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Las Fiestas de Levítico 23

En el capítulo 23 del libro de Levítico, encontramos la descripción de ocho fiestas


prescritas por Dios a través de Moisés. Estas fiestas forman la base de mucha de la doctrina
cristiana que conocemos. También forman la base de la religión judía hasta el día de hoy,
aunque con muchas acomodaciones para la ley “rabínica” para adaptar las prácticas religiosas
para NO incluir un Templo. Déjame hacer claro aquí que la religión judía como se practica
hoy en día NO ES BÍBLICO porque cada instancia de la ley requiere sacrificio, y no es
posible hacer ningún sacrificio fuera del Templo de Dios en Jerusalén que ya no existe.
El propósito de Dios en dar estas fiestas a su pueblo elegido para que se cumplan cada
año fue de prepararles por la venida del Mesías de Israel. Cada fiesta es un retrato de alguna
faceta de la persona u obra de Jesucristo, el Mesías.
Algunas de estas fiestas ya han sido cumplidas en la primera venida de Cristo, en su
muerte expiatoria, en su resurrección, y en el inicio de la iglesia. Otras de las fiestas todavía
quedan para ser cumplidas en su segunda venida.
Para nosotros, los cristianos, estas fiestas también tienen una importancia grande,
porque por sus enseñanzas acerca del Mesías y Su obra, ellos forman la base de nuestra
doctrina y entendimiento de las Escrituras.
Permítanme repetir: El propósito de Dios en dar estas fiestas a su pueblo elegido
para que se cumplan cada año fue de prepararles por la venida del Mesías de Israel. Cada
fiesta es un retrato de alguna faceta de la persona u obra de Jesucristo, el Mesías. Teniendo
esto en mente, debemos entender que cada fiesta es 1) un recordatorio; 2) un evento – o un
sentido – en la actualidad; y 3) una profecía. No siempre ocurren en este orden; en algunos
casos la profecía ya ha sido cumplida, y así viene antes del evento o el sentido en la
actualidad.
Las fiestas siguen en celebrarse por los judíos en nuestros días, pero no hay mucha (si
alguna) validez en las celebraciones, porque en varios casos el propósito de Dios para la
fiesta fue ya cumplida en la primera venida del Mesías. Y en ningún caso es posible hacer los
sacrificios requeridos porque no existe el Templo. El judaísmo rabínico ha intentado adaptar
la celebración de la fiesta para seguir con un rito anual, pero no tiene el mismo sentido como
lo que es presentado en Levítico 23.
En algunos casos será necesario que miremos de cerca a la enseñanza rabínica de
cierta fiesta para entender el error en el entendimiento del judío sobre aquella fiesta. Pero
nuestra meta principal será la de entender la enseñanza bíblica de la fiesta y su papel en el
plan de Dios para la salvación del hombre.
Las Fiestas Solemnes
“Habló Jehová a Moisés, diciendo: Habla a los hijos de Israel y diles: las fiestas
solemnes de Jehová, las cuales proclamaréis como santas convocaciones, serán estas:”
Levítico 23:1 – 2
En esta primera frase de Levítico 23 notamos dos cosas. Primero, y más importante,
es Jehová que habló. Es Jehová que ordenó estas fiestas anuales, y eran para cumplir Su
propósito. Segundo, fueron dadas a Moisés, aun antes de que el Pueblo Elegido entrara en la
Tierra Prometida; aun antes de que hubiera un templo.
Dios quería que Su pueblo empiece a entender Su plan para la salvación del pecador
en el principio de su vida nacional en la Tierra Prometida. Y vamos a ver que los detalles son
tan claros que es casi imposible que el Pueblo Judío no pudiera ver su cumplimiento en el
Mesías cuando Él venía.
El término “santa convocación” tiene dos sentidos. En el sentido más general, como
se usa en el versículo 2, cada día de cada fiesta estaría una santa convocación, porque fue
necesario que cada judío tome tiempo para observar estos días. En el sentido más específico,
como en el versículo 7 y el versículo 8, donde habla del “primer día (de siete días) y el
séptimo día (de siete días) será santa convocación.” En este caso, el término se refiere a un
día de reposo en que ningún trabajo podría hacer. Vamos a mirar muy de cerca a este
concepto en el próximo capítulo de este libro.
SHABAT: Salvación por Gracia
“Seis días se trabajará, mas el séptimo día será de reposo, santa convocación: ningún trabajo
haréis; día de reposo es de Jehová en dondequiera que habitéis.” Lev.23:3

Shabat es el recordatorio de la ocasión cuando Dios reposó, habiendo cumplido la


creación del mundo. (“Y vio Dios todo lo que había hecho, y he aquí que era bueno en gran
manera. Y fue la tarde y la mañana el día sexto. 1 Fueron, pues, acabados los cielos y la
tierra, y todo el ejército de ellos. 2 Y acabó Dios en el día séptimo la obra que hizo; y reposó
el día séptimo de toda la obra que hizo.3 Y bendijo Dios al día séptimo, y lo santificó, (B)
porque en él reposó de toda la obra que había hecho en la creación.” Génesis 1:31-2.3) El
evento, o el sentido, en la actualidad es cuando el individuo deje de obrar para ganar su
salvación y repose en la obra cumplida de Jesucristo, el Mesías de Israel, en la cruz del
Calvario – la obra de remisión de nuestros pecados. Es un acto que se ofrece a todo hombre,
y es un acto que ningún hombre pueda conseguir por medio de su propia obra. Solamente por
la gracia de Dios recibimos remisión de nuestros pecados. Dios dio el “yom shabat” – el día
de reposo – a Su Pueblo Elegido como un retrato de la futura obra del Mesías en la salvación
de individuos. Es el retrato en el Antiguo Testamento del principio encontrado en Efesios
2:8-9: “Porque por gracia sois salvos por medio de la fe, y esto no de vosotros, pues es don de
Dios; no por obras, para que nadie se gloríe.”

Y el sentido profético y futuro de shabat es nuestra eternidad, reposando en la


presencia de nuestro Señor y Salvador.
Shabat es uno de los conceptos más malentendidos de la Biblia. La mayoría de la
gente que uno pueda preguntar te dirán que shabat es la palabra hebrea que quiere decir
“sábado”; pero no es así. Shabat es la palabra hebrea que quiere decir “fín”, “cesar”,
“reposar”. Dios usó esta palabra para describir lo que El hizo en el séptimo día de la
creación: cesó de obrar, reposó de sus obras, porque estaba completa la obra de la creación.
No quedó nada para crear; no quedó nada para “evolucionar”; estaba completa la Creación en
todo aspecto.
Entre varios grupos hoy en día – judíos, asambleas mesiánicas, y llamados cristianos – existe
el concepto de que todos nosotros que creemos en el Dios de Israel, Jehová, debemos
reunirnos en el día de sábado, y no en el día de domingo, para hacerle culto. Estos
“sabatistas” de cualquier fondo religioso piensan así porque tienen un concepto equivocado
de lo que es el shabat de la Biblia.
Shabat nunca ha sido el nombre de un día de la semana. El pueblo judío no tiene
nombres para los días de la semana, sino usan solamente el número del día para indicar que
día es. Shabat no quiere decir “séptimo”. Shabat es palabra hebrea que en el español
quiere decir “reposo”.
Los judíos de los tiempos bíblicos nunca confundieron la palabra “shabat” con el
nombre de un día específica de la semana, porque sus días no tenían nombres: se referían
como el número de su posición en la semana: Día uno, día dos, día tres, etc., exactamente
como lo encontramos en Génesis 1. Shabat, o Shabes, refiere al significado de la celebración
del día, y no a un día específica de la semana. De hecho, en el capítulo 23 de Levítico,
encontramos varios días de shabat que pueden caer en cualquier día de la semana. Estos
días incluyen dos shabatim (plural de shabat) durante la Fiesta de los Panes Sin Levadura
(vv.7 y 8), el día de la Fiesta de Las Semanas (v.21), el día de la Fiesta de las Trompetas
(v.25), el Día de Expiación (vv.28-32) y el primero y el octavo día de la Fiesta de los
Tabernáculos (vv.34 y 35). Obviamente, el día de la semana cambia de año en año en cada
uno de estas fiestas. Pero cada una de estas fiestas demanda un día de reposo. ¿Por qué?
Dios dio el Día de Reposo – el Yom Shabat – como un cuadro hermoso del reposo en
la obra del Mesías para que el Pueblo Judío pudiere reconocerle cuando Él vino. Vemos en
estas fiestas que debemos reposar en la obra del Mesías para nuestra salvación, para nuestra
santificación, para nuestra expiación, para ser llevados al cielo, y para nuestra vida futura en
el cielo. Ningún trabajo humano nos pueda alcanzar la salvación, la santificación, la
expiación, la vida eterna. Solamente la obra cumplida del Mesías – el Mismo Dios – puede
proveer estas bendiciones para el hombre.

Encontramos el principio que gobierna el shabat en Marcos 2:27, 28. Cuando los
fariseos criticaron a los discípulos por arrancar espigas en el día de reposo, Jesús les dijo: “El
día de reposo fue hecho por causa del hombre, y no el hombre por causa del día de reposo. 28
Por tanto, el Hijo del Hombre es Señor aun del día de reposo.”

No estaba diciendo que el día de reposo fue dado al hombre como día de descanso.
Para entender esto, empezamos en mirar al principio del concepto de shabat. En Génesis
1:31-2:3 vemos que el concepto empezó con el acto de Dios, reposando de Su obra en la
Creación. Dios vio que era bueno (completo) y reposó. Debemos parar aquí para hacer la
distinción entre “reposar” y “descansar”. Dios no tenía motivo para “descansar”, porque
Dios jamás se cansó. Dios “dejó de obrar” porque la obra se había cumplido. En todas las
instancias en que Dios mandó que Su pueblo acordarse del “día de reposo para santificarlo”,
la Biblia cuidadosamente usa la palabra “reposo” y no “descanso”. En Levítico 23, vemos
una y otra vez la frase “Ningún trabajo de siervos haréis”. No está hablando de descansar,
sino de refrenarse de trabajar u obrar. La enseñanza es que el hombre no puede contribuir a
su propia salvación, santificación, o llegada al cielo.
Ahora, con el concepto de la palabra como “reposar” – no intentar a contribuir a
nuestra propia salvación, santificación, o llegada al cielo – vamos a ver lo que Hebreos tiene
que decirnos como explicación de nuestro “reposo” como creyentes en el Mesías que ha
hecho la obra.
En Hebreos 3:7-19, vemos el concepto que el día de reposo dado en el desierto de
Sinaí simbolizó el lugar de reposo que Dios quiso darles en la Tierra Prometida. En el
versículo 11 leemos que “…no entrarán en mi reposo...” ¿De quién habla aquí? De los del
Pueblo de Israel que no entraron en la Tierra Prometida en la oportunidad provisto por Dios.
Está hablando de aquella ocasión en que mandaron los doce espías para determinar el estado
de la Tierra Prometida. Diez de ellos volvieron para desanimar al pueblo para que no
entrasen en la Tierra. Dos de ellos – Josué y Caleb – intentaron mostrarle al pueblo que era el
tiempo para entrar, y que Dios había prometido “hacer toda la obra”, dejándoles entrar sin la
necesidad de pelear. El pueblo no les escuchó: “...no entrarían en su reposo...” vs.18, “...a
causa de incredulidad...” vs.19. Así que, toda una generación murió en el desierto, castigados
por su incredulidad, y cuando por fin Josué guió al pueblo entrar en la Tierra, tenían que
luchar para ganar la Tierra que Dios les hubiera dado sin trabajar.
Hebreos 4:1-8 nos presenta con otro concepto de reposo. Aquí vemos que:
“...permaneciendo aún la promesa de entrar en Su reposo...” vs.1, “...entramos en el
reposo...” vs.3 Es decir que el lugar de reposo es, en su turno, símbolo del reposo
verdadero.
En Hebreos 4:9-13 leemos que “...queda un reposo para el pueblo de Dios” vs.9 (en
esta instancia, los creyentes). “El que ha entrado en su reposo, también ha reposado de sus
obras.”vs.10. El creyente verdadero no depende de sus obras para su salvación, sino ha
reposado de sus obras. “Procuramos, pues, entrar en aquel reposo...” vs.11. Que busquemos
la salvación comprado por el Mesías con Su propia sangre, y no intentemos añadir nuestras
obras sin valor.
El reposo que queda para el pueblo de Dios no es ni un día, ni un lugar, sino es la
condición del creyente cuyo corazón confía -- reposa -- no en sus propias obras, sino en la
obra consumada por Jesucristo en la cruz del Calvario. Este es nuestro “shabat”, que
guardamos todos los días.
Dios dio al Pueblo la oportunidad de realizar el sentido de shabat cuando estaban por
primera vez en la frontera de la Tierra Prometida. Pero el Pueblo escuchó a los consejos de
los diez espías que les dijeron que, aunque la tierra fue muy bella, no podrían entrar porque
las ciudades fueron bien fortificadas y los habitantes eran gigantes. El pueblo, por su
desobediencia y su falta de fe en la Palabra de Dios que les dijo que Él iba a abrir paso para
ellos, y no tendrían que pelear, perdió la oportunidad de entrar libremente en la Tierra
Prometida. Su castigo fue lo de caminar por el desierto cuarenta años, hasta que había
muerto toda la generación que rechazó entrar; y cuando por fin entraron bajo el liderazgo de
Josué, tenían que pelear por cada metro cuadrado de territorio que ocuparon. Así que, nunca
han podido reclamar su reposo nacional. Y hasta el día de hoy, estando en la Tierra en un
estado de incredulidad, tienen que pelear por el territorio que ocupan.
Algunas personas, sobre los años – judíos y gentiles – han logrado entrar en el reposo
de Dios – la salvación por gracia comprada con sangre por el Mesías, Jesucristo.
El Shabat Rabínico
Aunque el concepto de shabat fue cumplido en la Primera Venida de Jesucristo, como
el judaísmo rabínico nunca ha reconocido dicha Venida, tampoco reconoce el cumplimiento
del concepto de shabat.
Hoy en día la observación de shabat es mucho más complicada que la manera que
vemos en las Escrituras, porque en los escritos rabínicos – la ley oral, los comentarios de los
rabinos, etc. – nos encontramos con 39 clases de 39 leyes – o sea, 1.521 leyes distintas que el
judío tiene que obedecer durante estos 24 horas para considerarse justo. Alguien ha dicho que
dos cosas han mantenido el pueblo judío como un pueblo aparte durante todos sus años en la
diáspora: la circuncisión y el shabat. Y quizás es por la complexidad del shabat que es así.
El shabat comienza con la puesta del sol viernes, y termina al atardecer en sábado.
Durante las 24 horas de shabat, los judíos comen tres alimentos. El primero se toma la
noche del viernes. El segundo se toma el sábado después del servicio matutino y el tercero se
come en la tarde del shabat. Según la interpretación rabínica, los judíos que toman los tres
alimentos del shabat, no sufrirán el conflicto de Gog y Magog durante el período antes de la
llegada del Mesías, ni tampoco el Gehenna. (Los judíos identifican Gehenna como el lugar
donde los malos que murieron serán juzgados).
Kabalat Shabat comienza el sábado la noche del viernes. La madre enciende un
mínimo de dos velas de shabat. Después de la bendición del encendido de las velas, el padre
judío bendice a sus hijos. Luego la familia toma el primer alimento del sábado.
Antes de la comida, el esposo cita Proverbios 31:10-31, y la familia canta Shalom
Aleijem, El padre sirve una copa de vino. Antes de tomar el vino, la familia recita kiddush
(“santificación”), una oración agradeciendo a Dios por dar el shabat como un recordatorio de
la creación. Ritualmente se lavan las manos y entonces el jala es bendecido antes de
comerse. El jala es el pan especial para el shabat. Está hecho con huevos, y está en forma de
una trenza.
Sábado por la mañana se celebra en la sinagoga. Uno de las leyes de shabat es que no
se puede encender fuego. Esto incluye cosas como poner la luz eléctrica y arrancar un
automóvil. Así que la familia tiene que ir caminando. Al caminar la familia judía hacia la
sinagoga, es posible que escuchen a otros judíos saludarles con las palabras, “Shabat
Shalom,” que significan “shabat en Paz” o “Gut Sabes” lo cual es yidis para “Buen Shabat”.
El servicio matutino por lo general dura varias horas. En las sinagogas ortodoxas, las
mujeres y los niños se sientan en diferentes secciones a la de los hombres. Si la sinagoga
tiene dos pisos, las mujeres se sientan en el balcón. Si no, habrá un muro o una cortina que
separa las dos áreas. Yarmulkas (kapot) se proveen para los varones que no los lleven.
Un cantor, (“hazan”) algunas veces oficia en la sinagoga. Tiene que ser de buena
reputación debido a su posición de liderazgo. Ya que él canta las oraciones, debe tener una
voz agradable. Debe también estar familiarizado con las melodías que se entonarán. La
mayoría de los hazan son laicos. Sin embargo, algunas escuelas rabínicas entrenan varones
cantores para llevar a cabo estos deberes. Uno de estos es la escuela rabínica de Buenos
Aires, Argentina.

Al comenzar el servicio, cada hombre abre su seder, (que significa “orden”) ó libro
de rezos. El libro contiene el correcto arreglo de las oraciones congregacionales. Las
bendiciones matinales son seguidas de salmos e himnos.
El llamado a la adoración es dado, y la congregación unánime recita la Shema de
Deuteronomio 6:4-9, en donde ellos afirman la unidad de Dios. (“Shema” significa “Oye”, y
es la primera palabra de la porción que dice, “Oye, Israel: Jehová nuestro Dios, Jehová uno
es”). El Salmo 90 cierra esta porción de los servicios de adoración. Cada shabat un lector
especial recita públicamente del Tanaj. (Antiguo Testamento). La primera parte que se lee
viene del Pentateuco, el cual se divide para que enteramente los cinco libros de Moisés sean
leídos en el transcurso de un año.
La segunda sección, llamada Haftorah (“aquello que es añadido”) proviene de los
libros poéticos. Aunque la Haftorah contiene todos los mismos libros que nuestro Antiguo
Testamento, solo se lee en la sinagoga las porciones elegidos por los rabinos como apropiado
para shabat. Varias porciones están siempre pasadas por alto, como por ejemplo Isaías 53 y
Daniel 9. Así que las porciones que más muestran la Primera Venida del Mesías no se
conocen por el judío.

El lector llama al frente de la sinagoga a miembros de la congregación para orar antes


y después de que lee porciones del Tanaj. La congregación ni se mueve ni habla, debido al
respeto hacia la Palabra de Dios. Entonces el servicio finaliza con oración. Un canto
conocido se entona y luego el grupo es despedido.

De acuerdo con el Talmud, el shabat termina cuando es posible distinguir tres


estrellas en el cielo. Si el cielo está nublado, el fin del shabat llega cuando una persona no
pueda distinguir la diferencia entre un hilo blanco y un hilo azul.

El ritual del havdalah (“separación” de shabat para entrar en otra semana) cierra el
shabat. Otra vez, la madre enciende una vela. Tiene aproximadamente un pie de largo (unos
30 centímetros) y tiene por lo menos dos pabilos entrelazados. El padre recita una bendición
sobre un vaso de vino, el cual es sostenido sobre un platón y se permite que se derrame gotas.

Después de esto dice una oración sobre una caja de especies aromáticas. (flores o
clavo). Agradece a Dios por la creación y por el shabat, y de que Dios ha separado este día
de los otros, y también de que El ha separado a Israel de las otras naciones, haciéndoles
únicos.

Terminando la ceremonia, la familia entona una canción acerca del profeta Elías,
quien (según el Talmud) llegará después de la havdalah. Este canto lleva estás palabras:
“Ven pronto en nuestros días / con Mesías, Hijo de David; con Mesías, Hijo de David.”

Oremos con fervor por el pueblo judío, que ellos lleguen a conocer a Aquel en quien
encontrarán el verdadero reposo del shabat.
PESAJ: La Pascua: Salvación por la Sangre de un Sustituto
Lev.23:5
Pesaj, o la Pascua Judía, es la primera de las fiestas anuales mandadas por Jehová en
Levítico 23. Como todas las fiestas Levíticas es un retrato de la persona y obra de Jesucristo.
Pesaj es un retrato de la salvación provista por Dios por medio del derramamiento de sangre – la
sangre del inocente para la salvación del culpable.
Hay mucho polémico sobre exactamente que es de qué consista Pesach. Y en testificar a un
judío, su mal entendimiento de la verdad sobre Pesach es un tropiezo que prohíbe el Judío aceptar el
evangelio.

Aún muchos de los comentaristas cristianos hoy en día enseñan mal conceptos del Pesach.
Aceptan la enseñanza rabínica que Pesach y Panes Sin Levadura son una sola fiesta, y no dos. Por
ejemplo, las notas de estudio de la Biblia King James con Notas de Estudio de una edición corriente dice
así: “La pascua era una fiesta histórica muy importante. Año tras año traía a la memoria los hechos de la
liberación nacional desde la servidumbre en Egipto. Se encuentra las instrucciones para su celebración en
Exodo 23:15, Levítico 23:5-8, y Números 28:16-25. Esta fiesta seguía del día 14 al día 21 de Nisan.”
Recuerdan estos días, el día 14 al día 21 de Nisan.

La Pascua fue dada por Dios a los judíos para enseñarles la salvación por sustituto.
Leemos en Éxodo 12:1-14 la historia de la primera Pesaj. Pesaj es la palabra hebrea que quiere
decir “sobrepasar”, porque era la ocasión en que el ángel de la muerte pasó por Egipto, dando
muerte a cada primogénito. Pero en las casas que habían participado en el rito prescrito por
Dios, el ángel pasó sin tocar el primogénito.

Exodo 12:1-14: “Habló Jehová a Moisés y a Aarón en la tierra de Egipto, diciendo: Este mes os será
2

principio de los meses; para vosotros será éste el primero en los meses del año. Hablad a toda la
congregación de Israel, diciendo: 3En el diez de este mes tómese cada uno un cordero según las familias
de los padres, un cordero por familia. 4 Mas si la familia fuere tan pequeña que no baste para comer el
cordero, entonces él y su vecino inmediato a su casa tomarán uno según el número de las personas;
conforme al comer de cada hombre, haréis la cuenta sobre el cordero. 5 El animal será sin defecto, macho
de un año; lo tomaréis de las ovejas o de las cabras. 6 Y lo guardaréis hasta el día catorce de este mes, y lo
inmolará toda la congregación del pueblo de Israel entre las dos tardes. 7 Y tomarán de la sangre, y la
pondrán en los dos postes y en el dintel de las casas en que lo han de comer. 8 Y aquella noche comerán la
carne asada al fuego, y panes sin levadura; con hierbas amargas lo comerán. 9 Ninguna cosa comeréis de él
cruda, ni cocida en agua, sino asada al fuego; su cabeza con sus pies y sus entrañas. 10 Ninguna cosa
dejaréis de él hasta la mañana; y lo que quedare hasta la mañana, lo quemaréis en el fuego. 11 Y lo
comeréis así: ceñidos vuestros lomos, vuestro calzado en vuestros pies, y vuestro bordón en vuestra
mano; y lo comeréis apresuradamente; es la Pascua de Jehová. 12Pues yo pasaré aquella noche por la tierra
de Egipto, y heriré a todo primogénito en la tierra de Egipto, así de los hombres como de las bestias; y
ejecutaré mis juicios en todos los dioses de Egipto. Yo Jehová. 13Y la sangre os será por señal en las casas
donde vosotros estéis; y veré la sangre y pasaré de vosotros, y no habrá en vosotros plaga de mortandad
cuando hiera la tierra de Egipto. 14Y este día os será en memoria, y lo celebraréis como fiesta solemne
para Jehová durante vuestras generaciones; por estatuto perpetuo lo celebraréis.”
En el versículo 5, vemos la primera pista de que estamos hablando de una profecía del
“cordero inocente que quita el pecado del mundo”. Dice que el animal “será sin defecto”
(perfecto, sin mancha). Esto habla de la deidad del Mesías Jesucristo – solo Dios es perfecto.
Será macho de un año (maduro – y macho, que elimina la posibilidad de hablar de María
salvadora). Y será tomado “de las ovejas o de las cabras” – tomado de entre otros iguales. Este
habla de la humanidad del Mesías, Jesucristo.
La marca de su sangre fue lo que salvó a las personas dentro de las casas. Ahora bien,
pensamos de poner la sangre “en los dos postes y en el dintel de las casas en que lo han de
comer”. Marcándolo así, la marca de la sangre hubiera sido en forma de una cruz.
Y en los versículos 12 y 13 leemos la promesa de Dios de guardar desde la muerte a
aquellas personas marcadas con la sangre del Inocente – proféticamente del Mesías Inocente,
Jesús.
Notemos que el versículo 8 describe la manera en que se debía de comer: “asado con
fuego” (una inmolación) “y panes sin levadura” (en un atmósfera lejos de pecado) “con hierbas
amargas (la memoria de su esclavitud). En el acto de salvarles de las ministraciones del ángel de
la muerte, Jehová también les libró de la esclavitud.
La Pascua – Pesaj – es un recordatorio de aquella noche en Egipto. Y era – en la forma
dada aquí en Éxodo 12 – una profecía del sacrificio hizo por el Mesías Jesucristo en la cruz de
Calvario.

En la actualidad, para el judío, es un ritual anual que tiene poco que ver con el relato
bíblico. Sin embargo, sigue en darles un retrato bien obvio de la persona y obra del Mesías en Su
Primera Venida.

Para los que estén dispuestos a verlo, es una profecía ya cumplida en la muerte y
resurrección de Jesucristo. Y la noche anterior a Su sacrificio en la cruz, El nos dio la Pascua –
el Pesaj – en su nueva forma. Lo llamamos la Santa Cena, o la Cena del Señor. (Mateo 26:17-29;
Marcos 14:12-25; Lucas22:7-23)
(Notemos que en la celebración de Pesaj – la Pascua – en Éxodo 12, había tres elementos
usados como símbolos: el cordero, que representaba la sangre del sacrificio; el pan sin levadura
que representaba el cuerpo ofrecido; y las hierbas amargas, que representaba la amargura de la
esclavitud. En la forma usada hoy en día por los judíos, se encuentren seis símbolos, los tres
principales siendo el hueso, que representa el cordero de sacrificio; el pan sin levadura que
representa el cuerpo ofrecido; y las hierbas amargas que todavía simbolizan la amargura de
esclavitud – en Egipto, y del pecado. Pero la nueva forma, dada por Jesucristo en su última cena
con sus discípulos, tiene solo dos elementos: el jugo de uva que simboliza Su sangre derramada,
y el pan sin levadura que simboliza Su cuerpo ofrecido. Esto es porque la persona que pueda
celebrar esta nueva forma – el creyente dos veces nacido – no tiene la esclavitud al pecado. ¡Ya
ha sido librado!)
Será en esta nueva forma – la Cena del Señor – que la tomaremos con El en el milenio.
La Celebración Rabínica de la Pascua
La Fiesta de Pesaj, o Pascua, se celebra entre mediados de Marzo y principios de Abril.
Distinto de lo que leemos en Exodo 12 o en Levítico 23, Pesaj para el judío contemporáneo está
combinado con la Fiesta de Panes Sin Levadura, y es una observación de ocho días, no de un día.
El tema de la conmemoración es la liberación del pueblo de Israel de su esclavitud en Egipto.
Según los rabinos, “a través de la historia, los judíos la han observado fielmente tal como Dios lo
ordenó en Éxodo 12:14 ‘Y este día os será en memoria, y lo celebraréis como fiesta solemne para
Jehová durante vuestras generaciones; por estatuto perpetuo lo celebraréis.’”
(Nota del redactor: Según los rabinos, es una fiel observación de Éxodo 12:14. Pero en
realidad, ellos no hacen ninguna distinción entre Pesaj, que es una fiesta de un solo día para
conmemorar el rescate del ángel de la muerte en la última plaga, y Panes Sin Levadura que es
una conmemoración de la salida de Egipto. Como ellos no reconocen el cumplimiento de la
salvación de Pesaj, el propósito está confundido con la salida de Egipto.)
Más que cualquier otra celebración, los judíos observan la Pascua. Requiere que se hagan
cambios en la rutina de la familia judía. Unos días antes de que empiece la celebración, el papá
de la familia y todos los varones hacen una búsqueda cuidadosa para cualquiera cosa que
contiene levadura, y la levadura es sacada fuera para cumplir con el mandato dado en Éxodo
12:19. Este incluye productos fermentados, como el vino. La madre del hogar deja pequeños
pedazos de pan leudo alrededor de la casa a propósito. El varón de la familia de más edad y el
más pequeño usan una pluma de ave para barrer la levadura a una cuchara de madera. En las
casas ortodoxos, toda la levadura está llevada fuera de la casa y quemada.
El Seder (que significa “orden”) se observa la primera tarde de la fiesta. Cada persona
tiene una copia de la Hagadah (“la narración”) que hace un recuento de la historia del Éxodo
desde Egipto. Se lee durante las dos primeras noches de Pascua.
La mesa se adereza con alimentos seleccionados por su simbolismo y por las lecciones
que enseñan. Mazot (pan sin levadura), según los rabinos, recuerda al judío que sus antepasados
dejaron Egipto de prisa, y el pan no tuvo tiempo de leudarse. (Véase Éxodo 12:39). (Nota del
autor: De hecho, en la noche en que el ángel de la muerte sobrepasó a las casas, había bastante
tiempo para leudarse el pan, porque Dios dio las instrucciones (Exodo 12:5) cuatro días antes
de la fecha indicada. La directiva de pan sin levadura era, en este caso, por el simbolismo de sin
pecado, y no por la prisa con que tenían que prepararse. Esta prisa se refiere a la próxima fiesta,
Panes Sin Levadura.)
Durante el Seder, el padre toma los tres pedazos de mazot y quiebra el pan intermedio por
la mitad, escondiendo la troza más grande para más tarde. Esta pieza de pan se llama Afikomen.
Al hijo varón más pequeño se le recompensará por encontrarlo después. Como un tipo, el mazot
habla del Mesías, que en su carne no pecó, ni conoció pecado, ni tenía pecado. El Afikomen
todavía es un cuadro mucho mayor del Hijo de Dios (la pieza intermedia de una unidad de tres)
cuyo cuerpo fue quebrado por nosotros. “Y tomó el pan y dio gracias, y lo partió y les dio,
diciendo: Esto es mi cuerpo, que por vosotros es dado; haced esto en memoria de mi.” (Lucas
22:19, palabras dichas mientras Jesús observaba su última celebración de Pascua con Sus
discípulos.)
Los rabinos enseñaron que las tres piezas de mazot eran Dios, el Sumo Sacerdote, y el
pueblo. O algunas veces decían que significaban Abraham, Isaac y Jacob. De cualquier manera,
la pieza intermedia es siempre quebrada y no pueden explicar el por qué. El Dr. Jacob
Gartenhaus decía que Dios calladamente había insertado un cuadro de la Trinidad en la
observancia de la Pascua, y que era un claro cuadro de Jesucristo.
Maror (hierbas amargas) es una ilustración de la amargura de la esclavitud que los judíos
sufrieron en Egipto. Los judíos modernos utilizan rábano picante para recordarles las
experiencias amargas de la esclavitud durante 400 años. Las Escrituras dicen, “...el camino del
pecador es duro,” así que para los incrédulos muestra un cuadro de sus vidas bajo maldición.
Al cristiano, es una ilustración de la armagura de la esclavitud al pecado antes de su
salvación. “Y me hizo sacar del pozo de la desesperación, del lodo cenagoso; Puso mis pies
sobre peña, y enderezó mis pasos. Puso luego en mi boca cántico nuevo, alabanza a nuestro Dios.
Verán esto muchos, y temerán, y confiarán en Jehová.” (Salmos 40:2, 3).
Jaroset que es una pasta hecha de manzanas, almendras, pasas y algunas veces canela,
que recuerda a los judíos del mortero utilizado por los esclavos hebreos para amasar ladrillos
para sus amos. Para los que están en Cristo, esto es un tipo de la presión y abatimiento del
Calvario, del cual procede la dulzura de la salvación; y a la vez, un tipo de nuestra esclavitud al
pecado antes de la salvación, del cual procede la dulzura de nuestra comunión restaurada con
Dios.
El hueso de la pierna de un cordero representa el sacrificio, el cordero pascual que fue
alimento esa primera noche de Pascua en Egipto, cuando su sangre fue aplicada a los postes y
dinteles de las puertas. (El cordero hoy día no se come como parte de la Pascua.) Dios había
dicho, “...y veré la sangre y pasaré de vosotros...” Esto es un tipo de la sangre del Mesías Jesús,
derramada por la humanidad. También muestra que la sangre debe ser aplicada a la puerta
individual del corazón por medio de la fe. Para los judíos hoy, el hueso de la pierna de cordero
sobre la mesa de Seder tiene poco significado. Está seco ya que no tiene carne sobre él. Como el
judaísmo sin Jesucristo, es seco y no produce satisfacción ninguna.
Karpas es una verdura de color verde, y por lo general es apio. Puede mirársela como una
representación del hisopo con el cual fue aplicada la sangre sobre las puertas.
También en la mesa hay un huevo duro cocido en agua. Su significado no está claro, y es
una adición bastante nueva cuya origen aun permanece en oculto.
Durante el Seder cada copa está llenada cuatro veces con vino, el fruto de la vid. La
familia beberá la primera copa al principio de la ceremonia cuando el padre pronuncia una
bendición. Entonces el hijo mayor hará la primera de cuatro preguntas: “¿Porqué ésta noche es
diferente a todas las demás noches?” Al responder, el padre explica como Dios redimió al pueblo
judío de largos años de esclavitud en Egipto. Al mencionarse cada plaga, pequeñas gotas de vino
se depositan con el dedo sobre el plato. Otras preguntas incluyen: “¿Porqué hoy comemos pan
sin levadura?” “¿Por qué nos recostamos sobre la mesa hoy?” y “¿Porqué comemos hierbas
amargas hoy?” Al responder, el padre relata la historia de la salida de Egipto y la provisión de
Dios en el camino. (Como hemos visto en las Escrituras, esto no es lo que representa la Pascua,
sino el rescate del ángel de la muerte.)
Antes de los alimentos la familia recita parte del Halel de los Salmos113-118. (Halel
quiere decir “alabanza”, y es el raíz de nuestra palabra “Haleluya”.) Se unen en cantar una
canción llamada Dayenu (“Ya es suficiente”) – es el Salmo 136 – que detalla cada milagro que
Dios realizó para liberar a Su pueblo escogido de la esclavitud egipcia. Entonces la familia bebe
la segunda copa.
Ya casi al final del Seder, el padre retrae el afikomen, que se sirve como postre. Se
recompensa al niño que encuentre el afikomen y a todos se les comparten en comer de él. Si
pregunta al judío el significado de la palabra afikomen, le contestará que quiere decir “postre”
porque viene después de la comida, o “escondido” porque ha estado escondido durante la cena.
Pero la realidad es que afikomen no es palabra hebrea. Es palabra griega, y su significado es
“ellos han venido”. ¿Ellos han venido? Volveremos a esta palabra en un momento. Es entonces
que todos los presentes beben la tercera copa. Y fue justamente en este punto de la última cena
tomada por el Señor Jesús con sus discípulos que leemos: “Y mientras comían, tomó Jesús el pan
y bendijo y lo partió, y dio a sus discípulos, y dijo: Tomad, comed; esto es mi cuerpo.” “Y
tomando la copa, y habiendo dado gracias, les dio, diciendo: Bebed de ella todos, porque esto es
mi sangre del nuevo pacto, que por muchos es derramada para remisión de los pecados.” (Mateo
26:26-28)
Ahora, el más joven va hacia la puerta y la abre para dar la bienvenida al profeta Elías al
Seder. Se espera de él que entre y se siente a la mesa y beba su copa, después de lo cual él
proclama la venida del Mesías. (Véase Malaquías 4:5, 6) Usted recordará que Jesús, el Mesías,
dijo que Elías ya había venido en la persona de Juan el Bautista.
Se concluye el Halel y entonces se bebe la cuarta copa. Recitan una plegaria pidiendo a
Dios que juzgue a todos aquellos que se le oponen. El Seder finaliza con la siguiente declaración,
“¡El año próximo en Jerusalén!” Al cerrarse el Seder, se canta una canción que recuerda a todos
aquellos que buscan destruir a los judíos, que ellos mismos serán destruidos.
Para el cristiano, el Salvador ya ha sido crucificado, sin embargo ha resucitado de entre
los muertos y ha ascendido al Padre en el cielo. Regresará otra vez para reinar sobre el trono de
su padre ancestral, David, por el milenio. Así que, “¡El año próximo en Jerusalén!”
La Fiesta De Primicias: La Resurrección En Las Fiestas

I. Levítico 23:10-14

La Fiesta de las Primicias es una fiesta muy interesante. Por su carácter agrícola, los
judíos – y por la mayor parte, los cristianos – nunca han visto el mensaje de esta fiesta.
10
“Habla a los hijos de Israel y diles: Cuando hayáis entrado en la tierra que yo os doy, y seguéis
su mies, traeréis al sacerdote una gavilla por primicias de los primeros frutos de vuestra siega.
11
Y el sacerdote mecerá la gavilla delante de Jehová, para que seáis aceptos; el día siguiente del
día de reposo la mecerá. 12Y el día que ofrezcáis la gavilla, ofreceréis un cordero de un año, sin
defecto, en holocausto a Jehová. 13Su ofrenda será dos décimas de efa de flor de harina amasada
con aceite, ofrenda encendida a Jehová en olor gratísimo; y su libación será de vino, la cuarta
parte de un hin. 14No comeréis pan, ni grano tostado ni espiga fresca, hasta este mismo día, hasta
que hayáis ofrecido la ofrenda de vuestro Dios; estatuto perpetuo es por vuestras edades en
dondequiera que habitéis.”
Esta fiesta fue dada al pueblo judío para poder reconocer los acontecimientos en la
muerte y resurrección de su Mesías. Es una figura de la resurrección.
Vemos que cada hombre tenía que traer una gavilla de su cosecha como primicias de los
primeros frutos cosechados. El sacerdote tenía que levantar la ofrenda delante de Jehová “para
que seáis aceptas” – la única manera para ser aceptado por Dios es presentar la prueba de que ha
recibido el don de la salvación probado por la resurrección del Mesías.
Dos detalles interesantes: en el versículo 11, leemos que “el día siguiente del día de
reposo la mecerá”. Y por el contexto, esta fiesta tenía que ocurrir en medio de la semana de la
fiesta de Panes sin Levadura, inmediatamente después de la Pascua.
El día después del día de reposo semanal es el primer día de la semana – lo que nosotros
en nuestro calendario llamamos “Domingo”. El día de Primicias es domingo. En algunos casos,
cuando la Fiesta de Panes Sin Levadura empieza en un viernes, y porque el primer día de esta
fiesta es siempre un día de reposo, encontramos con dos días de reposo seguidos: viernes y
Sábado, que es día de reposo cada semana. Así era el caso en el año en que el Mesías Jesucristo
murió. Así que, aquél año no fue posible que los seguidores de Jesús volviese a tratar con su
cuerpo durante los días de Viernes y Sábado. Y cuando volvieron temprano el primer día
(Domingo) el ángel les dijo: “No está aquí, pues ha resucitado”.
El otro detalle interesante es que el versículo 14 nos dice “estatuto perpetuo es por
vuestras edades en dondequiera que habitéis.” Por estatuto perpetuo, los que aceptan la
salvación del Mesías resucitado deben de celebrarlo cada primer día – cada domingo.
¿De dónde sacamos la prueba de esta interpretación bíblica de la Fiesta de Primicias?
Pues, de la Biblia. Pablo dice en 1ª Corintios 15:20: “Mas ahora Cristo ha resucitado de los
muertos; primicias de los que durmieron es hecho.”
No incluimos aquí la manera Rabínica de observar esta fiesta, porque hoy en día no se
celebra. Ni siquiera la encontramos en su calendario excepto como el principio de un tiempo
llamado “Contar el Omer”, que es el acto de contar los días entre esta Fiesta de Primicias y la
próxima Fiesta de Shavu’ot – Pentecostés.
Según la Torá (Levítico 23:15) los judíos estén obligados de contar los días desde la
Fiesta de Primicias (según los rabinos la segunda noche de Pesaj) hasta el día antes de Shavu’ot,
siete semanas enteras. Este período de tiempo se llama “Contar el Omer”. Un omer es una
unidad de medir. En la noche de Primicias en los tiempos pasados, se cortaban un omer de
cebada para llevar al Templo como ofrenda de Primicias.
Cada noche desde la segunda noche de Pesaj hasta la víspera de Shavu’ot, los judíos
cantan una bendición y nombran la cuenta del omer en semanas y en días. Así que en el día 16,
dicen: “Hoy es diez y seis días, que son dos semanas y dos días del Omer.”
Es un tiempo de luto parcial, durante lo cual no se puede planear bodas, fiestas o cenas de
gala en memoria de una plaga que había durante la época de Rabino Akiba. Tampoco se permite
que el hombre corte su pelo durante este tiempo. El día 33 del Omer, el 18 del mes de Iyar, es
una fiesta menor que conmemora el terminar de la plaga. Esta fiesta se llama Lag b’Omer, y el
luto termina por esta día.
Aunque los judíos no vean el significado de esta Fiesta de Primicias, es imprescindible
que los cristianos lo vean, porque es la base de la doctrina de la necesidad de reunirse la iglesia
cada domingo. Cristo salió de la tumba en el primer día de la semana. Así que cada domingo los
cristianos celebran Su bendita resurrección.
Es también el recordatorio de la ley de sembrar y cosechar. Siempre cosechamos el
mismo género que sembramos. Si sembramos trigo, cosechamos trigo. Si sembramos cebollas,
siempre cosechamos cebollas. Y si sembramos el evangelio de salvación, cosechamos
salvaciones de almas.
La cosecha es siempre más grande que lo que siembra. Cristo resucitó primicias de una
cosecha grande de almas que han aceptado Su sacrificio para hacerse “hijos de Dios” como dijo
Juan.
Estamos en la actualidad en la etapa de sembrar. Cada creyente es responsable para la
siembra del evangelio en esta, la Edad de la Iglesia.
En el día designado por Dios Padre, y desconocido a nosotros, a los ángeles y a Satanás,
cada creyente va a resucitar de entre los muertos “para estar con Él para siempre”. Amén.
La Santificación En Las Fiestas: Los Panes Sin Levadura
Levítico 23:6-8

“6Y a los quince días de este mes es la fiesta solemne de los panes sin levadura a Jehová; siete
días comeréis panes sin levadura. 7 El primer día tendréis santa convocación; ningún trabajo
de siervos haréis. 8 Y ofreceréis a Jehová siete días ofrenda encendida; el séptimo día será
santa convocación; ningún trabajo de siervo haréis.”

“15Siete días comeréis panes sin levadura; y así el primer día haréis que no haya levadura en
vuestras casas; porque cualquiera que comiere leudado desde el primer día hasta el séptimo,
será cortado de Israel. 16 El primer día habrá santa convocación, y asimismo en el séptimo día
tendréis una santa convocación; ninguna obra se hará en ellos, excepto solamente que preparéis
lo que cada cual haya de comer. 17 Y guardaréis la fiesta de los panes sin levadura, porque en
este mismo día saqué vuestras huestes de la tierra de Egipto; por tanto, guardaréis este
mandamiento en vuestras generaciones por costumbre perpetua. 18 En el mes primero comeréis
los panes sin levadura, desde el día catorce del mes por la tarde hasta el veintiuno del mes por
la tarde. 19 Por siete días no se hallará levadura en vuestras casas; porque cualquiera que
comiere leudado, así extranjero como natural del país, será cortado de la congregación de
Israel.” Éxodo 12:15- 19

“17 Y a los quince días de este mes, la fiesta solemne; por siete días se comerán panes sin
levadura. 18 El primer día será santa convocación; ninguna obra de siervos haréis. 25 Y el
séptimo día tendréis santa convocación; ninguna obra de siervos haréis.”
Números 28:17, 18 y 25.

En Levítico 23, la fiesta de los panes sin levadura sigue inmediatamente la fiesta de
Pesaj. O sea, el mandato de Dios en Éxodo 12 y en Levítico 23 es que el Pesaj se celebra el día
14 de mes de Nisan, que la Biblia dice “será el primer mes del año”, y la fiesta de los panes sin
levadura empieza el día 15 de Nisan.

Por su proximidad, puedo ver como estas dos fiestas han llegadas a combinarse en una
sola – lo que hoy en día los judíos llaman “Pesaj” o Pascua. Pero en realidad son dos fiestas
distintas con dos enseñanzas distintas para presentar. Hemos visto la salvación en la Pascua. En
los Panes Sin Levadura, vemos la Santificación Progresiva – que en realidad sigue
inmediatamente a la salvación.
En la historia de Israel, los Panes Sin Levadura son el reconocimiento o el recordatorio
del Éxodo desde Egipto, que seguía inmediatamente – el próximo día – al rescate por la muestra
de sangre durante la última plaga. De hecho, el Hagadah del Pesaj rabínico relata
cuidadosamente la manera en que Dios sacó el pueblo judío del Egipto, librándoles de la
esclavitud que sufrían allí durante 400 años.
Durante el período del cautiverio en Babilonia, los judíos celebran la Pascua – Pesaj –
durante dos días para asegurarse que estaba el día 14 de Nissan en Jerusalén, donde las Escrituras
les mandaron celebrarla. Cuando regresaron del cautiverio, la mayoría de ellos seguían en
celebrar la Pascua el día 15, combinada con la fiesta de los panes sin levadura. Esta es la
explicación por qué Jesús celebró su última Pascua un día antes del día en que los sacerdotes y
mucho del pueblo judío la celebraron. (Léase los capítulos 26 a 28 de Mateo, notando que Jesús
ya había celebrado la Pascua antes de ser entregado; los demás empezaron su celebración el día
siguiente, después de la crucifixión.)

La fiesta de los panes sin levadura incluye dos días de reposo (vss.7, 8), el primero y el
último día de la fiesta. Leemos en Marcos 15:42: “Cuando llegó la noche, porque era la
preparación, es decir, la víspera del día de reposo…” Esto nos muestra que estaban celebrando
su Pascua (los sacerdotes) en el primer día de panes sin levadura. ¿Cómo sabemos? Pues, en
ningún sitio en las Escrituras es la Pascua un día de reposo. (Véase también Lucas 23:54 y Juan
19:31)
El significado simbólico de esta fiesta es así: los siete días de comer pan sin levadura
simboliza la purificación que resulta de alimentarse de lo puro. Los rabinos dicen que comer pan
sin levadura durante siete días quitará todo efecto de la levadura usada en pan normal del cuerpo.
Simbólicamente es el acto de purificar a nuestras almas por “comer” la Palabra de Dios. (Salmo
119:140; Salmo 12:6). Es simbólico de la santificación progresiva del creyente por medio del
Espíritu Santo.

Esta fiesta es recordatorio de la salida de Israel de la esclavitud en Egipto. Para el


creyente de hoy en día, el miembro del cuerpo de Cristo, significa que está libre de la esclavitud
a pecado. Y algún día, en la Eternidad, estaremos libres de la presencia del pecado.
La Celebración Rabínica de Panes Sin Levadura
Como vemos en el capítulo anterior – hablando de la celebración rabínica de Pesaj –
estas dos celebraciones han sido combinadas en una desde hace los tiempos de la Primera Venida
del Mesías. Yo lo veo como el intento de ignorar el cumplimiento del Pesaj – el rescate del alma
de las ministraciones del ángel de la muerte por la salvación comprado con la sangre del Mesías
en la cruz del Calvario. Por lo que sea el razonamiento, estas dos fiestas ya se celebran como
una sola fiesta.
Fiesta de las Semanas (Pentecostés): La iglesia
Lev.23:15-22
15
“Y contaréis desde el día que sigue al día de reposo, desde el día en que ofrecisteis la gavilla
de la ofrenda mecida; siete semanas cumplidas serán. 16Hasta el día siguiente del séptimo día
de reposo contaréis cincuenta días; entonces ofreceréis el nuevo grano a Jehová.
17
De vuestras habitaciones traeréis dos panes para ofrenda mecida, que serán de dos décimas de
efa de flor de harina, cocidos con levadura, como primicias para Jehová. 18Y ofreceréis con el
pan siete corderos de un año, sin defecto, un becerro de la vacada y dos carneros; serán
holocausto a Jehová, con su ofrenda de olor grato para Jehová. 19Ofreceréis además un macho
cabrío por expiación, y dos corderos de un año en sacrificio de ofrenda de paz. 20Y el sacerdote
los presentará como ofrenda mecida delante de Jehová, con el pan de las primicias y los dos
corderos; serán cosa sagrada a Jehová para el sacerdote.
21
Y convocaréis en este mismo día santa convocación; ningún trabajo de siervos haréis; estatuto
perpetuo en dondequiera que habitéis por vuestras generaciones. 22Cuando segareis la mies de
vuestra tierra, no segaréis hasta el último rincón de ella, ni espigarás tu siega; por el pobre y
para el extranjero la dejarás. Yo Jehová vuestro Dios”
En esta fiesta vemos la iglesia de Cristo. Leemos su cumplimiento en Hechos 2 cuando el
Espíritu Santo vino sobre la iglesia allí en el aposento alto de Jerusalén.
Vamos a mirar a los detalles de esta fiesta para confirmar su significado. En primer lugar,
consideramos la fecha. Aquí vemos que la Fiesta de Semanas ocurrió cincuenta días después de
la Fiesta de Primicias. Así que, también estamos hablando de un “primer día de la semana” – un
domingo. La iglesia nació en Jerusalén en un día de domingo. Yo sé que hay algunos que vean
el nacimiento de la iglesia en Mateo 16:13-19. No voy a debatir eso, pero a mi vista, como
cualquiera criatura, la iglesia fue concebido – fuera de la luz del día (véase Mateo 16:20) – y
luego fue mostrado completa al mundo en Hechos 2.
En el versículo 17, vemos que la ofrenda tenía que ser en forma de dos panes, cocidos
con levadura. Es la única instancia en que Dios pide una ofrenda que contiene levadura. ¿Por
qué aquí? Pues, los dos panes representan dos pueblos – los judíos salvos y los gentiles salvos –
que componen la iglesia. Y aunque son salvos, no son perfectos. Hay pecado entre nosotros de
la iglesia. La levadura en las Escrituras siempre es un tipo de pecado. Así en versículo 19 vemos
que con regularidad había de ser una ofrenda por expiación (perdón de pecados – véase 1 Juan
1:9) y una ofrenda de paz hecho por el sacerdote. Nuestro Sumo Sacerdote siempre está al lado
de Dios Padre para interceder por Su iglesia.
En versículo 21 leemos “ningún trabajo haréis”. La iglesia no fue obra de hombres, sino
obra de Cristo Jesús (Mateo 16:18: “sobre esta roca edificaré [yo] mi iglesia”) y el Espíritu Santo
(Hechos 2).
Recordatorio: Israel fue puesto entre las naciones como testimonio a Dios.
Cuando Israel falló en esta obra por su incredulidad y su rechazo del Mesías, de Su
salvación y de Su iglesia, la tarea cayó en manos de la iglesia: “Id por todo el mundo y predicad
el evangelio a cada criatura… al judío primeramente, y también al griego.” Este es la etapa en
que vivimos hoy. El versículo 22 habla de esto: que debemos no solamente proveer la semilla por
nuestra familia, nuestra ciudad, sino también que reservamos semilla para el pobre y el
extranjero – la obra misionera.
La profecía todavía por cumplir en esta fiesta es que cuando Cristo venga por su novia,
la novia será compuesta de judíos y gentiles salvos por la sangre de Cristo.
Shavuot: La Celebración Rabínica
(Citada del Gartenhaus Curso de Estudios Judaicos, Mark Oshman)
La Fiesta de Shavuot -- Semanas (Pentecostés) está basada en Éxodo 34:22 que dice,
“También celebrarás la fiesta de las semanas, la de las primicias de la siega del trigo, y la fiesta
de la cosecha a la salida del año.” Esta celebración se observa cincuenta días después de la Fiesta
de Primicias. De acuerdo a la tradición judía, Israel recibió los Diez Mandamientos en Shavuot.
Algunos judíos observan esta fiesta al atardecer, reuniéndose en casa o en la sinagoga
para estudiar la Tora y otros escritos religiosos, y por lo tanto permanecen despiertos toda la
noche. Esta práctica es un tikkun (“restauración”) porque es su creencia que cada judío
personalmente debe hacer una recreación de la aceptación que sus antepasados tuvieron con
respecto a la Tora. Al siguiente día se observa un servicio matutino. Consiste en la lectura de los
Diez Mandamientos. La haftora consiste, pues, del libro de Ruth, que ocurrió durante la cosecha
de cebada en Israel.
Muchos judíos consumen solamente alimentos lácteos durante Shavuot. Una tradición
dice que cuando Dios entregó los Diez Mandamientos, los israelitas en el Monte Sinaí se
abstuvieron de comer carne, ya que no sabían cuales productos de carne eran kosher.
Las Trompetas (Rosh Hashaná): el Recogimiento de Israel
Levítico 23:23-25

“Rosh” es la palabra hebrea que quiere decir “cabeza”; “shana” quiere decir “año”, y el
prefijo “ha” siempre quiere decir “el” o “la”. Así que Rosh Hashana es “la cabeza del año”, o el
principio del año. Es el año nuevo del calendario judío hoy en día. El judaísmo rabínico enseña
que Dios creó el mundo en la fecha de Rosh Hashana, y por eso es el principio del año. Sin
embargo, en Levítico 23 Dios mandó a los hijos de Israel que el mes de Aviv, en lo cual se
celebra Pesaj, es el principio de los meses del año. Los rabinos acomodan esto en decir que
Rosh Hashana es el inicio del año civil, y Aviv es el principio del año religioso. Cuando suene el
shofar en el día de Rosh Hashana, los “Yamim Noraim” – dias de asombro – empiezan. Este día
también se conoce por otro nombre: Yom Terua – el día del trompeta.

“23Y habló Jehová a Moisés diciendo: 24En el mes séptimo, al primero del mes tendréis día de
reposo, una conmemoración al son de trompetas, y una santa convocación. 25Ningún trabajo de
siervos haréis y ofreceréis ofrenda encendida a Jehová.”

El recordatorio en este caso es para recordarles de la manera histórica de reunir al pueblo


de Israel en tiempo de guerra. La “trompeta” aquí es el shofar, el cuerno de un animal. Por
ejemplo, las trompetas que Josué mandó tocar cuando el pueblo de Israel rodeaba la ciudad de
Jericó fueron shofarim.

El significado profético habla del recogimiento de Israel. La Biblia describe este


recogimiento en dos etapas: la primera será un recogimiento en incredulidad antes de la
Tribulación; la segunda será un recogimiento en fe antes del milenio.

En nuestros tiempos estamos testigos videntes del recogimiento en incredulidad. Desde


el día 5 de Iyar de 5708 (14 de mayo de 1948) cuando David Ben Gurión anunció el nacimiento
del Estado de Israel en su tierra, hemos visto millones de judíos acudir al pequeño país y hacerse
ciudadanos allí. Pero muy pocos de estos son creyentes. Vienen en un estado espiritual de no
creer en el Mesías de Israel, Jesucristo, y su obra en la cruz del Calvario.

Un día todo Israel participará en el recogimiento a su Tierra, y conocerá a su Mesías, y


aceptarán la salvación por gracia que Dios ofrece. Leemos la llamada a Israel en Isaías 27:12-
13: “12Acontecerá en aquel día, que trillará Jehová desde el río Éufrates hasta el torrente de
Egipto, y vosotros, hijos de Israel, seréis reunidos uno a uno. 13Acontecerá también en aquel día
que se tocará con gran trompeta, y vendrán los que habían sido esparcidos en la tierra de
Asiria, y los que habían sido desterrados a Egipto, y adorarán a Jehová en el monte santo, en
Jerusalén.”: y en Mateo 24:29-31: “29E inmediatamente después de la tribulación de aquellos
días, el sol se oscurecerá, y la luna no dará su resplandor, y las estrellas caerán del cielo, y las
potencias de los cielos serán conmovidas. 30Entonces aparecerá la señal del Hijo del Hombre en
el cielo; y entonces lamentarán todas las tribus de la tierra, y verán al Hijo del Hombre viniendo
sobre las nubes del cielo, con poder y gran gloria. 31Y enviará sus ángeles con gran voz de
trompeta, y juntarán a sus escogidos, de los cuatro vientos, desde un extremo del cielo hasta el
otro.”

Si queremos aplicar la promesa a nosotros, vemos en la celebración de trompetas una


profecía del arrebatamiento de los santos antes de la Tribulación (1ª Tesalonicenses 4:13-18).

Quiero mencionar aquí tres teorías erróneas que circulen en las varias iglesias de hoy en
día. La primera de esas teorías dice que no importa que Israel regrese a su tierra. Sí, importa;
porque casi toda la profecía que queda para cumplir está basada en el regreso al Pueblo de Israel
a la Tierra de Israel. La tierra fue dada por Dios a Abraham y su descendencia a través de Isaac y
Jacob. En Génesis 13:14-15 leemos: “14Y Jehová dijo a Abram, después que Lot se apartó de él:
Alza ahora tus ojos, y mira desde el lugar donde estás hacia el norte y el sur, y al oriente y al
occidente. 15Porque toda la tierra que ves, la daré a ti y a tu descendencia para siempre.” La
posesión de esta tierra por la descendencia de Abraham, Isaac y Jacob es “para siempre” – por
todo el tiempo que este mundo existe. En Ezequiel 37:12-14 el profeta describe el recogimiento
y nombra la tierra a donde el pueblo será recogido.

Otra teoría equivocada es la que está abrazada por la Iglesia Católica Romana y muchas
otras iglesias hoy en día: la idea que la iglesia ha reemplazado a Israel. Estos grupos enseñan que
como castigo de Dios, todas las promesas dadas a Israel se han sido traspasadas a la iglesia, y
que hoy en día Israel no tiene importancia. Esta postura se llama “teología de reemplazamiento”.
No es una postura nueva, pues era la postura de Agustín. Pero está creciendo en su alcance de
iglesias hoy en día.

La postura bíblica en cuanto a esta teoría – la teología de reemplazamiento – está


presentada claramente en Romanos 11:1-2. “1Digo pues: ¿Ha desechado Dios a su pueblo? En
ninguna manera. Porque también yo soy israelita, de la descendencia de Abraham, de la tribu
de Benjamín. 2No ha desechado Dios a su pueblo, al cual desde antes conoció.” Palabras no
pueden ser más claras. Dios no ha abandonado a Israel.

Otra teoría equivocada está enseñada aun por algunos Bautistas: que los judíos tienen que
ser salvos antes de ser recogidos en su tierra. Ezequiel 37 habla de recoger a Israel en dos
etapas: primeramente, llevándolos a la tierra en una condición de incredulidad, y luego poniendo
en ellos Espíritu para que vivan. Vemos en el versículo 10 de Ezequiel 37: “Y profeticé como me
había mandado, y entró espíritu en ellos, y vivieron, y estuvieron sobre sus pies…” Aquí espíritu
se escribe con “e” minúscula hablando de darles vida física. En contraste, vemos en el versículo
14: “Y pondré mi Espíritu en vosotros, y viviréis…” Aquí Espíritu refiere al Espíritu Santo de
Dios, o sea, está hablando de cambiar su posición espiritual de incredulidad a salvación.
Otra teoría – la que yo siempre he creído y enseñado, y la posición de la mayoría de los
Bautistas independientes – es que Dios es fiel y cumplirá con todas Sus promesas a Su pueblo
precisamente como las presentó en Su Palabra escrito.

La existencia por medio siglo del Estado de Israel y el regreso de millones de judíos a la
Tierra presentan evidencia concreta del poder y el propósito de Dios. Es el inicio del retorno – en
la incredulidad – y un día pronto será cumplido esta etapa antes de la Tribulación. Luego, un día
en el futuro, de acuerdo con Romanos 11:26, “…todo Israel será salvo” en la última etapa de su
retorno – en la fe.

Rosh Hashana Rabínica


(cabeza del año)

Hoy día la Fiesta de Trompetas está celebrada como Rosh Hashana, o el año nuevo.
Llega a mediados o finales de Septiembre u Octubre. Cae en el séptimo mes (Tishri) en el
calendario judío. En Éxodo 12, Jehová declaró que el mes de Pesaj sería el primer mes del año.
No estamos seguro cuando inició este cambio.
Según los rabinos, el 1 de Tishri es el aniversario de la creación del mundo, y así es el
primer del año. También se celebra como el aniversario del sacrificio de Isaac. Así que, el
shofar es para recordarles del carnero que fue sacrificado en su lugar.
Aunque Rosh Hashana es una fiesta de solo dos días, la celebración – o sea las
actividades relacionadas con esta fiesta duran mucho más tiempo. Durante un mes antes de Rosh
Hashana el judío visita la tumba de sus padres para cobrar inspiración por el buen ejemplo que
ellos han dejado. Esto está en preparación por los diez días entre Rosh Hashana y Yom Kipur.
Los judíos refieren a estos diez días como los “días de asombro” o diez días para temer.
Durante estos días, de acuerdo a las enseñanzas rabínicas, Dios pesa la balanza y
determina el destino de todos los hombres para el próximo año. Por varias semanas anteriores a
Rosh Hashanah, los judíos se saludan unos a otros con las palabras “Qué sea inscrito usted para
un buen año”.
En la sinagoga, el servicio para el año nuevo enfatiza la necesidad de auto-examinarse y
arrepentimiento. No hay liturgia, menos la de Yom Kipur, que tome más tiempo para concluir.
La tradición rabínica es que Dios mantiene tres libros. El primer libro es muy delgado, y
contiene los nombres de los hombres que son totalmente malos. El segundo libro es muy gordo,
y contiene los nombres de los hombres cuyos actos son a veces buenos, a veces malos. Y el
tercer libro contiene los nombres de los hombres que son totalmente justos. Por medio de la
oración y el arrepentimiento, los judíos esperan influenciar a Dios a ser misericordioso. Esperan
por sus buenas obras que Dios mudará su nombre al libro más bueno – o sea, el malo pueda
mover su nombre al libro gordo, y los del libro gordo puedan mover sus nombres al libro de los
justos.
El primer día del séptimo mes se describe en Números 29:1 como “...día de sonar las
trompetas.” Por lo tanto, el shofar (cuerno de carnero) es tocado con lamento cien veces cada día
de los dos de Rosh Hashanah, a menos que, uno de esos dos días caiga en un sábado.
El instrumento, que es en forma de trompeta, y está tocado en cuatro diferentes sonidos:
uno largo sin interrupción; nueve notas staccato tocadas rápidamente; una combinación de notas
staccato y graves; y una final y esforzada para indicar el fin de la celebración.

La primera – largo y sin interrupción – es la llamada al arrepentimiento. La segunda


toque – las nueve notas staccato – es para recordarle a Dios del pacto hecho con Israel (no a
Israel, ¡sino a Dios!). La combinación, que es un caós de sonido, es para confundir a Satanás que
tiene la práctica de acusar a los judíos en el día de Rosh Hashana.

Las autoridades judías han dado varias razones para hacer sonar el shofar. Maimónides
conectó esta práctica con un simbólico llamado al arrepentimiento. Otros rabinos han enseñado
que el sonido del cuerno de carnero ha transformado la estricta justicia de Dios en un juicio con
mas tolerancia templado con misericordia. En el Antiguo Testamento, el shofar era sonado para
congregar juntas a las personas, y vuelto a sonar para indicar que podían retirarse del
campamento. Su sonido causará el hombre dar seriedad a la meditación de estar frente a Dios, y
es una alarma solemne de advertencia.

Algunos judíos practican un ritual llamado Taslij, que literalmente significa “echarás
fuera”, en el día de Yom Kipur. Se congregan junto a una corriente de agua como un río o un
chorrito, y echan migajas de pan al agua. Este es un retrato de lo que es deshacerse de sus
pecados. Miqueas 7:19 dice, “...y echará en lo profundo del mar todos nuestros pecados.” Esta
práctica causó la tragedia durante las plagas de los tiempos medievales. Los gentiles que veían a
los judíos haciendo esto, creyeron que estaban envenenando las aguas, dando inicio a las
horribles plagas. Muchos judíos fueron llevados a la muerte como resultado.
Yom Kipur: La Expiación Nacional en las fiestas
“Yom” es la palabra hebrea que quiere decir “día” y “Kipur” quiere decir “cubrir”. Yom
Kipur es el día de expiación y es el día más santo en el calendario judío. Los judíos ayunan en
este día, y casi todos van a la sinagoga. En Israel, TODO está cerrado. No hay automóviles,
autobuses, etc., en las calles. La nación entera se cierra por un día en Yom Kipur. (Por esta razón
la Guerra de Yom Kipur en el año 1973 fue tan devastadora para Israel y casi destruyó la nación
– si no fuese por la intervención de Dios.) Bíblicamente, Yom Kipur fue la fiesta sexta detallada
en Levítico 23. Fue el día en que los pecados del Pueblo de Israel fueron “cubiertos” por un año
más. Era el único día del año en que el sumo-sacerdote entró en el Lugar Santísimo para ofrecer
sacrificios, primero por sus propios pecados y luego por los pecados del pueblo. El libro de
Hebreos nos dice que la sangre de becerros y cabríos no pudiesen quitar por completo los
pecados – solo cubrirlos. Teníamos que recibir el sacrificio de la sangre del perfecto Hijo de
Dios para hacer eso. Así que en el año 70 dC. el Templo fue destruido y los sacrificios de sangre
en el día de Yom Kipur cesaron. El Judaísmo Rabínico dice hoy en día que oración, ayuno y
caridades puedan sustituir por la sangre. Pero la Biblia nos dice que el hombre no puede hacer
buenas obras para merecer la salvación. Así que, mientras el judío espera el día en que Mesías
cumplirá la salvación nacional de Israel, ese judío está condenado por no recibir el sacrificio de
este mismo Mesías en la cruz de Calvario para la remisión de los pecados del individuo.

“27A los diez días de este mes séptimo será el día de expiación; tendréis santa convocación, y
afligiréis vuestras almas, y ofreceréis ofrenda encendida a Jehová. 28Ningún trabajo haréis en
este día; porque es día de expiación, para reconciliaros delante de Jehová vuestro Dios.
29
Porque toda persona que no se afligiere en este mismo día, será cortada de su pueblo. 30Y
cualquiera persona que hiciere trabajo alguno en este día, yo destruiré a la tal persona de entre
su pueblo. 31Ningún trabajo haréis; estatuto perpetuo es por vuestras generaciones en
dondequiera que habitéis. 32Día de reposo será a vosotros, y afligiréis vuestras almas,
comenzando a los nueve días del mes en la tarde; de tarde a tarde guardaréis vuestro reposo.”

Yom Kipur, Día de la Expiación, habla de la expiación nacional que todavía espera Israel
en su futuro. El cumplimiento de Yom Kipur se ve en Romanos 11.26: “y luego todo Israel será
salvo, como está escrito: Vendrá de Sion el Libertador, Que apartará de Jacob la impiedad. Y
este será mi pacto con ellos, Cuando yo quite sus pecados.”

Vemos en el pasaje de Levítico que “afligiréis vuestras almas” – todo Israel se


arrepentiría y así estará preparado para recibir salvación.

“Ningún trabajo haréis en este día, porque es día de expiación para reconciliaros
delante de Jehová vuestro Dios.” El Pueblo Israel no hará nada para conseguir su reconciliación
con Dios. Dios dice “Vendrá de Sion el Libertador, Que apartará de Jacob la impiedad” – el
Libertador hará la obra. Y “este será mi pacto con ellos, Cuando yo quite sus pecados” – como
en la salvación del individuo, no es el hombre que haga la obra, sino Dios. “Y cualquiera
persona que hiciere trabajo alguno en este día, yo destruiré a la tal persona de entre su pueblo.”
Aún en el día de la expiación nacional de Israel, si algún hombre intenta hacer su propia
salvación, será quitado de la nación porque su intento no estará aceptable.

Yom Kipur, en los días del Templo, fue la expiación anual del Pueblo de Israel, hecho por
el Sumo Sacerdote a favor de todo el pueblo. Fue el símbolo de la expiación futura en el plan de
Dios por su Pueblo Elegido.

Hoy en día no hay templo, no hay sacerdocio en Israel, y no hay expiación anual bíblica.
La única expiación disponible al judío hoy en día es la misma expiación disponible a todo
individuo: (Romanos 10:9) “que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu
corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo.”

Para entender lo que estaba envuelto en la celebración anual de Yom Kipur, vamos a
Levítico 16. Sugiero que usted tenga a mano su Biblia, y lea este pasaje en su totalidad. Pero
por nuestros propósitos, quiero presentar los acontecimientos del día en su orden cronológico.

En primer lugar, Dios presentó a los sacerdotes por palabra de Moisés, la prohibición de
entrar cualquier hombre que no sea el sumo sacerdote detrás del velo en el Lugar Santísimo.
Solo fue permitido que el sumo sacerdote entrar, y este solo una vez por año en el Día de
Expiación

. Normalmente el sumo sacerdote llevaba una vestidura muy especial: Su túnica era de
azul, bordada. Sobre esto llevaba un cinta de obra primorosa, o sea entretejido de oro, azul,
púrpura, carmesí y lino torcido, y el efod hecho también de obra primorosa. En el efod llevaba
doce piedras preciosas para representar a las doce tribus del Pueblo de Israel. En los hombros
llevaba dos piedras de ónice grabadas con los nombres de los hijos de Israel, seis en cada hombro
“conforme al orden de nacimiento de ellos”. Todo fue juntado con gastos de oro. Era un
vestidura de gloria para representar al pueblo de Israel delante de Dios.

Pero en aquel día, el primer acto del sumo sacerdote fue lo de quitar su vestidura de
gloria, su vestidura de sumo sacerdote, y vestirse como cualquier otro sacerdote: 4 Se vestirá la
túnica santa de lino, y sobre su cuerpo tendrá calzoncillos de lino, y se ceñirá el cinto de lino, y
con la mitra de lino se cubrirá. Son las santas vestiduras; con ellas se ha de vestir después de
lavar su cuerpo con agua.”

Aquí vemos la representación del Mesías de Israel. Él dejó la gloria del Cielo para bajar
a la tierra, tomar la carne como de cualquier hombre, y morir por nuestros pecados. Filipenses
2:7-8 dice: “sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los
hombres; y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente
hasta la muerte, y muerte de cruz.”
Una vez vestido como cualquier otro sacerdote, el sumo sacerdote entró por primera vez
en el Lugar Santísimo con el incienso para cubrir el Arca del Pacto con el humo del incienso,
“para que no muera”.

“12 Después tomará un incensario lleno de brasas de fuego del altar de delante de
Jehová, y sus puños llenos del perfume aromático molido, y lo llevará detrás del velo. 13 Y
pondrá el perfume sobre el fuego delante de Jehová, y la nube del perfume cubrirá el
propiciatorio que está sobre el testimonio, para que no muera.”

El humo del incienso representa la oración. Jesucristo, el Mesías de Israel, bañaba su


propia muerte con oración antes de ir a la cruz, preparando Su sacrificio para presentarlo al Dios
Padre.

Ahora, en el próximo acto del día, el sumo sacerdote tenía que hacer algo que nunca
tuviera que hacer el Mesías. El tenía que hacer sacrificio por sus propios pecados antes de poder
hacer el sacrificio por los pecados del pueblo.///

6
Y hará traer Aarón el becerro de la expiación que es suyo, y hará la reconciliación por
sí y por su casa. 11 Y hará traer Aarón el becerro que era para expiación suya, y hará la
reconciliación por sí y por su casa, y degollará en expiación el becerro que es suyo. 14 Tomará
luego de la sangre del becerro, y la rociará con su dedo hacia el propiciatorio al lado oriental;
hacia el propiciatorio esparcirá con su dedo siete veces de aquella sangre.

Siendo hombre, el sumo sacerdote tenía que hacer expiación primeramente por sí mismo
y por “su casa”, o sea, por todos los Levitas que sirvieron como sacerdotes. Notemos que el
animal para el sacrificio por los sacerdotes fue más grande y costoso que el animal sacrificado
por el pueblo. Los que Dios ha puesto en lugares de liderazgo tienen mayor responsabilidad
delante de Dios. Santiago dijo así: “Hermanos míos, no os hagáis maestros muchos de vosotros,
sabiendo que recibiremos mayor condenación.”

Una vez hecho la propiciación por su propio pecado del año previo, el sumo sacerdote
tenía que hacer la propiciación por los pecados del Pueblo Israel.

“7 Después tomará los dos machos cabríos y los presentará delante de Jehová, a la
puerta del tabernáculo de reunión. 8Y echará suertes Aarón sobre los dos machos cabríos; una
suerte por Jehová, y otra suerte por Azazel. 9Y hará traer Aarón el macho cabrío sobre el cual
cayere la suerte por Jehová, y lo ofrecerá en expiación. 10Mas el macho cabrío sobre el cual
cayere la suerte por Azazel, lo presentará vivo delante de Jehová para hacer la reconciliación
sobre él, para enviarlo a Azazel al desierto. 15Después degollará el macho cabrío en expiación
por el pecado del pueblo, y llevará la sangre detrás del velo adentro y hará de la sangre como
hizo con la sangre del becerro, y la esparcirá sobre el propiciatorio y delante del propiciatorio.
16
Así purificará el santuario, a causa de las impurezas de los hijos de Israel, de sus rebeliones y
de todos sus pecados; de la misma manera hará también al tabernáculo de reunión, el cual
reside entre ellos en medio de sus impurezas. 18Y saldrá al altar que está delante de Jehová, y lo
expiará, y tomará de la sangre del becerro y de la sangre del macho cabrío, y la pondrá sobre
los cuernos del altar alrededor. 19Y esparcirá sobre él de la sangre con su dedo siete veces, y lo
limpiará, y lo santificará de las inmundicias de los hijos de Israel.”

Notemos que en el sacrificio de Aarón, la sangre del macho cabrío sirvió para limpiará el
santuario y el altar en que los sacerdotes sacrificaron cada día del año, y no para quitar el
pecado de los hombres. Solo servía para cubrir los pecados por un año más. Luego el segundo
macho cabrío llevaba – figurativamente – los pecados al desierto para alejarlos del pueblo por un
año más.

“20Cuando hubiere acabado de expiar el santuario y el tabernáculo de reunión y el altar,


hará traer el macho cabrío vivo; 21y pondrá Aarón sus dos manos sobre la cabeza del macho
cabrío vivo, y confesará sobre él todas las iniquidades de los hijos de Israel, todas sus
rebeliones y todos sus pecados, poniéndolos así sobre la cabeza del macho cabrío, y lo enviará
al desierto por mano de un hombre destinado para esto. 22Y aquel macho cabrío llevará sobre sí
todas las iniquidades de ellos a tierra inhabitada; y dejará ir el macho cabrío por el desierto.”

En el sacrificio del Mesías de Israel, no habrá necesidad de repetir. Hebreos 7:26-28


dice: “Porque tal sumo sacerdote nos convenía: santo, inocente, sin mancha, apartado de los
pecadores, y hecho más sublime que los cielos; que no tiene necesidad cada día, como aquellos
sumos sacerdotes, de ofrecer primero sacrificios por sus propios pecados, y luego por los del
pueblo; porque esto lo hizo una vez para siempre, ofreciéndose a sí mismo. Porque la ley
constituye sumos sacerdotes a débiles hombres; pero la palabra del juramento, posterior a la ley,
al Hijo, hecho perfecto para siempre.”

Y cuando había cumplido los sacrificios del Día de Expiación, el sumo sacerdote volvió a
limpiarse, y poner de nuevo su vestidura de gloria, como el Mesías, después de su resurrección,
volvió al Cielo para sentarse a la derecha del Dios Padre.

Quiero notar una cosa que evidentemente causa problemas para algunas personas. En el
borde del manto del sumo sacerdote (en su vestidura de gloria) fueron puestas campanitas y
granadas. Algunos dicen que las campanitas fueron para el propósito de señalar a los demás
sacerdotes – en el Día de Expiación – si el sumo sacerdote había muerto en el Lugar Santísimo.
Bueno, yo no puedo decirles cuál fue el propósito – si había uno más que adorno – de las
campanitas. Pero sí, puedo decirles definitivamente que no fue lo de señalar nada en el Día de
Expiación.
En primer lugar, no había sacerdotes ningunos en el Lugar Santo en aquel día. Solo el
sumo sacerdote entró y pasó por el Lugar Santo para hacer su obra en el Lugar Santísimo. Y en
segundo lugar, el sumo sacerdote, en aquel día, no llevaba su vestidura de gloria con las
campanitas en el borde. Llevaba la túnica blanca de un sacerdote normal.

“31Día de reposo es para vosotros, y afligiréis vuestras almas; es estatuto perpetuo.”

Los judíos siguen en celebrar el Día de Expiación – el Yom Kipur – cada año. Es
interesante que las dos fiestas que ningún judío falla en celebrar son Yom Kipur y Pesaj: las dos
fiestas que hablan más directamente de la salvación: Pesaj, de la salvación del individuo, y Yom
Kipur, de la expiación nacional. La enseñanza bíblica es clara: Levítico 17:11: “Porque la vida
de la carne en la sangre está, y yo os la he dado para hacer expiación sobre el altar por vuestras
almas; y la misma sangre hará expiación de la persona.” Y Hebreos 9:22: “Y casi todo es
purificado, según la ley, con sangre; y sin derramamiento de sangre no se hace remisión.”

LA EXPIACIÓN RABÍNICA

El Día del Perdón es el día más santo de los días santos. “En el mes séptimo, a los diez
días del mes, afligiréis vuestras almas...Porque en este día se hará expiación por vosotros.”
(Levítico 16:29, 30) La tradición judía dice que en este día, Dios sella sus decretos del juicio
para el siguiente año. Pero por medio de caridades, ayunos, oración y arrepentimiento, los judíos
tienen la esperanza de prevenir la sentencia divina de condenación para el año que entra.
El ayuno es para todo hombre que es bar mitzvah (hijo del pacto) – y casi toda mujer – y
dura por unos 25 horas normalmente para estar seguro que ha cumplido el hombre todo un día de
ayuno. Los varones menores de los trece años y las jovencitas menores de doce no necesitan
ayunar. Aquellas personas que sufrirían por la falta de alimentos en un periodo extenso, se les
disculpa, tales como mujeres embarazadas o aquellas que están amamantando.
Kol Nidre, que significa “Todos los Votos,” es un himno que da comienzo al servicio
matutino en la sinagoga. En el Kol Nidre los judíos pidan a Dios que anule todos los votos
personales hechos durante el año, como por ejemplo “Si me concedes casarme con esta chica,
asistiré en todos los cultos de oración durante el año”. Se refiere solamente a los votos hechos
entre el individuo y Dios. El judío hace esta petición porque tomen en serio sus votos y se
consideran obligados de cumplirlos aun si el voto se tomó en tiempo de estrés cuando no estén
en su propio juicio. Algunos rabinos conectan el Kol Nidre con la situación de los marranos, en
la España del siglo quince porque el Kol Nidre dio consuelo a ellos que fueron convertidos al
cristianismo bajo tortura en las varias inquisiciones, y luego se sentían incapaces de romper sus
votos. Cualquiera que sea esa situación, el himno se remonta hacia atrás hasta el siglo noveno.
El hazan, ayudado por dos miembros de la congregación, le pide a Dios liberar a los asistentes de
todos los votos hechos a Él, que no hayan ó no han sido cumplidos.
El servicio en el día de Yom Kipur dura desde la mañana hasta el atardecer, con varias
pausas cortas. Los presentes confiesan sus pecados en la oración Al Jet, golpeando sus pechos
cada vez que confiesan cada pecado. El libro de Jonás forma la mayor parte del servicio
vespertino. Entonces el servicio vespertino conocido como Ne’ilah (“cerrando”) describe las
puertas del cielo a punto de cerrarse. La congregación ora con fervor el acceso a Dios antes de
que estos portales se cierren completamente. Un toque largo del shofar marca el final del servicio
de Yom Kipur.
Obviamente, la celebración de Yom Kipur hoy en día no incluye ningún sacrificio. Así
que como sustituto, las personas hacen mitzvot (el plural de mitzva – un acto meritorio) La
postura de los rabinos es que los mitzvot – las buenas obras – harán la justicia para el judío hasta
que venga Mesías. Pero hay dos problemas con esta postura. En primer lugar, Mesías ya ha
venido, ha muerto y ha provisto la “expiación individuo” – la salvación por gracia – para el judío
tanto como para el gentil. Y segundo, la Biblia no cambia. Sin derramamiento de sangre, no se
hace remisión (de pecado).
El sentido profético de esta fiesta queda por el futuro, cuando al final de la Gran
Tribulación Mesías vendrá y pisará esta tierra por segunda vez, y “luego todo Israel será salvo.”

Algunos judíos practican lo que se llama kaparot. Kaparot es un rito antiguo entre los
judíos que se usaba para salvar a la persona del decreto duro de Dios por imponer el decreto
sobre otro objeto. Verduras, peces, dinero y otros objetos han sido usados a través de los siglos,
pero hoy en día el más común es usar un pollo. El rito de kaparot se hace en la víspera de Yom
Kipur. El servicio se presenta por rodear la cabeza del individuo tres veces con el pollo,
trasfiriendo simbólicamente los pecados de la persona al pollo. Luego el pollo está matado y
comido en la comida pre-Yom Kipur. Normalmente un hombre usará un gallo, y una mujer usará
una gallina.

En los días de hoy, se usa el pollo mayormente en comunidades Hareditas. Miembros de


otras comunidades usan dinero de caridad en vez del pollo. Algunos judíos ortodoxos
simplemente no participan en la costumbre. El rito se procede por leer el Salmo 107:17-20 y Job
33:23-24. Mientras que el objeto se gira tres veces por la cabeza, la persona recita lo siguiente
tres veces:

Este es mi intercambio, este es mi sustituto, esta es mi expiación. (Este gallo (o esta


gallina) irá a su muerte/ este dinero irá a caridades) mientras que yo procede a una vida
larga y pacífica.

.
Sukot: Los Tabernáculos: El Cuidado de Dios en las Fiestas

“34Habla a los hijos de Israel y diles: A los quince días de este mes séptimo será la fiesta
solemne de los tabernáculos a Jehová por siete días. 35El primer día habrá santa convocación;
ningún trabajo de siervos haréis. 36Siete días ofreceréis ofrenda encendida a Jehová; el octavo
día tendréis santa convocación, y ofreceréis ofrenda encendida a Jehová; es fiesta, ningún
trabajo de siervos haréis.” Levítico 23:34-36.

“39Pero a los quince días del mes séptimo, cuando hayáis recogido el fruto de la tierra, haréis
fiesta a Jehová por siete días; el primer día será de reposo, y el octavo día será también día de
reposo. 40Y tomaréis el primer día ramas con fruto de árbol hermoso, ramas de palmeras, ramas
de árboles frondosos, y sauces de los arroyos, y os regocijaréis delante de Jehová vuestro Dios
por siete días. 41Y le haréis fiesta a Jehová por siete días cada año; será estatuto perpetuo por
vuestras generaciones; en el mes séptimo la haréis. 42En tabernáculos habitaréis siete días; todo
natural de Israel habitará en tabernáculos, 43para que sepan vuestros descendientes que en
tabernáculos hice yo habitar a los hijos de Israel cuando los saqué de la tierra de Egipto. Yo
Jehová vuestro Dios.” Levítico 23:39-43.

Sukot es la última fiesta en términos de ser cumplido en el futuro. Es la conmemoración


de la provisión de Dios para Israel en el desierto (v.43). Sukot – la Fiesta de los Tabernáculos – es
la última de las siete fiestas mencionadas en Levítico 23. Los Hijos de Israel tenían el mandato
de construir “tabernáculos” – cabañas – y vivir en ellas durante siete días. La palabra hebrea
para cabaña es sukot. La palmera es el símbolo de Sukot. Cuando Dios dijo a los hijos de Israel
que Canaán era una tierra que “fluye leche y miel”, la miel de que hablaba es miel de dátiles, una
delicia en Israel hoy en día.

Una práctica interesante es lo siguiente. En cada día de la fiesta de Sukot durante los días
del Templo, había una procesión de sacerdotes al estanque de Siloé para sacar agua. Estos
sacerdotes llevaron el agua hasta el Templo, haciendo desfile alrededor del altar mientras que el
coro cantaba los Salmos 113-118, y luego el agua se derramó durante el sacrificio de la mañana.
Esto era tiempo de gozo tan grande que se decía: “Él que nunca ha visto el gozo del Beth
heShe’ubah (el sitio de sacar del agua) no ha visto gozo en su vida. Este gozo se relacionaba con
Isaías 12:3: “Sacaréis con gozo aguas de las fuentes de la salvación.” En el séptimo día de la
fiesta, los sacerdotes hacían desfile con el agua no solo una vez, sin siete veces.

En este punto alto de la fiesta, Jesús clamó: “Si alguno tiene sed, venga a mí y beba. El
que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva.” Juan 7:37-38.
Estaba declarando su plena divinidad y invitando a todos a la salvación de Dios.

Según los rabinos, esto es una tradición de Moisés desde el Monte Sinaí y se refiere a
algunas cosas secretas que tienen que ver con el derramamiento del Espíritu Santo. Decía el
Rabino Joshua ben Levi: “Su nombre se llama el sitio de sacar agua, porque desde allí sacan el
Espíritu Santo, como se dice: Sacaréis con gozo aguas de las fuentes de la salvación.”
“Esto dijo del Espíritu que habían de recibir los que creyesen en él; pues aún no había venido el
Espíritu Santo, porque Jesús no había sido aún glorificado.” Juan 7:39

En la actualidad, sukot es un retrato de la manera en que Dios ha cuidado de su Pueblo


Israel aun en su desobediencia. Y es un retrato de la manera en que Dios cuida a su Pueblo la
Iglesia en cada momento.

Sukot también es una profecía de un acontecimiento anual que llevará a cabo en el


milenio. Zacarías 14:16-19 dice:

“16Y todos los que sobrevivieren de las naciones que vinieron contra Jerusalén, subirán de año
en año para adorar al Rey, a Jehová de los ejércitos, y a celebrar la fiesta de los tabernáculos.
17
Y acontecerá que los de las familias de la tierra que no subieren a Jerusalén para adorar al
Rey, Jehová de los ejércitos, no vendrá sobre ellos lluvia. 18Y si la familia de Egipto no subiere y
no viniere, sobre ellos no habrá lluvia; vendrá la plaga con que Jehová herirá las naciones que
no subieren a celebrar la fiesta de los tabernáculos. 19Esta será la pena del pecado de Egipto, y
del pecado de todas las naciones que no subieren para celebrar la fiesta de los tabernáculos.”

De este pasaje aprendemos varias cosas que acontecerán durante el milenio. En primer
lugar, cada nación en el mundo subirá a Jerusalén cada año para adorar al Rey, el Mesías, durante
la época de Sukot. Y la nación que no participe en esta fiesta no recibirá lluvia, sino recibirá la
plaga con que Jehová herirá a las naciones. El Nuevo Testamento dice así: Cada rodilla se
doblará, y cada lengua confesará que Jesucristo es Señor.

En segundo lugar, vemos que no todas las naciones van a sobrevivir para estar en el
milenio. Este dependerá en su tratamiento de Israel, el pueblo y la tierra, según Joel 3:1-2.

“1Porque he aquí que en aquellos días, y en aquel tiempo en que haré volver la cautividad de
Judá y de Jerusalén, 2reuniré a todas las naciones, y las haré descender al valle de Josafat, y allí
entraré en juicio con ellas a causa de mi pueblo, y de Israel mi heredad, a quien ellas
esparcieron entre las naciones, y repartieron mi tierra.”

SUKOT RABÍNICO
La Fiesta de los Tabernáculos es la última de las tres grandes celebraciones judías y se
celebra cinco días después de Yom Kipur. En Levítico 23:39, Dios manda que el pueblo de Israel
observe esta fiesta durante siete días. Durante este tiempo ellos debían vivir en tabernáculos tal
como Dios mandó en Levítico 23.42. La celebración da inicio a la cosecha de la fruta.
Muchos judíos construyen una suka ó tabernáculo en este tiempo, aunque muy pocos
viven en ellas hoy en día. El Talmud dice que la suka debía medir por lo menos 28 pulgadas de
largo, 28 pulgadas de ancho y 40 pulgadas de alto. Esta estructura temporal podía tener paredes
construidas de cualquier material, siempre y cuando fueran resistentes a los fuertes vientos. El
techo debía ser hecho de material orgánico. Si es posible, se use frondas de palmera para el
techo, y están puestas en una manera que se puede ver las estrellas por la noche. Tápices o bellas
pinturas puedan adornar bellamente el interior de la suka. La suka está construida en el jardín de
la casa, o muchas veces en el jardín de la sinagoga.

Durante la fiesta, algunos judíos recitan la oración de ushpizin (renombre) que simboliza
la bienvenida de siete “invitados de renombre” a la suka. Estos ushpizin, representan los siete
pastores de Israel: Abraham, Isaac, Jacob, Moisés, Aarón, José y David. Los judíos españoles y
portugueses hasta ponen sillas especiales para estos visitantes. Los judíos ondean la lulav (una
combinación de árboles de arrayán, palma y sauce) y etrog (una citrón parecido al limón)
basados en Levítico 23:40 que lee: “Y tomaréis el primer día ramas con fruto de árbol hermoso,
ramas de palmeras, ramas de árboles frondosos, y sauces de los arroyos, y os regocijaréis
delante de Jehová vuestro Dios por siete días.”

Shemini Atzeret, que significa “octavo día de asamblea”, es observado por judíos
tradicionales que viven fuera de Israel como una fiesta aparte. Ya que esta fiesta se celebra el día
del inicio de la estación de lluvia en Israel, los servicios en la sinagoga ese día tienen una
especial petición por lluvia. A través de esto, los judíos dispersos se mantienen en contacto con la
tierra de sus ancestros.
SIMJAT TORA
Esto significa, “Regocijándose en la Ley.” Para la mayoría de los judíos cae el día
después de Shemini Atzeret. Los judíos de Israel y los judíos reformados celebran esto al octavo
día después de Sucot. Simjat Tora define un tiempo cuando los judíos, después de haber
completado la lectura pública de la Tora (los primeros cinco libros de la Biblia) por el año,
comienzan entonces un nuevo año de lectura anual de la Tora.
En algunas sinagogas, se emplean tres rollos de Tora. Uno muestra los primeros capítulos
de Génesis, mientras que otro es abierto a las secciones finales del libro de Deuteronomio. El
lector emplea el tercer rollo para presentar la haftorah del día. En otras sinagogas, la
congregación puede ver el rollo de la Tora públicamente vuelto a enrollar desde el final de
Deuteronomio hasta el principio de Génesis.
La porción de la Tora para Simhat Tora es de los versículos finales de Deuteronomio y los
del principio de Génesis. Esto asegura que no habrá interrupción entre la lectura final de un año y
la que inicia del año siguiente. Los miembros prominentes de la congregación tomarán el rollo de
la Tora, y caminarán alrededor de la sinagoga, danzando y cantando mientras lo hacen. Después
de varios minutos, un nuevo grupo tomará su lugar. Los judíos llaman a esto Hakafor
(“marchando alrededor.”)
Las Fiestas y Su Celebración
“14Tres veces en el año me celebraréis fiesta. 15 La fiesta de los panes sin levadura guardarás.
Siete días comerás los panes sin levadura, como yo te mandé, en el tiempo del mes de Abib,
porque en él saliste de Egipto; y ninguno se presentará delante de mí con las manos vacías. 16
También la fiesta de la siega, los primeros frutos de tus labores, que hubieres sembrado en el
campo, y la fiesta de la cosecha a la salida del año, cuando hayas recogido los frutos de tus
labores del campo. 17 Tres veces en el año se presentará todo varón delante de Jehová el Señor.”
Éxodo 23:14-17
Dios dio un mandamiento que tres veces cada año todo varón de Israel debería
presentarse “delante de Jehová el Señor”. En el desierto, y entrando en la Tierra Prometida, esto
quería decir presentarse delante del Tabernáculo, dondequiera que eso se ubica. Luego, quería
decir presentarse en Jerusalén, en el Templo.
Estos tres veces, o sea estas tres fiestas, fueron toda la semana que incluía Pesaj y
Primicias; la fiesta de Semanas (primeros frutos del año), y la fiesta de Sukot (que incluye la
presentación de los frutos de los árboles).
Por supuesto, la fiesta de Sukot todavía se queda para cumplir, y la cumpliremos durante
el milenio, subiendo a Jerusalén cada año. Pero ¿qué propósito servían las otras dos fiestas en
presentarse en Jerusalén? Pues, este mandamiento aseguraba que todo varón judío estaba en
Jerusalén en el día en que Cristo, el Mesías, fue crucificado y luego se levantó desde entre los
muertos. Y luego, que todo varón judío estaba en Jerusalén en el día en que Pedro predicó el
evangelio de salvación por la primera vez en el día de Pentecostés. Dios había arreglado, siglos
antes del acontecimiento, que no habría ningún judío con la excusa que no sabía lo que estaba
pasando. Todos tenían la oportunidad de ser testigos oculares del sacrificio del Mesías, Su
resurrección, y luego la predicación de Su salvación por primera vez. Y como sabemos, 3000
fueron salvos aquel día, y muchos más en los días siguientes.

Estatuto Perpetuo
Cuando Dios dio las instrucciones para la celebración de las fiestas, algunas tienen las
palabras “estatuto perpetuo es por vuestras edades en dondequiera que habitéis.” Estas fiestas
incluyen: Fiesta de Pesaj (Éxodo 12:14, 24); Fiesta de Primicias (Levítico 23:14; Fiesta de
Semanas (Levítico 23:21); Fiesta de Yom Kipur (Levítico 23:31); y Sukot (Levítico 23:41). Estas
serán las fiestas que celebraremos en el milenio.

Como hemos dicho, la celebración de Pesaj en la forma presentada en Éxodo 12 no es


válida hoy en día, y por supuesto la celebración rabínica que ha sido cambiado de su primera
intención no es válida. Vemos en Mateo 26: 26-28: “ 26Y mientras comían, tomó Jesús el pan, y
bendijo, y lo partió, y dio a sus discípulos, y dijo: Tomad, comed; esto es mi cuerpo. 27Y tomando
la copa, y habiendo dado gracias, les dio, diciendo: Bebed de ella todos; 28 porque esto es mi
sangre del nuevo pacto, que por muchos es derramada para remisión de los pecados.” Con este
acto, el Mesías mismo cambió la forma de la celebración de Pesaj. Ya en adelante no estaría la
sangre de un animal que dio señal de una salvación futuro, sino que sería la sangre del Mesías
derramada para la salvación a “todo aquel que cree…”

Así que hoy en día – y durante todos los años después del sacrificio de Jesús el Mesías en
la cruz del Calvario – la manera de celebrar la Pascua – el rescate del hombre desde el ángel de
la muerte – es con dos elementos que representan el cuerpo y la sangre del Mesías, Cordero de
Dios. Y cualquier otro rito, incluso el rito de la Iglesia Católica Romana que pretende cambiar el
pan y el vino en el mismo cuerpo y sangre de Cristo, es incorrecto.

Antes del milenio, el Mesías habrá cumplido con el simbolismo de Yom Kipur, mostrando
al remanente del Pueblo de Israel que es el derramamiento de Su propia sangre que les ha dado la
expiación. Así que, tampoco será correcto matar animales en una cobertura simbólica del pecado
de la nación de Israel. Volver al retrato, dando la espalda a lo real, nunca es correcto. Yo lo veo
como blasfemia.

En cuanto a la Fiesta de Primicias, siendo el primer día de la semana y el reconocimiento


de la primera resurrección, será nuestro deber seguir en celebrarla cada primer día de la semana
para siempre. Lo mismo podría decir de la Fiesta de Semanas – muchas veces llamada la
Segunda Primicias. Es la celebración del nacimiento del cuerpo de Cristo, la Iglesia. Y así
celebramos esta fiesta cada domingo cuando reunimos como iglesia local.

Y durante el milenio, todo el mundo celebrará Sukot en Jerusalén. Cada país tendrá su
representación allí, y todos darán reconocimiento del cuidado de Dios.

Resumen
Cada fiesta muestra algo de la obra de Mesías, Jesucristo. Nosotros vemos claramente,
pero los judíos no lo vean. Sin embargo, las fiestas y su propósito son una buena manera de
hablar a un judío de nuestro Señor y Salvador.

Estudiar las fiestas es una manera para el creyente que tal meticuloso es el plan de Dios
en todo detalle. Nos da un entendimiento profundo de cómo Dios preparó a Su Pueblo Elegido
para recibir su Mesías. Y nos da retratos preciosos de las doctrinas de la Salvación, de la
Santificación, del Cuidado de Dios. Celebrar las fiestas como retrato del Mesías no tiene valor
para nadie hoy en día – ni para el judío, ni para el gentil – porque Jesús ya ha venido. No
precisamos retrato – tenemos la historia escrita.

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