de consulta hacia los
sectores que intervienen en la Ludoteca. Esto permitirá observar y aten-
der necesidades y problemas de los participantes, relacionados con la
Ludoteca y a la vez será una instancia que permitirá la interacción
entre los representantes de los diferentes sectores de la comunidad
que intervienen en la Ludoteca. Estará constituido por representantes
de la escuela, asociación de vecinos comerciantes, amas de casa, jóvenes
y líderes de la comunidad y todos aquellos voluntarios que manifiesten
interés y participación.

ETAPAS DE DESARROLLO

Etapa N˚ 1: Sensibilización y Motivación


Tiene una duración de cuatro (4) meses. Se plantean tres líneas
de acción:

– Información general sobre el Proyecto Ludoteca a la comunidad


educativa, si es una Escuela, o a la comunidad local y/o a la
institución donde se desarrollará la experiencia.
– Sensibilización general de la comunidad sobre la importancia
de la actividad lúdica y la creación de la Ludoteca.
– Inicio de la conformación del Servicio Ludotecario.

En función de estas líneas se ha considerado un conjunto de


actividades:
– Desarrollo de una investigación previa enmarcada en la meto-
dología de la Investigación-Acción.

190
– Reuniones explicativas
– Conformación de equipos de trabajo
– Selección y ubicación del local
– Exposición de juguetes
– Talleres sobre juguetes
– Demarcación de juegos en espacios de la escuela y/o centro
cultural
– Talleres de sensibilización dirigidos a los docentes y/o anima-
dores culturales y a los participantes de la comunidad local.
– Actividades de narración oral
– Trabajos de organización del Servicio Ludotecario
– Solicitud de donaciones

Etapa N˚ 2: Inicio y Desarrollo del Servicio Ludotecario

Tiene una duración aproximada de cuatro (4) meses:

– Dotación del local y funcionamiento del servicio ludotecario


– Incorporación de la comunidad como beneficiaria directa del
servicio
– Relación con la comunidad docente para crear experiencias
lúdicas en pro de las áreas pedagógica, cultural y recreacional
– Relación con la comunidad local para crear experiencias cultu-
rales y recreacionales

En función de estas líneas se realizarán los siguientes pasos:

– Solicitud de donación de juguetes (selección y clasificación de


juguetes)
– Desarrollo de esquema organizativo
– Talleres de sensibilización a representantes
– Intercambio y reflexión de experiencias con docentes

191
– Desarrollo de experiencias lúdicas en espacios de la escuela y/
o institución cultural

Etapa N˚ 3: Profundización de la experiencia, servicio


Ludotecario y participación comunitaria

Tiene una duración aproximada de cuatro (4) meses


1. Consolidación del servicio ludotecario, a través de la estructura
organizativa
2. Aplicación de experiencias lúdicas en áreas pedagógica, cultural
y recreacional
3. Consolidar vínculos entre la Ludoteca y la comunidad local
4. Incorporación de recursos humanos especializados en el servicio
ludotecario y miembros de la comunidad a este servicio
5. Desarrollo de talleres de actividades lúdicas
6. Desarrollo de talleres de formación con otros especialistas
7. Continuación de dotación de materiales lúdicos

En esta etapa se profundizará en el trabajo desarrollado inicialmen-


te, consolidando así no sólo la participación de la escuela y la comunidad
en las actividades a realizarse en la Ludoteca, sino que se abrirán caminos
para la investigación en diferentes áreas del juego y su vinculación con
la vida cotidiana y la experiencia educativa. Igualmente, se desarrollarán
experiencias de investigación en torno a los juegos y juguetes tradicio-
nales, propios de la localidad; esto permitirá además la participación
efectiva de la comunidad y facilitará de esta manera la promoción de
los mismos, en un contexto de verdadera animación sociocultural.

Etapa N˚ 4: Evaluación de la Experiencia

Esta etapa concierne específicamente a la Evaluación. En este


sentido es necesario hacer algunas precisiones:
– Aunque se enuncia en esta etapa la Evaluación no corresponde

192
solamente a ella. La Evaluación se realizará de manera progre-
siva, desde el inicio de la experiencia en la Ludoteca.
– Los criterios de la Evaluación serán creados, tomando en cuenta
las características, exigencias, productos y metas planteadas y
con la participación de todos los involucrados en el proceso.

ASPECTOS BÁSICOS PARA EL FUNCIONAMIENTO


DE LA LUDOTECA COMUNITARIA

Después de conocer los planteamientos de algunos especialistas:


investigadores, creadores y ejecutores de experiencias sobre distintos
tipos de Ludotecas (tales como María de Borja Solé (1981; 1994), pionera
en el estudio y creación de Ludotecas en España; López Matallana
y Villegas (1999), promotores de una rica experiencia, en la creación y
animación de Ludotecas, también en varias ciudades españolas; así
como las experiencias narradas por los autores del Proyecto «Una Lu-
doteca para ti» (1997), desarrolladas en varios países de América La-
tina, paralelamente a la creación de las Ludotecas NAVES en Colombia
y después de haber participado personalmente en la elaboración de
varias propuestas para la creación de Ludotecas (1995-2000), he llegado
a algunas consideraciones, sobre los Aspectos Básicos necesarios para
el funcionamiento de las Ludotecas comunitarias, y son los que propon-
go en el marco de estos lineamientos:

1. Creación de espacios comunitarios para la participación, la


recreación y la animación socio-cultural: especialmente dirigi-
dos a dar respuestas a las necesidades de la comunidad, a partir
de las actividades realizadas en la Ludoteca.
El espacio en la Ludoteca no es sólo un espacio físico o geográfico
–una habitación un salón de clases, un terreno baldío, una sala
de juegos–. A este espacio específico debemos incorporarle un con-
junto de posibilidades espaciales que pueden pasar por el «espacio
interno» de la motivación, del entusiasmo y la creatividad, de la
alegría y el juego, de la tranquilidad y la paz interior; posibilidades

193
espaciales, vinculadas con el entorno donde es creada la Ludoteca
y particularmente con las características y necesidades de sus
usuarios.
– Pero sí es bueno contar con un espacio propicio para la Ludo-
teca, donde puedan desarrollarse variados tipos de actividades.
Es importante saber aprovechar todos los recursos espaciales que
se tienen a disposición; crear una especie de escenografía que permita,
propicie y sirva de ambiente a las actividades lúdicas.
También habrán de tomarse en cuenta la instalación técnica,
la iluminación, el mobiliario, la ventilación, el suelo, las propias
barreras físicas y la rapidez de limpieza y ordenación de cada
sector.
Aunque lo más importante será, sin duda, lograr una buena
separación de las áreas de juego, que distribuya sin interferencias
los espacios, los juguetes, las actividades y los usuarios mismos
durante la sesión. Esta distribución habrá de ser flexible y rever-
sible, con el fin de que los niños puedan transformar su espa-
cio de juego siempre que lo deseen. Según un estudio realizado
por Smith Connolly en 1985, existen dos grandes tipos de
espacios: los amplios y diáfanos que sugieren un tipo de acti-
vidad más horizontal dinámica –carreras–, y los espacios re-
ducidos, cuya actividad predominante es vertical y sedentaria
–estar sentado, deslizarse–
– Para algunos autores (Peñalba, 2000) el espacio de la Ludoteca
debería contar por lo menos con unos 150 m2, para la distribu-
ción de diferentes áreas:

• Calle o patio exterior para juegos de movimiento o prede-


portivos
• Zona cálida para juegos de acción grupal y asambleas
• Espacio diáfano o escenario para el juego simbólico o dra-
mático
• Área tranquila o silenciosa para juegos individuales o para
la biblioteca

194
• Mesas y sillas para juegos estáticos, construcciones y talleres
de manualidades; aconsejable que se encuentren cerca de
lavamanos fuentes de agua.
Esto sería ideal, pero no olvidemos que el espacio físico no
es lo más importante en la creación de las Ludotecas comuni-
tarias. Recordemos también lo que planteábamos al principio,
sobre la concepción de la Ludoteca como espacio itinerante
en el ámbito comunitario y considero firmemente, que es a
partir de allí y con esta experiencia, donde se debe iniciar el
proceso para la creación de las Ludotecas comunitarias.

2. Creación de un fondo de juguetes y objetos Lúdicos


– Éste debe responder a varios criterios específicos: a) Los juguetes
y objetos lúdicos deberán ser seleccionados tomando en cuenta
las necesidades y características de la población de usuarios
de la Ludoteca. b) En esta selección deberán participar no sólo
los profesionales especialistas (educadores, animadores cultura-
les, psicopedagogos, otros), también participarán los integran-
tes de la comunidad, incluyendo niñas, niños y adultos; c) Para
la consecución de los juguetes y de otros objetos lúdicos deben
realizarse acciones que no impliquen solamente el abastecimien-
to por parte de empresas privadas, financistas y amigos de la
Ludoteca; por otra parte, debe considerarse el desarrollo de un
proceso de autogestión, a partir de la elaboración de juguetes
y objetos lúdicos; así como, en la realización de talleres para los
distintos grupos de usuarios de la Ludoteca.
– En cuanto a lo que consideramos juguetes lúdicos, no podemos
perder de vista que éstos son un medio y un motor para el juego
y que cada jugador llena a estos juguetes de significado para su
actividad lúdica. Es justamente en el instante que cada jugador
llena de significados a los objetos, cuando éstos se convierten
en juguetes y en objetos de espacios lúdicos.
Para muchos educadores, psicopedagogos, psicólogos y otros
especialistas, los juguetes ayudan al desarrollo infantil, apoyan

195
su proceso de integración social; desarrollan su creatividad, res-
ponden a sus necesidades.
En este sentido, se pueden considerar juguetes y materiales lú-
dicos los siguientes:

• Juguetes específicos propiamente dichos, construidos artesa-


nal o industrialmente por el hombre para tal fin.
• Objetos de la vida cotidiana, como cucharas, chapas, palos,
a los que el niño otorga un significado simbólico durante
su juego.
• Las construcciones y creaciones usadas por los niños para
jugar, como las imitaciones de juguetes conocidos, inventos,
disfraces…
• Los ejemplos que ofrecen temas para el juego, como los cuen-
tos, los tebeos, las películas, simulaciones de la vida misma,
experiencias infantiles, juegos conocidos de la televisión, etc.
• Juguetes para jugar en gran grupo, material para talleres
• Juguetes o juegos para jugar en pequeños grupos
• Bagatelas: metas, cromos, cajas, anillos, calcomanías, etc.
• Juguetes individuales como puzzles, muñecas y ¿videojuegos?
• Materiales de papelería y otros para el desarrollo de juegos
cooperativos
• Juegos y juguetes tradicionales
• Juguetes y juegos de construcción
• Otros juguetes y juegos variados que permitan la promoción
de los derechos humanos y de la cultura de la paz.

3. Acompañamiento de Especialistas
En una Ludoteca comunitaria, como la que se pretende crear, es
importante no sólo la participación y el apoyo del personal ludote-
cario que sería, en todo caso, el especializado en materia de funciones
de animación de la Ludoteca, especialización que puede adquirirse

196
progresivamente, sobre la materia, en el proceso de creación, implan-
tación y desarrollo de las actividades en la Ludoteca; esto, indepen-
dientemente de que el ludotecario en algunos países, como Francia,
por ejemplo, el ludotecario es un profesional, formado para tal
fin. Sin embargo, además del o los ludotecarios, es importante
la incorporación de educadores, psicopedagogos, animadores cul-
turales, sociólogos que puedan acompañar y enriquecer los proce-
sos que se desarrollan en la comunidad, en los contextos educativos
formales y no formales.
Esta incorporación y acompañamiento requieren de un compro-
miso y una actitud crítica y reflexiva sobre a la experiencia.

4. Una Propuesta de Animación Sociocultural


Esta Propuesta está muy vinculada con todo lo que se ha planteado
y con lo que se presentará a continuación; es el centro para la acción
en la Ludoteca comunitaria, tal como lo hemos podido conocer,
a través de las experiencias desarrolladas en el Proyecto «Una Ludo-
teca para ti», realizado en varios países de América Latina.
Una Ludoteca comunitaria requiere en sí misma de una propuesta
de Animación Sociocultural, pues se inscribe en la filosofía de
la misma como experiencia socioeducativa, donde se involucran
en la misma medida: integrantes de la comunidad; personal de
la(s) institución(es) que dirigen y/o asesoran los proyectos; edu-
cadores, animadores culturales; jóvenes, niñas y niños y, de manera
muy especial, los adultos mayores o personas de la tercera edad.
A partir de una Propuesta de Animación Sociocultural se generan
actividades y procesos donde todos los actores se involucran
progresivamente, en el marco de una experiencia socioeducativa
y permanente, cuyo objetivo, tal como lo afirma Borja (1981),
es el desarrollo global del individuo y la renovación social de
la comunidad.
En esta Propuesta de Animación Sociocultural, se consideran im-
portantes diferentes ámbitos de acción y sus funciones:

197
• La experiencia educativa y la animación del tiempo libre.
• La planificación de actividades y su desarrollo en la Ludoteca.
• La función administrativa en torno al préstamo de juguetes
y creación de espacios lúdicos.
• Procesos de mantenimiento de las instalaciones y los recursos.
• Experiencias de investigación sobre diferentes aspectos de la
experiencia lúdica; participación de niños y niñas en eventos
lúdicos; tipos de juegos y juguetes; tecnologías de información
y comunicación, entre otros.
• Promoción y divulgación de los procesos y experiencias desa-
rrolladas en la Ludoteca.

5. Un Programa de Actividades en Torno a la Experiencia Lúdica


El Programa de Actividades a desarrollarse en la Ludoteca, es el
corazón que hace latir la vida de esta experiencia, es el centro
de la animación sociocultural.
Esta propuesta de actividades puede inscribirse en varias moda-
lidades:

• Actividades individuales y libres en el ámbito de la Ludoteca.


• Actividades grupales programadas en el ámbito de la Ludoteca
o fuera de ella.
• Actividades lúdicas a realizarse en el ámbito a partir de la
concepción de la Ludoteca itinerante.
• Actividades programadas, centradas en áreas de interés muy
específicas, manifestadas por los usuarios de la Ludoteca.
• Actividades programadas diariamente, siguiendo un esquema
fijo, con los usuarios o población más o menos estable de la
Ludoteca.

SOBRE LOS RECURSOS

– En el marco de los lineamientos de esta Propuesta para la crea-


ción de una Ludoteca comunitaria, lo concerniente a los recur-

198
sos necesarios para su implantación debe ser considerado por
la institución y/o comunidad que asuma el Proyecto, sin perder
de vista las características de la propuesta, como experiencia
comunitaria, donde deben generarse procesos de autogestión;
pero al mismo tiempo, sin dejar de considerar que son nece-
sarios unos recursos financieros básicos para llevar a cabo la
Propuesta que debe contar con un presupuesto para atender
necesidades como: pago de personal; equipos, materiales y su-
ministros necesarios para el funcionamiento de la Ludoteca,
juegos y juguetes, etc.
– Se propone trabajar en función de la búsqueda de financistas
del proyecto o Amigos de la Ludoteca.
– Se propone la creación de actividades (cursos, talleres, otras)
que nazcan y se promuevan de iniciativas de la comunidad, para
la autogestión del proyecto. Esto no sólo generará ingresos para
el funcionamiento sino que constituirá un aporte significativo
en la creación y producción de insumos, para el funcionamiento
de la Ludoteca.

MUEBLES Y EQUIPOS: Dos escritorios pequeños, un mesón


para reuniones y trabajo, seis sillas plegables, un pizarrón magnético,
un grabador tipo periodista, un archivador, un estante para libros, un
fichero, una cámara fotográfica, un televisor y un VHS, materiales
de papelería y suministro para oficina.
ÁREA DE ALMACÉN Y TALLERES: Será un área para el depó-
sito de juguetes sobrantes y dañados. Además servirá para el desarrollo
de los diferentes talleres, tales como el de construcción de juguetes
con material desechable, otros.
EQUIPOS: Mesón de trabajo, tres estantes para colocar juguetes
y materiales, un baúl para guardar herramientas, diez sillas plegables.
MATERIALES Y SUMINISTROS: Tijeras para cortar cartón,
martillos, destornilladores, pinturas de varios colores, teñidores, otros.

199
INVENTARIO DE ACTIVIDADES

Considerar la posibilidad de crear una Ludoteca comunitaria para


la promoción de una Cultura de la Paz conduce necesariamente a tomar
en cuenta la realización de un conjunto de actividades y de estrategias
pedagógicas y recreativas, así como otras tareas, tanto en el entorno
de la escuela, bien sea en el aula de clases y en otros espacios de la
vida escolar, o en los ambientes cercanos, culturales y recreativos, vincu-
lados con el acontecer, de la vida cotidiana en la comunidad. Presentaré
en principio, un grupo de actividades donde pienso, pueden participar
no sólo los niños y las niñas de las diferentes instituciones escolares,
y/o socioculturales que se incorporen en la creación de la Ludoteca,
sino también, los maestros y las maestras, así como los demás ciudada-
nos y ciudadanas de las comunidades cercanas a la escuela, y/o institu-
ciones culturales, o bien en espacios creados para la(s) Ludoteca(s).
Los lineamientos de esta propuesta se inscriben en el ámbito de
la Educación para la Paz, y educar para la paz significa entre otras cosas,
«educar para no ser indiferentes». Una manera de no ser indiferentes
es estar atentos a lo que podemos dar a los demás.
En este sentido, las actividades que se presentan a continuación
constituyen una invitación al crecimiento personal y a la solidaridad;
pues no podemos dar lo que no tenemos. Necesitamos realizarnos, desa-
rrollarnos, crecer moral y espiritualmente para tejer las redes de la paz,
para construir espacios para una verdadera convivencia.
Las actitudes que tenemos en la vida hacia nosotros mismos y hacia
los demás son susceptibles de ser transformadas mediante experiencias
educativas, culturales y recreativas, que a final de cuentas pueden inte-
grarse en un solo bloque significativo, unido a procesos graduales que
permitan el desarrollo de actitudes para la convivencia, para la no vio-
lencia, nacidas desde el interior de cada persona y proyectadas hacia
una mirada global del mundo.
Las actividades que se proponen a continuación constituyen, por
una parte, una recopilación de diversos autores y fuentes y, por otra
parte, un conjunto de actividades de elaboración propia, a partir del

200
desarrollo de experiencias realizadas tanto en el ámbito de la educación
formal como en experiencias recreativas y de animación sociocultural
en la educación informal.
Estas actividades se han organizado por áreas. Muchas de ellas son
sencillamente enunciadas y justificadas, partiendo de la base de unos
lineamientos generales que, a la hora de implantar la Ludoteca podrán
seleccionarse y/o ampliarse para la ejecución de cada uno de sus pasos
en los diversos ámbitos donde funcione la Ludoteca, sin olvidar que
la Ludoteca puede ser un espacio itinerante.
Otras actividades son descritas más ampliamente, pensando en
la posibilidad de aplicarlas en diferentes ámbitos socioculturales, recrea-
tivos y educativos, y para presentar algunas experiencias que puedan
servir como ejemplos a desarrollar en la Ludoteca, que permitan a su
vez, construir las bases para crear y recrear nuevas actividades.

201
LAS FUENTES UTILIZADAS FUERON LAS SIGUIENTES

• Juegos elaborados, por el Servicio Paz y Justicia, SERPAJ (1996). Paraguay.


• López Matallana y Villegas (2000) Organización y Animación de Ludotecas,
Barcelona, España.
• Zerpa A. Isabel: (1994) Propuesta de Actividades Culturales Recreativas
(1993); Programa de Animación Sociocultural. Caracas, Instituto Nacional
del Menor
• Una Ludoteca para los Niños del INAM (1995), Caracas.
• Inventario de Actividades y Estrategias para la Promoción de la Cultura de la
Paz, para las Escuelas de Fe y Alegría (1999), Caracas. Escuela de Gerencia
Social de Fe y Alegría.

202
Un decálogo para la Ludoteca

1. Todas las experiencias desarrolladas en la Ludoteca deben conducir


a sus beneficiarios a la valoración del juego, como un instrumento
que permite el cultivo de espíritu y el crecimiento integral del ser
humano.
2. Las vivencias de la Ludoteca deben favorecer la valoración del
juguete como un recurso para el enriquecimiento de la sensibilidad
y de la creatividad en la vida de niñas y niños.
3. La palabra, la literatura y el juego van tomados de las manos y
necesitamos extender una ronda junto a ellos en el contexto de
la Ludoteca.
4. Juegos, libros y juguetes deben humanizar el espacio y el tiempo
de niños, niñas y adultos y de la comunidad de la escuela y de
su entorno.
5. Los juguetes y juegos tradicionales deben ser valorados en la Lu-
doteca como expresiones significativas que refuercen la identidad
cultural de sus beneficiarios: niñas y niños, adolescentes y adultos;
alumnos, maestros, comunidad.
6. Los abuelos y las abuelas, también son protagonistas en la Ludoteca.
Ellos tienen mucho que enseñarnos y que disfrutar. Ellos promue-
ven sentimientos de arraigo; de pertenencia, a partir del recuerdo
de sus vivencias lúdicas, cuentos, historias, juegos, canciones y
costumbres.

203
7. La Ludoteca debe propiciar verdaderos aprendizajes significativos,
donde la fantasía, la creatividad y la libertad sean las bases fun-
damentales.
8. La cooperación y la solidaridad deben ser las fuentes primordiales
para interrelacionar el trabajo a realizarse entre la escuela y la
comunidad.
9. Las actividades en la Ludoteca deben formar parte de la rutina coti-
diana de la escuela y de la vida comunitaria; no deben ser conside-
radas sólo como actividades especiales en situaciones eventuales.
10. La Ludoteca, la imaginación, el conocimiento y la creatividad
interactiva deben conducir a realizar una verdadera experiencia
de animación socio-cultural en el contexto de la escuela y de la
comunidad, un contexto que debemos llenar de vida verdadera,
creando de esta forma, experiencia para una cultura de sana con-
vivencia y de promoción de la Paz.

204
¡Juguetes del Mundo, llegó la hora de unirse! Salgamos
de los límites de las estanterías. Quitemos los cristales de
las jugueterías y vayamos más allá, donde no llegan los
ecos de los videos y de los CD de las computadoras; Lle-
nemos los cielos de Sarajevo, de Irak, con cometas de colores
que sonrojen y pudran de envidia a las bombas de vuelo
rutinario…
¡Juguetes de Venezuela! Corramos tras la cola del papagayo
de los sueños. Bailemos al son de la zaranda y del gurrufío.
¡Vamos! Rescatemos la alegría y la paz para las niñas y
los niños venezolanos. Llenemos el cielo de Venezuela, de
globos y burbujas de colores. Galopemos por sus caminos
en caballitos de San Juan y no permitamos que nos roben
la sonrisa! Vamos. Es Hora de Jugar!

(Adaptación y recreación del Texto


«Cometas y Mecanos sin Fronteras»
de López Matallana y Villegas, 2000)

205
Jugando juntos construimos la paz

A continuación se presenta una selección de Juegos elabo-


rados por el Servicio Paz y Justicia SERPAJ de Paraguay
(1996).
Se incluyen juegos para el desarrollo de la comunicación,
la autoestima y la resolución de conflictos.
Los juegos y las dinámicas que se presentan a continuación
pretenden que tanto los/as participantes como los encarga-
dos del grupo podamos ir potenciando los aspectos positivos
de cada uno/una, mejorando así la percepción de nosotros/
as mismos y en consecuencia nuestra relación con los otros.
Consideramos la autoestima como el aprecio y conside-
ración hacia uno mismo. Se manifiesta en nuestra forma
habitual de pensar, sentir y comportarnos. Una autoestima
elevada se traduce en el cuidado del propio cuerpo, la con-
fianza en las propias capacidades y habilidades, así como
en el respeto hacia uno mismo y los demás.
Los juegos y las dinámicas están organizados de manera
que trabajamos en primer lugar, con el reconocimiento
del propio cuerpo, mejorando la autopercepción y la acep-
tación de uno mismo frente al grupo en forma verbal y
no verbal. Los siguientes, favorecen el desarrollo de la con-
fianza en el grupo y la expresión de sentimientos y emo-
ciones hacia los demás. (SERPAJ, 1996).

206
Mi cuerpo y yo

Consiste en: Expresar sentimientos y/o sensaciones a través del


cuerpo.
Edad: A partir de 5 años.
Materiales: Ninguno.
Desarrollo: Nos sentamos en un círculo y preguntamos sobre lo que
le pasa a nuestro cuerpo cuando sentimos frío o calor,
cuando estamos enojados, tenemos miedo, sentimos do-
lor, alegría, y/u otros sentimientos o sensaciones.
Una vez que todos los/as niños/as se hayan expresado,
les proponemos jugar a la mímica.
Elegimos a un/a niño/a, en secreto le decimos que imite
a una persona enojada. Los/as demás compañeros/as de-
ben adivinar qué sentimiento o sensación quiso expresar.
Volvemos a repetir la misma actividad, eligiendo a otro/
a niño/a y cambiando la sensación o sentimiento.
El juego termina cuando todos hayan participado en
el mismo.
Evaluación: Conversamos acerca de las sensaciones experimentadas
durante el juego y la importancia de expresar nuestros
sentimientos corporalmente.

207
Mi cuerpo es capaz de…

Consiste en: Describir las acciones que se pueden realizar con el


cuerpo.
Edad: A partir de 6 años.
Materiales: Ninguno
Desarrollo: Sentados/as en un círculo comentamos sobre las distintas
acciones que cada uno/a puede realizar con su cuerpo.
Por ejemplo, chutar la pelota, saltar, correr, bailar, etc.
Anotamos en un papel todas las acciones nombradas
por los/as niños/as y luego preguntamos al grupo ¿Todos
podemos hacer las mismas acciones?
Una vez que los/as niños/as han compartido su opinión
sugerimos inventar nuevas acciones y realizarlas siguien-
do las instrucciones: «Ahora todos con los brazos arriba,
todos saltando, etc.»
Evaluación: Resaltamos las habilidades de cada uno/a al realizar ac-
ciones con su cuerpo y valoramos la participación de
todos/as.

208
Siluetas de aprecio

Consiste en: Dibujar la propia silueta para luego ser valorada positi-
vamente.
Edad: A partir de 6 años.
Materiales: Papelógrafo, ,lápices para dibujar.
Desarrollo: Los/as participantes forman parejas.
Uno/a de los/as niños/as se acuesta sobre el papelógrafo,
del tamaño de su cuerpo, y el/la otro/a dibuja la silueta
de su compañero/a sobre el papel.
Una vez terminadas, se recortan y se pintan, colocándose
en la pared para que sean rellenadas con frases positivas
por las demás personas del grupo.
Evaluación: Tomamos conciencia de nuestro cuerpo y de las habili-
dades que los demás ven en nosotros/as. Preguntamos
si coincide lo que los demás nos dicen con lo que noso-
tros/as pensamos acerca nuestro.

209
Saludo con mi cuerpo

Consiste en: Expresar cariño a los demás a través del cuerpo.


Edad: De 6 años en adelante.
Materiales: Ninguno
Desarrollo: Formamos parejas. Explicamos a los/as niños/as que salu-
darán al compañero/a de diversas maneras. Los/as partici-
pantes seguirán las consignas dadas.
Algunos ejemplos de saludo: Nariz con nariz, oreja con
oreja, hombro con hombro, espalda con espalda, pie
con pie, manos con manos, cola con cola, cabeza con
hombro. Se pueden inventar otros saludos.
Evaluación: Conversamos sobre los sentimientos que surgieron du-
rante la actividad y sobre la importancia del contacto
con los demás a través del saludo.

210
Fábrica de juguetes

Consiste en: Hacer juguetes como si fuera una fábrica.


Edad: A partir de 7 años.
Materiales: Bloques, «rasti», arcilla, variedad de juguetes.
Desarrollo: El/la animador/a dice a los niños/as que tienen que bus-
car los materiales para armar sus juguetes en una fábrica.
Pero hay un problema: la persona que atiende el depósito
de materiales (que es el animador/a) es muda y sorda.
Las niños/as tienen que hacerse entender utilizando otros
medios, menos la palabra, para conseguir los materiales.
Evaluación: Reconocemos los diferentes modos de comunicarnos
utilizados para entendernos y expresamos las dificultades
encontradas. Resaltamos el valor del cuerpo como medio
de expresión.

211
Mi árbol

Consiste en: Cada participante rellena un árbol con sus cualidades,


realizaciones y éxitos.
Edad: A partir de 8 años.
Materiales: Papel lápices para dibujar.
Desarrollo: Los/as participantes dibujan el árbol que más les gusta,
con sus raíces, ramas, hojas y frutos.
En las raíces se escriben las cualidades y capacidades que
creen tener. En las ramas pueden ir poniendo las cosas
positivas que hacen. En las hojas y frutos, los éxitos o
triunfos.
Posteriormente se comparte con el grupo, y se pueden
ir agregando raíces y frutos que los demás reconocen.
Evaluación: Preguntamos a los/as niños/as si nos valoramos como
personas y si descubrimos nuevas cualidades a partir de
lo que los/as demás nos dijeron.

212
Juegos de resolución de conflictos

El aprender a enfrentar conflictos adecuadamente puede


constituirse en un vehículo de crecimiento y aprendizaje.
El conflicto es una situación de tensión que al mismo tiem-
po representa una posibilidad de cambio y mejoramiento
de la relación con uno mismo y con los demás.
Los juegos que presentamos a continuación, plantean situa-
ciones de conflicto que permiten aprender a describirlos,
a reconocer sus causas, sus diferentes niveles e interacciones
y también a buscar o crear posibles soluciones. Los distintos
tipos de conflicto como: los de comunicación, toma de deci-
siones, disenso, ofrecen asimismo diferentes soluciones.
Generalmente, en situaciones conflictivas tendemos a im-
poner nuestras ideas, a resolverlas por medio de la violencia
y la fuerza o bien a evadir o negar la existencia de dichas
situaciones. Por tanto, es importante plantear y ser cons-
cientes de que hay otras maneras de resolver los conflictos.
A través de estos juegos queremos potenciar los valores y
actitudes que ayudan a crear un ambiente positivo en el
grupo; donde haya respeto, colaboración, serenidad, diá-
logo y donde se resuelvan los conflictos de manera no
violenta.
Estos juegos y dinámica se constituyen en experiencias va-
liosas donde la persona y también el grupo pueden incorpo-
rar y ensayar modos de enfrentar los conflictos con actitudes
pacíficas, con acciones positivas que construyen y maduran
a las personas, propiciando la no violencia y construyendo
la paz.

213
El pasillo

Consiste en: Cruzar un pasillo al mismo tiempo sin que nadie se caiga
o salga del borde.
Edad: A partir de los 8 años.
Materiales: Tiza o cualquier material para delimitar el pasillo.
Desarrollo: En el centro de la sala se dibuja con tiza o se señala un
pasillo imaginario de 25 cm. de ancho y 3 mts. de largo
aproximadamente.
El grupo de participantes se divide en igual número y
se ubican a cada lado del pasillo mirando de frente.
En un momento dado, los dos grupos tienen que cruzar
el pasillo hasta el lado contrario al mismo tiempo sin que
nadie se caiga o se salga del borde.
La actividad se evalúa y se repite hasta que se hayan en-
contrado distintas posibles soluciones a la misma.
Evaluación: Conversamos sobre las distintas alternativas de solución
que surgieron a lo largo del juego, valorando el aporte
de cada uno/a.

214
Títeres

Consiste en: Representar una situación de conflicto para que los/as


niños/as distingan el conflicto y las soluciones.
Edad: A partir de los 6 años.
Materiales: Títeres
Desarrollo: Se elabora una historia o un cuento corto en donde exista
una dificultad que deba ser resuelta.
Por ejemplo: puede ser una discusión entre amigos/as
o hermanos/as sobre un objeto deseado por ambos.
Llega el/la maestro/a o la madre para resolver el conflicto
y se pregunta a los/as niños/as sobre cuáles son las
posibles soluciones. Luego se representan las soluciones
a través de los títeres.
Para evaluar se recuerdan algunas situaciones. Se anotan
en un papelógrafo, para tenerlas presentes en otros
momentos de la vida.

215
Solución imaginaria

Consiste en: Reflexionar sobre un conflicto e imaginar la solución


ideal.
Edad: A partir de los 11 años.
Materiales: Ninguno
Desarrollo: Lo más cómodos posibles con los ojos cerrados se empieza
por pensar algún problema o conflicto que haya ocurrido.
Se trata de analizarlo, reflexionando sobre todos los ele-
mentos que forman parte de él, por ejemplo: cuál era
la dificultad, cómo se inició, quiénes estaban presentes,
dónde ocurrió, etc.
Una vez definido el conflicto, se intenta imaginar o crear
las posibles soluciones (aunque sean irreales) al mismo
y cómo llegar a ellas.
Evaluación: Reconocemos que cuando compartimos un conflicto con
otros y somos capaces de escuchar las sugerencias pode-
mos encontrar nuevas maneras de enfrentarnos a él.

216
Telaraña

Consiste en: Tratar de pasar a través de una «telaraña» sin tocarla.


Edad: A partir de 12 años.
Materiales: Cuerda y un espacio que tenga dos postes, dos árboles…
entre los que se pueda construir la telaraña.
Desarrollo: El grupo deberá construir con la cuerda, una telaraña en-
tre los postes de unos dos metros de ancho. Es importante
dejar muchos espacios de varios tamaños, los más grandes
por encima de un metro.
Los/as participantes deben pasar por la telaraña sin to-
carla, es decir, sin tocar las cuerdas.
Se puede plantear una historia en la que ellos son prisio-
neros y están atrapados siendo la única salida la telaraña,
que está electrificada.
Hay que buscar la solución para que cada uno/a pase
con la ayuda de los demás.
Evaluación: Preguntamos cómo se sintieron durante el juego, y cuáles
fueron las soluciones planteadas y/o realizadas para poder
cruzar la telaraña electrificada.

217
Las abejitas

Consiste en: Trasladarse de una flor a otra permitiendo la participa-


ción de todos.
Edad: 3 años en adelante.
Materiales: Ninguno.
Desarrollo: En el patio o un lugar abierto, dibujamos tres flores: una
grande, una mediana y una pequeña. Decimos a los/as
niños y niñas que de ahora en adelante se llamarán abejitas.
Luego pedimos que todas las abejitas ingresen a la flor
más grande. Después pedimos a las abejitas que salgan
de la flor grande e ingresen a la flor mediana.
Finalmente, solicitamos a las abejitas que abandonen
la flor mediana para trasladarse a la flor pequeña.
Evaluación: Preguntamos: ¿qué sintieron en el juego?, ¿qué pasó
cuando estaban en la flor más grande?, ¿qué pasó cuando
estaban en la mediana?, ¿qué pasó cuando estaban en
la flor pequeña?, ¿qué podríamos hacer para ayudar a
nuestros amigos si se encuentran en una situación difícil
como cuando entramos a la flor pequeña?
Para terminar podríamos pedir a los/as niños y niñas
que dibujen una abejita o una flor y la entreguen a un
amigo/a como símbolo de su amistad.

218
El tornado

Consiste en: Planear formas para defenderse del tornado.


Edad: De 7 años en adelante.
Materiales: En un primer momento, los/as niños/as construyen to-
dos juntos un «pueblo» con sus propias casitas todas las
cosas que forman parte de él.
Luego de terminar de construir el pueblo, el/la animador
les cuenta que existe un tornado (formado por animado-
res/as, niños/as que cuando viene se lleva cosas del pueblo.
Para que esto no pase, tienen que defenderse de cualquier
manera, con las únicas consignas de no pegar y no hablar
entre ellos cuando está tornado.

219
Actividades en el área de comunicación
Fuente: Zerpa I, 1995-1999

ACTIVIDADES

• Secciones específicas para la comunicación verbal:


– La Palabra la Vida
– La Palabra y el Juego
– La Palabra la Comunicación Escrita
– Lectura Comentario del Periódico
– Lectura y Comentario de Revistas Especializadas
– La Palabra y la Naturaleza
– La Palabra, la Ciencia y la Tecnología
– La Palabra, la Literatura y la Radio
– La Palabra, la Literatura y la Televisión
– Otras
– Sesiones de Narración Oral
– Sesiones para discutir el Periódico y establecer sus relaciones
con la vida cotidiana.2
– Sesiones para la anécdota y el cuento cotidianos (los de la casa,
los de la escuela, los del barrio) nuestras experiencias.

• Mas allá de la Comunicación Verbal


– Actividades en el área de Expresión Corporal
– Que decimos con los gestos
– Cómo hablamos con nuestro cuerpo. (mimos, morisquetas,
imitaciones)
– «Hablamos, cantamos, dramatizamos, jugamos».
– Actividades y Dinámicas de Grupo

220
JUSTIFICACIÓN

Como afirma Mac Bride: «La comunicación sostiene y anima


la vida». Si bien es cierto que hemos enunciado algunas actividades
en el área de comunicación, también es una realidad que ella está
presente en todas las actividades propuestas, pues es un fenómeno
esencial en la vida de todo ser humano. Por ello no solo debe ser consi-
derada como una «actividad». Diríamos que también es un valor que
a su vez envuelve todas las acciones y el sentir de hombres, mujeres,
niñas, niños y jóvenes. Por ello es imprescindible abordar con profun-
didad su conocimiento y valoración en el ámbito de la propuesta de
Promoción de la Cultura de la Paz… ¿Qué son los conflictos, la vio-
lencia y sus expresiones… La Paz y sus evidencias…? ¿No son fenó-
menos esencialmente comunicativos?
Al comunicarnos transmitimos ideas, emociones y sentimientos:
intercambiamos mensajes no sólo por medio de las palabras, sino por
medio de nuestro cuerpo (gestos, movimientos, actitudes, tono de voz).
Existen elementos que pueden facilitar una comunicación y otros
que la pueden entorpecer. Estos juegos pretenden estimular aquellas
actitudes, habilidades y medios que hacen a una buena comunicación.
Los juegos se convierten en espacios y nuevas posibilidades de
comunicación donde podemos expresar nuestras ideas, sentimientos
y emociones tanto en forma verbal como no verbal. Se favorecen la
escucha activa, la atención, la expresión gestual, el respeto y el contacto
físico entre las personas

221
Actividades lúdicas y de esparcimiento
Fuente: Zerpa I. 1995-1999

ACTIVIDADES

– Juegos de ingenio
– Juegos populares
– Juegos de mesa
– Juegos dramáticos
– Juegos ecológicos
– Excursiones
– Visitas a Parques Nacionales
– Competencias en juegos populares
– Visitas a museos e intercambio sobre las experiencias vividas
– Representaciones artísticas por parte de los niños, niñas y
jóvenes
– Dramatizaciones Espontáneas.
– Juegos Dramáticos
– Fiestas: celebración de cumpleaños, aniversarios, celebraciones
especiales, entre otras.
– Juegos cooperativos
– Entrevistas o encuentros con personajes del mundo juvenil, des-
tacados en el campo de la cultura, la recreación, el deporte, etc.
– Encuentro con ese personaje importante a partir de la lectura
del periódico, revistas, cuentos u otros textos literarios, a partir
de los cuales se pueda establecer un intercambio comuni-
cacional.
– Sesiones de «Adivine el personaje»
– Sesiones de Narración de Cuentos
– Diversiones al aire libre
– Sesiones de Teatro

222
JUSTIFICACIÓN

Actividades inmersas en el área recreativa.


Se asume esta área como una de las más importantes en el desa-
rrollo de todo ser humano, ya que en ella no solo se incluye diversión,
el juego, el descanso. Las recreación es también un valioso recurso socio-
cultural y educativo. El desarrollo de diferentes actividades favorece no
sólo nuestro estado físico, sino que permite el desarrollo de nuestra
personalidad, nos centra en un tiempo y en un espacio, enriquece nuestra
vida espiritual, por lo tanto nos ayuda a ser mejores seres humanos.
Estas actividades, al igual que otras, presentes en esta propuesta,
se plantean de forma general. Cada una de ellas requiere de mayor de-
sarrollo; éste se ajustará a las características y necesidades de los usuarios
de la Ludoteca.
Estas actividades favorecen el sano esparcimiento, la diversión,
así como el desarrollo de algunas destrezas de ingenio, agilidad mental,
competencias comunicacionales; enriquecen la vida interior del ser
humano y propician la interacción social, amplían la visión del mundo,
favorecen el descanso y promueven valores como la solidaridad, la
equidad, la participación, la creatividad, el respeto por las diferencias
y la diversidad.
Es importante pensar en el concepto de Tiempo Libre en la Escuela.

223
Actividades en el área de folklore
Fuente: Zerpa I. 1993-1995

ACTIVIDADES

– Taller para la confección de juguetes populares


– Taller para la construcción de instrumentos musicales populares
– Actividades para la elaboración de papagayos
– Actividades para la elaboración de muñecas de trapo
– Taller para la elaboración de títeres y marionetas
– Actividades para el diseño y la elaboración de nacimientos
– Taller de teatro popular (basado en expresiones de la Cultura
de Tradición Oral)
– Actividades para la narración de cuentos populares y de tra-
dición oral.
– Investigación y lecturas de cuentos, mitos y leyendas de dife-
rentes etnias indígenas de nuestro país.
– Actividades para conocer y contar la historia oral de las locali-
dades y comunidades.
– Talleres de artesanía popular (en cerámica, barro, cuero, etc.)
– Taller orientado al conocimiento y ejecución de juegos po-
pulares y tradicionales.

• Actividades y Talleres orientados al área de las danzas po-


pulares:
– Taller para el conocimiento y ejecución de diferentes expresio-
nes danzísticas a nivel nacional: diferentes modalidades del
joropo.
– Del tamunangue
– De la parranda de San Pedro
– Diferentes golpes de tambor para las festividades de San Juan
Bautista.

224
– Danzas de San Benito, el Sebucán, comparsas Orientales, etc.
– Actividades orientadas hacia el conocimiento y valoración de
diferentes expresiones populares tradicionales.
– Actividades para la Ejecución de Instrumentos Populares.
– Talleres de cuatro.
– Talleres para el conocimiento y ejecución de instrumentos po-
pulares, propios de cada localidad.
– Talleres para el conocimiento y ejecución de instrumentos de
comunidades indígenas.

JUSTIFICACIÓN

Para esta área se han considerado aquellas actividades que conlle-


ven al conocimiento, disfrute, valoración y difusión de diferentes expre-
siones tradicionales populares. A través de estas actividades los niños,
niñas y jóvenes podrán apreciar, identificar y valorar aquellas manifes-
taciones propias de cada localidad, de cada región, conocer y caracterizar
sus costumbres, sus danzas y bailes, sus expresiones literarias de tradición
oral: cuentos, mitos, leyendas, historias, anécdotas de personajes popu-
lares importantes.
Estas actividades, pueden reforzar valores como el respeto a la
diversidad y diferencias culturales, «valoración del sentido de pertenen-
cia», enriquecen la participación y la interacción.
Promueven el interés por la cultura popular y de tradición oral,
así como la creatividad y los deseos de investigar y de participar en
distintas expresiones de la misma.
Propician el desarrollo de valores como la integración, la solida-
ridad, la creatividad, la alegría, la participación.
Permiten la Promoción Social y el desarrollo del sentido lúdico
de expresiones populares y de tradición oral.
Promueven valores como la identidad, sentido de pertenencia,
respeto por las diferencias.

225
Algunas actividades de acercamiento al mundo
de la Comunicación Audiovisual
Fuente: Zerpa I., 1994

ACTIVIDADES

• Actividades para la elaboración de:


– Carteleras
– Murales
– Periódicos
– Revistas
– Boletines
– Carteles

• Sesiones para Audición y Observación de:


– Programas radiales (dirigidos a niños y jóvenes)
– Micros radiales sobre cultura, ciencia y tecnología.

• Breve Ciclos de Charlas sobre:


– Los medios de comunicación e importancia de los mismos.
– Influencia de estos en la formación del individuo
– El periodismo popular
– Comunicación y Educación Popular.
– El mundo del cine.

• Organización de Cine-Clubes
– Investigación sobre películas, alusivas a temáticas sobre vincu-
ladas con la promoción de la cultura de la paz.
– Resolución de conflictos

226
JUSTIFICACIÓN

Incluimos en algunas actividades que conlleven al conocimiento


y uso de diferentes medios y recursos audiovisuales: así como también
todas aquellas actividades que permitan el intercambio, el diálogo,
el análisis y la crítica sobre los medios de comunicación social. Ésta
permitirá a los niños, niñas y jóvenes enriquecer su proceso de creci-
miento personal y social, aportándole elementos para ampliar su marco
de referencia.
Estas actividades, también podrían facilitar y/o enriquecer las rela-
ciones con la comunidad y podrían ser consideradas como apoyo para
el desarrollo de los proyectos pedagógicos.
A través de estas actividades se fomentan la participación la inte-
gración, la solidaridad, el espíritu de investigación, etc.

227
Actividades en la Ludoteca-biblioteca
Fuente: Zerpa I. 1995-2000

ACTIVIDADES

– Círculo de lectura. Seleccionados por temas y áreas de interés


– La Hora del Cuento Lectura, narración y dramatización, disfru-
te y discusión de los mismos.
– Ciclo de Charlas y Audiovisuales sobre temas vinculados al
sentir y al contexto de los niños, niñas y jóvenes en la actualidad,
valores, actitudes y promoción de la cultura de la paz.
– Lecto-juegos.
– Lee los textos. Lee la vida.
– Lee la naturaleza. Lee la poesía.
– (Estas actividades las hemos creado a partir de las reflexiones
de Paulo Freire en la Importancia del Acto de Leer).
– Lectura y narración de cuentos, historias, anécdotas.
– Discusión dirigida sobre los textos leídos.
– Elaboración de textos a partir de la lectura de cuentos, historias.

• Ciclo de Charlas conversaciones y audiovisuales sobre expresio-


nes y manifestaciones de nuestras cultura popular tradicional.
(Ciclo de Navidad, Fiestas del solsticio de Verano; Fiestas de
Cruz de Mayo, Fiestas de Junio San Juan, Diablos Danzantes,
San Pedro San Pablo); expresiones populares y tradicionales de
nuestras ciudades y nuestros pueblos; personajes populares, etc.
– Ciclo de Charlas sobre temas alusivos a la salud y prevención
de enfermedades.
– Ciclo de Charlas sobre diferentes disciplinas artísticas y cultura-
les y sobre temas de interés en la vida de niñas, niños y jóvenes.

228
JUSTIFICACIÓN

En estas actividades, no sólo hemos considerado las vinculadas


con la lectura y la promoción de la misma, también hemos considerado
otras actividades que vinculen a las niñas, niños y jóvenes con diferentes
tópicos de la realidad cultural y que a su vez, permitan experiencias
de animación sociocultural.
Estas actividades pueden estar presentes en experiencias de la
Ludoteca –Biblioteca de Aula–, en la Ludoteca biblioteca Escolar y a
su vez, pueden extenderse a diferentes experiencias de vinculaciones con
la comunidad.
A través de las mismas se pueden fomentar la solidaridad, la par-
ticipación, la creatividad, la integración cultural, la recreación, el gusto,
el placer el amor por la lectura y diferentes experiencias artísticas.

229
Actividades en el área de la literatura
de la creación literaria
Zerpa, I. 1995, 2000)

ACTIVIDADES

– Creación de diferentes géneros literarios (poesía narrativa-


teatro, etc.)
– Talleres de narración oral.
– Talleres para el comentario y análisis de textos. (estos podrían
considerarse, tanto en el contexto del aula, como fuera de ella,
en otros espacios y tiempos de la vida escolar y en el entorno
de la comunidad).
– Talleres de Iniciación Teatral.
– Actividades en el área de Literatura de Tradicional Oral.
– Talleres sobre «Literatura y Vida». (resaltando la literatura que
fomente valores como la solidaridad, cooperación, el conflicto
la resolución de los mismos).
– Actividades para conocer la historia oral de la comunidad y
sus personajes.
– Actividades centradas en la relación Palabra-Juego. (adivinan-
zas, trabalenguas, retahílas).
– Actividades para la valoración de la literatura la promoción
de la lectura.

230
JUSTIFICACIÓN

En todas estas actividades se pretende afianzar los valores de la


participación, el respeto por las diferencias y la diversidad en los procesos
creativos.
Por otra parte, podrían promoverse la creación de textos sobre dife-
rentes tópicos alusivos a la promoción de la cultura de la paz, a los de-
rechos de las niñas y los niños. Estas producciones podrían ser individuales
y/o colectivas.
Y finalmente, más bien, esencialmente se promueve el valor de
la literatura en sí misma, como un recurso para el desarrollo integral
del ser humano.

231
Algunas actividades de creación
en las Artes Plásticas

ACTIVIDADES

– Actividades para la adquisición de habilidades y destrezas en


diferentes áreas de la pintura.
– Talleres de serigrafía
– Talleres de cerámica
– Talleres de dibujo
– Talleres para trabajar el cuero
– Talleres para trabajar la madera
– Talleres para trabajar el barro
– Talleres para el conocimiento y fabricación de diferentes rubros,
inmersos en los campos de la artesanía y el arte popular.
– Talleres para la elaboración de juguetes populares: (trompos,
papagayos, zarandas, perinolas, yoyos, gurrufíos entre otros).
– Talleres para la elaboración de muñecas de trapo
– Talleres para la elaboración de títeres y marionetas
– Talleres para la elaboración de nacimientos.
– Talleres para la elaboración de instrumentos musicales tradicio-
nales, como: el cuatro, furro, tambor, maracas, y otros.

JUSTIFICACIÓN

Estas actividades potencian la creatividad; fortalecen valores como


la creatividad, el respeto por la diversidad y las diferencias; fortalecen
el desarrollo de la autoestima; vinculan a niños, niñas y jóvenes con
diferentes expresiones y experiencias en el mundo de la creación artística.
Promueven el conocimiento y valoración de diferentes expresiones
artísticas.
Propician encuentros interactivos entre diferentes grupos de la
comunidad.

232
Actividades de Promoción y Difusión

ACTIVIDADES

– Entrevistas a personajes importantes vinculados con el mundo


de la cultura, el deporte, la ciencia y la tecnología, la recreación
en general, otros.
– Organización de grupos corales, teatrales musicales, de narra-
dores orales, entre otros.
– Presentación de los diferentes grupos culturales y agrupaciones
de áreas recreativas.
– Realización de actividades de intercambio cultural y socio-
recreativo a nivel Interinstitucional en extra-institucional.
– Realización de encuentros e intercambios a nivel regional.
– Organización de festivales locales en torno a la experiencia
lúdica y tradiciones orales.
– Visitas guiadas a:
– Museo de Arte
– Museo de Ciencias y Tecnología
– Monumentos históricos y religiosos
– Centros para el estudio de las culturas populares y tradicionales
– Museo de los Niños
– Museo Audiovisuales y Contemporáneo
– Instituciones culturales
– Instituciones especializadas en música
– Bibliotecas
– Emisoras de radio
– Estaciones de televisión
– Revistas especializadas en literatura – Revistas científicas, in-
fantil y juvenil.
– Centros artesanales
– Asociaciones culturales populares

233
JUSTIFICACIÓN

Incentivan la participación y promoción social, tanto en el entorno


de la Ludoteca como en la proyección de la misma en otros centros
e instituciones culturales y recreativos.
Promueven el desarrollo de valores como la integración, la
tolerancia, la participación, el respeto por la diversidad y las diferencias.
Actividades que favorecen el conocimiento y la divulgación del
patrimonio histórico y cultural, así como el conocimiento y la
promoción de expresiones y creadores del mundo socio-cultural actual.
Igualmente, estas actividades están orientadas a la proyección y difusión
de las acciones realizadas en las áreas educativa, sociocultural, en el
contexto de las escuelas y de la comunidad, así como el intercambio
con otras instituciones.
Favorecen el desarrollo de valores como la participación y la
fraternidad; incentivan la Promueven la solidaridad y el intercambio
sociocultural.
Estas actividades promueven el enfoque dinámico de animación
de la Ludoteca, donde se contemplan actividades fuera del recinto
de la misma y propuestas en ella.
Desde la Ludoteca y con la participación de la comunidad se
pueden promover todas estas actividades.

234
Estrategias y actividades para el ámbito escolar

ESTRATEGIAS SUGERIDAS EN EL CONTEXTO DE LA PROMOCIÓN


DE LA CULTURA DE LA PAZ EN EL ENTORNO ESCOLAR

Fuente: Zerpa I. (1999) Programa. Promoción de la Cultura de


la Paz para las Escuelas de Fe Alegría. (mimeografeado)
Hasta el momento se ha presentado un conjunto de actividades
que pueden desarrollarse en diferentes ámbitos o escenarios, las que
se presentan a continuación han sido pensadas para el contexto escolar,
en diferentes escenarios, tomando en cuenta que estas actividades
pueden integrarse en el proyecto de la Ludoteca, con miras a fortalecer
la interacción escuela-comunidad, para la promoción de la convivencia.

ESTRATEGIAS PARA LA REALIZACIÓN DEL SER: PARA PROFUNDIZAR


EN EL CONOCER Y EN EL HACER, CON MIRAS A UNA CONVIVENCIA
SANA, JUSTA Y ARMONIOSA

Exposiciones Orales. Discusiones Dirigidas


en el Desarrollo de temas como:
– Qué es la solidaridad Cómo la expreso en mi entorno, en mi
familia, en mi salón de clases, con mis compañeros, en mi
comunidad.
– Qué son los Valores que representan en la vida cotidiana de
los seres humanos.
– Qué es la Paz cómo podemos construirla día a día.
– La Amistad en la vida de los Niños de los Adultos.
– Los Derechos de los Niños y las Niñas.
– La violencia. Factor que forma parte de nuestras vidas. Cómo
entenderla y convertirla en energía positiva en el proceso de
nuestras relaciones interpersonales y de nuestro crecimiento
personal y comunitario.

235
– Conozcamos nuestras expresiones culturales y tradicionales.
Valoremos las diferencias de la diversidad sociocultural.
– La comunicación «sostiene y anima la vida». Cómo nos comu-
nicamos en nuestro contexto, en el día a día. ¿Sabemos escuchar
al otro?. ¿Hacemos el esfuerzo por entenderlo? ¿Nos damos
a entender? Importancia de la comunicación interactiva.
– El conflicto y la mediación en la vida cotidiana
– La mediación en la vida escolar.
– La creatividad y la experiencia lúdica, caminos para construir
la paz.
– La comunicación y la educación popular.
– Violencia, autoestima, desarrollo y resolución de conflictos.
– Qué es el tiempo libre y cómo convertirlo en un Tiempo y
en un espacio para construir la paz.
– La conservación del ambiente; la contemplación y valoración
de la naturaleza, como caminos para lograr la armonía interior.
– Otros temas vinculados con el desarrollo del ser humano y
la experiencia de formación.

ACTIVIDADES PARA EL DESARROLLO DE LA COMUNICACIÓN


INTERACTIVA, EL DISFRUTE DE DIFERENTES EXPRESIONES ARTÍSTICAS
Y LA VALORACIÓN DE LA CREATIVIDAD INDIVIDUAL Y GRUPAL
EN LOS PROCESOS DE ENSEÑANZA APRENDIZAJE EN EL AULA.

– Realización de Proyectos de Escritura, donde los alumnos pue-


dan abordar temas alusivos a situaciones de interés para ellos y para
la comunidad, y donde puedan crear: cartas (de invitación para eventos
formales a instituciones o para la relación amena y cotidiana: a fami-
liares, amigos, compañeros de clase…); textos poéticos y narrativos:
cuentos, pequeñas historias, anécdotas, relatos de vida; ensayos, artícu-
los breves, guiones para crear sus propias obras de teatro y realización
posterior de las dramatizaciones. Todas estas actividades serán apoyadas
y orientadas por el maestro o la maestra, pero se potenciarán la parti-

236
cipación de los alumnos y alumnas, su creatividad y sus intereses. Estas
actividades en principio se realizan individualmente y progresivamente
se intercambian los textos, se comentan, se comparten inquietudes,
se corrigen en forma conjunta. Se desarrollan trabajos en grupo para
exponer y dramatizar situaciones sobre las temáticas escogidas y los
textos producidos.

– Talleres para la Promoción de la Lectura, donde no sólo se


aborde la experiencia de la lectura como una experiencia placentera
y formadora, sino que a la vez, promueva el contacto, la comprensión
el análisis de situaciones y valores como: la solidaridad, la justicia, la
seguridad y la autoestima, el respeto; la comprensión, la tolerancia;
el compromiso social; la responsabilidad...
Estos talleres permiten profundizar en la importancia individual
y social de la lectura y la necesidad de crear en los estudiantes el hábito
de la lectura como elemento básico para su desarrollo integral; desa-
rrollar una serie de técnicas y prácticas para motivar a los estudiantes
a realizar la lectura como un acto placentero, lúdico, libre e interesante.

– Actividades, a partir del uso de la biblioteca, tanto en el contexto


del aula como en la Biblioteca Escolar. Estas actividades pueden estar
inmersas en una estrategia de investigación, donde los alumnos puedan
indagar sobre diversos temas alusivos no sólo a las áreas de estudio
sino también sobre temas vinculados con sus intereses propios, con
la problemática de su comunidad, con la situación del país, entre otros.
Esta estrategia propiciará también la participación interactiva, el
trabajo en grupo, el desarrollo de exposiciones orales plenarias finales
para analizar y poner en común los temas investigados promoverá el
desarrollo de valores como: la investigación participativa, la solidaridad,
el trabajo, el compromiso, la perseverancia. A través de estas actividades
se promueve la Cultura de la Paz.

– Realización de Talleres de Narración Oral, para formar grupos


de niñas y niños cuenta cuentos que promuevan, a partir de esta expresión

237
artística, la Cultura de la Paz, la defensa de los derechos humanos,
la alegría de vivir, la equidad y la justicia social.

OTRAS ACTIVIDADES PARA LA EXPERIENCIA LÚDICA


Y LA PROMOCIÓN DE LA PAZ EN EL ÁMBITO ESCOLAR

• Talleres de investigación participativa, donde alumnas y alum-


nos puedan adquirir algunas herramientas para conocer,
analizar y participar activa y críticamente en la resolución de
problemas en la escuela y en la comunidad. En este sentido
se sugiere tomar en cuenta las situaciones de cada contexto,
las orientaciones del profesor y, muy especialmente, las con-
cepciones de los alumnos. Esta estrategia permitirá un contacto
un poco más profundo con la realidad. Igualmente, fortalecerá
los aprendizajes significativos. En estos talleres puede trabajarse
con propuestas abiertas y flexibles, donde los alumnos puedan
tener la oportunidad de plantear sus propias inquietudes, sus
preocupaciones sobre los problemas de su entorno. También
podría hacerse una propuesta específica en relación a aspectos
como: la violencia en nuestro barrio y en nuestra escuela; la
problemática de las drogas; las relaciones de comunicación en
el grupo familiar, en el colegio; el uso del tiempo libre, ¿qué
hago con él?
• Realización de dinámicas de grupos, donde se integren alumnos,
alumnas y docentes, incorporando recursos como la música,
la literatura, las artes plásticas, entre otros, para generar procesos
de participación, de creatividad, en un ambiente ameno y placen-
tero: Juegos cooperativos, simulaciones de diferentes situaciones
significativas para la comunidad, acompañadas de expresiones
teatrales, ambiente musical, expresiones plásticas, a través de
las cuales, los grupos puedan expresarse abiertamente y de manera
creativa en la presentación y resolución de problemas.
• Juegos dirigidos, ésta es una estrategia que bien puede estar
presente en los procesos de aula, así como en experiencias

238
vinculadas con el tiempo de recreo y el uso del «tiempo libre
en la escuela». Éstas facilitan y enriquecen el trabajo en grupos,
promueven el desarrollo de valores relacionados con la
participación, la animación de procesos socioculturales, con
la solidaridad, con la diversión amena y productiva, la
realización personal, la amistad, la disminución de tensiones,
la contemplación y el disfrute de la naturaleza, el descanso.

239
Talleres dirigidos a los docentes
Isabel Zerpa A. (1995)

Se considera importante para presentar algunas propuestas, aunque


sea de manera general, en torno a lo que considero puede ser un aporte
para el apoyo y la formación de los docentes que estarán inmersos
en el proceso de la Promoción de la Cultura de la Paz, a partir de
la creación de Ludotecas comunitarias.

• SENSIBILIZACIÓN SOBRE LA TRASCENDENCIA DE LA


EXPERIENCIA LÚDICA EN LA VIDA DEL SER HUMANO:
Es un taller para la reflexión. A través del mismo los docentes
tienen la oportunidad de revisar su propia experiencias sobre su
vinculación con la experiencia lúdica; valorar sus aportes en su
proceso de crecimiento integral; reflexionar sobre su práctica pro-
fesional y revisar hasta qué punto le dan importancia y sentido
a la experiencia lúdica en su trabajo en el aula y en el contexto
de la vida escolar en general. Profundizar en el sentido de la expe-
riencia lúdica nos lleva a reflexionar sobre un conjunto de aspectos
que tienen que ver con nuestra visión del mundo, con nuestra actitud
ante la vida, y en consecuencia, con nuestro quehacer profesional
y con nuestro estilo de enseñanza; aunque deseamos hacer hincapié
en el hecho de que en este contexto no trabajamos el juego como
un recurso para el aprendizaje específicamente; tratamos de
profundizar en su significado y su trascendencia.

• LA NARRACIÓN ORAL, COMO ALTERNATIVA PARA EL


CRECIMIENTO PERSONAL. En este taller, además de trabajar
con las técnicas básicas de la narración oral, se le proporciona
a los participantes un conjunto de herramientas para reconocer
la narración oral como un recurso de comunicación de desarrollo
personal; seleccionar cuentos, anécdotas, historias para el desarrollo
de la sensibilidad, la solidaridad, la participación, la autoestima,

240
la autenticidad, la honestidad, entre otros valores; expresar
auténticamente sus sentimientos, a través de la narración y
dramatización de cuentos; superar el temor escénico en
experiencias como exposiciones orales, dirección de reuniones,
clases magistrales, entre otras. Leer cuentos en voz alta y narrarlos
con miras a abordar contenidos específicos en diferentes áreas
temáticas de la experiencia curricular. En consecuencia, este taller
podría fortalecer la experiencia de enseñanza-aprendizaje y
favorecería otras estrategias para la promoción de la Cultura de
la Paz.

• LA NARRACIÓN ORAL COMO ESTRATEGIA PARA LA


ANIMACIÓN SOCIOCULTURAL EN LA ESCUELA: En este
taller además de tocar los aspectos mencionados en la propuesta
anterior, se estudia la Narración Oral como una alternativa para
abordar el planteamiento, análisis y resolución de problemas y
conflictos en diferentes contextos: en la familia, en la comunidad,
en la escuela. Por otra parte, la Narración Oral puede ser el recurso
fundamental para la promoción de otras actividades y estrategias
en el campo de la vida en el aula, en los momentos de recreo
y esparcimiento, en el ámbito de las relaciones con la comunidad,
que permitan humanizar el tiempo y el espacio en el contexto
escolar. Este taller también podría potenciar la participación activa
de los docentes, como mediadores y como promotores culturales,
tanto en el contexto educativo como en la comunidad. Y una
de las aspiraciones finales en esta experiencia es la formación de
grupos de niños y niñas cuenta cuentos, que puedan involucrarse
en la animación cultural.

• TALLERES PARA LA CREACIÓN DE LUDOTECAS: En


estos talleres se persigue proporcionar a los docentes herramientas
para la búsqueda, selección y construcción de juguetes, que puedan
enriquecer la vida del aula, no sólo en el sentido de la experiencia-
enseñanza-aprendizaje, sino más bien, en el sentido de una expe-
riencia integral, que pasa por la valoración de la experiencia lúdica,

241
de la recreación, la fantasía y el juguete en sí mismo. También
se persigue proporcionar a los docentes las estrategias necesarias
para generar procesos de participación comunitaria de autogestión
para la creación de la Ludoteca, con la participación de niños,
niñas y adultos.

242
Bibliografía recomendada

ANDRÉS TRIPERO, T.; Juegos, juguetes y ludotecas (2 Vols.), Madrid, Publi-


caciones de la E.U. Pablo Montesinos, 1991-1993.
BORJA SOLÉ, M. (1980). El Juego Infantil. Organización de Ludotecas.
Barcelona, Oikos Tau.
BORJA SOLE, M. (1986). Estudio para la Implantación de una Red de Ludotecas.
Barcelona, PPU.
CASCON, P. y MARTÍN BERISTAIN, C. (1989). La Alternativa del Juego.
Edición de los Autores, Madrid.
COLOMER, J. (1990). «Intervención Educativa en el Ocio Infantil», en el Libro
La Ciudad Educadora. La Ville Educatrice. Ajuntament de Barcelona, pp.
271-279.
DORION COUPAL, Karen (1996). La Comunidad: El Jugador Infaltable, en
Una Ludoteca Para Ti, Vol. 1. pp. 11-44, CIDE-OMEP, Canadá.
GÓMEZ PALACIOS, J.J. (1991). Al Encuentro con la Naturaleza. Editorial
CCS. Madrid.
LÓPEZ MATALLANA, María, VILLEGAS, J. (1995). Organización y Anima-
ción de Ludotecas. Madrid, Editorial CCS.
MINISTERIO DE ASUNTOS SOCIALES (1990). La Convención de los
Derechos de los Niños y las Niñas. Juegos. Dirección General de Protección
Jurídica del Menor, Madrid.
MONTULL, J.A. (1991). Juegos y más juegos para el tiempo libre. Editorial CCS,
Madrid.
ORLICK, T. (1987). Juegos y Deportes Cooperativos. Popular, Madrid.
ORLICK, T. (1990). Libres para Cooperar, Libres para Crear. Paidotribo,
Barcelona.

243
OTERO, H. (1990). Tiempo de vivir (Cuatro Volúmenes: Primavera, Verano,
Otoño e Invierno). Editorial CCS, Madrid.
PIÑANGO, Ch. y MARTIN FRANCES, S. (1994). Construcción de Juguetes
con Material de Desecho Popular. Madrid.
QUIMBAYO, Adriana y BERNAL, R (1989). El Juego y La Ludoteca: Estrate-
gias para el Trabajo Educativo con los Niños en Edad Preescolar. Bogotá.
Universidad Pedagógica Nacional.
RODRÍGUEZ DE MONTES, AURA (1996) La Ludoteca Comunitaria Eva
Balke, en Una Ludoteca Para Ti, Vol 1, pp. 22-25.
VALDEZ, D. (1991). Ludoteca. Una Alternativa de Educación para el Uso del
Tiempo Libre. México, D. Valdez Editor.
ZERPA, Isabel (1996). La Trascendencia del Juego a la Vida del Ser Humano.
Análisis de una Experiencia en el Complejo Educativo Gran Colombia. Trabajo
de Ascenso para Optar a la Categoría de Profesora Asistente. Caracas, UCV.
ZERPA, Isabel (2001). La Creación de Ludotecas para la Promoción a la Paz:
Una Alternativa de Extensión Universitaria en la UCV. Hablemos de una
Propuesta. Ponencia presentada en el II Congreso Venezolano de Extensión
Universitaria. Caracas. UCV. Coordinación Central de Extensión.

244
Conclusiones

En el recorrido realizado para el desarrollo de la experiencia de


investigación descrita en las páginas anteriores ya se delinearon algunas
conclusiones al finalizar cada uno de los capítulos, dadas las caracterís-
ticas de esta investigación realizada bajo la perspectiva de la Investi-
gación-Acción-Reflexión. Sin embargo, es obligatorio presentar las
consideraciones finales y las presentaré, tomando en cuenta, en pri-
mer lugar, los objetivos planteados y, en segundo lugar, haré algunas
consideraciones producto de la experiencia:

1. En cuanto a los aportes de las Ludotecas para el desarrollo so-


ciocultural y la promoción de los derechos humanos se en-
contró una variadísima gama de experiencias que parten desde
los orígenes de las Ludotecas, las cuales surgen en plena guerra
mundial (1939-1942) para atender a los niños de los sectores
más desfavorecidos, pasando por un conjunto de experiencias
donde las Ludotecas se abren para atender a niños con disca-
pacidad física y/o mental.
Por otra parte también es importante resaltar que las Ludotecas
de los países escandinavos y de otros países europeos, y en
EEUU, no sólo propician la integración de los niños discapaci-
tados con niños sin problemas especiales de adaptación, promo-
viendo la «no discriminación»; también se atiende a sus familias,
y se consideró el entorno económico y sociocultural.
Las Ludotecas han dejado de ser un espacio vinculado sólo
con el uso y disfrute del juguete para convertirse en un espacio

245
para la participación, para la Animación Sociocultural. Están
presentes tanto en el campo educativo como en diversos con-
textos sociorrecreativos institucionales y comunitarios.
2. En cuanto a los orígenes e historia de las Ludotecas, el mundo
del asombro y la experiencia del descubrimiento han poblado
esta investigación, pues se ha descubierto un rico e interesante
universo de Ludotecas en diferentes latitudes del mundo, acom-
pañado por una diversidad significativa en donde podemos con-
tar, además de las Ludotecas escolares; también con las
hospitalarias, Ludotecas de investigación, Ludotecas terapéuti-
cas y por supuesto, con las Ludotecas comunitarias, entre otras.
Ha resultado interesante ubicar no sólo los orígenes de las Ludo-
tecas en términos generales, más interesante quizás ha resultado
el conocer los inicios de esta experiencia, como ocurrió en No-
nantola, una pequeña población de Italia, donde, así, como
en otros contextos, la Ludoteca nace de espaldas a la escuela
y con la participación de los artistas, de los animadores socio-
culturales y de algunos maestros y maestras, pero fuera del con-
texto escolar. Esto llamó mi atención de forma particular y
me mueve en estas consideraciones finales, más que a concluir,
a hacerme algunas preguntas: ¿Será que en la educación formal,
la experiencia lúdica siempre ha estado relegada?, ¿será que en
los viejos y en los nuevos tiempos, los educadores y educadoras
hemos sido personas muy serias y muy comprometidas, tan
comprometidas que nos olvidamos de atender nuestro propio
ser y en nuestro propio ser, no hemos profundizado en la
experiencia lúdica…
Sin embargo y en medio de esta paradoja, resulta maravilloso
el mundo descubierto en torno a las Ludotecas y las diferentes
funciones que ellas cumplen; pero también resulta preocupante
el poco conocimiento que en nuestro país se tiene sobre ellas,
aunque en la actualidad se inicie el desarrollo de un programa
de Ludotecas escolares, promovido por el Ministerio de Edu-
cación y Deportes.

246
3. En cuanto a las experiencias de las Ludotecas comunitarias, de-
sarrolladas a través del Proyecto «UNA LUDOTECA PARA
TI», que constituye un eje fundamental en este trabajo, se ha
podido determinar la importancia de la participación de la co-
munidad en los procesos de creación y desarrollo de las Ludote-
cas en las diferentes localidades donde se llevó a cabo el proyecto;
incluyendo en esta participación no sólo a niños, niñas, adoles-
centes y adultos que promueven y diseñan actividades, sino tam-
bién, y esto resulta relevante la incorporación de abuelos y abuelas
en actividades que fortalecen la cultura de la comunidad.
Por otra parte, se pudo evidenciar en estas experiencias que
las Ludotecas se convierten en una innovación pedagógica que
propicia la formación de los educadores y personas de la
comunidad, profesionales o no, en materia sociorrecreativa.
Y lo que es más relevante en el entorno de «UNA LUDOTECA
PARA TI», es su contribución a la promoción de la paz, a partir
de los procesos de integración de los participantes y de su bús-
queda en la construcción de una cultura centrada en el respeto
y la valoración de la vida.
4. En cuanto al estudio de la Paz y su conceptualización «Paz
Negativa» y «Paz Positiva», se considera interesante este estudio
y se valoran los descubrimientos y los conocimientos encontra-
dos en torno a ella; pero se concluye en que la «Paz es la Paz»
y no podemos hablar de ella, si no hay justicia social, sin equi-
dad, sin libertad, sin respeto, sin tolerancia. La Paz se construye
día a día en los contextos inmediatos y desde una participación
respetuosa y solidaria de los ciudadanos y ciudadanas de cada
país, a partir de una pedagogía esperanzadora y positiva, con
miras a la búsqueda de mejorar la calidad de vida de las perso-
nas, en fin, con el objetivo de contribuir a la felicidad de los
seres humanos. Y todo esto aunque parezca utópico y poético,
puede lograrse; pero requiere además de poesía, de un trabajo
continuo y sostenido, sobre todo en el ámbito educativo y en
todos los niveles.

247
5. En cuanto a la relación existente entre la experiencia lúdica y
la promoción de la paz ¿cómo podemos imaginar siquiera la cons-
trucción de una cultura de la paz, sin la presencia de la experiencia
lúdica?… Pero de una experiencia lúdica que convoque más
que a la competencia a la cooperación, a la solidaridad, a la
alegría, a la risa, a la convivencia. En este sentido y con el objeti-
vo de mejorar la calidad de vida, la Educación para la Paz debe
promover los derechos humanos y, particularmente, el derecho
de todos los niños y niñas a jugar y a recrearse.
6. El último objetivo de esta investigación estuvo centrado en
la creación de unos lineamientos para una Ludoteca comunitaria
para la promoción de la paz, y en este sentido es importante
destacar varias consideraciones:

– Estos lineamientos constituyen la síntesis de muchas experien-


cias de trabajo de animación sociocultural, en diversos ámbitos
institucionales y comunitarios del país y en consecuencia, estos
planteamientos se han hecho a la luz de la realidad del país,
al igual que la creación y sistematización del inventario de ac-
tividades.
– Sin embargo, es importante destacar que por mucho que se
proponga y se programe desde la o las instituciones «coordina-
doras» de la experiencia, ésta perderá su sentido de «experiencia
comunitaria» sin la consideración de las necesidades y la parti-
cipación entusiasta de los grupos de ciudadanos y ciudadanas
de las localidades donde se plantee la propuesta, sin la partici-
pación activa de los niños y niñas, adolescentes, adultos hombres
y mujeres de la comunidad.
– Aunque esta propuesta está hecha en el marco de la conmemo-
ración del Decenio Internacional de una Cultura de Paz y No
Violencia para los Niños del Mundo, en el marco del decreto
53/25 del 10 de noviembre de 1998, promovido por la Orga-
nización de las Naciones Unidas; es importante considerar la
necesidad de ser congruentes entre el decir y el hacer y aunque

248
he insistido también a lo largo de esta experiencia en la promo-
ción de una cultura de la paz, basada en una pedagogía de la
esperanza, poco podemos hacer en nuestros países latinoame-
ricanos, muy poco podemos hacer en Venezuela si no nos plan-
teamos seria y serenamente alternativas para reconstruir la
convivencia, para el respeto y la tolerancia. Por ello pienso que
sea cual sea la propuesta que se pretenda desarrollar para la
Promoción de una Cultura de la Paz, debe partir de un proceso
de interiorización y de verdadera reconciliación de los seres
humanos inmersos en cada proceso, en cada experiencia y como
lo afirma el decir popular «el papel lo aguanta todo»; pero son
las acciones las que inciden en el desarrollo humano y en este
orden de ideas, todavía es mucho el trabajo sostenido que tene-
mos que realizar en nuestro país para construir esa cultura de
la paz en positivo, donde tenemos que asumir, en principio
una posición crítica y de análisis de nuestra realidad y en medio
de ello, buscar alternativas para rescatar la alegría, para curar
las heridas que nos hemos hecho todos los venezolanos, sin
distinción política y social; todos queriendo, o sin querer, hemos
puesto nuestro granito de arena en este proceso de intolerancia
que nos envuelve.
– Tomando en cuenta las consideraciones previas, estos lineamien-
tos de la Ludoteca Comunitaria, como alternativa para la promo-
ción de la paz, pueden y deben ser ajustados en cada contexto,
atendiendo a sus necesidades específicas; tomando en cuenta
las relaciones entre la escuela y la comunidad, las necesidades
sociorrecreativas, la presencia y/o ausencia de las nuevas tecno-
logías de información y comunicación, la disponibilidad de
recursos económicos, o la carencia de los mismos y los procesos
a ser desarrollados para la consecución de los mismos, entre
otros factores.
– Por otra parte y finalmente, quiero recalcar el significado y la
importancia de la Ludoteca itinerante, que puede ser el punto
de partida para las Ludotecas comunitarias.

249
250
Recomendaciones

Una vez concluida esta experiencia, después de haber recorrido


estos «caminos y descaminos», es preciso hacer algunas sugerencias
para trabajar en función de no sólo la creación de Ludotecas comuni-
tarias, sino también en función del desarrollo de valores que promuevan
una cultura de la paz en positivo. En tal sentido se hacen las siguientes
recomendaciones:

1. Dar a conocer en los diversos ámbitos educativos y sociorrecrea-


tivos del país, las experiencias de las Ludotecas, particularmente,
las de las Ludotecas comunitarias, como experiencias que van
más allá de la creación de espacios, para uso del juguete y el
desarrollo de juegos dirigidos. Es importante dar a conocer el
sentido humanitario de sus orígenes; sus aportes para el desa-
rrollo sociocultural y comunitario, en diversos países del mundo.
Igualmente, se recomienda dar a conocer las experiencias desa-
rrolladas y los aportes de las Ludotecas para la construcción y
promoción de la paz en países que viven en guerra.
2. Promover el Proyecto «Una Ludoteca Para Tì», en el contexto
de las menciones de Educación Preescolar y Primera Etapa de
Educación Básica y en la de Proyectos Educativos de la Escuela
de Educación de la Universidad Central de Venezuela, con mi-
ras a la valoración de las Ludotecas comunitarias, como una
innovación educativa, donde pueden interrelacionarse la educa-
ción formal y no formal; también con el objetivo de dar a conocer

251
la importancia de la experiencia sociorrecreativa en el desarrollo
integral de las personas.
3. Desarrollar Seminarios y Talleres vinculados con la promoción
de la Paz y con el estudio y diferenciación de Paz Negativa y
Paz Positiva, para construir alternativas y programas en base
a un proceso de reflexión crítica en torno a la teoría y la práctica,
vinculadas con la cultura de la Paz.
4. Crear una materia electiva en el Plan de Estudios de la Escuela
de Educación para el estudio de las Ludotecas, cuyo producto
final sea la creación de Ludotecas en espacios educativos y cul-
turales vinculados o no directamente con la universidad, para
desarrollar programas de extensión y de promoción social.
5. Y finalmente, más que una recomendación, me siento obligada
a hacer un llamado a mantenernos «vivos», en un proceso de
reflexión crítica, en una actitud respetuosa y tolerante. En esta
situación de tensiones políticas y de desencuentros que vivimos
en el país, es urgente abrir espacios para la convivencia, sobre
todo porque el tiempo pasa y es difícil curar las heridas; pero
por encima de todas las cosas y parafraseando al maestro y poeta
Carlos Izquierdo, los adultos seguimos viviendo muchas cosas
y podemos esperar; pero los niños no pueden esperar para seguir
siendo niños. La hora es de extremadas urgencias. Por ello de-
bemos tratar de recuperar la alegría, dejar volar la imaginación,
debemos soñar, pero también debemos trabajar, educar respon-
sablemente y en este mundo de contradicciones, de asombros
y descubrimientos, debemos ¡Jugar!, ¡Juguemos y Construya-
mos la Paz!

252
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258
Índice general

Agradecimiento ................................................................................................... 9
Fe de Vida ......................................................................................................... 11
Introducción ..................................................................................................... 13

CAPÍTULO I
AUSENCIAS Y PRESENCIAS ¿EN NUESTRO LÚDICO UNIVERSO?
HE AQUÍ EL PROBLEMA

Razones que justifican esta investigación ........................................................... 26


Objetivos .......................................................................................................... 29
Antecedentes ..................................................................................................... 29

CAPÍTULO II
ENTRE HISTORIAS Y JUEGOS: LAS LUDOTECAS
Génesis de una aventura o los orígenes de un término: ...................................... 33
Deshojando la margarita: ¿Qué es una Ludoteca? .............................................. 38
¿La conocemos o no la conocemos? ¿Mucho, poquito o nada? ........................... 36
Una Ludoteca para el mundo: Las Ludotecas en diversas latitudes geográficas ... 39
Diferentes, Lúdicas y Creativas ......................................................................... 41
Tipos de Ludotecas ........................................................................................... 45
Un quehacer con Sentido: Las funciones de la Ludoteca ................................... 47
Las Funciones desde el punto de vista de la organización de las Ludotecas ........ 53
Espacios, duendes y otras ánimas festivas que dan vida a la Ludoteca ................ 53
Condiciones o Requerimientos a ser considerados en el espacio de las ludotecas ... 56
Espacios Exteriores de Juego ............................................................................. 57

259
Entre Duendes: Los juguetes y otros objetos lúdicos ......................................... 60
Criterios para la Selección de Juguetes ............................................................... 61
Criterios de inclusión ........................................................................................ 62
Criterio creativo o pedagógico ........................................................................... 62
Criterio recreativo ............................................................................................. 63
Criterio de solidez ............................................................................................. 63
Criterio práctico ............................................................................................... 63
Criterios de Exclusión ....................................................................................... 64
El sentido común .............................................................................................. 64
La ética ............................................................................................................. 64
Criterios de Clasificación de juguetes ................................................................ 65
Los usuarios y/o jugadores: Duendes en búsqueda de un quehacer .................... 66
Los Ludotecarios: Ánimas festivas que dan vida a las Ludotecas ........................ 67
Funciones del Ludotecario ................................................................................ 68
Niveles de profesionalización del Ludotecario ................................................... 68
Funciones de organización ................................................................................ 69
Funciones educativas ......................................................................................... 69
Funciones de animación .................................................................................... 69
Funciones de información ................................................................................. 69

CAPÍTULO III
AMÉRICA LATINA: CRÍTICA, LÚDICA Y ANIMOSA
Las Ludotecas NAVES ...................................................................................... 72
Una Ludoteca para ti: Un modelo a seguir ........................................................ 73
Las Ludotecas comunitarias: Un proyecto para América Latina ......................... 76
La ludoteca comunitaria Eva Balke: el punto de partida de «Una Ludoteca
para ti» ........................................................................................................ 77
Uma brinquedoteca para vocé ........................................................................... 78
El fin es el principio ........................................................................................ 103
Y en Venezuela… ¿qué tenemos? ..................................................................... 108
Venezuela y un Mundo de Ludotecas por venir ............................................... 113

CAPÍTULO IV
JUGUEMOS Y CONSTRUYAMOS LA PAZ
Algunas inquietudes en ¿El Otoño de un Sueño? ............................................. 117
He aquí, el Juego del Juego ............................................................................. 120
La Teoría Teleológica o del Ejercicio Preparatorio ............................................ 120

260
La Teoría Fisiológica o del Exceso de Energía .................................................. 121
La Teoría Psicológica o de la Relajación ........................................................... 121
La Teoría de la Recapitulación ......................................................................... 121
La Teoría de la Autoexpresión ......................................................................... 122
La Teoría Antropológica-Culturalista .............................................................. 122
Sobre el juego y sus posibilidades educativas ................................................... 129
Y la paz navega en medio de dos aguas en un barco de papel ........................... 137

CAPÍTULO V
LA LUDOTECA COMUNITARIA
Una alternativa para la promoción de la paz .................................................... 169
Argumentos que sustentan la propuesta .......................................................... 169
La Ludoteca Comunitaria en el ámbito de la animación sociocultural ............. 178
Cómo se concibe la Ludoteca .......................................................................... 179
Una propuesta para fortalecer las relaciones entre la escuela y la comunidad .... 183
Para un acercamiento al mundo lúdico desde la experiencia personal
y comunitaria ............................................................................................ 185
Algunos aspectos de organización .................................................................... 188
Etapas de desarrollo ........................................................................................ 190
Aspectos Básicos para el funcionamiento de la Ludoteca Comunitaria ............ 193
Sobre los recursos ............................................................................................ 198
Inventario de actividades ................................................................................. 200
Algunas actividades de acercamiento al mundo de la Comunicación
Audiovisual ............................................................................................... 226
Actividades en el área de la literatura de la creación literaria ............................ 230
Algunas actividades de creación en las Artes Plásticas ...................................... 232
Actividades de Promoción y Difusión ............................................................. 233
Estrategias y actividades para el ámbito escolar ................................................ 235
Estrategias sugeridas en el contexto de la promoción de la cultura
de la paz en el entorno escolar ................................................................... 235
Estrategias para la realización del ser: Para profundizar en el conocer
y en el hacer, con miras a una convivencia sana, justa y armoniosa ............ 235
Actividades para el desarrollo de la comunicación interactiva, el disfrute
de diferentes expresiones artísticas y la valoración de la creatividad
individual y grupal en los procesos de enseñanza aprendizaje en el aula. .... 236
Otras Actividades para la Experiencia Lúdica y la Promoción de la Paz
en el Ámbito Escolar ................................................................................. 238
Talleres dirigidos a los docentes ....................................................................... 240

261
Bibliografía recomendada ................................................................................ 243

Conclusiones .................................................................................................. 245

Recomendaciones ........................................................................................... 251

Bibliografía ..................................................................................................... 253

Índice general ................................................................................................. 259

262
ESTE LIBRO SE IMPRIMIÓ DURANTE
EL MES DE MARZO DEL AÑO DOS MIL
OCHO, EN LOS TALLERES TIPOGRÁFICOS
DE MIGUEL ÁNGEL GARCÍA E HIJO EN LA
CIUDAD DE CARACAS, PARA LA FACULTAD
DE HUMANIDADES Y EDUCACIÓN
DE LA UNIVERSIDAD CENTRAL
DE VENEZUELA

Tiraje: 500 ejemplares

263

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